domingo, 30 de septiembre de 2018

Pecados de omisión (cuarta parte).


     La historia que les voy a contar ahora ya la conocen en parte, pues me referí a ella cuando hice mi propio homenaje a Ursula K. Le Guin, al fallecer esta en enero del presente año. Pero ahora daré más detalles al respecto.  En una sucursal de una cadena de librerías que, gracias a Dios ha prosperado, de nombre TXT y en las que venden también música, películas y series (y hasta cafeterías tienen), hace más de 10 años que pillé entre sus ofertas la novela corta El Nombre del Mundo es Bosque; obra de ciencia ficción de la autora mencionada y no solo considerada una de sus mejores creaciones, sino que también ha sido  alabada por los críticos y los lectores, entre las grandes maravillas del género.   
     En aquel tiempo yo estaba cursando un diplomado en Literatura y en uno de mis paseos por dicha tienda me encontré con ese título y con Frankenstein Desencadenado de Brian Aldiss (quien nos dejó el año pasado no más).  La novela homenaje a la creación de Mary Shelley, calzaba justo con un trabajo que debía hacer sobre literatura gótica, así que no dudé con comprarla apenas tuve plata.  
      Me acuerdo que fue un viernes lluvioso de octubre, en el que corría el agua torrencialmente y aquella ocasión en el trabajo me dieron la tarde libre, pues era el Día del Profesor.  Contento me fui al Centro de Santiago, que luego de mi compra me pasaría al gimnasio, para después llegar más temprano que de costumbre a mi casa y descansar como bien me merecía.  Una vez dentro del local saqué de inmediato un ejemplar del texto que necesitaba y que deseaba leerlo desde que era un adolescente.  La verdad es que no recuerdo, si ya sabía de antes que también se encontraba la citada y galardonada narración de la Le Guin, pero sí tengo muy claro que cuando tuve en mis manos el otro libro, mis ojos se fueron hacia El Nombre del Mundo es Bosque, que me llamaba a poca distancia de donde había sacado Frankenstein Desencadenado.  El precio era el mismo en ambos casos, no obstante la narración de la escritora no era en tapa dura como la otra y además la encontraba tan cortita, que me “dolía” gastarme la plata en ella…Aún me remuerde la conciencia esta afrenta, a quien hoy en día es una de mis autoras favoritas, pues además no he tenido la suerte de volver a encontrarla.
      En 2017 por fin me leí El Exorcista de William Peter Blatty, relato que superó por completo mis expectativas, siendo de que se trataba de un drama que desde mi infancia había acaparado mi atención. Tuve el gusto de ir a ver al cine, en uno de esos programas dobles de antaño, El Exorcista III y que dirigió el mismo Blatty, adaptando su propia novela.   Era principios de los noventa y yo aún estaba en el colegio.  El filme original, el mejor de la trilogía (cuando ni se pensaba hacer todavía las dos precuelas) me gustó mucho, que gracias a la revista Fangoria y sus excelentes reportajes, me encontraba entusiasmado con dicho filme.  La verdad es que no recordaba mucho las pelis anteriores, que vi de niño ambas cortadas en la tele.
     Era la segunda mitad de los noventa, cuando ya era un universitario, cuando a la Librería Chilena y donde compro desde adolescente, debido a sus tremendos descuentos, le llegó por entonces la edición de Emecé de Legión, que así se llamaba la novela secuela directa del libro original y sobre el cual se hizo la citada cinta.  La verdad es que la menosprecié, que aunque disfruté harto el largometraje, no me pareció que valiera la pena tenerla.  Hoy en día daría mi reino por leer algo más de tremendo escritor. 
     Superman sin dudas que es uno de mis superhéroes favoritos.  No solo tengo en blu-ray todas sus películas (y originales más encima), desde la época del recordado Christopher Reeve, sino que también cuento con la bella serie animada de los noventa y todas sus pelis animadas que ha hecho DC a lo largo de los años...Para qué hablar de todos los cómics suyos que poseo, una verdadera colección que muchos me envidiarían (y les voy a confesar algo: Me dejo el rulo en la frente, o bien tratando de emular al kryptoniano o bien a su alter ego humano Clark Kent, je).
        Gracias a varias de las obras del Hombre de Acero que atesoro, conocí a Roger Stern, destacado guionista de historietas.  Pues resulta que también hace años ya, más o menos por el año 2000, tuve en mis manos una edición de bolsillo de una novela llamada Muerte y Vida de Superman.  Recuerdo su simple portada, con el escudo del Azuloso sangrante, como bien se popularizó con la famosa novela gráfica, en la que se enfrentaba a Doomsday por primera vez y en la cual moría al final de su épica batalla con él; además estaba tan barata, que no podía alegar que dinero no tuviera para adquirirla.  Muchas veces estuve a punto de llevármela y no lo hice, pese a que en los mismos noventa me compré el tomo compilatorio que sacaron los mexicanos de VID, de la saga de Dan Jurgens, una de las primeras historietas del género que tuve y disfruté enormemente.  Años después y no hace mucho, teniendo en cuenta cuando ahora mismo estoy escribiendo estas palabras, me encontré con la misma obra, aunque esta vez en tapa dura, que tampoco estaba tan cara que digamos; cuando esto último pasó, yo ya era un consagrado fanático del personaje y harto sabía de sus aventuras, que la ignorancia no podía ser ahora mi justificación como para desaprovechar esa oportunidad.  Cuando ahora me doy cuenta de mi error, me armo de esperanzas y pienso que tal vez podría conseguirme ese libro, que tal vez el librero que lo tenía (un señor muy pesado para atender) todavía lo podría mantener en su inventario.


     Justo por las fechas en las que desprecié el libro arriba mencionado, entre la enorme cantidad de títulos que llegaron a estos lares de Ediciones B y a costo muy económico, se encontraba Majestic de Whitley Strieber.  Yo ya sabía quién era este señor, que como conté en el primer post que le dediqué, cuando me leí de él Comunión me horroricé a tal punto, que me daba miedo apagar la luz de mi cuarto para dormir (bueno, tenía 18 años en aquel entonces y era mucho más impresionable que ahora, je).  Sabía que la premisa de esta novela suya era muy interesante para mi gusto, pues jugaba con una leyenda urbana que me atrae harto: la supuesta existencia de una agencia secreta de EE.UU., que oculta la información de su gobierno sobre extraterrestres y ovnis (los llamados Hombres de Negro).  Como todavía no me leía El Ansia, ni Gato Mágico (que me fascinaron ambos), solo me quedaban mis recuerdos de sus supuestas memorias, sobre las abducciones que sufrió en reiteradas ocasiones, para entusiasmarme a comprarme esta otra obra suya.  La verdad es que sabía que valía la pena solo desembolsar “luquita”, como decimos acá los chilenos (para que mis compatriotas vean lo barato que estaba) y, sin embargo, de todas las veces en que estuve a punto de llevármelo conmigo, al final nunca lo hice.  En la actualidad solo 2012 he podido conseguir de Strieber, que más encima aún no leo; pues en la práctica no es un autor del que llegue mucho, que digamos, a estos confines del mundo.


      Como bien pasó con la historia de la niña poseída por el demonio, la historia de Los Usurpadores de Cuerpos, sobre unos alienígenas que copiaban a personas para hacerse pasar por ellas, desde chico que me tenía muy interesado.  La culpa la tuvo un especial de televisión que vi de niño en los ochenta, llamado Los Amigos de E.T. y que me repetí todas las veces en que lo emitieron por acá, en una época en las que apenas iba al cine y el tevecable ni siquiera era una promesa propia de la ciencia ficción.  Y, sin embargo, nunca me he visto el primer filme que se hizo sobre la novela de Jack Finney; no obstante, sí he gozado en varias ocasiones la adaptación de Abel Ferrara que realizó en los noventa; mientras que las películas de los setenta y la década pasada, solo 1 vez las he contemplado (que la que tiene a Leonard Nimoy y Donald Sutherland de protagonistas, sí que es una joya, mientras que la otra…su final dulzón no puede ser más decepcionante).
     Fue justamente gracias a la mentada revista Fangoria, a la que tanto le debo, que logré enterarme de que tan terrorífica ficción provenía de un libro.  Me dispuse a comprármelo, apenas lo hallara por ahí, pero pasaron al menos 2 décadas como para que ello fuese posible (…y bien deben saber que no leo literatura, ni cómics, en formato digital).  El profesor que hizo el curso electivo de ciencia ficción, que tomé en la universidad, en una de nuestras conversaciones me dijo que Finney era un autor menor, lo que no dejó de impactarme; pues si ya a la fecha se habían hecho 3 versiones del libro, debía ser por algo más que casualidad, supuse; me guardé para mí descontento con la opinión de mi maestro, Juan Espinoza, al que admiraba y quería mucho.
     El año pasado estaba de visita en una de las dos sucursales de mi tienda de libros favorita, la Librería Chilena y en la que compro desde mi época de escolar (¿Ya les he contado al respecto, no?) y entonces se cumplió mi sueño largamente aplazado…Mas no lo compré ¿Por qué me dirán? La respuesta fue que aquella vez, me dije que como tenía tantos libros, para qué iba a gastar más plata y acumulando otro volumen para mi ya gargantuesca colección.  Cuando me arrepentí de mi estupidez, que al final no dejo de agregar un título tras otro a mi biblioteca (por no hablar de los cómics que sigo adquiriendo) y volví unos meses después al mismo local, ya no estaba ¡Imagínense cómo me reté, a mí mismo, por tan mala decisión!
      Al peso de mi culpa se sumó, que tras leer el formidable ensayo de Stephen King, Danza Macabra, entre febrero y marzo de este año, me tropecé con un apartado en dicho libro dedicado a la novela de Jack Finney; pues resulta que mi escritor favorito adora dicho texto y lo quiso poner como ejemplo, en su estudio dentro de lo más recomendable de la literatura de terror contemporánea.  King no podía estar equivocado.
     El viernes pasado, no más, estaba en la misma sucursal de la Chilena con mi amigo Marcelo López y le conté de mi pesar sobre Los Usurpadores de Cuerpos.  “Marlo” me animó a preguntar si les quedaba algún ejemplar, que ya antes lo había hecho con tristes resultados.  No obstante, en esta ocasión el vendedor que nos atendió, se tomó la molestia de revisar el listado de existencias en el computador de la tienda y me dijo que sí quedaban tomos; se puso a buscar en las estanterías y nada encontró, que los 2 compradores compulsivos igual intentamos ayudarle (o más bien, ayudarnos a lo que ambos queríamos).  Cuando la pesquisa se hizo infructuosa, decidimos abandonar el lugar con la cabeza gacha y eso que nos llevábamos con nosotros otros libros que no dejamos de adquirir.  Y entonces, con un verdadero grito, nuestro héroe nos dijo “¡Los encontré!” (o algo parecido).  Por supuesto que los dos amantes de la ciencia ficción y del terror (bueno, en este último subgéner, yo soy lejos más lector que la pareja de mi comadrita Ledda), sacamos nuestras billeteras de nuevo y ahora sí que salimos a la aventura del último día de Vacaciones de Fiestas Patrias, con sendas sonrisas en nuestros rostros de querubines.  
     Como ya se habrán dado cuenta, ya me resarcí de mi pecado de omisión con Los Usurpadores de Cuerpos, así que nunca hay que perder las esperanzas.  Además, por si no se han enterado leyendo las actualizaciones de mi blog, de igual manera me redimí con Robert McCammon, que me compré gracias a la magia de Internet Baal y Huida al Sur, que al primero ya le dediqué un post, mientras que el segundo libro todavía lo estoy disfrutando.  Es solo cosa de armarse de paciencia, que el que la busca la consigue.


jueves, 27 de septiembre de 2018

Los personajes de Star Trek: The Next Generation.



      Cuando me iba a poner a escribir, por fin, sobre mis impresiones sobre mi reencuentro con los episodios de la primera temporada de TNG, me di cuenta de que no me había referido a sus protagonistas en el primer post que hice sobre esta serie.  MEA CULPA.  Así que antes de ir de lleno a lo otro, mejor saldo mi deuda contándoles acerca de los personajes, con los que uno se encuentra al ver esta gran serie. Me remitiré solo a los principales de la temporada inicial, que como ya dije antes, luego van apareciendo otros más de manera recurrente y que son desarrollados a lo largo del resto del programa; por lo tanto les dedicaré una cuantas líneas cuando corresponda.

Capitán Jean-Luc Picard: Al mando del Enterprise-D, es sin dudas el líder por antonomasia de su tripulación, siendo que tiene a su cargo un grupo tanto o más profesional que el que antes conocimos en la serie original; por lo tanto, sin problemas puede depositar su fe y confianza en cualquiera de los que están a su cargo (lo que en más de una ocasión ha sucedido).  
      Caracterizado como un hombre por completo diferente a su predecesor más famoso, el Capitán Kirk, corresponde a un hombre maduro más o menos en la cincuentena de su vida y tan vital a su edad que es admirable; además no ha perdido su atractivo, de modo que no solo en su juventud ha tenido varias enamoradas muy guapas todas ellas, por cierto.  No obstante en contraposición al más sexual James Tiberius Kirk, este enfrenta sus relaciones con más seriedad, puesto que en general es un hombre muy responsable.  
     En una primera instancia de carácter formal, ha llegado a establecer verdadera amistad con sus subordinados, quienes no solo lo aprecian, si no que han llegado a amarlo incondicionalmente.  
     No está demás decir que es el protagonista absoluto de La Luz Interior, considerado por la crítica y por buena parte de la fanaticada, como el mejor y más hermoso capítulo de toda la serie (…y si no, bueno, al menos entre los 10 más destacados).
     Patrick Stewart, quien desempeñó este rol, viene a ser el artista más connotado de todos los que trabajaron como protagonistas de TNG; puesto que ya tenía una larga y destacada carrera como actor shakesperiano (ya que su nacionalidad es británica), con varios títulos destacados en televisión, cine y teatro.  Tras ser cancelado el programa, que aún llegó a hacer 4 filmes que continuaron las andanzas del equipo, cobró aún mayor fama al interpretar a nada menos que Charles Xavier, el profesor X en varias películas de los X-Men. 

Data: Androide autoconsciente y con la capacidad de desarrollar emociones a lo largo de su vida.  Fue creado por el doctor Noonien Soong, una eminencia en cibernética, cuyos trabajos avanzados quedaron velados al público y la demás comunidad científica, ya que era receloso de sus enormes avances.  Con posterioridad, se descubrió que no fue el único ser artificial que salió de su ingenio.
    Dueño de enormes capacidades cognitivas, como habilidades, ingresó a la Academia de la Flota Estelar, de la que egresó con honores; con posterioridad hizo una carrera militar destacada, hasta que llegó a formar parte del Enterprise-D.
     Su camino hacia el desarrollo de su faceta sensible y/o emocional, responde a lo que se llama «ñoñamente» TIPOLOGÍA SPOKIANA, ya que siguiendo la marca dejada por el famoso vulcano de la Serie Original, a través de Data nos es posible abordar el tema de la formación integral de un individuo, como proceso de encuentro con su humanidad.
     Su relación con el Capitán Picard, es una de las dos en las que este otro, mantuvo con alguien un lazo de tipo paternal; puesto que de varias maneras, fue su mejor ejemplo como hombre e intervino directamente en su educación y madurez.

     Lejos uno de los 3 protagonistas más carismáticos de la serie y que además tuvieron mayor desarrollo dramático, gracias a que le dedicaron una mayor cantidad de episodios; de igual manera, se trata de uno de los personajes más queridos no solo de TNG, si no que de toda la franquicia. 
    De entre la enorme cantidad de capítulos que posee, muchos de ellos inolvidables, solo mencionaré La Descendencia, de la tercera temporada y en el cual Data en su búsqueda de experimentar cosas para acercarse a la humanidad, «da vida» a una hija, lo que da pie a varias situaciones increíbles.
     Brent Spinner, el actor que lo encarnó, realizó lejos uno de los mejores trabajos histriónicos de todo Star Trek, ganando varios premios por ello.  Su capacidad para encarnar a un sujeto, que podía tanto conmover hasta las lágrimas, como hacer reír sanamente debido a su ingenuidad, le valió varias nominaciones a distintos premios.  Con posterioridad el artista interpretó a un antepasado del «padre de Data», en una memorable saga de la cuarta temporada de Star Trek: Enterprise.

Worf: El alienígena por excelencia como miembro de la tripulación, es un klingon que de niño fue adoptado por un oficial humano de la Federación y su esposa, criándose hasta adulto entre otra especie, aunque nunca renunciando por entero a sus raíces.  No obstante esta pertenencia suya a dos  especies y culturas tan distintas entre sí, lo convirtió en un individuo con varias taras, que luego solo con el tiempo fue capaz de superar; es así que a diferencia de muchos de su raza, grandes gozadores y de buen humor, pese a su naturaleza guerrera, es de personalidad seria y reservada.  No obstante, algo que comparte por completo con su gente, es el fuerte sentido de lealtad y honor, siendo un excelente compañero.
      De ser oficial militar en la primera temporada (de los que usaban traje rojo), pasó a finales de esta a ocupar el cargo de Jefe de Seguridad, razón por la cual luego le tocó cambiar el color de su prenda a amarillo.
      La popularidad del personaje, rol encarnado por el recio actor afroamericano Michael Dorn, hizo que tras dos años de haber sido cancelada TNG, se incorporara a Star Trek: Deep Space Nine como protagónico.
     Su mejor episodio, de entre tantos memorables suyos podría ser Los Pecados del Padre, de la tercera temporada y donde se aborda su relación con la sociedad klingon, bastante complicada; al punto que los acontecimientos de esta historia, lo marcan durante largo tiempo y ello solo se resuelve durante su permanencia en DS9

William Ryker: Segundo al mando de la nave, es un hombre con grandes capacidades de líder.

     En un principio, en la primera temporada, debido al atractivo varonil del actor a su cargo, Jonathan Frakes, se le promocionó como el «rostro lindo masculino» de la serie; pero luego fue alejado de dicho perfil, para otorgarle un carácter menos superficial; ello es posible reconocerlo cuando a partir de la segunda temporada, aparece con una frondosa barba y más encima con posterioridad, Frakes mismo comenzó a engordar considerablemente.
     De lo más memorable dentro del desarrollo del personaje, podría mencionar Futuro Imperfecto de la cuarta temporada, en el cual Riker se encuentra con la sorpresa de que se ha casado y tiene un hijo, circunstancias de la que no tiene mayor memoria.
      Jonathan Frakes comenzó a dirigir episodios para TNG, a partir del ya mencionado... y debido a sus excelentes resultados, se le otorgó dicha labor en varios más; fue así que suyas son 2 películas para el cine de la franquicia (Primer Contacto e Insurrección y siendo la primera de ellas, la mejor de las 4 que se hicieron con esta tripulación).

Geordi la Forge: Destacado oficial ingeniero, que de ser oficial militar en la primera temporada, pasó a ser el Jefe de Ingeniería en la segunda.
      Nació ciego, empero los adelantos de la tecnología y la medicina le permitieron contar con un visor, una especie de lente sofisticado que le otorga una visión diferente y/o superior al resto de los humanos.  Destacable es este detalle suyo, que ahora no estamos hablando solo de diversidad racial (tema central de la filosofía trekker), sino que también de la inserción de gente con algún tipo de discapacidad en la sociedad, como sujetos autónomos y plenos.
      Aparte de su personalidad amable y  optimista, se puede mencionar que es el mejor amigo de Data.  
     La verdad es que no tuvo muchos capítulos que lo tuvieran de protagonista (o tal vez solo se trata de mi mala memoria), que no me permite recordarlos); no obstante, sí se le puede considerar a El Enemigo, por igual de la tercera temporada, como de lo más granado en torno a él y donde queda varado en un planeta, teniendo de compañero a un romulano (miembro de especie con varios conflictos con la Federación) y con el cual tiene unos diálogos magníficos.
    LeVar Burton, el actor afroamericano que desempeñó este rol, venia en los años ochenta de haber tenido el papel protagónico en la multipremiada miniserie Raíces, sobre la llegada de la comunidad negra a USA como esclavos y su lucha para conseguir la libertad.  De este modo, escoger a un entonces joven actor, convertido ya en un símbolo para su pueblo, ahora encarnando a alguien como Geordi, sin dudas que seguía la impronta de Michelle Nichols (la bella morenaza Uhura de TOS), como demostración del empoderamiento «negro» en la sociedad norteamericana. 
      Por otro lado, Burton es junto a Frakes el otro actor que también hizo carrera destacada como director, de varios episodios de TNG y trabajando luego en otras producciones de la franquicia tras las cámaras.

Doctora Beberly Crusher: La doctora jefe del Enterprise-D, es una mujer entregada por completo a su labor, si bien de una personalidad más amable y para nada irónica, a diferencia del recordado doctor McCoy; esto no solo por un tema de género, si no que debido a su propia maternidad, la que más encima ha tenido que sobrellevar sola (y con éxito), tras la trágica muerte de su marido, por igual oficial de la Federación.
     Si bien ella misma quiso servir en la nueva nave insignia, llegó a esta con uno que otro «sentimiento encontrado», puesto que quien sería ahora su superior, el Capitán Picard, fue el mismo hombre para el que trabajaba su difunto esposo; además, Picard mismo le llevó el cuerpo de su fallecido cónyuge a casa, por sentirse este responsable de su deceso.  Y, sin embargo, Beverly fue capaz de superar todo esto, llevando con ella a su hijo adolescente a este nuevo destino y logrando consolidar una amistad con el propio Picard; por otro lado, incluso llegó a tener un romance con el capitán.
     Tampoco tuvo muchos episodios como protagonista, si bien es digno de destacar El Huésped, otro de la cuarta temporada, en el cual conoce a un trill, del cual termina enamorándose; pero la especial naturaleza de dicha raza, acaba por darle un final trágico a su relación.

Deanna Troi: Mestiza hija de padre humano y madre betazoide, mantiene de esta última especie la empatía como habilidad. Es así que trabaja como Consejera de la tripulación, rol parecido al de una psicóloga, si bien además sus capacidades betazoides la hacen muy valiosa para los contactos con desconocidos y en especial sin son de una especie desconocida.
     Conocía a Will Ryker años antes de hacerse parte cada uno, por separado, del Enterprise, puesto que fueron pareja en el pasado; no obstante, dicho amorío ya estaba acabado cuando se reencontraron, pero ello no impidió que pudiesen trabajar en armonía e incluso ser amigos; luego, con el tiempo, la llama del amor volvió a brotar entre ambos.
      Su escultural y sexy figura, además de su apariencia exótica, como amistosa personalidad, sin dudas que a más de un televidente ha despertado uno que otro sentimiento fogoso, je (que con sus trajes ajustados y pelo frondoso, entre otros atributos, no podía verse más encantadora).
      Puede ser que su episodio más interesante, corresponda a El rostro del enemigo, de la sexta temporada y en el cual es raptada por los mencionados romulanos, haciéndola pasar por uno de ellos (con cirugía estética incluida); además, este capítulo nos concedió una de las mejores actuaciones de Marina Sirtis, quien estuvo a cargo de su papel.

Natasha, Tasha, Yar: Oficial de seguridad del Enterprise-D, es la «rubia despampanante» de la serie (mientras que a Beberly, a cargo de Gates McFadden le corresponde el cargo de la colorina buenamoza y a Deana el de la trigueña aún más sexy... ¡No me pueden negar much@s trekkers, que era evidente esta trinidad multicolor de féminas hermosas, cada una con sus atributos y seguidores!).
     Nacida en un planeta que sufrió una terrible guerra civil, en el cual solo gracias a la fuerza de su corazón pudo salir adelante sola (supuestamente), logró entrar a la Academia Estelar y mejorar su existencia. Sin embargo, sus experiencias la llevaron a volverse una mujer de pocas palabras, algo así como una versión femenina de Worf.  
    En el antológico capítulo 3 de la primera temporada, tiene un affaire nada menos que con Data, lo que marca en especial al androide.
    Su mejor episodio, viene a ser El Enterprise del Ayer (otro de la memorable tercera temporada), donde por esos hechos extraordinarios y propios de la ciencia ficción, se crea una realidad alternativa y Tasha sigue viva (pues murió durante la primera temporada); tras reestablecerse la línea temporal correcta, el incidente mencionado, tiene serias repercusiones y hace que la actriz que la interpretaba, Denisse Crosby, regresara nuevamente como invitada, aunque en otro papel.
      La Crosby se fue de la serie, porque deseaba hacer cine y ese mismo año en el que abandonó, filmó nada menos que Cementerio de Animales, una de las mejores películas que se han hecho sobre una obra de Stephen King. La verdad, es que su carrera en Hollywood no ha sido muy sobresaliente que digamos.  Sí, en todo caso, destacable de sus posteriores trabajos, vienen a ser los 2 documentales titulados Trekkies y en los que oficia de anfitriona, mostrando las curiosidades de los fanáticos de Star Trek más acérrimos.

Wesley Crusher: El hijo adolescente de la doctora Beberly, es un chico superdotado y en la práctica tan «perfecto» en su forma de ser y actuar, que vari@s espectadores comenzaron a detestarlo desde el principio, por encontrarlo poco creíble como para alguien de su edad.  Esta razón hizo que el chiquillo desapareciera de la continuidad, en el transcurso de la cuarta temporada y luego solo volviera al menos unas 2 veces como invitado (con posterioridad, salió ya como adulto en una breve escena del cuarto filme para el cine de TNG, Star Trek: Némesis).
      Si se tiene en cuenta la problemática del capitán Picard para convivir con menores de edad y que, más encima, se sentía responsable del fallecimiento del progenitor de Wesley, la relación entre ambos debería haber sido complicada.  No obstante, el hombre mayor se dio la oportunidad de conocerlo mejor y el chico terminó por ganarse su corazón; esto dio paso a que el joven se convirtiese en el otro hijo putativo de Picard.
     En la primera temporada se supo que su destino tenía connotaciones cósmicas, al conocer a un alienígena de poderes casi mágicos, el llamado Viajero.  Con este ser se reencuentra 2 veces más, hasta que en el último de ellos, Fin de la Jornada, de la séptima temporada, se va con él.  De este modo, dicho episodio viene a ser, sin vacilaciones, el más prominente de los suyos.
      Wil Wheaton, quien hizo de Wesley, venía de haber filmado hace poco Cuenta Conmigo, película ochentera de culto, basada en otro título de Stephen King (y que tal como la mencionada más arriba, Cementerio de Animales, se encuentra entre lo más granado de las adaptaciones audiovisuales de su bibliografía).  Con posterioridad, el actor se ha interpretado a sí mismo en el sitcom The Big-Bang Theory, donde ha salido como personaje recurrente.


domingo, 23 de septiembre de 2018

La mejor-peor película del cine…hollywoodense.


     Se suponía que el “más malo” director de cine gringo era Ed Wood (1924-1978), famoso por desastres fílmicos tales como Plan 9 del Espacio Sideral, Glen o Glenda y La Novia del Monstruo y el que fue homenajeado por su compatriota Tim Burton (considerado en su momento, uno de los mejores realizadores del séptimo arte) a través de su cinta Ed Wood, sin dudas una joya…Hasta que en 2003 se estrenó la película independiente The Room, dirigida, producida, escrita y esterilizada por el principiante Tommy Wiseau, quien sin dudas destronó a su colega.
      Este servidor no tenía idea del tal Wiseau, ni de su culebrón, hasta que tan solo el jueves de esta semana misma que ya termina, mi amigo Roger Senra, a través de una de nuestras conversaciones por chat, me preguntó si la conocía.  La verdad es que primero me habló de The Disaster Artist (2017), largometraje que recrea la filmación del fiasco mencionado y me dijo que deseaba verlo para así completar su apreciación del otro título que tanto le gustó.  Con todo lo que supe gracias a él, no dejé de interesarme al respecto y en ese mismo momento descargué ambas obras y por la noche pude apreciar The Room; en cuanto al otro filme, que tal como el caso del trabajo de Burton es una maravilla, tuve el placer de darle su tiempo ayer no más y por todo lo que disfruté con estas películas, tengo razones de sobra para agradecerle a Roger su recomendación. 
     The Room (en la lengua del Quijote, claro, El Cuarto o La Habitación) trata sobre un hombre “perfecto”: dueño de un noble corazón, es un exitoso profesional que trabaja en un banco y posee una novia preciosa; además tiene un gran amigo al que adora como a un hermano y ha adoptado a un adolescente, al que le paga los estudios.  Sin embargo, la muchacha por la que se desvive es una víbora y está empecinada en seducir a su mejor amigo, con lo que comienza el drama que Wiseau quiso representarlo como algo serio, pero que debido a su ineptitud le salió tan desastroso, que causa risa y por esa misma razón el espectador puede llegar a divertirse pese a lo malo del producto final.  
     Pese a la megalomanía de su realizador, la película no se centra en el protagonista, si no que le dedica bastante del metraje a los otros 2 miembros del triángulo amoroso; de igual modo hay tiempo y varias escenas, para los personajes secundarios, que hay entre ellos algunos más curiosos que otros, por lo ridículo de sus caracterizaciones. No obstante, la falta de nobleza de la mayoría de estos sujetos, supuestamente sirve para enaltecer la bondad del “héroe” de la historia, víctima de las bajas pasiones de los demás.  


                             Tráiler de The Room (que como muchos otros, promete más de lo que da).

    Pese a todos los defectos que puede tener The Room (que se llama así, porque buena parte de su pobre trama transcurre en la casa y/o el departamento de la pareja, así como en el dormitorio de ambos), cuenta con una banda sonora decente y una fotografía para nada mala; que además hayamos en ella varios otros aspectos técnicos aceptables, incluyendo una que otra escena en exteriores (algo igual plausible, para una realización modesta como esta).  El resto, bueno, es un excelente ejemplo de cómo no “meter la pata”, si se quiere conseguir que a uno lo tomen en serio en el mundo del cine: diálogos acartonados y en verdad horribles (y por ello mismo, hilarantes), personajes unidimensionales, que el peor de todos es (a mi humilde parecer) el muchacho acogido por el protagonista, escenas de sexo que están demás y tanto ridículas como mal ejecutadas (famosos ya son los detalles del culo de Wiseau, los pétalos de rosa en el acto sexual, los gemidos que parecen de película porno y la “penetración por el ombligo”), entre otros.  A todo esto, se le suma el hecho de que entren como Pedro por su casa los personajes al hogar de la pareja, el abuso del juego con la pelota (no les diré más, que en verdad hay que verlo con los ojos de uno mismo para gozar tanta tontera) y la interpretación del primera actor, que no solo es sobreactuada, sino que francamente irrisoria por la falta de talento de ya saben quién.
     Wiseau se gastó un dineral en su primera cinta, que luego hizo otras, que ascienden como mínimo a 6 millones de dólares.  Incluso llegó a pagar por una tremenda publicidad sobre un poste en plena ciudad, la cual estuvo por años sin sacarse y que se convirtió en un atractivo turístico, para los posteriores admiradores de este filme, que ha llegado a tener  el estatuto de obra de culto.  Y es que pese a su bajísima calidad artística, The Room fue cobrando fama, gracias al boca a boca de quienes tuvieron las “agallas” de verla tras su estreno; luego más y más gente se fue interesando y fue posible rescatarla del olvido total, al punto de que comenzó a ser exhibida en funciones especiales, saliendo al extranjero, consiguiendo fanáticos y hasta editándose en DVD y blue-ray en ediciones profesionales, además de sacar su propio merchandasing.  La verdad es que del éxito posterior del largometraje, el responsable no fue Wiseau, aunque luego este sacó provecho de la oportunidad y gracias a ello ha podido hacerse su lugar en la industria de este medio. 

El famoso cartel publicitario.

    Fue entonces que el guapo y no tan mal actor Greg Sestero, amigo personal de Wiseau y que en The Room hace del compañero del alma del protagonista, que se acuesta con su prometida, escribió sus memoria sobre las circunstancias en las que se filmó dicha obra.  Bajo el nombre de The Disaster Artist, el libro cobró interés entre un montón de personas y así llegó a leerlo un artista galardonado como James Franco, quien decidió hacer la adaptación cinematográfica de su autobiografía.  La película que recrea increíblemente varios detalles de la ópera prima de Wiseau, al contrario de la otra está tan bien elaborada, que ha ganado varios premios importantes, entre ellos nada menos que el Globo de Oro.
    Franco, es un artista versátil que como director demuestra ser tan genial, delante como detrás de las cámaras, siendo además la contrapartida de Wisseau por tener, sin dudas, todo lo que el otro quisiera poseer…Y sin dudas ambos (con resultados distintos, claro) demuestran con su trabajo un amor incondicional por el cine, gracias a la pasión con la que han llevado a cabo sus trabajos.  Puesto que a través de The Disaster Artist, James Franco nos muestra el lado más humano de Wisseau, quien tal como pasó con Ed Wood a través de los ojos de Tim Burton, se convierte por medio de esta cinta, en una representación del deseo humano por crear y comunicar a otros, ese amor hacia el séptimo arte.
      La transformación del atractivo James Franco en el casi esperpéntico Tom Wiseau, es sorprendente, puesto que no solo se apoyó por un maquillaje que lo convirtió en su reflejo, sino que además logró imitar a la perfección sus gestos y manera de hablar; apoyado también por un vestuario que completa el camaleónico cambio,  quienes vimos The Room podríamos llegar a creer, que se trata del verdadero Wiseau.

     Teniendo en cuenta que el libro que inspiró a esta obra posterior fue hecho por Sestero, era obvio que el coprotagonista iba a ser este mismo, si bien en la adaptación es encarnado por Dave Franco.  El hermano menor de James tampoco se queda atrás en la actuación y de igual manera aparece bien caracterizado como Sestero, dotándolo de una simpatía tal, que permite haya una gran química entre los dos amigos que lideran la historia.  Es así que uno de los grandes temas que se abordan en este largometraje, el de una amistad incondicional, está bastante logrado: tanto por el estupendo guión, como por la labor conjunta de ambos Franco.  Las vicisitudes y anécdotas entre los dos amigos, dan paso a la risa, como por igual conmueven.  De este modo, no deja de ser admirable cómo estos dos aspirantes a cineastas, fueron lo suficientemente constantes como para terminar un proyecto tan desfachatado, como The Room y más encima lo estrenaron “con bombos y platillos”; luego, la lealtad y la voluntad, quedan de manifiesto como algunas de las mayores virtudes de estos 2 personajes.
      La película juega de forma muy graciosa con varios aspectos sobre su singular protagonista, si bien se esconde un verdadero drama detrás de las bromas: la historia de un hombre que busca reinventarse a sí mismo, quizás escapando a qué pasado, ya que nunca llegamos a saber de dónde viene en realidad, su edad y cuál es el origen del dineral que posee; ni siquiera su mejor (y tal vez único) amigo, tiene alguna idea sobre todos estos misterios detrás de Wiseau.  De igual manera, se presta para la jocosidad el aspecto vampírico del personaje, que da paso a varias situaciones inolvidables; así como de igual manera, podemos encontrar uno que otro detalle, que aborda la posibilidad de una relación homoerótica no consumada y/o latente, entre los 2 personajes principales.
     En The Disaster Artist participan varias estrellas de Hollywood, por lo general en cameos que hay que estar atentos a ello para reconocerlos.  Es así que el secundario más relevante dentro de la historia, quien con sus ironías viene a ser bastante cómico, se encuentra bajo la piel de Seth Rogen, uno de los mejores comediantes de la actualidad.  Papeles menores y/o apariciones esporádicas, las tienen Melanie Griffhit, Sharon Stone y Zach Efron, entre otros, quienes de seguro participaron en este filme por el gusto de hacer un buen filme y entretenido, que no deja de hacer varios homenajes al séptimo arte…Asimismo, en la escena de postcréditos aparece el mismo Wiseau, claro que hay que reconocerlo para darse cuenta de ello.  El propio Sestero tiene su propio cameo, sin embargo fui incapaz de reconocerlo.
      Por último, una vez terminada la película, toda una delicia viene a ser cuando la pantalla se divide en 2 y vemos cómo los Franco y compañía, copiaron/homenajearon escenas de The Room con verdadera maestría.


                                          Tráiler N° 1 subtitulado de The Disaster Artist.
                                          

miércoles, 19 de septiembre de 2018

¿Quién puede entender a un artista?



     Esa es la pregunta que me hago, luego de haber leído y gozado Baal de Robert McCammon, su primera novela y a la que los españoles al traducirla, publicaron con el cinematográfico nombre de El Príncipe de los Infiernos.  Pues resulta que el narrador tomó la decisión de sacar del mercado sus 4 primeros libros, de los cuales ya me he leído 3 (que Bethanys´ Sin nunca llegó por acá), por considerarlos de baja calidad, en comparación con lo que a posterioridad llegó a hacer…Y la verdad es que tanto Baal, El Buque de la Noche y The Thirst (Sed de Sangre en la lengua de Cervantes), me parecen historias perfectas, además de maravillas y ficciones, por qué no, muy emotivas.
      Hace años ya que deseaba volver a leer a este autor, que lamentablemente no ha vuelto a ser editado en español, pese a ser uno de los grandes del género de terror y habiendo discontinuado todos los títulos suyo, que se llegaron a imprimir por estos lares, en cierto momento.  Tuve que encargar por Internet esta obra y otra más que encontré en la Red (Huida al Sur) para volver a degustar su prosa, que incluso me atrevo a decir que es mucho mejor que la de mi autor predilecto, Stephen King. Menos de 2 semanas estuve dedicado a este texto y ahora, con gran gozo en mi corazón, comparto mis impresiones al respecto.
     Baal es el nombre de un dios-demonio que se menciona en el Antiguo Testamento, una entidad tenebrosa a la que se le sacrificaban bebés vivos y que de seguro por su carácter monstruoso, ha inspirado a varios artistas para escribir sus fabulaciones de miedo.   En esta ópera prima, Baal sigue vivo en la actualidad como ser espiritual e inmortal que es (el libro data de 1978, así que ese presente ya es bastante “pasado” para nosotros) y acostumbra reencarnarse en un ser humano para hacer de las suyas, a través de del culto a la violencia extrema y por medio del cual lleva a sus seguidores a las peores depravaciones, así como a la denigración total (por cierto, en determinado momento se menciona la sodomía como uno de los pecados que promueve este espíritu maligno…¿Acaso es McCammon homofóbico? ¡Por Dios! Bueno, nadie es perfecto); todo como una disputa que lleva eras, en contra de Dios o Jehová, que luego en el libro queda mejor revelada esta disputa y de una manera más bien oriental, que la típica creencia judeocristiana a la que estamos acostumbrados.
   
No sabía de esta otra edición en español del libro.
     Y como no, una fuerza maligna tal cual la de Baal debe tener su contrapartida, que acá una vez más estamos frente al clásico tema del bien contra el mal.  De este modo, bastante entrada la novela, aparecen los verdaderos héroes del libro: el anciano profesor de teología Virga y el misterioso Michael, acompañados del más bien antihéroe, Zark, quienes por su propia cuenta forman un particular triunvirato representando las fuerzas de la luz.  Cada uno de ellos tiene sus razones para ir en busca del malvado ser (caracterizado de una forma impresionante, que no puede ser más despreciable), oponiéndose no solo a una presencia sobrenatural, sino que también a toda una organización de tipo sectaria y terrorista, que este ha edificado en torno suyo.
     La manera de cómo se encuentra articulada esta obra, atiende a capítulos que siguen una progresión cronológica, incluyendo un pequeño, aunque llamativo prólogo.  A través de todos estos el protagonismo se va otorgando a varios personajes, que desde el comienzo, permiten evidenciar la maldad que existe y cómo la nueva encarnación de Baal va cobrando identidad y poder.
     El prólogo transcurre si no en la Antigüedad, poco tiempo antes del primer capítulo, sucediendo todo en oriente medio y a través de los ojos de un humilde pastor, quien es testigo de la primera escena en verdad apocalíptica de la novela.  Desde estas 3 primeras y potentes páginas, la atmósfera bíblica del libro queda de manifiesto, que como es habitual en la bibliografía de su autor, el tono religioso siempre está presente.  No obstante esto no resulta ser proselitista y, en cambio, sí se percibe de manera espontánea; puesto que al tratarse de una ficción que aborda la existencia de poderes, que están por sobre la naturaleza humana (que quiérase o no, están ligados a nuestra especie), dicho tono no puede ser más acorde a la temática de la novela.
     El capítulo Uno se encuentra dividido en 2 partes, separadas solo por el número de sus subcapítulos y que transcurren en tiempos y lugares distintos.  La primera de ellas se centra en una joven pareja, que no pasa por el mejor de sus momentos, en lo que a su relación se refiere.  Es entonces que llega el verdadero infortunio hasta sus vidas: pues la mujer es violada en una circunstancias de por sí terribles, aparte de lo que significa el acto de esta afrenta en sí.  La manera de cómo termina esta parte se hace más impactante, por el hecho de que esta nueva crisis, los lleva a ambos a recuperar el amor que habían perdido.  Pero la noticia de que la mujer se ha embarazado, en contra de los planes de su marido, complica todo y el bebé nace sin el consentimiento total del marido (la criatura fue gestada mucho tiempo después del atentado a la mujer).   Acá se introduce la problemática del aborto y el derecho a la vida, que un autor católico como McCammon pone en el tapete, para que sus lectores se hagan sus propios cuestionamientos.  Sin embargo, queda claro que el bebé no es humano y su presencia en la vida de sus padres, no será muy positiva que digamos.  La lucha del hombre común y corriente, contra un mal tan grande como el que en estas páginas se manifiesta, se hace dramático y pese a su dimensión ficticia, no puede ser más real, ya que estamos hablando de la batalla por la mismísima salvación de las almas humanas.
     Luego viene otra atractiva narración que sigue a Baal, cuando este tiene 10 años de edad y ahora vive en un orfanato regentado por la Iglesia Católica.  Al cuidado de los pequeños se encuentran un grupo de monjas y curas, a los que el autor describe como a personas consagradas a vivir en beneficio de sus niños.  No obstante la presencia de la criatura comienza a enturbiar la paz del lugar y la primera persona que reconoce la malignidad de su más nuevo protegido, es una joven monja, que poco a poco comienza a temer por ella y quienes la rodean; lo anterior, puesto que el chico está influyendo sobre sus pares, así como sus encuentros con este no son muy gratos que digamos.  Es así que la mujer decide acudir a uno de sus superiores, tanto hombre de fe como de ciencia, para que la ayude.  El sacerdote se entrevista con el niño y se niega a pensar de que hay algo fuera de lo común en el caso, hasta que se produce una espeluznante nueva entrevista con el huérfano.  Mas las cartas están echadas y ante la ceguera de los adultos o su incapacidad para reconocer el mal superior que habita entre ellos, el capítulo UNO termina en un desastre de mayores proporciones, que lo que pasó con los padres humanos de Baal.  Esta parte trata de manera muy bien orquestada un tópico caro a la literatura de terror: la supuesta existencia de niños, que vienen a ser la manifestación pura de una maldad antigua y poderosa; un atentado a las leyes de la naturaleza, donde la pureza de la infancia es negada para corromper todo lo bello y bueno, que hay en los pequeños.  Por todo esto, el McCammon joven y principiante se revela desde ya como un escritor talentoso, que resulta increíble, más aún, haya decidido privar al público de una obra potente como esta.
    El capítulo Dos, casi 150 páginas de la versión a nuestro idioma, nos introduce a uno de los 3 representantes del bien que luchan contra Baal y los suyos.  Se trata de un héroe que escapa a las convenciones, el profesor Virga, pues es un hombre ya muy mayor, que nunca ha sido alguien de acción y cuya existencia ha sido más bien tranquila y sin mayores contratiempos (salvo la pérdida de la mujer que amaba y del hijo que ambos esperaban, en ese caso, igual penas bastante grandes).  Empero sí comparte con otros personajes admirables, la sabiduría producto de sus estudios y de la edad, puesto que además es un hombre con una enorme fe en Dios, todos ellos puntos a favor a la hora de oponerse a los designios del gran villano.   Junto a él aparece por primera vez su discípulo Donald Naughton, un hombre que está más o menos en la treintena de su existencia y lo más parecido a un hijo que el más mayor ha tenido en su vida.

Naugthon se ha enterado de un culto que está tomando fuerza y cuyo misterioso cabecilla corresponde al tipo de líder mesiánico y sectarista, que lleva tiempo estudiando, puesto que se encuentra escribiendo un libro sobre los falsos profetas.  Es así que este decide viajar hasta Kuwait, donde radica el culto.  En ese lugar el hombre presencia los horrores del culto a Baal y desaparece.  Cuando sospecha de su destino, Virga acude solo al lugar donde se perdió su amigo y allí tiene su primer encuentro con Baal, acontecimiento que es descrito de manera impresionante.  No está de más decir, que la narración sobre el infierno en la Tierra que se ha aposentado, donde el supuesto mesías lleva a cabo sus ritos, es memorable.  Los pasajes dedicados a todo esto no dejan de escenificar la presencia de un mal tan poderoso, sobrenatural y a la vez tan humano en su locura, que resultan ser algunos de los mejores momentos de la novela.
    De igual manera en esta parte del libro, tiene su introducción Michael, del cual nunca llegamos a saber mucho sobre su pasado e identidad, solo que tiene asuntos pendientes con Baal y que lo llevan a querer deshacerse de él a toda costa; no obstante, tampoco nos enteramos qué pasó en realidad entre ambos…Hasta que en el clímax del texto, se esclarece quién es en realidad.  En todo caso, desde el principio el personaje es retratado como alguien con una enorme voluntad, la cual incluso logra ponerlo por sobre quienes lo rodean.  Y, sin embargo, en contra de los deseos del mismísimo Michael, este debe aceptar la compañía de Virga, para acompañarlo en su personal guerra contra Baal.
      Si en la parte o capítulo Dos, se nos mostró un escenario infernal a medias entre la ciudad y el desierto, con la devastación de la anarquía y el asfixiante y seco paisaje de las arenas que consumen todo, en la siguiente nos hallamos frente a otro tipo de infierno: el de las blancas y heladas tierras árticas, en Groenlandia.  Es en este lugar, que oscila entre la belleza de sus soledades albas y sus congelados días y noches oscuras, que el capítulo Tres nos entrega al tercer miembro del equipo que se las verá con Baal: el casi ermitaño Zark.  Supuestamente un chamán, viene a ser un imponente hombre al que acuden Virga y Michael, para que los lleve hasta donde se encuentra su enemigo.  Su apariencia y personalidad difieren de la de sus compañeros, siendo que a la vez su historia personal lo hace por igual distinto a los otros dos.  Con posterioridad Zark llega a tener sus propias razones para vérselas con el enemigo.  Si tanto el teólogo como Michael están motivados por variaciones del ideal de justicia, a su guía lo mueve una noción tan básica como atractiva: la venganza.  Luego queda expresado que no hay que ser perfecto, para ser una buena persona, que tal como en un momento de su pasado Zark cometió grandes errores, todos estamos llamados a redimirnos y a vivir en paz con uno mismo y los demás; asimismo, la búsqueda de la felicidad como motor de la existencia de los seres humanos, queda expresada tanto en la figura de este recio hombre, tal cual en el propio Virga (claro, cada uno de ellos con una imagen distinta de lo que es la plenitud, aunque en ambos casos se trata de la preferencia por la sencillez por sobre todo).
     En Groenlandia sucede otro evento terrible, que no estamos hablando de una historia para lectores sin criterio formado o demasiado impresionables.  Luego de esto, viene el último encuentro con Baal y que sucede de manera inesperada, en contra de cualquier idea que uno podría tener sobre la confrontación final.  Mucho sucede desde que las fuerzas en conflicto vuelven a estar frente a frente y una de ellas termina por ser derrotada.  En el intertanto, la narración nos hace recordar otras ficciones memorables que tienen al demonio de por medio, tal cual El Exorcista de William Peter Blatty o El Ángel Caído de  William Hjortsberg; pues entre estas encontramos los recursos y/o temas de la tentación diabólica, el uso de las debilidades de los humanos y las ilusiones para subyugarlos, además de las groserías dichas por parte del diablo (en todo caso, no hay que olvidar que ficciones como estas, se valen de la misma tradición religiosa, que hace mención al respecto en casos de posesión y exorcismo).
     Cabe mencionar el interesante detalle, de que al estar buena parte del libro ambientado en Groenlandia, el narrador para darle más fuerza a esta capítulo, incorpora unos cuantos personajes esquimales, dedicándole tiempo además a sus costumbres.  Por todo esto y cómo se describe el lugar, en el que transcurre el final del libro, el lector sin dudas que se ve transportado a tan llamativo escenario.
     Con respecto a la edición que poseo, en ella se incorpora un revelador epílogo de unas 3 páginas y en el cual 10 años después de haber escrito y publicado su novela, Robert McCammon nos cuenta algo sobre su vida y la génesis de esta novela.  La humanidad del artista, con toda su complejidad y los rasgos que comparte con el resto de sus congéneres (entre ellos, nosotros mismos), quedan de manifiesto, para darnos cuenta cómo la obra de arte es el fruto de la experiencia, los anhelos y las cuitas de esta gente, que como el escritor nos regalan belleza.
     La obra acaba con el conflicto cerrado, no obstante queda latente la idea de que nada es tan sencillo como se quisiera y que siempre hay trabajo por hacer.  Tal vez en su momento el autor tuvo pretensiones de hacer una secuela, pero tras optar por no volver a editar esta novela y las 3 que le siguieron, a menos que cambie de parecer, ello solo queda en el reino de los universos alternativos.  Si McCammon no se retracta de su decisión, supongo que tras su muerte (eso sí, que ocurra bien tarde ello), la gente podrá gozar de estas obras que sin dudas merecen ser apreciadas.


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...