Frank Darabont ya poseía su propio
prestigio cuando en el 2007 estrenó su película The Mist, de la cual fue
además de director, guionista y productor.
Éste filme fue el cuarto suyo tras las cámaras, si bien ya había probado
suerte como guionista en filmes de
terror tales como Pesadilla en la Calle Elm 3, el remake de La Mancha Voraz, La
Mosca II y Mary Shelley´s Frankenstein; en cuanto a las obras dirigidas
por él mismo, la dos primeras están consideradas entre las mejores adaptaciones
para el cine del trabajo literario de Stephen King: The Shawshank Redemption (conocida
en español como Sueños de Fuga, Sueños de Libertad y Cadena
Perpetua) y The Green Mile (traducida por acá como Milagros Inesperados). No obstante las cintas recién mencionadas no
fueron las primeras adaptaciones de Darabont de un texto de King, si no que fue
a principios de los ochenta que aún estudiando cine, el futuro director y
guionista profesional, realizó un cortometraje basado en su cuento La
Dama de la Habitación, una historia bastante dramática y para nada de
terror; fue así como esta proeza le consiguió acaparar la atención de los
fanáticos del autor, de la crítica y del propio Stephen King (de quien luego se
convirtió en un gran amigo). Si bien
tras su elogiado debut con el cortometraje recién mencionado, el director y
guionista se dedicó a escribir para películas del género bastante efectivas, en
el caso de sus propias obras (incluyendo The Majestic que sólo tangencialmente
tiene relación con su escritor favorito, como más adelante se detallará acá),
estas correspondían a claros dramas y se alejaban de lo fantástico y de la
ciencia ficción; no obstante con todas ellas el artista sin duda logró
emocionar hasta las lágrimas a los espectadores. Empero al ser alguien que también gustaba de
las historias de horror y sangre convencionales, Darabont sentía desde hace
rato el impulso de filmar una de estas películas y resultaba más que obvio que
su primera incursión en esta temática como director, sería al alero del
mismísimo King (de quien contaba sin vacilación con sus bendiciones, para hacer
lo que quisiera con su trabajo).
Aparecida originalmente en la hoy clásica antología de terror Dark
Forces en 1980, The Mist fue recogida por su creador
para formar parte de su segunda colección de relatos personales, Skeleton
Crew, en 1983. The
Mist es una potente novela corta de alrededor de 100 páginas donde el
autor dio rienda suelta a su amor por las viejas películas de terror de monstruos
(gigantes la mayoría), muchas veces producto de las mutaciones provocadas por
la bomba atómica y sus consecuencias, los que se dispersan en medio de la
población y se comen vivas a sus víctimas.
Frank Darabont quiso homenajear esta misma idea de Stephen King,
pretendiendo filmar su nuevo largometraje en blanco y negro; no obstante el
resto de los productores encontraron demasiado “osada” su propuesta audiovisual
y debió estrenar el filme en color, aunque sí pudo sacar una versión para el
DVD y el blu-ray tal y como en un principio pretendía mostrar a su público.
El grupo de individuos que se haya protegido hasta cierto punto de los
monstruos, resulta ser bastante heterogéneo.
Todos estos, cual muestrario de la misma sociedad humana, responden a
distintos arquetipos mentales, que bien demuestran en la interacción entre sí,
cómo respondemos en masa al enfrentarnos a situaciones límites; de este modo se
pone al descubierto lo mejor y lo peor de nuestra propia naturaleza. Es así cómo a lo largo del par de días que
les toca pasar juntos, se darán a desarrollar situaciones de hondo dramatismo,
que demostrarán cómo cuando el ser humano pierde la seguridad de su vida
cotidiana, saca a relucir o bien al troglodita que subyace en su interior, o
bien al héroe latente dentro de sí. De
tal modo esta historia de terror, se constituye en una metáfora sobre la
inclinación humana por sus instintos más bajos, ante cualquier hecho que
signifique poner en peligro su cotidianeidad (además, estamos frente a un
relato de claras reminiscencias lovecrafnianas, debido a las características de
sus bestias que al parecer provienen de dimensiones infernales y que en su
mayoría apenas se logran vislumbrar en su monstruosidad).
Tal y cómo gusta a Stephen King en gran parte de su obra, la historia
tiene como a protagonistas a hombres, mujeres y niños comunes que se enfrentan
a lo extraordinario; de este modo en dicha obra nos encontramos con simples
obreros, profesores, ancianos, trabajadores, dueñas de casa y niños, quienes
responden como en la vida real a la irrupción de la eventualidad. Mención especial corresponde al protagonista,
un padre de familia pintor de profesión, protagonista típico de la obra de
King, cuya condición de hombre capaz de trabajar con la imaginación, le otorga
la virtud de sobrepasar lo racional para superar sus barreras y aceptar que la
verdad está por sobre lo que dicen los rígidos estamentos de la sociedad (en
otras palabras, solo los de mente amplia logran superar con dignidad algunas de
las más duras pruebas de la vida misma).
Y tal cómo muestra muy bien Darabont con su soberbio guión, por supuesto
tomado de las ideas centrales de Stephen King, las personas más insignificantes
a primera vista, pueden llegar a ser las más exitosas a la hora de luchar
contra la adversidad, sin importar su preparación intelectual o formal: todo
porque radica en la fuerza del espíritu y la voluntad la capacidad para
sobreponerse a la contingencia.
Respecto a lo abordado en el párrafo anterior, resulta interesante ver
el caso de dos personajes que destacan en la novela corta y la cinta, si bien
no lo hacen como ejemplos de lo mejor de nuestra especie: Tenemos por un lado
al abogado Brent Norton, un tipo con cierto poder y de personalidad rígida,
racionalista, soberbia y conflictiva, quien se niega a aceptar la realidad pese
a lo que los hechos demuestran; éste actúa con violencia cuando se le pide su
cooperación y lo único que hace es esperar a que la vida siga funcionando cómo acostumbra que sea,
sin que él tenga que hacer algún sacrificio para ello. En este sentido el sujeto responde al
estereotipo del hombre de ciencias obcecado, sin un ápice de espiritualidad y
cuya rigidez mental es su propia condenación. Demás está decir que la labor
actoral del afroamericano Andre Braugher, le otorga a su complejo personaje un
cariz humano, que logra provocar empatía por alguien que bien podría resultar odioso.
En contraposición a éste, aunque igualmente con un carácter negativo, se
encuentra la fanática religiosa fundamentalista de la Señora Carmody, verdadero
peligro para la cordura y la seguridad de quienes lo rodean; ésta en su afán de
ver los eventos como una demostración de que el Apocalipsis bíblico ha llegado,
provoca otro nudo de tensión en el grupo que se ha formado en el
supermercado. Por supuesto que la mujer
representa al dogmático religioso o en general ideológico que basa su vida en
el temor, el odio, la intolerancia y no en el amor y que con sus creencias
arrastra a las mentes más susceptibles a la perdición (personajes que como
Rasputín, Hitler y muchos más en la historia, han sacado provecho del pueblo en
los momentos de crisis espiritual). Ante
un personaje de estas características, el desempeño actoral de Marcia Gay
Harden, quien logra recrear con realce a uno de los mejores personajes locos de
la literatura de King, otorga con sus intervenciones algunos de los mejores
momentos del filme.
Una de las grandes escenas de "ataque monstruoso" de la película. |
Como hombre de fe y
grandes conocimientos religiosos, King apoya su texto con numerosas citas
bíblicas y referencias a la creencia en Dios, todas por parte de varios
personajes y no sólo de la boca de la ya nombrada Carmody; en el filme Darabont
hace uso de estos elementos para hacer calzar las referencias muy bien con los
hechos que muestra. Al respecto resulta
interesante cuando uno de los personajes, un “motokero”, como le llamamos en
Chile (motorista), de apariencia arisca y que al final resulta ser un hombre
valeroso y agradable, le refriega en su cara a la Carmody que él también cree
en Dios, pero en uno amoroso, no vengativo y cruel como ella sostiene. Por otro lado (y he aquí todo un spoiler dentro de este texto), cuando
otro de los grandes personajes de la historia (un “simple” cajero de
supermercado, quien tiene algunos de los mejores diálogos y monólogos en la
película, muy acertados en sus análisis psicológicos) mata a la fanática
religiosa, el director muestra esta escena como una verdadera ejecución salida
o bien de un pasaje de la biblia, o bien de un western; ideario donde el mal
(aquí por supuesto representado en la figura de la loca mujer) es destruido sin
vacilaciones por las fuerzas del bien (y les aseguro que hace aplaudir a más de
un espectador con este acontecimiento).
Continuando con el
análisis de los personajes de la historia, los militares que aparecen en ella,
quienes se suponen deberían proteger y liderar como nadie a los demás, en el
filme se muestran como inútiles y cobardes; por ende, las grandes decisiones y
acciones las toman aquellos de quienes menos se espera lo hagan.
Volviendo a los detalles
técnicos de la película, una vez más Frank Darabont demuestra su talento. Es así cómo acá realiza algunas de las
mejores tomas cinematográficas en las distintas escenas de su cinta, las que le
otorgan en su conjunto un efecto dramático que acentúa la calidad artística de
ésta: por ejemplo, cuando ubica la cámara de tal modo que podamos apreciar los
acontecimientos desde el punto de vista de un personaje o las pocas veces en que
hace uso de la cámara lenta. Con todo
esto, Darabont logra un mayor compromiso emocional del receptor con la historia
que nos está contando; lo mismo ocurre cuando ilustra en los primeros planos
del rostro de los personajes, el efecto que provocan en ellos los hechos que
están ocurriendo.
Ligado a lo de arriba, una
vez más Darabont logra reunir a un increíble reparto de grandes actores para
trabajar con ellos, muchos de ellos de su total confianza; dentro de estos se
encuentran Laurie Holden, Jeffrey DeMunn y William Sadler, quienes ya habían
laborado con éste y en el caso de los dos primeros, fueron llamados de nuevo
para su proyecto televisivo de The Walking Dead. Todas las actuaciones en el filme resultan
ser más que convincentes, destacando además de los ya mencionados Brauguer y la
Harden, el trabajo hecho por el protagonista Thomas Jane (segunda participación
suya en una obra para el cine de King, luego de Cazador de Sueños, siendo
que muchos de los otros actores de la cinta ya habían participado en otras
adaptaciones del trabajo del escritor), quien le otorga a su personaje una
humanidad que logra conmover como pocos al público y en especial en el
impactante desenlace de la película que da que hablar incluso hoy en día,
conclusión creada por el director y guionista que va más allá del final abierto
escrito por King (superándolo incluso, como ya lo hizo antes con Sueños
de Fuga); Jane es un actor versátil que ha logrado interpretar
personajes tan dispares entre sí, en numerosos géneros, demostrando no solo ser
uno de los actores más apuestos y sexys de Hollywood, si no que de los mejores
de su generación (y que no necesita salir por completo a torso desnudo para
acaparar la atención de la gente). Por
otro lado, cabe destacar al niño Nathan Gamble como el hijo del personaje
interpretado por Thomas Jane; el chico realiza un papel impresionante, logrando
ser convincente a tal punto de que uno llega a creer que en verdad el infante
está pasando por una crisis (tanto su
sonrisa, como su llanto, logran conmover al espectador).
Para ser una película de
bajo presupuesto (su director lo quiso así), tan “solo” 18 millones de dólares,
The
Mist demuestra que basta con un gran equipo artístico y técnico, para
llegar a entregar una verdadera obra de arte de la cinematografía. En este sentido una vez más vuelven a
maravillar los efectos especiales diseñados por KNB (Greg Nicotero y Howard
Berger con todo su equipo), responsables de este tipo de trabajo en varias
cintas famosas del género y series de televisión. Fue así cómo que para esta cinta diseñaron
algunas de las criaturas más aterradoras e impactantes del séptimo arte, las
que si bien poseían una que otra característica con animales reales (pulpos,
saltamontes, arañas y pterodáctilos, entre otros), fueron creados de tal forma
que en su conjunto se veían espeluznantes (como los bichos voladores y las arañas
con cabezas parecidas a cráneos humanos).
Algunos de estos seres se pudieron ver en el filme con nitidez, mientras
que otros para acentuar su aire grotesco, apenas pudieron vislumbrarse y aún
así lograban despertar más pavor que el resto en el público.
Mención especial merece
la música compuesta por el consagrado Mark Isham, quien comenzó su carrera
haciendo trabajos del estilo new age bastante hermosos; Isham luego se dedicó también
al cine, realizando bandas sonoras para todo tipo de películas, en diversos
estilos, alternando entre lo sinfónico, lo electrónico y lo coral. En el caso de este filme hizo unos pocos
temas, a los que puso más que significativos títulos como Tentáculos, Bichos
y Arañas. En cuanto al
tema musical del final de la cinta, justo en su intenso e inolvidable clímax,
corresponde a una ominosa, pero aún preciosa composición del dúo Dead can
Dance, con la bella voz de su integrante Lisa Gerard y titulado The
Host of Seraphin.
Como gusta hacer a su
creador, Frank Darabont, la película le hace unos cuantos homenajes al cine y a
Stephen King mismo en varios momentos.
Por ejemplo, al principio de la cinta se observa pintando un cuadro al
protagonista y éste resulta ser una hermosa ilustración de Rolando de Gilead,
personaje central de la saga de La Torre Oscura de King; a su vez el
rostro del Rolando retratado es claramente parecido al de Clint Eastwood, actor
y director en el cual el escritor se inspiró para crear a su héroe (Darabont ya
le había hecho un tributo a Rolando y a su saga de novelas en su filme The
Majestic, al hacer que los personajes vean un filme cuyo protagonista
heroico y con apariencia de pistolero, se llama nada menos que Rolando). Por otro lado en esta misma escena se ven
cuadros de la película española El Laberinto del Fauno y The
Thing (siendo que en otra escena se ve a un monstruo corriendo en
llamas tal como en la clásica película
de John Carpenter). En otro
momento, en el supermercado, se ve una estantería con libros de King. Por último, en la misma escena tributo a The
Thing hay un homenaje a Aliens cuando se ve cómo de un
moribundo salen numerosas criaturas de su cuerpo. Por último la farmacia donde se ven las
imágenes de los monstruos ya mencionadas acá, se llama La Farmacia de Stephen (el origen del nombre no puede quedar en
duda ¿No?).
La película logra asustar
a sus destinatarios y no sólo por sus monstruos, si no que por las mismas
situaciones límites en las que se encuentran sus protagonistas, donde muchas
veces el peligro viene de entre ellos mismos; a su vez resulta imposible no
quedar indiferentes frente al drama humano de los personajes, quienes se
encuentran tan bien caracterizados tanto en sus particulares psicologías, como
en especial por la dedicación de los actores a la hora de darles vida.
El genial director y guionista de esta joyita del cine de terror. |
Elwin, es sensación mía o los efectos especiales son tradicionales, es decir no generados por ordenador? Al menos en las fotos tienen un aspecto excelente.
ResponderEliminarEn verdad un presupuesto de 18 millones de dólares se puede considerar serie B para los USA (qué maravillas haría un cineasta español o chileno con ese dinero) pero no siempre por tener más presupuesto se hace mejor cine, y desde luego ésta parece una película más que interesante, y los efectos tradicionales tienen un encanto innegable. "La niebla" es una asignatura pendiente que tengo. Nos leemos.
Hola, Tomás, respecto a tu pregunta, efectivamente los monstruos del filme fueron creados usando la clásica técnica de la animatrónica (salvo en unas cuantas excepciones); también te puedo contar que para todas las criaturas alguien hizo sus respectivas esculturas, luego de diseñarlas.
ResponderEliminarMe gustó mucho el titulo que le pusiste por que creo que encapsula uno de los tópicos más importantes que quiere abordar el film. Como también se ha visto en otras obras incluso más apocalípticas que esta en situaciones desesperadas el hombre muestra sus verdaderos colores y puede sacar a relucir lo peor de él.
ResponderEliminarCreo que en la niebla se lleva muy bien a cabo el desarrollo de personajes y llega a ser un tanto complicado para el espectador definir quién tiene la razón (o quién es el "bueno") si bien el personaje principal tiene rasgos heroicos puede que sus juicios no sean los acertados (como queda claro al final de la película). La película presenta momentos donde los personajes deben lidiar con qué es más fuerte, su instinto de supervivencia o su miedo, nos muestra personajes con sus(como lo llaman en psicología) "mecanismos de defensa" intentan lidiar con la situación y así quizás involuntariamente llevando al grupo humano al conflicto. Esos momentos están muy bien llevados a cabo en la peli por lo cual se gana mi admiración. Mi escena favorita es como tu me comentaste alguna vez que ahí es donde finaliza la novela, es cuando aparece este monstruo gigante(evidentemente basado en el Cthulhu) donde los personajes toman conciencia de que la situación va más allá de su entendimiento. Respecto al final, es ... impactante y muy triste por lo que me gusta quedarme con la dualidad entre novela y película respecto a un final incierto y uno cerrado(?).
Saludos Elwin, gran texto como de costumbre.
Luciano, como siempre tus inteligentes comentarios me deslumbran y honran mi humilde blog, además me ayudas a apreciar de forma más completa aquello que me digno a analizar (por muy simplones que me puedan resultar mis apreciaciones). Me doy cuenta de que como tú y yo, mucha gente no deja de apreciar esta peli, que en mi particular caso es una de mis tres favoritas del género (por algo me la compré en dvd y después en blu-ray para por fin verla en blanco y negro).
ResponderEliminarQue maravillosa película y que excelente final, nuevamente felicitarte por tu tan detallada y excelente análisis de las películas y libros un abrazo gigante
ResponderEliminarGracias por apreciar lo que hago, querido amigo y qué bueno ames esta cinta como tu humilde servidor
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