martes, 17 de mayo de 2011

Buffy la Caza vampiros



    La intención de este artículo es la dar a conocer al lector una de las series de televisión de culto más populares, amadas u odiadas de los últimos años. A medida que se vayan desarrollando estas líneas, se hará un repaso y análisis a los orígenes de la serie misma, como de su particular universo (ya tan bien delineado en el presente como lo puede ser el de Star Trek o X-Files, por nombrar otros casos similares), sus personajes más destacados, hitos y un repaso a cada temporada de las siete que comprenden este show.
    Espero aclarar algunas dudas con este texto acerca de ella y motivar a ver algo que a mi parecer está lleno de virtudes e incluso valores pocas veces vistos en series de este tipo.

El origen de la serie y su responsable.

    Resulta más que un dato curioso saber que un programa como Buffy, la Cazavampiros (tal y como es conocido en su doblaje al español) sea una serie que nació a partir de una muy mala película de 1992, aunque producida por la prestigiosa Twentieth Century Fox. La trama de este film es bastante sencilla, si bien da ya algunas de las innovaciones argumentales que caracterizan a su sucesor televisivo. Buffy es una joven estudiante de la típica secundaria estadounidense que vive junto a su familia en la ciudad de Los Ángeles; allí es una chica popular y porrista de su colegio, con una vida normal, hasta que comienza a sufrir extraños y violentos sueños relacionados con tiempos pasados y vampiros. La situación comienza a empeorar cuando llega un antiquísimo vampiro, quién sabe que Buffy es descendiente de una legendaria casta de mujeres cazadoras responsables de matar a estas criaturas y de velar por el resto de los seres humanos. Buffy hasta el momento no sabe la verdad, pero de ello se encarga un extraño hombre quién le dice que será el encargado de enseñarle a usar sus poderes y a tomar su destino; éste es su Guardián, el que por siglos ha velado por hacer que una nueva Cazadora tome el lugar de la anterior.
     Las conexiones hasta el momento entre esta película y la serie en cuestión son evidentes, sin embargo hay serias diferencias entre ambas. Por un lado el filme es bastante irrisorio y muchas veces apenas se toma en serio; la cuota de intenso dramatismo que toma muchas veces la serie no está presente, por lo que no es más que un producto comercial, algo para pasar el rato sin mayores reflexiones. Como dato curioso, se puede agregar que en la película actuaron tanto artistas ya consagrados en la época como Rutger Hauer y Donald Sutherland, como también actores principiantes en esa época y que en la actualidad tienen su mérito propio, tal como lo es Luke Perry (uno de los protagonistas de la recordada serie Beverly Hills 90210 y varias películas) y Hilary Swank (ganadora del Oscar y varios premios por su interpretación en Boys Don´t Cry). Kristy Swanson hizo de Buffy aquí.
    La película fue un desastre tanto en taquilla como de crítica. El guión había sido hecho por un joven Joss Whedon, quien venía de una familia de famosos guionistas de TV. Joss Whedon había trabajado antes escribiendo capítulos para la comedia Roseanne y posteriormente fue nominado a un Premio Oscar por su trabajo para Toy Story, como también fue guionista de Alien Resurrection, en la que mostró su faceta más oscura y pavorosa. Pasaron cinco años, hasta que Whedon logró convencer a la Warner Brothers para hacer una serie juvenil que combinara varios elementos (terror, aventuras, fantasía, drama juvenil, un porcentaje de erotismo, etc.), basado o inspirada en la película de 1992. Pocos fueron los que creyeron en este proyecto (“¿Cómo era posible que hicieran una serie de un filme tan malo?” se preguntaron muchos, incluido yo).
    Pero el joven emprendedor tenía una carta bajo la manga, puesto que había desarrollado su idea lo suficiente como para comenzar a delinear una trama mucho más compleja y rica de lo esperada. A manera de prueba, se estrenó en 1997 una primera temporada de sólo 12 capítulos; eso así, tal como se acostumbra hacer en USA, se hizo primero un capítulo piloto visto sólo por los ejecutivos del canal y luego dado el visto bueno, se creó uno nuevo para el público masivo (lamentablemente quiénes compramos la primera temporada en DVD aún esperamos que venga como bonus en uno de los siguientes packs de la serie). Una vez comprobado el éxito, las siguientes temporadas fueron de 22 capítulos, hasta su cancelación en la séptima; en todo caso, la serie no terminó por baja audiencia, sino por cansancio de su ahora famosa protagonista, Sarah Michell Gellar (hoy actriz de culto para los entendidos en el tema), pese a los deseos de muchos de extender la serie. Demás está decir que el nombre Buffy se constituyó en toda una franquicia, de la que han salido no sólo figuritas y merchandising varios, pues además encontramos un montón de historietas y novelas, encontrándose estas últimas aún inéditas en la lengua nuestra.

El argumento central de Buffy.

    La serie parte siguiendo algo los acontecimientos de su filme homónimo, si bien no es una real continuación de éste. Buffy Summers es una adolescente que se traslada con su madre recientemente separada al supuestamente apacible pueblito de Sunnydale; a olvidar los tormentosos recuerdos de su pasado y a comenzar una nueva vida lejos de los vampiros y de su responsabilidad como Cazadora. La muchacha aún no puede conciliar su responsabilidad en el incendio que provocó en el gimnasio del colegio donde antiguamente estudiaba, medida que tomó para deshacerse de la plaga de vampiros que asolaba la zona. Con sentimientos de culpa y vergüenza por su “anormalidad”, llega Buffy Summers sin saber que en realidad ha “saltado de la sartén para caer al fuego”, puesto que Sunnydale es en realidad la llamada “Boca del Infierno”, un lugar en el que operan fuerzas místicas y demoníacas y que resulta ser un centro magnético para todo tipo de males.
    En su nueva escuela, Buffy Summers se encuentra con Rupert Giles, el bibliotecario; éste es en realidad su nuevo Vigilante, quien la apadrinará y hará asumir de una vez por todas su papel como defensora del bien frente a las fuerzas del mal. Poco a poco la protagonista irá formando un grupo de amigos que en torno a ella llegarán hasta el límite de sus fuerzas por defender la humanidad, algunos de ellos humanos y otros no; pacificadores con poderes y otros simples pero heroicos mortales. Todas estas personas harán mucho más soportable la soledad inicial de Buffy, quien también conocerá el amor en más de una ocasión, como también los sentimientos de pérdida y desdicha correspondientes.
    El personaje de Buffy Summers se puede catalogar en cierta forma como el de una superheroína, puesto que es alguien que lucha por la justicia al amparo de los más débiles, a costa de su sacrificio personal e incluso del de los suyos, frente a peligrosos y despiadados enemigos. Sin embargo hasta aquí llega la comparación, puesto que la serie más bien es una fábula acerca de la madurez, el significado de lo que realmente significa empezar paso a paso a hacerse adulto y tomar responsabilidades. A diferencia de muchos ejemplos del llamado superhéroe, aquí el personaje principal no usa un traje hecho exclusivamente para sus batallas y nos hacemos testigos de su vida cotidiana, tanto en sus victorias anónimas como en sus fracasos. La increíble humanidad con la que se nos van presentando sus numerosos e inolvidables personajes es tal, que resulta fácil identificarse con ellos, más aún si el televidente es joven al igual que estos. La serie tiene de todo: hay llanto, risas, emoción, adrenalina pura y otros ingredientes. Las actuaciones son tan geniales e inspiradas que, sumado al gran trabajo de producción, le han significado numeroso premios tanto de televisión como de la crítica especializada (dentro del género horror, galardones que ha compartido junto a Stephen King).
    En el transcurso del show, Buffy se irá enfrentando no sólo a vampiros, sino que también a todo tipo de demonios y espíritus malignos. Según las leyes del universo de ficción delineado en este programa, anteriormente a la Humanidad, el planeta estuvo bajo el dominio de estas malévolas criaturas, pero las fuerzas del bien lograron superarlas, de modo que en el presente a los monstruos no les queda otra que “convivir” con los humanos en una especie de bajo mundo de los que sólo algunos hombres y mujeres saben que existe. En cuanto a los vampiros, la verdad es que no existen “vampiros buenos” (pese a lo que se pueda creer al considerar a Angel y Spike), pero sí existen demonios bondadosos, ya que más bien son diversas razas, las que de un modo corresponden a numerosas culturas con sus propias tradiciones, creencias e idiosincrasias.
    Lo que sucede en el caso de los vampiros es que uno no se convierte en vampiro cuando es atacado por uno de estos; lo que sí sucede, es que la persona mortal muere, con ello desaparece su alma y un demonio toma posesión del cuerpo vacío, adquiriendo sus recuerdos y su personalidad; bueno, y en el caso de Angel y Spike, estos en el transcurso de sus “no-vidas” recuperaron sus almas, razón por la cual pudieron dejar el camino del mal.
   Algo que también caracteriza a Buffy, la Cazavampiros es que cada una de las siete temporadas que la componen, enfrenta a Buffy y a los suyos a una Némesis en concreto, la que toma el antagonismo principal durante ese año. Estos cada vez son más poderosos y su fin es nada menos que el de provocar el Apocalipsis, complicada tarea para resolver. A medida que el tiempo vaya transcurriendo, la vida de Buffy y los demás irá sufriendo grandes cambios, los que se irán detallando en el apartado de este artículo dedicado a las temporadas mismas.

El círculo social en torno a Buffy.

Joyce Summers (interpretada por Kristinne Sutherland): Es la madre de Buffy. Se podría decir que esta mujer separada e independiente (administra una tienda de antigüedades que posee), es la madre ideal. Afectuosa, comprensiva, tolerante y amplia de mente, llega a aceptar el particular destino de su hija, siendo junto con Rupert Giles uno de los pilares morales de Buffy.
    Joyce se separó de su marido luego de los problemas que provocaron en el matrimonio de ambos los incidentes en los que estuvo involucrada su hija cuando vivían en Los Ángeles. Si bien al principio tuvo una resistencia contra el estilo de vida de Buffy, no le fue difícil aceptar la realidad de verse involucrada en eventos de corte sobrenatural; llegando ya a considerar, por ejemplo, la relación amorosa entre su hija y un vampiro (Angel) como algo normal.
    Este personaje, hasta su muerte en el transcurso de la quinta temporada, se transforma también en la figura materna para otros como Willow, Tara, Xander y hasta Faith, puesto que al parecer sólo Buffy posee una madre tan genial como la propia Joyce, con lo que al producirse su pérdida, todo el mundo llega a sufrir profundamente (incluso el espectador, que ya ha llevado largos cinco años conociéndola y hasta encariñándose con un ser de ficción). Como dato adicional, el fallecimiento de Joyce Summers no se produce por la intervención de fuerzas oscuras, sino que su debilitamiento se va dando como algo natural, situación que recalca la honda humanidad que en la serie le dan a los dramas cotidianos de los protagonistas. El capítulo de la muerte de la madre de Buffy, es realmente memorable y uno de los más dolorosos de sus casi 150 que la componen.

Dawn Summers (Michelle Trachtenberg): Uno de los personajes más singulares de la serie e incluso queridos, pese a su introducción a ella recién en la quinta temporada. Dawn ingresa al mundo de Buffy y su entorno como la hermana menor suya, como si siempre hubiese estado presente, y los típicos problemas entre hermanos de distinta edad en todo momento se hubiesen dado; obviamente el espectador sabe que esto no es posible, y que de alguna manera la “tierna” hermanita es alguna especie de extraño, pese a que se puede estar casi seguro de que no es alguien malvado. Empero, Buffy misma comienza a darse cuenta de que su hermana no es quién realmente parece ser y llega a la verdad. Lo que sucede con Dawn, es que dentro de ella, a manera inconciente, se esconde un gran poder conocido como La Llave, un portal mágico capaz de fragmentar las distintas realidades y mezclarlas; unos monjes que durante eras la han custodiado para que no caiga en malas manos, decidieron convertirla en humana y modificar los recuerdos de Buffy y los suyos, para que la Cazadora la protegiese y por ende, el mundo estuviera más a resguardo. Una vez que todo el mundo, incluso la misma Dawn, se entera de la identidad de la hermanita, la aceptan sin mayores problemas entre su grupo.

Rupert Giles (Anthony Stewart Head): El llamado “Vigilante” de Buffy. Este maduro y paternal hombre con grandes conocimientos de magia y todo lo relacionado con el mundo místico, pertenece a una antiquísima organización conocida como “El Consejo”. El Consejo se encarga, entre otras cosas, de atender los asuntos relacionados con las Cazadoras y de ser un apoyo para estas; su sede se encuentra en Inglaterra, patria de Giles.
    Al principio, Giles oficia de bibliotecario en el colegio donde estudian Buffy y sus amigos; pero luego del incendio que desbasta el edificio, decide poner una tienda de magia que se constituye en el lugar de reunión ideal para Buffy y sus aliados.
    Giles se encuentra ligado emocionalmente a Buffy y al resto con mucha fuerza, puesto que es un hombre solitario y se observa cómo su vida aburrida de bibliotecario cambia cuando se encuentra con la Cazadora. Sólo se le ha conocido una pareja estable en la serie, sólo una mujer de quién ha estado enamorado: la difunta profesora Jenny Calendar, personaje que salió durante las dos primeras temporadas. Con posterioridad sólo tuvo flirteos esporádicos.
    Unos últimos datos sobre este Vigilante: durante su juventud estuvo en actividades non sanctas, relacionadas con Magia Negra, en las que se ganó un archienemigo, Ethan. Su carácter es afable y a veces demasiado sobrio y formal (como supuestamente es todo inglés).Sin embargo, a veces, puede ser muy duro a extremos que llegan a sorprender (tal y como se muestra al término de la sexta temporada, cosa que mejor lo descubras por tu cuenta).

Alexander “Xander” Harris (Nicholas Brendan): El mejor amigo de Buffy. Su personalidad es bastante especial. Por un lado es el nerd de la serie, pese a su apariencia de galán, puesto que no destaca por su inteligencia, pero sí por su gran corazón, candidez y lealtad. Tanto Xander como Willow estaban destinados a ser amigos de Buffy.
    Cuando Xander ve a Buffy por primera vez, se enamora de ella, pero luego se involucra con Cordelia y entre medio tiene un romance con su mejor amiga, Willow (quien durante mucho tiempo estuvo enamorada en secreto de él). Más tarde, al final de la tercera temporada, se liga a la ex demonio de venganza Anya, la que se convierte en la mujer de su vida.
    Lo que le falta de inteligencia a Xander, como decía, le sobra en otras virtudes. Es el primero del grupo en convertirse en alguien independiente económicamente y sin vacilar deja todo por ayudar a sus amigos, sacrificándose en más de una ocasión por esto.

Willow Rosenberg (Alyson Hannigan): La mejor amiga de Buffy y además el, quizás, personaje más complejo de toda la serie, debido a la gran evolución que sufrió en el transcurso de esta. Cuando Buffy llega a Sunnydale, Willow es toda una nerd, se viste pésimo, es torpe y es la hazmerreír de todo el colegio. Poco a poco la confianza irá dándose en ella e incluso después de Buffy, se transforma en uno de los personajes más poderosos de la serie.
    En la segunda temporada comienza a manifestar interés por la magia, la que poco a poco irá dominando, hasta llegar a un extremo en que se convierte en una dependiente suya con lo que más de un dolor de cabeza traerá a sus seres queridos. A su vez, en esta temporada empieza un romance con Oz, quien se une luego al grupo. Con posterioridad ,luego de ser abandonada por su novio debido a los problemas de licantropía que sufría Oz, Willow conoce a Tara en un grupo universitario de magia; es entonces cuando para sorpresa de todos, Willow se va dando cuenta poco a poco que le trae emocional y sexualmente su nueva amiga, con quien iniciará un romance hasta la violenta muerte de Tara. No obstante, Willow volverá a encontrar el amor en el transcurso de la séptima temporada.
    En cuanto al lesbianismo de un personaje tan importante como es Willow, este se toma como algo muy natural, sin producir mayores conflictos para el resto de los personajes, ni la misma Willow, la que asume su condición homosexual con tranquilidad. Por otro lado, la serie tampoco se convierte en un medio para el discurso pro-gay, más bien presenta un tema que últimamente ha estado muy presente en la realidad de USA, reflejándose en los medios audiovisuales a modo de destape y aceptación de esta realidad. En todo caso, Willow fue uno de los primeros personajes abiertamente gays, y no de corte irrisorio, que comenzó a inundar las pantallas catódicas estadounidenses.

Cordelia Chase (Charisma Carpenter): Hija de una familia acaudalada, luego en bancarrota, esta bella chica parte como una joven díscola, egoísta, ambiciosa y frívola totalmente opuesta a Buffy y su nuevo grupo de amigos; sin embargo, en la medida que va pasando el tiempo, Cordi (como le llaman sus cercanos) se irá involucrando con los que antiguamente despreciaba, hasta formar parte de este especial equipo e incluso tener un romance con Xander.
    Cordelia es la sofisticada de la serie, práctica y materialista, por lo menos durante su estadía en Sunnydale, ya que luego se va a vivir a Los Ángeles, donde se reencuentra con Ángel; una vez allí, Cordi empieza a cambiar tanto como sucede con Willow durante el transcurso del resto de las temporadas de Buffy (puesto que Cordelia se transforma en personaje de la propia serie de Ángel y no vuelve más a su pueblo natal).
    En la tercera temporada, Cordelia inicia un affaire con Wesley Windam-Price, el entonces principiante y despistado nuevo Vigilante de Buffy mandado por el Consejo. Poco tiempo después ambos se reencontrarán en Los Ángeles, luchando codo a codo con Ángel.
    Mientras le duran los aires de diva a Cordelia durante su adolescencia, pese a toda su actitud arrogante, siempre mantiene una actitud valiente y de gran persistencia, lo que le permite luego convertirse en la gran mujer que más adelante será, con Ángel y su propio equipo.


Ángel (David Boreanaz): El primer gran amor de Buffy es un vampiro de más de dos siglos y que fue durante largo tiempo uno de los más despiadados vampiros. Pero una maldición gitana debido a la cruel muerte que él mismo le provocó a una niña, le devolvió su alma, con lo que ahora Ángel atormentado por sus numerosos pecados hace lo posible por redimirse.
    Si bien en la primera temporada Ángel fue uno de los principales aliados de Buffy contra el Maestro, durante el desarrollo de la segunda será un feroz contrincante; esto porque la otra parte de la maldición lanzada contra él le volvía a quitar el alma si alcanzaba un momento de felicidad absoluta, con lo cual si había conseguido algo de familiaridad e intimidad con alguien, lo iba a perder lastimando a sus seres queridos una vez regresada su parte maligna: Angelus. En esta temporada encuentra ese momento y pierde todo hasta que su ex novia se ve obligada a mandarlo a una dimensión infernal para evitar que Angelus destruya el mundo. Luego en el transcurso de la tercera temporada, Ángel logra regresar y recuperar la confianza de sus seres queridos, pero luego, se da cuenta que lo mejor que puede hacer es seguir su cruzada por el bien sin Buffy, a quien su compañía no le conviene.

Spike (James Marsters): El tercer amor de Buffy y el último conocido hasta la fecha. Cuando humano, Spike era un joven dulce y pacífico, propenso hacia las emociones más nobles y amante de las artes; una vez vampirizado, se convirtió en el “Sangriento Willy”, responsable nada menos que de la muerte de dos Cazadoras. Spike llega a Sunnydale con la idea de romper su record, pero una vez al saber que esto le será imposible, decide quedarse en la Boca del Infierno para hacerle la vida imposible a Buffy.
    Luego de su derrota final al término de la segunda temporada, Spike deja durante un tiempo el pueblo de Sunnydale, para regresar unos meses después a la siguiente temporada, irse nuevamente y por fin quedarse como habitante regular al comenzar la cuarta temporada. Es durante este cuarto año que Spike se verá obligado a llevar un chip en la cabeza, injertado por la organización paramilitar de “La Iniciativa”, que lo tendrá castrado psicológica y físicamente para hacer el mal. Luego esta situación lo irá modificándose a tal punto que, sin darse cuenta él mismo y de una forma bastante progresiva, irá acercándose al bien hasta llegar a recuperar su propia alma. Esta situación hará que su trabajo mano a mano con Buffy lo haga comenzar a sentir primero afecto y admiración por ésta y luego amor; por su parte, Buffy también tendrá sentimientos encontrados por el nuevo Spike, una vez que sea testigo de las grandes hazañas y loables gestos del ahora heroico Spike.

Riley Finn (Marc Blucas): El olvidado segundo amor de Buffy. La Cazadora lo conoció al principio de su primer año en la universidad (cuarta temporada). Riley pertenecía a una organización militar ultrasecreta que se dedicaba a investigar y experimentar con los “subterráneos” (tal y como ellos les llamaban a todo tipo de demonios y criaturas sobrenaturales) que recibía el nombre de “La Iniciativa”. La relación de la pareja iba bastante bien, hasta que el joven miliciano perdió sus poderes de superfuerza, por lo que empezó a sentirse disminuido al lado de su novia. Entonces fue cuando sucumbió a una especie de dependencia a las mordidas de vampiros, ejecutada por un grupo de estos seres que mantenía algo así como un culto de humanos que les proporcionaba sangre a cambio del placer y abandono que les provocaban las mordidas (unas de las cosas más sórdidas y extrañas de la serie). Una vez que Riley recupera la fe en sí mismo, decide abandonar Sunnydale y por consiguiente a su amada. Casi un año más tarde, en la sexta temporada, Riley vuelve junto a su esposa, luego de haber reiniciado una esplendorosa carrera en la Iniciativa.

“Oz” (Seth Green): El primer y único novio de Willow. Joven músico que desde la segunda temporada anduvo detrás de ésta, hasta que ambos lograron vencer la timidez e iniciaron una relación que les duró hasta mediados de la cuarta temporada. El gran secreto de este muchacho era su licantropía, la que poco a poco fue incapaz de dominar, con lo que opta por irse en un viaje a tierras exóticas en busca del conocimiento para controlar su bestia interior. Posteriormente en la misma temporada regresa para recuperar su amor, pero debe irse “con la cola entre las piernas” cuando él por su propia cuenta se da cuenta de que ahora Willow tiene su corazón en otra persona. Como dato adicional, Seth Green dirigió varios capítulos de la serie, desde principios de esta.

Tara Machlay (Amber Benson): Es la dulce y pacífica primera novia de Willow; su muerte fue tan dolorosa y dramática como las de la profesora Jenny o Joyce Summers (entre otros personajes); sin embargo, las circunstancias violentas en las que se dio este fallecimiento, produjeron una serie de hechos realmente sorprendentes para la serie. Tara también era bruja, aunque ni siquiera su poder llegaba asomarse al de su amada.

Anya Emerson (Emma Caulfield): La pareja de Xander había sido durante muchos siglos una mujer demonio que invocada por alguna fémina deseosa de venganza, se encargaba de castigar al hombre que hubiese atormentado a ésta. Hizo su aparición por primera vez en la tercera temporada y casi hacia finales de ésta, ya condenada a la mortalidad nuevamente, empieza una relación con el mejor amigo de Buffy, originado en un principio sólo en el placer y atracción sexual. Sin embargo, a medida que el tiempo transcurría, la ex demonio fue redescubriendo su humanidad perdida y con ello ganándose el afecto y confianza de Xander y los demás. Anya y Xander llegan a enamorarse y vivir juntos. Sus conocimientos sobre el mundo sobrenatural la convierten en una gran aliada para Buffy. El desarrollo del personaje a lo largo de las cuatro temporadas en que permanece es también increíble, pues parte como una mujer fría y calculadora, luego se va transformando en alguien que si bien mantiene su carácter práctico y su apego a los bienes materiales, es capaz de sacrificarse sin mayores problemas como lo demostrará posteriormente.

Faith (Elisa Dushku): Es la Otra Cazadora. Durante la segunda temporada apareció la primera Cazadora paralela a Buffy, la que compartió unas cuantas batallas a Buffy, hasta su triste final a manos de Angelus; pero fue esta tercera Cazadora, la que casi llegó a “quitarle la película” a nuestra querida protagonista. Faith llega a Sunnydale para practicar junto a Buffy. Sin embargo su actitud algo huraña, y bastante violenta como además anarquista, comienzan a provocarle problemas con Buffy, hacia quien tiene sentimientos encontrados. Si bien no se trata de una chica malvada, durante una buena parte de su vida pasa por una etapa oscura al caer bajo la influencia del malévolo alcalde de Sunnydayle, Richard Wilkins, con quien en todo caso mantiene un lazo afectivo paternal. En la cuarta temporada, Faith regresa al pueblo a vengarse de su ex amiga en un formidable capítulo doble que luego tendrá su continuación y culminación en la serie de Ángel. Los eventos vividos por esta atormentada Cazadora la harán recapacitar acerca de su destino y papel en el mundo, de modo que luego de expiar sus culpas, se convierte en una de las mejores aliadas de Buffy durante su combate final contra el mal en la última temporada de la serie; y lo mejor, que Faith logra encontrar el amor y la paz que durante tanto tiempo le fueron esquivos.

    Estos son los principales aliados de Buffy, al menos los más importantes o los que destacaron más en la serie, habiendo otros, que por razones de extensión, no detallo.

Las temporadas.

Primera temporada: Obviamente no es la mejor de las siete, quizás incluso lo más débil. Sin embargo se puede considerar que fue debido a ésta que la serie se ganó su lugar dentro de las llamadas series de culto. Sirve como introducción al mundo de las Cazadoras, como además para delinear el carácter de los personajes y la relación entre estos; aunque lo mejor de todo, es su genial desenlace con una Buffy al borde de la muerte. La némesis de Buffy aquí será nada menos que el rey de los vampiros, conocido aquí como el Maestro, quien durante largo tiempo estuvo durmiendo bajo unas catacumbas en la Boca del Infierno, luego de una derrota que lo había condenado a esta suerte. Pero si bien el Maestro había despertado, no podía salir de la celda mística en la que se encontraba, razón por la cual hace todo lo posible junto a sus secuaces por encontrar la solución a su problema…hasta que lo logra.
    Como dato curioso, en la primera escena de su primer capítulo, sale nada menos que Darla, la vampiresa responsable de la conversión de Ángel, quien muere a manos de éste durante el transcurso de esta primera temporada, pero que luego resucitada, traerá grandes complicaciones a éste en Los Ángeles (eventos que se desarrollan en la serie Ángel).

Segunda temporada: A mi parecer esta es la mejor temporada, luego de las dos últimas, debido a las implicancias que tienen para la serie los eventos que se desarrollan; además que el dramatismo de estos sucesos, llega a ser conmovedor y por otro lado, al ser desde ahora en adelante temporadas de 22 capítulos, los conflictos logran ser mucho mejor desarrollados.
    Es durante este año que hace su aparición Spike, quien llega como un vil vampiro a Sunnydale, acompañado por su enigmática y sádica novia, Drusilla. Ambos son los peores enemigos a los que se enfrentará Buffy, pues si bien los dos son incapaces de salir victoriosos por su propia cuenta, las ardides que tramarán le complicarán bastante la vida a Buffy; luego, cuando Ángel vuelve a ser Angelus, Spike y Drusilla encontrarán un formidable aliado que inclinará mejor la balanza hacia su lado.
    Algunos de los hitos importantes de esta inolvidable temporada son la cruel transformación de Ángel en Angelus, con los correspondientes crímenes de los que este será capaz de realizar (la violencia en esta temporada llega a límites inesperados si se la compara con la anterior); los flashbacks que mostrarán el pasado de Ángel, muy bien realizados y que se convertirán en un elemento destacable dentro del desarrollo de este personaje y su posterior serie propia. También la aparición del antiguo compañero de andanzas de Giles será bastante recordada, gracias a los dos capítulos en los que interviene acá y sus siguientes apariciones que ayudarán a delinear mejor al Vigilante de Buffy. Bueno, no se pueden olvidar tampoco el desarrollo de las relaciones amorosas entre distintos personajes que aquí se darán.

Tercera temporada: Es el último año de escolaridad de Buffy y de sus amigos. Durante el transcurso de la temporada anterior, algo se estuvo viendo que se traía entre manos el director del colegio en el que estudiaban estos, especialmente en relación a la poca simpatía que les tenía. Bueno, resulta que el director Snyder estaba confabulando en conjunto con el alcalde Wilkins, para quien trabajaba el primero. Este hombre de la política tenía un gran objetivo: convertirse en demonio, por lo que la Cazadora era un problema para el desarrollo de sus siniestros planes de poder. La astucia de Wilkins, lo hace enemistar a Buffy con Faith, a quien manipula hasta provocar una gran confrontación entre ambas y que hará que Buffy llegue a tomar una drástica decisión contra Faith al término de la temporada. En todo caso, de todos los “grandes malvados” a los que se enfrenta Buffy, el Alcalde es lejos el más débil y menos carismáticos de todos, siendo en todo caso Faith la que realmente llega a destacar como personaje "malvado", tanto más  por su belleza como singular personalidad.
    Aparte de lo mencionado antes acerca de esta temporada, cabe destacar un muy poético capítulo de Navidad, que da muchas pistas acerca del tormentoso amor entre Buffy y Ángel y su condenación al fracaso (capítulo en el que regresa Spike). Además es en esta temporada en que Joyce Summers se entera por fin quién es realmente su hija y le ofrece su incondicional apoyo.

Cuarta temporada: El primer año de la vida universitaria de Buffy y Willow. Aquí ambas se van a vivir en uno de esos típicos alojamientos para estudiantes y allí, en medio del ambiente universitario, se encuentran con la ya nombrada Iniciativa, la que anda detrás de ultrasecretos experimentos con demonios. El proyecto más ambicioso de esta oscura facción militar, es Adam, un ser híbrido que mezcla tecnología de punta con la magia de partes demoníacas e incluso restos humanos. Es entonces que Adam se descontrola y como la Iniciativa es incapaz de solucionar sus asuntos, la Cazadora se ve obligada a intervenir. Entre medio, suceden numerosas cosas que irán teniendo su gran repercusión a futuro, como la aparición de Riley y el regreso de Spike, también el descubrimiento del lesbianismo de Willow.
    Existe en esta temporada un capítulo llamado Superstar, que en verdad es de antología; comienza con una modificación de los créditos de comienzo del capítulo, en los que aparece como uno de los personajes principales, Jonathan, quien había sido un mero nerd que hacía de sólo comparsa en las temporadas anteriores y que apenas tenía diálogo en sus pasadas intervenciones. El capítulo muestra lo que sucede cuando Jonathan, aburrido de su existencia inútil, realiza un hechizo con lo cual crea una realidad alternativa en la que él se transforma en un personaje tan importante que hasta la Cazadora le pide ayuda y consejo. A su vez, esta temporada tiene el primer “crossover” entre esta serie y la de Angel, el cual en todo caso no es tan bueno como el de la siguiente temporada. El último capítulo de la temporada, también entrega un importante aporte al presentarnos a la Primera Cazadora, prehistórica joven africana que volverá a aparecer en las siguientes temporadas.

Quinta temporada: A medida que van avanzando las temporadas, estas se van poniendo mejores y superando a las anteriores. Ésta comienza con el esperado enfrentamiento de la Cazadora contra Drácula, capítulo que termina de forma muy curiosa al llegar Buffy a un hogar donde ahora tiene una hermana menor quinceañera. La modificación de la realidad a la que ya había hecho acotación, en la que hace ingreso a la pantalla Dawn, acrecentará el dramatismo cuando nada menos que una diosa infernal comienza a buscar a la Llave que ahora es la hermana de Buffy. Lo increíble es que esta diosa tiene una faceta más humana y bondadosa, un supuesto médico joven que es algo así como su alter ego.
    Aparte de lo ya mencionado acerca de esta temporada, es aquí cuando Giles crea su “Caja mágica”, tienda que luego queda a manos de Anya. Por otro lado, vuelve a aparecer Ethan Rayne, la Némesis del Vigilante de Buffy y Spike asume que está enamorándose de su antigua enemiga. También, hace su ingreso a la serie Warren, el gran malo de la siguiente temporada, quien aquí aún no ha sido corrompido por el mal y todavía es un nerd más.

Sexta temporada: Esta empieza con la increíble resurrección de Buffy, a manos de sus amigos, quien había muerto (por segunda vez, la anterior había sido a manos de el Maestro) tras su batalla final con Glory. Este comienzo de temporada, siendo que en realidad es recién en el segundo capítulo que la Cazadora vuelve de la muerte, es a mi opinión el mejor inicio de las siete que forman la serie, pues tiene harto suspenso, acción y dramatismo.
    En los siguientes capítulos, reaparecen Jonathan, Warren y un nuevo personaje, Andrew, los que formaran un disímil grupo que hará cualquier cosa por conseguir el control del mundo. Lo que en un momento parece una jugarreta de tres estúpidos e inadaptados tipos, se volverá de a poco en una lucha que irá tomando un cariz cada vez más insufrible, puesto que en realidad Warren tiene planes más egoístas y malignos que sus compañeros, los que más bien toman como un juego sus travesuras. Es fácil confundirse y preguntarse quién es realmente la gran Némesis de Buffy en este sexto año, pero la respuesta es sencilla: es este equipo compuesto por Jonathan, Andrew y Warren, siendo este último el cabecilla de todo. Cuando su planes se desbancan, Warren intenta matar a Buffy, pero para mala suerte de todos, quien resulta ser herida de muerte es Tara, que muere frente a los ojos de su amada Willow. El dolor y la rabia en la joven y poderosa bruja es tan grande, que pierde la cordura y se convierte en la “Willow oscura”, la que en su búsqueda de los culpables, es capaz de destruir el mundo, por lo que Buffy se ve obligada enfrentarse a muerte a su mejor amiga.
    Había afirmado antes que las dos últimas temporadas son lejos las mejores, pero a mi parecer, ésta es muy superior a la séptima, debido a todo lo que pasa en ella y las numerosas sorpresas que nos depara. Por un lado tenemos el conflicto que se da entre una Buffy llena de sentimientos encontrados hacia lo que se está dando entre ella y Spike, puesto que a la Cazadora le avergüenza estar enamorándose de un ex asesino serial como lo es su nuevo amor; por otro, nos encontramos con el dilema de Willow y su cada vez más creciente dependencia a la magia, pues ahora no logra evitar usarla por cualquier cosa, situación que comienza a deteriorar su relación con Tara.
    Incluyendo lo ya mencionado con anticipación, la sexto temporada posee dos grandes capítulos de verdadero lujo, siendo uno de ellos toda una curiosidad y el otro, uno de los más fuertes, impactantes y dramáticos de toda la serie. El primero se llama Once More, With feeling y es el famoso “musical” de Buffy, un bizarro episodio todo cantado y con coreografías, cuya génesis está en un hechizo provocado por un demonio que desea desposar a Dawn. El otro capítulo, es Normal Again, en el que se postula que quizás todo lo que ha pasado y vivido Buffy sea la alucinación de una joven psicótica; al final, una atormentada Buffy debe optar por una realidad u otra, haciendo una de sus más difíciles decisiones: o escoge regresar con sus padres (recuerden que estos estaban separados y Joyce llevaba ya más de un año muerta) o rechazarlos y continuar con su destino de Cazadora. Lo que en verdad pasa en este capítulo es mejor descubrirlo por uno mismo.
    En esta temporada también Giles deja Sunnydale para irse a vivir a su país natal, por lo que sólo aparecerá de vez en cuando en estas dos últimas temporadas.

Séptima temporada: Resulta imposible olvidar un comienzo de temporada tan potente como éste; al final del primer episodio, un esquizofrénico Spike se encuentra frente a un gran misterio, un ser que se le aparece tomando la forma de cada una de las grandes Némesis de Buffy, desde el Maestro, su antigua novia Drusilla, el Alcalde Richard Wilkins, Adam, Glory y Warren. Es así, como poco a poco Buffy, los suyos y el espectador mismo se va dando cuenta que a medida que se va desarrollando esta última temporada, el gran contrincante será nada menos que el Primero: es decir, la esencia del mal y responsable de todo lo maligno que haya existido jamás.
    Éste será obviamente el más formidable oponente de Buffy, quien si bien no tiene forma corporal, usará todo su ingenio perverso para atormentar a la Cazadora y al resto al atacarlos desde sus más grandes debilidades. El Primero se valdrá de varios medios más para lograr sus objetivos y para esto recurrirá a más de una criatura demoníaca poderosa.
    Aparte de la aparición de El Primero, se agrega el regreso de Jonathan y Andrew, quienes harán lo posible por redimirse y se involucrarán bastante en los acontecimientos relacionados con el Primero; por primera vez, y tal vez última, actuarán como héroes. La supuesta homosexualidad de Andrew, además, aquí se hace más evidente.
    Como esta última batalla de Buffy y su grupo de aliados es lejos la más cruenta y peligrosa, la Cazadora se ve en la tarea de adoctrinar a todo un grupo de potenciales Cazadoras, formando un pequeño ejército. A su vez, regresa Faith, quien será de gran ayuda para lograr la victoria.
    El final es apoteósico y no contaré nada acerca de él. Lo único que voy a decir al respecto es que depara más de una gran sorpresa, alegrías y también penas pues muere un importante personaje en la serie.

    Largo me ha salido este artículo; espero haber cumplido con mi objetivo y no haber pecado de tedioso, ni de quitarle expectación al nuevo y curioso seguidor tras haber dado tanto dato. Hay que recordar que paralelamente al desarrollo de esta serie, desde la cuarta temporada se iba generando la dedicada a Ángel y que lamentablemente este año tiene su fin, llegando a sólo cinco temporadas. En una próxima ocasión, dedicaré un espacio a esta serie.

Un amigo imaginario

                        
     Un amigo imaginario es una amistad que nos inventamos para no sentirnos solos, durante pequeños, en los momentos en los que nuestros compañeros reales no pueden estar a nuestro lado. Un amigo imaginario es parte de la creencia infantil de que la magia existe y de que todo es posible. Es un secreto que por lo general no compartimos con nadie, pues de segur nadie nos creerá, ya que los únicos que podemos ver a esa persona especial somos nosotros.
    Cuando era niño, recuerdo, tuve durante un tiempo un amigo imaginario. Un compañero de curso algo mitómano que tenía, me había convencido de que él disfrutaba de la amistad de varios fantasmas y todo tipo de seres algo fantásticos (entre ellos el supuesto espíritu de un pescado).
    En ese tiempo íbamos en segundo básico y nuestras edades fluctuaban entre los nueve y diez años, así que la verosimilitud de las fantasías no era algo muy rigurosa que digamos. Es así como entusiasmado de las improbables aventuras de mi condiscípulo con sus increíbles fraternidades, le pedí que me "prestara" a uno de sus tantos amigos. De este modo me encontré con la suerte de tener a mi lado a alguien del Más allá: por muy tétrico que suene, mi nuevo camarada había sido un niño, que no sé cuándo, había muerto y ahora disfrutaba de los placeres de no verse obligado a la esclavitud de la materia, por lo que en el presente nada le era imposible.
    Al poco tiempo de conocer a este amigo imaginario (cuyo nombre no recuerdo), me olvidé de él y se fue. Nunca lo extrañé, pues era bien fome el tipo, y apenas hablaba.
    Hoy en día tengo un nuevo amigo imaginario, aunque él en realidad existe. Su nombre es Stephen King.
    ¿Cómo es posible sentir afecto por alguien que no te conoce, pero igual considerarlo cercano a ti? Supongo que de la misma forma del modo en que creas tus amistades "normales", luego de un determinado tiempo de convivencia y de compartir unas cuantas experiencias unificadoras.
   Comencé leyendo a Stephen King cuando tenía diecisiete años de edad, luego de haber sabido por ahí que él era el "Rey del terror" y que algunas de las cuantas buenas películas de terror que me gustaron estaban basadas en sus obras. Para la Navidad de 1992 pedí a mis papás que me regalaran algunos de sus libros (en casa era el único adicto a la literatura) y así fue como durante esa memorable fecha llegaron a mis manos La Zona Muerta, El Umbral de la Noche, Los Ojos del Dragón e It.
    Al igual que muchos fanáticos de King, lo primero que leí suyo fue este último libro, que por cierto es el único que he releído y que de todos los libros de esa ocasión era el único en edición de lujo y tapa dura (mi papá gastó sólo por él un precio increíble para texto, además de que me lo trajo un 26 de diciembre durante el cual, aquí, en Santiago de Chile, extrañamente llovió, pese a ser verano).
    Entonces conocí "el verdadero significado del terror" (parece la publicidad de un film del género), al saber de las salvajadas de Pennywise y de las penurias del "club de los perdedores". Poco a poco fui queriendo más y más de este autor a quien recién estaba conociendo, así que dediqué gran parte de mis ahorros a adquirir nuevos libros de Stephen King, sin dejar de aprovechar los siguientes cumpleaños y Navidades para pedir que me compraran más libros suyos.
    Stephen King no sólo me dio unos cuantos sustos, también me transportó como pocos a unas cuantas fantasías que hoy en día han formado parte de más íntimo mundo interior. En la medida de que iba aventurándome en sus escritos, no sólo me estaba entreteniendo, pues igualmente sin darme cuenta, fui admirando a este autor y con el tiempo llegué a quererlo.
   Desde chico me ensañaron a ser agradecido con las personas, así que no podía dejar de estar a gusto con todo lo que me había dado esa persona que desde los EE.UU. escribía tales maravillas y que gente de todo el mundo podía disfrutar tanto.
    Una vez leí no sé dónde que "leemos para saber que no estamos solos". A mí por mi parte, nunca me faltaron amigos, pero era increíble cómo al leer a gente como Stephen King me daba cuenta de que había otros, como yo, con quienes compartía más de una visión de mundo, más de una opinión.
    Cuando uno se encuentra con una personalidad que le interesa, quiere no sólo tener acceso a todo lo que ha hecho, también quiere saber sobre su vida: saber quién es, cómo vive y qué más hace. De este modo busqué información sobre Stephen King; leí unas cuantas entrevistas y reportajes sobre él y así mi interés fue saciado, en parte, claro.
    En el presente tengo 27 años y me he leído casi todo lo que ha escrito Stephen King. Sin querer me convertí en un pequeño "experto" suyo. Demás está decir que es mi escritor preferido.
    Hace poco más de un año, un amigo mío, también fanático de este autor, me habló de la revista electrónica INSOMNIA, por lo que no aguanté las ganas e inmediatamente bajé el número de ese mes (el que "devoré" con devoción). Cuando me enteré de que los números anteriores de igual maneras estaban a disposición de los lectores, me los bajé todos. Desde entonces mes a mes, tal cual si fuera un rito, espero que salga una nueva edición, para leerla de inmediato.
    Gracias a esta revista he tenido a mi acceso información valiosa que, lo más seguro, en ninguna otra parte encontraría, o que al menos sería muy difícil de conseguir, como algunos ensayos de Stephen King y unas cuantas entrevistas a su persona.
    A lo largo de todos estos años he hecho parte de mi vida no sólo estos libros que tanto he disfrutado, sino que de igual manera aquellos detalles y sucesos de mi escritor favorito de los cuales me he enterado: me he emocionado de la famosa historia de cómo fue posible que publicara su primer libro (Carrie) y de los difíciles que fueron sus primeros años hasta convertirse en la personalidad que es hoy en día. He sufrido con las numerosas veces en que King ha afirmado retirarse de la publicación y me preocupé bastante cuando pasó lo de su accidente. Cada uno de sus triunfos, cada una de sus anécdotas y apariciones en películas, me han hecho feliz como si en verdad él supiera que en este lado del mundo hay alguien que comparte y le importa lo que le sucede.
    Sin embargo pienso que en el fondo de su corazón, tiene claro que tras este largo tiempo de estar escribiendo, de regalarnos sus fantasías y de convertirse quiera o no en una personalidad pública, se ha creado entre sus lectores y él una estrecha y "anónima" amistad. Después de todo es mentira eso de que un escritor escribe sólo para sí mismo, pues nada lo hace más feliz que saber su obra no ha caído en saco roto.

Robert McCammon

                                                        

   Para el lector que desconoce la obra de este escritor norteamericano de novelas de terror, la primera experiencia resulta realmente gratificante: conocer a un narrador capaz de crear historias cargadas de gran emotividad, en medio de atmósferas siniestras, intrigantes y mágicas.   Por otra parte, para el lector que ya ha paladeado el gusto de sus obras y se encuentra entre las manos con un libro más de McCammon, la nueva lectura resulta una confirmación de que se está frente a uno de los autores más singulares y brillantes de las últimas décadas en el género.
    Robert McCammon, a quien injustamente se le ha tildado de “Copia de Stephen King” y a lo que él mismo se ha referido en entrevistas, como también se ha comentado acerca de él entre aquellos que apenas conocen su obra, nació un 17 de julio de 1952, en Birmingham, Alabama.  Esto es el Sur de USA, lugar donde transcurren la mayoría de sus novelas y cuentos, zona llena de leyendas, lo que muy bien plasma en sus escritos.
    No es un autor muy prolífico, puesto que saca un libro luego de un buen tiempo. Incluso en 1992 se dio un paréntesis y no volvió a publicar nada más hasta diez años después. Volvió con el primer tomo una saga de misterio histórico con elementos fantásticos, primera vez en su vida que realiza una serie de libros.
    Pese a lo que se esperaría en un escritor de su calidad y éxito, apenas se le ha adaptado a otras expresiones artísticas, sin haber una película para el cine, televisión o dvd basada en su obra; sin embargo sí existe una muy buena adaptación de su cuento Rondadores Nocturnos, para la versión ochentera de La Dimensión Desconocida.
    Hasta la fecha, el autor lleva publicados 16 libros, incluyendo una soberbia antología de cuentos, que posee a su haber dos novelas cortas, llamándose el libro Mundo Azul; este volumen fue ganador del prestigioso Premio Mundial de Fantasía en 1990 y nominado al también importante Premio Bram Stoker.  El resto de sus cuentos, está diseminado a lo largo de diversas antologías junto a otros autores. 
    Pero a su vez McCammon ha obtenido otros galardones por varias de sus obras, siendo la más celebrada de ellas, la novela semiautobográfica Boys´s Life y que en español se conoció con dos nombres según la editorial que lo publicó: Zephyr, Alabama  en Atlántida y Muerte al Alba, por ediciones B.   Lo mejor de la edición de Atlántida, es que lo publicó con la portada original, y en el caso de la edición española, lo sacó en tapa dura.
    Si tuviéramos que hacer un análisis en sí de la obra completa de McCammon en pocas palabras, podría afirmar que la literatura de este autor posee un grado de intimidad, tanto en sus personajes como en las situaciones que retrata, muy similar a lo que escribe Ray Bradbury.   Los protagonistas de sus libros poseen una humanidad, una sensibilidad tal, que los hace entrañables.   Acostumbra a tener entre los personajes principales a niños, con lo que aborda el tópico de la inocencia de la infancia, contra lo impuro del mal.  Por otro lado, destaca mucho en sus protagonistas todo lo heroico, otorgándoles una gran capacidad de autosacrificio.  Esto último le otorga a sus escritos una calidad cuasi religiosa, muy propia de autores cristianos y en especial católicos, donde los temas del perdón, el libre albedrío, la redención y el sacrificio abundan.  A su vez, tanto novelas como cuentos suyos, no presentan mayor carga sexual, si bien pueden llegar a poseer descripciones muy gráficas en cuanto a la violencia y truculencia en las secuencias de terror.  Los malvados de McCammon, a diferencia de los de Stephen King y otros autores, no son ambivalentes, ni poseen alguna cuota de humanidad, muy por el contrario, son malos con M mayúscula, puesto que cargan con el papel de representar una maldad diabólica que bien debe ser eliminada en sus páginas; por ende, en sus obras no hay piedad contra los malos, y la lucha entre el bien y el mal se torna una empresa épica, de carácter bíblico (pues el mal debe ser eliminado de raíz y sin vacilar). 
    En suma: Robert McCammon puede causar tanto expectación, como pavor y hasta emoción en el lector con facilidad, de una página a otra.
    A continuación, reseñaré algunos de sus libros, haciendo los comentarios de rigor y al final nombraré algunos más, dando unos pocos datos al respecto.
                        

Sed de Sangre, They Thirst (1981).

    Novela sobre vampiros del Viejo Mundo, ambientada en Estados Unidos, más bien en un escenario hollywoodense.  Un viejo y poderoso vampiro decide trasladarse con castillo y todo para hacer de las suyas y la epidemia de criaturas de la noche comienza a crecer en su nuevo territorio.  Un grupo de personas, entre ellos un policía que cuando niño vivió en Hungría el acoso de los vampiros, un sacerdote y un niño, entre otras personas, deben unirse para enfrentarse al Príncipe Conrad Vulkan. 
    La novela es bastante sangrienta y los vampiros son espantosos, verdaderos demonios y no esas criaturas edulcoradas de Stephany Meyer.  Por un lado, resulta interesante la forma de cómo McCammon aborda el tema de la responsabilidad y el enfrentamiento a los propios miedos en cada uno de los héroes, en especial en el personaje de capitán Andy Palatisyn, quien escapó con su familia y luego de años se reencuentra con la misma maldad a la que quiso olvidar.
    Recomendable como todas las obras de su autor y el final, la forma de cómo derrotan a los vampiros, es soberbia.

                                                          
La Muerte de Usher, Usher´s Passing (1984).

   Esta joyita ganó un premio menor y está considerada como un verdadero homenaje a Edgar Allan Poe, de ahí el título del libro y su trama.
   La acción comienza con un memorable Prólogo, donde nada menos que el mismísimo Poe es el protagonista.   Según el libro, Poe no se inventó los fabulosos eventos de su famoso cuento La caída de la Casa de Usher, si no que conocía en realidad a esta nefasta familia.  Es así como luego de publicar su relato, en una taberna, se encuentra con el patriarca de esta familia, con quien tiene una charla muy interesante.  Luego la trama principal se traslada al presente en el momento en que fue escrita la novela.  Entonces se nos cuenta la patética vida de uno de los últimos descendientes de esta estirpe, familia que a lo largo de los años ha estado involucrada en una serie de eventos siniestros y se mantiene con la venta de armas.  Es así como Rix Usher, apenas se siente cómodo con su herencia y poco a poco comienza a descubrir la verdad acerca de los suyos; en el camino hacia esta revelación, y su posterior redención, se verá acompañado por una hermosa reportera y, no podía faltar, un valeroso niño.
   Aparte de la atmósfera gótica del libro, uno de los mejores elementos que posee esta novela, corresponde a los diversos flash backs que hacen mención al pasado de la familia Usher, como también a los momentos donde Rix sufre de sus “ataques”.  Entre medio de la novela, hay monstruo incluido y hasta canibalismo.

                                                
La Hora de Lobo, The Wolf´s Hour (1989).

    Novela sobre licantropía con ribetes históricos, ambientada en plena Segunda Guerra Mundial, en Rusia, Francia, Alemania y el resto de Europa.  Esta obra es otra de las tantas novelas de McCammon que fueron nominadas al Premio Bram Stoker y que lamentablemente no ganó.  El libro a su vez comparte elementos propios de las novelas de espías, ya que su protagonista es uno de ellos, de origen ruso, que lucha contra los nazis y además posee la particularidad de ser un hombre lobo.  Usa su poder para luchar contra el mal y tiene pleno dominio de él.
    A lo largo de sus páginas, se nos cuentan también y de forma muy nostálgica, los orígenes de Michael Gallatin, el protagonista, quien formaba parte de una antigua tribu de licántropos.
   El libro está lleno de acción y aventura, pasando más allá de una mera novela de terror.  Los momentos en que Gallatin lucha contra sus enemigos nazis están muy bien descritos y bien ameritan una adaptación cinematográfica.

                                                     

Mundo Azul, Blue World (1990).

    Su única colección de relatos hasta la fecha.  Compuesto de trece narraciones, entre las que se encuentran todo tipo de historias, desde terror puro y sobrenatural, hasta relatos llenos de aventura y nostalgia, incluyendo psicópatas entre medio; también hay espacio para relatos maravillosos y ciencia ficción apocalíptica.
   Vale decir a su vez que en la introducción que hace el escritor a su obra, hace la siguiente dedicación: "...a Stephen King y a Peter Straub, por marcar el ritmo y dejar su impronta humeante en el pavimento".  Resulta admirable que este autor, a quien varias veces se le ha cargado el injusto título de clon de Stephen King, reconozca así, tan gráficamente, en sus pares contemporáneos, su influencia literaria.
   En esta antología personal, cada cuento es una pequeña obra maestra, si bien quisiera mencionar y destacar, aparte del terrorífico Rondadores Nocturnos que ya mencioné arriba, tres de las narraciones contenidas en este volumen:
   1° La novela corta La Noche llama al halcón verde, todo un homenaje a las antiguas seriales de matinée de los cines de primera mitad del siglo XX.  En esta emotiva historia, un viejo actor de estos filmes baratos, se ve obligado a usar de nuevo su traje para ir detrás de un asesino psicópata.  Su protagonista, es el típico héroe mccammiano (me permitiré inventar este adjetivo en honor al escritor), que debe sobrepasar sus debilidades para un mal que en un principio es superior a sus propias fuerzas. 
   2° La también novela corta, bastante extensa y que le da título al volumen: Mundo Azul.  Entre medio de tanta historia de corte sobrenatural en el mismo libro, Mundo Azul, así como la narración mencionada más arriba, demuestran que McCammon muy bien se maneja en retratar el horror del mundo real, como a la hora de crear fantasías sobrenaturales.  Aquí un joven y guapo sacerdote católico, cruza su camino con una hermosa actriz porno, quien es acosada por un psicópata.  Se da así una atracción platónica entre ambos y a lo largo de la historia uno se pregunta si el cura va a traicionar o no su voto de castidad; sin embargo, la relación que se da entre ambos resulta tan humana, tan cordial, que el personaje de la actriz resulta ser alguien bastante digno y McCammon escapa al fetiche barato del morbo que otro escritor ocuparía.  Esta novela corta resulta ser bastante memorable y pese a lo que a simple vista pareciera, llena de valores morales, que hoy en día se agradecen en una historia actual (y más en una colección de cuentos de terror).
    3° Algo pasó por aquí.   Un espantoso cuento acerca de un muy particular fin del mundo o al menos, del mundo tal y como lo conocemos.  A su vez en sus páginas, McCammon se permite rendir tributo a un montón de escritores de terror y ciencia ficción, entre los que no podían faltar Poe, Lovecraft, Bradbury… ¡Y Stephen King! El cuento mezcla ciencia ficción y terror y logra tanto espantar, como emocionar.  Y una reflexión respecto a su desenlace: ¿Puede un final aterrador ser a la vez algo “bonito”?
                                         

Mary Terror, Mine (1990). 

    Otra obra que le significó a su creador recibir otro Premio Bram Stoker.  Está considerada, junto con la novela reseñada arriba, como una de sus mejores producciones.  No es para nada una obra de carácter sobrenatural, si no que más bien se enmarca dentro del Thriller de psicópatas.  Trata sobre una desequilibrada mujer que formó parte de una red de terroristas y que rapta a un bebé recién nacido, de modo que a lo largo de la novela, nos encontramos con una historia de huida y persecución.
   A simple vista, esta podría parecer una de las obras menos interesantes de su autor, sin embargo tanto por la complejidad de su trama y la forma de cómo McCammon trata a los personajes de este libro (la vitalidad y humanidad con los que los insufla), es tal que el libro va más allá de un “psicotriller” o relato de aventuras y suspenso.  
    Por ejemplo, un punto que resulta significativo tener en cuenta a la hora de apreciar esta novela, es su verdadero título, Mine (“Mío” en inglés), donde el título responde a tres ámbitos:
1° El deseo de la ex terrorista y psicópata de Mary Terror de tener un hijo propio, lo que la lleva a raptarse a un recién nacido, por lo que en su locura lo considerará de su poder; entonces Mary Terror hará cualquier cosa por no dejar de ser madre.   Esto desencadena la tragedia y el resto de los eventos que impulsan el libro.  Es un deseo de posesión tan fuerte, que irrumpe en las vidas de los demás.
2° El derecho de la verdadera madre que ha sido mancillado con el rapto, quien luchará por recuperar a “su” hijo.  De este modo entre ambas mujeres se da una lucha sin cuartel, llevándolas muchas veces a un ritmo salvaje que le da al libro algunos de los mejores momentos de la obra de su autor.
3° La venganza personal de una de las antiguas víctimas de Mary Terror,y sobreviviente a su furia, quien considera suyo el derecho a matar a la mujer.
   De este modo, en los tres aspectos existe una idea, una concepción de lo que es “mío” y de nadie más, que se convierte en el elemento que impulsa a la obra y a actuar a estas tres fuerzas en conflicto.
   Aparte de su comienzo que para muchos estómagos y ánimos puede resultar impactante, el libro posee otras virtudes que cabe mencionar.  Entre ellas está todo el proceso emocional por el que pasan sus personajes: por un lado tenemos a Laura Clayborne, la madre que sufre el rapto de su hijo, quien pasa de ser una mujer frívola, a una valiente mujer capaz de superar sus propias debilidades y convertirse en una verdadera Némesis para la fuerza de la naturaleza que es la propia Mary Terror.   A su vez la misma Mary Terror es una “mala” que trasciende los cánones de los antagonistas puramente viles de McCammon, para convertirse en una mujer atormentada por su propia locura, con una visión muy particular del mundo, pero sin perder su lado más humano.  Existe además una tercera protagonista, una ex compañera de andanzas de Mary Terror, quien hace su aparición ya cerca de la mitad del libro y que se convierte en un personaje inolvidable: Bedelia Morse en un ser que a diferencia de su antigua compinche de armas, sufre por su pasado criminal y lo que hace el autor con ella, tanto como con Mary Terror, para representar mejor las marcas que dejan en una persona una vida llena de violencia, es algo soberbio; ambas mujeres fueron hermosas en su juventud, pero ahora más viejas y con un montón de muertos inocentes a sus cuestas, una de ellas se ha transformado físicamente en la bestia que se escondía tras su hermosura, mientras que la otra por opción propia lleva en su carne el horror y el dolor que significa haber sido juez y verdugo.   De este modo McCammon juega con la idea de que la apariencia externa es fiel reflejo de nuestra interioridad. 
   Al repasar este libro, me doy cuenta de que nunca una obra de McCammno ha dejado de sorprenderme y es que este escritor se maneja muy bien entre el terror sobrenatural y el terror de corte realista, donde nos sumerge en los horrores de la verdadera violencia.

                                                     
Zephyr, Alabama, Boy´s Life (1991).  

    Ganó merecidamente los premios Mundial de Fantasía y el Bram Stoker, sin ser precisamente una novela de terror, aunque con sus ingredientes.  Esta es una obra de iniciación, una historia de esas que como El Vino del Estío de Bradbury y también El Cuerpo o Corazones en la Atlántida de nuestro querido King, trata acerca de los últimos años de la infancia y el lento, pero seguro camino a la madurez y la adultez. 
   Es la historia de Cory Mackenson, un niño que una mañana junto a su padre, es testigo de un horroroso accidente que luego se descubre ser parte de un crimen.  El hecho marcará su vida, y en especial la de su padre, quienes verán cómo su plácido mundo comienza a ser contaminado por lo sobrenatural.  Pero no sólo es una historia de fantasmas y violencia, también es el retrato de una bella comunidad sureña de los Estados Unidos de los sesenta, donde la magia, la belleza, la intolerancia, el perdón, la inocencia y la violencia se conjugan para ser parte de la vida de un niño (he ahí el sentido del título original de la novela) que comienza a crecer y a conocer el mundo real.  El libro está lleno de momentos inolvidables para la memoria; hay de todo: sustos, intriga, humor, llanto y lo más sincero del libro: un inmenso amor hacia la humanidad, un desfile de lo mejor que puede haber en cada uno de nosotros.  Por otro lado, y para los fanáticos de la ciencia ficción, se encuentra cargado de alusiones a películas y personajes del género en aquella época.
   A mi parecer, uno de los libros que más agradezco haber leído en mi vida.  

Otras obras de Robert McCammon.

El Canto del Cisne, Swan Song (1987).  Ganadora del Premio Mundial de Fantasía y el Bram Stoker, le permitió a su autor estar por primera vez en la lista de best sellers  del New York Times.   En pocas palabras, es una novela apocalíptica, que para bien o para mal la comparan con The Stand de King.

El Buque de la Noche, The Nigth Boat (1980).  Una de sus primeras novelas y en las que McCammon realiza una obra propia de una película de serie B, con zombies, suspenso y gore.   El Buque de la muerte es un submarino alemán hundido en aguas caribeñas y que esconde un espantoso secreto.
 
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