1.
Cuando las ganas superan a lo esperado.
Corría más o menos el año 1982, cuando a
Stephen King le ofrecieron escribir algo breve (unas cuantas líneas), para cada
una de las ilustraciones exclusivas que tendría un particular calendario, de
edición limitada más o menos, que contaría con dibujos originales de una
leyenda viviente por aquel entonces: Berni Wrightson, el famoso artista
dedicado a los cómics de terror y ciencia ficción, que había trabajado en
revistas especializadas como Creepie y Eerie. La idea era darle un carácter más o menos
terrorífico a cada mes de ese año. El
tema es que el Tío Steve se entusiasmó y al final terminó escribiendo una
verdadera historia, más o menos extensa, que dio para una novelette (o sea,
novela corta, de un centenar de páginas aproximadamente); de modo que el
dichoso calendario se volvió algo mejor y todo el mundo salió ganando. Algo así es lo que se cuenta, acerca del
origen del libro que nos reúne hoy, que no sé qué tanto es cierto y si mi
memoria me juega una mala pasada, respecto a los detalles, pero creo que se lee
bonito todo esto ¿No?
Bajo el nombre de El Ciclo del Hombre Lobo, el Rey del Terror publicó la que sería su única obra sobre licántropos y para ello tuvo un montón de preciosos trabajos del mentado Wrightson. Esta fue su segunda colaboración juntos, al comienzo de una gran amistad, que nos daría sociedades inolvidables como las de Creepshow (película y cómic, primera vez en que se unieron, acompañados más encima por George Romero, otro grande y también íntimo de King), sus ilustraciones para la versión extendida de The Stand (Apocalipsis en español), los dibujos de la edición limitada y de lujo de Buick 8, el arte para La Torre Oscura V: Lobos del Calla y las imágenes pesadillescas del filme Montado en la bala (sobre otra novelette de King), entre otros casos.
Bajo el nombre de El Ciclo del Hombre Lobo, el Rey del Terror publicó la que sería su única obra sobre licántropos y para ello tuvo un montón de preciosos trabajos del mentado Wrightson. Esta fue su segunda colaboración juntos, al comienzo de una gran amistad, que nos daría sociedades inolvidables como las de Creepshow (película y cómic, primera vez en que se unieron, acompañados más encima por George Romero, otro grande y también íntimo de King), sus ilustraciones para la versión extendida de The Stand (Apocalipsis en español), los dibujos de la edición limitada y de lujo de Buick 8, el arte para La Torre Oscura V: Lobos del Calla y las imágenes pesadillescas del filme Montado en la bala (sobre otra novelette de King), entre otros casos.
2.
De qué va todo.
Como bien sucede con muchas de las
narraciones de mi autor favorito, esta novelette transcurre en una pequeña
ciudad ficticia, creada por la propia imaginación del escritor, llamada
Tarker's Mill (ignoro o no recuerdo si habrá aparecido en algunas otras de sus
ficciones, como las populares polis kingnianas de Castle Rock y Derry, por
mencionar algunas que se repiten en sus fabulaciones). En dicho lugar, en enero justamente, una
espantosa muerte es el inicio de varios decesos violentos, que primero hacen
creer de que se trata de un ataque animal y luego de un asesino psicópata; sin
embargo, que nuevos casos como este ocurran una vez, cuando hay luna llena,
comienza a expandir el rumor de que se trata de un hombre-lobo. Solo la persona más improbable, tendrá la
convicción de enfrentarse al mal como corresponde.
Los capítulos que comprenden este muy atrapante librito (un Stephen King puro de antaño, ese que se deleitaba en contarnos una historia de puro terror y sangre, no como ahora que coquetea con otros géneros) son doce, uno para cada mes del año. En el transcurso de este tiempo, vamos conociendo las atrocidades de la criatura y algo de sus víctimas, esos sujetos que tan bien describe el Tío Steve, como ejemplos de nuestra compleja humanidad, que por muy pequeño que sea Tarker's Mill, su gente puede llegar a ser tan noble o despreciable como hay en todas partes (por lo mismo, aun cuando muchos de ellos solo aparecen una vez en el texto, su autor les otorga una humanidad asombrosa y pese a ello muy realista).
Recién en el capítulo que transcurre en julio, conocemos al singular héroe, un personaje que comparte varias características con otros más famosos del escritor, entre ellos su edad y su resiliencia (no quiero entrar en más detalles acerca de este, para que ustedes mismos lo descubran, que bien vale la pena apreciarlo por uno mismo). Por cierto, antes se le mencionó brevemente y luego de su muy atrapante "debut" en la trama, solo acercándose el final del libro reaparece para gusto nuestro.
Cabe mencionar que la presencia del protagonista permite ahondar en otro tema recurrente en la literatura kingniana: la familia. Es así que se nos presenta otro núcleo familiar, bastante querible, como otros de sus ficciones, compuesto por un padre, una madre, una hermana mayor y, en especial, uno de los tíos del que termina por volverse el personaje principal (ya bien avanzado el librito), que cada uno mantiene una especial relación con este (¡Vaya, al final terminé dándoles más detalles de lo previsto al respecto!). El amor, un sentimiento que puede ser muy complejo, en la forma en la que se manifiesta, enriquece bastante esta novelette y que nos muestra al respecto qué tan variada es la forma de cómo lo expresamos (y no siempre "cariñosamente").
En contrapartida al anterior, encontramos al "villano" de esta pieza y el cual, sin ser malvado, en el sentido más obvio de la palabra, por igual resulta ser el ser más inesperado una vez que se revela su identidad; asimismo, debido a su "maldición" despierta cierta compasión (algo que King, adorador de los clásicos del género, rescata de la tradición de las obras trágicas de las que se nutre, como sucede con las viejas películas de hombres-lobo que tanto le gustaban desde niño). Bien alguien como él representa la dicotomía entre racionalismo e instinto, moralidad versus libertad (no libre albedrío eso sí), lo que toma mayor peso, cuando el personaje reconoce y/o acepta su carga/cruz, lo que sucede luego de una escena onírica muy bien lograda. Asimismo, el "monstruo" introduce otro tema que abunda en los títulos del escritor: la religión, el cual, esta vez, se observa desde un punto de vista más bien negativo, puesto que la fe no ayuda a darle un sentido salvador al personaje y en cierto momento nos muestra cómo justificamos de manera fundamentalista lo peor de una religión.
Los capítulos que comprenden este muy atrapante librito (un Stephen King puro de antaño, ese que se deleitaba en contarnos una historia de puro terror y sangre, no como ahora que coquetea con otros géneros) son doce, uno para cada mes del año. En el transcurso de este tiempo, vamos conociendo las atrocidades de la criatura y algo de sus víctimas, esos sujetos que tan bien describe el Tío Steve, como ejemplos de nuestra compleja humanidad, que por muy pequeño que sea Tarker's Mill, su gente puede llegar a ser tan noble o despreciable como hay en todas partes (por lo mismo, aun cuando muchos de ellos solo aparecen una vez en el texto, su autor les otorga una humanidad asombrosa y pese a ello muy realista).
Recién en el capítulo que transcurre en julio, conocemos al singular héroe, un personaje que comparte varias características con otros más famosos del escritor, entre ellos su edad y su resiliencia (no quiero entrar en más detalles acerca de este, para que ustedes mismos lo descubran, que bien vale la pena apreciarlo por uno mismo). Por cierto, antes se le mencionó brevemente y luego de su muy atrapante "debut" en la trama, solo acercándose el final del libro reaparece para gusto nuestro.
Cabe mencionar que la presencia del protagonista permite ahondar en otro tema recurrente en la literatura kingniana: la familia. Es así que se nos presenta otro núcleo familiar, bastante querible, como otros de sus ficciones, compuesto por un padre, una madre, una hermana mayor y, en especial, uno de los tíos del que termina por volverse el personaje principal (ya bien avanzado el librito), que cada uno mantiene una especial relación con este (¡Vaya, al final terminé dándoles más detalles de lo previsto al respecto!). El amor, un sentimiento que puede ser muy complejo, en la forma en la que se manifiesta, enriquece bastante esta novelette y que nos muestra al respecto qué tan variada es la forma de cómo lo expresamos (y no siempre "cariñosamente").
En contrapartida al anterior, encontramos al "villano" de esta pieza y el cual, sin ser malvado, en el sentido más obvio de la palabra, por igual resulta ser el ser más inesperado una vez que se revela su identidad; asimismo, debido a su "maldición" despierta cierta compasión (algo que King, adorador de los clásicos del género, rescata de la tradición de las obras trágicas de las que se nutre, como sucede con las viejas películas de hombres-lobo que tanto le gustaban desde niño). Bien alguien como él representa la dicotomía entre racionalismo e instinto, moralidad versus libertad (no libre albedrío eso sí), lo que toma mayor peso, cuando el personaje reconoce y/o acepta su carga/cruz, lo que sucede luego de una escena onírica muy bien lograda. Asimismo, el "monstruo" introduce otro tema que abunda en los títulos del escritor: la religión, el cual, esta vez, se observa desde un punto de vista más bien negativo, puesto que la fe no ayuda a darle un sentido salvador al personaje y en cierto momento nos muestra cómo justificamos de manera fundamentalista lo peor de una religión.
La edición que hoy en día se vende en Chile, es una de bolsillo, más pequeña que aquella que le precedió. La otra venía con solapas y traía todas las ilustraciones de Wrightson, ignoro si algunas en color, además de la que venía en la tapa; en cambio la actual o al menos la que yo poseo (de Debolsillo), bastante "fea", trae la foto de un lobo retocado y solo incluye dos imágenes por capítulo (una de dos páginas que muestra un paisaje acorde al clima, según la estación del año correspondiente en Estados Unidos y otra más pequeña, ubicada al final del capítulo y que tiene que ver con lo que sucedió en este, representada por unos cuantos objetos, salvo cierta cabeza cercenada, la única imagen truculenta incluida en esta edición más económica). Lo más fome es que Bernie Wrightson dibujó al hombre-lobo haciendo sus salvajadas, aunque en la versión que poseo ni la cola se le ve (y solo aparecen en blanco y negro).
Fue por ahí en el transcurso de 2018 que compré el librito, en una tienda de cómics que visitaba de vez en cuando, atendida por su dueño (muy simpático él), que tenía lleno de gatos el local. Me lo vendió a un precio razonable y ese día me fuí muy contento a mi casa; pero solo me le di su tiempo la semana pasada, para lo que ocupé tres días, pues lo leía mientras hacía cardio en la escaladora... ¡Y vaya que disfruté de sus páginas y de mi reencuentro con S.K., más encima al "clásico", que no lo leía desde mediados del 2022!
La vieja edición en español que me encantaría tener (aunque me causa gracias la sensacionalista publicidad que posee) |
En el protagónico como el héroe infantil se encuentra Corey Haim, poco antes de hacerse famoso con Generación Perdida (otra de terror ochentera, aunque esta de vampiros) y volverse un ídolo juvenil (hasta que se entregó a la droga y sucumbió, muriendo por neumonía, debido a su vida disipada, antes de los cuarenta años). En los papeles de adultos lo acompañan Gary Busey, como su tío y Everett McGill, a quien le tocó hacer del particular antagonista.
Fue el propio Stephen King el responsable de adaptar su trabajo literario, para lo que cambió bastante el ritmo del argumento, ya que por razones de presupuesto mantener el estilo de la novelette, de que los acontecimientos cubrieran los doce meses del año (con los fenómenos climatológicos de rigor), era demasiado para una producción más humilde como esta. Por lo mismo, le otorgó mayor relevancia al rol del chico, así como a su tío y a la hermana mayor del primero (haciéndola más simpática inclusive); de igual manera, reforzó el papel del sheriff a cargo de un joven Terry O' Quinn (gran actor, quien daría lo mejor de sí, con posterioridad, en la cinta de horror ochentera El Padrastro y su secuela, sin dejar de lado su intervención en las series Millenium y Lost, donde se reencontró con el director Attias). Por cierto, además ambientó la historia en los setenta, a diferencia de los ochenta que es cuando transcurre el texto literario (y en ese sentido, estuvo aceptable la dirección artística que le dio tal estética).
De los otros actores, McGill se ve recio y varonil como siempre, sin embargo, lo prefiero en sus papeles para Dune (la de Lynch) y Twin Peaks, sin olvidar su trabajo como villano para La gente detrás de las paredes de Wes Craven.
King no quitó detalles escabrosos para las escenas, aunque suavizó otros como el elemento sexual del sueño del hombre-lobo (aunque sí está este y pese a lo anterior estuvo bien hecho) y cambió la muerte de la "virgen obesa", por el de una pobre futura madre soltera joven. También agregó más muertes (bien sangrientas ellas) y convirtió a la comunidad de Tarker's Mill, en un sitio con gente bien unida entre sí (esa típica imagen del supuesto pueblito gringo idealizado, que tanto le gusta al Tío Steve).
Cabe mencionar que el monstruo lo diseñó alguien de la talla de Carlo Rambaldi (el mismo que hizo al Alien de la primera película, a ET y a los monstruos de la mentada película sobre el libro de Frank Herbert), pero la ejecución a mi parecer no fue la mejor y es que se ve muy falso.
La música corrió a cargo de Jay Chattaway, quién luego haría bellas composiciones para Star Trek: The Next Generation, dándole unos cuantos buenos temas al largometraje.
El cambio de nombre de esta pieza, se explica por partida doble en ella y que tiene que ver tanto con la manera adecuada de cómo matar a una de estas bestias, como por un genial regalo que recibe el chiquillo, de parte de su familiar favorito. Increíblemente en países de habla hispana, fue llamada de manera inusual como Miedo Azul (España) y con los horripilantes títulos de Los Cazadores de la Luna (Argentina) y Cacería en la Luna (cuando salió en VHS en México).
La película posee sus buenos momentos y el principio es potente, si bien es olvidable a mi parecer, ya que no agrega mucho a los grandes estrenos de horror de la década. Creo que Stephen King no se esmeró en su guión y por todo el producto final, su gran novelette merece una nueva y más fiel adaptación.
Tráiler de la película.
Espera existe una película ¡La necesito en mi vida! Leyendo tu post me arrepiento de no haber leído el libro antes de regalarlo
ResponderEliminarBueno, puedes volver a comprarte el libro y disfrutarlo
EliminarMuy linda novela corta. El tema que se publique en formato bolsillo sin todas las ilustraciones atenta contra la historia. La edición original contenía todas las ilustraciones color. La peli no es mala pero hay películas de hombres lobo mucho mejores en la época. Merece una remake.
ResponderEliminar¡Completamente de acuerdo contigo!
EliminarQue bueno que no fue pecado de omisión, la reseña de seguro me va a andar dando vueltas por bastante tiempo
ResponderEliminarOjalá leas el libro, que se disfruta bastante
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