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miércoles, 30 de octubre de 2019

La ficción está mucho más cerca de la realidad: La película “Guasón”. SEGUNDA PARTE


4- La actuación de Joaquin Phoenix y de sus predecesores.

     A la fecha 6 son los actores que han hecho en la pantalla grande y chica del Príncipe Payaso del Crimen, cada uno de ellos dando su propio aporte para convertir a este personaje, en el ícono que es hoy en día.  Es así que dichos artistas responden a visiones diferentes del personaje, todas ellas propias de los tiempos en los que fueron llevadas a cabo, ya sea del tipo de historietas en las que se basaron, como en la estética de las películas y series donde aparecieron.  De este modo nos encontramos con:

* El Guasón de César Romero para la serie de los sesenta de imagen real de Batman, entre 1966 y 1968, quien acá es un sujeto por completo caricaturesco y más bien bromista, que un psicópata de temer; no obstante, tampoco hay que despreciar el trabajo de este talentoso actor, que por años fue el único en haberlo interpretado frente a las cámaras y con bastante éxito, siendo el patrón para otras adaptaciones como muchas de las animadas que vinieron después y en especial la siguiente.

* En 1989 se estrenó Batman, esperado filme de Tim Burton que comenzó la seguidilla de nuevas adaptaciones sobre cómics del género.  Pues en ella el villano al que se enfrenta el protagonista, viene a ser nada menos que el Guasón, interpretado por el oscarizado Jack Nicholson, en un nuevo papel que le concedió varias nominaciones más a otros certámenes.  Debe decirse que su interpretación del criminal lo muestra como a un mafioso, relacionando su origen con la primera historia en la que salió como Capucha Roja en 1939, en la revista Detective Comics, la misma en la que debutó Batman.  Este Guasón es un hombre desequilibrado y que usa el leiv motiv payasesco para matar a diestra y siniestra, muy cercano a como lo podemos encontrar en muchos cómics modernos.  La verdad es que el gran Nicholson estuvo soberbio como tal, que siempre le salieron muy bien los roles de hombres trastornados y en mi caso particular, hasta antes del estreno de la cinta que hoy nos reúne, fue mi Guasón favorito.

* La reinterpretación oscura y hasta cierto punto desmitificadora (o realista) de las aventuras y desventuras de Batman por Christopher Nolan, tuvo su punto más alto en su trilogía a partir de la segunda parte (según muchos, que no por este servidor), llamada Batman: El Caballero de la Noche (The Dark Knigth, 2008).  Su saga está sin dudas considerada como la mejor versión en live action del Murciélago, llevando a las mayores cuotas artísticas el género superheroico hasta ese momento; fue así que en la primera secuela, uno de los dos grandes villanos de la galería de criminales del paladín fue el Guasón.  Interpretado por el tristemente fallecido, demasiado pronto, Heath Leger (quien murió poco después de filmar esta cinta) nos muestra una variante por completo distinta del Príncipe Payaso del Crimen: un anarquista intelectual, casi tan inteligente como el de los cómics y como hace rato lo han estado caracterizando.  Leger estuvo a la altura de sus precedentes, aunque su Guasón al menos a mí no me simpatiza, que es demasiado nihilista para mi gusto.  Por cierto, su intérprete obtuvo un Oscar póstumo al Mejor Actor Secundario, premio que a mi parecer fue inmerecido y producto del típico show al espectáculo habitual de este evento.

* En 2016 se estrenó Escuadrón Suicida (Suicide Scuad) y sobre el ahora famoso equipo de criminales, trabajando en secreto para el gobierno gringo en misiones de alto riesgo, bajo la oferta de reducir sus penas carcelarias.  Pues en esta cinta hizo por fin su debut en “carne y hueso” Harley Queen, popular villana/antiheroina de DC introducida gracias a esa perla de los cartoons que es Batman: la Serie Animada.  Queen es nada menos que la pareja del Guasón, quien acá sale bajo la piel de Jared Leto.  Esta versión no tiene nada de cómica, si bien es muy violento y lo vemos como un líder criminal, lleno de tatuajes, más bien pandillero que mafioso; asimismo, aparece con un aspecto casi esquelético, antecedente del Guasón de Joaquin Phoenix.

* La no hace mucho finalizada serie de televisión Gotham, tras 5 temporadas bastante exitosas y elogiadas, tuvo dos versiones del Guasón, ambas interpretadas por el mismo actor: Cameron Monaghan.  Bajo los nombres de los hermanos gemelos Jerome y Jeremiah Valeska, acá vemos en verdad a un antecedente del villano, si bien este en ambas versiones se encuentra llena de alusiones al criminal que representa, muchos años antes que el surgimiento de Batman (quizás de las ideas de esta serie, altamente recomendable, se sirvieron en parte los responsables de la película que ahora revisamos), como cuando Jeromiah se arranca el rostro y luego se lo engrapa a sí mismo, tal cual la estupenda saga de La Muerte de la Familia (Batman: Death of the family) de Scott Snyder (guión) y Greg Capullo (dibujo).  Tal Guasón es primero un criminal de poca monta, tal como lo fue cuando este fue Capucha Roja y luego se va convirtiendo en un verdadero peligro público, cada vez más loco y sádico; hasta que en su segunda encarnación, se vuelve el verdadero superdotado del mal que acostumbramos a ver en las historietas.  Podemos disfrutar de este excelente Guasón televisivo, realmente ultraviolento, entre las temporadas 2 y 5, que abarcan los años 2015 a este 2019.

* No podía dejar de mencionar al Guasón de Mark Hamill, actor de culto gracias a su labor en la trilogía original de Star Wars y la tercera de la saga, como el legendario Luke Skywalker.  Y es que en Batman: La Serie Animada, este histrión le puso la voz al personaje en su versión original en inglés, que en verdad realizó una labor de voz increíble y al punto que luego fue llamado para hacerlo en varias películas animadas y hasta en videojuegos.  Todo esto entre 1992 y 2018.

    ¡Y por fin llego al desenvolvimiento actoral de Joakin Phoenix en Guasón! Cabe decir que siguió a otros grandes de la actuación, como el nombrado Robert de Niro y Christian Bale, al prácticamente transformarse físicamente para interpretar a su personaje…  Y es que Phoenix adelgazó a niveles alarmantes para caracterizar al protagonista, de modo de verse realmente como un hombre enfermo y consumido por sus cuitas (en verdad es impactante verlo semidesnudo, hecho puro pellejo y huesos).


    Ya me he referido más arriba de cómo sale este Guasón, aunque no es malo recalcar su situación, como alguien con quien sin mayores problemas podemos sentirnos identificados.  Tuve el gusto de ver esta película en IMAX en su lengua original y cabe mencionar que Phoenix también practicó bastante, creo que dos meses, para hacer con eficiencia y credibilidad la risa histérica de su personaje; ignoro si el trastorno con el que se le diagnostica es real, pero vaya qué le llegamos a creer.  Arthur Fleck es antes de su caída final, en la vorágine de la locura, alguien que incluso puede llegar a amar, incluso tierno y cuando llegamos a conocer el trauma por el que pasó de muy pequeño, lamentamos más que nunca la situación en la que está.
    Cuando este afirma:

    “Lo peor de tener una enfermedad mental, es que la gente espera que te comportes como si no la tuvieras”.

    Podemos encontrarnos con los temas de la alienación y la intolerancia, que a diferencia de los otros Guasones arriba mencionados, este no nace como el resultado por el gusto hacia el mal, sino que es efecto del callejón sin salida al que se ha llevado al protagonista ¿Y si Arthur hubiese contado con los medios y/o las personas adecuadas para combatir efectivamente su drama? De seguro nunca se habría convertido en el Guasón.
    Por último, el lenguaje corporal con el que acaba por envestir a su rol Joaquin Phoenix, es un deleite a los ojos, que cada movimiento suyo está casi cincelado como una bella pintura en movimiento.   Es así que el proceso de su transformación va evidenciándose con sus gestos faciales y las posturas que va tomando, hasta su baile con el que corona su insanía total… ¡En verdad se merece todos los galardones habidos y por haber!


5- Cómo arte y vida misma se nutren entre sí.

    El estreno de Guasón no estuvo exento de polémicas, que entre otras cosas se acusó al filme de incentivar la violencia (como si otras películas hollywoodenses e incluso producciones para la tele gringas, carecieran de escenas “fuertes”); para saber por qué razón se llegó a tamaño razonamiento equivocado, mejor ver el filme por uno mismo y detenerse en la última parte de la película, cuando el propio protagonista se convierte en un símbolo para el mismo pueblo que lo rechazó o ignoró previo a su “nacimiento”.
   Mientras escribía y terminé esta entrada, desarrollada durante un par de días y que he optado por publicar en dos partes debido a la extensión con la que me salió, mi querido país está sufriendo una crisis que hace una semana much@s de nosotros no pensamos pasaría. Durante casi una semana se determinó toque de queda, hasta comienzos de la mañana y lo que nos obligó a quedarnos en casa sin poder salir, so pena de ser detenidos por los militares que patrullaban las calles para “salvaguardar” la tranquilidad de la gente (obviamente por considerarlos sospechosos de actos vandálicos).  Lo anterior dentro del marco del reclamo contra las injusticias sociales en el país y en especial en protesta al segundo mandato del Presidente de la República Sebastián Piñera.  Una serie de desaciertos suyos, consiguieron enojar a tal punto a la gente, que a la par de las manifestaciones pacíficas, no han faltado los que han optado por la violencia y se han aprovechado de todo saqueando numerosos locales comerciales.  Muertos y heridos ha habido en menos de una semana, desde que comenzó todo y las clases se han paralizado en escuelas, colegios, institutos y universidades, así como bajado el tránsito vehicular; que también han quemado anarquistas y otros grupos extremistas vehículos de la locomoción colectiva.  Se habla de conspiración y de tantas cosas, mientras que el común de la gente lo único que quiere es que todo vuelva a la normalidad…Ahora en que por fin he subido esta segunda parte, he hecho unas cuantas correcciones a lo que he escrito y les puedo contar que sigue la crisis en la nación; que todavía el gobierno no da las soluciones radicales que le han exigido, lo que con mayor razón mantiene la molestia de la comunidad.
     Hay que armarse de paciencia y si uno es creyente rogar a Dios para que nos ayude y proteja.  Es entonces que al pensar en el largometraje que nos ha reunido, que no puedo dejar de pensar en eso que leí en Facebook, algo así como “Es la escena de postcréditos más larga y realista que he visto”…que faltaba poner “vivido”.  Pues el final de dicha obra, se condice por completo con lo que ahora estamos pasando en mi patria.  Puesto que tanto en la ficción que ahora revisamos y en la vida real, un hombre acorralado explota, cual el mismo Guasón, como también un pueblo que se ve sometido a vejámenes contra su dignidad, acabando por rebelarse y eso es lo que está pasando; otra cosa es qué camino opta uno por tomar al respecto…¿Y cuál es el tuyo frente a este caso?


                                                               Tráiler 2 subtitulado.

sábado, 15 de octubre de 2016

Adentrándose en el universo batmaniaco.




      Tras el estrepitoso fracaso de Birds of Pray  (centrada en algunas de las populares féminas de DC como la Cazadora, Canario Negro y Oráculo/ex Batichica, pero aún así un verdadero desperdicio de grandes personajes y todo un asco de serie) a principios de la década pasada, parecía que la existencia de otro programa de imagen real ambientado en Ciudad Gótica, la cuna de nada menos que de Batman, era un sueño imposible.  A ello se suma la dificultad de hacer algo centrado en el Caballero Oscuro en este formato, tanto por un tema de lo caro que viene a ser su franquicia para que los productores se atrevan a ello, como también por los planes de DC de explotar a su personaje más popular (¡lo siento, Superman, es la pura verdad!) en la pantalla grande.  No obstante como las historias del Murciélago dan para mucho y los personajes a su alrededor están tan bien definidos que dan para sus propias aventuras, era solo ser lo suficientemente inteligente como para aprovechar tal filón…Fue así como en octubre de 2014 llegó a la “cajita tonta” Gotham, que tal como dice su nombre, se encuentra ambientada en Ciudad Gótica (como es llamada en nuestra lengua), teniendo como protagonistas a un montón del resto de los habitantes más famosos de dicho lugar, entre héroes y villanos.
     Uno de los puntos atractivos de este show, viene a ser que el protagonismo es compartido por varios personajes que hoy son verdaderos íconos dentro de las historietas: el agente de policía James Gordon (años antes de tomar el importante cargo de Comisionado), el mafioso Oswald Cobblepot (más bien conocido como el Pingüino), el genio loco Edward Nygma (quien más adelante será llamado el Acertijo), Selyna Kyle mucho antes de volverse Gatúbela y de manera muy especial, nada menos que un joven Bruce Wayne…años antes de convertirse en Batman.  Junto a estos aparecen un montón de secundarios que resultan tan bien desarrollados y atractivos frente al público, que en muchas ocasiones los guiones les otorgan su propia relevancia en los acontecimientos.  Dentro de estos últimos, destacan nada menos que el mayordomo Alfred Pennyworth (¿Quién no lo conoce?) y Harvey Bullock, el también policía mejor amigo de Gordon.
     Cabe mencionarse que teniendo en cuenta lo mencionado arriba, se trata de una especie de precuela a las historias acerca del mayor vigilante de esta polis y del resto de sus personajes, pudiendo conocer además gracias a esta serie el origen de varios de sus más destacados villanos.  Un detalle muy significativo que a más de uno se le podría escapar (tal como me pasó la primera vez que la vi), es que para resaltar esta idea de que todo ocurre en el “pasado”, la tecnología que aparece en pantalla es algo retro; de esta manera los celulares son “de conchita” y no usan el sistema “touch”; de igual manera los televisores y los computadores que aparecen no tienen pantallas HD, ni poseen otros elementos que los puedan hacer ver modernos.  Por supuesto existen otros hechos que resaltan la imagen de que todo ocurre tiempo atrás, si bien ello es ambiguo y se trata de una realidad claramente modificada, pues no se debe olvidar de que todo trata de una ficción.
¡Adivinen quién es este sujeto de sonrisa desquiciada!
     La primera temporada viene a ser un policial, al más puro estilo de algunas célebres novelas gráficas ambientadas en el universo batmaniaco, tal como las premiada serie Gotham Central (acerca de los policías y detectives de esta ciudad) y varias de las miniseries pertenecientes a la recordada colección Leyendas del Caballero de la Noche (sobre los primeros años de Batman, siendo historias en solitario, ya que acá se supone no ha conocido a otros superhéroes).  Pues durante este primer año además de perfilarse los personajes, llegando a cruzarse sus destinos entre unos y otros de manera muy singular (con inesperadas alianzas y amistades), los capítulos ahondan más en describir cómo funciona el crimen organizado en la ciudad y de qué manera la policía apenas da a vasto para enfrentar tales amenazas.  Teniendo en cuenta el rico dramatis personae del programa, se profundiza por igual en la vida de buenos y malos, sin caer en estereotipos, sino que dándoles una dimensión compleja que permite demostrar que en todos hay luz y oscuridad; por lo tanto los héroes pueden equivocarse o tomar a conciencia decisiones que para muchos pueden ser deplorables en pro de un bien mayor, así como los mismos criminales albergan amor en sus corazones y también les es posible actuar con nobleza.
     Pues la segunda temporada resulta lejos mucho mejor que la anterior, en especial porque se aprovecha más que nunca de utilizar gran parte de los elementos, que hacen de los cómics de Batman una maravilla: su impresionante galería de villanos.  Por lo tanto, este segundo año viene a ser algo así como el sueño de muchos de los fanáticos de tales historietas, tras desfilar como nunca antes en pantalla y encarnados por actores, varios de estos famosos malhechores (en un tono serio, claro, que ya en los sesenta con la versión paródica, se pudo ver a muchos de estos haciendo las más disparatadas fechorías).
      En el primer episodio se nos da todo un regalo a los fanáticos del universo batmaniaco: la revelación del origen de nada menos que del Guasón.  De manera muy inteligente los guionistas introducen a un “joven Guasón”, quien en la práctica posee la mayoría de los tics característicos del Príncipe Payaso del Crimen.  No está demás decir que este sujeto se “roba la película”, en los dos episodios en que aparece, pues resulta como su antecedente de igual manera humorístico, inesperado, ingenioso y atractivo, como también mortal; sin embargo lo que hacen los guionistas es explicarnos, mucho antes de la verdadera aparición de la némesis del Caballero de la Noche, lo que viene a ser el legado de esta locura bufonesca para Gotham.
Azrael.
      La segunda gran sorpresa comiquera de esta segunda temporada, viene a ser nada menos que la introducción de la Orden de San Dumas.  Correspondiente a una facción fanática, guerrera y herética de caballeros medievales tipo templarios, apareció por primera vez en la ya clásica miniserie La Espada de Azrael de 1991, cuando Batman se tuvo que enfrentar a su campeón Azrael; posteriormente cuando este, cuyo nombre real era Jean-Paul Valley, consiguió serie propia, se desarrolló mejor la historia de este grupo, al punto de crearse toda una nueva gama de interesante historias.  Pues en la versión para la televisión de estos sujetos, se le da una génesis por completo diferente, haciendo que sus fundadores tuviesen relación con una de las antiguas y poderosas familias, que dominó Gotham en sus comienzos. Tras abandonar la urbe luego de un escándalo y una traición, esta versión de San Dumas regresa al lugar con la intención de vengarse, siendo el mayor objeto de su vendetta… ¡Bruce Wayne! Uno de los puntos más atractivos de esta recreación libre de la Orden de San Dumas, es que aparece el citado Azrael, si bien con un origen por completo diferente al de los cómics.  No obstante resulta plausible lo conseguido por los guionistas, quienes logran hacer su propia visión de la saga de Batman y afines.  Destacable resulta ser el traje y/o armadura con la que aparece el guerrero, el cual recuerda bastante al de su antecedente.
     Luego nos encontramos con un personaje de mayor antigüedad en las historietas del Señor Oscuro: El Señor Frío, o para ser más puristas en su nombre, Mister Freeze.  Tal como dice su nombre, este villano cuyo modus operandi tiene relación con el frío (en el más polar sentido de la palabra), se encuentra entro los más populares enemigos de nuestro superhéroe. Llamativo resulta ser en cuanto a cómo ha sido abordado este criminal, es que acá han utilizado su faceta más trágica para referirse a los motivos de sus delitos: la existencia de una esposa desahuciada y a la que en su afán de salvarla, comienza a practicar sus experimentos, que luego lo llevan a sufrir el accidente que lo convierten en un hombre frío de verdad y a delinquir (argumento sacado de lo hecho por el guionista Paul Dini, en la recordada Batman: La Serie Animada).  Pues el traje de Mister Freeze también demuestra una preocupación por darle en el gusto a los lectores, además de otorgarle una personalidad tan compleja como la del malhechor de las viñetas.
      También podemos encontrarnos con una versión muy particular, de otro criminal bizarro de las aventuras de Batman, el pirómano Luciérnaga.  Pues en cada una de sus encarnaciones para el cómic, siempre ha sido un varón adulto, no obstante en esta serie vemos que se trata de una adolescente, amiga de Selyna Kyle, quien llevada por circunstancias funestas se convierte en esta peligrosa criminal.  Respecto a esta chica, las difíciles circunstancias que la llevan a actuar fuera de la ley (proviene de una familia disfuncional) y su posterior paso a la locura, hacen que el espectador llega a sentir empatía hacia un personaje tan patético como ella.  Resulta más que satisfactorio para el conocedor de los cómics, ver cuando se crea su primer traje ignífugo, que recuerda bastante al de las viñetas y luego cuando aparece con la versión “definitiva” de su armadura de ataque.  Tampoco se debe olvidar la formidable confrontación entre esta y el Señor Frío, una verdadera batalla entre dos elementos opuestos.

El Señor Frío.

    Otro clásico rival del Murciélago que hace su debut en el programa, viene a ser Cara de Barro (Clayface), quien en las revistas ha tenido más versiones que muchos de los otros enemigos del superhéroe.  Pues acá aparece de manera muy breve, si bien se exponen sus orígenes, que igual difieren de cualquiera de sus antecedentes comiqueros; no obstante llegamos a conocer su habilidad para cambiar de rostro y tal vez más adelante su monstruosidad sea mejor trabajada en temporadas posteriores, incluyendo su cuerpo que aquí aún no posee.
      Pese a toda la galería nueva de villanos que aparece en esta segunda temporada, el que sin dudas viene a ser el más destacado de todos, viene a ser el genio criminal Hugo Strange.  Debe saberse que este corresponde al “malo” más antiguo en la cronología de Batman, siendo que la primera vez en que apareció fue en 1940, justo al comienzo de las historias sobre el Detective.  Por décadas este no fue utilizado en los cómics, pese a la gran potencialidad de su enfermiza personalidad, a la par de su extrema inteligencia, hasta que recién en 1977 fue rescatado del olvido.  No obstante fue la novela gráfica Presa de 1990, la que lo recuperó, dándole su perfil como uno de los mejores contrincantes del vigilante y detallando su obsesión con este, al punto de querer suplantarlo como un supuesto mejor Batman.  En sus encarnaciones definitivas es retratado como un brillante psiquiatra, quien sin dudas está loco y es un experto manipulador con la gente sana y otros enfermos mentales como él.  Pues en la serie el personaje posee estas características, pero a ello se le suma una aún más peligrosa, sacada de otros cómics antiguos donde aparece: su creación de bestias humanas a través de experimentos, los que suelta a gusto para disfrute suyo.  De este modo lo que hace Gotham, es dejarnos claro que este director del Asilo Arkham, es nada menos que el responsable de la aparición de buena parte de los más raros y hostiles villanos que pululan en las calles de esta ciudad (como algunos de los ya mencionados y otros que en la ya estrenada tercera temporada comenzarán a aparecer). Atractivo en la manera de cómo fue abordado el personaje en este show televisivo, es que el actor que acá lo interpreta viene a ser de ascendencia oriental, si bien estadounidense: el multifacético WD Wong.  Pues mucho más bajito y sin la enorme masa muscular del villano de los cómics, destaca la presencia de sus gafas redondas y coloreadas, su calva y su barba solo en el mentón, siendo esta versión la mejor hecha hasta el momento para la televisión del criminal; a esto se debe sumar lejos el trabajo hecho por Wong, quien crea a un individuo cuya voz profunda y tranquila, esconde a un hombre tanto o más monstruoso que las quimeras que hace en sus laboratorios.  Debe saberse que Strange, ha salido en varias de las series animadas que tienen a Batman como protagonista, como la ya clásica creada por Paul Dini y Bruce Timm, al igual que en The Batman y Justicia Joven.

Comparación entre el Hugo Strange de la serie y el del cómic.
     Hugo Strange no está solo en su carrera criminalística, sino que en esta versión suya tiene una mano derecha bajo la figura de la fría señorita Peabody, una mujer de raza negra, mucho más grande que él de porte, que nunca sonríe y que en su aparente falta de emociones resulta bastante aterradora.  Lo interesante en la relación de estos dos, es que pese a que la dama sigue al pie de la letra las órdenes de su jefe, hace de su conciencia a través de sugerentes opiniones suyas, sobre sus actuar y peligrosas ideas.  Este personaje supuestamente es exclusivo de la serie, pero tal vez al ser tan interesante, capaz que la introduzcan en las historietas como ya pasó con la popular Harley Queen (la novia del Guasón).
     En los dos últimos episodios toda la maldad que subyace en Ciudad Gótica, queda aún más explicada cuando se hace una revelación tan impactante como la del Guasón: la existencia de la Corte de los Búhos.  Creada para los cómics recién con los llamados Nuevos 52, primera etapa del actual universo DC, en 2011, corresponde a una agrupación de viejas familias adineradas, que desde los primeros días de Gotham han manejado los hilos del bajo mundo en secreto.  Sus integrantes usan una aterradora máscara que emula a estas aves nocturnas y desde su aparición en la serie se nos adelanta que la tercera temporada, versará acerca del enfrentamiento de Gordon y los demás con estos nefastos sujetos.   Para que no haya dudas sobre el poder de esta organización, el programa deja claro que lo realizado por Hugo Strange, fue nada menos que amparado por la Corte de los Búhos… ¡Siendo que el mismo psiquiatra les llega a tener miedo!

El adelanto de esta temporada a lo que va a ser el enfrentamiento con la Corte de los Búhos.
     Con respecto a los dos grandes villanos, que se encuentran entre los personajes principales de la serie, tanto el Pingüino como el Acertijo mantienen su relevancia en esta potenciada segunda temporada.  En lo que concierne al “pajarraco”, pues en esta ocasión le toca pasar casi puras desgracias, al punto de que resulta difícil no sentir compasión por él, destacando aparte de su conflicto con la Orden de San Dumas y su caída en las garras del director de Arkham, el descubrimiento de sus antecedentes familiares y la terrible manera en la que termima lo que debió ser un feliz encuentro.  En cuanto a Edward Nygma, por fin es dramatizado su descenso final en la locura, que lo llevará a tomar el nombre del Acertijo; pues si Oswald, pese a sufaceta gansteril, viene a ser un inesperado aliado para James Gordon, este otro tras haber sido una especie de posible amigo, se convierte en un nuevo enemigo de temer para el valiente agente.
      Por otro lado la carismática Selyna Kyle, quien acá se hace llamar Cat, deja clara su naturaleza como alguien que pese a su vida como marginal, no ha perdido la ternura de su corazón; de este modo sobresale su relación con el joven Bruce Wayne, la que está por completo acorde a quién es este personaje hoy en día en los cómics y que la hace tan querible para tantos lectores (entre ellos yo, por supuesto).
     Un giro argumental por completo original en esta serie, viene a ser lo que hace con la preciosa Barbara Kean, quien se supone luego será la esposa de Gordon y la madre biológica o adoptiva (según la versión que asuman los responsables de este show) de Barbara Gordon, Batichica.  Pues el programa la muestra como una mujer con serios problemas psiquiátricos, al punto de pasar un periodo como fugitiva de la ley, bastante peligrosa y que llega a amenazar la vida de su amado y la pareja que tiene este tras romper con ella.  Ahora bien, en los cómics este matrimonio tiene un hijo, James Gordon Jr., quien se convierte en un despiadado psicópata; por lo tanto al hacer que Barbara tenga estas inclinaciones, de algún modo explica el hecho de que luego su vástago masculino les salga maligno.  Bastantes sorpresas nos da en esta segunda temporada la despampanante mujer, con su personalidad errática.
      Durante el primer año fue posible echar un vistazo, en un solo capítulo, a un antiguo personaje de los cómics de Batman, dentro de los alineados en el lado del bien y en todo caso un civil: Lucius Fox.  Este afroamericano que a futuro tendría el papel de director de Empresas Wayne, gracias a su personalidad confiable y enormes talentos, en la serie sale como un apuesto hombre joven.  Pues en la segunda temporada cobra gran importancia y aparece en muchos episodios, convertido en un aliado más para el pequeño Bruce, quien poco a poco comienza a tomar el rumbo de su vida, que lo llevará a convertirse en ya sabemos quién.  No obstante debe saberse que la variante de este Fox que aquí vemos, no se atiene a la de los cómics tradicionales, sino que toma las características del personaje que apareció en la trilogía cinematográfica de Christopher Nolan sobre el Murciélago; de tal manera que acá es un genio de la tecnología y quien ayuda a su “jefe” con los conocimientos que posee para revelar la verdad.
      La temporada termina con grandes sorpresas, entre ella la “resurrección” de uno de sus personajes principales de la primera temporada, de quien no habíamos sabido durante casi un año y quien regresa con importantes cambios en sí mismo (¿Alguna idea de quién se trata y de qué le pasó?)…Solo queda esperar a ver cómo se desarrollan las consecuencias de los monstruos creados por Strange, que fueron soltados en las calles y todo lo que concierne a los deseos de la Corte de los Búhos, acerca de tomar el control de los entuertos provocados por su antiguo protegido…¿Acaso conoceremos a sus asesinos modificados genéticamente y supuestamente inmortales, llamados como Garras? 

Luciérnaga con su traje hecho a mano y tal como se ve en uno de los cómics.

domingo, 21 de febrero de 2016

El gusto por la violencia.


      Deadpool, nombre clave de Wade Wilson, es un personaje de Marvel Comics que debutó en 1991 en una de las tantas colecciones dedicadas a los X-Men, New Mutants.  Creado por Rob Liefeld en el dibujo y Fabian Nicieza en el guión, apareció primero como villano.  Posteriormente al ir ganado notoriedad gracias a su aparición como invitado en otros títulos, además de obtener sus propias revistas, su pasado fue revelado y con ello se le otorgó un carácter complejo lo suficiente como para pasar a las categorías de mercenario, héroe y antihéroe según el desarrollo de las distintas historias donde salía.   La génesis de su casi inmortalidad se encuentra ligada al aún más célebre Wolverine, ya que Deadpool participó del mismo proyecto que le otorgó al canadiense sus formidables habilidades, si bien a costa de varios sacrificios; pues algo similar sucedió con Wade, ya que entró a Arma-X para evitar que el cáncer terminal que padecía terminara con él.  Fue así como consiguió reflejos y destreza física superiores a las normales, además de un poder curativo que lo igualaba a Logan, no obstante todo su cuerpo y rostro quedaron desfigurados tal cual su hubiese sufrido quemaduras de tercer grado.  Otro detalle significativo del personaje, corresponde a su personalidad extrovertida, humorística y deslenguada que en español le ha otorgado el apodo de “El mercenario bocazas”, ya que acostumbra hablar y comentar todo mientras hace sus apariciones; todo de manera muy graciosa, como además haciendo múltiples referencias a la cultura popular e incluso llegando a la autoparodia.  De hecho, en más de una ocasión Deadpool recuerda al carismático Spideman, quien desde antes de su primera aparición en las viñetas, ya mantenía una actitud que luego el mutante tomaría, incluyendo sus habituales monólogos dirigiéndose al público (o sea, los lectores) y narración en primera persona; asimismo su traje recuerda bastante al Arácnido, si bien corresponde más o menos a una versión desequilibrada y ultraviolenta del llamado Cabeza de Red.
     En los medios audiovisuales el Mercenario Bocazas fue visto inicialmente en la ya clásica serie animada sobre los X-Men, durante los noventa, si bien haciendo uno que otro cameo no más.  Con posterioridad tuvo un papel destacado en el por igual recomendable cortometraje Hulk versus Wolverine (2009), hecho para la venta directa en DVD y blu-ray.  No obstante se podría decir que su aparición más memorable (y cómica), fue en un episodio de la segunda temporada de Ultimate Spiderman (2013), donde pone en jocosos aprietos al protagonista y a sus compañeros. Sin embargo muchos años antes de este team-up junto a Peter Parker, Deadpool fue visto en una versión muy libre gracias al filme X-Men Orígenes: Wolverine (2009); aquí fue interpretado por el mismo actor que le presta su figura en la cinta dedicada en exclusiva a él y que en estos momentos es exhibida con éxito en los cines de todo el mundo, el guapísimo Ryan Reynolds.  Sin embargo su rol dentro de tal filme fue obviado en esta nueva obra, llegando incluso a referirse de manera irónica en más de una ocasión a tal película en esta otra más reciente; por lo tanto la cinta que hoy en día lo tiene de estrella absoluta, hace borrón y cuenta nueva a su anterior incursión cinematográfica, otorgándole además un origen más cercano al visto en las historietas.
    Yendo de lleno ya al filme sobre Deadpool que hoy me mueve a escribir, debe saberse que este corresponde al primer largometraje de su director Tim Miller, quien en realidad ya llevaba años ligado a los superhéroes, en especial a los de Marvel.  Puesto que para conseguir el beneplácito de los productores, a la hora de encargarle un proyecto de esta envergadura, se le pidió hiciera un corto junto al mencionado Ryan Reynolds, con lo cual logró acaparar la atención de Fox.  Asimismo, estuvo en la génesis del debut cinematográfico de Iron Man y realizó un corto sobre la Liga de la Justicia.  Por otro lado, como cofundador del estudio Blur, se encargó de los preciosos créditos finales de Thor: Un Mundo Oscuro (2013).  Pero volviendo al actor protagonista de Deadpool, cabe mencionarse que este casi desde sus inicios también demostró interés por el género superheroico y no solo con el ya mencionado caso de la película sobre Wolverine, pues años atrás tuvo un papel secundario bastante destacado en Blade: Trinity (2004), sobre el más famoso cazador de vampiros marvelita y donde Reynolds demostró su capacidad para interpretar por igual papeles que le exigieran gran despliegue físico, ya que antes solo había hecho roles como joven galán en comedias dramáticas y obras menores.   Luego de su primeriza experiencia haciendo del Mercenario Bocazas “descafeinado”, se le encargó hiciera la narración de un destacado documental de DC: Orígenes Secretos y en el cual de una manera muy divertida se abarca la historia de los cómics deceístas; dicha participación suya fue para potenciar su aparición en la película de imagen real sobre Linterna Verde (2010) y que lamentablemente fue uno de uno de los grandes fracasos de la temporada, al punto de que los planes para una secuela suya fueron suspendidos (si bien a un servidor le gustó bastante esta cinta).  No obstante parece que Reynolds estaba hecho para consagrarse como Deadpool, pues tras la caracterización que este hizo del mutante antihéroe, imposible resulta pensar en otro actor encarnándolo, ya que Reynolds dio todo de sí para otorgarle su encanto. 
     La cinta en cuestión se encarga de narrar los acontecimientos que llevaron a Wilson a transformarse en Deadpool, no obstante lo hace de una manera bastante genial, puesto que tras unos créditos de apertura llenos de acción y los mejores efectos especiales, sazonados de un humor desternillante que desde un principio parte con la autoparodia, da paso a varios flashbacks encargados de explicar el pasado del protagonista.   A todo se le suma la narración en off del propio Deadpool, quien queda claro que es un patán, no obstante también resulta ser alguien que posee su corazoncito y por ello, al menos en esta adaptación, consigue hacerse querible, pese a su exacerbado gusto por la violencia.  A todo esto se agrega una historia de amor en la que se encuentra directamente involucrado Wade, lo que lo mueve sin duda a realizar varios de los actos del metraje.  Cabe mencionarse que la responsable de conquistar los sentimientos de nuestro mercenario favorito, resulta ser interpretada  por la preciosa y talentosa Morena Baccarin, a quien hoy en día podemos contemplar como la doctora Leslie Tompkins, en la serie de televisión Gotham.  A su vez se introduce el leiv motiv de la venganza, por supuesto perpetrado por ya sabemos quién, el cual sus buenas razones tiene para ello.  Considerando todos los ingredientes que hacen de esta película algo muy divertido, digno de verse y de seguro una de las predilectas para muchos de los fanáticos de las adaptaciones al séptimo arte de sus cómics (pese a ser sin duda más bien una obra de humor ligero, si la comparamos con otros títulos más sublimes y trascendentes como la trilogía de Spiderman hecha por Sam Raimi, los filmes de Batman a cargo de Christopher Nolan, X-Men: Primera Generación y Watchmen de Zack Snyder), se incluye todo un plus dentro de su argumento: la incorporación dentro de sus personajes de uno de los X-Men más populares: el ruso gigante de buen corazón y cuerpo de acero orgánico Peter Rasputin, más conocido como Coloso; pues este ya había tenido breves roles en dos de los filmes sobre los alumnos del profesor Charles Xaxier, no obstante en esta ocasión sale en una faceta distinta y, como era de suponer, más cómica.  Al veterano héroe mutante lo acompaña una adolescente aprendiz de la academia del Profesor X, quien por igual ayuda a hacer de esta obra algo digno para disfrutarse.

Celebrando con un mes de adelanto el estreno de tan esperada película.
     Las constantes alusiones al mismo universo Marvel, a personajes populares, a las misma películas de mutantes hechas por Fox y los constantes gags inesperados sacan más de una risa, demostrando que se trata de una película que no pretende tomarse en serio, sino entretener…y ganar, mucha, mucha plata (dos propósitos que ha conseguido con creces en el poco tiempo que lleva en cartelera).  Por supuesto no es un filme para ver con toda la familia, pues se trata de uno de los títulos más violentos de lo que va esta seguidilla de adaptaciones de cómics; a su vez el humor no ceja en usar chistes de corte sexual, algunos de ellos bastante explícitos. 
      Si bien Stan Lee para nada estuvo detrás del nacimiento de Deadpool, tiene su cameo en el largometraje y como siempre muy divertido.  Debe saberse que es la primera vez en que aparece en una película hecha por la Fox sobre las revistas marvelitas.
     Y por cierto…Quien no haya visto aún esta cinta, que no se le ocurra abandonar la sala una vez que comiencen los créditos finales, si no se arrepentirá toda su vida.

Deadpool/Ryan Reynolds parodeando la famosa foto nudista de Burt Reynolds hecha para la revista Cosmopolitan.
El mejor team-up de todos: Mi sobrinito Amilcar y Deadpool.

miércoles, 10 de febrero de 2016

¡Gatúbela hoy y siempre!


    Hace rato que los cómics de DC Comics dejaron de ser una mera entretención infantil, al menos dentro de la continuidad oficial, pues hay uno que otro por ahí dirigido en exclusiva a los más pequeños.  Esto es porque desde los setenta del siglo pasado, sus historias abordan en profundidad temas escabrosos como la drogadicción, el racismo, la guerra y la prostitución, entre otros tópicos cargados de crítica y que mueven a la reflexión.  No obstante tuvieron que pasar décadas para que ello fuese llevado a expresiones más gráficas, en especial por medio de sus viñetas, de modo de dejar de lado la sugerencia, para ilustrar con mayores detalles la violencia de sus historias.  Es así como hoy en día buena parte de los títulos deceístas logran impactar a los lectores más sensibles por el nivel de hemoglobina, sexualidad y truculencia que se pueden hallar en sus páginas (y no me estoy refiriendo a su línea Vértigo, dirigida en exclusiva a un público con “criterio formado”).  El mejor ejemplo de todo esto vienen a ser las actuales aventuras de uno de sus personajes más emblemáticos, Gatúbela (Catwomam en la lengua de Shakespeare) y que ha inspirado el texto de hoy día.
    Gatúbela es tan antigua dentro de las historietas como el mismísimo Murciélago, puesto que tuvo su debut en el número 1 de la revista dedicada a Batman (1940).  Esta partió como la ladrona que gran parte conoce, obsesionada con las joyas, aunque no devota de matar e incluso con cierta atracción hacia el vigilante.  De este modo desde un principio quien en su faceta civil se llama Selyna Kyle, ha sido identificada como una mujer que se mueve entre los matices de la criminalidad y el heroísmo (o sea, sus pasiones más bajas y/o debilidades versus su conciencia y virtudes, como la gente común y corriente), con quien además en su constante atracción por el Señor de la Noche representa de manera muy especial el llamado juego “del gato y el ratón” (puesto que a lo largo de las múltiples representaciones de los encuentros entre ambos, es posible ver esta complicada relación de los dos, la primera como alguien al filo de la ley y el segundo como un representante de esta misma).  No obstante pese a los roces entre ambos, la pasión e incluso el amor que se tienen es evidente y ello lo han sabido cultivar con maestría cada uno de los distintos autores que han trabajado con estos dos.  Es así como durante la llamada Edad de Plata de los cómics (décadas cincuenta y sesenta) en lo que correspondía a Tierra-2 (unos de los mundos paralelos del Multiverso DC) Gatúbela dejó su carrera de ladrona y terminó casándose con su ex rival, teniendo ambos como hija a Helena Wayne, quien luego se transformaría en la Cazadora original.  Más recientemente durante lo que se llamó el periodo Post Crisis, luego del reseteo de DC Comics a partir de su famosa saga titulada como Crisis en las Tierras Infinitas (1985-1986), Batman le confesó su identidad secreta a Gatúbela tras los eventos de Silencio (2002-2003), ahora convertida en una gran aliada.
    Para ser sinceros, desde sus tempranos comienzos la Gata ha llamado poderosamente la atención de escritores, dibujantes y lectores (entre ellos un servidor, quien ya en su tierna infancia sentía predilección por esta misteriosa dama), acaparando espacio en las historietas y otros medios artísticos, ya sea en la televisión como en el cine.  En lo que a revistas se refiere, tras la reinterpretación realista que hizo de ella el afamado Frank Miller en su igualmente celebrada novela gráfica Batman: Año Uno (1988), de inmediato consiguió su primera miniserie un año después, hasta que luego tuvo ya su propia cabecera que duró años, partiendo con artistas de la talla de Chuck Dickson y Ed Brubaker, dos consagrados guionistas a cargo de ella. 
     En lo que corresponde a adaptaciones audiovisuales, en el clásico programa televisivo camp y paródico de la era “a-go-gó” con un Batman gordinflón y un Robin bastante crecidito (y a quien según cuenta la leyenda se le notaba demasiado el “paquete” de la entrepierna, razón por la cual debían tratar de enfocarlo de manera que no se le notaran sus “vergüenzas”), tres preciosas actrices la interpretaron, robándose la cámara con su sensualidad resaltada por los ceñidos trajes que usaban.  Largo tiempo tuvo que pasar para que una despampanante Michelle Pfeiffer la encarnara en el cine, gracias a la magia de Tim Burton en Batman Vuelve (1992), seduciendo más que nunca a los fanáticos de la antiheroína. Es cierto que en materia de cartoons, la dama en cuestión estuvo presente en varios títulos sobre Bruce Wayne y su alter ego, no obstante sus intervenciones no pasaron a más…Y entonces fue que aprovechando el éxito de los dos filmes sobre la franquicia batmaniaca hechos por Burton, se estrenó el longevo show para la pantalla chica conocido como Batman: Las Aventuras animadas (1992-1998), que ayudó como nunca a definir el carisma de Gatúbela para la audiencia masiva, como una mujer que sin ser malvada gusta de la acción y de vivir al borde de la ley, a la par de encontrarse ligada románticamente al Encapuchado.  Con posterioridad otras animaciones para la TV, The Batman y Batman the Brave and the Bold siguieron usándola como personaje recurrente, siendo que lo más genial del último programa aquí mencionado, fue que usó como modelo a la Gatúbela de la Edad de Plata; de este modo la podemos ver usando uno de sus trajes de antaño y con una personalidad más acorde a aquellos tiempos (o sea, con una pizca de maldad, aunque siempre enamorada de su némesis).   El cine la tuvo como protagonista absoluta en su propia película (2004), una versión bastante libre del personaje y la cual no fue del agrado que digamos tanto para el público como para la crítica (de hecho está considerada entre las peores cintas de superhéroes).  Solo gracias a Christopher Nolan y el cierre de su trilogía dedicada al Caballero de la Noche, Gatúbela pudo regresar en gloria y majestad por medio del largometraje Batman Asciende.  Por último en cuanto a lo que se refiere a versiones audiovisuales sobre este personaje, hoy en día podemos encontrarla en una dimensión bastante distinta a la abordada con anterioridad: en la serie Gotham, donde Selyna es una adolescente que vive en la calle, roba para sobrevivir y es amiga de un también jovencísimo Bruce Wayne.

La mejor Gatúbela cinematográfica de todas: la de Michelle Pfeiffer (las otras no le llegan ni a sus largos tacos).
  
    Cuando los ejecutivos y creadores de DC decidieron volver a reiniciar su Multiverso, luego del evento Flashpoint (2011), Gatúbela fue uno de los personajes elegidos para conformar los llamados Nuevos 52, correspondientes a las 52 revistas que comenzaron desde cero las aventuras de un montón de personajes clásicos deceístas.   Fue así como en el guión quien  se encargó de esta nueva etapa suya correspondió a Judd Winick, autor considerado ente los grandes de la actualidad.  Este autor caracterizado por no temer a tratar temas candentes en sus trabajos, otorgándoles con ello un tono más maduro y serio que en el caso de muchos otros colegas suyos (abordando directamente la diversidad sexual, el SIDA, el rapto de menores de edad y otros), había trabajado con anterioridad en colecciones de prestigio dentro de la compañía, tales como el mismísimo Batman; donde realizó una de sus mejores historias con Bajo la Capucha Roja (2005-2006), resucitando al malogrado segundo Robin Jason Tood, sin duda un cómic que hizo historia y que inspiró una formidable película animada basada en tal arco argumental, guionizada por él mismo.  Igual de recomendables resultan sus aportes para los Outsiders, Linterna Verde y Flecha Verde, entre otros destacados títulos.  En el apartado visual estuvo Guillem March, dibujante español elogiado por las increíbles mujeres que diseña, de modo que era el nombre ideal para llevar a cabo la imagen renovada de Gatúbela.  Pues esta dupla durante un año completo, o sea en los primeros doce números de su revista, la actualizaron realizando una labor de primera (ECC recopiló para nuestro idioma en dos tomos dicho periodo, en dos preciosas ediciones que incluyen textos de apoyo y unos cuantos extras).   Tras la partida de ambos, Ann Nocenti tomó la batuta, acompañada de varios colegas más.
    En cuanto al cómic mismo de esta “nueva” etapa de Gatúbela (pues ya han pasado casi cinco años desde su relanzamiento), Winick decidió centrarse en la primera época de la antiheroína como tal, cuando ya ha decidido usar su ajustado (y sexy) traje para dedicarse a lo que más le gusta en la vida.  De este modo el tema de sus “orígenes secretos” no llega a ser revelado durante su periodo en la revista, si bien el escritor nos deja con una interesante pista al respecto: Selyna cuando era pequeña había sido raptada y nadie acudió en su búsqueda, de modo que al parecer fue ella misma quien tiempo después por sus propios medios logró zafarse de su cautiverio.  No obstante como bien queda claro al ver su conducta, ahora como mujer de poco más de veinte años, ello la marcó lo suficiente como para convertirla en alguien con sus propios demonios interiores, además de ser alguien para quien su libertad para hacer lo que quiera es algo casi sagrado (de ahí su intención de vivir al límite). Otro detalle significativo dentro de sus argumentos, viene a ser que para cuando se comienzan a contar sus aventuras, esta hace un tiempo que conoce a Batman, con quien ya mantiene una relación ambigua de atracción, aunque en esta ocasión quizás más tormentosa que nunca.  Es en el potente primer número de la serie, que sucede un episodio que causó controversia en su momento (y tal vez aún entre los lectores que lo leen por primera vez), puesto que las viñetas escenifican sin eufemismo un encuentro sexual entre los dos enmascarados, y de todo de una manera bastante salvaje, algo no esperado por los seguidores del Murciélago; no obstante esto enfatiza la naturaleza animal de ambos y la calidad de los sentimientos del uno por el otro (si bien ello va mucho más allá de la mera atracción física).  Bruce reaparece unas cuantas veces en estos cuadernillos e incluso llega a tener un gesto bastante considerado con la criminal, pues lleva rato sabiendo cuál es su verdadera identidad.  Por lo tanto el mayor justiciero de Ciudad Gótica, posee gran preeminencia dentro de esta última colección dedicada a la Gata.
    Dentro de la trama que realiza el guionista, se encuentran unos números dedicados a la primera gran saga del universo batmaniaco, La Noche de los Búhos, la cual se extendió por las cabeceras de todos los personajes ligados directamente al Señor Oscuro; no obstante estas entregas aun cuando no son deficientes, no corresponden a lo mejor de Winick para el personaje, ya que la verdad desde principio a fin la saga se encuentra llena de adrenalina y argumentos complejos.  Asimismo crea nuevos personajes de gran interés, entre aliados y villanos, algunos de ellos metahumanos con los que se cruza nuestra felina favorita para complicar más su existencia. Esta Gatúbela es en la práctica la misma que conocemos quienes la adoramos, ya que pese a que sus circunstancias han cambiado, sigue poseyendo esa personalidad encantadora, con buen humor lleno de picardía y un corazón de oro que la lleva a no negarle a los necesitados su protección. 
Varias Gatúbelas a lo largo de los años.
    Considerando la caracterización de Gatúbela que hace Winick, toman vital relevancia los temas de la responsabilidad y la culpa, de modo que el personaje se ve ante una encrucijada por salir adelante en medio de sus propias miserias.  La dama se equivoca una y otra vez, se deja llevar por sus impulsos y pese a que su inteligencia y habilidades son altas, como joven que es le falta experiencia, además de ser una esclava de sus instintos y/o emociones.  Por lo  tanto esta etapa de Winick/March, viene a ser una especie de narración acerca de la iniciación a la vida adulta y el crecimiento personal.  Cabe destacar además el sentido literario que le otorga aquí el guionista a su trabajo, puesto que incluye una narración en primera persona, venida de la propia mente de Gatúbela, de modo que nos es posible conocer sus pensamientos y así adentrarnos mejor que nunca en su punto de vista.  A su vez los títulos de cada entrega, están sacados de algunas palabras claves del propio discurso de la protagonista a lo largo de las páginas.
    Quiero terminar con un recuerdo del año pasado ligado a Gatúbela misma.  En diciembre se celebró un evento en la Biblioteca de Santiago, llamado Marvel versus DC, con dos días dedicados a los universos de ambas casas editoriales.  Pues no vacilé en llevar a mi sobrinito Amilacar, quien tan solo a sus seis añitos de vida comparte con su tío que lo adora estas ficciones.  Pues el día domingo de ese fin de semana giró en torno a DC y cuando se estaba efectuando el concurso de cosplayers  (gente disfrazada de sus personajes favoritos, por lo general con trajes hechos por ellos mismos), el animador invitó a salir adelante a nada menos que un “Gatúbelo”, quien no se había inscrito para la competición, pero que ante lo espectacular de su atuendo merecía sin duda estar junto a los concursantes.  Ovacionado por los asistentes el Gatúbelo salió adelante y en verdad su traje y simpatía se ganaron el aprecio de todos; el tipo no era un hombre travestido, si no que era la versión masculina del personaje (con barba “candado” incluida) que con según sus propias palabras lo identificaba.  Cuando le tocó presentarse y posar frente a las cámaras, realizó la postura característica de la Gata y ello fue en verdad genial.  Finalmente consiguió el primer premio, pese a que nunca su intención fue ingresar al certamen.  Al dar su discurso de agradecimiento me gustó mucho lo que dijo:

    “Es bueno que existan  instancias como esta, a través de las cuales quienes gustan de este tipo de obras puedan reunirse y divertirse juntos ¡Viva la diversidad!”.

    Los aplausos se escucharon con muchas ganas y el verdadero sentido de la propuesta estética del ganador y sus palabras quedaron más que claros, sin producir incomodidad alguna.  Ello me hizo muy feliz.
      Solo lamento que Amilcar y yo no nos hayamos sacado fotos con Gatúbelo. 


viernes, 15 de enero de 2016

El primer adiós del año.

David Bowie como Jareth el Rey de los duendes.
     Esta semana no más, el 10 de enero, nos dejó otros de esos grandes artistas que al menos en mi caso, desde niño, se adueñó de mi atención gracias a su talento y simpatía: Me estoy refiriendo a David Bowie.  Aunque el rock no es la música que me apasiona, sí le tengo un gran respeto en cada una de sus variantes, como en especial a sus cultures, así como igual a todos aquellos que gozan escuchando sus canciones.  Por lo tanto, no es la faceta de David como cantante la que de pequeño logró conquistarme, sino que fue debido a sus enormes dotes actorales que este hombre de imagen andrógina, se convirtió en uno de mis tempranos ídolos.  Eso sí, debo hacer un alcance a su música de modo de hacerle justicia y es que las pocas veces que lo oí cantar, siempre me pareció su voz algo precioso y evocador, casi de otro mundo; pero como ya dije, fue en la interpretación actoral que este se consiguió un espacio en mi corazoncito.  A su vez hay que reconocer que David Bowie era un artista integral, quien destacó a lo largo de su discografía y filmografía con canciones y filmes de culto (tanto para el cine, como para la televisión), dejando hoy en día un legado que ya está dando más de un tributo a lo largo del mundo.  De este modo, con estas palabras hago mi humilde homenaje a nuestro queridísimo Bowie.
    ¿Cuál es el primer recuerdo que poseo de este caballero del espectáculo? Creo que fue viendo en familia una noche por la televisión abierta, en plena década de los ochenta, su famosa cinta Merry Christmas, Mister Lawrance, conocida en estos lares como Furyo.  Este drama bélico ambientado en la Segunda Guerra Mundial, específicamente en un campo de concentración japonés, me provocó unas cuantas lágrimas en aquel entonces.  Retrocediendo en el tiempo, una vez durante aquella época, quizás cuando recién tomé conciencia de lo que significaba este nivel de compenetración con una historia, a tal punto de llegar a emocionarme de esa manera con una obra de arte, le pregunté a mi papá extrañado-y con los ojos aún húmedos por el filme que estaba presenciando- cuál era el motivo de que me pusiera a llorar con algo que ni siquiera me estaba pasando a mí.  Y entonces mi querido padre me dijo unas palabras que me marcaron para siempre: “Porque tú no tienes el corazón de piedra”.  De este modo, si mi memoria no me falla, esta cinta en la que más encima Bowie se encontraba en un verdadero duelo histriónico y pasional junto a otro gran músico, Ryuchi Sakamoto (su antagonista en la trama), me llegó hasta lo más profundo de mi ser infantil e hizo que me interesara en el trabajo de su intérprete (exacto, desde muy niño amé el cine y a las buenas historias en general, pudiendo deleitarme con más de una actuación pese a mi corta edad).   Pero hay un punto significativo para mí de este debut en mi existencia de David Bowie: fue la primera vez en mi vida en que vi a dos hombres besarse eróticamente hablando. ¿Y ello me causó revuelo considerando mi falta de experiencia y conocimientos? No, para nada, al contrario, me pareció algo de lo más natural, si bien igual me sorprendió la gran revelación de los motivos que llevaban al oficial japonés para humillar tanto a su prisionero (recordatorio para mí: ¡Debo volver a ver esta película, que la tengo hace años en mi colección y salvo esa vez, nunca más le he echado otra ojeada).  No me acuerdo qué les habrá parecido esta escena climática a mis padres, que nunca fueron muy vanguardistas que digamos.  Sin embargo creo que desde aquella ocasión, que se me confirmó que el verdadero amor no tiene fronteras para habitar en el alma de los seres humanos.
Parte de su suplicio en Merry Christmas, Mister Lawrence
     El largometraje arriba señalado lo vi en una función nocturna, un domingo en lo que se llamaba Grandes Estrenos o Best Sellers (según el  canal que lo haya dado aquella ocasión).  Por aquel periodo en la tarde, después de clases, emitieron una película suya mucho más antigua y que esta vez disfruté a solas: El hombre que vino de las estrellas… ¿Qué les puedo decir sobre ella? Pues la verdad que casi no la retengo en mi cabeza, además de que la encontré bastante rara; sin embargo me gustó y por entonces al contemplar a Bowie mucho más joven que en la cinta histórica, lo encontré hermoso, quizás también porque su papel acá era casi angelical, propio de un ser superior y sobrenatural.
      De niño apenas fui al cine, pues no tenía quién me llevara y mis progenitores tampoco veían este tipo de salidas como una gran alternativa para entretener a sus hijos (solo recién en la adolescencia, ya en los noventa, me atreví a salir con mis amigos, juntando toda la plata que lograba obtener para darme estos gustos). Sin embargo miraba fascinado en la tele todo lo que daban acerca de los nuevos títulos que se estrenaban, a través de programas como Séptimo Arte, que a veces emitían los detrás de cámara; también me quedaba como tonto mirando los afiches en el diario y en los cines cuando pasaba fuera de ellos, además de todas las imágenes posibles de sus escenas que estuvieran a mi disposición.  Fue en aquellos años de “precariedad cinematográfica”, que me prometí que cuando fuera más grande y contara con plata de mi bolsillo, saborearía todas las películas que quisiera.  Así fue como en aquel tiempo llegó a nuestras salas Laberinto, una mágica historia en la que Bowie se permitía tanto actuar como cantar, brillando como nunca frente a las cámaras.  Esta obra hecha por el estudio de Jim Hemson (¡El mismo de los Mauppets y Plaza Sésamo y que luego nos daría esa perla de la ciencia ficción televisiva que es Farscape!), presentó al artista en uno de sus roles más recordados.  Anhelaba verla con todo mi ser (lo mismo me pasó con La Historia sin Fin), pero pasaron años para poder concretarlo y así fue como a principios de la siguiente década, gracias a la ya desfasada tecnología del VHS,  la arrendé y por fin pude gozarla.  Debe haber sido genial contemplarla en pantalla grande en su momento.
      Cuando era un adolescente y me encontraba haciendo la enseñanza media, me dio por el llamado “cine arte” y de ese modo David Lynch se convirtió en uno de mis ídolos.  Fue cuando se exhibió en la televisión abierta su celebrada serie Twin Peaks, que se estrenó con bombos y platillos por acá, aunque lamentablemente debido a la escasa audiencia que provocó (pues claramente el público televisivo criollo, no estaba preparado para un producto tan elaborado como ese) la cambiaron de horario, cerca de la medianoche, y al final terminé “sacrificándome”, quedándome despierto hasta tarde (en aquel entonces me dormía temprano, más encima la daban los lunes, cuando aún me quedaban varios días de clases por delante) y de ese modo fui uno de los pocos en el país en seguir el programa completo.  Poco después Lynch hizo la precuela para el cine y no dudé en ir a verla, aunque no me quedó otra que asistir solo.  Gracias a unas revistas de cine que compraba en esa época, me enteré que Bowie realizaba un pequeño papel en ella.  Así es que tenía razones demás para mi cita con Laura Palmer y compañía.   Mucha agua ha pasado bajo el puente desde la última vez en que me repetí este filme, no obstante puedo rememorar la actuación de David, quien con solo su gestualidad (pues creo apenas tenía diálogos) logró transmitir bastante en la escena que tuvo a su cargo.  Por otro lado, el hecho de que haya sido llamado a las filas del experimental Lynch, dejó todavía más de manifiesto su virtud como celebridad y de grandes dotes para el espectáculo (no cualquiera iba a conseguir la atención de David Lynch ¿No?).
    
Como Tesla en El Gran Truco.
Ya era un hombre hecho y derecho cuando fui al cine para presenciar The Prestige (que en Chilito se tituló El Gran Truco), la esperada nueva película de Christopher Nolan.  Y allí estaba una vez más Bowie, haciendo del mítico Nikola Tesla.   Recuerdo que una crítica cinematográfica que leí al respecto, se refería a él como “El camaleónico David Bowie” y en verdad que este aparece irreconocible en su caracterización, si bien cuando hizo de Tesla ya era alguien mayor.  Las pocas intervenciones de este en el filme, son en verdad memorables.  Ese día me acompañó mi amigo Marcelo López (amistad que felizmente he recuperado, después de diez meses alejado de él), otro amante del buen cine y quien  sí ama el rock; pues me acuerdo muy bien de su alegría cuando apareció en escena Bowie.  Pues ese es el efecto que provocaba en mucha gente, afecto y admiración de verdad, ya que no todos los artistas logran amalgamar a ese nivel sus variados talentos, dejando un legado imperdible para su público.    El año antepasado pude regalarme este título en blu-ray, reencontrándome una vez más con quien hoy deseo honrar.
     Más atrás hacia mi pasado,  cuando todavía era escolar, mientras leía la revista Cinegrama, me enteré de que existía un filme censurado en Chile, de principios de los ochenta y en la que actuaba Bowie haciendo de nada menos que de vampiro. La cinta era The Hunger (El Ansia) y recién cuando estaba en la universidad pude verla en VHS, aunque en una versión muy cortada.  Hace casi cinco años atrás más o menos, llegó a mis manos el DVD con el montaje integral de esta obra y en esta ocasión lo realizado por David y sus compañeros de reparto me dejó gratamente sorprendido.  Cuando el personaje de Bowie es condenado a pasar la eternidad como un monstruoso cascajo, de lo que alguna vez fue, llegué  a la convicción de que esta era  la actuación suya que más me había gustado.  Aquella vez, cuando la vi en DVD, también estaba Marcelo y de nuevo no dejó de expresar su reverencia ante la presencia de nuestro ídolo (de hecho, fue por medio de él que me enteré sobre esta triste pérdida).  El año pasado tras por fin haberme leído el libro de Whitley Strieber, que inspiró este largometraje, volví a revisar esta joyita y como nunca me maravillé de esta obra y en especial del desempeño actoral de su protagonista.   Años después hizo de anfitrión en la segunda temporada de la serie antológica The Hunger, inspirada en la película mencionada; lamentablemente aún no he tenido el honor de revisarla.
     El amor que despertaba (y todavía despierta) David Bowie entre sus seguidores, ha llegado a tal punto, que alguien como el escritor y guionista Neil Gaimam, cuando estaba realizando sus primeros cómics para The Sandman, se inspiró en su figura para representar a Lucifer; por lo tanto le encargó a los dibujantes que lo hicieran parecido a su cantante favorito.

Comparación entre David Bowie y su simil caricaturesco.

     Ahora solo me queda volver a repetirme sus películas que tengo, para deleitarme de sus interpretaciones y darle las gracias por tantos bellos momentos disfrutando de su trabajo. 

Bowie como el vampiro acabado de El Ansia (¡Maestro!).
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