domingo, 28 de febrero de 2021

No es una despedida, sino un "Hasta pronto".


1. Lo que esperábamos y lo que nos espera.
 
    La Saga Metro del ruso Dmitry Glukhovski te atrapa desde el principio y apenas terminamos su primer volumen (Metro 2033), con un final tan inesperado e impactante, resulta difícil no querer leer altiro su continuación (Metro 2034) y la que luego nos deja aún más sedientos de saber qué pasará, cuando suponemos que en el tercer volumen van a reunir a todos los protagonistas de los dos primeros libros.  Pues esta supuesta conclusión (Metro 2035) no nos desilusiona y más encima logra superar con creces todo lo apreciado hasta el momento, puesto que podemos atestiguar cómo su autor ha mejorado la pluma y obtenido una verdadera madurez como fabulador.  Por lo tanto, leer esta supuesta conclusión de una trilogía, que al parecer no lo será dentro de poco, tras terminar sus últimas líneas que prometen más historias de sus personajes, viene a ser una más que grata experiencia para los amantes de la ciencia ficción y de las aventuras épicas. En todo caso, otros autores rusos han escrito varias novelas ambientadas en el mismo universo y al menos hay un par de ellas traducidas a nuestra lengua; con otros personajes y transcurriendo en diferentes lugares, a ver qué tal son.
    El héroe de la primera entrega, Artyom, se encuentra con uno de los tres protagonistas de la secuela, Homero, y juntos emprenden un viaje físico e interno aún mucho más complejo que todo lo que pasó con anterioridad...Y es que se han enterado de que al parecer existen otras comunidades sobrevivientes, fuera de la red subterránea de Moscú, así que se han empecinado en saber la verdad; pero nada es fácil en el mundo donde viven y por ello sortearán un montón de peligros, que esta vez solo serán sus congéneres quienes les harán sufrir, producto de la maldad natural del ser humano (esta vez no habrá ningún monstruo mutante al acecho).
     Mucho sucede en las más de 500 páginas que comprenden la novela, llena de momentos desgarradores y donde también nos reencontramos con la otrora inocente Sasha, aún dulce, aunque viviendo una nueva vida que no nos esperábamos para ella.  Por otro lado, vuelven a aparecer viejos conocidos, como el bondadoso padre adoptivo de Artyom, Sukhoy, y el ahora malogrado Melnik, quien tras ser apreciado antes como un idealista, ahora se ha vuelto un hombre amargado y de poder.  Del legendario Hunter no volvemos a saber, salvo la revelación de una de sus debilidades y respecto al joven Leonid, pareciera que nunca hubiese existido.
 
2. Reflexiones acerca de lo leído.
 
     Aunque el lector hispanoparlante que no tiene idea del idioma ruso, lee una traducción del texto original, si es preocupado por el estilo en el que está escrita la obra y recuerda más o menos la narrativa de las dos novelas que le antecedieron, puede darse cuenta con facilidad de la evolución artística de su creador.  Y es que esta vez hay numerosos juegos de estilo para contar la trama, usando a veces el tiempo presente y en otras recurriendo solo a diálogos, sin ocupar las descripciones en este último caso.  Asimismo, ya no encontramos el abuso del adversativo "pero", como bien sucedía en los volúmenes anteriores.  Por otro lado, el lenguaje se vuelve aún mucho más rico y evocador, que no resulta difícil transportarse por medio de la imaginación a esta realidad de pesadilla y sentir tan entrañables a los personajes.
    En verdad Glukhovsky ha mejorado considerablemente y si bien nos lleva de nuevo a varios escenarios que ya conocíamos de antemano, esta vez los muestra con todos sus matices de luz y oscuridad, gracias también a la creación de secundarios que tienen una tremenda fuerza representativa de lo mejor y lo peor de nosotros mismos. Respecto a lo último, ahora podemos comprobar el talento para crear con tanta veracidad entre los personajes a hombres y mujeres, adultos, ancianos y niños, héroes, antihéroes, gente común y villanos, que se quedan en nuestra memoria con fuerza.  A ello se les suma las diferentes naciones-estaciones en las que (mal) viven todos estos seres, muchas de ellas dignas de Dante, donde no podemos olvidar, por ejemplo, los horrores (otra vez) del Cuarto Reich, el control de la Línea Roja (comunistas) a sus ciudadanos y una estación en particular completamente anegada; mención aparte merece un búnker secreto, donde se encuentran los más privilegiados entre los trogloditas.
      Cabe destacar que por primera vez en la trilogía original, nos encontraremos con groserías por parte de varios personajes y también con escenas de sexo, elementos ambos que recrudecer por un lado la obra y, por otra, le dan mayor verosimilitud a texto; y es que en un mundo como el de esta saga, impensable que los personajes hablen de manera tan recatada y actividades como el comercio sexual no sea una de las fuentes segura para sobrevivir.  Queda de manifiesto, entonces, que estos libros y en especial son para gente con criterio formado que pueda apreciar el verdadero sentido detrás de estos detalles.
    Un fuerte discurso político hay detrás de todo esto, que ya en Metro 2033 estaba al demostrarnos cómo dos ideologías tan contrarias (marxismo y facismo) a la larga engendraban los mismos monstruos humanos.  Sin embargo, esta vez queda en el tapete el tema de la manipulación y la política corrupta, que no duda en hacer uso de la censura y de falsear la verdad para controlar al pueblo.  Es así que el libro nos deparará tremendas sorpresas, cuando tal como Artyom y sus compañeros nos enteremos de secretos que los poderosos desean guardar para sí.
     No podemos dejar de destacar el sentido tan "ruso" presente en la saga original, lo que no solo se observa en los nombres de los personajes y de los lugares donde transcurre la historia; y es que el escritor no deja de ocupar los ricos elementos que definen a los orgullosos hijos de la Madre Rusia, desde la inclusión de unos cuantos versos de poemas y canciones entre medio de la narración, hasta el papel que le da a la misma historia de su país, que pese al holocausto no deja de estar activa en la memoria colectiva de los sobrevivientes.  Por todo esto, quienes disfrutamos de estos detalles, podemos apreciar, pese a la atmósfera postapocalíptica, la rica tradición rusa en estas páginas.
     Los valores de la fe y la esperanza, la lealtad y la fraternidad resaltan entre medio de tanta miseria y todo ello es lo que le da su carácter épico a la novela, cuando logramos presenciar con nuestro ojo de la mente cómo los protagonistas luchan por sus ideales entre medio de tantos pesares.



 
3. Nuevos personajes.
 
Anya: La esposa de Artyom es una mujer compleja.  Hija de Melnik, se fue en contra de la voluntad de su padre a vivir a la estación de su marido.  Primero la vemos como alguien llena de resentimiento, que no es feliz en su nueva vida, hasta que luego nos enseña la verdadera calidad de su corazón.
 
Lyokha: Se integra a la acción, primero como un muchacho que apenas logra sobrevivir con una ocupación miserable (prefiero descubran ustedes por su cuenta, qué hacía antes de abandonar su hogar), para convertirse en Él discípulo de Artyom, al cual lo acompaña en varias de sus aventuras y desventuras con lealtad.  Al final de la novela, este toma un camino por completo diferente.
 
Letyaga:  Un antiguo camarada de Artyom en la Orden de los Stalkers, es un imponente hombre con un ojo bizco y quien le salvó la vida a este.  Un aliado valioso que nos dará más de una sorpresa con sus acciones.
 
Saveli: Otro Stalker que ahora trabaja por su cuenta, pequeño y de apariencia sospechosa, se une a la cruzada de Artyom demostrándonos que es cierto eso de que las apariencias engañan.
 
Ilya: Un profesor casado y que está esperando junto a su pareja al primer bebé de ambos.  Fiel creyente en los supuestos ideales renovados del Cuarto Reich, desea escribir un libro sobre las "maravillas" del gobierno del actual Führer y para ello necesita de la ayuda de Homero.  La crudeza de la realidad le hará ver qué una cosa son las lindas palabras y otra las duras acciones.
 
   Hay un par de villanos que destacan dentro de esta obra, ambos distintas caras de la misma moneda, empero no los nombraré para que el posible futuro lector de esta novela (y de la trilogía completa la verdad) los conozca por su cuenta, al enterarse con sus acciones de cuánta maldad puede albergar el corazón humano.
 
4. Un regalo.
 
    Antes de comenzar a leer propiamente Metro 2035, se nos agasaja con un cuento ambientado en el mismo mundo de la saga, si bien los personajes son otros y todo transcurre en diferentes lugares.  Es así, que nos enteramos acerca de cómo sucedió todo respecto al bombardeo (bueno, o al menos sobre detalles valiosos al respecto) y conocemos el mundo más allá del metro de Moscú, si bien este texto transcurre por igual en Rusia.
    Titulado como Fin del Camino, es una preciosa pieza que nos hace acompañar a un adolescente que ha abandonado su hogar, para emprender un viaje peligroso con el objetivo de ver qué hay más allá de lo conocido.  En el intertanto, se encuentra con un anciano y  su perro, quienes le salvan la vida y a los que se une para ver qué les depara al "final del camino".
     Un cuento que se transforma en otra demostración del talento de su autor y que sirve para decirnos que a lo mejor también estamos frente a un buen cuentista, que a futuro nos puede deparar varias narraciones cortas de calidad.

 

jueves, 25 de febrero de 2021

¿Es o no es?


     Durante el transcurso del último trimestre de 2018, se estrenó con muchas expectativas para los deceístas acérrimos la serie live-action sobre uno de los equipos de superhéroes más queridos: Los Jóvenes Titanes.  Detrás de todo esto, habían décadas de grandes historias dedicadas a tales personajes y en especial los jóvenes adultos que disfrutaron durante su infancia y/o adolescencia con el show animado de estos justicieros, Teen Titans, tenían razones de sobra para ver este nuevo programa.  Pues, bien, mucho hay de lo que ya conocíamos de estos superhéroes, en una producción que (casi) no ha escatimado en recursos para llevar a la pantalla chica a estos personajes, en una propuesta claramente para adultos, aprovechando dentro de lo posible el rico material comiquero de este universo.  La verdad, es que mucho de lo previsto se cumple en esta serie, no obstante, para un incondicional de DC y en especial de los mismos Jóvenes Titanes, hay hartos “sentimientos encontrados”, puesto que en varios detalles el resultado final se aleja de lo establecido y por ello nos encontramos con altibajos constantes, en algo donde la única manera de apreciarlo (y disfrutarlo), sin complicarse la vida como ñoño, es olvidándose de las historietas.
     Teniendo en cuenta lo afirmado más arriba, quien “sabe del tema” no puede de dejar de extrañarse por el hecho relevante, de que quienes están detrás de este título corresponda a gente como Geoff Jones y Akiva Goldsman ¿Y quiénes son estos dos? Pues el primero es nada menos que uno de los actuales pesos pesados de DC, quien ha tenido a su haber un montón de colecciones de la editorial y que ha logrado convertir en lo mejor de su tiempo, aparte de unas cuantas miniseries y eventos de la empresa: Como The Flash, Sociedad de la Justicia, Linterna Verde y el evento Flashpoint, siendo que este último reorganizó el universo DC, para luego crear la siguiente continuidad que fueron Los Nuevos 52 y encargándose con ello de actualizar a la Liga de la Justicia y a Aquaman, además de la mismas aventuras del Linterna Verde Hal Jordan.  Pues este ha incursionado, asimismo, con diversos resultados en las adaptaciones audiovisuales de las viñetas, como bien ha sucedido con la vapuleada versión cinematográfica del “Guerrero Esmeralda” y con mejores resultados en la recordada serie de Smalville y la actual serie live action del Velocista Escarlata.  Por su parte, el segundo también es un destacado guionista y productor, quien a su vez ha incursionado en la dirección, teniendo sus propios aciertos y fracasos; en la primera lista le debemos agradecer que haya sido el cocreador de esa maravilla que es Fringe y nos haya devuelto a la televisión el universo de Star Trek con Discovery; en cuanto a sus fracasos (y mugres), tenemos la olvidable película de La Torre Oscura y, peor aún, sus libretos para Batman Forever y Batman & Robin. Así que teniendo en cuenta esta dupla de "especialistas", pero que no siempre ha estado a la altura de las circunstancias (hoy en día se ha destapado que Jhons, es uno de los culpables del fracaso de la versión cinematográfica de la Liga de la Justicia), se puede entender que el resultado no haya sido tan parejo que digamos.
     Cabe mencionar que dentro de este "universo", los Titanes se han disuelto hace unos cuantos años ya y cada uno de sus ex miembros ha seguido su curso.  La primera temporada trata sobre el encuentro del ya adulto Dick Grayson, el primer Robin, ahora convertido en policía (tal como en un momento sucede con los cómics, alternando sus identidades según sea requerido), quien pese que ha querido olvidar su pasado en Gotham no puede evitar que este vuelva a él.  Es así que se cruzan en su camino dos adolescentes con poderes, Raven y Chico Bestia, para quienes se convertirá en su maestro.  A ellos se suma una desmemoriada Starfire, también adulta, para que luego todos juntos se enfrenten nada menos que a la amenaza de Trigon, el padre demoníaco de la muchacha con habilidades místicas.  Entre medio contarán con el apoyo de los antiguos Titanes Halcón y Paloma, así como de Donna Troy, la discípula de Wonder Woman, y de Jason Todd, el actual Robin que trabaja junto a Batman.
      En el mencionado cartoon de principios de siglo, sobre estos mismos paladines, durante la cuarta temporada se adaptó con gran éxito la llamada Saga de Trigon… Pues en este caso se alejaron bastante del cómic en sí, aun cuando hubo unos cuantos aspectos interesantes a la hora adaptar esta historia; no obstante, solo al final sale el demonio interdimensional como corresponde y el efecto digital para ello deja harto que desear, la verdad.  Bastantes cosas pasan entre medio, unas para aplaudir y otras para fruncir el ceño (yo mismo estuve a punto de abandonar la serie en más de una ocasión, aunque tras los impactantes finales de los episodios, al rato me enganchaba otra vez), como los estupendos trajes de los dos Robin y los de Halcón y Paloma, aunque molesta el hecho de que solo Jason lleve con orgullo su atuendo y los otros ahora renieguen de sus viejas glorias (así que mayormente los vemos de "civiles", salvo en los varios flashbacks que hay).  Frente a este detalle, me resulta difícil no pensar si acaso hay una especie de “vergüenza”, por asumir por completo los tópicos del género en live-action, entre ellos el uso de los mismos atuendos y, en cambio, considerar que para “tapar” todo y atraer al público, que incluso en su puta vida ha leído viñetas, opten por sobrepasarse con las escenas de violencia explícita e incluso incorporar elementos eróticos donde abundan los traseros masculinos (otra pregunta: ¿Por qué todos los apuestos hombres que aquí salen son tan lampiños?) y, en cambio, ninguna mujer sale siquiera haciendo un toples a medias.
     Dentro de lo mejor de la primera temporada a mi humilde parecer, se encuentra la agradable personalidad que le dan a Paloma, una mujer bella y encantadora desde el principio; de igual manera el reencuentro con el guapo y ahora más maduro Alan Ritchson, a quien vimos como Aquaman en la mentada serie de Smalville, del cual se puede decir que los años le han venido en gracia.  También aplaudo lo que al parecer muchos consideran su mejor episodio, donde tienen coprotagonismo nada menos que la Patrulla Condenada, la cual luego tuvo su propia serie gracias a esta intervención suya; asimismio, la aparición nada menos que de Batman y hasta del Guasón resultan ser gratificantes.  Por otro lado, puedo aceptar que, siendo alienígena, Starfire sea “negra”, sin embargo los atuendos que esta usa más parecen de cabaretera que de alguien de otro mundo y tal como dijo un amigo hace años “se ve vieja” en comparación al resto.  Chico Bestia (que, ojo, ninguno acá usa su nombre de guerra…Salvo Jason Todd y este con orgullo) no lleva a piel verde y queda claro que se tiñe la cabellera, más encima solo se convierte en tigre y es de rasgos orientales… ¡Luego en la segunda temporada la idea de cambiar la raza de los personajes, para dárselas de inclusivos, será aún más recargada! Respecto a esto último, a veces les sale bien tal cambio (como el Kingpin negro de la película de Daredevil o la Ancient One “celta” de Doctor Strange y hasta su moreno Baron Mordo); no obstante, no soy partidario de esto y creo que en ese caso mejor usar otros personajes que de antemano son de diversas etnias o, por último, inventarse nuevos personajes, a menos que tengan un guión muy bueno y las actuaciones sean sobresalientes (no que no es el caso de este programa).  Se me estaba olvidando, me gustó la relación entre los principiantes Rachel y Gardfiel, por completo distinta a la de la serie animada, esta vez bastante estrecha y, por igual, me agrada todo el elemento terrorífico que al menos en un par de ocasiones me hizo saltar de mi puesto.
     Volviendo a Halcón y Paloma, quienes resultan ser tan buenos personajes, que de recurrentes pasaron a ser estables al siguiente año, nos presentan a un primer Paloma... ¡Negro! Y, pese a todo lo geniales que son, no poseen superpoderes y es que acá no son los avatares del Caos y el Orden; así que todo ese elemento que podría haber hecho aún más maravilloso el show, lamentablemente no está aquí.
     La segunda temporada, mucho mejor que la anterior, soluciona el problema con Trigon y adapta a su modo la famosa novela gráfica de El Contrato de Judas (que, en todo caso, fue versionado con mayor éxito en el citado show animado y lo mismo durante su propia segunda temporada).  En esta ocasión el equipo, que se ha mudado a una versión “realista” de la Torre de los Titanes (¡¿Tanto les costaba darnos en el gusto con que tuviera la forma de una T gigante?!), debe lidiar con el regreso de Deathstroke, en lo que sería su tercera versión en live action y tras el estupendo trabajo realizado en Arrow y la escena postcréditos del filme de la Liga de la Justicia.  Es así que el mercenario mejorado genéticamente, desea vengarse del grupo, tras acusarlos de la muerte de su hijo Jericho (quien acá es…afroamericano, si bien mestizo).  De igual manera aparece otro villano, que al menos fue recurrente en la serie de dibujos animados, el Doctor Luz, que por muy guapo y musculoso que salga acá, nunca fue un “metahumano” y en esta versión utiliza un horrible traje, que imita en su casco al Magneto de las historias de los X-Men. También salen Rose Wilson, esta acá mestiza oriental (¡Por Dios!), quien solo al final sale usando su estupendo traje y Blackfire, con una apariencia étnica africana que me desagradó por completo (¿Una burda copia de Wakanda en versión cósmica y DC serie B?).  Pese a todo, la temporada entretiene mucho más, que está llena de emociones y si bien posee bastante relevancia nada menos que Bruce Wayne (aunque este a mi parecer se demasiado “mayor” para mi gusto), dentro de lo mejorcito suyo está la incorporación de un muy guapo Superboy (a quien nunca llaman así, en todo caso), todo el lío con Lexcorp y el final, cuando por fin Dick Grayson se pone el traje de Nightwind (que estuvieron TODA la temporada jugando con esta idea) y, para terminar, los viejos Titanes por fin se reúnen con orgullo llevando sus trajes (Dona Troy se ve estupenda, por cierto y me encanta cuando usa su lazo mágico).  En todo caso, otra tontera: ¿Amazonas vestidas de civil y más encima viejas? ¡Qué estupidez!
     Puede ser que la tercera temporada sea mejor, siendo que hace rato está confirmada la aparición de nada menos que Batichica… Bueno, a ver qué tanto “compromiso” con los cómics y sus seguidores tiene esta vez, que hasta el momento el programa ha ido lentamente de menos a más (bueno, con una que otra recaída).
     Por cierto, otra vez nos encontramos con una serie que carece de créditos de apertura, si bien posee una especie de simulacro de algo de este estilo y que dura unos cuantos segundos, correspondiente a unos bellos titulares con música trepidante, aunque se queda en ello no más, como otra manifestación suya de un show de superhéroes que ya no quieren serlo, sienten vergüenza de ello y han pasado casi todo el tiempo escondiendo su pasado.  Cabe al menos destacar la música compuesta por un artista de la talla de Clint Mansell, quien nos ha dado bandas sonoras maravillosas de filmes tales como Réquiem por un Sueño y Noé, entre muchos otros.


domingo, 21 de febrero de 2021

Una manera inaudita para cerrar espectacularmente una saga (II)


 4. Dramatis Personae.           
 
    Numerosos personajes integran esta novela, apareciendo solo dos de los ya conocidos de las entregas anteriores de la saga.  El problema para memorizar los nombres de todos estos otros (independientemente de mi mala memoria), es que el autor juega con la inclusión de un lenguaje rico en patronínimos, honoríficos, prefijos y sufijos propios de lenguas como el griego, ruso o el japonés, donde los nombres de las personas varían bastante según el significado que uno quiera darle y la importancia que las personas tengan en determinadas relaciones.  Sin embargo, antes de comenzar la narración, Card nos explica en un apartado cómo funciona esto dentro de la sociedad que nos muestra en su última entrega de la serie  El Retorno (que a mi parecer es confuso con tanta información, si bien de seguro más de alguien lo agradecerá).  Por mi parte, trataré de recurrir a los nombres más sencillos de los coprotagonistas de este libro, el cual posee un carácter coral como el resto de la serie y otros del mismo autor.
 
Akma: De niño vivió junto a su familia como esclavo, siendo sometido a varios vejámenes por parte de humanos y de “Gente del Suelo”, lo que lo llevó a volverse alguien resentido en especial con su padre, quien perdonó y luego acogió a sus antiguos opresores, como también con los representantes de la otra especie.  Nacido con el poder de influenciar en otros, ya adulto es el causante de un movimiento ideológico que provoca el gran conflicto al que se deben enfrentar los héroes.  Pese a todo, no es una mala persona y ama a su hermana menor Luet, quien más adelante será una de las personas necesarias para llevarlo por el buen camino.
 
Akmaro: Padre de Akma y de Luet, es un sabio y compasivo hombre que lidera a su gente, con la que comparte más de un periodo de sus vidas, al promover los ideales de integración entre las 3 especies inteligentes que hay en el planeta; esto les trae varias cuitas que solo gracias a la calidad de su espíritu logra sobrellevar con dignidad y al final termina por convertirse en el consejero del rey, que lo acoge a él y a sus seguidores.
 
Didul: El hermano líder de los Pabuli, los hijos del rey que atormenta a Akma y a su pueblo, pese a la primera apariencia que nos da como un muchacho cruel (al igual que sus hermanos), luego visto a través de los ojos de Akmaro y de la maternal esposa de este, logramos apreciarlo como quién es en realidad: otra víctima de la maldad de su progenitor.  Tras la buena influencia que cae sobre él y sus hermanos, logra convertirse en un gran hombre, famoso por la humildad que antes no poseía.
 
Mon: Uno de los príncipes del reino justo al que llegan Akma y su familia a vivir, tras escapar de la opresión a la que estuvieron sometidos por años.  Amable, pero inseguro con sus propias decisiones y acciones, puede saber de forma “natural” el grado de veracidad de aquello que le cuentan y observa.  Entre todos sus hermanos, es con su hermana Edhadeya con quien tiene mayor confianza y quien tal como sucede con la relación entre Akma y Luet, será fundamental para que cuando esta ya sea grande, pueda reparar sus equivocaciones cometidas junto al propio Akma, que tantos pesares les traen.
 
Bego: Bibliotecario del rey de los Nefai, el pueblo al que llegan Akma y su gente a vivir en libertad, es un casi anciano “ángel” muy inteligente y bastante considerado en la corte.  Educa a Mon y a sus hermanos varones, aunque es con el chico con quien tiene mayor cercanía; de modo que este viene a ser uno de los responsables del lío que se desarrollará con el pasar de los años y que solo gracias a la intervención positiva de varios podrá solucionarse.
 
Voozhum: La única Cavadora (Gente del Suelo) de relativa importancia en la novela, era una esclava que cuidaba de Edhadeya durante su infancia y a la que esta última adoraba y consideraba su mejor (y tal vez única) amiga.  La presencia de esta en la vida de la princesa, será fundamental no solo para ella.  Para grata sorpresa de la muchacha y de los lectores, muchos años después ambas mujeres se reencuentran, luego de que la Cavadora fuera puesta en libertad y abandonara el hogar de su antiguos amos.
 
Shedemei: La única de todos los personajes de los libros anteriores, vive en la nave conocida como Basílica, protegida por la avanzada tecnología que la mantiene joven y sana.  Conocida como “La Insepulta”, una figura mítica para los actuales habitantes de la Tierra, primero ve desde lejos los acontecimientos y apenas interviene, hasta que decide participar de manera directa en los eventos que se describen en este libro.
 
Alma Suprema: La inteligencia artificial que convive con la anterior, se supone que no está viva en realidad y que su simpática personalidad solo es el resultado de su desarrollo a lo largo de los siglos, que la ha hecho mejorarse a sí misma; sin embargo, sus chispeantes diálogos con Shedemei nos hacen considerarla como a una persona sin mayores problemas.
 
5. Observaciones finales (los niños de Card).
 
    Tras terminarse de leer completa una saga como esta, que bien está a la altura de otras de su autor, aunque por una u otra razón no es tan famosa y premiada como las de Ender y Alvin Macker, uno puede evidenciar ciertos rasgos característicos de su narrativa: dejando de lado el tema de la religión, que es fuerte incluso entre sus cuentos en cualquiera de los subgéneros que aborda, destaca el concepto de la familia tan fuerte en estos libros y en especial en la novela que estamos terminando por comentar; y es que al menos en Nacidos en la Tierra, tenemos dos grupos familiares que forman parte de los protagonistas, comunidades donde se respeta bastante las figuras de los padres y donde por lo general la hermandad entre los hijos de estos es muy estrecha; en contraposición a estos, nos encontramos con una tercera familia, si bien solo conocemos de ella a los hermanos varones, pero esta es importante para servirnos como punto de comparación con las otras dos, al ver cómo la forma en que los progenitores educan a sus retoños los marca considerablemente.
     Ligado a lo anterior, se encuentra la caracterización que hace el autor de sus personajes y donde destaca el papel que toman los niños, quienes en muchos casos son los verdaderos protagonistas o al menos están a la misma altura de relevancia que los mayores.  Ahora bien, estos chicos y chicas se hacen entrañables para el lector y cuando se trata de sagas como las mencionadas arribas, los vemos crecer de tal manera que da gusto (ya sea en un solo libro como es el caso de este o a lo largo de varios que componen la serie a la que pertenecen).  En el caso concreto de la saga de Ender, al ser los muchachos superdotados, es entendible que estos piensen con un nivel de madurez envidiable, así como posean una labia que muchos adultos quisieran tener; todo esto lo podemos aceptar sin reparos, sin embargo cuando luego vemos que el mismo tipo de pequeños salen en otras obras del autor, como bien es el caso de la novela que hoy nos atañe, podríamos considerar este detalle como una especie de autoplagio o bien como una incapacidad de Orson Scott Card para crear niños que sean cercanos a la realidad al, por ejemplo, hacerlos jugar con juguetes y darles verdaderas preocupaciones como gente de su edad (actividades y aspectos nunca tratados en su narrativa, al menos hasta donde yo he leído y puedo recordar).  Al respecto, me gustaría encontrarme con algún título suyo donde los chiquillos sean tan realistas, como aquellos que sí sabe definir gente como Stephen King… Bueno, nadie es perfecto, aunque no quede duda que leerse un ciclo como el que hoy acabamos por fin de revisar, resulta ser un cúmulo de horas de diversión sana, emociones variadas y reflexiones para uno, así como para compartir con los demás (tal como ahora he podido hacerlo con ustedes).




sábado, 13 de febrero de 2021

Mi primer animé para adultos.

1. Húmedos recuerdos de infancia.
 
     Entre los años 87 y 88 del siglo pasado, se exhibió en la franja infantil del mediodía, de lunes a viernes, una serie de animación japonesa que marcó a toda una generación de ñoños chilenos: Super Agente Cobra.  Emitida en un principio por el Canal 7, la red estatal de la televisión nacional (en aquellos tiempos pensar en TV Cable, acá en el culo del mundo, era algo propio de la ciencia ficción), de inmediato acaparó la atención de todo el mundo y no solo de los más pequeños, tanto debido a sus formidables guiones en plan de space opera, como en especial por sus espectaculares mujeres en poca ropa e incluso haciendo varios desnudos casi completos, por no dejar de mencionar los altos grados de violencia y la presencia de personajes propios del “género negro”, entre ellos mafiosos, ladrones, chantajistas, policías corruptos, vedettes y otros… Por mi parte, tuve la suerte de verla tanto en esa primera emisión y creo que completa, como en la segunda cuando la compró Canal 5 de la Universidad Católica de Valparaíso, para darla en uno de sus segmentos de Pipiripao, el famoso programa infantil de antaño, puesto que debido a una polémica como era de suponer, no faltó quién reclamó por la osadía e ignorancia de los de Canal 7 al presentar este show a los más pequeños y de ese modo lo sacaron de pantalla; pero como ya saben, al final volvió en otro horario y casa televisiva., para gusto de sus seguidores y de seguro para la audiencia mayorcita (en especial hombres heterosexuales), que ahora luego del trabajo podía ver ese título del cual les habrían hablado.
     Pasó el tiempo y era imposible no recordar una serie como esta, algo inaudito en la historia de la pequeña pantalla criolla, cuando aún faltaba un buen resto de años como para que se asumiera de forma generalizada de que el concepto de dibujos animados, necesariamente no implicaba algo de carácter infantil; así que cuando esos muchachos de antaño crecimos, apenas se masificó el mercado de la animación japonesa, primero por medio de VHS piratas (que las empresas legales acá no se interesaban en este rubro) y luego con la llegada del DVD y la masificación de internet, buscamos de inmediato este título que tan buenos recuerdos nos traía (y, de seguro, las primera fantasías eróticas de muchos de sus fanáticos).  Lo mejor es que este reencuentro, nos permitió apreciar ahora con ojos más críticos una obra que bien merece la pena, ha envejecido muy bien y la verdad no ha perdido su frescura, que desde un principio se trató de una excelente puesta en escena, tanto en el nivel técnico, como en el artístico. 
      No está de más decir que hoy en día se puede ver Space Adventure Cobra (su verdadero nombre, que el protagonista y quien se llama así para nada es un agente, si bien de “super” tiene mucho) por medio de Amazon, incluyendo la estupenda película de 1982, anterior a la serie y de la cual pienso escribir próximamente (que aún no me la repito).
 
2. El manga y la serie.
 
     Creado por Buichi Terasawa, apareció publicada entre 1978 y 1984 en una de las tantas revistas de manga de su país, abarcando 18 volúmenes compilatorios, tras su encarnación original serializada. Pues se trata de una historia de ciencia ficción inspirada en un principio nada menos que en el cuento We Can Remember It for You Wholesale (traducido en algunas ocasiones en nuestra lengua como Podemos recordarlo todo por usted) de Phillip K. Dick, el mismo que inspiró las dos películas para el cine tituladas como Total Recall (El Vengador del Futuro en Latinoamérica), sobre un pirata espacial de buen corazón y seductor, quien vive un montón de aventuras ya sea en busca de tesoros que robar (por lo general a los mafiosos) o escapando de sus enemigos y de paso convirtiéndose en una fuerza del bien debido a su código ético (algo así como un Conan el Bárbaro, aunque menos agreste que este, en plan futurista).
     Cobra es un apuesto hombre que a simple vista parece alguien torpe, aunque en realidad es un prodigio de destreza física, casi inmortal, quien debido a sus hazañas del pasado se hizo enemigo de la peligrosa mafia que domina buena parte de la galaxia, tuvo que cambiar su apariencia y borrar sus recuerdos, viviendo ahora una vida pacífica de modo de estar tranquilo; sin embargo una situación muy especial lo lleva a recuperar su anterior existencia, algo que en todo caso lo acepta sin mayores problemas y es así que de ahora en adelante le tocará vivir un montón de nuevas aventuras, ya sea solo, o bien acompañado por su fiel amiga Lady Armanoid (una comprensiva ciborg muy sexy también) o los compañeros del pasado con los que se reencuentra, como con aquellos más recientes amigos que irá haciendo, además de un montón de preciosas chicas a las que no tarda en conquistar con facilidad.  Dentro del último grupo mencionado, destaca la por igual maravillosa Domique Royal, una agente de la Patrulla Galáctica, a la que conoce durante la saga más famosa del cómic y de su adaptación televisiva (que en todo caso, el filme animado para cine fue la primera vez que versionó esta misma historia) y de la cual llega a enamorarse, pasando varias otras peripecias juntos.
      Si seguimos refiriéndonos al protagonista y sus singularidades, no podemos olvidarnos de su célebre psicoarma, un cañón que posee escondido en uno de sus brazos y el cual usa siempre con éxito, ya que nunca desacierta; cabe mencionar que cuando ocupa este aparato, las consecuencias son espectaculares y bien recuerdan las demostraciones de agilidad de los héroes del Lejano Oeste gringo y de los llamados Spaguetti Western (vaqueros).  También tiene un puro que lleva en la boca, el cual le sirve para varias eventualidades; como por igual no podemos olvidar su pistola clásica, que corresponde a un viejo modelo de la Tierra (nada menos que una Colt Python).

                                   
                                                                                   Opening.

      Entre 1982 y 1983 se exhibió en la tele nipona la serie clásica animada (que con posterioridad, ya en este siglo, se realizó recién otra), la cual consta de 31 episodios.  Con una estética inspirada en Star Wars (en especial tal como se puede apreciar en la imagen del gran villano de la saga final), puesto que encontramos tanto una serie de extraterrestres de la más curiosos, muchos de ellos usando máscaras como bien sucede en los filmes de la franquicia hollywoodense, apareciendo varias cantinas llenas de sujetos de los más curiosos y de la peor calaña (como en la primera cinta de George Lucas).  Por otro lado, la acción transcurre en varios planetas, que implican civilizaciones ya desaparecidas, monstruos de todo tipo y en un capítulo unitario muy divertido, la presencia de nada menos que de un genio mágico al más estilo de Las Mil y Una Noches. Además, a lo largo del desarrollo de este show, altamente recomendable, encontraremos capítulos independientes y otros unidos por una trama en especial, donde la acción está en todo momento, con abundante humor y sensualidad de por medio, sin faltar el dramatismo propio de las producciones japonesas (ya que asistimos a la muerte de más de un personaje importante); dentro de todo esto, destaca la primera gran saga dedicada al tesoro que incluye tres preciosas hermanas, el viaje a un planeta donde existe una extraña raza de espadas inteligentes, la amenaza de un robot gigantesco capaz de devastar al mismo universo y al propio Cobra infiltrado en nada menos que una red de estupefacientes (¡Y esto vimos los pequeños inocentes en la gloriosa era de nuestra infancia, je).
     No podemos olvidar la singular nave que conducen Cobra y su fiel amiga Lady Armanoid, la Tortuga, llamada así de forma irónica por su rapidez, la cual puede tomar una forma alargada para ser aún más ágil y hasta es capaz de enrollarse alrededor de un edificio como si fuera una especie de gigantesca serpiente mecánica.  Asimismo, sobresale toda una serie de criminales desalmados a los que se enfrente nuestro antihéroe, con apariencias y habilidades bastante llamativas, como los aterradores Cristalino (un ciborg con piel transparente) y Tarvage, un mercenario de naturaleza vegetal que infecta con su semilla a sus víctimas, para dominarlas antes de que estas mueran por la infección a las que son sometidas. Por otro lado, también veremos unas cuantas femmes fatales, otro arquetipo habitual de uno de los subgéneros de los que se nutre el show, incluyendo mujeres con el corazón más ruin.
     Entre medio de todo esto, nos encontramos con el tema de la fraternidad masculina, donde llama la atención que al ser justamente Cobra un sujeto que vive fuera de la ley (si bien solo mata- y sin culpa- a criminales de sangre y no vacila en ayudar a quién esté desamparado), no tiene problemas en lidiar con variados tipos del mundo marginal y con los cuales llega a tener una férrea amistad, a veces trabajando juntos y en otras ganándose su respeto luego de demostrarles su lugar como “macho alfa”.  Igual siendo el personaje todo un seductor con las mujeres, quien además es bastante agraciado y posee un cuerpo envidiable (acostumbra usar un ajustado traje que modela bastante bien su bien formado cuerpo y donde no deja de destacarse su trasero, como también sucede con las féminas que pululan en el programa), en un momento del capítulo final hay una escena que sugiera una relación homosexual con uno de sus amigos (cabe mencionar, que el resto de los varones de la serie por igual, en muchos casos, tienen un aire bastante sensual).
     Por último, cabe destacar el estupendo doblaje en español realizado en Latinoamérica, el mismo con el cual llegó a España y en contra de lo acostumbrado, ya que en dicho país hacen sus propios doblajes usando su acento y terminologías; pues los de mi generación crecimos escuchado las mismas voces en varios dibujos animados, entre gringos y orientales, pudiendo reconocer varias de ellas en otros clásicos como La Pequeña Lulú o Capitán Futuro, por no mencionar otros por si me confundo (je).  Igual, respecto a este tema, llama la atención que los mismos actores de doblaje interpretan a varios personajes a lo largo de estos 31 estupendos episodios.

La sugerente escena de la que les hablaba (Cobra semi desnudo hablándole con
naturalidad a su amigo y ambos a solas en un cuarto de hotel).

miércoles, 10 de febrero de 2021

Gracias por todo, Cristopher.


      Pese a mi naturaleza intrínsecamente ñoña, una de las películas que más recuerdo con cariño de niño e impactó, no tenía monstruos, naves espaciales, grandes batallas cuerpo a cuerpo, ni violencia explícita: Les estoy hablando del musical The Sound of the Music (1965), que en nuestra lengua recibió los “engañosos” títulos de La Novicia Rebelde en Hispanoamérica y Sonrisas y Lágrimas en la Madre Patria (como si se tratara de tres filmes por completo diferentes).  La primera vez que la vi fue a comienzos de los ochenta, en la franja nocturna de los domingos y donde se suponía en la televisión abierta de los dos canales de TV chilenos más poderosos de aquellos años, Canal 13 (de la Universidad Católica) en este caso, estrenaban lo último del cine internacional (y estamos hablando de un caso que ya para esa época era bien antiguo, sin ánimo de devaluar su calidad artística), el que más encima daban en dos partes a razón de dos semanas (sin olvidar las partes que eran censuradas y eso que a partir de esa hora “los canales estaban facultados para exhibir programas para mayores de edad”, como decían antes de comenzar la presentación).  Con el pasar de los años me lo repetí varías veces, que el mismo canal acostumbró darla de manera sagrada en temporada previa a la Navidad… ¿Y por qué recuerdo todo esto? Pues porque gracias a este título que les traigo a la memoria, tuve la dicha de conocer a un grande de la actuación como lo fue Cristopher Plummer, quien con pesar nos dejó este 5 de febrero a la longeva edad de 91 años y en cuyo honor escribo estas palabras, puesto que con el pasar del tiempo fui apreciándolo mucho, debido a su geniales actuaciones en varias otras producciones, un par de ellas entre mis favoritas y que sin su intervención no habría sido tan formidables.
    Plummer trabajó en más de 50 películas, muchas de ellas consideradas entre lo más granado del séptimo arte y cuando veo la lista que incluye varias que son de mi gusto y las disfruté en alguna oportunidad, no dejo de sorprenderme ante la evidencia de su legado, que solo debido a mi mala memoria apenas puedo recordar; como siempre, tendré que repetírmelas y con gusto, pues tan solo hace unos días, apenas supe de su fallecimiento, me volví a ver 12 Monos (1996), gran filme de ciencia ficción de los noventa y que no más porque busqué su biografía pude saber (que no recordaba) también hizo un pequeño, aunque celebrado papel ahí.  La lista es inmensa, entre los pendientes por no haberlos revisado antes (que algunos ni los conocía) y aquellos que en definitiva debo repetirme; sin dudas que debo volver a gozar de largometrajes tales como En un Lugar del Tiempo (1980, sobre la preciosa novela de Richard Matheson), Lobo (1994)  y Drácula 2000 (2000 y donde interpretada nada menos que al gran cazador de vampiros Van Helsing) y es que si bien no se encuentran dentro de las verdaderas maravillas que filmó (como Jesús de Nazareth, Una Mente Brillante y Up!), no cabe duda que por razones obvias están entre mis temáticas predilectas (cronoviajes, licántropos y chupasangres, je).
     Les había adelantado algo más arriba, de que Cristopher Plummer actuó en dos de mis pelis más amadas… ¡Pues sí! La primera de ellas es nada menos que Star Trek: The Undiscovered Country (1991), una de las mejores entregas cinematográficas de la franquicia y donde se despide el reparto de la serie original en grande.  Allí Plummer hizo de un villano de antología, el General Chang, donde más encima se atreve a recitar a Shakespeare en klingon, la lengua de la especie alienígena a la que pertenecía este.  Memorables escenas nos concedió el artista no solo para los trekkers de corazón, en un filme que gente como uno se ha repetido una y otra vez de tan buena que es.  Solo lamento no haberla podido ver en el cine cuando la estrenaron, que en aquellos años apenas iba a los teatros y me tuve que conformar con hacerlo en VHS, muchos años después de su debut.


                                      Un rival a la altura de las circunstancias como el General Chang.

     Luego tenemos Dolores Claiborne (1995), sobre la novela homónima de Stephen King, una cinta que está llena de méritos propios y que bien merece ser rescatada, porque en su momento tuvo la mala suerte de haber pasado desapercibida por mucha gente (entre ellos la crítica especializada).  Allí hace de un personaje que a simple vista podemos considerar como el villano, aunque la verdad ese rol le toca a otro actor y es que en esta obra encarna a un empecinado agente de policía obsesionado con meter presa a una de las dos protagonistas de la cinta, quien cometió un crimen de sangre que poco a poco se nos irá revelando a los espectadores; cabe mencionar que el desempeño actoral de Plummer, acá es uno de sus mayores logros, el cual rivalizó con el resto de sus compañeros y quienes dieron lo mejor de sí, entre ellos la oscarizada Kathy Bates como la propia Dolores Claiborne, a quien el personaje de Plummer busca sentenciar.   Esta película sí que me la vi en el cine y luego también me la he repetido varias veces, incluyendo un par el año pasado, cuando en unas reuniones virtuales con amigos nos juntábamos para comentar largometrajes que nos recomendábamos semanalmente, ello a falta de la presencialidad en tiempos de pandemia y cuarentena; fue así que la tercera vez en que a mí me tocó ser el "anfitrión", ya hace rato que deseaba ponerla en mi lista… ¡Y vaya que les gustó a mis compañeros!
     En vacaciones de verano pasado, tuve el placer de reencontrarme con Cristopher Plummer en uno de sus últimos trabajos: Knives Out (2019, que acá llegó con el nombre de Entre Navajas y Secretos), una producción de suspenso con cuotas de humor muy, pero MUY entretenida y que se las recomiendo mucho.  Hace años que no veía nada suyo y volver a contemplarlo en un filme reciente, mayorcito y regio siempre, interpretando una vez más al patriarca de una familia acomodada (era un hombre tan elegante, que estos papeles le quedaban como anillo al dedo, sin olvidar sus grandes roles como villano), fue todo un plus para mí.
     A lo largo de su carrera ganó un montón de distinciones y en 2010, cuando tenía 82 años, recibió el codiciado Oscar como Actor de Reparto (“Secundario”), debido a su labor para Beginners, una cinta de la cual no tenía idea de su existencia y que la acabo de descargar (¡Gracias, san Harry Potter!) para en una de esas apreciarla esta misma semana.  Como en su caso, queda mucho para disfrutar de grandes películas, que si bien nos duró harto este maestro de la actuación y se fue ya bien entrado en años, a una edad que no todo el mundo llega, nos deja con un vacío al perder otro pedacito de nuestra historia… ¡Así que a ver no más sus películas!


          He aquí el trailer de la estupenda "Dolores Claiborne" y donde aparece Cristopher                                                           Plummer en uno de sus roles más inolvidables.

domingo, 7 de febrero de 2021

Una manera inaudita para cerrar espectacularmente una saga (I)


 1. La larga espera ha terminado.
 
    Entre mayo y agosto, más o menos, de 2018 emprendí la tarea de leerme de una vez todos los libros de La Saga del Retorno de Orson Scott Card, la que poseía desde al menos hace una década y estaba pendiente en mi biblioteca; sabía que en determinado momento me iba a quedar corto, al no contar con el último tomo, llamado de manera muy significativa Nacidos en la Tierra (1995) y siendo este el quinto de la pentalogía.  Cabe mencionar que en comparación con sus series de Ender, La Sombra y Alvin Macker, esta que hoy nos reúne es casi desconocida y no se edita tanto como las otras, al menos en español; fue justamente esta razón la que me impulsó a conocer tal faceta de mi segundo escritor favorito (¿A ver cuál es el primero), a quien le perdono su homofobia por tanta belleza en sus obras y es que nadie está libre de pecado, ni es perfecto, por no mencionar el detalle que puedo separar al autor de su obra y contextualizar sus fallas como sujeto.
     Busqué en Internet dónde comprar la novela, que si bien estaba en inglés sin mayores problemas, tan solo pude descargarla en PDF en mi lengua materna; no obstante, como no me gusta leer en digital, me aguanté y si bien de vez en cuando preguntaba en alguna librería si la tenían, con el tiempo ya me olvidé de hacerlo… Entonces la cuarentena más rigurosa por el Covid-19 se levantó y de ese modo abrió el famoso Persa Bío-Bío, comercio informal de la ciudad en la que vivo y donde me gusta ir a comprar de vez en cuando, que allá se encuentra de todo, barato e incluyendo muchas cosas que ya están descatalogadas (los extranjeros que leerán estas palabras, háganse una idea de una especie de mercado inmenso, con vendedores dedicados a todo tipo de productos, que los llamados “persas” o “ferias” en Chile son muy populares y por mi parte me fascinan desde pequeño).  Ese día fui con mi sobrinito regalón, Amilcar, hace rato mi compañero de viajes a ese lugar y me encontraba “vitrineando” de manera distraída cuando me paré frente a un puesto: ante mis ojos estaba el objeto tan preciado, que ni siquiera pretendía buscarlo; estaba barato, en una preciosa edición que ya no sale y no dudé en pagar por ello.
     Me prometí que sería mi próxima lectura antes de finalizar el 2020, pero ya era noviembre, el tiempo se fue volando y solo en enero, plenas vacaciones de verano que aún disfruto (encerrado, pese a todo), me lo leí de un tirón.  Así que ahora ya es el momento de compartirles mis impresiones al respecto, que disfruté mucho de este texto, si bien no recordaba mucho en qué había quedado todo y en especial a sus mismos personajes que se me borraron en su mayoría de los recuerdos.
 
2. La historia.       
 
     En contra de lo esperado y tras haber llegado por fin los viajeros al viejo planeta madre, donde entraron en contacto con dos especies inteligentes autóctonas, que evolucionaron por sí mismas durante la ausencia de los seres humanos a lo largo de miles de años, han pasado nada menos que 500 años; todos los personajes que conocimos murieron hacen rato, salvo una de las heroínas de los volúmenes anteriores y quien se mantiene joven gracias al llamado “manto”, un objeto con el que la inteligencia artificial conocida como el Alma Suprema la protege, para mantener así el legado correspondiente, conseguir el verdadero propósito del retorno a casa y velar por los descendientes de quienes venían desde el planeta Armonía a cumplir su misión.
      En la Tierra se han creado distintas comunidades que mantienen sistemas políticos monárquicos y patriarcales, separados entre sí y muchos de ellos enemistados entre ellos; algunos por completo separatistas y otros conviviendo con las especies no humanoides que hace rato habitan en el mundo.  Han habido varias guerras entre medio y revoluciones internas, que parece que la naturaleza del ser humano sigue su curso hacia la autodestrucción y la violencia, sin haber aprendido de sus errores; y es que todo lo que ocurrió antes y se nos contó en los otros libros, es para ellos historia antigua, convertida en mitos y leyendas, formando parte de su religión; puesto que además no conservan el conocimiento científico y tecnológico que tenían sus antecesores, salvo un par de objetos que veneran como si se tratara de reliquias mágicas. 
     En medio de este escenario, debido a la intercesión de “fuerzas superiores”, un grupo de esclavos humanos realiza un éxodo a otro reino para liberarse del yugo y allí con el pasar de los años florecen hasta formar parte de dicha sociedad algunos y otros como grupo independiente en las afueras de la ciudad.  Es cuando los mismos defectos de las personas, entre los que se incluyen algunos de los mismos “ángeles” (las criaturas aladas que se han unido a los hombres), despierta un nuevo conflicto religioso y político que está por socavar la paz conseguida con tanto sacrificio.  Por lo tanto, le toca a la llamada “Insepulta” intervenir de manera más directa para evitar el desastre, que entre medio hay varios interesantes personajes que están metidos en este conflicto; los momentos más emocionantes de todo este drama, se irán venir a cada momento de la lectura, en un libro que cierra con broche de oro, una saga que merece ser conocida y apreciada por lo amantes de la mejor ciencia ficción “humanista”.



 
3. Temas.        
 
3.1. La guerra.
 
    Varios conflictos bélicos se han desarrollado a lo largo del periodo, que ha transcurrido a lo largo de los 500 años que pasaron desde la última vez que supimos de los viajeros provenientes de Armonía, una vez que aterrizaron y comenzó a desarrollarse una nueva población humana, acompañada por “Gente del Cielo” y de la “Gente de la Tierra” … Pero, si bien recordamos, ya habíamos asistido a una guerra poco después de empezada esta nueva etapa (así que no solo esperanza venía con los elegidos por la versión original del Alma Suprema).
    No hay guerra justa a la luz de lo que nos cuenta el escritor por medio de esta fábula, ni siquiera usando todas las justificaciones que se les ocurren a los personajes; que tal como queda demostrado, estas son motivadas por la ignorancia y el miedo, sin olvidar el odio propio de corazones rígidos que no ven en el otro a su semejante.  Es por esto que estamos frente a la problemática de la OTREDAD, tan ligada a los temas que a continuación se mencionarán y que dará paso a otras formas de conflicto, que, aunque supuestamente menos destructivas, siguen horadando la posibilidad de conseguir la plenitud como comunidad.
    Como en otras obras de Card, aquellos dispuestos a hacer la guerra quedan marcados como sujetos menos evolucionados que los héroes, quienes buscan una manera pacífica de conseguir que todo el mundo quede contento y sin necesidad de derramar sangre. Cabe mencionar la historia de una antigua civilización humana, sobre la que se cuenta en la novela, de la cual prácticamente casi no queda registro, debido a su propia ineficacia para superar sus instintos violentos.
 
3.2. La xenofobia.
 
    La convivencia entre 3 especies inteligentes en apariencia tan diferentes entre sí hace difícil, aunque no imposible, que todo resulte sin mayores complicaciones. Es así que nos encontramos con atroces manifestaciones de racismo, donde quienes abrazan una ideología de este tipo se niegan a aceptar la igualdad de derechos de los “otros”.  El paralelismo con la historia real de la xenofobia en esta última entrega es evidente, encontrando momentos desgarradores relacionados con la esclavitud, la propaganda engañosa y los crímenes de odio que no dejarán indiferentes a los lectores de buen corazón; asimismo, la novela nos retrata de manera convincente lo fácil que podemos llegar a caer en estos errores, cuando más de un personaje noble, impulsado por su propia debilidad se deja llevar por los eventos de este tipo.
 
3.3. La religión.
 
     A sabiendas de que Orson Scott Card es un mormón practicante y que acostumbra no desatender los temas de la fe y de la religión institucionalizada en buena parte de sus títulos, lo que incluye además un fuerte discurso moralizante en ellos, llama la atención que en el caso de la presente saga que hoy terminamos de revisar, la teología no se vea como algo ligado al mundo metafísico; bueno, estamos hablando del género de la ciencia ficción, razón por la cual la existencia de fuerzas superiores más tiene que ver con elementos racionales, que sobrenaturales, tal como queda demostrado a lo largo de estas páginas. 
     La historia “real” se ha vuelto parte de la religión de los individuos que aparecen en el libro, donde una mujer que es la única que tiene acceso a una tecnología super avanzada, se ha convertido en una entidad mística (cuando llegamos al esperado clímax de todo esto, no puede ser más certera la manera de cómo Card juega con esta idea de que, tal como dijo alguna vez Arthur C. Clarke, la magia no es otra cosa que ciencia sofisticada y desconocida al común de los mortales).
     Pese a que a través del libro estamos presentando dogmas ficticios revelados en toda su verdadera naturaleza al lector, su desmitificación no es percibida como una manera de descubrir el engaño de la clase religiosa, sino como el nutriente que permite a un pueblo a tener su identidad y conseguir la tradición suficiente como para que se logre el desarrollo cultural de dicho pueblo. 
      No solo los humanos tienen su propia fe, tal como queda demostrado en el libro y los puntos en común entre las especies corresponden al carácter ecuménico de buena parte de la literatura cardiana, que nos invita a no despreciar a ideología de los otros, sino que a valorar su sabiduría y fundar de ese modo los acuerdos que nos permitan crecer todos juntos en paz.
 
3.4. El machismo y el empoderamiento femenino.        
 
    El sujeto más poderoso de esta obra es una mujer (al menos entre los orgánicos), quien ha tenido una vida plena como persona al poder desarrollarse en todas sus capacidades y habiendo superado las trabas impuestas por otros hace rato ya (si recordamos bien lo acaecido en los tomos precedentes).  Con posterioridad, esta fémina será quién permitirá que todo termine de la mejor manera, que sin su ayuda el final habría sido otro.
     Por otro lado, el libro nos muestra una cultura donde las mujeres cumplen un rol propio de sometimiento al “macho”, queridas y respetadas, aunque nunca como iguales de los varones que llevan las riendas del destino de sus congéneres; con posterioridad asistimos a la revolución pacífica, que nos muestra los cambios positivos por los que pasa una sociedad, cuando la mujer va cobrando el valor que se merece y se convierte en parte esencial de dicha comunidad.  Es acá donde destaca las figuras de mujeres claves en este proceso, incluso brillando por sobre muchos hombres de poder, quienes con su presencia y acciones permiten que se consigan estos logros.  En contraposición a todo esto, las expresiones de machismo que encontramos en el libro, resultan ser esclarecedoras tanto como el “amor a la guerra”, de la naturaleza retrasada de estos sujetos trogloditas.
 
3.5. El perdón y la redención.      
 
      El amor es el primer sentimiento que impulsa las acciones de los héroes cardianos, aquello por lo cual se encumbran estos, al conseguir tocar hasta los corazones más endurecidos, cuando les hacen ver a sus antagonistas que están equivocados.  Es en medio de todo esto, que una vez más el autor nos conmueve al narrarnos la conversión de muchos de estos villanos, que más que haber adorado el mal, estaban cegados por su propia humanidad que los hizo errar; más de un personaje en esta situación aparece en la novela, quienes tienen la oportunidad de resarcir sus yerros y de eso modo conseguir por fin la verdadera felicidad.  Ahora bien, para que todo esto se consiga, no pueden faltar los personajes capaces de orientar a los descarriados, sin condenarlos y amándolos sin condiciones, solo esperando que ellos mismos se den cuenta de cuál es el camino correcto a la plenitud.




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