Con tanto zombie por ahí en las películas,
los videojuegos, los cómics y las series de TV (¿Quién no conoce en la
actualidad The Walking Dead?), el común de los mortales ignora que el
responsable de todo este boom de los muertos vivientes comedores de carne huma
fresca, George Romero, nos dejó hace solo 4 días atrás. Nacido el 4 de febrero de 1940 y muerto a los
77 años, fue un importante cineasta dedicado al género del terror que dejó tal
legado, que tal como ya se expresó en las primeras palabras de este párrafo,
introdujo uno de los monstruos más famosos dentro de la cultura popular.
En varias ocasiones me he referido a
este hombre en varios post y que desde adolescente he admirado profundamente, de hecho hace rato que le dediqué una etiqueta
dentro del extenso listado de temas que tengo en el blog, pero nunca (salvo
ahora) me había referido en exclusiva a su obra… Y ahora es el momento
adecuado.
Si bien desde niño me han gustado las
historias de terror, no obstante a este artista solo lo vine a conocer ya de
adolescente, gracias a la querida colección de la revista Fangoria que empecé a
comprar. Fue así que en uno de sus
tantos reportajes y textos varios, apareció su nombre, haciendo primero
referencia a la proeza que le significó realizar cuando aún no cumplía 30 años,
la obra que le otorgó fama para la posteridad: La Noche de los Muertos Vivientes
(1968). Y como toda una guía
para los amantes de las historias de horror, gracias a esta revista me fui
enterando de su filmografía, deseando adentrarme cada vez más en las
profundidades de sus pesadillas.
Pero años antes de que llegara a mis manos
tan especializada publicación, ya era un consumado fanático de este tipo de
historias, si bien de más pequeño luego pagaba el precio de mis obsesiones con
las pesadillas que me provocaban y el miedo a la oscuridad. Llevo mis recuerdos a alrededor de 1989 ó
1990, cuando el VHS reinaba en las funciones caseras de todo tipo de
películas. Mi papás no me comprarían mi
primera máquina reproductora de estas cintas hasta diciembre del 90, razón por
la cual debía conformarme viendo películas en un videoclub cerca de mi casa y
en el cual si uno pagaba el coste de un arriendo, podía ver la cinta que
quisiera (los dueños interesados en ganar dinero, no tenían inconvenientes en
que menores de edad gozasen títulos para mayores, siempre y cuando pagaran la cuota respectiva;
claro que no sé si eso pasaba en el caso de solicitar una porno). De este modo
me ponía de acuerdo con mis amigos para juntar los $500 pesos que en ese
entonces salía este beneficio. Y así fue
que me encontré con varias cintas por primera vez, muchas de ellas verdaderas
joyas de la cinematografía fantástica tales como Robocop y El Resplandor. Por lo general iba
los sábados, siendo durante un largo tiempo esta mi única instancia para darle
en el gusto a mi amor por el cine, ya que fue más entrado en la adolescencia
que me dispuse a ir a los teatros por mi cuenta con mis pares.
Y en una de estas funciones privadas me
encontré con Creepshow (1982). La verdad es que no sé si para aquella época
ya sabía quién era Stephen King, el cual se entretuvo un montón adaptando para
su amigo George Romero, algunos de sus cuentos para este filme de 5 historias
autoconclusivas y con un hilo conductor, homenajeando los viejos cómics de
terror de la desaparecida editorial EC.
La idea principal de esta producción fue entretener, nada de crítica
social, ni temas complejos, solo sustos, monstruosidades y efectos gore al más puro estilo de las
historietas que esta dupla y el resto de sus amigos quisieron tributar. Aquella vez salí de la exhibición con esa
alegría que solo un niño puede llegar a tener, cuando se han encontrado con
algo tan formidable, por ser novedoso para la mente de alguien inexperimentado
y que por eso en lo único que piensa es en conseguir más y más de lo mismo
(bueno, para ser sincero cuando uno es grande, obsesivo y ñoño, de vez en cuando se vuelve a este estado,
je). Como datos adicionales acerca de
este trabajo, puedo contarles que cuenta con la participación de varios actores
consagrados, algunos de ellos al principio de su carrera, pero ya en aquel
entonces notables (como Ed Harris y Ted Danson); se pueden mencionar además la
participación de Leslie Nielsen, Adrienne Barbeau y John Colicos, entre otros.
Mención aparte es la breve, aunque entretenida intervención de Tom Savini, otro
gran amigo de Romero, que apareció en varias de sus películas y que además es
también un consagrado director y maquillador de efectos macabros. Por otro lado, el mismo Stephen King fue
protagonista de la primera historia, demostrando su versatilidad a la hora de
pasar a otro campo artístico. Asimismo su música electrónica es sin dudas
soberbia, a cargo de John Harrison, quien además de compositor ha trabajado
como director en algunos de los episodios de la serie Tales from the Darkside, creada
por el mismo Romero y luego hizo para la pantalla chica las miniseries de Dune (2000)
e Hijos
de Dune (2003), sobre los aclamados libros de ciencia ficción de Frank
Herbert. Por último, no se puede
olvidar que la adaptación al cómic de esta perla del séptimo arte fantástico
fue hecha por otro maestro, Berni Wrightson (quien también nos dejó este año,
así que espero que ambos artistas se reencuentren en el más allá).
Trailer de Creepshow.
Como ya saben, el título anterior fue mi
primer encuentro con George Romero, no obstante la segunda vez en que pude
disfrutar con una de sus cintas, fue con su debut. Quienes no conocen esta joya del séptimo
arte, que lejos sobrepasa el género al que pertenece, deben saber que cuando la
realizó su creador no hace mucho que había salido de la universidad y tras
conseguir algo de experiencia y dinero filmando comerciales, se puso de acuerdo
con unos amigos para realizar una obra de miedo. Con un presupuesto ínfimo, excelentes
actuaciones y más encima un guión potente a cargo del propio Romero, como
también una fotografía en blanco y negro cuidada, que ayuda a mantener la
atmósfera pesadillesca de todo, el filme se convirtió en un verdadero semillero
para realizar nuevas historias al respecto.
Las escenas de masacre zombie, en especial cuando estas criaturas
aparecen comiendo carne, según se cuenta fueron posible gracias a la contribución
de carniceros amigos, que no vacilaron en hacerse publicidad de esta extraña
manera y de paso contribuir al arte (je).
Trailer de La Noche de los Muertos Vivientes.
Solo los prejuiciosos y quienes nada
saben de la ópera prima de Romero, ignoran el transfondo de esta y que en clave
de ciencia ficción postapocalíptica (pues antes de ella los zombies solo
aparecían como entidades de carácter sobrenatural, debido a la magia y al vudú),
aborda el tema de la desarticulación de la sociedad civilizada ante las
catástrofes; en otras palabras, muestra cómo el ser humano ante cualquier
circunstancia que mine su seguridad, de inmediato actúa usando su instinto y
deja de lado su racionalidad. Pues la
violencia tal como está demostrada en esta obra, no solo viene de los cuerpos
revividos (que en realidad pueden ser comparados con las bestias que atacan tan
solo para comer y no por un acto de maldad inherente), sino que de los vivos
que tal como se muestra hacia el final de esta tragedia, actúan regocijándose
en la miseria en la que se encuentran.
Otro punto destacable de tan capital
largometraje, es que fue una de las primeras películas gringas en tener de
protagonista a un afroamericano, siendo el resto de los personajes principales
y secundarios blancos. Es así que este
hombre aparece con dotes heroicas frente a la adversidad, con una regia estampa
llevando un traje de corbata y dejando con todo esto más que claro, el papel
importante que hace rato ya poseía esta minoría étnica en la comunidad de su
país.
Siendo que por razones de error de su
distribución este filme es de dominio público, han aparecido fragmentos suyos
en un montón de otras producciones, siendo homenajeada y parodiada muchas
veces. Al respecto, se puede mencionar
el único episodio de Halloween de la serie Medium, en el que la protagonista se
ve inmersa dentro de esta cinta, la que es recreada de manera sorprendente, a
la par de que usaron también imágenes reales de la película.
En 1990 se realizó un remake por parte de
Tom Savini, el colega amigo de Romero ya mencionado. Los resultados hicieron honor al original,
pues contaron con la producción del propio director de la cinta primigenia,
quien además cambió en algunos aspectos el guión para mejorar lo que le pareció
era necesario. No obstante en 2006 y
2015 se realizaron otras versiones, estas sin considerar a Romero dentro de su
realización.
5 son en total las secuelas directas de La
Noche de los Muertos Vivientes, todas ellas llevadas a cabo por el
propio Romero, si bien en distintas épocas.
Al respecto hay que mencionar la que viene a ser la trilogía original,
completada entre los años 1978 y 1985 respectivamente. La primera de ellas lleva el nombre de El
Amanecer de los Muertos Vivientes y está ambientada nada menos que en
un centro comercial, al que llegan un grupo de sobrevivientes a refugiarse,
convirtiendo este templo al consumo en su santuario (ironías por parte del
director). Sin embargo pese a toda la
seguridad que supuestamente había en este lugar, aun así no logran ser capaces
de derrotar a las hordas de muertos caníbales, para quienes al parecer el
centro comercial les trae recuerdos de cuán felices fueron gastando su dinero
en dichas dependencias. La escena de
desmembramiento a una de las víctimas aún viva, es sin dudas una de las más
famosas del cine de terror. En 2004 tuvo
su remake, bastante elogiado por cierto, dirigido por Zack Snyder, hoy famoso
(y despreciado por algunos) por sus adaptaciones cinematográficas de cómics DC.
La tercera parte de la llamada trilogía
original zómbica de Romero se llama El Día de los Muertos. En esta entrega se abordan dos temas caros a
la ciencia ficción más crítica: primero la presencia de mad doctors (científicos locos), en la figura de un especialista
que desea “amaestrar” a los muertos vivientes y se obsesiona con ello,
olvidando en parte de sociabilizar con sus congéneres; a la larga como sucede
en la vida real y en estas historias ficticias, el progreso humano queda
reducido a nada, porque nuestra especie nunca logra ser más fuerte que la
naturaleza misma. Luego, siendo el director-guionista un ideólogo antisistema
gringo de fuertes convicciones, no podía dejar pasar en este filme una
sentencia en contra del militarismo y el fascismo hasta cierto punto; es así
que en la cinta en cuestión vemos a un grupo de uniformados, que pese a la
devastación en la que se encuentra todo, trata de controlar lo que sucede; pero
más que para salvaguardar a la humanidad, como otro intento de conseguir poder
bajo sus propias directivas y no a través del concenso. Lejos más sangrienta que sus predecesoras, de
seguro a su mayor presupuesto y a las posibilidades técnicas de la época, es
considerada no obstante por muchos como la menos lograda de esta primera
trilogía. En 2008 se estrenó un remake
a cargo de otro director especializado en el terror, Steve Miner, que se estrenó
directamente al mercado hogareño; lamentablemente no tuvo buenas críticas.
En 2005 George Romero sorprendió a sus
seguidores a lo largo del mundo, al regresar al cine que lo hizo famoso y al
que él mismo ayudó a hacer popular, con una nueva entrega de su saga y que se
puede considerar como la primera parte de una segunda trilogía: Tierra
de los Muertos. Pese a que en
términos económicos, este nuevo episodio en su serie no puede ser considerada
como una producción de alto presupuesto (pues no alcanzó a costar los 20 millones de dólares), el buen uso de los
recursos a su disposición permitió la realización de una cinta en verdad
notable; en este sentido se debe apreciar la participación de varios actores de
renombre, muchos de ellos ya con toda una carrera de consagración dentro del
cine de terror: Dennis Hooper, John Leguizamo y Asia Argento (la hermosa hija
de Dario Argento, también amigo de Romero y el que le produjo El
Amanecer de los Muertos y con quien codirigió Los Ojos del Diablo). La película nos muestra un mundo en el cual
ya son pocos los humanos que quedan, habiéndose extendido la plaga zombie al
punto de que los vivos deben vivir en ciudades fortificadas, para no
convertirse en comida de los muertos vivientes.
Y es en medio de una de estas últimas utopías (en realidad toda una
distopía), que radica la mirada incisiva de nuestro amado director, al dejar
constancia de la corrupción en los llamados líderes del pueblo, en la figura
del mandamás de la ciudad en la que transcurre la historia y quien a la larga
resulta mucho más pernicioso que los mismos monstruos. Personalmente debo decir sobre esta obra, que
para mí tiene un valor muy importante, ya que ha sido la única de la serie que
he podido ver en el cine, pues cuando estrenaron las anteriores o bien no había
nacido (en el caso de la primera) o bien era demasiado pequeño (y ni sabía que
existían); en el caso de las que le siguieron, para pesar de muchos nunca las
exhibieron en mi país en el circuito comercial.
El siguiente capítulo dentro de las
películas de zombies de Romero corresponde a El Diario de los Muertos (2007),
que en cierto sentido más que una secuela, se puede considerar como que su
argumento transcurre en paralelo a los acontecimientos de la cinta original;
puesto que cuando suceden, recién está comenzando el apocalipsis zombie. Su guión cuenta de un grupo de jóvenes
universitarios de la carrera de cine, quienes ante lo que está pasando, filman
cámara en mano todo lo que ocurre, en una especie de reality show. Es en todo esto
que resalta la crítica a los medios de comunicación masivos, en especial la
televisión, que profita de las desgracias ajenas, a través de estos muchachos
que actúan con una falta total de empatía y aprovechando la morbosidad para
conseguir notoriedad. A diferencia del
resto de otros filmes de la saga, su autor incorporó el humor negro para
convertir este título en toda una parodia al espectáculo de la violencia
gratuita, que venden los supuestos profesionales del “cuarto poder”.
De 2010 data Survival of the Dead (ocupo
el título en inglés, debido a que nunca la pillé por estos lares en una edición
para Latinoamérica), la última parte de la serie y, para pesar nuestro, la
despedida de George Romero como director.
Teniendo en cuenta el argumento del largometraje que le antecedió, este
otro viene a ser en cierto sentido su secuela directa, ya que también estamos
aquí en los comienzos de la epidemia zombie.
Los protagonistas son tanto un grupo de militares, como dos familias
enemigas entre sí, siendo que estos dos grupos habitan una isla aislada del
resto de la población y a tal lugar llegan los uniformados, para desestabilizar
en parte con su presencia invasiva la aparente armonía del lugar. Una vez más aparece en la trama, la idea de
domesticar a los muertos vivientes, lo que como era de esperar no trae los
resultados positivos esperados.