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domingo, 12 de marzo de 2017

Mi pésame por Bill Paxton.

Bill Paxton en 2014, un hombre ya maduro sin perder su glamour.
      El 27 de febrero del presente año me encontraba a un día de terminar mis vacaciones de verano (de dos meses completos de duración), cuando murió otro de esos artistas con los que uno se ha criado a lo largo de su vida como cinéfilo: Bill Paxton.  Como no veo televisión (menos noticias que son para puro llenarse de malas vibras), ni escucho radio y menos leo el diario, me vine a enterar de su deceso gracias a los “guasaps” que me mandaron dos amigos, Cecilia Navia y Miguel Acevedo (el mismo que siempre me avisa de este tipo de acontecimientos, el muy Cuervo de la Tormenta)…¡Y pensar que tan solo a principios de enero, durante mi estadía en la playa, me había vuelto a ver de nuevo por fin, ahora como adulto, Near Dark (1987) donde Paxton aparece! Solo tenía 61 años cuando le llegó la muerte, y bastante bien que se veía cuando intervino hace pocos años atrás haciendo de villano en la primera temporada de Agentes de S.H.I.E.L.D. en el 2014; todavía bastante regio a esa edad, parecía imposible que nos dejara tan pronto.
       El comienzo del nuevo año escolar y otros compromisos, me mantuvieron alejado de este homenaje mío a quien tantas satisfacciones nos dio y tan solo ahora puedo permitirme escribirle unas líneas.
       No me voy a referir a su filmografía completa, que es bastante extensa y que por supuesto no la conozco al revés y al derecho; pues hizo bastantes filmes para la pantalla grande, como con su incursión en la televisión, que conozco aún menos.  En todo caso alguien como él era obvio que iba a acaparar mi atención a tan temprana edad, ya que bien se podría decir que tuvo preferencia por los filmes de género (ciencia ficción, terror y fantasía), participando en varios títulos de renombre, como también en otros que si bien eran de temática más “realista”, no dejaban de ser de mi gusto (como Titanic por ejemplo).
       De presencia masculina y un cuerpo de 1.80 metros que lo hacía verse imponente, además de un rostro agraciado (aunque no en el sentido de “carilindo” como un Tom Cruise o un Brad Pitt), Bill Paxton poseía una presencia que sin dudas la habría querido para mí.  Pero mucho más allá de su varonil presencia, estaba su talento histriónico que le permitió realizar distintos papeles, sorteando con soltura las varias temáticas que abordó entre los papeles más dramáticos y los que le requirieron que sacara a flote su lado más cómico; como héroe, galán, villano y héroe de acción, siempre se desempeñó con soltura.  Ante su facilidad para realizar todo tipo de roles con verosimilitud, fue nominado a varios premios, algunos de los que ganó.
        La verdad es que me es imposible traer a la memoria tantos títulos suyos, que muy bien sé que estuvo en filmes famosos y que en su momento vi con muchas ganas, pero que luego nunca me los repetí o si lo hice fue hace demasiado tiempo atrás, como para que me haya quedado fija en la mente su participación: Comando (1985), Depredador 2 (1990), Boxing Helena (1993), Tombstone (1993), Mentiras Verdaderas (1994), Apollo 13 (1995), Tornado (1996) y Al Filo del Mañana (2014).  Como ya dije, su carrera fue bastante prodigiosa y no sé tanto de ella como quisiera, no obstante hay unos cuantos de sus trabajos que para mí son muy queridos y a los que me referiré a continuación.
        No tenía ni siquiera mi primera década de vida, cuando supe de Alien (1979), el seminal filme de Ridley Scott que ha dado para una soberbia saga cinematográfica, la cual está pronto a estrenar una nueva entrega (¡Por fin!) de la mano de su mismo director original.  Cuando por fin pude ver esta cinta en la tele, un domingo en la noche como se acostumbraba a hacer en los ochenta, con estos estrenos bastante atrasados y además cortados un montón,  quedé eufórico. Tiempo después (ignoro cuánto habrá pasado), le tocó a Aliens (1986) ser exhibida en la pantalla chica chilena…Y uno de sus llamativos personajes fue justamente encarnado por Paxton, quien acá hizo de un militar y/o mercenario de pocas luces aunque valiente y simpático, que se enfrentaba a estos monstruos espaciales.  Como fanático de esta serie de cintas, me la he repetido un montón de veces, más todavía cuando su realizador James Carmeron lanzó su “Corte del Director”, que incluye media hora de metraje no visto hasta entonces.  Convertido ya en un “veterano en este mundo”, reconocer al Bill Paxton como ese guerrero musculoso y lleno de adrenalina (quien incluso resulta ser alguien heroico), siempre me fue satisfactorio una vez que me encariñé con el actor.
      A veces uno, en especial de niño, de adolescente o en su juventud, hace amigos que cree que estarán contigo por el resto de tus días; no obstante esto no es así y solo se trata de compañeros de viaje con los cuales por solo un tiempo, recorrimos parte de este camino que es la vida misma.   Entre estos en mi existencia se encuentran los hermanos Jonathan y Cristofer Torres (ignoro si con esa misma grafía se escriben en realidad sus nombres), con quienes por años compartí mis gustos más ñoños y fueron los único amigos de este tipo que tuve.  Pues con ellos me vi en VHS en su casa Near Dark (conocida por estos lares como Los Viajeros de la Noche), que era todo un rito entre nosotros, vernos todas las joyitas del género que llegaban a nuestras manos.  El filme dirigido por Kathryn Bigelow, quien por entonces era esposa del mismísimo James Cameron, es nada menos que una historia de vampiros que solo ahora en que me la volví a ver ya como adulto, pude apreciar a cabalidad su genialidad; en ella Paxton hizo del miembro de una pandilla de no muertos que andan deambulando por las carreteras, transportándose en automóviles con lo que viene a ser una road movie sobrenatural y de culto.  Severen, el chupasangre a cargo de este artista, viene a ser quizás el que más actúa como una criatura instintiva y por ende salvaje, de toda su comunidad… ¡Y sinceramente Bill estuvo magnífico en su confrontación final con el protagonista de esta obra!
       Otro rol suyo del que sí me acuerdo, fue el que desempeñó en la taquillera Titanic (1997), una vez más trabajando a las órdenes de su amigo James Cameron, quien cuando podía lo llamaba para actuar en sus cintas.  En esta ocasión lo vimos rubio y más atractivo que nunca, haciendo del capitán del barco que se topa con las ruinas del famoso siniestrado y a quien le toca abrir y cerrar este filme durante sus escenas ambientadas en el presente.  Es así que a lo largo de su carrera, tuvo varios papeles como secundario, tal como aquí sucede; no obstante ello no impidió que demostrara su capacidad para convertirse entre un título y otro, en alguien por completo diferente.
      Volviendo atrás en el tiempo, una vez que ya lo identifiqué entre tanto colega suyo y me prendí de su imagen, pude apreciarlo en el breve papel suyo como punk callejero en la igualmente célebre The Terminator (1984), en su primera colaboración junto al ya mencionado Cameron.  Al ser entonces este largometraje uno de mis predilectos y por ello repetido hasta la saciedad desde que era un muchacho, contemplarlo bajo esa imagen rebelde y juvenil, me parece cómica y curiosa a la vez.
       No obstante la caracterización suya que más notable encuentro y donde sin dudas se ganó mis respetos y corazón, resulta ser en un Plan Simple (1998) del realizador Sam Raimi, en una de las pocas películas de este último, en las que se alejó de su sello relacionado con la fantasía y el terror.  En esta maravillosa cinta dramática, en la cual una familia se encuentra millones de dólares en una avioneta caída, se convierte en todo un prisionero de sus bajas pasiones, al ser controlado por su inescrupulosa mujer, quien lo convence para quedarse con la fortuna; la tragedia en la que desemboca todo esto, recuerda en parte la historia clásica de Shakespeare Macbeth, debido a cómo la ambición de un hombre al ser controlado por su aún más avarienta y manipuladora señora, lo lleva a perder la dignidad que antes poseía.  Verlo tan grandote y viril con este protagónico, aunque convertido en un monigote por su preciosa, bajita  y supuestamente delicada mujer (nada menos que Bridget Fonda), no deja de impresionar.
         Hace casi un par de años atrás me lo reencontré por sorpresa en la decepcionante serie Agentes de S.H.I.E.L.D, hacia el final de su primera temporada y lo que bien ayudó a levantar en los capítulos que duró su aparición, el alicaído desarrollo de este show.  El engaño al que nos sometió como el supuesto honorable mentor de uno de los protagonistas, viene a ser toda una confirmación de su talento dramático.   No obstante en lo que se refiere a su paso por la televisión, toda una deuda viene a ser para mí disfrutar de uno de sus mejores intervenciones, como el patriarca de un matrimonio mormón polígamo, en Big Love, donde Paxton tiene nada menos que tres esposas; su desempeño en esta producción de HBO que duró nada menos que cinco años, le valió más que un elogio.
         Por ahora solo nos queda esperar al estreno de la versión en imagen real de La Bella y la Bestia, en lo que viene a ser su legado póstumo al prestar su voz como narrador, aunque ello bien solo podrá ser apreciado al verla en su audio original en inglés.  


Bill Paxton en tres de sus papeles al alero de la ciencia ficción.

lunes, 10 de agosto de 2015

Adentrándose en la literatura breve de Neil Gaiman (primera parte).



I- Para saber algo del autor.

    El inglés Neil Gaiman (1960) es sin duda uno de los escritores de fantasía y terror vivos más importantes de la actualidad, a tal punto que sus numerosas obras han dejado huella en la cultura popular, convirtiéndose en todo un legado para la posteridad.  A la hora de tener en cuenta su trabajo como creador de historias (muchas de ellas realmente inolvidables), es importante saber que este no solo se dedica a la literatura, sino que también es un destacado guionista de televisión y cómics; de hecho se hizo famoso gracias a su trabajo en el noveno arte y luego una vez que fue desarrollándose como artista, incursionó en el cuento, la novela y la poesía (si bien con el tiempo ha ido publicando muchos trabajos que tenía guardado desde su juventud).
    A leerlo uno se encuentra con un autor que en la mayoría de su bibliografía demuestra un gran saber sobre los grandes clásicos y las obras recientes propias de la cultura de masas (cine, televisión, historietas, música actual, entre otros); asimismo es evidente apreciar en lo que hace su amor por el divino oficio de contar historias, tarea a la que no deja de dedicarle sus homenajes, ya que muchos de sus títulos tienen como a personajes a escritores, bien se basan en la mitología y leyendas de todo el mundo, otras reinterpretan las  obras que le han precedido o se inspiran en ellas, etc.  En pocas palabras lo que hace Neil Gaiman es una declaración de amor incondicional hacia las historias, antiguas, recientes y nuevas, como a aquellos hombres y mujeres que han dedicado su vida a esta bella labor.   Por ende un lector culto y más todavía si comparte su pasión y amorío con la misma intensidad, sin dudas llega a deleitarse ante tanta intertextualidad en lo que escribe; pues muchas veces es posible reencontrarse gracias a él con los personajes de tu infancia y con todos aquellos que en algún momento lograron robarse una parte importante de tu corazón.
    No obstante pese a esta cualidad de la literatura y los cómics salidos de su mente prodigiosa, Gaiman bien puede no ser del gusto de todos, en especial en lo que se refiere a narrativa; esto porque lo que escribe muchas veces no es fácil de “digerir” a la primera, puesto que acostumbra romper con todo lo preestablecido en la literatura de este tipo, dejando de lado los esquemas preestablecidos y contando todo de una forma bastante distinta a cómo lo harían sus colegas más convencionales.  No obstante pese a este “detalle”, ha sido capaz de cautivar a grandes y chicos, así como ganarse el favor de la crítica especializada, obteniendo además un montón de galardones de alto prestigio.  A su vez no se puede olvidar su acostumbrado buen humor, el que destila con inteligencia, incluso en algunos de sus títulos más serios o el que usa como elemento para romper una vez más con los arquetipos de las historias, con situaciones de tipo surrealista y/o absurdas, tal como a él les gusta contarlas.
Neil Gaiman.
    A la hora de referirse a sus obras en concreto, el título que lo otorgó la fama absoluta y lo consolidó como uno de los narradores más prodigiosos, fue la creación del cómic The Sandam (1988-1996 y ahora en una nueva colección de la mano de su propio creador), basado ligeramente en un antiguo personaje de DC, pero usando la mitología griega y en general la de un montón de culturas; y así llegó a dar forma a la que sería no solo su obra cumbre en lo que a historieta se refiere, sino que una las sagas de la novela gráfica más hermosas y conmovedoras desde que existe dicho arte.  The Sandman trata sobre Morfeo, el dios del sueño, un Eterno, quien a lo largo de la historia de la humanidad y de la creación, ha marcado la existencia de una enorme cantidad de personas.  Neil Gaimam en esta colección lo hizo codearse en la vida de personajes ficticios y reales, entre ellos algunos propios del universo DC, para los que siempre Morfeo fue un ser superior y benigno; a menos, claro, que estos mismos tuviesen una naturaleza malévola y que por ello el propio Morfeo se viera obligado a usar sus poderes para castigarlos por sus crímenes.  La belleza de las historias dedicadas a Morfeo llega a tal sublimidad, que para quien las haya leído (o al menos una pequeña parte de la gran colección que implica The Sandam), resulta imposible no olvidarse de su tributo a Shakespeare y a su inmortal Sueño de una Noche de Verano (siendo esta joyita la primera historieta en conseguir el Premio Mundial de Fantasía) y tampoco merece quedar en el olvido cuando Morfeo viaja al mismísimo Infierno, para buscar uno de sus tesoros  perdidos; es entonces cuando Lucifer y sus huestes tratan de cerrarle el paso con la intención de que no regrese a su hogar y por lo que Morfeo sin perder la compostura les dice: “¿Qué sería de ustedes sin mí? Que si no fuera porque los condenados sueñan con el Cielo, la labor de este lugar no tendría efecto” (bueno, lo estoy parafraseando, je, que no recuerdo las palabras textuales); lo que nos les queda otra cosa que resignarse a dejarlo en paz.  The Sandam pertenece al sello Vértigo de DC, dedicado a sus obras por completo de carácter adulto, puesto que posee su grado de violencia y erotismo, solo apto para “gente con criterio formado”.  En su génesis cabe destacar el inconfundible trabajo gráfico de Dave McKeen, amigo y colaborador constante de Gaiman, quien con sus preciosas portadas y viñetas ayudó a configurar la atmósfera onírica de la serie. 
   Considerando la larga lista de trabajos en cómic de Neil Gaiman, solo se destacará acá también un muy particular trabajo suyo y dedicado nada menos que al Señor de la Noche, el Caballero Oscuro, el Murciélago… ¡Batman! Titulado en inglés como Whatever Happened to the Caped Crusader? (2009 y en español publicada como ¿Qué sucedió con el Cruzado Enmascarado?), el cual corresponde a su propio homenaje al superhéroe y donde en una llamada “historia imaginaria” (concepto anterior a los recordados Otros Mundos) fantasea con los efectos de la muerte del mayor vigilante de Ciudad Gótica; es así como a su funeral lo visitan varios amigos, aliados e incluso enemigos, para rendirle los honores respectivos.  En el apartado visual estuvo un talento de la talla de Andy Kubert, quien en verdad realizó un trabajo memorable dentro del universo batmaniaco.  Cabe dejar claro que el título y la forma en cómo está organizado el argumento, corresponde además a un guiño solemne al clásico ochentero ¿Qué sucedió con el Hombre del Mañana?, con el cual el guionista Alan Moore y el dibujante más importante en los cómics de Superman, Curt Swann, despidieron a la versión de la Edad de Plata de este justiciero.


    Antes de entrar de lleno a su literatura, solo quisiera destacar su trabajo para la emblemática serie televisión de ciencia ficción inglesa Doctor Who, para la que escribió el guión de dos episodios, el primero de ellos en su sexta temporada de 2012 (el cual consiguió un Premio Hugo) y el segundo en la séptima, en 2013, del relanzamiento de este querido personaje, quien lleva más de cincuenta años en pantalla.  Cabe decir que desde niño Gaiman admiró al último de los Señores del Tiempo, de modo que cuando hizo su primer guión para tal show, cumplió uno de sus mayores sueños.  A su vez su amor por los programas de ciencia ficción y fantasía ya se había manifestado antes, al ser luego del también maestro Harlan Ellison, uno de los dos únicos escritores en ser invitados por el igualmente celebrado J. Michael Straczynski, en escribir un episodio para la última temporada (la quinta) de su serie de culto Babilonia 5 (ello en 1998 y de hecho Día de los Muertos, que así se llama este capítulo, corresponde a uno de los mejores de esta serie y que dejó hace rato su huella; además gracias a la inventiva de Gaimam, sus seguidores pudimos reencontrarnos con unos cuantos de sus personajes que ya llevaban, como era de suponer, muertos).
    Y entonces en lo que se refiere a su labor literaria, que resulta interesante que su primera incursión en el formato de la novela, fuera respaldada por alguien como Terry Pratchett, con quién escribió una hilarante versión sobre el fin del mundo, conocida como Buenos Presagios.  Para ser sinceros, los títulos correspondientes a sus libros son demasiados como para nombrarlos acá, de modo que solo se mencionarán dos más de su bibliografía.  De este modo no se puede dejar de lado la obra que para muchos viene a ser su novela más importante, transgresora y que ha dejado una marca indeleble en la actual fantasía: Dioses Americanos (2001), un grueso tomo en el cual las deidades de las antiguas culturas del mundo, deben enfrentarse a las nefastas divinidades que han nacido del corazón del hombre contemporáneo, como el dios de la televisión, el dios de Internet y muchos otros.  La maravilla que significa este trabajo suyo, ha dado paso a que esté en preparación una serie de televisión basado en él y al parecer pronto a estrenar.   Por último, cabe mencionar su novela de terror infantil Coraline (2002) sobre una talentosa niña pequeña, quien aprende de una manera muy especial a valorar su vida y el amor de sus padres; a su vez esta bella historia de espanto tuvo una más que recomendable adaptación para el cine, hecha por Henry Sellick (2009) y una al cómic (2008).



II- Para saber sobre sus cuentos y poemas:

    Objetos Frágiles (2006) corresponde a la segunda selección de relatos y poesías de Neil Gaiman, compilada y ordenada por él mismo.  Muchos de estos textos fueron editados en diversas antologías y otros de ellos aparecieron por primera vez publicados en este tomo.  Como bien sucede con este tipo de libros, compuestos por varias obras de corta extensión (buenos, unas más extensos que otros), el resultado final puede resultar desigual, lo que en todo caso siempre es subjetivo, ya que su valoración depende de los gustos de quién los lee.  Poco más de 30 ejemplos de su prosa y lírica, comprenden este compilado (bastante) personal.
    En su Introducción el artista explica el nombre dado al volumen y que es mejor que el lector sepa sus razones de las palabras del mismo autor.  A su vez aclara a su manera el origen de gran parte de estos escritos, permitiendo conocer gracias a ello el proceso creativo de un artesano de las palabras y las historias como él.  Entre medio de todo esto, regala al lector un hermoso cuento suyo, muy en la línea de las ancestrales narraciones chinas.
    Debido a su ya mencionada pasión por las historias y los maestros que le han antecedido, Neil Gaiman dedica este libro a tres de los grandes: al archiconocido Ray Bradbury, al importantísimo guionista y cuentista Harlan Ellison (ya le dedicaré su más que merecida entrada en el Cubil) y a Robert Sheckley, igualmente famoso autor de ciencia ficción y de quien debo reconocer con vergüenza ignoro si alguna vez habré leído uno de sus tantos cuentos (así que también estoy en deuda con él).
    La traducción a nuestra lengua hecha por Mónica Faerna, enriquece esta versión al contener varias notas al pie de la página, que ayudan al lector a comprender varias de las alusiones directas e indirectas de Gaiman a escritos más antiguos, entre otros datos de interés.
   Considerando la cantidad de textos que comprenden Objetos Frágiles y la primera parte de este post donde me refiero a su autor, lo que de por sí alarga bastante sus dimensiones, he optado como en otras ocasiones en dividirlo en dos partes.  De este modo a la prontitud estaría publicando su continuación y final, pues además todavía me encuentro en proceso de leer este compilado.
   Pues vamos de lleno a revisar la primera tanda que comprende el libro en cuestión.

1- Estudio en esmeralda: Escrito para una antología de relatos originales sobre Sherlock Holmes, resolviendo casos en el universo lovecrafniano (¡Qué idea más genial!), le concedió un nuevo premio Hugo a su autor.  El nombre del cuento corresponde claramente a una alusión a la primera novela sobre el detective privado más famoso del mundo, Estudio en Escarlata, y el cambio cromático de su título bien es explicado una vez que la historia comienza a desarrollarse y toma un rumbo inesperado.  Siguiendo la tradición de los textos originales de Sir Arthur Conan Doyle, Gaiman cuenta la historia usando un narrador testigo, quien lleva el registro de las acciones de Holmes. No obstante, como estamos frente a la versión de una mente tan ingeniosa como la del creador de The Sandman, bien puede ser que quien aquí lleva esta labor no sea el archiconocido John Watson; de este modo en el cuento está más que claro que la realidad y el universo ficcional creado por Conan Doyle, lleguen a trastocarse a tal punto que el lector conocedor de las obras sobre el talento de Baker Street, se lleve más de una sorpresa. Por otro lado, siguiendo la tendencia de los textos primerizos del personaje, Gaiman demuestra que aun cuando Holmes sea una mente privilegiada, no siempre consigue apresar al culpable del crimen que trata de resolver.  Como delicia agregada para lector, cada episodio es introducido con el típico cartel publicitario de la época y que hace alusión a numerosos personajes literarios de aquellos años, que bien calzan dentro de esta época victoriana visionada por el autor; con ello, además Gaiman nos demuestra su fino humor, así como su enorme cultura general.  A continuación como muestra un botón:

     “¡¿PROBLEMAS DE HÍGADO?! ¡¿ATAQUES BILIARES?! ¡¿NEURASTENIA?! ¡¿ABSCESOS EN LA GARGANTA?! ¡¿ARTRITIS?! Estos son solo unos pocos de los problemas para los que una SANGRÍA profesional puede ser la solución. En nuestras oficinas se encuentran octavillas con TESTIMONIOS que el público TESTIMONIOS puede examinar en cualquier momento. ¡¡¡No ponga su salud en manos de aficionados!!! Llevamos haciendo esto desde hace mucho: V. TEPES—DESANGRADOR PROFESIONAL (¡Recuerde! ¡Se pronuncia Tzsep-pesh!) GRADOR PROFESIONAL Rumanía, París, Londres, Whitby. Ya ha probado con todos los demás; ¡¡AHORA PRUEBE CON LOS MEJORES!!”.

2. La danza de las hadas: El primero de los poemas incluidos en el volumen, es de corte narrativo y posee una carga melancólica.  Su hablante lírico es un hombre que ya es un anciano y quien recuerda con tristeza su experiencia de juventud con estos seres.  Como se trata de una obra lírica, por desgracia la belleza de su redacción se pierde en la traducción, de modo que si el lector sabe inglés, bien puede apreciar esto en la versión original que se adjunta antes de la versión en español.

3. La presidencia de Octubre: Uno de los tantos cuentos con nombre extraño de este tomo.  Los doce meses del año, que además son personas, se juntan de tanto en tanto para contarse historias y cada vez que lo hacen le toca a uno de ellos ser el “presidente” y encargarse de la narración que se compartirá en esa ocasión; es así como ahora le toca a Octubre.  Entre medio se cuentan varios de estos relatos, si bien resumidos, aunque siempre con la marca inequívoca de un fabulador como lo es Neil Gaiman.  No obstante la que Octubre regala a sus oyentes (y a nosotros), corresponde a una emotiva historia sobre un niño que escapa de casa y en el camino se hace amigo de uno muy especial.  Un texto sobrenatural acerca de las amarguras y la belleza de la vida, que convirtió su creador en un homenaje suyo más para el gran Ray Bradbury, gracias a la presencia de Octubre y a la singular naturaleza del amiguito del protagonista (pues cabe recordar que uno de los libros de cuentos más famosos del autor de Las Crónicas Marcianas es El País de Octubre, quien a su vez en más de una vez escribió acerca de niños muertos, siendo una clara inspiración para Gaiman).  Su final, eso sí, o más bien ambos finales (el del niño y el de los meses) resultan algo desconcertantes.  El escritor recibió otro galardón de prestigio gracias a esta obra, el Locus.

4. La habitación oculta: Un más que extraño poema y el que tal como cuenta su creador en la Introducción, se encuentra basado en un clásico cuento “gótico”.  Quienes no son muy amigos de la poesía (como yo), pueden pasar de él sin sentir haberse perdido lo mejor de la colección.

5- Las esposas prohibidas de los siervos sin rostro de la secreta morada de la noche: Como ya pasó en los casos de arriba mencionados, en esta ocasión el lector bien se encuentra con una historia (o más bien dos) que toman rumbos inesperados y aun así no dejan de entretener y agradar, por no dejar de decir también que están muy bien escritas.  En esta obra de raro y extenso título, un joven aspirante a escritor, de rancia ascendencia, se ve frustrado ante su supuesta incapacidad para escribir algo de verdadero peso literario; no obstante el “relato enmarcado” que corresponde a su pluma, lejos resulta mucho más atractivo que lo que ocurre en la “vida real”…Hasta que una vez más Gaiman nos da su golpe de gracia y todo queda vuelta patas arriba.  El relato además permite a su autor rendir tributo al genio de Providence Edgar Allan Poe, así como al fino arte de la narración misma.

Morfeo en los cómics de The Sandan (y no me pueden negar que se parece bastante a su "padre").

6- Por la senda del recuerdo: Tal como cuenta su autor en la Introducción, esta historia es por completo real, aun cuando sea una de fantasmas y es que le ocurrió al mismo Gaiman de adolescente.  Por supuesto que está bien escrita y mantiene al lector atento a lo que va a pasar.  No obstante al querer su autor ser fiel a sus recuerdos, la narración queda truncada con su final y deja con ganas de saber más de lo que pasó su propio protagonista.

7- Hora de cierre: Un precioso cuento de miedo (¿Cierto que es posible esta mezcla? Si no revisen mucho de los cuentos de Ray Bradbury).  A su vez como es habitual en su literatura, una vez más usa aquí a niños como personajes, quienes se enfrentan al mundo de lo sobrenatural y el misterio.  Asimismo el tema del gusto por contar una buena historia, como medio para entretener sanamente, vuelve a aparecer en estas páginas, ya que como en los títulos mencionados arriba, existe una narración principal y una secundaria, donde el narrador cumple un papel muy importante dentro de todo esto.  En pocas palabras, en uno de esos “típicos clubes” ingleses, sus habituales acostumbran contarse cuentos extraños y es así como uno de ellos confiesa a su auditorio una experiencia de infancia de este tipo y que todavía ronda en sus recuerdos más preciados.  La atmósfera en la que esta experiencia se desarrolla, no puede ser más heredera de los cuentos de hadas clásicos, que como Hansel y Gretel y Caperucita Roja, poseen un claro sentido macabro.   Gaiman recibió otro premio Locus por esta obra.

8- Renacer salvaje: Un poema más para disfrutar, quedar indiferente o saltarse la página según quien lo lea.   Trata sobre un hombre que espera para sí mismo una vida mejor, nada más (o al menos eso es lo que me pareció a mí).

9- Amargo despertar: El protagonista decide darle un cambio radical a su existencia, tras una desilusión amorosa.  Para ello realiza un viaje en el que se encuentra con un hombre a quien socorre y luego tras ello este otro desaparece de forma inesperada, después de que el personaje principal lo deja a solas durante un breve tiempo.  No obstante deja con él su maletín; ante nada mejor que hacer, al protagonista se le ocurre hacerse pasar por él, asistiendo a una ponencia que el perdido debía dar.  Es así como llega a un lugar tan místico dentro de USA, como lo es la ciudad de Nueva Orleans, marcada por la santería y la mezcla de numerosas razas y culturas, provenientes de los negros que fueron traídos para ser esclavos por los señores terratenientes.  En dicho sitio conoce a una serie de singulares personas, entre turistas como él y lugareños.  A su vez poco a poco se va adentrando en la leyenda urbana de los zombies.  Como siempre el escritor logra mantener expectante a qué pasará a continuación, hasta que el final de todo o bien se desinfla o bien se trata de otro típico desenlace rompedor de esquemas del autor.  La trama se encuentra dividida en capítulos con títulos que parecieran salir de un texto anterior, como sentencias o letras de canciones  y que en todo caso tienen relación con las reflexiones sobre lo que le pasa a su protagonista o bien lo que siente ante su vida sin sentido (¿Alguien por ahí que pueda explicar mejor su verdadero sentido y/u origen para iluminarme ante mi ineptitud e ignorancia?).

10- Los otros: Un breve relato acerca del Infierno y, por supuesto, la culpa.  Gaiman continua en esta historia la vieja idea de que el mayor tormento es la repetición, o sea, la monotonía y la falta de nuevas posibilidades.  Teniendo en cuenta todo esto, se trata de una pequeña obra de corte moral sobre el alcance de nuestros actos, como lo son aquellos que nos atormentan en el recuerdo.  La caracterización del demonio que castiga al protagonista, escapa un poco a lo esperado por alguien acostumbrado a las típicas criaturas, que abundan en narraciones sobre estos seres.  ¡Es entonces que no debemos olvidar que estamos frente a la prosa de Neil Gaiman!

    “— ¿Qué va a pasar ahora? —preguntó.
           —Ahora —replicó el demonio, con una voz que no denotaba pena, ni tampoco deleite, tan sólo una rotunda y atroz resignación— vas a ser torturado.
           — ¿Por cuánto tiempo?
          Pero el demonio se limitó a menear la cabeza y no respondió a la pregunta. Empezó a caminar despacio a lo largo de la pared, paseando su mirada de objeto en objeto. En el extremo más alejado de la pared, junto a la puerta cerrada, había un látigo de nueve correas hecho de alambres pelados. Con una mano en la que sólo había tres dedos, el demonio lo descolgó de la pared y volvió junto al hombre, transportando el macabro instrumento con suma ceremonia. Colocó las correas de alambre sobre el brasero y se quedó mirando cómo se calentaban.
           —Eso es inhumano.
           —Sí.
           Los extremos de las nueve correas empezaban a adquirir un tono anaranjado.
          Mientras alzaba el brazo para asestar el primer latigazo, dijo:
          —Dentro de algún tiempo recordarás todo esto con cariño, incluso este momento.
          —Eres un mentiroso.
          —No —replicó el demonio—. Lo que viene después es peor —le explicó, justo antes de azotarle.
         Entonces, las correas del látigo se estrellaron contra la espalda del hombre, desgarrando sus caras ropas, que ardían y se hacían tiras al contacto con los alambres incandescentes, y el hombre profirió un grito. Pero la cosa no había hecho más que empezar”.

Algunas de las estilizadas portadas de The Sandam hechas por Dave McKeen.

miércoles, 28 de enero de 2015

Todo un clásico noventero gringo televisivo y animado para tener en cuenta.


    Una de las primeras ocasiones en que la televisión gringa se tomó con seriedad el formato de los dibujos animados, creando una serie capaz de contar una historia compleja y llena de múltiples aristas que lograran cautivar a los espectadores más inteligentes, fue con la producción de Disney llamada Gargoyles.  Conocida en España como Gárgolas, Héroes Mitológicos y en Latinoamérica con el nombre de Gárgolas, Héroes Góticos, fue toda una sorpresa para el espectador medio y el culto, más todavía teniendo en cuenta su procedencia, propia de una compañía que en sus productos televisivos hasta el momento tenía de preferencia un público por completo infantil.  Para ser sinceros, ya por aquellos años existían programas tipo cartoon elaborados de una forma mucho más sofisticada, en cuanto a argumentos se refiere; es así como las caracterizaciones de sus personajes atendían a la identificación de un público juvenil y adulto (como también propio del fandom).  De este modo se podían encontrar en la propuesta programática de esos mismos años en que se emitía Gargoyles, propuestas como Batman:La Serie Animada y varias correspondientes al universo Marvel, entre las que se pueden mencionar Spiderman: La Serie Animada, X-Men y Hulk (la verdad es que siendo sinceros, ya en la década de los ochenta la serie de Los Thundercats, había sentado precedentes para las series animadas yanquis, que hasta antes de ella solo pretendían moralizar con historias acartonadas y cuya única pretensión eran entretener con la risa fácil y personajes maniqueos; bueno, pudo haber otros casos por ahí que o bien se me escapan de la memoria o bien no llegué a conocerlos)[1].
    Emitida entre los años 1994 a 1997 en 3 temporadas, llegó a poseer la respetable suma de 78 episodios.  En su tercer año de vida el programa pasó a llamarse The Chronicles of Goliath (Las Crónicas de Goliath), en parte porque al comienzo de sus capítulos su personaje principal, Goliath, daba un monólogo en off reflexionando acerca del tema sobre el que trataba la trama de ese día.
    Creada por Greg Weisman, tan solo en sus primeros capítulos incluía el nombre de los guionistas.  Este detalle de la poca preocupación de los productores, para resaltar la labor de los responsables de crear tan magníficos argumentos, con tantos personajes de peso y además llenos de referencias directas a la mitología y leyendas comparadas, bien llama la atención si se considera que entre su gente se encontraban verdaderos pesos pesados como Len Wein (el mismo cocreador de Wolverine para Marvel y la Cosa del Pantano para DC) y Diane Duane (autora ligada al mundo de Star Trek, en especial en lo que respecta a sus novelas).
    Tal como versaba la serie en sus créditos iniciales, gracias a la introducción de su protagonista Goliath, las gárgolas provenían de mil años en el pasado desde las tierras de Escocia y que tras dormir un milenio debido a un hechizo, despertaron en New York para encontrarse con un mundo por completo nuevo; ello fue abordado con gran dramatismo a través de sus 5 primeros episodios y los que recibieron muy bien el título genérico de The Awakening (El Despertar).  Todo esto lleva al clan de Goliath (estas criaturas viven muy aferradas a sus familias) a tener que adaptarse a los tiempos actuales, cumpliendo con su antigua labor de proteger a los humanos durante la noche (ya que de día se convierten en piedra).  Es así como dentro de esto cumple un papel fundamental la joven agente de policía Elisa Maza, la cual tras hacerse una entrañable amiga del clan, llega a entablar una relación amorosa platónica con el líder de las criaturas.  Las gárgolas habían sido traicionadas por las mismas personas a las que auxiliaban constantemente y ahora en el mundo actual se encuentran una vez más con el temor de la mayoría de ellas, razón por la cual se ven obligadas a luchar para encontrar una vez más su lugar en el planeta.   Entre medio logran hacer una serie de amigos y aliados, como asimismo un buen grupo de enemigos de temer y todos ellos, entre héroes y villanos, caracterizados de una forma bastante compleja como para otorgarles un carisma que bien los hace atractivos por sí mismos.
   Respecto a los adversarios con los que se enfrentan los protagonistas, estos son recurrentes en los argumentos y en su mayoría al final la influencia de las mismas gárgolas termina por llevarlos a la redención.  Se puede destacar en ellos además que cada uno posee sus propios motivos que los llevan a oponerse a los héroes; a su vez sus propios orígenes resultan ser de diversa índole, encontrándose seres mágicos, personajes del pasado de las mismas gárgolas, simples ladrones, individuos atormentados, obsesos con el poder, científicos “locos”, mutantes y muchos más, todos atendiendo a varios estereotipos del género, aunque nunca cayendo en modelos simplistas (de este modo por lo general se les muestra humanizados y por ello es que la mayoría logra evolucionar como sujetos).


El clan de Goliath,  De derecha a izquierda: Broadway, Ángela, Brooklyn,
Goliath, Lexington, Elisa, Hudson y Bronx.

     
     Siendo que esta obra no es tan lejana con respecto a nuestros tiempos, en su momento innovó en varios aspectos: El primero que se puede nombrar es el grado de violencia que poseía y el cual era bastante realista, si bien no exagerado, considerando que buena parte de su público aún seguía siendo “infantil”; no obstante sus personajes sangraban e incluso morían a raíz de sus distintos enfrentamientos entre sí (en un capítulo de una brillante saga de la primera temporada, cayó un hechizo sobre los humanos, quienes se convirtieron en piedra y ello fue aprovechada por la gran “mala” de la serie para destruir a pedazos las estatuas, lo que se mostró de forma bastante gráfica en el show).  De hecho en muchos de los diálogos se hablar de “matar”. Además estaba el hecho de que teniendo en cuenta la tonta ley gringa que no permitía en los dibujos animados infantiles el uso de armas de fuego (razón por la cual era tan normal ver armas laser en este tipo de programas, como bien era explotado en G. I. Joe), al principio de Gargoyles sí se vieron “balas de verdad” y se mostró sin lugar a dudas su consecuencia.  Por otro lado, una de las gárgolas protagonistas usaba un gran cuchillo que buena parte del tiempo lo llevaba empuñado; de este modo (y más aun considerando su carácter épico y medieval) en el programa las espadas y otras armas filosas se mostraron bastante.
    Siguiendo la misma línea de los elementos novedosos de este título, cabe destacar su dimensión multicultural.  Teniendo en cuenta que hoy en día estamos acostumbrados a ver en las series a gente de todo el mundo entre sus protagonistas, lo que muestra un claro avance hacia la valorización del “otro” y sus tradiciones, Héroes Góticos sentó precedentes en un país marcado por su historial de racismo.  Lo anterior debido a que la coprotagonista Elisa Maza, aun siendo ciudadana estadounidense, era mestiza sin ápice de sangre anglosajona, ya que era hija de madre nativa de África y padre indígena norteamericano.  Además siendo esta agente de policía, su jefa directa era nada menos que hispana.  Por otro lado en una muy entretenida saga de la segunda temporada, cuando algunos de los personajes deben hacer un largo viaje de regreso a casa, visitan una serie de lugares de todo el mundo y donde en cada episodio se destacan sus peculiaridades etnográficas como bien sucede con África misma, Canadá, Guatemala, Irlanda, Japón, Inglaterra, Francia, Checoslovaquia, los países nórdicos y nada menos que nuestra Isla de Pascua en Chile, entre otros sitios; a su vez en un emotivo episodio de la tercera temporada, un niño amish se convierte en el inesperado coprotagonista de su trama.
    También se puede afirmar sin tapujos que Gargoyles era un programa culto, puesto que se encontraba lleno de referencias directas a la literatura y mitología comparadas.  En primer lugar memorable era su uso de los clásicos de Shakespeare Macbeth y Sueño de una Noche de Verano, ya que varios de sus protagonistas cobraban vital importancia en sus guiones.  Además incorporó a personajes tan caros al género maravilloso y fantástico, de rancias raíces literarias orales y escritas, como el Golem, el dios araña Ananzi africano, la banshee celta y el héroe de esta cultura Cu Chulainn, los dioses olímpicos, la deidad vikinga Odín, el guardián de la puerta de los muertos Anubis de Egipto, las leyendas artúricas y muchos más.
     A la hora de evaluar el último capítulo del programa, que mayoritariamente poseía capítulos unitarios, si bien también tuvo bastantes sagas entre ellos y que abarcaban varios capítulos entre sí, se le puede considerar demasiado apresurado en su elaboración.  Esta afirmación bien puede explicarse ante la idea de que conociendo el combativo campo de batalla, que es el mercado televisivo gringo y que lleva a cancelar de forma imprevista hasta las mejores series (si no cabe recordar en la misma área de los dibujos animados Batman the Brave and the Bold y Beware the Batman), de seguro sus productores debieron verse obligados a cerrar en un solo episodio una cuantas líneas argumentales de la serie.  Tal hecho dejó varios arcos narrativos inconclusos (en especial en lo que se refiere al destino final de unos cuantos personajes importantes) y si este desenlace hubiese cubierto al menos 2 capítulos, habría sido posible desarrollar mejor su historia final.  No obstante pese a todo Gargoyles tuvo un cierre digno y que además significó una nueva y mejor etapa para sus heroicos protagonistas.
    Un punto que la hizo “adulta” a la hora de estar armada, fue que apenas tenía humor y cuando se daba una situación medianamente jocosa, ello era trabajado con ingenio y sin caer en estupideces.  Además carecía de personajes infantiles recurrentes (más bien apenas salían niños), lo mismo que adolescentes y para nada presentaba los típicos personajes payasescos, tan en boga en los cartoons gringos de aquel entonces.
    Por cierto, las gárgolas de esta serie son todas diferentes y se reproducen por huevos.  Hay machos y hembras, pero cuando nacen sus crías acostumbran educarlos como “hijos del clan”, de modo que los pequeños son hijos de todos los adultos y nunca saben quiénes son sus verdaderos padres biológicos (salvo un caso excepcional que en la segunda temporada se llega a conocer).  Si bien poseen alas, no vuelan, aunque sí pueden planear.  Cuando durante el día se convierten en piedra y duermen, regeneran sus heridas, de modo que al despertar ya están por completo sanas.  Cuando se enfurecen sus ojos se iluminan blancos o rojos, lo que les da un aspecto tenebroso.

De derecha a izquierda: Elisa, Goliath, Démona, Xánatos y Owen.

    Solo un error se le podría criticar a esta recomendable serie y tiene que ver con el para nada insignificante tema del idioma… ¿Cómo es posible que las gárgolas puedan entenderse sin problemas con Elisa y los demás humanos del siglo XX, en especial con los de habla inglesa, siendo que ellos provenían de mil años en el pasado y de otra cultura con una distinta lengua? ¿Y acaso Goliath, Elisa y compañía eran versados en un montón de lenguas, que cuando realizan su viaje tras su salida de la mágica isla de Avalon, logran comunicarse sin problemas con hablantes de idiomas diversos? Este es el único detalle que para un servidor (harto friki o ñoño, por cierto) le quita verosimilitud dentro de su mundo ficticio a un programa tan respetado como lo es Héroes Góticos; no obstante como decimos acá en mi país, esto “es un pelo de la cola”, así que no vale la pena abordarlo en profundidad.
    Y ahora antes de terminar este texto, conozcamos a sus personajes principales:

  • Goliath: El personaje más importante y hasta cierto punto carismático del show.  Es el líder del clan protagonista (luego a medida que va avanzando la serie, sale a la luz el conocimiento de que hay otros clanes de gárgolas a lo largo del mundo).  Fue el primero de su especie o de su clan en recibir un nombre, ya que los suyos no tenían la costumbre de usarlos.  Posee todas las dotes de un héroe, puesto que es valiente, compasivo, elocuente como también reflexivo (entre muchas otras virtudes), y a diferencia del grupo de gárgolas su figura más que monstruosa es varonil y hasta cierto punto es atractivo; además es el más grande y poderoso de entre las 5 gárgolas machos principales de la serie. 
  • Elisa Masa: Viene a ser la contrapartida femenina y humana de Goliath, debido a que reúne en ella el mismo tipo de personalidad que la hace ser un personaje tan positivo.  Su amistad con el líder de las gárgolas a medida que el programa evoluciona, se transforma en un romance atípico dentro de este tipo de seriales.
  • Hudson: La gárgola más antigua del clan de Goliath, viene a ser algo así como la figura paterna de este.  Es muy orgulloso y sabio, siendo que además fue el anterior cabecilla del clan cuando vivían en Escocia, mas le cedió el puesto a su protegido cuando consideró que ya estaba muy viejo.   En una de sus tantas batallas perdió la vista de un ojo, aunque ello para nada fue en desmedro de sus increíbles habilidades guerreras (de hecho es luego del propio Goliath, el mejor luchador de su grupo).  Su mayor pasión heredada del siglo XX es… ¡Ver televisión!
  • Broadway: Gárgola obesa debido a su afición a la comida, es pese a ello poseedora de gran fuerza y hábil en la lucha cuerpo a cuerpo. Si bien pareciera que es el más tonto de su grupo, es un gran amante de los libros y además cuando se enfurece contra sus enemigos, provoca real terror.  De corazón dulce, luego de Goliath es la gárgola más cercana a Elisa, razón por la cual la visita seguido en su casa.  En contra de los pronósticos, de los 3 machos de su clan es quien logra ganarse el corazón del nuevo miembro hembra, que se les une hacia finales de la segunda temporada.
  • Brooklyn: Designado como segundo al mando de su clan por Goliath, odia sobremanera a la mayor enemiga de los suyos, quien lo engañó para hechizar a Goliath y lo que casi le costó la vida a su líder y amigo. 
  • Lexington: La más pequeña y joven gárgola del clan, cuyo aspecto recuerda en cierto punto a un murciélago, es una apasionada por la tecnología; de este modo al encontrarse en pleno siglo XX, de inmediato aprendió a usar sus aparatos, lo que ha sido provechoso en más de una ocasión para los suyos.  Por lo tanto posee una gran inteligencia.
  • Bronx: Es algo así como la mascota del clan, ya que tiene parecido a un gran perro, aunque queda más que claro en la serie que no es un animal, sino que un ser pensante (además está el detalle de que no habla, si no que emite un tipo de ladrido).  De aspecto siniestro, en realidad es muy dulce, no obstante cuando se trata de defender a los inocentes saca a la luz su lado más monstruoso.
  • Démona: El gran amor durante largo tiempo de Goliath, corresponde a una gárgola hembra muy hermosa y hasta sexy; gran guerrera, posee una inteligencia prodigiosa, la que ha usado para mezclar magia con ciencia y teniendo resultados extraordinarios.  Siente un gran odio hacia los seres humanos, pues los considera unos traidores de la peor clase y luego por Goliath, de quien se encuentra despechada ante el aprecio de este por ellos.  Es inmortal debido a un hechizo que la tiene ligada a otro importante personaje, que en un principio fue su gran aliado y luego uno de sus peores enemigos; luego fue encantada en pleno siglo XX de tal manera, que se vio obligada a tener una personalidad secreta.  A lo largo de la serie ha estado involucrado en varios de los males a los que se enfrentaron los héroes.
  • Ángela: La preciosa hija de Goliath y Démona, fue introducida en el programa cuando los protagonistas llegaron a Avalon; luego decide irse con su padre para regresar con él a Nueva York.
  • David Xánatos: Este hombre apuesto y seductor, es el responsable de que las gárgolas llegaran desde su hogar natal a Nueva York y despertaran de su hechizo.  Durante un buen tiempo fue el mayor enemigo (luego de Démona) del clan de Goliath, no obstante nunca ha sido realmente malvado.  Es un hombre muy inteligente, un gran científico, poseedor de una fortuna multimillonaria y de mucho poder y fama en la sociedad.  El inicio de su disputa con la gárgolas, fue que en un principio lo que más deseaba era tener su control para que le sirvieran y a lo que por supuesto se negaron las criaturas; no obstante en un determinado momento durante la segunda temporada, se dio cuenta de su error y se convirtió en un importante compañero de las gárgolas.
  • Owen Burnett: El empleado de mayor confianza de Xánatos, aparenta ser un hombre algo afeminado y de pocas pasiones, salvo servir con muchos celos a los intereses de su señor…No obstante el rubio y estilizado mayordomo esconde un gran secreto, ligado a uno de los giros argumentales más impresionantes de toda la serie.
  • Zorra: Con aspecto de femme fatale, es una antigua miembro de la banda criminal creada por el propio Xánatos para enfrentarse a las gárgolas; luego llega a entablar una férrea relación romántica con el millonario, con quien se casa y concibe un hijo.  Fue una recia contrincante de Goliath y los suyos, hasta que también logra desarrollar una verdadera amistad con ellos.  Ignora su verdadero origen y el cual luego le trae unas cuantas preocupaciones y por último nuevas satisfacciones.


[1] Un caso particular dentro de esta misma década es Robotech, la cual hizo verdadera historia en las franjas infantiles de su tiempo y que hasta hoy en día sigue siendo considerada como uno de los títulos que marcaron a los televidentes infantiles y juveniles de aquellos años.   Pero ella era en realidad la mezcla de 3 series japonesas, que nada tenían que ver entre sí y a las que el productor y guionista Carl Macek les dio un argumento unificador, modificándolas gracias a un inteligente montaje y trabajo de doblaje, para convertirlas en una sola trama que abarcara 3 generaciones y 3 guerras contra 3 diferentes razas extraterrestres.

Figuritas de colección que hoy en día deben costar una buena fortuna.

sábado, 13 de septiembre de 2014

Un Cuento de Navidad para Batman: “Noël” de Lee Bermejo.


    Una clásica y particular tradición en las narraciones de origen anglosajón, son las historias navideñas, siendo su máximo exponente literario la ya archiconocida Canción de Navidad de Charles Dickens; esta obra casi ha llegado a opacar a los trabajos de Shakespeare, al Drácula de Bram Stoker, al Sherlock Holmes de Sir Arthur Conan Doyle y al Frankenstein de Mary Shelley, debido a las tantas versiones que ha tenido para el cine, la televisión, los cómics y otras expresiones artísticas que año a año se suman a una larga lista.  Cabe hacer notar también que muchos autores inspirados en obras como las ya señaladas, libros capitulares dentro de sus géneros, han realizado sus propios trabajos que les han rendido tributo, en lo que también recibe el nombre de intertextualidad, por cuantos estos títulos posteriores hacen mención directa o indirecta a dichos textos…
   …Hace un buen tiempo ya que el cómic ha logrado ocupar su sitial como verdadera expresión de arte, independientemente de sus características populares y humildes orígenes como medio de entretención y escapista, muchas veces relacionado con las lecturas de corte infantil… ¿Y que pasa cuando mezclamos la añeja costumbre de contar relatos navideños, con la preocupación por hacer una historieta de verdadera calidad argumental y gráfica? Respuesta: que entonces nos encontramos con un título como el que se menciona más arriba, Batman: Noël de Lee Bermejo.
Lee Bermejo (el que está dibujando, claro).
    Bermejo comenzó a trabajar en las historietas del Señor Oscuro como dibujante allá a principios de la década pasada y sólo tiempo después dio el salto en sus viñetas en la labor también de guionista.  Desde un principio su versión sobre el Caballero de Ciudad Gótica acaparó la atención de sus seguidores, primero por sus estilizados dibujos comparados sólo a artistas perfeccionistas como Jim Lee y Alex Ross.  De hecho con Lee comparte la misma técnica “esculpida” y donde los rostros y cuerpos de sus personajes se ven detallados con dedicación, destacando la musculatura de estos; en cuanto a Ross, la labor de Bermejo es casi tan realista como la suya, heredera de la sofisticada estética del llamado realismo socialista (que tanto brilló en su momento entre los rusos, chinos y otros países de la Cortina de Hierro).  Luego la personal manera de interpretar a Batman, tan suya, no deja lugar a dudas de que cuando se ve una de sus tantas ilustraciones acerca del Murciélago, se está frente a una de las mejores visiones gráficas sobre éste y que bien posee su propio sello particular que lo diferencia de otros dibujantes (como ya lo es el mismo Batman de Alex Ross, el de Frank Miller, el de Bruce Tim, el de Neal Adams y el de Mike Mignola).  Su Batman usa un traje de cuero que se nota hecho a mano (tan de “detective”), lleno de bolsillos para guardar gran parte de sus famosos artefactos y con una capa articulada que rememora la hecha por Bob Kane en sus inicios, la que a su vez se inspiró en un bello boceto de Leonardo da Vinci, basado a sí mismo en las alas de los quirópteros.
     La carrera de Lee Bermejo ha conocido verdaderos logros, siendo algunos de sus más grandes éxitos las novelas gráficas Luthor y Joker, donde hizo los lápices para sendas historias escritas por otro grande de los cómics, en el grupo de los guionistas, claro: Brian Azzarello.  En el caso del cómic acerca del Payaso del Crimen, su interpretación acerca de éste no puede ser más grotesca y se encuentra claramente basada en la vista en el filme Batman el Caballero de la Noche de Christopher Nolan; en ambas, tanto el filme como en la historieta, el Guasón se muestra como un sujeto que se ha cortado a sí mismo la comisura de los labios para “extender” su sonrisa. 
    No se puede dejar de lado la contribución de la colorista italiana Barbara Ciardo, quien logró estar a la par del maestro Bermejo, otorgándole a sus acabados la acuarela perfecta, donde logró acentuar lo gótico por un lado y por otro la calidez del brillo según el argumento lo requería.  Su contribución es sin vacilaciones todo un aporte y no deja de causar en el espectador maravilla, pues potencia como nunca la belleza del arte del dibujante. 
     Conocida por gran parte del mundo, incluso entre quienes no leen, es la ya mencionada más arriba Canción de Navidad de Charles Dickens.  En esta obra, que transcurre en una sola noche, la llamada Noche Buena de Navidad, quien fuera un hombre famoso por su egoísmo y amargura, Ebenezer Scrooge, realiza un viaje en el tiempo acompañado de tres poderosos espíritus; ellos lo hacen cambiar, de modo de que éste mismo descubra el verdadero sentido de la Navidad y con ello se convierta en un mejor ser humano…Pues bien, Batman: Nöel inicia con una sentida dedicatoria del artista Lee Bermejo a su abuela, quien le regaló a éste su primer libro de Dickens; de este modo es posible darse cuenta cómo un buen libro y una genial historia pueden marcar para siempre la vida de una persona.   Con textos que bien parecieran ser extraídos de la misma obra clásica de Dickens y que sirven para ambientar esta especial historia sobre Batman, tal cual la vieja narración que la inspira, transcurre todo en la noche de Navidad, siendo el propio Señor de la Noche quien se encuentra con tres personajes importantes para él.  La visita de cada uno de ellos resulta ser lo suficientemente significativa, como para terminar dejándole una lección de vida, que hacia el final de esta novela gráfica, se traducirá en un emotivo cierre como es tradicional en este tipo de obras.
    Considerando lo expuesto en el párrafo anterior, aquí es el Murciélago quien hace de Scrooge, ya que si bien Batman hasta antes de esta aventura no es un sujeto tacaño, sí hasta cierto punto resulta ser algo misántropo y en medio de su cruzada justiciera, según se puede ver aquí, ha perdido el rumbo; pues se ha convertido en un sujeto tan amargado como su supuesto símil literario, a su vez que todo lo ve blanco y negro; a esto se le suma su carácter obsesivo que lo lleva a trabajar sin vacilaciones en plena Navidad, alejado de sus seres queridos, quienes bien quisieran compartir en esa fecha con él.  De hecho, en la mayor parte de las viñetas centradas en éste, se le puede ver con el rictus endurecido, siempre molesto o enojado, como si hubiese perdido el encanto de la vida.
     En la trama, Batman anda detrás de su más famoso enemigo, por supuesto que el Guasón, quien hace uso de un pobre hombre para sus oscuros propósitos.  De este modo paralelamente a lo que tiene relación con el Caballero Oscuro, se aborda el drama de este casi patético individuo y quien junto a su hijo, un niño que pese a la miseria de su circunstancia no ha perdido la candidez y la esperanza, hace lo posible por darle a éste la mejor Navidad posible…Es entonces que la existencia de ambos se cruzan, teniendo en medio al chico y al Guasón.  Cuando se produce el esperado encuentro final entre el bien y el mal, todo ello viene a ser nada menos que una extrapolación de la visita del Espíritu de las Navidades Futuras, del texto de Dickens, y que aquí se encuentra bajo la figura del villano.   Este “Espíritu” no tiene buenas intenciones como el original, sin embargo su intervención igual llega a ser esencial para cerrar el círculo, que permita la esperada conclusión. Al enfrentar el superhéroe a su némesis, lo que hace también es aceptar por fin su propia mortalidad y con ello consigue una nueva oportunidad para cambiar su postura negativa.
     Si al Guasón le corresponde en esta novela gráfica la tarea de representar al Fantasma de las Navidades Futuras (el cual viene a ser nada menos que el símbolo de la incertidumbre y de las múltiples posibilidades que corresponde a nuestro devenir)…¿Quiénes vienen a ser entonces los otros dos espíritus? Pues bien, otro personaje icónico en la cronología del Cruzado toma la labor de ser el Fantasma de las Navidades Pasadas y tal honor le corresponde nada menos que a la carismática Gatúbela; esta ladrona de buen corazón y que tiene su historia personal con el Enmascarado, hace su entrada en la historia de forma inesperada.  Bermejo hace que Gatúbela invite a Batman a recordar sus antiguos encuentros y con ello realiza un homenaje a los cómics de la Edad de Plata, mostrándola con sus antiguos atuendos, al igual que al superhéroe, y cuando era una dama mucho más peligrosa que en la actualidad (a su vez es posible ver a Robin como en aquellos tiempos).  Los diálogos entre estos dos demuestran el verdadero carácter de la ladrona, sus sentimientos por Batman y la misma oscuridad en la cual se encuentra éste último, de modo que queda claro por qué razón es necesario que tenga su propia epifanía hacia el desenlace de esta obra.
    
Superman/Batman según Bermejo.
Quienes saben de cómics y en especial de historietas de DC, tienen la seguridad de que si Batman representa a la noche y al miedo, Superman es la otra cara de la moneda, simbolizando el día y la esperanza.  Es así que le corresponde al Hombre de Acero hacer en esta obra del Fantasma de las Navidades Presentes, haciendo su propio aporte para que su colega y amigo recupere lo que ha perdido.  De este modo Bermejo y por igual la Ciardo, le otorgan al kryptoniano un aire sobrenatural, mágico, donde queda de manifiesto su inmenso poder y gran corazón en las viñetas que aparece; pero es más  con la labor de Barbara Ciardo, que se le otorga a Superman una luminosidad tan cálida y divina, que no hay lugar a dudas de que el Azuloso es un ser extraordinario.  Queda de manifiesto en el encuentro entre estos dos, la oposición de métodos y de personalidad entre los más grandes superhéroes de DC y que sin embargo se complementan entre sí, dejando de lado sus diferencias, hasta a llegar a convertirse en compañeros y en íntimos.   A todo esto, al contemplar el traje con el que aparece Superman, es posible darse cuenta que esta historia se haya fuera de la continuidad del actual Universo DC, ya que si bien fue hecha en el año de 2012, el Hombre del Mañana no usa el traje de los llamados Nuevos 52, que son los cómics de la actual cronología DC; de este modo en esta obra lleva el antiguo equipo de “los calzoncillos rojos sobre los pantalones” y no la armadura kryptoniana con la cual se le conoce hoy en día.

     Nöel es uno de los tantos nombres que se le da a Santa Claus, conocido en Chile como Viejito Pascuero.  Al llevar en su título dicha palabra esta novela gráfica, queda de manifiesto su naturaleza navideña, aún cuando ésta no deja de poseer un carácter mucho más adulto que la aleja de las historias más edulcoradas de este tipo.  Es claramente un relato navideño, aunque para adultos, si bien está clara su deuda con la novela de Charles Dickens, aunque su final posee la cuota de esperanza que se esperaría en una historia como ésta y exponiendo la noción de que todo el mundo merece ser feliz (más todavía tratándose de Batman).

La portada completa que hizo Lee Bermejo para este celebrado cómic.

domingo, 17 de agosto de 2014

El Pecado y la Decadencia en “Seven” de David Fincher.


     Tras un exitoso y alabado debut cinematográfico con Alien 3 (1992), el público y la crítica esperaban bastante más de su entonces joven director, David Fincher; éste antes de dar el salto a las salas de cine, se había fogueado detrás de las cámaras filmando celebrados videoclips para artistas de primera fila como Paula Abdul, Madonna, Billy Idol y George Michael.  Fue así como en el año de 1995 llegó la nueva película, de quien con el tiempo haría una importante carrera en el séptimo arte, con títulos que en la actualidad están considerados entre lo mejor del cine hollywoodense.  La segunda cinta de Fincher corresponde al filme de suspenso Seven, conocido en español bajo el nombre de Los Siete Pecados Capitales.  Dicha obra con rapidez acaparó la atención de la gente, gracias a un inteligente guión original y a una atmósfera opresiva que marcó escuela a tal punto que como otras cintas esenciales, originó una serie de copias (unas buenas y otras malas como era de suponer) e inspiró a otros artistas a crear nuevas historias siguiendo su particular estilo (siendo el mejor ejemplo de ello la serie de televisión Millenium de Chris Carter).  Ahora bien para ser sinceros, una obra cómo está también contó con otros aspectos artísticos y técnicos, que le ayudaron a obtener su destacado sitio entre las numerosas producciones que se hacen año a año en Gringolandia;  por lo tanto para ser justos, se referirá más adelante a dichos aspectos para tenerlos en cuenta a la hora de apreciar en mayor medida esta película.  No está más decir que el filme en cuestión está considerado entre lo mejor de la década de los noventa y que asimismo se encuentra en muchas listas entre los grandes largometrajes de la historia del cine.
     Seven es un drama de suspenso que se nutre del llamado cine negro (policial con personajes retorcidos y ambientes lúgubres, cargado de bastante violencia y un discurso político de denuncia social) y las también populares historias de psicópatas (psicothrillers en inglés, siendo uno de sus mejores ejemplos la clásica Psicosis de Alfred Hitchcock).  Su trama versa sobre un detective de homicidios que se encuentra a días de jubilar por anticipado, ya cansado de las miserias que le ha tocado vivir personalmente y las que ha visto e investigado como agente de la ley y el orden.  Es entonces que llega a su oficina un joven detective para ocupar el cargo que el hombre mayor se encuentra por dejar y cuando todo parece que va a tener su desarrollo normal, se presenta un extraño caso de asesinato que les hace darse cuenta a ambos investigadores, que se encuentran en la antesala de una serie de crímenes realizados por una mente enferma (y no obstante de un sujeto de extrema inteligencia).  En un principio ambos sujetos, un hombre ya maduro, taciturno, solitario y casi misántropo, y un sujeto casado, lleno de esperanzas y sueños, apenas consiguen soportarse; no obstante gracias a la casi angelical intervención de la bella esposa de éste último, ambos logran dejar sus rencillas y aprenden a trabajar juntos llegando a simpatizar entre sí.  En cuanto a los horrendos homicidios que comenzaron a hacerse públicos el mismo lunes de esa semana, estos tienen relación con la fijación erótica-religiosa de su perpetrador y que consisten en castigar a 7 sujetos diferentes y a quienes considera culpables por vivir en relación a cada uno de los 7 pecados capitales (todo ocurre en una intensa semana completa, siendo el número de días significativo con respecto al mismo leiv motiv que lleva al asesino a realizar sus acciones); de este modo los cuerpos irán apareciendo sometidos a diversos e “ingeniosos” vejámenes, considerando el siguiente orden: gula, avaricia, pereza, lujuria, soberbia, envidia e ira.  Si bien ambos protagonistas son individuos de gran talento en su oficio, el asesino en todo momento se encuentra por sobre sus capacidades, de modo que al final es sólo debido al propio plan de éste, que los detectives logran ajusticiarlo.  El inesperado desenlace, casi una tragedia griega por corresponder a la idea de la inexorabilidad del destino y a la existencia de poderes superiores a los mortales (en este caso representados por el patético psicópata), resulta ser uno de los más comentados, duros e inesperados de la cinematografía.

Una de las escenas más chocantes de este filme.

     Cada vez que los protagonistas se adentran en las escenas del crimen, el dramatismo de la puesta en escena toma un cariz aterrador, a lo que se suma la música a cargo del veterano compositor Howard Shore, quien en sus acordes para este filme rememoraba a algunos de sus trabajos más clásicos para las películas de horror del “primer” David Cronenberg (como Scanners y su soberbio remake de La Mosca); es así que la banda sonora de Shore logra ser el acompañamiento perfecto para crear tal tensión, que, por ejemplo, cuando ambos detectives entran en la casa de la primera víctima, quien por primera vez ve la cinta llega a sentirse agobiado ante la eminencia de un horror oculto y prometido.   A todo esto se suma una fotografía que acentúa las sombras y los tonos oscuros, acompañada de una dirección de arte donde se destaca la suciedad y lo viejo de la ciudad en la que se desarrolla la historia (supuestamente transcurrida en Nueva York).  Tampoco se puede olvidar el uso de la iconografía religiosa cristiana y especialmente católica, relacionada con las obsesiones del desquiciado que motiva los acontecimientos de la película; de esto modo abundan las imágenes propias de la simbología y la estética de dicha teología, aunque por lo general ligadas a los tormentos del Infierno y la punición de las debilidades humanas.  También apoyando este uso siniestro de dicha imaginería, el elemento gore de las muertes sufridas por las inmolados para la época en la que fue hecha, resulta ser bastante realista y cruda (como también pavoroso); a ello se agregan todo tipo de imágenes macabras una vez que los personajes principales entran al cubil del psicópata y que se muestran de forma fugaz, aunque impactante (hay fotos de cadáveres, extremidades deformes, etc.).  A todo esto se suma la intertextualidad que en varias ocasiones hace referencia directa a la literatura clásica ligada a los temas respectivos, como La Divina Comedia de Dante, Los Cuentos de Canturbery de Chaucer y el Mercader de Venecia de Shakespeare (por tanto el espectador se encuentra frente a un largometraje que reboza de intelectualidad).
    Otro punto a destacar dentro de los detalles que le otorgan a Seven su carácter de obra maestra, viene a ser la elección de sus actores y que en especial en los cuatro roles principales que permitieron que la película llegara a ser lo que es.  En primer lugar se encuentra la figura de alguien como Morgan Freeman, quien como siempre en sus intervenciones para el cine, logra crear un personaje entrañable y verosímil; el filme comienza y termina con él (en este último caso, con un breve y emotivo monólogo en off citando a Hemingway), siendo su personaje el guía para que el espectador a través de su protagonismo, pueda testimoniar lo más oscuro de la condición humana.  Su postura frente a la vida, casi pesimista, se constituye en un punto de inflexión para meditar gracias a sus diálogos sobre el supuesto sinsentido de la existencia y la pérdida de los valores para una humanidad sumida en la apatía.  No obstante pese a su falta de “felicidad” el hombre no pierde su noción de justicia y bondad, lo que lo hace tener más templanza que su propio compañero.  Este hombre culto y experimentado contrasta en todo caso con el antagonista de la cinta, de quien nunca se llega a saber su verdadero nombre (pues se hace llamar John Doe, apodo dado en USA para la gente sin identificar), quien si bien comparte con él la sapiencia y la misma posición respecto a lo mal que anda el mundo, se encuentra cegado ante su propia falta de empatía y bajezas morales (porque además, sin duda está LOCO); de este modo John Doe en vez de luchar por el mundo tal cual el viejo detective (parafraseando la cita de Hemingway usada en Seven), se dedica cual figura del Antiguo Testamento a castigar con crueldad y a sembrar el temor en vez del perdón.  Y es justamente gracias a las dotes histriónicas de un por entonces casi desconocido Kevin Spacey (quien luego de este rol logró gran notoriedad internacional), que el trastornado de turno se convierte en un hombre del saco moderno; además Spacey lo interpreta con una soltura tal, afeminado, delgadísimo, elocuente y sin dudas enfermo mental, que cuesta sacarse de la cabeza su amenaza.  Otra contrapartida al papel de Morgan Freeman, si bien de una forma mucho más positiva, viene a ser la de la esposa del otro detective y que aquí se encuentra interpretada por Gwyneth Paltrow en sus inicios (pero aún así ya soberbia); es así como dicha fémina se constituye en el personaje que a lo largo del guión, viene a encarnar cierto tipo de inocencia y delicadeza que en el resto de los personajes falta.  Por último se encuentra el otro miembro que forma parte del dúo protagónico y que corre a cargo de nada menos que Brad Pitt en uno de sus primeros papeles estelares.  Pitt toma su rol con dignidad, si bien para este trabajo le tocó codearse con un gigante de la actuación como el ya mencionado Freeman; no obstante teniendo en sus manos a un personaje complejo como el suyo, quien a lo largo del guión pasa por varios cambios de ánimo, resulta convincente y más todavía cuando logra provocar lástima hacia su triste final.  El joven detective en muchos aspectos viene a ser lo contrario de su pareja profesional, siendo lo más significativo de sus diferencias la falta de equilibrio emocional que luego se transforma en su propia perdición (de este modo en la cinta queda claro la ineptitud de la juventud, que queda desfavorecida al ponerla frente a la cordura de la madurez).
    En pocas palabras, quien a la fecha no haya visto esta obra, debe procurar a la brevedad hacerlo, pues se está perdiendo una de las películas más sublimes de su género; mientras que quien no la haya vuelto a ver desde hace rato, bien debería darle otro oportunidad, de modo de encontrar en ella nuevos focos en los que detenerse para disfrutarla con plenitud.

David Fincher: un director para tener en cuenta.
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