Increíblemente en la novela más célebre
del detective creado por Sir Arthur Conan Doyle, El Sabueso de los Baskerville (también
traducida en nuestra lengua como El Perro de los Baskerville y El
Mastín de los Baskerville), Sherlock Holmes apenas aparece. Y es que durante gran parte de su desarrollo
Watson, el mejor amigo del investigador y narrador testigo de sus historias,
lleve la batuta de la acción en medio de una trama llena de intriga y misterios.
Más encima, estamos hablando de una obra a que se acerca a la literatura de
terror, otro estilo narrativo en el cual su autor se destacó, detalle no
insignificante.
Publicada entre 1901 y 1902 en entregas
por medio de una revista, corresponde a la tercera novela del ciclo, luego de Estudio
en Escarlata y El Signo de los Cuatro. En ella nos encontramos con una maldición que
pesa durante varios siglos sobre la familia de los Baskerville, que a varias
generaciones ha llevado (según cuenta la leyenda), a una muerte horrenda a sus
miembros. Es así que un enorme perro
negro de apariencia monstruosa y/o infernal, se les ha aparecido en campo
abierto a sus víctimas, trayéndoles mortales consecuencias. Cuando muere el más más anciano heredero de
la fortuna a consecuencia de la bestia, es contratado Holmes para descubrir la
verdad de todo esto, de modo de evitar que el siguiente en la línea de sucesión,
un joven hombre que recién viene integrándose a los laberintos de su rancia
alcurnia, tenga el mismo destino. Debido
a esto Watson es enviado por su amigo a proteger a su cliente, yéndose a pasar
una temporada en su nuevo hogar, hasta que el detective consiga descifrar los
misterios que pesan sobre la dinastía de su cliente. Por otro lado, el buen doctor llega a hacer
buenas migas con el reciente rico, poniendo su propio granito de arena a la
hora de resolver los enigmas del lugar.
Por lo tanto, el protagonismo pasa al médico, quien queda declarado como
un hombre valiente y como alguien con sus propios medios, para sobresalir entre
tanto sujeto extraordinario en las aventuras de esta saga.
Teniendo en cuenta el argumento de esta
obra, que durante buena parte de su extensión mantiene a todo el mundo en vilo
(personajes y lectores), acerca de la verdadera naturaleza del monstruo (sobre
si este es real o no y si tiene un origen sobrenatural), el talento de su autor
queda más claro que nunca, gracias a la ambientación que le otorga a la
ficción. Por un lado, tenemos que los
territorios en los que se encuentra la mansión a la que se ha ido a vivir el
juvenil Baskerville, no pueden ser más aterradores por sí mismos: Es así, que
la misma construcción se encuentra en un sitio apartado de la ciudad y sus
vecinos están lejos unos de otros, todo en medio de un paisaje de lo más
agreste, pese a que en la zona impera lo natural. De igual manera se encuentran una serie de
ruinas ancestrales, que más allá de su
atractivo turístico y/o cultural, acentúan la atmósfera siniestra e insana de
todo.
“Cuanto más tiempo se pasa aquí, más
profundamente se mete en el alma el espíritu del páramo, su inmensidad y
también su terrible encanto. Tan pronto como se penetra en él, queda atrás toda
huella de la Inglaterra moderna y, en cambio, se advierte por doquier la
presencia de los hogares y de las obras del hombre prehistórico. Se vaya por
donde se vaya, siempre aparecen las casas de esas gentes olvidadas, con sus tumbas
y con los enormes monolitos que, al parecer, señalaban el emplazamiento de sus
templos. Cuando se contemplan sus refugios de piedra gris sobre un fondo de
laderas agrestes, se deja a la espalda la época actual y si viéramos a un
peludo ser humano cubierto con pieles de animales salir a gatas por una puerta
que es como la boca de una madriguera y colocar una flecha con punta de
pedernal en la cuerda de su arco, pensaríamos que su presencia en este sitio
está mucho más justificada que la nuestra. Lo más extraño es que vivieran
tantos en lo que siempre ha debido de ser una tierra muy poco fértil.”
Luego tenemos una serie de personajes
secundarios propios de este título y quienes sin dudas que están caracterizados
de manera tal, que no solo parecen sospechosos, sino que son descritos como
sujetos cuyos secretos y conductas que acentúan la duda en ellos. Dentro de estos encontramos a:
Jack Stapleton: Uno de los
vecinos más cercanos de los Baskerville, quien es un naturista que vive junto a
su hermana, a la que recela demasiado.
La afabilidad con el resto se nota a lo lejos como algo falso, pues en
realidad este no es alguien de fiar.
Beryl Stapleton:
La
hermana del anterior, corresponde a un estereotipo y rol femenino que tanto
forma parte de la sociedad victoriana en la que fue escrita esta obra, como a
uno que se repite en esta novela: el de la mujer que se ve obligada a depender
del patriarcado y que por ello no es libre, pese a que su espíritu es el de
alguien que desea ser autónomo. En
secreto inicia un romance con el joven Sir Henry Baskerville.
John y Eliza
Barrymore: Matrimonio
que lleva años sirviendo a la familia de los Baskerville, quienes actúan con
humildad para recibir y atender a su nuevo empleador. La mujer llora en las noches, lo que
despierta la preocupación acerca de cuál es la razón de todo ello; asimismo el
marido tiene ciertos comportamientos, que despiertan interrogantes acerca de su
misma virtud.
Laura Lyons: Mujer de origen
acomodado que lamentablemente cayó en desgracia por tener un padre
desnaturalizado y, por otro, debido a un matrimonio que contrajo con otro
hombre, tanto a más desalmado como su progenitor. Es pieza clave en todo el misterio que hay en
torno a la muerte del viejo Baskerville.
Su triste situación judicial y familiar, es un muy buen ejemplo a la
hora de representar bien lo que ya se afirmó más arriba, respecto a la posición
de muchas mujeres de “sociedad”, que pese a todo no eran libres en una
comunidad que se jactaba de moderna.
Selden: Criminal
violento con un prontuario bastante grande a cuestas, quien se ha escapado de
prisión y anda suelto por la misma zona en la que transcurre buena parte de la
historia. Su presencia se constituye en otra preocupación para el resto de los
personajes. En un determinado momento de
la novela, se revela su relación con uno de los ya mencionados.
En el libro aparece un viejo conocido de
las aventuras de Sherlock Holmes, el inspector Lestrade, quien hacia el final sale
en escena y deja clara la amistad que hay entre ambos, pese a que anteriormente
fueron rivales. Cabe mencionar cómo
este ejemplo acerca de la evolución de la relación entre estos dos, siendo que
el segundo veía antes al otro con malos ojos, como un competidor y hasta cierto
punto movido por la envidia ante los más eficaces logros de Holmes (siendo que
más encima este era solo un “aficionado”, a la hora de resolver crímenes y no
un profesional como él), evidencia un tema fundamental en la obra de Conan
Doyle dentro de sus trabajos para el famoso detective: la férrea amistad entre
varones, más encima entre sujetos tan distintos en muchos aspectos y que tiene
su mayor ejemplo en la fraternidad entre Holmes y Watson. Asimismo que el policía y el detective hayan
conseguido superar sus originales desavenencias, no es un detalle menor a la
hora de evaluar la importancia que se le da en estas narraciones, a un tópico
que tanto ha sido abordado entre los clásicos literarios. Por otro lado, regresando al buen doctor
Watson, no deja de ser admirable su lealtad hacia su compañero, este otro lejos
mucho más inteligente que él y quien en ocasiones incluso llega a ser demasiado
condescendiente con el médico, ante cierta inocencia suya, lo que en otros
podría provocar malestar. Por ende, ya
sea en esta amistad viril u otras de las que aparecen en esta novela, queda de
manifiesto la complementariedad que llega a darse entre sus partes (igual no
deja de llamar la atención, quizás como una falta a la verosimilitud de la
ficción, que Watson en ningún momento duda en dejar de lado sus obligaciones
médicas, para acceder a la solicitud de Holmes de irse un tiempo junto al
baronet Baskerville).
Por
supuesto que no se puede olvidar la presencia misma del sabueso, el que es
descrito de manera más bien sugerente, que de manera detallada. Esto, puesto que el tema del misterio, de una
leyenda que impregna buena parte del argumento de esta obra, hace que la propia
criatura no aparezca tanto como se esperaría.
Y es que ningún momento hay que olvidar, de que no se trata de una
ficción en la que lo sobrenatural es un tema relevante (por mucho que el autor
también haya sido un maestro al respecto), sino que la figura de este ser viene
a ser una manifestación más del misterio, que a una mente privilegiada como la
de Holmes pone a prueba ¿Cuál es la verdad? En este texto sobresale debido a la
maldición de los Baskerville y varios de los personajes ya mencionados, la
noción de que nada es lo que aparenta a primera vista y no solo estamos
refiriéndonos a las consecuencias de actos despreciables, propios de gente sin
escrúpulos, sino que hasta las personas más nobles están obligadas a mentir por
razones superiores. De este modo, el
mismo sabueso es otra manifestación de aquello que está oculto a los ojos de
los demás y que solo la perseverancia y astucia de alguien como Sherlock puede
llegar a descubrir en su naturaleza más íntima.
“Era un sabueso, un enorme sabueso,
negro como un tizón, pero distinto a cualquiera que hayan visto nunca ojos
humanos. De la boca abierta le brotaban llamas, los ojos parecían carbones
encendidos y un resplandor intermitente le iluminaba el hocico, el pelaje del
lomo y el cuello. Ni en la pesadilla más delirante de un cerebro enloquecido
podría haber tomado forma algo más feroz, más horroroso, más infernal que la
oscura forma y la cara cruel que se precipitó sobre nosotros desde el muro de
niebla.”
Teniendo en cuenta lo expuesto en el
párrafo de más arriba, no se puede dejar de lado la exposición que hace esta
obra acerca de la existencia del mal, no como algo de tipo sobrenatural, sino
que como una dimensión netamente humana y que, lamentablemente, resulta ser
inherente a nuestra especie. Pues no se
debe olvidar que el origen en sí del monstruoso can, tiene que ver justamente
con la figura de un antepasado famoso por su ruindad y que por lo tanto corresponde
al llamado “castigo divino o superior” por las atrocidades humanas. Sin embargo, no se puede olvidar que teniendo en cuenta las distintas bajezas que
se mencionan en las páginas de esta novela, cometidas por más de una persona (de
todo tipo de violencia), sin dudas que estamos frente a un libro con un fuerte
sentido moral: pues no quepa duda en su desarrollo que mientras las malas
acciones tienen su consecuencia punitiva, hacia el final también se presenta en
esta obra (otra mirada a la lucha entre el bien y el mal), que las buenas
acciones tampoco dejan de tener su justo merecido.
Novela regular, inevitablemente mal envejecida en sus códigos del enigma y el terror. Aquellos miedos ya no hacen parte de los temores del siglo XX ni XXI. Claramente causaba pavor en las mentes ingenuas del pasado.
ResponderEliminarEste caso de Holmes hubiera podido ser más explosivo a manera de cuento. Las narraciones cortas de Conan Doyle, asombrosamente, no pierden vigencia, quizás porque siguen desafiando el sentido del enigma y la deducción. Son rompecabezas exquisitos e imperecederos. Esta novela, en cambio, se mueve en terrenos de un género que ha evolucionado mucho con el tiempo y se siente, no solo ingenua, sino añeja, un tanto inflada y que deja relegado en buena parte el oficio detectivesco de Holmes, todos sus trucos y devaneos. El signo más atrayente del detective aquí no ocupa más que un pequeño porcentaje. Es una lástima, pero a veces hay obras que perduran en el tiempo por su improtancia mas no por su vigencia.
Un saludo, Elwin.
-Mauro Vargas.
Fíjate que me leí esta novela como una obra de suspenso, de "detectives" y como un clásico de un personaje que me gusta mucho, así que al no verlo como una historia de terror no me decepcionó. Creo que la adaptación que hicieron para la serie "Sherlock" es muy buena. En mi caso, las historias de Holmes, que igual no he llegado a la mitad de ellas, me entretienen mucho.
EliminarQue tal Elwin, me hiciste recordar mi adolescencia, en la que leí buena parte de las aventuras de Holmes. Concuerdo con ambos, como novela de horror, ha perdido muchos enteros, como una aventura más de Holmes, sigue siendo de provecho, aunque leí otras aventuras que me gustaron más. Las dos series televisivas más conocidas de este personaje, Sherlock y Elementary hicieron a su manera reinterpretaciones de esta historia. La británica se fue más por el lado del horror, y la gringa, por la parte detectivesca, las dos son entretenidas, aunque en lo particular me gustó más la versión que da Sherlock.
ResponderEliminarSaludos y muchas gracias por tu reseña.
Yo hace rato que tengo pendiente ver "Sherlock" y creo que sería buen momento de hacerlo. Igual debo leer más de lo hecho por Conan Doyle para tan destacado personaje. Gracias una vez más por darle tiempo a mi blog.
EliminarSaludos Elwin, aquí murinus2009.
ResponderEliminarRecuerdo que hace unos 30 años, o mas, pasaron durante unas llamadas, matinés de vacaciones; El sabueso de los Baskerville, quizá sea la adaptación con Cushing y Lee que mencionas, comencé a verla y...
Me pareció aburrida y decepcionante, creo que en algún punto sale un gran perro, un Gran Danes o así de imponente, pero después, no pasa nada, los pesonajes hablan y hablan, así que deje de verla.
Ese fue mi primer acercamiento a este personaje de, Doyle.
A la fecha sigo sin leer las aventuras de este detective, el mas famoso del Mundo (¿o ese sera Batman) mi acercamiento al personaje ha sido con la cinta de, Guy Richie, de hace unos años y algunos capítulos de, Elementary, creo, donde Watson es una chica.
Esta Reseña tuya Elwin es, hasta el momento, lo mas completo que se de esta Obra de Doyle, de quien tengo pendiente leer...Todo.
De nueva cuenta, Elwin, me acercas a la Literatura Universal de una manera muy entretenida, como nadie lo había hecho hasta la fecha.
Saludos a @Cidroq, quien menciona otra adaptación de Holmes; Sherlock, que tampoco he visto, pese a que, esa si, la pasaron en tv. abierta en Cd. de México.
Gracias Elwin y hasta pronto.
Leer a los clásicos y más todavía cuando son tan entretenidos como estas historias, bien vale la pena. Holmes da para mucho y hay autores que han escrito otras aventuras suyas junto a Watson y hasta con Lestrade de protagonista (incluso Stephen King hizo un cuento sobre ambos).
EliminarEn materia de adaptaciones audiovisuales, salvo la primera peli de Guy Ritchie nada más he visto. Mi sobrinito Amílcar ve una serie animada en clave de ciencia ficción futurista sobre Holmes.
Tengo el libro en mis manos. Es de la editorial altaya de la colección biblioteca de aventuras y misterios; serie n° 9. Tiene ilustraciones aunque la traduccion es castellano de España. Buen articulo.
ResponderEliminarHace tiempo que no tenía el gusto de saber de ti. ¿Y te has leído tan maravillosa edición? Me alegra que te haya gustado este post.
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