2020 comenzó con el esperado regreso a la
pantalla de uno de los más queridos héroes de la televisión ñoña, Jean-Luc
Picard, para muchos el mejor capitán de Star Trek y al cual no lo
veíamos desde hace décadas, interpretado nuevamente por el actor que lo dotó de
vida y con el cual muchos de sus seguidores no dejamos de relacionarlo: Sir
Patrick Stewart. Todo esto fue gracias
al entonces más reciente show, que continuó con la franquicia creada en los
sesenta del siglo pasado por Gene Rodenberry, llamado Star Trek: Picard. Tal como dice su nombre, su personaje
principal corresponde nada menos que al ahora almirante en retiro de la Flota
Estelar, quien debe unirse a un grupo de nuevos compañeros, otra vez para salvar
a la humanidad y a la galaxia de una amenaza formidable. El programa, más encima, significó ser la
primera serie trekker que nos mostró qué fue de la Federación, inmediatamente
después de la última vez que vimos a la tripulación del Enterprise-E (nave que
era capitaneada, en aquel entonces, por el mismo Picard), pasando ahora del
siglo XXIV al XXV. De igual manera, entre
medio de sus capítulos nos devolvieron a varios otros personajes de Star Trek: La Nueva Generación y a unos cuantos más relacionados, con intervenciones
bastante significativas suyas; todos vueltos a ser encarnados por los actores y
las actrices que en su juventud los llevaron a cabo.
Si la primera temporada estuvo llena de
emociones para los fanáticos de estas historias, la segunda fue aún mucho mejor
y dejó la vara todavía más alta, para lo que ya nos habían dicho que sería la
última (cabe mencionar que en la actualidad, Stewart tiene nada menos que 82
años y si bien es increíble la vitalidad que posee a su edad, hacer una
producción de este tipo es una exigencia a su cuerpo bastante considerable). Teniendo en cuenta todo lo anterior, las
expectativas fueron inmensas, más considerando la promesa de que ahora
tendríamos a toda la planta mayor, de la tripulación que acompañó por tantos años
al buen capitán (y es que si bien, ya habían salido unos 4 de ellos en años
anteriores, todavía estaban en deuda unos cuantos y de los cuales hace rato
nada sabíamos).
También estrenada a principios de año y otra vez con “solo” 10 episodios, Picard se despidió en grande y partió nada menos que devolviéndonos a uno de los coprotagonistas más olvidados y queridos de TNG, quien más encima venía junto a un nuevo personaje, que luego sabríamos tendría una relación muy estrecha con el octogenario almirante. Cabe mencionar, sin querer caer en el spoiler (aunque un lector inteligente, bien puede atar por si mismo los cabos sueltos), que la revelación del parentesco entre este último y Picard es, sin dudas, una concesión al deseo de décadas, de otorgarle por fin al militar la bendición que tanto esperamos para un sujeto como él. Más encima, imposible negar lo estupendo que les salió este nuevo personaje, por no mencionar el rol que tuvo el otro ya conocido, que fue potenciado como bien se merecía, ya que en las últimas cintas en que se le vio fue harto desaprovechado.
A medida que fue avanzado la temporada, que en ningún momento pierde intensidad, cada reencuentro nos va dando razones de más para amar el programa, una verdadera caja llena de fanservices que nos estremecieron. Y es que no solo nos dan una tremenda historia (digna de lo mejor de Star Trek y de una despedida como esta), si no que volvemos a ver a varios secundarios, que por mucho que deseábamos saludarlos otra vez, creíamos eran solo sueños imposibles conseguirlo. Viejos enemigos por igual retornan, aunque remozados, aprovechando las actuales posibilidades de los efectos de ahora y de contar con un presupuesto mayor. Si a eso se le suman las queridas caras que extrañábamos, implicando inteligentes evoluciones personales, tal como en un trío de ellos (un claro guiño, de que todos podemos cambiar para mejor con el paso del tiempo, incluso los más rígidos entre nosotros), el banquete está servido.
No podemos olvidar que aparte de Jean-Luc y sus compañeros de antaño, por igual contamos con la presencia de esas dos mujeres que también se volvieron inestimables para este (así como para los espectadores) … Les estoy hablando de mi amada Siete de Nueve y de Raffi, una maravillosa dupla que nos ha dado varias escenas y diálogos de antología. Ambas son coprotagonistas de esta historia y siendo tan buenos personajes, nos prometen un futuro que nos daría para nuevas tramas, que bien podrían significar un titulo más de la franquicia.
Además, imposible dejar de mencionar a otros dos nombres más que interesantes, uno de ellos un muy singular capitán y la otra, nada menos, que la simpática hija menor de un conocido ex tripulante del Enterprise-D.
Y otro guiño para los viejos trekkers como su servidor, viene a ser que la tremenda villana que aquí aparece, resulta ser nada menos que Amanda Plummer, cuyo padre es el desaparecido Cristopher Plummer, quien nos regocijara el corazón como uno de los grandes “malos” del Enterprise-A.
Tampoco puedo dejar en el tintero, la confesión de que cuando salen nada menos que varias de las viejas naves de antiguos programas, en especial dos de ellas, me quebré de pura nostalgia; pues desde que tengo uso de razón Star Trek, ha formado parte de mi vida y eso no es poco para mí. Por lo mismo, y por otros motivos, es para agradecer que todos los actores que pudimos volver a ver en este más reciente espectáculo, siguieran vivos junto a nosotros y de ese modo pudiésemos recordar ya maduros, en su compañía, algunos de los momentos más queridos de nuestra juventud; así como vivir estas nuevas aventuras, que pocas veces se nos conceden reuniones como esta (y que solo recuerdo pasamos por algo parecido, con las inesperadas y bien recibidas últimas temporadas de Expediente-X; en cambio, con nuestros ídolos de Babilonia 5 imposible sería conseguirlo, puesto que buena parte de sus actores han cruzado ya el umbral).
Solo un “pero” tengo para esta serie y es que teniendo en cuenta que, desde la mítica producción sesentera, los créditos de apertura de Star Trek han sido su sello característico, incluyendo su tema principal, y resulta que habiendo tenido muy bellas e intimistas presentaciones Picard en las dos anteriores temporadas… ¡Esta no la posee! Solo encontramos acá unos créditos de cierre, que para golpearnos más con la nostalgia, recicla acordes trekkers ya clásicos… Aún no sé si les perdono tal omisión.
También estrenada a principios de año y otra vez con “solo” 10 episodios, Picard se despidió en grande y partió nada menos que devolviéndonos a uno de los coprotagonistas más olvidados y queridos de TNG, quien más encima venía junto a un nuevo personaje, que luego sabríamos tendría una relación muy estrecha con el octogenario almirante. Cabe mencionar, sin querer caer en el spoiler (aunque un lector inteligente, bien puede atar por si mismo los cabos sueltos), que la revelación del parentesco entre este último y Picard es, sin dudas, una concesión al deseo de décadas, de otorgarle por fin al militar la bendición que tanto esperamos para un sujeto como él. Más encima, imposible negar lo estupendo que les salió este nuevo personaje, por no mencionar el rol que tuvo el otro ya conocido, que fue potenciado como bien se merecía, ya que en las últimas cintas en que se le vio fue harto desaprovechado.
A medida que fue avanzado la temporada, que en ningún momento pierde intensidad, cada reencuentro nos va dando razones de más para amar el programa, una verdadera caja llena de fanservices que nos estremecieron. Y es que no solo nos dan una tremenda historia (digna de lo mejor de Star Trek y de una despedida como esta), si no que volvemos a ver a varios secundarios, que por mucho que deseábamos saludarlos otra vez, creíamos eran solo sueños imposibles conseguirlo. Viejos enemigos por igual retornan, aunque remozados, aprovechando las actuales posibilidades de los efectos de ahora y de contar con un presupuesto mayor. Si a eso se le suman las queridas caras que extrañábamos, implicando inteligentes evoluciones personales, tal como en un trío de ellos (un claro guiño, de que todos podemos cambiar para mejor con el paso del tiempo, incluso los más rígidos entre nosotros), el banquete está servido.
No podemos olvidar que aparte de Jean-Luc y sus compañeros de antaño, por igual contamos con la presencia de esas dos mujeres que también se volvieron inestimables para este (así como para los espectadores) … Les estoy hablando de mi amada Siete de Nueve y de Raffi, una maravillosa dupla que nos ha dado varias escenas y diálogos de antología. Ambas son coprotagonistas de esta historia y siendo tan buenos personajes, nos prometen un futuro que nos daría para nuevas tramas, que bien podrían significar un titulo más de la franquicia.
Además, imposible dejar de mencionar a otros dos nombres más que interesantes, uno de ellos un muy singular capitán y la otra, nada menos, que la simpática hija menor de un conocido ex tripulante del Enterprise-D.
Y otro guiño para los viejos trekkers como su servidor, viene a ser que la tremenda villana que aquí aparece, resulta ser nada menos que Amanda Plummer, cuyo padre es el desaparecido Cristopher Plummer, quien nos regocijara el corazón como uno de los grandes “malos” del Enterprise-A.
Tampoco puedo dejar en el tintero, la confesión de que cuando salen nada menos que varias de las viejas naves de antiguos programas, en especial dos de ellas, me quebré de pura nostalgia; pues desde que tengo uso de razón Star Trek, ha formado parte de mi vida y eso no es poco para mí. Por lo mismo, y por otros motivos, es para agradecer que todos los actores que pudimos volver a ver en este más reciente espectáculo, siguieran vivos junto a nosotros y de ese modo pudiésemos recordar ya maduros, en su compañía, algunos de los momentos más queridos de nuestra juventud; así como vivir estas nuevas aventuras, que pocas veces se nos conceden reuniones como esta (y que solo recuerdo pasamos por algo parecido, con las inesperadas y bien recibidas últimas temporadas de Expediente-X; en cambio, con nuestros ídolos de Babilonia 5 imposible sería conseguirlo, puesto que buena parte de sus actores han cruzado ya el umbral).
Solo un “pero” tengo para esta serie y es que teniendo en cuenta que, desde la mítica producción sesentera, los créditos de apertura de Star Trek han sido su sello característico, incluyendo su tema principal, y resulta que habiendo tenido muy bellas e intimistas presentaciones Picard en las dos anteriores temporadas… ¡Esta no la posee! Solo encontramos acá unos créditos de cierre, que para golpearnos más con la nostalgia, recicla acordes trekkers ya clásicos… Aún no sé si les perdono tal omisión.
Créditos finales.