1.
El Sirviente de los Huesos. Cuando era estudiante, escolar y luego
universitario, en Alameda a la altura de la estación del metro República (quizás la más grande en aquella
época pretérita, que solo después este siglo y con la aparición de las otras
líneas de dicho servicio de tren subterráneo, aparecieron otras, incluso mucho
más gigantescas) se ponía sobre el pavimento un "caserito" de esos
que encima de una lona o mantel, distribuyen su mercancía para ser exhibida
ante los curiosos y voraces ojos de los potenciales clientes. Este señor (o señora, que mucho tiempo ha
pasado y ya no recuerdo su identidad) se dedicaba al fino comercio de libros,
entre textos originales nuevos, usados y piratas. Siempre que pasaba por ahí, en especial
cuando iba en dirección al preuniversitario donde me preparaba para dar la
extinta P.A.A. (Prueba de Aptitud Académica), para postular luego a una carrera
universitaria (Año del Señor de 1993 y entonces no eran tan fácil cursar
estudios superiores), me encontraba con las maravillas que vendía esta persona,
lamentando no contar con el dinero suficiente para adquirir algo; solo una vez
desembolsé plata de mis escuetos ahorros y me di un gusto gracias a dicho
puesto: Los Cuentos de Eva Luna de Isabel Allende, que luego supe
era una copia pirata, la única que he comprado en mi vida (pues no me gustan
esas feas versiones) y que años después perdí (mucho tiempo después, gracias a
una económica colección que salió en los kioscos, pude comprar ese valioso
libro en tapa dura y con sobrecubierta). Disculpen, que harto me he extendido y
todavía no llego al punto que nos reúne primero... Resulta que entre esos
libros que se exponían en plena Alameda y a la intemperie (aunque muchos de
ellos forrados), el único título que recuerdo con detalle viene a ser El
Sirviente de los Huesos de Anne Rice.
Una de las pocas novelas de la autora independientes, que no pertenece a
sus sagas de las Crónicas Vampíricas, ni a la de Las Brujas
de Mayfair o a cualquier otro de sus ciclos que luego creó; solo sé que
trata sobre un espíritu vengador, creo que de las antiguas Babilonia o Mesopotamia,
que presencia un asesinato en la actualidad y decide ajusticiar al homicida a
su manera. Les hablo de la era antes de
Internet y, por extensión, de Wikipedia, así que solo gracias a este
"puestecito" supe de la existencia de tal obra. Me gustó de inmediato su título y su portada,
pero vez que tenía efectivo conmigo lo gastaba en otro texto. Ignoro en qué momento desapareció este
vendedor de tal lugar, ojalá se haya ido a otro para deleitar con sus joyitas. Cabe mencionar que esta novela hoy en día
está discontinuada en español o al menos no la pillo desde hace años. A ver si algún día la incorporo a mi
biblioteca (y me la leo, claro).
2.
Caricias de Horror. Los ochenta y los noventa son décadas
prodigiosas en lo que se refiere a la aparición de antologías de terror; tengo
el gusto de poseer varias de ellas y me las devoré hace rato (pregúntenme si me
acuerdo de más de 5 relatos contenidos en sus páginas); algunas de ellas son
verdaderas perlas que están entre lo más valioso del formato y se consideran
títulos relevantes a la hora de estudiar/leer con seriedad narrativa corta del
género. De entre los susodichos libros, se
encuentra Caricias de Horror 1 y 2, dos selecciones que tuve en
mis manos cuando cursaba en la universidad, puesto que llegaron muy baratos de
la mano de la extinta editorial argentina Emecé, que trajo la Librería Chilena,
la empresa con dos locales en Santiago de la que ya les he contado bastante. Creo que es el primer tomo el que trae un
famoso cuento de Ray Bradbury, otro muy destacado de Clive Barker (Jacqueline Ess: Su voluntad y su testamento) y uno de Stephen King, del cual solo he leído su
versión incorporada a la novela Los Tommykcnockers (La Pasión de
Becka Paulson). El tema es que nunca me
compré ninguno de los dos, aunque sí adquirí un ejemplar del primer volumen,
para regalárselos en Navidad a un par de hermanos que tenía de amigos en aquel
tiempo. Recuerdo que se los dediqué (era
mi costumbre escribir un mensaje, a quien le obsequiaba un libro en aquellos
años) y en algún momento, estando en su casa, me leí la introducción que era
bien buena. De puro tonto no me agencié estos tomos.
3. Lori. Un autor al que reverencio desde antes de
leerlo, o sea, desde que era un adolescente y ya conocía algo de escritores de
terror, viene a ser el maestro Robert Bloch.
Supe de su existencia cuando vi por esa época por primera vez Psicosis,
basada en su novela Psycho, que claramente me gustó mucho. Luego me leí el maravilloso ensayo de Rafael
Llopis sobre Los Mitos de Cthulhu, que durante mi primer año en la universidad
disfruté ahora completo, en la magnífica antología sobre estos relatos que sacó
Alianza Editorial, puesto que se trataba de nada menos que su Introducción; de
esta manera supe más del escritor y tuve el placer de gozar un par de cuentos
suyos. Una vez llegó a la mentada Librería Chilena
su novela Lori, con una muy fea portada de Plaza y Janés. Cabe mencionar que difícilmente llegan acá
títulos de este narrador, de quien es más fácil pillar cuentos suyos en
antologías varias. Varias veces estuve
tentado de comprar esta obra, que solo puedo traer a la memoria sobre su
argumento de que es de terror sobrenatural; sin embargo, nunca lo hice y solo
ahora sé que perdí una oportunidad de oro, porque tal como dije antes, con
suerte es traducido en la actualidad al español y eso que su bibliografía es
extensa. Yo no era socio de ninguna biblioteca,
salvo del Instituto Chileno-Alemán y si bien en la universidad tenía acceso a
una inmensa biblioteca, nunca indagué para ver si tenía algo de mis temas de
interés; así que todo lo que me leía o era bien lo que lograba conseguir para
mi naciente colección o se trataba de lo que me prestaban los amigos, que
comencé a hacer a partir de entonces.
Fue cuando una profesora del colegio donde estudié y con la que comencé
a hablar recién ya salido yo de enseñanza media (pues era profe de Básica y
nunca me hizo clases), ya que de pura nostalgia visitaba este centro
educacional, que comencé a prestarme libros con su hijo; de edad similar a mí y
alguien que tenía los mismos intereses literarios que su servidor, no contaba
con alguien para compartir sus gustos. Internet
era algo de ciencia ficción, así que nos escribimos unas cuantas cartitas
cortas, que intercambiábamos gracias a su madre y luego comenzamos a hablar por
teléfono. Fue así que uno de los libros
que me mandó con la "Tía Yanira", fue Lori, el que leí feliz, aunque
como ya dije, no tengo memoria de qué va. Por otro lado, solo una vez me junté
con Manuel, pues fui invitado a su casa y harto bien que la pasé (llevé en VHSArmy
of Darkness de Sam Raimi, para que la viéramos juntos); tristemente esa
protoamistad no fructiferó, porque el mismo Manuel no demostró mayor interés y
yo me quedé con las ganas de compartir más juntos. 4.
La Serpiente y el Arcoiris. De los ochenta data una de las mejores
cintas de Wes Craven (o al menos una de mis más queridas de este realizador):
The Serpent and the Rainbow. Llegada a
estos lares con el comercial nombre de La Maldición de los Muertos Vivientes,
es la única peli de zombies "mágicos" moderna y seria de la que tengo
conocimiento. Cuando se estrenó en
nuestras salas, correspondió a una de las tantas pelis que deseé ver en
pantalla grande y que solo en VHS pude hacerlo, ya en los noventa; antes de
eso, fue uno de los tantos filmes que me contó mi hermana Mabel cuando éramos
chicos y que ella vio en el colegio, en esas sesiones de cuando se daban
"funciones de video" para juntar fondos (otro título de estos que me
relató fue Poltergeist).
Así fue que habiéndome visto por fin esta obra de adolescente, me llamó
la atención el detalle de que estaba basada en un libro; luego supe de que no
era una novela, sino que una especie de ensayo, del mismo tipo que aparece como
protagonista en dicha obra (creo que era un antropólogo, al menos el de la vida
real). Nunca pensé en encontrar un texto como ese
por acá, no obstante gracias a la gente de la Librería Chilena ello fue
posible. La verdad es que solo supe de
que estaba a la venta, porque un amigo me había pasado el dato, que no había
reconocido esta obra con su nombre en español: La Serpiente y el Arcoíris. En ese tiempo era joven y mucho más
ignorante que ahora, así que dejé pasar una oportunidad de oro para poseer y
leer un documento como ese. Supongo
también está descatalogado ¿Se lo habrá comprado Guillermo?
1.
Un título al cual no puedes ignorar. Dune de Frank Herbert,
publicada en 1965, posee su propio lugar en más una lista especializada de
literatura de anticipación científica y si no es en todas en el número uno, al
menos se encuentra entre los primeros (¿10?) puestos... La verdad es que este
humilde servidor solo ha leído de esos textos de recomendación y análisis, el
tomo de David Pringle sobre Las 100 Mejores Novelas de Ciencia Ficción,
un volumen considerado como un trabajo serio y de gran respeto entre frikis de
todo calibre.Sin embargo, sí puedo
afirmar con conocimiento de causa que entre todos mis amigos ñoños, que son
lectores ávidos de este tipo de literatura, que la mentada novela está entre
sus favoritas y/o que reconocen su alta calidad literaria. Por mi parte, ya me
he devorado con mucho placer sus páginas (que no son pocas) y en cada momento
de los distintos estadios de mi vida fue todo un gozo estético (primero a los
18, luego cerca de los 30 y ahora de nuevo a los 46). Cabe mencionar, que el texto es el primero
de 6 entregas de una saga que a su vez está entre lo más graneado de ello, a la
altura de obras de culto como lo son Fundación de Isaac Asimov, Los
Cantos de Hyperion de Dan Simmons y La Saga de Ender de
Orson Scott Card.Dividida en un par de
trilogías, ha originado una serie de precuelas orquestadas por el hijo de Herbert
(Brian) y el escritor "mercenario" Kevin J. Anderson (que dicen no
escribe mal), comenzando por unos manuscritos del verdadero artífice de todo y
que sirvieron como base al primer libro de su propia saga (al menos eso es lo
que ellos dicen). 2.
La historia. Arrakis, más conocido como Dune es un
inmenso planeta desértico que pese a sus agrestes condiciones, que incluyen una
supuesta pequeña e insignificante población autóctona (los Fremen), es de vital
relevancia para el status quo del Imperio Galáctico; y es que solo en su
territorio se encuentra la Melange, una rara sustancia que usan los herméticos
hombres de la Cofradía, quienes tienen el monopolio de los viajes espaciales y
la que usan para conseguir los poderes extrasensoriales a través de los cuales
pueden realizar los viajes.Así que
muchos intereses económicos hay respecto a este lugar, aunque consideran
insignificantes a sus gentes y dominan con mano de hierro su único recurso
natural (algo que nos recuerda cómo en el mundo real, se han saqueado las
riquezas de los pueblos conquistados por parte de gobiernos extranjeros y
empresas oportunistas multinacionales). El Duque Leto Atreides recibe la orden de
abandonar su paradisiaco mundo de Calladan junto a su familia, para tomar a
nombre del Emperador el control de Dune; este en contra de sus deseos va,
aunque sabe que todo se trata de un engaño y que en ello está involucrada la
Casa Harkonnen, sus enemigos acérrimos.Lo acompañan junto a varios hombres valerosos su primogénito Paul y la
madre de este, Jessica, la concubina del Duque y a la que ama con todo su
corazón (sentimiento que es correspondido).Tal como se espera desde el principio, la traición se lleva a cabo y el
chico con su madre se quedan solos en las inmediaciones de su nuevo hogar,
perseguidos por el enemigo y expuestos a las imprevistas acciones de los
Fremen, que bien saben son mucho más de lo que a simple vista parecen.El destino de Paul y de su madre definirá
para siempre el orden de las cosas.
3.
Temas A.
Religión. Los
Fremen poseen una fe inquebrantable y admirable, la que claramente está
inspirada en los árabes y en el Islam (incluyendo sus costumbres como
habitantes del desierto).Es así que la
figura de un mesías en el libro toma un rol destacado, dándole un montón
misticismo que se fusiona de manera realista con la ambientación
futurista.Por otro lado, no faltan
ligados al tema de lafe los juegos de poder e intriga, así como otros que
convierten a Dune en una obra compleja y llena de varias aristas
a través de las cuales abordarla. Pero la religión bien se observa de dos
formas en esta obra, una positiva y otra negativa.En el primer lugar, esta se presenta como el
cemento por medio del cual una sociedad consigue volverse sólida, desarrollando
tradiciones e historias relacionadas que le otorgan verdadera riqueza cultural
y patrimonio; de este modo, queda claro que una fe no solo se trata de un
sistema de dogmas, que regula el comportamiento de sus miembros, sino que la
define y le otorga sentido.Luego tenemos
el lado negativo de todo, donde las instituciones religiosas y sus paradigmas
son un medio para que la gente inescrupulosa controle a otras, por medio de su
fe ciega e ignorancia; asimismo, aparece el tema de la "guerra
santa", la jihad, que aunque en esta novela no se concreta, sí queda
estipulada como una aberración que debe ser evitada a toda costa. Un punto aparte dentro de todo esto, viene
a ser el Mesianismo, ya que acá encontramos la presencia de un líder
carismático, un salvador para su gente y un hombre notable; alguien lejos
superior a quienes lo rodean, debido a sus habilidades extraordinarias y quien
toma un lugar preponderante en la historia.Todo esto, ya que en pocas palabras el libro es la crónica de este
sujeto, a quienes conocemos primero siendo poco más que un niño y del cual,
luego, somos testigos de su evolución y ascenso. B.
Política. Las numerosas intrigas en las que están
involucradas la aristocracia del imperio, donde todo el mundo solo desea el
poder o está ligado de alguna manera a este juego de voluntades, nos hace
recordar lo peor del Renacimiento con la figura de los Médicis, Borgia y
Maquiavelo.Pero a la nobleza, que en
algunos casos se trata solo de títulos comprados por el dinero, se suma el
monopolio comercial y quienes dependen de ello, usando a los demás como peones
en esta disputa por el dominio de la sociedad.Es así que el planeta mismo de Dune se transforma en el centro de estas
disputas, de modo que encontramos variaciones del Colonialismo también, a
través del cual los poderosos explotan los recursos naturales de los
territorios que anexan de manera indiscriminada; debido a lo anterior, se
introduce la lucha de quienes no desean la presencia de los dominadores, con
resistencia, batallas y un conflicto armado que toma ribetes de "guerra
santa". C.
Ecología. El planeta de Dune es magnífico en su
configuración, estando entre las mayores creaciones de la "literatura de
género" y a la par de mundos de fantasía como La Tierra Media de Tolkien y
Narnia de Lewis.Su geografía,
particularidades y, en especial, flora y fauna con un ciclo de vida tan
particular, son caracterizados con credibilidad, al punto que las imágenes que
crea Herbert encuentran tierra fértil en la imaginación del público lector. Quizás antes de esta obra, nunca un mundo
propio de la ciencia ficción había sido descrito con una impronta como esta,
algo que luego títulos como La Mano Izquierda de la Oscuridad de
Ursula K Le Guin, con el entrañable planeta de Invierno y su sociedad
hermafrodita, consideraría para darle realce a este aspecto.Cabe mencionar que uno de los personajes más
destacados del libro, es justamente un ecólogo o planetólogo, alguien dedicado
a estudiar los ecosistemas y mejorarlos.Tras lo anterior, a través de la presencia de los Fremen, la gente del
desierto, claramente inspirada en los árabes, todo respecto a lo sagrado que es
el agua y la preeminencia del medio, sobre los seres humanos que dependen de
este (quienes deben adaptarse a sus particularidades o morir en caso de
resistirse al cambio).Por lo tanto, Dune
no es lo mismo sin el papel de los ciclos de vida y el manejo responsable de
ello, volviéndose elementos primordiales del libro y que le otorgan otras
valiosas aristas, para disfrutar y analizar esta novela. D.
Empoderamiento femenino. Junto a los villanos de la novela, los
mencionados Fremen y la hermética Cofradía, la institución de las Bene
Gesserit, manejada solo por mujeres, viene a ser uno de los puntos más altos de
esta ficción.Llamadas
"Brujas" por muchos hombres, estas científicas que manejan
conocimientos de genética avanzadísima y otras artes como el control corporal,
la psicología y sociología en una amalgama increíble, nos muestran lo mejor y
lo peor a lo que pueden llegar las féminas si se lo proponen. Una verdadera fuerza de la naturaleza, las
mujeres detrás de los grandes hombres a los que manejan y, en el más positivo
de los casos, de los que se vuelven sus principales aliadas, tienen en estas
páginas tremendos exponentes entre villanas, heroínas y antiheroínas; todas
ellas hembras de carácter fuerte, inteligentes e independientes.
Venom (2018) fue una película
esperada por muchos a lo largo del mundo, entre fanáticos de los cómics y otros
que solo ubicaban al personaje de oídas (más bien lo vieron por ahí en una que
otra animación, videojuego o recuerdan su paso en Spider-Man 3 de
Sam Raimi); a las altas espectativas que produjo- y no cumplió- se le suma la
presencia de un actor de la talla de Tom Hardy, haciendo del ambivalente
co-protagonista humano. Sin embargo, la
cinta resultó un verdadero bodrio, en parte por su deplorable guión y
personajes poco carismáticos, entre ellos el simbionte alienígena que le da el
nombre a este filme. Pese a todo, en
especial a la mala crítica, la producción fue un éxito entre el público masivo
menos exigente y eso permitió que se asegurara una secuela, la que tras los
atrasos respectivos producto de la pandemia (¿Que ya está controlada?) se
estrenó hace poco. Tal vez lo mejor de la primera entrega de
esto, que promete ser una saga cinematográfica, viene a ser la escena de
postcréditos: El periodista Eddie Brock se entrevista con el desquiciado Cletus
Kasidy, un asesino serial que con posterioridad tendría gran relevancia en la
saga de Venom. Interpretado por Woody Harrelson, a quien
siempre da gusto ver actuar, es el antagonista de esta secuela que supera con
creces a su predecesora; y es que tal como dice su subtítulo, Carnage Liberado,
el guión gira en torno a la "conocida" rivalidad entre el nuevo
simbionte (en la práctica un psicópata, puesto que se ha unido al mentado
energúmeno) y su involuntario progenitor.
Es así que Venom junto a su compañero se va en plan de antihéroes, a
enfrentarse al verdadero villano de la historia, lo que significará un esperado
encuentro entre monstruos para disfrute de los espectadores (y en especial para
los más ñoños de la casa, seguidores de estos populares personajes..., que en
mi caso no están entre mis predilectos). Sin embargo, lejos del espectáculo de
acción y, en especial, de las salvajadas de Carnage (aquí suavizadas, al no
mostrar sangre para conseguir una mayor cantidad de público), viene a ser el
tratamiento de la singular relación entre el humano y su huésped. Es así, que por un lado tenemos el propio
proceso de redención de Eddie, que no es fácil considerando la complicada
creatura que tiene en su interior; de este modo, una parte importante de la
trama procura profundizar en el proceso de aceptación mutua, que hay entre
estos dos individuos aparentemente tan diferentes, demostrándonos con ello cómo
es posible que nazca una verdadera amistad cuando en efecto se acepta al otro
tal y cómo es y se le valora por lo mejor de sí mismo, en vez de molestarse
porque los demás no son como uno. En
otras palabras, todo esto tiene que ver más que con la tolerancia, en aprender
a ver en los otros y sus diferencias lo que hay de común con uno, lo que nos
une y de qué manera ello nos permite disfrutar de la compañía de alguien
diferente. Hay harto humor y puede ser que a veces
este sea demasiado forzado, para querer hacernos que nos caiga bien el raro
huésped del atractivo Eddie (suspiros y suspiros por Tom Hardy, quien esta vez
se muestra mucho más sexy que en la primera entrega); pero en verdad consiguen
sacarnos varias sonrisas y carcajadas, en especial gracias a su sarcasmo, así
como puede llegar a terminar ganándose la simpatía de más de un espectador. Un plus la villana enamorada de Cletus, el
papel de la antigua novia de Brock y el futuro esposo de esta, quienes le
agregan interesantes aristas al guión y con muy buenas actuaciones. Cabe mencionar que si esta segunda parte logra remediar la baja
calidad de su predecesora, es tanto por el control de su actor principal, quien
ha ejercido de productor y de co-guionista (¿Qué tanto sabrá, en verdad, de los
cómics de donde ha sacado el material?), como por la dirección de Andy Serkis,
tremendo actor que nos ha sorprendido gratamente con su labor detrás de las
cámaras para esta obra. Atentos a la genial escena de postcréditos,
algo inesperado, aunque deseado y que a más de un marvelita acérrimo lo pondrá desenfrenado.
I.
El texto original. De 1999 data la que sería lejos una de las
mejores colecciones de relatos de Stephen King, Corazones en la Atlántida,
una ingeniosa colección que reúne 5 relatos que abarcan desde 1960 a 1999,
retratando la vida de una serie de personajes cuyas vidas se entrelazan en la
primera historia del tomo y que luego se separan para tener sus propias
aventuras, que conoceremos en diferentes épocas de la segunda mitad del siglo
XX. Cabe mencionar que cada uno de estos
textos sirve para ilustrar, además, la historia de los Estados Unidos; debido a
lo anterior sus protagonistas aparecen marcados por los grandes eventos, de
modo de que se constituyen en representantes de tales periodos y, por lo mismo,
podemos llegar a decir que los seres humanos nos convertimos en “hijos de
nuestro tiempo”. Hampones con Chaquetas Amarillas es,
quizás, la más inolvidable de las narraciones que conforman esta obra, la más
extensa de todas y que en la práctica es una novela corta de esas que tanto le
gusta escribir al Tío Steve y regalarnos junto a otras de sus ficciones, por lo
general de dimensiones similares.
Emotiva y llena de nostalgia, se trata nada menos que de una pieza
perteneciente al ciclo de La Torre Oscura, aunque se lee como
pieza independiente y que solo los seguidores de tal saga podemos llegar a
tener conciencia de su relación con dicha serie; sin embargo, es una novelette valiosa
para la mentada obra, puesto que en ella hacen su debut las criaturas que le
dan el nombre a la pieza y, por otro lado, con posterioridad uno de sus
protagonistas aparecerá en el último tomo original de la saga. 2.
La trama. Bobby Garfield está en los últimos años de
su infancia, justo en la antesala de lo que será la década más revolucionaria
para su país y el resto del mundo. Su
circunstancia comenzará a cambiar en la medida que va acercándose a la adolescencia,
cuando la inocencia poco a poco se va acabando, tras descubrir que detrás del
mundo maravilloso que lo rodea, existen la oscuridad y la maldad; que esta
última no solo se encuentra entre sus semejantes, sino que hay una aún mucho
más aterradora. Bobby conoce el amor
por primera vez y también la amistad con alguien mayor que él, relación que lo
hace recordar lo que significa tener a un hombre con el cual pueda sentirse protegido
y admirar. Pero no todo se puede tener
con uno y es así cómo la fraternidad con su nuevo amigo, Ted Brautigan, tiene
los días contados, puesto que a este lo vienen persiguiendo unos sujetos implacables
y por ello ambos deben separarse. Esta emotiva
narración, por otro lado, no deja de honrar el valor de la literatura y de las historias
más grandes que la vida, algo que su autor no deja de hacernos ver cada vez que
puede (algo que la adaptación de la que les hablaré consigue con creces
reflejarlo).
3. La película. En 2001 se estrenó la versión cinematográfica
dirigida por Scott Hicks, un realizador australiano que había acaparado la
atención hace unos años atrás, con el drama biográfico Shine (1996
y gracias al cual pudimos conocer al genial Geoffrey Rush), la cual toma como
punto de partida la historia arriba mencionada y la última que conforma Corazones
en la Atlántida; de hecho, el filme recibe el nombre del libro y no de
la narración que mayormente adapta, siendo que es el segundo relato del volumen
el que se llama así (de modo que en el estupendo guión para esta versión, le
dieron un nuevo sentido a por qué la obra se llama así). Todo lo concerniente a La Torre Oscura
se obvió y el elemento sobrenatural se relacionó con la paranoia de la
Guerra Fría y la lucha en contra del Comunismo, de manera muy inteligente. Dentro de los tremendos artistas que
participan de esta producción, que lamentablemente también pasó sin pena ni
gloria y que, sin dudas, merece ser redescubierta, se encuentra nada menos que
alguien de la talla de Anthony Hopkins. Su
Ted Brautigan nos conmueve como muchos de sus personajes, alguien con una sensibilidad
increíble, pese a esos aspectos suyos que lo convierten en un individuo extraño
para muchos. La química que consigue con
los niños actores y en especial con sus dos co-protagonistas, quienes están en
condiciones de iguales gracias a este guión, no puede dejar de sacarnos una que otra
lágrima. Luego tenemos al tristemente desaparecido tan
joven Anton Yelchin en su debut cinematográfico, como el enternecedor Bobby
Gardfiel, un chico fantástico como solo el maestro sabe crear con tanta verosimilitud. Cabe mencionar que las habilidades histriónicas
de Yelchin, ya eran sobresalientes cuando consiguió estar a la par del veterano
Hopkins. Mika Boorem es la chica que se gana el corazón
del buen Bobby, el respeto de Ted y quien consigue quedarse en los recuerdos
del espectador, como uno de los niños más encantadores a los que podemos llegar
a apreciar en película alguna. La
sensibilidad que aporta es innegable y junto al rol de su compañero infantil,
encarna lo más bello que puede haber en los más pequeños, algo que celebra esta
cinta acerca de la inocencia y la madurez. Luego tenemos a la antagonista, nada menos
que la madre de Bobby Garffield, una mujer que no es malvada, sino que se trata
de alguien con su rumbo equivocado por las duras circunstancias de la vida y
que recela del hombre mayor que ha llegado a la órbita de su unigénito. Interpretada por la hermosa Hope Davis, es
uno de los personajes más humanizados de este filme, que merece la pena
revalorar, quien nos recuerda a tantas mujeres como ellas que hay a nuestro
alrededor.
Como Bobby Gardfiel adulto, tenemos a David Morse, siendo esta su tercera participación en una adaptación sobre la narrativa de King, tras su rol en la miniserie Los Langolierosy su paso por la lejos sobresaliente La Milla Verde. Un plus viene a ser encontrarse con el
guapo y también extremadamente talentoso Alan Tudyk (estrellas de esas series
de culto que son Fireflyy Dollhouse), en un pequeño
papel, donde nos demuestra su capacidad para gesticular a niveles asombrosos. Todo es sobresaliente en esta joyita desconocida
por muchos, que más allá de sus personajes tan entrañables y las actuaciones de
primera, encontramos acá una cuidada fotografía y una preciosa ambientación que
nos transporta a ese mundo de antaño, cuando todo parecía pequeño y confortable
pese a todo (propio de nuestra infancia).
Por igual, los numerosos flashbacks que forman parte del metraje, están
muy bien realizados, todo acompañado por una magnífica banda sonora a cargo de Michael
Danna, junto a preciosos temas populares de la época (de esos que tanto ama
Stephen King).
Por cierto, este filme llegó con el nombre de Nostalgia del Pasado a Latinoamérica, sugerente título, aunque redundante (la nostalgia no puede ser sobre el futuro, ya que se remite a nuestros tiempos pretéritos). Y, por cierto, especial atención a los diálogos, que la presente película está llena de algunos de los más significativos que podemos encontrar (a estas alturas ignoro si son todos del buen King o se los debemos al guionista, William Goldman, el mismo detrás del libreto para Miseryy quien luego haría la adaptación para la pantalla grande de Dreamcatcher, también de una novela del llamado Maestro del Terror).
La
cuarta temporada de The Flashcomenzó como esperaríamos de un
show basado en cómics de superhéoes: ¡Con fantasía y ciencia ficción pura! Barry
lleva tiempo atrapado en la Fuerza de la Velocidad, así que sus compañeros Vibe y Kid Flash han tomado el relevo como protectores de Central City, estos junto
al resto de los amigos y familiares que conforman el “Equipo Flash” que tanto hemos
llegado a querer (y que parece se ha ganado nuestros corazoncitos, incluso
mucho más que el de otras series del Arrowverse).Era obvio que el más importante de todos los
velocistas de DC, que, más encima, estamos hablando de quien le da el nombre al
show, iba a regresar y con ello una serie de nuevos eventos de impacto se iban
a suceder; como no, la aparición de un nuevo villano principal para la temporada:
el Pensador.Pero en esta ocasión dejaron
de lado al resto de los malvados con poderes similares al del protagonista,
para traernos otra interesante versión de un super criminal de la Edad Dorada
de las historietas y quien luego tuvo varias encarnaciones (muy ingenioso cómo
aquí no los presentan y en especial sus motivaciones, tan alejado de lo
esperado e incluso hasta para el público adicto a estas historias). El resto de los protagonistas se siguen
consolidando, donde como siempre brillarán personajes tan adorables como Cisco
Ramón/Vibe y Caitlin Snow (de esta última, inesperado como su antigua alter ego,
Killer Frost, termina por convertirse en otro sujeto a quien llegamos a querer). En cuanto al detective Joe West, el padre
adoptivo de Barry, continúa siendo la figura paterna que todos quisiéramos
tener, quien, además, ahora nos dará una tremenda sorpresa. Vuelven también como principales Harrison
Wells, el de Tierra 2, el cual evoluciona bastante en esta ocasión y, como no,
la adorable Iris West, la que también ha pasado varios estadios singulares
dentro de su circunstancia. Volviendo al rival que tantos problemas de
cabeza le da a nuestros justicieros, cabe mencionar que en El Escuadrón Suicida,vimos una muy singular versión suya, la cual bien
contrasta con la de esta otra variante más seria y que solo puede opacarse por
el recordado Flash Reverso (en cuanto a genialidad de su caracterización). Muy relacionado con este, se encuentra del detalle
de que por fin se cumple uno de los breves adelantos que pudimos ver al final
de la primera temporada: Barry tras las rejas. Aparte del gran villano de la temporada, el
mayor añadido de este cuarto año corresponde al debut en las pantallas de un
muy amado superhéroe clásico: Hombre Elástico.
En verdad magnífico cómo lo incorporaron y abordaron su génesis, así
como camino por el lado heroico, siendo que en verdad el actor que lo
interpreta se parece mucho al original de los cómics (aunque no me simpatiza mucho
el traje que le pusieron). No solo humor
nos otorga este gracioso paladín, sino que en más de una ocasión, podremos
llegar a derramar una que otra lagrimita respecto a su persona. Por otro lado, nos volvemos a encontrar
con Gypsy, de quien más encima llegamos a conocer a su padre (interpretado por
un siempre simpatiquísimo Danny Trejo… ¡Quien nos deleita con su presencia dos
veces!) y con Leonard Snart, ahora mucho más encantador que su versión de Tierra
1, al aparecer como el justiciero Citizen Cold de Tierra X (uno de los mejores
personajes gay de la televisión, sin dudas).
Por otro lado, Cecile Horton, la nueva pareja del buen Joe, se vuelve más
recurrente que nunca y se convierte en un nuevo personaje entrañable. También cabe destacar el debut de una
interesante villana, Amunet, con quien nos reencontramos varias veces y ya en
su última participación, nos la humanizan, al punto de desear reencontrarnos
con ella en futuras temporadas. Por cierto, este es el año de la esperada
boda de Flash y su amada, tremendo evento que abre el muy divertido crossover
del Arrowverse llamado Crisis en Tierra X. Nos reímos más que nunca, aunque tampoco se
deja de lado el drama y respecto a esto último, es plausible cómo el propio
Flash se ha convertido, en esta segunda encarnación televisiva y que lejos supera
al show de los noventa, en un personaje inspirador y no solo para sus
compañeros (alguien luminoso, como bien lo son algunos de los mejores superhéroes,
en especial aquellos que representan a la perfección la calidad humana, como lo
son Superman, Supergirl y Shazam), lo que podemos comprobar en la especial relación
que se da entre Barry y Raph Dibny/Hombre Elástico. Mención aparte, los episodios con fuerte
carga humorística, que toman su nombre de recordadas películas como Cuando
Harry conoció a Sally, El Caballero de la Noche Asciende (de
DC más encima), Querida encogí a los Niños, Corre, Lola,
Corre y Harry y los Henderson. Lo único que no me gustó de esta gran
temporada, fue tanto abuso de los trajes negros, como si ocupar todo este colorido
propio de los cómics fuese vergonzoso; lo mismo, que todavía no muestren al
guapo y varonil capitán Singh, junto a su pareja besándose o, mejor aún, abordando
con credibilidad su relación gay.