III- La Reutilización de los Mitos y su Desmitificación.
En la Antigüedad, trágicos y comediantes hicieron uso de sus creencias religiosas para sus obras literarias. Entre ellos estaba Eurípides, el último de los tres trágicos de quienes conservamos hoy sus piezas teatrales. Fue así como Eurípides caracterizó a su obra mostrándonos a los héroes mucho más humanos en sus flaquezas; también presentó a los dioses olímpicos más lejanos a los hombres, dándoles menor importancia en sus tragedias y apenas haciéndolos interactuar entre los seres humanos. De algún modo lo que hizo Eurípides fue desmitificar a los primeros y quitarle el aire de grandeza y sabiduría a los dioses, a diferencia, por ejemplo, del Apolo al que se hace mención en Edipo Rey de Sófocles, y de la Atenea de Las Euménides de Esquilo. En Eurípides los héroes son cobardes, dubitativos y tampoco son los modelos que otrora lo fueron en los poemas homéricos.
Y en La Antorcha de Marion Zimmer Bradley también pasa lo mismo con estos caracteres. En primer lugar muestra a los héroes en una dimensión mucho más cercana a la realidad a la que se plasma en las obras de Homero: Acá Aquiles ya no sólo es el personaje egoísta y egocéntrico, sino que ahora es un megalómano con claras tendencias sicopáticas; Odiseo sigue siendo el hombre de mil ardides, pero ahora su faceta de hombre leal a sus amigos se hace mucho más evidente; Héctor es un individuo que piensa sólo en la guerra, pero sigue manteniendo su personalidad dulce para con los suyos, como con Andrómaca y su hermana Casandra; Paris llega a ser despreciable a veces, no tanto por su cobardía de la que se le acusa en La Iliada, sino por su falta de tacto a la hora de tratar a quienes lo rodean…y Helena, es quizá uno de los personajes más carismáticos del libro. Pero en el anexo dedicado a los personajes trataré un poco más en describir cómo los muestra Marion Zimmer Bradley. Sin embargo, cabe destacar que lo que hace la autora en su libro es otorgarles a todos ellos una personalidad más acorde a lo de una obra literaria contemporánea. Los seres de ficción ya no tienen la unidimensionalidad de los escritos antiguos, puesto que ahora poseen una psicología más definida y compleja. Conocemos no sólo sus sentimientos, sino que también lo que piensan. Sus motivaciones están más claras y de este modo uno puede llegar a identificarse, como lector, con alguno de ellos.
En cuanto a los dioses, estos aparecen como figuras lejanas en La Antorcha. Pero hay que hacer una distinción al respecto. Marion Zimmer Bradley pone en su libro a los dioses olímpicos como a seres usurpadores de un mundo de dioses mucho más antiguos, divinidades ligadas más bien a una visión panteísta y matriarcal. De este modo con la Guerra de Troya lo que se está mostrando es cómo el nuevo mundo de los hombres (con sus egoístas guerras y recelos hacia el poder de la mujer) ha traído sus nuevos dioses a la polis, quitando terreno al viejo mundo de la Madre Tierra y al resto de las deidades ligadas a ella. Se muestra a los dioses olímpicos como a seres egoístas, no tanto con las pasiones humanas de La Iliada, pero sí devastadores en su interacción con los hombres, con quienes apenas mantienen la estrecha relación que Homero mostró en sus poemas. El mismo Apolo, a quien sirve Casandra, carece de todo aire paternal con sus devotos sacerdotes y tal como se cuestiona una y otra vez la atribulada Casandra:
“Si no es un dios (Apolo )o no es bueno, no existió tal blasfemia. De él se dice que ama la Verdad y, si no la ama, todo lo que me han enseñado es falso.
(…)Si los Inmortales son peores que el peor de los hombres, mezquinos, despreciables y crueles, sean quienes fueren, no son dignos de que la humanidad los venere”.
La cita anterior muestra además la crisis de fe que sufre la protagonista, puesto que sabe que Apolo en realidad apenas tiene poder sobre ella (su don de la profecía le fue otorgada por la Diosa Tierra) y si la maldijo acusándola públicamente de haberle quitado sus visiones (las que no venían de él), es porque en verdad el dios no es justo.
En cuando a la diosa aquea (como la llama Casandra) Afrodita, se la muestra como a un ser que nunca da la cara entre sus fieles y que ha llegado al mundo sólo para devastar con sus dones de amor enfebrecido. El efecto negativo de su “bendición” está bien definido en la pasión inicial de Paris por Helena y que hace que los dos amantes escapen a Troya. Interesante resulta ser lo que piensa Casandra sobre esta nueva diosa: para ella su existencia en el nuevo panteón es simplemente una justificación de los hombres para su lascivia y falta de compromiso con sus mujeres. Al respecto, en Las Troyanas de Eurípides, Hécuba dice algo parecido sobre el efecto negativo de la diosa y las supuestas mentiras de Helena:
“A todas sus locuras llaman Afrodita los mortales, y el nombre de esta diosa tiene en ellas su raíz (…)”.
La cita textual anterior muy bien puede ser un parafraseo del texto griego, y que la autora pone en boca de Casandra. Ambos discursos se refieren a la cobardía de los hombres sensuales. Ahora bien, quizás, sacado de contexto, Eurípides también muestra en las palabras de la ex reina de Troya una imagen de un dios poco grato al verdadero bienestar de la humanidad. Ello concordaría perfectamente con la visión destructora de los dioses aqueos que Marion Zimmer Bradley usa para caracterizarlos. En todo caso, el más joven de los tres trágicos, en repetidas ocasiones en sus obras puso a personajes divinos como este, nefastos y castigadores.
Otro aspecto de esta desmitificación que hace Marion Zimmer Bradley está en el uso del tema de las Amazonas y al que tanto desarrolla la autora en su novela. Casandra, Andrómaca, Hécuba y otras, son herederas de toda la tradición legendaria de estas mujeres guerreras. Hécuba ha renunciado a su pasado y a su legado uniéndose en matrimonio con Príamo, pero no vacila en enviar a su hija durante un buen periodo de tiempo para que Casandra conozca sus artes. Sin embargo, en la trama se las muestra como a una vieja cultura, con sus propias tradiciones (tan alejadas del mundo que hasta el momento conoció la por entonces infantil Casandra en Troya) y que está muriendo antes los nuevos vientos que están soplando. Las Amazonas, lideradas nada menos que por la mítica Pentesilea, tía de Casandra, mantiene entre los hombres y mujeres de la polis la numinosa imagen de que son seres inalcanzables.
A la par con las Amazonas, están los Centauros. Acá no son los seres mitad hombres y caballo de la mitología griega, pese a que los que no los conocen creen en que sí lo son. Simplemente son otra tribu que mantiene relación con la de la reina Pentesilea, compuesta por hombres pequeños que viven aferrados a sus caballos y debido al pelo largo que usan y oculta el resto de sus cuerpos, parecieran que sus bustos se fusionaran a los equinos. El final de su cultura es tanto o más triste que el de las Amazonas casi al final del libro.
IV- A Manera de Conclusión.
La novela de Marion Zimmer Bradley es un buen ejemplo de cómo el arte antiguo y clásico sigue reivindicándose en las obras contemporáneas, inspirando las manifestaciones artísticas de antaño a las nuevas. La narración oral, depositaria de la tradición mítica, religiosa y legendaria de los pueblos permanece con el tiempo como fuente literaria para abordar temáticas y problemáticas que desde la Noche de los Tiempos nos atañen como humanidad: ¿Quiénes somos? ¿Cuál es nuestro destino en el mundo? ¿Hacia dónde nos dirigimos? Estas y muchas otras preguntas se encuentran implícitas ya desde los textos antiguos, desde Homero hasta los trágicos, desde la épica medieval a la Divina Comedia de Dante; respuestas que quisieron dar Shakespeare (“Ser o no ser, esa es la cuestión” dice Hamlet, el dubitativo existencialista por excelencia), Goethe, Poe, Bradbury y nuestros Manuel Rojas y Gabriela Mistral. ¿Pero existe una respuesta única a estas interrogantes? Esta incertidumbre era ya propia de los personajes de la tragedia griega y si se toma en una obra actual a uno de sus protagonistas, como a la propia Casandra, es evidente que se seguirán planteando los mismo temas (junto a otros, claro).
La Antorcha es entonces un vehículo más para reconocer este lazo entre el mundo literario antiguo y clásico, con el de nuestros días. Los temas de la sociedad patriarcal en oposición a una cultura matriarcal mucho más primigenia, la existencia de los dioses y su influencia en los seres humanos, las dudas religiosas, el efecto de la guerra en la vida de hombres y mujeres, la soledad de los que son relegados a convertirse en parias de su sociedad por ser distintos (Casandra nunca llega a ser parte completa del mundo que la rodea, pues su supuesta locura despierta rechazo), los celos amorosos…son temáticas retratadas con su propia originalidad en esta obra.
Casandra de Troya es hoy en día un arquetipo literario, un mítico personaje del mundo antiguo, que tal como Hércules u Odiseo, siguen viviendo en nuestras memorias y a los que se les da nueva vida en cada una de las manifestaciones culturales del presente. Vasta ver con detención una de estas obras, obviamente teniendo como punto de partida a los clásicos para llegar a apreciarlos.
¿Y hasta qué punto esta reelaboración del mito troyano que hace Marion Zimmer Bradley es válida? Considero que es lo es en cuanto permite conocer los hechos y personajes clásicos desde otro punto de vista. A mi parecer, una obra de arte como esta es apreciable por cuanto demuestra un conocimiento cabal del mundo antiguo y es capaz de llevarlo a la luz a través de los ojos de nuestro presente. Si los medievales fueron capaces de escribir tantas versiones del Ciclo Artúrico (unas veces con Arturo como protagonista, otras poniendo a Lancelot como eje de la historia) y nunca se perdió el atractivo de la leyenda original. Entonces es más que claro que hoy en día se continuará con este gusto por hacer nuevas versiones de los historias que forman parte de nuestro legado cultural. Además, tal como se ve en La Antorcha, muy bien se puede aprovechar la oportunidad de desarrollar otros temas y jugar con las distintas posibilidades que pueden dar al artesano de la palabra a uno o más personajes. Y por qué no, también me parece plausible la capacidad de una obra de entretener sanamente a su lector, transportándolo durante unos instantes a un mundo mágico y de aventura, tal como en su tiempo lo hicieron las novelas de caballería.
V- Apéndice: Dramatis Personae.
He aquí un listado, lo más esclarecedor posible, de los personajes míticos involucrados en la Guerra de Troya y que forman parte de la tradición grecorromana, que participan de La Antorcha. La idea de este apéndice es la de mostrar que tan iguales y/o distintos los muestra Marion Zimmer Bradley en su obra. Incluyo acá solamente a aquellos personajes que destacan más dentro de la trama.
1. Casandra: La hija de Príamo, rey de Troya, y de su esposa Hécuba. Según el mito, esta sacerdotisa de Apolo, que tenía el don de la profecía, fue maldecida por el dios cuando ésta no quiso acceder a sus peticiones amorosas. Otros sostienen que Apolo la maldijo de modo que nadie le creyera sus vaticinios, considerándola loca, por celos debido a que sus predicciones superaban a las de su Oráculo de Delfos. En la novela La Antorcha es la protagonista, y tal como en la tradición antigua, profetiza la destrucción de Troya, pero se ve enfrentada a la incredulidad de la gente. Acá también es tanto sacerdotisa de la Gran Madre, antes que de Apolo, como también de la Madre Serpiente (ambas deidades más antiguas que los dioses olímpicos). Se la describe como una mujer bella e inteligente, también valiente y con grandes dotes para la lucha, pues durante su juventud cabalgó junto a las amazonas. Se mantiene virgen hasta pasados los veinte años, cuando se une amorosamente nada menos que con Eneas, marido de su media hermana Creusa. Una gran innovación que hace Marion Zimmer Bradley con su protagonista, es que sus días no terminan a manos de Clitemnestra, pero dejaré para el lector que descubra por sí mismo su destino final.
2. Aquiles: El semidiós hijo de la nereida Tetis, salvo su gran poder guerrero, es un hombre común y corriente. En el libro se le muestra de una forma poco halagüeña (mejor sale parado en la novela su compañero Patroclo). Es un muchacho apuesto, pero un salvaje sediento de sangre que apenas sigue un código de honor. La novela, además, pone de manifiesto su relación homosexual con Patroclo. Una de las cosas más interesantes sobre la forma de cómo se trata a este personaje, es que su muerte no es provocada por Paris, con lo que además de quitarle sus rasgos sobrenaturales al pélida, Marion Zimmer Bradley se toma una gran libertad en este hecho archiconocido; en todo caso su muerte es igualmente que en la tradición antigua, producida por una herida de flecha en el talón (que acá era la única parte de su cuerpo al descubierto durante la batalla y no el punto débil de el resto de un cuerpo inmune ).
3. Héctor: Su papel en el libro es mucho más parecido al del héroe clásico, si bien se le caracteriza como a un hombre que sólo vive para la guerra (aunque para proteger a su ciudad). Al principio trata con dureza a su hermana, a quien cree loca, pero luego se manifiesta su ternura con Casandra y el resto de los que lo rodean. Recela de Paris, a quien considera un aprovechador y un cobarde.
4. Andrómaca: Antes de llegar a Troya, vivió en Colquis, donde su madre reinaba como toda una descendiente de las Amazonas. Pero a esta Andrómaca de Marion Zimmer Bradley sólo le interesaba casarse. Llega a Troya junto a su prima Casandra, con quien se hace muy amiga. De todos los personajes femeninos de la novela, es la que se muestra más a gusto con su destino…hasta que muere su marido.
5. Paris: En la novela es hermano gemelo de Casandra, pero luego de los malos vaticinios contra él, recién nacido es mandado al campo a vivir como hijo adoptivo de un servidor de Príamo. Mantiene con Casandra un lazo telepático, sin embargo esto no le gusta y una vez conoce a su hermana la desprecia. Se le caracteriza como a un hombre impulsivo, quien por Helena deja sin vacilar a la primera esposa que le dio un hijo, poco tolerante y gustoso de los bienes materiales.
6. Helena: Pese a ser una de las causantes de la Guerra de Troya y toda la connotación negativa que se le ha dado a este personaje con el tiempo, Marion Zimmer Bradley la muestra como a alguien cariñosa, atenta y amante de su nueva familia. No solamente es una gran belleza, también logra ganarse el corazón de Casandra y Andrómaca y los demás, quienes pensaban despreciarla por su culpa en que Paris haya olvidado sus obligaciones. En momentos Helena es poseída por Afrodita y entonces es capaz de obnubilar a los hombres con su hermosura sobrenatural.
7. Odiseo: El rey de Itaca es acá un hombre de mediana edad, un comerciante y pirata que por largos años mantiene una estrecha amistad con Príamo y su familia. A su pesar se ve obligado a apoyar a los griegos en la afrenta contra Troya. El héroe acá es uno de los más parecidos a su concepción homérica. Es inteligente, locuaz, caballeroso y gentil. Siente por Casandra una especial predilección, a quien considera su amiga. Los momentos en los que siente piedad por sus derrotados amigos, muestran una gran humanidad en él.
8- Patroclo: Se le describe como a un hombre muy apuesto, valiente, gentil y con el código de honor que le falta a su amigo Aquiles. Es por lo menos unos cinco años mayor que éste.
9- Crises: El sacerdote de Apolo que implora la cólera del dios para con los aqueos por tenerle cautiva a su hija Criseida, es acá uno de los mejores personajes. Llega a Troya viudo con su hija y se pone a servir al dios del sol. Se enamora obsesivamente de Casandra y hace todo lo posible por conseguirla. Inteligente y poseedor de entonces extraños conocimientos como el dominio de la escritura y del cálculo.
10- Criseida: La hija de Crises es acá, tal como su padre, un sujeto inestable. Cuando su padre llegó a Troya, la chica empezó joven sirviendo como virgen de Apolo en su templo; sin embargo su naturaleza sensual la llevó a traicionar sus votos, entregándose a los placeres carnales. En la novela es ella misma quien por su propia voluntad llega al campamento aqueo y se entrega a Agamenón. Mantiene una conducta conflictiva con Casandra, quien hace lo posible por hacerla recapacitar.
11- Agamenón: El rey de Micenas se muestra como un hombre que sólo está interesado en el poder. Lo único que le preocupa de la guerra, es el saqueo de los tesoros troyanos. Apenas conoce a Casandra, la desea y tal como en los textos antiguos, se la lleva como esclava y consorte. Sin embargo, una vez embarcados hacia su patria, su actitud hacia la princesa cambia, sale a flote su ternura y se evidencia su temor hacia Clitemnestra y sus hijos, por haber sacrificado a Ifigenia. En contraste con los textos antiguos, no muere a manos de Clitemnestra, sino de Egisto, que en todo caso es mandado por ella.
12- Menelao: El otro de los Atridas, siendo el primer esposo de Troya, se ve como a un hombre débil de carácter, que vive bajo la sombra de su hermano.
13- Eneas: El príncipe es acá hijo de una sacerdotisa de Afrodita, no un semidiós. Pero su gran atractivo pareciera provenir de la diosa. El esposo de Creusa, también hermana de Casandra, se enamora de la sibila y logra ser correspondido luego de años de un amor platónico. En la novela, a diferencia de lo que se narra en La Eneida, manda a su esposa e hijos a una isla antes de la devastación de Troya, no la pierde durante el saqueo, como afirma Virgilio.
14- Imandra: La reina amazona de Colquis, acoge como a una hija a Casandra. Es bella, poderosa y opulenta. Su ciudad es la única que mantiene el régimen matriarcal.
14- Príamo: El soberano de Troya es descrito como un hombre rígido, un padre de una numerosa familia y su amor por ella es inmenso. Está empeñado en imponer el mundo masculino por sobre las creencias matriarcales. Es valiente, de regio porte, respetado y querido por todos sus súbditos.
15- Hécuba: La esposa real de Príamo renunció a su cultura guerrera al casarse con éste. Tanto ella como su esposo consideran a Casandra una loca a la que hay que tener lástima.
16- Pentesilea: La reina de las Amazonas que según la mitología se enfrentó al propio Hércules, es acá una orgullosa soberana de una cultura moribunda. Tras educar a Casandra como a la última de sus herederas, termina sus días heroicamente peleando a favor de los troyanos en la guerra. Es muerta por Aquiles, quien viola su cadáver.
17- Quirón: El famoso y sabio centauro que según los antiguos educó a Jason y a Aquiles, acá nunca conoció a este último. En la obra de Marion Zimmer Bradley es casi un anciano y su tribu es aliada de la de Pentesilea (hay varias tribus de Centauros, pero no todas dignas de confianza de las Amazonas). En el libro es un maestro en venenos como todo su pueblo y su última aparición es triste, por cuanto significa el final de su pueblo.
VI- Bibliografía.
En la bibliografía sólo indico los libros que realmente revisé y/o cité para este trabajo, puesto que aquellos de los que tenía conocimiento sobre su contenido, como la Poética de Aristóteles, me limito puramente a nombrarlos durante el desarrollo de mi ensayo.
- Esquilo, 1999, de la traducción de Felipe Peyró Carmió, Tragedias, Editorial Edicomunicación S.A., Barcelona, España.
- Eurípides, 1983, de la traducción de José Alemany y Bolufer, Tragedias, Editorial Edad, Madrid, España.
- Eurípides, de la traducción de Carlos García Gual, Tragedias, volumen III., Biblioteca Básica Gredos, España.
- Homero, 1984, La Iliada, Editorial Ercilla, Santiago, Chile.
- Zimmer Bradley, Marion, La Antorcha, Editorial Acervo, Barcelona, España.
Adaptación al cómic del famoso poema épico. |
Vemos que a través de los tiempos hemos tomado elementos clasicos, o mejor dicho ya existentes y los modificamos para una nueva adaptacion, ya sea en el mismo formato o en uno distinto. Es como lo que ocurre con las adaptaciones a peliculas de nuestros super heroes favoritos, dandonos una idea tan fiel o distinta a la original, debido a la libertad que puede tomar el escritor al momento de plasmar con sus pensamientos el area de trabajo para su posterior resultado.
ResponderEliminaratte. Fabian Ibarra