Tras un final de temporada tan impactante,
en el cual varios de los coprotagonistas juveniles comenzaron de la peor manera
su nuevo año escolar, el retorno de la serie era seguro que iba a estar cargado
de emoción y adrenalina pura. Las cosas no están fáciles ni para los
menores, ni para los adultos, quedando demostrado que la edad no es sinónimo de
equilibrio, ni de control absoluto de nuestras vidas.Hay mucho que se podría contar sobre lo que
se viene este año, pero mejor descubrirlo por uno mismo y solo referirse a uno
que otro detalle (que el arte de todo esto, se encuentra en no caer dentro de
los malditos spoilers).Solo diré que
los muchachos no las tienen fácil, quién con un dilema más difícil que el otro
y, por lo mismo, están pagando el costo de sus apresuradas decisiones en sus
cortas vidas; no obstante, está en la flexibilidad para aprender de manera
rápida, que estos adolescentes senseis nos dan lecciones a los más
"viejitos". La tercera temporada llega con momentos muy
emotivos, lágrimas, risas y suspiros, todo gracias al retorno de un trío de
viejos personajes de las películas que inspiraron este show.Los años no han pasado en vano y con ello
llega la sabiduría- en el mejor de los casos- haciendo que los reencuentros
resulten más emotivos que nunca y los "veteranos", como quien aquí
escribe, amemos esos fanservice que nos otorga la serie más que nunca. Cabe destacar el arco argumental dedicado
al gran villano de la serie, centrándose en su pasado y que nos muestra su
juventud para hacernos testigos de su descenso al "lado oscuro"; sin
embargo, no es por completo alguien malvado y es en su humanidad retorcida que
radica su atractivo. La tercera temporada supera las emociones
del término de años anteriores, con la promesa de un giro en los
acontecimientos en verdad sorprendente.Luego, lo que vendrá, recalca la idea de que Johnny y Daniel son
distintas caras de la misma moneda, de que sus vidas se encuentran enlazadas y
no porque son los rivales perfectos entre sí, sino debido a que hay gente
opuesta a nuestro alrededor, porque el destino desea que crezcamos y tengamos a
verdaderos pares a nuestro lado (no iguales a nosotros, pero sí con muchos
puntos en común, para que aprendamos de tales semejanzas y diferencias). La cuarta temporada significa el regreso de
otro recordado villano del pasado, quien hace su entrada de la manera más
increíble y dejando su impronta a lo largo de sus episodios, hasta el
sorpresivo clímax.Lo que nos espera es,
sin duda, magnífico.Por otro lado,
tenemos a un nuevo personaje, tan interesante como el resto de los que aquí aparecen,
un buen chico que nos enseña lo fácil que las malas decisiones nos pueden
marcar, algo que hace rato ya debíamos haber tenido claro, quienes hemos llegado
a considerar este programa como uno de nuestros títulos favoritos. Tras 4 años emitiéndose, Cobra Kai
nunca pierde fuerza y es que con tan buenos guiones, tremendas actuaciones y
preocupación por poseer la mejor de las producciones (equipo técnico y
artístico incluidos), acapara la atención, tanto de quiénes crecimos adorando
los viejos filmes, como de las nuevas generaciones.Por el momento, a esperar con muchas ganas la
quinta temporada.
Hace
casi dos semanas atrás, el 13 de marzo del presente mes, nos dejó William
Hurt.Les estoy hablando de uno de esos
actores que, a millones como este servidor, nos acompañó casi toda la vida, por
medio de en un montón de películas que atesoramos y que forman parte de
nuestros recuerdos del cine, como expresión artística relevante para nosotros;
asimismo, más de alguna de las cintas en las que participó, un montón la verdad,
se encuentran entre nuestras favoritas. De apariencia imponente y muy masculino,
encarnó tantos roles diferentes, que era un verdadero camaleón, al punto de
hacer tanto de héroe como de villano; su versatilidad le dio hasta para hacer
de un homosexual afeminado de manera muy convincente, en una época en la cual
el cine gringo aún no se habría con soltura a la comunidad LGTB (1985, El
Beso de la Mujer Araña), así como para hacer un papel de mercenario,
que en todo el metraje de la producción no emite palabra alguna y solo se
comunica con el lenguaje gestual (2006, episodio Campo de Batalla,
de la serie de televisión Pesadillas y Alucinaciones). Ganador de varios premios debido a su
trayectoria y en especial gracias al mentado filme sobre la novela homónima de
Manuel Puig, llegó a mi vida cuando yo era apenas un niño y prácticamente todo
lo que me veía era en la tele, bastante censurado.Fue entonces que cuando recién estaba en la
primera década de mi existencia, que por la tele y en función nocturna
emitieron Estados Alterados (1982), una rara cinta de horror y ciencia
ficción que lo más probable en aquella época apenas comprendí y que hace rato
tengo pendiente revisitar.Corresponde
esta a la típica historia moralista sobre un científico osado, quien cruza la línea
de lo que nos corresponde conocer como simples mortales, teniéndolo de
protagonista.Cabe mencionar que solo estas
pasadas vacaciones de verano, gracias a In the Search of the Darkness 2 (2021),
documental fabuloso de más de 4 horas de duración sobre las películas de horror
ochenteras, tal como su primera parte, pude recordar algo de lo maravillosa que
era dicha cinta.
Tráiler de Estados Alterados
Eran los tiempos del VHS y de los arriendos
en videoclubes de tales cintas, y cuando, además, compraba dos revistas de cine
por medio de las cuales acrecentaba mis conocimientos al respecto, que supe de
la existencia del filme que le concedió el reconocimiento mundial.El Beso de la Mujer Araña llegó
con retraso a las estanterías a mi país y yo era en aquel entonces un adolescente
cinéfilo que veía mucho “cine arte”, aparte de mis amados clase B y “pelis de
género”, que estas últimas siempre serán mis predilectas.Tengo pocos recuerdos de esa celebrada obra,
pero sí tengo muy claro que me impactó ver a William Hurt, como esa adorable “loca”
que contrastaba tanto con el viril personaje interpretado por Raúl Juliá; ambos
reos en una prisión de una dictadura latinoamericana.Obviamente es el momento de echarle un ojo
como adulto. Por esa dorada época de temprana juventud,
cuando tenía un hambre tremendo por el séptimo arte “de autor”, me interesé por
Win Wenders, un cineasta alemán de renombre que hoy en día no acapara mucho mi atención,
que digamos. Es así como ambos, cineasta e histrión trabajaron juntos en un
raro largometraje de ciencia ficción llamado Hasta el Fin del Mundo (1991).Solo puedo decir que es sobre un viaje y
tecnología avanzada ¿Relacionada con los sueños? Esta sí que no la volvería a
ver, ya que hoy en día no me llama la atención el cine muy intelectual. Su participación en la versión cinematográfica
de La Peste (1992), novela de Albert Camus que me impactó mucho
tras leerla para el colegio, fue algo que me dejó con sentimientos encontrados
y es que no podía negar el valor de su actuación; sin embargo, la adaptación en
sí no logró convencerme, cuando aún siendo demasiado inexperto esperaba que las
películas sobre lecturas que tanto disfruté, fuesen iguales a la imagen mental
que me hice de tales títulos al tenerlos en mis manos. Mejores recuerdos tengo de Dark City (1997),
cinta de ciencia ficción de culto y que fui a verla al cine con muy poco
conocimiento de ella, salvo que se trataba de una obra maestra.Acá le tocó hacer de un detective que investiga
un caso muy raro y que resulta ser nada menos que la intromisión de una poderosa
raza extraterrestre, en la vida de toda una comunidad de humanos.La verdad es que no recordaba que aparecía en
este largometraje que tanto adoro y solo cuando revisé su filmografía, tras
enterarme de su fallecimiento, se me vino a la cabeza su imagen dentro de esta
historia que se adelantó a Matrix. En 1998 acudí al cine muy entusiasmado, a
ver la adaptación al cine de un programa televisivo bastante antiguo que seguía
de niño, aunque a medida que fui creciendo dejó de interesarme: Perdidos
en el Espacio.La verdad es que
se trata de una cinta olvidable, pese a tener a grandes actores aparte del
propio William Hurt, entre ellos a Gary Oldman, haciendo este una vez más de
sus fascinantes villanos.Hurt aparecía
con barba muy cuidada y se veía estupendo con su traje de cosmonauta, patriarca
de la familia protagonista de este revival noventero, que debido a sus malas
críticas y fracaso comercial no consiguió convertirse en franquicia.Un par de años después, para mi Memoria como
Profesor de Catellano, confeccioné una edición en VHS sobre imágenes de robots
en series y películas; fue así que usé una escena del robot de este filme, como
uno de los ejemplos que quise mostrar a mis profesores y es que mi trabajo era
sobre los robots en la literatura de Isaac Asimov, cuyas influencias quise presentar
en versiones audiovisuales.
Tráiler de El Beso de la Mujer Araña
¿Cómo no iba a formar parte de mi propia historia
personal William Hurt, si estuvo tan ligado al cine de ciencia ficción que
tanto adoro? Era 2001, cuando estrenaron Inteligencia Artificial,
emotiva película del género dirigida por Steven Spielberg, basada en un cuento
de Brian Aldiss.Les hablo de una
historia que vez que la veo me hace llorar como una quinceañera y donde nuevamente
nuestro desaparecido actor hacía de científico; no es mucho lo que aparece acá,
pero resulta sobrecogedora su imagen paternal y a la vez tan solitaria. En
verdad ya es hora de volver a disfrutar de tan hermosa obra. M.
Night Shyamalan es uno de mis directores/guionistas favoritos y La Aldea (2004)
es una tremenda producción suya, que hace más de una década tengo pendiente de revisitar
por parte mía; fue así que debido a la incipiente reputación de este artista de
origen indio, logró reunir en la citada película a un tremendo grupo de actores
de renombre: Sigourney Weaver, Adrien Brody, Joaquín Phoenix y la entonces casi
principiante Bryce Dallas Howard, quienes acompañaron a William en esta pieza
llena de metáforas y moraleja, con otro de esos finales de Shyamalan que nos
dejan con la boca abierta. No era una película “cara” y creo que Hurt, como el
resto de sus compañeros de reparto, en realidad de puro gusto trabajaron bajo
las órdenes de tan grande cineasta; pues teniendo en cuenta la enorme
trayectoria del actor, queda claro que no todo lo hizo por simple dinero, ya
que laburó en todo tipo de producciones, comerciales e independientes, gringas
y de otros países. David Cronenberg es otro director que me
fascina, aunque sus últimas cintas no las he visto y es que echo de menos su
primera etapa como creador de filmes de horror gore y muy sexuales… Pues en Una
Historia de Violencia (2004), tremendo título basado en un cómic “para
adultos”, posee un pequeño papel como gánster; sin embargo, “se robó la película”
y su labor en tan recomendable cinta fue muy alabada.No recuerdo si la primera vez que aprecié
esta joyita fue en el cine o lo hice en DVD; mucho tiempo después tuve la suerte
de comprármela en blu-ray, junto a un par más de estupendos largometrajes de
suspenso. Las últimas cintas para Hollywood que me
vi de William Hurt, pertenecen al UCM, así que corresponden a adaptaciones de
cómics Marvel, que tantas satisfacciones me han dado.En ellas llegó a interpretar nada menos que al
General Ross, un complejo personaje que es uno de los mayores rivales de Hulk/Bruce
Banner y quien, sin ser un verdadero villano, se volvió rápidamente uno de sus
mayores motivos de pesar.Empezando por El
Increíble Hulk (2008) y continuando con la estupenda Capitán
América: Civil War (2016), también estuvo en las dos últimas cintas de
los Vengadores, Infinity War (2018) y Endgame (2019).El año pasado, para nuestra sorpresa, se
repitió el papel con Black Widow, su despedida.Habría ido genial verlo haciendo de Hulk Rojo,
la versión gamma del mismo militar, que tanto odio alberga en su corazón para
el buen Goliat Esmeralda y por lo mismo se convirtió en su versión fascista,
para pelear puño a puño contra este. Cabe mencionar que William Hurt también
trabajó para la pantalla chica y de ese modo en 2000, hizo de nada menos que de
Leto Atreides, para la adaptación del libro homónimo que hizo la cadena Syfy.Siendo el actor más famoso de esta producción
de bajo presupuesto, su nombre estaba por sobre el resto de los actores
principales, siendo que este apenas salía en el primer episodio de los tres que
conforman la miniserie. Para ser
sinceros, no fue muy inspirada su participación y dicen que mayormente
consiguieron que estuviera en dicho título, porque era un fanático de la saga. Si bien hizo varios trabajos más para la
pantalla chica, no he contemplado nada más de esta faceta suya y por sobre lo
anteriormente mencionado, lejos me quedo con su desempeño en Campo de
Batalla, el primer episodio de Pesadillas y Alucinaciones.Corresponde el mencionado show, a una serie
que solo tuvo una temporada y, no obstante, maravillosa, basada en cuentos de
Stephen King.En el caso de este
capítulo, que en total se hicieron 8 para el show, Hurt hacía de un despiadado
asesino a sueldo y que se enfrentaba a una espantosa venganza de tipo
sobrenatural. Como se habrán dado cuenta, mucho nos dejó
William Hurt y yo no les he hablado ni siquiera de la mitad de su enorme legado…
¡Definitivamente tengo deudas con él!
De regalito para ustedes: Campo de Batalla completito.
Un personaje como Batman no podía de dejar
estar fuera de la pantalla grande o chica por mucho tiempo, luego del actual
boom de producciones sobre cómics de superhéroes, ya sea en imagen real o
animadas. Es así que tras 3 películas
interpretándolo en las últimas producciones al respecto, que hizo Hollywood
teniendo al Murciélago como coprotagonista (Batman versus Superman
y Liga de la Justicia) y apareciendo en un cameo (Escuadrón
Suicida), al abandonar el papel Ben Afleck, era de esperar que otro actor
tomara pronto el manto. Y entonces se
anunció The Batman, incluso antes del estreno del Snyder Cut, sobre
el equipo de superhéroes más famoso de DC y que arreglaba considerablemente el
pésimo trabajo de Josh Whedon, para su versión cinematográfica de dicho grupo
(permitiendo que el guapo actor se luciera más que nunca, detrás del rol de su
soberbio Batman "madurón").
Sin embargo, se trataba de otra versión del famoso vigilante, fuera de
la continuidad del llamado Universo Extendido DC; así que había que ver, cómo
nos presentarían en esta ocasión al justiciero. Con un director como Matt Reeves , quien
ya tenía a cuestas una muy buena reputación en los géneros de ciencia ficción,
con títulos tales como Cloverfield y las dos últimas entregas de
la trilogía del reboot de El Planeta de los Simios, era de
suponer que su nuevo trabajo iba a ser de una calidad maravillosa, con mucho
respeto a la figura del personaje y a su rica mitología. Y entonces se supo que Robert Pattison haría
de Bruce Wayne y de su alter ego, lo que provocó la primera polémica: ¿El actor
que hizo de vampirito-que-brilla-para-jovencitas, en la saga de CrepusCULO,
haciendo de nada menos que del Señor de la Noche? A muchos les pareció una
falta de respeto; no obstante, quien aquí escribe en más de una acción defendió
tal decisión, a sabiendas de que se trataba de un buen histrión y al que había
que darle su oportunidad, para demostrarnos su talento delante de las cámaras. Cabe mencionar que la finalización de la
cinta y su estreno se retrasaron varias veces, en parte no solo por la actual
pandemia, sino porque su mismo actor principal se enfermó de Covid. Habían razones de sobra para esperar una obra
como esta, más pensando que teníamos a varios personajes clásicos en nuevas
versiones, incluyendo a dos de sus grandes villanos y a la querida de Gatúbela en una remozada variación. Respecto a esta última, otra vez
personificada por una actriz negra, que ya tenía antecedentes de hacerla de
color y eso que en los cómics es blanca; todo gracias a la mítica serie de los
sesenta y a la pésima cinta de principios de siglo, con la oscarizada Halle
Berry haciendo de Selyna Kyle; así que no era para rasgar vestiduras, con esta
otra "inclusión forzada". En suma, teníamos motivos de sobra para
tenerle ganas a lo que se venía. Entonces me vi el fin de semana pasado The
Batman, asistiendo lleno de altas expectativas, orgulloso llevando
puesto una polera (sudadera o remera, creo que le llaman en otros países) con
el escudo de mi superhéroe favorito. En
algún momento, antes o después de ver este supuesto espectáculo deceísta, me
iba a sacar todo feliz una foto delante del afiche u otra posibilidad más
sofisticada que hubiera en el cine. De
igual manera, estuve a punto de llevarme un vaso de colección de la película,
que me iba a comprar de regalo el amigo con el que fuí; pero estos se
encontraban agotados... ¡Quizás esto último fue para mejor! Sin ser una historia sobre
"orígenes", aunque con un Batman en sus primeros años como tal, la película
parte muy bien: con el propio Señor Oscuro narrándonos con voz en off, el papel
que cumple en Gotham. Luego debe lidiar
con un psicópata, que está provocando el desastre en la ciudad, quien viene a
ser nada menos que el Acertijo y cuya amenaza implicará usar todos sus medios
para capturarlo, antes de que la ciudad se venga abajo. Por otro lado, la misma cruzada personal y su
seguridad peligran, puesto que este no se ve muy claro con el rol que ha
decidido tomar y es que su enemigo parece conocerlo, de modo que
intencionalmente está minando su mente y espíritu. A lo anterior, se agregan personajes tan
caros a la cronología del Cruzado Enmascarado, como lo son la presencia de
James Gordon y con cuyo cuerpo de policías trabaja activamente el "mayor
detective del mundo" (luego de Sherlock Holmes, OBVIO), pese a la
resistencia de algunos de sus miembros y siendo este detalle uno de los mejores
elementos de la película; asimismo, aparece la mentada Gatúbela, con una
relación menos compleja con este y a diferencia de lo visto en otras cintas,
con ambos personajes en pantalla.
Cabe rescatar la ambientación de un lugar
ficticio tan famoso, como lo es la misma ciudad de Gotham, hace rato insertada
en el colectivo mundial e incluido quienes no leen cómics; y es que el filme
consigue retratar fielmente esta decadente polis, con sus sombras y miserias,
gracias a los paisajes decrépitos que nos muestra; alejados del urbanismo
moderno, que erradamente nos mostró Nolan en su recordada trilogía sobre Batman
(y que más la hacía parecer Metrópolis, la ciudad de Superman). La producción pretende ser una versión
"realista" del superhéroe, oscura y con una violencia más sugerida
que explícita (esto último para tener más público en las salas, claramente) y
como ha sido tendencia en el DC fílmico, desde los tiempos de Snyder. No obstante, es debido a estas pretensiones
"artísticas" que el resultado no fue de mi gusto, ya que ante tanta
seriedad y anhelo de alejarse de la espectacularidad propia de los cómics, que
me parece que esta pieza no le hace honor al material del que se inspira y, por
lo mismo, llega a decepcionar a alguien como este servidor. Me atrevo a afirmar lo anterior, puesto que
la manera de cómo retrata a Batman y compañía, carece del heroísmo y el sentido
épico que se espera en una obra como esta.
En primer lugar, tenemos a un Batman/Bruce Wayne aquejado por sus miedos
internos, para nada similar al hombre seguro de sí mismo que conocemos y amamos
sus seguidores; es así que este "sucedáneo" no inspira y es un
existencialista que, más encima con su peinado de chasquilla y cuerpo
escuálido, para nada se acerca al macho alfa de otras producciones y viñetas
donde aparece (según supe por ahí, su peinado está sacado de una novela gráfica
en concreto, pero dicha estética puede funcionar en el dibujo y en vivo se ve
ridícula y con mayor razón nos cuesta sacarnos la imagen del actor de
"vampiro vegetariano", que también sale paliducho en esta ocasión). Los personajes de esta adaptación, no se
parecen a los que deben ser: Bruce no aparenta ser el frívolo multimillonario playboy,
para despistar y, en cambio, en cambio es tan taciturno como su personalidad
secreta (todo el rato anda con el ceño fruncido, sin asomo de sonrisa alguno);
esto es todo un error, ya que un elemento fundamental a la hora de caracterizar
al Murciélago es la dicotomía entre su faceta diurna y la verdadera, que es
cuando se encuentra en ambiente predilecto que es la noche y actúa como en
verdad se siente ser. En todo caso, las 24 horas del día es un hombre
aguerrido, un depredador humano y un protector que impone respeto con su sola
presencia; sin embargo, Pattison no consigue dar esta imagen y es demasiado
"niño bonito", que su actuación al menos a mí no me convence, menos
el guión que lo minimiza tanto. Gatúbela, quien NUNCA se hace llamar así
en la presente adaptación, no es la adorable descarada que debería ser y eso
que pretendieron darle algo de su historia personal de El Largo Halloween (una
de las mejores historias de Batman y esta misma). Y en cuanto a su indumentaria, verla con un
pasamontaña (aunque parece que no le complica sepan su identidad, puesto que se
pasa casi todo el rato con la cara descubierta), en vez de con una máscara (o
al menos con unas "orejitas"), me parece risible y hasta un insulto;
por otro lado, de qué sirve otorgarle su famoso látigo, si en ningún momento
lo usa en pantalla. En cuanto al gran villano del guión, parece
cualquier desquiciado de un thriller, en vez del Acertijo. Su traje improvisado
es propio para un sadomasoquista, que nada tiene del genio criminal comiquero y
tampoco resulta ser alguien por quién podemos llegar a sentir simpatía, otro
detalle valioso de la destacada galería de contrincantes del justiciero. Podrían haberle puesto cualquier nombre y
habría funcionado mucho mejor, que, más encima, hasta le cambiaron su nombre civil y eso acaba con el importante
juego de palabras que lo determina. Como plus, tenemos a otro villano célebre
de Gotham para esta película: El Pingüino, a quien al menos sí le dan su
carácter mafioso que lo ha hecho brillar en las revistas y adaptaciones varias
que posee. Encarnado por el guapo Colin
Farell, quien se ve irreconocible con tanto maquillaje, algo logra mejorar esta
propuesta, aunque... ¿Dónde están sus paraguas? ¿Acaso sienten vergüenza de
usar este tipo de gadgets, tan caros al género? ¡En verdad, aunque me tilden de
"ñoño jihadista", no les perdono ausencias como esta! Bueno, al menos
jugaron algo con su estrecha relación con el Acertijo. El Alfred que tenemos, mucho mayor que
Bruce por razones obvias, pese a ser cojo acá, tiene más masa muscular que su
"amo" y carece de la personalidad irónica que lo hace tan único; y es
que, luego de ser interpretado con tanto glamour por dos grandes de la
actuación, como lo son Michael Caine y
Jeremy Irons (ingleses como el propio mayordomo), la versión del igualmente
británico Andy Serkis, no se parece al Pennyworth que al menos yo esperaba
(aquí demasiado serio, demasiado aburrido). Por último, como ya dije al comienzo de
esta crítica, no me molesta que Selyna Kyle sea morena y declaro que en más de
una ocasión el cambio de la raza de un personaje clásico (por la llamada
inclusión), consiguió mi beneplácito y todo debido a la caracterización que se
les otorgó; pero ya hacer que James Gordon sea negro, siendo que a la misma
Gatúbela la "oscurecieron", me pareció demasiado forzado y al nivel
de ridiculez del Perry White (que recordemos en inglés su apellido significa
blanco), afro del Snyderverse. Otras cosas, que no son insignificantes:
Acá no existe siquiera el más mínimo humor y con suerte el Batimóvil sale un
par de minutos. Creo que no hay Batirangs, ni batinaves, ni nada que podamos
llamar fanservice. Creo desde muy dentro mío, que un solo
episodio de Gotham es mucho más fiel al canon batmaniaco, sin salir el
mismísimo vigilante. No digo que esta
obra sea mala, aunque no es lo mío y mil veces prefiero el orgullo ñoño del
UCM, que un producto como este, que se suponer ser serio; y si nos queremos
poner "maduros", Logan, sin usar trajes, ni nada de eso, lejos supera
a esta supuesta cinta basada en un cómic y que quiere vendernos la pomada de
"profunda". Por último y aunque sea un pequeño
spoiler... ¿Otra vez con el Guasón? ¡Váyanse a la mierda!
1.
El nombre/hombre detrás de todo. En 2014 se estrenó en cines en buena parte
del mundo Guardianes de la Galaxia, una cinta de antihéroes de
Marvel bastante desconocidos para la mayoría, la cual batió récords de taquilla
e hizo que sus entrañables personajes se ganaran el corazón de buena parte del
público; unos años después, en 2017, llegó la secuela y esta también con todos
sus actores principales en pantalla… Cabe mencionar el importante detalle de
que el director y guionista de ambas películas, era un tal James Gunn ¿Y quién era este sujeto que consiguió
tales éxitos, al hacer que personajes de segunda línea hasta entonces, lograran
el estatus de estrellas a la par de los archipopulares Capitán América,
Spider-Man y Thor? Pues se trataba de un artista que ya llevaba un buen tiempo
haciendo carrera en el cine, primero en producciones de la Troma (empresa de
películas “Serie Z”, de muy bajo presupuesto y pertenecientes a géneros de
terror, ciencia ficción, artes marciales u otros), quien luego fue escalando a
grandes producciones hollywoodenses, hasta conseguir que Disney/Marvel se
interesara en él. La relación entre el cineasta (también
actor) y el poderoso imperio mediático iba muy bien, hasta que unos viejos
comentarios de Gunn en las redes sociales, de carácter misógino y en general
poco políticamente correctos, salieron a la luz (obviamente con malas
intenciones); de modo que los censores de la moral del poderoso imperio
mediático, decidieron despedirlo de sus futuros proyectos juntos, para no ser
involucrados en su supuesto descenso en el intento de cancelarlo. Fue cuando entonces, nada de tontos, los
DC aprovecharon que estaba disponible y lo llevaron a sus cuarteles, para que
este se encargara de revitalizar al Escuadrón Suicida, luego del desastre que
fue su inicial incursión en la pantalla grande; así que le encargaron hiciera
una secuela, que les permitiera conseguir un triunfo, como el que desde hace
tiempo andaban buscando con sus personajes de cómics (y que solo habían logrado
de manera irregular). Debido a la actual pandemia, recién se pudo estrenar a
mediados del año pasado El Escuadrón Suicida (la segunda parte,
que tontamente posee ese nombre engañoso y donde solo le agregaron el artículo
que antecede al nombre del equipo, para diferenciarlo de la primera
parte). No recaudó los millones que se
esperaba en las salas, puesto que igual en aquellos tiempos aún no era tanta la
audiencia que iba a los teatros, debido al miedo y a las restricciones por el
Covid-19; no obstante, la crítica y el público ovacionaron la labor de Gunn y
del resto de sus responsables, convirtiéndose en todo un éxito en streaming. Con tan buen material a manos de los
productores y del propio realizador, quien rescató esta vez para la Distinguida
Competencia a varios de los personajes más estrafalarios y desconocidos de sus
revistas, dándoles inolvidables reinterpretaciónes, se decidió darle a uno de
estos su propio show televisivo y así continuar insuflándole vida al decaído
Universo Extendido DC; el elegido, nada menos que Pacificador (Peacemaker), un
asesino de lo más curioso, que pese a su errática personalidad logró hacerse
simpático para la gente, siendo que fue interpretado con carisma por el
masculino (y guapo) John Cena. Así que
Peacemaker, junto a un par de caras también conocidas, más varios nuevos
personajes muy interesantes, llegaron a nuestras casas gracias a HBO Max,
siempre de la mano del mentado James Gunn. 2.
¿Quién es Peacemaker? No solo Marvel y DC han creado superhéroes
en Gringolandia, que debemos recordar que ese tremendo personaje que es Shazam era
originalmente de Fawcett y que solo en los setenta comenzó a ser publicado por
DC. Teniendo en cuenta la existencia de
otras editoriales, muchas de ellas hoy ya desaparecidas lamentablemente, un
lugar especial en la historia de esas empresas viene a tener Charlton, en la
cual trabajaron genios de la industria como el mismo Steve Ditko, quien creó
para sus revistas a un personaje tan maravilloso como lo es Question (hace rato
también de DC, que compró los derechos del personaje, junto con otros de la
extinguida marca). Es así como, entre
sus justicieros, todos ellos luego pasados a la Distinguida Competencia,
también se encuentran algunos otros muy queridos por los más ñoños de la casa,
como el Capitán Atom y Blue Beetle (este otro también de creación de Ditko). Teniendo en cuenta lo anterior, es cuando
nos encontramos con Peacemaker, un paladín empecinado en conseguir la paz a
cualquier costo, incluso matando a sus enemigos (representantes del mal que
debía acabar) sin dudarlo. En su primera
encarnación solo tuvo 5 números su revista en 1967, si bien fue presentado en
otra a finales del año anterior. Tras el
reinicio de DC luego de la llamada Crisis en las Tierras Infinitas (1985-1986),
se incorporó por fin a la continuidad oficial de su nuevo “hogar” y se le
actualizó su origen con una miniserie de solo 4 números; lamentablemente su
presencia en DC fue bastante esporádica o casi nula y solo ahora gracias al
éxito de la película y la serie que lo tienen en pantalla, ha logrado la presencia
que necesitaba para destacar. Interesante es el detalle de que cuando
Alan Moore y Dave Gibbons hicieron su obra maestra Watchmen(1986-1987),
originalmente deseaban usar personajes de Charlton Comics, ya entonces
pertenecientes a DC; pero al prohibírselo, tuvieron que hacer sus versiones de
estos y de ese modo el Comediante fue su reinterpretación de Peacemaker. Por último, ha habido otros dos Peacemaker
en DC, aunque no con la misma relevancia que hoy posee el original Cristopher
Smith.
3.
La serie. 3.1
Trama. Luego de los eventos de El Escuadrón
Suicida, que no terminaron muy bien para Cristopher Smith/Pacemaker, este
es recontactado por la misma agencia que lo mandó en misión para Santa Prisca,
aunque ahora es supuestamente el único en su “tipo” (metahumano o no) que
trabaja en secreto para el gobierno dentro del nuevo grupo con el cual le toca
trabajar; ayudado por un par de viejos personajes, que ya conocimos en la
mentada cinta, más dos nuevos que debutan en el programa, se ve involucrado en
un caso que trata sobre ciertas “mariposas” y el cual requiere con urgencia sus
habilidades extremas, ya que los superhéroes “políticamente correctos” no se
pueden involucrar en algo así ¿Y entonces quién se ensucia las manos por el
bien común, sin sentimiento de culpa alguno? Así que ahora, por fin, el protagonista
tiene un equipo en el que, en verdad, poco a poco, va consiguiendo lo que le
faltaba: el sentimiento de pertenencia y el conocimiento de la lealtad y hasta
de la fraternidad. Mucho le espera a
nuestro ahora en formación antihéroe, con muchas sorpresas divertidas,
graciosas y hasta emotivas, de modo que estos solo primeros 8 episodios que
comprenden la primera temporada (todos escritos por James Gunn y la mayoría
dirigidos por este), bien que valen la pena… ¿Y para qué contar más detalles de
qué va, si es mejor descubrirlo por uno mismo? 3.2
Valores. Una de las primeras cosas que podemos
destacar de este show, es cómo consigue humanizarnos a los personajes, partiendo
por su singular personaje principal y quien gana un montón de matices gracias a
la profundización en su historia personal (su pasado), motivaciones y conflictos
personales. Asimismo, el trabajo con el
resto de los coprotagonistas, que rápidamente consiguen hacérsenos simpáticos e
interesantes (atención especial por Adebayo, sin dudas mi favorita y de seguro
de un montón de gente más), nos entregan un dramatis personae que incluye hasta
unos villanos dignos de una obra del realizador, que son el mejor complemento para
hacer de Peacemaker,la opción ideal para pasarla
bien desde principio a fin. Hay varios guiños al mundillo deceísta,
tanto en lo que concierne a los personajes más populares de sus publicaciones
(conocidos por los menos ñoños, gracias a sus adaptaciones audiovisuales), como
algunos de los más bizarros y que nos alegran la vida al ser recordados por Gunn
y compañía (como Bat-Mito y el Hombre Cometa).
Respecto a todo esto, los chistes “blancos” y los de más grueso calibre,
sobre algunos de los íconos más destacados, tal cual Superman y Aquaman,
también vienen a ser muy bien recibidos por el público. Queda de manifiesto el saber enciclopédico
sobre DC, que tiene su realizador (bueno, tal vez apoyado por unos cuantos
otros expertos en la materia), al incluir dentro de la historia a nombres
clásicos, aunque ya hace rato fuera de continuidad como Vigilante, Dragón
Blanco y Judomaster. Por cierto: atención especial al regalito que nos hacen en
el último capítulo, con dos cameos muy graciosos. No está de más destacar el hecho de que, a
diferencia de otros shows basados en las franquicias DC, este es un programa
absolutamente para adultos, donde la violencia y la sexualidad están bastante
presentes (aunque la sangre nunca llega al nivel de títulos como Daredevilo el Castigador).
Hay desnudos femeninos y cuasi masculinos (y otra vez vemos a John Cena
con su ajustado calzoncillo, que hasta parte del culito muestra). No es una serie “políticamente correcta” y
eso se agradece, que de ese modo no caen en los populismos y podemos optar por una
producción distinta, en lo que concierne a este tipo de personajes; abordando
temáticas más adultas y utilizando justamente un humor irreverente, que es
imposible encontrar en algo de carácter más familiar. Respecto a todo esto, los diálogos inteligentes
y chispeantes, con hartas alusiones a la cultura popular, explotan que da gusto
la ficción y la realidad, con alusiones directas al cine (por ejemplo, It),
programas de televisión (como Cobra Kai), la música, entre otros. 3.3
Personajes. Christopher
Smith / Peacemaker: Quien
le da nombre a este título y es el principal motor, ahora consigue
simpatizarnos, porque descubrimos el corazoncito que hay detrás del asesino
frío que pensábamos era; un sujeto con un “origen secreto” digno de
Shakespeare, cuyo único amigo era nada menos que un águila y luego lo más
cercano a una relación con otro humano, es con un tipo mucho más raro que él
mismo. Puede parecernos a veces alguien
de pocas luces, pero en más de una ocasión nos sorprende por su elocuencia y
capacidad para adaptarse a la eventualidad.
Detrás de sus capas de hombre duro, falto de empatía y casi sexópata, sí
existe una persona con una sensibilidad por la cual podamos tener aprecio. Hay que destacar la labor de Cena, que nos
demuestra que sí sabe actuar bien, mostrándonos varios cambios de humor de
manera verosímil en pantalla. Leota
Adebayo: El personaje “dulce”
de la serie, quien representa a la persona común y corriente que se ve trasplantada
de pronto en el mundo de lo extraordinario, es una mujer afrodescendiente que consigue
sintonizar más que nadie con el singular protagonista. Casada con otra mujer, es uno de los mejores
personajes LGTB que he tenido el gusto de ver en un programa, puesto que
presentan su condición con tal naturalidad, que así debiera ser en la ficción y
en el mundo real, sin discursos proselitistas, ni eufemismos. Si bien no es la única en el grupo que guarda
un secreto, destacable es su cercanía muy estrecha con un personaje de primer
nivel, dentro de Universo Extendido DC. Emilia
Harcourt: Uno de los dos
personajes, aparte del propio Peacemaker, salidos de la cinta del año pasado
sobre el Escuadrón Suicida, incorporados a la serie que hoy nos ocupa. Se trata de una recia mujer experta en uso de
armas, defensa personal y lucha cuerpo a cuerpo. Le toca acompañar a Smith en sus misiones y
apoyarlo. Aparentemente de indiferente y
calculadora, como es de esperar, también en ella encontramos nobleza y por algo
le tocó encargarse del antiguo recluso criminal que nada con sus extraños cascos. John
Economos: El
otro especialista “castigado” por Waller, tras haberse revelado contra ella, en
la cinta que precede a este programa, es un experto en computación que se pasa
buena parte de la temporada como alguien poco amistoso, aunque luego igualmente
descubrimos que tiene mucho en común con el equipo nuevo en el que trabaja. Se ve algo mayor que los demás y pese a no ser
tan atlético, nos demuestra en más de una ocasión ser alguien de temer, ante
las distintas eventualidades a las que se enfrenta. Clemson Murn: El líder del
equipo es otro afroamericano, quien se sabe posee un historial muy oscuro de violencia,
trabajando en secreto por la seguridad del estado. Como otros, se muestra en un principio muy
hermético, aunque luego descubrimos su faceta más amable y un tremendo secreto
que guarda por razones muy de fuerza mayor. Auggie
Smith: El
padre de Cristopher es un supremacista blanco, que desprecia a su hijo con todo
su ser, pese a que le ha cedido su equipamiento sofisticado que usa y que es
por completo de creación suya. Interpretado
por un actor de la talla de Robert Patrick, quien increíblemente se ve bastante
“acabado” a sus 63 años (imposible no recordar al regio madurón agente del FBI
John Dogget, que interpretada en Los Expedientes-X), ignoro si su
decadente apariencia es producto de la estupenda caracterización que realiza aquí
o es propio de un envejecimiento prematuro.
Pese a que en más de una ocasión nos hace reír con sus ácidos
comentarios, es lejos el personaje más odioso de la serie. Adrian
Chase / Vigilante: Otro
gran acierto dentro del programa, es haber rescatado a este olvidado personaje
de DC y usar su apariencia clásica para adaptarla con ingenio a la actual estética
de los trajes de este tipo de personajes.
Asesino nato y con una personalidad mucho más errática que la de Smith,
asegura ser su mejor amigo; aunque por los comentarios que acostumbra a hacer sobre
este, lo más probable es que esté enamorado de él. En los primeros episodios siempre lo vemos
con máscara, hasta que aparece mostrando su angelical rostro de cabellos ensortijados
y que contrasta con su naturaleza bizarra.
1.
El cuento. Dentro de las "joyitas tempranas"
que encontramos en la primera colección de cuentos de Stephen King, El
Umbral de la Noche (Night Shift en su lengua original),
está El Último Turno (Graveyard Shift).Se trata de una historia de horror, que juega
con uno de los temores (y ascos) más ancestrales de la humanidad: Las
ratas.Criaturas que siendo tan
"pequeñas" y mamíferas como nosotros, provocan un rechazo increíble,
a veces superando al de los parásitos, arácnidos y reptiles (todos estos de
sangre fría, a diferencia de esos pequeños roedores); y es que a estas
criaturas no dejamos de relacionarlas con la suciedad, pobreza enfermedades y
muerte, conjunto de ideas que no dejan nuestras pesadillas y fobias. El cuento que no alcanza a las 20 páginas,
como la mayoría de los relatos que comprenden el mentado volumen, se encuentra
ambientado en uno de esos pueblitos de mala muerte, que tanto le gusta inventar
al autor (porque como dice el dicho "Pueblo chico, infierno grande" y
así queda detallado otra vez en su literatura).Allí una textil apenas se mantiene y es al parecer la empresa más
importante del lugar... ¿Les recuerda en algo a la lavandería de La
Trituradora? (también contenida en la misma antología).Pues el lugar tiene un serio problema de infestación
de ratas, así que el desagradable capataz del lugar ofrece a algunos de sus
empleados, el doble de su sueldo por limpiar durante una semana sus
dependencias; es entonces que mandamás y subalternos, se enfrentarán a lo que
allí yace y que es lejos mucho más que unas simples ratitas. Una historia escatológica que trata sobre
la miseria humana, donde encontrarnos personajes que encarnan en algunos casos
lo peor de nuestra naturaleza; de modo que las ratas y el resto de las alimañas
que anidan en la textilería representan lo que subyace bajo nuestra
civilización (los secretos vergonzosos que guardamos, para que el resto no los
vea y conozca).A lo anterior se le suma
el calor que agobia a los personajes, ayudando a crear un clima asfixiante en
todo sentido. En el cuento volvemos a encontrarnos con
una reflexión de tipo moral, una advertencia tan propia de estas historias
desde los tiempos pretéritos: Existe el castigo para quienes se refocilan en el
desprecio a sus semejantes y no estamos hablando de la mera justicia
humana.Sin embargo, incluso, tal como
en la vida real y es habitual en los relatos de terror, a la gente buena
también le pasan cosas malas. Cabe mencionar que la presente narración
es, como no, una muestra más del amor del Tío Steve por los clásicos y en
especial de la literatura de terror; y es que El Último Turno
viene a ser su homenaje a Las Ratas de las Paredes de Lovecraft,
cuento y autor que están entre sus preferidos.
2.
La película. De 1990 data esta respetable cinta de clase
B, conocida en Latinoamérica como Las Tumbas Malditas y en España
bajo el nombre de La Fosa Común y distribuida en su momento nada
menos que por Columbia Pictures.Dirigida por Raph S. Singleton, en lo que parece ser su único filme
detrás de las cámaras, si bien este posee una larga carrera como actor,
productor y director de segunda unidad en varios títulos, incluso de renombre
(como Taxi Driver, Cementerio de Animales y 48
horas, por solo mencionar algunas), logra extender con inteligencia la
historia original, para alcanzar casi la hora y media de duración; es así, que
en ningún momento nos aburrimos con esta pieza que ahora les descubro, puesto
que se permite profundizar en los personajes (algunos propios del cuento y
otros inventados para esta adaptación), varios de ellos interesantes y bien
caracterizados, como sujetos comunes con problemas reales y luego enfrentados a
lo extraordinario y fantástico. Hay varias escenas bellamente filmadas,
donde la confrontación entre protagonista y antagonista, más las líneas
argumentales secundarias (que se crearon para reforzar la trama), nos mantiene
atentos a lo que pasará.Cabe destacar
que tanto en el texto de King, como en la adaptación, queda de manifiesto que
el mal se presenta de más de una forma: habitando dentro de los seres humanos
que lo normalizan, como en los monstruos inhumanos que podemos encontrar por
ahí. En general no tenemos estrellas en esta
producción e incluso llama la atención el aspecto "corriente" de
muchos de sus actores y entre ellos la fémina principal del largometraje, quien
nunca ganaría un concurso de belleza, aunque sí consigue simpatizarnos
bastante.Sin embargo, sí hay que
destacar la actuación de un artista camaleónico como Brad Dourif, bajo el papel
de un sujeto llamativo e inventado por completo para esta versión
cinematográfica y quien es uno de los elementos principales de una curiosa
subtrama. Esta cinta tiene un protagonista más o
menos heroico, quien tiene su antagonista y el que viene a ser su opuesto
moral; si bien lo anterior se encuentra en el cuento de King, la adaptación
aborda esta confrontación de manera más profunda... Y es que, entre ambos
hombres, vemos una fuerte confrontación entre machos alfa, uno que lleva tiempo
en el lugar y el otro un recién llegado, quien viene a usurpar su lugar en
cierto sentido. Pero no son los únicos hombres que aparecen en este filme, pues
hay otros patanes menores por ahí y hasta un sencillo tipo que llega a la
empresa a pedir trabajo; por lo tanto, nos encontramos con una especie de
disputa masculina general, en la cual estos sujetos se juegan su hombría.No obstante, apenas hay ganadores, puesto que
en la cadena alimenticia no somos quienes están encima de la pirámide. La criatura de la cinta está magnífica,
aunque nunca la logramos ver por completo.A la presencia de un ser pesadillesco, no podemos dejar de lado la
ambientación tan bien lograda, donde el aspecto ruinoso de la textilería y las
catacumbas que luego aparecen cercano al clímax, resultan magistralmente
acompañadas por el trabajo de fotografía (con sombras en verdad pavorosas) y
unas preciosas pinturas mate. No hay mayores pretensiones artísticas en
esta película, ni una ideología de por medio, puesto que mucho de lo de arriba
es solo parte de mi interpretación personal. Sin embargo, sí queda de
manifiesto el aprecio de los responsables de esta producción menor (aunque
respetable), hacia el propio Stephen King, partiendo por la llegada del villano
en su auto que nos recuerda a Christine, el nombre de la propia
textil que es Bachman (recordemos que es el apellido del pseudónimo de Stephen
King) y el hecho de que la coprotagonista femenina venga de nada menos que...
¡Castle Rock! En suma, una excelente película para
redescubrir (en el caso de que si la vieron hace mucho tiempo), o para conocer
una perlita perdida, de hace más de treinta años; todo ojalá con la calidad del
HD de ahora.No se arrepentirán.
Un regalito para los regalones: La peli en 720p y español latino.