En la Antigüedad existía la idea de
que los seres humanos estábamos expuestos a los vaivenes de la suerte, la
llamada “Fortuna”, la que bien era una diosa más para griegos y romanos;
posteriormente se le representó bajo la forma de la Rueda de la Fortuna, de
modo que a veces nos tocaba estar arriba (en las situaciones beneficiosas) y
otras abajo (la mala suerte), razón por lo cual en cualquier momento la dichosa
rueda giraba y podíamos quedar en una u otra posición. Esta concepción bastante alejada en todo caso
del Providencialismo (intervención directa de Dios en nuestras vidas) y del
libre albedrío (cada uno decide qué hacer con sus decisiones y actos) propio
del Cristianismo que se extendió en la Edad Media, se hizo popular aún así
durante dicha época y de ese modo fue como trovadores y juglares realizaron un
montón de composiciones en honor a la Fortuna, debido a nuestra propia
naturaleza como criaturas expuestas a la buena o mala suerte.[1]
El paganismo (relativo a las creencias religiosas ajenas al
cristianismo), que aún perduró fuertemente en una época tan teocéntrica (o sea, el Dios cristiano es el centro de
todo) con su concepción de la Rueda de la Fortuna, bien se encuentra presente
en las obras pertenecientes a la Fantasía Épica (literatura de fuerte raigambre
folclórica y sucesora de la tradición oral de las mitologías y los textos
medievales), siendo que muchos de sus exponentes se encuentran ambientados en
mundos de carácter medieval, como bien sucede en las populares Crónicas
de Narnia de C. S. Lewis y El Señor de los Anillos de
Tolkien. Pues bien, en el caso de la
también famosa y premiada saga de Canción de Hielo y Fuego de George
R. R. Martin, la descripción de un mundo ficticio de este tipo no puede ser más
evidente: Hay reyes, princesas, bufones, dragones, magos, caballeros, reinos
exóticos y muchos otros elementos propios de una obra de este tipo, fiel
heredera de la poesía épica y del cantar de gesta.
Ahora bien, al referirnos específicamente de la tercera novela del ciclo
de George R. R. Martin señalado arriba, titulada Tormenta de Espadas, nos
encontramos frente a un libro algo más extenso que los que le precedieron (por sobre las mil páginas, igual que el
texto anterior) y donde ya los personajes presentados en los otros tomos,
cobran como nunca una identidad propia al entregarnos el narrador un montón de
datos acerca de su psicología e historias personales; pues bien, al ser todos
estos personajes los ejes que mueven la narración (cabe recordar que la saga en
sí está armada a manera de relato coral, donde los personajes llevan el
protagonismo según los capítulos que se les otorgan), el lector puede apreciar
a través de sus experiencias, pensamientos y comportamientos, cómo estos al ser
en su mayoría personajes extraordinarios, están expuestos al igual que los
personajes secundarios a los mismos hechos fortuitos que los llevan a los
destinos más inesperados. Es en este
sentido que Tormenta de Espadas es de los tres libros en lo que va Canción
de Hielo y Fuego, una obra que presenta como nunca la
idea de la Rueda de la Fortuna, al hacer que sus numerosos personajes tengan
que sortear tantos situaciones y que tal como en las representaciones
medievales, algunas veces les toque estar arriba y en otras debajo de la rueda;
por lo tanto cualquiera de ellos puede pasar por las adversidades más
inauditas, habiendo estado antes en lo más parecido al “estado de gracia” y
luego encontrarse en medio del infortunio. No obstante es ante dichas empresas
que implican muchas veces un peligro para estos personajes, que su calidad como
individuos logra ser advertida para el resto y para el lector; así es cómo se
descubren en ellos aspectos de sus personas inesperados, algunos sorprendentes
en cuanto a que recalcan aspectos positivos de sus personas y otros más bien
nefastos. Y es que en su mayoría los
personajes construidos por el autor no son ni estereotipados, ni mucho menos
idealizados, de modo que resultan ser verosímiles en cuanto a sus flaquezas,
como en sus virtudes. Por lo tanto varios
de los protagonistas de estas novelas justo cuando parecen ser villanos, nos
asombran al mostrarnos que en realidad no abrazan el mal en sí y que su
conducta pasada solo es el resultado de sus pasiones y malas decisiones (como
bien pasó desde el primer tomo del ciclo, Juego de Tronos, con el personaje de
Catelyn, quien en un principio se mostró casi desagradable hasta tomar
dimensiones heroicas y en este tercer libro con Jaime Lannister, quien aquí
llega a acercarse a la redención); mientras que aquellos que se suponían
ejemplares, también tienen sus caídas, siendo el mejor ejemplo el carismático
enano de Tyrion, el cual acá en al menos dos ocasiones demuestra la tendencia
humana a dejarse llevar por sus emociones más bajas y no por la inteligencia y
nobleza que hasta el momento había mostrado.
De este modo, cualquiera de los personajes de la saga puede actuar de la
forma más imprevista, según sea el acontecimiento por el que esté pasando.
Siguiendo con la noción de la eventualidad en Tormenta de Espadas, en
esta novela asistimos a algunos de los momentos más increíbles de Canción
de Hielo y Fuego: partiendo por su inesperada introducción, luego por
el hecho de otorgarle protagonismo a dos personajes secundarios de los libros
anteriores (y que resultan ser tan dispares entre sí) y por último porque ahora
cuando los personajes resultan ser archiconocidos y apreciados por uno, el
narrador se permite matar a unos cuantos entre los distintos bandos, de una
manera que deja al lector sin aliento.
Por otro lado, algunos de los personajes están dirigiendo sus pasos
hacia el Oeste, justo donde se encuentra la última de los Targaryen, Daenerys,
de modo que al parecer se producirá en el siguiente volumen un encuentro entre
estos personajes que ni se conocían entre sí y que de seguro tendrá gran
importancia para el desarrollo de los acontecimientos que están por venir.
Como a su vez el conflicto entre los distintos reyes que desean hacerse
con el poder tras la desafortunada muerte de Robert Baratheon y el anunciado
regreso de los Otros han ido tomando terreno, Tormenta de Espadas posee
aún mucho más elementos sobrenaturales que en los libros 1 y 2; esto se
evidencia desde el espectacular comienzo de la novela en cuestión, puesto que
esta vez las apariciones de los Otros serán más seguidas y catastróficas, así
como todo lo relacionado con la gente del llamado Rey Más Allá del Muro y sus
salvajes, estando estos últimos acompañados por nada menos que gigantes y hasta
un “cambiapieles” (un sujeto capaz de pasar su conciencia a diversos
animales). Pero la magia y la fantasía
también abundarán durante las fabulosas aventuras de Daenerys de la Tormenta en
el Este, las experiencias de Sam, a quien en esta ocasión se le dedica gran
parte de la narración y todo lo relacionado al rey Stannis y su siniestra
sacerdotisa Melissandre; por último Arya una vez más es testigo de hechos donde
la magia se encuentra presente de manera inaudita.
Al igual que en el libro anterior, Choque de Reyes, esta tercera novela
de la saga parte con un Prólogo dedicado a un personaje del cual apenas se
sabrá más adelante; a su vez el texto mismo termina con un inesperado Epílogo,
esta vez bajo la mirada de otro personaje que durante el resto del libro apenas
tuvo relevancia.
Aparte del Prólogo y el Epílogo ya comentados arriba, esta tercera
novela se encuentra armada desde el punto de vista de 10 personajes, siendo 2
de ellos nuevos a la hora de cobrar protagonismo, si bien ya antes en los otros
dos libros habían sido presentados y tenido su propia notabilidad (solo que
ahora se les desarrolla más como personajes, de modo que conocemos datos
importantes de su pasado y su manera de pensar).
Los capítulos en cuestión están centrados en:
- Jaime Lannister: El hermano gemelo de Cersei,
viuda del difunto rey Robert y madre del heredero rey Joffrey, da comienzo
a la novela con su viaje forzado custodiado por Brianne de Tarth, quien lo
debe llevar sano y salvo hasta Desembarco del Rey para recuperar a Sansa y
Arya (tal y como es el deseo de Catelyn, la cual lo liberó de la prisión
con tales condiciones, a manera de intercambio por sus hijas). Durante su travesía, una especial
relación se da entre rehén y guardián, siendo que en un principio el
llamado “Matarreyes” se dedicaba a burlarse de su fealdad y tratar de
escapar de su yugo, hasta que las circunstancias lo hicieron apreciar el
valor de la mujer guerrera y respetarla; en cierto sentido Jaime llega a
descubrir en la mujer, virtudes que despiertan en él lo mismo que sucede
cuando está frente a su hermano enano.
A lo largo de todo este tomo, Jaime aprende más de una lección, las
que lo convertirán en alguien diferente hasta cierto punto, con lo cual el
hasta hace poco soberbio Ser llegará a transformarse en un sujeto mucho
más cercano a su querido hermano Tyrion, que a su amada hermana
Cersei. Un punto importante en los
capítulos dedicados a éste, radica en que por fin se sabe gracias a este
libro cuál fue su verdadero papel durante los hechos que le dieron el
apodo de “Matarreyes”, con lo cual el personaje se humaniza más que nunca.
- Catelyn Stark: A la matriarca de la familia
más querida de Los Siete Reinos, le toca como nunca acompañar a su hijo
Robb durante su campaña militar, aconsejándolo dentro de lo posible, pero
sin perder la noción de que ya éste no es un niño y que en ocasiones no
puede revertir las decisiones del joven Rey en el Norte. Luego de que Catelyn liberó contra la
voluntad de los partidarios de Robb a Jaime, debe sobrellevar para bien o
para mal las consecuencias de sus actos, dentro de los que se encuentran
además los del joven rey; es así como en un determinado punto de su propio
periplo, Catelyn debe pasar por uno de los momentos más impactantes de
estos tres primeros libros, el cual incluye una venganza y una traición
prácticamente inolvidables.
- Arya Stark: La aventurera niña se ve
obligada a separarse de sus compañeros y amigos, no sin antes conocer a un
especial grupo de ladrones con un particular código de honor y liderados
por un par de personajes de lo más memorable. Cuando Arya parece estar por fin a
seguro, tiene un encuentro con otro personaje destacado de Canción
de Hielo y Fuego, el cual había desaparecido de la acción al final
de la novela anterior, en circunstancias que hacen que su reaparición no
pueda ser más sorpresiva; a partir de entonces el viaje de Arya toma un
cariz completamente distinto (sin dejar de ser interesante) a lo que hasta
ahora había vivido. Durante su
estadía con los simpáticos bandidos, Arya es testigo otra vez de la
presencia de la verdadera magia.
- Tyrion Lannister:
El para muchos
mejor personaje de la saga (después de Daenerys, claro) se encuentra en
este libro con un nuevo cargo político en Desembarco del Rey y esta vez
completamente a merced de su padre, quien es el que realmente mueve los
hilos de su poderosa familia. A su
vez Tyrion debe seguir velando por su propia vida, como por la de otros a
quienes se ve obligado a proteger.
Durante Tormenta de Espadas el menor de los Lannister no pasa el
mejor momento de su vida y pese a todo sigue demostrando su valía ante
cualquier adversidad.
- Davos Seaworth: Convertido en uno de los pocos
sobrevivientes de la batalla en las costas de Desembarco del Rey entre las
huestes de Joffrey y Stannis, Ser Davos regresa a Rocadragón para
encontrarse primero con que es culpado de traición, con la posible
sentencia de muerte para su persona y luego ser milagrosamente perdonado
por su rey y con el objetivo de que le rinda un mayor servicio que
antes. Davos recela como nunca de
la sacerdotisa Melissandre y hará todo lo posible por proteger a Stannis
Baratheon de su influjo, de modo que el monarca realice lo que es
correcto.
- Sansa Stark: En la corte del rey Joffrey,
quien fuera una ingenua jovencita hasta que conociera la verdad acerca del
mundo, debe seguir pasando por un montón de penurias, entre ellas casarse
contra su deseo (ya no con Joffrey eso sí) y aún así llega a estar dispuesta
a escapar del lugar junto a ser Dontos, tal y como se lo había propuesto
con anterioridad. No obstante a la
más bella de los Stark, siempre le toca vivir sometida al poder de alguien
más.
- Jon Nieve: El hijo “bastardo” de Eddard
Stark primero debe hacerse pasar por un traidor a su orden de la Guardia de
la Noche, para descubrir los planes de Mance Rayder y sus salvajes,
quienes quieren invadir los Siete Reinos.
Su tarea se le complica cuando se involucra sentimentalmente con
una mujer del enemigo y aún así logra salir con su deber, siendo además
luego el principal artífice de la defensa del Muro por parte de la Guardia
de la Noche. Los eventos acaecidos
en el tomo lo llegan a convertir en un hombre muy cotizado para las
fuerzas involucradas en la guerra que se está llevando a cabo, con más de
una sorpresa para el valeroso muchacho.
- Daenerys
Targaryen: Junto
a su gente, le toca visitar tres ciudades esclavistas vecinas, en la
búsqueda de poder para recuperar el trono que por derecho le
corresponde. Algunos de los mejores
momentos de la novela transcurren como siempre, durante los capítulos
dedicados a ella, con la inclusión de algunos de los personajes más
curiosos y atractivos que en este tomo aparecen. Grandes decisiones le toca tomar a
Daenerys de la Tormenta y ello implicará más de un sacrificio.
- Brandon Stark: Separado por completo de su
familia tras los tristes eventos acaecidos a Invernalia en el tomo
anterior, continua haciendo su viaje junto a sus compañeros, en la
búsqueda del cuervo de tres ojos que se supone le será de gran ayuda. Durante su trayecto se encuentra
inesperadamente con otro importante personaje, así como con uno nuevo de
inusitada presencia, si bien ambos le son favorables. Sus capítulos en el volumen resultan ser
los menos entretenidos y frecuentes en este caso.
- Samwell Tarly: El obeso y cobarde hermano
juramentado de la Guardia de la Noche y mejor amigo de Jon Nieve, contra
su voluntad se va convirtiendo poco a poco en un individuo extraordinario
y en un pequeño héroe. Le toca
pasar en este libro algunas de las aventuras y desventuras más
maravillosas de sus páginas, teniendo que cumplir un papel fundamental
para los acontecimientos que se están desarrollando.
Personajes destacados del libro:
- Mance Rayder: El hasta su primera aparición
ominoso Rey de Más Allá del Muro, resulta ser un simpático e inteligente
sujeto con unas interesantes habilidades de líder, sin ápice de soberbia,
ni crueldad. Con dotes artísticas,
es mucho más joven de lo que se esperaba de él, rompiéndole todos sus
esquemas a Jon, al igual que gran parte de su gente.
- Lord Beric
Dondarrion:
Con anterioridad un apuesto caballero, no ha perdido su nobleza de
corazón, pese a que ahora su aspecto físico llega a ser bastante diferente
de lo que Arya recordaba de él, una vez que sus caminos se cruzan. Lo que le ha pasado a este valeroso
hombre, resulta ser uno de los hechos más extraordinarios del libro,
siendo además su persona uno de los personajes más interesantes a lo largo
de sus más de mil páginas.
- Toros de Myr: Sacerdote de la misma
divinidad de Melissandre, con la diferencia de que éste resulta ser un
sujeto mucho más agradable y bondadoso, como también justo; al igual que
Melissandre, posee increíbles poderes, los que ha usado para ayudar a su
amigo y señor Dondarrion de una forma inesperada. Antiguamente fue un hombre obeso y de
aspecto imponente y en la actualidad se le ve desgarbado. Acostumbra a usar espadas llameantes.
- Lysa Arryn: Hermana de Catelyn, en su
juventud fue una mujer bella infelizmente casada por conveniencia con un
hombre que bien podría haber sido su padre o quizás hasta su abuelo. Esta mujer apareció en Choque
de Reyes y desde aquel entonces se pudo apreciar su personalidad
sicótica; durante su primera aparición, ya se le había visto con
sobrepeso, pero durante los eventos de Tormenta de Espadas se
encuentra verdaderamente obesa y más loca que nunca; además en este tomo
nos enteramos de su amor enfermizo por Meñique, el confabulador miembro
del consejo del rey del Trono de Hierro y de su participación en eventos
pasados de gran relevancia. Su
único hijo es un malcriado y desquiciado niño de cerca de 10 años.
- Lord Oberyn Martell de Dorne: Atractivo, inteligente y belicoso hombre que llega en
representación de los suyos a Desembarco del Rey, siendo su familia
enemiga de los Tyrell, los nuevos aliados de los Lannister ahora que
piensan casar a lady Margaery Tyrell con Joffrey. Oberyn es famoso tanto por sus dotes
para la batalla, como por sus conocimientos en venenos y su gusto por el
sexo (supuestamente es bisexual).
Quien debe recibirlo junto a su gente antes de llegar Desembarco
del Rey, es nada menos que Tyrion, con quien llega a crear una rara
relación. Su mayor deseo es que se
haga justicia a su hermana y sobrinos que murieron a manos de los
Lannister y su secuaz Gregor “La Montaña que Cabalga” Clegane, durante el
destronamiento del rey loco Aerys.
- Ygritte: Guapa y sexy
“mujer libre” “besada por el fuego”, o sea, pelirroja, de la cual se
enamora contra su voluntad Jon Nieve.
Es una guerrera formidable y una mujer que no duda en conseguir lo
que desee. Hace su primera
aparición en la saga en el tomo anterior, pero acá es cuando es realmente
desarrollada como personaje. Uno de
sus mayores deseos es conocer los castillos detrás del Muro.
- Arstan Barbablanca: Anciano misterioso y sabio que sirve de escudero al guerrero eunuco Belfas el Fuerte, uno de los lacayos de Danaerys; ésta le llega a tomar aprecio, contra los deseos de su primer al mando, Jorah Mormont, quien le asegura que el hombre esconde un gran secreto (es así como una vez rebelado éste, resulta ser otra de las grandes sorpresas del libro.
Ilustración del libro donde se ve a Sam enfrentándose a uno de los muertos reanimados por los Otros. |
[1] El mejor ejemplo de ello lo podemos
encontrar en el célebre Carmina Burana del compositor Carl
Off que recoge estas obras musicales populares.