miércoles, 30 de noviembre de 2016

¿La Dama Chilena de la Ciencia Ficción?


I- Primeras palabras.

    Hace años que tenía intención de leer a mi compatriota María Elena Aldunate, más conocida como Elena Aldunate, digamos que desde mi época de universitario en la década de los noventa.  Fue cuando me di cuenta que era una autora chilena la que estaba detrás del nombre femenino y español de El Molino y la Sangre, gruesa novela de fantasía o más bien de literatura maravillosa editada por la prestigiosa editorial española Acervo, en sus por entonces caras ediciones en tapa dura (que por aquel entonces difícilmente podía costearme).  No obstante pasaron años para que por fin me pudiese adentrarme en su narrativa.
     Recuerdo que una vez el escritor nacional de ciencia ficción Teobaldo Mercado (quien de seguro sabe más sobre el tema que yo), no me habló muy bien acerca de la calidad literaria de su colega, considerándola como alguien con esas típicas fijaciones eróticas que a veces encontramos en literatura femenina; pues bien me quedó claro que tales temáticas no eran del aprecio de este otro autor.  Como mil veces prefiero hacerme mi propia idea, acerca de si un autor es realmente de mi gusto o no, preferí obviar sus comentarios, a la espera de que llegara a mis manos algo de la Aldunate.  Y no pasó mucho tiempo hasta que por fin se dio la oportunidad para cumplir mi deseo.
     La editorial chilena Puerto de Escape, especializada en ciencia ficción, terror y fantasía, sacó en 2006 la recomendable antología de ciencia ficción Años Luz, compuesta por trabajos de autores criollos y que abarca más de setenta años de la también llamada literatura de anticipación en las letras nacionales (tuve el honor de asistir a su lanzamiento oficial y tras comprarme el precioso volumen, poder contar con los autógrafos de varios de sus artistas).  Pues ante la carrera más o menos afamada de Elena Aldunate en el género, no podía faltar al menos un ejemplo de su prosa y esto fue por medio de su cuento La Bella Durmiente de 1973.  Debo decir que tras mi primer contacto con su trabajo, me sentí bastante a gusto, queriendo de inmediato degustar a la brevedad más de sus obras.
     Hace un par de semanas atrás en mi tercera visita consecutiva a la FILSA (Feria Internacional del Libro de Santiago) asistí a una muy interesante charla en la que tres especialistas en la obra de esta escritora, hablaron acerca de ella y su labor. Tal actividad se debió a la reciente reedición de varios de sus títulos por parte de un proyecto editorial, el cual además pretende sacar el resto de su obra y al parecer entre ellos uno que otro trabajo inédito.  Así fue que motivado por todo esto, me dispuse a leerme el pequeño tomo de cuentos suyos Angélica y el Delfín (1977), el cual solo me tomó dos días y que más adelante comentaré.
     El preciado libro lo compré un domingo por la mañana, luego de pasar la noche en la casa de mis queridos amigos Rosita y Marcelo Brito, tras una linda jornada de amistad (reunión en la que también estuvo Bernardita, otra compañera del grupo).  Esa vez de camino a mi casa, en una venta de patio encontré la primera edición a un precio casi risible y ni siquiera dudé en traérmelo conmigo.

II- Su vida y obra en unas pocas palabras.

      Hija del consagrado (y olvidado) divulgador científico chileno Arturo Aldunate Phillips, Premio Nacional de Literatura de 1976, nacida en el seno de una familia acomodada chilena, desde pequeña tuvo inclinaciones artísticas y a lo que claramente la relación con su padre influyó de manera positiva.
      Su vida como mucho de sus pares poseedores de una gran sensibilidad, no estuvo exenta de varios dramas y dolor, a los que se sumó la existencia de un marido que en vez de proporcionarle el amor respectivo, la humilló en más de una ocasión y de las maneras más atroces: No contento con engañarla con otras mujeres, quemó varios de sus escritos, la internó en un psiquiátrico y le quitó la tutela de sus hijos. Pese a todo, la belleza de su rostro no era otra cosa que una representación de su propio espíritu luminoso, ya que aun así no le quitaron las ganas de plasmar en sus páginas su hondo paisaje interior; todo ello se puede apreciar en su literatura y que la llevó a ser la primera de su género en Chile, en probar con un literatura poco considerada en aquellos años por los intelectuales chilenos: la ciencia ficción.  De este modo junto a otros dos destacados autores, Hugo Correa y Antonio Montero (también conocido con el pseudónimo de Antoine Montagne), formó parte de la triada de la ciencia ficción chilena de aquellos años (décadas de los sesenta y setenta).
    Hubo otras damas que se atrevieron a publicar textos del género, durante esta época en este lado del mundo, no obstante fue la Aldunate la única que consiguió cierto profesionalismo, debido en parte a lo prolífico de su obra.  Tras comenzar a publicar títulos de carácter realista, irrumpió en el paisaje literario tradicional chileno con Juana y la Cibernética (1963), su primer volumen de cuentos y donde el que le otorga su nombre al tomo, se adelantó lejos a varios temas hoy trillados en el llamado ciberpunk y la ciencia ficción en general: la relación entre un ser humano (en este caso una mujer) y una máquina; ideas que hoy en día vemos con regularidad en el manga y el anime (Ghost in the Shell), así como en el primer cine de David Cronenberg (Videodrome, Crush y ExistenZ), como también con el arte de H. R. Giger (Alien y Especies). El erotismo femenino que ha caracterizado buena parte de sus ficciones, se hace evidente en este relato.
     En 1967 aparece su segundo volumen de cuentos alejados de la típica prosa de sus compatriotas: El Señor de las Mariposas.   Angélica y el Delfín (1976) sería su tercer recopilatorio de historias, que lindan entre la ciencia ficción y la fantasía.
     Quizás su obra más emblemática, podría ser Del Cosmos las quieren Vírgenes (1977), novela de ciencia ficción cuyo nombre no puede dejar de rememorar los títulos de tantos filmes de clase B del género (¿Algo hecho a propósito por su autora?).
     De igual modo incursionó en la ciencia ficción juvenil, a partir de su saga de Ur, dedicando cada tomo a sus nietas, labor que comenzó en 1961 y terminó en 2001, con una serie de cinco entregas.
     Aparte de otros libros suyos como Francisca y el Otro (1981), del cual nada he podido averiguar de su temática (si bien su nombre bien remite a una narración más del estilo que le dio fama), cabe destacarse su al parecer más extensa novela, de 1993, El Molino y la Sangre.  Si bien no corresponde a una obra de ciencia ficción, se trata de un libro a medias entre la fantasía y el realismo mágico, el cual trata acerca de una vieja casa que como un ser vivo y pensante, es testigo de la vida de varias generaciones sucesivas de mujeres en una misma familia.
     Los títulos de sus obras resultan bastante sencillos, ocupando por lo general el nombre de su protagonista al principio del título y luego un sustantivo común para sintetizar el contenido de la obra.  Como ejemplo de esto: María y el Mar, Juana y la Cibernética, Angélica y el Delfín, etc.  La misma estructura de sustantivos y nombres propios se dan con todos los libros de ciclo de Ur (Ur y Alejandra, Ur y Almendra…), Ela y los terrícolas, entre otros.  Este recurso simplista, contrasta con el de una narrativa muchas veces poética, con el uso de metáforas y todo tipo de figuras literarias que embellecen sus textos y otorgándoles una gran sensibilidad a estos.
     Años después de su fallecimiento en 2005, luego de llegar a la longeva edad de 91 años, la editorial chilena Cuarto Propio sacó en 2011 un compilatorio con veinte de sus cuentos, el cual posee además un valioso estudio de su narrativa y que lejos da luces acerca de las características de esta, como su temática, transfondo y simbolismos.

III- Adentrándose en su literatura.

   
    La mayoría de sus protagonistas son mujeres, de modo que la historia se encuentra contada desde su punto de vista y en tercera persona, si bien sus narradores solo poseen un conocimiento relativo de los acontecimientos; así es que apenas conocen el presente de sus personajes y son incapaces de aventurarse en el pasado y el futuro, menos con lo que sucede dentro de sus cabezas (salvo en el caso de La Bella Durmiente y El Niño, que por su extensión mayor permiten mayor desarrollo estilístico y argumental). 
     El predominio de personajes femeninos en su literatura, la ha hecho ser considerada como una autora feminista.  No obstante a los ojos de quien aquí escribe, al menos en los cuentos que comprenden este librito, la defensa de la figura de la mujer como alguien con derecho a su autonomía apenas está esbozada y ello se debe a que todos estos casos muestran a féminas que para conseguir cierta independencia, deben recurrir a agentes externos o a la evasión con el propósito de acercarse a cierta dicha; pues se trata de mujeres solas, que viven una vida miserable y no son plenas, cuya vidas no tienen sentido o hasta que en el mejor de los casos una fantasía o un ente foráneo las “salva”.
     Lamentablemente lo breve de sus cuentos, apenas permite que haya un argumento sólido y en algunos casos todo queda en un mero bosquejo, de algo que podría prometer más o bien la narración queda convertida en algo casi incomprensible (tal como sucede con Ventana y El Ingenio).
     Teniendo en cuenta estos antecedentes, tras haber leído el libro y más cuando se le vienen a la memoria a uno autoras del género en realidad consagradas (como la mismísima Ursula K. LeGuin, alguien de la talla de Marion Zimmer Bradley, la muy famosa Connie Willis o la igualmente célebre James Triptee Jr.), encontrarse con esta selección lo hace dudar acerca del título dado a la Aldunate.  Ahora bien, no se le niegan algunas virtudes que ya se le han mencionado aquí, como su lirismo y valentía a la hora de ser la única mujer en el territorio chileno de aquellos años (y uno de los pocos autores en general), en escribir con regularidad ciencia ficción, consiguiendo además publicarla; no obstante habría que leer más de su pluma, como para hacerse una idea cien por ciento cabal sobre la verdadera calidad artística de su obra.
     Pero pasemos de una vez por todas al libro que ha motivado gran parte de este post:

     Pues en primer lugar parte con un más que interesante prólogo, del propio padre de la autora, el divulgador científico Arturo Aldunate Phillips.  En las páginas dedicadas a su hija, en vez de alabar lo hecho por esta, toma un camino por completo diferente y que sin embargo logra darle un empujón a estos textos, tras demostrar la validez de la ciencia ficción como expresión artística.  Es así que este hombre nos cuenta de su encuentro con el importante astrónomo Fred Hoyle, reconocido hombre de ciencias a nivel mundial…y también escritor de ciencia ficción; de este modo si alguien como Hoyle es capaz de apreciar el valor de la ciencia ficción, como un medio para extender nuestras mentes, lo realizado por su descendencia bien merecería ser tomado en cuenta ¿No?

      1- Angélica y el Delfín: El cuento que abre el tomo y le da su nombre a este, viene a ser sin dudas uno de los dos mejores relatos, en especial por lo acabado y su complejidad, de entre los otros que forman parte de él.  Pues aquí en paralelo se cuenta la historia de sus dos coprotagonistas, primero el de la muchacha llamada Angélica, una joven veraneante que ha tenido una experiencia sexual en pleno mar con un chico que le gusta y no obstante tal acción no ha sido de su agrado; de hecho, todo esto posee su cuota de violencia hacia la mujer, casi convertida en un objeto para su amante y hasta recuerda a una violación…
     “Mientras Angélica siente cien guijarros incrustados en su espalda desnuda a cada vaivén…
      (…) Es curioso cómo a pesar del apremiante ritmo que, mal que mal, también la motiva a participar, los ruidos, la luz y el dolor de su espalda magullada contra la roca están presentes y claros en su conciencia (…)”.

      Mientras sucede esto y tras terminar el coito, que luego lleva a Angélica a no desear volver a ver a su compañero, se relata la historia de Isspa, un delfín que pertenece a una raza avanzada de cetáceos avanzada.  Debe saberse que cuando Angélica tuvo su orgasmo en el agua, el supuesto animal entró en contacto con ella, de cierta manera telepática.  A través de Isspa se cuenta acerca de su cultura, bastante ligada a la de los seres humanos.  Por esta misma razón el accidente, casualidad o destino que los ha llevado a entrar en conocimiento del otro, los une de una manera muy especial.  Mientras para Angélica el sexo con alguien de su especie  fuera algo insatisfactorio, su encuentro más íntimo con la “bestia” resulta ser algo más elevado…

     “A través de su piel entumecida, la niña siente cómo aquel bálsamo en extraña transfusión directa va relajando sus músculos, entibiándole la sangre, reconfortándola, mientras aferrada con las dos manos a su aleta dorsal se recuesta sobre la suave piel oprimiéndole los flancos con piernas temblorosas; así se deja conducir mientras poco a poco el temor desaparece transformado en confiada laxitud”.

      Cabe destacar el simbolismo en el nombre de la protagonista, Angélica, derivado de ángel y que no deja de unirse al carácter noble que se le ha dado a los delfines a lo largo de la historia, criaturas de dimensión celestial en algunas creencias.  Por otro lado, tampoco se puede olvidar que según algunos mitos, estos animales acostumbran copular con mujeres y a quienes seducen convertidos en hombre bellos; de este modo la autora recoge estas viejas historias y le da su propia variación literaria.

    
2- Un señor don Luis: Un cuento bastante extraño, si bien no deja de ser interesante y que tampoco se enmarca en la ciencia ficción o la fantasía tradicional,  por lo que podría considerarse como algo inclasificable.  Trata de una mujer que acude al cementerio a desenterrar los restos de un antepasado suyo, quien estuvo involucrado en una especie de escándalo, debido a su supuesta vida licenciosa.  Paralelamente a lo que se cuenta acerca de esta dama, la narración se detiene en el mismo romance que le tocó vivir a su familiar.  La oposición entre las vidas de ambos personajes, el del presente y el del pasado, muestra cómo una vida desarrollada al amparo de la libertad, más auténtica, puede ser mucho más plena pese al qué dirán.  Por otro lado, el verdadero valor del amor, como fuerza salvadora, queda manifestado en este relato.

     3- Marea Alta: Un texto que si se hubiese trabajado mejor, con más dedicación para desarrollar sus acontecimientos, podría haber sido mucho mejor.  Acá otra vez se trata de una mujer joven, cuya existencia no resulta muy feliz que digamos; de este modo es una persona sola y que durante un paseo por la playa, cree encontrarse con una figura masculina que la puede sacar de su desgracia (ya son dos cuentos del libro en los que la costa aparece, dentro de la narrativa de la Aldunate, como un medio para alcanzar cierta plenitud mayor).  A diferencia de la protagonista del primer relato, esta otra se presenta como alguien de más inestabilidad emocional, mientras que Angélica es descrita como una persona segura de sí misma.  De este modo el encuentro que tiene esta otra mujer con su salvador, queda en la ambigüedad, respecto a si lo que sucede hacia el final es en realidad algo de connotaciones fantásticas o bien ocurre dentro de la mente de una mujer desquiciada.

     4- Ela y los terrícolas: El primer cuento verdadero de ciencia ficción de este tomo, debido a su corta extensión corresponde más bien a un microcuento, pues apenas abarca tres páginas de extensión.  Trata acerca de unos astronautas que han llegado a otro planeta (Ela) y quienes debido a un accidente se encuentran en peligro mortal, razón por la cual los alienígenas tratan de salvarlos, pero desconocen la manera de intervenir en su biología diferente.  El argumento está contado de forma confusa y ello entorpece la lectura, de modo que escaso gozo se puede sacar al respecto.

     5- El ingenio: Otro cuento que no quepa lugar a dudas, respecto a su carácter de obra de ciencia ficción, es otra historia demasiado corta y que sin embargo posee el final inesperado propio de este tipo de narraciones breves.  Bien podría decirse además que este texto,  posee un lenguaje más acorde al de este tipo de relatos, con una tecnojerga que hace mención a la existencia de una ciencia avanzada y hasta extraterrestre.  Por otro lado, se puede afirmar que  trata de temas caros al género, como la existencia de razas alienígenas, el primer contacto entre especies inteligentes y la exploración espacial.

     6- La bella durmiente: El cuento más largo de este libro es además el mejor logrado y hasta el más hermoso de entre el resto de los que aquí se encuentran.  Por otro lado, se trata de una obra de ciencia ficción narrada con un lirismo tal, que nos muestra a una Elena Aldunate por completo inspirada y que ojalá hubiese mantenido el mismo nivel en el resto de esta selección.  Asimismo se debe destacar que se trata de una extrapolación del clásico de los cuentos de hadas homónimo, si bien teniendo en cuenta el pesimismo de la mayoría de estaos relatos, su final para nada se parece al que esperamos para la princesa protagonista.
    Por segunda vez en esta colección, la autora se permite describir toda una sociedad extraña a la nuestra (pues ello ya sucedió con Angélica y el Delfín), la que resulta ser nada menos que los descendientes de los humanos en un futuro lejano de la misma Tierra.  Pues en este mundo aséptico y en el cual sus habitantes han perdido buena parte de lo que consideramos nuestra humanidad, es regresada a la vida una mujer que estuvo largo tiempo en un sueño criogénico.  Un científico y una especie de enfermera son testigos de este encuentro con la habitante del pasado y ello para sorpresa de ambos los remece de tal manera, que ya sus vidas no volverán a ser las mismas.  A su vez, la “renacida” al encontrarse en medio de este lugar que ni siquiera conoce, se enfrenta a sus propios miedos y que la hacen más infeliz que nunca.  El drama en el que los tres personajes se ven involucrados, nos presenta una doble historia de amor imposible, que acentúa la atmósfera trágica de esta obra.

     “Los ojos cerrados, la sangre entibiándose lenta, muy lenta, pulsa por cavidades entumecidas por conductos cerebrales de abismo y somnolencia, atravesados por estallidos de pánico y de sombra, de ansiedad y desconcierto…Las manos, los pies ajenos, los cabellos, estopa antigua.  Va latiendo el corazón más y más.  Por el diminuto laboratorio del oído, un sonido rompe el silencio.  Olvidada experiencia de un contacto.  Gesto perdido en noches incoloras, sin trazos, ni dimensión.  Todo el ser es un oído que espera.  Los ojos, bajo los párpados cerrados, giran y entre rojas claridades estriadas de sombras, quieren saber.  Pesados, con milenario polvo de inconsciencia, trabajosamente se abren, y abiertos, sólo duelen ante la penumbra.  No miran, no recuerdan, no enfocan. Sólo giran mientras despierto el ser respira, y aquel aspirar y exhalar el aire aséptico de la cámara regenadora, hace que la memoria orgánica, el latir animal, se automatice.  De pronto está de nuevo el sonido impactando su limbo…”.
  
     El personaje del doctor viene a ser el segundo de su sexo, en tener verdadera relevancia dentro de una de las narraciones que componen este libro (obviando al delfín Isspa) y que aquí aparece caracterizado como un hombre de ciencia, para quien la experiencia de encontrarse con su antepasada le abre las puertas a algo que no conocía: sus propios sentimientos.

     7- Ventana: Un texto que en realidad resulta inclasificable, puesto que si bien está hecho en prosa (y bastante poética, por cierto), en realidad nada cuenta y se limita a describir todo lo que ve la narradora-protagonista desde su ventana.  De lo poco que se desprende de este título, se trata de una mujer casada, de vida aburrida y de seguro infeliz.

     8- El carrusel: Otro cuento sobre una mujer desdichada, quien en esta ocasión mientras su pequeño y único hijo (quien además es la única persona a la que tiene en el mundo) se entretiene arriba del caballo de un carrusel, fantasea acerca del hombre perfecto que la pueda sacar de sus miserias.  Si bien la narración no posee mayor atractivo desde el punto de vista argumental, sí resulta interesante que la protagonista proyecta otros aspectos de la misma autora en su penoso pasar, pues acá en lo poco que se llega a contar sobre esta, se hace mención a un matrimonio fracasado, donde el hombre se comporta como un bruto, quien la humilla y es un borracho.  Las obsesiones y leiv motivs recurrentes en la obra de la Aldunate, quedan de manifiesto mayormente en el cuento que viene a continuación; no obstante como ya ha podido quedar consignado, en su mayoría los relatos que componen este libro tratan sobre féminas, que para escapar de su desgracia no les queda otra que fantasear o encontrar medios extraordinarios, tal como quedará mejor representado a continuación.

    9- 10 centímetros de sol: Luego de La Bella Durmiente, para un servidor viene a ser lejos el mejor cuento del tomo, además del más original…sin dejar de mencionar lo polémico que pudo ser en su momento y que incluso hoy en día podría llegar a ser para las mentes más estrechas.  Sin dudas si tuviese que seleccionar algún cuento de esta autora, de los que comprenden este libro para una antología, aparte del ya citado, optaría sin vacilaciones por este y ello debido a su enorme calidad literaria (y donde esta vez sí que la escritora le dio en el clavo a la idea de una historia cortísima, pero intensa y por completo bien acabada).
     El cuento trata sobre una monja que en secreto al atardecer encerrada en su celda, tiene encuentros secretos con una entidad que se manifiesta a través de un rayo de luz, la cual la posee y le lleva al orgasmo, únicos momentos de dicha de su apagada existencia negada al contacto físico con otras personas. El erotismo que abunda en la descripción de la pasión de esta mujer y que bien recuerda a lo narrado acerca de los éxtasis místicos de figuras religiosas como Santa Teresa de Ávila y San Juan de la Cruz, no puede ser más intenso.  Por otro lado, innegable viene a ser el carácter masculino y/o fálico de esta entidad, lo cual radica en cuando se le compara en la narración con una sierpe (antigua palabra para referirse a las serpientes) y su propia naturaleza de luz solar (no olvidar el carácter masculino que se le da en la tradición religiosa al sol); el mismo nombre del cuento, palabras que se repiten hacia el final del texto, también posee su significancia sexual (el tamaña del órgano masculino, que aunque “pequeño” si se considera unas dimensiones de este tipo en la realidad , aun así logra satisfacer a esta mujer solitaria).

     “Sentada, las manos abiertas sobre el oscuro regazo, se va sumergiendo voluptuosa en el microcosmos de aquel rayo alegre, mensajero de afuera añorado y prohibido.
      (…)
      Desnuda, perdida, se ofrece a la caricia de aquel ser-serpiente-de sol que la envuelve encendiéndola”.

     Ahora bien, la criatura en sí puede ser considerada como una entidad sobrenatural, ángel o demonio, como también un ser alienígena, porque queda de manifiesto la interrogante respecto a su verdadera identidad.  Esto último responde a la idea del misterio propio de los hechos milagrosos y del tono extraordinario que posee un acontecimiento como este, que además es un secreto que guarda celosamente la protagonista.
     ¿Y en qué radica la supuesta dimensión polémica de este hermoso, aunque triste cuento? Aunque tal vez no debiera explicarlo para no faltar el respecto a la inteligencia de mis lectores (en el caso de que alguien lea este post, que a veces con la falta de comentarios, nuevos seguidores, Google+ y otros, a veces me da la impresión de que me sobran los dedos de la manos respecto a los que me siguen en realidad).  Pues que como es de suponer, estamos frente a una historia que involucra a un miembro del clero católico, alguien que ha hecho voto de castidad y que se supone es feliz con ello; no obstante tal y como queda de manifiesto en este relato, la protagonista anhela el contacto carnal con los hombres y al no poder acceder a ello, se contenta con tener su “rayito de sol”.  Por otro lado, aquí nos encontramos con un ministerio sagrado para millones y que lamentablemente en la vida real tal como sucede con la monja, su opción no le trae felicidad y más bien deja claro que esta es más una prisión que una liberación (y por eso mismo solo cuando es tomada por el ser, puede verse fuera de las paredes que la agobian).

     10- El Niño: Se puede decir sobre este cuento que resulta ser una obra desperdiciada, pues teniendo en cuanta que su premisa sin dudas viene a ser bastante atractiva, el lector se queda con gusto a poco tras su final tan precipitado.
       En esta ocasión nos encontramos con una mujer que acude a un especialista (pediatra o psicólogo infantil), debido a los problemas que tiene con su pequeño hijo, cuyo comportamiento anómalo la tiene al borde de la histeria.  Es así que nos enteramos de las particulares circunstancias en las que nació su pequeño y la vida que luego tuvo la madre para poder darle lo mejor una vez que este naciera.  Paralelo al personaje de la mujer, se encuentra el doctor, quien viene a ser el coprotagonista y cuyo punto de vista también es relevante para el argumento; puesto que en contraste a la mirada de alguien simple como la mujer, pura emocionalidad, se encuentra la del hombre, un científico, o sea, alguien con una mente racional y que sin embargo se encuentra con la presencia de lo extraordinario.
      Tras terminar el libro con este cuento, nos podemos detener en dos reflexiones:
      Primero que siendo la autora de origen socioeconómico alto y perteneciente a la derecha (no era militante de algún partido político) y habiendo escrito y publicado estos cuentos durante los primeros años de la dictadura militar de Pinochet (a la que supuestamente apoyaba su familia), nos encontramos con el hecho de que en este cuento y otro, la escritora opta por retratar a mujeres de raigambre obrera, campesina o más humilde; en cambio antes sus protagonistas eran mujeres, que como ella tenían un mejor pasar (Angélica y el Delfín, Un señor don Luis, Ventana y quizás Marea Alta).  Es así que en Carrusel hayamos a una oficinista y que por lo poco que llegamos a saber de ella, no se trata de una ejecutiva; mientras tanto que en este último caso la dama es alguien del campo, de muy escasa educación y que se casó con un hombre mayor solo para poder mantener a su hijo “huacho” (sin padre y no nacido en medio de un matrimonio).   De este modo nos encontramos con una sensibilización respecto al tema social y al hecho de que no importando la edad, ni la condición socioeconómica de la mujer…todas (y todos) tienen las mismas preocupaciones, sueños…y pesadillas.
     Segundo, el sujeto con el que estuvo la madre de este último relato, es descrito o bien como un príncipe azul (rubio, hermoso y hasta misterioso) y/o como alguien de otro mundo.   Es entonces que podemos llegar a la certidumbre que todos los hombres o medios a los que acceden las protagonistas de estos cuentos, responden a la idea de alguien o algo que en la realidad/cotidianeidad la protagonista no puede tener.  Es así que estos “salvadores” resultan ser siempre una idealización del salvador y del hombre perfecto: que las ama sin condiciones, entregándose a ellas como si fuese su par (tal como el delfín Isspa) y en quien pueden confiar sin miedo a las consecuencias (si no basta con leer de nuevo Marea Alta).  En otras palabras, ninguna de las mujeres de este libro es alguien que ha encontrado el verdadero amor y la felicidad junto a un hombre real o que fuese sin vacilaciones su compañero; por lo tanto, en la vida de todas estas no existe esa compenetración con alguien como en realidad ellas quisieran…Una carencia bastante triste para todas estas pobres mujeres, que de seguro mucho tienen de su misma creadora.
    

Nueva edición de esta novela.

domingo, 27 de noviembre de 2016

¡Llegó (por fin) la (verdadera) magia al Universo Cinemático Marvel!



       Solo los intelectualoides que menosprecian el cómic como expresión artística y que pueda tener real valor estético, son capaces de ignorar el legado de Stan Lee como creador de toda una mitología contemporánea, cuando a principios de los sesenta se encargó de darle forma a tantos personajes hoy ya famosos, en lo que vienen a ser las historietas Marvel y sus derivados (series de televisión animadas y de imagen real, películas, figuritas de acción, ropa y todo lo que es posible hacer gracias al uso de sus franquicias).  Pero no solo se trata de haber inventado a todo un panteón de héroes y villanos, que hoy forman parte de algunos de los personajes ficticios más populares en el mundo actual, sino que de historias que en su contenido no dejan de entregarnos más de una reflexión respecto a los temas abordados en ellas.  Pues tal como en las más grandes narraciones literarias de antaño y de hoy, sus guiones han abordado el viaje físico y espiritual de hombres y mujeres: sujetos comunes y corrientes que han pasado a convertirse en gente extraordinaria y no solo por los poderes que han adquirido y los ajustados trajes multicolores que luego deciden usar, sino que debido a las duras pruebas en las que deben luchar contra sus egos y miedos, los verdaderos enemigos a los que deben enfrentar día a día en su continuo rumbo a la realización personal (tal como los seres humanos de carne y hueso…como tú y como yo).
Su primera aparición en los cómics.
     Uno de estos íconos de la llamada novela gráfica viene a ser el Doctor Extraño (o Doctor Strange en su idioma original y como muchos prefieren llamarle), cocreado en 1963 junto al otro dibujante legendario que viene a ser Steve Ditko, el mismísimo que junto al propio Stan nos regaló a ese grande que es Spiderman.   Su génesis no puede ser más interesante: El doctor Stephen Strange era un importante, exitoso y rico neurocirujano, gracias a sus casi milagrosas intervenciones en algunos de los más complejos casos médicos, hasta que en un accidente automovilístico quedó con sus manos inutilizadas y con ello su enorme orgullo sufrió un gran golpe.  Luego de hacer lo posible por recuperar el control de sus extremidades, de modo de volver a ser el mismo hombre de antes, gastó toda su fortuna y tras fracasar en su búsqueda a través de los medios de la ciencia y la tecnología (propios de la visión racional occidental del mundo) se abrió a nuevas posibilidades y así fue cómo dio paso hacia otros caminos (al del misticismo) y con lo cual no solo recuperó el uso de sus manos, sino que se encontró por fin a sí mismo. De este modo pasó a convertirse en el Hechicero Supremo, aunque luego de pasar por todo un periplo que lo convirtió en un hombre nuevo…y en alguien mejor, en una persona distinta al sujeto soberbio y de mente estrecha que era antes de su caída y su posterior ascensión.
       Dentro de las viñetas marvelitas el Dr. Strange ha protagonizado varias series y miniseries propias, aparte de su participación como invitado en las revistas de otros personajes de la Casa de las Ideas.  Debe saberse que su debut fue en la colección antológica Strange Tales y solo después consiguió su cabecera.  Pues no solo es el humano de más grandes poderes sobrenaturales dentro del universo Marvel, sino que se encuentra dentro de los sujetos de mayor poder de estas historietas.  Asimismo fue uno de los miembros fundadores del recordado equipo de superhéroes los Defensores, entre los que se hallaban nada menos que Hulk, Silver Surfer y Namor.  También formó parte de la agrupación de justicieros mágicos llamada Hijos de la Noche, junto al Motorista Fantasma, Morbius y Blade.  De igual manera destacado es su papel en el selecto grupo de los Iluminati, consejo secreto en el que solo se hayan los humanos más inteligentes de la Tierra, que aparte de él vienen a ser Mister Fantástico (de los 4 Fantásticos), Pantera Negra, el Profesor X (de los X-Men), Namor y Iron Man y unos pocos más.  También ha sido decisiva su intervención en eventos y sagas de gran magnitud como Guerra Civil y Planeta Hulk, como en la más recientes Guerra Secreta (de tan solo el año pasado).
      Pese a no ser tan célebre como otras creaciones de Stan Lee (lo que en todo caso ha cambiado este año, gracias al recién estrenado filme hollywoodense dedicado a su figura y que ha sido lo que me ha inspirado a escribir estas líneas) su imagen ha sido lo suficientemente potente como para trascender aún más allá de lo arriba mencionado.   Pues en lo que respecta a la  rivalidad entre Marvel y DC a lo largo de varias décadas, es habitual encontrarnos con personajes entre una editorial y otra que copian, homenajean o satirizan a los de su distinguida competencia; es así que tras los acontecimientos de la saga de Millenium de 1988, apareció el humano evolucionado como Extraño…quien es igualito al Hechicero Supremo (salvo pequeños detalles, claro).  Pocos años después, en 1996 tras los eventos de la histórica confrontación de Marvel v/s DC y que dio paso al Universo Amalgam que combinaba ambas empresas, nació el superhéroe místico Doctor Strangefate, una mezcla del Doctor Strange y el Doctor Fate de DC; pues este vino a ser el personaje más poderoso de dicho universo y fue fundamental para los sucesos de todo lo concerniente a ello.
     Antes de la realización de su millonaria cinta hoy exhibiéndose en cines, el Doctor Extraño tuvo una bizarra y olvidada película hecha para la televisión de imagen real de 1978.  Si bien salió en cartoons como Spiderman y sus Asombrosos Amigos, X-Men y Spiderman: La Serie Animada (estas dos últimas de los noventa y sin duda unas de las mejores adaptaciones para la pantalla chica de algún cómic del género), su participación más destacada ha sido en Escuadrón de Superhéroes y Ultimate Spiderman ( y aún emitiéndose). Según sea la orientación del programa animado, lo hemos podido ver infantilizado o en tono más serio.
     Mención aparte merece la película hecha en un tono por completo serio para la venta directa, de 2007, animada y que cuenta los orígenes del personaje de una manera bastante bien realizada, ya sea en lo técnico, como en lo artístico.  Destacan sus diseños entre personajes, monstruos y ambientes, además de una potente música orquestal a cargo de Guy Michelmore.  Bastante recomendable para quien se interese por el personaje y Marvel en general, corresponde a una serie de películas que hizo la empresa sobre sus personajes en aquellos años (encontrando otras dedicadas a los Vengadores, Iron Man y Hulk).


     Y es ahora cuando llegamos al largometraje que en estos momentos tiene posesionado al Hechicero Supremo como superhéroe del momento.
     Antes de que el Doctor Extraño nos mostrara otro tipo de justicia, o sea, ya no en el campo de la ciencia ficción, Thor se hizo presente como un ser superior perteneciente a un mundo por completo distinto al nuestro.  Si bien el rubio asgardiano tiene relación con la mitología nórdica (elemento bastante abordado en sus cómics), las películas han trabajado dicha cercanía con los mitos, como si en realidad se tratara de una raza extradimensional, con la capacidad de manejar una ciencia tan avanzada que a los ojos de los simples mortales todo pareciera magia.  De este modo las maravillas venidas de Thor, Loki, Odin y otros, tal como ha sido manejado hasta la fecha en el Universo Cinemático Marvel, no es de naturaleza sobrenatural…Por lo tanto viene a ser esta cinta del Doctor Extraño, la primera vez en la que nos encontramos con la presencia del elemento mágico, dentro de esta series de películas (pues siendo más justos, ya el año pasado a través de la serie de televisión de Daredevil, se usó por primera vez en el UCM lo sobrenatural, aunque ello fue en este otro medio).
      El largometraje en cuestión cuenta la los inicios del Doctor Extraño, tal y como lo hizo la mencionada película animada de 2007 y lo hace más que bien, pudiéndose afirmar que podría estar entre las mejores entregas de este ciclo.  Su metraje se detiene de manera muy adulta en retratarnos a un Stephen Strange tan ególatra, que ha sido capaz de renunciar al amor y para quien sus logros médicos son solo un medio para alimentar su vanagloria, que no su amor a la vida que se supone protege todo profesional como él.  Por esta misma razón cuando sufre el desastre que lo lleva a buscar la cura a su cuerpo (y que al final le trae en realidad la sanación de su alma), su miseria es retratada con gran impacto para el público, pues queda de manifiesto que se trata de un hombre solo y que para ser sinceros nunca fue feliz.  Es entonces que llega hasta Nepal, lugar que contrasta por completo con el mundo moderno y lujoso en el que hasta ahora se desenvolvió, donde sin esperárselo se cruza con un grupo de místicos que lo acogen; y por supuesto esto resulta ser por conocimientos y disciplinas que antes negó, lo que sin embargo le permite conseguir la verdadera realización personal.
     Una vez dentro del santuario liderado por el Anciano (o Ancestral como es llamado en la versión latinoamericana), Stephen se entera de que hay fuerza siniestras que buscan entrar a nuestro mundo y dominarlo, razón por la cual él y sus nuevos amigos y aliados deben defendernos, ya que son los únicos capaces como para hacerles frente a estas criaturas (en un parlamento, se deja claro que entre tanto los Vengadores se enfrentan a otro tipo de enemigos, ya que el Capitán América y compañía solo pueden contra entidades de físicas).  No obstante lo que luego llega a saber el antiguo doctor, es que su rol dentro de todo esto es estar en la primera fila, dentro de los que se oponen a tales monstruosidades.   El principal enemigo al que deben hacer frente, viene a ser un antiguo discípulo del Anciano, interpretado magistralmente por Mads Mikkelsen (a quien vimos brillando como Hanibal Lecter, en la llorada serie de televisión sobre el psicópata caníbal).  No obstante detrás de este se haya un  ser aún más siniestro y de poderes inconmensurables, Dormammu, a quien sirve el traidor (y quien es además uno de los grandes enemigos del Doctor Extraño en los cómics).  
      El renacido Doctor Extraño queda representado como un hombre que siempre estuvo destinado a ser un sanador, aunque no uno de la carne, sino que del espíritu.  En este sentido verlo ya con su traje puesto, incluyendo la valiosa joya mágica del Ojo de Agamoto sobre su pecho, realizando sus sortilegios con bellas imágenes tipo mandalas de luz en el aire, resulta ser sin dudas todo un obsequio al público friki (y de seguro, con el mejor traje de un superhéroe encarnado en un filme multimillonario, tal y como es en las historietas…No como esos trajes “realistas” de los numerosas entregas de los X-Men).
     Tal como es habitual en los blockbusters marvelitas, el papel principal corrió a cargo de un actor de renombre, si bien conocido más por el público ñoño, que por las grandes audiencias: el inglés Benedict Cumberbatch (quien se hizo conocido gracias a su desempeño como Sherlock Holmes, en la más actual serie de la BBC sobre el personaje de Conan Doyle).  Calcado al superhéroe marvelita (en especial una vez que aparece con su típica barba), el cambio por el que pasa este de ser alguien soberbio, a alguien derrotado y luego a un hombre ya centrado y con espíritu honorable, se refuerza en su actuación gracias a su imponente figura y grave voz.  Su talento también se hace evidente en los momentos de humor, de los que sale muy bien parado, a la par de las escenas más dramáticas que demuestran tanto virtuosismo.


     La tercera gran estrella con la que contamos en este filme, viene a ser la también británica Tilda Swinton (inolvidable su rol como la Bruja Blanca en las adaptaciones de Las Crónicas de Narnia, por solo mencionar algunos de sus muchos papeles) y quien acá hace del Anciano.  Debe saberse que en el cómic este sabio es de sexo masculino, por lo que la intervención de la Swinton viene a ser otro de esos significativos cambios que encontramos en las versiones cinematográficas de nuestras historietas favoritas (si no basta con recordar a los Kingpin y Deadshot negros de las correspondientes películas de Daredevil y El Escuadrón Suicida…cuando en realidad en las viñetas son caucásicos).  Pues camaleónica como ella sola, la actriz logra otorgarle ese aire de misterio y sapiencia, a un personaje que en pantalla se ve como alguien que pese a estar del lado del bien, ya no parece humano, con tanto poder y secretos que guarda dentro de sí.
     En lo que concierne a los villanos de la historia, respecto a Dormammu, este solo se ve al final de la película; no obstante su imagen decepciona un poco, pues no se ve tal y como puede ser reconocido en los cómics (con una cabeza llameante).  Sin embargo, todo esto puede ser considerado como la antesala a su posterior intervención en futuras entregas, cuando salga con todo su poder expresado.  Por otro lado, además del malvado Kaecilius (el personaje interpretado por Mikkelsen), en la escena de regalo de los créditos finales, se revela la conversión a criminal de uno de los secundarios más carismáticos de la historia y que en realidad corresponde a uno de los mayores contrincantes del Hechicero Supremo.
     No se puede dejar de lado la dirección de un verdadero “Maestro del Horror” detrás de las cámaras, tal como lo viene a ser Scott Derrickson, quien tal como en sus filmes de completo autoría, como las recomendables y aterradoras El Exorcismo de Emily Rose y Siniestro, participó también en el guión.  Pues su experiencia en el mundo sobrenatural visto a través de los ojos de Hollywood, fue quizás el primer motivo para que Marvel lo fichara; no obstante pese a lo que se esperaba de su anterior filmografía, en cuanto a entregarnos en esta ocasión una buena dosis de monstruosidades, gore y espantos, Derrickson lo que sí usó de su anterior experiencia cinematográfica fue su preocupación por la estética cuidada.  De este modo nos encontramos con una cinta preciosa visualmente, con unos efectos especiales que aún siguen maravillándonos, vestuarios impresionantes y una escenografía propia del mejor cine (que el comercial de igual modo puede ser artístico).  A esto se le suma una bella banda sonora realizada por Michael Guiachino, ya todo un experto en componer para el cine de género.  Todo esto nos da sin dudas la ilusión, de que ciertamente existen realidades que nos están vetadas a los no iniciados.
    Por último, el esperado cameo de Stan Lee no podía faltar y no podía ser más cómico, pese a su brevedad.  Por otro lado, atentos a la escena inserta dentro de los créditos,  un verdadero anticipo a lo que se nos viene con este Universo Cinemático Marvel.

domingo, 20 de noviembre de 2016

Discurso de despedida cuartos medios CEAT 2016.


Nota: Era el día miércoles de esta semana que ya acaba, cuando en medio del calor de estas tardes primaverales el Inspector General del colegio en el que trabajo, se acercó a mi sala de clases para pedirme que hiciera un discurso para el acto conmemorativo del último día de clases de nuestros cursos terminales (que era nada menos que al otro día).  Tenía poco tiempo para hacerlo, así que mientras los niños trabajaban y con una que otra interrupción por parte de estos (quienes me hacían preguntas sobre la actividad que les di, así como las veces en que tuve que parar esta otra labor para verificar su compromiso con la clase y/o retar a los que desordenaran), vine a terminar este texto ya durante la noche en mi casa.  No es gran cosa que digamos, pero igual lo comparto con ustedes mientras termino el post que pensaba subir hoy día y que por una u otra razón no he podido acabar.  De seguro encontrarán en estas líneas varios temas comunes, propios de este tipo de ceremonias; sin embargo lo escribí con el corazón y cuando lo estaba leyendo, procuré marcar con mi voz y tono uno que otro momento de la lectura, para provocar la atención de sus verdaderos destinatarios (por las reacciones que oí, lo que vi y lo que me dijeron algunos, así fue).

     Cuando estamos a solo horas de que nuestros cursos terminales nos dejen, tras haber terminado su enseñanza media, aprovechamos como institución de rendirles el más sentido homenaje antes de su esperada licenciatura.  Hoy es un momento importante para todos nosotros; importante para ustedes que terminan esta etapa de sus vidas y que los lleva a dar los primeros pasos de su adultez; importante para quienes hemos querido aportar nuestro granito de arena en su formación como personas.  Quizás ahora mismo producto de las emociones encontradas y de la ligereza con la cual a veces los jóvenes se toman hasta los momentos más graves, no puedan darse cuenta de lo que en realidad están pasando; no obstante llegará el día en que mirarán atrás y recordarán con nostalgia y cariño este día en que los despedimos con todo el amor que les tenemos.
      Particularmente se me ha concedido el honor y la dicha de expresarles estas palabras, cuando hay otros aquí presentes que los conocen mucho más que yo:  Colegas que han estado años junto a ustedes, viéndolos crecer y que los recibieron en estas aulas cuando eran todavía unos niños, convertidos ahora en futuros profesionales y/o padres de familia.  En cambio yo solo he estado con ustedes este último año, casi cosechando el fruto del trabajo de los que me antecedieron y conociéndolos a ustedes, alumnos, ya definidos en muchos casos sus personalidades e intereses…
     No obstante en este breve tiempo juntos, he ido guardando en mi memoria varios hechos valiosos de mi pasar junto a ustedes.  No se trata solo de recordar los aspectos más “serios” de mi trabajo en estas aulas, sino que en poder reconocerles también (obviando una que otra rabia, propia de la labor docente) la calidad humana que he descubierto entre ustedes. No los conozco a todos, pues me tocó tener a mi disposición solo los cuartos A y C (¡Mis angelitos!); en cuanto al cuarto B, en cambio, he sido testigo de su desempeño de otra manera: por los buenos comentarios de mis compañeros, sabiendo que han destacado en muchas cosas (lo malo lo obvio también, porque la idea es tomar todo esto con optimismo, no amargándose por lo que pudo ser  y no fue).
     El primer recuerdo relevante que poseo al respecto, tiene relación con el Día del Libro: Me acuerdo de la dedicación con la que muchos de ustedes, con esa alegría que los caracteriza a la mayoría, se disfrazaron y representaron sin vergüenza frente al resto del colegio a personajes de la mitología griega (inolvidable las musas del 4º A, nuestro Hércules y los monstruos de la Hidra, el León de Nemea y otros espantos encarnados por estos muchachos).  El 4º C estuvo impecable en sus módulos dedicados a autores de la literatura nacional, iniciativa que nació de ellos mismos y que se los aplaudo.
     Al 4º A le valoro mucho la dedicación con la que hicieron muchos de los trabajos prácticos y creativos, sus estupendos manifiestos, poemas vanguardistas y lapbooks literarios, entre otras actividades en las que destacaron.  En cuanto al 4º C, este me sorprendió gratamente (en realidad nos sorprendió a todos sus mayores acá), por su positivo cambio en el segundo semestre, que habló tan bien acerca de la nobleza de sus estudiantes.  Respecto al 4º B, mis colegas que les hacen clases concuerdan en lo respetuosos que han sido con ellos, valor que no podemos dejar de apreciar en una época en la que parece que las nuevas generaciones se han olvidado al respecto.
     Mucho más podría decirles, no obstante no es mi ánimo aburrirles, que además los protagonistas de esta ceremonia son ustedes y yo soy solo un invitado a saludarlos, felicitarlos y honrarlos por el lugar al que han llegado.  “El camino sigue y sigue” dice por ahí el primer libro de El Señor de los Anillos de Tolkien, de modo que no olviden que aún les queda mucho por recorrer, puesto que ahora se encuentran a las puertas del verdadero recorrido hacia el mañana.  Por lo tanto, en nombre de todos los adultos que hoy los despedimos, les quiero desear lo mejor e invito a jugárselas con todas sus ganas por el mejor de los futuros posibles.

martes, 15 de noviembre de 2016

La Mujer Maravilla de George Pérez (cuarta parte).


      Luego de la aventura con las amazonas “descarriadas” de Bana-Migdall y su segundo enfrentamiento con su archienemiga Cheetah, viene un nuevo Anual de esta Mujer Maravilla Post Crisis.  Si el primero correspondió a varias pequeñas historias centradas en la sociedad matriarcal de Themyscira, el segundo retoma este carácter antológico, aunque en esta ocasión su temática se permite indagar acerca del impacto que alguien como Wondy tiene para nuestra sociedad; es decir, cómo su figura y principios logran inspirar a los mortales (entre mujeres, hombres y niños), ya sea para bien o para mal, tal como queda demostrado en estas sentidas piezas.  La primera de ellas, En el Nombre del Juego, gira en torno a los personajes secundarios de la agencia de publicidad con la que trabajó Diana apenas se hizo conocida públicamente, así como su relación con Superman que casi fue romance.  La siguiente, Marca Registrada, mucho más emotiva que la anterior, tiene como protagonista y pequeña heroína a su amiga adolescente Vanessa, la hija de Julia Kapatelis; acá vemos cómo la chica va superando sus prejuicios respecto a la moda “Wonder Wonan” y logra crecer como persona amparada por los valores de la amazona.  Logo es quizás la más floja de estas narraciones, tratándose de un cómic…¡Sobre nuestra querida superheroína!  Un sentido regreso a través de los recuerdos de la malograda publicista Mindy Meyer, nos demuestra con Bandera, cómo esta aparentemente frívola mujer también fue marcada en su corazón por la guerrera.  Marquesina viene a ser un muy divertido mini-cómic de temática policial, sobre un asesino que cree estar limpiando el honor mancillado de la princesa.  Un inesperado e impactante regreso a la isla griega donde se enfrentó a la malvada Cirse, viene a ser Leyenda, episodio bastante ligado al anterior y donde queda declarado cómo podemos llegar a pervertir los ideales más bellos.  Quizás la historia más hermosa de todo este tomo, venga a ser Tributo, que rescata la heroica figura de la madre de Steve Rogers, de quien Diana recibió su nombre y sus insignias.   Si el Anual 1 tuvo a varios dibujantes de renombre como invitados, en esta ocasión se contó con un montón de dibujantes femeninas; no obstante la calidad de los dibujos de estas en su mayoría no son muy pulcros que digamos, destacando eso sí la labor de Cinthia Martin, quien luego colaboraría de manera más frecuente en la colección regular de la superheroína y en especial en la miniserie La Guerra de los Dioses, donde Wondy es la principal protagonista.
     Después del segundo homenaje a todo lo que representa la Mujer Maravilla con su segundo Anual, viene una historia autoconclusiva en el número 36 de su serie regular, llamada Cambios en el Viento y que gira en torno a uno de los mejores secundarios de esta recordada etapa: el dios Hermes.  Acá vemos realmente lo que ha significado para esta deidad haberse quedado en la Tierra, viviendo entre mortales, mientras el resto de su raza ha abandonado lo que fuera su hogar por eras en el Olimpo.
          Con el siguiente número comienza la saga de Extraños en el Paraíso, basada en un juego de rol escrito por el mismo George Pérez y donde aparece otra gran villana de orígenes mitológicos griegos: la diosa de la discordia Eris.  En este arco argumental que se extiende por cuatro números, Wondy lleva a un grupo de humanos multirracial y multireligioso, entre mujeres y hombres, a su hogar en la isla de Themyscira.  Este evento sigue con la iniciativa de la sociedad amazona de abrir sus puertas al mundo de afuera.  Entre los invitados se encuentra nada menos que la periodista Louisa Lane, con quien Diana comienza acá su estrecha fraternidad.  Toda va bien, hasta que la belicosa deidad interviene y todo el mundo, entre visitas y anfitrionas, caen bajo el influjo de esta.  Cabe mencionarse que esta trama resulta estar tan llena de emociones, aventuras e intrigas como las anteriores, siendo una verdadera delicia leerla.  Eris resulta ser una magnífica rival, por completo distinta en su caracterización y estética al de otras féminas malvadas al que se ha enfrentado Diana.
      Tras la batalla contra Eris en el propio hogar de las amazonas, con el número 41 viene otro episodio autoconclusivo, llamado Lazos de Amor.  Armado en gran parte en base a cartas dirigidas a la profesora Julia Kapatelis de parte de su hija Vanessa y de la misma princesa, mientras la primera se encuentra en un viaje de investigaciones, aborda el fuerte sentimiento entre estas tres mujeres; de este modo el carácter intimista vuelve a las viñetas de Wonder Woman por ahora.  Lo único lamentable de este número, es que el dibujo de John Marrinan a veces no puede ser más deplorable, que lo visto en el transcurso de esta historia.  Asimismo, mucho de lo que sucede en sus páginas, corresponde a la antesala de más de una línea argumental que se desarrollará a futuro.
       Las siguientes tres entregas, desde la 42 a la 44, corresponden el regreso de Cisne Blanco.  Esta si bien desde un principio, debido a su carácter trágico, de inmediato quedó declarado que no era una villana en el sentido más exacto de la palabra, demostró ya en su primer enfrentamiento con Wondy su enorme poder y que en más de un momento la puso en apuros.  Pues esta vez por fin se nos revela su triste pasado y cómo una mujer tan sensible como ella, de enormes atributos, se convirtió en la marioneta de un hombre de corazón frío, que solo utilizaba su incondicionalidad para sus propios beneficios.  La trama termina con la oportunidad para Cisne Blanco, de acceder a una vida mucho más plena de la que tuvo como arma biológica.
      La versión en español de la extinta Ediciones Zinco, que yo poseo de esta etapa de la Mujer Maravilla, incluye luego del primer número de esta trilogía sobre el retorno de Cisne Blanco, una breve aunque sentida historia navideña de Diana junto a  Julia y Vanessa, más una amiga de la Kapatelis.  Resulta más que interesante ver cómo Pérez aborda esta importante fiesta cristiana, a los ojos de una “pagana” como nuestra querida amazona.  El sentido de la Navidad, que para nada se aleja de los principios defendidos por la justiciera, toma un cariz bastante sensible cuando la princesa nos demuestra otra forma de ser héroes (no con superpoderes, ni peleando contra monstruos o villanos).  Esta preciosa pieza forma parte del especial Navidades con los Superhéroes 2 de 1989.
      El número 45 de la serie, se encuentra lleno de referencias directas a la mitología griega, de la que se nutren en gran parte estos cómics, siendo otra muestra del gran talento de George Pérez para jugar con nuestro legado cultural de milenios y adaptándolo tan bien al subgénero superheroico.  Pues acá los protagonistas no son ni Diana, ni el resto de sus secundarios, sino que lo son personajes sacados de esta añeja tradición oral, como lo son las Hilanderas del Destino, la diosa Harmonía y muy particularmente Pandora.  La recreación del mito de esta última mujer y su caja fabulosa es relacionada acá con la vida de Wonder Woman.  Por otro lado, la introducción de estas fuerzas incluso superiores a las deidades olímpicas, las también llamadas Moiras, además de la presencia de Harmonía y la profecía que acá se revela respecto al destino de Diana, poseen gran relevancia por los sucesos que ya comienzan a gestionarse a partir de estos números y que darán pie a la ya mencionada miniserie La Guerra de los Dioses.
      
     Al anterior número tan cargado en lo mitológico, le sigue una vez más una sensible historia que nos vuelve a demostrar que los cómics de superhéroes, son mucho más que gente linda mostrando su bien formado cuerpo y batallas espectaculares.  Dibujos de Tiza, coescrito en conjunto con Mindy Newell (quien también intervino en el número anterior), retoma el doloroso aunque realista tema de la muerte de un ser querido y la manera de cómo llevamos tal pérdida.  Tal como muchas entregas atrás en esta colección, no se trata del deceso de un justiciero, sino que de alguien del “mundo real”, lo que hace aún más destacable el argumento aquí abordado.  Siendo que muchos niños y jóvenes compran y leen estos cómics, resulta bastante plausible que esta obrita aborde todo esto a través del suicidio adolescente; es así que sin caer en el melodrama exagerado, este cómic nos lleva a la reflexión con mucho lirismo y aun así con una dignidad que bien se quisiera abundara en este tipo de arte.
      Entre los números 47 y 48 por fin se unen, tras años de reseteado el universo DC con la Crisis en las Tierras Infinitas, a la Mujer Maravilla con un personaje con el cual estuvo profundamente ligado antes de este evento cósmico: Donna Troy, la ex Wonder Girl del grupo de justicieros adolescentes Jóvenes Titanes.  Pues en esta continuidad Donna ya es una adulta y para cuando por fin conoce a Diana hasta se encuentra desposada.   Por otro lado, su reunión se ve complicada cuando ambas deben enfrentarse nada menos que a los llamados bestiaformes de Circe, batalla que viene a ser algo así como muy intenso prólogo a la misma saga de La Guerra de los Dioses.  Como era de esperarse, la aventura en la que deben apoyarse ambas guerreras, sella para siempre el pacto de amistad entre ambas y que tantos buenos momentos le dará a los lectores con futuras team-ups entre estas dos y en especial la cronología de la propia amazona (como que tras los acontecimientos de la Crisis Infinita, Donna reemplazó a Diana durante un año como Wonder Woman).
      Y es ahora cuando llegamos al número especial que conmemora los 50 años desde que el psicólogo y guionista William Moulton Marston, creó a la Mujer Maravilla para gloria de los cómics.  De este modo el número 49 de su serie regular, se extiende por más de sesenta páginas, que incluye la esperada visita de una delegación de las amazonas nada menos que al mundo patriarcal (tras milenios de no salir de su isla) y un portafolio de ilustraciones dedicadas a la princesa de Themyscira, de artistas de renombre: tales como Brian Bolland (¡Ídolo!), Sergio Aragonés (¡Maestro!), P. Craig Russell y Matt Wagner.  En esta historia intervienen, como era de esperar, un montón de superhéroes y varios de los secundarios de esta colección, teniendo un papel destacado la hermosísima reina Hipólita, madre de Diana.  La viñeta final termina esta fiesta con la certeza de que no todo es risas y alegría, pues si se dan cuenta bien los conocedores de las aventuras de Wondy, una amenaza como nunca antes había enfrentado Wonder Woman y los suyos, está por venirse sobre ellos (lo que implica además el retorno de la más maldita enemiga de Diana).  


domingo, 13 de noviembre de 2016

Su primera gran obra maestra (publicada).


     Elantris (2005) no corresponde a la primera novela escrita por Brandon Sanderson, si no que a la sexta, no obstante sí tiene el honor de ser la primera que publicó en su carrera literaria de poco más de una década.  Pues ante la calidad artística de este título, el narrador mormón de inmediato acaparó la atención del público y la crítica, quienes por igual alabaron su creatividad al ser capaz de romper con los moldes preestablecidos de la fantasía y contar una historia por completo original.  La genialidad de su propuesta argumental, a lo que se suma sin dudas una serie de personajes maravillosos y delineados de una manera bastante atractiva, hizo que de inmediato fuese traducido al español en la prestigiosa colección Nova de Ediciones B, dirigida por el especialista Miguel Barceló y quien tal como luego admitió, no tuvo reparos en publicar a nuestro idioma un libro de un autor en la práctica desconocido y reciente (algo que antes nunca se había aventurado a ello).
     Se trata de un texto autoconclusivo, que en su primera versión al inglés casi llega a las quinientas páginas.  Su nombre hace referencia a la “maldita” ciudad de Elantris, otrora urbe poblada en su mayoría por seres considerados como dioses y que al comenzar el argumento ya lleva diez años desde que un misterioso mal/enfermedad/maldición/castigo ha convertido a estas cuasi divinidades en criaturas ruinosas; por otro lado, lo que antes fue considerado un lugar de belleza y cultura, ahora es un sitio feo, sucio y que se está desmoronando poco a poco tal cual sus habitantes.   Quienes viven ahora en dicha ciudad, lo hacen en las condiciones más deplorables y aquellos que contraen la llamada Shaod (aquello que llevó a los elantrinos a decaer su sociedad) son exiliados a la metrópolis, pues son dados por muertos por su gente, si bien la transformación que los afecta en efecto los convierte en muertos vivientes.
      Sanderson comienza la saga de Elantris y los personajes ligados a ella (entre héroes y villanos) con la promesa de que el desarrollo de su novela será algo fuera de serie e inolvidable, un verdadero deleite para los lectores de las historias más grandes que la vida:

      “La Shaod, se llamaba. La Transformación. Golpeaba al azar, normalmente de noche, durante las misteriosas horas en que la vida se detenía para descansar. La Shaod podía tomar a un mendigo, un artesano, un noble o un guerrero. Cuando llegaba, la vida de la persona afortunada terminaba y recomenzaba; descartada su antigua existencia mundana, se marchaba a Elantris. A Elantris, donde podía vivir bendita, gobernar con sabiduría y ser adorada por toda la eternidad.
      La eternidad terminó hace diez años”.

      El libro se encuentra narrado desde el punto de vista sus tres protagonistas, cada uno con una personalidad claramente definida y que gracias a sus capítulos permiten abordar el curso de los acontecimientos de una manera más integral, ya que estos pertenecen a distintas fuerzas relacionadas con Elantris.  Como estos tres lleva su camino por separado hasta cierto punto, no obstante la presencia de la ciudad es tan relevante en sus vidas y en la de los demás personajes, que luego el destino de todos ellos termina por unirse, dándonos más emociones que nunca.  Por otro lado, la existencia del coprotagonismo, permite adentrarse tanto dentro de las grandes murallas de la decrépita ciudad, como de lo que ocurre en Arelon, el reino vecino de Elantris y que por largo tiempo ha estado bajo su sombra.
     
      Raoden era el príncipe de Arelon, querido por casi toda su patria (salvo por su padre), quien al llegarle la Shaod se ve obligado a abandonar todos sus proyectos, tras ser dado por muerto, teniendo que desterrarse a Elantris.  Es así que por intermedio de este hombre tan lleno de virtudes y sin embargo tan humilde (lo que sin dudas lo convierte en alguien encantador), llegamos a conocer lo terrible que significa pasar la “eternidad” en este otrora hogar de dioses.  Sin embargo el siempre positivo noble, decide no dejarse llevar por el infortunio y opta por convertir el lugar en algo mejor de lo que ahora es.  Es así que para conseguir su propósito, comienza a hacer cambiar la mentalidad de su gente y ello lo consigue de una manera ejemplar: Por medio de sus acciones y palabras, que no solo traen esperanzas para los demás, sino que son propias de un hombre notable, quien logra derribar las barreras de sus nuevos conciudadanos, llegando incluso a inspirarlos y a ganarse su incondicionalidad. Cabe mencionarse que algunos de los momentos más emotivos de esta magnífica obra, son sin dudas los dedicados al príncipe, algunos que sin duda logran tal belleza, que resulta difícil no admirar la sensibilidad que transmiten dichos pasajes.  Raoden convierte a los demás no por la fuerza, incluso tampoco por la razón, sino que lo hace a través de la fe en su prójimo y el amor.


     “—No soy Taan —dijo Aanden finalmente—. ¡Soy Aanden, barón de Elantris!
      —Si lo deseas —dijo Raoden, frotando con los restos de su manga la superficie de la mesa caída—. Aunque no entiendo por qué prefieres ser Aanden a ser Taan. Esto es, después de todo, Elantris.
      — ¡Eso ya lo sé! —exclamó Aanden. No importaba lo que hubiera dicho Raoden, aquel hombre no estaba completamente cuerdo. El hacha podía caer en cualquier momento.
      — ¿Sí? — preguntó Raoden—. ¿De verdad comprendes lo que significa vivir en Elantris, la ciudad de los dioses? —Se volvió hacia la mesa, todavía frotándola, dando la espalda a Aanden—. Elantris, ciudad de belleza, ciudad de arte… y ciudad de esculturas.
      Dio un paso atrás, revelando el tablero ahora limpio de la mesa. Estaba cubierto de intrincadas tallas, igual que las paredes de la capilla.
      Aanden abrió los ojos de par en par, y el hacha cayó de su mano.
      —La ciudad es el sueño de un escultor, Taan —dijo Raoden—. ¿Cuántos artistas has oído ahí fuera quejarse por la belleza perdida de Elantris? Estos edificios son sorprendentes monumentos al arte de la escultura. Quiero saber quién, cuando se le presenta esa oportunidad, prefiere ser Aanden el barón en vez de Taan el escultor.
      El hacha golpeó el suelo. La cara de Aanden mostraba su estupor.
      —Mira la pared que tienes al lado, Taan —dijo Raoden en voz baja.
      El hombre se volvió, rozando con los dedos un bajorrelieve oculto por la suciedad. Se subió la manga y su brazo tembló cuando frotó la mugre.
      —Misericordioso Domi —susurró
      — Es precioso.
      —Piensa en la oportunidad, Taan — dijo Raoden—. Sólo tú, de todos los escultores del mundo, puedes ver Elantris. Sólo tú puedes experimentar su belleza y aprender de sus maestros. Eres el hombre más afortunado de Opelon.
      Una mano temblorosa apartó el bigote.
      —Y yo lo hubiese destruido — murmuró—. Lo hubiese derribado…”.

      Desde el reino de Teod viene la princesa Sarene hasta Arelon, pues por motivos políticos ha concertado un matrimonio con el príncipe heredero de esta otra ciudad, para pactar una alianza entre ambos pueblos.  Como quien iba a ser su marido era nada menos que Raoden, para su mala suerte apenas llega a su destino se entera de que este ha muerto y que debido a una muy especial cláusula del contrato matrimonial entre ambos, al fallecer este quedó de inmediato declarada la unión entre los dos.  Obligada a quedarse como viuda en Arelon por honor y para salvaguardar también los bienes de su patria, Sarene se da cuenta de que su nuevo hogar está lleno de intrigas; por lo tanto si  no interviene directamente en el curso de los acontecimientos que se están gestando, tanto Arelon como Teod perderán su independencia ante la amenaza del imperio monoteísta, que desea hacerse con las dos únicas sociedades que se mantienen al margen de Fjordell.   Si Raoden sin dudas llega a ser un sujeto formidable, Sarene no se queda atrás y comparte con el hombre al que solo llegará a conocer tiempo después de su llegada, varios de los aspectos positivos que los llevan a convertirse en almas gemelas: Una gran inteligencia, elocuencia, seguridad en sí misma, amor hacia el bien y todo lo correcto, entre otras cosas más. Destacable en ella viene a ser su feminismo, que en el mundo patriarcal en el que vive (en especial en Arelon) le ha traído sus problemas y que sin embargo la encumbran como una persona auténtica, capaz de sobrepasar los absurdos protocolos de su entorno.
        Hrathen es supuestamente el principal villano de la historia, un importante sacerdote de Fjordell que llega hasta Arelon por las mismas fechas que Sarene, para convertir a su gente a la fe que este profesa.  Mandado por la autoridad máxima de su religión (quien como en algunas teocracias del mundo real, ostenta además el poder político) a cumplir con su labor en un margen de tiempo casi absurdo, de solo tres meses, so pena de arrasar bajo la espada y el fuego a los “infieles”, está dispuesto a hacer todo lo posible por conseguir su objetivo y para que en lo posible nadie tenga que morir.  Hrathen es un fanático y sin dudas un hombre lleno de prejuicios, incluso llega a ser maquiavélico en su accionar, al punto de que encuentra de que la única manera de lograr que los de Arelon se conviertan a su fe, es dándoles un enemigo al que odiar: los elantrinos.  Por otro lado, tras no conseguir que el rey de Arelon se convierta a su dogma, opta por derrocarlo para poner un nuevo soberano que sí acepte su fe.  No obstante pese a todo lo detestable que viene a ser este sujeto, en especial tras contrastarlo con Raoden y Sarene, Hrathen no es un hombre malvado en un 100% y guarda en su corazón varios aspectos que le otorgan una humanidad que al final terminan por redimirlo.
      Entre los demás villanos nos encontramos con otros dos destacables personajes, si bien el primero de ellos viene a ser lejos el más atractivo y relevante de esta pareja: Dilaf es un sacerdote de la misma religión a la que sirve Hrathen, quien en su jerarquía está por sobre este y por tal razón debe servirle; no obstante el bajito hombre (quien contrasta con la imponente figura más alta, musculosa y regia de su superior) está lleno de odio y su fanatismo llega incluso a opacar a Hrathen, quien recela de él y se da cuenta de inmediato que no es alguien de fiar.  Dilaf posee su propia agenda y esta una vez revelada, es una de las grandes sorpresas del argumento, ya que además queda de manifiesto que quien debía ser un gran apoyo para los planes de Hrathen, al final es otro de los obstáculos con los que se encuentra este último, para conseguir su misión de la manera más pacífica posible.

Audiolibro de esta novela.
    El duque Telrii es el otro gran personaje ruin de la novela, si bien su participación en los eventos y desarrollo como individuo no es tan impresionante como los otros dos.  Si Hrathen y Dilaf representan lo negativo que puede ser la fe cuando sus creyentes miran el mundo en blanco y negro, transformándose en seres intolerantes frente a todo lo distinto a ellos, este otro es el típico hombre que solo desea bienes materiales y poder por sobre los demás para solo beneficio personal. Por ende es un sujeto egoísta, incapaz de amar y detestable sin miramientos.  Representa la corrupción de los que están arriba del resto de la gente y la vanidad absoluta (pues gusta de los lujos de manera absurda).
    Raoden y Sarene estarían solos en su lucha por la justicia social si no contaran con tan valiosos partidarios.   El primer amigo que llega a hacer en Elantris el príncipe viene a ser Galladon, un tipo que como muchos de los personajes de la novela guarda sus propios secretos, que luego son descubiertos para deleite de los suyos y del lector.   Supuestamente pesimista (en contraposición a Raoden), se convierte en el mayor apoyo del príncipe para levantar la ciudad de sus cenizas.  Luego se encuentra Karata, una mujer que antes de llegar Raoden a Elantris, era una de los tres jefes de banda de la urbe y que gobernaban por su cuenta el lugar; tras el encuentro de ambos, supuestamente enemigos, su pasado también es revelado y se vuelve otra aliada de valor para conseguir devolver la dignidad a los elantrinos.  Saolin también destaca entre los héroes de este libro, siendo un veterano militar que se compromete a tal punto con el sueño de Raoden, que otorga a la narración algunos momentos donde el honor toma un sitial relevante dentro de la trama.
      Valiosos vienen a ser para que Sarene pueda hacer su labor en Arelon, como también después en Elantris, personajes como su tío Kiin y el duque Rioal.  El primero viene a ser nada menos que el hermano mayor de su padre, el rey de Teod, a quien no veía desde hace años y al que para su fortuna se encuentra viviendo junto a la familia que ha llegado a formar el hombretón en su nuevo hogar; gran comerciante y experto cocinero de las más exóticas comidas, es un hombre afable que tampoco carece de una historia oculta de interés.  En tanto el segundo es el hombre mayor más rico de todo Arelon, quien bajo una supuesta personalidad frívola en realidad esconde a alguien justo y sabio.
      Siendo un título de fantasía, ya que este transcurre en un mundo que para nada corresponde al nuestro y donde la magia resulta ser algo “normal” por sus habitantes (si bien solo unos pocos tienen acceso a ella), Brandon Sanderson se aleja de los habituales recursos de este tipo de ficción (característica en todo caso propia de su narrativa, que desde esta ópera prima lo ha diferenciado de sus colegas por evitar caer en los mismos tópicos de siempre).  Es así que en Elantris no encontramos dragones, trolls, elfos, trasgos, orcos, ni ninguna de esas criaturas tan usadas (y abusadas) en la literatura respectiva.  Tampoco está presente el llamado Tópico del Viaje, en el cual el protagonista debe hacer un desplazamiento geográfico iniciático y peligroso, el que se torna uno de los elementos principales de la obra y donde además el héroe debe pasar por una serie de pruebas para conseguir la victoria.  No obstante acá aparecen los llamados seones, criaturas inteligentes esféricas flotantes y con luz propia, que pueden vivir mucho más años que los humanos normales (los elantrinos antes de su caída, por supuesto, que tenían una vida más extensa que la del resto de la gente) y que fueron creados supuestamente por la misma magia que dominaban los de Elantris.  Serene, al igual que otros nobles y hasta Hrathen, tiene su propio seon, el cual heredó de sus padres como se acostumbra llegar a tenerlos por vía consanguínea; este se llama Ashe y es su fiel amigo, protector y consejero, con su propia personalidad al igual que el resto de su especie.  Hay seones machos y hembras.

      “—He de admitir, mi señora, que has sido muy astuta —dijo Ashe flotando junto a ella en el pasillo, camino de su habitación.
      Sarene se había quedado mientras Iadon hablaba con Eventeo, mediando entre los dos mientras formalizaban el trato. La voz de su padre decía en buena medida: «Espero que sepas lo que estás haciendo, Ene». Eventeo era un rey bueno y amable, pero un comerciante espantoso: tenía un equipo de contables para que se encargaran de las finanzas reales. En cuanto Iadon advirtió la inestabilidad de su padre, golpeó con el entusiasmo de un depredador, y sólo la presencia de Sarene había impedido que Iadon sonsacara a Teod todos sus datos fiscales en un arrebato de fervor comercial. De esa forma, Iadon había conseguido convencerlos para que compraran su seda al cuádruple de su precio. El rey sonreía tan feliz cuando Sarene se marchó que casi parecía haber olvidado su charada.
      — ¿Astuta? — Preguntó inocentemente Sarene en respuesta al comentario de Ashe—. ¿Yo?
         El seon gravitó, riendo en voz baja.
        — ¿Hay alguien a quien no puedas manipular, mi señora?
        —A mi padre. Ya sabes que me vence tres de cada cinco veces.
        —Él dice lo mismo de ti, mi señora —aclaró Ashe.
        Sarene sonrió y abrió la puerta de su habitación, dispuesta a acostarse.
       —En realidad no he sido tan lista, Ashe. Tendríamos que habernos dado cuenta de que nuestros problemas eran en realidad la solución el uno del otro… uno una oferta sin pegas, el otro una petición sin subterfugios.
       Ashe hizo sonidos de descontento mientras flotaba por la habitación, como chasqueando una lengua que no existía, molesto por el desorden”.

      Siguiendo con el tema de la magia de Elantris, pues esta funciona en base a una serie de complejas figuras de luz llamadas Aones y que aquellos capaces de dominarlas, dibujan en el aire para acceder a cada una de las habilidades que estas poseen; todas ellas cuentan con su propio nombre y hay de protección (como campos de fuerza), de teletransportación, sanación, creadoras de ilusiones, etc.  Tras la Shaod solo unos pocos elantrinos fueron capaces de invocarlas, pero sin efecto; de este modo Raoden se empecina en tratar de volver a devolverles su poder.



      “— ¿Aprendiste ese aon en el libro? — Preguntó Galladon, asomado cómodamente a la ventana—. ¿Qué se supone que hace?
      — ¿El Aon Tia? Es un aon de transporte. Antes del Reod, ese aon podía trasladar a una persona de Elantris al otro extremo del mundo. El libro lo menciona porque era uno de los aones más peligrosos.
      — ¿Peligroso?
      —Hay que ser muy preciso respecto a la distancia a la que te envía. Si le dices que te transporte exactamente treinta pasos, entonces lo hará… no importa lo que haya a treinta pasos de distancia. Podrías acabar materializándote en medio de una pared de ladrillo.
      —Entonces, ¿estás aprendiendo mucho del libro? Raoden se encogió de hombros.
      —Algunas cosas. Atisbos, principalmente. —Volvió a una página del libro que había marcado—. Como este caso. Unos diez años antes del Reod, un extranjero trajo a su esposa a Elantris para que trataran su parálisis. Sin embargo, el curador elantrino dibujó el Aon Ien ligeramente equivocado… y en vez de desaparecer, el carácter destelló y bañó a la pobre mujer en una luz rojiza. Se llenó toda de manchas negras y el pelo se le cayó al poco tiempo. ¿Te suena familiar?
       Galladon alzó una ceja, interesado.
       —Murió poco después —dijo Raoden—. Se arrojó desde lo alto de un edificio, gritando que el dolor era insoportable.
        Galladon frunció el ceño.
       — ¿Qué hizo mal el curador?
       —No fue tanto un error como una omisión. Se dejó una de las tres líneas básicas. Un error tonto, pero no tendría que haber tenido un efecto tan drástico.
       —Raoden hizo una pausa, estudiando pensativo la página—. Es casi como si…
       — ¿Como qué, sule?
      —Bueno, el aon no estaba terminado, ¿no?
      —Kolo.
      —Así que tal vez la curación empezó, pero no pudo terminar porque sus instrucciones no estaban completas —dijo Raoden—. ¿Y si el error creó un aon viable… un aon capaz de acceder al dor pero sin suficiente energía para terminar lo que había empezado?”

       Tal como ya ha quedado declarado más arriba, a través de la figura de ambos sacerdotes de Fjordell, el tema de la fe toma un rol relevante dentro de esta historia.  Siendo su autor un ferviente mormón, al igual que su supuesto maestro Orson Scott Card (pues en realidad no me queda claro, qué tanto este otro influyó en su formación como escritor, según dicen algunos), no deja en esta obra de mostrar ambas caras de la religión: Un arma para manipular y controlar a los pueblos a través de un gobierno fundamentalista, con su correspondiente guerra santa contra los incrédulos y por otra, una creencia liberadora para aquellos que usan su devoción como una manifestación del amor hacia la creación y los demás (en este punto, destacable viene a ser la presencia del distraído, bondadoso y pequeño sacerdote Omin, dedicado a la fe de Serene, quien viene a ser la contrapartida del ostentoso, bello y superficial Seinalan, el líder joven de la religión que ambos profesan).  De igual modo cabe mencionar la crisis de fe de uno de los personajes, quien poco a poco comienza a cuestionarse los fundamentos de sus creencias, dándose cuenta de que la fe no es algo que funciona en base a la lógica y la razón, sino que implica una entrega total; de este modo tal crisis ideológica permite al personaje en cuestión crecer como sujeto, ya que si la fe no otorga felicidad al creyente, es porque en realidad es necesario hacerse una revisión de conciencia (o sea, si acaso todo aquello en lo que creemos está errado).
      Al cumplir el aniversario número 10 de esta genial novela, se publicó una edición conmemorativa llena de interesante material (que es la que posee un servidor, je) y que en su versión a la lengua de Cervantes tiene el agregado de un nuevo prólogo de Miguel Barceló.  A los correspondientes mapas de rigor y que en este caso están hechos a color, se incluye un prefacio de Dan Wells, amigo de Sanderson, también escritor y quien fue una de las primeras personas en leer el borrador de este libro.  Tras terminar la novela, vienen más regalos, siendo quizás el más atractivo de todos las “escenas eliminadas” tal y como les llama su propio autor y que acá corresponden a un interesante villano que fue eliminado de la versión final del libro; Sanderson se permite explicarnos además qué razones tuvo para sacarlo de la narración. También se agregan una especie de glosario sobre Aones y un texto explicativo sobre la AonDor, la particular energía de la que se nutre esta magia.  El epílogo va en esta ocasión por partida doble, ya que primero el artista se refiere a la génesis de su libro, a sus primeros días tras ser publicado y a lo que este ha significado para él; luego de manera inesperada, viene un episodio con uno de los personajes secundarios de Elantris, bastante misterioso todo, por cierto.  No podían faltar los agradecimientos a todas aquellas personas que intervinieron en el proceso para la elaboración y publicación de la novela. 
     La edición en español del X Aniversario está hecha en lujosa y preciosa tapa dura con sobrecubierta, más la tradicional cinta roja para marcar la lectura, la cual al sacarla en la cubierta del volumen lleva en dorado y en grande reproducido el Aon Ela, correspondiente a la ciudad de Elantris y que tiene relación con los principios de Concentración y Centro.  Casi ochocientas páginas de pura diversión y belleza narrativa.

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