sábado, 27 de junio de 2015

Hemos perdido a otro maestro: James Horner.


    Justo cuando estábamos aceptando el deceso de Christopher Lee y nos atrevíamos a acepar su partida, a los amantes del cine nos acaba de golpear la repentina muerte de otra destacada figura del séptimo arte.  Me estoy refiriendo al compositor James Horner, quien desde mi adolescencia acompañó mis días con sus bellas melodías para tantas películas admiradas por mí y que al escucharlas independientemente de la imagen, no solo me hacía recordarlas, sino que también transportarme a otra realidad y soñar (como también inspirarme). 
    A diferencia de otros a los que en el Cubil se les ha hecho un homenaje póstumo, Horner no murió tras sufrir una larga enfermedad o ya en plena vejez, si bien tuvo una vida plena consistente en su gran carrera como músico, sino que su deceso fue inesperado: murió tras caer su avioneta que el mismo piloteaba por gusto, este recién pasado 23 de junio.  Tenía solo 61 años de edad cuando pasó esto, de modo que bien uno podría pensar que de no haber pasado tan pesaroso suceso, nos habría seguido regalando por muchos años más de sus preciosas composiciones.
    Tal como genios de la talla de Ennio Morricone, Jerry Goldsmith, Danny Elfman, Kenji Kawai, Alan Silvestri, Mark Isham y Hans Zimmer (de seguro se me escapa algún otro), realizó más de 100 trabajos para el cine, incluyendo muchas películas de éxito comercial y artístico.  Esto mismo convirtió su nombre en marca registrada a la hora de contar con más que una buena banda sonora, por lo que por lo general cualquier amante de la cinematografía y de sus soundtracks, de seguro tendrá en su colección al menos un par de sus discos.  Filmes que han contado con su labor son, por mencionar algunos, El Sorprendente Hombre-Araña, Apocalypto, Avatar, Cocoon, Krull, El Niño con Pijama a Rayas, Aliens el Regreso, Willow y tantos más que la lista ocuparía buena parte de este texto.  Hizo partituras tanto para largometrajes de época, como de ciencia ficción, acción, terror y otros géneros, lo que demostró su enorme capacidad para crear ambientes musicales que no solo acompañaran a la imagen y a la historia, sino que lograran dar con la clave perfecta para convertir a sonido su trama.  Esta discografía suya le significó el reconocimiento de sus pares y de la crítica especializada en más de una ocasión, otorgándole varios premios y un montón de nominaciones.
    Tal como escribí al principio de este escrito, mi historia personal con James Horner data desde mi adolescencia, época en la cual comencé a despertar al aprecio por la música de películas.  Tenía cerca de 16 años cuando no recuerdo bien cómo, descubrí que existía un programa llamado Música en 35 Milimetros en la Radio Futuro (cuyo lema me fascinaba: La radio de la gran minoría).  Era otra época, otro siglo e Internet era solo algo de ciencia ficción; también no contaba en aquel entonces con el poder adquisitivo como para comprarme todos los casetes con las bandas sonoras que me gustaban… ¡Uy, “se me cayó el carnet”! (hoy en día las generaciones más actuales ignoran lo que era poseer una de esas cintas de audio) y en cuanto a los discos…Pasarían unos cuantos años como para que tuviera un equipo que reprodujera este tipo de soporte.  Mis papás tenían un pequeño negocio, del cual sacaba una que otra vez un casete para grabar en él lo que se me antojara; en otras ocasiones guardaba algo de mi dinero para comprarlos, cuando el stock en casa se había acabado y la ocasión ameritaba el gasto.   Recuerdo con mucho cariño esas noches en la soledad de mi cuarto, escuchando y grabando mi música.  El programa empezaba a las 23:00 horas, lo que en esos años me significaba trasnochar, algo a lo que no estaba acostumbrado, pero que bien valía la pena el sacrificio.  Fue así como, por ejemplo, pude escuchar por primera vez y tener mi primera copia de una de sus colaboraciones más famosas y una de mis favoritas: Corazón Valiente.  Por largo tiempo pasaba escuchándola, pese a que no alcancé a grabar todos los temas, pues el casete que tenía solo daba para una hora de música y ese álbum duraba mucho más.  Ya en la universidad y cuando ahora podía darme el lujo de tener mis propios cds,  para una Navidad pedí de regalo a mis papás ese disco; pues me dieron el dinero, lo compré y se los pasé para que me lo entregaran en la fecha adecuada ya envuelto en papel navideño.  También de esta etapa grabando a cinta todo lo de Horner que llegara a mis manos, gracias a la Radio Futuro, recuerdo Peligro Inminente.
    Mientras estuve estudiando mi carrera universitaria, pude acceder a varios discos originales suyos, entre ellos La Máscara del Zorro, Impacto Profundo, La Tormenta Perfecta, El Hombre del Bicentenario, El Informe Pelícano y en especial Titanic (que tantas horas de ensoñación me dio en aquel entonces)Eran algunas de las joyitas que atesoraba con todo mi corazón.  Luego hice amigos que compartían conmigo el amor por la música de este estilo y en su dadivosidad me prestaran los títulos de su colección que me interesaban, los que no dudaba en copiar al ya obsoleto, aunque recordado casete.  Así fue cómo me reencontré con su contribución para Star Trek II: La Ira de Khan y Star Trek: La Búsqueda de Spock.  Luego vino la maravilla del copiador de discos… ¡Y me volví loco! Pirateé cada uno de los scores a los que pude acceder, primero con la bendición de mis amigos que ya contaban con esa tecnología y después tras comprarme mi primer computador (el que me regalaron mis progenitores en los ochenta, un Atari 800 XL, solo lo usaba para jugar videojuegos, los que cargaba… ¡Gracias a los mismos casetes y que se demoraban un montón en hacerlo!); de modo que como poseso, me puse a clonar incluso aquellas bandas sonoras que tenía de antes en el viejo formato. 
    Y fue cuando llegó Internet a nuestro mundo (y en especial al mío) y gracias a esas generosas personas que suben archivos gratis a la Red, fue toda una orgía “intelectual” descargar música, por lo que pude obtener algunos de sus trabajos más antiguos y los más recientes.  Ello me permitió ahorrar un montón de dinero y espacio, debido a la magia del MP3.
    Por lo tanto… ¿Quién es para mí James Horner? Pues otra persona importante en mi existencia, quien me ha acompañado gran parte de ella y que ahora en que no está, se quedará conmigo entre aquellos ídolos a los que les debo la magia del arte.

domingo, 21 de junio de 2015

Conozcamos algo sobre Flash. Primera parte: Todos los Flash.

Clásica portada del primer número de Flash.
     También conocido como The Flash y de manera más coloquial como el Velocista Escarlata y el Hombre más Rápido del Mundo, es sin duda uno de los superhéroes más famosos e importantes del universo DC.  Su relevancia dentro de las historias de esta empresa llega a tal punto, que se encuentra entre los miembros fundadores de nada menos que de La Liga de la Justicia, el equipo de justicieros más célebre de la compañía (de hecho ha integrado este supergrupo en varias de sus formaciones).  Identificado claramente por su ajustado traje rojo, que cubre parte de su cara, llevando además un círculo blanco en el pecho y cruzado por un rayo amarillo, la verdad es que esta no fue su primera apariencia; puesto que ha habido más de una persona que ha llevado la identidad de Flash, siendo que el primero de ellos, Jay Garrick hizo su debut en 1940 y su indumentaria (que no ha variado con el tiempo) era ya “algo” diferente al de sus sucesores.
    Antes de dar paso a los distintos Flash que han habido a lo largo de la historia, cabe mencionar que su poder no solo consiste en correr como nadie (incluso superando al mismísimo Superman), si no que justamente debido a su capacidad para vibrar más rápido que los demás, ello le permite pasar a través de objetos sólidos e incluso romper la barrera del tiempo y entre las distintas realidades, pudiendo saltar de una a otra con cierta facilidad.  A su vez su cuerpo produce una especie de campo de fuerza que lo protege de la fricción, el cual a su vez le permite proteger a quien lleva con él durante uno que otro viaje.  También sana más rápido que el resto de los mortales y posee una memoria extraordinaria que le permite almacenar muchos conocimientos en su memoria en segundos.  Técnicas habituales suyas para contrarrestar distintos tipos de peligros a los que se enfrenta, son hacer girar ambos brazos y correr en círculo alrededor de su objetivo, hasta conseguir sofocar el fuego, tornados o enfrentarse a sus enemigos. Respecto al verdadero origen de las habilidades de cada Flash y otros velocistas, es que ellas se deben a la existencia de la llamada Speedforce, fuente de poder a la que están muy ligados y que les otorga dicho poder.
    Considerando la fecha de la primera publicación de este Flash original, bien queda claro que su aparición corresponde a la camada inicial de superhéroes de la Edad de Oro de los cómics, la que surgió a partir de éxito de Superman y Batman en sus propias revistas.  Jay Garrick tuvo numerosas aventuras dentro de sus publicaciones, así como también estuvo involucrado en la creación de otro destacado equipo de este universo ficcional: La Sociedad de la Justica, la cual a su vez fue la primera reunión de paladines del bien dentro de todo el universo DC.  En la continuidad anterior de DC, o sea, la era Post Crisis, debido a su experiencia y sabiduría, Garrick se convirtió sin duda en un gran amigo y maestro para todos los que después recogieron su nombre y que tal como él, basaron sus poderes en la velocidad.  Dentro de la misma línea temporal y/o argumental,  hubo un tiempo en el cual estuvo retirado de las pistas, pero luego volvió en gloria y majestad; asimismo junto a sus compañeros de la JSA (Justice Society of America en inglés) los efectos a los que estuvo sometido en la lucha por el bien durante su juventud, le han permitido envejecer mucho más lento, lo que ya “anciano” ha extendido su batalla contra el crimen.   En el actual universo DC Jay Garrick vive en  Tierra 2, junto a otros miembros de su antiguo equipo, siendo además mucho más joven de lo que fue hasta que DC se reseteó otra vez (casi) por completo.
   

El arte de la introducción de Barry Allen ha sido
homenajeado una y otra vez por otros artistas.
Pese a la relevancia del ya mencionado Flash de la Edad de Oro, este no es el más popular y reconocido (en especial por quienes apenas saben de cómics), de todos aquellos que han cumplido con este rol.  Es así que el Flash que sí ostenta este título corresponde a Barry Allen, quien tras ser alcanzado por un rayo y caer sobre un montón de químicos experimentales, adquirió sus capacidades extraordinarias; solo muchos años y décadas después de aventuras suyas, se supo que esto no fue accidental, sino que estuvo involucrada la misma Speedforce en ella.  Aparecido por primera vez el 4 de  septiembre de 1954, siguió el legado de su predecesor un bien tiempo después de que se cancelara la revista dedicada al primer Flash; de hecho su aparición se debió a un intento de actualizar a los viejos héroes de la empresa, de modo de darle un carácter más de ciencia ficción a su figura y hacerlo más llamativo gracias a su reconocible traje (que para el afamado guionista Grant Morrison es lejos la mejor vestimenta de todos los superhéroes, siendo además su favorito y lo que resulta raro, pues el galés nunca ha escrito a la fecha una aventura en solitario de este). Lo más irónico sobre la biografía de Barry Allen, es que antes de pasar por todo esto, su costumbre era llegar a atrasado a casi todos los lugares y compromisos.  Allen trabaja como investigador policial científico para la policía de su ciudad, Central City (ciudad “hermana” de Keystone City, donde vive Garrick), de tal modo que esta labor suya le permite enterarse de todo tipo de acto criminal y al que luego en su identidad como Flash logra resolver y ajusticiar a sus responsables.  En su ciudad el Velocista Escarlata es tan querido, que sus habitantes crearon un museo en su honor, el cual se encuentra lleno de estatuas de sus enemigos, “trofeos” conseguidos en sus numerosas batallas y objetos que en una u otra ocasión este usó en medio de su cruzada.  A todo esto, durante sus primeras hazañas en la Edad de Plata, los guionistas procuraban educar científicamente a sus lectores (varios de ellos niños en aquel entonces), a través de los llamados datos Flash, los que fueron muy populares por aquellos años.  Con él además se hizo famoso el uso del anillo que al ser activado, despliega su traje salido desde su interior para ponérselo mientras corre a velocidades imposibles.  Por otro lado, el papel destacado de Barry Allen dentro del universo DC llega a ser tan relevante, que aparte de todas las increíbles aventuras en las que ha intervenido, ha cumplido un rol esencial dentro de toda la historia de DC en 3 eventos de gran impacto:

·                 Primero, en el clásico título de El Flash de dos Mundos (septiembre de 1961) Barry Allen hizo su primer viaje a otra tierra, en este caso a Tierra-Dos y donde llega a conocer a su ídolo de la infancia, Jay Garrick (en honor de quien tomó el nombre de Flash), quien en su propia realidad de Tierra-Uno era solo un personaje de cómics, mientras que en este otro lugar era alguien de carne y hueso.  Tras una aventura juntos sin duda de antología, ambos logran derrotar a los villanos que aquí los complican y gracias a ello “se abre la puerta” para viajar cada uno de los dos a la otra realidad, con lo cual seguir compartiendo aventuras juntos y a las que más adelante se unirán el resto de los superhéroes de ambas Tierras.  De este modo, gracias a Flash, se introduce el concepto de Tierras Múltiples en DC y con ello logra desarrollarse su rica mitología con el llamado Multiverso.
·              Segundo, la decisiva intervención de Barry Allen en los eventos de carácter cósmicos y conocidos como Crisis en las Tierras Infinitas (1985-1986) y en la que se reordenó el Universo DC, eliminando el supuesto caos en el que se encontraba con tanta tierra paralela, reseteándose por completo y respetándose esta continuidad por casi 25 años.  Pues bien, durante este importante acontecimiento Barry dio su vida en una de las demostraciones más heroicas de todo DC, de modo que además las viñetas que mostraban su cuerpo envejeciendo rápidamente y disolviéndose, se transformaron en unas de las más icónicas en la historia del cómic de este género.
·              Tercero, tras ser “devuelto a la vida” en la miniserie Flash: Renacimiento (2009-2010), la cual por supuesto significó el regreso en gloria y majestad de uno de los héroes más grandes de todo DC y gracias a la pluma de Geoff Jhons y al arte gráfico de Ethan Van Sciver (dos nombres destacados en su medio), tomando de nuevo su papel como Flash tras su relevo por años (de lo que se hablará más adelante en este mismo texto), vuelve a tener un montón de aventuras más…Hasta que casi un año después (en 2011) se convierte en el personaje principal de otro megaevento de la compañía: Flashpoint.  En él Allen se despierta una mañana como siempre y se da cuenta de que la realidad en la que se encuentra no es la que él conoce, pues todo está por completo cambiado y tiene características apocalípticas.  Es así que le toca resolver el misterio y enderezar los acontecimientos, haciendo lo posible por reestablecer la normalidad de las cosas.  Para esto, por supuesto, busca a sus viejos aliados, no obstante nada es por completo igual a sus recuerdos.  Luego de conseguir su objetivo y dar con el verdadero culpable (quien resulta ser nada menos que su némesis), todo supuestamente vuelve a su cauce, no obstante lo que él ignora y sus compañeros también, es que se ha iniciado el Nuevo Universo DC y que es el que actualmente corre como continuidad oficial en las revistas.

¡Hasta la portada es preciosa en el celebrado
"Flash de Dos Mundos".
     El tercer Flash (y lejos mi favorito) corresponde al sobrino político de Barry, Wally West (pues es familiar de su esposa Iris).  Este pelirrojo sujeto y de una personalidad bastante diferente a la de su pariente, pues mientras Allen es algo “empaquetado”, Wally es mucho más extrovertido y risueño. Antes de tomar el rol de su tío una vez que este murió, fue conocido por años como Kid Flash; usando en aquel entonces un llamativo traje que invertía los colores del traje de su maestro, fue uno de los fundadores de otro importante equipo de superhéroes: Los Jóvenes Titanes.  Dicho grupo se encontraba formado en sus inicios por los ayudantes juveniles de superhéroes más maduros, como Superman, Batman, Wonder Woman y Acuaman, al que luego se le fueron uniendo otros destacados personajes infantiles y adolescentes.  Una vez que le tocó lidiar como Flash contra los malos, por supuesto que se unió a las filas de la Liga de la Justicia, en la cual estuvo en varias de sus encarnaciones (incluso formó parte de su rama europea, una de las etapas más entretenidas en toda la historia de este supergrupo).   En principio no lograba correr tan veloz como su predecesor, no obstante luego fue capaz de superar sus limitaciones y así consiguió adquirir sin problemas el título de el Hombre Vivo más Veloz del Planeta. Las historias con Wally West como Velocista Escarlata, se han contado entre las mejores de todos los títulos de DC, siendo que fue en sus páginas que se introdujo el importante concepto de la Speedforce.  Además cabe destacar que entre sus guionistas tuvo a 2 de los pesos pesados de las historietas y que ya hoy en día son verdaderas leyendas vivientes: Mark Waid y el ya mencionado Geoff Jhons.
    El cuarto Flash resulta ser otro pariente del recordado Barry, su nieto Bart Allen y quien llegó desde el futuro para evitar su propia muerte tras un envejecimiento prematuro; tras conseguir salvar su vida, se transformó en el popular superhéroe juvenil Impulso, el cual contó hasta con su propia revista.  Si bien en un principio tuvo como modelo al propio Wally, su verdadero modelo a seguir fue otro velocista, Max Mercury.  Luego siguiendo los pasos de todos los Flash, creó su propio equipo de superhéroes juveniles, junto a sus amigos Superboy y Robin, al que se unieron luego otros destacados muchachos, el cual se llamó Justicia Joven.  Tras la desaparición de Wally, le tocó tomar su cargo, aunque ello fue solo durante un breve periodo, ya que murió en acción (si bien como era de suponer, fue resucitado más adelante).  Su debut en los cómics fue en junio de 1994.
    En la actualidad en las revistas de DC Flash es por supuesto Barry Allen, mientras que el primer Kid Flash fue Bart Allen, puesto que Wally no apareció en esta nueva continuidad hasta mucho tiempo después (además cambiaron su etnia a afroamericano).
    Para los entendidos en cómics de superhéroes, existen 3 grandes galerías de villanos y ellas pertenecen a las de Spiderman, la de Batman…y la de Flash.  Esto gracias a que desde los inicios de sus historietas, los artistas a cargo supieron insuflarlos de un atractivo tal, que muchas veces incluso han llegado a opacar al Hombre Vivo más Veloz en la Tierra.  En inglés los enemigos de Flash son llamados Rogues (en español Renegados) y acostumbran muchos de ellos a trabajar juntos, debido a que varios de ellos solo están interesados por el robo, pues poseen un código de ética bastante rígido y consistente en no matar personas (en especial mujeres y niños).  Buena parte de estos contrincantes no están locos y son personas ingeniosas que han creado armas basadas en distintos principios físicos, con las cuales les gusta entorpecer la labor de Flash y a quien incluso aprecian, pese a estar en bandos diferentes.  Como no todos los enemigos del Velocista Escarlata, poseen este lado humano que los convierte en personajes entrañables, hay otros en realidad aterradores y malvados, como se verá en el siguiente listado:
N° 1 de las revistas dedicadas a
Wally West como Flash.

    Capitán Frío: Uno de los rouges más queridos por los lectores. Usa un traje tipo esquimal, utilizando además una pistola que lanza cargas congelantes.  Es el líder de su gente y durante un tiempo se reformó junto a su hermana La Patinadora, oficiando ambos de superhéroes y ayudando en muchas ocasiones al mismo Flash en su labor.
    Ola de Calor: De naturaleza pirómana, viene a ser algo así como la contrapartida del anterior, pues su arma funciona en base al fuego. Como muchos de sus compañeros de andanzas, estuvo rehabilitado y luego fue engañado por el villano Inercia junto a otros colegas para matar a Flash IV, lo que fue completamente en contra del estilo de vida suyo y el de los demás (ocasionándoles a todos ellos verdaderos dolores de cabeza).
    Capitán Boomerang: De origen australiano, es un experto en el manejo de esta arma nativa de su país y de un montón de variaciones de ella que ha realizado con el objetivo de conseguir sus fines.  De personalidad irascible, a veces incluso apenas lo soportan sus propios aliados.  Ha sido un valioso miembro del Escuadrón Suicida, el grupo de convictos liderado por Amanda Waller y que a cambio de reducir sus condenas se ofrecen para realizar trabajos peligrosos y secretos para el gobierno de USA.  Posee un hijo quien luego tomó su cargo, el cual ha sido tanto villano como héroe.
     Trickster: Otro de los villanos más reconocidos de Flash, viene a ser algo así como su versión del Guasón de Batman y el Bromista de Superman.  Es un sujeto con ropa chillona y con grandes habilidades para inventar todo tipo de artefactos, quien usa su inteligencia para crear mecanismos en apariencia ridículos y que le permiten cometer sus fechorías (botas para “caminar” por el aire, vómito falso para pegar al suelo a sus contrincantes, etc.).  Vez que interviene no deja de hacer sus chistes. Han existido 2 Trickster, ya que al original lo sucedió otro una vez que el primero dejó las actividades ilegales y se convirtió en un gran amigo de Wally, ayudándolo en su trabajo como Flash III.
     Flautista: Otro de los personajes más emblemáticos de toda la historia de Flash, quien mientras Barry Allen fue Flash en la Edad de Plata, fue un regio contrincante suyo.  Nacido sordo, luego logró contrarrestar su deficiencia auditiva gracias a la medicina y el uso de tecnología avanzada; no obstante se obsesionó con el sonido y ya en su juventud decidió convertirse en maleante.  Tras morir su mayor enemigo, tomó conciencia de sus antiguos actos y decidió usar sus habilidades para el bien.  Se volvió otro gran amigo de Wally West, así como de la esposa de este, con quienes trabajó innumerables veces.  Uno de sus momentos más heroicos fue durante los eventos previos a la Crisis Final y en los que vivió grandes hazañas junto a su amigo y ex compañero de andanzas Trickster I.  A su vez el Flautista fue uno de los primeros personajes de los cómics de superhéroes en “salir del closet” y confesar públicamente su homosexualidad.  En la actual continuidad sigue siendo un aliado valioso de Flash.
    Hechicero del Tiempo: Dos sujetos han tomado este papel, siendo ambos hermanos.  Su poder proviene de una especie de vara mecánica que permite a quien la porte (y sepa usarla) controlar los cambios climáticos, ya sea provocando lluvias, tormentas, tornados, rayos y otros.

El inolvidable momento de la muerte de Barry Allen a manos del monstruoso Anti Monitor.

    Amo de los Espejos: Tal como dice su nombre, utiliza estos artefactos para cometer sus crímenes, pues a través de ellos ha descubierto la manera de usarlos de portales para pasar de un lugar a otro, crear ilusiones ópticas y a su vez lograr acceder a otra dimensión…¡Llena de espejos!  Su arma característica es una pistola que lanza, por supuesto, espejos.  Como muchos otros Rogues podemos encontrarnos con al menos 2 sujetos con esta identidad.
    Gorila Grood: A partir de este temido personaje, doy paso a aquellos villanos de Flash que no forman parte de los Rogues en su sentido más amistoso, puesto que sus motivaciones son otras y a diferencia del resto (que en realidad son muchos otros aparte de los arriba mencionados) poseen en realidad un carácter maligno y/o están locos.  En el caso concreto de este, tal como dice su nombre, corresponde a un primate super evolucionado, quien proviene de Ciudad Gorila, la cual se encuentra en África y solo unos pocos humanos saben de su ubicación.  El lugar está habitado por simios que debido a intervención extraterrestre, desarrollaron una inteligencia superior a la de los hombres, además de telepatía, lo que les ha permitido crear una civilización por completo superior a la de los homo sapiens; esta a su vez es una especie de utopía, siendo Grood un paria entre ellos (y por supuesto un criminal) ante su deseo de poder exacerbado.  Xenófobo por naturaleza, intenta una y otra vez hacerse con el control de su patria y del resto del mundo.  A su vez es uno de los grandes contrincantes de la Liga de la Justicia.
     Murmullo: Si bien ha trabajado junto a los Rogues, se le puede considerar aparte de estos, por sus métodos sanguinarios, ya que es todo un psicópata y pose un aspecto en verdad aterrador (de hecho hay quienes dicen que más parece villano de Batman que de Flash).  En el pasado fue un prominente cirujano, quien se volvió loco y comenzó a matar gente; por esta razón fue condenado a morir bajo la inyección letal, no obstante cierta mutación suya lo hizo inmune a todo tipo de venenos, enfermedades y otros.  Tras escapar de su reclusión, se coció la boca él mismo e hizo una siniestra máscara con la cual cubre su demacrado rostro.  De cuerpo delgado, viste un ajustado traje negro de cuero al más puro estilo leather. 
    Flash Inverso/Zoom: El más grande villano de Flash, pues tal como dice su nombre corresponde a una versión maligna del superhéroe, si bien no es un doble suyo, aun cuando usa un atuendo similar y posee poderes idénticos.  En cada una de sus 3 encarnaciones ha sido el responsable de varias de las peores desgracias del Velocista (por culpa suya Barry cometió un asesinato involuntario y fue declarado prófugo de la ley, al romperle a este mismo sin querer el cuello en un intento de salvarle la vida a su novia de aquel entonces, puesto que ya antes había matado a su esposa Iris; años después su sucesor le provocó un aborto doble a la esposa de Wally, quien esperaba gemelos…).  No está demás decir que se encuentra por completo obsesionado con Flash. 

Los Rogues en versión Edad de Plata y Post Crisis.

viernes, 19 de junio de 2015

Entrevista a R. R. López (autor de "Imposible pero Incierto")


     Hace una semana atrás exactamente, tuve el gusto de publicar en esta página mi crítica a la novela Imposible pero Incierto de R. R. López, quien tuvo la gentileza de mandarme desde su patria su libro de regalo y el cual disfruté con gran dicha.  Ante la posibilidad de saber sobre  la génesis de su obra y más acerca de su autor, aproveché de hacerle esta entrevista que hoy comparto con ustedes y que por razones geográficas no puede realizar en persona (que bien me habría encantado), de modo que gracias a la magia de Internet la pude llevar a cabo.  Es así que ahora doy paso a este texto, que bien se complementa con el dedicado en exclusiva a la obra ya mencionada.

1.     Si bien queda claro que Lovecraft es un autor capitular para ti… ¿Nos puedes hablar acerca de otros escritores que hayan influenciado lo suficiente en tu vida?

     Sí, para mí fueron decisivos Eduardo Mendoza y Terry Pratchett, pues ambos me mostraron cómo se puede hacer buena sátira de géneros tan dispares como la novela negra y la fantasía épica, algo que, hasta que los leí, pensaba que solo tenía cabida en el cine.

2.      ¿Cómo fue la gestación de esta novela tuya? (inspiración y proceso de escritura).

     Una vez hube terminado Historias que no contaría a mi madre, mi primera novela, que en su día fue publicada por Editorial Zócalo, se me fueron ocurriendo escenas para una posible segunda parte, que fui anotando.
    Luego se me ocurrió una trama argumental para unirlas.
    Pero como mi primera experiencia con la publicación no fue todo lo buena que cabría esperar, durante un tiempo dejé de lado la escritura hasta que, hace tres años, la aparición de la plataforma de publicación en Amazon me animó a reeditarla en formato digital.
    Como el público respondió moderadamente bien, esto me dio ánimos para lanzarme a escribir la segunda parte y usando las notas que ya tenía.
    Hubo un breve momento de pánico, puesto que la mayoría eran notas en papel, y en las sucesivas mudanzas que había tenido les había perdido la pista.
    Pero finalmente pude localizarlas y me puse a escribir. También me llevó algún tiempo investigar, principalmente por internet, algunos de los aspectos de la trama y detalles de ambientación.

3.      ¿Por qué razón ambientas los sucesos del libro en los noventa y no en la actualidad?

     Por dar continuidad a la primera parte, Historias que no contaría a mi madre, y porque me da mayor sensación de control escribir sobre una época que ya ha pasado, y sobre la que hay información y hechos consumados; además de que es la época en la que pasé parte de mi juventud, y la recuerdo con gran cariño y algo de nostalgia, para qué negarlo.

4.      ¿Qué tan ciertos son aquellos datos que mencionas en tu obra para otorgarle cierto respaldo a la novela? (como ese monstruo que dices encontraron, aquellas ruinas halladas en Cuba, lo del cantante italiano, etc.).  En otras palabras qué hay de cierto en tu ficción.

     Algunos de los elementos de la trama son ciertos, por ejemplo uno de los asesinatos que se mencionan ocurrió de verdad en Córdoba, aunque no tenía relación con ninguna secta, al menos que se sepa, pero yo lo usé para integrarlo en la trama.
    También es cierto, aunque no especificaré mucho para no hacer spoiler, el tema de la cueva subterránea. Respecto al bloop, y las ciudades subacuáticas descubiertas, también son verdad, aunque para el Bloop han sacado ahora la teoría de que se debe a un ruido que emiten los glaciares al deslizarse, pero la coincidencia geográfica con la localización de R'lyeh no deja de ser sorprendente.
    En cuanto a los animales extraños encontrados en las costas, hay registros históricos de ello, así como de la historia del hombre pez de Liérganes.
    El Picatrix y Maslama el madrileño también son elementos reales, y que encajan muy bien en el canon lovecraftiano.

5.      ¿Has pensado en retomar las andanzas de tu protagonista en una especie de continuación y/o serie?

     Sí, tengo pensado escribir algún día la tercera parte, y creo que la cosa quedará en trilogía, pero antes quiero escribir otras historias en las que pueda escribir como narrador omnisciente, porque da mucha más libertad a la hora de escribir,  y por explorar otros aspectos de mi escritura.
     De hecho, en la sección “Descargas” de mi blog hay disponible un relato corto para descarga titulado Un breve interludio, que es un breve guiño a modo de epílogo para que el lector pueda ver qué tal les va a los personajes después de lo acontecido en Imposible pero incierto.

6.      Tu libro y sus personajes siguen una rancia tradición española correspondiente a los llamados esperpentos (Goya en la pintura, Valle-Inclán en la literatura y Alex de la Iglesia en el cine actual, por solo mencionar los más destacados)… ¿Le otorgaste esta caracterización a tus personajes a propósito o todo te salió de forma espontánea?

    Quería caricaturizar algunos aspectos de la realidad, por lo tanto sí, busco exagerar el absurdo de la realidad, condensándolo en situaciones y personajes. Es como condensar esas anécdotas sin sentido que todos experimentamos a lo largo de 10 años, en primero. Pero también debo decir que algunos de estos aspectos no son exageración, y algunos comportamientos y situaciones están extraidos directamente de la realidad.

7.      ¿Cómo es tu relación con otros autores españoles de literatura fantástica y afines?

    Pues la verdad es que no tengo un amplio círculo literario. Podría decirte que converso en foros a Aitor Solar, que actualmente está publicando muchos relatos lovecraftianos y de ciencia ficción en antologías de editoriales como Saco de huesos, por ejemplo, y que ha recibido muchos premios.
    Alguna vez he coincidido en esos mismos foros con Santiago Eximeno. Aparte soy amigo de Macoco G.M., que hace poco ha publicado una novela de lo que el denomina “Fantasía psicológica”, aunque es una literatura que se aleja de la literatura de entretenimiento, ahondando más en las profundidades del alma del ser humano.

8.      ¿Cuál crees que es el aporte que tu obra puede hacer en la narrativa actual de tu país?

    Francamente, no sé si sería pretencioso por mi parte hacer una afirmación en ese sentido. Prefiero que esto sea algo que lo diga el tiempo.

9.      ¿En la vida real eres tan extrovertido y fanático acérrimo de los cómics, los juegos de rol y similares como resulta ser tu protagonista?

    Sí. Fui un gran lector de cómics, aunque desde hace años estoy desconectado del mundillo, pero cada vez que hay un estreno de una película de Marvel soy el primero en ir al cine a verla.
    De hecho, en casa de mis padres está guardada (porque en mi piso de alquiler no me caben) mi colección de cómics Forum de Spiderman y de Conan el Bárbaro.
     Actualmente estoy más centrado en la literatura, sobre todo lovecraftiana, y en los juegos de rol, hobby que practico cuando tengo oportunidad. También soy gran aficionado al cine fantástico en todas sus vertientes, así como las series.
     En tiempos fui por ahí disfrazado de vampiro, jugando a rol en vivo de Vampiro, la mascarada, aunque eso fue en mis tiempos de estudiante.

10.  Da la impresión de que el grupo de amigos que aparece en tu libro está basado en la realidad… ¿Qué tanto de autobiográfico hay al respecto?

     Al escribir uno siempre se inspira tanto consciente como inconscientemente en determinados aspectos de sus vivencias. Algunos personajes son homenajes a personas a las que tengo mucho aprecio.

11.  ¿Cuál ha sido la mayor satisfacción que ha te ha dado la publicación de tu novela?

     Conocer gente tanto de España como de fuera de ella y saber que en algunos casos he podido aportarles algo positivo, ya fuera evasión en momentos personales difíciles o simple diversión y entusiasmo, que no es poco.

12.  ¿Qué mensaje final les puedes dar a nuestros lectores?

     Que se animen a adentrarse en las calles de Córdoba acompañando a Felio y a sus amigos en sus disparatadas aventuras.

domingo, 14 de junio de 2015

Réquiem por Christopher Lee.


     Dicen que no te queda otra en aceptar que te vas haciendo mayor (o más viejo), cuando la música popular que escuchabas de joven, ahora la vuelves a oír en los supermercados, salas de hospital, ascensores, supermercados u otros lugares públicos en versiones orquestadas para “relajarte”.  También dicen que por ahí que te das cuenta que el tiempo pasa incesantemente, porque aquellos que has conocido a lo largo de tu vida van muriendo (al menos en mi caso particular, solo aquellos que ya eran adultos y entraditos en años, han pasado a mejor vida, salvo una muy querida amiga que se fue antes de lo previsto).  Es así como en el último periodo he lamentado la pérdida de gente que si bien no conocí en persona, sí marcó de una manera u otra mi vida, en especial dentro del terreno artístico; tan solo este 2015 nos ha tocado despedirnos de 3 de los grandes, como bien lo son mi compatriota Pedro Lemebel, Leonard Nimoy y Terry Pratchett…Y es así que hoy en día una gran cantidad de cinéfilos y amantes del terror y la fantasía, nos unimos para llorar en esta ocasión el deceso de todo un grande entre los grandes: Cristopher Lee, actor de culto hace ya rato y quien nos regaló por décadas de sus magníficas interpretaciones en la pantalla, el cual se unió a los otros en el Más Allá tan solo este pasado 7 de junio.
    Para quien quiera llenarse de datos biográficos sobre Lee (pero qué apellido más  ligado al mundo del arte pop: pues nos basta con recordar a genios como Bruce Lee, su hijo Brandon Lee, al propio Stan Lee y a Jim Lee y Jay Lee, estos últimos también en lo que a cómics se refiere), este texto no es lo ideal para saber más acerca del actor británico; no obstante dedico estas palabras a todo aquel que sí desea compartir conmigo ese aprecio y admiración, más los respetos correspondientes, por quién fue capaz de sacarnos tantos sustos en nuestra infancia y a su vez robarnos nuestro corazón al verlo en tanto papel de peso, ya sea en el cine o la televisión.
    Dentro de la llamada cultura de masas, Cristopher Lee alcanzó en toda su gloriosa carrera el estatus que solo gente como Ennio Morricone, en la creación de bandas sonoras de películas y televisión y el ya mencionado Stan Lee en las historietas, se encuentran.  Puesto que este actor (y músico también) si bien falleció a la avanzada edad de 93 años, hasta no hace mucho se encontró activo en su profesión, filmando más de 200 producciones.  De este modo junto a los 2 mencionados, el histrión fue uno de los pocos en lograr tal cantidad de obras, muchas de ellas verdaderas joyitas.  Solo he visto un porcentaje pequeño de todo lo que ha hecho, no obstante vaya que lo poco que pude apreciar de su trabajo, me hizo feliz desde pequeño y ya grandecito, cuando ahora puedo disfrutar de una forma mucho más conciente de sus actuaciones, no puedo dejar de disfrutar cada nueva (o antigua) película donde él aparece.
    De niño cuando aún no tenía mi primera década de vida (allá por el siglo pasado), me torturaba viendo los filmes de la Hammer en la tele.  Eran mi placer culpable por aquel entonces, ya que si bien los gozaba por completo, luego de noche y en la oscuridad sus horrores no dejaban de perseguirme hasta quitarme la serenidad completa del sueño.  Es así como tuve la suerte de conocer a tan temprana edad al señor Christopher Lee, quien con sus intervenciones como Drácula, la Momia, la Criatura de Frankenstein, Rasputin, el doctor Jekyll y mister Hyde, entre otros, se convirtió en uno de mis primeros ídolos del cine.  Por lo tanto, desde esa pretérita época fue para mí sinónimo de formidables actuaciones e inolvidables papeles, que a partir de entonces definirían mi idea de calidad en lo que a cine se refiere.  Su Drácula en cada una de sus entregas llegó a tal punto de impactarme, que recuerdo que de pequeño me gustaba jugar con mis compañeras más lindas del curso, a que yo era el Príncipe de los vampiros y las perseguía para morderlas amorosamente en sus aún virginales cuellitos (tenía especial predilección por las pocas crespas que habían por ahí y con las de pelo largo, que bien me recordaban a las voluptuosas féminas de esas cintas británicas).  Supongo que esta fue una de mis tempranas manifestaciones de erotización (¿y tal vez de cierto morbo “malsano”?), pues en estas pequeñas “dramatizaciones escolares” era el único varón y vaya que disfrutaba oír gritar a mis compañeritas, quienes igual luego me obsequiaban con sus sonrisas y no dejaban de hacerse mis víctimas propiciatorias.
    
El mejor Drácula cinematográfico de todos: el suyo.

     Ya estaba en enseñanza media, en plena adolescencia, cuando me reencontré con el actor en una de las cintas más disparatadas y entretenidas que he visto: Gremlins 2, de Joe Dante.  Fue su primer papel de no villano del que tengo memoria y además en un filme humorístico, de modo que me dio toda una sorpresa contemperarlo en dicha película.  Pasarían los años, hacia finales de esa misma década de los noventa, como para que a los cines Lee volviera con nuevos títulos y sus seguidores nos sintiéramos bendecidos con ello.  Desde cabrochico me gustaron los  largometrajes de Tim Burton, por eso cuando este “rescató” de cierto olvido a su maestro en Sleepy Hollow, fue una razón de más para ir a verla; luego la amistad entre director y actor fue creciendo, hasta hacer juntos otros títulos, si bien en algunos de ellos Christopher Lee solo ponía la voz, como en el caso de El Cadáver de la Novia y Alicia en el País de la Maravilla (siendo que la primera de estas dos nunca la he visto en su idioma original, por mucho que mi edición en blu-ray la trae como en 7 lenguas).  Debo decir sin vergüenza que me fascinó su escena de reconciliación familiar hacia el final en Charly y la Fábrica de Chocolates, haciendo por fin de padre cariñoso (por mucho que en buena parte de este filme, se le presentó como un progenitor castrador).
      Para mí y para muchos este señor de la interpretación será por siempre la quintaesencia de  Drácula…así como el rostro del traicionero Saruman, de la trilogía de El Señor de los Anillos en su adaptación para la pantalla grande.   Por lo tanto cuando me enteré que estaba entre los involucrados de este proyecto, me regocijé y no dejé de comentarlo juntos a mis amigos, quienes compartíamos el aprecio por Christopher Lee, Peter Jackson y, por supuesto, Tolkien.  De hecho cuando al comienzo de la saga aparece como un Saruman el Blanco, supuestamente digno de respeto y luego demuestra sus verdaderas intenciones, fue toda una clase magistral de actuación, como para ver una y otra vez (lo que les aseguro que he hecho).  Y al respecto es que no puedo dejar de olvidar su muerte como este nefasto sujeto, uno de los mejores momentos de la trilogía y que solo aquellos que compramos la Edición Extendida de El Retorno del Rey pudimos gozar (cuentan las malas lenguas que Lee mandó al infierno a Jackson por haberle quitado su única escena en la versión para el cine, si bien al parecer esto no fue así o luego se reconciliaron tal como el tiempo lo demostró).
    Por los mismos años en los que se exhibió la obra maestra del neozelandés, Lee le subió el pelaje al Episodio II y al Episodio III de su trilogía precuela de Star Wars.  Si bien no soy devoto de esta serie, tenía un motivo más para ir a verla al cine, puesto que en ella otra vez este actor nos concedió para la inmortalidad uno de sus malos de antología: el Conde Dooku.  Tanto haciendo de este, como del malvado mago de la saga tolkiana, Christopher no dejó de mostrar que aun a su avanzada edad se encontraba vivito y coleando, con una frescura que más de uno quisiera conseguir si es que llega a vivir tanto tiempo.
    En los últimos años el triunvirato compuesto por Lee-Jackson-Tolkien volvió a hacer noticia, gracias a la producción de El Hobbit, donde nuevamente el inglés vistió las ropas de Saruman el Blanco, dejándonos su imagen gallarda, varonil y talentosa como uno de los actores más queridos en la historia del cine.  Su despedida haciendo de este personaje que terminó por devolverlo al estrellato, se quedó en nuestras retinas, memorias y nuestro corazón, como alguien que se convirtió en una parte importante en los recuerdos de cada uno de nosotros.   

Lee como Saruman el Blanco.

jueves, 11 de junio de 2015

Viscosidades lovecrafnianas a la española.


     R. R. López (Córdoba, 1977) es un autor español de literatura fantástica, que a la fecha ha publicado dos libros: Historias que no contaría a mi madre, correspondiente a una colección de 4 relatos entrelazados entre sí y usando a los mismos personajes; a la que le siguió Imposible pero incierto una novela que se nutre de los mitos de Cthulhu, creados por Howard Phillip Lovecraft y sus seguidores, aunque de una manera bastante especial.  Asimismo entre su primer y segundo libro es posible encontrar más de un nexo, siendo uno de ellos la reaparición de varios personajes de su ópera prima, en su siguiente trabajo.  Es así como la presente entrada se encuentra dedicada a esta segunda obra, de modo que en ella se hablará acerca de sus varias virtudes y con el propósito de recomendar su lectura a quienes deseen descubrir al genio de Providence, desde una perspectiva novedosa y refrescante.
    La trama gira en torno a un estudiante universitario, el cual en su caracterización bien puede representar al típico joven español juerguista y con claros intereses de tipo friki o ñoño, como se le dice acá en Chile (gusto por los cómics, los juegos de rol, el cine y las películas fantásticas), quien tras una noche de parranda descubre un secreto que se esconde a los ojos de sus conciudadanos: en pleno barrio histórico de su ciudad germina una oscura secta ligada a uno que otro crimen, entre desapariciones y muertes, la cual se encuentra involucrada además en ceremonias de magia negra.  Lo más sorprendente es que en la medida que el protagonista y sus amigos encuentran nuevos datos acerca de este culto, se enteran de que todo lo escrito por Lovecraft y compañía sobre monstruosidades arcanas, a la espera de recuperar su sitial en este mundo y el resto del universo, no era solo fruto de una fértil imaginación; pues todo demuestra que en realidad la verdad supera la ficción y de este modo solo les queda a ellos evitar que los villanos de la historia consigan lo que quieren, o si no el resto de la humanidad cobrará muy caro el costo de todo esto.  Es al respecto que el llamativo juego de palabras que compone el nombre de la novela, atiende sin duda a esta vacilación entre creer o no que las historias de Lovecraft, en realidad eran una demostración de lo que yacía escondido al resto de los mortales (y todo esto bien es explicado en parte durante una decisiva charla entre los protagonistas, quizás uno de los mejores momentos y mejor escritos de esta obra).  Como se trata de tipos comunes y corrientes, quienes para nada corresponden al estereotipo de héroes, deben valerse solo con su determinación de muchachos inexpertos y los conocimientos logrados gracias a horas de lectura y jugando frente al tablero de rol (lo que no deja de contrastar con los personajes más “sofisticados” y serios de la narrativa típica de este subgénero).
     Para satisfacción de los fanáticos acérrimos de la mitología lovecrafniana, el autor regala a sus lectores con un montón de referencias directas e indirectas a todo ello, de modo que aquí aparecen algunas de las criaturas y hasta un personaje, salidos de estos textos de culto.  Es así como no podía faltar en sus páginas el famoso Necronomicon, título de ficción aparecido por primera vez en la prosa de Lovecraft, como una fuente de sabiduría maldita sobre este tipo de seres y que llegó a tal nivel de credibilidad, que mucha gente ha llegado a creer de su verdadera existencia.   No obstante es en el uso de los recordados Perros de Tíndalos, del famoso cuento homónimo de Frank Belnap Long, que yace buena parte del sentido homenaje que hace el libro a toda esta literatura y donde el libro llega a tener otro de sus capítulos más memorables; de este modo la introducción de tales monstruosidades, aprovechándose de varios elementos del cuento original para hacer más atractiva la narración, bien demuestra que los clásicos no dejan de estar vivos gracias a los autores actuales.   Por otro lado, en la novela aparece también uno de los personajes más recordados del autor de Los Sueños en la Casa de la Bruja, correspondiente al espantoso Wilbur Whateley (salido de uno de sus cuentos más celebrados, El Horror de Dunwich), quien en pocas  palabras es descrito tal y como aparece en el relato de Lovecraft… ¡Y por supuesto no podía aparecer Cthulhu!

     “El Lompa se quedó mirando al auditorio.
      ―Bueno, y ahora «oj» voy a «presentá» a un alumno que ha «venío» de la «facurtá» de «siensia» de «Jarva», de «Masachuse», de «loj Ejtado» Unido, vaya, y que va a «empesá» a «trabajá» en mi departamento.
     Su cara reflejaba un gesto de orgullo. Para alguien a quien le gustaba tanto figurar como a él, tener un alumno de la capital del imperio, de la prestigiosa universidad de Harvard ni más ni menos, debía de ser toda una oportunidad para ufanarse. Señaló a uno de los estudiantes que se hallaba sentado en la primera fila. Hasta el momento había pasado desapercibido, pero ahora que reparábamos en él no entendíamos como había sido posible.
    ―«Oj» presento «ar señó» Jedediah «Guatli» ―Su acento hacía imposible determinar cómo se deletreaba el nombre del extranjero―. «Ejpero» que lo «tratéi» bien, con «hojpitalidá». ―El Lompa remarcó su alegato con un amenazador ¡EJEM!, mientras señalaba al corpulento individuo, que se giró y recorrió el auditorio con una mirada aviesa, extraña, torcida.
     Un mote vino a mi mente de forma automática: Caracabra. Y es que sus rasgos podían ser calificados de chotunos. Una perilla puntiaguda remarcaba el efecto. Sus ojos también eran caprinos, amarillentos, y casi parecía que su pupila fuera horizontal por algún tipo de malformación. Lo único que lo diferenciaba del ojo de una cabra era que tenía un finísimo círculo blanco por esclerótica. Su media melena de pelo alborotado y salvaje le daba cierto aspecto parecido a la mitológica Medusa.
     ― ¡Coño! ¡Qué tío más feo! ―La aguda voz de Modesto, que contrastaba con su elevada estatura, sonó en tono quedo en segundo plano.
     Durante el resto de la clase no pude dejar de observar a aquel individuo tan inquietante. Tampoco fue tranquilizador observar, cuando se levantó al final de la hora, sus extraños pasos, casi deslizantes. Sin duda debía tener un problema en las piernas, dado que eran anómalamente anchas, como si tuviera elefantiasis o un culo inusitadamente gordo. Para ocultarlas vestía unos pantalones anchísimos, como de rapero, de los que tienen el tiro a la altura de las rodillas.
     Un gélido cosquilleo me recorrió la espalda cuando percibí que, súbitamente, fuera por un efecto de la luz sobre el movimiento del tejido al andar, fuera por una alucinación de mi mente, un extraño culebreo recorría sus piernas y costados.
     Seguramente llevará prótesis en las piernas, me dije a mí mismo para intentar tranquilizarme”.

     Si bien el libro en cuestión corresponde a un sentido homenaje tal como ya quedó demostrado y se enmarca dentro del llamado Horror Cósmico, el subtítulo de esta obra da de inmediato claras señales de su tono igualmente paródico: Una novela de horror c(ó)smico.  De este modo la novela se encuentra llena de humor, uno muy negro por cierto.  Por lo tanto a lo largo de la novela las situaciones, incluso las que deberían encontrarse entre las más graves, se van dando con una hilaridad que no solo puede hacernos sonreír, sino que bien puede sacar más de una carcajada al lector (como bien le pasó a quien aquí escribe).  El mismo protagonista, el cual oficia de narrador, corresponde a uno de esos muchachos que pocas veces se toma en serio lo que hace y a quienes le rodean, de modo que abundan sus comentarios risibles (y también escapistas a la tensión del momento).  Es al respecto que uno de los pasajes más graciosos de toda su extensión, resulta ser cuando el personaje principal acude a un entierro y todo resulta alejado del aire de sublimidad y formalidad que se esperaría de algo así.  En su narración el personaje no deja de hacer comentarios sarcásticos sobre los demás y lo que pasa.  Por otro lado, la habilidad literaria del autor consigue diálogos lo más espontáneamente cómicos, lo que les otorga a sus personajes la vivacidad habitual de tanta comedia española y que sigue una rancia tradición.  Es al respecto que en el lenguaje usado en el texto, abundan las alusiones de tipo sexual y escatológica en general, tan abundante entre la juventud, edad que corresponde a estos particulares “héroes”  y también al ya citado humor de más rancia procedencia.  Ni siquiera el propio “maestro” de R. R. López, Lovecraft, escapa a la pluma satírica de este; al respecto es que donde debería haber por completo seriedad y una atmósfera cargada de misterio, la risa no deja de hacerse presente:

     “La misteriosa y corpulenta figura, que permanecía de espaldas a nosotros mirando a la piedra sacrificial, tenía unos folios amarillentos en la mano. En algún rincón de mi subconsciente la imagen sugirió un deja vu que no acababa de ubicar, pero que me creaba una sensación harto conocida.
     ¡Oh tú, progenie de aquel que aguarda soñando, oh tú, inmensidad oscura, asciende del… el tipo echó un vistazo rápido a los folios, en los que se traslucía una apretada caligrafía «poso der» tiempo inmemorial en el que te hallas confinado.
       »¡Oh tú, horror cósmico, asciende para ayudarnos a… de nuevo otra mirada a los folios …para ayudarnos a preparar, más bien podría «desirse» pla-nifi- car resaltó este último término como si lo estuviera dictando la venida «der» grande, de aquel que aguarda soñando… otra mirada furtiva a la chuleta. El acento fluctuaba por momentos; se notaba el esfuerzo notable del orador por pronunciar correctamente soñando en las simas abisales «der pasífico». ¿Saben ustedes por qué se «hisieron» las pruebas atómicas «der» atolón de Mururoa? Hubo un silencio, no sabíamos si para dar tiempo a ver si alguien contestaba o tan solo para resaltar el efecto dramático de su discurso. ¡Porque creían que estaba «Shulú» ahí «metío», fijo… Aquel comentario nos resultó terriblemente conocido.
     ¡Cállate ya y sigue con el ritual de llamada! ¡Que se va a pasar el alineamiento estelar! gritó una voz anónima con indignación.
     ¡Que el ritual solo se pude hacer una vez cada cuatro siglos! Fue otro de los murmullos que se alzó entre los presentes.
     Si no era capaz de recitar una invocación de memoria, esas miradas a los apuntes, el estado desvencijado de estos, la prepotencia del jueguecito de preguntas y respuestas… estaba claro que se trataba de un profesor de universidad.
     Y el acento, ese acento tan marcado. Un escalofrío me recorrió la espalda acompañando a la súbita certeza que se aposentó en mi mente. Sin duda el mago negro era…
    ¡EJEM! Se aclaró la garganta con una tos tan repulsiva como característica. ¡Ayúdanos a preparar su advenimiento (y a que el «rejtor noh» apruebe el presupuesto «der» departamento) concluyó con una especie de ripio mirando nuevamente los folios.
    ¡Y yo quiero una lavadora nueva! Dejó escapar alguien.
    ¿Quién ha «sío»? preguntó el invocador a la vez que se giraba, enojado. ¡«Quejto e mu» importante, leñe! ¡A que te «asuso» todavía a «loj gule der sementerio» de la Salud!”

    
Es en cuanto a lo abordado en el párrafo anterior a la cita que se acaba de incluir, que el artista a través de su caracterización de los personajes, los dota de una personalidad y en especial un aspecto físico que los hace ideales para crear una atmósfera de rareza.  Por lo tanto el libro está lleno de sujetos bizarros, quienes desde la vida cotidiana se aprecian como verdaderos individuos dignos de la parodia más hilarante.  Muchos de ellos son personas de aspecto caricaturesco, pocos favorecidos estéticamente y de conducta que hace dudar acerca de su inteligencia o bien de sus habilidades sociales y capacidad para relacionarse con otros de forma madura.  Todo ello aumenta la dosis de humor en la narración, puesto que ante la ineptitud de los personajes, sus reacciones y diálogos crean la sensación de estar frente a una historia salida, en parte, de los llamados esperpentos de su compatriota Ramón de Valle-Inclán; cabe saber al respecto, que este último escritor creó toda una nueva literatura basada en el uso de personajes no solo estrafalarios, sino que defectuosos y a tal punto, que su propia fealdad llega a reflejar los aspectos internos de su personalidad.   De este modo R. R. López, ya sea consiente o inconscientemente, continúa con esta tradición tan ibérica y que desde la tierra de Cervantes han continuado otros artistas y no solo en la literatura (como bien se puede identificar en los primeros trabajos de Pedro Almodóvar y luego con Alex de la Iglesia en el cine).  Por lo tanto este libro se nutre no solo de los clásicos lovecrafnianos y aún en esta mezcla el autor logra compatibilizar ambos tipos de escritura, ya que lo grotesco de Valle-Inclán va de la mano con lo monstruoso de Lovecraft.  Recordemos que el autor pulp en sus propias obras describía a sujetos más que curiosos, en especial para dejar clara su naturaleza bastarda.  De este modo el Wilbur Whateley que aquí aparece, es tanto hijo de su creador original, como de este autor más reciente,  pues si bien este logra provocar rechazo y miedo, no deja de poseer los rasgos cómicos de muchos de los personajes que en esta novela abundan.  Es al respecto justamente que en los capítulos dedicados a la vida universitaria del protagonista (que lo que menos hace es dedicarse a estudiar), pululan algunos de los sujetos más esperpénticos, en especial entre los profesores (de los que no se salva ninguno de la pluma mordaz del autor); esto último bien podría corresponder al traspaso de los recuerdos de R. R. López a la ficción, de sus propias ingratas experiencias estudiantiles durante su juventud.

    “El profesor de matemáticas, Teo Domingo Santos de Dios, era un miembro del la rama hardcore del Opus Dei que había decidido modificar las matemáticas después de un derrame cerebral que tuvo mientras se masturbaba con papel de lija viendo Los diez mandamientos (por supuesto esa era la versión «extraoficial» de la causa del derrame).
     ¿No os parece que eso debe doler mucho?
     En fin, que había creado las Teomáticas; os podéis imaginar el regalito. Evidentemente, había sido repudiado por el resto de matemáticos de toda la universidad de Córdoba en un alarde de purismo (que para eso los matemáticos son muy suyos) y nos lo habían endiñado a nosotros. El rector debía pensar que en lugar de para perito ecológico estábamos estudiando para masoquistas o sufridores del Un, Dos, Tres (sí, soy un antiguo, que le vamos a hacer).
     Para colmo, el amigo nos daba como única guía unos apuntes manuscritos de su puño y letra, que dejaba en la copistería para que los compráramos, y que eran una mezcla entre un libro de física y un folleto de los testigos de Jehová, todo ello escrito en una letra quebrada tenía que envidiarle a la caligrafía de un médico con Parkinson o a la escritura cuneiforme.
   (…)
    Era muy interesante estudiar las parábolas tomando como ejemplo el portal de Belén o calcular las condiciones de perpendicularidad de la santa cruz, hacer ecuaciones diferenciales para refutar la prueba del carbono catorce que desmintió que la sábana santa de Turín fuera auténtica… en fin, un «no parar» de diversión educativa a raudales”.

     En el tono más “lovecrafniano” de la escritura, el novelista recoge el estilo de narración en primera persona, tan caro a su fuente de inspiración.   Además en el terreno del lenguaje usado, a manera de estilo literario, si bien abundan en el texto los coloquialismos y voces informales tan propios del grupo sociocultural al que pertenecen los personajes, la narración no deja de ser culta, siendo que además en ella existe una gran proliferación de vocablos que demuestran el manejo óptimo del autor de la lengua castellana; así es cómo R. R. López mantiene ese aire académico, que le era tan caro a Lovecraft, quien hacía uso de un léxico lo más formal posible (y es al respecto, que al comienzo de cada capítulo va incluida una cita textual que apoya su contenido, la que no solo están sacadas de los autores del llamado Círculo de Cthulhu, sino que de fuentes varias, lo que evidencia la gran cultura general de su autor).  A su vez continuando con otro aspecto característico de las obras que le precedieron, en el libro destaca la presencia, aunque breve, del “sabio” que apoya en su misión a los protagonistas y quien en este caso por supuesto no podía dejar de ser alguien esperpéntico; no obstante el narrador se refiere a él igual con respeto, lo que en parte no deja de otorgarle mayor simpatía, a diferencia del resto de sus amigos y de personalidad mucho más visceral.

     “No es por tirar de un recurso fácil, pues lo cierto es que viéndolo cualquiera pensaría que el creador de los Simpson había estado en España y se había inspirado en él para dibujar al dependiente de "La mazmorra del Androide" que, para quien no lo sepa, es la tienda de cómics de Springfield.
    Se hallaba repantigado en su silla giratoria delante del monitor del ordenador, entrado en kilos y vestido de riguroso negro de pies a cuello, porque la cabeza la llevaba al descubierto mostrando su cabellera, un conjunto de lacios y finos hilos de oro del mismo color que la barba perfectamente recortada que poblaba su rostro. Sus rasgos, nobles y armoniosos, que recordaban a un guerrero vikingo rubicundo, contrastaban con unos ojos azules de una claridad tan profunda que cuando te miraban parecían estar escrutándote el alma.
    (…)
    Su cuarto era un verdadero oasis de conocimiento comprimido en nueve metros cuadrados. Las estanterías, que iban del suelo al techo, estaban cuajadas de volúmenes que comprendían colecciones enteras de novelas, juegos de rol, tratados académicos de historia, comics, y figuras en profusión que decoraban los huecos que quedaban en las repisas y muebles; una nave Ala X por aquí, un Caza Tie por allá, una réplica en miniatura del casco de Darth Vader, una figurita de plomo de un dragón pintada a mano … Todo un universo de fantasía que sería la envidia de cualquier coleccionista, se hallaba compendiado entre aquellas paredes”.

      Teniendo en cuenta el grupo etario y sociocultural al que pertenecen el protagonista y sus compañeros, aquí los adultos poseen poca importancia y los pocos que sí la tienen, son descritos de la forma más estrafalaria y poco amistosa (eso sí sin perder su carácter humorístico), como los ya citados profesores universitarios. En cuanto a las mujeres, estas apenas aparecen en el libro y cuando lo hacen bien se les dedican unas pocas líneas, salvo en el caso de la muchacha a cuyo funeral asiste el protagonista y otra que aquí cumple el rol típico de “la damisela a la que hay rescatar”.  En cambio como ya se dijo más arriba, sí pululan entre estas páginas algunos muchachos que en su “frikismo” bien nos pueden recordar a muchos de nosotros mismos, ya que no dejan de ser jóvenes inadaptados y por otra, verdaderos niños grandes que todavía alucinan con los videojuegos, películas y seriales de culto.  Dentro de esto último, se puede apreciar en Imposible pero Incierto el tema de la amistad, puesto que la única manera que tiene su personaje central para “derrotar a los malos”, es apoyándose en sus iguales.
      Puede bien llamar la atención a los ojos de algunos lectores, interesados en ciertos aspectos de los libros que tienen entre sus manos, la existencia de elementos costumbristas, pues es posible hallar aquí más de una referencia al lugar y las tradiciones propias de donde viven los personajes: refiriéndose a su historia como pueblo, con sus personajes típicos y la conocida diferenciación lingüística de una zona tan rica en herencia cultural como lo es España, donde de una región a otra la gente habla diferente según su acento.  Este aspecto inesperado del libro, lo hace mucho más valioso, justamente por conseguir este efecto que a los no españoles, les permite aprender algo más acerca de dicho país ya  los compatriotas del autor, sentirse reflejados en su identidad ante tanta hispanidad en la escritura.
      Quizás el único pero que se le podría poner a esta obra, es su final algo acelerado, puesto que una vez llegados al clímax, el enfrentamiento de las “fuerzas del bien” con las del mal deja con ganas de más y en especial de monstruos lovecrafnianos. Por otro lado, también hay un muy interesante personaje en el libro, nada menos que un hombre lobo caníbal, quien está desperdiciado en el argumento, al irrumpir en la trama para luego desaparecer con la misma rapidez con la que salió y sin tener mayor impacto en los acontecimientos.
    Por último, para aquellos que deseen saber qué pasó luego de tan grande aventura y seguir pasándola bien junto a los personajes de este libro, R. R. López escribió un breve relato a manera de epílogo y que permite saber cómo estos retomaron su vida para volver a la normalidad.  

R. R López.
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