Entre los años ochenta y principios de la
década pasada, estuvo en mi vida (y en la de millones en todo el mundo) esta
tecnología audiovisual. Primero gracias a las funciones de cine que se hacían
en colegios y otros lugares, por lo general para tener fondos económicos y, más
adelante, gracias al arriendo de cintas en los videoclubes. Estos últimos eran locales que lucraban con
el arriendo y a veces con la venta de películas en este formato, negocio tan
exitoso en aquellos años, que había verdaderas cadenas dedicadas a ello y en
Chile muy popular fue Errol's, que hasta revista tuvo y luego en los noventa,
fue comprada por la hoy nostálgica compañía internacional de Blockbuster
(bueno, aún quedan unos cuantos de estos, si bien pasaron del VHS al DVD y al blu-ray).
Se trata del heredero, descendiente o
evolución del olvidado Betamax, una cinta dentro de una caja rígida de
alrededor de unos 20 x 10 centímetros de diámetro y que para disfrutar de sus
bondades, se mete dentro del llamado videograbador o pasapelículas (el primero
puede hacer grabaciones de la tele, que quedaban registradas en cintas
dispuestas para ello y el segundo solo sirve para reproducir cintas de este
tipo).
Tal como los cassettes de audio, a veces
la cinta se arrugaba y con ello la grabación ya nunca, al menos en esa parte
del metraje, se podía ver con la misma nitidez de antes. Cuando la cinta estaba
demasiado sucia, gastada o maltrecha, la imagen en la pantalla se veía mal, con
una especie de rayas, razón por la cual había que aplicar "traquin"(o
como quiera que se escriba en inglés), por medio de los botones
correspondientes en el control remoto y que llevaban los signos positivo (+) y
negativo (-) para regularlo. En ocasiones lo que no permitía disfrutar de tu
show, eran los llamados cabezales del videograbador y para eso se debía usar
una cinta especial o hacerlo de forma manual, abriendo el aparato y usando
"cotonitos" con algodón y alcohol (procedimiento arriesgado si lo
hacía un simple "civil" como uno, que te podías "echar" la
maquinita y, entonces, adiós películas).
Otras veces cuando se echaba a perder,
como cuando los cabezales requerían de limpieza, les daba por devolver la
película una y otra vez, que no agarraba la cinta; y si uno insistía en meterlo
a la fuerza, a ver si se "arreglaba solito" y casi por arte de magia
o debido a la insistencia del usuario, uno se arriesgaba a que la película se enredara
y con ello probablemente se acababa para siempre la vida útil del video.
En relación a esta tecnología, existían
unas máquinas llamadas rebobinadores
y que, tal como dice su nombre, dejaban las cintas justo para ver la película o
lo que hubiera grabado desde el principio; puesto que como estamos hablando de
un medio analógico y no digital, uno no podía ver el material desde la parte
que quisiera de forma automática y a lo más si había dejado a medio ver la
cinta, al volver a ponerla tiempo después, quedaba justo en el mismo punto del metraje.
Algunos videoclubes se permitían el "lujo" de cobrar a sus socios una
multa, si no devolvían rebobinados los insumos.
En esa época también había a la venta
cintas originales para consumo doméstico, pero en Chile no era mucha la oferta
al respecto y solo unas pocas compañías ofrecían filmes para hacerse una
colección privada. Solo Disney era más fácil conseguir, que siempre tenía su
buena publicidad (y una excepción fue Fox, cuando sacó la trilogía original de Star
Wars, previa a la Edición Especial, con el engañoso,
aunque verdadero discurso de que era la primera y única vez, en que dichos
filmes iban a estar a la venta en formato casero...Pues como bien ya se sabe,
poco más de un año después salieron las versiones remasterizadas y con más
escenas). Solo luego de un buen tiempo las
alternativas del mercado legal se pusieron más interesantes y a muy buenos
precios, por cierto.
Como alternativa para fanáticos,
cinéfilos, coleccionistas y ñoños, comenzó el mercado pirata. En Chile ferias y
persas, como el Bío-Bío (uno de mis lugares favoritos) eran la ocasión ideal
para conseguir aquellos filmes que uno deseaba tener, para ver una y otra vez;
en cambio conseguir tus series grabadas y/o completas, era algo solo digno de
las más grandes fantasías y sin saber uno que poco después de comenzar el
siguiente milenio, sería posible conseguir este anhelado sueño.
En todo caso, aquellas ediciones en este
formato solo traían la película en cuestión y a lo más uno que otro adelanto al
principio de próximos estrenos, que la ideal del “material adicional” solo
llegó con los laserdiscs, un
antepasado gigante del DVD.
La otra posibilidad para tener aquellas
obras que adorabas, era grabar de la tele, en una primera instancia a través de
los canales públicos y luego gracias a la llegada del cable y la televisión
satelital; que gracias a estos últimos casos, nos fue posible acceder a más
posibilidades, que las limitadas ofertas programáticas de la TV criolla. Sin
embargo, esto significaba estar sometido a los horarios de rigor, en que se
emitían dichos títulos y para ello había que estar presente para grabarlos en
el acto o dejar programado el videograbador; siendo que en este último caso, si
la transmisión se hacía interrumpida por réclames (como se les llamaba antes a
los comerciales y/o franjas publicitarias en Chile, ille tempore), no quedaba
otra que mamárselos y luego adelantar la cinta con el control remoto (si bien
creo que llegaron a existir videograbadoras, que editaban los malditos
réclames, pero a veces creo que era prácticamente una leyenda urbana). Por
cierto, más de una amistad que tenía me hacía el favor de grabarme películas y
programas; que en el caso de las series me tenían la misma cinta por semanas,
para completarlas con varios capítulos seguidos (que esperaba ansiosamente
llegara a mis manos, para devorarme su contenido); cuando se trataba de filmes,
depende de cuánto me gustara este, como para pedir me lo grabaran en la mejor
calidad en un solo cassette o metía 2 ó 3 dentro de uno mismo.
Habían 3 velocidades para realizar estas
grabaciones: SP, la que correspondía a 2 horas de duración y permitía tener el
mejor sonido e imagen posibles; luego teníamos LP, que extendía la capacidad de
la cinta a 4 horas, aunque ello significaba ya perder lo mejor de sus
capacidades; por último, estaba el recurso más económico, que por un lado
también ayudaba a no tener tantos VHS acumulados, el EP, ya que lograba nada
menos que 8 horas de material audiovisual, si bien aún con menos calidad. Por
otro lado, existían cassettes que tenían 45 minutos más de capacidad, aunque
estos salían más caros. En mis momentos de mayor pirateo, compraba por mayor
las cintas y hasta adquiría para ellas estuches. Cuando se trataba de poner en
el lomo y sobre la superficie el nombre de lo que tenía grabado y más si se
trataba de escribir los títulos de los episodios de una serie, así como de la
temporada (además de poner el número de a qué cassette correspondía), sentía un
tremendo gozo ñoño.
Cabe mencionar que se contaba con otra
manera de piratear, que era usando dos videograbadores de manera simultánea y
con los cables correspondientemente cruzados entre ambos, dejando uno como el
receptor de la señal del original o la "copia master". A menos que
uno estuviese dispuesto a repetirse lo que estaba grabando, lo mejor era dejar
funcionando ambos equipos y dedicarse a hacer cualquier otra cosa, que el
proceso se hacía en tiempo real y duraba la misma cantidad de minutos y horas
que se quería copiar.
En todo caso, hacerse de una colección en
aquellos años implicaba, por igual, tener mucho espacio físico donde almacenar
tus cintas, voluminosas, que unas pocas te llenaban entera la mochila, si
querías hacer un viaje para hacerte una función privada de cine con tus
cercanos. Tengo un amigo que llegó a tener tantas grabaciones del cable,
originales y otros, que guardaba sus colecciones dentro de inmensos tambores
metálicos, de esos que sirven para almacenar aceite; para saber dónde estaba
cada título, llevaba anotado en una libreta o cuaderno rigurosamente su
inventario, según el contenido de cada recipiente.
Regresando a lo dicho al principio de este texto, el VHS fue la salvación para
muchas comunidades, que necesitaban reunir fondos económicos de manera fácil y
sin mayores gastos. Dentro de estas, entiéndase, cursos de colegios, centros de
alumnos, grupos de iglesia y otros. Es así que se cobraba una suma económica
por persona (unos $100, bastante poco) y como esta iniciativa se hacía mínimo
un par de veces, por lo general se lograba el objetivo. Obvio que asistí a
cuánta función de este tipo me enteré y yo mismo organicé una que otra durante
mi etapa escolar, en la capilla que asistía y hasta en la universidad.
Cuando salí de primero medio, mis papás me
regalaron mi primera máquina reproductora de VHS, como premio por sacar el
primer lugar y ello fue para Navidad. Ese fue el año de 1990 y terminó conmigo
muy feliz, que antes debía conformarme con ir a ver películas a la casa de
vecinos o donde una prima que vivía cerca mío (incluso visitaba a una tía
postiza que tenía, ya mayor y casada, que se aprovechaba de mí -no sexualmente-
y me condicionaba para hacerle el aseo de la casa, para solo después ver juntos
las películas, por lo general de terror, que yo mismo arrendada con mi propia
plata) o al primer videoclub que se puso en mi barrio y en el cual pagando el
precio del arriendo de una cinta, uno podía pasar a una pequeña salita
dispuesta a manera de humilde cine...Se me estaba olvidando, que mi hermana Ana
y su marido, mi cuñado Fabián, ese mismo año se compraron su propio
videograbador y ya luego veía con ellos las cintas, que entonces vivían en una
casita anexada al fondo de la mía. Para mi mala suerte, el equipo que tenía no
me salió muy bueno y no sé cuántos meses pasaron para que se echaran a perder
las "lucecitas", que indicaban la hora y el funcionamiento de la
cinta que se ponía; así que cuando comencé a hacer mis primeras grabaciones
caseras, era todo un engorro, que no podía programar a gusto y cuando ponía
pausa y luego "rec", a veces no tenía claro si lo había hecho bien,
que además la pausa solo duraba unos cuantos minutos y luego de ello volvía a
andar la reproducción; así que cuando pasaba esto, luego la grabación quedaba
hecha un desastre.
El proceso para escoger una película en
el videoclub podía demorarse bastante, que a veces uno se dejaba llevar por la
carátula y luego en casa se daba cuenta de que había malgastado la plata en una
mierda; otra cosa era cuando se iba en busca de un título ya conocido y/o
recomendado, o de un artista por el cual uno lleva siguiendo su carrera y
admiraba.
Mi primer VHS me duró cerca de una década,
luego me compré otro por allá en el 2000, cuando ya estaba trabajando y fue mi
primer equipo Sony, que me di el gusto de que tuviera...¡6 cabezales! Justo por
esa época me agarró la fiebre del blu-ray y a veces les grababa a mis amigos a
VHS lo que tenía en el otro formato, puesto que se podía tener dispuesta la
tele y estos dos reproductores diferentes para llevar a cabo dicho pirateo.
Luego de un par de años más o menos, usándolo de forma alternada con la
tecnología digital del DVD, dejé de ocuparlo, cuando ya casi solo lo usaba para
grabar las teleseries que veía entonces. Hoy en día sigo teniéndolo conmigo,
como una reliquia y de seguro mi sobrinito Amilcar de casi 10 años de edad, mi
gran compañero actual de muchas pelis y series (solo las que puedo ver con él,
claro), no tiene idea de qué se trata ese aparato que tengo debajo del blu-ray.
En cuanto a las cintas que llegué a tener, hace más de una década que me
deshice de la mayoría de ellas, entre originales y grabaciones caseras.
Elwin:
ResponderEliminarExcelente post. Yo fui un un gran "usuario" de VHS, tenía todas las series de Star Trek en este formato, gabandolas a partir de programar las mismas con los horarios de los canales de televisión por cable... muchas veces no coincidían y te quedan los episodios cortados, etc. Ni hablar de que a veces se salteaban episodios. Pero bueno... era lo que teníamos.
Otra anécdota.... yo también tenía muchos, pero muchos VHS, entre originales y copiados. La gran mayoría de ellos se llenaro de polvo-humedad (literalmente), por lo cual quedaron inservibles. La gran mayoría de esas cosas fueron recuperadas, pero algunas no... porque en Internet hay muchas cosas, pero no está todo.
Saludos
RICARDO
Efectivamente Internet tiene mucho de lo que uno busca (y todo tan rápido), pero difícil no recordar con tanto cariño lo que llegaron a significar para nosotros los VHS.
EliminarSaludos Elwin, aquí murinus2009.
ResponderEliminarBuena Entrada Elwin, me ha traído muchos recuerdos.
Mi primer contacto con estos artefactos tan prehistoricos fue en...1988 u 89 quizá.
En ese tiempo trajeron junto a una tv a color, un Betamax
En aquellos tiempos incluso los supermercados tenían su área dedicada a la renta de video cassetes, la única que recuerdo ver en Betamax de esa época fue
Mecaking contra Godzilla.
Hubo mas, pero solo recuerdo escenas de una sobre La Guerra de Vietnam.
Luego se llevaron esa videocassetera Sony Betamax y no hubo otra hasta años después.
El resto de cintas VHS que llegue a ver fueron en casa de primos y amigos, hasta la fecha solo en VHS es que vi:
Rambo 1
RoboCop.
El Vengador Toxico.
Y multitud de películas mas de todo tipo la mayoría rentadas.
En México los videoclubes fueron exitosos así como mencionas
Errol´s en Chile
en Mexico la cadena mas popular fue:
Videocentro que hasta programa de tv, llego a tener: El Mundo de Videocentro, y tambien esta fue eliminada por Blockbuster, luego hace unos 2 0 3 años la segunda televisora privada de México compro los Blockbusters sobrevivientes y...les cambio nombre: "planet games" o algo así los hizo de venta de películas, discos y videojuegos, no tuvo exito, en menos de un año cerraron, uno cerca a mi casa sigue como bodega semiabandonado.
Otra cadena fue
VideoVisa, de estos curiosamente queda uno por mi casa aun con el logo de aquellos tiempos, parece que ahora en 2019 venden DVDs.
Curioso lo que mencionas del videoclub donde te dejaban ver una película previo pago yo nunca supe de algo así en México.
Existieron Cineclubs (y aun los hay) donde proyectaban películas en VHS programadas de antemano, pero no un videoclub que te dejara verlas ahí mismo eso me habría gustado.
Yo fui un gran coleccionista de VHS, principalmente de: series, películas, documentales que grababa de tv abierta y hasta...programas de radio si, hice una conexion frankeinsteiniana para grabar del radio y es que eran mas baratos los cassetes VHS que los de audio Je.
Llegue a acumular decenas de VHS, lamentablemente hace unos 5 años o mas mi segunda videocassetera, una Sony con DVD, murió y mi colección quedo en espera, no se si pasar lo que no este en Internet a DVD o USB (creo en Chile le dicen Pendrive) o ya dejarla así y buscar equivalentes en Internet...
Me gusto mucho esta Entrada Elwin, me trajo buenos recuerdos de aquellos tiempos
Gracias y hasta pronto.
Lo que más extraño de esta época son justamente los videoclubes.
Eliminar"En ocasiones lo que no permitía disfrutar de tu show, eran los llamados cabezales del videograbador y para eso se debía usar una cinta especial o hacerlo de forma manual, abriendo el aparato y usando "cotonitos" con algodón y alcohol (procedimiento arriesgado si lo hacía un simple "civil" como uno, que te podías "echar" la maquinita y, entonces, adiós películas)." - Muchos recuerdos me trae este post y en particular esto que nos cuentas: Yo ya tenía una "maestría" en limpiar los cabezales del VHS de forma manual. Y lo hacía sin dañarlo, ni dañar las "cintas", que era como les llamabamos acá. Yo también creo que eso del VHS que editaba los "comerciales" o "propagandas" era una leyenda urbana, pues nunca lo vi en persona, aunque algunos compañeros aseguraban haber visto o sabido de uno así.
ResponderEliminarMucha nostalgia compartimos los de nuestra generación, que el mundo corre demasiado rápido con sus adelantos que nos maravillan y aquellos que quedan obsoletos cuando menos lo esperamos. Ojalá te gusten mis próximos recuerdos de la tecnología de antaño.
EliminarHay una película de terror/ciencia ficción sobre una invasión de extraterrestres camuflados en unas tiendas de arriendo de VHS... TerrorVision se llamará? Es casi de culto. Yo la vi con mi papá. Cuando recuerde o encuentre más datos te aviso ;)
ResponderEliminarError: se llama "Control Remoto", y es del director de la desagradable "Squirm".
EliminarGracias por ser el único de mis "amigos históricos" en compartir conmigo este texto nostálgico y autobiográfico, como lo has sido ya en varias otras ocasiones. En cuanto a la peli que mencionas no la ubico ¿Qué tal? Por cierto...A mí me gusta mucho "Squirm".
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