1- Primeras
palabras.
Desde niño me han atraído los vampiros
(bueno…y los hombres lobos), supongo porque como muchas otras personas comparto
la atracción por la idea de la inmortalidad, aunque a ello sumado la noción
de la eterna juventud. Lo anterior si dudas que tiene relación con mi lado más
hedonista, mi predilección por la belleza y, teniendo en cuenta además el tipo
de chupasangres que más me gustan, el interés hacia una sexualidad y una
sensualidad desbordante. Por supuesto que
también disfruto con las historias de estos hijos de la noche en la variante nosferatu, verdaderos monstruos nocturnos
que para nada pueden ser consideradas como “bestias bellas”, aunque no se
produce el mismo nivel de identificación con sus otros parientes.
Mi primer acercamiento al subgénero desde
el punto de vista literario, fue a través de la que sería considerada como la
más grande obra de Stephen King al respecto: Salem´s Lot y que leí con
el bello recuerdo de la miniserie que apenas pude ver de niño en los ochenta. Esta novela del principio de la carrera
profesional de mi escritor favorito, me dejó preparado para un montón más de
grandes novelas y cuentos de este estilo, siempre ávido de nuevas narraciones
de calidad, que satisficieran mis morbosos intereses.
Y así fue que al poco tiempo después
conseguirme el libro arriba mencionado (¿O tal vez fue antes de ello?), llegó hasta
mis manos el especial de mi recordada Fangoria, dedicado a los vampiros.
Pues en un listado contenido dentro de sus páginas, venían comentados nada
menos que las mejores novelas al respecto, ordenados de manera cronológica y
comenzando, por supuesto, por el mayor clásico respectivo: Drácula de Bram
Stoker. Tal cual si fuese toda una
biblia para mí, procuré conseguirme todos los nombres mencionados, labor que en
todo caso me ha costado llevar a cabo, si bien me ha llenado de satisfacciones:
Soy
Leyenda de Richard Matheson, Entrevista con el Vampiro de Anne
Rice, El Ansia de Whitley Strieber y La Luz al Final del Túnel de
John Skipp y Craig Spector. Bueno, no
los leí en ese orden, aunque sí los he mencionado según fueron publicados. Algunos otros de los recomendados aún no han
pasado por mis manos, que al parecer no han sido traducidos al español y en un
caso en especial Lost Souls (bajo el nombre en nuestra lengua como La
Canción de los Vampiros y luego como El Alma del Vampiro) de
Poppy Z. Brite…Que me regalaron hace años para un cumpleaños y que pese a
cuánto deseé tenerla, casi de manera extraordinaria he olvidado que lo tengo.
Pues uno de esos textos considerados en
tal especial, corresponde a El Tapiz del Vampiro de Suzy McKee
Charnas, cuyo argumento y comentarios no dejaron de entusiasmarme, sabiendo
además en esos tempranos años noventa que Martínez Roca lo había sacado en la
lengua de Cervantes. Sin embargo, me fue
imposible conseguírmelo…hasta estas vacaciones de invierno, ya pasados los
cuarenta y cuando buscando un regalo para el cumple de mi amiga Cecilia, me
tropecé en mi librería favorita con esta obra.
Diría que vi su título de reojo o tal vez el nombre de su escritora en
la portada, la que malamente imitaba el estilo tan puesto de moda por esos “vampiritos
descafeinados” de la saga de CrepusCULO y en la que aparecen
imágenes simplonas en rojo y negro. La
verdad es que fue como si me sintiera impulsado hacia el lugar donde se
encontraba. No dudé en comprarlo y me
prometí a mí mismo leerlo dentro de un futuro lo más cercano posible…O sea,
este mismo año. Hace al menos un mes ya
que me devoré esta obra y ahora por fin puedo compartir con ustedes mis
impresiones al respecto.
Años atrás ya, creo que cuando estaba
terminando la universidad, tuve la suerte de que en la serie de antologías
publicadas por la mencionada editorial Martínez Roca, bajo el nombre genérico
de Horror
(que en todo caso en su idioma original no pertenecían a una misma serie), en
el número 6 venía nada menos que El Tapiz del Unicornio. Corresponde
a uno de los 5 textos que comprenden su famoso libro sobre el vampiro Edward
Weyland y que fue ganador a la mejor novela corta en los premios Nébula de 1981. Como por aquel entonces era mi única oportunidad
para acercarme a este escrito y a su creadora, gocé de su lectura más que
muchos de los otros (grandes) relatos incorporados a dicha selección.
2- La autora.
Nacida el 22 de octubre de 1939 en
Gringolandia, Suzy McKee Charnas es una destacada escritora de ciencia ficción,
fantasía y terror. Si bien no se le
puede considerar como una artista prolífica, ha ganado importantes premios, que
dejan, sin dudas, constancia de la alta calidad de sus ficciones: El Hugo, el
Nébula y el James Tiptree Jr.
Su bibliografía comprende, al menos, 3
novelas independientes y dos sagas: The Holdfast Chronicles (Caminando
hacia el fin del mundo, su primera entrega, fue publicada en 1976 por
la editorial Edaf y en una colección que en su momento sacó grandes obras de
ciencia ficción y fantasía, que menos mal ha sido reeditada por la editorial
especializada Minotauro), una tetralogía hasta el momento y Sorcery
Hill, una trilogía. Asimismo, 4
son sus colecciones de cuentos, uno de ellos editado originalmente en formato
digital (Music of the Night). Por
otro lado, su libro My Father's Ghost, es una especie de autobiografía
novelada, acerca de la difícil relación con su padre.
Dentro de los temas abordados en su
prosa, encontramos el feminismo, las distopías y la sexualidad.
Lamentablemente para el público hispano
amante de este tipo de literatura, en general no es una autora conocida, puesto
que salvo El Tapiz del Vampiro y su obra de ciencia ficción ya mencionada,
al parecer nada más de ella ha sido traducido.
3- El Libro.
Compuesto de 5 episodios que se pueden
leer tanto de forma autónoma, como de manera secuenciada, ya que siguen
cronológicamente la historia de su protagonista, corresponde más bien a una serie
de novelas cortas, sobre un vampiro que se hace pasar por antropólogo. Ejerciendo como profesor en una universidad,
mantiene la fachada de hombre erudito y reservado
para acechar a sus víctimas. Es así que
estamos frente a un curioso caso de mimetismo predatorio, por parte de una
criatura que se hacer pasar por alguien de la misma especie que persigue, que
aunque se supone vive fascinada por la cultura humana (estudiándola), realmente
la desprecia en una primera instancia.
La particular manera en la que el profesor Weyland vive junto al “ganado”,
cobra un significativo valor a la hora de definir las distintas relaciones que
para bien o para mal, llega a tener con algunos de sus miembros.
El vampiro es acá un sujeto con la apariencia
de un hombre maduro, cercano a los cincuenta, apuesto y atlético, tal como se
presentan muchas veces en la ficción este tipo de monstruos; es además alguien
carente de empatía y que sin embargo no deja de ser intrigante tanto para
quienes lo rodean, como para el lector.
Por otro lado, en ningún momento llegamos a conocer su pasado, mucho
menos su origen, siendo que él mismo apenas sabe sobre su naturaleza e historia
previa. No obstante aún cuando el
vampiro evita establecer verdadera intimidad con aquellos de quienes se nutre,
el devenir de los acontecimientos va tomando un giro inesperado, que sumado
cada caso a otro, determinan el sentido de todo. Es así que pese a la personalidad distante de
Weyland, este termina por sucumbir a la influencia del llamado rebaño…Pues no
somos islas y para bien o para mal, somos la suma de nuestras vivencias junto a
otros.
Detalles interesantes a la hora de
comparar estos relatos con la de otros del mismo subgénero, son que su
protagonista no acostumbra matar a sus víctimas, sino que bebe hasta cierto
punto su sangre, para “no despertar sospechas” y poder mantener su estilo de
vida despreocupado; también puede exponerse a la luz del día sin contratiempos,
así como al parecer es el único de su especie (de este modo, debido a tal
hecho, nos encontramos con el tema de la soledad de la otredad, por ser
distinto y carecer de pares, que aunque a Weyland aparentemente no le importa,
hacia el impactante final de todo, tal tema cobra un valor inesperado). De igual manera, al parecer la singularidad
de la biología del vampiro se aleja de los parámetros sobrenaturales y/o
místicos, para entregarnos una especie de origen relacionado con la evolución
(y correspondiente mutación) de las especies.
Los 3 primeros capítulos que integran este
libro, abordan el tropiezo de una persona distinta con Weyland, siendo cada uno
de estos el significativo coprotagonista de su argumento. Lo valioso de todo esto, es que al ser tan
distintos todo estos (una mujer que está en las puertas de la tercera edad, un
niño cercano a la adolescencia y otra dama que se encuentra en la cuarta década
de su existencia), se nos permite indagar a un nivel diferente en la intimidad
del vampiro. Posteriormente, los 2
últimos episodios, toman el punto de vista del propio vampiro, para completar
la caracterización de tan llamativo personaje.
Todo ocurre de la siguiente forma:
·
La Mente antigua
en acción: Weyland
es el más nuevo y prominente docente en una poco prestigiosa universidad
estadounidense, quien gracias a sus publicaciones, conferencias e
investigaciones sobre el sueño ha conseguido subir algo la gloria perdida del
lugar. Sin embargo, su parco
comportamiento llama la atención de la gente, pues por mucho que evite la
sociabilización, tal como queda demostrado a lo largo del texto, la misma
manera de cómo está compuesta nuestra especie (de la que quiérase o no depende
el vampiro), deja algún tipo de huella en él.
El comienzo de la narración, que a sí
mismo es la invitación para adentrarnos en tan fabulosa ficción, no puede ser
más suculento para el lector:
“Un martes por la mañana Katje descubrió
que el doctor era un vampiro, igual que el de la película que había visto la
semana pasada. Un amigo de Jackson, empleado en el turno de noche de limpieza,
se había dejado el paraguas en el aparcamiento de bicicletas que había ante el
edificio del laboratorio. Dado que a Katje le gustaba dar un paseo en esas
primeras y tranquilas horas del día, antes de empezar su trabajo, fue a ver si
el paraguas estaba todavía allí. Cuando volvía a través de la espesa niebla con
las manos vacías, oyó abrirse ruidosamente la puerta del laboratorio a su
espalda. Se volvió a mirar.
Un hombre salió por ella y avanzó a
través del estacionamiento. Era joven y estaba bastante claro que se había
herido o se encontraba enfermo, pues no tardó en vacilar y acabó cayendo al
suelo, quedando con una rodilla en tierra y alargando una mano para no perder
del todo el equilibrio en la húmeda y reluciente superficie asfaltada.
Otra silueta emergió del edificio,
siguiéndole y cerrando sin hacer ruido la pesada puerta. Este hombre, alto y de
cabellos grises, se quedó inmóvil un segundo, llevándose a los labios un
pañuelo blanco que había sido doblado hasta formar un pequeño cuadrado. Luego
se guardó el pañuelo en un bolsillo y fue hacia el estacionamiento. Al pasar
junto a la figura medio arrodillada en el suelo volvió la cabeza para mirarla…
y siguió andando sin vacilar. Se metió en su Mercedes gris metalizado y se fue.”
La intromisión de la experimentada Katje, en la aparentemente controlada
vida de Weyland, otorga sin duda algunos de los mejores momentos del
volumen. Pues se produce entre ambos un
particular duelo de voluntades, ya que la fémina se empecina en descubrir la
verdad sobre su identidad, ya que lo considera todo un peligro para la
comunidad.
Un memorable comienzo es el primero de los
3 puntos de vista “humanos”, con el este retrato del vampiro va revelándose (de
ahí el nombre del libro, ya que el llamado tapiz
viene a ser un minucioso cuadro y/o tejido, que representa de manera
exquisita lo que vienen a ser nuestras facetas más oscuras, como también luminosas,
de nuestra humanidad, a través de la simbólica figura del chupasangre)… Pues Katje, tal como él, también es una
predadora, aunque de un tipo diferente.
Si bien el propio Weyland a lo largo del tomo resulta desagradable como
individuo (lo que de seguro a propósito hizo su autora), la misma Katje tampoco
es una persona que pueda parecernos simpática…Y es que esta resulta ser
prejuiciosa y racista, siendo que en todo caso, queda explicada en sus páginas
la razón de por qué es así. Y sin
embargo, tal como sucede con el propio antropólogo, las experiencias recientes
por las que pasa (y la gente con la que llega a comulgar) la convierten en
alguien mejor.
·
La tierra de la
satisfacción perdida: Tras los acontecimientos contados en la sección
anterior, Weyland ha pasado de ser un depredador (que supuestamente se encuentra
por sobre la cadena alimenticia) en una presa.
Esto, porque ahora se encuentra enjaulado, luego de haber sido
descubierto por unos inescrupulosos hombres que desean sacar provecho de su
naturaleza. Y entre medio de todo esto,
se encuentra Mark, un buen chico que es arrastrado en medio de todo esto y que
pese a su falta de experiencia e inocencia, se convierte en una pieza clave
dentro de todo lo que tiene que ver con la transformación por la que va pasando
el protagonista.
El papel de la compasión y la compleja
funcionalidad de las relaciones parentales (en especial entre padres e hijos),
toman un rol destacado en este apartado, ya que en cuanto a esto último,
atractivos diálogos se dan entre el muchacho y su forzado huésped:
“—Le estuve observando la primera vez
—dijo Mark con voz acusadora—. Usted no quería hacerlo. Sabía que era horrible…
Toda esa gente mirando…
—¿Has visto alguna vez una turba en
acción? —le preguntó el doctor Weyland —. Te asombraría saber la cantidad de
fragmentos que se le pueden arrancar a un cuerpo vivo con la ayuda de un cuchillo,
incluso con las uñas y los dientes, para que la gente pueda llevarse a casa
recuerdos de un acontecimiento memorable. En este sitio tan pequeño cinco o
seis personas ya forman una turba y yo… estaba y sigo estando fuera de los
confines de la moralidad corriente. Al principio tuve miedo de lo que pudieran
hacer cuando me vieran comiendo. Pero tenerte aquí ayuda. Hay cosas que les
gustaría hacer y ver aparte del número principal, pero no se atreven a hablar
en voz alta de las peores posibilidades teniendo a un niño delante.
La
expresión pensativa del vampiro y el que tuviera los párpados medio entornados
hacían que pareciera terriblemente viejo.”
Sobresale en esta parte del libro, la presencia del satanista Reese,
quien está complotado con el tío de Mark para convertir al vampiro en todo un
macabro espectáculo. Es así que nos
encontramos a través de este oscuro sujeto, con una nueva contraposición entre
el vampiro y este otro, ya que si bien el primero depreda para sobrevivir, el
otro lo hace por mera satisfacción. De
este modo, queda frente a la discusión preguntarse quién es en realidad el
monstruo y/o villano de la historia.
Siendo la autora una amante y una especialista en la literatura de
ciencia ficción, se permite en este episodio hacer su propio homenaje al
fascinante mundo de estas ficciones, convirtiendo a Mark en un seguidor de
estas narraciones y haciendo que este y Weyland charlen bastante acerca de su
atractivo.
·
El Tapiz del
Unicornio: Este
hermoso capítulo transcurre en otra ciudad, luego de que Weyland ha logrado
liberarse de sus captores. Es así que
para regresar a su antiguo estilo de vida, que le permite encontrar a sus víctimas
al amparo de su mascarada como hombre de ciencias, se entrega a una serie de
sesiones de terapia psicológica en las manos de una especialista. No obstante las citas entre paciente y
terapeuta toman un rumbo inesperado, sacando incluso más que nunca al vampiro
de su ordenado mundo y llevando a la misma psicóloga por el viaje compartido,
hacia el reconocimiento de la propia complejidad de la mente y el corazón
humanos (siendo justamente el vampiro, otra especie, el vehículo motor de todo
este aprendizaje, quien también llega a conocerse a sí mismo).
Si en el capítulo anterior hubo un burdo
episodio de erotismo incluido dentro de la trama, en esta ocasión la sexualidad
toma ribetes mucho más sublimes, pues ahora estamos refiriéndonos al encuentro
entre dos almas, que en su soledad llegan a crear un verdadero nexo de
reciprocidad.
Si Katje y Mark en sus momentos fueron presentados como personas
inteligentes que llegaron a conocer a su manera a Weyland, Floria también es
presentada como alguien sofisticado en el plano intelectual y con lo que queda
claro que quiérase o no, este es el tipo de personas que logra atraer al
vampiro (aunque no lo busque a propósito).
Acá, en todo caso, no hay romance entre la mujer y el vampiro, que hasta
el momento Weyland es incapaz de amar; no obstante, sí que se da un importante
descubrimiento mutuo, que requiere de la compenetración entre semejantes o al
menos entre complementarios. De este
modo, en contra de lo esperado y de la misma naturaleza desconfiada del
vampiro, este comienza a contarle la verdad acerca de su identidad:
“—Buenas tardes, doctora Landauer —dijo
con voz grave—. ¿Puedo preguntarle cuál es su juicio sobre mi caso?
—No me considero una juez —dijo. Decidió
que lo mejor sería intentar que sus conversaciones se hicieran llamándose por
el nombre, si era posible. Emplear el nombre de pila con este hombre de aspecto
tan austero y tradicional
podía parecer un tanto artificioso, pero, ¿cómo podrían lograr la familiaridad
necesaria para la terapia mientras se dirigían el uno a la otra como «doctora
Landauer» y «doctor Weyland», igual que dos personajes de vodevil?—. Bien,
Edward, esto es lo que pienso —siguió diciendo—. Necesitamos descubrir ciertas
cosas sobre ese incidente vampírico: debemos averiguar la relación que guarda
con lo que usted piensa de su persona, tanto bueno como malo, y lo que pensaba
entonces; debemos averiguar qué le hizo intentar «convertirse» en vampiro,
aunque eso iba a complicar su vida terriblemente. Cuanto más sepamos más cerca
nos encontraremos de hallar la mejor solución para que toda esa fantasía del
vampiro deje de serle necesaria y no vuelva a serlo nunca.
—¿Quiere decir con esto que me acepta
formalmente en tanto que paciente suyo? —dijo él.”
El nombre del capítulo hace mención a una famosa leyenda medieval, que
en este texto cobra una muy especial configuración, donde el interés hacia lo
diferente se conjuga con la atracción de los opuestos. De igual manera, nos encontramos con la presencia
de la seducción, que puede ser mortal tanto para uno como para el otro, además
del sentimiento de culpa y el peligro que se esconde dentro de cada uno (por
muy inocente que parezcamos a los ojos de los demás), algo sacado de la respectiva
leyenda y que actualiza la Charnas.
·
Interludio
musical: El
primero de los dos episodios que toman por fin el punto de vista de Weyland en
la narración, si bien manteniendo la tercera persona y gracias a al cual, ahora,
se nos permite conocer más que nunca la mente de tan misterioso personaje.
Todo transcurre durante un viaje que realiza
el protagonista hacia su nuevo trabajo, en otra universidad y la parada forzada
que debe hacer, mientras se lleva a cabo la representación de una ópera. La trama de esta pieza dramática musical,
nada menos que Tosca de Puccini, tiene su reflejo con lo que le toca pasar acá
al personaje y también con su propia existencia rodeada de vicisitudes.
En esta ocasión, más que nunca en todo el libro, “vemos” cazar al
depredador, siendo que esta vez no solo lo hace para conseguir su alimento,
sino que para poder mantener su fachada.
Si en el segundo capítulo la escritora se permitió demostrar sus
conocimientos literarios y de paso hacer más de un sentido tributo al poder de
las fabulaciones, en especial al de la ciencia ficción, en esta ocasión nos
deja claros su interés hacia la ópera, dejándonos presente el destacado rol de
la música en nuestra sociedad. Es así que la sensibilidad frente al arte, que
además según el mito griego la música es capaz de dominar hasta las bestias
(como también a un vampiro), toma un papel fundamental en esta obra. Cabe recordar, por otro lado, que la misma
psicóloga que tanto consiguió adentrarse en el interior de Weyland, se llamaba
Flora (tal cual la heroína de Tosca), detalle que no es algo
gratuito dentro de todo esto.
“El curso que iba a seguir la cacería se fue
haciendo cada vez más claro, expresándose en términos que Weyland conocía muy
bien. Cuántas veces se había aproximado a una víctima actuando de la misma
forma, hablando suavemente para calmarla, disfrazando su impaciencia por alimentarse
con la galantería social… Una mujer perseguida en el silencio de una librería o
una galería de arte… Un hombre al que había conocido en un parque… Cazar era la
experiencia alrededor de la que giraba toda la vida de Weyland. Y aquí estaba
esa experiencia, vista desde fuera.
Fascinado, se inclinó hacia adelante
para observar mejor la estudiada calma del cazador, la fingida tranquilidad de
la presa…”
·
El final del
doctor Weyland: Pese
a que el título no da pie a malinterpretaciones, las aventuras de este vampiro
acaban de una manera por completo diferente a lo acostumbrado.
Ya inmerso en su nuevo hogar y trabajo,
Weyland se ve obligado a dejar su absoluta parquedad y mantiene una especie de
amistad con un simpático colega. Todo va
bien, hasta que llega al lugar una antigua amiga de su compañero, quien
comienza a recelar de él, lo que no deja de incomodarlo. La presencia de esta mujer, llena de un poder
de observación y voluntad que toma lo mejor de las otras dos féminas, a las que
se enfrentó el vampiro en los capítulos anteriores, ayuda a definir mejor el
valor de la fraternidad en nuestras vidas…Y que, por fin, aunque no lo quiera
Weyland, descubre que incluso él puede llegar a ser importante para otras
personas (algo que en todo caso, se estaba dando desde la segunda parte del
volumen).
Teniendo en cuenta la ideología liberal de la autora en términos
sexuales, en esta última parte queda aún más de manifiesto su posición al
respecto, al abordar de manera muy normal las relaciones amorosas lésbicas. Debemos tener presente, además, que este
libro data de 1980, época que si bien no es tan lejana en el tiempo, no era
frecuente en abordar de esta forma el erotismo en su narrativa…y sin embargo la
literatura de vampiros, desde hace rato ya que estaba ahondando en tales temas
(antes ya habíamos estado frente a la homosexualidad masculina en otra parte de
esta obra, sin embargo ello o bien fue visto de manera muy escueta o tomó más
bien un carácter bizarro).
“—Irv ha estado un poco preocupado
últimamente —dijo de mala gana—. ¿Sabe de algún problema en particular que…?
Ella meneó la cabeza.
—Nada de lo que tenga ganas de hablar
—replicó.
Volvió a acercarse a él cuando llegaban
al final de la pendiente que nacía en el patio de la iglesia y tomaron por el
camino de tierra que llevaba hasta las calles que había detrás de la plaza. El
tambor seguía sonando. Caminaron en silencio durante algunos instantes.
—Incluso estando tan lejos de la plaza se
puede sentir cómo el redoble del tambor hace que la tierra vibre bajo las
suelas, ¿verdad? —dijo ella por fin —. El latido de un corazón comunal… Pero
ese corazón no late para usted, ¿no es así profesor?
—No más que para cualquier persona que no
sea de raza india — replicó Weyland sin inmutarse. Estaba casi seguro de que en
su observación no había nada que debiera preocuparle.
—Usted no es «cualquier persona que no
sea de raza india» —dijo ella—. Si continuara pintando le haría un retrato.
—¿Era pintora? —le preguntó. Las aspas de
un molino se alzaban ante ellos, girando, recortadas contra el cielo. Weyland
contempló el molino, deseando que estuvieran sentados y hablando en vez de
caminar, pues así le resultaría más fácil mirarla a la cara—. ¿Por qué lo dejó?
—Para intentar otra cosa: dibujar con mi
ojo, siguiendo los contornos y perfiles del tema milímetro a milímetro, sin
saltarme nada. Cuando has hecho eso, el tema queda fijado en tu memoria de una
forma que no puede conseguirse si trasladas una imagen mental al papel o al
lienzo.”
Buenas, Elwin. Según nos cuentas, este libro parece una lectura interesante de vampiros contemporáneos. Sin embargo, estos últimos han desfigurado demasiado a la mítica criatura de la noche, al menos para mi gusto, razón por la que paso de la mayoría de libros que tienen que ver con ellos.
ResponderEliminarComo te habrás dado cuenta, llevaba décadas teniéndole ganas a esta obra y tras leer tanto del género, bien creo que puedo decir sinceramente que es genial. Como sé que posees un gusto exquisito...¡Este libro es para ti!
EliminarQue tal Elwin. Yo no conocía esta obra literaria, se ve interesante, y más que nada necesaria para volver a "la buena opinión" que la mayoría teníamos de los vampiros y que tan maltratada se encuentra ultimamente.
ResponderEliminarHabrá que revisarla a detalle, gracias por tu recomendación.
La verdad es que los vampiros dan para mucho y en ese sentido este libro igual rompe con algunos estereotipos, no obstante bien es del gusto de gente como nosotros, que queremos vampiros "villanos" y no chicos lindos que brillan a la luz del día.
EliminarSaludos Elwin, aqui murinus2009.
ResponderEliminarLos vampiros son seres mitológicos que me gustan, en un programa de Radio (que escuche hace unos 25 años) que me acerco a las grandes culturas antiguas, entre ellas se menciona a los Vampiros, como de aparición universal en todas las mitologías del Mundo si bien con distintos nombres.
Ya en la cultura popular tengo pendientes los grandes clásicos de vampiros ya sea en Literatura:
-Dracula
-Las novelas de Anne Rice
En cine
En Preparatoria me dejaron de trabajo ir a ver
-Dracula de Bram Stoker; cinta de Francis Ford Coppola
Es la fecha que todavía no la veo.
-Nosferatu.
-Dracula de los 30s creo y versiones de los 50s.
No he visto ninguna versión de las anteriores
-El Vampiro; cinta clásica mexicana con German Robles de los 50s. creo
Tampoco la he visto.
Fanatico que soy del Cine de Luchadores de Mexico tampoco he visto...
-Santo contra las Mujeres Vampiro (que tiene una versión XXX que se pensó por años era leyenda).
Mi poco contacto con estos seres es con las cintas:
-Blade y Blade 2 esta de Guillermo del Toro.
-Entrevista con el Vampiro de 1993 creo.
Y una serie de tv. llamada en español...
-El Caballero de la Oscuridad (o de las Tinieblas)
Trataba sobre un Vampiro que tras dedicarse siglos a hacer el mal, cambia de bando y termina como policía, cubriendo el turno de noche, combatiendo toda clase de seres malignos; comunes y sobrenaturales.
Esta obra que presentas:
-El Tapiz del Vampiro
Suena muy parecida a las versiones que presentan a los vampiros como seres caballerosos, valdrá la pena tenerla en la lista de pendientes, su autora...
Susy Mckee Charnas.
Nunca la habia escuchado mencionar con lo que eres la primera persona que me la presenta.
Gracias Elwin, por esta aportación totalmente nueva para mi, hasta pronto
Es verdad lo que dices y hay una variante del vampiro muy interesante en mi país, cuyo nombre no recuerdo y que son las cabezas de los brujos que se las untan en el cuello con un menjunje, para despegárselas en la noche y con sus orejas transformadas en alas, volar en busca de sus víctimas para alimentarse de su aliento (por lo general niños, ancianos, bebés y enfermos); también está el colo-colo, una serpiente con cresta de gallo.
EliminarA "Drácula" le dediqué su post hace años. De las versiones audiovisuales que mencionas, por supuesto que la trilogía de Blade (pues son 3 filmes) me gusta mucho, así como el personaje en general. La serie que mencionas la veía con muchas ganas, esperándola ansioso la noche de los viernes a principios de los noventa...¿Sabías que tuvo 3 temporadas? Su tema musical de los créditos de apertura era sinceramente magistral.
Saludos Elwin aquí, murinus2009 otra vez.
EliminarInteresante aportación la que haces, sobre las cabezas de los brujos y sobre el colo colo, nunca había escuchado de esos seres, primer acercamiento que tengo con esta Mitología, que debe ser muy variada Elwin.
En México también hay algunas variantes del vampiro (que solo he escuchado de ellas superficialmente), curiosamente lo que mencionas, me recordó que aquí en México, se dice que las brujas, que aquí se quitan las piernas y se convierten en bolas de fuego para poder volar, también gustan de chupar sangre, hace décadas cuando alguien despertaba con algún moretón que no sabia como se hizo, le decían "Ya te chupo la bruja", incluso conocí a personas, (amables pero poco ilustradas eso hay que decirlo), que decían conocer esos seres en la realidad.
Lo de la serie de tv., creo que yo solo vi una temporada, que bueno que la conociste, en mi opinión era buena y entretenida.
El tema de los Vampiros es inagotable Elwin, es seguro que en Elcubildelciclope veremos muchas mas entradas relacionadas
Hasta pronto si no surge algo mas.
Bueno, en materia de vampiros literarios, aparte de los títulos mencionados y de los enlaces que incluí, acá encontrarás de 4 novelas más de las llamadas "Crónicas Vampíricas" de Anne y Rice y el de una obra italiana del subgénero: http://elcubildelciclope.blogspot.cl/2015/05/vampiros-la-italiana.html
EliminarSe supone que este año me esperan al menos 2 obras de este estilo.
Hola Elwin!
ResponderEliminarConocía de nombre el libro (por tenerlo en digital), pero jamás había leído ninguna crítica. Se ve muy interesante por lo que comentas, tampoco lo he visto en papel, pero seguramente en librerías de viejos o de saldos se puede llegar a comprar. Lo buscaré! Gran recomendación.
Saludos
RICARDO
www.stephenking.com.ar
La editorial que lo acaba de sacar de nuevo se llama Alamut. Si quieres te lo puedo mandar.
EliminarSaludos amigo, no soy muy fanático de los vampiros, pero te quería felicitar por la superior elaboración de este post. Un título llamativo, separado en subtítulos, y con buenas imágenes.
ResponderEliminarEstoy seguro que si comienzas a escribir de esta manera todos tus artículos, pronto comenzarás a notar la diferencia con tus visitas.
Te recomendaría usar más imágenes y que sean más grandes. Pero eso ya es algo subjetivo.
Fíjate que escribí este post pensando en hacer algo como para que te gustara para la Cueva del Lobo. Igual considero que me quedó muy extenso y estuve a punto de dividirlo en dos partes, pero como se venía la entrada N° 500, no quería que esta fuese la segunda parte de este texto mío, Por cierto, gracias por tus consejos, que los tendré en cuenta.
EliminarNo siempre es malo escribir un artículo extenso. Sobre todo cuando está bien subdividido de esta manera, y los lectores pueden saltar directo a lo que les interesa.
EliminarMucha suerte amigo :)
Hola Elwin,
ResponderEliminarLeí tu reseña, así que creo que esto te gustará... ;) Échale un vistazo...
https://www.epublibre.org/libro/detalle/24602
Un abrazo desde el campo,
Oscar
Hola, Oscar...¿Desde el campo de Chile escribes? Siempre me es un gusto encontrarme con nuevos lectores. Estás invitado a pasarte cuando quieras por acá.
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