miércoles, 31 de enero de 2018

6 razones más para amar a Charlie Brooker…y a Netflix (segunda parte).

   

        El resto de la cuarta temporada de Black Mirror se compone de los siguientes episodios:

4- Cuelguen al DJ: He aquí que nos encontramos con un tema caro a la ciencia ficción y que en producciones como Black Mirror, de fuerte crítica social, no podía faltar: la antiutopía, también conocida como distopía y/o contrautopía.  En pocas palabras, se trata de un totalitarismo, una dictadura, llevado a sus extremos y bajo la cual se retrata una sociedad supuestamente perfecta, pero en la que las injusticias son tan grandes, que no solo unos pocos tienen privilegios, sino que el respeto por la privacidad y el derecho a la libertad no existe.  
     Es así que en este episodio se perfila un mundo en el que la gente debe conocer a varias otras personas de su edad, para vivir juntos como pareja durante un tiempo relativo, hasta que el sistema que maneja todo esto, encuentre al sujeto supuestamente ideal para cada uno y, de este modo, compartir por el resto de sus días juntos.  Es así que una máquina dicta cuánto tiempo durará el romance, el que es vigilado por agentes del gobierno para que nadie sobrepase el tiempo establecido y vaya contra el sistema decidiendo ir contra seguir los dictámenes de su corazón, en vez de promover el supuesto bien común.
     Todo esto se presenta a través de una pareja que descubre desde el principio que en verdad se aman, pero que al igual que sus pares deben someterse a los dictámenes de su gobierno, hasta que va incrementándose el espíritu de rebelión entre los dos.
     A menos de que me equivoque, esta es la segunda historia de tipo más o menos romántica que se ha hecho en todo el programa, lo que le otorga un cariz mucho más agradable y emotivo que al resto de lo visto en él.  Destaca la manera de cómo se proyecta el amor mutuo entre sus dos protagonistas y quienes no dejan de ser una especie de esperanza, en medio de esa realidad caracterizada por la sumisión del resto de sus habitantes.  Al parecer los demás están contentos con el hecho de que los poderes fácticos manejen sus vidas, no obstante en la figura de estos dos amantes separados a la fuerza, queda claro la verdadera plenitud es aquella elegida por uno mismo y no la que dictaminan otros, pasando a llevar la individualidad. 
     Llama la atención que en este mundo tan perfecto a primera vista (no hay pobreza, ni fealdad y siempre están contentos), todos son jóvenes, ni hay niños, encontrándose sus integrantes entre los veinte y los treinta años.  Se supone que aquellos que están en “edad de merecer”, pasan esta etapa de su existencia en una especie de ciudadela, de la que no pueden salir hasta que se concrete el matrimonio perfecto y, sin embargo, todo esto viene a ser la clave para el inesperado desenlace.  Empero, tal como queda demostrado en este episodio, la sumisión y el aburrimiento producto de la monotonía, cuando se inhibe el derecho a la autenticidad, llevan a la rebelión (algo claramente demostrado a lo largo de la historia de nuestro propio mundo).
     Por cierto, en un momento de las tantas parejas que le llegamos a conocer a la dama que forma parte de los dos enamorados de esta historia, vemos que le toca tener a otra mujer como compañera.  Pues ello lo muestran como algo de lo más natural, lo que no es malo en tiempos actuales en los que cada vez es más aceptada la diversidad sexual.  No obstante nuevamente hago el mismo reparo de otras ocasiones…Si no les complica mostrar a dos féminas como amantes… ¿Por qué les cuesta tanto hacerlo con dos varones? Esta falta de compromiso con el tema, no viene a ser otra cosa que discriminación positiva, que ya es hora superen de una vez.

                                
                                                       Tráiler subtitulado de Hang the DJ.


5- Cabeza de metal: La historia más breve de esta temporada (la verdad tampoco es tan corta, pues dura 41 minutos), resulta ser en cierto sentido una de las más artísticas y violentas de toda la serie.  Filmada en un precioso blanco y negro, que ayuda a crear mejor la atmósfera pesadillesca de su argumento, nos muestra otro futuro más o menos cercano y del cual muy poco llegamos a saber; no obstante, queda claro que no todos tienen acceso a los beneficios de una vida cómoda y que más encima hay peligrosas máquinas, que acosan hasta la muerte a quienes cometen algún desliz en contra de la autoridad.
      En el episodio vemos a un pequeño grupo de gente que, o bien pertenece a una especie de resistencia o forman parte del grupo de personas que no están entre los privilegiados de su sociedad, quienes hacen un viaje para conseguir un material que necesitan.  Es así que llegan a una especie de bodega, a la que entran obviamente de manera ilegal y todo parece ir bien hasta que se encuentran con uno de esta especie de robots, que con facilidad se deshace de los dos hombres que forman parte equipo.  El resto de la trama, y lo más importante de ella, viene a ser la confrontación y/o duelo entre la única sobreviviente y la monstruosidad mecánica.  


      Se trata en cierto sentido de la clásica narración sobre una persecución, en la que la víctima debe escapar de su cazador y de cómo la presa debe hacer uso de todo su ingenio y recursos para poder mantenerse a salvo.  Teniendo en cuenta que buena parte del metraje ocurre en medio de un paraje natural, estamos frente al drama de la supervivencia en un medio hostil, en la cual una especie depredadora no ceja en conseguir su trofeo.  Más encima, la mortal máquina tiene forma de insecto tipo escarabajo, si bien en los diálogos le llaman con un término relacionado con los perros (la verdad es que no recuerdo qué palabra exactamente) y no emite sonido alguno, lo que la hace más aterradora.  Es como una fuerza de la naturaleza imparable, que lleva la miseria de la protagonista a mayores linderos de sufrimiento.  Los efectos especiales que le dan vida al robot son tan reales, amparados por la monocromía de la fotografía, que en verdad pareciera que estuviese vivo dicho artefacto.
      La desesperanza y el agotamiento de la perseguida, en conjunto con un tremendo sentimiento de soledad y desamparo, pese a la voluntad de mantenerse viva, le otorga a este capítulo una especie de fatalidad que recuerda a las tragedias griegas: pues, por mucho que el héroe de la historia luche con todas sus fuerzas contra el destino, este otro lo supera y termina por derrotarlo.  No obstante, la gracia está en cómo se nos cuenta todo este drama sobre la fatalidad humana.


                                                      Tráiler subtitulado de Metalhead.
6- Museo Negro:

     Un, en verdad, impactante episodio armado de tal manera que sigue la añeja tradición del relato enmarcado, como si de una caja china o una muñeca rusa se tratara.  Es así que detrás de la trama central, se nos cuentan 3 historias más, que en un principio nada tienen que ver entre sí y que, sin embargo, a medida que vamos atando cabos, nos damos cuenta de que en efecto se encuentran interconectadas.  Más encima, el argumento que abre y cierra el capítulo, no puede estar más unido al resto.
     Todo comienza con una joven mujer que llega hasta un lugar desértico y deshabitado, quien para matar el rato mientras espera que su automóvil se recargue, decide entrar al único edificio que hay allí: un museo dedicado a crímenes y/o actos de violencia.  Es la única visitante del espectáculo, atendido por su propio dueño, quien la recibe solícito y comienza a contarle la historia de cada uno de los objetos que allí se exhiben.
     Primero, le cuenta de un médico que accede a ser el cobaya humano, de un supuesto aparato innovador para hacer mejor su labor: un implante que le permite sentir lo mismo que sus pacientes y de ese modo poder saber cuál es la dolencia exacta de estos, con lo cual tener claro cómo atenderlos sin dudas, ni negligencias.  Todo va bien, hasta que se hace adicto a las sensaciones de las demás personas y ello le provoca un severo caso de adicción y/o locura.
     Con posterioridad se dramatiza el caso de un joven hombre de familia, cuya esposa ha quedado en un estado comatoso, quedándose solo con su hija pequeña.  Uno de los especialistas a cargo de su señora, le ofrece un alternativa para mantener “viva” a  su cónyugue: guardar dentro de sus propias redes neurales la conciencia y personalidad de la mujer, de modo que este pueda dialogar con ella y así permitir que su señora vea a través de sus ojos y pueda escuchar (en especial en lo que concierne a la hija de ambos) con sus oídos.  Tal como en el caso anterior, todo va en un principio muy bien e incluso no deja de ser emotivo, hasta que poco a poco el derecho a la intimidad del marido/padre comienza a resentirse y ello provoca un quiebre en la relación entre este singular matrimonio.  El asunto acaba por terminar muy mal, nuevamente gracias a los avances de la tecnología y que supuestamente puede dar la mejor solución posible, para mejorar la calidad de vida de los usuarios.
     
Por último, llegamos a saber cuál es el destino de un hombre, que había sido injustamente acusado de un asesinato que no cometió.  Luego, el reo al querer velar por la integridad económica de su propia familia, realiza un acuerdo para legar su propia conciencia (o una especie de clon suyo digital), que llega a parar al mismo Museo Negro como su mayor tesoro.
      Resulta que quien le cuenta todo esto a la turista, viene a ser el mismo científico que estuvo presente en cada uno de los hechos antes mencionados, interviniendo directamente, ya que las supuestas maravillas tecnológicas usadas, correspondían a una creación suya y que él mismo fue mejorando.  Con posterioridad llegamos a saber cómo llegó a parar a este macabro museo.
      Tras todo esto, se revela la verdadera identidad de la muchacha que acompaña al anfitrión y quien, de igual manera, guarda su propia relación con los hechos ya presentados.
      Lo exhibido en este genial último episodio de una temporada tan potente, aborda varios temas interesantes.  Por un lado, nos encontramos con la noción del mal como algo inherente al ser humano, una característica suya que puede estar latente en cada uno de nosotros y ser capaz de mancillar hasta lo más hermoso (como el mismo amor de una pareja).  De la mano a todo esto, se encuentra el hecho de que tal como dice el dicho “El Infierno está hecho de buenas intenciones” (o algo parecido, je), puesto que para la mayoría de los personajes que aquí se nos presentan, su propia perdición no es provocado por un deseo hacia el mal en sí, sino que la ceguera frente a la repercusión de las acciones y decisiones realizadas, termina por llevarlos al desastre o a cometer algún tipo de injusticia.  No obstante, tal como vemos en la figura de uno de los protagonistas, no falta quién escoge hacer el mal por elección propia, como una manera de conseguir con facilidad beneficios para sí mismo.
     A lo anterior, aparece la idea de justicia, que la que podemos llegar a considerar como la correcta, por ser amparada por la ley, al ser ciega no considera casos particulares y por ello permite el atropello de inocentes y todo tipo de atrocidades.  En contraposición a esto, aparece el leiv motiv de la venganza, que aparece potente en este capítulo, como la respuesta a las debilidades del sistema judicial (de igual manera, una vez más encontramos justificada la acción punitiva tomada por la propia mano de los afectados).  Luego, podemos llegar a la convicción de que de un modo u otro, todos los infractores deben pagar en algún momento sus pecados.
    Por cierto, por primera vez en todo Black Mirror, nos encontramos con que un episodio ocurre dentro del mismo mundo ficticio de otro.  Queda a los espectadores que se jactan de ser seguidores acérrimos de la serie y/o poseer una memoria a prueba de balas, darse cuenta cómo es posible que estas últimas palabras sean ciertas.    

                                            
                                                   Tráiler subtitulado de Black Museum.

domingo, 28 de enero de 2018

Y esto es solo el comienzo (segunda parte).


     Tras haber revisado de qué trata El Camino de los Reyes, primer volumen de la saga conocida como El Archivo de las Tormentas, nos queda conocer a sus personajes más destacados.  Pues estos son:

Kaladin: Para un servidor, lejos el mejor de los protagonistas y que sin dudas viene a ser el más desarrollado a lo largo del libro, puesto que no solo aparece en cada uno de los apartados que lo comprenden (mientras que los otros dos, en algunas de estas secciones desaparecen de la acción durante cientos de páginas); es así que no solo lo vemos actuar en tiempo presente, si no que más encima hay capítulos a manera de flashbacks, que comienzan desde su infancia a retratarlo, hasta llegar poco antes de su vida como esclavo, que es cuando por fin logra encontrar su verdadero lugar en el mundo.  
     Heroico como él solo, aunque caracterizado de una manera muy humana, no como alguien perfecto, aunque sin duda con una enorme capacidad para crecer de sus errores y superar sus flaquezas, en este primer libro representa más que ningún otro al hombre (o mujer) que ha pasado por las mayores peripecias en su vida.  Hijo mayor de un médico, durante sus primeros años se debatió entre seguir los caminos de su padre o dedicarse a la vida militar, hasta que su propio corazón y honor hacen que tome el segundo de estos caminos.  Luego los avatares del azar acaban por llevarlo a convertirse en un esclavo, justo en medio de la guerra contra los supuestos monstruos llamados parshendi.  Con posterioridad, cuando había perdido toda esperanza y se había quedado sin un propósito, recupera la cordura y desde entonces comienza a convertirse en el líder que estaba destinado a ser.
      Hay varios aspectos a considerar como atractivos en este joven, que no debe superar los 20 años de edad y aun así con muchas vivencias límites a cuestas.  Una de ellas, resulta ser el tema de la vocación que se presenta en él, ya que, tal como se dijo más arriba, dos fuertes impulsos fueron el eje de su vida durante mucho tiempo; con posterioridad, una vez en que se convierte en un hombre del puente, no solo asume de una vez por todas el papel que le toca, ganándose el compañerismo incondicional de sus pares y hasta el respeto de algunos otros (incluyendo unos cuantos enemigos), sino que en un giro inesperado de los acontecimientos adquiere nada menos que…¡superpoderes! No obstante como es un hombre humilde, que solo quiere servir a los suyos, los oprimidos y hacer justicia, usa sus nuevas capacidades sin sacar provecho personal de ellas.

    “— ¿Entonces por qué luchar? Me dije a mí mismo que lo intentaría una última vez. Pero fracasé antes de empezar. No se les puede salvar. —¿La lucha en sí misma no significa nada? —No si estás destinado a morir —agachó la cabeza. Las palabras de Sigzil resonaban en su mente. «Vida antes que muerte. Fuerza antes que debilidad. Viaje antes que destino.» Kaladin miró la rendija de cielo. Como un río lejano de agua pura y azul. Vida antes que muerte. ¿Qué significaba el dicho? ¿Que los hombres deberían buscar la vida antes que buscar la muerte? Eso era obvio. ¿O significaba otra cosa? ¿Que la vida venía antes que la muerte? Una vez más, obvio. Y sin embargo las palabras sencillas le hablaban. La muerte viene, susurraban. La muerte les viene a todos. Pero la vida viene primero. Saboréala.”

Dalinar Kholin: Príncipe hermano del rey, asesinado al que desean vengar los reinos unidos que han declarado la guerra a los parshendi.  Es un recio hombre que está en la cincuentena de su vida, aún atlético y un gran guerrero, líder de su familia, compuesta por sus dos hijos varones y uno de los privilegiados en poseer una armadura y espada esquirladas (vestigios de las viejas ciencias y técnicas que se han perdido en el presente, siendo que la primera aumenta considerablemente las capacidades de su dueño y la segunda es capaz de cortar todo material y matar a todo lo que toca).
     Llamado El Aguijón Negro por su maestría para la guerra, en especial durante su juventud, ha caído en desgracia entre sus pares, porque o bien consideran que se ha vuelto loco o bien desprecian la rectitud con la que ahora rige su existencia.  Y es que este hombre ha abrazado los preceptos del Camino de los Reyes, aunque ello signifique que hasta su progenie dude de él, además de sus antiguos aliados y otros que nunca llegaron a conocerlo lo suficiente. 
      Dalinar tiene un gran secreto, que solo los más cercanos a él manejan: de vez en cuando le dan unas especies de trances, en los que tiene visiones del pasado y en lugares que desconoce, ocupando el cuerpo de otras personas e interactuando con más gente.  Sus viajes espirituales tienen un propósito y es que él esté preparado para el gran mal que se avecina, uniendo todos los reinos o a la mayoría de estos, para que puedan sortear bien la amenaza que llegará.  El problema es que no sabe a ciencias ciertas, si esto es producto de un deterioro mental o en verdad ha sido designado por fuerzas superiores para salvar a la humanidad; así que debe asegurarse de cuál es la verdad de todo esto.
     Cerca del final de la novela, su destino se une inexorablemente al de Kaladin, ya que sin dudas ambos comparten papeles adyacentes, al lado de los representantes del bien.

    “—¡La muerte es el final de todos los hombres! —gritó Dalinar—. ¿Cuál es su medida cuando ya no está? ¿Las riquezas que acumuló y dejó para que se pelearan sus herederos? ¿La gloria que obtuvo, sólo para pasarla a aquellos que lo mataron? ¿Las elevadas posiciones que obtuvo por casualidad? »No. Luchamos aquí porque comprendemos. El final es el mismo. Es el camino lo que separa a los hombres. Cuando saboreemos ese final, lo haremos con la cabeza bien alta, los ojos al sol.”

Shallan: Joven hija de una familia de aristócratas venidos a menos, emprende un viaja para conseguir que una famosa erudita la acoja como su discípula y así ello le pueda traer beneficios para su alicaída gente.  Esta es todavía una adolescente (más o menos), pero a su edad ya es alguien muy inteligente y con un espíritu inquieto en el terreno intelectual.  Con un talento increíble para el dibujo, los bocetos que vemos de tipo naturalista en la novela son de ella.
      Detrás de sus supuestas intenciones de sacar provecho de los conocimientos de Jasnah Kholin (hija del rey asesinado por el enemigo y hermana del actual monarca heredero, al que supuestamente ahora sirven todos los llamados altos príncipes, es asimismo sobrina de Dalinar), se encuentra su propio secreto y que comienza a remorderle la conciencia, cuando comienza a tomarle precio a su maestra.
      En el transcurso de su compañía junto a la aristócrata y que más encima es considerada mala influencia por algunos, debido a su ateísmo, se cruza con un apuesto y joven sacerdote.  En una primera instancia, se supone que este desea salvar tanto el alma de su maestra, como la suya y quien sin embargo estaría dispuesto a abandonar sus votos para estar con ella (Shallan, pese a sus dudas, igual siente atracción hacia este hombre); no obstante en otra de las grandes sorpresas de la trama de esta obra, se descubre cuáles son las verdaderas intenciones del sujeto que la corteja, lo que tiene que ver con los mismos propósitos ocultos de la estudiante.
       Por otro lado, Shallan al igual que Kaladin y Dalinar, también comienza a desarrollar inesperadas habilidades sobresalientes.  De seguro en algún momento de esta serie, cruzará su camino junto al de los otros dos y en especial en lo que concierne a la oscuridad que está por llegar.

       “Hizo a un lado la página. Algunos hombres coleccionaban trofeos. Otros coleccionaban armas o escudos. Muchos coleccionaban esferas. Shallan coleccionaba personas. Personas, y criaturas interesantes. Tal vez era debido a que había pasado gran parte de su juventud en una prisión virtual. Había desarrollado la costumbre de memorizar rostros, y de dibujarlos más tarde, después de que su padre la descubriera haciendo bocetos de los jardineros. ¿Su hija? ¿Haciendo dibujos de ojos oscuros? Se enfureció con ella: uno de los pocos momentos en que dirigió su famoso temperamento contra su hija. Después de eso, ella hizo dibujos de personas solo en privado, usando en cambio los momentos libres para esbozar los insectos, crustáceos y plantas de los jardines de la mansión. A su padre no le importó esto (la zoología y la botánica eran actividades femeninas adecuadas), y eso la animó a elegir la historia natural como Llamada.”

Hermosa ilustración que muestra a Shallan haciendo uno de sus bocetos.

      Algunos de los secundarios más interesantes son:

Syl: Una spren que lleva acompañando a Kaladin durante buena parte de su viaje, no queda claro si de cuando era un lancero sirviendo a un señor o ya convertido en esclavo.  Acostumbra tomar la forma de pequeña mujercita, muy bella, aunque puede tomar otras formas como de hoja.  Solo se aparece ante este, aunque Roca, uno de los nuevos compañeros más leales del antiguo soldado, al pertenecer a un pueblo más sensible, la puede ver sin problemas.
     La carismática personalidad del hombre la lleva a hacer algo no visto antes por su especie, convertirse en su amiga, llegando a tener charlas con él y siendo un gran apoyo en muchas cosas. Su relación estrecha con Kaladin la empieza a cambiar, al punto de que comienza a humanizarse (¿o queda mejor dicho convertirse en persona?) y a desarrollar más habilidades; de igual manera es la responsable, en buena parte, de que el muchacho también vaya desarrollando sus propios poderes.  
     Cerca del final se nos revela, de manera muy emotiva, qué tipo de spren es y por qué se quedó junto a Kaladin.

Szeth-hijo-hijo-Vallano: Un secundario que aparece tan solo unas 5 veces, más o menos en todo este tremendo libro, en los llamados Interludios, que están dedicados a otros personajes y que salvo él, solo salen en la historia una vez (su aparición y la de los demás transcurre en otros sitios de este ancho y vasto mundo, acomplejando el argumento, que de seguro en un momento o bien los unirá junto al resto o al menos ayuda a definir mejor lo que está por ocurrir en próximas entregas).  Este hombre tiene un papel relevante en el origen de la guerra, en la que se encuentra el resto de los personajes, así como interviene en otros hechos sangrientos, que no dejan de ser significativos para el porvenir de todo.
     Miembro de una raza humana extraña o de un culto misterioso, es un asesino de inmensos poderes y portador de una de las pocas espadas esquirladas que quedan.  Sin embargo este sujeto no es libre de usar a su antojo todo lo que tiene, ya que por motivos que aún no quedan claros, ha hecho un juramento, que lo convierte en esclavo de los deseos de quien sea dueño de una pieza suya.
     Entre tanto homicidio que ha realizado siguiendo las órdenes de sus distintos amos, hay una enorme culpa con la que carga y que lo convierte en otro personaje complejo del libro, que pese a todo posee una notoria humanidad.  
      De seguro lo mejor de él está por venir.

Sadeas: Alto príncipe de gran prestigio entre sus congéneres, debido a su enorme riqueza y contactos.  En su juventud fue un amigo muy estrecho de Dalinar, pero cuando ambos tomaron distintos rumbos, la fraternidad se resintió demasiado.  Y sin embargo están en el mismo bando, en la guerra contra los parshendi; así que tienen que aprender a soportarse, pese a que sus diferencias los separen de manera tan tajante.
    Es el dueño de los puentes portátiles que gente como Kaladin y los suyos deben transportar y cargar bajo alto riesgo de sus vidas.  De tal modo es posible pasar entre una meseta y otra, pudiendo luchar contra sus adversarios y así conseguir una preciada gema corazón de los abismoides, cuando estos se convierten en crisálida durante un periodo.  No le importa el bienestar de nadie más, por eso usa a todos aquellos que sea posible para sacar el máximo provecho posible.

Navani Kholin: Viuda del rey asesinado por los parshendi y madre del actual rey, como de Jasnah.  Es una mujer también de gran inteligencia y astuta como su hija, aunque de un carácter más dulce.  Desde antes de casarse, en  su juventud, estuvo enamorada de Dalinar, aunque el destino no los quiso unir.  Ahora ya maduros, no quiere desaprovechar la oportunidad de estar con el hombre que realmente ama y de quien sabe que le corresponde.  Por otro lado, se transforma en una importante aliada para este. 
Una edición ¿alemana? de este libro.

jueves, 25 de enero de 2018

Enero: Mes de despedidas.


      Los chilenos aún no enterrábamos siquiera a Nicanor Parra, cuando los amantes de la ciencia ficción y la fantasía sufrimos el mismo día por la muerte de Ursula K. Le Guin.   Como ñoño con gusto por la lectura he leído más a esta señora, que al antipoeta y no creo que ello sea algo para avergonzarse.  Por ende, lamento mucho más esta partida, puesto que cuando me acuerdo de ella, puedo rememorar horas y horas de mi vida disfrutando algunos de los textos de ficción más sublimes que he conocido.
      Mi primer acercamiento a esta dama de las letras fue cuando estaba en la universidad, en primer año de la carrera de Pedagogía en Castellano en la UMCE (ex Pedagógico).  Era 1995 y yo era alumno del que creo fue el primer curso a nivel universitario que se hizo sobre ciencia ficción.  Este era dado por el físico Juan Espinoza, un hombre muy amable y del que guardo muy buenos recuerdos.  En la enorme biblioteca suya, que tuve la suerte de conocer y abarcaba un cuarto entero, se encontraba un ensayo bastante completo acerca del género que nos había reunido y el que gentilmente me prestó.  Apenas tengo recuerdo de sus páginas, pero sí tengo claro que era denso el texto y que entonces para mi falta de madurez intelectual me pareció complicado entenderlo; no obstante, en sus páginas se encontraba un capítulo dedicado en exclusiva a La mano izquierda de la oscuridad de Ursula K. Le Guin y de inmediato lo que decía al respecto me encantó: un planeta que permanece en un invierno blanco de forma permanente, con una especie humanoide que pasa parte de  su vida siendo andrógina o asexuada y que durante periodos pueden ser o bien de género masculino o de género femenino.  Era la primera vez en que me encontraba con una obra de este tipo que abordaba el tema de la sexualidad, que entonces pensaba que la ciencia ficción era solo futurista, robots, extraterrestres y “efectos especiales”.  Al año siguiente, el profe Juanito, como me gustaba llamarlo, al haberme convertido en su alumno ayudante en otros semestres de la asignatura, me regaló el dichoso libro.  Me lo leí al tiro (como nos gusta decir acá en Chile, o sea, raudo y/o casi de inmediato) y como esto fue ya hace más de 20 años y mi memoria es frágil… ¡He olvidado el resto de su contenido! 
      Los nombres de la mayoría de los libros de esta autora siempre me parecieron muy poéticos, siendo que además fue la primera autora mujer (aunque suene redundante), que supiera escribía ese tipo de historias que tanto me gustaban (bueno,  aparte de Mary Shelley de Frankenstein, aunque cuando esta última realizó tal magna obra aún no se acuñaba el concepto).  Por lo tanto, los títulos y el género de su creadora, eran motivo suficiente para querer leerla: Los Desposeídos, Las doce moradas del viento, La rueda celeste, Las llaves del aire, La liberación de una mujer, El lugar del comienzo…Títulos evocadores para historias llenas de una prosa poética y sensibilidad, que siempre la relacioné con Ray Bradbury y Orson Scott Card.  La Le Guin era una autora feminista, pero además en sus escritos se notaba que era una mujer la persona detrás de esas ficciones, no por un sentimentalismo romanticón, sino porque desde que soy un ávido lector, he podido comprobar que las damas que se dedican a este arte, lo hacen con una belleza que solo ellas pueden lograr… ¡Y vaya que disfruto la ciencia ficción o la fantasía escrita por féminas!

     He leído harto de esta señora, no obstante para qué les voy a mentir: No recuerdo mayormente sus narraciones: Me he pasado por sus novelas (La Ciudad de las Ilusiones, El ojo de la garza y El mundo de Rocannon), también por algunas de sus antologías como Planos Paralelos.  Pero es, sin dudas, en su ciclo de Terramar, compuesta por 5 novelas, que más he disfrutado su talento (todavía no puedo conseguir su colección de cuentos relacionados).  No quepa duda de que se trata de unos de los mejores ejemplos de la fantasía ¿épica?, con magos, dragones y todo tipo de criaturas increíbles, que nos hablan de lugares tan distintos al nuestro y aun así tan cercanos a nuestra realidad, que una autora como “la tía Úrsula” (comprometida sin dudas con las grandes preocupaciones de la humanidad) logró plasmar a través de sus sueños.
     He estado pensando hace un rato ya escribir sobre lo que llamo mis pecados de omisión, referido a aquellos libros que encontré en oferta o a mano en algún momento de mi vida y  de puro tonto no compré.  Luego, tras perder esa oportunidad, ya nunca más volví a tener tal oportunidad…Son unos cuantos títulos que me pesan sobre mi conciencia, je, que de seguro a más de uno le ha pasado.  Pues con la escritora a la que hoy rindo este homenaje, también tengo una historia parecida.  Fue más o menos entre 2005 ó 2006, cuando estaba bien barato El nombre del mundo es bosque, que está considerado entre sus obras cumbres ¿Y por qué no lo hice si contaba con el dinero para ello y ya hace rato que conocía las virtudes de su literatura? Pues… ¡Porque era muy corto para mi gusto! En definitiva fui un tonto y merezco que así me pille Nyarlathothep.  No he vuelto a pillar ese libro por acá y menos con tan buen descuento.
      Lo último que me compré de Ursula K. Leguin fue una edición de lujo, enorme y con ilustraciones de El eterno regreso a casa, que lo adquirí en diciembre pasado, una compra que me hizo muy feliz.  Mi amigo Leonardo Navarro me dio el dato de que había llegado a otro precio más que aceptable, así que como uno aprende de sus errores…Creo que para seguir honrando la memoria de su autora, sería bueno leérmelo estas vacaciones de verano, que aún me queda mucho.
      Ahora que falleció, lo más seguro que las productoras de cine y televisión les dé por hacer adaptaciones de su obra, que lamentablemente pese a su prestigio, tuvo escasa atención de estos en vida y respecto a las dos últimas que se realizó de ella, mejor no hablar.  A ver si ahora que nos queda poco con Juego de Tronos. en materia de programas basados en sagas literarias de fantasía, se atreven con el ciclo de Terramar, que harto material tienen.
       Termino este tributo mío con las palabras de la misma dama a la que hoy despido, quien como podrán darse cuenta si no la han leído, no solo nos dio algunas de las historias más brillantes de la ciencia ficción, sino que sabía que esta es mucho más que mero entretenimiento y evasión.

“La ciencia ficción no es algo menor. Y no es solo, ni especialmente, la Enterprise, Star Wars o las tropas del espacio. Significa experimentar con la imaginación, responder preguntas que no tienen respuesta. Implica cosas muy profundas, que cada viaje es irreversible...”.

¡Huérfano de la Tía Úrsula!

martes, 23 de enero de 2018

¿Vas y vuelves?



     Definitivamente la poesía no es lo mío, que lo que me hace vibrar son las historias y los grandes personajes.  En cambio las palabras que ilustran los sentimientos y las ideas, de la manera más sublime posible a través de versos y figuras literarias, pocas veces logran tocarme…Incapacidad mía, en todo caso, que no menosprecio esta forma de hacer arte, al contrario, la valoro mucho.  Gracias a Dios debido a mi labor como profesor de Lengua Castellana (que en Chile implica enseñar también literatura…y harta, menos mal, que es lo que a mí me gusta), puedo tener mis acercamientos con el género lírico y así disfrutar, de vez en cuando, uno que otro poema.  Incluso hay quienes en mi trabajo (alumnos, colegas y jefes) creen que me gusta este tipo de arte, pues en más de una ocasión he leído una obra frente a la comunidad o a un curso al que le hago clases, recitándola de la manera más comprometida posible con su mensaje, pero es lo que corresponde de un profesional en el área al que me dedico ¿O no?
      Ahora mismo me iba a poner a escribir otro post, el habitual texto ñoño de mi autoría que encuentran acá (le tocaba a unos preciosos cómics escritos por Neil Gaiman, que me leí en mi reciente viaje a la playa), hasta que gracias a mi amigo Marcelo López, me enteré de que falleció recién Nicanor Parra.  Por toda su contribución para las letras nacionales, en lengua castellana y en general a las de todo el orbe, como también por el hondo respeto y aprecio que siempre me ha merecido don Nica (como cariñosamente le llamábamos), le dedico estas sentidas palabras.  
       No voy a referirme a su extensa vida como literato, que, por un lado, soy un ignorante en esos temas, ya que no leo poesía fuera de mi labor profesional.  Y si quieren saber más de él, mejor googleen, que les seguro así se enterarán mejor sobre la vida y obra de este gran hombre.  Pero sí diré otras cosas de él que para mí son significativas, como que a sus 103 años de edad aún seguía bastante lúcido hasta poco antes de fallecer y a lo largo de su fructífera e intensa existencia fue nominado varias veces al Premio Nobel de Literatura, el que lamentablemente nunca ganó; no obstante, se podría decir que este galardón es como el Oscar hollywoodense, pura parafernalia y está lleno de influencia políticas (que no sé si económicas)…¿O acaso ignoran que solo por haber escrito sus memorias a Winston Churchill le dieron este codiciado trofeo, tras haber ganado la Segunda Guerra Mundial los Aliados y de los que él fue uno de sus líderes? Así fue, en vez de dárselo a verdaderos narradores y poetas. De igual manera no voy a dejar de estar en desacuerdo con que se lo hayan concedido hace poco a Bob Dylan, un popular cantautor gringo… ¿Premio Nobel de Literatura o Premio Nobel de Música? Todo eso me pareció de una demagogia tremenda, que sin menospreciar el talento de este otro artista, aquí me atengo al dicho que dice “Pastelero a tus pasteles” (sorry, no puedo evitar ponerme polémico a veces).  Sin embargo esto es harina de otro costal y me estoy yendo por las ramas, creo.  En todo caso el antipoeta recibió tantos otros honores en todo el ancho mundo, que de seguro ni le importó la ingratitud de las autoridades de la Academia Suiza.
     ¿Qué tiene de especial el trabajo de Parra, que sí logró interesarme con sus creaciones? Pues que como poeta tradicional, lo poco que le he leído, sin dudas, que me ha llegado al corazón; tal vez no siempre vivencialmente, pero sí en todo momento emocionándome por las bellezas de su discurso.  No obstante es en su llamada antipoesía, subgénero poético de su propia creación, que este más consiguió mi atención.  En pocas palabras (y para quienes no saben a qué corresponde este tipo de versificación), se trata de llevar la poesía al mundo cotidiano, haciéndola más cercana al resto de la gente que no está acostumbrada a las crípticos metáforas de la lírica típica; así que a veces usaba lenguaje común y corriente, para estos textos, con lo que se completaba el sentido de toda su intencionalidad.  No obstante es su lado humorístico, usando una fina e inteligente ironía, lo que más me gusta de todo esto; la crítica social ácida va muy de la mano con estos escritos.  A continuación un ejemplo que sirve para ilustrar lo que digo, que con un fragmento me entenderán mejor:

Manifiesto.

Señoras y señores
Ésta es nuestra última palabra.
-Nuestra primera y última palabra-
Los poetas bajaron del Olimpo.

Para nuestros mayores
La poesía fue un objeto de lujo
Pero para nosotros
Es un artículo de primera necesidad:
No podemos vivir sin poesía.

A diferencia de nuestros mayores
-Y esto lo digo con todo respeto-
Nosotros sostenemos
Que el poeta no es un alquimista
El poeta es un hombre como todos
Un albañil que construye su muro:
Un constructor de puertas y ventanas.

Nosotros conversamos
En el lenguaje de todos los días
No creemos en signos cabalísticos.

Además una cosa:
El poeta está ahí
Para que el árbol no crezca torcido.

Este es nuestro mensaje.
Nosotros denunciamos al poeta demiurgo
Al poeta Barata
Al poeta Ratón de Biblioteca.
Todos estos señores
-Y esto lo digo con mucho respeto-
Deben ser procesados y juzgados
Por construir castillos en el aire
Por malgastar el espacio y el tiempo
Redactando sonetos a la luna
Por agrupar palabras al azar
A la última moda de París.
Para nosotros no:
El pensamiento no nace en la boca
Nace en el corazón del corazón. 

Nosotros repudiamos
La poesía de gafas obscuras
La poesía de capa y espada
La poesía de sombrero alón
Propiciamos en cambio
La poesía a ojo desnudo
La poesía a pecho descubierto
La poesía a cabeza desnuda. 

     Asimismo realizó una serie de 242 postales llamadas Artefactos (los juegos de palabras vienen a ser otro elemento característico de su lírica y como bien me gusta este recurso, obviamente mayores razones tengo para disfrutar lo que hizo), en las que utilizó varias imágenes de corte lúdico para acompañar breves, aunque chispeantes antipoemas, en lo que viene a ser uno de sus trabajos más rupturistas y recordados.  Como muestra, un botón:




      Don Nica era profesor, colega mío, físico y matemático más encima, así que era una de esas personas brillantes que son capaces de llevar de forma armoniosa dos ramas aparentemente contrarias: la lógica de los números y las ciencias duras y exactas, con la creación artística de las palabras.  Por ser colega mío, que hizo clases en colegios y luego, ya consagrado, en universidades, mayor razón tuve para sacarme el sombrero ante él.  Cuando estaba en primer año de la carrera de Filosofía, entre los 18 y los 19 años, tenía un amigo que estudiaba ingeniería; bastante “cuadrado” en muchas cosas y una vez en que me contó que le hacía clases nada menos que el antipoeta, le pregunté qué cómo ello era posible (entonces no sabía de sus títulos académicos)

-          Para que los ingenieros no seamos tan insensibles- Me respondió (o más o menos ese fue el sentido de su contestación).

      Entre el año pasado y este lo he visto como personaje en dos obras de teatro.  Primero en una de las piezas dramáticas más emblemáticas de la dramaturgia chilena: La Negra Ester, basada en las memorias en décimas de su hermano Roberto Parra.  Luego, hace unas semanas atrás no más, en Paloma Ausente, otra preciosa obra de La Patogallina, mi compañía favorita de teatro criollo.  Y es justamente en esta última pieza, sobre la vida de su hermana Violeta Parra, que se encuentra presente un aspecto muy valioso en la biografía de don Nica que aprecio mucho: Que impulsara con su apoyo y consejos a la sin par Violeta, a llevar a cabo su importante labor como recopiladora de canciones folclóricas chilenas; con lo que luego la artista realizó algunas de sus mejores composiciones.  De este modo, fue la inspiración tanto para ella, como para muchos, incluyéndome.
      Cuando cumplió el siglo, en una irreverente publicación semanal llamada The Clinic. le hicieron un especial y la portada me encantó, con un fotomontaje en grande con su rostro y usando otro gracioso juego de palabras: 
      Hace unos años atrás se realizó una exposición en un importante centro cultural (el GAM, cuyo nombre completo es Centro Cultural Gabriela Mistral, en honor a nuestra importante primer Premio Nobel de Literatura, de los dos que como país poseemos) y allí tuve el gusto de ver un excelente documental filmado en plena dictadura de Pinochet (que tuvo sus buenos problemas con la censura durante su producción y posterior exhibición), que recién se pudo ver de forma masiva en Chile en 2014, gracias justamente al The Clinic, que lo vendió a un precio bien barato en los kioscos en DVD.  Este documento histórico tiene valiosas entrevistas a don Nica, así como lecturas de algunos de sus trabajos por parte del mismo, incluyendo curiosas dramatizaciones de importantes actores nacionales.  Es una delicia ver y disfrutar este filme.
     En materia de efemérides relevantes de la más reciente historia literaria chilena, se puede decir que el 23 de enero es fatídico para nosotros, pues hace 3 años exactamente perdimos a Pedro Lemebel y ahora se nos fue Nicanor Parra.  Por la tarde me enteré de que si bien era gringa, los amantes de la buena ciencia ficción y fantasía, perdimos además este mismo día a Ursula K. Le Guin, autora de quien he leído algunas de las ficciones que más hermosas me han parecido (se viene un homenaje dedicado a ella, se los aseguro),  Así que quedará esta fecha grabada a fuego en mi memoria.
       La noticia de la muerte de Nicanor Parra se supo justo cuando el presidente (re) electo Sebastián Piraña, perdón, Piñera, presentaba al país su nuevo gabinete (ministros y todo eso).  Como tienen la mala costumbre acá, un verdadero chiste y falta de respeto a la pedagogía, su Ministro de Educación es… ¡Un economista! Como si no creyeran que un profesional de la educación, alguien que se haya curtido en las aulas escolares como don Nica y lo también mencionados Gabriela Mistral y Pedro Lemebel, fuesen capaces de hacer una labor digna.  De veras que la educación es un negocio y no un derecho y una obligación para formar personas y a las nuevas generaciones. A muchos nos gustaría que quien estuviera a cargo del Ministerio de Justicia o de Salud fuese un maestro de escuela, en vez de un abogado o juez o médico respectivamente.  Esta situación bien amerita un antipoema político del recién fenecido, como muchos de este estilo que llevó a cabo.
      Uno de los Artefactos de don Nica a manera de epitafio suyo dice: Voy y Vuelvo.  Quiero creer eso de él y de todos esos artistas que con su talento han logrado hacernos soñar y crear belleza de la nada.


                                                                    El comienzo de Cachureo.

lunes, 22 de enero de 2018

6 razones más para amar a Charlie Brooker…y a Netflix (primera parte).



      A finales del año pasado los seguidores de esa joyita de pantalla chica, que viene a ser Black Mirror, tuvimos el placer de que Netflix y su creador, Charlie Brooker, nos concedieran una cuarta temporada.  Es así que tal como la tercera, esta vez volvió a contar con 6 episodios, todas ellas historias diferentes y siempre con la misma calidad de siempre, cada una con carácter autoconclusivo.  Asimismo, tal como bien nos tienen acostumbrados, sus argumentos logran reunir tanto entretenimiento como una honda crítica social, que no deja de llevarnos a más de una reflexión.
     En términos generales, esta vez los episodios no dejan de pertenecer al género de ciencia ficción (a diferencia de veces anteriores, en las que los acontecimientos suceden en el presente), puesto que en cada uno de ellos vemos avances tecnológicos y científicos, que en la actualidad no existen.  No obstante las ambientaciones ocurren siempre en un futuro cercano, unas más que otras, en el planeta Tierra. Esta vez no hubo grandes estrellas invitadas entre los actores, pero en el segundo capítulo, nos dieron una gran sorpresa al tener a alguien muy especial en la dirección.  De igual manera el tema de la violencia, siguió manteniéndose en sus guiones, con imágenes y situaciones dramáticas de gran impacto; quizás la truculencia y/o el elemento gore no sea tan elevado a diferencia de otros programas, no obstante es en la violencia verbal y en especial en la psicológica, que radica buena parte del mensaje que se nos quiere transmitir: que detrás de la sofisticación que hay detrás de esos mundos ficticios impolutos y llenos de comodidad, con gente tan linda, aún se mantiene la faceta más animal y oscura del ser humano…Por lo tanto, en la extrapolación que realizan estas obras escritas todas ellas por Brooker, se nos deja claro una vez más que mientras no logremos avanzar espiritualmente, todo lo otro será un mero encubrimiento de lo peor que habita en nosotros.
     Pero mejor vayamos directamente a las “fantasías científicas y realistas”, que hay en esta más reciente entrega de Black Mirror.


1- USS Callister: El único episodio hasta el momento que transcurre durante buena parte de su desarrollo en el espacio, si bien como se trata de una serie como esta, no todo es lo que parece.  Por otro lado, no deja de ser un claro homenaje a Star Trek, lo que parte con su título, como con el hecho de que uno de sus protagonistas, sea un fanático acérrimo de una serie televisiva retro muy parecido a este; asimismo la estética y los personajes tipos que salen acá, corresponden sin vacilaciones a los estereotipos clásicos trekkers: el capitán (rubio, algo gordo y mujeriego más encima), el oficial científico, la encargada de comunicaciones, el timonel, la extraterrestre sexy…
    El argumento nos muestra a muestra un hombre que trabaja en una de esas típicas empresas gringas, llenas de gente y donde las relaciones interpersonales no son muy estrechas que digamos.  Desde un principio el espectador no puede dejar de sentir empatía con él, pues es un nerd solitario, que se nota ansioso por conectar con alguien, pese a que sus colegas poco interés le dan.  Todo se mantiene igual, hasta que nos enteramos de que este no es cualquier persona en este lugar; sino que se trata de nada menos que el cofundador de la compañía,  por lo que se trata de uno de sus dueños y más encima se trata del creador de los exitosos software y hardware, que permiten a sus clientes conectarse a un juego de realidad virtual de avanzada.  Es así que este sujeto se evade en ese mundo de fantasía, el cual ha adaptado a sus necesidades y obsesiones y cuando lo hace se transforma en quien en el exterior es incapaz de ser.
     A medida de que se iba desarrollando su trama, se me vino a la cabeza el concepto de “psicópata de clóset” cuando se fue descubriendo (supongo que lo acuñé yo, así que cobraré derechos de autor al que la ocupe sin mi permiso), y con muchas sorpresas de por medio, salió a la luz una persona por completo distinta a la que en una primera instancia se veía.  De este modo, queda de manifiesto la naturaleza dual y compleja de los seres humanos, en lo que viene a ser una representación de la oscuridad que habita en nosotros.  No obstante, también queda expresado que aun cuando todo se vea oscuro para uno, si hay compañerismo y esperanzas, siempre podemos encontrar (o crear nosotros mismos) una solución para las cuitas que pesan sobre uno.
     Por cierto, esta viene a ser la segunda historia de todo Black Mirror en tener un final feliz, el que más encima termina con un tópico habitual en ficciones de carácter más o menos aventurero: el ansiado castigo para el villano.  Y he aquí, en esto último, que sale a colación la noción de justicia que podemos llegar a abrazar, cuando frente a los abusos de los poderosos en contra de quienes no se pueden defender, dejamos de lado la moral judeocristiana y pedimos a gritos un ojo por ojo; de este modo, resulta fácil encontrar argumentos para justificar actos que en otras circunstancias nos parecerían aberrantes.  Por lo tanto, si no reconocemos esto que hay en nosotros, estamos siendo ciegos e hipócritas.  Queda a cada uno ver qué decidir respecto a este tipo de prolegómenos y a la conciencia de uno cómo sobrellevarlo.


                                                                Tráiler subtitulado.


2- Arkangel: Este es el episodio dirigido nada menos que… ¡Por Jodie Foster! Cabe recordar que las 2 veces oscarizada actriz de Hollywood, tiene hace rato ya sus flirteos con la ciencia ficción, con su participación en filmes elogiados del género, tal como son Contacto de Robert Zemeckis y Elysium de Neill Blomkamp (ambas cintas que comparten con esta serie, el discurso si no bien moralista, de hondo compromiso filosófico y de una estética impecable).  Por otro lado, su participación en el episodio Never Again de la cuarta temporada de Expediente-X, sin dudas que nos deja consignada su “lado ñoño” bastante respetable, que de seguro ni cobró para ello y, por lo tanto, si por tercera vez en su larga y premiada carrera se atrevió a estar detrás de las cámaras, a lo mejor también más la movieron otros intereses que los económicos…
     Para entender mejor el mensaje de esta historia, que posee una dimensión bastante escabrosa, es relevante recordar qué es un arcángel.  Pues es una criatura espiritual y celestial, que protege a los seres humanos y sirve directamente a Dios.  Es así que en el capítulo una madre (que no queda claro si es viuda o soltera, aunque sí que vela por su hija ella por su propia cuenta), adquiere un aparato que le permite vigilar y/o controlar a su pequeña, desde que es prácticamente un bebé.  He ahí el nombre de esta entrega de Black Mirror, que responde tanto al cuidado parental, como a la misma máquina conectada a la unigénita de la mujer y de la manera más increíble (y posible) que se nos pueda ocurrir.  Luego, todo parece ir bien hasta que la muchacha comienza a crecer y llega a la complicada edad de la adolescencia; es cuando entonces comienza el verdadero drama de todo esto.


      Frente a los extremos a los que llega la madre en su preocupación por la integridad de su hija, está obviamente presente el tema de la libertad, que en este caso se mezcla con la noción del amor y los miedos paternales, cuando se pierde el horizonte al no dar su propio espacio a quienes amamos.  Por supuesto que es difícil ser buen padre y más si solo se tiene un hijo, que no entrega un referente directo y experiencial para saber mejor qué es correcto o no en su actuar con él, por quien uno está dispuesto a hacer cualquier cosa por su seguridad… ¿Pero qué pasa con la sobreprotección? Esto y mucho más es lo que aborda esta historia, en la que vemos cómo las buenas intenciones, tal como dice el dicho, nos pueden llevar al infierno.
      Las complicadas relaciones filiales expuestas en esta perla de la TV, pueden ser que parezcan demasiado terribles acá; no obstante cabe recordar que el arte imita a la vida, de modo que la violencia perpetrada entre las dos féminas en pugna, no es solo una ficción: es real lamentablemente.  De este modo, nos volvemo testigos de cómo se va rompiendo esa mirada inocente de los infantes hacia sus progenitores, quienes en un principio son casi dioses que dictaminan sus existencias, hasta que los años provocan las primeras dudas sobre su supuesta sabiduría.
      El final es duro, que no olvidemos de qué programa estamos hablando…No obstante recordemos una gran virtud que tiene la ciencia ficción: que a través de la extrapolación, llevando al límite las problemáticas reales, podamos mejorar aquello que está mal en nosotros.


                                                                 Tráiler subtitulado.


3- Cocodrilo: Si el capítulo anterior les parece espantoso…Prepárense para este otro, que nos deja sin dudas con un sabor amargo mayor.  Todo parte con una pareja de ¿Amigos? ¿Amantes? que tras una noche de juergas y borrachos, cometen el peor error de sus vidas, hasta el momento.  Hasta que años después en los que estos jóvenes adultos irresponsables ahora ya son mayores, la culpa embarga a uno de ellos y desea resarcirse de algún modo al respecto.  Es entonces que su antigua compañera de andanzas no quiere apoyarlo, claramente por miedo a que su ahora perfecta vida se derrumbe, lo que la lleva a cometer un mayor desastre que el anterior…y luego tal cual la típica pequeña bola de nieve que va creciendo en su descenso para terminar estrellándose, cada vez en que trata de arreglar los nuevos entuertos, más se hunde la mujer.
    El nombre críptico de esta ficción, al menos como yo lo veo (ya que no aparece ninguno de estos reptiles en todo su metraje), bien podría deberse al planteamiento de que pese a todo lo “lindo” que puede haber en nosotros, el llamado cerebro reptil que aún queda como vestigio en cada uno de lo más primitivo, con facilidad entra en acción cuando se trata de la autoprotección.   De este modo, una vez más volvemos al asunto de la violencia, que tan inherente es al ser humano, quiérase o no.  No obstante tal como queda demostrado en el argumento de esta obra, cada uno cava su propia tumba, de modo que por mucho que el instinto sea lo primero en entrar en funcionamiento, la única manera de frenar a la bestia que hay en nosotros, es usando otras partes más desarrolladas de nuestro cerebro.

No se dejen engañar por estas lágrimas...¡De cocodrilo!

     No se puede dejar de lado la preciosa fotografía de este episodio, relacionado con la misma ambientación de su argumento, ya que todo ocurre en medio de vastos paisajes invernales y nevados.  Es así que si bien los reptiles no viven en medio de estos lugares, la belleza que hay detrás de esta naturaleza congelada, sin dudas que representa la propia frialdad de la protagonista para actuar ante el peligro, con sangre fría, tal cual como la que caracteriza a los mismísimos reptiles.    
      En cuanto a los elementos de ciencia ficción que aquí vemos, ello tiene que ver en especial con un interesante aparatito que le otorga a esta historia cierta faceta de historia policial más o menos; por otro lado, la utilización de esta máquina para descubrir la verdad, abre las puertas a otro tributo a un clásico de la ciencia ficción audiovisual: Blade Runner.  Dejo a los fanáticos y cinéfilos descubrir de qué manera se da este detalle en su puesta en escena.


                                                                       
                                                         Tráiler subtitulado de Crocodile.
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