jueves, 31 de mayo de 2018

Pecados de omisión (primera parte).



     Hace rato ya que quería escribir esta entrada, que incluso a más de uno de mis amigos les había hablado de tal proyecto.  Es así que aprovechando que estoy con licencia médica,  que tengo “todo el tiempo del mundo” (que tampoco esto es tan cierto esta vez, porque he tenido que ir casi todos los días al Centro de Santiago, a hacerme la terapia de kinesiología debido a la parálisis facial que me dio y que, gracias a Dios, le he ido superando) y deseo cumplir con mi cuota de 8 post mínimos por mes, que me dispongo a llevarlo a cabo.
     Con seguridad lo que les voy a contar le ha pasado a más de uno entre ustedes, que yo sé con seguridad que a mis íntimos ya les ha tocado pasar por este tipo de situaciones y que para el orgullo de un coleccionista como uno, pesa bastante sobre la conciencia.
     Dentro del Cristianismo (o tal vez solo en lo que concierne a la fe católica) un pecado de omisión corresponde a la falta de una acción positiva por parte de una persona, quien por pereza, vergüenza u otra razón no la ha llevado a cabo y por ello ha perjudicado a otro por su inacción (como cuando podemos hacer solidaridad y no la realizamos).  Pues sucede que hace años como ñoño recalcitrante, me dio por llamarle así a toda vez en que “de puro tonto”, por ignorancia en un principio, que luego ya más “viejo” para ser justo ya sabía bien lo que hacía (o no hacía), perdí la oportunidad de adquirir una verdadera joyita para mi colección y mi disfrute.  Esto por lo general me ha sucedido con libros y más encima con buenos títulos, hoy en día escasos, que cuando pienso en ello… ¡Me remuerde la conciencia! Se trata de obras que en realidad ya no están por estos lares y si uno las pilla por ahí, están a un precio exorbitante.  Más encima, para que sea un verdadero pecado de omisión, tuvo que pasar que uno en ese momento contaba con el dinero suficiente como para desembolsar el dinero exigido para su venta, que además no se trataba en el mayor de los casos de mucha plata y aun así uno se nubló y se dejó llevar por su estupidez.
     Voy a contarles sin tapujos, con humildad y como todo un acto de penitencia (o de liberación) de algunos de mis pecados de omisión.
      Era un adolescente en aquel entonces, durante los primeros años de los noventa en el siglo pasado, cuando llegó hasta mí el nombre de Isaac Asimov, como uno de los grandes escritores de ciencia ficción.  Si Stephen King fue mi obsesión en lo que a terror literario concierne, el llamado “Buen Doctor” llevaba la delantera en la también conocida como ficción científica, incluso más que Ray Bradbury, quien desde antes se había hecho valioso para mí.  Pues resulta que por esos años salió una colección del género a muy bajo costo, que incluso se vendía en los kioscos y en los supermercados: Me estoy refiriendo a la Biblioteca de Oro de la Ciencia Ficción de Ediciones Orbis.  Se trataba de unos tomos azules de tapa blanda y hermosas portadas surrealistas, aunque con unos empastes malísimos y que si abrías mucho el libro se le salían las hojas (como al tomo que presté de Fahrenheit 451 a una compañera del colegio, de pura buena onda que soy).  Es así que tuve la oportunidad de comprar muchos de sus títulos, que eran más de 100 y a precios en verdad irrisorios… ¡Y no lo hice! ¿Por qué razón? Porque no eran de Asimov (aunque se encontraban varios de sus trabajos en tan noble listado).  Años después, ya en la universidad, menos tonto que antes, compré como loco casi todo lo que me llegó a las manos de estas ediciones; sin embargo, ya no había mucho para regodearse.  Lo más gracioso, es que comencé a soñar con verdaderas orgías de comprador compulsivo de mi parte de ejemplares de la Biblioteca de Oro; tipo de sueño que de vez en cuando vuelvo a tener, ahora con otras obsesiones consumistas mías.
    
     Clark Ashton Smith es uno de los autores del círculo lovecrafniano que más venero y al que no obstante apenas he leído.  Este señor que ayudó con sus escritos pulps a darle forma a los hoy importantes Mitos de Ctulhu, amigo epistolar del “Soñador de Providence” Howard Phillips Lovecraft, apenas es traducido al español y solo de vez en cuando uno encuentra algunos de sus relatos en antologías, compartiendo páginas junto a otros maestros de la narración terrorífica.  Y no obstante, pese a saber de la calidad de sus escritos, la única vez en que tuve la oportunidad de comprarme un libro por completo de su autoría, la colección de cuentos Hiperborea. no lo hice.  Más encima, el precio era una ganga, tratándose de una preciosa edición de bolsillo, con una portada magnífica, que imitaba los tomos de bolsillo gringos.  En la actualidad la prestigiosa editorial española Valdemar (de las que ya les he hablado en ocasiones anteriores) tiene varios títulos publicados de este artista, no obstante, no llegan acá a Chilito o apenas lo hacen se van rápidamente, que los costos además son exorbitantes (pero igual pagaría por ellos…creo).
      Tanto que digo que el ya citado Stephen King es mi predilecto, que me jacto de ser un “especialista” en él y pese a ello tengo un asunto pendiente con el titulado Rey del Terror.  Resulta que su colección de novelas cortas Las Cuatros Después de la Medianoche, en el presente o bien apenas se edita por estos lares o bien los muy hideputas lo sacan dividido en 2 tomos, razón por la cual resulta más difícil (y más oneroso para el bolsillo) completarla.  Sucede que cuando ya estaba trabajando,  ganándome mi platita que podía gastar en muchos lujos y gustos que sin dudas “uno se merece por matarse laburando”…y más por estar pasando a veces rabias con los “cabrochicos” en el colegio, un día me encontré con una versión a la lengua de Cervantes de este tomo.  El libro tampoco estaba a un valor excesivo y yo hace rato que le tenía ganas…Empero como no me gustó su portada “demasiado minimalista”  (que a veces los editores españoles caen en ese afán ridículo de dárselas de serios y obvian una bella ilustración, porque creen que le quitará verdadero valor artístico al libro), no me lo traje conmigo.  Y es que yo quería conseguirme otra edición de la misma obra que había visto por ahí, “más bonita” según yo; de ese modo me fui al carajo, que luego cuando me arrepentí ese único ejemplar ya no estaba y, nunca, nunca más nos llegó esta colección suya de manera integral a esta país que es el culo del mundo.
     ¿Y tú tienes alguno de estos pecadillos?



martes, 29 de mayo de 2018

Por el amor a Shirley Jackson y a Richard Matheson (segunda parte).


4- La miniserie.

4.1- Un gran colaborador.

     Stephen King´s Rose Red, que es como se llama completamente en inglés la miniserie que me ha llevado a escribir estos posts, fue dirigida por el talentoso Craig R. Balxley, siendo este su segundo trabajo junto a King (y tampoco el último), quien según algunos en lo que concierne a producciones televisivas sobre la obra del escritor, resulta mucho más eficiente y/o efectivo que Mick Garris (lo que me parece una injusticia con el otro más constante socio en la TV de S.K., ya que se trata de estilos diferentes…y si no fuera por Garris, tal vez no habríamos tenido mayor interés por llevar a la pantalla chica, con grandes producciones. a nuestro autor favorito ¿No?).
     Con un curriculum bastante interesante en TV, que incluye varios clásicos en diferentes géneros tales como M*A*S*H, The Dukes of Hazzard y The A-Team (que yo veía en los ochenta con mis papás bajo el nombre de Los Magníficos... ¡Grande Mister T!), como director de segunda unidad, tuvo además unos cuantos papeles como actor en Kolchak: The Night Stalker y otros títulos más (y sí, estamos hablando de nada menos que de la mítica serie que elogió el propio King en su ensayo Danza Macabra y que inspiró a Chris Carter para crear nada menos que Los Expedientes-X).
     A su vez posee unas cuantas películas para el cine y otras directas para el video, bastante olvidables, tales como Action Jackson (1988) y Stone Cold (1991).  Podría decirse que Dark Angel (1990), una especie de refrito de Depredador, sobre un asesino serial alienígena suelto en plena ciudad y aprovechando el despegue hollywoodense de Dolph Lundgren, vendría a ser lo más loable de su paso por la pantalla grande.   

Craig R. Baxley.

      Por otro lado, la verdad es que sus mejores obras han sido hechas para la “cajita tonta”.  Es así que en 1999 nos sorprendió, con la que bien podría considerarse entre las mejores historias de la pantalla chica sobre una historia de King: La Tormenta del Siglo.  Esta no solo se trata de otra miniserie de 4 horas y media de duración, bajo el formato de 3 episodios, sino que además viene a ser la primera en su tipo en poseer un guión original de Stephen King (luego de ese desastre a principios de la década, que fue The Golden Years).  En pocas palabras corresponde a una obra de terror sobrenatural, si bien con un intenso clima psicológico y hasta de crítica social, sobre una pequeña comunidad gringa que vive apartada del resto del país en una isla.  Todos se conocen en ella y supuestamente son un grupo muy bien cohesionado, hasta que un día llega hasta sus tierras un extraño y que resulta ser una criatura del Mas Allá, quien solo desea una cosa de ellos y para conseguirlo llega a minar de la manera más impactante los cimientos de su sociedad.  Este título ganó un montón de premios y nominaciones, consiguiendo grandes elogios, en especial por las actuaciones de quienes intervinieron en ella (Timothy Daly, Colm Feore y un habitual en las producciones televisivas y cinematográficas basadas en la narrativa kingniana, Jefrey DeMunn, entre otros).
     Fue debido al éxito de La Tormenta del Siglo y a la excelente asociación entre King y Baxley, que se atrevieron a incursionar juntos en Rose Red, un par de años después.  Luego en 2003 vino El Diario de Ellen Rimbauer, sobre la novela precuela a la recién citada miniserie, en esta caso un telefilme y luego la serie de televisión Kingdom Hospital.  Corresponde esta última a la segunda serie de televisión creada por Stephen King, tras The Golden Years, basada más o menos en el programa danés The Kingdom de Lars von Triers.  Con solo 13 capítulos, debido a que fue cancelada, debido a lo rápida que fue cayendo su audiencia, demostró lo soporífero que puede llegar a ser incluso el mismísimo King, cuando algo se le va de las manos (yo mismo fui incapaz de pasar más allá del capítulo 5 ¿O me vi menos?).  En una mezcla de terror sobrenatural y surrealismo, la trama sobre un hospital encantado es lejos uno de los puntos más bajos del escritor y la caída de la dupla de lujo que fueron King y Baxley, pues luego nunca más volvieron a juntarse para orquestar nuevos horrores.
     Con posterioridad Craig R. Baxley realizó dos miniseries para Syfy, el canal de televisión yanqui dedicado a la ciencia ficción, el terror, la fantasía y lo paranormal: The Triangle (2005, sobre la famosa, aunque casi olvidada leyenda del Triángulo de las Bermudas) y The Last Room (2006).


                                                       Tráiler de La Tormenta del Siglo.

4.2- La miniserie.

     Como ya se sabe, Rose Red corresponde a la segunda colaboración en televisión entre Stephen King y Craig R. Baxley, luego de la aclamada La Tormenta del Siglo.  Es así que tal como en la anterior, King escribió un guión por completo original para esta obra, dividiendo la trama en 3 episodios.  Ahora bien, pese a que se trata de una historia no antes publicada por el autor, esta mantiene unos cuantos detalles que la emparentan bastante (o demasiado) a la novela de Richard Matheson Casa Infernal, escritor del cual ya se dijo en el post anterior que King le rinde pleitesía y que en cierto sentido la miniserie es un homenaje suyo más a su colega y maestro.  No obstante, mirando todo con ojos bastante críticos, el argumento de la producción televisiva pareciera ser hasta cierto punto una copia descarada del texto más antiguo: Pues en ambas historias un grupo de personas con poderes extrasensoriales (médiums y otros), se adentra a propósito en una inmensa mansión, para “despertar” en ella las fuerzas sobrenaturales que se cobijan en su interior; asimismo, de igual manera el lugar termina por corromper a más de uno de sus visitantes, debido justamente a sus habilidades que los hacen ser más susceptibles, como por sus propias debilidades y que son acentuadas por el influjo del lugar…Sin embargo, hasta ahí el parecido, que obviamente estamos hablando de otro maestro del horror, razón por la cual el autor de Cementerio de Animales y 22/11/63, realizó sus propios aportes a todo esto, tras haberse inspirado en las ideas de Matheson.
     En Rose Red entramos en conocimiento de lo que pasa cuando la doctora Joyce Reardon, obsesionada con todo lo concerniente a la casa, a duras penas logra juntar a un grupo de gente con poderes paranormales, con el propósito de llevar a cabo sus investigaciones y con las que quiere demostrar que el lugar en realidad posee una naturaleza sobrenatural.  Por años Rose Red ha sido lo que ella llama una “célula dormida”, pero tal como lo dejó demostrado con su publicación del diario de Ellen Rimbauer, el sitio desde principios del siglo XX ha estado lleno de acontecimientos aterradores, que implican actos de violencia en sus dependencias, muertes horrorosas, desapariciones, locura y drama, en general en la vida de quienes vivieron en ella.
     La científica se va a pasar un fin de semana en Rose Red, que más encima cuenta con la bendición del último de los descendientes de los Rimbauer, con quien tiene una relación amorosa.  Con ella van personas a las que ha escogido,  porque cada uno posee un raro don, que los diferencia del resto; de igual manera sus acompañantes (a quienes les ha pagado por ir con ella), tienen sus propias personalidades y el conjunto en sí resulta ser un grupo muy variopinto, con gente noble en su mayoría y bastante carismáticos.  Todos estos se encuentran tan bien caracterizados e interpretados por los actores que los encarnaron, que resulta difícil no sentir simpatía por ellos…Y luego lamentar el terrible destino que llegan a tener en su mayoría.
      Paralelo a los personajes de arriba, se encuentran los antagonistas “humanos” (por llamarlos de una forma), que nos muestran otras facetas de nuestra propia humanidad y no las mejores, si bien no se trata de personas malvadas.  Puesto que Joyce en la universidad tiene a un enemigo, otro académico y de gran poder en dicha casa de estudios, quien para nada cree en sus teorías revolucionarias y está dispuesto a todo para desacreditarla, llegando incluso a contactar a uno de sus estudiantes, para que lo ayude con sus fotografías y así demostrar que se trata solo de una pandilla de locos.  No obstante este y el joven que lo secunda, terminan por convertirse en dos víctimas más del monstruo que es Rose Red.
     Así como se cuenta la historia en tiempo presente de los protagonistas (que en el caso de dos de ellos, llegamos a conocer de igual manera parte de su pasado), atractivos flashbacks nos van dando ejemplos de los tiempos en los que Rose Red estaba en su apogeo.  De ese modo, vamos conociendo a los Rimbauer y cómo fue que su vida se fue haciendo desgraciada, que en todo caso no todo tenía que ver con las mismas fuerzas superiores que formaban parte de ella, ya que mucho hay de maldad humana en la condenación de estas personas.  Fue justamente este material sobre los tiempos pretéritos de la casa, lo que usó Ridley Pearson para llevar a cabo su espectacular novela precuela y que luego fue dramatizada, como telefilme un par de años después.


4.3- Detalles interesantes sobre la producción.

    Llama la atención el hecho de que los eventos expuestos en la miniserie, transcurran nada menos que en Seattle, en Washington y no en Maine, el estado gringo donde se ambientan buena parte de las obras de Stephen King (lugar en el que vive más encima); que además tampoco sucede en localidades ficticias famosas de su autoría, como Derry, Castle Rock o Haven.  Dentro de este detalle, cuando vemos a la inmensa Rose Red como una costra encarnada en las inmediaciones de Seattle, no deja de ser atractivo el uso de un escenario real y en el que se supo insertar muy bien esta “casa mala”.
     Por otro lado, la maqueta hecha para dar vida a la mansión en sin dudas increíble, que se ve como algo tremendo, en la práctica una ciudadela, lo que esperaríamos de un hotel como el recordado Overlock de El Resplandor, una universidad o un hospital.  Luego su interior, está llevado a cabo con enorme belleza, con innumerables cuartos y ambientes, que la convierten en un sitio engañoso por su impacto visual; puesto que en realidad se trata de un laberinto viviente, capaz de devorar a cualquier persona.
     El contraste entre el presente y el pasado de Rose Red, deja claras luces de la inversión millonaria para recrear de la mejor manera esta ficción, puesto que las escenas de “época” están realizadas con esmero y en lo que resalta la labor de los artistas, que interpretaron a Ellen y John Rimbauer, además de Sukeena.  Por lo tanto, cada flashbacks es para atesorar; no obstante el resto de los actores relacionados con el pasado de la casa, también hicieron un trabajo para ser reconocido.  Así es como la escenificación de estos dos mundos, contaminados por la presencia de Rose Red, hacen que ver la miniserie sea todo un espectáculo.
    En los tiempos en que fue realizada esta producción, los efectos en GGI aún eran algo no tan utilizado en televisión, que muchas veces cuando se veían en producciones más “modestas”, se notaba su procedencia y, por ende, se apreciaban bastante falsos…Pues hay unos cuantos de estos en la miniserie, unos bastante aceptables y otros que es mejor no pedirles tanto considerando lo ya afirmado.  No obstante, en lo que se debe valorar harto los efectos especiales empleados en Rose Red, corresponde al uso de maquetas como ya se mencionó, que están hechas con mucha dedicación y se ocuparon en varias escenas, destacando lo conseguido para el espectacular final.  Por otro lado, nos encontramos con unas cuantas criaturas hechas con la también clásica animatrónica, lo que le otorga al producto final un nostálgico gusto de antaño, que en su diseño se nota la intención por hacer algo con mucho amor al género y a los clásicos.
     Hay sangre y algo de violencia en esta producción, no obstante el horror se afirma en una historia sólida, dirigida con maestría y con una dirección de arte impecable.  De igual manera, no se puede olvidar el acompañamiento musical a cargo Gary Chang, con un tema para Rose Red bastante destacable.  No obstante. no se puede olvidar, como ya se afirmó más arriba, el trabajo de los actores que intervinieron acá, que todos ellos estuvieron estupendos y ayudaron a hacer de este título algo sugestivo, para el público hambriento de buenas historias de miedo.

4.4- Los personajes.


Doctora Joyce Reardon: Bella e inteligente mujer que ha dedicado los últimos años de su vida a investigar lo paranormal, dejando de lado sus anteriores estudios en psicología infantil.  El cambio de sus intereses académicos, ha provocado que algunos consideren que ha perdido la cordura (en lo que no están muy lejos de la verdad, por cierto), si bien en la universidad en la que trabaja, llena cursos con estudiantes interesados en las clases que ahora dicta.  Es ella quien se ha empecinado en descubrir los secretos de Rose Red, armando un equipo para adentrarse en sus misterios y por eso mismo publicó el diario de Ellen Rimbauer, la matriarca que vivió en dicha mansión y por quién fue edificada, como una manera de justificar su proyecto.  Detrás de su imagen de persona amable, se esconde la personalidad inestable de muchos como ella, obsesionados con sus ideas y al punto de perder la capacidad de sintonizar con los demás; es así que este trastorno suyo la hará cometer más de una locura.

Steven Rimbauer: El guapo último vástago de la familia caída en desgracia, solo busca olvidar sus recuerdos más nefastos con Rose Red, a la par de que ha decidido derribarla, para conseguir el dinero que le falta, luego de la debacle financiera de su dinastía.  Mantiene una relación más o menos amorosa con Joyce, aunque ambos son bastantes distintos.  Este hombre amable guarda además un revelador secreto sobre sus propias capacidades y que será relevante para la resolución final de todo.

Annie Wheathon: La más poderosa de todas las personas a las que “contrata” Joyce para acompañarla a Rose Red, es una adolescente autista.  Apenas llega a la casa comienza a tener un lazo muy fuerte con esta y con sus fantasmas, en especial con el de la hija pequeña de los Rimbauer, que desapareció tan lastimosamente en el pasado.  Hasta su viaje a Rose Red, la única persona con la que mantenía contacto era con su hermana mayor, no obstante una vez en ese lugar se vuelve algo más comunicativa.  La actriz que cumple su rol, Kimberly J. Brown, hizo tan bien su labor, que en realidad pareciera ser una persona con esta condición.

Rachel Wheathon: La hermana mayor de Annie es una chica muy dulce, que solo quiere lo mejor para Annie, razón por la cual hizo su mayor esfuerzo para poder llevarla a la expedición a Rose Red y con el dinero obtenido poder matricularla en un caro colegio para autistas.  Adora a su hermanita y por eso mismo fue capaz de, primero, conseguir el difícil beneplácito de sus padres y, luego, enfrentarse a los horrores de la casa de los Rimbauer.

Emery Waterman: Uno de los mejores personajes de la miniserie, es un hombre solitario y acomplejado que vive bajo la sombra de su madre castradora, en una relación edipiana con esta, que termina por convertirlo en uno de los típicos protagonistas de la narrativa de King.  Desagradable en su trato con las demás personas, amargado y muy irónico, es una de los sujetos más poderosos de los que van a Rose Red.

Nick Hardare: La contrapartida a Emery es un inglés guapo, caballeroso, heroico y compasivo interpretado por el veterano Julian Sands (resulta raro ver a este tremendo actor haciendo de “bueno”, tras tanto papel suyo de villano o sujeto retorcido; no obstante Sands sale más que airoso de su labor).  Junto con Emery y Annie, forma parte de una especie de trinidad de los psíquicos más talentosos del grupo, razón por la cual Rose Red obviamente lo quiere para ella. 

Cathy Kramer: Madura mujer que posee la rara habilidad llamada como “escritura automática”, quien ve su capacidad como una bendición de Dios, pues es una mujer muy religiosa.  Sencilla, amistosa y compasiva, es de igual manera un tipo de personaje habitual en las historias del autor, quien no deja de utilizar personajes carismáticos como ella, ligados al mundo sobrenatural a través de su enorme fe cristiana.

Doctor Carl Miller: El académico que desprecia los conocimientos de su colega Joyce Reardon, es el típico hombre de ciencias estrecho de mente, debido a su incapacidad de aceptar cualquier cosa, que vaya más allá de sus rígidos patrones y con los que maneja su vida.  Es además alguien irascible y manipulador (este último rasgo que comparte hasta cierto punto con su “enemiga”),  Por lo mismo trata a los demás como si estuviesen bajo él en cualquier aspecto, tal como pasa con el chico que trabaja para él, en su complot contra la Reardon.  Un detalle curioso sobre David Dukes, el actor que lo interpretó: Este murió en plena filmación de la miniserie, razón por la cual no alcanzó a grabar todas sus escenas; así que tuvieron que usar a un doble y cambiar algo el guión para adaptar todo.

      Por cierto, como le gusta hacer a King en las producciones audiovisuales que ha escrito, se guardó un gracioso papel a manera de cameo…De más que lo descubren en un momento bastante gracioso, en medio de tantos sustos y drama.

4.5- La edición en DVD.

     Ignoro cómo será la versión en blu-ray, que yo compré hace años una muy valiosa para mí, edición en DVD hace más de una década (antes de Amilcar y Brunito) de dos discos.  La primera vez en que tuve el gusto de ver esta miniserie, fue en tiempos del VHS aún, que me la grabó en dos cintas mi amigo José Varas y venía con audio “latino”.  No obstante, la versión que poseo del DVD, que es una hecha para Latinoamérica, la trae en inglés, portugués… ¡Y japonés! Bueno, más los correspondientes subtítulos a nuestra lengua.  Igual resulta curioso oír a los personajes hablar en el idioma de Yukio Mishima.
     Lo más interesante de la edición que tengo, es que trae un documental falso de media hora sobre Rose Red, como si esta en realidad existiese.  En este agregado se “entrevistan” a supuestas personalidades, que puedan dar importantes datos sobre la mansión, incluyendo a los “verdaderos” Joyce Reardon y Steven Rimbauer.  Todo está hecho de tal manera que se ve muy creíble y un espectador incauto podría creerse de que se trata de un documento real…Tal como podría pasar con el mismo Diario de Ellen Rimbauer. 



                                                                           Tráiler.

jueves, 24 de mayo de 2018

Diferente…¡Pero aun así muy “güena”!



     El 8 de marzo de este año Netflix por fin subió a su parrilla programática, la ansiada segunda temporada de su segundo show de imagen real, basado en personajes de Marvel: Jessica Jones.  Basta recordar que su reinterpretación de las novelas gráficas tituladas Alias de Brian Michael Bendis y Michael Gaydos, cosechó los suficientes elogios y seguidores que le valieron el éxito seguro, de modo que tras reencontrarnos con su protagonista el año pasado en Los Defensores, volver a tenerla como la protagonista de su propio show (si bien los secundarios volvieron a ganarse su lugar en la pantalla…Otra vez), ha sido toda una delicia para la audiencia.  Ahora bien, tampoco faltan los que no han quedado contentos con el giro dramático de este año; pero a un servidor le ha parecido genial lo que han hecho con la acomplejada antiheroína, que en serio se fueron hacia lugares inesperados en cuanto a cómo llevar la trama, relacionados con el pasado de Jessica y potenciando como nunca a 3 de sus personajes de apoyo.  Veamos cómo les quedó todo.
     La vida continúa igual para nuestra detective privada con superpoderes, tras haber salvado a New York del desastre perpetrado por La Mano, junto a sus inesperados compañeros justicieros (adivinen quiénes).  Solo sus más cercanos saben del papel que cumplió en lo anterior, pero a esta no le interesa el reconocimiento de los demás, que ya hace rato solo busca “sobrevivir” el día a días, tras su experiencia dramática con Kilgrave, el Hombre Púrpura.  Es así que todo sigue sin mayores contratiempos, hasta que un tipo que pareciera ser un loco más se acerca hasta ella y le demuestra estar emparentado con las mimas personas que experimentaron con ella de pequeña y le dieron sus extraordinarias habilidades.  El comienzo de la investigación la llevará por un regreso sin retorno hacia su pasado, el que implicará momentos en realidad memorables y dramáticos (cual las tragedias griegas clásicas, que la Casa de las Ideas tan bien ha sabido actualizar…desde los sesenta), que incluyen el regreso de nada menos que de alguien importante para Jessica…y que todos estábamos seguros había “pasado a mejor vida”.
     Luego de haber tenido a un villano tan potente como el ya mencionado Kilgrave, era de esperarse que el que viniera ahora a hacerle más complicadas las cosas a la Jones, fuese igual o más increíble.  No obstante es en este punto, acerca de la supuesta necesidad de tener un archicriminal para justificar una historia de este tipo y potenciar la personalidad (super) heroica del protagonista, que este programa nos sorprende, al no tener en realidad en la segunda temporada a alguien con estas características.  No obstante sí aparece en escena alguien lo suficientemente poderoso, y más que la misma Jessica, que le remueve el piso a todo el mundo (incluyendo al público).



     Y volvamos al detestable Hombre Púrpura…Bien sabemos que este lleva rato “criando malvas” y que una ficción como Jessica Jones, pese a su origen de los cómics de superhéroes, mantiene un alto grado de realismo; no obstante cuando tenemos buenos guiones, es posible hacerlo volver de una manera verosímil.  Dejo a quienes aún no han visto esta temporada, descubrir cómo es posible ello, sin regresos después de la muerte milagrosos.  No obstante detrás de esto, además de hacernos gozar de nuevo con la soberbia interpretación de David Tennant, se encuentra un muy importante motivo: dejarnos claro de que para bien o para mal, somos la suma de quienes han pasado por nuestras vidas, de que debemos aprender las lecciones dejadas por quienes fueron lo suficientemente importantes para dejarnos su huella (incluso con los más nocivos para nuestro pasado).
     Los secretos sobre quiénes estaban detrás de la naturaleza intervenida de Jessica, ahora se develan abriendo una verdadera Caja de Pandora.  No obstante nada es simple, que no estamos hablando de una trama maniqueista, sino que como en una buena obra que intenta imitar a la vida, se nos refriega en la cara aquella verdad de que el camino al Infierno está hecho de buenas intenciones.  Por ende, a lo largo de los 13 episodios que conforman esta nueva tanda del show, queda de manifiesto de que por mucho que nos esforcemos por hacer algo bien y con toda la mejor voluntad de uno, las cosas se nos salen de nuestro control y ahí empiezan los verdaderos problemas.  Lo anterior implica relaciones amorosas, familiares, fraternales y proyectos personales, como profesionales; que los personajes del programa (tal como nosotros mismos), tienen que saber sobrellevarlo de la manera más dura (y realista), quizás, vista hasta el momento en estas producciones marvelitas de Netflix.
     Pero no todo es puro dolores de cabeza para Jessica, que también entra este año a su existencia un nuevo romance, distinto al que tuvo antes con Luke Cage (y aún más diferente, por no decir más maduro, que el que se nos revela en un impactante capítulo ambientado en la juventud de esta).  Es así que a través de esta relación, llega la promesa de la estabilidad que una persona con tantas cicatrices emocionales como Jessica (más encima con una tremenda nobleza, detrás de esa estampa de dura que posee), bien se merece para acercarse lo mejor posible a la idea de la felicidad.
     Asimismo, un tema bastante fuerte en esta segunda temporada, viene a ser el relacionado con el sentido de la familia ¿Qué es esta importante institución en la sociedad y en la vida personal de cada uno? ¿Supera el lazo de consanguineidad? Pues tal como dicta la propia experiencia y lo deja presente la serie, por supuesto que a la familia la hacen los afectos y la convivencia, la que se forma entre sujetos que comparten estos dos elementos.  No obstante, también es cierto que “La sangre es más espesa que el agua y que arrastra”, algo que con nuestra heroína y su mejor amiga/hermana Trish Walker, se nos dejará claro con el desarrollo argumental dedicado a sus propias familias consanguíneas.

Un premio para el que me diga correctamente quién es quién en esta fotografía.

     Teniendo en cuenta lo anterior y el resto de las relaciones interpersonales abordadas en profundidad en esta serie, que, como queda claro son difíciles de llevar para conseguir la plenitud, las desavenencias entre los individuos requieren de un importante acto para mejorar: el Perdón.  Bella palabra, pero difícil muchas veces de llevar a cabo con la acción y sinceridad requeridas.  Es así que a lo largo de esta segunda y potente temporada, veremos una y otra vez cómo los personajes deben aprender a perdonar a sus seres queridos, si en verdad desean lograr cierta armonía con ellos y con sí mismos (después de todo, primero hay que perdonarse uno para luego hacerlo con el resto).  No obstante, en relación a todo esto, vemos que el amor incondicional cumple un rol importante en lo que viene a ser el perdón…Al menos en la mayoría de los casos.  Quedarán pendientes (tal como nos pasa a menudo) algunos conflictos, que ello será material para seguir enriqueciendo la continuidad de este programa.
     Y ahora es el momento de revisar qué tan grande es el salto que dan los secundarios en Jessica Jones:
     Patricia Walker, Patsy, comienza a acercarse más y más al desarrollo y/o evolución de su clásico personaje, retomado de los cómics románticos y de humor de los cuarenta y en los que apareció originalmente; puesto que esta luego se convierte en superheroína por cuenta propia, recibiendo el nombre de Gata Infernal. Ahora bien… ¿Cómo es posible que la Trish que conocemos, de actriz adolescente, cantante juvenil y locutora radial ya adulta, pase a ser una justiciera? Pues sus propias investigaciones sobre quiénes están detrás de poderes de Jessica, la llevan hacia ese otro mundo, cuyo camino, claro, no será fácil, ya que le costará varios nuevos conflictos.
     El otro gran amigo de Jessica, el ex drogadicto Malcom Ducasse (y quien gracias a la intervención de esta, logró salir a flote tras su propia temporada en el infierno), comienza a trabajar junto a ella en la agencia de detective, descubriendo con ello su propia habilidad como investigador, entre otras cosas que hablan bien de la inteligencia que posee.  Con posterioridad sus mismas capacidades le hacen ganar varios puntos a favor, entre ellos en lo que concierne al plano amoroso (¡Y adivinen con quién!).  Llama la atención también cómo potenciaron en este personaje su lado más sexy, lo que incluyen unos cuantos desnudos parciales, cambios de imagen y otros detalles que demuestran a través de esta ficción, cómo uno puede cambiar con el paso de tiempo y convertirse en alguien mucho más interesante.
    Con respecto a la abogada Jeryn Rogarth, puede decirse que posee quizás el arco argumental secundario más interesante de toda la temporada (casi tanto o más impactante que la trama central en torno a Jessica Jones).  Es así que esta otra dura mujer (una especie de reflejo de la propia Jones, mayor de edad, con sus propios “poderes” como abogada-ave-de-rapiña y sin el código moral de Jessica) tiene su propio acercamiento a la gente inmiscuida en los experimentos, que dieron sus habilidades a Jessica; luego, por medio de esta verdadera cruzada personal suya, terminamos por conocerla en una dimensión más humana y en realidad impactante.  
     A manera de concesión a los lectores de los cómics de Alias, en los que está basado esta serie, en determinado momento aparece la reproducción de la primera portada de esta colección y ello de una manera muy especial.  De igual manera para satisfacción de los seguidores de estas producciones Netflix relacionadas, aparece un muy querido personaje, en una escena con unos cuantos diálogos a su haber.  Por otro lado, el mismo Stan Lee hace su propio cameo.
      Teniendo en cuenta que el protagonismo del programa se encuentra sobre los hombros de una fémina, que de los 3 secundarios ya mencionados 2 son mujeres, no se puede dejar de lado (sin caer en el maldito spoiler) que otras 3 damas cumplen papeles relevantes dentro de esta temporada, sobresaliendo 2 por todo el peso dramático que le otorgan a los acontecimientos (una específicamente ligada a la trama central y la otra relacionada con uno de los personajes secundarios).  Por lo tanto, queda de manifiesto que el show viene a ser una celebración a la figura de la mujer, como pilar de las grandes historias y del mundo actual.  No hay que olvidar que quien está detrás de la creación de esta serie es otra dama (Melisa Rosenberg), así como que quienes son responsables de los guiones y la dirección de los capítulos son igualmente del mismo sexo.  Por todo esto y más, resulta significativo que la primera temporada haya sido estrenada un día 20 de noviembre, próximo al 25 del mismo mes y en que se celebra el Día Internacional contra la Violencia de Género; así como la segunda temporada, haya sido liberada el 3 de marzo, previamente al 8 de ese mes y en que se conmemora el Día Internacional de la Mujer.


Créditos.


domingo, 20 de mayo de 2018

Mi segunda vez en la Comic Con.



     La semana pasada no más se celebró otra vez esta importante actividad en la que ñoños de todas las edades y tendencias, nos reunimos para compartir nuestras pasiones en torno a  variadas manifestaciones artísticas populares, tales como el cine, las series de televisión, videojuegos, cómics, juegos de cartas, etc.  Fueron 3 días en los que mucha gente invirtió su tiempo (y su dinero) para asistir a esta verdadera celebración del freak power, participando en concursos, visitando stands de ventas (unos con más descuentos que otros), vistiendo los coloridos trajes y maquillajes de sus personajes favoritos y conociendo a algunas de las estrellas invitadas a esta actividad, quienes dieron charlas, firmaron autógrafos y permitieron sacarse fotos con ellos.  Más encima este año (a menos que me equivoque) las entrevistas y/o charlas con los famosos se hicieron en el escenario central, que antes cobraban aparte para asistir a ellas, así que fue un atractivo agregado en esta ocasión (ignoro si para las firmas había que desembolsar dinero extra).
     Al igual que el año pasado volví a comprar las entradas con anticipación, para aprovechar la valiosa rebaja en su precio.  No dudé en adquirir otra vez 4 entradas, 2 para el día sábado de modo de ir con mi sobrinito Amilcar y las otras 2 para asistir el domingo, una vez más con mi amigo Luciano (quien además fue la persona que se consiguió gracias a su trabajo los descuentos).  Como me había adelantado un mes más o menos en mi compra, me puse de inmediato a contar los días hasta que llegara la fecha anhelada, ya que tras mis excelentes experiencias del año pasado, las expectativas eran más altas, pues además me había decidido a asistir ahora al menos un día haciendo cosplay.  Por lo tanto, el entusiasmo fue mayor.
     Se dio la casualidad de que este abril recién pasado, el cumple de mi amiga Angélica Valencia fue con disfraces, algo que me atrae sobremanera.  Fue así que la festejada y su marido Rodrigo Sanhueza se mandaron a hacer unos trajes preciosos, que a todos los asistentes nos gustaron bastante, siendo que la cumpleañera andubo de Arwen y “Sangüe” de Aragorn, la famosa pareja de El Señor de los Anillos.  Cuando les preguntamos cómo se consiguieron tan hermosos atuendos, supimos que los habían mandado a hacer a una señora que más encima no cobraba mucho por ellos (solo 20 luquitas), así que me animé con más razón a asistir a la Comic Con de esa manera.  Por otro lado, no dudé en pedirle a mi amigo que me prestara su traje, claro que a él le quedaba lejos mejor que a mí, que es más guapo y tiene barba (¡que yo soy lampiño, snif!)…Pero ir vestido del heredero de Gondor, no había que dudarlo.
      Me decidí usar el traje que me facilitó mi amigo, el día sábado de mi asistencia a la Comic Con, que para el domingo preferí hacerlo con otra vestimenta, la que mandaría a hacer a la misma modista recomendada por los Sanhueza-Valencia.  En un principio decidí pedir que me hicieran los atuendos de Superman, aunque luego llegué a la idea de que de seguro me iba a encontrar con más de un Kal-El en el evento, así que mejor era escoger a un personaje que ojalá no se repitiera, alguien no tan “común”, aunque siempre salido de los cómics de superhéroes que tanto me gustan.  Tras mucho deliberar llegué a una terna: el Linterna Verde de la Tierra Guy Gardner, Bicho Azul II Ted Kord y el villano/superhéroe Hyperion.  Al final me quedé por la versión maligna de Superman marvelita, que siempre me ha atraído ese retorcido pastiche del kriptoniano (además de que me gusta mucho su traje...y lo encuentro sexy).
     A mi regalón estuve a punto de mandarle a hacer un traje, pero ya le he comprado tantos, que al final le quedan chicos poco tiempo después, por lo que decidí conseguirle uno de una forma más económica y de ese modo en una visita a la feria (para quienes no conocen el significado de este concepto tan chileno, se trata de un mercado que se hace al aire libre, en el que se vende de todo y que por lo general se instala en la calle los fines de semana) le conseguí un traje que fue de su agrado: de Power Ranger rojo.  Mi niño quedó bastante contento y mi bolsillo pudo ahorrar, que esta vez pensaba comprar unas cuantas cosas en la Comic Con, además de que en mayo mismo tengo un montón de compromisos (como cumples y el mismo Día de la Madre).
     Por medio de Facebook mi primo Rafael Castro, cuando se enteró de que ya tenía mis entradas, me preguntó  qué días iba, de modo de asistir juntos, que ya hace años que no nos veíamos y eso que tenemos harto en común (además de haber compartido bastante de niños y adolescentes).  En la adultez no nos hemos juntado tanto, sin embargo siempre queda el afecto entre medio, que supera las distancias y el tiempo.  Así fue cómo quedó acordado reunirnos el día sábado, ocasión en la que además irían con nosotros su hijo mayor Nico (un chico muy adorable que sacó lo mejor de sus padres: lo dulce de su bella madre y lo “canchero” del padre) y dos amigos de este.  Fue el viernes de la semana pasada cuando estando yo aún en el trabajo, le pregunté cómo estaba para la Comic Con, que la esperaba con tantas ansias como ya sabrán.  Fue entonces que de inmediato me respondió “Bien.  Mañana te paso a buscar a las 11 de la mañana”.  Ante esas palabras salté como si me hubiesen dado una descarga de electricidad, pues yo estaba seguro de que era a la semana siguiente, justo cuando se venía un día feriado que alargaba el tiempo de descanso…Además…¿A quién se le ocurriría hacerlo calzar justo con el Día de la Madre? Tuve un interesante debate con Nino (así le llamamos a mi colorinche primo) sobre quién estaba equivocado, hasta que al ver en la página de la Comic Con comprobé que el errado era yo.  Por lo tanto tuve que cambiar mis planes y asumir no más que la actividad se nos venía encima.

Con mi primo y la nueva generación ñoña.

     Para rematar mi amigo Luciano también creía que todo era a la semana siguiente, siendo que en su caso era imposible ir en esta otra fecha, de modo que me quedé con su entrada disponible.  Se la ofrecí a varios otros amigos (como invitados, no vendiéndoselas), pero ninguno de ellos se animó o podía.  Si nadie accedía sería Amilcar mi compañero en ambas veladas, no obstante para mi mala suerte se enfermó de amigdalitis y todo dependía de cómo estaría para el domingo, que el sábado aún estaba en etapa de recuperación.  
     Nino llegó casi con dos horas de atraso a nuestra cita acordada, que igual fue mejor para mí, pues necesitaba descansar luego de una semana intensa de trabajo.  Me quedaba una entrada para vender, que pensaba hacerlo a las afueras del lugar donde se llevaba a cabo esta “convención de ñoños” y como hijo de comerciante que soy, estaba seguro de que iba a recuperar el dinero y ganar algo además; empero no hubo interesados y la verdad es que no insistí tanto, que lo único que queríamos era entrar a la Comic Con misma.
     Yo iba muy dichoso embutido en los ropajes de Aragorn, que estaba seguro esta vez sería yo a quien le pedirían sacarse fotos con los solicitantes…Por supuesto que me saqué un montón de ellas, pero fueron las que me concedieron los otros cosplayers, que nadie logró reconocer mi traje y más de una persona me preguntó “¿Y tú quién eres? ¡Mejor hubiese ido de mí mismo! No importa, ya que de que la pasé genial, eso es cierto en un 100%, puesto que además con quienes estaba eran excelentes compañeros y con mi primo siempre me divierto harto, quien además es muy dadivoso (más encima me regaló el blue-ray de Thor: Ragnarok… ¡Qué buenito es él!).  Por cierto, como este otoño ha sido bastante irregular en materia de temperaturas, que ni ha llovido y todavía nos han tocado días con más de 20° C, pese a que las mañanas están muy heladas, en determinado momento de la tarde me morí de calor, que sudaba como cerdo (el costo del fanatismo ¿No?).  Más encima ya de vuelta en casa, me di cuenta de que se me había olvidado ponerme el cinturón, así que mi atuendo estaba incompleto (quizás ese detalle, "menos acinturado", me restó puntos para verme mejor, je).
    Como en mi personificación de Aragorn (¿O más bien de Trancos?) llevaba peluca de pelo largo, me veía bien alternativo y lo más gracioso fue cuando me fui a sacar una foto en la reproducción de la cabina del Halcón Milenario, que “Han Solo” me preguntó si ese era mi pelo real.  Luego, el lunes de esta semana que ya acaba, un colega amigo en la pega tras ver las primeras fotos del sábado me dijo que bien podría llevar mi cabello largo y a lo que le respondí que para nada me gustaba tener una apariencia así… ¿Qué piensas ustedes? Yo que hasta me he rapado en más de una ocasión, encuentro mucho más varonil el pelo bien cortito.
     Por cierto, lo más enternecedor del sábado fue ver a un niñito que no tendría más de 4 años vestido de Deadpool (¡Esa madre está creando a un adorable monstruito!).  El pequeño se veía tan dulce así chiquitito, todo sumido en su papel y tan real, que todos quedábamos maravillados al pasar por su lado.  El impacto visual de todo ello me hizo hasta creer de que era un muñeco, pues el traje era soberbio y el pequeño modelo en realidad era para aplaudirlo y adorarlo.  No dudé en fotografiarme con él, previo permiso de la orgullosa progenitora.  Al día siguiente un efecto casi parecido lo produjo otro chiquitín, esta vez vestido de mago de Hogwarths.

¡Qué cosita más rica! (el niño...Bueno, yo también).

      El domingo amaneció mucho más otoñal y gris, así que esta vez no me morí de calor (tampoco de frío, que bajo mi traje andaba lo suficientemente abrigado).  Amilcar ya estaba mucho mejor, así que pudo ir conmigo. Cuando nos estábamos subiendo al auto de mi cuñado Pato, el papá de mis niños, una vecina desde el frente (ella no muy “culta” que digamos) me gritó “¡Superman!”.
     Vestido de Hyperion y con mi Power Ranger Rojo a mi lado, estaba seguro de que ahora acapararía la atención del resto de la gente, que además el traje me quedaba ceñido y poseía colores más vistosos que el tipo “carmelita” del día anterior; eso sí, me arrepentí de pedirle a la modista (la muy amorosa señora Geno) le dejara mangas largas, que el traje original del villano no es así, de modo que me quedé con las ganas de exhibir mis “poderosos” brazos, je.  Esta vez sí que me pidieron varias personas posar junto a ellas, no obstante fue a Amilcar quien hizo primero de modelo, cuando un señor en el stand de Harry Potter le preguntó si podía concederle tal honor; mi niño no dudó en ponerse en actitud de superhéroe, que ya la había usado el año pasado cuando fue de Spider-Man negro.  Lo más cómico de llevar puesto la indumentaria de Hyperion, fue que mucha gente me confundió nada menos que con el Hombre Radiactivo, el superhéroe que sale en Los Simpsons (sin embargo fui reconocido por todo un experto en Marvel, quien tenía un puesto dedicado a figuritas de acción de la Casa de las Ideas y que permitía que la gente se sacara fotos con su reproducción del Guantelete del Infinito, quien me pidió que como Hyperion posara junto a su colección).  Ya había llegado el atardecer cuando me encontré con el verdadero Hombre Radiactivo, a quien me acerqué para fotografiarme junto a él y este mismo cuando supo mi historia, también quiso tener sus propias fotos de los dos; por otro lado, un par de visitantes nos pidieron que posáramos para ellos.  Por lo tanto, fui de igual manera todo un modelo ese día.

¿En serio nos parecemos?

    No llevábamos mucho con Amilcar dentro, cuando vimos a unos muchachos vestidos de los Jóvenes Titanes (¿O de Justicia Joven?).  No dudé en acercarme a ellos para solicitarles unas fotitos y entonces la chica disfrazada de Raven (este año me encontré con 3 de ellas en la Comic Con, aunque lejos la más tributada fue Harley Queen) me dijo toda contenta “¡Profe Elwin!”.  Resultó que eran ex alumnos míos, de cuando trabajaba en Recoleta.  Fue un gusto este reencuentro.
    El sábado me enteré de que estaba firmando sus trabajos el destacado artista argentino Eduardo Risso, a quien en diciembre del año pasado de puro tonto me perdí conocerlo cuando vino a la Mini Con.  Así que esta vez fuí  preparado el domingo y me llevé conmigo los dos números que tengo de Antes de Watchmen: Moloch, en los que realizó el arte gráfico.  Fue así que con Amilcar nos acercamos hasta su puesto, pagué por nada menos que 3 reproducciones en grande de sus dibujos, charlé con él y aproveché de sacarme fotos con él, incluyendo una con Amilcar, a la par de que conseguí varios autógrafos suyos.  Me sorprendió su cordialidad, para nada divo considerando sus importantes trabajos para DC, Marvel y otras compañías.  Obviamente le conté que había escrito sobre él en mi blog y como fan suyo le dije que era lejos lo mejor de la Comic Con.

Con el maestro Eduardo Risso.

      El sábado mientras los veteranos Nino y yo paseábamos solos, que los más jóvenes se fueron por su lado, pillamos una "Zona Vip para cosplayers", que si andabas disfrazado te daban un bolsito de regalo, una Kem Xtreme (la marca auspiciadora del evento) y otras cosillas.  Podías subir a una torre que quedaba a una altura considerable, con muy buena vista, además de poder usar unos cómodos sillones, siendo atendido por unas bellas damas que te servían gratis varias variedades de Kem Xtreme.   Por más que intentamos convencer a la chica que nos atendió, de que Nino era mi "fotógrafo oficial", no lo dejaron entrar a dicho lugar por andar de paisano; así que me tuve que esperar hasta el otro día, en que sí accedí a esos privilegios y ahora con mi Power Ranger Rojo (pero lo mejor de esa vez, fueron las fotos que nos sacamos con los demás cosplayers).
     Creo que este año por primera vez la Comic Con contó nada menos que con un cuadrilátero de lucha libre, gracias a la presencia de una especie de federación chilena que está cobrando fuerza y que dio varios espectáculos, que daba gusto verlos.  El ring estaba lleno de gente que gozaba, aplaudía y vitoreaba la pelea de los contrincantes, varios de ellos con atuendos llamativos (que hasta un huaso había, o sea, un campesino de nuestras tierras chilenas).  En el pasado gran pasión sentí por este deporte "teatrero", así que tanto el sábado como el domingo, le dediqué mi tiempo a la contemplación de esta maravilla.
    Por cierto…Había lejos menos gente el domingo que el sábado, pues… ¿A quién se le ocurre celebrarla justo el día en que en Chile festejamos a nuestras madres? (todavía le debo una invitación a mi mamá por haber no estado con ella ese día ¡Y yo que hablo pestes de los fanáticos del fútbol (y más sin son futboleros pasivos, je)!


¿Qué tipo de profesores tuvieron estos chicos en el colegio?

sábado, 19 de mayo de 2018

Por el amor a Shirley Jackson y a Richard Matheson (primera parte).


1- Inspiraciones.

      En su famoso ensayo sobre el impacto mediático de las historias de terror dentro de la cultura popular, conocido como Danza Macabra, Stephen King dedica varias páginas al análisis y a sus comentarios personales a la novela La maldición de Hill House de Shirley Jackson.  Esta ficción vendría a ser para el autor, si no la mejor obra sobre “casas encantadas”, sin dudas una de las más logradas.  Es así que en repetidas ocasiones el llamado Rey del Terror, ha manifestado su admiración por este libro, como también por su realizadora; luego, queda claro que su novela clásica El Resplandor, viene a ser su homenaje (hasta cierto punto) de la obra cumbre de la escritora.
     De igual manera nos encontramos con su amor por un autor de terror aún mucho más popular y prolífico que el caso anterior, Richard Matheson.  Se trata de otro maestro para King, a quien también le dedicó un apartado dentro de los libros que analizó en su citado ensayo (en este caso, El Hombre Menguante).  Debe saberse que entre la vasta creación de Matheson, se encuentra una novela bastante ligada a La maldición de Hill House: Casa Infernal
      En los citados libros de la escritora y de su colega, se encuentra presente un tema bastante caro al género: Las casas encantadas, o sea, construcciones que bien tienen fantasmas o que poseen algún otro tipo de carga negativa (la que a veces tiene relación con actos violentos cometidos en ella en tiempos pasados, tales como asesinatos y ritos satánicos), que las han convertido en un lugar donde el mal ya es algo sobrenatural y toma forma corpórea contaminando a quienes pisan su terreno.

2- El tributo televisivo de Stephen King a la Jackson y a Matheson.

      A comienzos del 2002 se estrenó la miniserie titulada como Rose Red, una producción televisiva bastante elogiada y multipremiada, de más de 4 horas de duración, que dividida en 3 episodios viene a ser otro homenaje del llamado Rey del Terror a las novelas mencionadas y a sus autores…De hecho, esta última obra escrita originalmente por King para la pantalla chica (puesto que no se trata de adaptación alguna de algún texto previo suyo), guarda unos cuantos detalles mayores en común con la novela de Matheson;  pero esto será explicado en profundidad, cuando se analice la miniserie en sí, en una segunda parte de este post.
     Tal como las edificaciones literarias mencionadas, Rose Red es un inmenso edificio que alberga dentro de sus paredes un inmenso poder sobrenatural y nocivo.  En su interior viven los Rimbauer, una rica familia que junto su gran número de empleados y a quienes entran en sus dominios, se ven sometidos a los horrores de este lugar.  La trama principal de esta historia sucede en el presente en el cual fue emitida por primera vez Rose Red, o sea en los primeros años de este siglo. Sin embargo, nos es posible conocer los antecedentes previos a todo esto, por medio de la publicación de El Diario de Ellen Rimbauer, una novela escrita a manera del diario de vida de uno de los personajes secundarios y que es posible disfrutar sin antes haber visto la miniserie que la inspiró.

3- El libro.

3.1- Orígenes.

Ridley Pearson.
     Publicada en 2001, meses antes del estreno de Rose Red, el libro titulado como El diario de Ellen Rimbauer: Mi vida en Rose Red corresponde, sin dudas, a un enganche literario y comercial para acaparar la atención de público ante la miniserie que lo inspiró.  Tal tipo de productos artísticos hechos a “pedido” es habitual en países como Estados Unidos, en los que la oferta y la demanda por manifestaciones populares como esta abundan…No obstante no hay que mirar en menos por ello dicho trabajo, que bien posee sus propias virtudes que le dan cierta independencia respecto a la producción televisiva mencionada, ya que posee varios elementos valiosos que hacen de su lectura algo satisfactorio para muchos; asimismo, no deja de merecer un análisis de estos aspectos, que convierten este título en un texto recomendable, ya sea para quienes vieron Rose Red, como para aquellos que aún no lo han hecho y deseen enganchar con una buena historia de terror, que tal vez luego los lleve a contemplar la miniserie.
     Durante un buen tiempo se tenía la idea de que era nada menos que el mismísimo Stephen King quien había escrito la novela, hasta que luego se declaró de manera pública que el responsable de ella era el “casi desconocido” Ridley Pearson, un novelista de relatos policiales e infantiles, miembro de los Rock Bottom Remainders, la banda de música compuesta por escritores y otros artistas mediáticos en la que participaba Stephen King; de este modo al ser amigos, el creador de Salem´s Lot y Joyland no cejó en invitarlo a realizar esta labor (que como ya lo ha hecho en otras ocasiones, ha impulsado más de una vez la carrera de sus colegas).

3.2- De qué trata.

     Escrita a manera de diario de vida, fue publicada usando nada menos que el nombre de uno de los personajes ficticios principales de Rose Red (la doctora en Psicología infantil y especialista en fenómenos paranormales Joyce Reardon).  Es así que en una primera instancia podría engañar al lector incauto, al hacerlo creer de que en realidad se trata de un documento histórico, que trata acerca de fenómenos tales como las casas encantadas y los fantasmas (más encima todo del puño y letra de una mujer a la que le toca vivir en carne propia estas terribles experiencias).  De hecho, el libro posee una carta introductoria de la Reardon, la supuesta editora del diario de la infortunada Ellen Rimbauer, que incluyen unas cuantas notas suyas y además un epílogo de Steven Rimbauer, otro personaje de Rose Red y quien sería el último descendiente vivo de los fundadores de la inmensa mansión en la que transcurre el argumento. Sin embargo, el tomo está tan bien escrito, todo resulta tan increíble y aun así dramático, que lo hace más que verosímil, que luego al entrar en conocimiento de la miniserie con la que está relacionado, el cuadro de la saga maldita de los Rimbauer se completa.
    Ambientada entre 1907 y 1928, que corresponde al periodo en el que la autora del supuesto diario de vida y protagonista de la historia, llevó el registro de sus vivencias e impresiones, trata en pocas palabras acerca del origen de Rose Red (que como muchas casas antiguas se le da un nombre a esta…Uno más encima femenino, hasta cierto punto, bastante significativo con lo que a posterioridad llega a ser esta construcción) y lo que le pasa a la gente ligada a tal lugar.  Su esposo, John Rimbauer, sus dos hijos, su mejor amiga (y luego amante) Sukeena, sus empleados y amistades pasan por una serie de experiencias traumáticas debido a la verdadera naturaleza de esta construcción, la que nunca para de crecer tal cual un monstruo (hermoso, pero mortal), que en la práctica viene a ser una entidad viva e inteligente a su manera, deteriorando la vida de todos estos.


     A través del diario llegamos a conocer a la entonces joven, inocente y aún virginal dama de 19 años que era Ellen, quien conoce al exitoso, guapo y enigmático John Rimbauer, de quien cae prendida de inmediato.  Ambos se casan pronto, creyendo la nueva esposa de que todo será un cuento de hadas, pues no sabe que en realidad su vida ahora se transformará en una verdadera pesadilla (y no solo por su sometimiento a Rose Red misma, sino que también por el mismo mal que anida en el corazón de su marido, un hombre egoísta, manipulador e infiel que la hace sufrir tanto o más como aquello que ambos llaman su hogar).
     El origen de las cualidades siniestras de Rose Red queda hasta cierto punto en el terreno de la incertidumbre, que en un principio se presentan varias tesis de por qué la casa está “encantada”, aunque luego a medida que se va transcurriendo todo, queda la idea de que la edificación no tiene par alguno (o de que su identidad supera cualquier noción de maldición, hechicería o magia típicas).  En un principio la protagonista ve a esta entidad como a una aliada vengadora, de todas las penurias que le toca pasar debido a la indolencia de John; no obstante, termina por darse cuenta de que es otra víctima de este ser con características femeninas, que la ha usado a ella y a los demás para perpetuar su extraña existencia.  
      El diario comienza desde antes de que se ponga la primera piedra de lo que va a ser Rose Red, que viene a ser sin dudas el proyecto del futuro promisorio de este matrimonio.  Sin embargo, sus dimensiones ciclópeas, laberínticas y el mismo mal sobrenatural que es esta criatura, puede ser vista como una proyección de los apetitos desmedidos de John Rimbauer, que tal como la casa fagocitan a quienes tiene a su lado, en su afán de querer más y controlarlo todo y a todos.  De este modo, por medio de esta ficción de horror podemos encontrarnos con una interesante reflexión sobre el poder nocivo del maldad humana, que con el fruto de sus empresas (como lo vendría siendo Rose Red, hecha para satisfacer los deseos de sus dueños), trae la condenación de sus artífices.


3.3- Algunas impresiones personales.

      Al ser una narración de “época”, nos es posible apreciar varios detalles acerca de un curioso mundo no tan lejano en el tiempo, pero que aun así tienen varios aspectos llamativos para nosotros.  Entre estos destaca el de la figura de la mujer, que tal como está perfilado el personaje de Ellen a través de sus páginas, puede verse como una feminista hasta cierto punto; pues pese a que cumple como muchas de su tiempo y sociedad, con un rol preestablecido para su género (el de esposa sumisa y madre devota dependiente de su esposo), posee un grado de voluntad propia y que le permite escapar de la obnubilación en la que antes cayó por John.  Es dentro de todo esto que nos encontramos con el tema de la relación lésbica entre Ellen y Sukeena, la que solo nace tras años de compartir juntas una vida de tantas desgracias; se trata además de un amor liberador entre las dos, el que contrasta con el de la homosexualidad de uno de los personajes masculinos secundarios, que en un mundo de apariencias y de rígidos comportamientos sociales como el detallado en esta obra, viene a ser más que problemático. 
     La sexualidad de los personajes en sí es un aspecto bastante atractivo, por cuanto permite reconocer los patrones morales a los que estaban sometidos públicamente los individuos antiguamente.  Como ya se ha hablado de la atracción homoerótica entre los personajes, en el caso de la protagonista y su empleada africana, resulta valioso como la Rimbauer primero ve su interés sexual como algo pecaminoso, propio de una mentalidad cristiana estrecha; con posterioridad, a medida que va cambiando con todo lo que le pasa, de manera espontánea en sus escritos nos encontramos con una mujer que ha aceptado esta faceta suya,  ya con cierta plenitud.  En cambio, por el lado de John vemos la sexualidad como algo meramente carnal, salvaje y en el que no hay verdadera compenetración con la otra persona (solo preocupación por la satisfacción personal).  Junto a los intereses eróticos de este, también nos enteramos de una espantosa violación, lo que se opone al amor que hay entre Ellen y Sukeena.  Como si en verdad fuese una obra feminista, los hombres no quedan muy bien frente a un ojo crítico, mientras que las mujeres son las únicas (en su mayoría) que son presentadas como personajes más o menos íntegros. 
     La figura de Sukeena, una mujer “de color”, permite introducir el tema del racismo, que aún en una época en la que ya se había abolido la esclavitud en Estados Unidos, todavía provoca actitudes xenófobas entre la mayoría blanca. La presencia de los chinos en el texto, de igual manera sirve para reconocer este conflicto, más al transcurrir varios episodios del diario en pleno Barrio Chino.
     Como muestrario del periodo histórico en la que transcurre esta obra, a la hora de señalar las costumbres de su gente, hayamos también el interés por el espiritismo.  De este modo, en sus páginas varios son los momentos dedicados a ello, destacando una muy significativa sesión con una médium (desarrollada a partir de lo visto en Rose Red) y la presencia de un personaje secundario femenino de procedencia oriental, bastante llamativo para el lector.  El papel de esta disciplina del ocultismo ayuda, sin dudas, a crear el ambiente adecuado para que la novela posee su atmósfera de misterio y horror, apoyando lo que la misma casa maldita provoca con sus atrocidades.
     Entre medio de este horror, ya sea del proveniente de la misma violencia del ser humano, como del salido de la mansión en la que (mal) viven los personajes, también hay momentos de sublimidad, en los que el amor incondicional de una madre (Ellen Rimbauer) por sus hijos resalta; de igual manera la narración en primera persona, de las cuitas que van degradando a Ellen mientras pasan los años en Rose Red, hacen que la lectura de este “falso diario de vida” no solo sea un ejercicio para pasar un buen rato inmerso en él, sino que también sea un grato descubrimiento, como un título que merece ser comentado y recomendado.

Feliz como una lombriz tras haber conseguido este preciado libro
de manera fortuita, tan solo el mes pasado.

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