Richard Bachman/Stephen King. |
I- Quién es (o quién fue) Richard Bachman.
En el año de 1977 se imprimió y comercializó en
USA una novela titulada Rabia (Rage en el original) de
un escritor del cual poco se sabía y quien entre este año y 1984 llegaría a
publicar 5 libros en total. Los géneros
pertenecientes a sus obras corresponderían a suspenso, terror y ciencia
ficción. Dentro de las características
generales entre estas obras, se encontraba que: Eran obras de rápida lectura; poseían
una marcada preocupación por ahondar en
el conflicto personal de sus protagonistas; contaban con la descripción de
algunas situaciones bastante engorrosas y duras en cuanto a su dramatismo y
carga de violencia; a su vez presentaban unas cuantas ideas bastante originales,
entre las que se podía observar cierta postura política contestataria frente a
los poderes fácticos (en especial en sus novelas The Long Walk, The
Running Man y Road Work). Pero la incipiente carrera literaria del
autor se “acabó” pronto, puesto que para cuando el cuasi misterioso Richard
Bachman publicó su última novela en “vida”, Maleficio (Thinner),
al poco tiempo un tipo frente a unas cuantas sospechas acerca de la identidad
de éste, se dedicó a recopilar información valiosa y a atar cabos sueltos,
descubriendo que Richard Bachman…¡Era nada menos que Stephen King!
En menos de una década publicando profesionalmente, King se había
convertido en un famoso escritor de novelas de terror, por lo que ya hace rato
había obtenido un montón de premios, como también seguidores, aparte de ser
múltiples veces adaptado para el cine y la televisión con directores y actores
famosos involucrados en dichos proyectos.
Fue así como ante el chantaje del investigador principiante, con la
intención de no pagarle ni un dólar, el creador de Carrie y El
Resplandor admitió públicamente que él era Bachman, quien había muerto
de cáncer de pseudónimo como bien
tuvo la ocurrencia de admitir a la prensa y a sus millones de lectores. A su
vez le hizo un funeral simbólico a su alter ego y luego de ello siguió con su
existencia normal de artista prolífico.
Este hecho luego lo ocuparía el escritor como fuente de inspiración para
realizar una de sus novelas más impactantemente violentas y logradas de su
abundante bibliografía: La Mitad Siniestra (The
Dark Half, 1989) y donde un escritor de obras “cultas”, quien escribe
en secreto y con pseudónimo textos de un carácter mucho más visceral y opresivo,
se ve obligado a reconocer la autoría de estos otros trabajos, lo que trae como
consecuencia que el “espíritu” del pseudónimo lo acose (puesto que éste además
se encuentra muy ligado a su propio pasado).
El libro tuvo una genial versión cinematográfica hecha por un gran amigo
del escritor, nada menos que George Romero, la que data de 1993.
Debido al impacto editorial que consiguió Stephen King desde su ópera
prima con Carrie en 1974 (si bien ya antes había publicado varios cuentos
en revistas, aunque todavía sin conseguir el estrellato y la fortuna), sus Best Sellers comenzaron a acaparar las
estanterías de las tiendas, sacándose constantemente ediciones consecutivas de
los mismo títulos (luego de Carrie, ya tenía Salem´s
Lot y El Resplandor a su haber, tres trabajos bastante potentes). Fue así como cuando King quiso sacar a la
luz unos cuantos textos que había redactado en su juventud, ahora que ya tenía
cierto poder frente a los medios, puesto que en su momento estas obras fueron
rechazadas cuando las ofreció a numerosas empresas, sus editores consideraron
inconveniente que lo hiciera, puesto que podía saturar el mercado con tanto
trabajo bajo su nombre (aunque también se podía entender una leve sospecha ante
la calidad de estos escritos primerizos).
Fue así cómo se decidió a editarlos con años de diferencia y bajo el
pseudónimo de Richard Bachman para probar suerte y no tener mayores problemas.
Por cierto, la elección del nombre del alias, bien pudo responder a un
tributo del escritor de Maine a uno de los autores de quienes ha declarado ser
gran deudor y admirador: Richard Matheson, responsable de joyas tales como Soy
Leyenda y La Casa Infernal. Además
Matheson escribió El Increíble Hombre Menguante, siendo esta ultima obra varias
veces mencionada en el mismo libro al que se le dedica en este post mayor
atención; en ella su protagonista, tal como el de la novela de Matheson, se
encuentra condenado a desaparecer en un proceso que implica que cada día que
pasa se vea gradualmente el efecto de su trastorno físico (los dos
empequeñeciéndose, si bien uno perdiendo estatura y el otro perdiendo peso). De
este modo las vicisitudes del personaje principal de Maleficio, el nombre en
español de la novela en cuestión, le recuerdan a la del famoso héroe de la
inolvidable novela de Matheson, aún cuando ambos resultan bastante diferentes
(el de King sufre un castigo por sus actos, mientras que el otro es nada más
que una víctima inocente del azar o el destino; a su vez uno es un individuo
virtuoso, en cambio el otro posee sus cuantas máculas a su haber).
La Larga Marcha (The
Long Walk, 1979) fue la primera novela de ciencia ficción publicada por
quien sería luego tildado como “El Rey del Terror”, correspondiendo al llamado
subgénero de las antiutopías (distopías o contrautopías como sinónimos) y
consistente en mostrar un futuro en el cual la sociedad se encuentra bajo el
yugo de un estado opresivo (siendo las novelas Fahrenheit 451 de Ray
Bradbury, 1984 de George Orwell y Un Mundo Feliz de Aldous Huxley sus
representantes más destacados). Es la
historia de un grupo de jóvenes de un Estados Unidos totalitario, que son
elegidos para participar de una horrenda corrida que atraviesa gran parte del
país y donde sólo uno de ellos puede ser el vencedor, mientras que el resto
fallecerá o bien por cansancio, o bien ante el fuego de los soldados dispuestos
a lo largo del camino para aniquilar a quien pare demasiado tiempo durante la
travesía. Esta idea de un particular
circo de gladiadores moderno, con el correspondiente manejo populista de las
masas para desviar su atención de los verdaderos problemas de la gente, teniendo
además a adolescentes como sus competidores, fue luego el antecedente para títulos
como la película japonesa de culto Batalla Real (basada previamente en
una novela también nipona) y la serie de novelas de Suzanne Collins iniciada
con Los
Juegos del Hambre (de la cual ya hay un filme hecho) que presentan
ideas similares. A su vez, por años se
ha esperado la versión fílmica de esta
obra, considerada por muchos de lo mejor de su autor, siendo que se ha llegado
a decir que nada menos que Frank tenía hecho ya un guión al respecto, así como
que estaba interesado en realizar dicho proyecto Darabont (cabe recordar que
este fue responsable de algunas de las mejores adaptaciones cinematográficas
del trabajo de King con La Milla Verde, Sueños de Fuga y La
Niebla, además de ser el creador de la serie de televisión de The
Walking Dead, basada en la saga de cómics del
mismo nombre).
Ediciónes originales de los libros, antes de saberse "la verdad". |
Carretera Maldita (Roadwork,
1981) correspondió a la segunda novela de suspenso que Stephen King sacó bajo
el pseudónimo de Richard Bachman. Esta
es la historia de un hombre cuya vida se está desmoronando poco a poco, primero
en el trabajo y luego en su matrimonio, el cual ya desde hace un buen tiempo se
encontraba en crisis debido a una triste pérdida familiar. Por otro lado por donde vive, se está
construyendo una moderna carretera, que entre otras cosas, implica que el
protagonista debe dejar su casa en la que ha permanecido por años (entre ellos
los mejores de su existencia), como ya lo han hecho varios de sus vecinos. La irrupción de la carretera en edificación
se convierte en una amenaza para el pasado al cual no quiere dejar este hombre,
quien en un arrebato de locura, decide enfrentarse armado a quienes considera
responsables de sus últimas desgracias personales. La novela ahonda en la soledad de este
miserable personaje, como ya había sucedido con los protagonistas de los dos
libros anteriores surgidos al alero del pseudónimo Bachman y posee varios
momentos memorables; por otro lado, retrata muy bien la psicosis gringa ante el
problema del desmoronamiento del llamado “sueño americano”.
El Fugitivo (Running Man, 1982), y cuyo cambio de título en español
correspondió a un ejemplo más de lo que en aquellos tiempos tendían a hacer las
editoriales españolas con los nombres en inglés, corresponde a la segunda obra
de ciencia ficción de los trabajos de Richard Bachman; a su vez el autor volvió
a jugar acá con los temas de la antiutopía y el espectáculo masivo de
manipulación mental, como ya sucedió con La Larga Marcha. En este caso se trata de un concurso de
televisión donde los participantes deben escapar de sus depredadores humanos
que si llegan a cazarlos, los matan de forma bastante violenta; considerando
esto, tal como ya lo adelantó a su manera Ray Bradbury en la ya nombrada novela
de Fahrenheit
451, King logra visionar en esta
obra suya el hoy en día tan popular concepto de reality show. En 1987 se
hizo una película de relativo éxito, la cual tuvo como actor principal a Arnold
Schwarzenegger y a María Conchita Alonso, si bien esta adaptación difirió
bastante del libro.
En 1984 es publicado Maleficio (otro drástico
cambio hecho a un título original en la traducción), el cual podría
considerarse como la mejor obra publicada bajo pseudónimo por King. No obstante se hablará en profundidad sobre
ella en la segunda parte de este documento.
La ilustración que se dividió en dos para la edición de las "novelas gemelas". |
Muchos años después de que se supo la
verdad sobre Richard Bachman, King en uno de sus arrebatos de genialidad y
experimento con la industrias literaria y publicitaria, decidió sacar uno de
sus nuevos libros bajo su pseudónimo ya hace rato “bajo tierra”. Así fue cómo en 1996 apareció para deleite de
sus fanáticos la novela Posesión (The Regulators, por
consiguiente una vez más los editores españoles se dieron el gusto de cambiar
de forma drástica un título), la que salió a la venta el mismo día de otra obra
suya, Desesperación, de modo que ambas fuesen consideradas como
“novelas gemelas”. Dicho nuevo texto
perteneciente al ya ficticio escritor Richard Bachman, se suponía que correspondía
a un título póstumo suyo, siendo encontrado entre viejos documentos que le
pertenecían, por su viuda; la “engañosa” publicación contó con un breve prólogo
que explicaba su origen y hallazgo. Fue
así como en los dos libros se muestra a un grupo de personas muy distintas
entre sí, quienes deben vérselas con un espíritu maligno muy antiguo llamado
Tak,el cual posee una crueldad extraordinaria y desea hacerse del control de un
supuesto simple niño (ambos relatos usan a los mismos personajes, pero sus
vidas y otros aspectos difieren considerablemente entre un título y otro). Pese a la gran calidad de Desesperación
(esta vez los españoles respetaron el nombre de la obra al ser
traducido), Posesión no le llega a hacer honor. En la edición original de ambos trabajos,
incluyendo la española en formato de bolsillo, sendas portadas al unirse forman
un solo dibujo, bastante bello por cierto.
Poco más de 10 años después de aparecer Posesión, Stephen
King quiso regalar a sus “lectores constantes”, como les gusta llamarlos con
cariño, con un libro suyo que por años se esperó decidiera publicar; éste
correspondía a uno de sus textos sin terminar de sus primeros años como
escritor y que sus seguidores mas acérrimos bien sabían de su existencia: Blaze. Fue así cómo tras por fin concluirlo y
pulirlo al estilo actual suyo, el autor prefirió sacarlo como otro libro más
“Bachman” en el 2007. La novela cruce
entre el policial y el suspenso, cuenta acerca de un hombre retardado mental
que rapta a un recién nacido y la búsqueda desesperada para recuperar al
bebé. Como ya sucedió con la novela anterior
a esta de Bachman, el tomo comienza con otra singular introducción, aunque esta
vez firmada por su verdadero autor, quien aseguraba que fue la viuda de Bachman
quien le pidió se encargara de sacar a la luz esta otra obra póstuma. Un bello dato al respecto: Stephen King donó las
ganancias de este libro “de baúl” a una fundación de beneficencia.
Es de es esperar, tal como ha prometido el
mismísimo King, que vuelvan a salir otros libros perdidos del “recordado”
Richard Bachman.
II- El Maleficio (gitano).
Thinner es el nombre con el cual
Stephen King, bajo el pseudónimo de Richard Bachman, publicó su novela conocida
en español como Maleficio durante 1984; a su vez fue éste el título que se
volvió la “perdición” del ficticio escritor, puesto que en los formularios de
registro de la novela aparecía el nombre de Stephen King, razón por la cual
cuando se supo la verdadera identidad del autor del libro, éste debió reconocer
su autoría. Por otro lado, al leer esta
obra y fijarse en su estilo, al comparársele con el de su autor real, quedaba
claro su procedencia por dos razones más:
- Al ser la primera obra de “Richard Bachman” de temática de terror sobrenatural, la manera de cómo se aborda el elemento fantástico, en cuanto al enfrentamiento entre el protagonista con su némesis, la inclusión de diálogos bastante incisivos, como espontáneos, el uso de constantes metáforas por parte del narrador (algunas de ellas no muy poéticas que digamos, pero sí efectivas en su manera visceral de referirse a unas cuantas situaciones) y en especial el final pesimista propio de King (donde ni el bien, ni el mal salen ganando)…otorgan en su conjunto a la narración su carácter “kingniano” como muchas otras obras del afamado escritor.
- A su vez, en dos momentos de la novela, King se menciona así mismo, a manera de autohomenaje y/o intertextualidad, cuando el protagonista ve su propia desgracia como algo salido de una novela del autor de Cementerio de Animales (acá se hace referencia a Carrie). Todo esto pareciera un intento inconciente o a propósito del autor para revelar la verdad ante el lector más atento, lo que en parte pudo ser la pista final para que lo descubrieran.
La novela en cuestión trata acerca de un
abogado exitoso quien está felizmente casado y posee una hija adolescente a la
que adora. El tipo resulta ser un hombre
con unos cuantos secretos profesionales que lo relacionan a tratos poco éticos,
por cuanto su naturaleza lo lleva a cruzar la línea de lo ilegal más de una
vez, si bien no es lo que se podría considerar como a un hombre malvado
(alguien prisionero de sus pasiones sí, cual personaje shakesperiano); en
cambio es tan sólo un hombre débil más, quien resulta caer en la desgracia como
consecuencia de sus pésimas decisiones, las que lo han llevado a cometer actos
nefastos. A su vez este abogado resulta
ser un hombre con serios problemas de sobrepeso, característica suya que bien
representa en el libro su personalidad materialista, como alguien fiel
representante de las debilidades de la sociedad gringa actual, siempre con
hambre lujuriosa por el poder avasallante. Es así como un día mientras éste viaja en su
auto junto a su atractiva esposa, por no estar pendiente del camino, atropella
a una anciana mujer, matándola; cuando llega la hora de que se sepa la verdad,
el abogado recurre a sus amigos para que lo saquen del apuro y quede impune
frente a su irresponsabilidad. Sin
embargo al salir de tribunales con la certeza de que la pagado fácil, un viejo
de aspecto siniestro se le acerca y lo toca en una mejilla, diciéndole solo “Más delgado” (“Thinner” en el original y que corresponde al titulo de la novela,
que bien podría ser traducido también por “delgadísimo”). A partir de entonces la vida de este corrupto
leguleyo cambiará transformándose en una verdadera pesadilla, puesto que desde
entonces irá bajando de peso de una forma asombrosa día a día, hasta quedar
convertido en un esqueleto viviente. Es
cuando Billy Halleck, ése es su nombre, descubre que ha sido maldecido por un
centenario gitano, puesto que a quien arrolló sin vergüenza alguna era a su
pariente y además el anciano sabe la verdad acerca de su culpabilidad en la
muerte de la infortunada (pues es un hombre con conocimientos que escapan al
dominio de la mayoría y al del hombre moderno).
Ante su deseo de recuperar la normalidad antes de que el maleficio se lo
lleve al otro mundo, Halleck hará todo lo posible por conseguir que su
particular verdugo le revierta el mal.
Resulta interesante ver cómo en la novela
se aborda el tema de la justicia desde tres puntos de vista, los cuales
corresponden a los siguientes:
- Bajo la figura de Billy Halleck, se encuentra retratada la justicia occidental, la del “hombre blanco de ciudad” como le llaman despectivamente los gitanos. Una ley y un orden que se suponen responden a unas pautas justas, pero que están expuestas a los caprichos de quienes las representan y quienes se permiten cometer los atroces actos que deberían sancionar, en vez de ser sus artífices. Por todo esto, la novela expone la idea de que los poderosos son por lo general individuos corruptos o al menos débiles y no el derroche de virtudes que se supone deberían ser los representantes de la ley (juez y abogado respectivamente en el libro) y el orden (el jefe de policía amigo de Halleck).
- En el personaje de Taduz Lemke, quien maldice al abogado, se haya la noción de una justicia mucho más antigua que la de la sociedad contemporánea; por lo tanto está más cercana a la del Código de Hammurabi y el “Ojo por Ojo”, teniendo como consecuencia el derecho sagrado de la venganza por parte de las víctimas. Esta idea de justicia no es ciega como se supone es la que se defiende en los tribunales de nuestro mundo, si no que se amolda a cada caso y es por eso que cuando Lemke castiga a los culpables, a cada uno de ellos le otorga su propia maldición según sus propios méritos: a uno a desaparecer consumiéndose tras perder su propia apariencia de hombre opulento, a otro podrido tal como es su supuesto corazón enfermizo y a un último bajo la apariencia de un reptil humano, como el ser rastrero que demostraba ser. A su vez esta variante de la ley si bien es practicada por el hombre, conlleva un supuesto origen divino, por cuanto escapa al control del ser humano en general y sólo poseen su control individuos con cierta sabiduría como para ser depositarios de tales atributos (en otras palabras, los elegidos).
- Por último, el mafioso Richard Ginelli viene a representar una concepción más brutal de la justicia humana, algo así como una fuerza de la naturaleza destructiva que no se detiene ante nada cuando se lo propone. Es la justicia del criminal, del sádico y del loco, pero el cual pese a gozar ante el poder que le otorgan su poder y determinación, posee un marcado sentido del honor al que sigue y respeta (de modo que sigue ciertas reglas para actuar y hacer caer el peso de su fuerza sobre quienes corresponde).
“A la miseria le gusta la compañía”; todo porque éste es incapaz de
asumir por completo su papel dentro de los infortunios que se han producido
(teniendo en cuenta lo que él y su esposa estaban haciendo dentro del auto al
momento de atropellar a la gitana y la actitud cobarde de Halleck, su desapego
a la responsabilidad recuerda, guardando las proporciones claro, a cuando en el
texto del Génesis Adán le echa la culpa a Eva de llevarlo a cometer pecado,
puesto que en ambos casos es el hombre quien acusa de lascivia a la mujer y no
reconoce la suya propia).
Considerando lo que le ocurre al
protagonista, es importante tener en cuenta cómo esto además sirve para tratar
las problemáticas de la responsabilidad y la culpa. Por lo tanto, más que de asesinato, Billy es
culpable de abusar de su cargo y conexiones, para provecho propio y en desmedro
de quienes se supone debería defender: los inocentes. Cuando ocurre el infortunado accidente, algo
de responsable se siente; por consiguiente le llega la culpa primero como
cierto remordimiento y luego como pesadillas provocadas por su miedo ante la
fuerza superior de la que ha entrado en conocimiento, lo que le enseña que no
es nadie comparado con los que realmente están por sobre él. Es entonces que el abogado para no asumir por
completo sus responsabilidades, comienza a ver a su esposa como verdadero
origen de sus cuitas, puesto que como dice el dicho
La novela cuenta además con unos cuantos
diálogos en romané, el idioma de los gitanos, los que para otorgarle una mayor
atmósfera de misterio y misticismo, no son traducidos en el libro. Por otro lado la apariencia ominosa de Lemke
con su nariz macilenta, le otorga realce a su dimensión sobrenatural y
ambivalencia frente a si es o no un hombre malvado o sólo alguien diferente,
como el resto de su pueblo, siendo además quien hace justicia cuando ésta hace
falta (lo que lo convierte no sólo en un individuo extraordinario, si no que en
alguien alejado del resto, por lo que incluso para los suyos será visto como
alguien lejano, un hombre raro y temido por excelencia).
Por cierto, la novela se encuentra
dedicada a la esposa de su creador, si bien en este caso le llama Claudia Inez
Bachman (en vez de Tabitha King como bien se sabe es su nombre).
El final del libro es a su vez uno de los
mejores del autor, donde se muestra cómo el orgullo humano no es nada comparado
ante las fuerzas que están por sobre nuestra fragilidad humana; a su vez
muestra que la verdadera justicia al final siempre llega.
III- La película.
Afiche de la película. |
Mención aparte hace el soberbio maquillaje
bajo el trabajo del consagrado Greg Cannon, quien supo tanto mostrar los
terribles efectos de las maldiciones en los tres culpables, como en diseñar a
un Taduz Lemke más que convincente y mostrar de a poco la degradación física
del protagonista, partiendo por su obesidad mórbida, hasta mostrar sus máximas
consecuencias; también se muestran en el filme unos cuantos horribles cadáveres
y otros efectos de maquillaje soprendentes.
La música estuvo a cargo de Daniel Licht,
quien le supo otorgar preciosos acordes de corte étnico a su sugerente banda
sonora; siendo éste un músico especializado en aportar con su arte al cine de
terror de bajo presupuesto, con muy buenos resultados.
Stephen King hizo un gracioso cameo en el
largometraje, teniendo unos cuantos diálogos.
El mismo Tom Holland fue coguionista de la
adaptación y tan solo el año anterior a producir Thinner había filmado su
primera adaptación de una obra de King, eso sí, para la televisión, con Los
Langolieros. En el guión de Thinner
Holland y su compañero de trabajo, fueron bastante fieles a la novela
original, si bien fueron lo suficientemente inteligentes como para hacer sus
propios aportes, que lograron darle a la película un espíritu propio.
El aterrador Taduz Lemke de la versión cinematográfica. |
Lo que son las vueltas de la vida. Me explayo: la navidad del 2011 recibimos todos por parte de mi padre novelas de Stephen King. Todas, con la excepción de Rabia, fueron títulos bajo el seudónimo de Bachman. Irónicamente aquel apellido no me era ajeno en conocimiento, lo cual se relaciona a mi limitada pero apasionada trayectoria en videojuegos.
ResponderEliminarEntre mis favoritos se hallan las tres primeras entregas del ya conocido y hoy sobreexplotado "Silent Hill"; perteneciente al género de supervivencia al horror, fundado por el incluso más conocido "Resident Evil". Volviendo al caso: todas las calles del pueblo homónimo al juego son nombradas a partir de escritores que influenciaron tanto la trama como la atmósfera de la experiencia, siendo la calle principal el «Camino Bachman» y, como dato adicional al presente texto, otra de ellas es la «Calle Matheson».
No menos curioso invoqué los conocimientos de Google, los cuales me indicaron el origen de Bachman. Y yo, desconociendo los títulos bajo ese nombre a la fecha, recibí "Thinner"; mi primera novela EVER del autor.
Ávido por la tan renombrada experiencia kingueana, terminé engulliendo el libro en menos de tres días. Y debo admitir, Bachman... King es un maestro de la atmósfera. No solo por sus planteamientos (también admirables en "The Long Walk" y "The Running Man", los otros títulos que recibimos y que engullí con similar apetito) sino en el desarrollo de sus tramas.
La "Maldición", como lamentablemente adelanta el título, no comienza como tal. Sino va formándose como una lejana e inverosímil sospecha tanto en el protagonista como el lector; explorando la eliminación de razónes médicas, físicas y finalmente lógicas que van formando un progresivo horror hasta la segunda mitad del libro que correspondería a un largo clímax que culminaría con la castración del lector a través de la resolución. Una muy típica en King, al menos en sus obras como Bachman.
Y creo que es ese mi problema en específico con King. Hay un universo imperante, rico en detalles, "insights" sociales, tensiones y conflictos que en una situación hipotética son totalmente plausibles. En ese caso, yo como lector me entusiasmo mucho con sus premisas (a pesar de mi opinión sobre el autor) y no termino decepcionado, sino "castrado". Como obteniendo el más inusual de los desarrollos recibiendo el más clichés de los finales. Tal es el caso de "The Shinning", y la evidente forma en que el mismísimo Kubrik hace burla de eso en su adaptación y en el violento cambio que surge tanto en la atmósfera como en los personajes, más notablemente en el rol de Nicholson (y que como dato anexo, enfureció a King).
No creo que King sea un mal autor, para nada. Es creo uno de los autores más carismáticos de la historia reciente por la forma en como se relaciona con sus lectores, sus historias y sus mismísimos alter egos. En cabal, pienso que lo que ahce único y grande a King es la experiencia no de leerlo sino de vivirlo. Es él quien hace que leerlo y disfrutarlo sea parte de un club inintelegible que va desde sus cimientos como novelista hasta sus detalles como persona. En ése sentido es un hito reverenciable no a la historia de las novelas sino a la de los autores. Lo cual, en mi específico punto de vista, no lo hace necesariamente un autor que satisfaga mis ímpetus lectoriles o, más tajantemente, un autor perfecto. Pero, admito, que es tan relacionable como la energía que el autor del Cubil otorga a sus propias publicaciones. Algo digno de admirar.
Dios mío. Ese hombre es genial. Creo una especie de alter ego para publicarse a sí mismo... cualquiera diría que siendo quien es, no tendría problemas de lanzar el libro que quisiera!
ResponderEliminarY ademas, convierte la anécdota en tema para seguir escribiendo.
Bien decía Wilde, que la vida imita al arte, mucho mas que el arte a la vida=)
Qué precioso lo que escribes a raíz de mi humilde texto, que me emocionaste, pues me doy cuenta cómo nuestras experiencias nos unen y el disfrute de la obra de arte permite contemplar la belleza de esta misma. Una buena historia puede sobrecogernos, no sólo divertirnos. Has sido afortunado con el hecho de que fuese tu propio padre quien te llegara con el regalo sorpresa de tanto libro de King (en mi caso, yo fui quien pidió sus libros por primera vez, hace muchos años ya, al salir de segundo medio, como regalo de Navidad); lo que sí estoy seguro, es de que cada uno ha tenido una bella experiencia con el trabajo de este autor.
ResponderEliminarQuerida Damablanca, lo que dices es cierto y esto de Bachman es una de las tantas genialidades de "Esteban Rey".
ResponderEliminarCon este artículo se me aclaran algunas dudas. Los editores españoles publicaron muchas veces las novelas de Richard Bachman como obra de Stephen King, si acaso en reediciones como "Stephen King firmando como Richard Bachman". Cuando leí "La larga marcha" y "El perseguido" venían firmadas por King ¡y de Bachman no se hacía la mínima mención!. El caso es que al leerlas la sensación que tuve fue "Es extraño, no es el estilo habitual de Stephen King". Supongo que pensaron que los libros se venderían mucho mejor así.
ResponderEliminarElwin, ahora me he quedado con ganas de leer "Maleficio" porque el análisis que haces es muy sugerente. Espero que mis muy rudimentarias nociones de romanó me permitan entender esos diálogos que están sin traducir.
Pues me alegra, Tomás, de haberte aclarado algunas cosas respecto a esta interesante faceta de nuestro querido autor. Respecto a la novela misma, en realidad es altamente recomendable, lo mismo que su versión cinematográfica.
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