domingo, 3 de mayo de 2020

Descubriendo a un clásico de la narrativa fantástica.


1. Un nombre a tener en cuenta.

    Por increíble que parezca, uno de los maestros que tuvo Howard Phillips Lovecraft en sus lecturas de juventud (y tal vez de niñez) y que lo inspiró a escribir sus propias obras, fue Lord Dunsany.  Me estoy refiriendo no a un autor de historias de terror, llenas de monstruos y de situaciones pavorosas, sino que a un artista poseedor de una prosa poética y que le permitió crear bellas historias donde la fantasía y la magia, se mezclaban con un mundo de ensueño.  Dicha influencia es posible reconocerla en su llamado Ciclo Onírico, consistente en unas 20 narraciones, entre cuentos y novelas cortas.
     ¿Y quién era este escritor que hoy tengo el gusto de presentarles? Pues les estoy hablando de un verdadero noble, Edward John Moreton Drax Plunkett, XVIII Barón de Dunsany (24 de julio de 1878 - 25 de octubre de 1957) y de nacionalidad irlandesa, si bien perteneciente a Gran Bretaña (de ahí su título nobiliario).  Este incursionó tanto en el teatro, la poesía, los libros de memorias y la narrativa.  Su pluma se inspiró bastante en la tradición folclórica celta, convirtiéndose en el modelo para que luego muchos otros autores tomaran estas ricas fuentes y realizaran un montón de otras fantasías a medias entre el medievalismo y la fantasía épica; es así que aparte del mencionado “Soñador de Providence”, gente como J. R. R. Tolkien, Marion Zimmer Bradley, Orson Scott Card e incluyendo a Neil Gaiman (en especial, este último, por sus textos tan líricos y evocadores). Por cierto, también incursionó en la ciencia ficción, en al menos un par de novelas y siendo una de ellas póstuma.
    Pese a la impronta de su obra, como muchos de sus colegas no ha sido muy adaptado a la televisión o el cine, habiendo igual por ahí unas cuantas piezas, muchas de ellas cortometrajes, bastante desconocidas la mayoría.  Es así que podemos encontrar una producción de 1949, para la pantalla chica, con nada menos que Boris Karloff de protagonista y un filme de 2008, Dean Spanley, sobre su novela corta My Talks With Dean Spanley y con los veteranos Peter O´Toole y Sam Neill en el reparto.
    Por mi parte, hace muchos años creo haber tenido en mis manos la preciosa edición de Martínez Roca de su libro El Crepúsculo de la Magia, que nunca pude comprar y creo está hoy en día discontinuado en español.  La verdad es que, a menos que me equivoque, no hay en nuestra lengua muchas traducciones suyas, ni ediciones nuevas o estas son muy caras o no llegan a estos lares (y por Buscalibre, salvo una, están “carozzi” y la única que vale la pena es la preciosa edición en tapa dura de la prestigiosa editorial Valdemar, que reúne 5 de sus colecciones de cuentos).


2. La Hija del Rey del País de los Elfos.

     Publicada originalmente en 1924, está considerada por muchos como su mejor novela o si no uno de sus textos más emblemáticos, es una preciosa narración que abarca décadas en la vida de sus personajes y trata en pocas palabras sobre una historia de amor entre dos mundos aparentemente irreconciliables (el de los humanos y el de las criaturas mágicas) y sobre la vida del hijo nacido de esta relación…
     En el bucólico reino de Erl, el consejo de los supuestos hombres sabios o más importantes del lugar, acuden a su señor para solicitar algo único: conseguir un futuro heredero de su líder, capaz de producir magia y de ese modo destacar al lugar entre los otros pueblos vecinos, por ser el único donde es posible acceder a tales atributos.  Es así que el rey, preocupado por la felicidad de su gente (dándonos todo un ejemplo a los hombres y mujeres de hoy en día, donde vemos que el gobernante antepone la dicha de su gente, por sobre su propia conveniencia), accede y para eso manda a su único hijo, el príncipe Alveric,  al mundo fronterizo de los elfos para conseguir dicho propósito.
     El obediente heredero no duda en cumplir el mandato de su padre y es así que trae desde las tierras mágicas nada menos que a la hija del Rey de los Elfos, Lizariel, a la que desposa y con la que concibe un hijo.  El retoño, Orion, tiene un destino que cumplir, pero las cosas no son tan fáciles ni para él, ni para el resto de los mortales y hasta para sus padres, como entre las criaturas mágicas.


3. Impresiones personales.

     La novela se deja leer con gran placer por parte del lector (que en todo caso, no lo recomiendo en general para aquellos que recién están comenzando a leer  este tipo de narraciones, debido a la dificultad que podría serles su prosa tan barroca, que aún hasta para uno llega a ser confusa con tantas descripciones) y puesto que estamos frente a una obra, donde cada párrafo está realizado como si se tratara de un bello poema clásico. De este modo, no resulta difícil creer estar "viendo" esos mundos creados por Dunsany, con una naturaleza desbordante y personajes de todo tipo que actúan y hablan, con una sublimidad que los acerca a los clásicos literarios tales como la Odisea, La Iliada, el Poema del Mío Cid, La Divina Comedia o el Paraíso Perdido (de hecho, considerando justamente el ya menciona lenguaje poético que podría complicar a parte de sus destinatarios, devolverse para entender mejor la lectura,  no es otra cosa que paladear con mayor intensidad las palabras de su autor).

    “—Mi pueblo exige que lo gobierne un señor dotado de magia. Han adoptado una decisión necia —dijo el viejo señor—, y sólo los Oscuros que no muestran su cara conocen cuáles serán las consecuencias; pero nosotros, que no vemos, seguimos la antigua costumbre y hacemos lo que dice nuestro pueblo en el parlamento. Puede que algún espíritu sabio que ellos no conocen los salve todavía. Ve con la cara vuelta hacia esa luz que llega del país de las hadas y que débilmente ilumina el crepúsculo desde la caída de la tarde y las primeras estrellas, y ella te guiará hasta que llegues a la frontera y hayas dejado atrás los campos que conocemos.
    Luego se desprendió una correa y una faja de cuero y le dio al hijo su enorme espada, diciéndole:
    —Esto, que nos viene de familia a través de las edades hasta el día de hoy, te protegerá por cierto siempre en tu viaje, aun, cuando vayas más allá de los campos que conocemos.
    Y el joven la recibió, aunque sabía que semejante espada de nada le valdría.”

    No hayamos acá personajes malvados, entre hombres y criaturas sobrenaturales (y entre esta últimas, presten especial atención a un muy simpático trasgo); no obstante, Dunsany los caracteriza como sujetos que pese a su nobleza no son perfectos y por ello vemos que su camino a la felicidad, se ve entorpecido por la fragilidad de su naturaleza que los humaniza a nuestros ojos...Todo el mundo tiene la oportunidad de aprender de sus errores y es así que la mayoría de sus protagonistas y personajes secundarios (salvo uno en concreto), logran encontrar la plenitud tras un largo periplo exterior e interior.
     Teniendo en cuenta a lo anterior, nos encontramos con una narración en la cual tenemos el tema de la intolerancia y con sesgo de machismo, además; es así que el propio Alveric da muestras de pecar de intolerante y luego por ello debe pagar con dolor y culpa su conducta.  De igual manera se nos presenta a un representante de la religión de los hombres (claramente una extrapolación del Cristianismo) y quien sin ser una persona malvada, aparece como alguien  de mente estrecha, que ve su estilo de vida como el único aceptable y en verdad llega a sernos desagradable con sus sentencias y actos.
     Asimismo, vemos a sujetos cuyos deseos y su empecinamiento por cumplirlos, nos enseña que la avaricia y la inconformidad forman parte de la fragilidad humana; por lo tanto, el libro nos puede llevar a la reflexión de que no podemos tener todo lo que queremos, puesto que somos incapaces de manejar con absoluta sabiduría lo que tenemos a mano (y una vez que perdemos las bendiciones con las que contábamos,  recién nos damos cuenta de cuánto pudimos ser felices con ello).  Por lo tanto, solo una vez que se asumen los yerros con humildad y se antepone el amor a la soberbia, es posible llegar a la armonía, tal como sucede acá con el precioso final del libro.
     Por otro lado, si bien uno de los tres personajes principales viene a ser quien le da nombre al volumen, Lizariel, no es un personaje femenino destacable a los ojos de los lectores actuales y que estamos acostumbrados a las féminas de carácter fuerte y emancipadas; sin embargo, si aparece otro personaje femenino que logra acaparar nuestra atención: una vieja bruja humana muy poderosa, que saldrá en varios momentos del libro.
     En resumen, La Hija del Rey del País de los Elfos es una maravillosa obra que se nutre de la tradición mítica y legendaria, del encuentro entre el mundo de los humanos y el de los inmortales, con una historia de amor entre sujetos de mundos opuestos y diferentes, que nunca pierde vigencia entre los amantes de las grandes historias.


8 comentarios:

  1. Desconocía esta novela y la verdad que tiene buena pinta, ya viendo de que trata me extraña que nadie la haya adaptado al cine o a la televisión.

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    1. Lamentablemente Lord Dunsany ha sido ignorado por la industria, como muchos otros grandes talentos de la narrativa. Tú que lees en inglés, si puedes acceder a su obra, no dudes en hacerlo, amigo.

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  2. Todavía me estoy peleando con Victor Hugo y su Notredame de París. Ojo, lo que pasa es que no avanzo todos los días en él, pero hubo un capítulo que me tuve que saltar: Aquel donde describe con tanto detalle como estan configurados los sectores, puentes, plazas y calles de París. Unos se hacen más pesados que otros, eso si. Pero leyendo esta reseña, es altamente probable que luego de terminar ese clásico le de una oportunidad a este de Lord Dunsany, de quien siempre he querido leer algo, pero no he tenido la oportunidad.

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    1. Victor Hugo es un tremendo autor, de quien leí con mucho gusto "Los Miserables", pero sé que pecaba de lo que cuentas y por eso la edición que tenía prescindía de esas descripciones tan lateras. Por otro lado, acá te encuentras también con mucha descripción, pero no al estilo "realista" al que se adelantó el buen francés, sino que de una belleza tal que hasta te confunde y por eso a veces debes releer párrafos completos...
      En verdad disfrutarás harto de este libro que es "cortito" y se disfruta con bastante satisfacción.

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  3. Buen post, y sobre todo... un libro mas para la lista de pendientes. No tengo nada en papel de Dunsany, pero mucho en digital. Tal vez me pase como con Arthur Machen... que nunca lo había leído... y leí el primero y todos los demás seguidos. Como 7 en total. A veces los autores clásicos enganchan de ese modo, pasan a ser un descubrimiento.

    Saludos
    RICARDO

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    1. Arthur Machen es un pendiente para mí que como a Dunsany solo lo leí a la tierna edad de 18 años, cuando me compré "Los Mitos de Cthulhu" de Alianza editorial (supongo conoces esa antología). En cuanto a este libro y al autor que hoy nos reúne, creo serán muy de tu agrado.

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  4. Otro pendiente que seguramente disfrutaré. La buena prosa de esos tiempos se hace inmortal en cada lectura que hacemos.

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    1. Sí, Marlo, estoy seguro que esta "novelita" te hará muy feliz como a mí (mi segunda lectura narrativa de la cuarentena).

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