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domingo, 14 de mayo de 2023

Un año completo de puras emociones.

 

     2020 comenzó con el esperado regreso a la pantalla de uno de los más queridos héroes de la televisión ñoña, Jean-Luc Picard, para muchos el mejor capitán de Star Trek y al cual no lo veíamos desde hace décadas, interpretado nuevamente por el actor que lo dotó de vida y con el cual muchos de sus seguidores no dejamos de relacionarlo: Sir Patrick Stewart.  Todo esto fue gracias al entonces más reciente show, que continuó con la franquicia creada en los sesenta del siglo pasado por Gene Rodenberry, llamado Star Trek: Picard.  Tal como dice su nombre, su personaje principal corresponde nada menos que al ahora almirante en retiro de la Flota Estelar, quien debe unirse a un grupo de nuevos compañeros, otra vez para salvar a la humanidad y a la galaxia de una amenaza formidable.  El programa, más encima, significó ser la primera serie trekker que nos mostró qué fue de la Federación, inmediatamente después de la última vez que vimos a la tripulación del Enterprise-E (nave que era capitaneada, en aquel entonces, por el mismo Picard), pasando ahora del siglo XXIV al XXV.  De igual manera, entre medio de sus capítulos nos devolvieron a varios otros personajes de Star Trek: La Nueva Generación y a unos cuantos más relacionados, con intervenciones bastante significativas suyas; todos vueltos a ser encarnados por los actores y las actrices que en su juventud los llevaron a cabo.
    Si la primera temporada estuvo llena de emociones para los fanáticos de estas historias, la segunda fue aún mucho mejor y dejó la vara todavía más alta, para lo que ya nos habían dicho que sería la última (cabe mencionar que en la actualidad, Stewart tiene nada menos que 82 años y si bien es increíble la vitalidad que posee a su edad, hacer una producción de este tipo es una exigencia a su cuerpo bastante considerable).  Teniendo en cuenta todo lo anterior, las expectativas fueron inmensas, más considerando la promesa de que ahora tendríamos a toda la planta mayor, de la tripulación que acompañó por tantos años al buen capitán (y es que si bien, ya habían salido unos 4 de ellos en años anteriores, todavía estaban en deuda unos cuantos y de los cuales hace rato nada sabíamos).
     También estrenada a principios de año y otra vez con “solo” 10 episodios, Picard se despidió en grande y partió nada menos que devolviéndonos a uno de los coprotagonistas más olvidados y queridos de TNG, quien más encima venía junto a un nuevo personaje, que luego sabríamos tendría una relación muy estrecha con el octogenario almirante.  Cabe mencionar, sin querer caer en el spoiler (aunque un lector inteligente, bien puede atar por si mismo los cabos sueltos), que la revelación del parentesco entre este último y Picard es, sin dudas, una concesión al deseo de décadas, de otorgarle por fin al militar la bendición que tanto esperamos para un sujeto como él.  Más encima, imposible negar lo estupendo que les salió este nuevo personaje, por no mencionar el rol que tuvo el otro ya conocido, que fue potenciado como bien se merecía, ya que en las últimas cintas en que se le vio fue harto desaprovechado. 
    A medida que fue avanzado la temporada, que en ningún momento pierde intensidad, cada reencuentro nos va dando razones de más para amar el programa, una verdadera caja llena de fanservices que nos estremecieron.  Y es que no solo nos dan una tremenda historia (digna de lo mejor de Star Trek y de una despedida como esta), si no que volvemos a ver a varios secundarios, que por mucho que deseábamos saludarlos otra vez, creíamos eran solo sueños imposibles conseguirlo.  Viejos enemigos por igual retornan, aunque remozados, aprovechando las actuales posibilidades de los efectos de ahora y de contar con un presupuesto mayor.  Si a eso se le suman las queridas caras que extrañábamos, implicando inteligentes evoluciones personales, tal como en un trío de ellos (un claro guiño, de que todos podemos cambiar para mejor con el paso del tiempo, incluso los más rígidos entre nosotros), el banquete está servido.
     No podemos olvidar que aparte de Jean-Luc y sus compañeros de antaño, por igual contamos con la presencia de esas dos mujeres que también se volvieron inestimables para este (así como para los espectadores) … Les estoy hablando de mi amada Siete de Nueve y de Raffi, una maravillosa dupla que nos ha dado varias escenas y diálogos de antología.  Ambas son coprotagonistas de esta historia y siendo tan buenos personajes, nos prometen un futuro que nos daría para nuevas tramas, que bien podrían significar un titulo más de la franquicia. 
     Además, imposible dejar de mencionar a otros dos nombres más que interesantes, uno de ellos un muy singular capitán y la otra, nada menos, que la simpática hija menor de un conocido ex tripulante del Enterprise-D. 
     Y otro guiño para los viejos trekkers como su servidor, viene a ser que la tremenda villana que aquí aparece, resulta ser nada menos que Amanda Plummer, cuyo padre es el desaparecido Cristopher Plummer, quien nos regocijara el corazón como uno de los grandes “malos” del Enterprise-A.
     Tampoco puedo dejar en el tintero, la confesión de que cuando salen nada menos que varias de las viejas naves de antiguos programas, en especial dos de ellas, me quebré de pura nostalgia; pues desde que tengo uso de razón Star Trek, ha formado parte de mi vida y eso no es poco para mí.  Por lo mismo, y por otros motivos, es para agradecer que todos los actores que pudimos volver a ver en este más reciente espectáculo, siguieran vivos junto a nosotros y de ese modo pudiésemos recordar ya maduros, en su compañía, algunos de los momentos más queridos de nuestra juventud; así como vivir estas nuevas aventuras, que pocas veces se nos conceden reuniones como esta (y que solo recuerdo pasamos por algo parecido, con las inesperadas y bien recibidas últimas temporadas de Expediente-X; en cambio, con nuestros ídolos de Babilonia 5 imposible sería conseguirlo, puesto que buena parte de sus actores han cruzado ya el umbral).
    Solo un “pero” tengo para esta serie y es que teniendo en cuenta que, desde la mítica producción sesentera, los créditos de apertura de Star Trek han sido su sello característico, incluyendo su tema principal, y resulta que habiendo tenido muy bellas e intimistas presentaciones Picard en las dos anteriores temporadas… ¡Esta no la posee! Solo encontramos acá unos créditos de cierre, que para golpearnos más con la nostalgia, recicla acordes trekkers ya clásicos… Aún no sé si les perdono tal omisión.

                                                                     Créditos finales.

jueves, 18 de agosto de 2022

Valió la pena esperar.

 

    En 2019 Star Trek: Picard nos devolvió para gusto de millones a lo largo del mundo, a Jean-Luc Picard, el famoso capitán del Enterprise-D (y también del E... ¡Y también del Stargazer en sus años mozos!) que conocimos gracias Star Trek: The Next Generation.  Considerado por una buena cantidad de trekkers como el mejor de su rango en la franquicia (lo siento, Kirk, pero yo estoy entre ellos), por medio de este show pudimos no solo reencontrarnos con tan querido personaje, ahora todo un anciano (aunque con una vitalidad y lucidez envidiables), sino que también nos permitió ver a varios de sus queridos compañeros.  Por otro lado, no es poca cosa que por fin supimos qué pasó con la Federación, luego de los "históricos" eventos del filme Star Trek: Némesis (última entrega cinematográfica del equipo liderado por el calvo capitán).
    La primera temporada fue breve, demasiado corta, considerando aquello a lo que estábamos acostumbrados quiénes veíamos series en tiempos ya pretéritos (de solo 10 episodios, en vez de los 26 que eran antiguamente esos títulos trekkers de antaño). Pero no hay relleno y cada capítulo es potente, lleno de emociones y se nota que han gastado mucho dinero, siendo que la producción en el aspecto técnico y artístico (efectos especiales y ambientación) está al nivel de muchas producciones hollywoodenses.
    Considerando la avanzada edad de su actor principal, Patrick Stewart, y todo el tema de la actual pandemia que ha durado mucho más de lo que quisiéramos, la segunda temporada demoró más de lo esperado (cerca de un par de años), así que sus seguidores la recibimos con los brazos abiertos.   La serie parte con nuestros héroes, disfrutando cada uno a su manera de los beneficios de la vida en la Federación, todos activos como parte de la Flota Estelar... ¡Y vaya que da gusto verlos felices y plenos! No obstante, ningún título de la franquicia se justifica si no muestra a sus protagonistas en situaciones de aventura y/o remediando algún entuerto; por lo tanto, los primeros minutos son solo la calma antes de la tormenta y vaya que se les viene difícil esta vez.
     La idea de este humilde servidor es la de no caer en los odiosos spoilers; aunque basta con ver los afiches de la temporada, para hacerse una imagen correcta de lo que sucede en esta ocasión.  Así que con solo echarle un ojo a los carteles, sabemos que detrás de estos eventos se encuentran involucrados no solo los Borg, sino que la mismísima Reina (su nuevo diseño está maravilloso, así como la nave de aspecto más o menos orgánico, cual depredador, en la que se transporta esta); asimismo, destacable resulta ser la personalidad de la villana, quien ahora es capaz de ser irónica, sonreír y ser un personaje mucho más complejo emocionalmente; de lo que apreciamos en el pasado respecto a ella.
    Dentro de las gratas sorpresas que nos depara la temporada, se encuentra el hecho de que la trama implica nada menos que un viaje en el tiempo (uno de mis temas favoritos en materia de tópicos ñoños, junto con las ucronías, universos paralelos, los doppelgangers, robots y el primer contacto); esto abarca casi toda la temporada y antes de ello implica otro gran leiv motiv del género, magníficamente dramatizado: las alteraciones temporales (que no dejan de fascinarme).
    Luego tenemos el fanservice, que llega a ser orgásmico para los trekkers de rancia alcurnia: No solo tenemos de vuelta a Q (desde "chiquitito" estuvo entre mis favoritos, que nunca lo consideré como a un malo-maloso de la saga), sino que también vuelve Guinan, de nuevo interpretada por mi trekker famosa predilecta, Whoopi Goldberg.  Ambos "viejos conocidos" nos conceden brillantes diálogos que agregar a su extenso repertorio... ¡Sin embargo, la el-auriana nos depara una tremenda sorpresa entre medio, así que presten atención! Por otro lado, el talentoso Brent Spinner puede que ya no vuelva al rol que le dio fama y fortuna, nuestro bien amado Data; no obstante, para contento de millones, retorna a la pantalla y tal como lo hiciera hace tiempo ya en Enterprise, le toca hacer de un antepasado del doctor Noonien Soong (el creador del mentado androide).  Por último, los minutos finales de la temporada nos darán otra caricia a la nostalgia, al devolvernos, aunque sea por unos minutos, a... Que respecto a esto último, no puedo dejar de asegurar que algunos envejecen muy mal, que para ser actores famosos y usar sus cuerpos como una herramienta vital de trabajo, deberían cuidarse más ¿No? (si no vean lo espantoso que está Russel Crowe en la última entrega de Thor).
    Asimismo, nuevos personajes por el lado del bien nos regala el show, incluyendo a una muy simpática doctora latina y a una heroica "observadora", quien nos dará una de las escenas más emotivas de la temporada.
    No se puede dejar de destacar que por fin nos adentraremos en la infancia de Picard, con dados muy significativos (un recordado actor, de otra tremenda serie de ciencia ficción, interpreta a su padre), que los flashbacks que nos muestran su pasado, están realizados con mucha belleza.
    Los créditos de apertura fueron cambiados, son hermosos, pero el tema musical carece de elemento épico que merece una serie como esta.
    Por último... ¡Se confirma que Cristóbal Rios es shiiiiileno!
     A esperar la tercera y ultima temporada, que promete fanservice para volvernos locos!


                                                                 Créditos de apertura.

domingo, 14 de agosto de 2022

¡Al Infinito y Más Allá!


     El viejo siglo XX nos está dejando cada vez más rápido, por el hecho de que varios de sus hijos destacados que seguían vivos hasta hace poco, nos han dejado este año.  Tan solo esta semana no más tuvimos que despedir a Olivia Newthn-John y menos de un par de días después perdimos a Anne Heche.  Todo esto no deja de apenar a quienes pasamos parte de nuestras propias vidas, disfrutando de sus obras y de sus encantadoras figuras.  Por mi parte, ya me he despedido de varios de estas personas ligados al arte, que me han sido significativas (como bien han podido leer por acá) y todavía tengo pendiente a Alan Grant, pues el tiempo nos lo quita todo y no solo a quienes amamos y/o apreciamos...
    En 1966 se estrenó un show televisivo, que en su momento fue ignorado por muchos, pero que con el tiempo fue cobrando calidad de culto y llegando a convertirse en predecesor de varios títulos más de su estilo, ya sea de manera directa por ser sus sucesores que mantuvieron toda una cronología, al pertenecer a su mismo universo (secuelas para ser precisos) o por mera influencia del estilo de sus historias y personajes.
    Era una década de revoluciones culturales, cuando las ideas liberales impactaron la sociedad mundial, con el movimiento hippie, el comunismo y el rock.  Todo esto se reflejó, como no, en un país como Estados Unidos y su arte era obvio que iba a reflejar los cambios de paradigmas, ya sea por medio de expresiones "cultas" como su literatura (La Mano Izquierda de la Oscuridad de Ursula K. Le Guin), pintura (el art pop de Andy Warhol) y el cine de autor, que no solo comercial (con filmes tales como Odisea 2001, La Noche de los Muertos Vivientes y Busco mi Destino, títulos ya de finales del decenio, aunque no dejan de dar testimonio de lo que estaba pasando en aquellos años)... ¡Y no debemos olvidar la llamada Era Marvel de los cómics, gracias a gente como Stan Lee, Steve Ditko y Jack Kirby!
    En la televisión gringa, como no, imposible que no se evidenciara lo que estaba pasando, de modo que, aunque fuese por medio de la extrapolación de las ficciones, se dejara sentir el grito de rebeldía que proclamaba el malestar por la Guerra Fría, el conflicto de Vietnam y los movimientos de defensa de los derechos de los afroamericanos, en un país responsable por los acontecimientos mencionados, a raíz de su imperialismo y racismo.  Ya antes en 1959, apareció en el horizonte La Dimensión Desconocida de Rod Serling, que seguiría produciéndose hasta bien entrados los sesenta, para retratar este mundo turbulento y que solo deseaba más integración de sus distintos elementos sin distinción entre sí.
     El 8 de septiembre de 1966 se estrenó Star Trek, creación original de Gene Rodenberry, que ambientada en el siglo XXIII nos mostraba un futuro optimista y en el cual los humanos habíamos dejado de lado todas las rencillas sociales e ideológicas, conviviendo como pares para aventurarnos al espacio y de ese modo
 
               "...Descubrir extraños nuevos mundos e ir donde nunca ha ido el hombre jamás".
 
    Tal como rezaba el lema de sus hermosos créditos de apertura.  Es así como, dentro de su nave, el Enterprise, podíamos ver a blancos codeándose de lo más natural con orientales, rusos y negros, todos como pares; entre los anteriores, no podemos dejar de mencionar a un particular alienígena, el Señor Spock, quien de inmediato se convertiría en el ícono del programa.
    Y entre todos ellos brillaba con luz propia una mujer, hermosa y encantadora como ella sola, femenina y muy profesional en su labor como encargada de comunicaciones (ingeniera supongo), de figura impresionante y una exquisita piel azabache: La teniente Nyota Uhura. De este modo, gracias a la propuesta humanista de su creador, el mencionado Gene Rodenberry, no solo los gringos, sino que el resto del mundo, tuvimos al primer personaje "de color" en una producción televisiva, que dejaba de lado los estereotipos racistas y se volviera un rol estable. Ahora bien, Uhura no tenía el mismo peso dramático que el de los tres personajes principales del show (Kirk, McCoy y Spock, todos hombres), aunque no por ello ya carecía la atención del público, gracias a su personalidad (incluyendo sus preciosas piernas, sorry) y en especial por el valioso hecho de su ascendencia africana.

¡Morenazaaaaaa!


     Nichelle Nichols, la actriz a cargo de la morena oficial de la Flota Estelar, como muchos en aquella época, no le tenía fe a Star Trek y para cuando ya estaba por terminar su primera temporada, estaba decidida a abandonar la serie.  Lo que les contaré a continuación es real, que en este mundo en que vivimos también se dan bellas historias y esta en particular no deja de emocionarme, así que es una de mis favoritas: Ignoro cómo sucedió que el buen doctor Martin Luther King, líder de los derechos de la comunidad negra estadounidense y quien promovió la justa inserción de su gente, dentro de la sociedad yanqui, se enteró de que la Nichols estaba dispuesta a renunciar a su papel; así que concertó una cita con esta y le declaro dos cosas que no dejan de ser valiosas hasta hoy en día:
 
1. Primero, era un devoto seguidor de la serie, bien hecha, entretenida y con un montón de virtudes, entre ellas sus sólidos guiones y mensaje positivo.
 
2. Segundo... ¡No podía dejar lo que estaba haciendo! ¿La razón? Se había convertido en un ejemplo para su gente, quien la veía como un modelo a seguir, al demostrar que un negro o una negra no eran ciudadanos de segunda clase y que, por lo mismo, poseían el potencial para dar su aporte en la sociedad. Así que Uhura/Nichols había logrado remecer a millones, que a blancos y de otras razas también, quienes despertaban a estos ideales de igualdad sin discriminación.
 
    La entonces joven actriz, que en todo caso tenía ya sus años de experiencia, entendió la misión que tenía y se quedó sin dudarlo hasta la cancelación de Star Trek, permaneciendo ligada hasta sus últimos días a dicho título.  Incluso ahora su nombre y figura permanecen en nuestra memoria, cuando ya se ha unido en el Más Allá a sus compañeros, que partieron antes que ella.
     Entre medio de todo lo que hizo la inolvidable Uhura, dentro de la serie original de Star Trek, se encuentra el célebre primer beso interracial para la tele (ignoro si ya había pasado en el cine) que se dio con el guapo William Shatner, el capitán Kirk, en el capítulo Los Hijastros de Platón, de su tercera y última temporada.  La escena remeció al mundo, demostrando el poder que tenía el programa para hacernos tomar conciencia, del valor de nuestra humanidad.  Su legado confirmó a las masas, desde el escenario de una manifestación popular que, independiente del color de la piel, idioma que habláramos y lugar donde viviéramos, entre otros detalles, la hermandad era posible como realidad más allá de las puras utopías.

El dichoso ósculo.


    La verdad es que cada vez que salía Uhura en pantalla, conseguía toda la atención del mundo, pues Nichelle Nichols reunía en su persona belleza con talento y simpatía.
    La década de los setenta nos devolvió a Uhura/Nichols, en un principio gracias a la versión animada de Star Trek, que siguió contando con estupendos libretos y muy buenos momentos dentro de sus estupendos episodios.  Respecto a este cartoon destaca Slaver Weapon (traducido como El Arma Fabulosa en el doblaje para Latinoamérica) y donde le toca ser la coprotagonista de nada menos que de Spock y de Sulu, siendo que en toda su duración no sale Kirk.
    Luego, a finales de la década, se estrenó Star Trek: The Motion Picture.  Fue la primera de 6 cintas cinematográficas, que tuvieron al elenco original en nuevas aventuras, a través de las cuales el personaje y su actriz nos dieron varios momentos más de antología (incluyendo mucha comedia, que le salía estupenda a la Nichols, que me gustan en especial sus escenas de Star Trek IV y, en especial, las de mi predilecta de la saga: Star Trek VI).
     A diferencia de sus amigos y colegas del Enterprise, Nichelle nunca quiso salir en otros títulos de la franquicia, si bien participó activamente en sus convenciones y eventos, que era muy querida en todo el mundo.  Entre medio, se hizo muy amiga de dos de los miembros estables de Star Trek: The Next Generation, LeVar Burton y Michael Dorn, ambos afrodescendientes como ella, para quienes fue un ejemplo a seguir.  Asimismo, una actriz muy especial que participó en La Nueva Generación, generó con ella una fraternidad envidiable, que ya les contaré esta otra historia hermosa y verídica.
     Realizando mi "investigación" para este texto, me enteré de que hizo en 1986 una peli de zombies con LeVar Burton, The Supernaturals, que no tenía idea de que existía y que me encantaría ver.  De igual manera, olvidé que le prestó la voz a la madre de una de las protagonistas femeninas de Gargoyles (donde actuaban también Jonathan Frakes y Marina Sirtis de TNG) y que participó en un episodio de Batman: La Serie Animada.
    Nichelle Nichols no solo inspiró a otros negros, para tomar las riendas de sus vidas sin vergüenza, ni temor para empoderarse dentro de la dominante mayoria blanca gringa; sino que también movió a muchas mujeres de todos los colores, para asumir su lugar como féminas independientes, capaces de convertirse en lo que ellas quisieran y todo por medio de sus habilidades.  Es así que, en todas partes, surgieron profesionales de varias disciplinas que antes estaban vedadas a su género y quienes declararon, con agradecimiento, el impulso que les dio la Nichols para convertirse en científicas, médicas, ingenieras y hasta astronautas, entre otras especialidades "duras". Y tampoco podían faltar las artistas...
    Star Trek estaba emitiéndose por primera vez o se encontraba en sus primeras reposiciones, cuando una pequeña niña asustó a sus padres con su grito de sorpresa, que no era de miedo, sino que de regocijo:
 
             "¡Hay una hermana en la tele y no es una esclava, ni sirvienta, ni ladrona!" dijo feliz.
 
    La chica era nada menos que Whoopie Goldberg, la multipremiada actriz de color (una de mis favoritas), quien desde entonces motivada por quien primero sería su ídola y luego una muy querida amiga, decidió dedicarse a la actuación.  Mucho tiempo después, a finales de los ochenta, la Goldberg se unió a las filas de Star Trek: La Nueva Generación, que tenía motivos de sobra para amar la serie.  Ya era una estrella consumada, que solo cobraba una suma simbólica y fue ella misma quien le solicitó a Rodenberry unirse al programa; lo más valioso para esta otra actriz, era volverse parte del show que le dio sentido a su existencia y con eso se sentía pagada y le devolvía la mano a quienes tantas gratificaciones le dieron.
     La única vez que vi a Nichelle actuar, fuera de Star Trek y ya bastante madura (en plena tercera edad) fue en Héroes, otro añorado programa de ciencia ficción, que abordaba de forma "realista" el tema de los superpoderes. Allí se reencontró con su viejo compañero de andanzas, George Takei (Sulu), quien junto a ella tenía sendos roles secundarios; no estuvieron toda la serie, sin embargo, era un gusto contemplarlos de nuevo juntos y en una estupenda producción, fuera de aquella que les dio fama y fortuna.
    Para pesar de sus admiradores, la Nichols en el último periodo de su vida sufrió demencia senil y, por lo tanto, se alejó de la vida pública.  El 30 de julio de este año, a la edad de 89 años, nos dejó. Ojalá nuestros destinos se vuelvan a cruzar, una vez que cada uno de nosotros cruce el umbral.
    Otra querida actriz de televisión y cine, la siempre bella Linda Carter, quien fuera Wonder Woman en la serie de los setenta, debido a su muerte le dedicó unas emotivas palabras y con las cuales encuentro ideal cerrar mi propio homenaje a Nichelle Nichols:
 
   “Muchos actores se convierten en estrellas, pero pocas estrellas pueden mover una nación. Nichelle Nichols nos mostró el extraordinario poder de las mujeres negras y allanó el camino para un futuro mejor para todas las mujeres en los medios. Gracias, Nichelle. Te extrañaremos".

Whoopie y Nichelle, entrañables amigas

martes, 11 de agosto de 2020

Nuevas oportunidades para todos (II).


Nota: Segunda parte y final de mi revisión personal de la primera temporada de Star Trek: Picard.

4. Valores.

    Importante resulta ser que es la primera vez en toda la historia de las series trekkers, en la cual un programa gira en torno a civiles, si bien cabe mencionar que muchos de sus protagonistas antes fueron miembros de la Flota Estelar (partiendo por el propio Picard) y tras desafortunados incidentes ya no forman parte de ella…Así que se han unido trabajando al alero de dicha institución y de la misma Federación, quienes les han dado la espalda y en determinado momento hasta los consideran fugitivos por ir en contra de sus designios.  Por lo tanto la visión que tenemos de este futuro, donde siempre esta especie de Naciones Unidas interplanetarias fue mostrada como algo ideal para sus conciudadanos, ya no es lo que era antes y solo a unas décadas después de la película Star Trek: Némesis, la última producción ambientada en el siglo XXIV; solo bien avanzada la primera y breve temporada, nos enteramos por qué razón han llegado la intolerancia y el miedo a una sociedad antes tan “perfecta”. 
     Teniendo en cuenta lo anterior, es importante detenerse  a observar a la mayoría de los tripulantes de La Sirena, cada uno de ellos incompleto y con culpas que cargar y en ese sentido solo el romulano Elnor se aprecia como alguien por completo centrado y si bien la preciosa Siete de Nueve no vacila en su camino, su vendetta personal es un importante detalle que antes no habríamos apreciado en algún héroe de la franquicia (incluyendo algunas de sus acciones más “emocionales”.
     En todo caso, el compañerismo, la confianza y la lealtad siguen siendo baluartes dentro de este show, puesto que si bien son circunstancias muy especiales las que unen a los personajes, al final las peripecias juntos los integrarán mejor entre sí y hasta que en el emotivo capítulo final no nos quede duda de que ahora ya son una familia  (algo antes solo visto, en parte, con la tripulación del Voyager cuando se tuvieron que unir Federacionistas y Maquis, debido a su salto accidental al desconocido Cuadrante Delta); por otro lado, también es posible darse cuenta con el tiempo, de que cada uno estos viajeros por fin han conseguido recuperar el centro que habían perdido.
     Cabe mencionar que en esta temporada debut. el viaje a lo desconocido y el contacto con nuevas civilizaciones no es un tema primordial; en cambio, ahora, tenemos una gran trama que abarca todos los capítulos y como ya es habitual en la mayoría de las series (¡Pucha que echo de menos el antiguo formato y donde los mismos shows de Star Trek brillaban!), que en esta ocasión por mucho que los protagonistas vayan de un lado para otro a escenarios increíbles, lo más importante resulta ser el viaje interior que les permitirá madurar. Ahora bien, hay gran espectacularidad en lo que encontramos en medio de esto, gracias al presupuesto, los guiones y los avances de hoy en día, pero esta vez el propósito en completamente distinto: desentrañar el misterio detrás de la prohibición de los “sintéticos” y todo lo que concierne a ello, que poco a poco se nos van rebelando inquietantes detalles al respecto.


5. Regalos para los trekkers de corazón.

     Tener de regreso al buen y amado Jean-Luc, más encima interpretado por Patrick Stewart, por supuesto que es una manera de enganchar al trekker de años ya, de modo que la nostalgia viene a ser uno de los principales plus a la hora de ver este título (si bien igual lo pueden apreciar los televidentes que nunca se vieron TNG y/o Voyager).  Es así que a lo largo de toda la temporada y es de esperar en aquellas que le sigan, podemos encontrar numerosas referencias directas e indirectas a estas series.  A ver, vamos por parte dentro de lo que puedo recordar y pude identificar durante mi (re) encuentro con Picard.
     En primer lugar ver a uno de nuestros héroes favoritos, el almirante y ya anciano Picard, resulta impactante para uno.  Su vida no es lo que habríamos querido para él, aunque he ahí parte de las sorpresas que contiene esta propuesta para los seguidores de toda la vida de Star Trek; es cierto que el antiguo capitán del Enterprise no se haya en su mejor momento, pero poco a poco nos demostrará que siempre hay razones para querer estar vivos y volver a la acción (ahora bien, ojalá pudiésemos envejecer como él, que conozco otros  cuarentones  cuyo mayor ejercicio es solo usar el control remoto, je).
     Sabemos ya que el otro gran personaje conocido, que tendrá una vital importancia dentro de la trama, corresponde a la “Borg” Siete de Nueve.  Su vida durante los últimos años no ha estado exenta de emociones y de peligro, que ahora madura (¡Y vaya que se ve estupenda la actriz, a sus más de 50 años de edad!) y si bien no sabemos qué pasó con su relación amorosa con Chakotay, la última vez que la vimos tras el final de Voyager, nos enteramos de que en un momento del pasado su camino se cruzó con el de Jean-Luc y por eso mismo no duda en unírsele. 
     Si la fémina de armas de tomar, es uno de los principales motivos para ver la serie que estamos revisando hoy, es claro que los Borg (una de las razas enemigas más atractivas de Star Trek) van a tener un papel bastante especial dentro de al menos esta primera temporada.  En todo caso Siete no es la primera de su gente o de los “recuperados” humanoides, anteriormente asimilados por los Borg, en salir en pantalla.  Y es que un rol destacado en el argumento posee nada menos que un Cubo Borg, es decir, una de esas gigantescas naves con forma de cubo que ya antes habíamos visto varias veces, el cual se convierte en el escenario de varios momentos de la temporada; allí vemos a un montón de anteriores víctimas de estos seres, en proceso de encontrar su humanidad y es en ese lugar donde nos reencontramos con otro querido personaje relacionado con esta raza: Hugh, el primer borg en ser recuperado y que apareció por primera vez en uno de los episodios más hermosos de TNG.  Nuevamente interpretado por Jonathan del Arco, es ahora un hombre maduro al que le han sacado casi todos los implantes cibernéticos externos y en este cubo cumple con un cargo destacado como representante de la Federación, que por supuesto él sabe mejor que nadie (aparte de la mencionada Siete de Nueve) cómo conseguir la humanidad perdida.   Volver a tener a este igualmente entrañable personaje, al que solo vimos en 3 viejos capítulos, resulta ser otra caricia para uno, quien esta vez participa bastante y entre todo lo que vemos de él, placentero nos resulta su reunión con Picard.
     De la preciosa nave Voyager también aparece, aunque por un par de minutos, otro ex Borg: Icheb. Querido por Siete como si este fuese su hijo, tuvo bastante participación en la serie donde los introdujeron a ambos y si bien su desempeño en Picard fue bastante breve, sin dudas que volver a verlo fue para muchos trekkers un regalo más (por mi parte, no me acordaba del personaje, je).
     En el primer episodio del show, salió Data, claramente uno de los roles más populares de Star Trek; como no, volvió a ser caracterizado por Brent Spinner, un actor tan fantástico que uno se pregunta por qué no hemos vuelto a verlo en otros papeles.  Ahora bien, el actor en TNG y en Némesis hizo más de un rol, dándonos clases de versatilidad en su arte y por eso mismo durante la primera temporada de Picard también hace de otro personaje, cuya identidad es mejor que los trekkers que aún no la han visto, descubran por su cuenta…Y en cuanto a Data, un personaje como él por supuesto que sería revisitado lo más posible; que solo diré al respecto, para quienes han aprendido a amarlo, que tendrán que hacerse la idea de derramar nuevas lágrimas por él.
     También del pasado, vuelve Bruce Madoxx, un experto en inteligencia artificial que fue introducido en uno de los mejores capítulos de no solo TNG, sino que de toda la franquicia: The Measure of a Man (La Medida de un Hombre) de la segunda temporada.  Este solo fue mencionado en Data´s Day (El Día de Data) de la cuarta temporada y para regocijo nuestro fue rescatado del olvido, teniendo en esta ocasión una tremenda importancia dentro de los sucesos que podemos apreciar en la temporada inicial.
      Tanto o más emotivo como otros reencuentros de los que seremos testigos, corresponde la reunión con otros dos ex miembros del Enterprise: el matrimonio conformado por Deanna Troi y William Riker.  Confesaré sin tapujos, que mis lágrimas me salieron cuando volvió a salir la bella Marina Sirtis, como la dulce fémina que le otorgó la fama (la que obviamente ella ayudó a caracterizar tan bien) y el capítulo en sí donde Picard vuelve a estar junto a sus viejos amigos, me gustó bastante (en contra de las opiniones de amigos míos trekkers, que difieren bastante de mí en sus apreciaciones de estas nuevas producciones).  Más encima, acá llegamos a conocer a la adorable hija adolescente de ambos y nos enteramos acerca de la triste historia de su primer hijo.  En cuanto a Riker mismo, vuelve a salir en un momento que dan puras ganas de aplaudirlo y donde nos enseña que la lealtad es algo que nunca debemos dejar de lado.
     Por cierto, en un diálogo se menciona nada menos que al Señor…Quark ¡Ojalá salga más adelante y lo mismo que otros extrañados personajes de las series que antecedieron a Picard!


6. Otras apreciaciones personales.

    Hay varios detalles que cabe destacar en la primera temporada de Picard, por lo general ñoñerías en los que un trekker como uno se fijaría. En primer lugar, nos encontramos con la avanzadísima tecnología que usa la Federación, que solo se vio en Discovery y que corresponde al uso de hologramas en las consolas, videoconferencias y todo eso; pues ello nunca apareció en las otras series ambientadas en el siglo XXIV y que era obvio, porque no existían en aquellos tiempos los medios y el presupuesto para llevarlo a cabo en un programa para la televisión.  Mucha gente alegó, los fanáticos más “dogmáticos, que cómo era posible solo en el siglo XXIII la usaran, tal como era visto en la mencionada Discovery y luego ya no; pues a menos que me equivoque, al final de la segunda temporada de dicho programa, dan una explicación sobre por qué nunca más se volvió a usar dicha tecnología.  Motivo de discusión entre frikis tales discrepancias en la continuidad, empero queda claro que el aspecto visual del programa es increíble, rivalizando con cualquier superproducción para el cine hollywoodense del género.
     Por otro lado, los klingons desde la incorporación del igualmente adorable Worf a TNG, se han convertido en una raza tanto o más popular que la de los vulcanos y cuando cambiaron su fisonomía en Discovery, haciéndolos más alienígenas que nunca, al punto de modificar también buena parte de su cultura, los viejos trekkers nos encontramos con todo un dilema y un nuevo punto de discusión acerca de la fidelidad de esta precuela al resto de la cronología de la franquicia…Pues teniendo en cuenta que el recién mencionado show, transcurre en el siglo XXIII y TNG, como Deep Space Nine y Voyager transcurren en el XIX, uno se pregunta cómo saldrían los Klingon en Picard; sin embargo, nos dejaron con la duda, que en ningún momento los pudimos ver, ni siquiera de pasada.
    Y si de viejas razas vamos a hablar, pero que sí aparecen en la serie que ahora acapara nuestra atención, aparte de los ya nombrados Borg, encontramos a los Romulanos, quienes están a la par de los ex enemigos de la Federación, los Klingon y siempre han sido unos rivales artificiosos y elegantes.  Pues acá tienen gran relevancia, apareciendo al menos tres de ellos como personajes principales y otros dos más, en al menos los dos primeros episodios (a menos que se consideren a sus dos villanos principales solo “recurrentes”).  Interesante respecto a esta cultura, tal como sale en Picard, es que por primera vez en todo Star Trek se profundiza en el punto de vista de los civiles y no de los militares y políticos; asimismo, llegamos a conocer bastante sobre su religión y mitología.  Cabe mencionar que, además, explicaron por qué razón los Romulanos de la primera película, del reinicio para el cine de la saga, se ven algo distinto, (sin dudas, una ingeniosa referencia a esa película tan divertida y que supo rendir honores a la gran creación de Gene Rodenberry).
     Por cierto, llama la atención los tan distintos créditos de apertura del show, bastante artísticos, si bien muy alejados del carácter épico de lo que vimos en otras entregas de la franquicia.  Y no hay que olvidar que la música está compuesta por Jeff Russo, el mismo artista detrás de la banda sonora de Discovery y quien creó como tema principal, algo aún más diferente a lo que habríamos esperado para un título como este y que para nada usaríamos de rington en nuestro celular, debido a su poco wagnerianos acordes (que no es horrible, aunque no es lo que me gusta para una historia de estas características).
   
7. Palabras finales.

    La primera temporada de Picard no contentó a todos los trekkers, quienes la encuentran llena de imperfecciones en tales casos, puesto que entre otras cosas la consideran demasiado condescendiente, muy fan service y por lo mismo con abuso de escenas y diálogos hechos a propósito para apelar a la nostalgia.  De igual manera, hay gente que considera que perdió la llamada “tecnojerga”, al poner demasiada tecnología extraordinaria sin explicarla, muchas veces cumpliendo un rol de deus ex machina.  Puede que tengan razón, pero en mi caso no me molesta (me gusta la “cebollita picada” y no necesito que me expliquen todo, que la llamada ciencia ficción dura tiende a aburrirme). Y otra cosa, un detalle que de seguro a muchos televidentes se les escapó, en la última escena de la temporada, les pareció a algunos demasiado forzado, sin trabajo dramático y/o argumental previo, respecto a la relación entre dos de los protagonistas; no entraré en mayores detalles al respecto, que es mejor quien no ha visto aún la serie se lleve la sorpresa por su cuenta y haga sus impresiones sin contaminación alguna; por mi parte a mí me gustó y ansío ver cómo se desarrolla el tema más adelante.
    Cuando escribo estas líneas, a casi una semana de que me terminé de ver estos episodios y a razón de uno por día durante las vacaciones de invierno, es noticia que tal vez Patrick Stewart no vuelva en la segunda temporada…¿Y si es así, de qué sirve continuar la serie si no se encuentra en ella su actor y personaje principal, quien más encima le da su nombre? Pues considero que hay una manera de continuar el programa, una que igual ya se había esbozado en el último episodio, con su propia lógica y sin perder al personaje, aunque sí a la estrella que por tantos años lo interpretó.  Y es que esta posibilidad de que no regrese Stewart, no se debe a problemas de salud del histrión, sino que según especulan por ahí, este no quedó a gusto con los resultados.  Habrá que esperar no más, respecto a qué nos depara el futuro y ojalá cercano, que con esto de la pandemia el tema también se complica.  


                                                                     Créditos de apertura.

domingo, 2 de agosto de 2020

Nuevas oportunidades para todos (I).


1. Antecedentes.

      Años habían pasado ya desde la última vez en la que vimos a Jean-Luc Picard y compañía en pantalla, puesto que la última aventura del Enterprise-E data de 2002 (Star Trek: Némesis) y sus actores y personajes, ya bastante amados y queridos por sus seguidores, solo habían vuelto a escena en producciones de la franquicia encarnando otros papeles (como Brent Spinner, Data, en Star Trek: Enterprise) o dirigiendo para sus otras series (Levar Burton, Geordi LaForge, en Star Trek: Enterprise y Jonnathan Frakes, William Riker, en Star Trek: Discovery).  Pese a los deseos de los fanáticos, se veía difícil volver a ver la tripulación reunida, al menos a unos cuantos de ellos en nuevas aventuras y en el caso del más consagrado de todos, Patrick Stewart, el buen capitán Picard, ya el actor había asegurado que nunca más interpretaría al personaje que lo hizo famoso…Pero como dice el dicho “Nunca digas nunca jamás”.
     En el transcurso del año pasado (¿o fue el anterior?) llegó la sorpresa de que se haría un nuevo spin-off de Star Trek  y que ello significaría justamente el retorno de Stewart, a los 80 años, como el ¿mejor? capitán de estas historias, ahora convertido en almirante; más encima, él sería el protagonista principal, llamándose este show nada menos que Star Trek: Picard.
     Como creadores del título que hoy nos reúne, encontramos a nombres ya conocidos y respetados, gente como Alex Kutzman y Akiva Goldsman, quienes son también responsables de la vuelta de la franquicia a la televisión, cuando nos trajeron la mencionada Star Trek: Discovery; sin embargo, una de las mayores maravillas detrás del origen de este más reciente programa, corresponde a Michael Chabon, escritor ganador del Premio Pulitzer en lo que vendría a ser su debut como guionista (y es que se encargó del libreto en co-autoría o él solo de 8 de los 10 capítulos que conforman la primera temporada).
    Cabe mencionar que luego de casi 20 años de Star Trek en la TV, esta es la primera vez en que una serie o película nos muestra qué pasó luego de los eventos de la última cinta ambientada en el siglo XXIV, que los dos pasados programas corresponden a precuelas…Así que razones de más había para esperar con ansias su estreno y ver qué había pasado con la Federación a partir de entonces.


2. La historia.

    Picard está retirado desde hace más de una década y vive en las tierras de su familia que por siglos han pertenecido a ella (la que conocimos en el precioso episodio Family, de principios de la cuarta temporada de TNG).  Su alejamiento de la vida pública y de su importante rol para la Federación y la Flota Estelar, se debe a la última misión en la que se involucró como tal, que no solo terminó pésimo para él, sino que para millones de personas: Una nova se produjo en el sol madre del Imperio Romulano y él, como todo un humanista, impulsó la evacuación y refugio de los antiguos enemigos de la Federación, cruzada en la que no contó con la ayuda de quienes esperaba y por eso optó por el ostracismo; más encima por aquella época, lo que supuestamente justificaría el poco interés de los federacionistas en ayudar a los romulanos, hubo un espantoso atentado terrorista perpetrado nada menos que por los ahora llamados “sintéticos”, androides creados tratando de seguir los estudios del doctor Noonien Soong (el creador de Data), lo que los llevó a tomar la, en verdad, increíble decisión de prohibir su existencia dentro de los límites de la Federación y/o desactivarlos.  Es así que dentro de este marco tan poco halagüeño, en el cual la institución que conocimos como todo un monumento a la co fraternidad y a todo lo mejor que puede haber en las personas, Picard y su gente no se encuentran en el mejor momento de sus vidas.
     Jean-Luc comienza a tener sueños en los que justamente aparece Data y un día llega hasta su casa una joven a la que no conoce; es así que cuando decide ayudarla, se da cuenta de que es víctima de un complot en el que están involucrados los mismos romulanos y hasta la Federación (¡aunque cueste creerlo!), donde más encima los ya desaparecidos “sintéticos” tienen mucho que ver.  Intrigado con lo que en verdad está pasando, decide regresar al espacio para ver qué se puede hacer, si bien no cuenta con el apoyo de los mandamases federacionistas, de modo que recurre a una vieja amiga también olvidada por los militares.  Considerando todo lo anterior, por primera vez en la historia de estas ficciones, nos encontramos con la primera nave y tripulación de protagonistas de un show trekker, compuestos por civiles independientes de la Flota Estelar.

3. Los personajes.

* Jean-Luc Picard: ¿Quién no lo conoce a estas alturas? Casi tan famoso como los personajes de la Serie Original, es uno de los mayores héroes de la Federación y siendo que este mismo fue creado por el propio Gene Rodenberry, cuando en 1987 se estrenó lo que sería el primer spin-off de su más famoso show televisivo. Mucho ya se ha escrito sobre este y yo mismo lo he hecho; solo me referiré a cómo lo vemos llegados a este punto, que cuando nos reencontramos con él no lo encontramos como bien quisiéramos, feliz y satisfecho de su carrera y es que la derrota pesa sobre sus hombros; solo cuando se da cuenta de que algo malo se está cocinando (y desde hace rato), recupera la vitalidad latente aún a su edad…¡Que las aventuras solo acaban cuando hemos perdido la fe sobre nuestro papel en el universo!

* Soji Asha: Una ingeniera que trabaja en un cubo Borg que se ha desconectado de la Colectividad y está bajo el control de los romulanos.  Es hermana gemela de la chica que fue a casa de Picard a pedirle ayuda.  Comienza a tener dudas de su verdadera identidad y solo Picard junto a su improvisada nueva tripulación puede ayudarla a encontrar las respuestas sobre quién es realmente y cuál es su lugar en la vida misma.


* Cristóbal Ríos: El capitán de la nave que contrata Picard, La Sirena, un solitario hombre que dejó la Flota Estelar tras un triste incidente que lo hizo perderle la fe y comenzar a cuestionarse un montón de cosas, llevándolo a leer textos existenciales (en papel más encima, que posee una buena biblioteca de libros en “formato antiguo”).  Hasta la llegada de Jean-Luc a su vida y quienes más se le unen, solo es asistido en su nave por una serie de hologramas inteligentes que tienen su aspecto.  Este es interpretado por el chileno Santiago Cabrera, de modo que los chilenos podemos decir con orgullo que tenemos a compatriotas en los actuales shows televisivos de las dos mayores franquicias de ciencia ficción, luego de Pedro Pascal, el protagonista de The Mandalorian del universo de Star Trek.  Al parecer su personaje es chileno, pues recordada es la escena por mis compatriotas cuando dice el popular garabato chesumadre.


*  Raffaella "Raffi" Musiker: Vieja amiga de Picard que cayó en desgracia junto a este, cuando lo ayudó a promover la asistencia de los romulanos tras el desastre con su sol, razón por la cual fue dado de baja por los militares.  Es a quien recurre Jean-Luc para conseguir una nave, luego de que la Flota Estelar se la negó y al final decide unirse a su viaje, pese a que no se veían desde la época en la que ambos fueron ignorados por su gente; por esto mismo tiene rencillas con su compañero, a quien llama JL, hasta que vuelve a nacer la confianza entre ambos.  Cuando comienza esta nueva aventura juntos, la pobre Raffi se ha convertido en una alcohólica y drogadicta, otro tema que debe ir solucionando a medida que transcurre la serie.

* Elnor: De niño debido a su condición de huérfano fue criado por una orden religiosa-guerrera romulana de puras mujeres, en un planeta de refugiados de su raza tras el desastre de la supernova que arrasó con el imperio; allí conoció a Picard a quien le tomó un cariño cercano al filial, hasta que no lo volvió a ver durante más de una década, cuando este lo va a buscar ahora que es un adulto y para solicitarle que forme parte de su búsqueda de la verdad, detrás del complot que ha descubierto.  Sus orejas puntiagudas, pelo largo, vestimenta y manejo con la espada, agregado a su mismo nombre, lo hacen parecer un elfo y no hay que olvidar su personalidad honorable y heroica que, al menos para mí. lo convierte en mi segundo personaje nuevo favorito de la serie (luego de mi compatriota, je).

* Doctora Agnes Jurati: Una algo tímida especialista en humanoides sintéticos, que en un principio se une al grupo de Picard cuando se da cuenta de que por fin podrá conocer aquello que solo ubicaba de forma teórica; sin embargo, detrás de su primer propósito se encuentra un secreto terrible que la atormenta y que luego la llevará a tomar más de una difícil decisión.

* Siete de Nueve: Junto con el mismo Picard, el otro personaje antiguo, conocido y amado por los trekkers gracias a su participación en una serie previa de la franquicia (en su caso: Voyager).  Es una hermosa (y sensual) mujer de grandes dotes de todo tipo (¿parece que se nota que la adoro, no?) que fue abducida por los Borg de niña y luego fue rescatada por la tripulación de la capitana Jenaway.  Habiendo conocido al buen Jean-Luc en circunstancias que aún no se nos han aclarado, llega a La Sirena primero para realizar una labor de venganza y luego regresa con este y el resto para quedarse como personaje estable.  Cabe mencionar que su retorno a Star Trek fue tanto o más celebrado que el de Patrick Stewart.

* Narek: Un espía romulano que hace contacto con la hasta entonces inocente Soji, con la cual entabla una relación muy estrecha.  Los hechos no son tan sencillos si nos detenemos a evaluar su conducta de inmediato, puesto que detrás de sus planes no solo hay intereses egoístas que lo lleven a actuar de manera traicionera y manipuladora; puede ser que aquello que creemos es “malo” o “bueno” no sea tan cierto y haya matices de gris a los que tener en cuenta para sobrevivir.  Este personaje que se hace despreciable con facilidad, es interpretado por Harry Treadaway, quien pareciera orientar su carrera a papeles de sujetos llenos de oscuridad y ciertamente acá se ve bastante irreconocible, puesto que por mi parte lo conocí haciendo del joven Victor Frankenstein en Penny Dreadfull y luego del despreciable psicópata Brady Hartsfield en Mr. Mercedes.

* Narissa/teniente Rizzo: Oficial de la Federación que está involucrada en el complot que Picard se ha decidido en desenmascarar, razón por la cual se convierte en una muy especial enemiga de este y los demás, puesto que es una fémina peligrosa que está dispuesta a hacer cualquier cosa para cumplir su cometido.  Dentro de los secretos que guarda, se encuentra su verdadero parentezco con Narek.

* Comodoro Oh: Una vulcana que está a cargo de la seguridad de la Flota Estelar y que es una de las principales oponentes en la Federación a los planes de Picard.  Poco amistosa, posee una agenda oculta para estar en desacuerdo con el almirante y por eso mismo será otra piedra en su zapato (y bastante grande) para que este pueda conseguir sus objetivos.


                                     Los "güenos" chilenismos del capitán Ríos en Star Trek: Picard
                                        

viernes, 19 de junio de 2020

La despedida cinematográfica de TNG.


1. Palabras introductorias.

     La cuarta y última entrega de la saga fílmica de Star Trek: The Next Generation se estrenó a fines del 2002, recibiendo el título de Star Trek: Nemesis y coincidiendo justo con películas tan masivas y esperadas como las mismas segundas partes de Harry Potter y El Señor de los Anillos, sin olvidar con una nueva entrega del siempre popular James Bond.  Este hecho fue en desmedro de su éxito en las butacas, de modo que tras su baja recaudación que apenas logró superar los 60 millones que costó (en los cines de USA, claro), sepultando para siempre la idea del regreso a la pantalla grande de los miembros del Enterprise-D.  Triste ello, que la cinta tiene sus méritos propios, pese a que muchos de los trekkers no la tienen tan en alta estima.  No obstante, esto último no es el caso de quien aquí escribe y, por lo tanto, ahora deseo presentarles este filme a quienes no lo conozcan, recomendarlo y dar mis razones de su valor.  Por otro lado, por medio de este texto acabo de una vez mi repaso por todo TNG y que ha durado más de dos años, desde que comencé mi repaso del show televisivo, como luego de sus películas, de este modo por fin me daré “permiso” de disfrutar de la primera temporada de Star Trek: Picard, que no solo nos devuelve al querido Jean-Luc, sino que a otros miembros de la recordada serie y de seguro a futuro a otros más.
    Así que vamos al grano, mejor.

2. La historia.

   En el Enterprise están de celebración, puesto que por fin se ha concretado algo esperado por muchos: Tras recuperar su romance de juventud Deanna Troi y Will Riker, han decidido dar el siguiente paso y por ello se celebra su boda en la nave; más encima eso no es todo para la feliz pareja, puesto que por fin el “viejo” Número 1 de Picard ha decidido aceptar el mando de su propia nave, así que se lleva a su flamante esposa. Pero el resto de las celebraciones hay que dejarlas para más adelante, puesto que a nuestros héroes se les presenta una nueva misión, tanto o más complicada (y peligrosa) que las otras en las que los vimos intervenir.
    Por otro lado, encuentran nada menos que a un “hermano” de Data, un anterior prototipo del androide del que nada sabían, de modo que tienen otro misterio en manos y cuyas respuestas quedarán pendientes, supuestamente, mientras realizan la labor que se les ha dado.
    En el centro de pleno Imperio Romulano, viejos enemigos de cuidado de la Federación, supuestamente se están gestando vientos de cambio. Es así que un nuevo Pretor ha tomado bajo sus manos el mando del Imperio y como gesto de buena voluntad invita a sus rivales para conversar dentro de sus territorios (quizás con intenciones de conseguir un tratado de paz…que en todo caso siempre fueron los romulanos los responsables de los conflictos, como buenos “malos” desde los tiempos de la Serie Original).  Por lo tanto le toca ir a Picard y a su gente, encontrándose con una tremenda sorpresa respecto a la identidad del actual Pretor.  Y como era de esperarse entre gente tan insidiosa, detrás del gesto diplomático hay un complot que implica más de una cosa, de modo que si no actúan el buen capitán y los suyos para solucionar todo, millones de personas morirán.


3. Datos extras sobre esta película.

     La película fue dirigida por Stuart Bird, un prominente cineasta con una larga carrera a cuestas que venía trabajando desde los setenta en grandes producciones, ya sea como editor y productor de cine, en filmes exitosos como La Profecía, Superman, Arma Mortal y Gorilas en la Niebla, entre muchas otras. Cabe mencionar que esta realización trekker fue un encargo más que se le hizo, puesto que hasta antes de entrar en dicho proyecto no tenía relación con la franquicia y ni siquiera seguía las series.  De seguro el detalle recién mencionado, no le causó gracias a los fanáticos más dogmáticos, que hubiesen esperado que Jonathan Frakes (Riker) volviera a la dirección u otra persona con claro amor hacia Star Trek; no obstante, Bird hizo un estupendo trabajo y ello se puede apreciar si uno ve las escenas eliminadas en el DVD o blu-ray, que sacó cerca de una hora de metraje a la versión final y de lo que podemos apreciar gracias a los agregados, su talento es evidente a la hora de armas las escenas y disponer los elementos dramáticos (como cuando Picard y el resto de sus compañeros conocen al villano).
    Esta cinta contó con una de las últimas bandas sonoras de Jerry Goldsmith, consagrado compositor de un montón de partituras desde 1959 y que estuvo profundamente ligado a la música de Star Trek, desde que realizó la banda sonora de la primera cinta de la franquicia para el cine en 1979, habiéndose cargo luego de la quinta entrega y de las dos que le precedieron a Némesis, sin dejar de olvidar el hermoso tema principal que creó para el programa Star Trek: Voyager.
     Asimismo, la cinta nos trae de regreso, aunque sea solo por medio de un cameo, a la querida Katryn Janeway, la antigua capitana de la mencionada nave Voyager, ahora convertida en almirante y que sale en una escena hablando con Picard.  De igual manera durante la boda de Troi y Riker, aparecen dos viejos componentes de la tripulación, Wesley Crusher (ahora ya un adulto) y Guinan, la aún más querida cantinera El-Auriana interpretada por Whoppie Goldberg, a quien no veíamos desde su destacado rol en Star Trek: Generations.
     Otra vez más nos encontramos con el hecho de que el personaje que más destaca dentro de la trama, viene a ser el mismísimo capitán Picard, siempre soberbiamente interpretado por Patrick Stewart.  Pero tal como en StarTrek: First Contact, el otro que aquí posee mayor relevancia, dentro de miembros del Enterprise, corresponde a Data.  Más encima, el propio Brent Spinner, el actor que interpreta al androide, co-escribió el guión y volvió a realizar dos papeles en pantalla, algo que ya había realizado en varias ocasiones para el show que le dio fama.
     Por otro lado, ocuparon dos antiguas ideas de capítulos de títulos trekkies: una del episodio Violations de TNG, consistente en una violación de tipo telepática y que acá se hizo al mismo personaje que la sufrió en la pantalla chica; la otra tiene que ver con el destino final de Data y a la última vez en que vemos a la inteligencia artificial en pantalla, algo antes aparecido en The Swarm, de Voyager, aunque relacionado al Doctor Virtual.



4. Por qué me gusta esta película.

    El principal motivo de por qué me gusta este filme, tiene que ver con los villanos que posee.  Y es que por primera vez en los filmes de Star Trek, usaron a los romulanos y que tal como afirmé más arriba, se trata de una clásica raza trekker, con un largo recorrido dentro de la cronología de la franquicia...,que quede claro es una de mis favoritas.  Los complots y las dobles intenciones, siempre resultaron muy bien trabajados en estos personajes de carácter shakespereano, tal como los igualmente queridos klingons.  Más encima agregaron un nuevo detalle a su configuración como cultura y correspondiente a la verdad detrás del planeta Remo, hermano de Rómulo, la cuna del Imperio: la existencia de los Remanos, el pueblo originario de Remo y que aquí aparecen como indeseados por los conquistadores Romulanos; cabe mencionar su aspecto bastante llamativo, claramente inspirado en los vampiros tipo Nosferatu.  Por otro lado, a los mismos Romulanos les hicieron una pequeña modificación en su aspecto visual, lo que los hace verse más alienígenas que en el pasado.  
    Y si de los villanos de la historia vamos a hablar, no podemos dejar en el tintero al principal líder de estos: Shinzon.  Con un pasado oscuro y trágico casi como el del recordado doctor Soren de Generaciones, estuvo a cargo del hoy popular y premiado Tom Hardy.  Pues bien recuerdo cuando lo vi por primera vez en su rol, cuando aún era un “desconocido” por muchos, ya que esta cinta le dio su primer protagónico, me pareció un tipo demasiado feo como para quien se suponía era según la trama de esta película; ahora que ha pasado el tiempo, creo que todo era debido al maquillaje y a la marca camaleónica de este tremendo artista, no solo un tipo bastante guapo y varonil; puesto que el pasar de los años nos ha demostrado en un montón de cintas su talento, pudiéndolo ello comprobar en películas tan variadas como Batman Asciende (donde nunca muestra la cara), Mad Max: Fury Road y hasta en esa porquería de Venom, donde resulta ser lo mejor de la cinta…Queda claro que tras reverme esta obra (que la última vez fue la semana pasada no más, para escribir este post con la memoria fresquita), uno de los puntos más altos de esta entrega que hoy nos reúne, viene a ser ver la labor de Hardy, un ser repugnante que incluso llega a despertarnos en un momento simpatía, debido a la soledad por la que tuvo que pasar; es así que sus motivaciones, por completo diferentes a las de otros villanos en las entregas de Star Trek para el cine…¿Y cuál es su razón de ser? Un enorme rencor que lo carcome y he ahí buena parte de la humanidad del personaje, del cual podemos entender (pero no compartir) su odio.
     Por otro lado, pero aún con respecto a los “malos” de la historia y a los actores que intervienen en esta producción, también tuvo un papel destacado todo un señor de la actuación: Ron Perlman.  Maestro de las caracterizaciones bizarras, desde su época de La Guerra del Fuego, El Nombre de la Rosa y la serie de televisión La Bella y la Bestia, luego de verlo en tanta película por lo general de ciencia ficción, fantasía o terror (que parece tiene predilección por ellas…como este servidor), terminó por ganarse definitivamente mi corazón cuando lo contemplé en Hellboy (y más en la segunda parte, mucho mejor aún que su predecesora). Y es así que aquí lo tenemos haciendo de un verdadero remano, la mano derecha de Shinzon, su virrey y un sujeto al que le otorga cierta majestuosidad al verlo con su báculo. 
     Entre todo lo que intervienen acá romulanos y remanos, pese a las críticas negativas y mala fortuna que ha tenido este filme, que hoy deseo rescatar, parece que por fin se dieron cuenta del atractivo de este pueblo para la pantalla grande: puesto que en el reboot cinematográfico de Abrams, estos fueron los villanos, si bien los hicieron aún más atractivos en el plano visual.
    También me gusta mucho la idea de los cameos mencionados: Katryn Janeway, Guinan y Wesley, aunque me hayan dejado con gusto a poco.  A ver si en verdad rescatan a estos personajes (por supuesto con sus actores originales), para Picard en un futuro cercano.
    Resulta imposible no apreciar y analizar Star Trek sin su hondo transfondo humano, lo que implica los temas morales y sociales que aborda en sus historias. Al respecto, en el caso concreto del largometraje que hoy revisamos, destacable viene a ser el tema de la fraternidad, ligado a la noción de lealtad, algo que en general se aprecia bastante en todos los títulos relacionados a la franquicia; sin embargo, considerando el emotivo final de esta película, acá toma un papel bastante destacado y algo solo antes visto en Fist Contact, en lo que a la saga cinematográfica se refiere. Pero algo que resalta bastante en esta historia en concreto y que se trabaja en los personajes de Picard y Chinzon, corresponde a cómo nuestras experiencias y decisiones nos marcan lo suficiente, a la hora de definir a la persona en que nos convertimos; de tal modo que el contraste entre estos dos, viene a ser uno de los pilares fundamentales de la trama aquí desarrollada.
    Por el destino final que tienen varios de los personajes, que no solo Deanna y Will toman su propio rumbo, dejando el “hogar” que los cobijó en más de una década y media (quizás haciéndose la idea de que en verdad se venía el adiós, entre esta gran familia televisiva/cinematográfica y sus seguidores), la presente película nos invita a reflexionar sobre el paso del tiempo y cómo debemos asumir los distintos caminos que toman nuestros seres queridos; puede ser doloroso en más de una ocasión y en otras significa el crecimiento personal y la felicidad de nuestra gente, de modo que debemos aceptarlo y apoyarlos; puesto que en este último caso, no significa el final de la relación y habrán otros momentos para reencontrarse, tal y como sucede hoy en día cuando los seguidores de TNG, gracias a la tecnología, podemos volver a ver a estos personajes solo accediendo de una manera u otra a sus aventuras y en algunos casos, tal como en Picard, nos encontramos con nuevas aventuras suyas.


                                                                            Tráiler.
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