jueves, 30 de noviembre de 2017

La Liga… ¡Del Aburrimiento!


      Tras un filme de la calidad de Wonder Woman, que logró contentar tanto a la crítica como al público (sin olvidar a la mayoría de los ñoños amantes de los cómics y en especial de su protagonista, Wondy), era de esperarse que el filme de la Liga de la Justicia estuviese a este mismo nivel.  Luego de que los eventos de Batman versus Superman nos dejaran claro de que se venía un filme sobre el grupo de superhéroes más famoso de DC, la citada cinta acerca de este equipo era sin dudas una de las producciones que más expectantes tenía a la gente…Hasta que se estrenó hace poco más de unas semanas atrás y pudimos comprobar el resultado del tiempo (y la plata) invertido en ello.
        La verdad es que cuando se es un lector de las historietas relacionadas y más encima se conoce a sus personajes, tras haber contemplado el filme en cuestión resulta difícil no compararlo con lo hecho en Marvel, en especial en lo que concierne a lo realizado por Disney (y es que por lo general quienes leen/ven estas historias, gozan tanto con las de DC, como de aquellas propias de la Casa de las Ideas).  Y al respecto, tras evaluar lo hecho por los responsables del reciente estreno deceísta, sin dudas que este mismo queda bastante desmejorado.  
        Yendo directo al grano, Liga de la Justicia es una cinta deficiente, que al querer ser más “livianita” que sus predecesoras (acusadas en su momento de demasiado “oscuras”), ha perdido fuerza en su desarrollo, presentando una historia simplona y que apenas se sostiene a través de las escenas de acción y uno que otro chiste ingenioso.  Y al respecto cuesta creer que su coguionista y el encargado de su postproducción, fuese alguien como Josh Whedon, el mismo director y escritor de las exitosas dos películas de Los Vengadores.  Con el currículo como el suyo, uno hubiese esperado que su contribución a esta obra más reciente respetara los cómics sobre el origen de la Liga.  Si los también llamados Héroes más poderosos del Planeta contaron con nada menos que Loki como enemigo (tal como en el cómic inicial de los sesenta) y luego con otro de sus grandes rivales, la inteligencia artificial sofisticada de Ultron, era de esperarse que en esta primera aventura el grupo de DC contara de igual manera con un villano de peso; así que si no aparecía la estrella extraterrestre gigante Starro el Conquistador dentro de la trama (el primer contrincante al que se enfrentaron en las viñetas como equipo), era de suponer que fuese contra Darkseid que los justicieros tuviesen que luchar (tal como en el reinicio de la Liga de la Justicia con los Nuevos 52).  Y si no era ninguno de estos otros 2, al menos podrían utilizar a una rica gama de candidatos de grueso calibre, para convertirlo en toda una amenaza para la humanidad. 


       
          Y sin embargo, al final optaron por un villano apenas conocido por los fanáticos, tan solo visto en 1 o 2 episodios de Batman el Valiente: Steppenwolf.   De hecho, un servidor con todo lo que ha leído al respecto, nunca se ha encontrado con su figura en historia alguna.  Miembro de los Nuevos Dioses, seres casi inmortales y de un poder enorme, fue creado por Jack Kirby en los setenta dentro de su serie clásica del Cuarto Mundo.  Es tío de nada menos que de Darkseid, el soberano dictador del infernal planeta Apokolips.  Al aparecer este en la cinta y más encima verse un montón de parademonios (horrorosos soldados voladores de su mundo), yendo detrás de las Cajas Madres (máquinas sintientes utilizadas por los Nuevos Dioses con varios propósitos, entre ellos para abrir portales de un lugar a otro), uno de lo más bien que puede llegar a creer que en algún momento saldrá Darkseid…Y en contra de las esperanzas, si bien se le menciona un par de veces, no es así.  Pero aparte de que sea toda una decepción esta elección, si al menos le hubiesen dado una personalidad más carismática y/o un desarrollo más atractivo a sus motivaciones para el mal (tal como sí sucedió con  Ares en el filme sobre la princesa amazona), su participación habría sido más interesante.
      Luego tenemos otro punto que los entendidos en cómics DC o al menos quienes solo vieron Batman versus Superman, teníamos muchas ganas de saber cómo se presentaría en este largometraje: la resurrección del kriptoniano, tras su heroica muerte en esta otra cinta.  Al tratarse de un ser de tan extraordinario poder, cuando esto sucedió en las revistas en los años noventa, se hizo de una manera por completo verosímil para la ficción misma de su cronología…Y si bien una película es una adaptación de los cómics, por lo que no se puede esperar un calco al material en el que se inspira (tal como pasa con las versiones audiovisuales de obras literarias), al menos sería conveniente que la visión personal de los responsables le hiciera honor a la fuente de todo; que en este caso la resurrección del Hombre de Acero, resulta forzada o propia del recurso facilista del Deux ex Machina.
      Superman a su vez aparece solo bien pasada la primera mitad del metraje (que más encima redujeron a solo 2 horas y que según se dice, todo el material eliminado podría haberla mejorado con un mejor montaje) y sin embargo en los créditos aparece su intérprete, el guapo Henry Carvill, en segundo lugar luego de Ben Afleck (Bruce Wayne/Batman); mientras que la encantadora Gal Gadot (Diana/Wonder Woman) sale en tercer lugar y eso que esta tiene mucho más escenas que su colega.   Si bien esta saga comenzó con El Hombre de Acero, con el mismo Carvill de protagonista, alguien ya con una participación destacada en esta serie de películas (y con mucho más metraje en pantalla en la presente Liga de la Justicia), bien merece estar antes que su colega en dichos créditos.  Un detalle como el anterior parece machismo encubierto y si quisiesen ser justos, tal como en los cómics con team-ups o en las revistas dedicadas a la llamada “Trinidad DC” (Batman/Superman/Wonder Woman), deberían haber puestos a sus 3 actores principales juntos y no por separado en los créditos respectivos.
        Luego están los cambios hechos con Flash y Acuaman, que ya sabíamos de antemano debido a lo exhibido en Batman versus Superman.   De la apariencia polinésica del segundo ya me había terminado por convencer, más considerando el aspecto imponente de Jason Momoa, el actor que cumple dicho rol en estas cintas y quien en todo caso realiza su trabajo con solvencia (además de que igual promete esta versión del príncipe atlante, que vendrá el año que viene con una película por completo dedicada a él).  Sin embargo, es con la versión “juvenil” del más célebre velocista deceísta que tengo mis reparos: la verdad es que visualmente un tipo desgreñado, flaco, con un traje que no puede ser más feo y que más encima lo ponen como el “bromista” del grupo, me parece por completo lejos de la imagen que poseo de alguien como Barry Allen.  Pues cómo lo presentan, hasta cierto punto en el guión, su personalidad bromista y ligera corresponde más bien a la de Wally West, el sobrino de Allen y el tercero en tomar el nombre de Flash en el universo DC.  Para algunos la actuación de Ezra Miller como el Corredor Escarlata resulta más que aceptable, no obstante a un humilde servidor el personaje le parece caricaturesco y da la impresión de que ante el afán de competir (y más bien imitar) los éxitos marvelitas cinematográficos, en este caso teniendo en cuenta la saga de los X-Men de Fox, quisieron hacer algo parecido con el sí simpatiquísimo Quicksilver de estas producciones (al menos, no cayeron en el error de imitar los efectos especiales usados en estas películas para representar sus poderes).  

       
        Con respecto a Ciborg, acá aparece como un sujeto demasiado serio y/o grave, lo que contrasta con el mencionado Flash.  Al respecto su actitud pesarosa, casi con un sentimiento de culpa y hasta existencialista, lo convierte en el miembro de esta Liga de la Justicia más oscuro, algo que para nada sucede con el Ciborg de los cómics (un verdadero líder más encima).
        Como algo positivo, no se puede dejar de agradecer el reencuentro con 4 personajes ya queribles para la vieja audiencia de estos filmes: en primer lugar aparece nada menos que la reina de las amazonas, Hipólita, la madre de Diana, quien por supuesto está acompañada de otras guerreras de Themyscira.  Luego destaca la participación de Alfred, interpretado una vez más por un maestro como lo es Jeremy Irons (quien sin duda se “roba la película” en sus escenas y en especial con sus diálogos irónicos).  Asimismo, la hermosa versión actual de Louise Lane (bajo el desempeño de la talentosa Amy Adams), también viene a ser un grato para quienes ya la conocemos.  Para finalizar, la madura y aún guapa Diane Lane se repite el papel de Martha Kent, con otros buenos momentos a su haber.
       Por otro lado, entre los buenos agregados que encontramos está la participación de otro gran histrión ligado a las adaptaciones de cómics de superhéroes: J. K. Simmons, quien recordado por su papel como el irascible J. Jonah Jameson en la trilogía de Spider-Man de Sam Raimi, ahora toma para sí el rol de otro personaje famoso de las historietas, nada menos que del comisionado Gordon (importante aliado y amigo de Batman y quien en la trilogía de Nolan sobre el Cruzado Enmascarado, estuvo a cargo de otro artista de peso como lo es Gary Oldman).  Es de esperar que a futuro, en la película que se ha anunciado con este actual Batman a cargo de Ben Afleck, tenga mayor participación.
        Tampoco se puede ignorar la colaboración de un maestro de la música como Danny Elfman, quien desde su participación en la primera película de Batman hecha por Tim Burton, ha trabajado en varios largometrajes relacionados con este tipo de cómics (las dos primeras cintas de la trilogía de Raimi sobre el Trepamuros, el filme sobre Hulk de Ang Lee y Los Vengadores: La Era de Ultron).  Pues como es habitual en él, acá ha hecho algo para nada despreciable, si bien ante un filme tan irregular como este, en mi caso fui incapaz de disfrutar de sus melodías para esta obra (tendré que escuchar por separado el disco, que lo descargué hace poco).  Me gustó mucho que en determinado momento se utilizara parte de su ya clásica partitura para la primera cinta del Señor de la Noche ¿Un autohomenaje? Igual en determinado momento su ocupó parte de la banda sonora de Hans Zimmer para El Hombre de Acero, por supuesto al aparecer en pantalla Superman.  No recuerdo si en el caso de Wondy se usó de igual manera uno de sus temas ahora característicos.
         Hay 3 escenas postcréditos, una de ella como concesión a la ya reconocida competición entre Flash y Superman, mientras que la última, la promesa de un nuevo peligro en el caso de que haya una nueva secuela…Pero… ¿Y qué pasó con Darkseid? La verdad es que a mi parecer cualquier capítulo de esa joyita, que es la recordada serie animada hecha por Paul Dini y Bruce Timm la década pasada, correspondiente al cartoon Liga de la Justicia o las mismas películas hechas directamente para la venta en DVD o blu-ray, resultan ser mucho mejores que este largometraje de presupuesto multimillonario y simplón.   Bueno, luego de haber disfrutado de tantos argumentos sofisticados sobre mi grupo de superhéroes favoritos (en cualquiera de sus formaciones) y haber tenido el gusto de contemplar lo hecho por parte de Marvel, algo como esta propuesta de DC, por supuesto que a más de uno lo deja muy decepcionado.  Queda al menos la ilusión de que en un futuro cercano todo mejore y que los cameos del cuerpo de los Linterna Verde en determinado momento del metraje, sean la constatación de un reboot cinematográfico sobre los Guerreros Esmeraldas.


                                             Tráiler N° 1 (otro que promete más de la cuenta).

martes, 28 de noviembre de 2017

Los blogueros que admiro. Sexta parte: El Zoco de Lakkmanda.


Presentación: 

     Hace más de dos meses que no subo una entrevista de esta serie a la que le he tomado mucho aprecio, en especial por la oportunidad que me han dado mis "colegas" al confiarme la entrada a su mundo personal y poder compartir en mi propia página tantas maravillas suyas.  Por otro lado, en la práctica ya no me queda gente por entrevistar, que en la práctica he perdido contacto con buena parte de los blogueros que seguía, por una u otra razón (a veces algunos han dejado de actualizar sus páginas lamentablemente).
      Hoy tengo el enorme gusto de presentarles a otra persona que admiro mucho, a Alejandro Caveda, quien desde la Madre Patria lleva años trabajando con pasión en esto de la divulgación de ideas e impresiones a través de su blog.  Supe de su trabajo y de su persona hace tiempo ya, cuando me dispuse a buscar otros como yo en la blogósfera, con intereses en común; de este modo tuve la buena suerte de encontrarme con Alejandro.  Valoro, entre otras cosas, sus enormes conocimientos en cómics, puesto que los textos que ha escrito al respecto nunca dejan de motivarme a leer los títulos que recomienda; asimismo, ha sido la persona que más me ha inspirado a la hora de escribir mis propios posts al respecto, que dentro de quienes abordan este tipo de arte en un blog, me parece el mejor de los que he leído.  Por supuesto que Alejandro es mucho más que historietas y bien lo podrán comprobar quienes lean esta entrevista, como quienes se adentren en  su ZOCO DE LAKKMANDA.



1- Preséntate en no más de 200 palabras.

     Aprovechando la definición que pone en mi perfil, «Educador, bloguero, fotógrafo aficionado y escritor a ratos libres, el resto de mi vida es un espacio en blanco entre líneas.

2- Cuéntanos acerca del origen de tu página y de su particular nombre.

     Buena pregunta. El Zoco de Lakkmanda es un homenaje al ciclo de historias de Norwest Smith, escritas por C. L. Moore. De hecho, en el Zoco de Lakkmanda tenían lugar algunas de las aventuras más exóticas del personaje.

3- ¿De qué trata tu blog?

     Un poquito de todo, pero me gusta considerarlo como un rincón dedicado al mundo del comic, la ciencia ficción, el cine de género, la literatura y la música, además de la nostalgia y otros vicios inconfesables

4- ¿Qué satisfacciones te ha traído lo que haces?

     Personal, sobre todo. Poder escribir por gusto y sobre lo que realmente me gusta, conocer a gente con gustos y aficiones similares a las mías, y que en ocasiones hasta te feliciten por el trabajo bien hecho, resulta muy gratificante en más de un aspecto.

5- ¿Cuál es la cercanía de tu gente (pareja, familia, amigos…) con tu labor en EL ZOCO DE LAKKMANDA?

     Poca... es curioso que de la gente que conozco, la mayoría no saben que tengo un blog, y muchos de los que lo saben tampoco me leen. Supongo que nadie es profeta en su propia tierra, o quizás es que aquí, en España, todo el mundo tiene un blog y ahora lo que se lleva es ser Yutuber, Influencer y otras cosas por el estilo. Sin embargo, mi familia es bastante comprensiva con mi «mania» de escribir y siempre respetan cuando tengo un momento de inspiración y agarro el portátil para ponerme a trabajar.

6- ¿Cómo es el proceso que tienes por lo general para escribir y subir un nuevo post?

     Depende. A veces tengo la idea en la cabeza desde hace tiempo, y le doy muchas vueltas para organizarla y desarrollarla lo mejor posible. Otras veces se me ocurre sobre la marcha y tengo que ponerme a ello en seguida para escribirla de un tirón. La inspiración puede venir de cualquier cosa en cualquier momento: algo que este leyendo, una frase suelta, una imagen fugaz... A veces, las ideas más locas y espontáneas son las mejores.

7- ¿Cómo equilibras el resto de tu vida y con tu trabajo para la página?

     Como puedo, aunque no siempre es fácil. Crecer es cargarse de compromisos, responsabilidades, y el tiempo libre es el que más se resiente por lo general. Pero intento no dejar el blog de lado, porque en cierto modo es una parte de mi, sería como renunciar a mi vocación o a cualquier otra de mis aficiones: un duro sacrificio.

8- ¿Qué autores lees en narrativa y/o cómics? Expláyate lo que quieras.


     Otra buena pregunta. Últimamente estoy volviendo a los clásicos, vivo sobre todo de reediciones de sagas y series de los años sesenta y setenta, como el Shang Chi de Moench y Gulacy, o el Sargento Furia & Nick Furia, agente de SHIELD de Stan Lee, Jack Kirby y Jim Steranko. Sin olvidarnos del Spider Man de Gerry Conway y Ross Andru, o el Batman de Steve Englehart y Marshall Rogers. En la actualidad estoy siguiendo la macrosaga de Imperio Secreto (más que nada, por las series centrales del Capitán América, que me parecen las más interesantes).  Mientras que de DC me atrae todo lo del proyecto Rebirth, en especial las series de Batman o crossovers como «La chapa». En general, con el cómic moderno me siento perdido, demasiados reboots, demasiadas series, demasiados cambios, hay personajes que ya no reconozco y me cuesta empatizar con ellos. Supongo que por eso acabas volviendo a lo conocido, a los comics que leías durante la infancia y que te marcaron durante la adolescencia.

9- ¿Qué películas y/o series recomiendas? Danos tus razones.

    Cualquiera de Ridley Scott, que es mi director favorito. El Episodio VIII, por supuesto, para saber cómo evoluciona el universo de Star Wars en la nueva era Disney. Las nuevas temporadas de Expediente X y Twin Peaks, por nostalgia. Series de ciencia ficción como The Expanse, Los 100, Sense 8 u Orphan Black, por poner varios ejemplos. A veces veo una serie o película porque me gusta alguno de sus intérpretes, como es el caso de Michelle Jenner (mi actriz favorita) o Tom Hiddleston. Como en cómic, mis gustos cinematográficos son más bien clásicos y me gusta mucho el cine de la década de los setenta y también el de los ochenta, cuando muchas películas de serie B eran tan buenas (si no mejores) que el cine mainstream. Esas décadas nos dejaron lo mejor de gente como Scott, Lynch, Scorsese, Spielberg, Coppola, Cimino, Reimi y tantos otros que con el tiempo se han vuelto un poco más previsibles o complacientes.

10- ¿Alguna entrada favorita de los que has publicado? ¿Por qué?

    Uff, qué difícil... Por motivos sentimentales, le tengo mucho cariño al artículo que escribí sobre Tim Powers, también los dedicados a Roger Zelazny y Ray Bradbury, o a la película «No tengas miedo» (2011) de Montxo Armendáriz, que es uno de mis cineastas de referencia (y además, un excelente fotógrafo: tendríais que ver sus fotos en Instagram). Ahora mismo estoy escribiendo uno sobre el cine histórico de Ridley Scott, no sobre toda su trayectoria, si no centrándome en ese género en particular. Espero que a la gente le guste tanto leerlo como a mi escribirlo.

11- Háblanos acerca de tus propias ficciones.

     Llevo escribiendo relatos cortos desde los noventa, alternando entre diversos géneros y personajes. Al principio era reacio a publicarlos en el blog, porque mi ilusión era verlos en forma de libro, aunque fuese electrónico, porque los escribí con esa idea en la cabeza. Además, ya se sabe que la gente piensa que lo que está en Internet es de todos y que el que comparte algo renuncia a sus derechos, y es mentira. Yo registro mis historias en Safe Creative antes de publicarlas en el blog, para que si alguien desea enlazar, compartir o reproducir parcialmente la autoría y el origen queden bien claros. El mundo digital no tiene por qué ser una patente de corso para el plagio o la vulneración de los derechos de autor.
      A día de hoy debo llevar más de una veintena de relatos publicados. Creo que tienen un público diferente al de artículos y reseñas, y viceversa. Hay gente que mientras publico relatos no me lee y otros que, por el contrario, no paran de preguntarme cuando subiré la continuación de tal o cuál historia. En ciertos momentos, cuando estoy sobrecargado de trabajo, me son muy útiles, porque un relato puede ocupar entre cuatro y seis entradas del blog, y entretanto me deja el tiempo libre para corregir u otras actividades. Tengo varios en cartera para ir dándoles salida a lo largo del 2018, ¡veremos que opinan los seguidores del Zoco cuando los lean!

12- Para finalizar… ¿Qué le dirías a tus futuros lectores para animarlos a adentrarse en el Zoco de Lakkmanda?

     Esa es la pregunta más difícil de todas, por lo que tiene de narcisista y autobombo, pero supongo que les diría que si les apasiona el mundo del cine, el comic, la música y la literatura de género, somos espíritus afines, y aquí (en el Zoco) encontrarán muchos ejemplos de ello. Ojalá que quien se deje caer repita, porque eso será señal de que estamos en la misma onda.
     Un saludo cordial y muchas gracias por leer(nos).

Alejandro participando como experto en el lanzamiento de un libro.

domingo, 26 de noviembre de 2017

La aventura más famosa de Sherlock Holmes.


     Increíblemente en la novela más célebre del detective creado por Sir Arthur Conan Doyle, El Sabueso de los Baskerville (también traducida en nuestra lengua como El Perro de los Baskerville y El Mastín de los Baskerville), Sherlock Holmes apenas aparece.  Y es que durante gran parte de su desarrollo Watson, el mejor amigo del investigador y narrador testigo de sus historias, lleve la batuta de la acción en medio de una trama llena de intriga y misterios. Más encima, estamos hablando de una obra a que se acerca a la literatura de terror, otro estilo narrativo en el cual su autor se destacó, detalle no insignificante.
       Publicada entre 1901 y 1902 en entregas por medio de una revista, corresponde a la tercera novela del ciclo, luego de Estudio en Escarlata y El Signo de los Cuatro.  En ella nos encontramos con una maldición que pesa durante varios siglos sobre la familia de los Baskerville, que a varias generaciones ha llevado (según cuenta la leyenda), a una muerte horrenda a sus miembros.  Es así que un enorme perro negro de apariencia monstruosa y/o infernal, se les ha aparecido en campo abierto a sus víctimas, trayéndoles mortales consecuencias.  Cuando muere el más más anciano heredero de la fortuna a consecuencia de la bestia, es contratado Holmes para descubrir la verdad de todo esto, de modo de evitar que el siguiente en la línea de sucesión, un joven hombre que recién viene integrándose a los laberintos de su rancia alcurnia, tenga el mismo destino.  Debido a esto Watson es enviado por su amigo a proteger a su cliente, yéndose a pasar una temporada en su nuevo hogar, hasta que el detective consiga descifrar los misterios que pesan sobre la dinastía de su cliente.  Por otro lado, el buen doctor llega a hacer buenas migas con el reciente rico, poniendo su propio granito de arena a la hora de resolver los enigmas del lugar.  Por lo tanto, el protagonismo pasa al médico, quien queda declarado como un hombre valiente y como alguien con sus propios medios, para sobresalir entre tanto sujeto extraordinario en las aventuras de esta saga.
        Teniendo en cuenta el argumento de esta obra, que durante buena parte de su extensión mantiene a todo el mundo en vilo (personajes y lectores), acerca de la verdadera naturaleza del monstruo (sobre si este es real o no y si tiene un origen sobrenatural), el talento de su autor queda más claro que nunca, gracias a la ambientación que le otorga a la ficción.  Por un lado, tenemos que los territorios en los que se encuentra la mansión a la que se ha ido a vivir el juvenil Baskerville, no pueden ser más aterradores por sí mismos: Es así, que la misma construcción se encuentra en un sitio apartado de la ciudad y sus vecinos están lejos unos de otros, todo en medio de un paisaje de lo más agreste, pese a que en la zona impera lo natural.  De igual manera se encuentran una serie de ruinas ancestrales, que  más allá de su atractivo turístico y/o cultural, acentúan la atmósfera siniestra e insana de todo.  

       “Cuanto más tiempo se pasa aquí, más profundamente se mete en el alma el espíritu del páramo, su inmensidad y también su terrible encanto. Tan pronto como se penetra en él, queda atrás toda huella de la Inglaterra moderna y, en cambio, se advierte por doquier la presencia de los hogares y de las obras del hombre prehistórico. Se vaya por donde se vaya, siempre aparecen las casas de esas gentes olvidadas, con sus tumbas y con los enormes monolitos que, al parecer, señalaban el emplazamiento de sus templos. Cuando se contemplan sus refugios de piedra gris sobre un fondo de laderas agrestes, se deja a la espalda la época actual y si viéramos a un peludo ser humano cubierto con pieles de animales salir a gatas por una puerta que es como la boca de una madriguera y colocar una flecha con punta de pedernal en la cuerda de su arco, pensaríamos que su presencia en este sitio está mucho más justificada que la nuestra. Lo más extraño es que vivieran tantos en lo que siempre ha debido de ser una tierra muy poco fértil.”

        Luego tenemos una serie de personajes secundarios propios de este título y quienes sin dudas que están caracterizados de manera tal, que no solo parecen sospechosos, sino que son descritos como sujetos cuyos secretos y conductas que acentúan la duda en ellos.  Dentro de estos encontramos a:

Jack Stapleton: Uno de los vecinos más cercanos de los Baskerville, quien es un naturista que vive junto a su hermana, a la que recela demasiado.  La afabilidad con el resto se nota a lo lejos como algo falso, pues en realidad este no es alguien de fiar.

Beryl Stapleton: La hermana del anterior, corresponde a un estereotipo y rol femenino que tanto forma parte de la sociedad victoriana en la que fue escrita esta obra, como a uno que se repite en esta novela: el de la mujer que se ve obligada a depender del patriarcado y que por ello no es libre, pese a que su espíritu es el de alguien que desea ser autónomo.  En secreto inicia un romance con el joven Sir Henry Baskerville.  

John y Eliza Barrymore: Matrimonio que lleva años sirviendo a la familia de los Baskerville, quienes actúan con humildad para recibir y atender a su nuevo empleador.  La mujer llora en las noches, lo que despierta la preocupación acerca de cuál es la razón de todo ello; asimismo el marido tiene ciertos comportamientos, que despiertan interrogantes acerca de su misma virtud.

Laura Lyons: Mujer de origen acomodado que lamentablemente cayó en desgracia por tener un padre desnaturalizado y, por otro, debido a un matrimonio que contrajo con otro hombre, tanto a más desalmado como su progenitor.  Es pieza clave en todo el misterio que hay en torno a la muerte del viejo Baskerville.  Su triste situación judicial y familiar, es un muy buen ejemplo a la hora de representar bien lo que ya se afirmó más arriba, respecto a la posición de muchas mujeres de “sociedad”, que pese a todo no eran libres en una comunidad que se jactaba de moderna.

Selden: Criminal violento con un prontuario bastante grande a cuestas, quien se ha escapado de prisión y anda suelto por la misma zona en la que transcurre buena parte de la historia. Su presencia se constituye en otra preocupación para el resto de los personajes.  En un determinado momento de la novela, se revela su relación con uno de los ya mencionados.  

      En el libro aparece un viejo conocido de las aventuras de Sherlock Holmes, el inspector Lestrade, quien hacia el final sale en escena y deja clara la amistad que hay entre ambos, pese a que anteriormente fueron rivales.   Cabe mencionar cómo este ejemplo acerca de la evolución de la relación entre estos dos, siendo que el segundo veía antes al otro con malos ojos, como un competidor y hasta cierto punto movido por la envidia ante los más eficaces logros de Holmes (siendo que más encima este era solo un “aficionado”, a la hora de resolver crímenes y no un profesional como él), evidencia un tema fundamental en la obra de Conan Doyle dentro de sus trabajos para el famoso detective: la férrea amistad entre varones, más encima entre sujetos tan distintos en muchos aspectos y que tiene su mayor ejemplo en la fraternidad entre Holmes y Watson.  Asimismo que el policía y el detective hayan conseguido superar sus originales desavenencias, no es un detalle menor a la hora de evaluar la importancia que se le da en estas narraciones, a un tópico que tanto ha sido abordado entre los clásicos literarios.  Por otro lado, regresando al buen doctor Watson, no deja de ser admirable su lealtad hacia su compañero, este otro lejos mucho más inteligente que él y quien en ocasiones incluso llega a ser demasiado condescendiente con el médico, ante cierta inocencia suya, lo que en otros podría provocar malestar.  Por ende, ya sea en esta amistad viril u otras de las que aparecen en esta novela, queda de manifiesto la complementariedad que llega a darse entre sus partes (igual no deja de llamar la atención, quizás como una falta a la verosimilitud de la ficción, que Watson en ningún momento duda en dejar de lado sus obligaciones médicas, para acceder a la solicitud de Holmes de irse un tiempo junto al baronet Baskerville). 
      Por supuesto que no se puede olvidar la presencia misma del sabueso, el que es descrito de manera más bien sugerente, que de manera detallada.  Esto, puesto que el tema del misterio, de una leyenda que impregna buena parte del argumento de esta obra, hace que la propia criatura no aparezca tanto como se esperaría.  Y es que ningún momento hay que olvidar, de que no se trata de una ficción en la que lo sobrenatural es un tema relevante (por mucho que el autor también haya sido un maestro al respecto), sino que la figura de este ser viene a ser una manifestación más del misterio, que a una mente privilegiada como la de Holmes pone a prueba ¿Cuál es la verdad? En este texto sobresale debido a la maldición de los Baskerville y varios de los personajes ya mencionados, la noción de que nada es lo que aparenta a primera vista y no solo estamos refiriéndonos a las consecuencias de actos despreciables, propios de gente sin escrúpulos, sino que hasta las personas más nobles están obligadas a mentir por razones superiores.  De este modo, el mismo sabueso es otra manifestación de aquello que está oculto a los ojos de los demás y que solo la perseverancia y astucia de alguien como Sherlock puede llegar a descubrir en su naturaleza más íntima.

       “Era un sabueso, un enorme sabueso, negro como un tizón, pero distinto a cualquiera que hayan visto nunca ojos humanos. De la boca abierta le brotaban llamas, los ojos parecían carbones encendidos y un resplandor intermitente le iluminaba el hocico, el pelaje del lomo y el cuello. Ni en la pesadilla más delirante de un cerebro enloquecido podría haber tomado forma algo más feroz, más horroroso, más infernal que la oscura forma y la cara cruel que se precipitó sobre nosotros desde el muro de niebla.”

       Teniendo en cuenta lo expuesto en el párrafo de más arriba, no se puede dejar de lado la exposición que hace esta obra acerca de la existencia del mal, no como algo de tipo sobrenatural, sino que como una dimensión netamente humana y que, lamentablemente, resulta ser inherente a nuestra especie.  Pues no se debe olvidar que el origen en sí del monstruoso can, tiene que ver justamente con la figura de un antepasado famoso por su ruindad y que por lo tanto corresponde al llamado “castigo divino o superior” por las atrocidades humanas.  Sin embargo, no se puede olvidar que  teniendo en cuenta las distintas bajezas que se mencionan en las páginas de esta novela, cometidas por más de una persona (de todo tipo de violencia), sin dudas que estamos frente a un libro con un fuerte sentido moral: pues no quepa duda en su desarrollo que mientras las malas acciones tienen su consecuencia punitiva, hacia el final también se presenta en esta obra (otra mirada a la lucha entre el bien y el mal), que las buenas acciones tampoco dejan de tener su justo merecido.

Afiche de una de las tantas adaptaciones audiovisuales de esta obra,
con Peter Cushing, uno de los más famosos Sherlock Holmes de carne y hueso
(y con otro grande de coprotagonista más encima: Christopher Lee)

domingo, 19 de noviembre de 2017

Mi primera vez…en las Elecciones Presidenciales.


     Me tocaba escribir sobre uno de los últimos libros que leí hace poco, pero al recordar las palabras de mi comadrita Ledda por “guasap” de que esperaba de mí fotos y hasta un post sobre este “evento histórico” en mi vida (que por supuesto se trata de una fecha importante para Chile, en la que escogemos a los próximos dirigentes del país), por ser la primera vez en la que me dispongo a cumplir con mi responsabilidad ciudadana de hombre adulto, quise ponerme a prueba a ver qué tal me quedaba un texto de esta índole.  Además hace menos de una hora que voté por “mi presidente”, así que tengo la memoria fresquita, razón por la cual me será mucho más fácil escribir este texto, que comenzar a desmenuzar mi más reciente lectura de Sherlock Holmes.
      En mi soberbia, hasta las pasadas elecciones presidenciales siempre me jactaba de que no votaba, porque no me interesaba la política, de modo que mientras el resto de la población responsable asistía a dar su voto por quienes confiaban, yo seguía con mi vida sin otros contratiempos.  Para ser sincero, aún me sigue interesando muy poco este aspecto de la existencia y vez en que mis amigos o cercanos se ponen a hablar del tema, me adentro en mi mundo interior (me evado) o me alejo de ellos para dedicarme a asuntos más ligeros.  No obstante he llegado a un estadio en mi vida, en el cual me es imposible no responsabilizarme con uno que otro asunto y en ello está en un lugar destacado la valorización de mi granito de arena, en algo que no ocurre siempre y más encima se trata del porvenir de toda una nación.  Si voy a estar contento o disgustado por cómo van las cosas en mi patria, al menos espero ser consecuente y saber que mis palabras y mis sentimientos se justifican, porque apoyé o no en su momento a estos líderes involucrados en todo ello… ¿Se entiende?
      El año pasado no más el gobierno invitó a la gente a reunirse en grupo, para realizar unas especies de cabildos, en los cuales proponer varias reformas a la Constitución, que ya lleva décadas en Chile sin modificaciones.  Fue así que motivado por mis amigos Galpincheros (dentro de mis amistades, lejos los más comprometidos políticamente hablando…y los más izquierdosos, je), formé junto a ellos uno de estos equipos y vaya qué disfruté de ello.
       En febrero, aún disfrutando las vacaciones de verano, me junté con mi querida amiga Juliana Lee para ir juntos a la exposición dedicada a Picasso, que se estaba presentando en el Centro Cultural la Moneda (nada menos bajo el edificio sede del Poder Ejecutivo) y fue así que ambos nos encontramos con un puesto en la calle del Partido Comunista.  Estaban pidiendo firmas para legalizarse otra vez, según debían hacerlo todos los partidos según no sé qué decreto. Como muchos de mis amigos son comunistas y muchos de los artistas que admiro lo son, no dudé en dar mi consentimiento…Semanas después me llegó una carta diciéndome que estaba inscrito entre las filas de los rojos ¿Engaño o ignorancia de mi parte, por no saber lo que estaba haciendo aquella tarde en que di mi “valiosa” firma y otros antecedentes? La verdad es que no me molestó y al contrario me sentí orgulloso de estar entre tan distinguida gente.  Les conté a mis cercanos, algunos lo encontraron gracioso y otros me felicitaron.  Al menos no firmé “por las ballenas” u otra causa de ese tipo y quedé fichado en un partido menos histórico (como le pasó a mi ahijado Sebastián).  Decidí quedarme en el Partido Comunista y votar por cada uno de sus aspirantes de ahora en adelante.
       La semana pasada el Ministerio de Educación avisó a los colegios que para incentivar a los jóvenes, se iba a hacer un simulacro de votaciones en las salas de clases.  Se crearon urnas, formaron mesas de votaciones, etc.  Me tocó supervisar al curso con el que tenía clases en ese momento, un primero medio, el más numeroso y desordenado de los 4 que hay de ese nivel en el colegio en el que trabajo.  La actividad cívica se dio con un compromiso inesperado por parte de los estudiantes y no dudé en sacarle fotos al proceso.  Grande fue la sorpresa (y no alegre eso sí) cuando al comparar los resultados entre los distintos cursos, vimos que había ganado el candidato Sebastián Piñera (Piraña).  Un colega amigo dijo que la culpa la tuvimos los grandes, por no crear mayor conciencia entre los muchachos.  Yo vi el resultado, que también fue el mismo en el curso que me tocó cubrir, fruto de la ignorancia de los adolescentes, quienes de seguro ni conocían a los otros candidatos y optaron por el único de la lista con “cierta fama”.

Las mini-votaciones de mi colegio.

       Esta mañana partí junto a mi mamá antes del mediodía a votar.  Ambos tomamos la misma micro, pero ella se bajó antes que yo, pues su lugar de votaciones quedaba más cerca.  Pensaba ir con uno de mis hermanos a hacer dicho trámite, sin embargo Miguel desistió de ir.  Tuve que caminar unas cuantas cuadras para llegar a mi destino.  Me sentí muy contento cuando me di cuenta de que el colegio donde me tocaba votar, era el mismo establecimiento del cual guardaba uno de los recuerdos más apreciados de mi adolescencia: era el año 1987 más o menos y un primo que vivía cerca de mi hogar, estudiaba allá.  En ese tiempo se acostumbraba hacer funciones de video en VHS de cine, para recaudar dinero por una razón u otra; fue así que Pato me contó que en su liceo iban a dar pelis a solo $100 (¡Una verdadera ganga!).  Más encima las funciones eran en día viernes, o sea justo al comienzo del fin de semana y por ello era una linda manera de comenzar el descanso de estrés de las clases.  Cuando llegamos a ese recinto, estuve tentado de pedirle a mis papás que me matricularan allá, pues me enamoré de sus enormes áreas verdes, con plazas incluidas, árboles y bancos para tomar aire tranquilo, algo que en mi poca experiencia hasta el momento era algo nuevo para mí.  Fuimos dos semanas seguidas, acompañándonos por algunos amigos de juegos.  Gracias a esas sesiones pude ver por primera vez dos clásicos de la década, por los que siento una especial predilección: Volver al Futuro y Generación Perdida.  Me fue imposible no traer a la memoria todo esto, ya que volver a pisar este lugar, más encima en una fecha como la de hoy, lo vi como un buen augurio.
      Juraba que me tocaba votar en la mesa 17, que hasta lo tenía anotado en un papelito (¡En la más onda abuelito!) y al llegar a ella me alegró ver que estaba casi desocupada.  Todo se había instalado dentro de una sala de clases y se notaba que era de un curso de básica, por los trabajos de alumnos que habían pegados en el Diario Mural.  Habían solo dos mesas, que la otra era la 18.  Ni una, ni la otra me correspondían, así que revisé mi “ayuda memoria” que me hizo mi cuñado, al ver por mí en Internet dónde me tocaba votar, y me di cuenta de que era la mesa 12 la indicada.  Tuve que devolverme en mis pasos e ingresar al gimnasio, que estaba lleno de mesas…y de gente (¡Hasta para eso soy deportista!).  Llevaba conmigo un cómic de Batman para leer si tenía que hacer tiempo, que igual esta vez tuve que hacer fila; no obstante me puse a sacar fotos, que desde que estaba en el paradero con mi mamí estuve registrando visualmente todo mi itinerario, para compartirlo con mis amigos Galpincheros y hasta subirlo a Facebook (¡Atroz, me he convertido en un “Chico-Face”!).  Me dio gusto ver a muchos viejitos, varios de ellos con muleta, sillas de rueda y similares dando el ejemplo de conciencia ciudadana.  Ojalá las generaciones más jóvenes fuésemos más concientizados…Bueno, yo me demoré más de dos décadas en entrar en razón.
         Al salir del colegio me di el gusto de tomarme un rico jugo de piña natural y fresquito.  Llegué a casa feliz como una lombriz.    


viernes, 17 de noviembre de 2017

Una muy singular precuela (segunda parte).


Otros elementos a considerar.    

     Star Trek: Enterprise partió con varias críticas negativas por parte de los trekkers más puristas, quienes consideraron ofensivo al menos 3 puntos: en primer lugar el hecho de que el programa no llevara el nombre genérico de la saga en su título y se llamara solo igual que la nave que usan sus protagonistas (con posterioridad a partir de la tercera temporada, se le dio la nomenclatura clásica); luego el hecho de que tampoco se respetara la tradición de crear un tema musical propio característico de la serie y en cambio se hiciera un cover de una canción tipo rock pop; y por último, la imagen de los klingon (una de las dos rasas extraterrestres emblemáticas del programa, junto con la de los vulcanos) fuese la usada a partir de la primera película para el cine y que con posterioridad se siguió utilizando en los filmes y sagas que le siguieron (y es que según algunos, por transcurrir en el siglo XXII, antes de la serie original, deberían tener la apariencia mongoloide de la producción de los sesenta).  En todo caso de estos 3 puntos, el último es el más ridículo a la hora de prejuiciarse en contra de esta precuela, ya que bien es sabido que el primer show era así porque obviamente no tenían mayor presupuesto para crear maquillajes más elaborados y además era otra época, razón por la cual la espectacularidad visual es algo posterior y no se le podía pedir a esta más reciente serie que retrocediera al formato antiguo.
     Ahora bien, Enterprise sí que respetó y/o homenajeó a su manera la creación de Gene Rodenberry y primero lo hizo haciendo que como en todas las series a partir de La Nueva Generación, un personaje del programa anterior apareciera en pantalla dándole el paso al siguiente elenco.  No obstante en este caso no podía ser alguien de Star Trek: Voyager, su predecesora, por transcurrir mucho tiempo después y aún no haber nacido sus protagonistas para cuando suceden los hechos de la precuela; sin embargo el que sí sale es nada menos que el mítico Zefram Cochrane, figura esencial en la cronología trekker y quien tiene un destacado papel en el filme Star Trek: First Contact, que trata (entre otras cosas) acerca del primer contacto público con los vulcanos y del comienzo de las relaciones entre humanos y estos alienígenas.  Empero la aparición de Cochrane es de forma muy singular y además sale solo por unos segundos, pero para el ñoño más fiel a esta saga, resulta emotiva su intervención. 
      Con posterioridad están las alusiones directas e indirectas a episodios de la serie sesentera, en especial en lo que concierne a las razas que aparecen, que no solo los ya mencionados en el primer post dedicado a este programa, los muy interesantes andorianos, tienen un papel valioso en sus guiones; sino que también nos reencontramos (por fin) con tellaritas (formidable la “actualización” de su imagen porcina), tholianos (también, gran logro por parte de sus diseñadores) y orienses (¿o es “oriones”?).  En todo caso, es a través de la cuarta (y última) temporada, que los escritores quisieron hacer  el mayor tributo a lo visto en la Star Trek de Kirk y sus compañeros (más adelante me referiré a los múltiples homenajes al primer show, que se hicieron en la cuarta temporada).
      Por otro lado, no se puede olvidar el carácter más adulto de Star Trek: Enterprise, que se aleja del formato más familiar de sus antecesoras y que ya a partir de Abismo Espacial 9 y Voyager, estaba tomando un rumbo más oscuro y/o crudo, que hizo que algunos episodios de estos dos mencionados programas no fuesen aptos para todo público (bueno, no se puede olvidar el olvidado capítulo de la primera temporada de La Nueva Generación, titulado Conspiración y que en su momento la censura hizo escándalo por su escena de una cabeza explotando).  En todo caso, el detalle en el que radica más que nunca el aspecto subido de tono de esta precuela, viene a ser todo lo que concierne a la exposición de la sensualidad de sus actores, tanto en mujeres como en hombres, con varias alusiones a su sexualidad, a través de diálogos y escenas más que sugerentes con escasa ropa (las damas con ropa interior y los hombres a torso desnudo).  Pues todos los protagonistas de este título, así como todos los miembros de la tripulación, sin olvidar buena parte de los actores invitados, son personas jóvenes, atléticas y atractivas, quienes aparecen con ropas ceñidas.  Al respecto, cabe mencionar un episodio de la segunda temporada, en el que sale el primer cuasi desnudo sexy (y femenino) de todo Star Trek y que resulta difícil olvidarlo, por cierto.  Asimismo, no se puede dejar de lado que pese a lo anterior, llama la atención el hecho de que son dos de los personajes masculinos, quienes sin dudas son más “explotados” a manera de sex symbols en las historias (ya más adelante en el apartado dedicado a los personajes, me referiré a ellos de manera más concreta).

La escena más "hot" de todo Star Trek: Enterprise.

Las temporadas.

      La serie tal como es habitual en todo Star Trek para la televisión, se encuentra armada a partir de historias autoconclusivas; aunque a lo largo de la sucesión de sus episodios, se van desarrollando varios arcos argumentales que abarcan numerosos episodios y que tienen que ver con la historia personal de sus personajes, como con el destino de la futura Federación.  No obstante se podría decir sin lugar a dudas, que cada temporada posee su especial característica, en cuanto a cómo se va dando todo en ellas.  A continuación una revisión rápida de cada temporada:

       La primera comienza con Broken Bow, episodio dividido en 2 partes, que en varios sentidos viene a definir gran parte de lo que viene a ser este programa.  Es así que aparte de presentarnos a los personajes, se muestra el primer encuentro con el imperio klingon, que como bien sabemos quienes hemos visto la Serie Original, solo luego de unos cuantos siglos después se une a nuestros chicos; por esta razón, salvo en contados casos a lo largo del programa, klingon que aparece, se quiere echar a los protagonistas.  Por otro lado, al ser uno de los miembros de la tripulación de raza vulcana, queda más que claro que tanto a lo largo de esta primera temporada, como del programa en general, se aborda el comienzo de las relaciones con los vulcanos, que no son tan estrechas como nos tenían acostumbrados anteriormente; y es que los “orejudos” desconfían de la madurez de la humanidad, a quienes ven como niños y/o una especie a la que aún le falta mucho como para considerar como sus pares (como compartir su tecnología avanzada, por ejemplo). 
       Siguiendo con la primera temporada, esta trata acerca de los viajes de exploración de la Enterprise y su gente, humanos que están recién comenzando a conocer un montón de nuevas razas alienígenas, por supuesto no todas ellas amigables.  Como ya se dijo en la primera parte dedicada a esta precuela, los andorianos también tienen un papel destacado en este título, partiendo por el hecho de que son enemigos de los vulcanos y los humanos llegan a encontrarse entre ellos a manera de intermediarios, para que ambos pueblos logren dejar sus diferencias y puedan trabajar juntos (sentando las bases con esto y el contacto con otras civilizaciones, de la mismísima Federación, encuentros que se nos detallarán de manera muy entretenida a lo largo de la serie).  Sin embargo, aparte de todos los problemas que llegan a tener en sus viajes hacia lo desconocido, se encuentra la presencia de los sullivan, una raza que cuenta con una especie de mafia, cuyos miembros se han hecho modificaciones genéticas para involucrarse en la llamada Guerra Fría Temporal y en la que los protagonistas se ven envueltos desde el capítulo piloto.  Es así que esta lucha entre varios bandos, que viajan en el tiempo para sus propósitos egoístas, viene a ser uno de los ejes principales del primer año en la pantalla de Star Trek: Enterprise.
      La segunda temporada resulta sin dudas mucho mejor que su predecesora, que bien podría decirse tuvo unos cuantos episodios flojos.  La verdad es que se mantiene el mismo estilo de la primera temporada, de capítulos unitarios que pueden ser apreciados sin haber visto los anteriores; no obstante, como tal vez ya quedó claro más arriba, a lo largo de la serie hay historias relacionadas con la cronología del universo de Star Trek y con la individualidad de los mismos personajes, que a lo largo de las 4 temporadas van teniendo un desarrollo mayor: es el caso de la llamada Guerra Fría Temporal, que en todo caso no tiene tanta incidencia en los guiones, a diferencia de la temporada debut.  En todo caso debe destacarse el empeoramiento en las relaciones con el imperio klingon, que da a los espectadores varios momentos inolvidables, tales como el regreso nada menos que al planeta gulag de Rura Penthe (que tanta relevancia tiene en la inolvidable película Star Trek: El País Desconocido, que celebró los 25 años de la franquicia).

Las ediciones en DVD por lo general son mucho más lindas que las en Blu-ray...¡Una lástima!

      Quizás para marcar la diferencia, competir con otros shows de ciencia ficción y enfrentarse a los problemas de sintonía que al final hicieron que Enterprise terminara antes de tiempo (en vez de los 7 años que se estimaban, tal como lo visto con La Nueva Generación, Abismo Espacial 9 y Voyager), a partir de la tercera temporada se hizo un gran cambio en la manera de enfrentar la serie.  Se trata de un “experimento argumental”, que abandonó la idea de los viajes de exploración heredados de la serie original, para centrarse en una extensa trama unificadora: una desconocida raza, de la que solo saben su nombre, los xindi, desea destruir al planeta Tierra y a sus habitantes.  Es así que el Enterprise debe viajar hasta el inexplorado sector donde viven (llamado la Expansión), para convencerlos de la manera más diplomática posible de que desistan de su cometido.  Toda la temporada, que si bien posee igualmente episodios unitarios, sigue esta continuidad y con ello, sin dudas, que consigue superarse en material de calidad argumental e incluso técnica.  Atractivos vienen a ser los mismos xindi, en realidad una cultura formada por 5 razas bien diferentes entre sí: los arbóreos (de aspecto simiesco), otros humanoides (más parecidos a los a los humanos), los reptiloides, los insectoides y los acuáticos (que recuerdan a manatíes o similares); no deja de ser interesante, cómo el llamado enemigo se presenta con toda esta gama de variedades, que implica roces entre sus miembros por temas culturales.  De igual manera no dejan de ser individuos complejos, que incluso pueden despertar simpatía (pues hay claramente entre ellos sujetos nobles, que como queda demostrado en esta temporada, la guerra no se hace solo por un afán conquistador y “el otro bando” puede ser que tenga otros motivos, que no se trate de solo egoísmo para cometer sus actos bélicos).  Las sorpresas deparadas en esta terra incognita, son innumerables y tal vez sean lo mejor de todo el programa.  Pese a todo el atractivo que llega a tener la Expansión y los mismos xindi, a la siguiente temporada no se vuelve a saber de ellos. 
      La cuarta y última temporada posee también su propia característica, ya que retoma un concepto muy popular a partir de La Nueva Generación: las historias desarrolladas en dos capítulos, que tantos momentos emblemáticos dieron a los trekkers.  Debe recordarse que desde el piloto, que no había uno de estos y ya era hora que retomaran este estilo. En todo caso, también se incluyeron argumentos desarrollados en 3 capítulos, lo que intensificó el dramatismo y además permitió crear tramas aún más complejas. Con unos cuantos episodios unitarios (5 en total), se concedieron a los seguidores un total de 7 magníficas historias, que como en la mayoría de la temporada, no dejó de homenajear a la Serie Original.  Entre sus capítulos se pueden mencionar Frente de Tormenta, partes I y II, que trata acerca de los viajes en el tiempo y cómo estos pueden alterar la continuidad de la historia, un tema caro a Star Trek desde el clásico La Ciudad al Borde del Abismo Eterno (uno de los capítulos más hermosos del show sesentero).  La primera trilogía compuesta por Zona Fronteriza, Estación Fría 12 y los Intensificados, viene a ser por partida cuadruple todo un placer para los fanáticos, al ser por un lado el inolvidable regreso de un “viejo conocido”, Brent Spinner, más conocido como el androide Data de La Nueva Generación, quien además interpreta acá a un antepasado del doctor Soong (el mismo creador del robot y quien le dio a este su rostro); a su vez, por fin se vuelve al tema de los humanos modificados genéticamente, que se convirtieron en dictadores según se contó en otro famoso episodio de la serie original  (Semilla Espacial y que luego tuvo su secuela en la recordada cinta para el cine de Star Trek II: La Ira de Khan); por otro lado, reaparecen las sensuales mujeres verdes de Orion, también recordadas desde la Serie Original. En cuanto a La Fragua, El Despertar y Kir’Shara, profundizan más que nunca en todo Enterprise en la cultura vulcana, trayéndonos (por fin) a una joven T´Pau, otro personaje emblemático de los tiempos de Kirk.  En cuanto al capítulo unitario Efecto Observador, reinterpreta de manera muy singular a los organianos, poderosa raza incorpórea.   Babel Uno, Unidos y Los Aenar, revisitan a los tellaritas (ya mencionados más arriba) y sus conflictos con otras especies (vulcanos y andorianos específicamente), dos de cuyos miembros habían aparecido en un entretenido capítulo de la segunda temporada, aunque ahora llegamos a conocerlos mejor en sus costumbres; por otro lado, nos devuelve a los romulanos entre los mejores villanos de toda la saga trekker.  Aflicción y Divergencia se centran en otra de las razas emblemáticas de la franquicia, la de los klingon y lo hace dando una muy inteligente respuesta a uno de los grandes “dilemas ñoños” de todo Star Trek… ¿Por qué razón cambiaron los klingon en su apariencia entre la Serie Original y The Motion Picture? La explicación no puede ser más verosímil e ingeniosa. Espejo Sombrío partes I y II, en mi caso particular viene a ser la historia más esperada de toda la temporada, ya que trata acerca de uno de mis líneas argumentales favoritas dentro de todas estas series: La existencia del llamado Universo Espejo, un universo paralelo en el que existen dobles malignos y/o distorcionados de los protagonistas; como el primer encuentro entre ambas realidades fue recién en el siglo XXIII, durante los tiempos de Kirk, para no faltar a la continuidad de la franquicia, tuvieron que recurrir a los mejores artificios argumentales para que fuese posible armar adecuadamente esta historia.
     Mención aparte merece el último episodio de todo Enterprise, titulado como Estos son los viajes…en alusión al famoso lema de la mismísima Serie Original y que luego retomó La Nueva Generación.  Recordemos estas bellas palabras, ya citadas en el primer post dedicado a esta precuela:

      “El espacio, la última frontera. Estos son los viajes de la nave estelar «Enterprise», en una misión que durará cinco años, dedicada a la exploración de mundos desconocidos, al descubrimiento de nuevas vidas y nuevas civilizaciones, hasta alcanzar lugares donde nadie ha podido llegar.”

Preciosa portada de una de las novelas
basadas en la serie.
      Y es que este episodio transcurre de una manera muy singular en el futuro, específicamente en el siglo XXIV, dentro del Enterprise-D, la nave capitaneada por Jean-Luc Picard; no obstante el calvo capitán no aparece, pero sí su N° 1, el comandante Will Riker y quien usando la llamada holocubierta, recrea la última misión del primer Enterprise.  Además del barbudo (y panzón) oficial, aparece Deanna Troi, la consejera del navío espacial, lo que en sí no puede dejar de ser otro conmovedor reencuentro para los incondicionales de esta otra serie.  El problema es que a mucha gente no le gustó este final, porque les pareció que le quitó protagonismo a los personajes de la precuela.  En sí la trama no deja de ser buena y sin dudas que a más de uno llegó a emocionarlos.  Uno de sus mejores puntos, viene a ser, a su vez, que vuelve a aparecer uno de los invitados recurrentes y el más popular dentro de todo Enterprise, el andoriano Shran; y el otro, por completo inesperado y doloroso, viene a ser la muerte heroica de uno de los protagonistas de este programa.






Los personajes.

     Star Trek: Enterprise regresa al formato de la Serie Original, en cuanto a centrar la mayoría de las historias en tres personajes, miembros de la tripulación, quienes son sin dudas los más desarrollados y/o potenciados por los guionistas.  En este sentido, se pierde el carácter ganado a partir de La Nueva Generación, donde el protagonismo tenía un carácter coral y los espectadores se encontraban cada semana con un capítulo centrado en uno que otro personaje, lo que permitía tener un dramatis personae enriquecido  gracias a ello.  Esta decisión lamentablemente fue en desmedro de la mayoría de los otros protagonistas, siendo que en todo caso algunos fueron mejores abordados que otros y en el caso concreto de uno, más bien terminó por diluirse entre sus pares, que lejos tuvieron más oportunidades de crecer argumentalmente.

Jonathan Archer: Interpretado por el guapo y talentoso Scott Bakula (quien ya tenía experiencia en la televisión, en otra serie de culto de ciencia ficción: Quantum Leap, conocida en español como Viajeros en el Tiempo, entre 1989 y 1993), es el capitán de la primera nave espacial en llamarse Enterprise.  Hijo de un ingeniero que en vida nunca pudo aprovechar su mayor adelanto científico (un motor que permitiera desplazarse a mayor velocidad en el espacio exterior), debido a las restricciones de los vulcanos para “proteger” a sus aliados, tenía grandes resentimientos con estos, al igual que muchos otros humanos; no obstante a partir de los incidentes del episodio piloto, se abrió a confiar en  los orejudos.  De personalidad amistosa, acostumbra invitar a sus subordinados a comer en su cabina, para hacerlos sentir a gusto.  Deportista y lejos el capitán más atlético de todas las series de Star Trek hasta el momento, pese a todo no llega a la mitad de conquistas amorosas de Kirk.  Como el resto de los capitanes que le antecedieron en televisión, aparece como un hombre de moralidad intachable, hasta que los eventos relacionados con los Xindi ( más encima en un territorio tan hostil como la Expansión), lo llevan a cometer uno que otro acto deplorable.  

Charles “Trip” Tucker III: Siguiendo la línea de los ingenieros jefes de las naves, hombres y mujeres llenos de recursos para sortear los entuertos técnicos del sofisticado futuro, este hombre viene a ser sin dudas uno de los mejores personajes de todo el programa.  Si no el mejor amigo de Archer, uno de los más íntimos de este, ya que se conocían de antes de comenzar la misión del Enterprise, le toca pasar por la mayor cantidad de hechos peligrosos, extraordinarios o fatalistas de toda la tripulación, algo que es habitual en alguien del casting de cada serie de Star Trek desde La Nueva Generación.  Por otro lado, ostenta el cargo de segundo al mando de nave.  Pese a cómo se explota el sex appeal de Bakula en pantalla, es sin dudas Connor Trinner (el actor que lo interpreta), quien lejos es más visto en poca ropa a lo largo de la serie, teniendo más aventuras amorosas y quedando consignado como el galán irresistible del show.

T´Pol: Una de los dos únicos alienígenas que integran el equipo, es la “mujer sexy” de este título, pese a que como vulcana se muestre fría y distante (que en todo caso a lo largo del tiempo su actitud se va humanizando).  Se integró originalmente “por las malas” a la tripulación del Enterprise, mandada por el Alto Mando Vulcano para observar a los humanos en su primera misión hacia lo desconocido, lo que la hace verse como una intrusa; no obstante tras su actuar heroico desde el principio, logra ganarse la fraternidad de sus compañeros, haciéndose en especial cercana a Archer y a Trip, siendo que con este último termina enamorándose.  Por otro lado, la preciosa T´Pol comienza a interesarse en los humanos, al punto que compromete en más de una ocasión su posición con sus jefes.  Su rol dentro de la nave es el de oficial científico, una clara alusión al muy popular Spock de la Serie Original.

Phlox: El doctor de la nave es un denobulano, una raza que nunca antes había salido en todo Star Trek, pero que a lo largo de esta serie logra sin dudas hacerse llamativa.  Atraído por los humanos, se ha unido al Enterprise ya que participa de un programa de intercambios médicos entre su pueblo y los colegas de la Tierra.  Amable y alegre, no solo viene a cumplir con otro de los grandes papeles dentro de la franquicia trekker, el del médico a bordo, sino que además le toca ser el oyente que escucha los problemas de los demás y aconseja con sabiduría.  Por ser el otro el otro extraterrestre de abordo, tiene una relación especial con T´Pol, pese a lo dispares que son.  Aunque en apariencia no tiene mayores diferencias con sus anfitriones, sí posee varios detalles orgánicos y culturales distintos a los terrícolas, que dejan clara su naturaleza alienígena. Después de la trinidad compuesta por el capitán, el ingeniero jefe y la oficial científica, es el siguiente personaje más desarrollado a lo largo de las 4 temporadas.

Malcom Reed: El Jefe de Seguridad del primer Enterprise no podía faltar como personaje principal de esta precuela, teniendo el siguiente desarrollo argumental luego de Phlox.  Este británico descendiente de una larga tradición familiar en la milicia, en un principio resulta ser alguien poco interesante debido a su actitud aparentemente demasiado seria y correcta, no obstante tras un aprieto en el que se ve envuelto junto a Trip, se descubre al público que en realidad se trata de alguien mucho más simpático de lo que demuestra en apariencia: mujeriego y amistoso.  Su aventura con el Jefe de Ingeniería luego convierte a ambos en amigos íntimos.  Siente en secreto atracción por la vulcana (algo que también le pasa a Archer).

Hoshi Sato: Lingüista con una increíble facilidad para descubrir los secretos de las lenguas más exóticas (entiéndase por extraterrestres), es solicitada personalmente por Archer para formar parte de sus filas antes de iniciar la primera misión, de modo de ayudarles a enfrentarse al contacto con cada nueva civilización.  En tiempos en los que el llamado Traductor Universal aún estaba en una fase de prueba, Hoshi se convierte en la pieza angular para que esta tecnología funcione.  De todos los miembros del Enterprise es quien menos experiencia tiene en viajes espaciales, en parte por no ser militar, lo que la lleva a ser en un principio reticente a la hora de seguir a bordo de la nave.  En general es un personaje muy interesante, lástima que no haya sido abordada mejor en los guiones, si bien cuando toma cierto protagonismo resulta satisfactorio (su mejor momento, lejos un hermoso episodio de la tercera temporada llamado Exilio).

Travis Mayweather: El miembro más joven de la tripulación, pese a su edad no es alguien inexperto, ya que fue criado en el carguero espacial de su familia, lo que le dio valiosos conocimientos que en más de una ocasión sacan de apuro al Enterprise; además es un destacado timonel, a quien Archer y los demás confían la seguridad de todos.  Sin embargo solo dos episodios tiene como protagonista (y ello solo en las dos primeras temporadas); en cambio en buena parte del resto, apenas destaca y a veces incluso ni sale en escena. Irónicamente solo en la última historia doble de la cuarta temporada (Demonios y Terra Prime), se le otorga un protagonismo que nos deje claro su potencial desperdiciado.   


                                 Intro de las temporadas 3 y 4, con la música de fondo arreglada
                                          y ahora el termino Star Trek arreglado al título.
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