lunes, 27 de mayo de 2013

Nominado al premio “One lovely blog award”.


     Queridos lectores y seguidores, comparto hoy con ustedes la dicha de que me hayan concedido el honor de ser nominado al premio One lovely blog award”.  Para su descripción, me limitaré a citar las palabras de Tomás Rivera, un amigo virtual quien desde la Madre Patria y a través de su genial blog KindleGarten (que recomiendo desde que lo descubrí gratamente hace unos pocos meses) me nominó para tal galardón.  Así es como en su página Tomás al referirse a este premio dice lo siguiente:

     “Este premio es un reconocimiento mutuo entre blogueros, y está pensado para aumentar la visibilidad y la popularidad de los blogs premiados, que tengan carácter personal y no estén promocionados ni apoyados por grandes grupos mediáticos, sino que dependan de la dedicación, el empeño, el esfuerzo y la ilusión personales de su autor o autora”.

    Ahora bien, la persona a quien se le nomina, debe a su vez cumplir con los siguientes requisitos/pasos para continuar con el proceso:

  1. Nombrar y agradecer el premio a la persona/blog que le concede la mención.

  1. Hacerse seguidor, de alguna manera, del blog.

  1. Responder a las 11 preguntas que se le hacen.

  1. Conceder el premio a 11 blogs que le gusten, acaben de comenzar, que tengan pocos seguidores…

  1. Hacer 11 nuevas preguntas a los que premie.

  1. Informar del premio a cada uno de esos blogs.

    Por lo tanto, me dispongo a cumplir con lo presentado arriba.
    Es así como una vez más agradezco a Tomás por concederme tal distinción, lo cual me alegra bastante, puesto que para mí una de las mejores dichas es que la gente que uno aprecia valore lo que hago; a su vez Tomás a través de su maravilloso blog KindleGarten me ha otorgado lecturas gratificantes, por medio de su ingeniosa e inteligente forma para hacer crítica literaria.  Por otro lado puedo contar que tuve el gusto de ser su primer seguidor (o “lector constante” como le gusta llamar a Stephen King, el escritor favorito de ambos), puesto que supe de su página apenas la concibió. 
    Ahora es el momento de responder a sus entretenidas preguntas que recibí junto al resto de sus blogs nominados:

1. ¿Cuál es la mayor satisfacción que te proporciona escribir tu blog?

R/ Poder compartir con otros aquellos temas que me hacen feliz y saber que a lo largo del mundo hay gente que también le interesan; de este modo uno descubre en mayor medida que no está solo y puede contribuir aunque sea con un granito de arena al “ocio de calidad” en la vida de algunas personas.

2. ¿Alguna vez tienes la sensación de estar predicando en el desierto?

R/ Para nada, puesto que me doy cuenta de que en varias partes del mundo me leen (y en algunos casos hasta me comentan y me “siguen”).  Pero lo más cercano al respecto sobre esta idea planteado en la pregunta, es sentir que quienes me conocen en persona, y son de confianza desde hace años para mí, no le toman importancia a mi labor, pues ni se dignan a darme unos minutos de su vida para leerme y sí prefieren la sobreexposición populista del Facebook  y el recurso facilista de Tweeter (en cambio gente que no me conoce en persona o poco, sí lo hace).

3. ¿Te preocupa ofender las creencias religiosas, la ideología, la sensibilidad o los sentimientos de tus posibles lectores con tus publicaciones?

R/ No, puesto que cuando escribo la mayor parte de las veces procuro no herir susceptibilidades, aún cuando en ocasiones no todo el mundo piensa como uno y al final algo afirmado sin mayores intenciones perniciosas, sí molesta a la gente (lo sé por experiencia propia).

4. ¿Aceptarías patrocinios, publicidad o promoción si condicionasen tu libertad de opinión y de estilo y tu elección de contenidos?

R/ No, puesto que la libertad que me entrega este blog para escribir lo que se me viene a la mente, es lo que me impulsa a hacer uso de mi libre albedrío y la situación propuesta me negaría a esta satisfacción.

5. ¿Necesitas algunas condiciones especiales para escribir tu blog (silencio, música, estar en un sitio en concreto, determinada hora del día, café, té...)?

R/Solo la inspiración, que no me cuesta que llegue (por lo general planeo con anticipación lo que escribo y publico, apenas mi “musa” me toca con sus dedos mágicos).  Puedo escribir tanto en una sala de clases, como en el metro, un mall y obviamente en mi casa, entre otras partes.  Eso sí, siempre me es grato estar acompañado por buena música (lo que no siempre puede ser).

6. ¿Piensas que tu blog (por su temática, su concepto, su orientación...) tiene fecha de caducidad?

R/ Lejos la pregunta más rara de este cuestionario…Supongo que ello vendrá cuando la vida me lo impida (mi fallecimiento) o, poniéndome más melodramático, cuando ocurra algún tipo de catástrofe como el cierre de la Red, quién sabe.

7. ¿Crees que entre blogueros hay buen ambiente, camaradería, apoyo mutuo, o por el contrario hay competencia, envidia, rivalidades...?

R/ Mi propia experiencia a lo largo de estos poco más de dos años en el tema, ha sido demasiado buena.  Es así cómo gente a lo largo del mundo se ha comunicado conmigo y hemos crecido juntos en esta actividad (y en ese sentido les agradezco a todos ellos y por eso serán quiénes nominaré para este premio).


8. ¿Prefieres que un blog tenga una temática concreta y específica o qué trate diversos temas?

R/ De hecho ya lo tiene, si bien podría decir que dentro de su temática, en cierto punto puede resultar “misceláneo”, ya que a la larga, son varias las pasiones que tengo (las que igual se conectan entre sí).

9. ¿Consideras que hay un exceso de blogs actualmente en Internet?

R/ Como no soy un seguidor de muchos blogs (yo que creo que “el que mucho abarca poco aprieta”), no conozco demasiados; por ende ignoro qué tantos hay por ahí, si bien creo es de seguro que en un mundo tan grande, con tanta gente, debe haber blogs para todo (y para todos).

10. ¿Alguna vez has tenido un "bloqueo del escritor" que te impidiese publicar en tu blog?

R/ En parte ya respondí esta pregunta con mi respuesta a la N° 5: No, para nada, pues siempre hay algo que me llega lo suficiente como para despertar en mí el espíritu comunicador de mi persona.

11. Por último, ¿Qué consideras más adecuado, recibir pocos comentarios de calidad o muchos aunque no aporten demasiado al blog?

R/ Por mí recibiera todos los días comentarios de quienes visitan mi blog, que eso me hace bastante dichoso (pero con suerte recibo uno a la semana, je).

    A continuación, los siguientes blogs son los que nomino para este galardón, páginas que cada una a su manera resulta significativa para mí y a su vez me gustaría mucho que el trabajo de sus gestores fuese conocido y reconocido por más gente; a su vez espero incentivarlos con esta nominación a seguir con su loable labor, que bien pese a la calidad de su trabajo, algunos de ellos no han sido muy constantes en actualizarse que digamos:

1- Constant Motions de Jorge Luis Castaños.

2- Ioxman de Iván Piñeyro.

3- Le Dicen Poesía de Miguel Acevedo.

4- Los Muertevideanos de Darío Valle.

5- Jano en Línea de Alejandro Sanhueza.

6- Fcuda de Abraham Villaseñor.

7- Anime Heaven/Anime Wizard de Richard

8- Delirios de la Dama de Damablanca.

9- Blog del Estudiante de Biología de Juan Alemán.

10- Cine/musica rosalabrandero de CMRL y cmjl.

11- La Biblioteca de San Justino de Astarajael.

    Luego de compartir con ustedes mi lista de seleccionados, no me queda más que hacerles las 11 preguntas de rigor para seguir con el proceso de este certamen:

1- ¿Qué te motivó a crear tu blog?
2- ¿Cuál de todas tus entradas es la más importante para ti?
3- ¿Cuál consideras que es el gran aporte que le hacen los blogs a la Red?
4- ¿Cómo es tu proceso a la hora de planear, escribir y subir una nueva entrada a tu blog?
5- ¿Consideras que hay un dejo de vanidad a la hora de crear un blog?
6- ¿Qué papel cumplen los comentarios y seguidores dentro de un blog?
7- ¿Si tuvieras que hacerle una mejora a tu blog cuál sería?
8- ¿Has considerado editar en papel el contenido de tu blog de una forma más “profesional”?
9- ¿Cómo sintetizarías en una oración el contenido de tu blog?
10- ¿Qué planes tienes a futuro para tu blog?

…Y por último.

11- ¿Cómo te gustaría que la gente recordara tu labor de bloguero?

    Pues ojalá mis preguntas inspiren a sus destinatarios a explayarse sin temor y no quede en vano esta interesante iniciativa; puesto que ahora es el momento de comunicarles su nominación.

     

lunes, 20 de mayo de 2013

Los Monstruos que habitan dentro de nosotros mismos.



     Frank Darabont ya poseía su propio prestigio cuando en el 2007 estrenó su película The Mist, de la cual fue además de director, guionista y productor.  Éste filme fue el cuarto suyo tras las cámaras, si bien ya había probado suerte como guionista en filmes   de terror tales como Pesadilla en la Calle Elm 3, el remake de La Mancha Voraz, La Mosca II y Mary Shelley´s Frankenstein; en cuanto a las obras dirigidas por él mismo, la dos primeras están consideradas entre las mejores adaptaciones para el cine del trabajo literario de Stephen King: The Shawshank Redemption (conocida en español como Sueños de Fuga, Sueños de Libertad y Cadena Perpetua) y The Green Mile (traducida por acá como Milagros Inesperados).  No obstante las cintas recién mencionadas no fueron las primeras adaptaciones de Darabont de un texto de King, si no que fue a principios de los ochenta que aún estudiando cine, el futuro director y guionista profesional, realizó un cortometraje basado en su cuento La Dama de la Habitación, una historia bastante dramática y para nada de terror; fue así como esta proeza le consiguió acaparar la atención de los fanáticos del autor, de la crítica y del propio Stephen King (de quien luego se convirtió en un gran amigo).  Si bien tras su elogiado debut con el cortometraje recién mencionado, el director y guionista se dedicó a escribir para películas del género bastante efectivas, en el caso de sus propias obras (incluyendo The Majestic que sólo tangencialmente tiene relación con su escritor favorito, como más adelante se detallará acá), estas correspondían a claros dramas y se alejaban de lo fantástico y de la ciencia ficción; no obstante con todas ellas el artista sin duda logró emocionar hasta las lágrimas a los espectadores.  Empero al ser alguien que también gustaba de las historias de horror y sangre convencionales, Darabont sentía desde hace rato el impulso de filmar una de estas películas y resultaba más que obvio que su primera incursión en esta temática como director, sería al alero del mismísimo King (de quien contaba sin vacilación con sus bendiciones, para hacer lo que quisiera con su trabajo).
    Aparecida originalmente en la hoy clásica antología de terror Dark Forces en 1980, The Mist fue recogida por su creador para formar parte de su segunda colección de relatos personales, Skeleton Crew, en 1983.  The Mist es una potente novela corta de alrededor de 100 páginas donde el autor dio rienda suelta a su amor por las viejas películas de terror de monstruos (gigantes la mayoría), muchas veces producto de las mutaciones provocadas por la bomba atómica y sus consecuencias, los que se dispersan en medio de la población y se comen vivas a sus víctimas.  Frank Darabont quiso homenajear esta misma idea de Stephen King, pretendiendo filmar su nuevo largometraje en blanco y negro; no obstante el resto de los productores encontraron demasiado “osada” su propuesta audiovisual y debió estrenar el filme en color, aunque sí pudo sacar una versión para el DVD y el blu-ray tal y como en un principio pretendía mostrar a su público.
    Tanto el texto original como su versión fílmica, cuentan lo que sucede cuando un grupo de personas, quienes luego de una tormenta van a comprar a un supermercado, se ven obligados a refugiarse en este lugar al ser rodeados por una misteriosa niebla.  El fenómeno para nada resulta ser algo normal, ya que como bien estas personas lograron comprobar apenas ocurrió el suceso, algo extraño se oculta tras el vapor, criaturas pesadillescas que poco a poco irán haciéndose ver y cobrando la vida de los sobrevivientes.  En cuanto al origen de la niebla, los pocos datos que logran reunir los personajes, es que tiene que ver con un proyecto ultrasecreto científico militar, que se ha salido del control de sus responsables. 
     El grupo de individuos que se haya protegido hasta cierto punto de los monstruos, resulta ser bastante heterogéneo.  Todos estos, cual muestrario de la misma sociedad humana, responden a distintos arquetipos mentales, que bien demuestran en la interacción entre sí, cómo respondemos en masa al enfrentarnos a situaciones límites; de este modo se pone al descubierto lo mejor y lo peor de nuestra propia naturaleza.   Es así cómo a lo largo del par de días que les toca pasar juntos, se darán a desarrollar situaciones de hondo dramatismo, que demostrarán cómo cuando el ser humano pierde la seguridad de su vida cotidiana, saca a relucir o bien al troglodita que subyace en su interior, o bien al héroe latente dentro de sí.  De tal modo esta historia de terror, se constituye en una metáfora sobre la inclinación humana por sus instintos más bajos, ante cualquier hecho que signifique poner en peligro su cotidianeidad (además, estamos frente a un relato de claras reminiscencias lovecrafnianas, debido a las características de sus bestias que al parecer provienen de dimensiones infernales y que en su mayoría apenas se logran vislumbrar en su monstruosidad).
    Tal y cómo gusta a Stephen King en gran parte de su obra, la historia tiene como a protagonistas a hombres, mujeres y niños comunes que se enfrentan a lo extraordinario; de este modo en dicha obra nos encontramos con simples obreros, profesores, ancianos, trabajadores, dueñas de casa y niños, quienes responden como en la vida real a la irrupción de la eventualidad.  Mención especial corresponde al protagonista, un padre de familia pintor de profesión, protagonista típico de la obra de King, cuya condición de hombre capaz de trabajar con la imaginación, le otorga la virtud de sobrepasar lo racional para superar sus barreras y aceptar que la verdad está por sobre lo que dicen los rígidos estamentos de la sociedad (en otras palabras, solo los de mente amplia logran superar con dignidad algunas de las más duras pruebas de la vida misma).  Y tal cómo muestra muy bien Darabont con su soberbio guión, por supuesto tomado de las ideas centrales de Stephen King, las personas más insignificantes a primera vista, pueden llegar a ser las más exitosas a la hora de luchar contra la adversidad, sin importar su preparación intelectual o formal: todo porque radica en la fuerza del espíritu y la voluntad la capacidad para sobreponerse a la contingencia.
    Respecto a lo abordado en el párrafo anterior, resulta interesante ver el caso de dos personajes que destacan en la novela corta y la cinta, si bien no lo hacen como ejemplos de lo mejor de nuestra especie: Tenemos por un lado al abogado Brent Norton, un tipo con cierto poder y de personalidad rígida, racionalista, soberbia y conflictiva, quien se niega a aceptar la realidad pese a lo que los hechos demuestran; éste actúa con violencia cuando se le pide su cooperación y lo único que hace es esperar a que la vida siga funcionando cómo acostumbra que sea, sin que él tenga que hacer algún sacrificio para ello.  En este sentido el sujeto responde al estereotipo del hombre de ciencias obcecado, sin un ápice de espiritualidad y cuya rigidez mental es su propia condenación. Demás está decir que la labor actoral del afroamericano Andre Braugher, le otorga a su complejo personaje un cariz humano, que logra provocar empatía por alguien que bien podría resultar odioso. En contraposición a éste, aunque igualmente con un carácter negativo, se encuentra la fanática religiosa fundamentalista de la Señora Carmody, verdadero peligro para la cordura y la seguridad de quienes lo rodean; ésta en su afán de ver los eventos como una demostración de que el Apocalipsis bíblico ha llegado, provoca otro nudo de tensión en el grupo que se ha formado en el supermercado.  Por supuesto que la mujer representa al dogmático religioso o en general ideológico que basa su vida en el temor, el odio, la intolerancia y no en el amor y que con sus creencias arrastra a las mentes más susceptibles a la perdición (personajes que como Rasputín, Hitler y muchos más en la historia, han sacado provecho del pueblo en los momentos de crisis espiritual).  Ante un personaje de estas características, el desempeño actoral de Marcia Gay Harden, quien logra recrear con realce a uno de los mejores personajes locos de la literatura de King, otorga con sus intervenciones algunos de los mejores momentos del filme.
Una de las grandes escenas de "ataque monstruoso"
de la película.
    Como hombre de fe y grandes conocimientos religiosos, King apoya su texto con numerosas citas bíblicas y referencias a la creencia en Dios, todas por parte de varios personajes y no sólo de la boca de la ya nombrada Carmody; en el filme Darabont hace uso de estos elementos para hacer calzar las referencias muy bien con los hechos que muestra.  Al respecto resulta interesante cuando uno de los personajes, un “motokero”, como le llamamos en Chile (motorista), de apariencia arisca y que al final resulta ser un hombre valeroso y agradable, le refriega en su cara a la Carmody que él también cree en Dios, pero en uno amoroso, no vengativo y cruel como ella sostiene.  Por otro lado (y he aquí todo un spoiler dentro de este texto), cuando otro de los grandes personajes de la historia (un “simple” cajero de supermercado, quien tiene algunos de los mejores diálogos y monólogos en la película, muy acertados en sus análisis psicológicos) mata a la fanática religiosa, el director muestra esta escena como una verdadera ejecución salida o bien de un pasaje de la biblia, o bien de un western; ideario donde el mal (aquí por supuesto representado en la figura de la loca mujer) es destruido sin vacilaciones por las fuerzas del bien (y les aseguro que hace aplaudir a más de un espectador con este acontecimiento).
     Continuando con el análisis de los personajes de la historia, los militares que aparecen en ella, quienes se suponen deberían proteger y liderar como nadie a los demás, en el filme se muestran como inútiles y cobardes; por ende, las grandes decisiones y acciones las toman aquellos de quienes menos se espera lo hagan.
     Volviendo a los detalles técnicos de la película, una vez más Frank Darabont demuestra su talento.  Es así cómo acá realiza algunas de las mejores tomas cinematográficas en las distintas escenas de su cinta, las que le otorgan en su conjunto un efecto dramático que acentúa la calidad artística de ésta: por ejemplo, cuando ubica la cámara de tal modo que podamos apreciar los acontecimientos desde el punto de vista de un personaje o las pocas veces en que hace uso de la cámara lenta.  Con todo esto, Darabont logra un mayor compromiso emocional del receptor con la historia que nos está contando; lo mismo ocurre cuando ilustra en los primeros planos del rostro de los personajes, el efecto que provocan en ellos los hechos que están ocurriendo.
    Ligado a lo de arriba, una vez más Darabont logra reunir a un increíble reparto de grandes actores para trabajar con ellos, muchos de ellos de su total confianza; dentro de estos se encuentran Laurie Holden, Jeffrey DeMunn y William Sadler, quienes ya habían laborado con éste y en el caso de los dos primeros, fueron llamados de nuevo para su proyecto televisivo de The Walking Dead.   Todas las actuaciones en el filme resultan ser más que convincentes, destacando además de los ya mencionados Brauguer y la Harden, el trabajo hecho por el protagonista Thomas Jane (segunda participación suya en una obra para el cine de King, luego de Cazador de Sueños, siendo que muchos de los otros actores de la cinta ya habían participado en otras adaptaciones del trabajo del escritor), quien le otorga a su personaje una humanidad que logra conmover como pocos al público y en especial en el impactante desenlace de la película que da que hablar incluso hoy en día, conclusión creada por el director y guionista que va más allá del final abierto escrito por King (superándolo incluso, como ya lo hizo antes con Sueños de Fuga); Jane es un actor versátil que ha logrado interpretar personajes tan dispares entre sí, en numerosos géneros, demostrando no solo ser uno de los actores más apuestos y sexys de Hollywood, si no que de los mejores de su generación (y que no necesita salir por completo a torso desnudo para acaparar la atención de la gente).  Por otro lado, cabe destacar al niño Nathan Gamble como el hijo del personaje interpretado por Thomas Jane; el chico realiza un papel impresionante, logrando ser convincente a tal punto de que uno llega a creer que en verdad el infante está pasando por una crisis  (tanto su sonrisa, como su llanto, logran conmover al espectador).


     Para ser una película de bajo presupuesto (su director lo quiso así), tan “solo” 18 millones de dólares, The Mist demuestra que basta con un gran equipo artístico y técnico, para llegar a entregar una verdadera obra de arte de la cinematografía.  En este sentido una vez más vuelven a maravillar los efectos especiales diseñados por KNB (Greg Nicotero y Howard Berger con todo su equipo), responsables de este tipo de trabajo en varias cintas famosas del género y series de televisión.  Fue así cómo que para esta cinta diseñaron algunas de las criaturas más aterradoras e impactantes del séptimo arte, las que si bien poseían una que otra característica con animales reales (pulpos, saltamontes, arañas y pterodáctilos, entre otros), fueron creados de tal forma que en su conjunto se veían espeluznantes (como los bichos voladores y las arañas con cabezas parecidas a cráneos humanos).   Algunos de estos seres se pudieron ver en el filme con nitidez, mientras que otros para acentuar su aire grotesco, apenas pudieron vislumbrarse y aún así lograban despertar más pavor que el resto en el público.
     Mención especial merece la música compuesta por el consagrado Mark Isham, quien comenzó su carrera haciendo trabajos del estilo new age bastante hermosos; Isham luego se dedicó también al cine, realizando bandas sonoras para todo tipo de películas, en diversos estilos, alternando entre lo sinfónico, lo electrónico y lo coral.  En el caso de este filme hizo unos pocos temas, a los que puso más que significativos títulos como Tentáculos, Bichos y Arañas.  En cuanto al tema musical del final de la cinta, justo en su intenso e inolvidable clímax, corresponde a una ominosa, pero aún preciosa composición del dúo Dead can Dance, con la bella voz de su integrante Lisa Gerard y titulado The Host of Seraphin.
    Como gusta hacer a su creador, Frank Darabont, la película le hace unos cuantos homenajes al cine y a Stephen King mismo en varios momentos.  Por ejemplo, al principio de la cinta se observa pintando un cuadro al protagonista y éste resulta ser una hermosa ilustración de Rolando de Gilead, personaje central de la saga de La Torre Oscura de King; a su vez el rostro del Rolando retratado es claramente parecido al de Clint Eastwood, actor y director en el cual el escritor se inspiró para crear a su héroe (Darabont ya le había hecho un tributo a Rolando y a su saga de novelas en su filme The Majestic, al hacer que los personajes vean un filme cuyo protagonista heroico y con apariencia de pistolero, se llama nada menos que Rolando).  Por otro lado en esta misma escena se ven cuadros de la película española El Laberinto del Fauno y The Thing (siendo que en otra escena se ve a un monstruo corriendo en llamas tal como en la clásica película  de John Carpenter).  En otro momento, en el supermercado, se ve una estantería con libros de King.  Por último, en la misma escena tributo a The Thing hay un homenaje a Aliens cuando se ve cómo de un moribundo salen numerosas criaturas de su cuerpo.  Por último la farmacia donde se ven las imágenes de los monstruos ya mencionadas acá, se llama La Farmacia de Stephen (el origen del nombre no puede quedar en duda ¿No?).
     La película logra asustar a sus destinatarios y no sólo por sus monstruos, si no que por las mismas situaciones límites en las que se encuentran sus protagonistas, donde muchas veces el peligro viene de entre ellos mismos; a su vez resulta imposible no quedar indiferentes frente al drama humano de los personajes, quienes se encuentran tan bien caracterizados tanto en sus particulares psicologías, como en especial por la dedicación de los actores a la hora de darles vida.
     
El genial director y guionista de esta joyita del cine de terror.

viernes, 17 de mayo de 2013

La Evolución de un Artista: “Tinta Roja” de Alberto Fuguet.




     En 1990 irrumpió en la literatura chilena un joven escritor con una pequeña colección de cuentos, Sobredosis, la cual contenía 5 historias algunas de las cuales habían participado en certámenes literarios, ganándolos en algunos casos (como fue con su relato Pelando a Rocío) y comenzaron a darle a este nuevo talento cierta fama desde antes de la edición de su primer libro.
    El autor había vivido hasta los 13 años en USA, donde sólo aprendió el inglés como lengua para comunicarse, por lo cual cuando con su familia se vino a un Chile todavía en plena dictadura militar de Pinochet, se encontró con una realidad completamente distinta a la que conocía, además de verse obligado a aprender rápidamente la lengua de su nueva patria.  Pasaron los años y el futuro escritor entró a estudiar periodismo.  Así fue como gracias a sus ganas por comunicar a otros lo que le entusiasmaba (en especial la cultura pop de origen gringo, preferentemente el rock, el cine y obviamente la literatura), y a su claro talento en la escritura, entró a unos cuantos talleres literarios (entre ellos uno dirigido nada menos que por José Donoso, uno de los autores nacionales más importantes a nivel internacional), de modo que luego fue seleccionado por la ya clásica (y extinta) revista de corte juvenil Zona de Contacto de El Mercurio, para escribir críticas y mantener una sección de crónicas.  Así partió su carrera en las letras, de modo que tras la exitosa publicación del tomo ya mencionado, llegó su primera novela, Mala Onda.  Este evento editorial provocó tanto indignación por su nihilista temática en ciertos sectores conservadores, como alabanzas por parte de un grupo de la crítica de mirada más amplia; a su vez los jóvenes de su misma generación, a los que Fuguet retrataba tan bien en sus textos, se convirtieron en parte esencial de su público.
    Fuguet era hijo de una familia de situación acomodada.  Cuando llegó al país y poco a poco fue creciendo, primero en un país sitiado por la represión social, y luego en uno que comenzaba a despertar en medio de un tímido regreso a la democracia, se encontró formando parte de una juventud que pese a sus privilegios económicos, no era dichosa.  Eran jóvenes desmotivados, cuyas vidas no tenían sentido y que tapaban la falta de expectativas con experiencias desenfrenadas llenas de sexo, drogas, alcohol y todo tipo de vivencias adrenalínicas; esta juventud “hija de Pinochet” y heredera de las familias de rancia alcurnia, sería la que luego (y hoy en el presente) formaría parte de las clases dominantes del país.  Ý pues bien, Alberto Fuguet conocía desde dentro y muy bien a este tipo de gente y como nunca antes habían sido retratados en las letras nacionales, se encargó de ser el primero en hacerlo.
    Como muestra, un botón, sacado de las primeras líneas de su novela inicial:

   “Estoy en la arena, tumbado raja, pegoteado por la humedad, sin fuerzas siquiera para arrojarme al mar y flotar un rato hasta desaparecer. Estoy aburrido, lateado: hasta pensar me agota.
    Desde hace una hora, mi única distracción ha sido sentir como los rayos del sol me taladran los párpados, agujas de vudú que alguna ex me introduce desde Haití o Jamaica, de puro puta que es.
    Pienso: no debí dejar los anteojos de sol en el hotel. Seguro que me los va a robar alguno de los imbéciles de mi curso; después van a achacárselo a una de esas camareras negras que los muy huevones intentaron tirarse. Vuelvo a lo mismo: debí haberlos traído. No se puede venir a la playa sin protección. No se puede andar sin gafas. Si estaban al alcance de mi mano, en el velador, tan cerca. Incluso los estuve mirando un rato. Me los van a robar, de puro huevón que soy, de puro volado que soy.
Me dedico a pensar un poco, archivar el problema de los Ray-Ban, pasar a otro tema. Reflexiono: es probable que nunca más haga tanto calor como hoy. Un grado más y todo estalla, declaran estado de emergencia, evacuan toda la ciudad. Pero a nadie le importa. Lo que para ellos es rutina”.

     De este modo Fuguet se dedicó a fotografiar con la palabra a su generación, la que si bien formaba parte de la población chilena, no correspondía a la totalidad de la idiosincrasia nacional;  por supuesto que en su particular forma de escribir ilustraba en términos generales la misma condición humana, de modo que su obra bien escapaba de los tintes meramente localistas como para interesar a lectores extranjeros, pero aún así tendía a poseer cierto elitismo que lo alejaba de un gran número de lectores.   Entonces todo cambió cuando en 1996 lanzó su tercera novela: Tinta Roja
     Dentro del carácter universal de esta obra, se encuentra el hecho de que un director peruano haya decidido adaptarla para el cine, de modo que el trabajo de Francisco Lombardi bien muestra cómo sus personajes e historias sobrepasan la inmediatez de tiempo y lugar; en otras palabras, con ello tanto libro como película, cuentan una historia que puede ser apreciada sin distinción de nacionalidad.
    
Afiche de la versión cinematográfica del libro.
Con este libro, Fuguet se permitió cambiar la orientación de su obra (hasta cierto punto claro), dejando de lado su obsesión con la juventud de “alta alcurnia” chilena y sus vacíos existenciales, para dar paso a un trabajo, quizás, más comprometido a la hora de reflejar de una forma más pareja nuestra sociedad.  Es así cómo el protagonismo del libro ya no lo tiene solamente un veinteañero, si no que es compartido con un hombre maduro; de este modo además a lo largo de sus páginas aparecen llamativos personajes, todos ellos pertenecientes a una clase social más humilde que las de sus anteriores antihéroes,  pero aún así manteniendo la mayoría su buena carga de decadencia, la que tanto le atrae mostrar a su autor (no en vano uno de sus escritores favoritos y clara influencia es Charles Bukowski, quien no escribía sobre situaciones idealizadas que digamos).  No obstante con todos estos personajes, los cuales en su mayoría llegan a ser tanto pintorescos, como incluso llegan a despertar en el lector simpatía, el escritor logra más que nunca representar una buena parte de lo que resulta ser este país; así es cómo en Tinta Roja los personajes son representativos de esos individuos anónimos que pululan por la vida real, cada uno con sus mañas, virtudes, defectos  y miserias, pero sin duda tan propios de nuestro país, algo que apenas se había visto con sus sofisticados y aún así autodestructivos protagonistas.  En esta novela todavía hay gente como el Matías de Mala Onda, su padre y sus amigos, entes infelices que sólo tienen sus vicios para olvidar sus penurias, pero pese a todo ahora son seres sensibles, incluso tiernos y que bien son capaces de demostrar que todavía hay luz en sus vidas.
    La novela en cuestión es la historia de Alfonso Fernández, un estudiante terminal de periodismo, quien debe pasar todo el verano en la sección policial de un popular y “amarillista” diario santiaguino, con el fin de conseguir su título tras hacer la práctica.  Allí se encontrará bajo las órdenes de Saúl Faúndez, un hombre ya maduro considerado toda una leyenda viviente dentro del rubro; éste no sólo será su modelo a seguir en lo profesional, si no que además en muy corto tiempo se transformará para el muchacho en la figura paterna, que por tantos años tuvo aplazada en su vida.  A su vez ya dentro del periódico El Clamor, Alfonso se verá expuesto a un gran número de casos donde día a día se logra apreciar la violencia que forma parte de la sociedad capitalina y chilena en general.  Además llegará a interactuar con un grupo de seres realmente singulares, lo que en su conjunto contribuirá tanto al crecimiento técnico, como humano del joven aspirante a periodista (y escritor).
     El libro en sí parte con un capítulo de apertura titulado Verano, donde el narrador es en primera persona y cuenta lo que le sucede cuando conoce a su joven practicante de periodismo, con quien se siente identificado.  Durante este primer capítulo la narración resulta ser bastante emotiva y melancólica, con cierta prosa poética no vista (o leída) antes en el autor.  He aquí un fragmento para identificar mejor lo expuesto recién:

     “Hay veces en que uno sólo puede estar en el lugar del mundo que importa, ayudando a sólo una persona. Pocos tienen la suerte de estar justo ahí. Y los que están, por lo general huyen. Se asustan. Hace un rato, creo, estuve donde tenía que estar. Es una gran sensación saber que estás haciendo lo correcto. Martín, me parece, se percató. A todos alguna vez nos han ayudado, y la sensación de haber sido acogido cuando se estuvo más perdido es de tal intensidad, que uno termina sintiéndose en deuda no tanto con esa persona, sino consigo mismo. Es como si a lo largo de los años el deseo de retribuir ese apoyo aumentara. El deseo de ayudar a otro tal como te ayudaron a ti comienza a embargarte y a no dejarte tranquilo. Este era el momento, el instante en que debía devolverle la mano al pasado. Martín se percató. Paró de vomitar y de llorar y comenzó, ahí, sentado en la cuneta, a hablar. A hablar como nunca lo había hecho. Yo lo escuché. Atento.
    Mientras balbuceaba me acordé de Benjamín, de cuando era niño y yo llegaba borracho; fue un dolor tan punzante que me ardió y me hizo caer también al pasto húmedo. No es fácil darse cuenta de cuánto uno ha perdido, a cuánta gente ha dañado. No pude dejar de llorar y de sentir que no era casualidad, que esta vez sí iba a estar presente cuando me necesitaran, tal como una vez, en una situación aterradoramente parecida, el viejo Saúl Faúndez me habló como nadie me había hablado”.

     Tras este memorable comienzo, el resto del texto corresponde a un extenso racconto, donde ahora se pasa a un narrador omnisciente y el tono de la escritura se parece a algo más parecido a la escritura habitual de su autor.  No obstante esta vez Fuguet demuestra manejar un muy agradable tono humorístico para numerosos momentos del libro, pero también sin dejar de lado el abundante uso de lenguaje coloquial en los diálogos (bastante espontáneos por cierto), la múltiples referencias intertextuales que ayudan a reflejar mejor la época y la sociedad en la que se desarrolla gran parte del libro (mediados de los ochenta más o menos) y cierto lirismo en la su prosa, ya mencionado arriba.
    La novela se encuentra estructurada en base a capítulos cortos, los que llevan por lo general un título sacado de los mismos diálogos de sus páginas.  Estos breves episodios cuentan de forma algo pausada el devenir de los dos protagonistas (Alfonso y Saúl), dándole preponderancia a los hechos que les toca cubrir y los cuales de algún modo repercuten en sus propias vidas, directa o indirectamente.  No obstante en algunas ocasiones, la corta extensión de estos capítulos deja al lector con gusto a poco, al no desarrollarse tan bien como se quisiera, estos eventos de carácter episódico.
   El último capítulo vuelve al narrador y la época del primero, de modo que con ello queda de manifiesto que el narrador es el mismo Alfonso de la narración central, ahora más viejo y a quien le ha tocado cumplir en esta ocasión el mismo papel que desempeñó en un momento su maestro Saúl (de este modo la novela sigue la idea cíclica del tiempo, como también presenta a su manera la inclusión del concepto del karma, al hacer que Alfonso se transforme en alguien parecido a quien lo acogió cuando joven).
    Alfonso Fernández a diferencia de los anteriores protagonistas de Fuguet, no pertenece a la llamada clase alta de la sociedad chilena, si no que es hijo de una esforzada familia de clase media; sin embargo tal como el ya famoso Matías de su primera obra, tiene a un padre ausente y su propia familia resulta bastante disfuncional, lo que le ha dado al muchacho una personalidad algo insegura.  Pese a todo Alfonso es una persona ingenua a su manera, de buen corazón, empero a lo largo del libro irá demostrando los tonos más grises de su personalidad, como su tendencia a la desesperanza.
     Dentro de su abundante descripción de lugares, personajes y costumbres populares en su desarrollo, el escritor presenta un tema que en la literatura nacional cobra bastante relevancia: la Chilenidad, el cual en todo caso es abordado con mayor despliegue en nuestro teatro.  Con el concepto de “chilenidad” me estoy refiriendo a aquello que quiere definir nuestra identidad como pueblo, es decir, qué rasgos compartimos los chilenos entre sí, para bien o para mal, y lo que por supuesto se refleja en lo que pensamos y  hacemos (nuestra historia como nación, triunfos, fracasos, ídolos, arte, etc.).  Es entonces que a lo largo de sus poco más de 400 páginas, que el escritor demuestra su aprecio hacia los escritores que le precedieron, a la hora de ilustrar con sus ficciones el imaginario criollo; así es como el libro parte con una cita textual de nada menos que de Hijo de Ladrón, del gran Manuel Rojas, novela considerada por muchos como la más importante de nuestras letras (mencionándose además en el texto a autores tan caros dentro de este deseo de representar dicha chilenidad, como Luis Rivano y otros).  Por ende, el libro se constituye en un particular “bestiario” de la identidad nacional a través de sus personajes, como al ubicar gran parte de sus acontecimientos en tantos lugares comunes a la sociedad capitalina, tales como hoteles, moteles, cabarets, cocinerías y restaurantes, calles, comunas, ciudades y otros.   La siguiente cita textual puede ayudar a comprobar este aspecto del libro, donde el lenguaje usado por los personajes resulta además, tal como ya se mencionó, tan “chileno”.

    “Faúndez se apoya en un farol y enciende un cigarrillo. La mujer, de tacos altos y un llamativo sombrero antiguo, se bambolea en dirección al centro.
     —No es mucho mayor que yo. Es increíble cómo las mujeres envejecen más que los hombres. Compáranos. La pobre es una abuela con un pasado y yo estoy como membrillo. En mi mejor momento. ¿Estás de acuerdo?
     —Un lolo, don Saúl. Con más vitalidad que muchos compañeros míos.
     —Aparte de la próstata, todo perfecto.
     Faúndez calla un instante y deja pasar una micro antes de seguir su historia:
     —Recién se lo pude meter, Pendejo, cuando ya estaba entrando en su decadencia. Me la tiré en ese hotel que está ahí. El Bandera. Con mi primer sueldo de Las Noticias Gráficas. Me vine corriendo hasta el Hércules y no salí hasta que la maraca apareció. Me hizo esperar toda la noche. Tuve que sacar número. Se culeó como a tres clientes antes que me tocara a mí. Pero valió la pena. Claro que ya no. Ahora tendría que pagarme a mí. Ya no patina. Administra, no más.
      —¿Un prostíbulo?
      —Por desgracia, no. Y eso que partió con la propia Tía Carlina en Vivaceta. Es un negocio en decadencia ése, ahora que todos ustedes se tiran a sus pololitas. La Betsabé está a cargo del topless El Peloponeso del Caracol Bandera, aquí en la otra cuadra. ¿Sabes cómo le dicen en el ambiente?
      —No sé.
      —La Drácula. ¿Adivinas por qué?
      —Te lo chupa tan bien que te saca sangre.
      —Bien, Pendejo, bien. Así me gusta —y le palmotea la espalda—. No, no es por eso, pero me gustó igual. Está bueno. Estás aprendiendo rápido. ¿Quién lo hubiera dicho?
      —¿Por qué le dicen la Drácula, entonces?
      —La Trujillo estaba mal, ¿ya? Vieja. Tetas caídas, las carnes sueltas de tanto darle. Esto fue antes de lo del topless. El barrio chino se había ido a la mierda y la pobre se ganaba sus pesos en los cines de la periferia.
      —¿Haciendo qué?
      —Ejerciendo su oficio. Cuando uno es profesional, es profesional. Se dedica a lo suyo. No se iba a dedicar a cuidar niños”.

    El nombre de la novela hace mención tanto a la temática de ésta, al girar en torno al periodismo, como al hecho mismo de que sus protagonistas trabajan para la sección policial de su diario; dentro de esto, es importante recordar que El Clamor al ser además de corte “amarillista” y populista, vela por destacar al máximo el aspecto más sensacionalista de las noticias que cubre (de ahí lo de la Tinta Roja, lo que es tanto por el rojo de la sangre de los hechos de violencia en los que trabajan los periodistas, como también, tal como afirma el propio Alfonso al comienzo, por la tinta roja, o sea, la vocación nata hacia su profesión por parte de los personajes).  En este sentido el libro trata además la importancia de la vocación personal en la vida de los seres humanos, quienes sienten el impulso de dedicarse en cuerpo y alma a sus profesiones y oficios, vocación que los levanta por sobre sus debilidades y les otorga cierto aire heroico; es así como gracias a este espíritu de vocación, que los personajes logran conocer una felicidad más duradera que la de sus efímeras tertulias constantes con un buen trago en la mano y un suculento plato (y es acá cuando estos a su vez logran obtener la dignidad que muchas veces no muestran, así como una autenticidad que en una primera instancia pareciera no poseyeran).  De este modo frente a la pasión por la escritura, se presenta la idea de que detrás de todo periodista hay un escritor en potencia o que más bien ambas profesiones están ligadas entre sí; de este modo es que en el libro mucho de sus personajes han incursionado en la escritura creativa (y no podemos olvidar que en la vida real Fuguet es tanto escritor como periodista, así como existen muchos otros casos a lo largo del planeta).
     Dentro del tema de la prensa, el cuarto poder como algunos gustan llamarle, se encuentra en una primera instancia la contraposición entre el periodismo de plena virtud y propio de aquellos que entraron a la profesión sin tener estudios formales (pero sí un gran talento para las letras); esto es lo que representan Saúl y los de su estirpe.  En cambio Alfonso y sus compañeros de práctica son representantes de la nueva camada de periodistas, lo que necesariamente no por tener mayores conocimientos teóricos, resultan ser los mejores (y es por ello que Alfonso en realidad llega a aprender bastante de Saúl y los demás).  En este sentido, la novela muestra el final de una etapa en el periodismo nacional (y quizás de otros países también) y el comienzo de otra, con lo cual se espera lo mejor de ambas maneras de enfrentar esta profesión y para ser periodista es necesario tener un “cartón” que valide la profesión.  A su vez en la narración que abre y cierra el libro, la contraposición se da entre Alfonso y su discípulo, habiendo estudiado el primero en una importante universidad tradicional, del estado de Chile, mientras que el otro solo pudo cursar la carrera en una privada.  No obstante al final tal como muestra el curso de acontecimientos del libro, es la existencia de idoneidad o no lo que le otorga al trabajo periodístico su relevancia.
     Para terminar, recomendable resulta leer este libro, pues además de ser el comienzo de una nueva etapa en la obra de su autor (acercándose raudamente a la madurez artística), refleja muy bien lo que significa crecer, convertirse en un adulto responsable, encontrar nuestro lugar en el mundo y obtener lo más cercano a la felicidad (tanto gracias a los logros personales, como profesionales). Por último, Tinta Roja  nos permite conocernos mejor como pueblo chileno.

Alberto Fuguet.

domingo, 12 de mayo de 2013

Sexta temporada de Los Expedientes-X


     Emitida originalmente entre el 8 de noviembre de 1998 y el 16 de mayo de 1999 en su país de origen, contó con 22 episodios.
     La temporada en sí comienza con un potente primer episodio, que viene a ser la secuela directa de la película exhibida durante el mismo año en las salas de gran parte del mundo; siendo que además durante este sexto año de vida de la serie, se llegarán por fin a revelar algunos de los grandes misterios que desde sus comienzos mantuvieron al espectador en suspenso (todo en parte al impacto que tuvieron también los eventos mostrados en el filme ya mencionado). 
     Pese a la gran carga dramática de este sexto año, esta temporada y la siguiente estarán también marcadas por una seguidilla de episodios humorísticos como nunca, si bien ya en la temporada anterior hubo mucho más humor que antes; pero será durante este nuevo año de existencia del programa y del siguiente que la serie perderá en parte su tono oscuro (quizás debido a la intención de aligerarla ante tantos capítulos de hondo dramatismo y más ante la tragedia de las vidas de sus atractivos protagonistas).
Director Alvin Kersh.
     A su vez es acá cuando luego del impactante final anterior al largometraje cinematográfico, que durante gran parte de la temporada Mulder y Scully se verán fuera de los Expedientes-X, todo por mandato de sus propios superiores (lo que con claridad responde al deseo de sus enemigos de mantenerlos alejados de sus retorcidos planes); de modo que durante unos cuantos meses la oficina (prácticamente cerrada) encargada de los casos más “extraños”, estará a cargo del agente Spender, quien por cierto apenas tiene interés en estos y se encuentra en tal cargo por manipulación directa de su misterioso padre.  No obstante pese a los esfuerzos para alejar a Fox y a Dana de este tipo de casos, la dupla no cejará en recuperar sus antiguas vidas (en especial Mulder).  Dentro de la orden para quitarles a los protagonistas sus anteriores cargos, se encuentra la grave presencia de la figura del Director Alvin Kersh del FBI, quien además ordena al propio Skinner a no comprometerse profesionalmente con estos dos.
    En la temporada también destacará la figura de otro personaje de intenciones ambiguas, como resultará ser la agente Diana Fowley, quien fue introducida en el programa en el último episodio de la quinta temporada (llama la atención el parecido de su nombre con el de Dana, siendo ambas dos grandes compañeras y “amores” de Fox, poseyendo ambas gran relevancia dentro de los Expedientes-X, si bien sus personalidades y propósitos llegan a diferenciarse bastante en una primera instancia).  Ésta fue interpretada por una madura, aunque igualmente sexy Mimi Rogers, quien fue en la vida real la primera esposa de Tom Cruise.  Según corría el rumor, o bien un “particular” mito urbano, la actriz había tenido un tórrido romance con el actor David Duchovny, el mismísimo Fox Mulder de la serie, antes de trabajar juntos en ella (pasando juntos una sexodependencia, según contaban las malas lenguas).
    Por otro lado, es durante este nuevo año de producción de la serie, que ésta comienza a filmarse en Estados Unidos, luego de dejar Canadá, por petición del mismo Duchovny, quien llegó a amenazar a los productores de dejarla si no le permitían pasar más tiempo con su familia en su país (y aún así luego tuvo la desfachatez de hacerlo durante gran parte de su penúltima temporada y la última por completo, salvo el final, para luego volver en la segunda película para el cine).
    Los capítulos de esta temporada corresponden a los siguientes:

    The Beginning (El Principio): Muestra lo que sucede cuando uno de los horripilantes y sanguinarios extraterrestres que aparecieron en la película, es hallado en una zona urbana.  A su vez corresponde a la reaparición del extraño niño “mestizo” Gibson Praise, el mismo que tanta relevancia tuvo al final de la temporada anterior y quien acá se convierte en una víctima más del Hombre Cáncer.  El desenlace del capítulo es sin dudas sorprendente, por cuanto muestra la verdadera naturaleza del monstruoso alienígena.  El nombre del episodio responde tanto al comienzo de la serie de eventos que se desarrollarán a lo largo de la temporada, como a la nueva etapa del programa tras comenzar la producción en USA, posteriormente al exitoso filme de la serie hecho para el cine.
     Drive (El Viaje, siendo ésta una muy buena traducción del título original en el doblaje latino del programa): Un potente segundo capítulo, lleno de suspenso, dramatismo y poseedor de esas inteligentes premisas de ciencia ficción propia de la serie, de la que luego su heredera Fringe tomaría como modelo en sus guiones.  Un hombre se ve obligado a viajar en auto a toda velocidad, si no va a morir en forma horrible y es así como Mulder se convierte en su rehén, pero luego simpatiza con éste cuando se entera de que en realidad no es el criminal que se suponía ser.  El final una vez más demuestra cómo pese a las grandes habilidades de los protagonistas, no siempre salen ganando ante los casos que les toca resolver.
     Triangle (Triángulo): Escrito y dirigido por el propio creador del programa, Chris Carter, fue otro “experimento audiovisual” de éste, al filmar el episodio con sólo una cámara, lo que aparte de otorgar un atractivo y entretenidísimo episodio, nos dio uno de los más memorables de la serie.  Su trama muestra lo que sucede cuando Mulder se pierde en pleno Triángulo de las Bermudas y llega a un barco inglés de la Segunda Guerra Mundial tomado por los nazis; allí se encuentra con dobles de sus conocidos y pasa increíbles aventuras.   El capítulo es el primero de la temporada en poseer humor, aunque no tanto como los que vendrán después.
     Dreamland I (La Tierra de los Sueños I): Corresponde al primer y único episodio doble del programa que no tiene relación con su llamada mitología, si bien hasta cierto punto se podría decir que la aborda someramente.  La historia comienza cuando Mulder y Scully llegan a la mítica Área 51, donde se suponen guarda el gobierno de USA sus secretos sobre inteligencias extraterrestres.  Allí unos experimentos militares con artefactos alienígenas han provocado una serie de anomalías y es así como una de estas hace que Mulder se encuentra con que ha intercambiado cuerpo con uno de los responsables del proyecto; de este modo se encuentra atrapado en la aburrida vida del sujeto, mientras que éste aprovechará de encauzar la suya a través de la nueva oportunidad que tiene para ser feliz.
     Dreamland II (La Tierra de los Sueños II): Mulder hace lo posible por volver todo a la normalidad y conseguir el apoyo de Scully, mientras que el usurpador disfruta al máximo la condición en la que se encuentra y trata de seducir a su nueva compañera.  Tanto este capítulo como el anterior, está lleno de momentos inolvidables, de gran hilaridad, en ocasiones con escenas bastante absurdas, aunque aún así muy ingeniosas.
     How The Ghosts Stole Christmas (Cómo los Fantasmas se robaron la Navidad): Original especial navideño del programa, en el cual sólo aparecen en todo el capítulo Mulder, Scully y los dos simpáticos fantasmas protagonistas.  En él nuestros agentes del FBI favoritos llegan a una casa antigua donde todas las Navidades una joven pareja se ha matado; una vez dentro Fox y Dana tendrán una muy rara experiencia con el mundo de lo sobrenatural.  Otro capítulo de humor para la sexta temporada (ya llevan 4 en 6 emitidos hasta el momento).
     Terms of Endearment (La Fuerza del Cariño): Como ya ha pasado en otras ocasiones con el programa, el nombre del capítulo hace clara mención a una famosa película, en este caso a una de corte romántico, si bien esta historia corresponde al primer episodio de la temporada de corte terrorífico…y sobrenatural más encima.  Un bebé es arrancado desde el vientre de su madre y todo hace ver que fuerzas demoníacas se encuentran involucradas.  El actor invitado en esta ocasión, es nada menos que Bruce Campbell, famoso por su papel de Ash, en la trilogía original de Evil Dead de Sam Raimi.
     The Rain King (El Rey de la Lluvia): Volvemos a los capítulos de humor absurdo.  En esta ocasión se trata de un hombre que usufructúa de su supuesta habilidad para crear lluvia; no obstante la verdad es otra y los protagonistas se ven inmersos en medio de una curiosa historia de amor no correspondido.
     S.R. 819: Por fin un capítulo completamente serio y de grandes repercusiones para los eventos que vendrán más adelante.  Skinner sufre de una extraña dolencia que hace ver que alguien desea eliminarlo, por lo que corresponde a sus dos subordinados y amigos salvarle la vida.  En el episodio reaparece el senador Richard Matheson, antiguo colaborador de Mulder y otro aún más famoso personaje de la serie, quien resulta ser el culpable de los nuevos sufrimientos del Director Adjunto del FBI.  Interesante resulta en este capítulo cómo se aborda la especial relación entre Skinner con Mulder y Scully, quienes por tantas aventuras y desventuras juntos han pasado.
     Tithonus: Si Drive fue el capítulo de la temporada centrado en Mulder y el anterior en Skinner, éste es el correspondiente a Scully, siendo además uno de los mejores de este sexto año, como quizás de toda la serie; a su vez posee momentos de mucha tensión, poseyendo una ominosa atmósfera propia de los mejores años del programa (en otras palabras, es un capítulo digno de la recordada pareja de guionistas Glen Morgan y James Wong).   Cuando se descubre que un hombre mayor se ha encontrado en la escena de varias muertes violentas, donde acostumbra sacar fotos a los occisos, Scully durante la investigación llega a conocerlo mucho más de lo que en un principio hubiese querido.  El episodio en sí es una reflexión acerca del sentido de la vida y de la muerte misma, como de la naturaleza de nuestra propia mortalidad.
     Two Fathers (Dos Padres): Primera parte del único díptico de la mitología de la temporada, siendo además una de las historias más impactantes de la serie al respecto.  El capítulo comienza con un muy buen monólogo de parte del Hombre Cáncer, a un receptor de quien sólo conocemos su identidad casi al final de éste.  Durante su monólogo, el Hombre Cáncer le cuenta todo acerca de la confabulación del llamado Sindicato con el tema de la colonización extraterrestre y la participación de este misterioso grupo al respecto; es así cómo durante dicho discurso del emblemático personaje, vemos dramatizados en gran parte sus palabras.  Por otro lado, en el capítulo se ve la reaparición de Cassandra Spender, la madre del agente Spender y ex esposa de…, quien ha vuelto después de su última abducción y trae consigo increíbles secretos.
    One Son (Un Hijo): Conclusión de esta célebre historia y en la cual dos importantes personajes morirán, luego de que estos dos toman grandes decisiones que serán las detonantes de sus destinos finales (así como de sus propias redenciones).
    Agua Mala: Su titulo en el original va en español, puesto que la historia transcurre en Florida, ciudad con una fuerte influencia hispana en USA, siendo que además algunos de sus personajes resultan ser latinos.   Durante un huracán una serie de personas han desaparecido misteriosamente y todo hacer ver que es debido a un espantoso monstruo acuático.  El capítulo resulta ser muy divertido y posee también su propia cuota de humor.
    Monday (Lunes): Por fin en esta antológica serie de televisión se abordó uno de los temas más populares en la ciencia ficción y la fantasía: la repetición constante de un mismo día, debido a un elemento extraño que provocase tal distorsión temporal; de este modo, en el capítulo vemos cómo se van dando, con una y que otra diferencia, los mismos eventos, hasta que por fin los personajes logran salir del apuro (no obstante, resulta ser gracias a la intervención de un tercero, que la línea del tiempo es restablecida).  Por otro lado resulta interesante cómo el guión aborda la idea de que lejos el día más pesado de la semana es el primero de ésta, o sea, el día lunes; a su vez la trama gira en torno al concepto tan antiguo de que el Infierno es nada menos que la repetición misma, es decir, la monotonía.  Otro episodio de los mejores de la serie, muy entretenido y también con elementos humorísticos, si bien no deja de poseer su lado más dramático (en especial en su desenlace).
     Arcadia: Significativo título para un capítulo que aborda en la particular forma de la serie, la existencia de una supuesta sociedad utópica e idealizada, cuando en realidad se trata de una antiutopía y donde una vez más el miedo, la represión, la intolerancia y los secretos subyacentes, inundan esos típicos vecindarios gringos aparentemente perfectos (todo en una muestra más de  esa oscura faceta del pueblo norteamericano).  Es así como Scully y Mulder deben hacerse pasar por un matrimonio, para descubrir qué pasó en realidad con los vecinos desaparecidos de uno de estos vecindarios.  El capítulo en sí, trata de forma muy singular un antiguo mito oriental.
    Alpha: Hace tiempo que en la serie no se producía un capítulo en realidad flojo y este viene a serlo, pese a que cuenta con unas cuantas ideas originales y con un gran actor como invitado (Andrew Robinson, el carismático espía cardassiano de Star Trek: Abismo Espacial 9 y protagonista de muchas películas de culto como Harry el Sucio y Puerta al Infierno, del mismísimo Clive Barker).  Por otra parte, fue el segundo capítulo en tratar el tema de los hombres lobos, esta vez al alero del bestiario oriental (como en el capítulo anterior).  Quizás lo mejor de este olvidable episodio, sea que ahora que tras los eventos de One Son los protagonistas una vez más se encuentran a cargo de los Expedientes-X, Mulder recibe de regalo una copia del famoso afiche del ovni con la icónica frase I Want to Believe (Quiero Creer) y que tras el incendio de su antigua oficina, perdió al final de la quinta temporada.
    Trevor: Debido a una espantosa tormenta, a la que es expuesto como castigo, un presidiario sufre una mutación que le otorga la habilidad de desmaterializarse y materializarse a voluntad; cuando escapa, luego de que fue dado por muerto, Mulder y Scully deben ir tras suyo, ya que el hombre ha comenzado una serie de asesinatos en su afán de venganza.  Desde la cuarta temporada, que no aparecía en la serie uno de estos singulares asesinos tan característicos de ella.  Por cierto, debido a su particular capacidad, el criminal acá aparece en más de una ocasión supuestamente desnudo (sin embargo siempre en estos casos se le ve solo el torso o más bien de lejos), lo que posee hasta cierto punto una rara carga erótica: en cuanto a cómo se resalta esta vez el atractivo del cuerpo masculino, por sobre el de la belleza femenina como se acostumbra hacer.
     Milagro: Otra vez más en español en el original, siendo que en esta ocasión se abordan de forma muy singular algunas creencias religiosas católicas y paganas tan caras a la comunidad hispana.  El episodio en varios momentos llega a ser sublime, debido a sus poéticos diálogos e imágenes y en especial por varios monólogos y/o narración en off, que corren por parte del personaje central que aquí aparece.  El capítulo a su vez es una reflexión acerca del poder de las historias, es decir, el arte literario, como también de la soledad y el amor.  El caso abordado en el capítulo resulta ser sólo un medio para tratar todo lo anterior, con una interesante atmósfera mística y sobrenatural además.
El aterrador Cazador extraterrestre.
   The Unnatural (El Innatural): Precioso y melancólico episodio escrito y dirigido por nada menos que David Duchovny, quien ya antes había colaborado como coguionista en temporadas anteriores (David Duchovny volvería a realizar esta misma empresa en la temporada siguiente, aunque en este caso el resultado final no fue tan exitoso que digamos).  La historia trata sobre las memorias de un antiguo policía, hermano de un ex agente del FBI anciano amigo de Mulder, quien ya había salido al menos en dos ocasiones anteriores (justamente el capítulo hace poco abordado acá, Agua Mala, fue uno de ellos y otro el aterrador episodio de la quinta temporada Travelers).  En esta ocasión, a Mulder le cuentan la verdad sobre un famoso jugador de béisbol negro, en plena época del racismo gringo contra la comunidad afroamericana, quien además escondía más de un secreto acerca de su identidad.  El episodio permitió conocer una faceta mucho más “humana” de otro de los populares personajes de la serie: el Cazador alienígena interpretado desde hace años por Brian Thompson.  El nombre del capítulo en inglés es una alusión a una novela titulada The Natural, acerca de un deportista dedicado a este juego y que a comienzos de los ochenta fue llevada al cine por Robert Redford.  En los créditos del programa se cambió otra vez su famosa frase de La Verdad está ahí Afuera por En la gran entrada, frase típica del béisbol.  Por cierto, es otro capítulo con humor.
     Three of a Kind (Tres de la Especie): Un nuevo capítulo centrado en el simpático trío de Los Pistoleros Solitarios, los tres amigos de Mulder y Scully teóricos de la conspiración.  En esta ocasión se encuentran en Las Vegas en busca de información sobre otro ultrasecreto gubernamental y lo que los lleva a reencontrarse con una importante persona del pasado de los tres.  Tras su intento de conseguir sus objetivos, engañan a Scully para conseguir su ayuda.  En el episodio no sale Mulder.  Con abundante humor, este genial capítulo hace lamentar más aún que el spin-off dedicado a este grupo, haya sido tan desastroso al no poseer la frescura de sus intervenciones en la serie madre.
     Field Trip (Viaje de Estudios): Lejos uno de los mejores capítulos del programa, debido en especial a sus inesperados giros argumentales.  Mulder y Scully deben viajar a una zona rural para desentrañar la muerte de una joven pareja, en lo que parece ser la intervención de una rara especie; es así cómo caen víctimas del ser que buscan y todo se confunde cuando la realidad se retuerce, a tal punto que Mulder, Scully (y tampoco el espectador) no tienen idea de qué es verdadero.  Este memorable episodio posee antecedentes que vienen nada menos que de la clásica obra de Calderón de la Barca, La Vida es Sueño, que a tantas películas y seriales ha inspirado a la hora de crear nuevas obras.
      Biogenesis (Biogénesis): Una nave extraterrestre es encontrada a la orilla del mar en Costa de Marfil y es así cómo ésta al parecer esconde la verdad acerca del origen sobre la vida en el planeta.  En el capítulo reaparece el carismático indio navajo, aparecido por primera vez a principios de la segunda temporada.  El episodio termina con nuevos misterios para la mitología de la serie, luego de que en mitad de la temporada, el tema del Sindicato ya se resolvió y ahora le queda espacio a nuevas historias al respecto para contar.

Agente Diana Fowley.

sábado, 11 de mayo de 2013

Un (super) héroe es mucho más que el traje que lleva puesto



    Tras haber visto al Iron Man cinematográfico, interpretado tan carismáticamente por Robert Downey Jr., en la película de Los Vengadores el año pasado, era de esperar que este personaje volviera pronto a las salas de cine con una nueva película donde tuviese el protagonismo (considerando que tan solo el 2010 tuvo su segundo filme, igualmente exitoso por cierto).  De este modo, la película Iron Man 3 resulta tanto ser el cierre de la respectiva trilogía dedicada al “Invencible” superhéroe, como también una obra que se constituye en una suerte de continuación indirecta de los acontecimientos mostrados en la cinta del año que acabamos de dejar.
     En pocas palabras y sin dar demasiados spoilers acerca de la trama del largometraje en cuestión, éste muestra por fin al personaje enfrentando a su verdadera Némesis: el místico y  poderoso Mandarían, un enemigo proveniente de la antigua China y que en el tiempo en el que apareció el cómic en plena Guerra Fría (principios de la década de los sesenta) representaba claramente al miedo (y desprecio) gringo por el comunismo maoísta proveniente de dicha nación.  De de este modo, Iron Man por años simbolizó con toda su tecnología de punta el supuesto avance de Occidente bajo la “luz esclarecedora” de Estados Unidos, con todas sus maravillas tecnológicas; mientras que el Mandarín correspondía sin duda a una imagen del retrógrado pasado, basado en el miedo, de las religiones fundamentalistas (con posteridad cuando el mundo fue cambiando con los avatares políticos y sociales, el Mandarín varió algo su identidad, sin embargo siempre representó en su persona a la encarnación del temor yanqui por el caudillo extranjero con fuerte oposición a su sistema de vida norteamericano).
     Desde la primera película de la trilogía se jugó con la idea de enfrentar a Tony Stark (el hombre tras la armadura de este particular paladín) con su famoso rival, no obstante las pocas escenas en las cuales se hizo mención a éste en la película, al final no llegaron al montaje definitivo; aunque sí se mantuvo su amenaza desde este feliz principio de la saga, en la identidad del grupo terrorista aquí retratado (ahora para variar de origen árabe, el actual gran adversario ideológico de USA, tras el ya casi por completo derribado muro comunista).  De este modo en Iron Man 1 el ojo atento (y friki) puede apreciar bien cómo dicho grupo terrorista usa de símbolo una serie de 10 círculos representativos del Mandarín o mejor dicho, de sus famosos 10 anillos de poder (siendo esta misma imagen usada en Iron Man 3).
     No obstante el Mandarín de la película resulta dar más de una sorpresa: en una primera instancia se ve como un magnífico contrincante, un individuo poseedor de una gran capacidad para provocar terror con sus actos, no obstante contar además con un soberbio talento para la demagogia y la elocuencia.  De este modo el filme lo hace contrastar muy bien con la naturaleza de otra inteligencia superior, la del mismo Tony Stark y quien pese a su personalidad algo errática, ha optado por usar todas sus virtudes en beneficio de los demás.  Pese a todo, el Mandarín de la versión cinematográfica difiere bastante del mostrado en los cómics: no posee su dimensión sobrenatural (sus poderes místicos representados bajo el control de sus célebres anillos mágicos) y mucho menos se le muestra como a un personaje de origen chino (por cierto, según cuentan los rumores, el gobierno chino tenía claras intenciones de aportar con dinero para esta producción, otorgando a actores de dicha nación los papeles del Mandarín y de sus secuaces; luego se llegó a decir que si bien no se llegó al acuerdo esperado, sí se filmaron escenas en el milenario país con el fin de mostrarlas en un montaje hecho especialmente para dicha nación).  Sin embargo lo mejor de este Mandarín encarnado por un siempre eficaz Ben Kingsley, resulta ser la gran sorpresa que llega a deparar éste cuando se descubren grandes secretos acerca de su identidad (siendo este giro en la trama uno de los mayores logros del filme).
      Ligado a la misma imagen del Mandarín, se encuentra en esta historia la presencia de otra fuerza maligna , que es la que en realidad está detrás del famoso villano.  Es así cómo a través de este poder  tras las sombras, el filme se permite presentar cierto discurso político contestario e inaudito en este tipo de cine comercial: Al ser los Estados Unidos el país más poderoso del mundo (es una certeza que no se puede negar, ya sea para bien o para mal) es más que obvio que posea una gran cantidad de enemigos, tal como los superheroicos personajes de sus historietas. De este modo  para reafirmar el status quo de sus directrices ideológicas y potenciarlas, tal como ha sucedido a lo largo de la historia, cuando no existen claros conflictos que permitan mantener al pueblo con la certeza de que su gobierno es fuerte y los protege ante cualquier eventualidad, no hay mejor cosa que inventarse las amenazas para mantener el control de la gente; y así sucede cómo la trama expone que tras los manejos de los poderes fácticos, la mentira y la corrupción siempre están presentes.  Por ende, quienes se supone son los elegidos por el pueblo debido a sus supuestos valores morales, resultan ser seres nefastos y egoístas, a diferencia de tipos que sin tapujos se muestran a la luz pública como individuos con defectos (léase Tony Stark, también conocido como Iron Man)  y en quienes pese a todo sí se puede confiar  gracias a la transparencia de sus intenciones (y recordemos, USA está llena de ejemplos vergonzosos como los primeros mencionados, si no basta con mencionar el ya infame caso de Vietnam, el presidente Richard Nixon y el escándalo Watergate).  Si bien este discurso crítico subyacente en la película puede sorprender, no se puede olvidar que cuando alguien como Stan Lee tomó bajo su tutela los cómics Marvel en el reinicio de la empresa hace ya más de medio siglo, con personajes como el propio Iron Man y Hulk, no cejó en mantener una postura política opositora a ciertas ideas de la época imperantes, tales como el exagerado belicismo y racismo de su país (razón por la cual no resulta nuevo que Iron Man permita presentar un discurso comprometido en sus historias).
     Volviendo al hecho de que esta película de algún modo resulta ser una especie de continuación de lo visto el 2012 en Los Vengadores, o más bien de verse en ella los efectos de sus eventos en el personaje de Tony Stark, resulta interesante el hecho de cómo se presenta en el guión a un Tony Stark mucho más frágil que en sus filmes anteriores.  Tras haber estado al borde de la muerte el famoso “millonario, play boy y filántropo” como gustan llamarle, luego de su acto tan heroico justo al finalizar el clímax de la cinta de Los Vengadores, Stark descubre para su sorpresa que dicha experiencia le ha dejado secuelas: ataques de pánico que le demostrarán como nunca que pese a todo su dinero y más aún, toda su inteligencia y valentía, es un hombre mortal y con numerosas grietas en la armadura de su vida, que lo hacen ser tan sensible como cualquier otro ser humano.  Y para rematar, la sombra del Mandarín y los suyos, logra estar sobre su cabeza, a tal punto que en esta ocasión Tony Stark debe volver a valerse solo de su ingenio y del apoyo de los desconocidos (tal cual al principio de su primera película) para enfrentarse al mal, sobrevivir y defender a los inocentes.  Es entonces que ante esta nueva pugna del protagonista contra los malos, sin tener que recurrir al respaldo de sus arcas, y no lograr contar con su equipo ultratecnificado como antes, que Tony Stark demuestra que lo que lo hace ser valioso no es otra cosa que la calidad de su corazón, puesto que al final logra superar la prueba usando solo su astucia y superando sus propias taras personales (y bueno, claro que también en el éxito de la empresa, no puede faltar la presencia de uno y otro aliado, de modo que a la larga el triunfo requiere el trabajo en equipo; por ende, se llega a la certeza de que nunca estamos solos, de modo que siempre necesitamos apoyarnos en los demás para lograr el éxito, así como con ello llegar a valorar su importancia en nuestras vidas).
      Existen varios puntos más considerables a la hora de apreciar este largometraje.  En primer lugar se puede tener en cuenta el hecho de que por primera vez en esta seguidilla de películas de personajes Marvel (para toda la familia, o sea, dejando de lado las versiones de El Castigador y Kick Ass) el protagonista cuenta con el apoyo de un niño para sortear sus problemas.  Es así como en la aparición de este simpático infante (o preadolescente) en el filme, hasta cierto punto se puede considerar como un particular deux ex machina, puesto que su intervención sucede justo cuando el protagonista no puede estar más JODIDO (léase “necesitado”).  En una cinta antigua, este niño habría sido insufrible, quizás una especie de pequeño sabelotodo o a lo mejor, una preocupación más para el héroe, empero en el largometraje se le muestra como un gran aliado que hasta cierto punto a Stark le recuerda a sí mismo.  A su vez algunos de los momentos más hilarantes, se deben al encuentro entre estos dos y su labor juntos.
    De la mano con lo anterior, está la presencia del humor que a lo largo de toda la saga de Iron Man (como también en el caso de la ya mencionada Los Vengadores) ha sido un elemento importante en la trama de las películas.  Por lo tanto  Iron Man 3 no deja de estar llena de este tipo de guiños, los que corren tanto de parte del propio Tony Stark (de quien no se puede negar es retratado tan bien por Downey Jr. como alguien encantador, pese a su lado más cáustico o más bien irónico), como de gran parte del casting y en especial gracias a su ex guardaespaldas Happy y a su amigo el Coronel James Rhodes.
     Volviendo a los personajes de Happy Hogan, interpretado como siempre por el actor y director John Favreau, en esta tercera película cobra mayor protagonismo que nunca, quizás por el hecho de que en esta ocasión el artista ya no se encuentra también tras las cámaras y la dirección corre bajo las manos de Shane Black (casi un desconocido para los cinéfilos); no obstante aquí Favreau hace de productor de la cinta además de actuar.  En cuanto al coronel James, en esta ocasión la versión interpretada por el solvente actor afroamericano Don Cheadle, se parece mucho más a la del actor que tuvo a su cargo al personaje en la primera película, Terrence Howard.  En el segundo filme, fue Cheadle quien se hizo cargo suyo y el cambio de la orientación del personaje se hizo notar al mostrársele demasiado grave, a diferencia de lo visto en el primer largometraje; sin embargo en esta tercera parte el coronel recobró su simpatía de antaño.
     Para el desarrollo de la historia mostrada en esta cinta, se basaron en la serie de cómics escrita por el afamado guionista Warren Ellis,  en el arco argumental Extremis, de donde sacaron para la película la noción del suero Extremis y a los personajes de los doctores Aldrich Kilian  y Maya Hansen.  A su vez en el largometraje usaron el concepto de Iron Patriot, superhéroe perteneciente al gobierno de USA, basado en la misma tecnología de Stark, así como la idea de que Stark pudiese controlar a la vez varias armaduras por medio de un comando, todos ellos elementos propios de distintas etapas de la historieta original.
    La película parte con un relato en off a cargo del propio protagonista, quien más de una ocasión comparte con el espectador una que otra reflexión; pero tras el término de los extensos créditos del largometraje, conocemos la verdadera identidad del destinatario del relato de Stark, en una suerte de un cómico (o interesante) epílogo como ya nos tienen acostumbrados con las películas sobre personajes Marvel ligadas entre sí.
    Por último, la banda sonora estuvo a cargo de un siempre correcto Bryan Tyler, quien realizó un trabajo sinfónico lejos superior al hecho por sus colegas de John Debney en la primera secuela de la saga y Ramin Djawadi en el inicio de la trilogía (siendo ésta la peor partitura de las tres).
     …¿Y por cierto, ya reconocieron al gran Stan Lee en su habitual cameo en un filme de Marvel?



Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...