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miércoles, 27 de noviembre de 2024

Adiós, gracias y hasta pronto


 
      El presente año que está por terminar, se ha llevado un montón de gente valiosa en lo que concierne al arte y aquellos ligados a mi propia historia personal.  Personas con las que crecí y a las que les debo no solo diversión, sino que me educaron en las materias a las que se dedicaron.  Creo que si uno es más sensible que otros a la dimensión estética y puede conmoverse tanto con un libro, una película, una serie o algún arreglo musical, es porque ha tenido, ha "conocido" grandes maestros y maestras, como las personas que a partir de ahora comenzaré a mencionar.  Tengo una deuda pendiente con toda esta gente y hoy quiero comenzar a hablarles al respecto.
    El 20 de junio a los 88 años nos dejó Donald Sutherland, un actor versátil como pocos, pues incursionó en diversos géneros (pantalla grande y chica) con facilidad, siempre convenciéndonos en sus numerosos papeles, todos ellos muy distintos entre sí.   A mis 49 años me he visto un montón de esos títulos, aunque apenas los recuerdo; sin embargo, hay unos cuantos de ellos que me son significativos y de ellos les quiero hablar, que por algo los puedo rememorar sin problemas.
      The Body Snatchers (1978), es conocida en español como La Invasión de los Usurpadores de Cuerpos y corresponde a la segunda adaptación cinematográfica de la homónima novela de ciencia ficción terrorífica.  Su argumento es una seria metáfora del miedo gringo hacia el comunismo (supuestamente todos sus ciudadanos iguales) y una defensa hacia el libre albedrío, como también de nuestras propias emociones.  En ella, un todavía joven Donald es un hombre que descubre la suplantación de la gente por copias vegetales, puesto que una raza extraterrestre ha invadido nuestro planeta y realiza su plan de la manera más encubierta.  La última escena, en la cual vemos sl héroe interpretado por Sutherland, es una de las más famosas del cine de horror, un verdadero golpe duro para los que esperan finales felices.      
     Sin dudas que mi papel favorito del histrión que hoy, por fin, despido, viene a ser el que hizo para la tetralogía de The Hunger Games (Los Juegos del Hambre).  En ella interpreta al desalmado presidente Snow, el dictador de Panem, un país que surgió de lo que antiguamente era Estados Unidos.  Donald hizo un trabajo de antología, dándonos al personaje más odioso de toda la serie (llena de sujetos retorcidos), elegante y manipulador.  Cada aparición suya la disfruté bastante.


                                               Donald en Invasion of the Body Snatchers


    Mucho antes de la recién mencionada saga distópica, volvió a la tele con la segunda adaptación del famoso libro de Stephen King Salems' Lot, una novela fascinante sobre vampiros.  Esta vez también le tocó hacer de uno de los villanos, de Richard Straker, el servidor humano del chupasangre Barlow.   La producción corresponde, tal como la famosa versión setentera a cargo de Tobe Hooper, a una miniserie.  Digna representación del texto literario original hizo inteligentemente sus propios aportes a la historia, sin ser un calco de la adaptación anterior.  Este título bien puede ser un antecedente del Snow fílmico, ya que aca tenemos a otro sujeto retorcido, falto de empatía y a quien el artista personificó con finura, como hombre maduro de gran labia, que no duda en sacrificar niños para cumplir sus objetivos.  Con grandes actores (muchos de ellos estrellas indudables como Rutger Hauer, James Cromwell y Rob Love) y una preciosa banda sonora, lamentablemente poca gente recuerda/conoce esta joyita y solo la versión de Hooper ha trascendido; bien se merece ser redescubierta y más si se trata de evidenciar el talento de quien hoy homenajeamos (así como de igual manera la película estrenada este año en Max, la tercera traslación a la pantalla de Salem's Lot, requiere una mirada desprejuiciada y que aprecie sus propios valores estéticos).
    Y es cuando, de una vez, llegamos a El Teléfono del Señor Harrigan, una de esas grandes pelis originales que nos regala Netflix.  Estrenada en 2022, dentro de la parrilla programática del poderoso streaming, corresponde a la versión cinematográfica de la novela corta homónima de Stephen King.  Es así que, teniendo de coprotagonista al veterano actor, lo convirtió en otro de los artistas que se repitieron el plato, con una adaptación audiovisual de alguna otra obra del llamado Rey del Terror.  Cabe mencionar que la historia germinal, corresponde a un texto reciente del Tío Steve, no con muchas dosis de horror, aunque sí potente y muy emotiva (si bien enmarcada dentro de terreno de temática sobrenatural).  En dicha pieza, un ya bastante anciano Donald, aunque brillante como siempre, hace de un millonario que, en sus últimos días, deja una vida de soledad, haciéndose amigo de un muchacho; la fraternidad de ambos tomará un rumbo especial, cuando el primero fallezca.
   A diferencia de los otros personajes que he mencionado, en especial los villanos, el señor Harrigan es alguien que evoluciona con el transcurso del argumento (y eso en pocos minutos, que la cinta tampoco es extensa), lo que Sutherland lo hace de manera más que convincente y dándonos una caracterización con una tremenda humanidad.  Significativo resulta ser que este haya sido casi su último papel, si consideramos que el personaje muere en la película y deja a su coprotagonista recuerdos imborrables del tiempo juntos; lo mismo que ha sucedido con nosotros en la vida real.
    Por cierto... Donald nos legó también a su hijo, Kiefer Sutherland, otra maravilla de actor (y muy guapo, por cierto), pero esa es otra historia.

 

                                                              Mix del presidente Snow

jueves, 24 de agosto de 2023

Descubriendo a una gran escritora (1)


     Tanith Lee fue una muy talentosa escritora de ciencia ficción, fantasía y terror bastante premiada y valorada por la crítica especializada y sus lectores.  Prolífica, con más de 70 novelas y/o libros publicados (entre literatura infantil, juvenil, para público adulto y poesía), así como nada menos que sobre 300 cuentos, era una asidua colaboradora en variadas antologías.
    Pese a las dimensiones de su carrera, en español una muy ínfima parte de esta ha sido publicada y de ella mayormente sus novelas más tempranas y/o del siglo XX (un total de solo 8 de estos trabajos).  Lo mismo sucede con sus cuentos, recogidos en selecciones varias como Vampiras (1987, por editorial Valdemar), si bien tampoco son tantos los que podemos leer en nuestro idioma.  Un número considerable de estos relatos traducidos a la lengua de Cervantes, son los que aparecen en su colección Mujeres: Ángeles o Demonios (1989, Women as Demons), el volumen que ahora revisaremos.
     Si bien para mí ha sido un enorme placer dedicarme a este tomo, que compré (a menos que me equivoque) hace 20 años y solo ahora leí, lamento que cuando ya le he dedicado mi tiempo, su autora haya fallecido hace rato; y es que en 2015 Tanith Lee sucumbió al cáncer de mamas, cuando solo tenía 67 años (una muerte temprana, que podría haber seguido por muchos años más escribiendo nuevas piezas suyas).
    Pendiente tengo Hijos de Lobos (1981), novela en la que trata el tema de la licantropía y que está bastante bien considerada, como el resto de su bibliografía.
    Los cuentos que comprenden la colección que ahora nos reúne son:
 
1. La Mujer Demonio.
 
    Un caballero llega hasta una torre, en la que solo vive una mujer, aislada del resto del mundo.  La dama es hermosa y de aspecto misterioso, quien resulta ser una criatura femenina que es peligrosa para los varones y a los que atrae con sus encantos.  Varios factores permiten que el viajero escape con vida, aunque no sin antes quedar marcado por esa especie de vampiresa; por otro lado, la mujer no puede quitarse de la cabeza a quien ha sido su única presa en escapársele y por ello hace algo que nunca antes había llevado a cabo: sale de su hogar y comienza a buscarlo, para consumar de una manera u otra su único encuentro.
    Un bellísimo primer relato para comenzar este libro, poseedor de una prosa poética que nos preguntamos si va a estar presente en el resto del tomo; porque nos atrapa y nos lleva a este mundo que conjuga el ensueño y las pesadillas, al reinterpretar los clásicos cuentos de hadas y las narraciones orales propias de algunos mitos y leyendas medievales sobre amores tormentosos.  Así como el héroe de esta historia resulta arquetípico (varonil, leal, gallardo y hermoso), la supuesta villana en primera instancia también cumple con el perfil propio de su estirpe (preciosa y mortal); sin embargo, debido a su naturaleza que la ha llevado a ser una persona condenada y a cómo intenta escapar a ese destino, resulta imposible no compadecerla.
     Por otro lado, se trata de un texto que ahonda en la soledad de su personaje femenino principal, privada del privilegio para encontrar el amor y/o a un par; debido a lo anterior, pese a sus cualidades sobrenaturales, no deja de reflejar el dolor verdadero y que encontramos en quienes en el mundo real se sienten igual de desamparados.
 
2. Deux amours d'une sorciere.
 
    Una mujer joven y hermosa se ha casado con un hombre rico ya anciano, que bien podría ser su padre o hasta su abuelo.  La vida entre ambos es tranquila, que no hay amor verdadero entre ellos, ni deseo, aunque sí se acompañan.  La vida sigue su curso, hasta que la fémina conoce a dos apuestos caballeros que son considerados los más sobresalientes del reino y es entonces que se obsesiona con uno de ellos.  Entonces decide usar sus talentos de hechicera para atraerlo hacia ella; no obstante, sus planes no se cumplen como bien quisiera y al final es la desgracia la que llega hasta su puerta.
     La autora vuelve a la ambientación medieval, para contarnos otra vez por medio de un lenguaje exquisito en sus descripciones, una historia acerca de la manera tormentosa de cómo podemos llegar a amar y a desear de manera egoísta, sin pensar en las consecuencias.
    Pese a no ser un relato muy extenso, encontramos en sus páginas poderosas imágenes, que son un deleite para la imaginación (como cierta visita a la corte, que incluye una conversación entre uno de los dos caballeros y la protagonista de esta obra, frente al resto de la audiencia).

 
3. Un guante no correspondido.
 
   En una comunidad pequeña y en la que se conocen entre todos, un hombre con cierta fama entre los suyos, conoce a una artista con la cual tiene un corto affaire.  Ella es quien está más interesada, pero el tipo la despacha sin mayores complicaciones, puesto que acostumbra a desligarse en un dos por tres de sus conquistas.  Mientras él es una persona práctica y frío (en un principio), la pintora es apasionada y frágil (en apariencia).  Esta última trata de que su amor no la abandone, no obstante, al no resultar su propósito, comienza la desgracia para el supuesto rompecorazones y se desencadena la declive suya en la que lo fantástico entra en escena.
     Esta historia, la más extensa de las que llevamos leídas del libro y la primera en estar ambientada en la actualidad (al menos de para cuando se escribió esta obra, claro), se mueve dentro del terreno de la incertidumbre y ese es uno de sus puntos más destacables; pues la vida misma es un misterio y muchas veces nos quedamos con la duda de qué nos pasó realmente o por qué.  Es así que no está claro de si el castigo que le llega al despreocupado y casi misógino protagonista, es por intervención de una fuerza superior sobrenatural o surge del mismo despecho de su antigua conquista; sin embargo, lo que sí está claro, es que el objeto de su delirio es tanto castigo, como una manifestación de su culpa.
     Interesante resulta ser, además, ligado al nombre de esta pieza, el juego que hace la escritora con dos objetos y/o minúsculas prendas, que en el pasado tenían un significado especial y que con el paso del tiempo han perdido el sentido que llegaron a tener: El pañuelo de tela que usaban las damas y botaban de forma deliberada al suelo, con el propósito de que el varón de su interés la recogiera para entregárselo (a ver si se producía el romance con todo este rito); por otro lado, tenemos al guante con el que se golpeaba en el rostro a una persona, como símbolo de molestia y desprecio, en el caso de que esto lo hiciera una mujer a un hombre, o para ofrecer un duelo (ajuste de cuentas) por parte de un caballero ofendido a otro que lo haya humillado... He aquí la interesante recreación que hace la autora de estas rancias tradiciones (o que, al menos, así lo interpreto yo).
 
4. Gemelos.
 
    El primer texto del volumen que está contado en primera persona es, además, una extraña narración dividida en pequeños capítulos (cada uno con su nombre, que gira en torno a lo que nos dice en sus líneas la protagonista).  Es, más encima, un texto a medias entre la ciencia ficción y el terror sobrenatural, con un fuerte contenido mítico.
    Una mujer de muchos talentos artísticos vive sometida por una entidad masculina que vive dentro de ella.  Nunca llegamos a saber su origen y al parecer su naturaleza es por completo incorpórea, pero sí el mismo nombre de este texto nos da pistas sobre su relación con la protagonista.
    La vida solitaria de la pobre víctima se nos va revelando de manera emotiva, hasta la tragedia final, que implica la llegada de un atractivo hombre que despierta los celos del monstruo.
 
5. En Oro.
 
    Leer a Tanith Lee es todo un placer, que cada línea suya se disfruta por las palabras que elige y las imágenes que nos evoca en lo que narra (¿Ya lo dije? Me recuerda a Neil Gaiman y a Lord Dunsany por su prosa poética).  Y el presente cuento lo confirma, siendo que esta vez vuelve a retomar la narración en primera persona, aunque ahora hace algo que no se había visto hasta entonces en el volumen: el narrador es un hombre, un narrador testigo que nos cuenta de una rara y poderosa mujer de origen exótico, quien llega hasta su comunidad para estremecer sus cimientos.
    Ambientado en el mundo antiguo, en lo que pareciese ser una provincia del Imperio Romano, ya en época de su decadencia, nos muestra la mirada prejuiciosa y hasta machista de alguien hacia lo que no conoce; todo esto lo hace recelar, de manera muy significativa, de una mujer independiente y es que bien escapa a lo que él puede controlar.
    Este hermoso texto lleno de elementos sobrenaturales, bastante afirmado en la tradición de numerosos pueblos reales (como los egipcios), trata también acerca de las relaciones entre los distintos géneros y la naturaleza del misterio.
    Detrás de las palabras del narrador, quien nos puede llegar a desagradar por sus propios defectos, igual podemos reconocer algo de sabiduría, cuando este al fin asume con resignación su propia mortalidad.
 

6. El rubor de Lancaster.
 
   Un cuento que se mueve- a menos que me equivoque- en el terreno de la llamada "fantasía histórica", puesto que poseería entre sus protagonistas y secundarios a personajes reales, versionando hechos reales famosos del pasado; en este caso, los acontecimientos de la llamada Guerra de las Dos Rosas (Inglaterra, 1455-1461).  La verdad que para mi pesar es un texto que me aburrió sobremanera, pues apenas lo entendí, debido a su lenguaje sobrecargado y su manera de contar la historia desde más de un punto de vista... Bueno, ni siquiera todos los textos de Stephen King, mi autor favorito, han sido de mi gusto, así que bien maestros como Tanith Lee pueden no siempre conseguir conquistarme; por lo mismo, en una colección de cuentos, ya sea de un mismo artista (como en este caso) o tipo antología (de varios autores) no siempre la totalidad de sus piezas conseguirán encantarnos, ya sea por distinta calidad literaria, diferencia de estilo o porque simplemente la historia no fue del gusto de uno (que en este caso concreto, los motivos segundo y tercero son los que me provocaron tedio).
 
7. Eres mi Sol.
 
   Un magnífico cuento de ciencia ficción con un final increíble.  El texto comienza con la traslación de un informe forense, para dilucidar un accidente estelar, que provocó la muerte de miles de personas que iban en un crucero de lujo espacial.
   El protagonista masculino era miembro de la tripulación oficial de la antedicha nave.  Su destino sufrirá el impase mencionado, cuando conoce a una de las turistas, una mujercita tímida de apariencia insignificante y todo debido a su propio narcisismo machista.
    El texto incluye la descripción de una interesante raza extraterrestre humanoide, una ingeniosa variación del tema del vampirismo y muy atractivas reflexiones sobre la influencia que podemos llegar a tener en otras personas y la necesidad/obsesión por sentirnos a gusto con nuestros cuerpos e ideales de belleza personal.
 
8. Aquel que fuimos.
 
   Una exitosa y estrafalaria escritora se obsesiona con la figura de un poeta maldito del siglo XIX, que está segura corresponde a una anterior encarnación suya; es así que se empecina en tener todos los objetos que quedan de su paso por la tierra y debido a ello comienza a cometer actos cada vez más desfachatados.
    Un relato que nos muestra a los artistas como muchas veces lo son en la vida real: Llenos de talento, pero egoístas y disruptivos en muchos aspectos.
     Encontramos un uso del humor bien inteligente en esta narración, que nos agarra desde el principio; no obstante, hacia el final la historia se desinfla y se pone enredosa, hasta aburrida... Una lástima, que al menos a mí me dio impresión que a su autora se le escapó de las manos.

martes, 12 de abril de 2022

Para pasar un buen rato sin complicaciones.


      Con tanto éxito marvelita en el cine y en especial en lo que concierne a todo lo relacionado con Spider-Man, los productores hollywoodenses asumieron que había que explotar a como de lugar dicha franquicia y para ello utilizando a los personajes anexos salidos de sus páginas, que luego consiguieron títulos propios dentro de las revistas.  Cabe mencionar que Sony fue la empresa que se quedó con los derechos, que en un principio Columbia tenía el del mismísimo Spidey y compartiendo luego ganancias con Disney, para hacer que este entrara al hoy popular UCM (Universo Cinemático Marvel).  
    Fue entonces que Sony se adelantó a la competencia y de lleno realizó una maravilla que llevó a las pantallas grandes el llamado Spider-Verse, con un filme de animación maravilloso, Into the Spider-Verse (2018), que sin dudas está entre las mejores cintas hechas sobre personajes de la compañía (y eso que era “solo” de animación); el mismo año le tocó al popular Venom, que en realidad se estrenó meses antes  la desastrosa cinta sobre el simbionte, quien menos mal tuvo mejor secuela el año pasado… ¡Y entonces anunciaron Morbius!
    ¿Y quién diablos es Morbius? Pues se trata de una especie de “vampiro viviente”, que apareció por primera vez en las historietas del Trepamuros, allá por principios de la década de los setenta, teniendo un rol de villano y rival del justiciero; con posterioridad el personaje consiguió acaparar la atención del público, gracias a nuevas historias que lo tenían como antagonista y/o coprotagonista, en diversas series de la Casa de las Ideas (en especial las de terror, como las del cazador de vampiros mestizo Blade).  Luego obtuvo su propia cabecera, además de estelarizar un buen número de novelas gráficas y series limitadas.
    Personalmente, tengo lindos recuerdos de este villano/antihéroe gracias a Spider-Man: La Serie Animada, entrañable cartoon de los años noventa, donde tuvo su debut en la pantalla chica. Sé que también sale en Ultimate Spider-Man, pero la verdad es que no tengo memoria de ello.



    Como ya pasó con un montón de producciones tras la epidemia del Covid-19, su película propia acabada en 2019, solo pudo estrenarse en el presente mes de este 2022.  Teniendo en el rol principal a la estrella Jared Leto, quien hizo a mi parecer de un estupendo Guasón en Escuadrón Suicida (2016) y tuvo un aún mejor cameo en el inolvidable epílogo del corte de Zack Snyder de Liga de la Justicia (2021), una vez más como el Rey Payaso del Crimen, tal como otros actores saltó de un universo comiquero fílmico a otro.  En esta ocasión le tocó hacer de Michael Morbius, un experto genetista que posee una rara enfermedad y quien tras experimentar consigo mismo, mutó hasta transformarse en un espantoso chupasangre.  La adaptación cuenta su origen y lo lleva a enfrentarse a una criatura maligna parecida a él, abordando un tópico caro al género: tu peor enemigo es tu propio mejor amigo.  Como la némesis del protagonista, tenemos a Matt Smith, actor británico que se hizo famoso en el mundo tras personificar en el pasado al mismísimo Doctor Who, en tres temporadas entre 2010 y 2013.  El filme fue dirigido por Daniel Espinoza, realizador de origen chileno, aunque criado y formado artísticamente en Suecia, como muchos hijos compatriotas míos que emigraron a Europa debido a la dictadura de Pinochet (al igual que su colega Alejandro Amenábar).
      La verdad es que esta obra ha tenido pésima crítica, tildándola de poseer un guión flojo y pésimas actuaciones, salvo en este caso la del propio Jared Leto.  Sin embargo, no me quedo con lo que dicen los demás y lejos prefiero hacerme mi propia impresión, que un par de días después de su estreno la fui a ver con mi sobrinito y he aquí que les comparto mi opinión sobre ella. 
     Tras la enorme decepción que me provocó The Batman, asistí al cine con pocas expectativas al tratarse de una “obra menor” y de un personaje solo conocido por los más ñoños de la casa; es más, estaba casi seguro de que saldría echando pestes de la sala; sin embargo, desde principio a fin esta película logró entretenerme y mantenerme atento (en cambio, la otra me hizo bostezar varias veces y hasta me quedé dormido en una que otra ocasión).  Y es que este largometraje no se las da de “artístico” y su única pretensión es ser un producto comercial que divierta, que, aunque a algunos por ahí no les haya producido el mismo efecto que a su servidor, su interpretación me convenció con una trama que para nada me parece deplorable (no es un tremendo argumento, claro, es sencillo incluso, pero al menos sirve de presentación a un clásico que podría ser mejor aprovechado más adelante).  Particularmente, me gustó mucho la apariencia de Morbius, que si bien acá solo cuando le da su hambre insaciable sale monstruoso (por supuesto para ver más tiempo a su apuesto histrión), además de los efectos especiales usados para su vuelo tan singular.  Por otro lado, tras el final, de la manera más inesperada el guión nos lleva al Multiverso, al traer para nosotros a un recordado personaje de una película anterior y que en el caso de que esta más reciente cinta tenga secuela o siga esta continuidad de producciones Sony, podría darnos gratas sorpresas a futuro.
     Por último, rescato la estupenda banda sonora y unas cuantas escenas de tipo terrorífica, que no son poca cosa para un melómano y amante de las historias de miedo y de vampiros como quien se despide por ahora. 
    

                                                                         Tráiler N° 1

martes, 14 de diciembre de 2021

Bienvenida a la Eternidad


     Era 1993 y me encontraba cursando el principio de mi último año escolar como estudiante de Enseñanza Media, o sea, estaba en Cuarto por fin; desde el año anterior coleccionaba de manera sagrada la revista Fangoria (que como lo he dicho antes por acá, de su sección sobre cine en VHS saqué el nombre de mi blog), la que llegaba con meses de desfase a nuestro país desde España, cuando tuve en mis manos el número 13, un especial dedicado a los vampiros y fue cuando en sus páginas me encontré por primera vez con el nombre de Anne Rice y su obra (¿o la habrán mencionado antes en La Biblioteca de las Pesadillas, el apartado suyo sobre las más recientes publicaciones del género?).  Todo fue gracias  a una entrevista a esta autora, debido a la última entrega de sus Crónicas Vampíricas, titulada La Historia del Ladrón de Cuerpos; de ese modo, con una presentación tan potente, me prometí a mí mismo comprarme sus obras, que me interesaron mucho; por otro lado, también venía un listado de las supuestas 10 mejores novelas sobre chupasangres, ordenadas de manera cronológica según su aparición y en ella venía, como no, Entrevista con el Vampiro, el primer volumen de la saga, que posteriormente se volvería un libro muy querido para mí.
    Ahora nos remontamos a 1994, cuando gracias a la mesada que me daba mi papá, más lo que ahorraba del dinero que me daba cada día laboral ($5.000 en lo primero y $1.000 al día, que los chilenos que vivieron esa época me entenderán), pude conseguir la primera historia de Lestat (narrada por Louis) bajo el nombre de Confesiones de un Vampiro en San Diego y específicamente por medio de un “casero” que tenía en la Plaza Diego de Almagro (recuerdo que me costó $ 4.000); aquella vez me fui muy contento con mi adquisición y creo que de inmediato comencé a leerla, obra de la cual quedé fascinado.  Por otro lado, a menos que me equivoqué, teniendo por aquel entonces solo 18 años, fue la primera ocasión en mi corta vida que leía algo de homoerotismo, lo que me provocó un morbo como nunca antes me había pasado.  No sé cómo me llegó a mis manos su continuación, Lestat el Vampiro, pero sí tengo muy claro que le pedí a un par de amigos, que para mi cumpleaños me regalaran la segunda secuela, La Reina de los Condenados.  En cambio, tan solo la década pasada (en 2016 para ser exacto) pude comprar, en la feria y usado La Historia del Ladrón de Cuerpos y solo entonces me dispuse a releer la trilogía original, para pasar sin dudas al mentado cuarto volumen y luego dedicarme al quinto, Mnenoch el Diablo, que lo tenía conmigo hace al menos una década atrás.  Con posterioridad me fui comprando en oferta otros títulos de la serie, junto a novelas varias de la autora, por lo general en ferias del libro.
    Antes de hacer mi repaso por la mencionada saga sobre Hijos de la Noche de la Rice, me adentré en otros textos suyos y ellos corresponden a La Hora de las Brujas, su primera entrega de Las Brujas de Mayfair, que me fascinó, si bien me ocupó harto tiempo, tanto porque en aquellos años (circa 2000) andaba quizás en qué menesteres, como por su extensión cercana a las 1000 páginas; cabe mencionar que de todo lo que he gozado suyo, luego de las llamadas Crónicas, ha sido lo que más me ha gustado.  De igual manera gocé mucho el libro que reúne sus libros sobre vampiros y brujas, Merryck, que recién vine a disfrutar debido a que un día en pleno Centro de Santiago me quedé sin nada que leer y entonces solo por única vez pedí prestado un texto en el Bibliometro.  Pandora por igual me agradó, que encontré en una linda edición en tapa dura en el transcurso de un año muy decisivo en mi vida, 2001(cuando perdí a mi papá y también al único hombre que he amado, aunque a este no porque haya dejado nuestro mundo, sino porque él me dejó a mí), así que tengo muy fresco el momento en que me compré dicha obra.  Con Ramsés el Condenado el efecto fue más bien soporífero y para Violín los resultados fueron peores, que fui incapaz de terminarlo (a lo mejor debería darles otra oportunidad ¿No?)



     Así que como se darán cuenta, mi historia con “Ana Arroz” es laaaarga y bien íntima, aunque hay mucho más que contar al respecto.  Ella forma parte esencial de mi vida:   Cuando se hizo la película de Entrevista con el Vampiro- sin dudas una de mis favoritas- no dudé en ir a verla y tras salir del cine aquel atardecer de diciembre, tras asistir solo como muchas veces a un espectáculo de este tipo, me encontraba lleno de dicha (incluso grabé la banda sonora de Elliot Goldental en un cassette cuando la emitieron en Radio Futuro al poco tiempo después, que la escuchaba a cada rato); repetidas veces la volví a  contemplar, en VHS, luego en DVD y por último en blu-ray, cuando me la compré hace unos años atrás remasterizada (la entrevista a Anne Rice que tiene esa edición es una maravilla).  Unos años después llegó directo a DVD La Reina de los Condenados, que nunca estrenaron por estos lares y que solo al volver a verla cuando retomé la saga en 2016, me quedó más claro que nunca que en verdad es una mierda y una lástima, considerando el material del que se nutre y la joyita que es el filme de Neil Jordan.
    Como profesor que soy de Literatura, en una ocasión di a leer a mis alumnos Entrevista con el Vampiro; fue hace mucho, ya que aquello ocurrió en 2004.  Recuerdo que les mostré un genial documental sobre la autora a mis alumnos, previo a que tuvieran el control de lectura y para motivarlos más (se trataba de una serie de biografías de artistas del terror, que me había grabado un amigo en la recordada cinta casera y que los había emitido en el cable el canal People & Arts, que también tenía uno sobre Stephen King y otro dedicado a Darío Argento).  A mis estudiantes les gustó el texto, pese a su extensión.  El año pasado y este en clases online debido a la pandemia y a la respectiva cuarentena, en el ramo de Taller de Literatura (que me fascina hacerlo), les mostré a los chicos un interesante testimonio de la autora, perteneciente a un movimiento religioso en el que ella estuvo involucrada (creo que luego se salió, debido a su propia naturaleza atormentada, que ya hablaré de ello); los chicos se entusiasmaron, que además les exhibí una escena de la mentada película con Tom Cruise y compañía; tal vez en ambas ocasiones conseguí motivarlos, al menos para disfrutar de la cinta que para nada conocían.
    ¿Por qué les escribo sobre todo esto? Pues debido a que Anne Rice, tan preciada por millones y por quien acá les escribe, falleció el pasado 11 de diciembre a la edad de 80 años. El domingo en la mañana desperté con ese triste conocimiento, pues no recuerdo qué amigo me escribió contándomelo por WhatsApp… ¡Otra parte de mi juventud y del siglo XX se me iba! Ahora mismo cuando escribo estas palabras me da pena, no como para llorar, aunque sí al nivel de tomar conciencia de cuánto puede uno sentir la pérdida de alguien que no conoció en vida, pero quien sí llegó a convertirse en alguien querido y admirado. 
    No está de más decir que Anne Rice nos dejó un tremendo llegado, con casi 40 novelas, la mayoría de ellas sobre seres sobrenaturales que aún considerando sus poderes, no dejaban de ser tan humanos en su soledad, capacidad de amar y de odiar.  Aparte de las historias de vampiros y brujas ya citadas, abordó la existencia de licántropos, espíritus, momias y ángeles e incluso realizó una trilogía acerca de Jesús.  De su puño y letra salió una autobiografía (que ojalá salga en español, que me encantaría tenerla y leerla) y varias novelas eróticas que escribió usando dos pseudónimos, que célebre es su tetralogía en la que reinterpreta el relato de la Bella Durmiente.  A menos que me equivoque, solo incursionó en 3 ocasiones en el formato del cuento, uno de ellos leído hace años por este servidor y que para nada recuerdo, que solo puedo decir de este que trata sobre… ¡Drácula! (los otros dos los realizó en su juventud y tal vez nunca fueron editados de manera profesional).
    Como sus personajes, claras proyecciones de su interioridad, Anne Rice era una persona llena de contradicciones y por eso el existencialismo tan fuerte de sus obras.  Su educación católica tan rigurosa le dejó un tremendo amor hacia Dios y su creación, de modo que en sus trabajos el tema de la fe es imprescindible; sin embargo, sus conflictos con asuntos de tipo moral, en los que la Iglesia aún se mantiene muy retrasada (como el aborto, la homosexualidad y el Feminismo), la alejaron en más de una ocasión de ella y le provocaron varias crisis, la que repercutieron en su labor literaria (incluso llegó a renegar durante un periodo de sus piezas de terror… ¡Lo que menos mal le duró poco!).  Entre tantos ires y venires, espero que sus últimos días hayan sido de dicha plena, que alguien que nos ha regalado tanta belleza se merece lo mejor.
    Espero de corazón encontrarte en la Eternidad, querida Anne Rice y prometo dar testimonio de tus obras, para que lleguen a las nuevas generaciones y ojalá con la misma carga que hace tanto tiempo conseguiste adentrarte en mí. 

lunes, 27 de septiembre de 2021

Pecados de Omisión XIII

 


1. Crónicas Necrománticas.
 
    Desde (la noche) de los tiempos en que compraba feliz la revista Fangoria (de donde saqué el nombre de este blog), o sea a principios de los noventa, viene a mí el nombre de Brian Lumley.  Les estoy hablando de un escritor que comenzó como muchos otros imitando/homenajeando el estilo de Lovecraft, al crear nuevos textos ambientados en los llamados Mitos de Cthulhu.  La primera vez que supe de la existencia de su saga, que tenía a un vampiro de protagonista, fue en el número 1 de su primera época en español, cuando en una breve reseña hacían mención a la adaptación al cómic; una imagen se me quedó muy marcada al respecto y donde salía su personaje principal, un tipo apuesto y musculoso semidesnudo con una apariencia bestial, sobre un cuerpo al que le había sacado el corazón para comérselo o algo así.  Poco después en otro número de la revista, en la sección de crítica literaria sobre libros recién editados, La Biblioteca de las Pesadillas, que en la edición española era hecha por un ibérico, pues comentaban solo títulos publicados en la Madre Patria, le dedicaron espacio a un libro recién editado a nuestra lengua de Lumley y creo que era de las mismas Crónicas Necrománticas (debería revisar mi vieja colección para corroborarlo ¿No?); el tema es que no hablaban muy bien del tomo y menos del autor... Fue así cómo me prejuicié en contra de este escritor, que luego me parece volvieron a ningunearlo en tales páginas.
    Me parece que nunca he leído cuentos suyos, que al parecer es bien dado a ello y varias antologías cuentan con sus aportes.  Por otro lado, solo dos veces he tenido en mis manos algo de su autoría y hoy les contaré solo sobre una de ellas. Hace tiempo ya, a principios del presente siglo, llegó a la Librería Chilena (donde compro desde que era un escolar y estaba en Enseñanza Media) una enorme cantidad de títulos de Timunmas (la editorial que sacaba en nuestro idioma esta serie y varias más hoy en día descatalogadas), muchos en tapa dura con sobrecubierta. Fue el segundo montón que les llegó con gran variedad de tal empresa (¿Sigue existiendo?) y de ahí nunca más vi nada al respecto, de su catálogo en cualquiera de sus dos locales.  Fue así que vendían como 5 entregas del mentado ciclo literario, con una preciosa presentación de bordes plateados y portadas hermosas, aunque aterradoras.  Según mi amigo Miguel Acevedo, quien en repetidas ocasiones me ha recomendado a Lumley, solo las vendían juntas y no por separado; todo a un precio igual muy económico, si se tomaba en cuenta la inversión que se hacía.  Una vez entré a la sucursal de Huérfanos, la más grande de las dos, junto a mi mamá (y quien me di cuenta quedó sorprendida con tanto libro expuesto, pues ella no es lectora como su retoño) y estuve tentado de adquirir tales títulos; pero no lo hice y estos se acabaron poco después.
    Este verano, cerca de enero, el mismo amigo que ya mencioné, le compró a un casero del que le di el dato, la colección completa de Las Crónicas Necrománticas y todo por un monto maravilloso... Esa vez sentí "sana envidia" por él.

 
2. Añoranzas y Pesares de Tad Williams.
 
    Originalmente una trilogía, aunque en al menos la edición en español abarca 4 libros, ya que los españoles (como acostumbran hacerlo) dividieron el último tomo en dos, la cual está considerada entre lo mejorcito de la fantasía épica.
    También fue cerca de principios de siglo, cuando salió en los kioscos de Chilito, una colección del género en tapa dura y de algunos de los libros más destacados al respecto.  No eran caros y la calidad de la edición era un valor agregado, sin embargo, nunca me hice con seriedad la idea de adquirirlos; salvo en el caso de esta obra de Williams, que el propio Miguel por igual me había dicho que era increíble (confío mucho en su criterio, que vez que me recomienda algo, en efecto cuando le dedico su tiempo me gusta mucho).  Los títulos se vendieron como pan caliente entre los más ñoños de la casa y no volvi a verlos por estos lares.
    En el transcurso de la década pasada, a la susodicha librería de saldos llegó una nueva edición de Añoranzas y Pesares; la vendían solo como saga completa, pues los volúmenes venían empaquetados y estaba entre sus ofertas.  El precio era considerable, si alguien como este humilde servidor, iba dispuesto solo a gastar la mitad de lo que costaban dichos títulos (hoy en día no dudo en hacer compras como esa, je); así fue cómo por segunda vez, me negué la posibilidad de conseguir tal obra maestra y quién sabe si alguna vez la tendré/leeré.



3. Nuestra Señora de las Tinieblas de Fritz Leiber.
 
    Numerosos títulos de Martínez Roca llegaban por acá y "La Chilena" las tuvo entre sus promociones que daba gusto.  Pero también habían otras librerías donde valía la pena comprar, como la , donde de vez en cuando voy.  En mi país también contamos con varias ferias del libro, que se llevan a cabo de vez en cuando, en las cuales las editoriales y librerías se instalan con hermosos puestos, donde ofrecen numerosas obras a precios tentadores (más las valiosas actividades culturales, como invitados especiales, funciones de teatro y talleres).  La más importante de estas "ferias" en Santiago es la Filsa (Feria Internacional del Libro de Santiago), la que no se lleva a cabo desde hace 3 años ya y la primera vez fue por el llamado Estallido Social (revolución en todo Chile, debido a las injusticias sociales del gobierno y de los poderosos, que se tradujo en marchas y desmanes; que tuvo paralizada la nación en buena parte de sus actividades, aunque se tradujo en beneficios tales como el cambio- por fin- de la Constitución legada por la dictadura de Pinochet); ojalá este año volviese a llevarse a cabo.
    Eran los años noventa y de adolescente conocí a Fritz Leiber, por gracia del Instituto Chileno-Alemán, al cual asistía junto a mi amiga Marta González para pedir prestados libros y por el simple gusto de leer.  Fue así que una vez me encontré en una de sus estanterías, con el primer tomo de las aventuras de Fafhrd y el Ratonero Gris, sus dos más grandes personajes, a los cuales adoré apenas comencé a devorar sus historias (luego pude adquirir como 5 libritos de sus narraciones).  Unos años después, estaba en la universidad y era alumno ayudante del curso facultativo de Ciencia Ficción (un electivo que tomé al comienzo del segundo año de mi carrera, entre varias posibilidades que tenía y que fue el primero en su tipo de carácter "serio" y académico, creo, en Chile).  Hice muy buenas migas con el profe que lo daba, Juan Espinoza (un hombre muy sencillo, pese a su nivel y que tenía una colección en casa que me inspiró a hacerme la mía), quien me invitó a la Filsa y me dio la oportunidad de regalarme el libro que yo quisiera; la tentación era muy grande y tenía en vista el libro que ahora me inspira a escribir y La Fuerza de su Mirada de Tim Powers (de quien nada había leído aún, pero cuya portada preciosa me atraía mucho, más el nombre de su novela que me provocaba gran curiosidad).  Yo ya sabía que se trataba de un escritor de renombre, sin desmerecer a Leiber que es otro destacado; empero tenía que elegir y me decidí por el segundo.  Más adelante me volví a encontrar con este libro; no obstante, fuí relegando su adquisición, hasta que desapareció de las librerías, así como otros títulos de su autor.
    No tengo idea de qué va su historia, pero sí recuerdo que esta pieza se encuentra en el respetable listado de Las 100 Mejores Novelas de Fantasía de David Pringle, recomendable libro que sirve de guía para escoger qué leer de bueno al respecto.
 
4.  Lágrimas de Dragón de Dean Koontz.
 
    Más o menos por la misma época en la que me encontré en la Filsa con Nuestra Señora de las Tinieblas (posiblemente en 1995 ó 1996), tuve en mis manos un libro recién salido en español de Dean Koontz, un autor al que pese a las malintencionadas críticas de la Fangoria, le tomé interés; ya me había leído unas cuantas cosas suyas, entre cuentos y novelas, que me gustaron mucho y en especial su libro El Lugar Maldito (que me regaló para una Navidad mi referida amiga Marta González).  Lágrimas de Dragón era otro volumen que me llamaba poderosamente la atención, con su título tan sugerente y lo mismo la hermosa ilustración de su portada.  Recuerdo que estaba baratísimo y yo tenía la plata para hacer la transacción; no obstante, nunca me lo llevé conmigo y por esa razón hoy está entre mis pendientes, que hace rato que no lo veo en parte alguna.
     Como me pasa siempre con la mayoría del listado de estos Pecados de Omisión, ignoro su argumento, pues me gusta llegar a una historia, en lo posible, sin ideas preconcebidas para sorprenderme gratamente con lo que me deparan sus páginas.

jueves, 1 de julio de 2021

Películas olvidadas sobre obras de Stephen King y que merecen ser redescubiertas (II): El Aviador Nocturno (1997) de Mark Pavia.


1. El cuento (¿O la novela corta?)
 
    En 1988 el estudioso de la literatura de terror Douglas E. Winter publicó una antología de relatos inéditos llamada Prime Evil.  Teniendo entre sus páginas a autores consagrados de la talla de Whitley Strieber, Clive Barker y M John Harrison, entre otros, se convirtió en un título referente en lo que selecciones de narrativa breve del género, teniendo además un fabuloso estudio preliminar sobre este tipo de historias y su impacto sociocultural, de la mano del mismo recopilador.  Tal pieza no podía dejar de tener a Stephen King, en aquel tiempo el maestro indiscutido de la “literatura de miedo” más efectiva (todavía faltaba un resto para que nuestro querido Tío Steve derivara a horrores más sutiles).  Fue así que el llamado Rey del Terror, contribuyó a la colección con lo que sería su segunda narración corta sobre vampiros, luego del ya clásico Uno para el camino, su genial regreso a las espeluznantes ruinas de la ciudad maldita de Salem´s Lot: El Aviador Nocturno, un título ominoso que dentro de la historia tiene un doble significado.
    Editada en español en dos volúmenes por la desaparecida editorial Grijalbo, Escalofríos y Pesadillas, la primera contiene el texto de King que en nuestra lengua alcanza cerca de 50 páginas, de modo que está a medias entre el cuento y las llamadas novelettes que tan bien le salen a este.  De hecho, como no, el volumen comienza con esta obra, dura, potente, con una pluma gore que hoy en día echamos de menos en buena parte de la actual producción kingniana; una joyita para disfrutar y no olvidar, que juga muy bien con la idea no solo del temor a la noche, sino a lo que puede estar sobre nosotros y que en el momento menos esperado podría atacarnos.
   Con posterioridad la narración fue incorporada a la tercera colección de cuentos de Stephen King, Pesadillas y Alucinaciones (1993) y donde, además, reaparece el chupasangre de El Aviador Nocturno dentro del cuento Popsy.  Sobre este último texto, también contenido en las páginas del mencionado libro, la identidad del personaje solo es reconocible gracias a que el propio King lo afirmó públicamente, puesto que en sus páginas resulta difícil identificarlo con el antagonista del escrito anterior.
    Cabe mencionar que la obra que hoy nos reúne, tanto en su versión original, como en la adaptación cinematográfica que pretendo revalorizarles, posee como muchas otras del artista, a un personaje ya aparecido antes en su bibliografía: el infame periodista amarillista Richard Dees, quien trabaja para una revista de corte igualmente sensacionalista llamada Inside View, publicación empecinada en las noticias morbosas y macabras, que por igual ha aparecido varias veces en otros trabajos suyos.  Y es que el reportero tuvo un pequeño rol en su novela La Zona Muerta (1979), siendo quizás el primer personaje kingniano, en aparecer dentro de otra ficción suya tras su debut literario.
 
2. La historia y el filme.
 
    Unos espantosos asesinatos en serie se están cometiendo en pequeños aeropuertos privados y como apenas se sabe de su responsable, hay mucho interés entre medio, de modo que el oportunista Richard Dees ve en esto la oportunidad de su vida; por lo tanto, no duda en ir a investigar, compitiendo para ello con una joven (y hermosa) colega, que viene a ser no solo la versión suya más joven y femenina.   La competencia entre los dos es feroz, de modo que cada uno hará lo posible por ganar la exclusiva.  Pero el asesino no es un desquiciado más, sino que se trata claramente de una criatura sobrenatural, que en especial se interesa en Dees y como dicen por ahí “Ten cuidado con que el Diablo conozca tu nombre”.
    En 1997 el guionista y también actor Mark Pavia, tuvo su debut tras las cámaras con un filme de clase B, de esos que consiguen en verdad impactar; pues gracias a los talentos involucrados en ellos, consiguen ponerse al lado de las grandes producciones sin vergüenza y muchas veces hasta opacándolas.  Teniendo como actor principal al llorado Miguel Ferrer, quien ya había participado en otra producción sobre una obra de King (nada menos que como uno de los más llamativos secundarios de la primera versión de The Stand, en 1994), logra tenernos atentos en todo momento, tanto por la manera de cómo se abordó el suspenso, con personajes muy bien caracterizados y unos efectos de maquillajes tan sangrientos y realistas, como solo los muchachos de la KNB nos han sabido dar (sin menosprecio de otros maestros del maquillaje, claro).  Ferrer está soberbio, tan ácido y maquiavélico que hasta nos cae bien, pese a lo hijodeputa que es y llama la atención cómo con su colega femenina, por sobre lo que se esperaría entre un tipo tan varonil como él y una mujer atractiva como ella, la energía sexual vaya para rumbos igualmente agresivos, aunque no del tipo de la satisfacción mutua.
    La versión fílmica deja muy clara la moraleja, de las consecuencias que tienen en nuestras vidas el gusto por la miseria, donde encontramos más de un tipo de depredador y uno se pregunta quién es el verdadero monstruo en una sociedad que valora el individualismo y el exitismo extremo.
   Sin dudas que se trata de una cinta desconocida por muchos, debido a su limitada distribución (en Chilito nunca se supo de ella e ignoro si en su momento alguna empresa local la sacó al viejo formato de VHS o posteriormente llegó en DVD, salvo ediciones importadas), pero no cabe duda que está entre las mejorcitas adaptaciones de la imaginación del Tío Steve y más cuando se trata de llevar con seriedad sus creaciones más aterradoras.
 
3. Por qué quiero tanto esta película.
 
    Tal como ya dije con otras palabras más arriba, este largometraje nunca llegó a estrenarse comercialmente por acá y lo ignoro si llegó a algún circuito de tipo independiente, algún evento ñoño o algo parecido.  Solo supe de ella a principios del presente siglo, gracias a la revista digital Insomnia, dedicada a la obra de Stephen King y en la que felizmente participo colaborando con mis pequeños trabajitos.  Pero pasaron años para que pudiera darme el gusto de ver, por fin, esta perla que les rescato y fue nada menos que gracias a Ricardo Ruiz, fundador  y director de la mentada publicación online; todo ello cuando cerca del año 2005, me propuso intercambiarnos unos cuantos DVD clonados, mandándonoslos por correo internacional, puesto que ambos vivimos en países vecinos (en aquellos tiempos la “magia” del Torrent y las descargas por Internet, más los sistemas de streaming, eran algo todavía propio de la ciencia ficción).  Solo así y en mi casa, en función solitaria y nocturna pude disfrutar de El Aviador Nocturno, recordando ese texto que leí dos veces y ya hace años; título que recién me lo repetí el año pasado, cuando también decidí buscarlo en la Red y ocupando de ese modo mis horas de ocio de la actual pandemia.  Luego era, como no, el segundo título ideal para continuar con esta nueva serie de posts.


Tráiler

miércoles, 30 de junio de 2021

Una antología para rechuparse los colmillos (II).


 
7. Entre la Nieve de Augusth Derleth.
 
    El primer cuento del tomo en usar narrador omnisciente, si bien en determinado momento uno de los personajes cuenta una pequeña historia secundaria, relacionada con la principal, tal como hemos podido apreciar en los relatos que anteceden a este.
    En una casa aislada en la montaña por una tormenta de nieve, unos visitantes se enteran de lo que les pasó hace años a unos familiares suyos; hay incredulidad en ellos, hasta que una vez más por culpa de la imprudencia, se vuelve a repetir la tragedia, porque los hombres modernos se niegan a creer en lo que está más allá de la razón.
    Su autor, a quien le debemos la supervivencia de los escritos de Lovecraft y que de ese modo se conociese y difundiese su legado, en pocas páginas nos transporta realmente a un infierno helado y blanco; además, el gran Derleth nos cuenta que las malas acciones tienen consecuencias no solo morales, sino que (in) mortales.
 
8. La Capa de Robert Bloch.
 
    En vísperas de Halloween, un hombre anda buscando el disfraz ideal para ir a una fiesta y es así como llega a una tienda muy particular, donde adquiere supuestamente una autentica capa de vampiro (la descripción del lugar y de lo que ocurre ahí, es magnífico).  La prenda comienza desde un principio a tener efectos sobre él.  Asimismo, en la reunión queda prendido de una hermosa mujer.
    Primer relato del libro en poseer humor negro y en el cual destacan otros dos puntos: La reflexión que hace el protagonista respecto a los "tiempos actuales" y los cambios en el modo de pensar de la gente, respecto a la creencia en lo sobrenatural, donde lo racional está ganando terreno; y, luego, cómo esta historia se fundamenta en la idea de la ilusión y lo que aparentamos, donde nuestra verdadera naturaleza cumple un papel fundamental a la hora de mostrarnos tal cual somos, a veces ocultándonos y otras sin maquillaje.
 
9. Cuando había luz de luna de Manly Wade Wellman.
 
     Un hermoso cuento tributo a uno de los padres de la literatura de terror, Edgar Allan Poe, quien protagoniza esta historia y obtiene rasgos heroicos (aunque conservando una rigurosidad histórica y credibilidad, que le dan mayor realce a su figura).
    Buscando información para escribir uno de sus textos, un necesitado Poe va al encuentro de un hecho noticioso relacionado con un caso de "entierro prematuro" (primera mención indirecta a uno de sus cuentos más famosos, que el otro es El Gato Negro).  En su pesquisa, como no, se encuentra con una vampira.
    La criatura como otras de las que aparecen en estas páginas, tiene sus propias particularidades, las que la hacen en verdad espantosa y cruel.
    El aprecio hacia un genio como Poe, ha inspirado un montón de obras como esta, que le hacen el reconocimiento que tristemente no tuvo en vida y que bien deseamos para quienes tanto nos han inspirado.
 
10. Herencia de David H. Keller.
 
   Un cuento con mucha intriga, en medio de un ambiente malsano que el autor sabe estupendamente crear y es que siendo este psiquiatra titulado, bien supo preparar el terreno para seducir a los lectores, con una historia llena de personajes llamativos en su rareza.
    Un médico llega a la casa de un hombre rico para atender a su hijo, un paciente de lo más extraño, si bien el doctor apenas recibe información sobre quien necesita de sus servicios.
    Si bien el final resulta impactantemente violento, considerando la fecha de la que data, este resulta demasiado rápido y puede dejar a más de alguien con gusto a poco.  En todo caso, loable viene a ser el fatalismo del argumento; de igual modo, interesante resulta  ser el transfondo retrógrado de algunas de sus ideas, tales como la manera para referirse al hijo enfermo del dueño de casa, algo que para nuestra actual sociedad no es concebible.
 
11. La Chica de los Ojos Hambrientos de Fritz Leiber.
 
     Un fotógrafo se encuentra con una curiosa nueva modelo exclusiva suya, que en primera instancia nada de extraordinario posee, pero que crea un efecto increíble en quienes ven sus fotos, acaparando su atención y subordinación total.
    Teniendo en cuenta la fecha de cuando fue escrita y publicada esta obra (1949), estamos gracias a ella a uno de los primeros ejemplos literarios en abordar la presencia en el mundo moderno de la publicidad y de sus efectos; de este modo, destaca el simbolismo que podemos hayar en la figura de esta otra particular vampira, sobre el control de las masas y el grado de estupidización producida por estos medios.
    Del texto, llama la atención un fuerte sentido machista y/o misógino, en lo que concierne a cómo se expresa el narrador protagonista, un tipo que para alguien de hoy día dificilmente resulta simpático y en ese sentido bien podríamos ver a su "chica", como una especie de justicia poético para quienes tratan a las féminas como objeto.
    Cabe mencionar que esta obra, que está entre los grandes clásicos del género y salida de la pluma de uno de los mejores escritores especializados en estos géneros (terror, ciencia ficción y fantasía), fue bellamente adaptada por nada menos que Rod Serling, para Galería Nocturna a principios de los setenta; con posterioridad, en los noventa, se hizo una película basada en ella, pero no he tenido el gusto de verla.

 

12. La última tumba de Lill Warran de Manly Wade Wellman.
 
    Segundo cuento de este autor que aparece en la presente antología y el único escritor que se repite en ella, dejándonos más claro ahora el talento de este y por qué los antologistas decidieron "repetírselo".
     Teniendo esta vez de protagonista a uno de sus personajes recurrentes y famosos entre los conocedores de estos temas, el viajero y experto en lo sobrenatural (justiciero, además), John Thunstone, nos cuenta una igualmente preciosa historia, con un exquisito sabor a las leyendas y el folclor montañez gringo.
    El héroe (un claro antecedente de personajes del cómic como John Constantine y Hellboy, puesto que usa objetos mágicos sacados de la verdadera tradición para enfrentarse al mal sobrenatural) llega hasta los  terrenos de un hombre, que en apariencia es alguien amargado y al que nadie quiere tener de vecino; no obstante, luego la bondad innata del visitante logra sacar lo mejor de su  anfitrión.  En las tierras del campesino, se haya sepultado el cuerpo de una mujer, que en vida fue una atroz bruja y es en ella y su pasado que está interesado el sabio, puesto que es muy posible que su perfidia todavía siga en este mundo y por eso hay que acabar con ella de una vez.
     Por cierto, encontramos un bello homenaje de parte de Wade Wellman a su colega (y supongo amigo) Seabury Quinn, cuando hace que el protagonista escriba una carta a Jules de Grandin, detective de lo sobrenatural al que también conocimos gracias a esta antología.
     Un texto que trata sobre el amor y cómo este puede llevarnos a senderos inesperados, como tambien la soledad y nuestras más oscuras obsesiones, todo ello tratado con una gran humanidad que por mi parte me hace entender por qué Mike Mignola (el creador de Hellboy), admira tanto a su creador y me hace querer tener sus libros.
 
13. El vestido de seda blanco de Richard Matheson.
 
    De la mano de uno de los escritores más destacados en los géneros del terror, la ciencia ficción y la fantasía, llega el cuento más corto y raro de esta selección (no alcanza las 10 páginas de longitud).
    Contado en primera persona supuestamente por una niña, que hace de la narración un texto algo confuso, para leer considerando su forma de expresarse, nos cuenta de la pequeña y de su obsesión infantil con la prenda que la da el nombre al relato, que fue posesión de su madre muerta.
    La verdad es que de todas las joyitas que he leído de este maestro, este título ha sido el único que no me ha gustado hasta la fecha (menos mal).
 
14. Siempre sale de noche... de William Tenn.
 
    Otro relato breve, pero lejos más divertido que el anterior y es que en esta ocasión se trata de una obrita llena de humor negro.
    Usando el recurso del "narrador testigo", nos cuenta de un joven que se ha enamorado de una vampira; ella le corresponde, que no es una desalmada, aunque
sufre debido a su naturaleza, que no quiere dañar a nadie. 
    En verdad no es una historia de terror, pese a su ominoso nombre, no obstante juega muy bien con algunas convenciones del género y el tópico de los amores imposibles.
 
15. Uno para el camino de Stephen King.
 
    Se trata de uno de los mejores cuentos clásicos del llamado Rey del Terror, perteneciente a su primera época y que forma parte de su primera colección de relatos titulada en español como El Umbral de la Noche (Night Shift, 1978).
     En un bar durante una espantosa tormenta de nieve, llega desesperado un hombre, porque su esposa e hija pequeña han quedado atrapadas en su auto y necesita salvarlas.  Los dos ancianos que lo reciben, saben que seguramente ya están muertas, pero no por congelación; sino porque según les ha dicho el visitante, se encuentran en el terreno maldito de Salem' s Lot: una ciudad que tiempo atrás tuvo una epidemia de vampiros, quienes aún se mantienen en sus inmediaciones, pese a que esta fue destruida en un incendio (datos que el desconoce).
    La atmósfera del relato es realista, pese a todo, y el Tío Steve sabe convencernos de la existencia de las criaturas de la noche, dándole a sus personajes, además, una tremenda humanidad (la preocupación del sobreviviente y la conducta de los anfitriones ya entrados en años, quienes se comportan juiciosos y amables pese a todo, como bien sucede generalmente con los "héroes comunes" de King y que se hacen tan entrañables).
    Destacable cómo la naturaleza de "extranjero idiota", del accidentado hombre y el papel de lugareños de los otros dos protagonistas, permite abordar el contraste entre "mundo moderno" y "mundo antiguo", racionalismo versus tradición; esto último, tópico que se haya en la novela capitular Drácula y a la que King quiso homenajear, con el libro que antecede a esta narración más breve, que a través del presente relato no deja de hacerse presente.
    Cabe mencionar que esta historia, ocurre luego de los eventos de la novela El Misterio de Salem' s Lot, una de las piezas angulares en la carrera de su autor y quien consigue regalarnos un último vistazo, a la primera ciudad de ficción que logró crear con grandes detalles e impronta, mucho antes que Castle Rock, Derry y Haven.
 
16. Rojo como la sangre de Tanith Lee.
 
    La segunda y última autora, en ser  considerada para esta valiosa antología que aquí acaba, sobre mujeres vampiro y que pareciera fuese señal de la ínfima presencia de buenas escritoras del género (la verdad, es que para la fecha en que salió este libro, hace rato que habían damas escribiendo literatura fantástica de calidad) ¿Posible machismo de parte de los recopiladores?
    Con una proesa poética exquisita que reinterpreta en tono adulto un clásico cuento de hadas y que sirve de antecedente al posterior trabajo de Neil Gaiman, le otorga matices relacionados con el vampirismo a la historia de Blanca Nieves.  Sin embargo, hay una cuota de ambigüedad en los personajes, que confunde sus verdaderas intenciones y hace que el final sea confuso ¿Alguien me lo explica?
 
Palabras finales.
 
    Hace al menos más de una década que no leía antología alguna y cuando se trataba de cuentos, solo me limité a las colecciones de un mismo autor... Bien, debe quedar consignado que ambas experiencias lectoras son diferentes, puesto que mientras la primera nos deja regodearnos en el talento absoluto de un mismo escritor, la segunda nos permite abordar el tema que nos interesa y de una manera muy amplia, al comprobar cómo autores con diferentes estilos lo tratan.
     En el caso de una antología con escritores varios, es fácil que la calidad literaria y/o el interés, como también la diversión que nos pueden provocar sus obras, varíe; sin embargo, en cuanto a este libro en concreto, bien podemos llegar a quedar más que satisfechos, con los resultados de nuestro repaso de sus páginas.  Se nota que los antologistas hicieron un cuidado trabajo de investigación y selección, que aunque por mi parte hubo uno o dos textos que me decepcionaron al final y claramente muchos me gustaron demasiado por sobre otros, este volumen es un título altamente recomendable. 
     Solo unos cuantos "peros" les pongo y entre ellos que faltaron autoras (Mary Elizabeth Wilkins Freeman y Tanith Lee), que aquí encontramos solo a dos y que habría sido genial que cada escritor considerado dentro de sus páginas, hubiese tenido su propia presentación, con mayores datos sobre su vida y obra (pues en la introducción se dan unos pocos datos al respecto y no sobre todos). Por último, me encantaría que esta revisión cronológica de la narrativa breve dedicada a los vampiros (claro, debemos recordar que Carmilla, también contenida en esta antología, es en realidad una novela corta), tuviese una segunda parte y que cubriera los años posteriores a la fecha de la que data el último relato contenido en sus páginas y que corresponde a 1979; puesto que han pasado más de 4 décadas desde aquel entonces y a la fecha mucho ha evolucionado el tópico, con la incorporación de "nuevos" maestros y obras tales como las de Anne Rice, Rober McCammon, Dan Simmons,  Poppy Z. Bryte y Joe Hill entre otros.

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