domingo, 25 de julio de 2021

¡Vamos mejorando!


     La tercera temporada de Supergirl prometía desde la escena final de su predecesora una nueva amenaza kryptoniana y así fue cómo se cumplió, consiguiendo no solo mejores episodios y, en general, una trama más óptima por ello, sino que dándonos varios hilos narrativos más que interesantes, donde lo humano siempre fue a la par de la buena ciencia ficción.
    En primer lugar, Kara debe aceptar la tragedia de haber perdido al hombre que amaba, lo que le cuesta y con ello nos demuestra que aún la “Mujer de Acero” comete errores, que sus verdaderas debilidades no son la kryptonita; sin embargo, tal como lo demuestran personajes como ella que nos pueden inspirar, lo que en verdad nos hace héroes no son nuestras habilidades, sino que la valentía con la cual nos volvemos a levantarnos y cómo aprendemos de nuestro pasado para salir adelante.  Respecto a todo esto, el maravilloso grupo humano que rodea a la justiciera, ayuda bastante en esta “pequeña” crisis personal, dejándonos claro una vez más que es el amor el mayor arma que tenemos para enfrentar todos los frentes.
     Volviendo al tema del nuevo gran peligro al que se enfrentarán la protagonista y su equipo, esta vez siguiendo los lineamientos de los cómics de los que se nutre el show, supieron jugar de manera muy interesante con un gran tópico del género: Tu mejor amigo, es tu peor enemigo.  Esto se intensifica más todavía, al entregarle al nuevo villano una faceta sensible bastante especial, algo que intensifica el drama cuando entramos en el terreno de la familia, un lineamiento que en general en todo el Arrowverse ha sido muy fuerte.
     De la temporada anterior, uno de sus puntos fuertes fue la inclusión de la diversidad sexual, haciendo que uno de los personajes más emblemáticos del programa aceptara su identidad.  En esta ocasión seguimos con su proceso de autoreconocimiento, el que en todo caso es llevado a cabo con seguridad y felicidad por parte de a quién le corresponde; incluso aparece la oportunidad de casarse, pero es llegados a este punto que todos esperamos de quienes llegamos a querer (¿Quién dijo que no podemos encariñarnos con un personaje de ficción?), que la serie nos da un golpe de realismo a ello y nos hace ver que en la vida no todo es fácil, que no podemos tener todo lo que queremos y, aprovechando esta ley de la realidad y de las buenas historias que desean ser verosímiles, se introduce un dilema que no nos puede dejar indiferentes (no les voy a decir cual, para que no me acusen de hacer spoilers, pero al menos me refiero a todo esto para dar un argumento a favor de la idea de que esta tercera temporada es superior a la anterior).
     Luego tenemos el (in) esperado regreso de otro coprotagonista.  Quienes sabemos de DC, veíamos que era lógico que un nombre como el que corresponde a este personaje, incluyera varios conceptos caros a este Multiverso… Les estoy hablando de nada menos que de la Legion de Superhéroes; es así que le damos un primer vistazo a este famoso supergrupo y con ello llegan dos nuevos recurrentes: Saturn Girl (a quien nunca “le ponen” un traje como corresponde) y a Brianiac-5, quien en verdad “se roba la película” vez que aparece.
     La muy interesante Lena Luthor ahora toma el carácter de principal, con lo que ganamos todavía mucho más en otras aristas para desarrollar buenos arcos argumentales.  Resulta difícil, también, no sentir agrado por esta fémina, tan alejada de la idea que teníamos de los Luthor. 
     Por otro lado, J'onn J'onzz se reencuentra con alguien de su pasado que luego se volverá otro recurrente de peso, agregado al casting que permite seguir con el repaso de las relaciones familiares, que no siempre son fáciles, aunque haya evidente amor entre medio.
    Imposible no emocionarnos cuando vemos a hombres adultos llorar y acá lo tenemos por dos de nuestros coprotagonistas más memorables; sumémosle a ello una valiente manera para abordar sin miedo, ni eufemismos el racismo y me estoy refiriendo a cuando se trata de xenofobia con la población afroamericana, problemática que pensábamos estaba solucionada en USA, aunque lamentablemente tal como podemos ver en noticias actuales sigue habiendo en dicho país.
    Dentro de todo lo bueno que aquí encontramos, destaca la reaparición de una carismática villana, que no es la única de las que vuelven a salir; sin embargo, en este caso el reencuentro permite trabajar con otro leiv motiv de estas historietas: los personajes evolucionan y hasta los villanos pueden cambiar para mejor (si bien en los cómics esta criminal en efecto “se vuelve buena”).
     Por igual viene a ser de antología el capítulo de Supergirl al crossover de Arrowverse de ese año: Crisis en Tierra-X, el cual comenzó con este título y donde se hizo participar a nuestra kryptoniana favorita de sus posteriores entregas en los otros 3 shows correspondientes.
     Y dentro de lo más sublime, tampoco se puede olvidar un muy emotivo episodio sobre la juventud de Kara y su hermana adoptiva… ¡Realmente muy hermoso!
     Asimismo, ficharon a otro recordado actor de series de antaño relacionadas con la llamada Familia de Superman, la ahora “madurona” atractiva Erica Durance, quien se robó nuestros corazoncitos como la Loise Lane de Smalville.  Es así que a partir de esta temporada le toca interpretar a la madre biológica de Kara, quien antes había sido caracterizada por otra actriz.
    Otros personajes nuevos que podremos ver a gusto en la temporada: Samantha Arias, una abnegada madre soltera que nos cae de inmediato bien y el villano multimillonario Morgan Edge, quien nos recuerda que los peligros también vienen de parte de nuestros congéneres.


martes, 20 de julio de 2021

Para amar a Hugo Correa


     La segunda novela de Hugo Correa, el escritor chileno de ciencia ficción más valioso que hemos tenido en nuestras tierras, corresponde a El que Merodea en la Lluvia (1962), otro ejemplo del género que tan bien supo cultivar, aunque tratándose de una obra muy distinta a su ópera prima (que, en todo caso, la llamada “fantasía científica” da para muchos tópicos y variantes y eso es lo bueno de sus grandes escritores, que no se repiten en un mismo modelo narrativo).
     Ambientado en nuestro campo chileno, juega con las creencias de los llamados “huasos” (nombre dado a los campesinos de acá), tanto de tipo religioso, como en el terreno sobrenatural, para contarnos una historia donde la ambigüedad y la ignorancia cumplen un papel fundamental acerca de la presencia de un extraterrestre, caído por error, en esta zona.  Es así que los lugareños le otorgan una naturaleza demoniaca a la criatura, a la que nunca logran ver, aunque sí percibir y en especial debido a los fenómenos ligados a ella.  Casi nada llegamos a saber del ser, solo suposiciones, unas más cercanas a la verdad que otras; destacando en especial un grupo de personas interesadas en ella, cada una con sus propias razones, quienes intervendrán en la trama de manera dramática.  Asimismo, uno de estos humanos es observado por el mismo alienígena, aunque sus propios motivos solo serán revelados, con gran sorpresa para el lector, en las últimas páginas del volumen.
     Considerando la época en la cual escribió su obra, Correa juega muy bien con el tema de la Guerra Fría, en cuanto al miedo a la “Amenaza Roja”, puesto que nos encontramos que todo esto se debe a un aparato espacial ruso que ha caído; más encima, uno de los secundarios es un especialista soviético que desertó de entre quienes vinieron a rescatar el objeto ultrasecreto.   De este modo, se entrega un nuevo nivel de intriga al texto, sumado a los otros arcos argumentales que se van desarrollando y que, como no, están entrelazados.   Por otro lado, la introducción del ingeniero extranjero (que su identidad de foráneo y de paria lo homologan de manera muy interesante a la entidad que andan buscando) también nos da uno de los diálogos más interesantes del libro, por no decir monólogo y donde encontramos un interesante análisis a la situación de países como Chile, en comparación con aquellos del “Primer Mundo” (crítica social que bien podría ser una velada mirada ácida al desinterés criollo por la ciencia ficción, en una nación donde el propio Correa fue un autor relegado por la ignorancia cultural/literaria de sus coetáneos, por parte de la crítica especializada, las editoriales y el público en general,  sumidos todos en la tradición realista).



    El protagonista es, tal como el antihéroe de Los Altísimos, un hombre de oficina y de origen humilde, quien ha hecho amistad con una chica de “buena familia”.  Esta lo ha invitado junto a dos amigos y a su hermano, todos ellos de posición acomodada, a diferencia del protagonista, a pasar una temporada en la hacienda de un pariente anciano (este, digamos, el único verdadero personaje por quien podemos llegar a sentir verdadera simpatía).  Los “ricachones” contemporáneos al personaje principal, aunque no personas malintencionadas, aparecen en las páginas como sujetos sibaritas, para quienes el mundo campesino es solo un medio de relajarse y pasarlo bien, si bien el trato que tienen los dos varones con el menos afortunado del grupo es siempre amable y en la práctica lo tratan como a un igual.
      En cuanto a las mujeres, estas son retratadas como “espíritus libres”, féminas que llevan su sexualidad con desenvoltura, algo que de seguro pudo despertar resquemores en su tiempo a los lectores más conservadores; en especial, la supuesta enamorada secreta del protagonista es alguien con una vida erótica muy activa.  En todo caso, no queda claro si el autor presenta a ambas damas como ejemplos de mujeres emancipadas (y a seguir) o su mirada es moralista, al darles con ello un defecto más con el cual se burla de la clase alta. 
      Sin embargo, el representante del trabajador asalariado tampoco se salva de la mirada ácida del escritor, puesto que sale como un hombre con el típico resentimiento de la clase baja; quien más encima es en verdad despreciable, por cuanto resulta ser machista y hasta misógino, por no decir también arribista. Y es que el protagonista no demuestra verdadera lealtad hacia sus amigos, siendo que su supuesto amor es solo una calentura que lo hace convertirse en un celópata, quien siempre está pensando mal de las muchachas, que disfrutan lo que a él muy bien le gustaría gozar (incluso en determinado momento, piensa seriamente en llevar a cabo un acto que tanto en aquellos años, como en el pasado y ahora mismo, no podemos aprobarlo).
     Ante lo mencionado más arriba, queda de manifiesto que la novela posee una fuerte carga erótica, donde son las mujeres quienes llevan la batuta a la hora de dar rienda suelta a los impulsos sexuales, objetos del deseo que, en todo caso, son dueñas de sus cuerpos en el libro y que lejos son más auténticas que el desgraciado protagonista.
      Otro aspecto sobresaliente del libro, viene a ser la naturaleza del visitante forzado, un organismo bastante diferente a los seres humanos y que el narrador describe de tal manera que nos mantiene expectantes, tal como a quienes se cruzan en su camino; es así que resulta casi imposible no sentir temor ante este ser, que apenas se logra ver en toda su magnitud.   Hay un sentido de extrañeza que no solo vemos en este, si no que comparten a su propio modo el citado ruso y el personaje principal, quienes tal como “El que merodea en la lluvia” se encuentran transplantados en un lugar que no es el suyo y que tampoco tienen a un verdadero par con ellos, siendo por esto mismo sujetos incompletos que buscan algún tipo de comunión con otros; por lo tanto, naturaleza alienígena y alienación van muy de la mano, tal como demuestra esta pieza altamente recomendable.
     Cabe destacar el ejercicio literario de Hugo Correa, al jugar con las técnicas narrativas, incluyendo diálogos en formato propio de las obras teatrales y corriente de la conciencia (pensamiento de los personajes sin uso de signos de puntuación), con los cuales nos demuestra sus habilidades artísticas.
     El final del texto es por completo inesperado y pareciera tener moraleja: somos insignificantes frente a la vastedad del cosmos, de modo que nuestra voluntad no es nada, si la oponemos a las fuerzas que están por encima de nosotros.  
     Por último, si comparamos esta obra con la que le precedió o sus colecciones de cuentos (Cuando Pilatos se opuso y Los Títeres), al menos para mi humilde opinión queda en el último lugar, quizás no por su valor literario, si no que más bien porque carece de ese sentido de maravilla que encontramos en la opera prima del libro y en muchos de los relatos contenidos en las colecciones mencionadas, que los hacen tan divertidos; sin embargo, independientemente de los gustos personales, no quepa duda de las virtudes de este escritor nacional, que bien merece ser conocido y reconocido no solo por sus compatriotas.  Respecto a esto último, la editorial Alfaguara sacó una edición moderna de este título, acompañado por otra novela suya, Los Ojos del Diablo, trabajo suyo que este servidor aún tiene pendiente (y eso que tengo la primera edición desde hace años); por mi parte, daré a leer para septiembre (mes de la Patria en Chile) este escrito y Los Altísimos a mis alumnos, a quienes más bien les pondré ambos títulos dentro del listado a elegir de autores nacionales y espero que quienes los escojan, queden tan encantados como yo, cuando de adolescente tuve el gusto de conocer en el colegio a este gran maestro.



Nótese cómo esta portada es una especie
de "remasterización" de la primera edición. 

sábado, 17 de julio de 2021

¡Volvió el UCM cinematográfico!

 


    La actual pandemia del Covid nos quitó varias de nuestras mayores satisfacciones y entre ellas las ñoñas, que muchas de las películas que esperábamos se atrasaron y/o al final fueron estrenadas directamente al sistema de streaming o salieron directo al consumo casero en formato digital; en el mejor de los casos, solo en ciertos lugares (países) fueron exhibidas en pantalla grande, en algunos con más restricciones que otros y dentro de este grupo se encuentra la cinta que hoy nos reúne: Viuda Negra (o para los más puristas Black Widow).  Planificada para el año pasado en un principio, como muchos títulos de similar calibre, llegó a Chilito en la misma época que en buena parte del mundo y pudiéndosele ver tanto en las butacas, como por pago en la plataforma de Disney+.  Como es todo un engorro hoy en día ver una peli en cines en mi país (ignoro por completo cómo está funcionando este medio y qué salas están abiertas), gracias a la magia del Torrent y a una de mis páginas favoritas (Cine-Calidad) la bajé en un santiamén en HD y no dudé en verla con mi regalón, mi sobrinito Amilcar de hoy 11 años de edad, que no era lo ideal hacerlo así, pero es lo que hay ¿No?
    Tal como dice su nombre, su protagonista es la maravillosa Natasha Romanoff, más conocida como Viuda Negra y la primera Vengadora (que luego se les unió la sinpar Bruja Escarlata) del famoso equipo de superhéroes de Marvel, fundadora de este grupo en su versión para el cine en imagen real.   Cabe mencionar que el regreso de este tan querido personaje (y el sentimiento por esta, se debe en gran parte al gran desempeño actoral de la preciosa y talentosa Scarlett Johansson, quien la interpreta con tanto carisma), fue toda una sorpresa cuando se anunció el proyecto ¿La razón? Luego de los eventos de Endgame se supone que no la volveríamos a ver, sin embargo, de manera bastante inteligente, esta cinta corresponde a una precuela que está ubicada entre Civil War y Infnity War (ambos títulos en los que aparece como coprotagonista de estas historias corales).  Ahora bien, quienes leemos el tipo de cómics de donde surgió el personaje, sabemos que estos en contra de la “normalidad” pueden regresar de cualquier lugar al que los manden, incluyendo el ostracismo de años y décadas al que a veces los relegan las editoriales; por lo tanto, que volvamos a tener el gusto de contar con la presencia de la justiciera, aunque sea a través de una mirada a su pasado, bien responde a las características del medio (como también a un tema de no matar por completo, al menos aún, a la gallina de huevos de oro, je).



    Dirigida por la “desconocida” Cate Shortland, quien hace un muy buen trabajo y ayuda a resaltar el tema del empoderamiento femenino y la diversidad que tanto ha resaltado hoy en día Disney (esto último algunas veces con excelentes resultados y otras de manera forzada y yéndose de las manos al nivel de lo absurdo y panfletario…), nos cuenta de una cruzada muy personal que lleva a cabo la ex espía y agente: Desestabilizar la red internacional dirigida por un viejo conocido, el creador de la Sala Roja, el sistema de acondicionamiento ruso que la convirtió por años en una experta asesina y que en la actualidad, tras haber conseguido escapar hace rato a su control, sigue usando a mujeres en todo el mundo que trabajan como Viudas Negras, ahora por simple codicia de un solo hombre (y no como parte de la agenda secreta de la desaparecida Unión Soviética y sus propia ideología).  Ahora bien, en contra de lo que esperábamos, esta no es una obra sobre “orígenes secretos”, puesto que la trama no se centra en la juventud de la protagonista, sino que en cómo esta lidia con sus fantasmas del pasado y consigue saldar más de una deuda al respecto.
    Muy divertida desde principio a fin, partiendo con una potente primera escena que nos muestra a Natasha viviendo una muy singular infancia, aborda de una manera bastante original el tema de la familia y el sentido que le damos a esta dentro de nuestras vidas.  Respecto a lo anterior, no hay duda de que para la fémina los mismos Vengadores fueron su familia adoptiva y que luego de los sucesos de Civil War le tocó vivir una verdadera crisis familiar (con traiciones y separaciones incluidas); no obstante, por medio de esta producción llegamos a conocer a su primera familia, la que más encima resulta ser una de tipo disfuncional.  Es así como, obligada por las circunstancias, nuestra Viuda Negra favorita debe recontactar a los suyos, cada uno de ellos habiendo hecho su propia vida aparte.  Luego, debido a lo anterior, llegamos a conocer a una triada de personajes muy atractivos y que harán del resto de la película todo un espectáculo para el público masivo y el marvelita de corazón.   Por lo tanto, nos encontramos con Yelena Bolova, quien fuese la hermana menor de Natasha, durante su anterior viuda como “ciudadana común” gringa y que luego de ser obligadas a terminar con su anterior vida, tal como ella se convirtió en otra experta luchadora.   A ellos se les suma el más interesante (y simpático) de los nuevos personajes, Alexei Shostakov / Red Guardian, un viejo personaje de la Casa de las Ideas que ha tenido varias encarnaciones como la versión rusa del Capitán América y que el UCM no los entrega con una imagen muy graciosa (interpretado por el guapo y varonil David Harbour ¿No había adelgazado tras hacer de Hellboy en la última peli sobre este último?).  Completando el cuadro, un personaje inventado para esta peli, Melina Vostokoff, la “madre” de Natasha y Yelena y “esposa” de Alexei (a cargo de la siempre espectacular Rachel Weisz).
    Como villano, introdujeron a un personaje muy interesante de la Casa de las Ideas: Taskmaster.  En el filme, el anterior es mudo y en muchos sentidos bastante diferente al de las viñetas, siendo la revelación de su identidad en la cinta, uno de los mejores puntos del argumento, por cuanto cumple con el dilema al que se enfrenta la protagonista.  No obstante, el mal es mucho más complejo en esta pieza, representado de una manera mucho más cercana, a cómo en la realidad podríamos encontrarnos con alguien desalmado y cuyas intenciones atentan con la libertad de otros.
    Con mucho menos humor que otras entregas del UCM, aunque no exenta de momentos graciosos inolvidables, tenemos tan solo la aparición de un solo viejo conocido de la franquicia cinematográfica (me voy a guardar su nombre para no caer en tanto spoiler) y hay solo una escena de postcréditos, que no tiene relación con las cintas que se nos vienen, sino que conecta de manera directa con la próxima serie (o miniserie) marvelita para Disney+.
     Que no quepa duda de que es una película muy recomendable, aunque no tiene la espectacularidad de otras de la saga pero esto último no importa; y es que en muchos sentidos es una pieza más seria, que trata sobre la redención, el perdón y la posibilidad de nuevas oportunidades, temas y valores a veces “perdidos” entre tantas escenas de acción y chistes de los títulos que le precedieron.


                                                        Tráiler N° 1 en "español latino".

viernes, 16 de julio de 2021

Mi corazón también habita en Twin Peaks.

                             


      Una de las series que me marcó durante mis primeros años, específicamente en lo que respecta a mi adolescencia, fue Twin Peaks (Picos Gemelos), emitida originalmente entre 1990 y 1991 en dos temporadas (la primera de 8 episodios y la segunda de 22).  Creada por el afamado director David Lynch, un cineasta de renombre que se había hecho ya un lugar en Hollywood con “solo” 5 películas (bien raras en general, pero muy aprecias por millones de seguidores y de la crítica especializada), junto a Mark Frost, se convirtió rápidamente en todo un referente dentro de la pantalla chica, al presentarnos una historia como nunca antes se había visto en ese medio.  Sin dudas, que muchas de las piezas más sofisticadas, artísticas y/o extravagantes de los programas televisivos que vinieron que después (y que hoy abundan en la parilla programática), se las debemos a este título que, como ya les indicaré, se atrevió a hacer algo distinto y de calidad artística innegable. 
     Por mi parte, era bien “cabro” cuando se estrenó por acá en Chilito, muy inocente hasta cierto punto; no obstante, conocía a su director de tan solo poco antes de saber de esta obra, tras haber alucinado con su versión del clásico de la ciencia ficción Duna y luego enloquecido con su otra cinta Terciopelo Azul (considerada por algunos como el mejor filme de la década de los ochenta… de Hollywood, supongo).  
     Bastante publicidad se hizo cuando nos trajeron este título, algo inusitado dentro de los medios criollos para cubrir el estreno de un show gringo (por lo general dedicado a los programas de variedades, espectáculos en vivo y culebrones nacionales).  Recuerdo que incluso guardé un reportaje a todo color, que salió en un periódico nacional, además de atesorar los artículos de la revista Cinegrama que compraba en aquel entonces.  Me encontraba cursando el Tercero Medio y era 1992, que acá llegó con atraso cuando ya estaba “terminada” (o sea, cancelada antes de tiempo) y lo dio Canal 13 de la Universidad Católica, anunciada con bombos y platillos.  Fue programado para los días lunes a horario estelar de las 10 de la noche.  Creo que era uno de los pocos de mi edad que lo veía, esperando con ansias cada capítulo y llenándome de alegría cada vez que en la radio tocaban su tema principal, Falling de Angelo Badalamenti e interpretado por la angelical voz de Julie Cruise (¡Incluso llegué a grabarlo en un cassette junto a otras canciones de la época que me gustaban!). Luego cuando la “gran masa” del público chileno, se dio cuenta de que no se trataba de un programa convencional al que estaban acostumbrados, perdió sintonía mayoritariamente y decidieron trasladarlo para cerca de la medianoche.  Durante esa época tenía entre 16 y 17 años y aún me dormía temprano de lunes a viernes, que al otro día debía ir al colegio; pero hacía el esfuerzo de mantenerme despierto, durmiendo siesta en la tarde para tener energía en la noche y mientras “hacía hora” me leía un libro a gusto.  
     Esa fue la única vez en la que vi Twin Peaks hasta ahora, que hace rato me la conseguí en digital completa y solo durante estos últimos meses me reencontré con ella y, en especial, con sus queribles personajes.  Por cuanto el resto de estas palabras, tratarán acerca de mis impresiones, ya adulto, sobre este título tan valioso para mí; que ha sido muy emotiva esta segunda mirada, la cual solo ha estado llena de gratas sorpresas y de ninguna decepción.



    ¿Quién mató a Laura Palmer? Era la interrogante que nos dejó metida en el cuerpo la serie en el primer episodio, cuando tras el hallazgo del cuerpo de la chica más popular y querida de la ciudad (el cadáver más hermoso visto quizás a la fecha, que cómo no los muestran es realmente una obra de arte); de modo que a raíz de ello, no solo comienza a desplegarse la investigación policial de rigor para hallar al culpable, sino que se empieza a desmadejar toda una maraña de secretos y mentiras, que nos demostrarán que nada, ni nadie es lo que parece.
     Laura es la única hija de un matrimonio maduro, el cual corresponde a una de las 3 familias pudientes de Twin Peaks que son el supuesto pilar socioeconómico de esta comunidad llena de sujetos extravagantes y donde todos se conocen, pese a que se supone tiene 51.201 habitantes.  Es así que damos por supuesto que solo hay una oficina de policía, un colegio, un hotel y un restaurante, mientras que buena parte de los acontecimientos  transcurren únicamente en una ínfima parte de su territorio (el único detalle que, más que ruido, me provocó gracia, por cuanto ayuda a aumentar la atmósfera surrealista y enrarecida del programa).  
     Ubicada en una zona montañosa y rodeada de bosques misteriosos, el crimen cometido nos lleva a encontrarnos con una variante del tema de “pueblo chico, infierno grande” y es que Twin Peaks es una comunidad cerrada, donde las cosas funcionan distinto al resto del mundo, no porque en ella también hay numerosos “pecados” que ocultar (que eso pasa aquí y en la quebrada del ají, como decimos en mi país); sino porque en sus tierras, existen nada menos que oscuras fuerzas sobrenaturales y que junto a los protagonistas iremos descubriendo poco a poco (y de la manera más extraña).
     Hay drama evidente en esta producción, no obstante, los elementos cómicos y místicos de la serie crean una mezcla tan sui generis, que era evidente el hecho de que en su momento muchos espectadores “se bajaran” del público leal… Y es que si optamos por ver esta producción, debemos aceptar la idea de que lo que entendemos por normal no funciona para sus personajes, incluso para los más “serios”, quienes de un momento a otro harán algún comentario fuera de lugar o actuarán del modo más inaudito (como ponerse a bailar, por ejemplo).   Por supuesto que es en lo anterior que radica el encanto de Twin Peaks, puesto que nadie sabe para dónde nos llevarán sus acontecimientos y eso lo hace tan entretenido a quienes la pasamos bien con esto.
    El propio David Lynch dirigió 6 de sus episodios, realizando también varios de los guiones; suyos fueron el potente guión (en la práctica una verdadera película), el comienzo de la segunda temporada (también de larga duración) y el último capítulo (que nos dejó en suspenso, porque sus eventos no quedaron resueltos y no tuvo tercera temporada para cerrar todo hasta… ¡2017!); con lo cual quedó de manifiesto su impronta para este espectáculo, que se volvió parte de las mejores serie live action gringas.  No obstante, para gusto de los incondicionales del show, en 1992 el propio realizador regresó a su obra más célebre con la película Twin Peaks: Fire walk with me (o Picos Gemelos: El fuego camina conmigo), una precuela que cuenta los eventos previos a la serie y que nos muestran con lujo y detalles la vida, pasión y muerte (pero no resurrección) de la malograda Laura Palmer.   Cabe mencionar que este filme está entre lo mejor de su autor, que dejó contentos a todo el mundo, incluso a quienes nunca vieron el título que lo inspiró.  Recuerdo que fui solito al cine a verla, en una época cuando los estrenos llegaban a la cartelera los días viernes y solo la puede comentar con mis profes, tal como me pasaba con la serie, pues no tenía nadie de mi edad con quien compartir mi pasión por Twin Peaks (solo cuando entré a la universidad me encontré con verdaderas almas gemelas contemporáneas con las que ñoñear a gusto).
    Cabe destacar los créditos de apertura, que aunque no son una maravilla, sí eran muy característicos debido a propia singularidad tan propia del show: un contraste entre la belleza del mundo natural que rodeaba a la ciudad y el mundo artificial creado por los hombres… Y, por cierto, otra cosa que me llamó la atención al reencontrarme con el programa, fue que teniendo varios personajes adolescentes, estos se veían bastante “formaditos” pese a su edad; supongo algo propio de los gringos “bien alimentados”, aunque ello bien respondía a la convención de que para hacer más atractivos a sus personajes (y tal vez por un tema moral hasta cierto punto), se viesen más atractivos para el público adulto, muchas veces metidos en asuntos “escabrosos”, tal y como podemos ver sucede con Twin Peaks.
    De Twin Peaks fue todo un éxito la banda sonora que se vendía como pan caliente (que este mismo servidor, con sus ahorros juntando peso a peso, se la pudo comprar ille tempore y con mucho placer en el antiguo formato de las cintas magnetofónicas).  Por otro lado, se editaron unos cuantos libros anexos a la serie, 4 en total, siendo que el último apareció el mismo año de su regreso, con la inesperada tercera temporada y escrito por el propio Mark Frost, su co-creador.  Cada novela redondea aspectos de la historia y, por mi parte, solo pude leer y disfrutar El Diario Secreto de Laura Palmer, ello gracias a una querida amiga que me lo prestó (y a quien a su vez también se lo prestaron, je).  Me encantaría tenerlos todos.


                                                                      Créditos de apertura

lunes, 12 de julio de 2021

Una fecha para recordar por más de una razón.


     El pasado lunes 5 de julio estuve de cumple, que llegué a los 46 años de edad en un año que ha sido muy especial para mí, pues estuve a punto de dejar este mundo tras un infarto que me dio el 12 de abril; gracias a Dios salí adelante más rápido de lo que podrían creer y hoy me tienen acá vivito y coleando.  Ese día daba gracias por la nueva oportunidad que se me daba, cuando todo el mundo se enteró de la partida de dos personas muy reconocidas, artistas valiosos y muy queridos gracias a sus trabajos, quienes para gente como yo (que nacimos en el “viejo” siglo XX) forman una parte fundamental de nuestros recuerdos.  Les estoy hablando de Raffaella Carrà y de Richard Donner.  La primera una destacada cantante, compositora, bailarina, coreógrafa, actriz, productora y animadora de televisión que como muchos colegas suyos compatriotas, hizo una gran carrera en la lengua española, además de su idioma materno; ganándose el afecto de millones de hispanoparlantes, puesto que por décadas estuvo muy ligada a España y Latinoamérica.  El segundo, Richard Donner, un director de cine gringo que nos legó grandes filmes, que hace rato forman parte de la cultura popular; en numerosos géneros cinematográficos, que demostraban claramente su genio y versatilidad.  Así que hoy les venga a hablar de estos dos o más bien de mi historia junto a ambos.
 
1. Un ángel entre nosotros.
 
     Algunos de mis primeros recuerdos giran en torna a la platinada trovadora, que en Chile entre fines de los setenta y principios de los ochenta se emitía uno de sus shows (no sé cuál era).  Yo lo veía con mi familia y todos disfrutábamos de sus canciones y simpatía.  Además, vino al Festival de Viña en 1982, espectáculo que no nos perdíamos en casa y era todo un rito contemplarlo en vacaciones de verano, a principios de febrero en aquella época (hoy hace rato que dejé de ver tal celebración); en aquel entonces fue la primera Reina del Festival de Viña, que acá la fémina hacía furor y no faltaban sus imitadores.  Sus alegres canciones se escuchaban a cada rato y más de alguien las tarareaba o se sabía parte de su letra, como este humilde servidor y que, por cierto, no dejaba de encontrarla tan hermosa.
    En una época de mi vida marcado por mi inocencia y cuando el tema de la homosexualidad estaba tan velado, por lo general ligado a lo femenino (olvídense de pensar en alguien del tipo masculino), supe que la Carrà era un símbolo para los homosexuales… Faltaba mucho para que conociera el significado de la palabra ícono y para que se incorporara al español de Chile el anglicismo gay, más todavía para que no estuviera teñido por un dejo de burla y homofobia; pero ya sabía lo que representaba esta mujer para muchos, aunque en mi mente infantil no estaba totalmente clara esa idea (“quieren ser como ella” decían con prejuicio, si bien no siempre motivados por el desprecio).  La gente se reía cuando hablaba con orgullo de sus chicos, sus bailarines, la mayoría bastante “finos”.
     Respecto a todo esto, recuerdo que una de mis hermanas mayores le cantaba al perrito de la casa su tema Lucas, de letra sencilla como el resto de su discografía y melodías contagiosas.  Esa canción fue muy popular, aunque no era su único éxito por estos lares; sin embargo, solo hace poco más de un par de años vine saber de qué realmente trataba, cuando una muy querida amiga nos la hizo escuchar detenidamente en una reunión: Su letra, en cuestión, habla de una muchacha que recuerda a su antiguo novio, quien de un momento a otro desapareció de su vida y sin darle explicaciones; luego, a medida que va contándonos de él, nos damos cuenta de que el hombre era homosexual y de que la dejó por otro varón.  El mensaje es evidente y su intérprete lo expresa con naturalidad y es imposible no sentir una tremenda simpatía cuando se ve a Raffaella hacerlo con histrionismo.  Lo que me llama la atención de todo esto, es que en aquella época la mayor parte del público no se había dado cuenta de qué trataba la susodicha canción y de seguro hasta los más machistas y homofóbicos disfrutaban de ella, sin siquiera hacer un juicio moral al respecto (porque en ningún momento, en la canción la “abandonada” critica a su ex amante). Poco más de una década después, a principios de los noventa, el grupo español Locomía conquistó a mi patria y a otro lugares del Cono Sur y pese a que ahora su estética gay es más que evidente, muchos chilenos ingenuos no fuimos capaces de leer entre líneas lo que hacían sus integrantes. 


                                                                  ¡Maravillosa Raffaella!

2. Un ídolo para los más ñoños de la casa.
 
    Ignoro que habré visto del gran Richard Donner, primero cuando era muy pequeño, si La Profecía (1976, filme que me aterró a tan temprana edad y aún así me lo repetí un montón de veces cuando lo deban en la tele) o la primera entrega de Superman (1978), con el igualmente llorado Cristopher Reeve haciendo del Hombre del Mañana.  Ambas las descubrí con mi familia, en lo que en aquellos años “care raja” llamaban estrenos de los días domingos en la noche y mucho después de su verdadero debut en cines. 
     Cuando fui adentrándome en mis conocimientos cinéfilos, me encontré con su nombre y enterándome de que quién me había dado tan buenos recuerdos, de verdaderas cintas de culto, por igual había estado detrás de una película de acción ochentera muy exitosa: Arma Mortal (1987). En 1989 estrenaba secuela, que todos decían que era lejos mejor que su predecesora, pues gracias a la revista sobre cine que compraba me llené de información sobre ella, teniéndole muchas ganas a ambas.  Así que la tercera obra (o cuarta hasta cierto punto) que me vi de Richard Donner, fue Arma Mortal II, en el viejo formato del VHS, puesto que la primera parte solo la pude “arrendar” tiempo después.  Cabe mencionar que su realizador se encargó de las cuatro entregas de la saga, todas ellas muy divertidas, aunque solo la cuarta pude tener el gusto de disfrutar en el cine y, más encima, junto a unos amigos de aquellos años con los que era habitual ir a las salas en horarios nocturnos. 
    El desarrollo de la tecnología digital del DVD, gracias a la cual se hicieron las remasterizaciones de viejos clásicos, me permitió ver por fin otro filme suyo ochentero famoso: Los Goonies (1985).  Por supuesto que quedé encantado, pero solo cuando me lo compré original en blu-ray, gracias a las ofertas del Black Friday, la vine a apreciar en toda su magnitud y más ahora que me la repetí junto a mi sobrinito Amilcar (en aquel entonces de unos 9 añitos), a quien le gustó mucho y debido a ella, le quedó más en evidencia que los años ochenta nos heredaron algunas de las mejores pelis de la cultura pop.  Por otro lado, solo cuando llegó a mis manos esta joyita, en el DVD clonado que conseguí,  pude saldar en parte la deuda con uno de esos tantos títulos que de niño, por mucho que quisiera, no pude gozar en el cine porque no tenía quién me llevara.


                                                                    Tráiler de The Goonies

    Los Cazafantasmas fue un exitazo por igual en Chilito (otro ejemplo del gran legado de la mencionada década) y de ese modo llegó a mi patria Los Fantasmas Contraatacan, aprovechándose de que su estrella era Bill Murray, uno de los actores principales de la primera entrega sobre los famosos atrapa espectros… Pues nada que ver con lo que nos “vendieron” con engaños, que se trataba de una nueva versión de Un Cuento de Navidad de Charles Dickens, esta en tono de comedia negra.  Y he aquí que correspondía a otra producción de Donner, que en realidad se llama Scrooged, por igual muy entretenida, que como muchas otras en mi adolescencia, solo logré apreciarla en casa gracias a la magia del video casero.
      Richard Donner hizo varias otras cintas, que no todas las he podido contemplar, como Maverick (1994, una de las tantas que realizó junto al por entonces galán de Mel Gibson) y Asesinos (1995, otra de acción, que estas le salían estupendas, pese a que hizo hasta drama, por no mencionar sus piezas de fantasía y de aventuras tan buenas).  Pero sí cuando estaba cursando en la universidad, en la segunda mitad de los noventa, logré ver con espectacularidad Conspiración (1997); de ese modo, no solo pude reencontrarme con el mismísimo Gibson, hacía de villano mi querido Patrick Stewart, quien se ganara mi corazón como el heroico capitán Jean-Luc Picard en Viaje a las Estrellas: La Nueva Generación.  Nunca me la repetí, pese a que me gustó mucho; más encima, por entonces le estaba presentando TNG a un amigo que tenía, alguien muy importante para mí que hace rato no está a mi lado y quien se sorprendió gratamente con la estupenda actuación del británico, cuando asistió conmigo esa ocasión al teatro. 
    Para 2003 se estrenó Timeline, quizás la última adaptación que se realizó sobre una novela de Michael Crichton.  Filme de ciencia ficción sobre viajes en el tiempo a la Edad Media, tuvo de estrella al por igual desaparecido Paul Walker, ido tan joven (solo tenía 40 años); que fue una de las pocas obras realizadas por Richard Donner, que pude contemplar en pantalla gigante… Otra que nunca más me di la oportunidad de revisitar y eso que fue una de las tantas pelis que “bajé”, desde que estamos con esta pandemia que nunca acaba, para poder ver durante el encierro.  Recuerdo que no me impresionó mucho, aunque creo que le debo una mirada más atenta en honor a sus artistas (que Crichton, otro que hartas satisfacciones me dio en su momento, también cruzó el Umbral hace unos años atrás). 
    En 2019 nos dejó otro nombre destacado del cine: el actor Rutger Hauer.  Mucho lamenté también su pérdida y queriendo recordarlo con cariño, me dispuse a ver algunos de sus éxitos (de los tantos que tenía a su haber), poniéndome al día de una vez por todas con una de sus películas más aclamadas: Ladyhawke (1985).   Se trata de una hermosa fantasía medieval, que reunió al gigante con Donner y que nunca antes había gozado, hasta que aquella vez la descargué en HD como muchos de los títulos que hoy en día he agregado a mi colección.  Preciosa pieza del cine de ese decenio, que ya saben adoro, merece ser redescubierta para las nuevas generaciones, que su responsable una vez más nos da clase de cómo combinar a la perfección lo comercial con lo artístico.  Increíblemente, ese título que llegó acá con el nombre de El Hechizo del Halcón, lo daban seguido en la televisión abierta y nunca me llamó la atención, hasta que ya viejo supe de quiénes estaban detrás de este.
     Hubo un periodo en el que compraba todos los meses blu-rays (y antes de eso, DVDs).  En una tienda especializada donde hacía mis reservas (la misma donde adquirí The Goonies), llegó un ofertazo, que alguien como yo no podía dejar pasar: un pack increíble con todas las pelis que hizo Cristopher Reeve como Superman, más Superman Returns.  En su interior, más encima, venían horas y horas de valioso material adicional (¡Todo subtitulado!), que le otorgaba puntos extras a la inversión.  Fue así cómo me enteré que la muy divertida Superman II, originalmente fue dirigida por Richard Donner, quizás siendo esta la primera vez en la que un director filmó al mismo tiempo dos cintas para ahorrar dinero; sin embargo, este se peleó con los productores y por ello lo despidieron del proyecto antes de que terminara la edición de la secuela; contratando a otro Richard, este de apellido Lester, para que le hiciera escenas nuevas y cambiara la edición en muchos casos.  Pues por años vi solo este corte, incluso superior a su predecesora; no obstante, en 2006 Richard Donner pudo llevar a cabo por fin su propia versión de la película, la cual venía justamente en el pack (junto con la “original”, en todo caso) y que logré disfrutar junto a unos muy queridos amigos que estaban visitándome aquella vez en casa.  Por cierto, un dato extra e importante para los verdaderos amantes de los cómics y en especial del Hombre de Acero: en la primera película de la saga, fue la primera vez en que se hizo justicia a los nombres de Jerry Siegel y Joe Shuster, los creadores del personaje, quienes por décadas no pudieron ganar las divisas que les correspondían debido a las malas artes de DC.
     Durante la década pasada, apareció una editorial chilena de cómics que comenzó vendiendo tomos en kioscos a muy bajo precio.  Llamada Unlimited, sacó en años diferentes al menos dos colecciones dedicadas a Superman; en una de estas venía nada menos que la novela gráfica El Último Hijo de Krypton, una genial historia que recupera al villano Zod, el mismo de las cintas de Richard Donner.  Y es que la mencionada obra fue nada menos que escrita por el director que ahora homenajeo junto a Rafaella Carrà, la cual leí con mucho placer, puesto que solo entonces pude adquirirla al estar a un precio más accesible.
     Como verán, je, tenía mucho más que decir del gringo que de la italiana, que en todo caso razones tengo de sobra.  En todo caso, me dieron ganas de reencontrarme con sus películas, así que mientras escribía estas palabras me he descargado las 4 de Arma Mortal, entre otras  Como ahora, más encima, estoy de vacaciones de invierno (y estas no son “normales” tal cual en años anteriores) tengo tiempo de sobra, por lo que tengo Donner para rato.
 


                                                                    Tráiler de Ladyhawke

domingo, 4 de julio de 2021

Por favor: ¡Lea antes de criticar! (o "¡Me cargan los moralinos!")


 Nota: El viernes recién pasado mi "Jefecita" a primera hora del día (poco antes de las nueve "de la madrugada") me pidió hablar con ella por teléfono.  La razón: Una apoderada había mandado un correo molesta/preocupada por la lectura dada a su "pobre niño" adolescente, que según ella era inadecuado (en el mejor de los casos).  Fue así que tras compartirme el documento, donde la señora daba sus argumentos bastante claros (aunque claramente sesgados por el prejuicio), se me pidió elaborara una respuesta para la dama.  Y he aquí que me he inspirado y les quiero compartir el documento, en el cual igual fui ácido (lo admito sin culpa), a ver si le manda el escrito completo mi Jefecita, que en todo caso me apoyó en todo momento y admitió el error de la atribulada madre.

      Ante la preocupación por el supuesto carácter escandaloso de la lectura dada, en el Plan Lector para los terceros medios del mes de abril, El Cuento de la Criada de Margaret Atwood, cabe mencionar que estamos hablando de una reconocida escritora canadiense, ganadora de numerosos premios y distinciones entre los que se pueden considerar:
 
* Vicepresidenta de la Unión de Escritores de Canadá desde 1980
* Presidenta del PEN Club, una asociación de escritores para fomentar el contacto y la cooperación entre autores de todo el mundo que se encarga de promover la libertad de expresión y de liberar a los escritores que son prisioneros políticos.
* Socia mayoritaria del Massey College en la Universidad de Toronto
* Dieciocho títulos honoris causa
* Doctorado del Victoria College (1987)
* Está incluida en el Paseo de la Fama de Canadá desde 2001.
* Miembro de la Royal Society de Canadá
* Miembro de la Order of Canada
* Miembro honorario de la Academia Norteamericana de las Artes y las Ciencias
* Presidenta Honoraria de Birdlife International, junto a su Alteza Imperial la Princesa Takamado, de Japón, electa en el congreso en Buenos Aires, 2009.2​
* Miembro de la Royal Society of Literature del Reino Unido.
 
 y nominada nada menos que al Nobel de Literatura, mientras que la lista de sus galardones es bastante extensa y solo llegaremos a mencionar por ahora algunos como:
 
* Premio Príncipe de Asturias de las Letras
* El Governor General's Award
* La Orden de las Artes y las Letras
* El Premio Montale, el Premio Nelly Sachs
* El Premio Giller
* El National Arts Club Literary Award
* El Premio Internacional Franz Kafka
* El Premio de la Paz del Gremio de los Libreros Alemanes
 
    Por lo tanto, no se ha escogido de forma caprichosa a esta autora como representativa de la LITERATURA FEMENINA, que fue el tema para la selección de títulos de ese mes, ya que como bien habrá quedado claro, estamos hablando de una importantísima escritora actual.  Por otro lado, hace rato ya que sus creaciones son recomendadas y consideradas en centros educacionales a lo largo del mundo, tanto en colegios, como institutos y universidades, con serios estudios de sus obras.
     Cabe mencionar que la Atwood es una artista preocupada por los grandes temas morales, de tipo social y famosa por ser una de las representantes del Feminismo, lo que bien se puede apreciar en su obra.  Debido a lo anterior, cuando optamos por agregar a la lista la mencionada novela, estamos hablando, además, de un subgénero literario ya considerado dentro de el Programa de Estudio para la asignatura de Lengua y Literatura de los Terceros Medios, por parte del Mineduc: Las ANTIUTOPÍAS, correspondiente a una vertiente de la ciencia ficción que nos muestra sociedades opresivas, totalitarias y donde la libertad de los sujetos está reprimida, debido a los intereses de unos pocos; de este modo, bien podemos encontrar en el documento oficial respectivo lo siguiente:

    “Se espera que los estudiantes reflexionen acerca del impacto que una obra literaria puede generar en el lector, y cómo ese efecto se relaciona con sus experiencias personales y se conecta, a su vez, con problemas humanos universales. Para ello, la conversación se centra en la experiencia estética que tienen los alumnos con novelas de ciencia ficción (puede ser cualquier género o tema de la literatura), y luego se amplía la reflexión a partir de la lectura de la introducción del ensayo de Vargas Llosa, La verdad de las mentiras, para profundizar en la comprensión del rol que juega la ficción en nuestras vidas.”
 
     Luego, el libro escogido bien nos sirve para cumplir tanto lo anterior, como el propósito del equipo del Departamento de Lenguaje de nuestro colegio, de leer a una valiosa escritora en nuestro llamado MES DE LA LITERATURA FEMENINA.  Asimismo, al abordar otras antiutopías literarias y cinematográficas, incluyendo la que les correspondía conocer a nuestros estudiantes, estábamos orientado de la mejor manera su revisión personal de esta mencionada obra (de la cual usted, desde su desconocimiento lector, ha recelado).
    Cabe mencionar, además, que en el transcurso del mes de marzo se hizo una presentación de todos los textos incluidos en el Plan Lector del Primer Semestre, actividad realizada en la clase por medio de un PPT, especialmente preparado tanto para estimular la lectura de estas obras, como para presentar las virtudes artísticas de dichos títulos.
    Se puede entender el “escándalo”, que podría provocar la “violación disfrazada” a las que son sometidas las llamadas Criadas del mentado volumen; sin embargo, una situación dura y violenta como esta, no es algo gratuito a la hora de encontrarnos con una obra que celebra el derecho a que se respeten nuestras identidades y en especial cuando se defiende el derecho de la mujer a ser dueña de sí misma y de su cuerpo (temas que nos preocupan a todo el mundo de buena voluntad ¿No?).  Respecto a esto último, hay que recordar que el mismo plan de estudios ya expuesto acá, dice respecto a lo que se espera conseguir en los jóvenes con nuestras clases:
 
Formular interpretaciones surgidas de sus análisis literarios, considerando:
• La contribución de los recursos literarios (narrador, personajes, tópicos literarios, características del lenguaje, figuras literarias, etc.) en la construcción del sentido de la obra.
• Las relaciones intertextuales que se establecen con otras obras leídas y con otros referentes de la cultura y del arte.
 
     De modo que es necesario proyectar dichos análisis e interpretaciones al contexto actual y en el que se desenvuelven los chicos… En un mundo intereconectado, lleno de información al instante, donde las noticias nos cuentan de espantosos casos de femicidio, violencia intrafamiliar, crímenes de odio y donde más encima, para peor, la industria musical promueve con el reggaetón y el trap la misoginia con lenguaje sexual por completo explícito (escuchado y apreciado, sin dudas, por muchos de nuestros jóvenes menores de edad), ponerle trabas a la lectura de una obra literaria de este calibre es “tapar el sol con un dedo” ¿Qué prefiere usted? ¿Que su pupilo en una edad, en la cual ya tiene clara la noción entre el bien y el mal, no sepa discriminar y sea incapaz de emitir sus juicios de valor ante estos fenómenos o que mejor vaya formándose como persona integral, ante verdaderas obras de arte que nos llevan a valorar la figura de la mujer y el derecho a la vida?
    Es de esperar, que ya habrá quedado claro que nuestro sabio Ministerio de Educación considera obras y autoras como estas.  Que todos los textos que aparecen en las páginas de sus distintos programas, para cada nivel educacional en Lengua y Literatura, bien corresponden a SUGERENCIAS y no a obras dadas de manera obligatoria a los responsables en impartir la asignatura respectiva; puesto que queda dispuesto al criterio profesional y personal de los profesores, seguir estas recomendaciones y/o agregar otros títulos según se estipule conveniente.  En todo caso, si usted o cualquier apoderado revisa con atención el listado de obras entregados por el Mineduc, se encontrará con piezas tales como Relaciones Peligrosas de  Pierre Choderlos de Laclos, un clásico francés de nada menos que de 1796, donde los protagonistas son sujetos “de poder”, que se aprovechan de otros a través de la manipulación sexual y donde tenemos a un hombre mayor obsesionado en desvirgar a una jovencita de 17 años, comprometida en matrimonio con otra persona.  Le compartimos algunos fragmentos para que pueda comprobarlo con sus propios sentidos:
 
 
    “No os enojéis y atended. Como depositaria de todos los secretos de mi corazón, voy a confiaros el mayor proyecto que jamás haya concebido. ¿Qué es lo que vos me proponéis? Seducir a una jovencita que no ha visto nada, que no sabe nada, que, por así decir, se entregaría sin resistirse, que se embriagará al primer homenaje, y a quien la curiosidad arrastrará quizá más rápido que el amor. Otros veinte podrían lograrlo igual que yo. No sucede lo mismo con la empresa que me he propuesto; su éxito me asegurará gloria y placer por igual. El amor, que prepara mi corona, duda él mismo entre el mirto y el laurel; o mejor dicho: los reunirá para honrar mi triunfo. Vos misma, mi querida amiga, os veréis embargada por un santo respeto y diréis con entusiasmo: Es el hombre conforme a mi corazón.”
 
    “Aquí me tenéis, entregado desde hace cuatro días a una gran pasión. Sabéis con qué intensidad soy capaz de desear, los obstáculos que devoro, pero ignoráis cuánto añade la soledad al ardor del deseo. Una única idea me posee; pienso en ella de día, sueño con ella por la noche. Tengo una necesidad absoluta de conseguir a esa mujer para evitar el ridículo de enamorarme, pues ¿adónde lleva si no un deseo contrariado? ¡Oh, delicioso goce! Te lo imploro, por mi felicidad y ante todo por mi reposo. ¡Qué afortunados somos de que las mujeres se defiendan tan mal! A su lado no seríamos sino tímidos esclavos. En este preciso instante sólo puedo profesar un sentimiento de gratitud por las mujeres fáciles, que me lleva naturalmente a vuestros pies. Me arrodillo para obtener el perdón y termino esta larguísima carta. Adiós, mi bella amiga: sin rencor.”


     Posteriormente más desarrollado el argumento, se encontrará con episodios mucho más “fuertes” Por Por cierto: ¿Cómo se le llama actualmente al acto ilícito/criminal de tener sexo con un menor de edad? Que el Diccionario de la Real Academia Española, dice al respecto sobre el llamado ESTUPRO:
 
1. m. Der. Coito con persona mayor de 12 años y menor de 18, prevaliéndose de superioridad, originada por cualquier relación o situación.
2. m. Der. Acceso carnal con persona mayor de 12 años y menor de 16, conseguido con engaño.
3. m. Der. Por equiparación legal, algún caso de incesto.
4. m. Antiguamente, coito con soltera núbil o con viuda, logrado sin su libre consentimiento.
 
    Por lo tanto, este libro SUGERIDO por los especialistas del Mineduc, ante una ficción que trata de esto, o bien están equivocados en su decisión para incorporar este libro al Plan de Tercero Medio, o bien desconocen su contenido o claramente se manejan con conocimiento de causa para promover su lectura, por parte de nuestros jóvenes, aún en formación intelectual y moral con un claro sentido pedagógico integral.
     Luego, en el mismo documento al cual usted apelaba y con tanta preocupación al hacernos partícipe de sus preocupaciones, al que no estábamos, supuestamente, considerando para elaborar nuestro programa de estudio, se encuentra agregada una de las obras de nuestro autor nacional Pedro Lemebel.  Comunista, homosexual y travesti, este escritor desde comienzos de siglo que está dentro de los planes del Ministerio, debido la reconocida calidad de su prosa, tanto en Chile como en el extranjero.  En De Perlas y Cicatrices abunda el garabateo tan chileno que oímos en el día a día, con personajes populares y marginales, todo sin dejar de lado la fuerte crítica social de su pluma.  Pues entre las páginas de este libro, que no deja de recomendarnos el Mineduc, encontramos la espantosa descripción de una violación por parte de un grupo de hombres a su víctima:
 
     “Tan creída la tonta, decían las cabras del barrio, picadas con la chica de la moda que provocaba tanta envidiosa admiración. Parece puta, murmuraban, riéndose cuando el grupo de la esquina la tapaba con besos y tallas de grueso calibre. Y puede haber sido el calor de ese verano, el detonante culpable de todo lo que pasó. Pudo ser un castigo social sobre alguien que sobresale de su medio, sobre la chica inocente que esa noche pasó tan tarde, tan oscura la boca de la calle, tenía sombras de lobo. Y curiosamente no se veía un alma cuando llegó a la esquina. Cuando extrañada esperó que la barra malandra le gritara algo, pero no escuchó ningún ruido. Y caminó como siempre bordeando el tierral de la cancha, cuando no alcanzó a gritar y unos brazos como tentáculos la agarraron desde las sombras. Y ahí mismo el golpe en la cabeza, ahí mismo el peso de varios cuerpos revoleándola en el suelo, rajándole la blusa, desnudándola entre todos, querían despedazarla con manoseos y agarrones desesperados. Ahí mismo se turnaban para amordazarla y sujetarle los brazos, abriéndole las piernas, montándola epilépticos en el apuro del capote poblacional.
    Ahí mismo los tirones de pelo, los arañazos de las piedras en su espalda, en su vientre toda esa leche sucia inundándola a mansalva. Y en un momento gritó, pidió auxilio mordiendo las manos que le tapaban la boca. Pero eran tantos, y era tanta la violencia sobre su cuerpo tiritando. Eran tantas fauces que la mordían, la chupaban, como hienas de fiesta; la noche sin luna fue compinche de su vejación en el eriazo. Y ella sabe que aulló pidiendo ayuda, está segura que los vecinos escucharon mirando detrás de las cortinas, cobardes, cómplices, silenciosos. Ella sabe que toda la cuadra apagó las luces para no comprometerse. Más bien, para ser anónimos espectadores de un juicio colectivo. Y ella supo también, cuando el último violador se marchó subiéndose el cierre, que tenía que levantarse como pudiera, y juntar los pedazos de ropa y taparse la carne desnuda, violácea de moretones. La chica de la moda supo que tenía que llegar arrastrándose hasta su casa y entrar sin hacer ruido para no decir nada. Supo que debía lavarse en el baño, esconder los trapos humillados de su moda preferida, y fingir que dormía despierta crispada por la pesadilla. La chica de la moda estaba segura que nadie serviría de testigo si denunciaba a los culpables. Sabía que toda la cuadra iba a decir que no habían escuchado nada. Y que si a la creída de la pobla le habían dado capote los chiquillos del club, bien merecido se lo tenía, porque pasaba todas las tardes provocándolos con sus pedazos de falda. Qué quería, si insolentaba a los hombres con su coqueteo de maraca putiflor.”

     Lemebel es mucho más “enérgico” que Margaret Atwood para abordar algo así y, no obstante, ambos autores, cada uno con sus propios estilos, abordan la violencia a la que se enfrentan muchas mujeres: uno desde la certeza de la realidad nacional y la otra a través de una ficción que como toda obra de arte “imita” a la vida y sirve como vehículo para invitarnos a “ser mejores personas”, gracias a las reflexiones que conlleva una lectura crítica, tal como se modela en las clases que hacemos con espíritu de servicio los profesores a estos jóvenes.  Pero si preferimos que estos muchachos vivan en una burbuja (para no dañar sus susceptibilidades o las nuestra, con la idea de que se está yendo en contra de los valores que les damos en casa) y optamos por ignorar a quienes velan porque todo esto sea posible, luego no critiquemos con injusticia a quienes en su momento, negamos la posibilidad de hacer su aporte y optemos, mejor, por una educación en casa sesgada respecto al resto del mundo.

jueves, 1 de julio de 2021

Películas olvidadas sobre obras de Stephen King y que merecen ser redescubiertas (II): El Aviador Nocturno (1997) de Mark Pavia.


1. El cuento (¿O la novela corta?)
 
    En 1988 el estudioso de la literatura de terror Douglas E. Winter publicó una antología de relatos inéditos llamada Prime Evil.  Teniendo entre sus páginas a autores consagrados de la talla de Whitley Strieber, Clive Barker y M John Harrison, entre otros, se convirtió en un título referente en lo que selecciones de narrativa breve del género, teniendo además un fabuloso estudio preliminar sobre este tipo de historias y su impacto sociocultural, de la mano del mismo recopilador.  Tal pieza no podía dejar de tener a Stephen King, en aquel tiempo el maestro indiscutido de la “literatura de miedo” más efectiva (todavía faltaba un resto para que nuestro querido Tío Steve derivara a horrores más sutiles).  Fue así que el llamado Rey del Terror, contribuyó a la colección con lo que sería su segunda narración corta sobre vampiros, luego del ya clásico Uno para el camino, su genial regreso a las espeluznantes ruinas de la ciudad maldita de Salem´s Lot: El Aviador Nocturno, un título ominoso que dentro de la historia tiene un doble significado.
    Editada en español en dos volúmenes por la desaparecida editorial Grijalbo, Escalofríos y Pesadillas, la primera contiene el texto de King que en nuestra lengua alcanza cerca de 50 páginas, de modo que está a medias entre el cuento y las llamadas novelettes que tan bien le salen a este.  De hecho, como no, el volumen comienza con esta obra, dura, potente, con una pluma gore que hoy en día echamos de menos en buena parte de la actual producción kingniana; una joyita para disfrutar y no olvidar, que juga muy bien con la idea no solo del temor a la noche, sino a lo que puede estar sobre nosotros y que en el momento menos esperado podría atacarnos.
   Con posterioridad la narración fue incorporada a la tercera colección de cuentos de Stephen King, Pesadillas y Alucinaciones (1993) y donde, además, reaparece el chupasangre de El Aviador Nocturno dentro del cuento Popsy.  Sobre este último texto, también contenido en las páginas del mencionado libro, la identidad del personaje solo es reconocible gracias a que el propio King lo afirmó públicamente, puesto que en sus páginas resulta difícil identificarlo con el antagonista del escrito anterior.
    Cabe mencionar que la obra que hoy nos reúne, tanto en su versión original, como en la adaptación cinematográfica que pretendo revalorizarles, posee como muchas otras del artista, a un personaje ya aparecido antes en su bibliografía: el infame periodista amarillista Richard Dees, quien trabaja para una revista de corte igualmente sensacionalista llamada Inside View, publicación empecinada en las noticias morbosas y macabras, que por igual ha aparecido varias veces en otros trabajos suyos.  Y es que el reportero tuvo un pequeño rol en su novela La Zona Muerta (1979), siendo quizás el primer personaje kingniano, en aparecer dentro de otra ficción suya tras su debut literario.
 
2. La historia y el filme.
 
    Unos espantosos asesinatos en serie se están cometiendo en pequeños aeropuertos privados y como apenas se sabe de su responsable, hay mucho interés entre medio, de modo que el oportunista Richard Dees ve en esto la oportunidad de su vida; por lo tanto, no duda en ir a investigar, compitiendo para ello con una joven (y hermosa) colega, que viene a ser no solo la versión suya más joven y femenina.   La competencia entre los dos es feroz, de modo que cada uno hará lo posible por ganar la exclusiva.  Pero el asesino no es un desquiciado más, sino que se trata claramente de una criatura sobrenatural, que en especial se interesa en Dees y como dicen por ahí “Ten cuidado con que el Diablo conozca tu nombre”.
    En 1997 el guionista y también actor Mark Pavia, tuvo su debut tras las cámaras con un filme de clase B, de esos que consiguen en verdad impactar; pues gracias a los talentos involucrados en ellos, consiguen ponerse al lado de las grandes producciones sin vergüenza y muchas veces hasta opacándolas.  Teniendo como actor principal al llorado Miguel Ferrer, quien ya había participado en otra producción sobre una obra de King (nada menos que como uno de los más llamativos secundarios de la primera versión de The Stand, en 1994), logra tenernos atentos en todo momento, tanto por la manera de cómo se abordó el suspenso, con personajes muy bien caracterizados y unos efectos de maquillajes tan sangrientos y realistas, como solo los muchachos de la KNB nos han sabido dar (sin menosprecio de otros maestros del maquillaje, claro).  Ferrer está soberbio, tan ácido y maquiavélico que hasta nos cae bien, pese a lo hijodeputa que es y llama la atención cómo con su colega femenina, por sobre lo que se esperaría entre un tipo tan varonil como él y una mujer atractiva como ella, la energía sexual vaya para rumbos igualmente agresivos, aunque no del tipo de la satisfacción mutua.
    La versión fílmica deja muy clara la moraleja, de las consecuencias que tienen en nuestras vidas el gusto por la miseria, donde encontramos más de un tipo de depredador y uno se pregunta quién es el verdadero monstruo en una sociedad que valora el individualismo y el exitismo extremo.
   Sin dudas que se trata de una cinta desconocida por muchos, debido a su limitada distribución (en Chilito nunca se supo de ella e ignoro si en su momento alguna empresa local la sacó al viejo formato de VHS o posteriormente llegó en DVD, salvo ediciones importadas), pero no cabe duda que está entre las mejorcitas adaptaciones de la imaginación del Tío Steve y más cuando se trata de llevar con seriedad sus creaciones más aterradoras.
 
3. Por qué quiero tanto esta película.
 
    Tal como ya dije con otras palabras más arriba, este largometraje nunca llegó a estrenarse comercialmente por acá y lo ignoro si llegó a algún circuito de tipo independiente, algún evento ñoño o algo parecido.  Solo supe de ella a principios del presente siglo, gracias a la revista digital Insomnia, dedicada a la obra de Stephen King y en la que felizmente participo colaborando con mis pequeños trabajitos.  Pero pasaron años para que pudiera darme el gusto de ver, por fin, esta perla que les rescato y fue nada menos que gracias a Ricardo Ruiz, fundador  y director de la mentada publicación online; todo ello cuando cerca del año 2005, me propuso intercambiarnos unos cuantos DVD clonados, mandándonoslos por correo internacional, puesto que ambos vivimos en países vecinos (en aquellos tiempos la “magia” del Torrent y las descargas por Internet, más los sistemas de streaming, eran algo todavía propio de la ciencia ficción).  Solo así y en mi casa, en función solitaria y nocturna pude disfrutar de El Aviador Nocturno, recordando ese texto que leí dos veces y ya hace años; título que recién me lo repetí el año pasado, cuando también decidí buscarlo en la Red y ocupando de ese modo mis horas de ocio de la actual pandemia.  Luego era, como no, el segundo título ideal para continuar con esta nueva serie de posts.


Tráiler
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...