jueves, 8 de septiembre de 2016

La Liga de la Justicia a través de los ojos de dos maestros.


     Entre los años 2002 y 2003 el guionista Paul Dini y el dibujante Alex Ross, terminaron su serie de novelas gráficas en edición de lujo dedicadas al universo DC, las que comenzaron en 1998 con nada menos que Superman: Paz en la Tierra y a la que le siguió en 1999 Batman: Guerra contra el Crimen.  Con posterioridad siguieron con Shazam!: El Poder de la Esperanza en 2000 y Wonder Woman: El Espíritu de la Libertad en 2001.  Pues como era de suponerse, faltaba hacer algo acerca del equipo de superhéroes más grande de todo el universo deceísta: La Liga de la Justicia.  De este modo, en 2001 apareció JLA: Orígenes Secretos y al año siguiente JLA: Justicia y Libertad.  No resulta ingrato decir que cada una de estas obras fue tan bien recibida por los lectores, como alabadas por la crítica, recibiendo más de una de ellas importantes premios, que llegaron a ser consideradas entre lo mejor de cada uno de estos personajes (tanto por la calidad emotiva de sus argumentos, bastante alejada de la típica confrontación contra villanos superpoderosos, como por la belleza perfeccionista de sus viñetas pintadas en acuarela).
       Tal como dice su nombre, JLA (Siglas en inglés de Justice League of America): Orígenes Secretos es un repaso al origen de este fabuloso grupo, pero no acerca de la amenaza que los llevó a juntarse para poder luchar contra un poder que por sí solos no habrían podido superar (ni el Starro de la Edad de Plata, ni a Darkseid en la continuidad actual).  Puesto que más bien tiene que ver con los comienzos de varios de sus miembros, que en los títulos anteriores de esta saga no habían sido considerados: Flash, Linterna Verde, Acuaman, Detective Marciano, Flecha Verde, Hawkman, Átomo y Hombre Plástico.  A cada uno de estos el tomo les torga dos páginas, que comienza en cada caso con una pequeña presentación, la que incluye el título en grandes con los caracteres antiguos del personaje en cuestión.  En algunas ocasiones, la historia de su inicio como justiciero la hace un narrador omnisciente, en otras es el mismo paladín (destacable resulta ser la presentación del siempre simpatiquísimo Hombre Plástico, tan acorde a su buen humor).
        No obstante antes de todo este repaso por la nostalgia del comiquero, emotivos puntos de vista de hombre y mujeres comunes salvados por nuestros superhéroes, le otorgan desde las viñetas iniciales una dimensión más humana a todo el relato y donde la fuerza de toda esta obra (así como las del resto de estas novelas gráficas) no radica en la espectacularidad, si no en la manera más intimista con la cual retratan a sus protagonistas (sus sueños, temores, preocupaciones y relaciones interpersonales con la humanidad que han jurado defender con su vida, aunque muchas veces no todos sepan tratarlos con justicia).  De igual manera antes de revisar los llamados “orígenes secretos”, una vez más se muestra a estos representantes del bien en distintos escenarios, siempre evitando tragedias del mundo “real”, entre catástrofes naturales y ante la maldad de personas corrientes.
        Siendo que la edición que poseo en papel de estas dos obras corresponde a la hecha por la editorial chilena Unlimited, que sacó ambos tomos con el único nombre de JLA: Libertad y Justicia, ignoro hasta qué punto un tomo termina y el otro comienza en su versión original; ya que para ser sinceros ambos empalman muy bien y al menos como quedó en la edición criolla, la gran historia comenzada en el número uno, continúa y obtiene su desenlace en el dos.  Pues luego de la crónica respectiva, la narración la toma nada menos que el Detective Marciano, considerado hasta los eventos de Flashpoint, el alma de la Liga de la Justicia en la mayoría de sus encarnaciones.   Quien es llamado J`onn J`onzz por su amigos, aprovecha de recordar (y meditar) acerca del papel de sus compañeros, a la hora de enfrentar el mal en cualquiera de sus manifestaciones, llegando a poner en evidencia lo que significan los ideales de un grupo como el suyo y lo que viene a ser la Liga de la Justicia para tanta gente: esperanza.  El cuadro se completa con unas cuantas viñetas aisladas, que homenajean algunos de los momentos claves en las revistas sobre el grupo (incluyendo la citada primera intervención de la monstruosa estrella espacial Strarro).
       Es entonces que gracias al extraterrestre verde, somos testigos de una muy particular nueva batalla de la JLA y la cual como detalle clave comienza en un humilde pueblecito africano, algo muy en el tono de los guiones realistas y de honda carga social de estos Prestige.  Pues en tal lugar los superhéroes más poderosos de la Tierra (de DC, claro), descubren un horror que bien podría acabar con la vida inteligente en el planeta.  La crisis de la que deben salir victoriosos usando todo su ingenio y valor, se complica cuando se dan cuenta que aún existe un enemigo todavía más peligroso: el propio ser humano.  Puesto que mientras hacen lo posible por revertir el peligro que tuvo su surgimiento en el Continente Negro, aparece la certeza de que el miedo y la intolerancia propios de nuestra especie, pueden ser tanto o más letales que aquello a lo que enfrentan.  Por lo tanto la trama no solo trata sobre el lado más heroico de este grupo, sino que aborda el tema de nuestra tendencia a la violencia y que bien puede convertirse en nuestro peor enemigo.  Como estamos hablando de una historia que si bien no olvida en el tapete lo peor de corazón humano, lo primordial es ensalzar las virtudes que encarnan los diversos personajes que aquí salen; por ende hacia el final solo a través de la verdad (La Verdad los hará libres, Evangelio según San Juan capítulo 8, versículo 32) y la confianza, es que por fin se logra superar la mayor tribulación de todas.
     La segunda parte de este díptico en torno a la Liga posee varios momentos preciosos, como cuando el mismo Detective Marciano se queda solo en la aldea afectada, consolando a las víctimas. Asimismo resulta memorable la pequeña aventura de Acuaman y Flash en un submarino ruso.  De igual manera la intervención de los superhéroes ya mencionados, aparte de varios más como Metamorfo, Zatanna y Canario Negro (¡Ídolas estas dos!) para repeler el caos que está ocurriendo en el mundo, debido al descontrol de los civiles, es algo que no deja de cautivar.  Por último, la reunión de los superhéroes en la ONU, dando un verdadero ejemplo a los líderes del planeta, resulta ser un llamado final al raciocinio y a actuar anteponiendo al instinto primitivo, lo más noble de cada uno de nosotros.

2 comentarios:

  1. Un par de tomos interesantes. Sería uno de esos que si acá existiera una tienda de comics, seguramente buscaría comprar. Siempre me ha parecido mucho más interesante conocer el origen de ciertos superhéroes que sus batallas del "día a día".

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    1. Te cuento que siendo sincero para mí estos dos tomos son los más débiles del proyecto de ambos autores y no porque sean malos, que por algo los he alabado de corazón, sino porque los otros (y en especial el de Batman) son superiores.

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