miércoles, 23 de abril de 2025

Aunque seas "algo" woke igual te adoro (1)

   En 2022 Amazon estrenó su serie más costosa y, así mismo, la más polémica: Anillos de Poder.  Les estoy hablando de un sueño de toda una vida, entre los amantes de la Tierra Media; puesto que se trata de una producción de imagen real, que viene a ser una precuela de la célebre trilogía de Tolkien.  La narrativa del escritor inglés bien da para múltiples adaptaciones de todo tipo (películas, cómics, juegos de mesa y para consolas y, en especial, historias nuevas); no obstante, apenas ha sido explotada, a diferencia de otras franquicias populares, lo que hace de esta producción algo que desde su confirmación creó un montón de expectativas... ¡Y hasta temores!  
     Su argumento transcurre miles de año antes de los eventos de la obra más importante de su creador.  Tal como dice su nombre, gira en torno a los Anillos creados por Sauron, el más famoso villano de la mentada saga literaria, y las personas involucradas con estos objetos extraordinarios (en general de naturaleza maligna).  Por lo tanto, esta serie (que ya lleva dos temporadas de ocho episodios cada una), cuenta acerca de cómo fue el proceso para crearlos, lo que implica tanto la época pretérita a ello, como las consecuencias de su forja.  Queda claro, considerando la materia prima de la que se nutre esta obra, que todo lo que aquí veremos será tremendamente épico.
    Mucho de lo que se muestra en Anillos de Poder, se cuenta en El Señor de los Anillos y sus Apéndices, claro que todo de forma muy simplificada; por lo tanto, los creadores y guionistas de esta serie, tuvieron que completar los vacíos argumentales (que son muchos) para darle sentido y mayor atractivo.  Cabe mencionar que acá nos reencontraremos con varios personajes ya conocidos, gracias a las películas (y, por supuesto, de los libros); ahora en su plena juventud; asimismo, aparecen otros personajes que también solo salen en la trilogía y/o se mencionan en los apéndices.  Por otro lado, como era de esperar, tendremos a un montón de personajes nuevos, creados especialmente para esta ficción, que también serán de la delicia de muchos espectadores.
    Debe saberse que el argumento del título que hoy nos reúne, al poseer el mismo carácter épico de la novela en que se inspira, nos cuenta toda esta tremenda historia desde varios puntos de vista y es que posee un protagonismo compartido, referido a varios de los pueblos y sujetos que participan de estos acontecimientos.  Por lo tanto, la trama cuenta con un carácter coral, abarcando muchos escenarios y al punto que no sabemos si llegarán a conocerse entre sí, los distintos protagonistas, así como si llegarán a sobrevivir a lo que se avecina (en el caso, claro, de que tengamos tercera temporada y logren darle el cierre respectivo a este espectáculo).  Por cierto: Como personajes principales y secundarios tendremos humanos ("normales" y otros no tanto), elfos, enanos, istaris (ya sabrán qué son), hobbits (aunque no lo crean) y otros de especies inesperadas.


    En verdad ver Anillos de Poder resulta toda una experiencia cinematográfica, que se esmeraron un montón en darnos un producto que fuese hermoso y perfecto en muchos sentidos: Técnico (escenarios, efectos especiales, montaje, etc.) y estético (dirección, guión, actuaciones, vestuario y maquillaje) ¿Se me escapa algo más al respecto?  Para reforzar todo esto, el primer episodio y varios de la primera temporada, estuvieron dirigidos por alguien de la talla de J. A. Bayona, cineasta detrás de bellezas fílmicas como El Orfanato y La Sociedad de la Nieve (quien también hizo de productor).  En verdad la contemplación y apreciación de cada capítulo, resulta todo un placer que nos puede regocijar el alma; pero también puede llegar a dejarnos con cierta sensación de gusto a poco o de querer más, puesto que entre las dos temporadas son solo 16 episodios (8 por cada una y, más encima, entre una y otra pasaron dos años); al menos los capítulos son largos y la mayoría supera la hora de duración.
    Un punto alto dentro de esta producción viene a ser su banda sonora y lejos entre los mejores trabajos sinfónicos para un programa gringo de imagen real.  Realizado por Bear McCreary, toma mucho del estilo de las películas de Peter Jackson, sobre los libros de Tolkien, las que contaron con la labor del veterano Howard Shore; de este modo, cuenta con temas épicos, muchos de ellos con coros y canciones en inglés y/o lenguas ficticias creadas por el propio Tolkien.  De hecho, el mismo Shore compuso el precioso tema de los créditos de apertura.  Cabe destacar que escuchar los discos, bien hace evocar a los seguidores de este show sus poderosas imágenes y escenas; además de que se pueden apreciar por separado, como obras de arte por sí mismas.
    Ahora bien, en la mayor parte de los casos, Anillos de Poder es un espectáculo para amar u odiar, que no conozco gente que lo haya visto y quedara indiferente al respecto.  Por lo mismo, posee un montón de detractores y especialmente entre los seguidoras más acérrimos de la literatura tolkianas.  La razón de todo esto, radica en lo que mi muy querido amigo, el escritor Miguel Acevedo, llama ñoños yihadistas: Gente que se apaga tanto al material original que adora, que cuando se trata de una adaptación de este, si ve algún cambio que le molesta y/o considera que atenta en contra del supuesto canon "sagrado", no solo se disgusta, sino que reclama hasta llegar a niveles absurdos.  En el caso concreto de Anillos de Poder y la literatura sobre la Tierra Media, lo que le indigna a esta gente son los agregados (que son demasiados) a la pluma del autor de los libros; detalles que cambiarían demasiado el texto original y no respetarían su sentido.  Claramente que sucediera esto era algo inevitable, ya que teniendo solo los derechos de la trilogía y los Apéndices (como ya se dijo más arriba), era obvio que gran parte de lo representado iba a ser creación original; por otro lado, se olvidan de que estamos hablando de piezas artísticas diferentes, en distintos formatos, razón por la cual NUNCA una adaptación cinematográfica (o televisiva, en este caso) es igual a la obra de la que salió y se toman libertades artísticas que bien, incluso, pueden mejorar la pieza de la que salió (solo mencionaré dos ejemplos al respecto y que adoro: Misery e Hijos del Hombre o incluso un filme inspirado en un cómic como Logan).  Más encima, por muy artísticas que sean estas producciones, tienen un propósito lucrativo y, por lo mismo, deben hacerlas aptas al público masivo; de ahí que los elementos más agrestes de la obra, como la falta de personajes femeninos en la obra de Tolkien, sean pulidos en la versión audiovisual para contentar a la audiencia (y de paso ganar dinero, mucho dinero).  Por lo tanto, teniendo en cuenta todas estas cosas, el espectador que ama la obra original, si quiere disfrutar en verdad de su adaptación, debe hacerse la idea de que verá la versión de otro artista y no la versión que en su mente se hizo; cuando leyó el título que ahora está revisitando.
    Otra cosa que molesta a los puristas de Tolkien es cómo representan a los personajes clásicos de la saga, afirmando que para nada se parecen a sus contrapartidas literarias, pues actúan distinto en la presente serie; no obstante, se les olvida un detalle muy importante: Acá los vemos en su juventud y ¿Acaso la gente no cambia con el tiempo? Muchos de nosotros hemos pasado por el proceso de maduración con el paso de los años; por ende, si miramos atrás a nuestro yo de antes, podemos darnos cuenta de que otrora éramos más enérgicos o más inocentes o más irresponsables, etcétera y eso bien se puede observar en la representación acá de estos personajes.
   Y luego tenemos el detalle que más provoca disgusto entre los bien llamados ñoños yihadistas: La inclusión forzada.  Y es que bien sabido es que Tolkien, basó su obra en gran parte en la tradición europea; por ende, en sus páginas aparece gente blanca.  Pues considerando lo recién mencionado, es verosímil que sus personajes, salvo orcos y otros monstruos humanoides, sean de tez clara; así muy bien lo muestran las distintas creaciones artísticas anteriores a Anillos de Poder, como ilustraciones de grandes dibujantes, cómics, videojuegos y las viejas películas animadas, además de las hechas por Peter Jackson (tan solo en las dos últimas cintas de El Hobbit, entre la gente del lago, vemos unas cuantas personas morenas).  Hago hincapié en todo esto, porque este show "moderno", claramente siguiendo la tendencia actual woke (la que, en todo caso, creo va en bajada y ojalá no me equivoque), veremos gente de "color" entre los elfos, enanos, hobbits y humanos; y no solo eso, sino que sujetos de gran importancia para la trama, líderes entre los suyos, son gente negra.  Todos ellos inventados para esta precuela, en todo caso (aunque creo que cierta reina, es mencionada en los textos literarios).  Ahora bien, tratándose de un mundo ficticio, por mi parte, no me parece "tirado de las mechas" que veamos personajes con estas características, puesto que no se trata de nuestro mundo y bien pueden tener ese color de piel (tal como los vulcanos negros de Star Trek, por solo mencionar un gran ejemplo, que a nadie ha molestado o los elfos oscuros del anime Record of the Lodoss War); sin embargo, a menos que me equivoque, hacia el final de la segunda temporada, vemos nada menos que a elfos de aspecto oriental (o sea, con ojos rasgados) y si eso no es wokismo puro e inclusión forzada, todo lo que aquí he escrito no vale la pena.  No obstante, el show es tan de mi agrado, que les perdono algo tan "mínimo", como lo que les he contado.

 
                                             Créditos de apertura de la primera temporada

2 comentarios:

  1. No pude enganchar con la serie y por ser algo woke, no sé, siento que pierdo esa escencia de las películas, se que es una serie y tiene menos presupuesto, pero esperaba una historia más elaborada, en fin mi perspectiva

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    1. ¡Bueno, a ti te gusta las pelis de serie Z, así que en gustos no hay nada escrito!

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