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sábado, 10 de octubre de 2020

Otra de Rod Serling.


     Tras el éxito de La Dimensión Desconocida (The Twiligth Zone en su idioma original), que estuvo nada menos que 5 años emitiéndose y consiguió 156 episodios, su creador y guionista de buena parte de tales historias se convirtió en uno de los personajes reales más importantes y queridos de la pantalla chica (así como de la ciencia ficción, la fantasía y el terror, claro).  Por eso mismo cuando a finales de los sesenta ofreció un nuevo show de carácter antológico, esta vez centrado en el terror, los productores no dudaron en darle su respaldo y con ello la posibilidad de contar con un presupuesto mucho mayor que el que tuvo en el pasado; de este modo si nos ponemos a ver con detención sus capítulos, podemos darnos cuenta en la espectacularidad que se le quiso dar dentro de lo posible (para la época y el medio) a dichas dramatizaciones, a través de fabulosos decorados, preciosos exteriores y respetables efectos especiales y maquillajes que en todo caso solo son comparsa cuando nos encontramos ante una nueva serie de enorme calidad artística.
    Cuando se menciona y/o trae a la memoria este programa, no se puede dejar de lado su particular presentación y que corresponde a la de una supuesta galería de arte, llena de pinturas con imágenes extrañas y perturbadoras (bueno, esto último no tanto hoy en día, pero que de seguro en su momento causaron impacto al ser exhibidas); estas se veían “suspendidas en el aire, dando la impresión de no haber paredes alrededor y salvo una que otra estatua monstruosa, lo que había al fondo podrían  ser tinieblas.  Y es cuando aparece entre medio el anfitrión, el mismísimo Rod Serling, quien presenta cada cuadro que antecede a la historia que nos toca en la visita de turno; su lenguaje es siempre cuidado y amable, invitándonos a adentrarnos en el misterio detrás de esas imágenes.  Por cierto, “solo” diez años han pasado desde el estreno de su anterior obra maestra y ahora que tenemos color para contemplar su más reciente creación y ver al mismo Serling en pantalla, el otrora hombre atlético y guapo que conocimos, ahora se muestra bastante envejecido y es que se nota que el cáncer que lo llevó a la muerte ya habitaba en él…Una lástima, que solo vivió 50 años, puesto que dejó este mundo el 28 de junio de 1975 (quizás por eso no hubo más de 3 temporadas de Galería Nocturna); sin embargo el legado que nos dejó fue muy grande y terminó por convertirlo en la leyenda que es desde hace rato (me acabo de dar cuenta, de que Rod Serling falleció tan solo 6 días antes de mi nacimiento…Así que no tuve la dicha de estar en el mundo cuando él aún seguía por acá).
    Estrenado su episodio piloto el 8 de noviembre de 1969, causó claro impacto en la audiencia y buena recepción en la crítica gracias a la factura propia de un largometraje hollywoodense; ello a través de 3 historias, que sumadas entre sí daban una hora y media de metraje aproximadamente.  Un joven Roddy McDowall y un ya maduro Ossie Davis intervienen en su primera parte, bastante macabra y aterradora…Pero la gran estrella de este debut fue nada menos que la premiada Joan Crawford, para entonces toda una veterana y quien fue una de las primeras actrices de gran nivel en confiar su talento a la televisión, como algo más que mera entretención y una oportunidad para lucrar (cabe mencionar que quien dirigió de manera tan maravillosa su intervención, fue nada menos que Steven Spielberg, en el comienzo de su carrera y el cual luego fue llamado una vez más para dar su aporte al programa, durante la primera temporada). 
     El capítulo 0 dejó las bases para lo que sería la modalidad del resto del show: entregas de 3 a 2 historias terroríficas (en las dos primeras temporadas y en la tercera y última solo con una) llenas de un fuerte trasfondo moral, con protagonistas por lo general de conducta reprochable (buena parte de ellos criminales de algún tipo) y quienes reciben castigo por sus acciones, ya sea de tipo sobrenatural o a través de la venganza de sus congéneres (o la mezcla de ambos tipos de justicia); ello porque tal como lo exhiben estas piezas, el mal habita en el negro corazón de muchos seres humanos, de modo que tales personajes corresponden a los verdaderos monstruos de los que hay que cuidarse. Por otro lado, hay otras historias, también típicas dentro del género de horror, en las cuales aparece sujetos “comunes y corrientes”, enfrentados cual víctimas a una fuerza superior, situación de la que pueden salir victoriosas o no.  Cabe mencionar que las dramatizaciones más cortas que aparecen en las temporadas 1 y 2, suelen ser de humor negro y en general bastante graciosas.


    Si bien muchas de los guiones fueron realizados por el propio Rod Serling, en ocasiones este mismo se encargó de adaptar cuentos de otros autores y entre ellos nada menos que al maestro Lovecraft, ello en la segunda temporada, con en verdad dos memorables segmentos: El Modelo de Pickman, que en realidad fue escrito para la pantalla chica por Alvin Sapinsley y Aire Frío; ambas versiones que bien merecen estar entre las mejores dramatizaciones audiovisuales sobre escritos del “Soñador de Providence”, contaron más encima con un elemento romántico agregado, que los textos originales no poseen.   Otros artistas de talento que contribuyeron a escribir para el programa, son Jack Laird, también productor del programa y director de muchas de las historias (entre ellas, nada menos que El Modelo de Pickman), Robert Bloch y Richard Matheson.  Asimismo, narradores de “miedo” que por igual fueron llevados al público televisivo y con estupendos resultados, son A. van Vog, Fritz Leiber, Clark Ashton Smith, August Derleth, Donald Wandrei, C. M. Kornbluth y Algernon Blackwood; muchos de los recién mencionados en sus primeras y hasta el momento, lamentablemente, únicas adaptaciones de su bibliografía tan valorada por los amantes del terror…Una pena que no hayan realizado algo sobre el gran Poe y supongo porque consideraban que ya había sido llevado varias veces a este tipo de producciones ¿No? (si bien le hicieron un simpático homenaje en la segunda temporada).
      La ambientación era bastante cuidada, así que podía trasladarnos con facilidad a un montón de escenarios, muchos de ellos naturales y no solo usando el recurso de una escenografía artificial creada con gran arte e ingenio: es así que podemos encontrarnos con bosques, el campo, la selva, el mundo de la ciudad actual y de otras épocas, edificios humildes y otros lujosos como mansiones (de hecho, una de estas aparece en varios capítulos con una que otra pequeña modificación), todo realizado de tal manera que se notaba el alto presupuesto con el que los patrocinadores respaldaron este segundo show (y último) de Serling.
     Aparte de los mencionados en el piloto, más actores destacados, ya desde antes que intervinieran en Galería Nocturna o que luego cobraron gran fama, podemos mencionar a: Larry Hagman, Diane Keaton, Burgess Meredith, Leslie Nielsen, Vincent Price, Adam West, David Carradine, John Carradine, Cesar Romero, Rene Auberjonois, Yaphet Kotto, Zsa Zsa Gabor, Elsa Lanchester, Cameron Mitchell, Bill Bixby, Mark Hamill, John Saxon, Barbara Steele, Mickey Rooney, Leonard Nimoy, Dean Stockwell y Sally Field; cabe destacar la intervención de nada menos que Orson Wells, como narrador de una historia muy rara y donde solo podemos escuchar la potente voz de este genio del cine (que en todo caso, al haber visto el capítulo en “español latino”, me la tuve que imaginar, je).  Muchos de estos nombres volvieron a salir al menos dos veces y en temporadas distintas y entre ellos hay que destacar al querido “Señor Spock”, quien además dirigió un episodio y lo hizo bastante bien (que luego en los ochenta incursionaría al menos 4 veces en el cine detrás de las cámaras y con bastante éxito).
    Y si seguimos con lo de mencionar a las estrellas que pasaron por este espectáculo, entre los directores recurrentes estuvieron gente como Jeannot Szwarc y John Badham, ambos en los comienzos de sus carreras y quienes han tenido destacadas filmografías tanto en el cine, como el la TV.
    Por cierto, la primera temporada tuvo 6 capítulos, mientras que la segunda 22, estas de unos 50 minutos aproximadamente si descontamos los comerciales entre medio; en cuanto a la tercera y última, contó con 15 episodios, pero estos eran de solo una historia, de cerca de 25 minutos, salvo el que cerró con el programa y que contó con dos en total.  Agreguemos que si bien se trataba de una producción orientada al terror (de ahí su nombre y tan particular decoración en las introducciones), tuvo unos cuantos destacados segmentos orientados a la ciencia ficción (al más puro estilo de la recordada Dimensión Desconocida, con su perfil humanista y de crítica social), así como un par dedicado a la fantasía más de tipo familiar (incluyendo un muy emotivo especial de Navidad).  Asimismo, también tuvimos un grado de erotismo que aumentó el carácter más adulto de esta propuesta, con mujeres hermosas y en actitudes muy provocativas, así como hombres muy masculinos y apuestos a torso desnudo y ello con toda la sensualidad que era posible mostrar a la cámara en aquel entonces en la “cajita tonta”.
    Tras haberme visto y disfrutado de Kolchak, que era de esta misma época y pertenecía al mismo género, si bien en diferente estilo, imposible no comparar ambas propuestas; al respecto, era obvio el carácter más Pulp del título con Darrin McGavin y su presupuesto más modesto, sin embargo las dos son verdaderos referentes a la hora de apreciar programas setenteros de horror de calidad, entretenidos, si bien el de Serling destaca mayormente por su mensaje reflexivo…Pero como dice el dicho “Al César lo que es del César”, por lo que hay que ser justo y si bien podemos dedicarle un post aparte a comparar estos productos televisivos setenteros, no se puede negar que cada uno dejó un legado del cual se nutren los shows que le siguieron y los que vendrán a futuro. Por mi parte, feliz de haber aprovechado esta tan laaaaarga cuarentena, descargándolos y viéndolos por fin.



                                               Los aterradores créditos de la temporada 1 y 2.

miércoles, 23 de septiembre de 2020

Lo que fue de La Dimensión Desconocida en los ochenta.


 1. Antecedentes.
 
    Con el título original en inglés de The Twilight Zone (La Zona Crepuscular), si bien fue estrenada en 1959, la serie creada por Rod Serling al llegar a tener 5 temporadas, se convirtió en uno de los 3 shows televisivos gringos de ciencia ficción, fantasía y terror, que dejaron huella para siempre a nivel internacional (a ver...¿Quién me dice cuáles son los otro que tienen dicho honor?).  Fue así que el programa de carácter antológico, se convirtió en parte de la cultura de masas, sin dejar de lado la valoración de su claro nivel artístico; ello gracias a numerosas historias inolvidables, entre  las escritas por Serling y otras por las manos de grandes narradores literarios como Richard Matheson, Ray Bradbury y Charles Beaumont.
      En 1983 algunos de los directores de cine fantástico y de ciencia ficción más exitosos de la época, liderados por Steven Spielberg, quisieron rendirle tributo a La Dimensión Desconocida; para esto rodaron nuevas versiones de algunos de los episodios más célebres escritos por el propio Serling, insertadas todas dentro de una película que aprovechó los avances en los efectos especiales y el mayor presupuesto millonario.  El éxito del filme quedó en la retina de los espectadores, recobrando las ganas de volver a ver el viejo espectáculo que originó tal obra y descubriéndolo las nuevas generaciones este verdadero legado de la televisión, por no mencionar a los empresarios del rubro que se encontraron con otra mina de oro para explotar...Fue así que las bases se cimentaron  para que en un futuro próximo, volviera la Dimensión Desconocida y esta vez por medio de nuevas historias para la pantalla chica.
 
2. Recuerdos de la Dimensión Desconocida.
 
    Dentro de los programas de TV que veía religiosamente de niño en los ochenta (no recuerdo bien si era los lunes o martes, aunque no hay dudas de que lo hacía durante la noche), por supuesto que se encuentra el título que hoy nos reúne.  En aquella época, ignoraba de que se trataba de la actualización de una serie más antigua y solo ya adulto (tan solo durante esta década que ya termina) vine a ver entera la génesis de todo esto.
    Para la mente impresionable de un pequeño que tenía poco más de 10 años entonces, era claro que muchas de las escenas e ideas de dichos capítulos se me quedarían grabados para la posteridad; sin embargo, nunca recordé con detalles esos capítulos, que solo algunos pocos pude repetirme gracias a las reposiciones.
    Me volví a ver algunos de sus episodios, por medio de unos DVDs piratas que compré hace años atrás, pero solo  a causa de esta cuarentena que ya lleva más de seis meses (que al ser profesor, tengo la suerte de trabajar desde casa, para cuidar a mis alumnos y cuidarme a mí mismo), luego de pillarla en YouTube, me reencontré con ella y de ese modo conseguí hacerme una imagen más completa y adulta al respecto.  No se encuentra en la mejor calidad, que se nota corresponde a una grabación de cinta casera y luego digitalizada gracias a un buen samaritano; no obstante es lo que hay y como decimos acá en mi país: "peor es mascar lauchas".

 
3. De qué iba.
 
    Tal como ya se dijo más arriba, el programa duró 3 temporadas, emitiéndose entre 1985 y 1989 y ello a través de 65 capítulos , estos de distinta duración (los más cortas, se daban junto a otros de igual o distinto metraje).
    Basada generalmente en su mayoría en guiones originales, adaptó también a varios escritores de renombre y destacando entre ellos Stephen King (la segunda adaptación para la tele de una obra suya, luego de años desde que a finales de los setenta, Tobe Hooper realizó magistralmente su versión de Salem's Lot) y la única vez en que hasta la fecha, se ha hecho alguna recreación audiovisual de un texto de Robert McCammon; el primer caso corresponde a Abuela, que a mi humilde opinión no está al nivel de episodio basado en Rondadores Nocturnos, de McCammon, una joya de la época y bastante aterradora.  Asimismo, se realizaron nuevas versiones de capítulos de la serie original escritos por Rod Serling.
     Tres grandes escritores y guionistas contribuyeron con su talento para la serie, cada uno de ellos encargándose de varias historias por temporada.  Es así que Harlan Ellison estuvo en la primera de ellas, adaptando en ocasiones algunos de sus propios relatos (que estamos hablando de uno de los grandes cuentistas del siglo pasado).  Luego, en la segunda temporada estuvo nada menos que George R. R. Martín, mucho antes de alcanzar la fama con su saga (aún inconclusa...¡El muy desgraciado!) de Juego de Tronos.  Para terminar, la tercera y última temporada contó con el aporte de Michael Straczynski (a modo personal, mi favorito de los 3 mencionados, si bien su carrera más ha estado orientada a los guiones, que a la narrativa) e igual a unos años de conseguir el éxito, con lo que sería su mayor aporte a la fecha: la serie de televisión Babilonia 5... En todo caso, si bien este último no tenía aún décadas de carrera, a diferencia de sus dos colegas, ya se evidenciaba en los libretos que escribió para la Dimensión Desconocida, sus virtudes y entre ellas su agradable uso del humor, elemento que apenas encontramos en Ellison y Martín.
     Entre las historias  de la versión ochentera, tal como en su predecesora, hay capítulos de terror, de ciencia ficción y de fantasía. 
    En el caso del primer género, hay unas muy aterradoras y violentas, según lo que era posible realizar en dicha época (según unos amigos míos, cuando acá pasaron Rondadores Nocturnos, lo hicieron de forma censurada); que lo sobrenatural en muchas ocasiones tenía un claro elemento satánico y si bien salvo excepciones, como las dos ya mencionadas, no eran muy gráficas, aunque sí muy sugerentes.
    Respecto a la fantasía científica, hallamos de todo: extraterrestres, inventos ingeniosos, científicos locos, mundos futuristas, exploración espacial, entre otros tópicos.  En estos, por razones obvias, era donde utilizaron más efectos especiales y escenarios creativos; si bien tampoco estamos hablando de mucha elaboración al respecto, si lo comparamos con aquello a lo que estamos acostumbrados hoy en día o las grandes superproducciones hollywoodenses de entonces.
     Los capítulos de fantasía estaban ambientados en el mundo cotidiano y eran aquellos con una mayor cuota "familiar" que los otros;  asimismo, muchos de ellos resultan ser bastante emotivos y de entre estos cabe mencionar tres de los que más me impactaron de pequeño (sus nombres no me los sé y tampoco tengo idea de quiénes los escribieron, así que se los dejo como tarea): un hombre que descubre su papel como viajero habitual a un lugar no muy estimado (primera temporada), un romance singular entre jóvenes de distintos siglos (segunda temporada) y una anciana escritora que conoce a su nuevo grupo de fieles admiradores (tercera temporada).
    Como sucede con las grandes historias, que pese a sus elementos extrapolativos habituales en los géneros mentados, hallamos claras moralejas y una invitación a la reflexión.  Ahora bien, al ser este programa un producto para el consumo, en una época por completo distinta a la de los años sesenta (convulsos años de revolución cultural y social) y a diferencia de lo hecho por Rod Serling, apenas encontramos acá crítica social...¡Y vaya que se echa de menos esto! Obviamente había en tal década expresiones populares con este espíritu crítico (como el cómic Watchmen), empero si comparamos todos estos casos, podemos notar una clara intención de sus responsables de quedar bien con todo el mundo y en especial con el gobierno conservador de Ronald Reagan...Que en todo caso la entretención pura y sin ánimo de un discurso ideológico no es algo que voy a demonizar (nota: creo en el valor estético del arte por el arte).
    Grandes directores trabajaron para esta serie, destacando Wes Craven, William Friedkin y Peter Medak.  Por otro lado, actores de la talla de Bruce Willis, Morgan Freeman, Ellen Mirren y Frances McDormand participaron, todos ellos antes de conseguir la fama (tal como pasó con muchas de las estrellas, que trabajaron en la serie de los sesenta, previamente a conseguir su reconocimiento internacional).
 
4. Luego de mi reciente revisión.
 
   El tiempo que me ha sobrado para dedicarme a lo mío, es una de las cosas que puedo agradecer de este tan "especial" periodo que estamos viviendo (que por mí, ojalá no pasáramos esta crisis sanitaria, en todo caso) y de este modo, como ya dije antes, pude ponerme por fin "al día" con este show televisivo que fue primordial para que amara este tipo de historias... Pero los gustos van cambiando y también uno se vuelve más exquisito (o mañoso, según cómo se le mire a este asunto de crecer/madurar/envejecer) y a la luz de esa verdadera joya que es la serie original, creo que no hay donde perderse; incluso hubo episodios que me aburrieron.  Pese a todo, sigue teniendo un lugar en  mi corazoncito y pienso con firmeza que sin ella, mucho de lo que soy en día no lo sería.



Los Créditos de apertura, que les reconozco me daban miedo de chico.

domingo, 14 de julio de 2019

Pecados de Omisión. SÉPTIMA PARTE


1. Cuentos de la Dimensión Desconocida.

      La famosa serie de televisión antológica creada por Rod Serling a finales de los cincuenta, La Dimensión Desconocida (The Twiligth Zone en su lengua original) estuvo llena de historias impresionantes e inolvidables.  Abarcando los géneros de la ciencia ficción, el terror y la fantasía adaptó a grandes autores de la época como Ray Bradbury y Richard Matheson y quienes muchas veces oficiaron de guionistas, ya sea a través de ideas originales o reelaborando antiguos textos suyos para la pantalla chica.  No obstante, la mayoría de estas pesadillas y sueños son obras del propio Rod Serling, quien demostró a través de esta creación suya poseer una de las mentes más ingeniosas del siglo pasado.  Y es que no solo se trataba de mera entretención, puesto que en cada uno de sus episodios encontrábamos crítica social y argumentos muy elaborados, que permitían abordar grandes temas y preocupaciones, llevándonos a la reflexión y a cuestionarnos nuestra propia existencia.
     Desde niño que adoré este programa, gracias a su versión ochentera que veía todos los martes a eso de las 10:00 PM, emitida por Canal 13, muchas veces yéndome a acostar con miedo y ello debido a la impresión que me provocaban la mayoría de las veces tales producciones.  Solo ya adulto pude verme la versión original, que en su bello blanco y negro, más los tremendos actores de fama internacional que tuvo, me hizo darme cuenta que esta era lejos la mejor de todas (asimismo, en 2003 vi otra actualización que me gustó bastante, aunque lamentablemente le fue mal y solo tuvo una temporada).  La película de 1985 también me fascina y en cuanto a la versión de este año, aún no la he podido apreciar.
      Y todo este preámbulo para referirme al primer “Pecado de Omisión” de esta séptima entrega.  Todo fue cuando una vez andaba en el Persa Bío-Bío, sitio del que ya antes les he contado y donde acostumbro conseguir casi de todo, aunque más bien artículos de interés ñoño, como libros, pelis y cómics (en ocasiones una que otra figurita de colección, que lo último fue una reproducción del auto de la película Christine, sobre la novela del mismo nombre de Stephen King, hecha por John Carpenter), cuando vi que uno de los caseros (nombre que acá les damos de forma indistinta a vendedores y compradores, en el mercado “informal”) al que les compro de vez en cuando literatura y/o historietas, tenía nada menos que unos precioso tomos de antologías de cuentos basados en dichas historias; eran unos volúmenes en tamaño de bolsillo, de unas 200 páginas más o menos (o según creo recordar) y que se supone había llevado al terreno del relato el propio Rod Serling.  Mi caserito los vendía bien baratos, a unos $1000 ó $2000 y eran como 5 volúmenes diferentes.  Ese día me sobraba la plata y estaba acompañado por mi amigo Marcelo López, de quien ya me he referido en otras ocasiones y que es uno de los tantos ingratos “amigos históricos”, que pese a todo lo que pasamos juntos, apenas se da tiempo de pasarse por este blog.  La verdad es que no recuerdo, quién de los dos se fijó en las joyitas que tenía nuestro librero (a quien Marlo lo conocía desde antes), pero el tema es que en vez de ocupar sabiamente el dinero que me quedaba de otras compras, me limité a echarle una ojeada a los dichosos textos y quien sí decidió adquirir tan solo un ejemplar, fue mi compadre.
    Por cierto, gracias al mismo Marlo, quien gentilmente me mandó la foto de la portada del tomo que compró, me acabo de enterar de que la empresa que sacó dichos volúmenes fue nada menos que la legendaria Editorial Novaro, importante empresa mexicana y que según se cuenta se fue a la bancarrota para el terremoto del 85 de su país (y a la que le debemos las primeras ediciones en español, para Latinoamérica de los cómics de DC)…¡Cuando se entere mi amigo Miguel Acevedo de este yerro mío, me va a colgar!
    Libros como ese no se vuelven a encontrar, que estamos hablando de títulos que llevan largo tiempo descatalogados y lamentablemente las editoriales que hay hoy en día no se interesan en rescatar; en cambio, los momentos de estupidez que hacen a uno desaprovechar oportunidades como esta abundan ¿No?


2- El Gran Libro del Terror.

     El presente es un “pecado de omisión” algo diferente, más bien relacionado con la inocencia que tuve en mi llamada juventud y que con los años se transforma en cinismo o en el fruto de la experiencia o como quieras llamarle, según la persona en la que te fuiste transformando con el paso de los años…
    Una de las chicas de la universidad por la cual tuve una especie de enamoramiento (no le llamo amor, que la verdad no se trataba de que tampoco de ese sentimiento más profundo que te deja todo el rato pensando en quién te tiene prendado) fue Noelia.  No sé si llegué a saber su apellido, aunque sí tengo claro que estaba como un año o dos más que yo, adelantada en la carrera de Castellano, la misma que hice yo para titularme como  profesor.  La conocí en uno de los, por lo general, ramos pedagógicos y en el que ella estaba atrasada por haberse “echado” alguno de la especialidad (supongo).  Si la memoria no me falla, fue ella quien se acercó a mí y me buscó conversación al verme leyendo algún libro “ñoño”.  Yo de inmediato quedé prendido de su persona, que no solo la encontré bonita, sino que además en aquellos años encontrarme con una muchacha, que además de atractiva tuviese los mismos intereses que yo, era una maravilla a la cual no podía ignorar.
    Fue entonces que decidimos hacer un primer intercambio… ¡De libros! Su servidor le pasó al objeto de su admiración un tomo de Lovecraft, de esos de bolsillo que sacó Alianza Editorial, en una época en la que el “Soñador de Providence” solo aparecía en nuestra lengua en escasas ediciones y ella me pasó a cambio un tremendo volumen de esos de Martínez Roca, al que puso el más que sugerente nombre de El Gran Libro del Terror.  Cabe mencionar que de los dos, yo fui quien salió ganando de esta amistosa transacción. 
     Bajo el nombre original de The Dark Descent (El Descenso Oscuro), corresponde a una antología de gran tamaño y de cerca de 500 páginas en español, la cual contenía cuentos y novelas cortas de autores clásicos como Ambrose Bierce y Edith Warthon (esta autora gringa de narraciones más bien realistas y que, como muchos de sus colegas, no dejó de sentirse atraída a veces por la literatura sobrenatural) y algunos más contemporáneos, como renombrados tales como Ray Bradbury, Lovecraft, Richard Matheson, Clive Barker y Stephen King, entre otros.  La idea de tener autores de “dominio público”, junto a otros aún vivos, era la de mostrarle a sus lectores la evolución del género a lo largo de los años, puesto que la selección hecha por David G. Hartwell abarcaba casi 100 años de historias de horror.  Su primera publicación data en español de 1989, pero creo que originalmente fue sacado en su lengua original al comienzo de esa misma década.
      Feliz como una lombriz me llevé lo primero y único de Noelia que tuve a mi casa, para comenzar a devorarlo como loco.  Además tenía otra razón para leer ese tomo: el año anterior (¿o fueron unos meses antes?) un amigo que tuve y en cuya amistad lamentablemente no pude profundizar (más por desinterés suyo), me había prestado El Segundo Gran Libro del Terror que me gustó demasiado, de la misma editorial; aunque en verdad se llamaba en inglés Dark Forces (o sea, Fuerzas Oscuras), de 1980, que Martínez Roco sacó con el otro nombre para aprovecharse del éxito del anterior.  
      Bueno, resulta que me terminé la antología bien rápido, en cambio, Noelia a lo más había avanzado solo un resto con el libro más pequeño que le pasé.  Todo un caballero le devolví su antilogía, que ahora que recuerdo se lo había regalado otro compañero suyo que también andaba detrás de ella (al que conocí…y no me agradó por ser mi competencia).  Quedamos en que apenas terminara de leer los cuentos de Lovecraft, me lo devolvería; sin embargo, tiempo después mi protoenamorada abandonó la universidad y nunca más volví a saber de ella…Así que perdí tanto a esa potencial novia, como a mi libro…Y adivinen qué me dolió más.
      ¿Y por qué se trata de un “pecado de omisión? Pues debido a que fui un tonto inocentón y no debí haberle devuelto tal joyita, que ahora probablemente formaría parte de mi colección.   


3- El Incidente Jesús y El Efecto Lázaro.

       Cuando los ñoños de la ciencia ficción literaria "de pura cepa", que hemos leído la saga de Duna de Frank Herbert (o al menos se han visto la famosa peli de 1982, que hizo David Lynch, como las dos miniseries noventeras), nos enteramos de que el año que viene se estrena una nueva superproducción hollywoodense, sobre el primer libro de la serie, imposible no ponerse a pensar acerca de las maravillas de su autor.  Y es que este señor escribió otros textos, aparte de aquellos que le dieron gran fama, entre los que se encuentran justamente aquellos que también están entre mis cuitas literarias.  
      Escritas en colaboración con Bill Ransom (autor del que no tengo idea), creo forman parte de una trilogía de novelas con nombre pseudo religioso, siendo el tercero de ellos El Factor Ascensión (que uno de los temas favoritos de Herbert era justamente la fe y los dogmas teológicos).  Ignoro si la última parte de este ciclo se encuentra en español, pero lo que sí tengo muy claro, es que al menos los dos primeros títulos y que aquí menciono, fueron sacados por la recordada editorial Ultramar (que contaba con una tremenda colección de ciencia ficción), en unas estupendas ediciones en tapa dura y con portadas bellísimas.
    Pues, resulta, que hace años andaba por la Librería Universitaria (de la misma Universidad de Chile) y como ya conté en la anterior entrada a esta, cuando me referí a Marfil de Mike Resnic, a principios de este siglo pillé entre sus ofertas este título.  Yo ya me había leído Duna hace rato y creo que también Destino: El Vacío, así que bien sabía de que tenía entre mis manos dos títulos valiosos.  Como me pasó con la mencionada novela de Resnic, para entonces ya contaba con mi platita y la verdad es que solo “5 luquitas” por título, podía desembolsar sin problemas…Y aquí me tienen, lamentándome una vez más por mi torpeza.   A ver si alguna librería “de viejos” me da la oportunidad de resarcirme de estas torpezas, que en todo caso hace casi dos décadas que tengo pendientes aún en mi biblioteca unos 5 otros títulos suyos (entre ellos la segunda trilogía de Duna).

Esta foto que encontré en Wikipedia me demuestra que efectivamente sí sacaron la trilogía completa los de Ultramar,

jueves, 26 de abril de 2018

¿Tendremos “Expedientes-X” para rato? (Ojalá). PRIMERA PARTE



     Casi dos años transcurrieron entre el último episodio de la (demasiado breve y aún así potentísima) décima temporada de los Expedientes-X.  Tras un desenlace que dejó a millones de sus seguidores en todo el mundo, expectantes respecto a que sería de sus héroes en medio de los apocalípticos eventos de su último episodio (My Struggle/Mi Lucha II), por fin pudimos conocer su conclusión…Y continuar con las andanzas de sus personajes.
     Al menos esta vez se nos concedió una temporada un poco más larga, de 6 a 10 capítulos y manteniendo en general el mismo nivel de la calidad de las historias y puesta en escena, al estar detrás de todo esto su creador Chris Carter, acompañado de los ya también reconocidos James Wong, Glen Morgan y Darin Morgan.           Además, tal como es habitual en el programa, encontramos capítulos correspondientes a la llamada mitología de esta serie, relacionados con las conspiraciones en las que se ven involucrados sus protagonistas.  De igual modo, también se siguieron manteniendo los casos autoconclusivos, que en una época en la que lamentablemente se ha perdido este formato, se agradece bastante por seguir manteniéndolo luego de tantos años en pantalla (teniendo en cuenta además el paréntesis entre la novena temporada, la segunda película para el cine y su regreso con la décima temporada); y es que muchas veces son estas otras historias, las que han conseguido “quedarse en la retina” de sus espectadores y seguidores.
     En esta temporada hay de todo lo que el fan acérrimo de la serie puede esperar, extraterrestres, monstruos, tecnologías peligrosas, secretos que penden sobre la humanidad y que solo unos pocos conocen (por lo general aquellos detrás de todo ello), suspenso, lágrimas y, para suavizar todo esto, mucho, mucho humor.  Asimismo, no solo nos reencontramos con los ya queridos Scully, Mulder y Skinner, sino que volvemos a vernos con viejos amigos y con enemigos.  
     A continuación  mi revisión personal de la primera mitad de este ansiado regreso de este preciado programa, que como pocos he ido siguiendo a lo largo de un periodo importante de mi vida y que como los grandes clásicos no ha envejecido, sino que ha ido cobrando con el paso de los años más encanto que nunca.



1- My Struggle III (Mi Lucha III): Luego de que una amenaza de características apocalípticas se cierne sobre toda la humanidad y solo Dana y Fox, acompañados por dos nuevos aliados, más su antiguo jefe, todo pareciera resolverse usando un recurso dramático propio del llamado deux ex machina (en otras palabras, de forma facilona).  Esto bien puede resultar una decepción, no obstante la gran revelación hacia el final del capítulo, que a mediados de la temporada va a ser mejor desarrollada, justifica en parte este inesperado giro dentro de la trama.  
    Si el primer episodio de la anterior temporada, partió con un repaso de nada menos que del propio Fox Mulder, sobre su papel dentro de los llamados Expedientes-X (por medio de una nostálgica revisión de varios de los momentos más emblemáticos de la serie), siendo que el último de esta temporada inició con los propios recuerdos de su compañera Dana Scully, en esta ocasión las remembranzas corrieron por parte de otro emblemático personaje (y con interesantes descubrimientos para los seguidores).  Al ojo del televidente más agudo, puede llamar la atención que en la sucesión de imágenes reales y relacionadas con figuras nocivas del poder público, aparezca nada menos que el actual presidente de los Estados Unidos (el controversial Donald Trump… ¿Un villano en la vida real? ¡Sin dudas!).
    Por otro lado, las antiguas conspiraciones forjadas hace décadas en el suelo gringo, por muy singulares villanos, se complica más que nunca y dará nuevas sorpresas a los personajes y a nosotros mismos.

2- This (Esta): Otra maquinación relacionada indirectamente con la propia mitología del programa, que por un lado significa la segunda aparición de nada menos que la villana introducida en el primer episodio de esta temporada, interpretada por la veterana Barbara Hershey, quien está detrás del horror de una especie de realidad virtual y en la que se encuentran clones digitales de las más grandes mentes de los últimos años.
    El episodio parte con la pareja de agentes descansando, por fin, tal como se lo merecen, lo que en una vida como la suya no puede durar tanto, pues lo que parece ser el llamado de auxilio de un viejo amigo que creían (creíamos) estaba muerto, viene a ser el comienzo de un enfrentamiento con otro grupo secreto de temer.  Los diálogos inteligentes, como es costumbre, de los protagonistas permiten recordar y homenajear a más de uno de los “caídos” memorables a lo largo de la encrucijada, en la que se encuentran estos buscadores de la verdad y la justicia.  Por otro lado, volver a ver (aunque sea de una manera bastante especial) a alguien tan añorado como…le otorga un plus adicional a esta historia, que de por sí mantiene al espectador atento a todo lo que aquí pasa.
     La atmósfera enrarecida del episodio es propia del genio detrás de él, Glen Morgan, quien desde la temporada anterior abandonó su dupla con James Wong, para entregarnos cada uno por separado memorables nuevos Expedientes-X de culto.


3- Plus One (Más Uno): El Chris Carter más ingenioso y juguetón vuelve con uno de esos casos llenos de personajes estrafalarios, eventos extraordinarios y situaciones curiosas y/o hilarantes, que sacan partido a lo mejor del talento histriónico de Gillian Anderson y David Duchovny, trayéndonos a la memoria algunos de los momentos más clásicos del show.
     Extrañas muertes en las que al parecer dobles malignos de las víctimas son los culpables, acaparan la atención de los agentes, quienes se encuentran con una manifestación muy rara de la maldad humana.  Los villanos de esta ocasión son seres retorcidos, quienes siguen la tradición del programa de presentar criminales con poderes bizarros.  Por otro lado, tal como las viejas historias de terror, la trama toma aspectos moralizantes al abordare los efectos de mal en nuestras vidas.  Los malvados de este tipo de episodios no son los genios de la maquinación como el Fumador y compañía, pero sí son peligrosos depredadores humanos a los que hay que cazar a como de lugar.
     Por otro lado, interesante viene a ser que al referirse esta historia a la dualidad humana y al presentarnos no solo a un puro criminal, sino a dos, se aborda la misma relación entre Scully y Mulder, quienes como mujer y hombre respectivamente, acá encuentran a sus propios doppelgängers o versiones desvirtuadas de sí mismos, en la pareja de psicópatas con quienes les toca enfrentarse.  


4- The Lost Art of Forehead Sweat (El perdido arte del sudor en la frente): Escribo esta entrada cuando aún me faltan 2 episodios para terminarme la temporada, así que no puedo decir si es lejos el mejor de ella...Aunque sin dudas se encuentra dentro de lo más notable, desde que la serie regresó para regocijo nuestro en 2016.
     Como se detallará más adelante, sin dudas que esta historia, escrita y dirigida por Darin Morgan (un artista a tenerse en cuenta, tras los memorables capítulos que nos ha dado solo en este mismo programa y en Millenium), ya se ha convertido en todo un caso legendario dentro del show.
      La trama comienza con el primer plano, bellamente filmado en blanco y negro, de un hombre que sufre una crisis tras confesar (nos) que sabe sobre la existencia de... ¡Marcianos en el planeta!  Lo bizarro de todo esto, por supuesto que tiene que ver con los mismos Expedientes-X, pero la puesta en escena en sí es propia de otra célebre serie televisiva de ciencia ficción y terror: La Dimensión Desconocida (sin dudas el homenaje de los responsables del showman más actual, a un título al que le deben bastante este otro y varios más)...Luego nos enteramos de que se trata del final de uno de sus episodios...
     Sin embargo, quienes hemos visto completa la versión original de la famosa creación de Rod Serling, bien sabemos que ese capítulo en realidad no existe (¿O sí?). Y es que el episodio de Los Expedientes-X que ahora nos reúne, versa sobre los recuerdos y, por consiguiente, acerca de la verdad; en otras palabras, acá nos encontramos con una muy ingeniosa mirada al valor que tienen en nuestras vidas estás remembranzas, las que definen, como no, quiénes llegamos a ser.
     Todo lo anterior se desarrolla a través de la presencia de un hombre de apariencia insignificante, quien les asegura a Dana y Fox de que sus recuerdos han sido intervenidos debido a un oscuro propósito y de que él mismo está siendo eliminado de todo rastro suyo en la realidad.  Las teorías acerca de lo que está pasando, son increíbles y cuándo ello se dramatiza, no puede ser más gracioso (lo que podría ser llevado a cabo como algo en verdad terrorífico, bajo la mano de Darin Morgan se vuelve, como bien lo sabe hacer este, surrealista y, muy cómico) y en ello se encuentra la idea de lo que aquí llaman «Efecto  Mandela...o de Menghele», que la verdad no sé si el concepto existe o no, pero está llevado a cabo con una verosimilitud que (de adrede) nos hace dudar al respecto (o simplemente aceptarlo como cierto).
      La autoparodia que ya hemos visto con anterioridad en el programa que hoy visitamos, vuelve a darnos uno de los mejores momentos de este, cuando a la luz de lo expuesto en los acontecimientos de este capítulo, se repasan varias escenas emblemáticas de su paso por el tiempo.  La hilarante revisión de todo esto, por otro lado, nos permite recordar esos viejos tiempos en los que «todo el mundo» era joven y darnos la certeza de que la experiencia (nos) hace a los maestros.


5- Ghouli: El nombre de este episodio bien puede hacer mención a los monstruos de las narraciones árabes de Las Mil y Una Noches, seres demoniacos y necrófagos, aunque no estoy seguro (los llamados guls).  Por otro lado, este viene a ser el regresó de James Wong a la serie, ya alejado (supuestamente) de sus colaboraciones con Glen Morgan (y aún así ambos trabajando en el show que les concedió la notoriedad).
    Se trata de otro episodio inserto más o menos dentro de la llamada mitología, ya que tiene que ver nada menos que con el destino de William, el hijo de Scully y Mulder, con nuevas revelaciones de gran implicancia para el programa.  
     La trama comienza con dos chicas adolescentes que se hieren entre ellas, al creer ver en la otra a una horrible criatura amenazante (el engendro mismo en su diseño es soberbio y espeluznante). Lo que parece ser un caso más de monstruos, resulta ser en realidad algo mucho más complejo, en lo que un muchacho, dueño de un poder muy especial, se encuentra involucrado. Es así que en el transcurso de esta investigación, Dana y Fox entran en conocimiento acerca del paradero del único hijo de ambos y que dieron en adopción siendo este un bebé, para salvar su vida.
     El monólogo de Scully en la morgue, sin dudas que llega a ser una de las escenas más emotivas (y lacrimógenas) de todo el programa. La Anderson se luce una vez más como la tremenda actriz que es, capaz de pasar de una emoción a otra con una credibilidad sobrecogedora.
     La reintroducción de William en la trama central de Los Expedientes-X, augura posteriores intervenciones suyas y que muchos de los mejores momentos al respecto, aún están por venir.


                                                      Tráiler de la onceava temporada.

lunes, 28 de agosto de 2017

El primer Spider-Man (tercera parte).



      Tras haber hecho una síntesis de la primera etapa de nuestro Amistoso Vecino y luego revisar y comentar el primer tomo de los 3 dedicados a estas primeras aventuras suyas, editados por Panini al español en su colección Best of Marvel Essentials, es hora de seguir con el siguiente volumen.  Pues la verdad es que este es lejos superior al que le antecede, en parte porque como ya se ha tenido el tiempo suficiente como para desarrollar bien a su protagonista y a su entorno (tía May, sus compañeros de colegio y gente del Daily Planet, además de buena parte de sus villanos), es posible “jugar” más con las aventuras y desventuras de Peter Parker, creando con ello historias más complejas, entretenidas y dramáticas.  Por otro lado, en el dibujo su cocreador, Steve Ditko ha mejorado ya tanto a la hora de realizar las viñetas, que cada nuevo número resulta ser todo un gozo visual.  Por esto último, antes de ir de lleno a las historietas que componen dicho tomo, es hora de dedicarle unas cuantas líneas a este artista:

     Nacido en 1927 en USA, quizás no sea uno de los grandes dibujantes que haya tenido el mundo del cómic en material de superhéroes, pero sí nadie puede negarlo que le corresponde el lugar entre los que mayor influencia han tenido con el paso de los años.  Todo gracias a los personajes que creó, ya sean los dos que hizo junto a Stan Lee para Marvel, como lo son el mismo Spidey y, por supuesto, el Doctor Strange, como los realizados en solitario para Charlton Comics y DC.
      Pues estuvo en Charlton Comics antes, durante y después de su paso por la Casa de las Ideas.  Con esta empresa trabajó en cómics de ciencia ficción, terror y suspenso, en historias autoconclusivas para algunas de sus colecciones antológicas.  Muchas de estas historietas fueron hechas antes del desgraciado Comic Code, un sistema de autocensura que permaneció por décadas desde los sesenta en las empresas del rubro, para no causar espanto en la opinión pública, de modo que hoy en día pueden ser leída con mucho placer por sus seguidores gracias a sus ideas “atrevidas”.   Asimismo, de este periodo surgió uno de los superhéroes más populares, nada menos que el Capitán Atom, que realizó junto a Joe Gill.  Cabe destacar además de todo esto su desempeño para las colecciones de Konga y Gorgo, sobre dos monstruos de películas al estilo de Godzilla y King-Kong, bien populares por aquellos años (principio de los sesenta). En su segundo flirteo con Charlton realizó la mayor cantidad de personajes, que hoy en día algunos de ellos forman (al igual que el justiciero ya mencionado) parte de los grandes mitos de la historieta y en especial gracias a su traspaso a DC: Blue Beete (Bicho Azul) y Question (Pregunta).  Sin dudas estos dos personajes bastante singulares, el primero un superhéroe sin poderes y que se apoya en su inteligencia y cuerpo atlético para enfrentarse a los criminales y el segundo una especie de detective que usa una máscara sin facciones y que está obsesionado con las conspiraciones, están entre sus creaciones más queridas. 
      También debe tenerse en consideración su labor como colaborador de la editorial Warren, un estudio dedicado a las historietas de terror para adultos, en blanco y negro, que gracias a Dios habían optado por prescindir del Comic Code ya citado, de modo que ello le permitió a Ditko elaborar sus obras con más libertad. Fue así que Creepy y Eerie tuvieron el honor de contar con este maestro en sus páginas.
       Como muchos ñoños de los cómics sabemos, Steve Ditko comenzó a tener serias diferencias creativas y de ego con Stan Lee (quien incluso por décadas le negó la naturaleza de cocreador de Spidey), lo que lo llevó a abandonar por largo tiempo a Marvel.  Fue así que se fue a su gran competencia, DC (tal y como luego pasaría con el propio Jack Kirby), para quienes dio origen a Shade, el Hombre Cambiante, The Creeper y Halcón & Paloma,  sus personajes más famosos de esta etapa suya.  Sin embargo estas series bajo su tutela ni siquiera llegaron al número 10 de sus respectivas series, pues una vez más debido a los problemas con su difícil personalidad,  abandonó este nuevo “hogar” suyo bastante molesto.
Autocaricatura de Steve Ditko.
     En Marvel no solo fue uno de los artífices del Arácnido y del Maestro de los Artes Místicas, sino que antes de llegar a darles forma, estuvo también a cargo de sus propias series antológicas.  De igual manera al regresar a Marvel tras su decepción con DC, estuvo en nada menos que la colección de…¡Chuck Norris!, pero también en otras de mayor peso como Daredevil y Hulk, además de otras revistas, entre ellas Speedball, que también corresponde a su autoría.  Este otro periodo suyo en la Casa de las Ideas, comenzó a finales de los setenta y duró hasta la siguiente década; no obstante su entusiasmo ya no era el de antes y sus entregas no volvieron a tener la regularidad en el tiempo de antes.
      Otras editoriales consiguieron contar con su talento antes de que abandonara casi por completo el mundo de los cómics.   Entre estas firmas, que muchas de ellas han desaparecido, están Pacific, Red Circle, First Comic, Eclipse, Valiant y Topps.
       Y es aquí cuando llegamos a una faceta compleja y sin embargo interesante de nuestro artista: su compromiso con la ideología filosófica llamada OBJETIVISMO.  Salida de la mente de Ayn Rand, consiste en todo un sistema de creencias que a la larga fueron apartando a Ditko de las editoriales y la vida pública, por lo que al adherirse a este comenzó a ver con muy malos ojos el control de las empresas del rubro y las que ahora le parecían verdaderos “saqueadores” de los “productores” (artistas) como él.  A esto se le sumaron varias desavenencias con sus colegas, que no solo las tuvo con Stan Lee.  De este modo al volverse cada vez más retraído y hosco, optó por negarse a dar entrevistas y a que se hicieran monografías y/o estudios sobre su biografía con su permiso, salvo honrosas excepciones (y ahora sabemos por qué en el actual boom de producciones Marvel y en especial Spider-Man, no ha aparecido frente a las cámaras).
       Debido justamente a su descontento con las editoriales, comenzó a acercarse a nada menos que varios fanzines (revistas de aficionados, unas más “profesionales” que otras) y así fue que nació una de sus obras más emblemáticas, aunque desconocida por la mayoría: Mister A, otro paladín bastante misterioso y del cual lamentablemente hizo pocas entregas, de no muchas páginas la verdad, en blanco y negro.  Debe saberse que este se caracteriza, en pocas palabras, por su visión maniquea del mundo, por lo tanto con los villanos es duro por completo y los llega a matar.  Además de este personaje, el resto de sus trabajos fueron haciéndose cada vez más personales, proselitistas y alejados del gusto popular… ¡Una verdadera pérdida para sus seguidores!

Los personajes de Ditko para DC.  De derecha a izquierda:
The Creeper, Halcón, Paloma (al cuarto no lo ubico), Shade y los otros dos también me son desconocidos.


        Y ahora a por las historietas:

1- The Amazing Spider-Man Nº 13, La amenaza de… ¡Misterio! (junio de 1964): Tal como dice su nombre, acá interviene el llamado “Amo del Ilusionismo”, sin dudas uno de sus mejores villanos y quien con su traje tan particular sin lugar a dudas que se ve aterrador (o al menos esa idea tengo de él cuando lo conocí de pequeño).  En esta historia se vuelve a tomar un tema habitual de los cómics clásicos del Cabeza de Red, ya que tal como pasó en su primer encuentro con el Camaleón, este otro malhechor se hace pasar por él, por supuesto para cometer sus crímenes y con ello volviendo a atacar uno de sus puntos flacos: la mala opinión pública que el justiciero posee.  La pelea entre los dos rivales en un estudio de cine sin dudas que resulta magnífica, ayudada por la capacidad del propio Ditko para hacer tan kinestésicas sus viñetas.

2- The Amazing Spider-Man Nº 14, La grotesca Aventura del Duende Verde (julio de 1964): Por fin aparece el más grande rival de Spidey y que con el tiempo se transformaría en uno de los personajes más importantes dentro de todo el universo marvelita, pues estamos hablando del original, Norman Osborn.  No obstante debe saberse que en ningún momento durante la etapa de Ditko y Lee se revela su identidad, ya que cuando se quita su traje, tal como pasa con Mary Jane más adelante, estratégicamente se tapa su rostro con algún objeto.  Varios son los elementos que se conjugan para esta verdadera pieza de antología, entre ellos el regreso de los Forzadores y además la aparición de nada menos que de Hulk, quien se presenta de la manera menos grata, ya que aparece malhumorado y deseoso de estar alejado de los “hombrecitos que lo molestan en todo momento” (recordemos que para esta época el Coloso Esmeralda es más bien una criatura que aún no ha desarrollado su intelecto y capacidad para sociabilizar).  De este modo, nuestro protagonista debe enfrentarse a todos ellos, lo que hace más difícil que nunca su labor.  Asimismo llama la atención la personalidad juguetona de este Duende Verde, que incluso puede caer hasta simpático por el momento, quien orquesta un plan para ganar dinero fácilmente y para ello ofrece nada menos que a Spidey ser su socio.

3- The Amazing Spider-Man Nº 15, Kraven el Cazador (agosto de 1964): Tal como dice su nombre y el de los dos números anteriores, corresponde al esperado debut de otro de los legendarios contrincantes del Hombre-Araña.  Sin embargo este villano en su personalidad, biografía y apariencia difiere bastante de los otros criminales a los que se ha enfrentado nuestro protagonista, pues se trata de un hombre ya famoso por sus “actos heroicos” como cazador y domador, quien en su obsesión por conseguir su mayor presa (adivinen quién), poco a poco va abrazando la senda del mal.  Por otro lado, podría decirse que en realidad su inclinación hacia el lado oscuro siempre estuvo latente en él, ya que de inmediato se le  ligó con otro rival legendario de Spidey.  El contraste entre la virilidad de Kraven, como alguien de acción y el adolescente Peter Parker, que aún sigue siendo un novato, pero que lo supera en astucia usando las mismas armas de su enemigo, hacen de este episodio otra joyita (de hecho, años después otro gran guionista, John deMatteis durante su etapa a cargo de algunas de las colecciones del Cabeza de Red, realizó un remake de esta célebre historia).

4- The Amazing Spider-Man Nº 16, Duelo con Daredevil (septiembre de 1964): Un nuevo team-up (serie de duplas en las que más adelante destacará el Arácnido) y esta vez tal como dice su nombre, viviendo una aventura junto al Diablo de Hell`s Kitchen, en lo que viene a ser el comienzo de una férrea amistad entre ambos.  En esta ocasión se enfrentan al Jefe de Pista y a sus bizarros compañeros del Circo del Crimen, quienes tienen su introducción en este número.  Tal como ya nos tienen acostumbrados sus creadores, las circunstancias que hacen que ambos superhéroes luchen entre sí, no pueden ser más divertidas y nos muestran otro tipo de maldad, de modo que en ningún momento cada nuevo villano que aparece es una copia del anterior, si no que siempre sus autores se esmeran por hacerlos complejos y atractivos.  De igual manera la contraposición entre las caracterizaciones y poderes diferentes entre ambos justicieros, hacen de este cómic toda una delicia.

5- The Amazing Spider-Man Annual Nº 1 (1964): En más de 70 páginas, Lee y Ditko nos entregan lejos la que vendría a ser la historia más heroica del Cabeza de Red desde su debut, ya que en ella queda de manifiesto como nunca antes visto en su colección hasta el momento, que su valor como individuo radica en su propia humanidad y no en su llamativo traje, ni espectaculares poderes; en otras palabras, viene a ser su capacidad para sobreponerse a sus propias debilidades (entre ellas su inseguridad, falta de experiencia y miedos) lo que lejos lo convierte en el personaje que todos amamos tanto.  Es así que todo esto y más queda de manifiesto cuando Spidey debe salvar a las dos mujeres a quienes más ama, su tía May y su pareja de aquella época, Betty Brant, quienes han sido raptadas por los recién formados SEIS SINIESTROS, equipo integrado por sus hasta entonces 6 mayores villanos: Dock Ock, Misterio, el Buitre, Electro, Hombre de Arena, Kraven y Hombre de Arena.   Liderados por Doctor Octopus, estos patanes desean vengarse de su captor tras haberlos mandado a la cárcel e impedirles realizar sus actos delictivos (hasta el momento ninguno de ellos es un asesino).  Al respecto, resulta curioso y hasta agradable (en la práctica, algo digno de comedia), la manera agradable en la que tratan a las damas capturadas y donde la relación que nace entre el científico loco y tía May da pie a una serie de acontecimientos de lo más interesante.  Dentro de las maravillas de esta obra, están los cameos de varios de los otros justicieros de Marvel, entre ellos los Vengadores y los 4 Fantásticos.  De igual modo, como se trata de un evento muy significativo para la continuidad de Spider-Man, el dibujo de Ditko esta vez es tan cuidado y hermoso, que en general cada una de sus viñetas resultan ser de lo mejor visto hasta ahora; como cada uno de estos Seis Siniestros acuden por sí solos a su batalla contra su némesis, para ver quién es capaz de derrotarlo, en un determinado momento de estas peleas singulares, nos obsequia con una imagen en grande de ambos contrincantes, dignas de un afiche.

6- The Amazing Spider-Man Nº 17, El regreso del Duende Verde (octubre de 1964): El esperado retorno del Duende Verde, quien esta vez saca a relucir buena parte de su arsenal característico como no había sido antes (en el que se incluyen sus famosas calabazas explosivas y su murciélago deslizador). Su argumento enfatiza además la admiración de Flash Thompson hacia su ídolo, con una fe hacia este que va más allá de lo risible, si no que llega a ser admirable y habla muy bien de este.  De igual manera destaca la reaparición de la Antorcha Humana, quien deja claro en sus diálogos que ha comenzado también a apreciar a Spidey.  Los problemas de salud de la tía May vuelven a complicar a nuestro superhéroe, lo que nos permite encontrarnos con otro de esos cómics suyos, en los que el final no resulta ser victorioso para su protagonista y lo que nos lleva a mantener la identificación con este personaje, para quien como sucede en la vida real, pese a su enorme fuerza de voluntad, no siempre todo le resulta bien.

7- The Amazing Spider-Man Nº 18, El  fin de Spider-Man (octubre de 1964): El típico título ominoso de estas historietas, no es por completo engañoso, ya que como secuela directa del número anterior aborda un tema que luego será caro a las colecciones del Trepamuros: la posibilidad de renunciar a la vida de justiciero.  Al drama por el que pasa el afectado Peter, con sus cuitas ante los problemas médicos de su querida tía, no deja de estar presente el buen humor, en especial cuando este intenta sacar provecho económico de su alter ego y poderes.  Por otro lado, vuelve a salir el Hombre de Arena, así como Flash y la Antorcha Humana vuelven a tomar partido en la trama.  Esta verdadera crisis de conciencia por la que pasa el Hombre-Araña, solo será solucionada en la siguiente entrega, de modo que se podría decir que aquí frente a la primera “trilogía” de sus revistas.

8- The Amazing Spider-Man Nº 19, Spider-Man contraataca (noviembre de 1964): Una vez recuperada la confianza en sí mismo, Parker se dispone a arreglar sus asuntos pendientes, esta vez teniendo un mejor trabajo en equipo con la Antorcha Humana (que aún no está acostumbrado a codearse con sus colegas) y de paso volviendo a enfrentarse entre los dos con el Hombre de Arena, ahora líder de los Forzadores.  La historia termina con la aparición de dos misteriosos sujetos, lo que vaticina una nueva amenaza para el siguiente número, una que sin duda es todo un hito en la cronología de nuestro Amistoso Vecino.

9- The Amazing Spider-Man Nº 20, La llegada del Escorpión (diciembre de 1964): Tal como dice su nombre, se trata de nada menos que de la génesis de este otro importante villano, uno de los más retorcidos de entre los primeros antagonistas de Spidey.  No puede dejar de ser atractivo su nacimiento, ya que en ello se encuentra involucrado un destacado secundario de la serie (¿adivinen quién?).  En este caso estamos hablando de la fuerza bruta contra la inteligencia de Peter Parker, así como de una verdadera maldad cercana al tipo asesino.  La viñeta final del adolescente reparando con aguja e hilo su traje, resulta ser de igual manera memorable.

10- The Amazing Spider-Man Nº 21, ¡Donde vuela el Escarabajo…! (enero de 1965): Otro team-up con la Antorcha Humana, puesto que este villano originalmente combatió por con los 4 Fantásticos en su debut.  Con su reaparición en la serie regular de Spidey, este  justiciero por primera vez en su carrera se enfrenta a un criminal de tecnología super avanzada, por lo que todo esto le resulta sin dudas toda una prueba para su pericia.  Esta versión del Escarabajo sin dudas que posee el peor traje para un personaje Marvel de esta época, el que menos mal fue mejorado con el paso del tiempo. 

11- The Amazing Spider-Man Nº 22, ¡El Payaso y los Artistas del Crimen! (febrero de 1965): Vuelven a aparecer el Jefe de Pista y el Circo del Crimen, si bien de una manera algo distinta a la de antes, ya que esta vez el primero ya no lidera a sus compinches y en su lugar lo hace el llamado Payaso.  Se trata de una muy entretenida historia llena de enredos, con mucho humor y en la que más encima por primera vez en su vida Parker se enfrenta a una femme fatale (que más adelante una de ellas será de vital relevancia en su vida).  Asimismo, los miembros del Circo del Crimen en su heterogeneidad no pueden ser más llamativos, tratándose de uno de los primeros equipos criminales a los que se enfrenta el protagonista; de igual modo se podrían considerar como patanes de segunda, en comparación con otros, ya que sus habilidades (salvo la del Jefe de Pista) tampoco son gran cosa.

12- The Amazing Spider-Man Nº 23, ¡El Duende y los gansters! (marzo de 1965): Otra más del Duende Verde, quien ya se perfila como uno de los grandes villanos de Marvel, puesto que a diferencia de sus colegas, queda claro que lo que más ostenta quien está detrás de su máscara no es el dinero fácil…si no poder.  Por otro lado, este número reintroduce a Frederick Foswell, a quien en el primer tomo conocimos como el Amo del Crimen, siendo que trabajaba como periodista del Bugle, mientras en secreto llevaba una carrera delictiva.  A partir de esta historieta el rol de Foswell cobra un papel destacado entre los secundarios de la serie, dándonos increíbles sorpresas en el futuro.

13- The Amazing Spider-Man Nº 24, Spider-Man se vuelve loco (enero de 1965): Una nueva triquiñuela de Misterio, quien queda claro que está obsesionado con Spidey, ya que acá le juega una mala pasada que pone en tela de juicio su cordura, al engañarlo con sus sofisticados efectos especiales.  De igual manera, Flash Tompson vuelve a robarse nuestro corazón con su incondicional amor hacia su ídolo.

14- Strange Tales Nº 97, Adiós a Linda Brown (julio de 1962): El bonus de este tomo corresponde a una de esas tantas historias antológicas en las que intervinieron Ditko y Lee, antes de que comenzara la llamada “Era Marvel” con el surgimiento de los 4 Fantásticos.  Se trata de una emotiva y hasta nostálgica historia breve de fantasía con un final digno de La Dimensión Desconocida (programa que estaba emitiéndose por aquellos años en la TV gringa con muy buenos resultados de crítica y audiencia).  Sin embargo lo más llamativo de esta pequeña historia, es el aspecto de la pareja de ancianos que en ella aparecen, ya que son nada menos que las primera versiones de May y Ben Parker, los queridos tíos de Peter. 


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