Entre
los años 2002 y 2003 el guionista Paul Dini y el dibujante Alex Ross,
terminaron su serie de novelas gráficas en edición de lujo dedicadas al
universo DC, las que comenzaron en 1998 con nada menos que Superman: Paz en la Tierra
y a la que le siguió en 1999 Batman: Guerra contra el Crimen. Con posterioridad siguieron con Shazam!: El Poder de la Esperanza en 2000 y Wonder Woman: El Espíritu de la Libertad en
2001. Pues como era de suponerse,
faltaba hacer algo acerca del equipo de superhéroes más grande de todo el
universo deceísta: La Liga de la Justicia.
De este modo, en 2001 apareció JLA: Orígenes Secretos y al año
siguiente JLA: Justicia y Libertad.
No resulta ingrato decir que cada una de estas obras fue tan bien
recibida por los lectores, como alabadas por la crítica, recibiendo más de una
de ellas importantes premios, que llegaron a ser consideradas entre lo mejor de
cada uno de estos personajes (tanto por la calidad emotiva de sus argumentos, bastante
alejada de la típica confrontación contra villanos superpoderosos, como por la
belleza perfeccionista de sus viñetas pintadas en acuarela).
Tal como dice su nombre, JLA (Siglas
en inglés de Justice League of America): Orígenes Secretos es un repaso al
origen de este fabuloso grupo, pero no acerca de la amenaza que los llevó a
juntarse para poder luchar contra un poder que por sí solos no habrían podido
superar (ni el Starro de la Edad de Plata, ni a Darkseid en la continuidad
actual). Puesto que más bien tiene que
ver con los comienzos de varios de sus miembros, que en los títulos anteriores
de esta saga no habían sido considerados: Flash, Linterna Verde, Acuaman,
Detective Marciano, Flecha Verde, Hawkman, Átomo y Hombre Plástico. A cada uno de estos el tomo les torga dos
páginas, que comienza en cada caso con una pequeña presentación, la que incluye
el título en grandes con los caracteres antiguos del personaje en
cuestión. En algunas ocasiones, la
historia de su inicio como justiciero la hace un narrador omnisciente, en otras
es el mismo paladín (destacable resulta ser la presentación del siempre
simpatiquísimo Hombre Plástico, tan acorde a su buen humor).
No obstante antes de todo este repaso
por la nostalgia del comiquero, emotivos puntos de vista de hombre y mujeres
comunes salvados por nuestros superhéroes, le otorgan desde las viñetas
iniciales una dimensión más humana a todo el relato y donde la fuerza de toda
esta obra (así como las del resto de estas novelas gráficas) no radica en la
espectacularidad, si no en la manera más intimista con la cual retratan a sus
protagonistas (sus sueños, temores, preocupaciones y relaciones interpersonales
con la humanidad que han jurado defender con su vida, aunque muchas veces no
todos sepan tratarlos con justicia). De
igual manera antes de revisar los llamados “orígenes secretos”, una vez más se
muestra a estos representantes del bien en distintos escenarios, siempre
evitando tragedias del mundo “real”, entre catástrofes naturales y ante la
maldad de personas corrientes.
Siendo que la edición que poseo en
papel de estas dos obras corresponde a la hecha por la editorial chilena
Unlimited, que sacó ambos tomos con el único nombre de JLA: Libertad y Justicia,
ignoro hasta qué punto un tomo termina y el otro comienza en su versión
original; ya que para ser sinceros ambos empalman muy bien y al menos como
quedó en la edición criolla, la gran historia comenzada en el número uno,
continúa y obtiene su desenlace en el dos.
Pues luego de la crónica respectiva, la narración la toma nada menos que
el Detective Marciano, considerado hasta los eventos de Flashpoint, el
alma de la Liga de la Justicia en la mayoría de sus encarnaciones. Quien es llamado J`onn J`onzz por su amigos,
aprovecha de recordar (y meditar) acerca del papel de sus compañeros, a la hora
de enfrentar el mal en cualquiera de sus manifestaciones, llegando a poner en
evidencia lo que significan los ideales de un grupo como el suyo y lo que viene
a ser la Liga de la Justicia para tanta gente: esperanza. El cuadro se completa con unas cuantas
viñetas aisladas, que homenajean algunos de los momentos claves en las revistas
sobre el grupo (incluyendo la citada primera intervención de la monstruosa
estrella espacial Strarro).
Es entonces que gracias al
extraterrestre verde, somos testigos de una muy particular nueva batalla de la
JLA y la cual como detalle clave comienza en un humilde pueblecito africano,
algo muy en el tono de los guiones realistas y de honda carga social de estos
Prestige. Pues en tal lugar los
superhéroes más poderosos de la Tierra (de DC, claro), descubren un horror que
bien podría acabar con la vida inteligente en el planeta. La crisis de la que deben salir victoriosos
usando todo su ingenio y valor, se complica cuando se dan cuenta que aún existe
un enemigo todavía más peligroso: el propio ser humano. Puesto que mientras hacen lo posible por
revertir el peligro que tuvo su surgimiento en el Continente Negro, aparece la
certeza de que el miedo y la intolerancia propios de nuestra especie, pueden
ser tanto o más letales que aquello a lo que enfrentan. Por lo tanto la trama no solo trata sobre el
lado más heroico de este grupo, sino que aborda el tema de nuestra tendencia a
la violencia y que bien puede convertirse en nuestro peor enemigo. Como estamos hablando de una historia que si
bien no olvida en el tapete lo peor de corazón humano, lo primordial es
ensalzar las virtudes que encarnan los diversos personajes que aquí salen; por
ende hacia el final solo a través de la verdad (La Verdad los hará libres,
Evangelio según San Juan capítulo 8, versículo 32) y la confianza, es que por
fin se logra superar la mayor tribulación de todas.
La segunda parte de este díptico en torno
a la Liga posee varios momentos preciosos, como cuando el mismo Detective
Marciano se queda solo en la aldea afectada, consolando a las víctimas.
Asimismo resulta memorable la pequeña aventura de Acuaman y Flash en un
submarino ruso. De igual manera la
intervención de los superhéroes ya mencionados, aparte de varios más como Metamorfo,
Zatanna y Canario Negro (¡Ídolas estas dos!) para repeler el caos que está
ocurriendo en el mundo, debido al descontrol de los civiles, es algo que no
deja de cautivar. Por último, la reunión
de los superhéroes en la ONU, dando un verdadero ejemplo a los líderes del
planeta, resulta ser un llamado final al raciocinio y a actuar anteponiendo al
instinto primitivo, lo más noble de cada uno de nosotros.
Un par de tomos interesantes. Sería uno de esos que si acá existiera una tienda de comics, seguramente buscaría comprar. Siempre me ha parecido mucho más interesante conocer el origen de ciertos superhéroes que sus batallas del "día a día".
ResponderEliminarTe cuento que siendo sincero para mí estos dos tomos son los más débiles del proyecto de ambos autores y no porque sean malos, que por algo los he alabado de corazón, sino porque los otros (y en especial el de Batman) son superiores.
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