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miércoles, 12 de marzo de 2025

POST N° 1100: Cómo contar una buena historia de manera libre y sin dejar de ser respetuoso al material original

1. El cuento
 
    Un cuento clásico de Stephen King, de su primera etapa escribiendo terror "duro", viene a ser El Mono.  Pertenece a su segunda colección de relatos, bajo el título de Skeleton Crew y la cual en español nunca ha salido en un solo tomo como corresponde; sino que fue dividida en tres volúmenes y sin mencionar que forman parte de una misma antología (prescindiendo, más encima, de dos relatos que solo agregaron a su edición en español décadas después).  En nuestra lengua acompaña el recopilatorio titulado La Niebla, llamado así por la famosa novelette del Tío Steve y que aparece como historia principal del libro en cuestión.
    Se trata de una narración de horror sobrenatural acerca de un hombre, padre de familia, acosado por la presencia de un juguete maldito.  La historia abarca sus recuerdos de pequeño, marcados por la desgracia, debido a la muerte de sus seres queridos y en las que intervino el mono que titula esta obra.  Corresponde este último a esa clásica figurita a cuerda, pequeña y en la cual el simio lleva un par de platillos, los que toca cada vez que lo hacen funcionar.  Pese a que creía haberse deshecho de este objeto, décadas después vuelve a encontrarse con él y ahora posee mayores razones para acabar con su amenaza; pues cada vez que el mono hace sonar sus discos, alguien de su cercanía fallece en circunstancias atroces y no está dispuesto en perder a su propia familia que tanto le ha costado mantener unida.
    En las historias de horror el tema del juguete maldito es un interesante leiv motiv, por lo general relativo a muñecas, tópico que el autor reinventó de manera ingeniosa y muy verosímil.


2. Características y temas
 
    A diferencia de los textos de King de este periodo, entre sus novelas y relatos, El Mono no es una obra sangrienta y tampoco hace uso de lo escatológico para provocar espanto.  No obstante, es una pieza muy efectiva desde el punto emocional, ya que se centra en dos aspectos centrales dentro de la literatura de terror, que provocan inquietud en la vida real y como consecuencia consiguen que el lector sintonice con su argumento: Los miedos infantiles y la culpa.
    En el primer lugar nos encontramos con el pavor provocado por un objeto inanimado (en este caso, el juguete que le da su nombre al cuento), el cual posee una naturaleza demoniaca y causa claro rechazo en el protagonista.  Ahora bien, muchas personas han pasado por situaciones similares, claro, no con verdaderas entidades sobrenaturales, pero sí otorgando desde su inocencia infantil o ignorancia a un objeto, animal o incluso persona rasgos malignos superiores a su real condición normal.  Se trata de miedos que algunos superan con el tiempo y otros los vuelven verdaderas fobias que arrastran hasta su adultez.  Los recuerdos muchas veces se confunden con la imaginación y al traerlos al presente, vienen cargados de imágenes horrorosas; claro que, en el caso de El Mono, desde el punto de vista de la ficción, el mal sí existe.
    Luego tenemos algo muy caro a la narrativa propia de autores cristianos (recordemos que Stephen King fue criado por la fe metodista y la religión hasta hoy en día forma parte de su literatura), correspondiente al peso moral que cae, primero sobre un menor de edad y luego sobre un adulto, con la idea de que se es culpable/responsable de lo que está pasando.  La angustia que provoca todo esto en el personaje principal, lo humaniza bastante, más cuando la narración va desarrollando su cronología a través de los saltos temporales, que lo vuelven alguien tangible/creíble y que ha crecido hasta volverse el hombre adulto que llegamos a conocer.  Más encima, estamos hablando de un sujeto común y corriente, un personaje típico de King, un antihéroe obligado a dar lo mejor de sí para superar sus pruebas y ello significa mucho (como superar sus propios miedos y ser la mejor versión de sí mismo, pese a que nunca su propósito original fue sobresalir).
   El antihéroe se siente culpable, en primera instancia y siendo niño, porque considera que las muertes provocadas por el mono, de alguna manera tienen que ver con su persona y por eso mismo es quien toma la decisión de deshacerse de este; terrible todo esto para un chico, cuyas únicas preocupaciones deberían ser sus deberes escolares.  Ya más grande, su vida como esposo y figura paterna está en crisis y sabe que solo él puede revertir la situación (este es un problema real, algo que cualquiera de nosotros podría pasar); y entonces vuelve el Mono para empeorar las cosas, así que como no fue capaz de desenvolverse de él, ahora más que nunca debe cumplir con su obligación.
    Otro tema valioso dentro de este gran relato corresponde al sentido de la familia y al amor que sentimos por ella.  Tenemos sentido de pertenencia hacia estos seres queridos, quienes nos protegen y les estamos agradecidos; por lo mismo el protagonista desea salvarlos del Mono.  Asimismo, vemos acá la existencia de unos tíos cariñosos, que acogen a los dos hermanos cuando quedan huérfanos; estos mismos dos se llevan bastante bien y son todo un ejemplo de fraternidad consanguínea.  Luego de adulto, están los conflictos con su hijo mayor, los que enfrenta de manera muy valiente y hasta dulce; con posterioridad tenemos su comunicación con su hijo menor, fundamental para el espectacular final de la narración.  En pocas palabras, apreciamos en este cuento cómo el amor en la familia y dicha institución pueden ser los motores que nos llevan a acercarnos a la heroicidad.
    Por último, el Tío Steve juega con un tópico de la literatura de terror, que ya en más de una ocasión ha usado con muy buenos resultados: El misterio acerca del origen del mal... Y es que si bien algo sabremos de cómo llegó el Mono a la casa del protagonista, aparte de eso ignoramos por completo su naturaleza y de cómo adquirió sus poderes.  La verdad es que, creo, que esto no importa cuando el hálito de misterio y la certeza de estar frente a un gran peligro, nos tienen por completo agarrados desde el principio.

¡Muy asustado y feliz luego de haber visto la película!

3. La película
 
   Desde que leí el cuento por primera vez en mi adolescencia, poco después de cumplir los 17 (ya que me regalaron el libro para mi cumpleaños y eso fue en 1992), fantaseé con la idea de que lo adaptaran al formato audiovisual.  Pensaba que era más factible que lo hicieran en formato de capítulo para alguna serie antológica (tipo La Dimensión Desconocida), pero tuvieron que pasar décadas para que ello fuera posible y eso acabó siendo una película.
   Estrenada hace unas pocas semanas, corresponde a una cinta dirigida por Osgood Perkins, quien también hizo el guión.  Cabe mencionar que el mentado realizador no solo es hijo del llorado Antony Perkins (actor que hizo de Norman Bates en los filmes originales de Psicosis), sino que fue quien estuvo detrás de Longlegs, uno de los largometrajes de horror sobrenatural más considerados del año pasado; así que teniendo en cuenta ambos antecedentes, su ascendencia y que esta es su segunda pieza del género en dos años consecutivos, queda claro su predisposición hacia el horror y bien podríamos esperar próximas producciones de su parte y de buena calidad, más encima.
    Osgood no solo escribió el guión, sino que también se dio el gusto de interpretar un personaje (aunque de breve participación).  Su libreto demuestra respeto hacia el material original, tomando los elementos más importantes del cuento (como la narración ambientada en el pasado y el presente, infancia y adultez del protagonista, la culpa- que acá toma mayor peso en el guión-, sentido de familia, el origen incierto del Mono, entre otros).  No obstante, estamos frente a una adaptación bastante libre del relato original, ya que cambia y agrega muchas cosas.  Entre lo recién mencionado, encontramos un cargado (o recargado) humor negro y el que va muy de la mano con sus escenas bastante gores (muertes muy gráficas y "artísticas").  También nos muestra una familia mucho más disfuncional que la del texto original, drama que comienza desde la infancia del antihéroe (la crueldad de su hermano es atroz, pese a las risas que provocó en más de alguien del público), y a ello se le suma el bullying que sufre en el colegio (gracioso para algunos, atroz para otros).  Además, el personaje principal es un sujeto solitario, alguien infeliz en su adultez, una persona carente de lazos afectivos (no así el Hal del cuento).
    En lo que se refiere a las actuaciones, son de primera y como actor principal, haciendo del angustiado Hal, tenemos a un muy guapo Theo James. Debe saberse que al anterior le tocó hacer dos papeles, pues se desenvuelve tanto del protagonista adulto, como de su enfermizo hermano Bill.  En verdad parece que fuesen dos personas distintas, tal como en su momento encarnó Timothy Hutton a Tad Beaumont y a George Stark, en una mucho más estupenda La Mitad Siniestra de George Romero, sobre la novela homónima de Stephen King; por otro lado, el niño Christian Convery hace de los mismos roles en la primera parte y también nos engaña haciéndonos creer que son dos histriones diferentes.  Como la madre de los chicos, en lo que corresponde al pasado del protagonista, tenemos a Tatiana Malasny; su nombre y cara me parecían conocidos y me sorprendió enterarme que era la misma actriz de She-Hulk.  Un actor consagrado ya hace rato, para quien los años no pasan (se ve estupendo) tiene acá un pequeño y gracioso papel; les estoy hablando de Elijah Wood, quien es otro artista que mantiene predilección por el terror y los subgéneros ñoños (lo recordamos con mucho cariño en su papel de Frodo Bolsón en las versiones de Peter Jackson sobre El Señor de los Anillos y El Hobbit).
   Un dato que solo quienes leímos el cuento nos dimos cuenta y llamó la atención: Disney, por completo una empresa fagocitadora, se hizo con los derechos del clásico monito de juguete y que solo usó en una de sus películas de Toy Story.  Increíble, aunque cierto, un juguete de factura antigua "le pertenece" a esa empresa, en lo que concierne a su imagen para producciones de otras personas.  Debido a lo anterior, los realizadores de esta película, para no pagar esos derechos injustos cambiaron el aspecto del mono; esto quizás fue para mejor, ya que lo hicieron más amenazante, al darle mayor tamaño, otorgarle unas encías de tipo sangriento y otros detalles que me guardaré.
    Terminando ya, alguien como James Wan está detrás de esta joyita, haciendo de productor.  Recordemos que este es un tremendo cineasta, que nos ha dado grandes perlas del terror, como el inicio de las sagas de Saw, El Conjuro y las dos películas de Aquaman.  Así que estaba garantizado el alto compromiso con los espectadores, amantes como él, de las historias de miedo... Y una cosa más: Estoy seguro le harán una secuela a esta obra, solo espero que sea pronto y les salga igualmente buena.

                                                                               Tráiler

miércoles, 1 de enero de 2025

Un año más


     Se fue el 2024 más rápido de lo que me esperaba y ya estamos en el primer día de este 2025, que ahora mismo aprovecho de darle un rápido repaso a lo que fue la ultima temporada para este blog.  Esta vez solo publiqué 59 entradas (una lástima no haberlo redondeado en 60, que habría quedado un número bonito), que tiempo me faltó y ganas también; pero pese a todo seguí con este proyecto que ya lleva harto en mi vida, compartiendo con otros las impresiones que me provocan aquellas obras que leo y veo, pues me encanta expresar cuánto disfruto con estas, así como recordando aquello que me es significativo, muchas veces pasajes de mi pasado.  Varias veces me dicen que cambie al formato audiovisual, no obstante, eso no es lo mío, que no me manejo tanto en tecnología y me pongo nervioso frente a la cámara.
   ¿Qué hice el año pasado en el Cubil del Cíclope? Pues revisé nada menos que 17 libros en total, muchos más que en épocas anteriores.  Algunas fueron relecturas muy queridas por mí, que no hay cómo reencontrarse con autores, personajes e historias que uno (apenas) recordaba con aprecio y esta vez sacarle más provecho que otrora; algunos de estos textos los releí por tema de mi labor como profesor (como los dos primeros tomos de Memorias del Águila y del Jaguar de Isabel Allende y Crónicas Marcianas de Ray Bradbury) y otros por placer puro y para cumplir con mi único reto literario de 2024, consistente en dedicarme a trilogías (los dos primeros tomos de El Señor de los Anillos de Tolkien). 
    No puedo dejar de nombrar a George R. R. Martin, que dedicarle tiempo de una vez a Fuego y Sangre, fue a su vez un reencuentro con el fabuloso mundo de Westeros.  Mucho gocé de esa obra, aunque sigo picado con su autor, porque nos tiene más de un decenio esperando la sexta parte de Canción de Hielo y Fuego.
     También leí a mi escritor favorito harto (Stephen King, obvio), con un total de 4 libros que me hicieron muy feliz.  En vacaciones de verano le dediqué tiempo a su novelette El Ciclo del Hombre Lobo, que la tenía pendiente desde mi adolescencia; fue algo hermoso, ya que me sentí como viajando a mi pasado, cuando entusiasmado me iniciaba en su literatura (y ese librito me evadió durante aquella época primigenia mía y por más tiempo, pues estaba discontinuado en español); igualmente pude saborear en el periodo estival El Instituto, una grata sorpresa, pues no le tenía muchas ganas.  Ya en el segundo semestre, fui demasiado feliz con Holly, una novela que esperé con muchas ganas, pues se trataba del regreso de uno de mis personajes favoritos del Tío Steve: La detective Holly Gibney.  Fue un regalo de cumpleaños de mis amigos Lemar, que se los agradezco de corazón.   Por último, me pude comprar en una preciosa edición en tapa dura y con sobrecubierta reversible Si te gusta la Oscuridad, la última colección de cuentos y novelas cortas de Stephen King... En verdad la pasé muy bien con todas estas lecturas.
    Por igual gocé bastante mi reencuentro con Clive Barker, otro autor de terror que me gusta demasiado desde los años noventa y a quien no tenía el placer de disfrutar desde hace años, ya que no es muy traducido al español (y dos de sus novelas, a las que les tengo muchas ganas, que sacaron en su momento a la lengua de Cervantes, están desaparecidas desde hace rato por estos lares).  Poder gozar los tres únicos libros de Abarat existentes, saga que tiene inconclusa hace más de una década (tal como el desgraciado de Martin) es una verdadera lástima, que son piezas de fantasía oscura de imaginación desbordante.
    Otra cosa que quiero destacar en el Cubil, durante el transcurso de 2024, es que regresó mi serie de posts de Así era en mis Tiempos, con dos nuevas entregas: Una acerca de los álbumes de láminas coleccionables y otra sobre las fotografías.  Fue muy emotivo traer al presente tales recuerdos.  Y ligado a lo anterior (a la memorabilia como le llamo), estrené nuevo ciclo de entradas, que ya lleva 3 entregas, llamado Lugares que nos hablan; lo que me llevó a iniciar este más nuevo proyecto, fue enterarme de que una queridísima tienda de cómics de mi juventud había cerrado; así que me propuse rescatar de los recuerdos ese lugar y otros que ya no existen, que fueron importantes en mi pasado.
    En materia de series, me despedí de Malcom (por ahora) y de The Big Bang Theory (ídem), amadas sitcoms que me demoré más de la cuenta en revisar de la cuenta.  Asimismo, me reencontré con Nip/Tuck, que la pasé estupendo con sus 100 capítulos y todavía gozo con mi reunión con el Doctor Who moderno (aún sigo en la séptima temporada).
     Por otro lado, me tocó despedirme de harta gente valiosa que nos dejó el año pasado y a algunos aún les debo su elegía.  De Akira Toriyama escribí hace rato, pero de Donald Sutherland, Maggie Smith, James Earl Jones y Antonio Skármeta me demoré un resto en dedicarles sus buenas palabras.
   Tuve lindos repasos con los justicieros de mi infancia y juventud como He-Man y los X-Men.
    Hay unos cuantos títulos que no mencionaré, que quien quiera indagar por su cuenta los busque y ojalá les sean de su agrado.
   Gracias a quienes se pasan por acá y más si me dejan algún comentario, que eso siempre me hace feliz.  A ver cómo será el 2025.

Celebrando el 2025, que espero de corazón sea por completo mucho mejor que el 2024


miércoles, 27 de noviembre de 2024

Adiós, gracias y hasta pronto


 
      El presente año que está por terminar, se ha llevado un montón de gente valiosa en lo que concierne al arte y aquellos ligados a mi propia historia personal.  Personas con las que crecí y a las que les debo no solo diversión, sino que me educaron en las materias a las que se dedicaron.  Creo que si uno es más sensible que otros a la dimensión estética y puede conmoverse tanto con un libro, una película, una serie o algún arreglo musical, es porque ha tenido, ha "conocido" grandes maestros y maestras, como las personas que a partir de ahora comenzaré a mencionar.  Tengo una deuda pendiente con toda esta gente y hoy quiero comenzar a hablarles al respecto.
    El 20 de junio a los 88 años nos dejó Donald Sutherland, un actor versátil como pocos, pues incursionó en diversos géneros (pantalla grande y chica) con facilidad, siempre convenciéndonos en sus numerosos papeles, todos ellos muy distintos entre sí.   A mis 49 años me he visto un montón de esos títulos, aunque apenas los recuerdo; sin embargo, hay unos cuantos de ellos que me son significativos y de ellos les quiero hablar, que por algo los puedo rememorar sin problemas.
      The Body Snatchers (1978), es conocida en español como La Invasión de los Usurpadores de Cuerpos y corresponde a la segunda adaptación cinematográfica de la homónima novela de ciencia ficción terrorífica.  Su argumento es una seria metáfora del miedo gringo hacia el comunismo (supuestamente todos sus ciudadanos iguales) y una defensa hacia el libre albedrío, como también de nuestras propias emociones.  En ella, un todavía joven Donald es un hombre que descubre la suplantación de la gente por copias vegetales, puesto que una raza extraterrestre ha invadido nuestro planeta y realiza su plan de la manera más encubierta.  La última escena, en la cual vemos sl héroe interpretado por Sutherland, es una de las más famosas del cine de horror, un verdadero golpe duro para los que esperan finales felices.      
     Sin dudas que mi papel favorito del histrión que hoy, por fin, despido, viene a ser el que hizo para la tetralogía de The Hunger Games (Los Juegos del Hambre).  En ella interpreta al desalmado presidente Snow, el dictador de Panem, un país que surgió de lo que antiguamente era Estados Unidos.  Donald hizo un trabajo de antología, dándonos al personaje más odioso de toda la serie (llena de sujetos retorcidos), elegante y manipulador.  Cada aparición suya la disfruté bastante.


                                               Donald en Invasion of the Body Snatchers


    Mucho antes de la recién mencionada saga distópica, volvió a la tele con la segunda adaptación del famoso libro de Stephen King Salems' Lot, una novela fascinante sobre vampiros.  Esta vez también le tocó hacer de uno de los villanos, de Richard Straker, el servidor humano del chupasangre Barlow.   La producción corresponde, tal como la famosa versión setentera a cargo de Tobe Hooper, a una miniserie.  Digna representación del texto literario original hizo inteligentemente sus propios aportes a la historia, sin ser un calco de la adaptación anterior.  Este título bien puede ser un antecedente del Snow fílmico, ya que aca tenemos a otro sujeto retorcido, falto de empatía y a quien el artista personificó con finura, como hombre maduro de gran labia, que no duda en sacrificar niños para cumplir sus objetivos.  Con grandes actores (muchos de ellos estrellas indudables como Rutger Hauer, James Cromwell y Rob Love) y una preciosa banda sonora, lamentablemente poca gente recuerda/conoce esta joyita y solo la versión de Hooper ha trascendido; bien se merece ser redescubierta y más si se trata de evidenciar el talento de quien hoy homenajeamos (así como de igual manera la película estrenada este año en Max, la tercera traslación a la pantalla de Salem's Lot, requiere una mirada desprejuiciada y que aprecie sus propios valores estéticos).
    Y es cuando, de una vez, llegamos a El Teléfono del Señor Harrigan, una de esas grandes pelis originales que nos regala Netflix.  Estrenada en 2022, dentro de la parrilla programática del poderoso streaming, corresponde a la versión cinematográfica de la novela corta homónima de Stephen King.  Es así que, teniendo de coprotagonista al veterano actor, lo convirtió en otro de los artistas que se repitieron el plato, con una adaptación audiovisual de alguna otra obra del llamado Rey del Terror.  Cabe mencionar que la historia germinal, corresponde a un texto reciente del Tío Steve, no con muchas dosis de horror, aunque sí potente y muy emotiva (si bien enmarcada dentro de terreno de temática sobrenatural).  En dicha pieza, un ya bastante anciano Donald, aunque brillante como siempre, hace de un millonario que, en sus últimos días, deja una vida de soledad, haciéndose amigo de un muchacho; la fraternidad de ambos tomará un rumbo especial, cuando el primero fallezca.
   A diferencia de los otros personajes que he mencionado, en especial los villanos, el señor Harrigan es alguien que evoluciona con el transcurso del argumento (y eso en pocos minutos, que la cinta tampoco es extensa), lo que Sutherland lo hace de manera más que convincente y dándonos una caracterización con una tremenda humanidad.  Significativo resulta ser que este haya sido casi su último papel, si consideramos que el personaje muere en la película y deja a su coprotagonista recuerdos imborrables del tiempo juntos; lo mismo que ha sucedido con nosotros en la vida real.
    Por cierto... Donald nos legó también a su hijo, Kiefer Sutherland, otra maravilla de actor (y muy guapo, por cierto), pero esa es otra historia.

 

                                                              Mix del presidente Snow

martes, 5 de noviembre de 2024

Feliz escribiendo, dichosos leyendo (II)


 
7. La Pantalla Roja
 
    Un detective tiene problemas con su esposa, quien lo critica por las cosas más insignificantes.  Un día le toca atender el caso de un asesino que ha matado fríamente a su mujer.  En el proceso, ya a solas, el homicida le cuenta por qué razón cometió su acto; siendo que los motivos que le da le recuerdan mucho a lo que le pasa con su propia señora.
    Con elementos de ciencia ficción, el lector podría esperar que la narración tomara cierto rumbo, sin embargo, su autor remata la historia muy pronto (este es el texto más corto en lo que vamos del libro) y eso puede dejarnos con gusto a poco, por primera vez desde que tomamos Si te gusta la Oscuridad en nuestras manos.
    Interesante cómo el texto aborda, además, el tema de los roles de género, aunque desde dominación femenina de una mujer a un hombre; este último una figura de autoridad, un macho alfa, que en casa sufre la violencia verbal y psicológica de su esposa; sin olvidar que esta historia misma comienza con un femicidio.
 
8. Experto en turbulencias
 
    Poseo la antología en la cual apareció por primera vez este cuento, la cual se llama Por los Aires.  Fue editada por el propio King y su amigo Bev Vincent; no obstante, aún tengo el libro sellado.  Tal como sugiere su nombre, son historias (clásicas y modernas) sobre ficciones aterradoras relacionadas con aviones... ¡Pero por fin pude leer esta narración y me gustó!
     Un hombre trabaja para una extraña corporación, que lo hace viajar en aviones constantemente; lleva años en su trabajo, pero apenas sabe de sus empleadores, quienes le pagan muy bien.  Sabremos en qué consiste lo que hace solo recién hacia el final y de ese modo tenemos de nuevo evidencias de estar frente a un Maestro del Terror, con una capacidad de convencimiento tal, que bien logra hacer de las premisas más absurdas o raras, algo verosímil o por lo menos que obviemos ciertos detalles demasiado extravagantes; porque sí sabe cómo seducirnos con sus palabras.
    Por cierto, dicen que no hay que demonizar el miedo, puesto que este es nuestra señal de alerta para evitar el peligro o cualquier manifestación que atente contra nuestra vida; por lo tanto, el presente cuento trata de eso y de ese modo al hablarnos de ello, ya no es tan ridícula la idea que nos plantea.
   Por último, se repite acá otro tema que le fascina: Los poderes de la mente y/o sobrenaturales, aunque mejor lo descubran ustedes por sí mismo como sucede esta vez.
 
9. Laurie
 
    Este es el cuento tan hermosamente representado por la portada principal de la edición que yo poseo (ya les hablaré sobre ella).
    Un hombre en los sesenta ha sufrido hace poco el fallecimiento de su esposa.  Como vivieron juntos por décadas y nunca tuvieron hijos, este se siente solo y sin mayor sentido para su existencia.  Su cariñosa, aunque mandona, hermana mayor ve con alerta las señales que lo podrían llevar a la muerte si sigue así; razón por la cual decide regalarle una perrita.  A regañadientes la acepta, si bien no sabe que su nueva mascota le cambiará la vida.
     A lo largo de esta colección nos hemos encontrado varios personajes de la llamada "tercera edad", muchos de ellos protagonistas de sus historias (recordemos que el mismo King tiene 77) y he aquí que el presente cuento no se aleja de tal tendencia.  Y es que el presente relato, por completo realista, pese a su propio agregado kingniano (bastante inesperado y muy bien narrado), es una pieza acerca de lo que significa envejecer con dignidad, sin perder las ganas de vivir; la respuesta estaría en la compañía y el amor (no somos islas), tal como queda detallado en este cuento; que resulta intrigante pensar hacia dónde nos llevará, hasta que termina de forma inesperada (no sé si de manea redonda, que por mi parte me esperaba más giros extraordinarios).
    Me gustó la relación del protagonista con su parienta, el humor y, como no, el citado elemento kingniano; pero quedé con gusto a poco.


10.  Serpientes de Cascabel
 
    Otra novela corta que forma parte de esta colección (desde mi punto de vista sería la segunda, que esta posee más de un centenar de páginas y el resto son cuentos largos, razón por la cual no creo den para llamarles novelettes ¿Cierto?) ... Y, por cierto, por fin conocí el sentido de la otra portada de la edición que poseo, me refiero a la que está por el otro lado, ya que la versión exclusiva que tengo de Si te gusta la Oscuridad, viene con dicha novedad (se da vuelta y usa la portada que a uno más le gusta); no obstante, no me gustó el arte que ilustra el texto que ahora les comentaré.
    Una de las novelas más duras del Stephen King de los primeros tiempos, de cuando escribía casi puro terror y bien sangriento, por cierto, es Cujo; esta se trata de un perro San Bernardo que contrae la rabia y comienza a matar gente de forma atroz.  Quiénes hemos tenido el gusto de leer tal obra o, al menos, de ver la estupenda adaptación cinematográfica, recordamos con cariño dicha obra... Pues en contra de lo inesperado, el Tío Steve recuperó a uno de sus personajes (un secundario, creo, que no lo recordaba) para contarnos ahora otra impactante narración, apareciendo ahora como anciano y protagonista. Ha pasado la misma cantidad de tiempo desde que se publicó dicho libro- uno de los más famosos de su autor- y con mayor razón al ambientarse esta nueva pieza: más de treinta años, de modo que Serpientes de Cascabel transcurre en 2020 ó 2021, si no me equivoco, justo al comienzo de la pandemia del Covid (me doy cuenta de que le gusta el tema a King, pues desde Holly ya lo ha abordado harto) ...
    El personaje principal tiene más de setenta (una clara proyección del propio King) y tal como el protagonista del relato anterior, acaba de sufrir la muerte de su esposa; en el caso de este viudo, para pasar el duelo se va una temporada a una lujosa casa prestada por un amigo, ubicada en las cercanías de una playa.  Allí conoce a un curioso personaje, una mujer de su edad que, por lo general, resulta de lo más agradable, salvo un detalle bien especial: siempre se le ve transportando dos sillas de playa, en las que lleva supuestamente a sus dos hijos gemelos, muertos hace más de treinta años en circunstancias muy duras.  Pese a esta "rareza", el hombre congenia de lo más bien con su vecina, incluso simula ver a los chicos, puesto que él mismo en su juventud pasó por algo similar; lo que no tiene idea, es que su buena voluntad lo llevará a tener una aterradora aventura, en la cual el mundo sobrenatural se manifestará de manera inolvidable.
    A medida que va desarrollándose la trama, el autor nos lleva de la mano por verdaderos senderos insospechados, que si bien nos cautiva desde el principio, no tenemos idea de para dónde iremos y esa es una de las grandes virtudes del presente texto: lo ingenioso de cómo sucederá todo (siendo sinceros: todo el libro está lleno de sorpresas como esta, ya que es un verdadero regalo para el "lector constante").
   Acá tenemos una historia de fantasmas, que recuerda mucho a esa joyita de 1980 que es The Changelling, aterradora cinta con George C. Scott (quien luego haría un papel maravilloso como villano en la adaptación de Firestarter, una novela del propio King); pues en ambos títulos tenemos a un hombre mayor que, acaba de perder a sus seres queridos, llega a una casa opulenta y allí debe vérselas con manifestaciones espirituales que pondrán a prueba su cordura (no digo más para no caer en el spoiler, pero si han visto el recomendable largometraje, entenderán más esta comparación).
    Serpientes de Cascabel también nos recuerda, como ya habrá quedado claro, a Laurie; porque, además, ambas tienen a reptiles involucrados, abordan el tema de cómo enfrentamos la pérdida de quienes amamos y, de paso, asumimos nuestra propia mortalidad (en especial en el ocaso de la existencia); por algo, esta segunda pieza viene inmediatamente después de la anterior.  Así que se trata de narraciones que son distintas caras de la misma moneda, una de tipo realista y la otra ya más en la senda de Tío Steve que echábamos de menos.
    Por cierto, la presente novela corta está relacionada, más o menos, con Duma Key, libro del mismo escritor que apenas recuerdo y, en parte, porque no fue muy de mi agrado.
 
11. Soñadores
 
    ¡Por fin un cuento de terror sobrenatural que nos recuerda al Stephen King que aprendimos a adorar de niños!
     Como todo un homenaje a Lovecraft (uno de tantos que le ha hecho el Tío Steve), con elementos de ciencia ficción, más encima, esta historia es la primera del presente volumen en estar ambientada en el pasado; específicamente en la década de los setenta, lo que es un gusto.
   Un joven ex combatiente de Vietnam intenta hacerse una nueva vida tras dejar la violencia de la guerra, por lo que acepta un trabajo como ayudante de un excéntrico investigador científico.  Su jefe está intentando realizar un descubrimiento de connotaciones reveladoras y revolucionarias; para eso trabaja con sujetos pagados, a quienes estimula de tal manera, que estos al soñar puedan acceder a un conocimiento de proporciones metafísicas.  Como era de esperar en ese tipo de historias, el experimento abre las puertas para que un horror ancestral llegue a este plano de la existencia.
    Siguiendo la senda de clásicos del horror cósmico como Los Perros de Tíndalos de Frank Belknap Long, este relato indaga en los límites de la realidad y el mundo onírico; compartiendo con el citado texto y hasta con un título capital como lo es Frankenstein, el tema de la responsabilidad científica.  Cabe mencionar, asimismo, que estas tres obras poseen un fuerte rasgo moralizante, advirtiéndonos que el conocimiento puro no es algo para simples mortales y que tal como lo advirtieron muchos mitos (Adán y Eva, Prometeo, etc.), obtenerlo sin permiso de los grandes poderes, trae para el infractor un castigo espantoso.
    Aunque no sea un cuento lo suficientemente gore para lo que esperaba (como es el King de otros títulos suyos, en especial en su "juventud"), quedé feliz con estas monstruosidades.
 
12. Hombre Respuesta
 
   Un recién salido de la universidad, promisorio abogado, se encuentra en una encrucijada ante su futuro; justo cuando decide evaluar de la mejor manera qué hará con su vida, se cruza por primera vez (de un total de tres ocasiones) con el Hombre Respuesta: Un sujeto increíble que, de manera gratuita, en un principio, luego por una módica suma, le responderá sus consultas.  El personaje, de lo más corriente en apariencia, le responde acertadamente aquello que nadie más podría saber y, luego, sus consultas sobre el futuro; solo el paso del tiempo le demostrará al protagonista, que todo lo que le dijo el adivino era cierto.  Los dos siguientes encuentros ocurren con diferencias de años, bien grandes entre sí, en momentos bastante significativos de su vida.
    Una historia muy emotiva, en la cual el elemento sobrenatural sirve para confirmar el valor de nuestras propias decisiones, por sobre los hechos que nos ocurren: Solo nos determina nuestra voluntad y la calidad del corazón que tenemos.
   El último encuentro con el Hombre Respuesta es memorable; las palabras de este hacia su interlocutor, por su compasión y su sabiduría, me recuerdan a personajes tan queridos como The Sandman.
 
IV. Hasta la próxima (ojalá)
 
    A diferencia de otras colecciones de Stephen King, sus palabras aclaratorias sobre las motivaciones de sus relatos van al final, pero tampoco ocupan muchas páginas; de hecho, solo menciona parte de la génesis de ni siquiera la mitad de los textos que comprenden este libro.  Sí nos explica el origen del título de esta selección, aunque en comparación con otros libros suyos con estas características, la oscuridad que hay en sus páginas es mucho más "clara".  Apenas hay terror en el presente tomo y eso casi podría haberme defraudado (como antes me pasó con su libro Después del Anochecer); no obstante, disfruté demasiado de esta obra y la recomiendo mucho.  Ya estoy sintiendo nostalgia de lo bien que la pasé con Si te gusta la Oscuridad.
    Gracias, Tío Steve, por todo y espero sigamos teniendo más textos tuyos como este, ojalá una nueva colección de narrativa breve.  Mientras tanto me quedan unos cinco libros suyos guardaditos y hay otro que me tienen guardado de regalo desde julio de este año por mi cumpleaños; así que tengo mi dosis kingniana asegurada para el año que viene.
    Solo una cosa más antes de despedirme... ¡No logro identificar el bello grabado de la tapa del libro! Se parece a la torre de agua de los Hermanos Warner, pero nada que ver con estas historias.  Hombre Respuesta, dime de qué se trata, por favor.
    Nota final: Poco después de escribir mis palabras de arriba, mi amigo Ricardo Ruíz, todo un experto en King- mucho más que yo, me dijo a qué relato correspondía dicho dibujo; no obstante, no les diré de qué va, pues el misterio vale la pena.

 

Ediciones de lujo gringas con ilustración en la tapa a elección (la que tengo yo posee la segunda)

viernes, 18 de octubre de 2024

Feliz escribiendo, dichosos leyendo (I)


I. Comencemos
 
    Actualmente Stephen King cuenta con 77 años (solo diferencia de meses con mi mamá) y sigue lúcido y activo como escritor. Supongo es (según dicen por ahí) como el buen vino: Mientras más viejo mejor.  Por lo que sé, sigue con su rutina de escribir diariamente varias horas, desde la mañana temprano y solo descansa el día completo los 4 de julio y en Navidad. Que siga publicando más de un libro al año, es ejemplo de ello y que siga escribiendo cuentos también, aparecidos en varias antologías y revistas.  De igual manera es prueba de lo anterior, que siga en su senda como escritor de nuevas historias.
     Y es que el buen Tío Steve ama lo que hace y a diferencia de otros bestesellers no le hace el quite al relato breve y a novela corta; por lo mismo, cada cierta cantidad de años reúne estos textos en un tomo y los publica para satisfacción nuestra.
     Como lo he dicho antes y lo repito otra vez encantado: Más que ganar dinero, millones, con lo que hace, lo que le gusta es contar historias y para ello procura usar todos los formatos posibles, incluso recurrir al cómic o a los guiones para la televisión y el cine... ¡No es ningún divo! Podrían aprender de él gente que admiro, como la misma Isabel Allende o la desaparecida Anne Rice; lo mismo gente como Patrick Rothfuss o Eoin Coifer, de quienes resulta impensable encontrar títulos con estas características.  Ahora bien, claro, esto es de igual manera talento puro y en ese sentido a King le sobra para escribir en cualquier formato, incluso en distintos géneros; así que nombres como el que he mencionado recién, puede ser que simplemente sean incapaces de realizar las proezas literarias de su colega.
    Otra cosa sucede con mi autor favorito y su habilidad para crear estas narraciones breves.  Y es que este comenzó su carrera escribiéndolos, mucho antes de conseguir triunfar con Carrie, que esa era su manera de ganar dinero extra para mantener a su familia, ya que bien conoció la pobreza; así que afinó el pulso por la necesidad y luego ya no dejó el hábito, porque formaba parte intrínseca suya.  Por otro lado, muchos de sus maestros fueron grandes cuentistas, tal como Poe, Lovecraft. Bradbury y Matheson, así que él procura seguir sus ejemplos y de paso, de vez en cuando, los homenajea.
    El libro que nos reúne hoy salió tan solo este año y tiene como sugerente título Si te gusta la Oscuridad.  Posee doce escritos, hasta donde sé realizados en los últimos años (y bien da fe de ello, el importante detalle de que al menos tres de los que ya he leído, que voy en el noveno, se refieren al Covid); por lo que sé algunos de estos son inéditos, así que es una razón de más para agradecer un tomo como este, el cual más encima supera las setecientas páginas de sana diversión (y ocupo de adrede el adjetivo sana, porque lejos pasar mi tiempo libre y evadirme de la realidad, y las preocupaciones, con una buena historia, que consumiendo drogas y alcohol o en malas compañías ¿No?).  Igual hay relatos suyos antiguos que siguen sin ser recogidos en estas recopilaciones y que hoy en día son muy difíciles de conseguir; me habría encantado las hubiera considerado esta vez.
    Como ya dije Stephen King ya tiene 77 años y nos sigue deleitando con sus dulces pesadillas.  Tengo todas sus colecciones de cuentos y novelettes, que he disfrutado mucho desde adolescente; bueno, algunas más que otras.  Asi como espero que en español salga, de por fin, una edición completa de Skeleton Crew, su segunda antología, que los españoles cometieron el sacrilegio de separar en numerosos tomos y, para peor, eliminaron dos de sus cuentos.  Por todo esto, su avanzada edad, me pregunto con pena, y con justificación realista, si esta será su última colección de narrativa breve (al menos en vida); que de seguro hay mucho de él que saldrá a la luz de manera póstuma, cuando haya dejado este plano de existencia.  Si ocurre esto último, por un lado, me sentiré feliz y, por otro, lamentaré mucho su partida.  Ojalá yo mismo siga en esta Tierra para entonces, para seguir disfrutando de sus ficciones por mucho tiempo.

 
II. Sigamos (los cuentos)
 
1. Dos cabrones con suerte
 
     Con un narrador testigo que da fe de la verdadera y secreta historia de su padre, un afamado escritor recientemente muerto, este cuento nos habla acerca de la naturaleza del talento ¿Qué hace a una persona sobresalir por sobre el resto? ¿De dónde viene nuestra inspiración? ¿Cómo explicamos que de pronto un "desconocido", alguien en apariencia común y corriente, se vuelva famoso gracias a un talento suyo a una edad avanzada?  ¿Por qué razón antes no dio muestras de sus capacidades? Algo parecido había hecho con su novela La Historia de Lisey, aunque el enfoque acá es por completo distinto, como bien podrán darse cuenta al leer esta pieza y comparar ambas.
    Sobre todo, lo anterior y más trata esta obra en la cual el narrador, solo años después de compartir estrechamente con su padre, recibe la confesión que este que le negó a una tenaz periodista, que andaba detrás de la verdad.  Lo interesante de esto es, cómo tras una primera parte de un extenso relato, ameno y "realista", Stephen King nos lleva intrigados hacia los senderos de lo desconocido; pero, más encima, es tan diestro en lo que hace, que logra hacer que ideas en un principio absurdas, se aprecien verosímiles.
    Hay emotividad y belleza detrás de este texto, aunque por mi parte no lo habría elegido para comenzar la antología; pues lo que más esperamos del Tío Steve y sus colecciones de historias breves es horror breve ¿No?
    Se me estaba olvidando: Este cuento le hace un precioso guiño a Ray Bradbury y sus Crónicas Marcianas.
 
2. El Quinto Paso
 
    Un hombre ya jubilado disfruta de su merecido descanso con una vida holgada.  Un día está leyendo tranquilo el periódico en un banco de la plaza (una escena tan habitual en la vida real y las ficciones al tratarse de ancianos), cuando se le acerca un anodino hombre de unos cuarenta años, se sienta a su lado y le pide que le permita contarle su vida.  Tras vacilar un rato accede a ello y entonces el desconocido que se ha sentado a su lado, invadiendo su espacio personal, lo lleva a conocer su descenso a la miseria.
    Cuando pensamos que se trata de una "historia sobre la vida", un cuento intimista acerca del dolor que puede significar la existencia, con una moraleja más encima (como en otras ocasiones lo ha hecho nuestro querido autor), el Tio Steve nos tira un balde de agua fría y nos hace amarlo más que nunca.
 
3. Willye el Friki
 
    En muchas familias hay alguien "raro", un miembro que se sale de la norma y no me estoy refiriendo a alguien que destaque por sobre sus pares, sino que desentona debido a su naturaleza anormal.  Esta historia nos muestra un hogar donde no solo el hijo menor es un paria, alguien que va a una escuela especial y actúa como un psicópata en potencia, sino que también el abuelo cae dentro de este grupo de personas... Y resulta que ambos se llevan muy bien, algo que no considera al resto de la casa, si bien tampoco les interesa participar.
   Stephen King tiende a repetir los nombres de sus personajes, que uno de los relatos de su colección Corazones en la Atlántida se llama Willye el Ciego, pero esa es una historia por completo distinta a esta.  En todo caso, como bien sucede con su obra en general y las dos que anteceden al cuento que ahora les comento, King nos mantiene intrigados desde el principio y esta vez nos da un final inesperado, que nos estuvo engañando, al esperar que todo terminara de tal forma y resultó ser de otra (si bien igual este desenlace me recordó a su cuento clásico Abuela).

 
4. El Mal Sueño de Danny Coughlin
 
   Un verdadero regalo para el Lector Constante es esta verdadera perla que corresponde nada menos que a una novela corta.  Con más de doscientas páginas, su autor bien podría haberla publicado de forma autónoma, como en algunos otros casos suyos (Elevación, por ejemplo, o La Caja de Botones de Gwendy, que coescribió junto a Richard Chizmar); no obstante, el Tío Steve siempre premia a su público y en sus antologías, desde la segunda (Skeleton Crew), nos regala al menos una de estas piezas... ¡Pero tengo entendido que en esta última colección vienen cerca de tres! Ojalá otros autores actuales de Bestsellers como él hicieran lo mismo.
    Un hombre que está en la treintena de su vida y tiene un buen trabajo de hace años, tiene un sueño que lo despierta con horror; las imágenes de este, pese a su carácter ominoso, son muy vividas y decide comprobar si es verdad lo que parecía tan real.
    Acá nos encontramos con el personaje habitual de King: Un hombre común y corriente, cuya vida ha sido sencilla hasta ahora, el cual es puesto a prueba cuando lo extraordinario y/o sobrenatural llega a su existencia.  En este caso concreto, solo un chispazo de lo anterior "contamina" su otrora existencia cómoda y a partir de entonces ya no hay vuelta atrás.  Como dice el dicho, que se menciona en el texto, en todo caso, no hay buena intención que no se cobre o pague y esto le pasará a nuestro héroe. A partir de ahora dos agentes andarán detrás de él, tratando de enrostrarle un crimen que no cometió; no hay pruebas suficientes para demostrarlo, pero ambos se empecinan en que es culpable y en especial el agente varón de la pareja.  Así que de ahora en adelante la pesadilla será otra.
    Desde el sueño que es descrito de manera magistral, a todos los giros imprevistos que posee esta obra, nuestro escritor favorito nos atrapa; cuando creernos que la historia va a terminar, resulta que recién está comenzando y de ese modo nos esperan varios momentos maravillosos.  Tenemos acá a un protagonista que se nos hace muy entrañable, un hombre que tiene mucho de Stephen King en su biografía (quienes saben de esta me entenderán), a quien lo rodean varios personajes más que interesantes, que nos señalan lo diverso que es el mundo: partiendo por un adolescente noble del cual se hace amigo, a una niña pequeña que nos concede uno de los momentos más emotivos de la novelette, luego un hermano adorable con TEA (el Tío Steve siempre tan conectado a la realidad, pese a escribir sobre monstruos) y un abogado sui generis, poseedor de la nobleza que siempre quisiéramos encontrar en gente de su oficio.
    Luego tenemos a los dos agentes encargados del caso Danny (otro nombre que se repite en la literatura del escritor), una atractiva mujer que nos puede llegar a recordar mucho a Dana Scully de Los Expedientes-X (recordemos que Esteban Rey escribió el guión para un episodio de esta famosa serie, encargándose él mismo del apartado dedicado a la mujer) y un hombre ya maduro, casi al final de sus años de servicio (un sujeto severo y de mente estrecha, cuya rigidez mental se aprecia en su propia apariencia física y en su DOC, Desorden Obsesivo Compulsivo).
    La cultura literaria del artista se evidencia una vez más, cuando le da el apellido de Jalbert al miembro masculino de la pareja que investiga al protagonista; y es que considerando la personalidad obsesiva de este y su papel como "sabueso de la ley", bien es un homenaje al gran Javert de Los Miserables, el riguroso policía que persigue por años al buen Jean Valjean, por haber solo robado un mendrugo de pan.
    Por otro lado, encontramos en este formidable texto (repito, porque King nos quiere no lo publicó aparte, que bien podría haberlo hecho si solo le importara el dinero y no le interesara congraciarse tanto con sus seguidores), dos temas recurrentes en su narrativa, que en todo caso son caros a la literatura de terror:
    En primer lugar, el tema de la fe, que si bien por lo general lo relacionamos con la religión institucionalizada, sus dogmas y ritos, también tiene que ver fuertemente con la creencia en la existencia de un mundo oculto, en contraposición al positivismo científico; les estoy hablando de todo lo relacionado con lo sobrenatural.  Por lo anterior, inteligente cuando Danny le pregunta a la agente Davis:
 
                           "¿Cómo puedes creer en Dios y no creer en un sueño?
 
    Y es que esta historia nos deja claro, que la posibilidad de que haya una fuerza superior a la que consideremos nuestro creador y todo lo que conlleva ello (milagros, ángeles, el poder de la oración y otros), no se condice con la presencia de otras fuerzas y misterios velados al común de los mortales.
   Pero también tenemos la fe en otros seres humanos, ligada a la confianza, que es creer en el resto, sin tener necesariamente pruebas físicas para aceptar la palabra del otro.  Esto es algo que se pondrá a prueba, en más de un personaje, cuando al protagonista lo acusan de asesinato.
   Y en segundo lugar, volvemos a reconocer el tema de la intrusión de lo sobrenatural en nuestras vidas, que acá basta con solo un sueño con elementos de clarividencia, para que se dé vueltas patas arriba la vida del protagonista y la vida de un montón de gente que lo rodea también sea alterada.
    Por cierto, me llamó la atención que el traductor haya usado la expresión "Donde el diablo perdió el poncho", la que yo consideraba solo un chilenismo y que he comprobado pertenece a otros países del Cono Sur latinoamericano.  Así que bien por considerar estos coloquialismos, que no todo es español de España.
    ¡Me encantaría ver una buena película basada en esta gran novelette!


5. Finn
 
     El protagonista es un buen chico marcado desde su nacimiento, supuestamente, por su mala suerte.  Varios sucesos, que pese a todo no dejan de ser anecdóticos, podrían atestiguar esta idea.  Pese a todo, el muchacho no es una persona amargada y es hasta ingenioso, como lo demostrará esta aventura suya.
    Un día de vuelta a su casa lo confunden con otra persona, razón por la cual es raptado.  Sus captores creen que pueden sacarle información valiosa, que, si bien este por razones obvias no puede dársela, no les queda otra que torturarlo.
    Hasta humor encontramos acá, elemento que le sale muy bien al Tío Steve, además de que vuelve a emplear otro ingrediente en el que se maneja muy bien: El misterio total.  Y es que tal como el simpático protagonista, no tenemos idea de la verdad detrás de este último infortunio, lo que hará mucho más apetitoso el disfrute de este muy entretenido relato.
 
6. En la carretera de Slide Inn
 
    Una familia hace un viaje en el auto viejo del abuelo, camino a otra ciudad para visitar a una moribunda tía antes de su partida.  El grupo lo compone padre y madre, los dos hijos pequeños de estos dos (chico y chica) y el abuelo; los adultos consideran un engorro al viejo, pero los menores lo adoran. Para ahorrar tiempo toman un atajo por una carretera llena de baches, la que pasa justo por un antiguo hotel, actualmente abandonado; en las dependencias de este edificio se pondrá a prueba la unión de la familia.
    Esta historia es el anverso de otro cuento ya leído en esta misma colección: Willye el Frikie.  Pues tenemos a una pequeña comunidad compuesta por los mismos elementos, aunque con diferencia de edad y de relaciones entre sus integrantes.  Pero hay más que eso, puesto que el anciano mismo en el relato presente, pese a sus mañas y a no ser del agrado de los otros adultos, demostrará ser alguien muy valioso.
    Un muy entretenido relato acerca del mal, aunque desde otro punto de vista, así como sobre el sentido de la familia y el aporte real que poseen nuestros mayores, que muchas veces olvidamos.
   Para terminar: El humor y la sorpresa, incluyendo la típica confrontación entre las fuerzas en pugna, nos demuestran una vez más lo bien que se maneja el Tío Steve para atraparnos fácilmente.
 
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