jueves, 9 de mayo de 2024

Pecados de Omisión XVII


1. Las Setas no sangran.
 
    Brian Lumley es un escritor de literatura de terror que, hasta donde yo sé, comenzó su carrera en el campo de terror creando "nuevos mitos de Cthulhu".  Es así que muchos de sus primeros textos, entre cuentos y novelas, corresponden a historias y novelas inspiradas y/o basadas en la obra de Lovecraft, con sus dioses infernales monstruosos y viscosos.
    Supe del mentado escritor gracias a mi querida revista Fangoria, a principios de los noventa, cuando su humilde servidor era solo un muchacho; recuerdo que la publicación especializada, o, mejor dicho, sus traductores y editores españoles, no hablaban muy bien de este artista y al que encontraban irregular.  Pese a lo anterior, me atrajo su narrativa y me prometí en algún momento adquirir algo suyo.  Tuve de él Las Crónicas Necrománticas, en preciosas ediciones empastadas con sobrecubierta y no las adquirí cuando estuvieron a buen precio.  Muchos años después, en la mismísima Librería Chilena (uno de los lugares del cual les he hablado harto, en esta serie de recuerdos y que, luego de un par de años, más o menos, rescato) llegó el volumen del cual ahora les cuento.
   Se trata de una colección de relatos, cuyo ominoso título me fascinó altiro.  Lo tuve en mis manos al menos un par de veces, muy barato y, sin embargo, pese a todo, nunca me lo llevé conmigo.  Craso error, porque Lumley no es alguien muy traducido en nuestra lengua; así que es difícil conseguirse algo suyo.
    Ignoro o, mejor dicho, no recuerdo si alguna vez habré leído algún texto suyo, en una que otra antología.  En cambio, mi amigo Miguel Acevedo, quien lo adora desde joven, apenas vio el libro lo compró y me avisó: "¡Cómpratelo!" me lo repitió varias veces y cuando lo leyó quedó muy a gusto... Y aquí me tienen confesándoles este atroz Pecado de Omisión.
 
2. Intensidad:



    Dean Koontz es un popular y prolífico escritor de literatura de terror y suspenso que, a menos que me equivoque, empezó su carrera dedicada a la narrativa de ciencia ficción y por medio de cuentos (tengo algunos de esos relatos, en uno que otro tomo de viejas selecciones del género, de Bruguera y/o Acervo; sacadas de revistas especializadas como The Magazine of Fantasy & Science Fiction, ille tempore, así que debió comenzar muy joven).  A diferencia del anterior, Briam Lumley, ha sido publicado con vastedad en la lengua de Cervantes, si bien varios de sus títulos hoy en día están descatalogados en nuestro idioma.
    En más de una ocasión se le ha comparado con Stephen King, aunque de forma odiosa y menospreciándolo.  En mis años mozos, vi muchos de sus títulos en librerías, llamándome la atención los nombres de sus trabajos, así como las portadas.  Pero fue más gracias a la mentada Fangoria, que supe mayormente de él; si bien en ella los mismos que ninguneaban a Lumley, lo hacían con Koontz.  Pese a lo anterior, me compré varios de sus escritos y también algunas de las antologías que adquirí en dicha época, traían relatos suyos.  A lo recién mencionado, se debe agregar que había al menos un par de filmes basados en sus novelas, lo que me entusiasmaba más.  Disfruté mucho su narrativa breve y en especial sus novelas El Lugar Maldito y Servidores del Crepúsculo.
    Era ya la segunda mitad de los noventa, cuando Fangoria volvió a nuestra lengua en una nueva etapa, esta vez incluyendo CD-ROM con variado material audiovisual (por aquel entonces esa tecnología, en la actualidad obsoleta, era el último grito de la modernidad).  La verdad es que no fueron muy de mi agrado dichos números, que no fueron tantos, así que tontamente no compré todos (otra tontera e ignorancia mía, otro pecado de omisión).  Y entonces me enteré de una nueva producción basada en un libro de Koontz, llamado Intensidad; a menos que me equivoque, correspondía a un telefilme (que no los desprecio, pues hace rato que la tele hace grandes títulos y un ejemplo de ello es El Diario de Ellen Rimbauer).  No he visto esa obra y, como ya lo deben tener claro, nunca me compré el libro; estuvo por un buen tiempo en la Librería Chilena, el sitio del que ya les he hablado harto por acá y donde compro desde mi adolescencia.  Lo tuve muchas veces a mano y llegué a comprar un ejemplar por allá entre 2001 y 2002, aunque no para mí ¿Por qué no me quedé con esa adquisición? Pues resulta que entonces, en el comienzo de mi labor docente, trabajaba en un humilde colegio y en el cual era costumbre que
los profesores le diéramos un regalo, salido de nuestro propio bolsillo, al alumno o alumna más destacado o destacada de nuestra asignatura, cuando dicha persona estuviera en la ceremonia de su finalización del periodo escolar; yo tenía una alumna muy buena, a la que le hice clases sus dos últimos años y como le gustaba leer, no dudé en comprarle ese volumen que estaba barato más encima.
  
3. La Parábola del Sembrador.



    Octavia Butler es una de las escritoras más renombradas en la ciencia ficción (si bien ya falleció) y, más encima, de las afroamericanas más destacadas que se han dedicado a ese género.  Nunca la he leído, aunque tengo entendido que no solo era buena en lo que hacía, sino que procuraba hablar de sus propias raíces y comunidad en sus escritos, algo que bien me atrae; tal vez en una antología haya disfrutado de algo suyo, algo que no puedo asegurar, en todo caso.
    Era 2018 ó 2019 y con una amiga a la que quiero mucho, si bien tristemente nuestra relación se diluyó a partir del año pasado (ella ignoró mi invitación a mi último cumple y nunca se volvió a comunicar conmigo, pese a que yo sí estuve en el suyo), asistí a una feria del libro en el que la pasamos estupendo.  Era un evento dedicado a las editoriales chilenas independientes; algunas de estas pequeñas empresas, habían hecho sus propias traducciones y ediciones de autores y títulos no considerados por las grandes compañías; y así fue cómo me encontré con esa pieza, que tengo entendido es maravillosa.  Recuerdo que me la pensé mucho, que su valor era aceptable, sin embargo, no me acuerdo de cómo en esos mismos momentos me enteré de que la traducción no era muy buena y entonces tuve una razón de peso para no desembolsar el dinero.
 
4. K-Punk de Mark Fisher
 
    Como de forma paralela, algunos amigos me contaron de este filósofo contemporáneo ñoño; por lo menos lo hicieron un par de ellos.   Me hablaron de un tipo que abordaba "temas serios y profundos" analizando pelis y cómics populares, como la saga de Matrix y las aventuras de Batman; al menos uno de los anteriores se había comprado un libro con sus textos.... ¡Me lo recomendaron bastante!
    Fue en la misma feria del libro de la cual les hablé más arriba.  Tuve el dichoso volumen a mi disposición y la tentación fue grande, pero como el "formato" de la filosofía no es algo que me atrae mucho, al final desistí... ¡Y las vueltas de la vida! Años después, luego de una pandemia mundial, me leería y disfrutaría otro libro de filosofía, aunque no friki, este de mi amigo Jorge Lorca.

viernes, 3 de mayo de 2024

Un final agridulce.


     Este año terminó el show más exitoso y longevo del Arrowverse, The Flash, su segunda serie y que contó con 9 temporadas, llegando casi a los 200 capítulos.
     Fueron años hermosos, que le dieron gloria televisiva al Velocista Escarlata, acompañado de grandes personajes coprotagonistas y secundarios, fabulosos villanos y grandes momentos, que hoy en día podemos recordar con cariño y nostalgia.
    Como ha sucedido con otros espectáculos televisivos y/o para streaming hoy en día, el último año contó con menos episodios: De solo 13, en vez de los sobre 20 acostumbrados (bueno, igual son hartos, considerados la breve cantidad de lo que se hace actualmente y llegando, en muchos casos, apenas a la "miserable" cantidad de 10 por temporada).
    Al bajar la cantidad de capítulos, uno habría esperado una trama extensa, que se hubiese desarrollado a lo largo de la temporada, como era costumbre en los primeros años de The Flash.  Pero no fue así y en vez de eso, tuvimos dos historias extensas hasta cierto punto, una para el principio y otra para el final; y entre medio, tres episodios de relleno con argumentos autoconclusivos, si bien el mejor fue el último de esta triada, debido al inesperado regreso de un querido personaje y al que no veíamos desde hace años.
    Dentro de lo mejor de este final para la versión televisiva, en live action, del "Hombre más veloz de la Tierra", se encuentra el uso de otros personajes del Arrowverse, de series ya acabadas/canceladas y que, a menos que me equivoque, llegan a ser unos 4 en total.  El primero de ellos, resulta toda una sorpresa y no quiero decir quién es; si bien, me atreveré a decir de que se trata de alguien venido de cierto lugar gótico.  Puedo contarles, que resulta ser un potente comienzo de temporada, que nos mantiene tensos respecto a la identidad del nuevo villano (sacado o inspirado en cómics más actuales, pertenecientes al Multiverso DC); sin embargo, resulta cómica la escena en la cual vemos sobreactuar a la actriz invitada, al punto de verse como toda una malosa de opereta.
    Luego, tras la primera parte de esta novena temporada, llega el primer episodio de relleno y que resulta ser una verdadera mugre, mal escrito y sin relevancia (de seguro el peor capítulo de The Flash).  Centrado en un terceto de personajes femeninos, consistió también en otro retorno de un metahumano de años previos y que pretendió ser gracioso; aunque no lo consiguió y, en cambio, de seguro todo el proceso de verlo (para quienes lo aguantamos completo) fue tedioso para muchos espectadores.
    En cambio, el segundo capítulo de relleno fue mucho mejor, aunque tampoco se trata de una pieza magistral.  Lo mejor de este, al menos dentro de lo que puedo recordar, viene a ser que nos volvemos a encontrar con un querido personaje de Supergirl (la serie también perteneciente al Arrowverse, no al cómic... ¡Que hasta donde yo sepa, esta versión de la superheroína no es apoyo de las aventuras de la kryptoniana!).



   El tercer y último capítulo de relleno, viene a ser no solo el más logrado, sino que también el más emotivo y el más significativo dentro de la continuidad de la serie.  Sin ánimo de hacer spoiler, me atreveré a decir de que se trata del regreso otro personaje, largo tiempo sin verse; en todo caso, corresponde al mismísimo personaje cuyo éxito promovió el nacimiento del Arrowverse (supongo ya saben a quién me refiero ¿No?).
    La última parte de esta novena temporada y final de The Flash es lo mejor de ello, aunque pudo ser mejor: Muchos regresos, un verdadero festín para el seguidor incondicional del programa tras tantos años.  No solo vuelven un montón de villanos, algunos de ellos parte de los años más gloriosos del show; también lo hace un personaje muy querido del principio de la serie y al que no veíamos (a menos que me equivoque) desde un bello capítulo de la segunda temporada (igual debo reconocer que me impactó ver el paso del tiempo, en el actor que interpreta a este personaje, para mí el hombre más hermoso de todos los que actuaron en The Flash y que, francamente, no creo haya envejecido muy bien en comparación con otros de su generación… ¡Y solo tiene 41 años, mucho menor que yo!).  La trama iba muy bien, que todo llevaba a nuestros personajes al desastre y uno solo quería saber cómo salvaría a todos (otra vez) Barry... ¡Y entonces solo convence, en unos cuantos segundos, al villano para no provocar la hecatombe! Un verdadero chiste, la verdad, en la práctica un deux ex machina y que corresponde a un recurso facilista, para salir de una situación que el o los guionistas no sabían (n) cómo resolver.
    El final de la historia mencionada arriba, armada en cuatro capítulos, tuvo varios invitados estelares de antaño y teniendo en cuenta todos los que salieron a lo largo de la temporada, era de esperar que aparecieran los dos más extrañados por millones: En primer lugar, el buen Cisco, a mi parecer uno de los mejores personajes latinos de las series de televisión; en segundo lugar, el igualmente simpático Hombre Elástico. No sé qué habrá pasado con el actor que hacía del primero, quien, tras dejar el programa en la séptima temporada, nunca más volvió (una gran pérdida) y para mí Chester, su reemplazo, siempre fue una "versión barata" suya, quien nunca me convenció.  En cuanto al otro artista, hasta donde yo sé, lo cancelaron debido a ciertos comentarios que hizo no sé en qué circunstancias... ¡Qué atroz y caprichosa es esta tendencia, que promueve la intolerancia de quienes ven la paja en el ojo ajeno y no asumen la viga en el suyo!
    Por último, siempre me cayó bien Cecile, desde su debut y como alguien que pensé no iba a tener gran impacto en este espectáculo; me encantó su desarrollo a lo largo de la serie, no obstante, convertirla en superheroína me pareció ridículo.  Asimismo, tal como su eventual pareja romántica, Allegra tampoco me logró conquistar y me pareció un ejemplo más de meter a la fuerza a alguien de otra etnia en una producción audiovisual (hispana como Cisco, que creo no llegaron a coincidir en escena, aunque no le llegaba ni a los zapatos).  Por último... ¡Hasta que mostraron a la hija de Joe y Cecile! Aunque esto último fue un verdadero chiste, puesto que desde que nació, hace varios años ya, solo la mencionaban y cuando salió la actriz infantil seleccionado se desenvolvió mal y nunca más volvió a aparecer.
    Para terminar, de que fue decayendo la calidad de The Flash, en materia de guiones, esto me parece evidente.  Pienso que hasta la quinta temporada era magnífica (y mi favorita es la cuarta).  El resto me entretuvo, si bien tuvo muchos altibajos.  El problema (y lo que no entiendo) es que fueron incapaces de mantener un equipo solvente de libretistas y se nota que no se esmeraron en contratar o mantener a los mejores. Partieron muy bien, se mantuvieron así por años, no obstante, la situación se fue desgastando y en vez de acabar todo en su momento más álgido y con honores (como en Gotham o Person of Interest, que finalizaron redonditas sin nunca perder su rumbo), alargaron todo hasta el absurdo.  Bueno, al menos sus dos últimas temporadas no fueron mugre absoluta como pasó con Supergirl.
    Por cierto... ¿Volverá el Arrowverse?

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