martes, 31 de octubre de 2017

El primer Spider-Man (cuarta parte).


       El tercer y último tomo de Panini dedicado a la etapa original del Trepamuros en su colección Best of Marvel Essentials, realizada por sus creadores Stan Lee y Steve Ditko, no pierde la calidad de sus historias y gráfica, al comparársele con los volúmenes que le preceden.  Es más, bien se puede decir que en sus poco más de 300 páginas se albergan algunos de sus momentos más gloriosos, así como de los decisivos en su cronología (y eso que a lo largo de las décadas, sin dudas que ha llegado a cobrar harto al respecto).
       Asimismo, se trata de un recopilatorio en el que se da un paso relevante dentro del desarrollo del personaje, al hacer (tal vez por primera vez en la historia de este tipo de cómics) que un personaje “crezca” y pase a otro estadio (relevante) de su vida ficticia: terminar el colegio y entrar a la universidad.  En otras palabras, vemos a Peter convertirse en un adulto, que si bien aún le queda mucho por delante para ser un “hombre hecho y derecho”, ya posee una serie de experiencias a cuestas, que en otras aulas le dan una impronta distinta. 
        De igual manera se introducen secundarios destacados en las aventuras y desventuras de Spidey, específicamente la introducción de Gwen Stacy (quien más adelante será su malograda segunda novia) y Harry Osborn (luego su mejor amigo…y uno de sus peores enemigos, siguiendo con ello uno de los leiv motivs más populares del género).
         Y tampoco se puede olvidar de que se trata de la despedida de Ditko, que si bien dio paso a varias etapas de prestigio en el dibujo de nuestro Amistoso Vecino (como la que le siguió de inmediato, la de John Romita Sr., que se extendió por mucho más años que en los que estuvo su cocreaador, llegando a los años setenta e incluso revisitando al superhéroe hasta mediados de los noventa), se puede considerar como el fin de toda una época.  No obstante lo hecho por Steve, llega acá hasta su apogeo con trilogía del Planeador Maestro, una serie de tres números seguidos como no se acostumbraba en aquellos años realizar en las historietas (que eran autoconclusivas); pues apoyado por Lee, lleva al Cabeza de Red a algunos de sus actos más admirables, luego del recordado Anual N° 1, en el que tuvo que salvar a la tía May y a Betty Brand de sus enemigos.
      Pero ya es hora de dar paso a las historias que comprenden este número:

1- The Amazing Spider-Man N° 25 (junio de 1965): Bajo el título de Atrapado por J. Jonah Jameson, se trata de uno de los fascículos más divertidos y famosos de Spider-Man, ya que lo ocurrido en sus páginas apenas da respiro al lector en materia de aventuras.  En esta historia, el irascible jefe de Parker, quien increíblemente no tiene idea de que su joven empleado es el hombre al que más desprecia (uno de los puntos más atractivos ideados por la dupla Lee-Ditko), accede a usar un robot para cazar al Trepamuros.  El científico que contacta al editor del Daily Bugle para esta maniobra, Smythe, reaparece en las historietas del justiciero, si bien luego su propio hijo se vuelve también inventor y un sujeto aún mucho más rastrero.  El diseño del robot sigue los parámetros de la iconografía pulp  y sin duda hoy en día causa más bien risa que temor, no obstante se trata de todo un clásico.  Este número fue adaptado por la histórica serie animada de los sesenta e incluso el monstruo mecánico aparece en los famosos créditos de dicho cartoon.

2- The Amazing Spider-Man N° 26 (julio de 1965): Nombrada como El hombre bajo la máscara del Amo del Crimen, viene a ser nada menos que la primera parte de un díptico lleno de intriga, en el que resulta estar involucrado nada menos que el Duende Verde y quien ya hace rato ha quedado consignado como el mejor villano del Hombre-Araña (bueno, junto con Doc Ock).  Es así que este ruin se une a un socio, quien resulta ser otro criminal enmascarado, que ha tomado la identidad del Amo del Crimen, tiempo ya sin nadie que reclame su título.  El argumento se centra también en los conflictos con Flash Tompson y Liz Allen, los que siguen evolucionando en cuanto a sus relaciones con el protagonista (y que poco a poco van tomando mayor importancia dentro del universo Marvel).  Las últimas viñetas de esta obra, dejan al lector más que expectante, respecto a lo que ha sido de nuestro valiente muchacho.

3- The Amazing Spider-Man N° 27 (agosto de 1965): ¡Devolvedme a mi Duende! termina este encuentro con el Duende Verde y el nuevo Amo del Crimen, permitiendo además que un personaje tan interesante como el periodista Foswell, quede ante el público como otro de los grandes secundarios de este melodrama; cabe mencionar, además, que   este desde su debut,  se encuentra caracterizado magníficamente, al moverse entre los claroscuros de la vida, sin caer en maniqueísmos facilistas.  Por otro lado, a menos que me equivoque, viene a ser además el debut de Norman Osborn; es así que todo fanático de estos cómics, sabe que con el paso del tiempo, llega a convertirse en un personaje que cobra un vital papel dentro del universo marvelita (incluso más allá de las revistas que le vieron nacer).

4- The Amazing Spider-Man N° 28 (septiembre de 1965): Con el nombre de La amenaza ¡Del Hombre Ígneo! que no puede ser más claro en el contenido de esta entrega, nace un nuevo villano, quien más encima en lo que va de la serie puede ser considerado entre los más poderosos rivales de Spidey (debido justamente a sus habilidades extraordinarias).  Por otro lado, en esta ocasión se produce la esperada graduación de Peter tras sus estudios en el colegio, con lo que se cierra toda una etapa de su vida y se nos lleva a las puertas de otro relevante episodio en su existencia… ¡La universidad!

5- The Amazing Spider-Man Annual N° 2 (1965): El esperado segundo especial del Cabeza de Red y con extensión mayor al número de páginas de su serie regular, viene a ser otro hito.  Tras ser titulado como ¡El maravilloso mundo del Doctor Extraño!, queda claro que se trata del primer encuentro entre los dos grandes personajes de creados por Lee y Ditko.  Es así que esta viene a ser, además, la primera ocasión en la que el Arácnido se encuentra en medio del camino de la magia y se enfrenta a un villano ligado a ella.  La química producida entre dos superhéroes tan distintos entre sí, con historias de estilo diferente, pese a todo promete el inicio de una nueva amistad y de futuros encuentros con el Hechicero Supremo.



6- The Amazing Spider-Man N° 29 (octubre de 1965): ¡Nunca pises un escorpión! nos relata las intenciones del criminal conocido como el Escorpión, para vengarse de Jameson por sus miserias (recordemos que el editor fue el responsable de su alzamiento).  Por esta razón, acude hasta sus mismas oficinas para perpetuar su crimen.  Sin embargo, el siempre valeroso Spidey no vacila en defender a su principal detractor, lo que provoca uno que otro cómico diálogo y/o situación entre este y el afectado.  Asimismo, la salud de la querida tía May vuelve a empeorar, lo que vaticina nuevas preocupaciones para su sobrino.

7- The Amazing Spider-Man N° 30 (noviembre de 1965): Otro número histórico dentro de la serie, pues en Las garras del Gato debuta Gato Ladrón, un malhechor de guante blanco y que viene a ser otro tipo de maleante al que se enfrenta nuestro superhéroe (alguien que sin ser en realidad malvado, comete robos usando solo su astucia y agilidad, ya que no posee habilidades extraordinarias).  Pues resulta que este hombre más adelante, queda consignado como el padre de nada menos que de Gata Negra, la bellísima y despampanante Felicia Hardy, primero ladrona y luego justiciera (además de uno de los romances de Peter).  Por otro lado, la ya viciada relación amorosa entre Parker y Betty termina por romperse, además de que la tía May sigue sufriendo en secreto su deteriorada salud.  No se puede dejar de lado, la aparición de un grupo de antisociales, también enmascarados, pero que queda claro poseen peores intenciones que el mencionado Gato Ladrón y quienes en los siguientes números tendrán mayor relevancia para la trama.

8- The Amazing Spider-Man N° 31 (diciembre de 1965): Primera parte de la serie de 3 números, en los que la amenaza de alguien en las sombras que se hace llamar el Planeador Maestro, lleva como nadie antes a Spider-Man al límite.  Todo comienza con Spidey, enfrentándose a los mismos hombres enmascarados con los que ya tuvo un encuentro en el número anterior, lo que luego lo lleva a una investigación, hasta lo que parece ser su guarida.  A su vez, en su identidad civil le toca pasar una vez más por la preocupación ante los problemas de salud de la tía May.  Por otro lado, comienza a ser mal visto por sus compañeros de universidad, quienes tienen la idea de que es un engreído; sin embargo, no saben que lo que les parece indiferencia, en realidad es un enorme peso sobre sus hombros.   Esta dificultad de Peter para tener una vida “normal” a su edad, en la que no se puede divertir, ni vivir sin mayores complicaciones debido a su misión justiciera, viene a ser sin dudas uno de los puntos que más humaniza al personaje.  El título de esta entrega no puede ser más dramático: ¡Si este es mi destino…! La pieza, de igual manera, introduce a los posteriormente populares Gwen Stacy y Harry Osborn.

9- The Amazing Spider-Man N° 32 (enero de 1966): ¡Un hombre enloquecido! comienza con una tremenda revelación, la verdadera identidad del Planeador Maestro y que tiene relación con alguien del pasado del Arácnido.  Tras conflictos en el Daily Boogle con su jefe y su ex chica, Parker está decidido a conseguir dos cosas…Por un lado salvarle la vida a la tía May, lo que lo lleva a recurrir a un amigo muy especial y, por otro, resolver el misterio de los hombres sobre cuya pista lleva ya un tiempo.  Su pelea contra el cabecilla de los criminales, termina con nuestro Amistoso Vecino en un aprieto inesperado y que sin dudas deja a todo el mundo expectante ante cómo va a lograr zafarse de ello.

10- The Amazing Spider-Man N° 33 (febrero de 1966): El llamado Capítulo Final comienza con un Spider-Man en una situación de vida o muerte, cuya resolución lo lleva a sacar unas fuerzas que ignoraba (o, más bien, que ignorábamos) poseía (y necesariamente no me estoy refiriendo a un superpoder).  Las heroicas viñetas que aquí aparecen, tuvieron su homenaje en el filme Spider-Man: Regreso a Casa, estrenada este año.  No se debe olvidar que aparte de los problemas con el llamado Planeador y su gente, Spidey tiene una cuita aún mayor, su tía; es así que al final de esta pequeña (aunque destacable) saga, tiene por fin su resolución.  No falta quienes afirman que esta trilogía, en materia de calidad gráfica, viene a ser la despedida de Steve Ditko para el personaje; y es que si bien le faltaban unos cuantos números para abandonar la serie, hasta cierto punto, pareciera que a veces no se esmeró tanto en conseguir el mejor dibujo que podía lograr.

11- The Amazing Spider-Man N° 34 (marzo de 1966): Un nuevo enfrentamiento con Kraven el Cazador, quien no puede estar más obsesionado con el Cabeza de Red y que esta vez vuelve a ir detrás de este.  En la historia se vuelve a utilizar un tópico, que ya ha aparecido al menos dos veces en esta etapa original del justiciero: que alguien se haga pasar por él.  De igual manera, dentro de otro plano, otra obsesión se presenta a los lectores, la de Gwen Stacy  y quien desea conseguir la atención de un por entonces despistado Peter Parker.  El nombre de este episodio logra sintetizar bastante bien su trama…La pasión de la caza.

12- The Amazing Spider-Man N° 35 (abril de 1966): Tan solo el título, ¡Regresa el Hombre Ígneo!, nos dice de inmediato de qué trata este capítulo, ya que en sus páginas nos encontramos con el segundo encuentro del protagonista con tan singular villano.  Cabe destacar, que este malhechor en comparación con otros que hasta el momento han aparecido en las revistas del Hombre-Araña, es alguien que en contraste con este (quien ha decidido usar sus dones al servicio desinteresado de los demás), ha optado por sacar provecho económico de su suerte, delinquiendo para ello…Y, sin embargo, el Hombre Ígneo no es alguien malvado a diferencia del Duende Verde o el Doctor Octopus.

13- The Amazing Spider-Man N° 36 (mayo de 1966): Un nuevo villano para nuestro superhéroe adolescente favorito, Meteoro, quien sigue con la noción del científico malvado.  Titulada como Cuando cae el meteoro, se podría considerar como una historia menor, aunque no por ello deja de ser entretenida.  En todo caso debe decirse que el traje del antisocial no fue muy elaborado que digamos, por no decir “feo”.

14- The Amazing Spider-Man N° 37 (junio de 1966): Otro genio científico del mal, quien en esta ocasión resulta ser un especialista en robótica, usando sus invenciones para delinquir.  En ¡Había una vez un robot! llama la atención el aspecto de sus creaciones, una de ellas siguiendo los parámetros propios de la estética de la época, si bien posee un diseño anatómico y hasta bello a la hora de apreciarlo; mientras que la otra, que en cierto sentido se puede considerar como algo más innovador, posee un aspecto alienígena y/o biológico. Por otro lado, se debe mencionar el mismo aspecto del villano de turno, quien parece salido de un cómic de la Edad de Oro, al ser calvo y de rasgos diabólicos, lo que bien podría ser un guiño a las antiguas historietas marvelitas y de algunos de sus personajes clásicos como Garra Amarilla.  A su vez, no se puede olvidar la presencia de Norman Osborn, el cual en una especie de epílogo de esta historia, aparece como alguien que sin duda tiene una agenda oculta, dejando claro para quienes no lo conocen (y en especial a la gente de la época en la que salió originalmente este número), de que es alguien perverso y no de fiar.

15- The Amazing Spider-Man N° 38 (julio de 1966): El final de la etapa original de Spider-Man se aleja de los aspectos más dramáticos y épicos del cómic, para contarnos una historia de tipo humorística.  En esta ocasión un “musculín” de gimnasio con muy mala suerte y pocas luces, se va a trabajar como actor en filmes de clase B y al sufrir un accidente (como es habitual en este tipo de obras) adquiere fuerza sobrehumana e invulnerabilidad; no obstante anda todo el rato con la cabeza en las nubes y una serie de enredos lo lleva a tropezarse con Spidey.  Sin embargo el tipo no es un criminal y al final todo se traduce en una especie de autoparodia del género,  De este manera, se despide Ditko del mayor personaje que nos regaló, de una manera (quizás) demasiado liviana al comparársele con algunos de sus mejores momentos, si bien debemos echarle la culpa a Stan Lee, por no haber permitido al dibujante irse con un episodio más glorioso de nuestro justiciero.  El título de esta pieza viene a ser ¡Un tipo llamado Joe!

                                                      
Intro de la primera serie animada de los noventa de Spider-Man, en la que si bien aparecen personajes que tuvieron su debut en etapas posteriores a la de Lee y Ditko, hoy quiero recordar
por ser lejos uno de los mejores cartoons de nuestro héroe.

viernes, 27 de octubre de 2017

Una obra pendiente (desde hace rato) de Stephen King.


     En 1992 Stephen King inició la que sería considerada como su trilogía femenina, compuesta por tres novelas de distinta extensión y temática (dos realistas, bueno, una más que la otra y otra fantástica) en las que abordó la figura de la mujer en la sociedad norteamericana del presente.  Con posterioridad, se podría agregar una cuarta obra a estas otras, de modo que ahora estaríamos hablando de una tetralogía, gracias a la edición de La Historia de Lisey (2006).  No obstante para ser más exactos, desde principios de su carrera, este autor ha venido escribiendo sobre mujeres, dándole protagonismo en sus narraciones a través de varios otros de sus relatos y novelas.  Sin embargo los 3 títulos que comprenden la trilogía, se hayan interconectadas por detalles significativos, puesto que las vidas de sus personajes principales en un determinado momento llegan a cruzarse (con lo queda claro, que cada una es el reflejo de la otra en cuanto a sus vicisitudes, ya sea en el plano humano, como en lo concerniente a su género y relación con los hombres).
      El Juego de Gerald salió publicado en mayo de 1992, a la que le siguió en noviembre de ese mismo año Dolores Claiborne, mientras que en 1995 apareció Rose Madder.  En cuanto a la primera de estas tres obras, es sobre la que ahora les deseo hablar, ya que recientemente me vi el filme hecho por Netflix, gracias a que fue estrenado hace poco en su parrilla programática. Mi reciente encuentro con esta historia, a medias entre el drama y el terror psicológico, me ha hecho recordar cuánto disfruté de esta lectura allá por la segunda mitad de los noventa, cuando aún era un universitario y mi única preocupación era sacarme buenas notas y aprobar todos mis ramos.
      La trama gira en torno a la madura Jessie Burlingame, quien tras dos décadas de matrimonio junto a su marido Gerald (ambos sin hijos), han decidido reinventar el amor y la pasión entre ambos, practicando una serie de juegos sadomasoquistas.  Es así que se van a pasar una breve temporada, a una casa en las afueras de la ciudad, aislados del resto del mundo y cuando todo parece que iba a estar bien, la protagonista se queda esposada por ambas manos a la cama…Sola y sin nadie que pueda socorrerla, salvo sus recuerdos y dos visitantes inesperados que convierten su experiencia en algo más aterrador aún.
      Mientras Jessie trata de sobrevivir y escapar de su prisión, no le queda otra que realizar un recorrido por su memoria, en el cual el diálogo consigo misma y con algunos de los fantasmas de su pasado, le entregan las claves para salir de su situación.  Pues Jesse no solo está atrapada físicamente al otrora lecho de amor, ahora convertido en una promesa de ultratumba, sino que lleva largo tiempo atrapada de un pasado que ha preferido olvidar (para mantener su cordura) y en el presente ha pasado a convertirse en una mujer-objeto-posesión de su propio esposo.  El viaje interior que realiza, la lleva hasta un triste episodio de su adolescencia y al traer ello al recuerdo, solo recién ahora podrá conseguir la templanza que por largo tiempo le faltó.
       El libro nos lleva a varios niveles del terror y la indefensión: Por un lado está el temor a la muerte, que se encuentra en la posición en la que se enfrenta Jessie en la actualidad, pero que va más allá de estar esposada, siendo que si no logra zafarse de ello, morirá por inanición y deshidratada.  Pues justamente su vida también corre peligro, porque una bestia ha entrado a la cabaña y tras alimentarse del cadáver de su esposo (descubran por ustedes mismos, cómo es posible que Gerald no puede socorrerla), ahora quiere probar de su carne… ¿Y de qué manera puede defenderse, teniendo en cuenta que está (aparentemente) indefensa?
        Luego está el miedo a lo desconocido, algo que colinda con el miedo más infantil e irracional y que en buena parte de la narración no queda claro, si corresponde al producto de la ahora febril mente de la protagonista o si en realidad se trata de la intromisión del mundo sobrenatural.  Todo, debido a que una entidad de aspecto cadavérico comienza a aparecerse a Jessie. ¿Qué quiere en realidad con ella? ¿Quién o qué es? Solo al final, se llega a saber la verdad sobre el ser que la dama llama Luz de Luna.
       El recorrido a través de la memoria, representado además por los interlocutores imaginarios con los que la protagonista mantiene  sus diálogos, aborda un tipo de miedo más propio de los adultos y/o complejo: los demonios internos.  Si bien Jessie debe superar cada una de las barreras físicas que le impiden escapar ilesa, una vez que comienza a recordar y sacar a la luz aquello que reprimió por tanto tiempo, el reencuentro con el pasado, significa asumir sus inseguridades y eso no es fácil.
        Por último se encuentra el miedo a la misma especie humana, fruto de la violencia que conoció de pequeña y con la que lamentablemente mujeres como ella deben vivir día a día, en diferentes grados (no solo física, sino que también verbal y psicológicamente).
       Teniendo en cuenta la encrucijada en la que se encuentra la protagonista, no podía faltar el tema de la resilencia, al tener que superar cada uno de estos temores, haciéndose cargo de sus taras personales, como tratando de liberarse de su prisión.  Por lo tanto, estamos frente a la fortaleza del espíritu humano, para sobrepasar aún las situaciones más extremas.  Es así que Jessie a su manera es toda una heroína, al ser valiente pese a todo.
        Tras aparecer El Juego de Gerald como alternativa literaria y leerlo, pudiendo uno identificar su riqueza temática, así como los enormes atractivos de su argumento, fue fácil fantasear con la idea de una adaptación cinematográfica (recuerdo que en aquella época, poco después de leerme la novela, deseaba que Meryl Streep hiciera de Jessie).  Sin embargo la versión audiovisual nunca llegaba, tal vez por lo complicado de su trama y que en aquellos años de seguro complicaba a los productores o quizás porque hasta cierto punto, pese a sus elementos macabros, la historia se alejaba hasta cierto punto de lo esperado de un libro “de terror” de Stephen King (faltaba aún un tiempo para que se le valorara por su calidad estética, dejando de lado los prejuicios intelectualoides por ser artífice de best sellers, como si ello significara solo basura y/o literatura desechable y escapista).  Al final ningún estudio de Hollywood, ni de los más prestigiosos o los independientes se la jugaron por rescatar esta novela, que en todo caso nunca llegó a convertirse en una de las más conocidas de su autor, pese a su evidente valor…Hasta que llegó Netflix y comenzó a hacer sus propias series y filmes, de un nivel digno de premios y certámenes prestigiosos (Cannes y Sundance), como de la atención de los críticos y el público.
      Estrenada tan solo el mes pasado en el sistema de streaming, fue dirigida por el cineasta estadounidense Mike Flanagan, quien se ha forjado en el cine de terror con varios títulos independientes de terror como Absentia (2011), Hush (2013), Occulus (2013) y Ouija (2016).   La adaptación sin dudas que consigue hacerle honor al material original de King, con una puesta en escena soberbia, apoyada en varios detalles que en su conjunto logran hacer de esta película, una de las mejores que se han hecho en los últimos años sobre algún texto del autor:
        Aparte de la dirección del propio Flanagan, se encuentra el guión coescrito por este mismo, quien consiguió junto a su compañero de escritura armar de tal manera una historia, que igual podía resultar complicada llevar a la pantalla (debido a las técnicas narrativas elegidas por King en este caso concreto); de este modo, consiguió que el hecho de que la mayor parte del argumento ocurriera en un dormitorio, saliese más que bien realizado y en todo momento manteniendo la atención de su público. De igual manera, al reducir la cantidad de interlocutores imaginarios de la protagonista a solo dos, su propio esposo y ella misma, potenció a los personajes al verlos desde otra perspectiva; con ello aprovechó el talento de los actores a cargo y logró convertirlo en un verdadero duelo interpretativo. Asimismo, supo abordar con inteligencia y sin eufemismos el trauma juvenil de Jessie, que tal vez otro cineasta lo habría hecho de manera burda o falto de credibilidad.  De igual manera supo darle su dosis justa de espanto y gore a la puesta en escena, incluso llegando a superar las expectativas de quienes (como yo), esperaban los momentos más macabros de la historia.
      Los actores a cargo hicieron una labor encomiable, siendo los 3 principales en los papeles adultos, artistas con todo una gran filmografía a cuestas, incluyendo importantes películas a lo largo de varias décadas y productos para la televisión notables.  Como Jessie está la preciosa Carla Gugino, quien sin dudas en sus cuatro décadas de vida, sigue viéndose tan despampanante como en su juventud, matizando de manera elogiable los distintos estados por los que pasa su personaje.  Luego encontramos a un varonil y también aún sexy Bruce Greenwood, quien aún mayor que la Gugino (61 años de edad), tiene una todavía más prestigiosa carrera y el cual como Gerald no deja de sorprendernos.  La relación que se da entre estos dos, que en algunos momentos podría llevar a un espectador descriteriado a la risa, en realidad es propia de dos artistas de la actuación que logran compenetrarse de manera ideal, ya que el filme en sí se sostiene mayormente gracias a su química mutua.   A los dos anteriores les sigue Henry Thomas, a cargo de un rol detestable, quien ya había trabajado antes en dos adaptaciones del llamado “Rey del Terror”, con  Desesperación (2006) de Mick Garris y en el episodio El Final de Todo de Pesadillas y Alucinaciones del mismo año.  Por último, no se puede dejar de aplaudir la interpretación de la joven Chiara Aurelia, quien hizo de una quinceañera Jessie y a la que le tocó hacer una interpretación tan complicada (en materia argumental), que gracias a su compromiso con la cinta, consigue completar el cuadro de horror psicológico con creces.
      De igual manera rescatable es detenerse en la ambientación de esta obra, en especial en lo que se refiere a su iluminación.  Pues por un lado, tenemos todo lo que tiene relación con la habitación en la que está la protagonista, para quien las sombras (en especial de noche) toman un aspecto ominoso y siendo esto algo con lo que juega bastante bien la película.  De igual manera, todo lo que concierne al eclipse que observa Jessie en su adolescencia, está fotografiado con tal belleza, que le otorga otra capa sobrenatural a las imágenes, siendo que el flashback dedicado a tal momento, viene a ser fundamental para la trama.
      En poco más de una hora y media, somos testigos de una de esas ingeniosas historias de Stephen King, en las que logra combinar con experticia el horror con el drama más humano; que tal como queda claro en su libro y en esta adaptación, los monstruos sí existen, si bien se encuentran en la vida cotidiana bajo una imagen menos fantasiosa.  Uno no deja de estar expectante y de entretenerse y de seguro para quienes aún no la han visto, les espera más de una sorpresa, que agradecerán por el buen rato frente a la pantalla.

                                                                        
                                                                              Tráiler.

sábado, 21 de octubre de 2017

Ciencia ficción de calidad al estilo chino.


1-      Antecedentes de una obra destacada.

     La ciencia ficción como género literario corresponde a un tipo de literatura que se desarrolló en occidente, específicamente en Europa (Inglaterra y Francia) y Estados Unidos.  Siendo una de sus primeras temáticas el impacto en la sociedad de los avances tecnológicos y científicos, bien se puede afirmar que para su aparición se diera a cabo, fue necesario que las comunidades llegaron a cierto nivel de sofisticación intelectual.  De este modo, sus primeras verdaderas manifestaciones artísticas, solo aparecieron en el transcurso del siglo XIX, con la llamada Revolución Industrial.  Es así, que ha sido justamente en los países que mayormente se han desarrollado a este nivel, que la ciencia ficción consiguió su maduración y posterior popularización, convirtiéndose en uno de los géneros más atractivos para el público general.   Debido a todo esto, los autores más destacados y las publicaciones más prominentes dentro de la también llamada fantasía científica, provienen de dichos lugares.
      No obstante existen destacados cultores y títulos dentro de esta tendencia, de diverso origen y de culturas bastante distintas entre sí, nacidas en el seno del resto del mundo.  Es así, que siendo países por completo “modernos”, si bien con otros paradigmas e idiosincrasias, Japón y China (por solo mencionar algunos ejemplos asiáticos), de igual manera se encuentran entre las naciones de las que ha surgido esta otra ciencia ficción.  Tal como sucede con la narrativa latinoamericana (y chilena, que es la que mayormente conozco al respecto) del género, se trata de un tipo de ficciones que no dejan de plasmar las tradiciones e historia propias de estos lugares y su gente…Y al respecto, un artista como Cixin Liu viene a ser un nombre a tener en cuenta.
      Nacido el 23 de junio de 1963 en el país de la Gran Muralla, si es que no es el escritor de ciencia ficción más valorado en su tierra, es sin dudas uno de sus mayores representantes.  Puesto que ha llegado a traspasar las fronteras idiomáticas y culturales, siendo traducido al inglés y, por supuesto, al español.  Además ha ganado varios premios literarios, entre ellos algunos propios de su país como el Galaxy y la versión del Nébula (de la Asociación de Escritores de Ciencia Ficción) china.  La obra que lo hizo conocido en el resto del mundo, El problema de los tres cuerpos, si bien se publicó originalmente en 2006 a través de entregas mensuales en una revista especializada y luego en formato libro en 2008, al ser traducido al inglés en 2014, fue galardonada con el también popular premio Hugo a la Mejor Novela; por lo tanto la obtención de este, viene a ser todo un caso especial, porque como bien ya se sabe, el libro apareció años antes y solo gracias a su versión en lengua anglosajona se le hizo tal reconocimiento (siendo, además, en la práctica el primer título de procedencia china en obtener tal honor).
        Siendo ingeniero, sus conocimientos científicos y, en especial de matemáticas y física, lo han llevado a crear una narrativa del tipo hard o duro, de modo que sus ficciones hacen referencia directa a teorías e investigaciones, con las cuales refuerza sus historias para hacerlas más verosímiles.  Y todo ello con bastante seriedad, de modo que bien se puede afirmar que su prosa no es para cualquier lector, ya que requiere cierto nivel de comprensión del lenguaje científico que aparece en sus narraciones.  O si bien sus ideas científicas no son por completo exactas o reales, al menos poseen un fuerte asidero positivista.

Cixin Liu.
2-      El comienzo de una trilogía a considerar.

        La primera parte de la saga titulada como El recuerdo del pasado de la Tierra corresponde a El problema de los tres cuerpos, una obra que ambientada en China a partir de la década de los sesenta hasta nuestros días, trata entre otros temas el rol de la ciencia (y de los científicos) en la sociedad, con la influencia positiva y negativa que todo ello viene a tener para la humanidad (o en particular para una nación, con sus correspondientes ideologías y tradiciones).  Es así que el libro comienza de manera muy dramática e ilustrativa, al darnos a conocer un triste periodo de la historia de China: el comienzo de la llamada Revolución Cultural, en la que las reformas de Mao y sus seguidores, llevaron a tales extremos de horror y violencia, la idea de eliminar todo influjo “nocivo” del mundo occidental y capitalista en su sociedad.  De esta manera, el primer episodio del texto se abre al lector para mostrar estas atrocidades al desnudo, todo teniendo como personaje central a un profesor universitario de ciencias, quien se convierte en una de las tantas víctimas de estas manifestaciones de fanatismo.  El repudio a sus teorías, demonizándolo por considerarlo todo un peligro y tratando más encima de que renuncie a sus ideas, es visto por su propia hija, quien luego se transforma en uno de 3 personajes principales de esta obra.

      “— ¡Dices... dices que Dios existe!
        —No lo sé.
    ¡¿Cómo?!
        —Lo que digo es que lo ignoro. Si por Dios te refieres a algún tipo de superconciencia fuera del universo, no sé si existe o no. La ciencia no ha aportado pruebas fehacientes ni en un sentido ni en otro.
        En realidad, en medio de aquel escenario de pesadilla, Ye Zhetai se inclinaba a pensar que Dios no existía.
        Aquella afirmación reaccionaria causó una gran conmoción entre el público, que, alentado por una de las guardias rojas, comenzó a gritar eslóganes:
       —¡Abajo la autoridad académica reaccionaria Ye Zhetai!
       —¡Abajo todas las autoridades académicas!
       —¡Abajo todas las doctrinas reaccionarias!
      Cuando los eslóganes amainaron, la chica gritó:
       —¡Dios no existe, las religiones son instrumentos de la clase dominante para oprimir el espíritu del pueblo!
       —Esa es una opinión muy poco imparcial —repuso con calma Ye Zhetai.
       Furiosa y humillada, la joven guardia roja concluyó que contra aquel enemigo no valían las palabras. Cinturón en mano, se abalanzó sobre el profesor y volvió a fustigarlo. Sus compañeras hicieron lo mismo. Ye Zhetai era muy alto y las cuatro tenían que estirar los brazos para alcanzarle la cabeza. Después de varias dianas, el sombrero de hierro, que lo había protegido en cierta medida, se le cayó de la cabeza. Los golpes de las hebillas continuaron sucediéndose y, entonces sí, terminaron por derribarlo.”

       Con posterioridad, la narración nos muestra a la descendiente del maestro mártir, quien en los siguientes años se ve obligada a vivir en una zona aislada, si bien en medio de una preciosa naturaleza.  En las cercanías del lugar, existe un centro secreto del gobierno en el que se hacen investigaciones y cuya verdadera razón de ser solo se revela al lector, ya bastante avanzada esta obra.
      Luego todo se centra en la figura de otro científico, quien en la actualidad y apoyado por un país que ha cambiado su anterior posición radical con el conocimiento tecnológico, en el tiempo presente lleva a cabo una serie de estudios que lo han llevado a crear un material muy avanzado y que luego tendrá un papel destacado en la trama.  Este tranquilo hombre de familia, se ve inmerso en medio de una serie de acontecimientos enmarañados, que implican varios involucrados, cada uno con sus propios planes y en lo que está en juego no solo del porvenir de su orgullosa nación, sino que de toda la humanidad.  El hombre se ve obligado a tomar un papel activo dentro de una verdadera conspiración y ello significa revisar la propia historia de China en las últimas décadas, desde los turbulentos años de la mencionada Revolución Cultural.  Luego, a través de este deambular entre los recuerdos y el presente, se comienzan a retratar de manera muy atractiva los contrastes entre los personajes mencionados y otros más que irán saliendo (en especial un agente de policía, que pese a la primera impresión que da como alguien detestable, termina por hacerse simpático para uno), a la par de que se revela la misma sociedad china y que para los extranjero puede ser hasta extraña.
       Varios de los mejores momentos de la novela, tienen que ver con un videjojuego que corresponde a una realidad virtual sofisticada y de inmersión, que transporta a sus jugadores un mundo con un sistema solar trinitario; de igual modo,  toma elementos de la historia de la humanidad y algunas de sus figuras destacadas, para referirse a un pueblo que debido a las particularidades de su ecología,  debe alzarse sobre sus ruinas una y otra vez.  La lucha por la sobrevivencia frente a la adversidad, tiene su reflejo en la misma cronología china y en las vicisitudes de los personajes.  El verdadero origen de este videojuego, viene a ser uno de los puntos más álgidos de toda esta ficción, puesto que ello viene a otorgarle a la trama una dirección inesperada, que a partir del último tercio del libro, más o menos, no da marcha atrás en su espectacularidad.   Tras su inolvidable desenlace, le sigue una especie de largo epílogo y que puede considerarse como toda una promesa, de que las dos siguientes partes de la trilogía  son en verdad aún mejores.  Por otro lado, la caracterización que se hace de la gente del videojuego y de su singular sociedad, por mucho que tenga bases en la historia real, es sinceramente magnífica.

       
       También se debe destacar el desarrollo psicológico que se le otorga a los personajes, en especial a quienes pueden ser considerados como villanos, debido a actos que “desde  fuera”, sin dudas que pueden ser vistos como algo deleznable y propio de los sujetos más retorcidos; no obstante las pasiones que los mueven, entre las cuales se encuentran desde el patriotismo, la ignorancia de la juventud, la desilusión y la venganza, nos deja claro el detalle de que los seres humanos somos criaturas complejas (y que por eso mismo, quienes nos parecen los malvados desde nuestro punto de vista, desde el suyo están seguros de que son dueños de la verdad).  Al respecto, significativo y muy emotivo, viene a ser el capítulo en el que la hija del profesor ejecutado al principio de la novela, se reencuentra con algunas de las mujeres que le trajeron la muerte a su padre.
       El libro en sí, puede ser tedioso para muchos de los que están acostumbrados a obras más digeribles, puesto que en momentos la trama avanza poco y se pone demasiado “contemplativa” (por llamarlo de alguna forma), algo habitual, en todo caso, en las historias orientales.  En mi caso personal, esta ha sido la primera novela china que he leído en mi vida, ya en la cuarta década de mi vida y siendo sincero,  luego de su impactante comienzo, en más de una ocasión estuve a punto de dejar su lectura, ya que tal como afirmé más arriba, el autor se toma su tiempo para que la acción llegue…Como ya habrá quedado claro, me alegro mucho de haber persistido en mi fe en ella; además, no puedo dejar de contarles que justo cuando ya estaba por abandonar sus páginas, ocurría un suceso que me dejaba gratamente impresionado.  Ahora mismo, solo quiero tener y gozar las dos últimas partes de la trilogía.

Contento el día en que mi amiga María Elena me entregó su regalo para mi cumpleaños,
obsequio dado junto a su marido Iván.

martes, 17 de octubre de 2017

Una muy singular precuela (primera parte).



     Cuando Netflix estaba aún a meses de entrenar su serie ambientada en el universo de Viaje a las Estrellas (Star Trek: Discovery), me decidí a verme de una vez, ahora completa, el anterior show televisivo de la franquicia (pues hace años ya, y más encima aún en la época del VHS y grabado del cable, solo había llegado hasta el principio de su segunda temporada).  Titulado en un principio como Enterprise y posteriormente a partir de su tercer año agregada la palabra genérica de Star Trek a su nombre, se trata de un programa que cuenta eventos transcurridos antes de la misma serie original, que sucede durante el siglo XXIII y por ello mismo esta otra se encuentra ambientada en el siglo XXII. 
     Teniendo en cuenta los antecedentes de la trama de esta obra, es considerable dentro de su desarrollo el hecho de que sus episodios muestran los comienzos de la exploración humana del espacio, pocas décadas después de lo mostrado en el filme Star Trek: First Contact.  Siendo los vulcanos la primera raza alienígena con la que los terrestres tuvieron comunicación, al menos de manera documentada públicamente en cronología trekker, su argumento gira en torno al comienzo de la estrecha relación entre ambas especies tan distintas entre sí; de este modo, en sus dos primera temporadas, resulta ser un gran atractivo la importancia que se le da a esta sociedad, que tal como queda demostrado en la serie, se encuentra llena de complicaciones por parte de los recelos de ambas partes.
      El futuro (“pasado”) que nos representa esta historia, no es tan amable como el creado por Gene Rodenberry en los años sesenta, cuando por medio de su mirada positiva a través de una sociedad cosmopolita y tolerante, quiso dejarnos claro que en la diversidad era posible llegar al mejor de los entendimientos en pro de un bien común.  En este sentido, Enterprise se acerca más a lo visto en Star Trek: Deep Space Nine, la tercera producción de la franquicia (si se obvia el recordado cartoon de los setenta, en la práctica el segundo programa de la saga, que pese a su enorme calidad dramática, no está considerado dentro del canon oficial), ya que regresa a su mirada más aguda acerca del devenir de nuestra raza, aunque tampoco perdiendo las esperanzas en lo mejor de la humanidad.
      Pues resulta que los vulcanos si bien tienen todas las más nobles intenciones con los humanos, a quienes en la práctica han apradrinado, en realidad aún  los ven como “niños”, ya que debido a la naturaleza más pasional nuestra, consideran que aún no estamos preparados para salir hacia el exterior y conocer otras civilizaciones.  Es así que los vulcanos tienen gran influencia sobre la Tierra, inmiscuyéndose en sus asuntos, lo que en todo caso ha traído desconfianza por parte de algunos en el planeta hacia los “orejudos”.  Sin embargo la llegada de dos razas de las que nada se sabía (al menos por parte de los hombres), una de ellas nada menos que los mismísimos klingons, provoca que salga la primera nave terrestre en poseer velocidad warp 5, con el propósito de evitar un conflicto de tremendas proporciones.
       Para la misión, es elegido nada menos que el capitán Jonathan Archer, hijo del científico que fue frustrado por parte de los vulcanos para usar la tecnología que desarrolló y que podría haber acelerado el proceso de la exploración espacial humana.  Por lo tanto, este tiene grandes rencores con los vulcanos y, sin embargo, a regañadientes debe aceptar que una representante de esta especie, lo acompañe a él y a su tripulación a la tarea que se le ha encomendado.  Como era de suponer (teniendo en cuenta además la impronta de una figura como el célebre señor Spock, conocido incluso por quienes nunca han visto la serie original y siendo, sin dudas, uno de los personajes de la cultura audiovisual más destacado del siglo XX), la extraterrestre que lo acompaña, T´Pol, termina por convertirse en un miembro valioso de este primer Enterprise y, más encima, en una de sus mejores amigas.
      El resto de los navegantes son humanos, si bien el médico de abordo es el otro alienígena que va con ellos, aunque en esta ocasión se trata de alguien más sociable y alegre, el denovulano Plox.
      Luego del éxito de la primera misión de Archer y los suyos, se le concede el honor del ser el primer capitán terrestre en liderar una nave que consigue salir más allá del sistema solar, iniciando con su viaje la hermosa premisa de la serie original:

      “El espacio, la última frontera. Estos son los viajes de la nave estelar «Enterprise», en una misión que durará cinco años, dedicada a la exploración de mundos desconocidos, al descubrimiento de nuevas vidas y nuevas civilizaciones, hasta alcanzar lugares donde nadie ha podido llegar.”

      Teniendo en cuenta la época retratada por este programa, todo transcurre antes de la llamada Federación Unida de Planetas, de modo que si bien humanos y vulcanos trabajan juntos (bueno, hasta cierto punto), aún no se han creado las alianzas con otros pueblos que ya conocíamos en los tiempos de Kirk.  Por lo tanto, las aventuras vividas por Archer resultan ser, sin dudas, la semilla de la mancomunidad que ha sido tan bien abordada en las otras producciones que le precedieron; de este modo, cada contacto con alguna otra raza, puede ser considerado como la antesala a esta soberbia institución. 
       Valioso resulta ser el detalle, de que además muchos de los elementos que dimos por supuesto a partir de lo establecido por Gene Rodenberry y otros guionistas con Star Trek: The Original Series, en Enterprise es mostrado como algo que solo se va ganando con el paso del tiempo.  Por lo tanto todo se trata del esfuerzo de sus responsables, aun cuando ello signifique cometer errores y aprender de ello.  Es así que como todavía no se ha instaurado la citada Federación, todavía no existe la llamada Primera Directiva, que restringe a su gente para entrar en comunicación con pueblos, que aún no han conseguido cierto nivel de logros técnicos (esto es, usar tecnología warp para realizar viajes espaciales a velocidad considerable), lo que provoca varios de los entuertos más interesantes expuestos en sus episodios.  De igual manera, las famosas tecnologías del transportador y el traductor universal (tan caros a este show), recién están siendo usados casi de manera experimental.  Mientras el primero de ellos solo en ocasiones muy especiales se usa con personas, el segundo poco a poco va perfeccionándose y antes de ellos no posible entenderse siempre con los demás. 
        Así como los vulcanos poseen un papel destacado en la serie, no podían faltar los klingons, ya que no podían faltar en un programa que se jactara de seguir (aunque de manera “revisionista”) lo hecho por aquellos que le antecedieron.  De este modo, en al menos las dos primeras temporadas, se establecen los orígenes de la enemistad con el orgulloso imperio klingon, el que con posterioridad gracias a lo representado en el hermoso filme Star Trek: The Undiscovered Country, se volvería en otro valioso aliado para la Federación.  Muchos son los capítulos que tratan acerca de las difíciles relaciones, con culturas tan opuestas como la vulcana y la klingon, retratadas gracias a esta serie como verdaderas sociedades alienígenas, con sus propios códigos éticos, que enriquecen sin dudas esta mirada al pasado de lo que ya conocíamos. 
        De igual manera, la reutilización de una especie clásica y llamativa como los andorianos, que de forma lamentable fue desperdiciada incluso en la serie de los sesenta que les dio forma (y en la práctica olvidada por las siguientes), viene a ser uno de los puntos más altos de Enterprise.  Pues desde su primera aparición en esta versión más “moderna”, de tan rico universo ficcional, el contraste con sus enemigos jurados que vienen a ser los mismos vulcanos, lleva los guiones a un nuevo nivel de crítica social, que desde los tiempos de Rodenberry ha sido la marca de todo Star Trek…Y es que tal como queda demostrado, desde el piloto de esta quinta serie, los vulcanos no son tan elogiables como creíamos, ya que nadie es perfecto y tampoco podemos olvidar que con la inteligencia también viene la soberbia.   Volviendo a los andorianos, el más destacado de estos viene a ser interpretado nada menos que por todo un veterano, Jeffrey Combs, actor con roles destacados en el pasado para la franquicia y recordado por sus despiadados Brunt y Weyoun en Star Trek: Deep Space Nine, un ferengi y un vorta respectivamente (dos razas famosas en Viaje a las Estrellas, así como estos mismos personajes y que tantos gratos momentos dieron a los seguidores); pues esta vez, bajo el rol del comandante Shran, logró otorgarle el realce a esta especie que nunca antes había tenido en pantalla (bueno, apoyado además por sólidos guiones).


     
        Si bien aparecen un montón de nuevas razas en Enterprise, se quiso dar en el gusto a los “viejos” fanáticos Star Trek, haciendo que intervengan algunas otras “clásicas”, pese a que en términos de la cronología del canon, estas aún no hubiesen entrado en contacto con humanos y vulcanos.  Es así que en la primera temporada, salen menos que los ferengis, mientras que en la segunda, nos reencontramos con otros de sus grandes villanos: romulanos y borgs.  La ingeniosa forma en la que se hace esto posible, sin que los protagonistas sepan quiénes son en realidad, hace aún más atractivo ver estos antológicos episodios.
       Asimismo, para hacer todavía más interesante ver este show, por parte de los trekkers más acérrimos, se contrató a varios actores que ya tenían papeles en el pasado en sus anteriores series.  Pese a que el maquillaje los hace por completo irreconocibles a la mayoría, bien basta con fijarse en el elenco de los artistas invitados, para volver a gozar del talento de gente como Fionnula Flanagan (quien salió tanto en Star Trek: The Next Generation, como en Star Trek Deep Space Nine) en Héroe Caído y Ethan Phillips (Neelix, uno de los protagonistas de Star Trek: Voyager) en Adquisición, ambos capítulos de la primera temporada; con posterioridad, Robert O'Reilly en Recompensa y   J.G. Hertzler en El Juicio, de la segunda temporada, interpretaron cada uno a un klingon, especie que los hizo famosos en sus anteriores incursiones para Star Trek, como Gowron y Martok respectivamente.
       De igual manera en la dirección, participaron cuatro actores de las series precedentes: LeVar Burton (Geordi la Forge en Star Trek: The Next Generation), Roxann Dawson y Robert Duncan McNeill (B´Elanna Torres y Tom Paris, respectivamente, ambos de Star Trek: Voyager) y Michael Dorn (el popular Worf de Star Trek: The Next Generation y Star Trek: Deep Space Nine) y quienes si bien ya habían incursionado en el pasado, tras las cámaras para el universo trekkie televisivo, sin dudas que volvieron a ser llamados como otro guiño a los fanáticos más leales.
       Mucho aún hay por contar de este programa que duró cuatro temporadas, emitiéndose entre el 26 de septiembre de 2001 y el 13 de mayo de 2005, con un total de 98 episodios (de puros malvados no llegaron a los míticos 100… ¡Así los pille Nyarlathothep!).  No obstante dejaré para una segunda y última entrada el resto, que tengo aún pendiente verme la cuarta temporada y prefiero revisar con una mirada más amplia esta serie, una vez que le dé término.


                                                     Intro primera y segunda temporada.
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