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domingo, 6 de noviembre de 2022

Conociendo a Elric (I)


 
I- ¿Quién es Michael Moorcock?
 
    Cuando nos referimos a MM (no los ricos dulces de chocolate bañados de caramelo con múltiples colores), estamos hablando de un prolífico escritor inglés de fantasía y ciencia ficción que en la actualidad posee nada menos que... ¡82 años de edad! (y creo que todavía sigue "tiki-taka").  Es uno de los autores más influyentes en los géneros mencionados, por 3 razones que bien podría compartirles sin pecar de exagerado:
 
Primero:
 
    En la década prodigiosa de los sesenta- años de revolución cultural, abriéndose a ideas libertarias para dejar las nociones más pacatas de la tradición patriarcal y occidental- estuvo a cargo de la revista New Worlds (Nuevos Mundos), por medio de la cual surgió un tipo de ciencia ficción más humanista y centrada en ahondar más en la psiquis humana, que en el espacio exterior (o sea, dedicados estos nuevos autores al llamado "espacio interior").  Fue así como en su calidad de editor y tanto por medio de sus editoriales (pequeños ensayos), como por sus cuentos y por los textos de otros escritores que escogió para publicar en sus páginas, promovió ideas rupturistas y atrevidas que permitieron evolucionar la ciencia ficción.  Cabe mencionar que justamente este "movimiento literario" se llamó NEW WAVE (Nueva Ola en nuestra lengua, aunque no confundir con el rock shhhhileno de los sesenta).  Autores destacados que se sumaron a esta corriente son Norman Spinrad, Theodore Sturgeon, J. G. Ballard, Brian Aldiss, Harlan Ellison, entre otros.
 
Segundo:
 
    Creador de un montón de personajes de la literatura fantástica, en especial de la llamada ESPADA Y BRUJERIA, con personajes tan célebres como Corum, Erokosë y el mismo Elric (por mencionar solo algunos) y a los cuales les han dedicado un montón de novelas y cuentos dentro de su saga.  Con posterioridad, estos títulos se han convertido en un referente para lectores y/o amantes del género, así como entre los artistas que se han inspirado en dichas narraciones, para hacer sus propias ficciones.
 
Tercero:
 
    A partir de varios de los textos, que forman parte de las sagas referidas en el segundo punto, Moorcock se volvió, quizás, en el primer autor literario en usar a diestra y siniestra el concepto de Multiverso en sus historias; por lo tanto, hizo viajar a sus personajes por distintos mundos posibles y/o realidades.  De hecho, un ñoño versado en estos temas como su humilde servidor, mucho antes de hacerse coleccionista (y fanático) de los cómics de DC y Marvel, con sus respectivos Multiversos, supo de toda esta genial idea al recabar algo de información (y bien escasa) de la literatura de Moorcock (todo ello antes de la era de Internet, o sea, en el transcurso del siglo pasado).  Por lo tanto, si hoy en día el tema de múltiples realidades alternativas es algo que conocen hasta quienes en su puta vida han leído libros como estos (y de literatura en general), es solo porque alguien como este autor promovió las virtudes dramáticas de ello a través de sus propios textos; rico filón para ficciones futuras que Marvel, DC y otros, han aprovechado hasta sus máximas consecuencias.
 
    Para terminar mi presentación de MM, diré que el libro que nos reunirá a partir de hoy (pienso dividir en 3 partes mi revisión al respecto), viene a ser justamente mi primera experiencia con su narrativa y vaya que lo he disfrutado.  Hace más de una década que tengo uno de sus libros, pero no lo he leído, por ser el segundo tomo de una trilogía; lo mismo sucece con otro que ignoro si se puede leer de forma independiente y el año pasado no más me compré Glorianna, novela autónoma ganadora del Premio Mundial de Fantasía (incluso tengo un Pecado de Omisión, del cual aún no he escrito, concerniente a Moorcock).  Así que sus trabajos eran una deuda pendiente hace rato, razón por la cual me alegro de haberla subsanado, aunque sea de manera tan "humilde" (igual puede ser que haya leído algo suyo en otra antología o en una revista especializada como Nueva Dimensión o El Péndulo, pero como mi memoria es frágil, no tengo recuerdo alguno al respecto).

Michael Moorcock, no sé hace cuántos años ya.

II- Un guerrero muy particular.
 
     Lo que sé de Elric de Melniboné es gracias a la colección que todavía gozo, pues no voy ni en la mitad y esta posee más de 500 páginas, con algunos títulos de solo unas 10 y aun así potentes.  El volumen en cuestión se llama Cuentos del Lobo Blanco y fue editado por primera vez en lengua inglesa en 1994.  Incluye una introducción de MM y luego comienza con un mismísimo relato inédito, en aquel entonces, del creador de este personaje.
    Elric es heredero de una rancia familia real, que gobierna la isla en la que nació: Melniboné.  Nació albino y, tal vez por lo mismo, enfermizo; debido a lo anterior, ingiere drogas u otras pócimas, algunas de origen mágico, para contrarrestar su mala salud.  Por otro lado, posee una espada mágica, cuya hoja negra está inscrita con runas de poder, llamada Portadora de Tormentas, la cual tiene vida propia y se alimenta de las almas de quienes mata; cuando esto sucede, le concede parte de su energía al debilitado guerrero, quien también es un connotado hechicero.  Por temas de un legado de sangre, Elric está vinculado a los Señores del Caos, siendo su patrón el duque Arioco... ¡Del Infierno! (por lo tanto, un demonio); no obstante, Elric no es una persona malvada y pese a ser un antihéroe, posee un rígido código de honor, haciendo el bien sin dudarlo, como bien lo demuestran sus viajes por el Multiverso y tal como lo podemos evidenciar a través de los relatos que contiene este maravilloso libro (que compré ya no sé cuándo, en la FILSA, quizás hace más de un decenio y muy barato).
    Por cierto, imposible no nos caiga bien este atormentado personaje, para quien su espada más parece maldición que bendición, pues aparte de salvarlo en numerosas ocasiones, su dependencia a ella le ha traído varias desgracias.
    Debo decir que, puede ser que, los protagonistas de esa joyita del manganime que es Full Metal Alchemist, los hermanos Elric, bien podrían tener su apellido en honor al personaje de MM ¿Será así?
    Termino diciendo, que mi primer verdadero encuentro con el albino fue gracias al muy entretenido crossover de este con Conan el Bárbaro; aparecido en los cómics durante su segundo año en las historietas y cuando Barry Windsor-Smith aún lo dibujaba, guionizado por el buen Roy Thomas.  Fue en 1972 y para ello se usaron los números 14 y 15 de la colección.  Cabe mencionar que Thomas, se basó en unas ideas originales del propio Moorcock ¡Mucho disfruté aquella aventura, aunque apenas la recuerdo, je!

 
III- Nuevas historias de Elric
 
1. La Canción del Lobo Blanco (Michael Moorcock).
 
    Mi primer encuentro literario con el hechicero-guerrero albino, viene de la mano de su propio creador y vaya que ha sido formidable.
   Con una narrativa barroca y una trama llena de portentos que, en poco más de 30 páginas, nos llena la cabeza con criaturas únicas y magia maravillosa, resulta ser la mejor invitación para comenzar a adentrarse gustoso en las aventuras de su protagonista.
    Elric se encuentra en medio de una encrucijada, dirigiéndose a una ciudad a la que no conoce y todo se va poniendo más raro, hasta que se encuentra con un espectáculo dantesco, relacionado con una batalla de carácter cósmico.  Entre medio otro hombre se le acerca y juntos llegan hasta una edificación, a la que les permiten entrar, para resguardarse del peligro. Allí dentro grandes revelaciones se le harán al príncipe, quien con todos sus conocimientos admite ser un ignorante y de ese modo su personalidad más introvertida y/o melancólica (al menos en este texto y a diferencia de otros personajes del género), no nos deja indiferentes.
    Una misión de honor le espera en el interior del ¿castillo? y una nueva amenaza de tipo sobrenatural, le espera junto a su nuevo compañero, las que serán resueltas de la manera menos esperada.
 
2. Pregúntale a Elric (Tad Williams).
 
    El autor de este cuento es otro de esos grandes escritores que tengo pendientes desde hace años y de cuya obra más famosa, Añoranzas y Pesares, escribí hace un tiempo sin haberla leído (je).  Es así que por medio del presente cuento, pude comprobar cuán bien hace su labor.
    Un chico de lo más simpático, estudiante de colegio aún, amante del buen rock (su ídolo es Jimmy Hendrick) y adicto a las drogas (por este último detalle "escandaloso", pensé que era un adulto y solo me di cuenta de mi error, hasta bien entrada la lectura de este extenso relato), es transportado mientras se encuentra en un estado de éxtasis alucinógeno, a otro mundo y allí dentro de un castillo, se encuentra nada menos que con Elric. Es entonces cuando debe salvar al albino príncipe y ello de la manera más divertida, puesto que este se haya prisionero; luego deben enfrentarse juntos a unos cuantos monstruos y unirse al llamado Príncipe Gitano, una especie de gemelo invertido del melniboné, quien será adorado por el muchacho.
    Mucho humor, referencias intertextuales (unas muy ingeniosas a Alicia en el País de las Maravillas, entre otras) y varios momentos emotivos, en este texto que está a la altura del cuento inédito que encabeza la antología.
 
3. Ahora se agrieta un noble corazón (David M. Hornigsberg).
 
    El buen Elric (a estas alturas ya me cae bastante bien), viajando por el Multiverso se encuentra nada menos que en una versión de la famosa leyenda artúrica.  Es así que, acá, lo encontramos asistiendo nada menos que a Arturo, tras su derrota a mano de Mordred.
    Los nombres de los personajes y lugares cambian, aunque para el lector no tan ignorante en estos temas, resulta gratificante reencontrarse con personajes tan queridos.  Justamente la mayor virtud de este texto, reside en cómo inserta a un personaje de la fantasía literaria actual, dentro de una ficción clásica tradicional.


                                             Elric en los cómics clásicos por grandes artistas.
 
4. Lo malo por conocer (R. J. Green y F. A. Murray).
 
    Elric es transportado a nuestro mundo en pleno Renacimiento y le toca conocer al mismísimo Leonardo da Vinci.  Allí se ve involucrado en las intrigas políticas de la época, participando de la acción otros personajes históricos.
    Tal como en el caso anterior, le toca al albino resolver los entuertos producidos por los simples mortales.
 
5. Kingfire (Richard Lee Byers).
 
    Ambientada en la Iglaterra de más o menos entre los siglos XIII y XIV (a menos que me equivoque, teniendo en cuenta los datos históricos que se dan y mi posterior "googleo"), es el primer texto de esta antología en ser narrado en primera persona.  La historia la cuenta un caballero venido a menos, aunque no por ello despreciable, quien anda en busca de la famosa espada del rey Guillermo Corazón de León, la Kingfire que titula al cuento.  En su viaje, se encuentra con nada menos que Elric, quien lo acompaña hasta la Tierra de las Hadas para conseguir su objetivo.
    Con unos cuantos diálogos y monólogos memorables, pareciera ser también un homenaje a Lord Dunsany.
    Por otro lado, la oposición entre el mortal común y corriente inglés, valeroso y elocuente, con el hechicero albino, quien descubre a su nuevo compañero el mundo invisible, nos muestra que pese a las diferencias, siempre tenemos algo en común con los demás: sueños y miserias nos unen.
    Personalmente, encontré precioso este texto y que como el anterior, se apoya en hechos históricos reales; pero que poco a poco, de manera sutil, se va adentrando con bastante fuerza en el mundo de lo fantástico y maravilloso.
 
6. La Puerta de los Sueños (Brad Strickland).
 
    Elric es nuevamente invocado a uno de los tantos planos del Multiverso, esta vez para socorrer a un anciano moribundo y a su pequeño discípulo.  Solo una manera hay de ayudar a quienes lo convocaron, aunque resulta dura; no obstante, para el hechicero, acostumbrado a cargar con el peso mortal de su espada, este otro mundo le depara una emotiva sorpresa.
     Otro corto relato, que despierta el interés por el personaje, el cual pese a sus escasas dimensiones consigue emocionar (como otros de la presente antología, apenas unas diez páginas).
    Por otra parte, al lector versado en "ñoñería literaria", no se le puede escapar la breve intervención de otro famoso personaje de Michael Moorcock.
    Un último detalle para ver si alguien me lo explica: ¿A qué otro personaje de cierta fama corresponde el nombre del niño al que le salva la vida Elric?
 
7. La Pequeña Portadora de Tormentas (Lead Linawaver y William Alan Ritch).
 
     En una ucronía (una versión de nuestro planeta, en el cual el mundo tomó un rumbo diferente), El Eje ganó la Segunda Guerra Mundial y de ese modo, Alemania se apoderó de toda Europa.  Es entonces que, a sus territorios en Borgoña, llega invocado Elric y ello debido a la intervención de nada menos que de unos niños, internados en un campamento de las Juventudes Hitlerianas.
    Encontramos acá, un ingenioso aprovechamiento de la imaginería nazi, en especial de su lado más esotérico.  Por otro lado, se menciona a otro famoso personaje de Michael Moorcock: El Campeón Eterno.
    Otra muy divertida e interesante historia, la cual a más de alguien impactará por mostrarnos al hechicero en su lado más duro.
 
8. Providencia (Kevin T. Stein).
 
    Elric se enfrenta nada menos que a un autómata (un robot) y la contienda le resulta difícil, porque además de ser un contendiente muy eficaz, su espada Portadora de Tormentas no se puede alimentar de un ser que carece de alma.
   Una historia algo pretensiosa, por la manera en que se narra, con una redacción que entorpece la lectura y al menos a mí me resultó confusa y aburrida, pese a las intenciones de parecer "artística" y "profunda", al querer ahondar en la soledad del personaje.  Más encima, solo en las últimas páginas tenemos diálogos, bien confusos diría yo.
 
9. El Guardián a la Puerta (Scott Ciencin)
 
   Elric es perseguido por unos lobos de apariencia monstruosa, cuando es salvado por un misterioso hombre que le cuenta quiénes son en verdad tales criaturas y le explica por qué razón lo están acosando; luego se ofrece a acompañarlo hasta unas ruinas mágicas, que se supone lo ayudarán a deshacerse, de una vez, de su dependencia de Portadora de Tormentas.
    Este cuento, un poco más largo que muchos de los anteriores, pues está dividido en capítulos, también se detiene en el dolor existencial del albino y su personalidad trágica, que lo hace tan atractivo y especial entre otros personajes de este tipo de narrativa.  Lo anterior claramente logrado, a diferencia del latero relato que le antecede.



                                                    Elric en cómics versiones más actuales.

miércoles, 25 de diciembre de 2019

Es el tiempo de los universos paralelos… ¿O del Multiverso?


     Hace rato ya que me había visto la segunda temporada de El Hombre en el Castillo, así que cuando comencé a disfrutar por fin de la tercera, muchas sorpresas me dio, que no recordaba mayormente qué había pasado con sus protagonistas y solo tenía el recuerdo de los momentos finales en los que había un atentado contra uno de los dos gobiernos que ocupaban mayormente el otrora orgulloso Estados Unidos (los Nazis y los Japoneses).  Por lo tanto, el reencuentro con sus personajes, entre héroes, antihéroes y villanos (no tan “villanos”) fue aún más gratificante.
     Creo que para contar en parte en qué va esta temporada, es mejor referirse a los propios periplos personales de sus protagonistas, así que vamos por parte:

Juliana Crain: La gran heroína de esta historia (si bien debo confesar que tampoco lleva a sobrecogerme como la de otros shows), se ha encontrado con alguien muy importante en su vida y que no esperaba volver a ver, que luego también se reúne con otras personas de su pasado a las que les perdió la pista.  Empieza esta temporada en la casa de nada menos que del misterioso “Hombre en el Castillo” (mucho más humano de lo que dice su ominoso apodo) y luego pasando por una tremenda cantidad de aventuras en las que se la juega todo, donde nazis y la Kempeitai (la policía japonesa que funciona en los llamados Estados del Pacífico, o sea, el territorio yanqui dominado por los nipones) andan siempre detrás suyo.  Entre medio, conoce a un guapo y aguerrido hombre, que será su nuevo compañero de batallas. Ella es la clave para salvar su mundo.

Frank Frink: Sobre el antihéroe que poco a poco fue volviéndose un verdadero héroe, no sabíamos nada hasta bien entrada la temporada, al punto de pensar que había muerto; pero regresa cambiado literalmente y ahora con sus propósitos claros.  Su destino está lleno de verdaderas sorpresas tanto para él…como para nosotros.

John Smith: El oficial nazi gringo que comenzó de la manera más humilde en el partido, una vez que parte de USA fue conquistada por los alemanes, ha sido ascendido al mayor puesto para alguien de su tierra dentro de esta ideología; aunque junto con ello, está el trauma de la pérdida de alguien muy importante para él y la crisis que dicho evento significa para su familia.  El conocimiento de que existen otros mundos, donde su vida tomó rumbos diferentes, comienza a atormentarlo.  Además, le toca ver cómo su jefe y el resto de quienes le secundan, han llegado a tomar una nueva espantosa decisión, que cambiará para siempre la faz de lo que fue alguna vez Estado Unidos.

Joe Black: En Alemania vivió su peor prueba y una vez devuelta a su patria, continúa sirviendo como agente secreto para los nazis.  Parece que tanto dolor y horror lo ha llevado a sacar lo peor de sí o tal vez siempre fue un mal hombre.

Nobusuke Tagomi: Mi personaje favorito de la serie, sigue ligado a Julia como otros y la ayuda bastante.  Por otro lado, conoce a una guapa mujer madura con la que inicia una relación que nos ayuda a conocer las costumbres de su pueblo.  Asimismo, se convierte más que nunca en un objetivo de los nazis, que lo hará estar en peligro nuevamente.

Takeshi Kido: El Inspector Jefe de la Kempeitai sigue entregado 100% a su labor, como un hombre de mentalidad estrecha, aunque su grado de nobleza posee.  Está empecinado en derrocar a la resistencia gringa y ello lo hará hacer un viaje hacia la llamada Zona Neutral.

Robert Childan: Nuestro experto en antigüedades predilecto, se encuentra también en la Zona Neutral, haciendo negocios, aunque ello signifique pasar por más vicisitudes.  Como otras veces, le toca luchar por el deseo de autoprotección y comodidad, versus un bien mayor que le puede costar la vida.

Ed McCarthy: El mejor amigo de Frank ha encontrado el valor que le faltaba, convirtiéndose en socio de Childan.  Sigue siendo muy interesante el desarrollo de este sujeto, que a lo largo de toda la serie ha ido de menos a más.


    Como siempre, la producción es notable al mostrarnos ese “viejo mundo” que pudo ser o que fue en otra realidad; de ese modo el concepto de ucronía (una realidad en la cual los eventos históricos tomaron un rumbo diferente al nuestro) está aprovechado al máximo y en especial en lo que concierne a la zona dominada por el Reich con sus atrocidades.  En cuanto a la llamado Zona Neutral, aquella franja de lo que fue USA y donde sus ciudadanos son libres, aunque apenas sobreviviendo con lo poco que tienen, no me había dado cuenta de la manera fabulosa con la que caracterizan ese sitio y que en parte recuerda al legendario Far West con sus cantinas y calles polvorosas; vehículos destartalados andan por la vía pública y la gente si no se dedica al comercio o a la granja, es mercenaria, trabaja como contrabandista u en otra actividad peligrosa, si es que no delinque…Por lo tanto, en ningún lugar pareciera que los gringos pueden vivir en paz.
     Otro aspecto valioso, es que esta temporada aborda de manera muy interesante el tema de la diversidad sexual, primero al hacer que uno de sus personajes centrales explore su homosexualidad recién abordada en la serie y más encima lo haga de una forma más o menos romántica; además, valorable es que hayan escapado de cierta manera al recurso estereotipado, de la pareja formada por un hombre masculino y otro femenino.  De igual manera dos personajes femeninos tienen una relación lésbica y luego las vemos visitando un club secreto y elitista para estar con sus pares (que considerando la época y la sociedad en la que se encuentran, no es mirado con buenos ojos en su sociedad; a diferencia de la historia de amor entre los varones antes mencionados y que se encuentran en una zona menos prejuiciosa).  Y por último, uno de los secundarios, bastante recio él, luego demuestra tener gustos de carácter bisexual.
A mitad de temporada muere uno de los protagonistas y a al final otro, lo que en ambos casos resulta impactante ¿Quién sabe si volverán como sus contrapartidas del otro mundo (el nuestro) en la cuarta y última temporada? (apenas termine y suba este post, comenzaré a verme de una vez a ver el desenlace de todo).
    Por otro lado, creo que tampoco me había detenido en tanto en el interesante detalle de que aparecieran personajes históricos, acá cumpliendo muy particulares papeles y para nada alejados de lo que fueron en su momento en el “mundo real”.  Es así que salen en esta temporada, aparte del nuevo Führer (Heinrich Himmler, nefasto sujeto que existió, lamentablemente, y que en su enfermizo fanatismo por la supremacía blanca se hace lejos el individuo más detestable del programa y bien por la caracterización que supieron darle), el otro infame nazi Josef Mengele, conocido por sus atrocidades como “El Ángel de la Muerte” al experimentar con los presos judíos en los campos de concentración; y John Edgar Hoover, el primer director del FBI, que acá también está magistralmente personificado.
    Teniendo en cuenta que en esta temporada la idea de los universos paralelos toma mayor relevancia que nunca, cabe mencionar la manera de cómo los llamados “Viajeros”, aquellas personas que de manera natural pueden pasar de un lado a otro, realizan sus odiseas…Algo hermoso, la verdad, que le da un aspecto místico a esta serie de una ciencia ficción bastante distinta a la de otros shows televisivos (para nada futurista como por lo general encontramos en la oferta actual).  Por otro lado, si bien todo transcurre a mediados del siglo pasado, vemos que en este mundo los nazis consiguieron adelantos tecnológicos superiores a los del resto del mundo, como lo son especies de videoconferencias y la creación una máquina para…¡Mejor descúbranlo por ustedes mismos!


                                            Prometedor tráiler de la tercera temporada.

sábado, 3 de marzo de 2018

Una potenciada segunda temporada para “El Hombre en el Castillo”.



     Me demoré casi dos años en verme la segunda tanda de episodios de la serie basada en la famosa novela de Phillip K. Dick, pero valió la pena y al contar esta nuevamente con solo 10 episodios, una vez más me quedé con gusto a poco; pues al igual que en la primera temporada, todo terminó en suspenso y con muchas expectativas para lo que viene.  Menos mal que este mismo año estrenan la tercera, así que no habrá que esperar tanto (igual entre la segunda temporada y esta que aún están por lanzar, ha pasado bastante tiempo, ya que una es de 2016 y la otra pertenece aún a nuestro futuro).
     Teniendo en cuenta de que se trata de una de esos programas corales que tan en boga están hoy en día, nos encontramos una vez más con varias tramas paralelas y relacionadas entre sí, en las que sus numerosos protagonistas pasan por un montón de tribulaciones hasta que en determinado momento sus vidas se vuelven a cruzar.  Lo genial de lo recién mencionado, es que al ocurrir todo bajo la técnica del montaje, no solo llegamos a saber en qué van las historias personales de sus personajes; sino que, además, nos es posible caracterizar mejor cada una de los dos territorios que antiguamente formaron parte del otrora poderoso país de los Estados Unidos: El Gran Reich, dominado por los nazis y los Estados del Pacífico, bajo el control de los japoneses.  Entre medio está la Zona Neutral, en la que malviven los gringos que han logrado escapar al dominio de los invasores y de su ideología, pero es en lo que concierne a las otras dos regiones, que toma relevancia el aspecto cultural en el show.
     Tal como queda consignado en esta obra, teniendo en cuenta la idiosincrasia que inspiró al escritor y luego a los guionistas, se nos presentan dos mundos separados en una especie de alianza frágil, aunque más bien parecida a una Guerra Fría entre dos pueblos  xenófobos y de ideales opuestos.  Por supuesto que son los nazis los peores, que en sus tierras no hay gente de otras razas o que no hayan abrazado sus líneas de pensamiento.  Los japoneses igual son duros con los autóctonos (en su mayoría), pero los toleran y mantienen su código de honor, que al menos hace la vida medianamente aceptable para los conquistados.  Sin embargo, en ninguno de estos dos sitios hay libertad para los oprimidos y la resistencia poco a poco está preparándose para deshacerse, en ambos lados de su antigua patria, de sus enemigos bajo la manera más violenta posible.
     Tampoco se puede olvidar que buena parte de los episodios transcurren nada menos que en Alemania, cuna de los seguidores de la esvástica.  Japón, lamentablemente, no aparece en estos episodios (a ver si más adelante llegamos a conocer algo de sus dominios).
    Pero hay un tercer escenario (o más bien cuarto si se considera la Zona Neutral) que toma preponderancia en escena: nada menos que el mundo tal y como lo conocemos en la realidad; para ser más específicos, el Estados Unidos de principios de los sesenta que ganó la II Guerra Mundial.
      El nivel de violencia no es tanto como el de otros programas actuales, pese a que sin dudas se trata de una serie para un público de “criterio formado”.  Sin embargo, su falta de humor y la constante presión en la que viven sus personajes en cada bando (no se podría decir que hay gente por completo feliz o “realizada”, pese a que algunos son más privilegiados que otros), hacen que el programa sea, tal vez, no digerible para cualquiera que buscaría algo más livianito o cercano al exhibicionismo gráfico de series tan llenas de sexo y violencia como Hannibal o Juego de Tronos (que no digo que esto último sea malo, ojo); pero de que se trata de un programa más intimista y que en vez de buscar el recurso fácil de la espectacularidad, se centra en los dilemas morales a los que se enfrentan sus protagonistas, ello es algo que queda a la vista del espectador con ojo más crítico.

Impactante publicidad en el metro, (que causó polémica en su momento) para promocionar la serie en su primera temporada.
     Interesante viene a ser en la serie cómo se aborda el tema de la verdad y los secretos, en lo que también se incluye la mentira, todo ello como elementos que forman parte esencial de nuestras vidas.  Es así que esto se puede apreciar a nivel individual en la mayoría de los personajes, pero también en lo que concierne a los destinos de millones de los que conformar los pueblos que aparecen en esta obra.  “La verdad los hará libres” dice el texto bíblico y es así que vemos cómo lo concerniente a la figura del llamado “Hombre en el Castillo”, quien (aún no se sabe cómo) tiene cintas sobre la derrota del EJE en la Segunda Guerra Mundial, provoca gran tensión entre nazis y nipones, por no mencionar a los yanquis de la resistencia.  Mucha gente desea revelarlo y otros, como no, solo quieren destruir todo rastro de ello.  Por otro lado, las mismas vidas que llevan los personajes, quienes deben ocultar tantas cosas a los demás, si en verdad pretenden sobrevivir en medio de este mundo peligroso, los lleva al engaño y a guardarse cosas solo para sí y a unos pocos de su confianza.  En la práctica nadie es completamente libre de hacer lo que quiere en esta serie y, tal vez, salvo el caso del jefe de kempeitai de la policía japonesa (quien no vacila en ser despiadado, a la hora de cumplir sus obligaciones para con su nación), todos tienen algo que lamentar y proteger de la opinión pública.  Luego es así que las obligaciones de los ciudadanos y de los mismos dirigentes de los dos imperios dominantes, llevan a estos dos pueblos a los conflictos, que luego estarán por llevarlos al conflicto armado, debido a que son incapaces de mantener un diálogo sincero entre sus dirigentes. 
     Otro aspecto que llama la atención en esta temporada, viene a ser cómo trata el tema de la familia y el poderoso lazo que puede darse entre sus integrantes.  Entre los distintos ejemplos de lealtad que aquí se nos presentan, incluso en los momentos más difíciles, de igual manera se presenta otra verdad respecto a esta importante institución familiar: no escogimos a quienes son parte de nuestra sangre (salvo, hasta cierto punto, a la descendencia directa que podamos llegar a tener), razón por la cual más de un dolor de cabeza nos pueden llegar a dar.  No obstante, es en cómo se aborda la humanización que puede llegar a darnos el amor filial, que El Hombre en el Castillo se centra de manera poderosa, más que en las virtudes de la amistad, en el amor incondicional entre padres e hijos, así como entre hermanos (y más encima ello está presente en los personajes más inesperados). 
     Así que el panorama que lo espera a uno como espectador es bastante complejo y es entre medio de esto, que vamos disfrutando la temporada.  A continuación vamos a echarle un vistazo a lo que sucede con su singular dramatis personae:

Juliana Crain: Esta hermosa mujer se ve inmersa desde el principio de la temporada en una espiral de intrigas. que la lleva, contra su voluntad, a transformarse en una espía para la resistencia. Se da cuenta que aquellos que luchan por deshacerse del yugo de sus opresores, también tienen muchos esqueletos en el armario y que tampoco puede confiar en ellos 100%.  Lo más impactante de lo que le sucede, viene a ser cuando se ve obligada a pedir asilo nada menos que al Gran Reich.
Frank Frink: El varonil y endurecido antiguo novio de Julia, tras sus malas experiencias con los japoneses no hace mucho, se involucra por su propia cuenta en la resistencia.  Asimismo, se une más que antes al anticuario Robert Childan, con quien además se encuentra metido en otro asunto, que le ha dado nuevas preocupaciones y en el que también está en juego la vida de ambos.
Joe Blake: Quien fuese un espía nazi y orgulloso de sus principios, tras sus últimas vivencias ha entrado en una crisis existencial, que lo hace en poner en duda todo aquello en lo que antes firmemente creyó.  Su obligado viaje a Alemania y encuentro con nada menos que el padre al que antes no había conocido, complica más que nunca su vida.

Juliana Craine entre dos mundos.

Nobosuke Tagami: Uno de los personajes más nobles de la serie, realiza un viaje increíble hasta la otra realidad, allá donde los suyos fueron derrotados por los Aliados y ahora es posible otro mundo, al parecer mejor (hasta cierto punto) que el que le vio nacer. Un emotivo reencuentro con gente de su pasado, termina por darle un nuevo sentido para su vida.
John Smith: El líder del nazismo gringo se muestra ahora como un hombre mucho más empático de lo que en un principio parecía.  A su fidelidad a la ideología que abrazó bastante joven, se opone aquella que tiene relación con su propia familia, lo que lo pone en una tremenda disyuntiva.  Debido a esto y a la misma presencia de sus adorables esposa e hijos, no es posible darnos cuenta de que hay matices entre medio y que solo un loco abrazaría el mal por gusto a ello.
Ed McCarthy: El mejor amigo de Frank, más que nunca da muestras de su aprecio por este, en lo que, sin dudas, viene a ser el único ejemplo significativo de fraternidad (y masculina más encima) en esta serie.  Contrasta su apariencia menos aguerrida a la de su compañero, pero es en la manera de cómo ambos se compatibilizan y el mismo Ed se gana el aprecio del solitario Childan, que radica buena parte del atractivo de este personaje, que pasó de ser recurrente en la primera temporada a ser, si no  uno principal, al menos en un secundario de mayor peso dramático.

    Por cierto, tras disfrutar una vez más los hermosos créditos iniciales del programa, no dejó de llamarme nuevamente su canción interpretada a capella, por una angelical voz femenina. “A algo me suena esta canción” me dije “¿A una canción de cuna, tal vez?” Es así que investigando en la Red, me vine a enterar de que se trata de nada menos que de un cover del famoso musical The Sound of the Music, que en Chile y Latinomérica recibió el engañoso nombre de La Novicia Rebelde en su oscarizada versión cinematográfica.  El sentido patriótico de este tema, como protesta de uno de los personajes a los mismos nazis, toma acá un mayor significado en este recomendable show.


                                            Créditos de apertura con karaoke incluido.

martes, 13 de febrero de 2018

Una ciencia ficción televisiva diferente.


     Tras el éxito indiscutido de la adaptación por parte de HBO de la saga Canción de Hielo y Fuego de George R. R. Martin, bajo el nombre de Juego de Tronos, las cadenas parece que han encontrado un nuevo filón de oro en llevar a la pantalla pequeña, como series de televisión, importantes obras de la fantasía y la ciencia ficción literarias.  Es así, que en los últimos años hemos tenido el placer de encontrarnos con otras muy buenas producciones de este tipo, tales como El Hombre en el Castillo (sobre la novela del mismo nombre de Phillip K. Dick) y el año pasado con Dioses Americanos (de una obra de Neil Gaiman).  
      Dentro de los más actuales programas que siguen esta tendencia y que más encima ha conseguido ya un montón de seguidores, como alabanzas de los críticos y varios premios, viene a ser El Cuento de la Criada.  Basada en una novela de la prolífica autora canadiense feminista Margaret Atwood, está pronto a estrenar en abril su segunda temporada y que el público espera con ansias, tras un estreno que dejó a todos asombrados y atentos al destino de su protagonista, tras un final de temporada en realidad inolvidable.  Solo es de esperar que este segundo año, que tendrá 3 episodios más que los 10 que componen su debut, mantenga la misma calidad que la convirtió en la favorita de los últimos certámenes como el Emmy y el Globo de Oro.
     Si la serie sobre la ucronía de Dick dejó claro para la audiencia que la ciencia ficción es mucho más que mundos futuristas, robots, mutantes, extraterrestres e inventos fabulosos, con este más reciente éxito del género en la pantalla chica y en imagen real, queda más que nunca consignado la riqueza temática y argumental de este tipo de historias.  Pues una vez más estamos frente a un relato tan grande como la vida misma, en la que en medio de un argumento complejo que atrapa desde el principio al público, tal como la mejor ciencia ficción que no solo es entretención, nos invita a reflexionar sobre varias problemáticas que nunca dejan de ser actuales: el derecho y el valor de la libertad, el aprecio hacia la vida (la de uno mismo y la de los demás), el poder de las ideologías sobre la “chusma ignorante”, el sentido que tiene la religión en nuestra existencia, la figura que posee la mujer dentro de la sociedad, la amistad y el significado de la familia…Eso y mucho, mucho más es posible reconocerlo en la que, sin dudas, viene a ser uno de los mejores shows televisivos dramáticos que se han hecho jamás.
     En esta ocasión no se trata de una ucronía, o sea, de un mundo muy parecido al nuestro, en el que la historia en un detalle concreto tomó un rumbo diferente y que cambió por completo su sociedad respecto a la nuestra (como en Synco de Jorge Baradit, donde el golpe de estado de Pinochet en Chile no se efectuó y ello llevó a que Salvador Allende se mantuviera en el gobierno por más de una década…), sino que acá estamos frente a la más conocida antiutopía (también llamada como distopía y contrautopía).  Por lo tanto, estamos hablando de un mundo que se encuentra en medio de un totalitarismo y/o dictadura, llevado a su máxima expresión, en el cual supuestamente lo que ofrecen los que mandan es una sociedad perfecta y que, sin embargo, es todo lo contrario: una pesadilla con serios asideros en la realidad y que por desgracia sí se ha manifestado de alguna manera en el mundo que pisamos más de una vez.  
      Ambientado en Estados Unidos, nos presenta a este país (o más bien a lo que queda de él tras una segunda guerra civil) gobernado por fanáticos puritanos (tal como los que vivían en la infame ciudad de Salem, durante el siglo XVII en dicha nación) y quienes llevan a cabo un patriarcado de carácter fundamentalista, basado en el Antiguo Testamento.  Tal como sucede en este tipo de comunidades, solo un reducido grupo de personas cuentan con todos los privilegios, en este caso aquellos que participaron de la revolución, que se separó del resto de la otrora poderosa nación gringa; no obstante, como la autoridad se haya bajo el poder de los hombres, las mujeres se ven sometidas a su “buena voluntad”, claro, unas más que otras.  Toda esta desgracia fue llevada a cabo, porque debido a una catástrofe ambiental, la mayor parte de los hombres y mujeres se volvieron estériles y los fanáticos le echaron la culpa a la “debacle moral de la civilización”; por esta razón justificaron sus actos, como la medida correcta para salvar sus almas y sus vidas.  Es así que las criadas corresponden a mujeres fértiles, que son una especie de esclavas sexuales de los matrimonios, quienes obligadas a participar de un espantoso rito basado en un oscuro episodio de la Biblia, deben darles hijos a la patria.  La protagonista es una de estas desgraciadas féminas, relatándonos tanto sus vicisitudes como criada y sus intentos de liberarse de su sino, como su pasado antes de caer en las garras de sus amos.

La "Ceremonia" a la que se ven sometidas las criadas.

     Pero no solo llegamos a conocer este espantoso mundo, tan siniestramente verosímil al nuestro, a través de los ojos y el corazón de su protagonista, sino que se nos revela toda una sociedad caracterizada por las rígidas reglas impuestas de sus dueños, en las que también se hayan las otras mujeres (infértiles todas ellas), que cumplen el rol de esposas y toda una serie de categorías según el oficio que deben cumplir el resto, que se encuentra dentro del lugar que se le ha destinado al sexo femenino. Los hombres también están representados en esta serie, cada uno de ellos miembros de 3 estamentos diferentes de esta trastocada sociedad.  El cuadro se completa, con los geniales flashbacks que nos van contando el pasado de los personajes y que van armando el rompecabezas que explica cómo se llegó a este nivel de locura dentro de esta realidad.
     A la supuesta santidad de los poderosos y los que están por sobre el resto en la escala social, podemos hallarnos con la dura verdad de que una cosa es la supuesta moralidad que se ostenta y otra es la debilidad de la carne y del espíritu que a todos asola, cuando es posible reconocer la corrupción en estos supuestos hombres santos; luego, queda de manifiesto que en los dos grandes tipos de ideología, política y religión, fácil será encontrar sujetos que se aprovechan del alto sitio que han conseguido en sus cuarteles, para hacer y deshacer a su antojo.  Solo aquellos que simplemente desean ser felices sin mayores complicaciones y compartiendo con sus congéneres, pueden llegar a ser ejemplos de personas admirables ¿Por qué razón? Pues debido a que al no pretender ser perfectos, en su imperfección están mucho más cerca de la perfección que los otros.
     En los primeros capítulos es posible reconocer en los monólogos en off del personaje principal, algunos fragmentos de la propia narración en primera persona del libro.  A través de estos queda consignado su carácter literario o más bien la poderosa calidad argumental y artística de este show, que en al menos en toda su primera temporada no pierde fuerza en ninguno de los elementos que la componen.  Cada una de las actuaciones son, sin dudas, soberbias y hay momentos en los que dan hasta ganas de aplaudir, al ver cómo los histriones dan lo mejor de sí para darle tanta corporeidad al rol que les corresponden hacer.  Pues cada personaje, que en realidad cada uno posee algo especial, que los hacer ser tan entrañables (incluso los que podrían ser considerados como los villanos), da más de un momento de intensa emotividad y que en una u otra ocasión, puede llegar a conmovernos hasta las lágrimas.  A todo esto, se le agregan los guiones que contaron con la supervisión de la misma Margaret Atwood, cuya mano se nota para haberle dado tanta humanidad a la serie en todos sus capítulos.  Si la producción técnica en materia de la recreación de esta antiutopía, es de igual manera propia de una gran filme hollywoodense, la música no se queda atrás, brindándonos hermosos acordes por parte de Adam Taylor; además, casi al final de cada episodio escuchamos una significativa canción popular, relacionada con los eventos de la serie, que también es posible apreciar otras en medio de este totalitarismo y en el que la belleza ha sido suprimida para contemplación y gusto de la mayoría de los mortales.
    Tal como habrá quedado de manifiesto, con lo que se ha velado en parte acerca de lo que va El Cuento de la Criada, ya está claro de que es un programa para gente con “criterio formado”.  A la dureza de sus guiones y temas abordados en este, nos enfrentamos a varias escenas impactantes tanto por su dramatismo, como por su violencia gráfica, muchas veces sexual y psicológica, en especial contra las mujeres (a ocasiones entre estas mismas hacia su propio género).  Teniendo en cuenta el papel que cumplen las criadas en medio del territorio conocido como Gilead (una reinterpretación irónica de la tierra santa, mencionada en el Antiguo Testamento y que el mismo Stephen King adaptó para el hogar idealizado de Rolando en su saga de La Torre Oscura), el sexo también forma parte de su argumento, cuando se trata de llevar a cabo la espantosa y patética ceremonia para concebir hijos; es así que vemos una manera más de convertirlo en algo maquinal, escondido bajo la fachada de algo sagrado; a ello se opone el amor y la verdadera pasión, en las escenas en las que es posible reconocer un verdadero vínculo entre sus participantes.

Interesante publicidad de la serie con varios de los personajes principales.  De la lista de abajo, descubre quién es quién.

     Los personajes de la serie son:

June: Como criada debe usar el nombre de Defred (ya que estas se ven obligadas a tomar para sí, parte del que llevan los maridos de la familia a las que son adjudicadas).  Antes de la guerra civil que separó Estados Unidos fue una exitosa y culta mujer profesional, casada y con una hija pequeña a la que se la quitan cuando la atrapan los de Gilead.  Pese a todas las humillaciones que debe pasar y a cada una de las penurias que llega soportar, su espíritu libre en ningún momento cae y ello la convierte sin dudas en uno de los personajes más emblemáticos del programa.  

Fred: Comandante de Gilead que “acoge” a June junto a su esposa.  En un principio lo vemos como a un hombre capaz de empatizar con la criada, siendo sensible con esta y ayudándola a hacer menos duro su papel dentro de la casa; no obstante en la medida que la acción va desarrollándose, logramos conocer lo que se oculta detrás de su imagen dulce.

Serena Joy: La hermosa e imponente señora de Fred es al igual que este, una de las personas que estuvieron involucradas en la formación de la nueva nación.  El episodio en el que se revela su pasado y nos enteramos acerca de qué tipo de mujer era antes de la guerra civil, viene a ser uno de los mejores momentos de toda la primera temporada.  Posee una mente privilegiada y aún así se ha sometido al dominio del hombre. Tras el éxito de sus planes al ser artífice de la creación de Gilead, comienza a perder el amor del ahombra al que tanto apoyó, puesto que ahora apenas tiene gestos de afecto con ella y por eso mismo toma como toda una afrenta, la presencia de June en su casa.  Su relación con la Criada está llena de tensiones, con idas y venidas.

Luke: El marido de June, con quien tuvo una verdadera historia de amor hasta que llegó a unirse en matrimonio con esta.  Ambos hicieron lo posible para escapar a la frontera con Canadá para llevarse a su hija al mundo libre, pero bruscamente fueron separados los tres y luego Luke tuvo que vérselas por su cuenta para tratar de recuperar a su familia.

Moira: La mejor amiga de June desde hace años y antes de que todo se fuera al carajo, es una mujer de naturaleza impetuosa, que también fue sometida a convertirse en criada, yendo a parar junto con su compañera al mismo centro donde preparaban a las “bendecidas” para formar parte de este ministerio.  Pese a su lesbianismo (considerada una traidora a su género y por ello una criminal), no se la mandó a cumplir condena a las llamadas Colonias, donde llegan todos los considerados culpables de las peores infracciones morales para Gilead, pues como mujer fértil aún puede “redimirse”.

Janine: Primero llamada Dewarren y luego Dedaniel tras haber sido entregada a otra familia, luego de haber concebido un hijo para la primera de ellas, es una mujer que fue castigada poco después de ser sometida por los de Gilead, dejándola tuerta por un pequeño acto de rebeldía.  La afrenta a la que se le sometió y que mancilló su otrora hermoso rostro, la dejó en tal estado de insanidad mental, que a lo largo de la temporada se transforma en el mejor ejemplo de las víctimas que llegan a ser las criadas dentro de esta antiutopía.  June siente hacia ella una tremenda compasión y ambas se consideran amigas, relación que refuerza el tema de la fraternidad en esta obra.

Emily: Primero Deglen y luego Desteven, fue la primera compañera de compras de June, ya que a las criadas se les adjudica una para que se vigilen mutuamente.  En un principio June cree que esta es otra fanática del sistema, no obstante luego se entera de que en realidad es miembro de la resistencia conocida como Mayday, en la que la inicia.  Emily resulta ser otro de los grandes personajes de la serie, entregando al espectador varios momentos inolvidables (la verdad es que son los protagonistas femeninos los que más destacan en El Cuento de la Criada, debido también en parte a que las actrices que las interpretan, son dignas de los mayores elogios).

Tía Lydia: Las tías son mujeres que cumplen el rol de educar, vigilar, cuidar, aconsejar y castigar a las criadas.  Tía Lydia es la de mayor peso entre estas.  Se trata de una mujer mayor de apariencia dura, una verdadera creyente en los dogmas de Gilead, entregada en cuerpo y alma a lo que considera como su sagrado deber.  No obstante, tal como ya lo afirmé mucho más arriba, ella no es alguien representada de forma maniquea, sino que también podemos reconocer en su persona a una mujer que mantiene su lado maternal y quien también es capaz de demostrar dulzura pese a todo.  Sus atenciones con la desequilibrada Janine, otorgan otras escenas de inmensa emotividad a la serie. 
Nick: Empleado de los Waterford, es un hombre de pocas palabras que en su rol de chofer del comandante, conoce varios de los secretos de este y de su esposa.  Supuestamente es un ojo, o sea, un espía que debe vigilar a todo el mundo en caso de cometerse alguna infracción contra las leyes de la patria.  Desde un principio queda claro un tipo de atracción mutua con June, lo que origina una parte importante de los vuelcos argumentales del programa.


                                            Tráiler subtitulado de la primera temporada.
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