martes, 20 de diciembre de 2011

El Mejor Batman de Todos (2° parte).



2- Batman del Futuro (Batman Beyond, 1999-2001).


     Mi favorita de todas las series de Batman, debido a sus guiones originales que son síntesis entre el material habitual de Batman e ideas sacadas de lo mejor de la ciencia ficción, como también por la forma de agregar personajes emblemáticos de las aventuras del Caballero Oscuro a otros nuevos (en especial los enemigos).  Y en el caso de estos nuevos personajes agregados a las hazañas del vigilante gotamita, bien se merecen estar entre la galería de villanos de nuestro superhéroe favorito, por razones que más adelante detallaré.
    Esta serie fue creada por los mismos Bruce Timm y Paul Dini, quienes también la produjeron.  Fue hecha como una continuación directa de Batman: La Serie Animada, de modo que los eventos mostrados en ella en más de una ocasión tuvieron relación con las aventuras vividas por Bruce Wayne y los suyos; a su vez todo el universo DC para la televisión en manos de Timm-Dini corresponde a un conjunto por el cual cada una de sus series, incluyendo las dos de la Liga de la Justicia, acusarán esta hermandad: de este modo tal que en más de una ocasión Batman del Futuro tendrá crossovers con la misma Liga de la Justicia y hasta con Superman.
    A su vez contó con 52 episodios, más una película y podríamos decir un capítulo especial que se emitiría muchos años después de ser cancelada la serie, como el final de la temporada dos de otra serie DC de Timm-Dini: Liga de la Justicia Ilimitada.  Tuvo tres temporadas, siendo la uno y la tres de 13 episodios cada una y la segunda contando con 26 capítulos, considerándose para muchos como la mejor de todo el show.
   Batman del Futuro comienza con un Bruce Wayne ya anciano, quien pese a todo sigue luchando contra el crimen, pero ahora a solas (sin la “batifamilia” con el que lo conocimos en la serie anterior: no hay Batichica, ni Robín, menos Nigthwing).  Este Bruce Wayne que pese a todo mantiene su gran inteligencia y prestancia, aún cuando es mucho más ágil que gente más joven que él, ya puede darse cuenta de que su cuerpo no resiste más batallas.  Es así como las circunstancias de la vida lo llevan a conocer a Terry McGinnis, un adolescente de 17 años, quien roba el traje de tecnología de punta que hasta hace poco usaba el anterior Batman, para hacer justicia.  Su padre es asesinado y este acto lo une más al viejo guardián de Ciudad Gótica, con quien comparte el mismo espíritu impulsivo y el deseo de vengarse contra quienes hacen de las suyas.  Es entonces que luego del episodio piloto doble (de dos capítulos), McGinnis se gana la confianza de Batman original cuando le demuestra su valía y verdadera nobleza; es aquí que debemos recordar la debilidad de Bruce Wayne ante un muchacho que se enfrente ante la pérdida de su familia, lo que ya vivió con Dick Grayson y en parte con Jason Tood, ambos los dos primeros Robin (siendo esta conexión frente al dolor y la orfandad el elemento igualador entre las  historias de Bruce y sus pupilos).  Y es así como Terry durante el día comienza a trabajar de asistente del anciano, pero de noche se convierte en el nuevo justiciero al amparo de uno de los grandes.
Un gran regalo para estas Navidades:
Las ediciones en DVD de esta gran serie.
    Pese a lo que pudiese parecer en una primera instancia por tener un protagonista adolescente, este programa para nada pretender ser una versión ligth del superhéroe; al contrario, en muchos casos los distintos problemas a los que se enfrenta este Batman implican más de un dilema social: como las pandillas, el abuso de la manipulación genética, el armamentismo, la drogadicción y evasión de la realidad por parte de la juventud, la corrupción, etc.  En varias ocasiones el tema de la muerte se encuentra presente sin tapujos y es así como más de un personaje, en especial los malvados, termina de mala forma su existencia o sufre algún tipo de castigo (¿justicia poética?) que poco se vería en una animación típica gringa.  Existe una intensidad dramática en la relación de los personajes entre sí, que hace que la serie se vea incluso mucho más adulta que su predecesora, en especial respecto a la repercusión de sus decisiones y actos que hacen de Batman del Futuro una obra que aborda sin vacilaciones los dilemas de la vida real: manipulación de la información, ostracismo social, conspiraciones, belicismo, entre otros temas de interés para un público mucho más sofisticado que alguien que sólo desea entretención banal.  Además, la serie tampoco pretende ser pedagógica o moralista, si bien invita a la reflexión y a destacar valores tales como la fraternidad, la confianza en los demás y la lealtad, y en el caso concreto del nuevo Batman, la oportunidad de resarcirse tras cometer errores de cierta gravedad (Terry estuvo en una correccional antes de los eventos mostrados en el show)
    También es destacable la ambientación de la serie que parte con unos créditos iniciales bastante artísticos, en plan videoclip y con una música electrónica rockera que resulta sentar el precedente para gran parte de la banda sonora de los capítulos.  Durante esta presentación, aparecen palabras claves que tienen relación con muchas de las temáticas abordadas en los episodios, primero aspectos negativos de la sociedad y luego su contrapartida positiva.   Por otro lado, para acentuar la atmósfera futurista de la serie, ya desde estos créditos iniciales se observan edificaciones de aspecto japonés, cargadas con kanjis (escritura japonesa), lo que lleva la serie dentro del terreno del ciberpunk (corriente de la ciencia ficción nacida en Inglaterra durante los ochenta y donde entre otros temas, aborda la presencia de grandes corporaciones niponas en la sociedad del futuro) y también acerca a este programa al mismo animé (animación japonesa); estas dos, estéticas que si bien no sigue al pie de la letra, a ratos rinde tributo.
    Tal como afirmé antes, esta serie es una fusión del espíritu del Batman al que todos estamos acostumbrados, pero se agregan elementos nuevos que revitalizan el universo batniano.  De este modo se retoman personajes ya conocidos como la mismísima Barbara Gordon, que aquí ya anciana posee el cargo policial que tuvo su padre (comisionada) y más adelante ya en la tercera temporada, vemos a la Liga de la Justicia con viejos conocidos como Big Barda y al propio Superman.  No obstante también se pueden ver versiones más viejas de los enemigos del Caballero Oscuro, que a la fecha siguen vivos por uno u otro medio, como lo son Bane, Mr. Freeze y Ra´s al Ghul.  También como si no bastara con consideraciones a El Regreso del Caballero de la Noche de Frank Miller, hay grupos de vándalos que se hacen llamar jokers en “honor” al Rey Payaso del Crimen, vistiendo a su moda y cometiendo actos antisociales que en todo caso no son ni la sombra de las fechorías de su ídolo.
    Uno de los grandes fuertes de esta serie es la incorporación de personajes nuevos poseedores de gran atractivo.  Esto ya sea dentro de los aliados del nuevo Batman, como en su propia galería de villanos, que en más de una ocasión “se roban la película”, tal como lo fue en su momento Harley Quinn en la serie anterior.  En algunos casos estamos frente a personajes que son la variante de adversarios del Batman original, pero que en todo momento mantienen la frescura de la idea de sus modelos originarios, como también sus propios atributos a la hora de crear un nuevo villano.  A continuación un listado de los personajes que aportó esta serie a la leyenda de Batman y que se ganaron un espacio dentro de sus historias.  Primero sus aliados y luego los villanos más destacados y recurrentes dentro de este programa:

  • Max Gibson: Compañera de estudios de Terry, afroamericana y de gran inteligencia.  Desde un principio comienza a sospechar de la identidad secreta de su amigo y ya en la segunda temporada logra descubrir el secreto del nuevo justiciero.  Es así como consigue convertirse en su gran apoyo y luego del propio Bruce Wayne, siendo que este último llega incluso a valorarla como a una luchadora más en su empresa bienhechora (o sea, Max se llega a ganar el respeto y aprecio de nada menos que del Batman original).  Debido a sus grandes habilidades para la computación, Max ayuda a Terry en todo lo que corresponda a cualquier eventualidad al respecto, incluso si ello significa arriesgar su propia vida.
  • As: El perro guardián de Bruce Wayne, quien por mucho tiempo fue la única compañía con la que contó el viejo, luego de que se quedara sin sus antiguos camaradas y amigos.  Es un animal muy inteligente, al punto que en la serie llegar a tener la calidad de persona (¿Manipulación genética tal vez?) y su valentía y lealtad en más de una ocasión le salva la vida a quienes dependen de él.  Durante toda la primera temporada de la serie receló de Terry a tal punto que la relación de éste con el animal siempre fue de desconfianza y temor, hasta que en el formidable primer episodio de la segunda temporada, por fin se logra una complementación fraterna entre ambos.
  • Comisionada Bárbara Gordon: La ex Batichica es ahora una mujer madura que continúa la labor en la policía por su padre.  A diferencia de éste, es una persona mucho más grave, como si la antigua heroína alegre que fue, no hubiese existido.  Sus relaciones con Bruce Wayne no son las mejores, menos con su sucesor, sin embargo desde su posición privilegiada presta el apoyo necesario para luchar contra los malvados.
  • Bruce Wayne: Si bien comparte junto con Terry McGinnis el protagonismo, cae dentro de los aliados del Batman del futuro, puesto que el peso de la acción la posee el nuevo Señor Oscuro.  En su esencia este Bruce Wayne es el mismo que todos conocemos, pero más solitario, y quizás un poco más amargado y cínico…hasta que Terry le devuelve la fe en un nuevo porvenir.  Bruce Wayne es la mano derecha de Terry y en parte también es su nueva figura paterna, quien comparte con el joven tanto su sabiduría de la vida cotidiana, como los conocimientos de alguien que solo siendo Batman por décadas puede tener.  Resulta ser un trabajo increíble lo que hicieron de él los guionistas, al hacer madurar hasta estas posibilidades a tan querido personaje; lograron ser leales al patrón original, pero a la vez le otorgaron una imagen fresca acorde a la de su nueva realidad.  Por cierto, esta versión de Bruce Wayne usa bastón y viste de riguroso traje formal, pero sin corbata.
  • Tinta: El mejor enemigo de este Batman futurista no resulta ser un hombre, si no una mujer, cuyo “origen secreto” sólo conoceremos en la tercera temporada.  Tinta viene siendo algo así como la versión de Cara de Barro de este futuro hipotético, puesto que posee la capacidad de transformar su cuerpo a su antojo, siendo su debilidad el agua, ya que la puede disolver.  Oficia tanto de ladrona como de mercenaria.  Su imagen cuando toma forma humana es algo retro, muy en la onda “Charleston y/o Locos Años 20”.  Es manipuladora y cruel como pocos dentro de esta nueva galería de villanos.
  • Grito: Maneja la tecnología ligada al sonido e irónicamente tras su primer encuentro con Batman queda sordo.  Sus intervenciones en la serie corresponden a algunos de los mejores episodios, debido a su capacidad para usar a su favor el control de las ondas sonoras cada vez de la forma más original posible (como cuando consigue que la gente no comprenda lo que hablan los demás o logra volver locos a los animales con sus vibraciones sonoras).  Usa un traje blanco y negro de tecnología de punta que lo cubre completamente y le da una apariencia robótica/alienígena.  Debido a la afección que sufre tras su primera pelea con el Caballero Oscuro, siente gran odio hacia él, lo que lo hace mortal en sus batallas con Batman.
  • Peste: Antes de su transformación en un ser de inmenso poder radiactivo, era un importante hombre de negocios que trabajaba para la Corporación Wayne, pero que sin embargo ocultaba un fuerte deseo de poder aún a costa de su propia lealtad para con los demás.  Es así como tras su accidente se convierte en un ser que derrite todo a su contacto, de imagen fantasmal cadavérica y verde. Tal como se había trabajado con anterioridad en los cómics de Batman, en este personaje se ve la idea de que es el mismo Batman quien en medio de su cruzada contra el crimen “crea” sus propios villanos; puesto que al enfrentarse a él hombres comunes, debido a un incidente, pasan a ser criminales dementes y bizarros, como lo son el caso del Guasón y en cierto punto Dos Caras.
  • Hechicero: Viene siendo la versión del Sombrerero Loco de este programa, debido a su modus operandi consistente en controlar la mente de sus víctimas.  Usa un traje que esconde su rostro y que realza el concepto de insanidad mental a través de un remolino que va donde iría su cara (como el que se acostumbra usar en las caricaturas para expresar la locura en los ojos de alguien).  Utiliza una especie de bola parecida a un ojo que flota sobre su palma para hipnotizar a sus presas; en otras ocasiones al abrir la palma este globo ocular se abre desde el tejido que la cubre, como si fuese algo orgánico.
  • Curare: Asesina profesional muda y de grandes dotes atléticas, también muy diestra en el uso de espadas y similares.  Es implacable y al parecer es de origen árabe, puesto que viste con un atuendo de estas características.  Pertenece a la Liga de Asesinos, nefasto grupo que tiene sus antecedentes en los cómics clásicos de Batman.
  • Banda de la Escalera Real: Grupo clásico de las historietas del Caballero Oscuro, que aquí vuelve revitalizado siguiendo la idea de que sus integrantes corresponden a una familia de supuesto origen noble y que hereda de sus antecesores el gusto por las actividades non sanctas.  Visten como figuras de naipes de póker y vuelan sobre cartas gigantes.  Son muy atléticos y acostumbran usar la lucha cuerpo a cuerpo.  Terry en el primer encuentro con ellos, durante la primera temporada, tiene un romance con una de sus integrantes; esta relación pesará sobre ambos a lo largo el resto de la serie, siendo este episodio uno de los más inolvidables de todo el programa.

     Tras revisar a algunos de los personajes de Batman del Futuro, se puede evidenciar lo serio que se tomaron sus creadores para darle vitalidad a su obra, procurando crear personajes carismáticos y con vida propia, para nada planos, ni estereotipados.  Existe en ello una preocupación por acentuar los rasgos psicológicos y además en su estética, destaca el diseño de personajes por artistas de la talla de Mike Mignola (creador de Hellboy y un montón de grandes cómics como el dibujo para Odisea Cósmica) y Kevin Nowlan (quien ha trabajado en varias historietas sobre Alien para Dark Horse Comics).
DVD con la versión sin censura
de esta película altamente recomendable.
    Antes de que terminara la tercera y última temporada de esta serie, se estrenó su propia película, Batman del Futuro: El Regreso del Guasón, la que resulta ser de gran calidad, incluso mucho mejor que las de los filmes ligados a Batman: La Serie Animada.  El guión estuvo a cargo del propio Dini, de una historia cocreada por éste, Bruce Timm y Glen Murakami, otro gran artista de los cómics que también participó en la creación de esta serie, por lo que ello ya auguraba un producto de calidad, Acá nos enteramos sobre la última confrontación entre el Batman original y su archienemigo, viéndose cómo es que este maligno, pero ingenioso malhechor logra superar la muerte física.  También se muestra el destino de personajes tan destacables como Tim Dracke (en la serie anterior, Robin 2) y Harley Quinn.  Por otro lado, esta película en su momento fue censurada y la primera versión de la muerte del Guasón tuvo que ser suavizada para hacerla más digerible para una mayor cantidad de público; posteriormente en DVD salió una edición sin cortes que traía esta famosa escena tal y como la idearon para ser exhibida.  Existe una adaptación al cómic de este filme, tal como se hizo antes con las películas de Batman: La Serie Animada,
    Como ya afirmé con anterioridad, en Liga de la Justicia Ilimitada, el universo de Batman del Futuro fue revisitado.  Primero al final de la primera temporada, en The Once And Future Thing 2: Time Warped, episodio de viajes temporales donde las Ligas de dos épocas se conocen y aprender a luchar juntas para detener a Cronos.  No obstante es al final de la segunda temporada de la serie sobre el más grande grupo de superhéroes de DC, que Terry McGinnis y los suyos tienen la oportunidad de lucirse en un capítulo que resulta ser no sólo un homenaje a todo lo que significa Batman, si no que además se trata de una verdadera perla de la animación gringa en poco más de veinte minutos.  Es así como Epílogo, que así se llama este episodio, se constituye en una bellísima historia cargada de emotividad.  Hay momentos del episodio que corresponden a recuerdos de Terry McGinnis (flashbacks) en blanco y negro, de hondo dramatismo y hecho de un modo tan artístico que resulta imposible pensar que se está frente a un dibujo animado infantil (puesto que en todo caso no lo es).  En esta historia asistimos a la revelación sobre el verdadero lazo que une a los dos Batman y al impacto real que ha tenido la “cruzada del murciélago”  en la vida de tanta gente a lo largo de décadas (sin tapujos diré que vez que veo esta obra de arte, lloro ante la belleza que es capaz de expresar en tan pocos minutos, cortometraje  con una intensidad que muchos largometrajes millonarios quisiesen poseer).  Lo anterior se debe en parte a un soberbio trabajo de montaje entre los “recuerdos” de los personajes y las escenas correspondientes al presente.  Otro dato interesante sobre este “especial” resulta ser el hecho de que es la primera vez que veo en una animación estadounidense un travesti, y por extensión un personaje gay (lo que en el caso del animé ya es habitual); no diré en qué momento sale este personaje, pero estén atentos a ello y luego me dicen cuándo y quién es, je; en todo caso encuentro loable este tipo de apertura temática, aunque sea de una forma tan indirecta.  Una última cosa diré respecto a Epílogo: creo es la única animación de la etapa Timm-Dini donde existe una mención directa a Dios y aquí corresponde al concepto judeocristiano; en sí esto resulta ser un aporte, pues al menos el mundo del cómic en DC tiene muchas referencias a una teología real y concreta, pero lamentablemente en los productos de la televisión esto se pierde ante una idea de hacerse más masivo y no “dañar” susceptibilidades ante una supuesta preferencia de una creencia por otra (en otras palabras se opta por el ateísmo).  Y en este caso resulta no sólo verosímil, si no que mucho más adulto hacer que uno de los personajes (y no estamos hablando de uno con poco peso dentro de la historia), profese el cristianismo, con lo que se hace referencia explícita a cuán importante puede ser para uno la creencia en Dios y como ello lo puede transformar a alguien en una mejor persona.  En Epílogo se habla directamente del libre albedrío, tema que a lo largo de este capítulo resulta ser uno de sus leiv motiv principales; pues a la larga ser un héroe, o un superhéroe, implica elegir vivir por los demás y eso es lo que un personaje tan simbólico como Batman hace.  El capítulo fue escrito por nada menos que Bruce Timm y  Dwayne McDuffie, siendo este último otro destacado guionista que falleció tan solo a principios de este año.
    La serie tuvo varios homenajes a otras expresiones de la llamada “cultura pop”, a lo largo de sus tres temporadas, detalles que sólo pueden apreciarse si se es capaz de percibir tales alusiones e intertextualidades (o sea, mientras más “nerd” se es, más fácil reconocer estos momentos).  Por ejemplo en la primera temporada, específicamente en el episodio Heroes Terry se encuentra con un nuevo grupo de superhéroes, cuyos orígenes y características tienen clara relación con nada menos que los 4 Fantásticos de Marvel.  Durante uno de los enfrentamientos con Hechicero (creo que el primero, que se llama igual que este maleante) hay una imagen casi calcada del clásico ochentero del animé Nausicaa, del alabado director Hayao Miyasaki.   A su vez en el segundo encuentro con Tinta, durante la segunda temporada, el final del episodio es un homenaje a una “aterradora” escena del desenlace de La Mosca 2, filme también de los ochenta.
    Tal como la primera serie de la dupla Timm-Dini dedicada a Batman, el éxito de este programa fue tal, que hicieron una versión en cómic, siendo sus primeras aventuras en papel hechas por los guionistas de la serie de televisión, como lo son Paul Dini y Hilary J. Bader.  No obstante esta primear incursión en las historietas sería fuera de la continuidad del Universo DC.  Sin embargo en el año 2010 se ganó su bien merecido lugar dentro de la continuidad, con una miniserie de seis números y donde le tocó luchar contra uno de los grandes villanos del Batman original: Hush. A su vez peleó codo a codo con Superman en un anual de la serie Superman/Batman, team-up que ya se dio en la tercera temporada de la serie de televisión.  Recién este año tuvo su colección regular, pero sólo llegó hasta el número 8, puesto que con el receteo del Universo DC, no se le consideró para los llamados “Nuevos 52”; no obstante se anunció que el año que viene sí volverá con su propia revista y manteniendo la continuidad del último número que tuvo.

Portada del último número
a la fecha de la serie regular del cómic.
Viñetas del cómic mostrado más arriba.
En estos dibujos se puede apreciar lo siniestra que resulta ser Tinta.


miércoles, 14 de diciembre de 2011

El Mejor Batman de Todos (1° parte).



     Referirse a Batman, es hablar de uno de los personajes del cómic más populares tanto entre los fanáticos de los superhéroes, como de aquellos que lo ubican por su carácter de ícono de la cultura de masas.  Si bien se habla de Superman como del símbolo de DC Cómics, la compañía de historietas a la que pertenecen ambos personajes, a la larga resulta ser Batman el más famoso de todo el panteón de DC; por lo tanto es el que más adaptaciones posee para medios audiovisuales, como de revistas dedicadas tanto a él y a personajes salidos de sus historias, quienes cobraron autonomía y colecciones propias (Robin, Nigthwing, Catwoman, Batgirl, Azrael y Batwoman).  Es así como a partir de comienzos de la década del noventa del siglo pasado, el Caballero Oscuro (como también se le llama cariñosamente) ha logrado acaparar la sintonía televisiva con cuatro series animadas sobre sus aventuras.  Cada una de estos shows poseen sus propias características, correspondiendo a distintos años de emisión y diferentes equipos a cargo de ellos.  No obstante todos ellos mantienen la idea de que los cómics no son en sí un mero medio de entretención infantil, puesto que a través de historias de gran calidad han mostrado que el cómic también es una expresión artística de gusto de gente adulta inteligente.
   Considerando lo de arriba, es mi intención a través de este texto, hacer un repaso a esas cuatro series dedicadas a Batman.  De este modo me pondré a analizar cada una de ellas, para ir descubriendo sus virtudes, como ir sacando a la luz algunos detalles que pueden ser de interés para los seguidores de Batman; y quizás logre provocar interés en ellas, por parte de quienes aún no han tenido el gusto de apreciarlas.

1. Batman la Serie Animada (1992-1998).

    Lejos para los entendidos la mejor serie animada que se haya hecho hasta el momento sobre este personaje, siendo el punto de referencia para todas las otras series sobre él, incluso para otras donde se adapten a dibujos animados de cualquier superhéroe de DC.  Decir que es la mejor serie animada de Batman no es algo gratuito, ni la simple afirmación de un seguidor de ella, si no que responde a varios elementos que se conjugan entre sí para haber creado este show y otorgarle una calidad tal que antes no se había visto en producciones “infantiles” para la televisión estadounidense.
Paul Dini.
    Antes de Batman la Serie Animada se había llevado al Caballero Oscuro a los “cartoons” bajo la típica idea de personaje y estética meramente infantil, con guiones básicos y sin segundas lecturas de modo de agradar a los mayores también; en parte la culpa de esto la tuvo la famosa serie de los sesenta de imagen real con un Batman poco apolíneo y bufonesco interpretado por Adam West, con sus detractores y fanáticos por separado.  Y no fue hasta que la dupla de Bruce Timm-Paul Dini, en dibujos y diseños de personajes el primero, y a cargo de los guiones el segundo, que a Batman se le dio la seriedad que le correspondía, con esta serie que por años dio en el gusto a grandes y chicos.   Este par de artistas venía trabajando juntos antes para Warner Bros en otra serie animada, la también ya clásica serie de Tiny Toon y a su vez el propio Dini a muy temprana edad había escrito algunos de los mejores capítulos de la serie original de He-Man.  Al ser exhibido la animación piloto del show para los ejecutivos del canal (la que se puede ver dentro del material adicional del primer pack en DVD de la serie), los productores se dieron cuenta de que tenían en sus manos una verdadera maravilla que les daría un montón de divisas.
Bruce Timm.
    Luego de los antecedentes ya mencionados, es importante destacar que la serie en cuestión partió con una especial apariencia retro, que homenajeaba y a la vez estaba inspirada en la estética de los dibujos animados que hicieron los estudios Fleischer para el cine en 1940, dedicada nada menos que a Superman y que también hoy se considera una verdadera joya de la animación gringa; por lo tanto, Bruce Timm le otorgó a los personajes un aspecto anguloso noir, como también en el diseño de los paisajes, edificios y artefactos.  Este aspecto retro era mucho más acentuado en los primeros episodios, en especial por el uso de tonos oscuros de la animación, si bien después al avanzar la primera temporada se logró un equilibrio entre lo clásico y lo moderno. A su vez, otro punto a destacar es el uso del recordado tema instrumental compuesto para Danny Elfman de la primera película de Batman a cargo de Tim Burton, siendo este tema arreglado de modo de usarlo en la presentación de la serie; la música incidental de los capítulos estuvo a cargo en gran parte por Shirley Walker, compositora ligada profesionalmente a Elfman y quien fue capaz de hacer temas que recordaran el trabajo de éste para los filmes de Burton.
    Cuando se habla de Batman La Serie Animada en realidad se está haciendo referencia a tres series, las cuales si bien mantienen una cronología unificadora, con los mismos equipos técnicos y artísticos, se dividió en un principio de la siguiente forma: Batman la Serie Animada con 70 episodios emitidos entre 1992 y 1993; Las Aventuras de Batman y Robin con sólo 15 episodios exhibidos entre 1994 y 1995; y por último Las Nuevas Aventuras de Batman (también conocida como Batman Gotham Knights), que a su haber tuvo 24 episodios de 1997 a 1998.  Cada una de estas etapas tuvo su propia película de animación, siendo la primera de ellas, Batman: La Máscara del Fantasma estrenada comercialmente en cines en USA y otros lugares de mundo (las otras dos, Batman & Mr. Freeze: Subzero y Batman: El Misterio de Batwoman, si bien tenían gran calidad, en especial la que versaba acerca el destino del trágico personaje de Mr. Freeze, fueron emitidas sólo en televisión).  Entonces si tenemos estas tres etapas, estamos hablando de un total de 109 episodios (¡horas y horas de inolvidables historias!), más las tres pelis en cuestión y que en DVD y Blue-ray fueron editadas en cuatro volúmenes que bien merecen tenerse, con las películas por separado, claro.
    Un aspecto adulto de la serie, es que no todos los episodios tratan acerca del enfrentamiento de Batman contra sus archienemigos.  Tal como en el cómic, en ocasiones Batman se enfrenta a criminales de la vida real, como ladrones y mafiosos.  A su vez se incursiona dentro de la psicología de los personajes, profundizando en sus propios dilemas y conflictos; en el caso concreto de Batman, muchos episodios hacen claro hincapié en trabajar sus traumas infantiles y sus sentimientos complejos frente a su guerra contra el crimen, con la correspondiente dicotomía  y dualidad de Bruce Wayne/Batman, Ventrílocuo/Scarface, Selyna Kyle/Catwoman, Harvey Dent/Dos Caras y otros.  Además si es que no fue el primer dibujo animado para la televisión gringa, fue uno de los precursores en hacer que las armas usadas fuesen reales, o sea, disparasen balas e hirieran a la gente (y no fuesen en su totalidad rayos láser u otros); de este modo los personajes sangran cuando corresponde y también se introduce el tema de la muerte dentro de las historias a desarrollar.
    A lo largo de la serie hubo un desfile de la gran galería de villanos de Batman, a los que siempre se les trató con el respeto debido a la hora de narrar sus historias y caracterizarlos, sin ánimo de hacerlos ridículos, ni risibles por el simple hecho de “ser dibujos animados”.  Si bien siempre se le dio especial preponderancia a la némesis por excelencia de Batman, el Guasón, el tratamiento que tuvieron caracteres tales como el Espantapájaros, Pingüino, Killer Croc, Cara de Barro, el Ventrílocuo y Scarface, El Sombrerero Loco, Bane, Dos Caras, Hiedra Venenosa, el Acertijo y en especial Ra´s al Ghul, entre otros, fue un verdadero trabajo que más de un seguidor lo agradeció con emoción.  Por primera vez en la historia de la animación infantil gringa para la televisión, se les dio una humanidad tal a los “malos de la historia” que estos bien podían causar en el espectador simpatía y comprensión ante sus naturalezas corrompidas.  Si  las voces originales dadas por grandes actores de renombre para estos personajes, dieron a la serie un realce, como Kevin Conroy (Batman/Bruce Wayne), Mark Hamill (Guasón), Roddy Mc Dowall (Sombrerero Loco), David Warner (Ra´s al Ghul), Adriene Barbeau (Selyna Kyle/Catwoman), Ron Perlman (Cara de Barro) y un largo etcétera, el trabajo hecho por los especialistas venezolanos del doblaje para Latinoamérica es otro punto álgido a la hora de disfrutar la serie. 
    Y es así como dentro de los personajes que desfilaron a través de la serie, que se debe destacar a nada menos que Harley Quinn, la inolvidable compañera del Guasón.  Hasta antes de la creación de este show, la ex psiquiatra Harleen Quinzel no existía dentro de los cómics, hasta que Paul Dini la creó y le dio tal realce en sus guiones que poco a poco fue desarrollando independencia y obteniendo su propio protagonismo dentro de las historias.  Incluso en 1994 Bruce Timm y Paul Dini se dieron el gusto de hacer un cómic donde por fin contaron su origen y esta obra ganó un montón de premios especializados; luego esta misma historia sería adaptada con éxito para la misma serie animada de Batman.  No obstante la popularidad de Harley Quinn sobrepasó las expectativas y ya en el año de 1999 fue por fin introducida dentro de la continuidad de los cómics de Batman y DC, siendo este evento en nada menos que la famosa macrosaga de Batman de Tierra de Nadie, la que contó con el guión de nada menos que Paul Dini.  Por último en este apartado dedicado a la novia del Guasón, ésta llegó a tener su propia revista, alcanzando nada menos que 38 números.
    Durante su cruzada contra el crimen, a Batman en la serie se le otorgó la compañía de varios personajes sobresalientes durante su desarrollo.  Es así como destacaron el primer Robin, Dick Grayson, quien luego saldría ya como Nigthwing; luego se vería a una fusión de los Robin 2 y 3 bajo la figura de Tim Dracke, cuya historia se parecería más a la del malogrado Robin 2, Jason Tood que a la de Robin 3 de quien lleva el nombre; también destacarían las figuras de Batgirl, el comisionado Gordon, Bullock y por supuesto, su fiel amigo, mayordomo y figura paterna, Alfred.  Por otro lado, por primera y única vez en los animaciones dedicadas al también llamado Señor de la Noche, introdujeron otro gran personaje y confidente de Batman en los cómics, me refiero a la doctora Leslie Thompkins; el uso de este personaje acentuó más aún el carácter adulto de la serie. 
    A diferencia de Superman: La Serie Animada, creada por los mismos Timm y Dini, emitiéndose en paralelo con la serie de Batman y habiendo continuidad entre una y otra, Batman: La Serie Animada no destacó por tener tantos team-ups (entiéndase este concepto, como al trabajo en equipo entre dos o más superhéroes).  Aparte de Catwoman, quien a veces unía sus fuerzas con Batman, saliendo varias ocasiones en las historias, sólo estuvieron los personajes de Zatanna, Jason Blood/The Demon y Creeper, con una aparición cada uno de ellos.  Hubo un hermoso capítulo dentro de la “saga de Ra´s al Ghul” donde apareció Jonah Hex, personaje de gran popularidad en los cómics, si bien en Chilito sólo lo conocemos los más entendidos; no obstante en todo el capítulo, el famoso vaquero de cara desfigurada nunca intervino con Batman, puesto que ambos personajes son de periodos históricos distintos  y gran parte de la trama correspondía a un recuerdo del inmortal Ra´s a Ghul durante el siglo XIX.
    Retomando el nexo entre las series animadas de Batman y Superman, Batman compartió aventuras con el Hombre de Acero en un famoso capítulo triple de la segunda temporada, World´s Finest, que corresponde a más que una alusión a cómics de la Edad de Plata con esta dupla superheroica.  La calidad de este primer crossover entre ambas series fue tal, que salió a la venta una adaptación gráfica de esta historia y una edición para la venta de los episodios unidos a manera de película.   A sí mismo, en la tercera temporada de Superman: La Serie Animada hubo otros dos episodios con el dúo ganador, pero estos unitarios eso sí, y aún muchos mejores que su precedente.  En la última temporada de Batman: La Serie Animada se dio su correspondiente crossover, pero centrado en los personajes femeninos de Batgirl, Supergirl y un trío de villanas muy particular, si bien al principio del capítulo salen tanto Superman como Batman.
     Otro dato interesante a la hora de evaluar el éxito e impacto de esta serie ya clásica, es el hecho de que considerando la estética de ésta , la caracterización de sus personajes y la continuidad del programa, se hizo una versión en cómics que por años se ha editado continuamente.  El nombre de esta revista es Las Aventuras de Batman, con uno que otro cambio leve en el título durante un tiempo.  En la primera tanda de historietas, en los dos primeros años, salieron dos anuales de gran calidad y guionizados por el mismo Bruce Tim y los que recomiendo leer sin dudarlo.  Cuando corresponde, estas caricaturas también poseen el particular humor de la serie que los inspira, pero todo dosificado y sin caer en lo ingenuo, absurdo e infantil.  Dentro de la colección existen adaptaciones de las tres películas animadas ya mencionadas.
    Un último valor agregado del programa es que se permitió adaptar varias historietas de renombre dedicadas a Batman.  De este modo, se hicieron versiones de historias tanto de los inicios de Batman en los años 40, como de cómics de hasta los 90.  Así es que no sólo el ya mencionado Amor Loco fue convertido a la animación, si no que también lo fueron los clásicos que escribió en los setenta  Deniss O´Neill para la saga de Ra´s al Ghul; varias historias escritas por Steve Englehart y Chuck Dixon; como también en el gran episodio Leyendas del Caballero de la Noche se adaptaron fragmentos de dos clásicos por separado, uno de ellos de unos de los momentos más famosos de El Regreso del Caballero Oscuro de Frank Miller (que tanto él como esta historia suya no son muy de mi agrado); en este capítulos los responsables de la animación copiaron el tipo de dibujo de ambas historias, otorgándoles su formato de homenaje a los cómics originales. 
     Por último, un dato extra que permite dimensionar mejor el éxito y la calidad de esta serie, resulta ser que la crítica especializada en televisión y cómics le hayan otorgado numerosos premios.  Aquí destacan los premios Emmy, de la televisión estadounidense.  El primero de ellos fue por Corazón de Hielo, episodio donde reinventaron a Mr. Freeze para un carácter hasta shakespereano en su trágico origen e intenciones; luego la primera parte de La Venganza de Robin recibiría también elogios con otro Emmy al mejor programa animado de menos de una hora, en parte por su logro al contar en menos de media hora los inicios de un personaje tan carismático como "el joven maravilla".  El cómic original de Amor Loco ganó nada menos que el Premio Eisner en 1994 a la mejor historia, lo que no es para menos, considerando la enorme cantidad de títulos que compiten con historias y dibujos de alto nivel.


sábado, 10 de diciembre de 2011

Crítica a “Malas Enseñanzas” (Bad Teacher).



      El cine hollywoodense, lo mismo que la televisión gringa, durante décadas se han “tomado la molestia” de presentar la labor del profesorado (además de la de los abogados y doctores) como a una de las carreras con mayor cantidad de personajes virtuosos, preocupados por quienes requieren de sus servicios y dedicados en cuerpo y alma a lo que se dedican.  Es así como poseen una larga tradición de filmes donde se muestra a estos docentes luchando por incentivar a sus alumnos para que estos se conviertan en gente de bien, aún en medio de un ambiente hostil y la desidia, superando todo tipo de tara social.  Si se considera esto, lo que nos quieren mostrar es la imagen que de lo que es supuestamente un verdadero maestro: una persona que es capaz de renunciar a su propia vida privada, en aras de la felicidad de sus alumnos, tal como una figura materna o paterna.  Por ende, el profesor como lo muestran en estas obras, es alguien que si no “hace más de lo debido” no vale y ello implica, por ejemplo, ir a la casa de sus estudiantes a solucionar conflictos privados y familiares, hacer cruzadas sociales y un largo etcétera.   De este modo nos encontramos con filmes ya clásicos como Al Maestro con Cariño (To Sir, with Love, 1967) con un joven Sidney Poitier, El Director (The Principal, 1967) con James Belushi, Mentes Peligrosas ( Dangerous Minds, 1995) con Michell Pfeiffer y que de seguro es una de sus mejores películas, Escritores de la Libertad (Freedom Writers, 2006, y que en todo caso está basada en un hecho de la vida real) con una siempre solvente Hillary Swank y la serie de televisión Boston Public, (que duró cuatro temporadas desde el 2000 al 2004) que podríamos decir es el epítome de este tipo de dramáticas historias con tan abnegados profesionales.
    Es así como nos encontramos con la película que hoy revisamos, la que también es conocida como Mala Maestra en Latinoamérica.  No obstante en este caso, estamos hablando de una ácida comedia, a diferencia de los dramáticos filmes mencionados.  Y en este caso, la heroica idea del profesor como un individuo íntegro y dedicado 100% a sus estudiantes, se distorsiona, tomando el aspecto de caricatura donde no quedan muy favorecidos que digamos estos “apósteles de la docencia”.
    La película comienza al término de un año escolar, justo cuando la profesora Elizabeth Halsey deja feliz su trabajo.  A esta más que agraciada mujer (excelentemente interpretada por Cameron Díaz, quien se da el lujo de incursionar tanto en papeles dramáticos, como en comedias, pudiendo demostrar versatilidad en temáticas tan dispares) lo que menos le importa es enseñar y compartir con sus alumnos y colegas, aunque sí le interesa casarse con un hombre rico que la mantenga, como realzar su supuesto pequeño busto con una operación.  Cuando su plan no resulta, se ve obligada al año siguiente a volver a las aulas.  Entonces hará su trabajo con la misma desgana de siempre, por lo menos en un principio, puesto que a lo largo del metraje su labor irá tomando nuevos ribetes al presentársele nuevas oportunidades para lograr sus sueños materialistas.
    Desde los comienzos de la comedia como subgénero dramático en la antigua Grecia, este tipo de obras se ha encargado de mostrar a personajes, que a diferencia de la tragedia griega, se observan como individuos muchos más humanos y realistas que los estereotipos nobles trágicos; son seres donde muchas veces destacan sus defectos más que sus virtudes, representando las bajezas humanas de una forma ligera y con humor; a su vez para autores clásicos como Aristófanes y Menandro, el uso de la grosería, coprolalia y todo tipo de alusiones directa e indirecta a elementos de corte sexual eran pan de cada día para provocar la risa en el público masivo.  Todos estos aspectos y en especial en muchas de las comedias actuales gringas es habitual, lo que en Malas Enseñanzas, no falta, si bien no cae en los excesos escatológicos de mal gusto de otras obras como, por ejemplo la saga de Scary Movie.  Así resulta ser que el mundo de los profesores en esta película en cuestión se muestra desfigurado por toda esta atmósfera de farsa: ninguno de los educadores que protagonizan la película podría caber dentro del molde de filmes más serios ambientados en colegios, puesto que aparte de la superficial y manipuladora protagonista, hay toda una fauna de profesores ridiculizados (hasta el personaje de la profesora, que en un principio se muestra como la maestra ideal que se preocupa por sus estudiantes, a lo largo de la historia va sacando su verdadera naturaleza defectuosa).  Y es que el colegio retratado en esta obra en cierta medida se muestra como muchas veces pasa de verdad.  La ficción imita a la realidad. Esto quiere decir: Que no todos los profesores tienen real vocación, que existen docentes a los que no les importa pasar a llevar a los demás en su afán de escalar más arriba en el poder y donde más importante resulta ser conseguir los mejores puntajes en evaluaciones entre establecimientos educacionales, que en que los niños realmente aprendan a ser personas integrales (y esto lo afirmo como profesor, teniendo por ende, mi experiencia al respecto cuando se trata de este tema).   Y tal como lo muestra la película, lo que ocurre dentro de un colegio entre bastidores, puede estar por debajo de la imagen idealizada del profesor como un modelo de virtud.
     Como se trata de un largometraje que más que invitar a la reflexión desea entretener, sin ánimo si quiera de hacer crítica social como otras comedias del teatro y del cine, la película pese a lo que uno espera no deja moraleja alguna; la protagonista si cambia no es para convertirse en alguien mejor de lo que era.   Por estas razones no triunfa el amor, ni la justicia y cuando en cierta escena se supone que la protagonista hará una buena acción por uno de sus aproblemados alumnos, lo que hace resulta ser una desfachatez más que refleja su temperamento poco pedagógico (y que causa risa, claro).
     En suma, Malas Enseñanzas es un filme recomendable, si bien hay que observarlo con criterio y ánimo de pasar un buen rato con esta sátira sobre la loable labor docente.  No apta para colegas que se toman demasiado en serio su vocación de servicio.  

jueves, 1 de diciembre de 2011

Wonder Woman, Batman, Hiketeia y las dos caras de la justicia.


Nota: A principios de esta semana tuve una de mis tantas largas y entretenidas charlas telefónicas con mi amigo Alejandro Sanhueza; en un momento salió el tema de los grandes cómics que hayan pasado por nuestras manos y entonces me acordé de esta maravilla que ahora les presento.  La idea sobre el conflicto entre dos ideas de justicia que analizo aquí, no es completamente mía, si no que se la debo a mi otro amigo, Marcelo López y quien la sugirió en una conversación acerca de esta historieta que ambos ya habíamos leído.  De este modo dedico este trabajo a ambos por inspirarme a escribir.



    Cuando me pongo a recordar los distintos cómics que he leído, y disfrutado en mi vida, se me vienen a la memoria un gran número de títulos; esta lista aumenta cada día más desde que hace menos de cinco años me puse por fin a hacerme de mi colección de forma más “seria” y constante, ocupando una suma digamos que “interesante” mes a mes en mis adquisiones.  Rememorar las historias que más lo han impactado a uno, que más han llegado incluso a emocionarte, es un gusto que para quienes amamos una buena narración, nos invita a querer pasar más tiempo con nuestros personajes favoritos y compartir sus aventuras y penurias (esto al menos en los cómics y seriales, unas cuantas pelis también, mientras que en cuanto a narrativa se refiere, sólo en las sagas el lector puede gozar de este privilegio).  Y es así como una historia en especial me motiva a escribir.  Se trata de la novela gráfica de Wonder Woman Hiketeia, escrita por uno de los grandes del cómic norteamericano, Greg Rucka, con el bellísimo arte de J. G. Jones y que apareció en el año 2002.
    Antes de referirme al cómic propiamente tal, quisiera hacer mención a sus autores, puesto que en la medida que los conozcamos, es más fácil comprender cómo de esta soberbia dupla salió una joyita como en la que me detengo hoy.
Greg Rucka.
    Greg Rucka es un guionista de cómics que se caracteriza en sus narraciones por dos aspectos en especial: primero el interés hacia las tramas de corte policial y con gran trabajo en la psicología de los personajes, en cuanto a sus conflictos y motivaciones, así como en ahondar en la naturaleza del misterio y/o crimen como una forma de relacionarla con los propios dramas internos de sus héroes (lo que le ha permitido brillar en especial con su trabajo para Batman); a su vez, el otro elemento caracterizador de su obra es la predilección que tiene hacia el desarrollo de personajes femeninos entrañables y de gran carácter, mujeres bien perfiladas bajo su pluma que se muestran autónomas, fuertes y osadas, pero siempre manteniendo su feminidad y sensibilidad.  Lo anterior se observa al recrear a personajes tan icónicos como la mismísima Wonder Woman, la detective de Ciudad Gótica Renée Montoya, y otros dos grandes personajes femeninos de los cómics de Batman como lo son la Cazadora y Sasha Bordeaux, siendo esta última de creación suya; también le debemos a la “nueva” Batwoman, personaje que recuperó de las antiguas revistas de los cincuenta, para darle su propio protagonismo y revistas.    Siguiendo con DC, su labor fue tan bien considerada, que como pocos autores, se les entregó en sus manos la responsabilidad de escribir para los tres grandes de esta editorial: Superman, Batman y Wonder Woman.  En Marvel tuvo el gusto de trabajar con otro gran personaje femenino: nada menos que Elektra. Dentro de sus trabajos independientes en el mundo del cómic, se encuentra la historia policial Witeout, que lo lanzó a la fama y de la cual se hizo una película en el 2009 que por estos lares llegó con el engañoso nombre de Terror en la Antártida, no obstante para muchos fue una bosta, si bien a mí me entretuvo y hasta la recomiendo.  A su vez tiene varias novelas escritas, donde demuestra más aún sus dotes de narrador.  Por último respecto a Rucka, escribió el guión de uno de los seis cortos que comprenden Batman el Caballero de Ciudad Gótica, donde por primera (y única vez hasta el momento), los gringos encargaron a grandes directores japoneses que hicieran particulares versiones en animé de este inolvidable superhéroe.  
J. G. Jones.
    Acerca de J. G. Jones no puedo decir mucho, puesto que no lo conozco lo suficiente como para hablar en profundidad de él.  Sobre su arte, puedo decir que es el compañero ideal de alguien como Rucka, debido a su dibujo de calidad y de corte realista, que en ciertos momentos recuerda al de maestros como Alex Ross.  Con estudios universitarios, que incluyen un Master ligado al arte, ha contribuido en numerosos cómics exitosos, como en Wanted, del sello independiente Top Cow y que inspiró no hace mucho una película con Angeline Jolie de protagonista; en DC es destacable su trabajo para Villanos Unidos y el haber tenido a su cargo las portada de cada uno de los 52 números de una de las más famosas macrosagas de la empresa en los últimos años: 52.
    Y ahora de lleno al cómic que acapara nuestra atención:
     Hiketeia es un antiguo rito religioso griego en el que una persona le pide a otra asilo y protección; a cambio de estos privilegios concedidos, el suplicante está obligado a “servir” a su guardián, claro que no como esclavo, si no que más bien se establece entre ambos un vínculo de reciprocidad sagrado y el que es observado por los dioses.  Quien es solicitado para hacer de protector, no puede negarse al suplicante; a su vez el suplicante no puede deshonrar al otro, de modo que le debe obediencia y respeto, siendo que además ambos se transforman en confidentes.  La única manera de que se rompa este lazo, es si el mismo suplicante “libera” a su cuidador.  Si cualquiera de las dos partes no cumple con su juramento, la ira divina caerá sobre él o ella.   En la literatura clásica, existen antecedentes de este rito nada menos que en obras tales como Los Suplicantes de Esquilo, Las Heráclidas de Eurípides y en Edipo en Colono de Sófocles.  Puede que mucho sobre cómo se da este rito se lo haya inventado Rucka para darle mayor verosimilitud a la trama (y si es así, qué bien lo hizo), no obstante aparte de las tragedias recién nombradas, en la Ética a Nicómaco de Aristóteles se profundiza bastante acerca de la figura de los suplicantes y del valor religioso y moral que posee todo lo relacionado a ello.
    El rito tal como es mencionado en el cómic es el siguiente:

Me ofrezco a ti en suplica / acudo a ti sin protección.
Acudo a ti sin alternativa, / sin honor, sin esperanza.
Sin nada más que a mi mismo / para clamar tu protección.

A tu sombra serviré, / por tu aliento respiraré.
Por tus palabras hablaré, / por tu misericordia viviré.

Con todo mi corazón, / con todo cuanto puedo ofrecer,
te ruego en nombre de Zeus, / que vela por todos los suplicantes:

¡Acepta mi ruego!


    Es así que un día llega hasta la presencia de Wonder Woman, Diana para sus amigos, una joven mujer, quien para su sorpresa proclama frente a ella este antiguo rito que creía ya olvidado.  Por razones ya expuestas, la superheroína se atiene a la tradición y la acoge como a una hermana, de modo que ambas comienzan a vivir juntas y a convertirse en verdaderas amigas.  Tantos por sus propios principios, como por las obligaciones a las que la somete el Hiketeia, Diana no le pide explicaciones a Danielle, quien esconde un pasado que regresará hasta ella y traerá graves consecuencias para ambas.   Pues resulta que Danielle ha cometido asesinato y alguien viene tras de ella para hacerla llevar ante la ley y hacer justicia.  Se trata de una fuerza tan implacable como la mismísima Wonder Woman y su nombre es Batman, el Caballero Oscuro.  Sabido es que ambos son amigos, han peleado juntos en innumerables batallas, pero ahora debido a las circunstancias presentadas, estas dos fuerzas del bien se opondrán; será una pelea donde pese a sus grandes dotes para la lucha, Batman tiene mucho que perder.  Por otra parte, hay otras fuerzas en juego en medio de este conflicto, y esta vez estamos hablando de presencias mucho más antiguas que guardan relación con los orígenes míticos de la princesa guerrera de la isla de Temiscira (pero no hablaré más de ello, puesto que no quiero quitarle la sorpresa al posible futuro lector de esta soberbia historia).  De este modo, Wonder Woman se enfrentará en dos frentes, sin dudarlo y con heroísmo, incluso si deba incumplir leyes que por mucho tiempo protegió (las humanas), por sobre las sagradas demandadas por los dioses a los que venera.
    Las historias de la Mujer Maravilla (y ahora me permito usar el nombre españolizado con el que la conocí y me enamoré de chico de ella) han servido como el vehículo ideal en el universo DC para abordar las temáticas de corte mitológico y no sólo las grecolatinas (en Marvel su mejor homólogo resulta ser nada menos que el gran Thor, donde se reelaboran los mitos nórdicos con maestría).  Lo anterior se lo debemos en especial desde su relanzamiento en 1987 por otro de los grandes en el llamado noveno arte, George Pérez, quien oficia tanto de dibujante como de guionista.   Es así como a partir del periodo ya nombrado, destacaron la presencia de muchos seres mitológicos en sus páginas y la introducción de varias de las temáticas propias de la tradición helénica.  Debido a esto, se suman aspectos literarios tan caros  al teatro griego, como lo es el de la venganza y que en el caso preciso de esta novela gráfica será el gatillante de la trama.  Pero recordemos que estamos hablando de un cómic de Wonder Woman, de modo que cuando se aborda la venganza, se trata de una acción que para los griegos, como también para gran parte del resto del mundo antiguo, tenía un carácter sublime y teológico.  De este modo la venganza no se da como un acto que provoca placer, es una obligación y ello conlleva un compromiso ineludible con las fuerzas divinas que se ven involucradas y pesan sobre la cabeza de los mortales.  Y en cuanto a la venganza tal como la veían los griegos, ésta correspondía siempre y cuando hubiesen motivos como, por ejemplo, cobrar la muerte de un ser querido como el padre o la madre; lo que muy bien puede verse en la figura mítica de Orestes en La Orestiada de Esquilo, obra que guarda una muy especial relación con la novela gráfica que hoy me permito abordar.   Es entonces que en medio de esta historia, tal como en una tragedia griega, se introduce el conflicto entre los protagonistas y las fuerzas que se les oponen.  Y de este modo aparece la idea del Destino, como una fuerza ineludible que está por sobre los personajes, quienes pese a ser seres nobles que luchen con todas sus fuerzas contra estos poderes celestiales, se ven en medio de una lucha fútil por parte de ellos.  La noción de Destino tal y como la entendían los griegos, no se enuncia como tal en el cómic, sin embargo sí se manifiesta en el sentido de fatalidad tal como se da en esta historia.  Por lo tanto el desenlace de la obra será inolvidable y digno de tragedia.  
    Tanto hoy en día como en épocas pretéritas, entre numerosos pueblos y sociedades, el concepto de la venganza ha sido validado como una manera de hacer justicia; una justicia muchas veces dada por la misma mano del vengador.  Es así como muchas historias se han contado de personas cuya motivación es efectuar este acto punitivo, como también existen otras narraciones antiquísimas sobre aquellos que sufren la venganza.  En cuanto a ejemplos en obras recientes, un referente de ello resultan ser los superhéroes en los cómics.  Estos personajes muchas veces hacen de salvadores ante los más débiles, trayendo su justicia donde no hay, vengando a quienes han sufrido el yugo de los malvados y corruptos, puesto que no tuvieron cómo defenderse cuando fueron mancillados.  Si para los antiguos griegos la venganza era un acto sagrado y debían cumplirla so pena del castigo de sus propios dioses, para los héroes de los cómics su cruzada justiciera posee carácter igualmente épico. Es así como a la hora de analizar las motivaciones individuales que llevan a un personaje de cómic a convertirse en superhéroe, la figura de Batman resulta ser el ícono del sujeto que es llevado por su sed de venganza para transformarse en el paladín que llega a ser.  Sabido incluso por quienes apenas entienden de cómics y superhéroes, es el origen de este entrañable personaje: siendo niño sus padres murieron frente a él por un ladrón de poca monta que les disparó con una pistola; desde aquel entonces juró hacer justicia sobre los criminales, sublimando su dolor en medio de su vocación, para que nadie más sufriera lo que le tocó vivir y hacer pagar a los criminales lo que uno de ellos le quitó.  No obstante Batman cree en la justicia como algo que sigue patrones y leyes preestablecidos, propio de una sociedad donde está normado lo que es legal y no; por esta razón, pese a que es lo que se llama un “vigilante” (puesto que no trabaja ni para la policía, ni para fuerza gubernamentales, si no que por sí mismo) hace valer en su trabajo el respeto a la ley que él valida como tal en la sociedad que protege.  Y esta es la razón que lo lleva a ir en busca de Danielle, puesto que ella ha infringido esa ley a la que él como ciudadano y vigilante rinde pleitesía.  Y es entonces que por otro lado tenemos a la propia Mujer Maravilla, quien representa otro modo de ver la justicia, si bien como supongo ya está claro, comparte muchos de los ideales de Batman y es su amiga y aliada.  La figura de Batman representa la de un mundo ordenado, racional y moderno frente al caos que significan el mal y la delincuencia; a su vez el hecho de que este personaje hace uso de toda su inteligencia y habilidad como hombre de ciencia, contando con artilugios tecnológicos maravillosos (pero creíbles), lo acerca más a nuestra imagen de mundo contemporáneo, que lo que sucede con una mítica Wonder Woman.  Si Batman representa entonces la ley y el orden del mundo civilizado tal y como lo conocemos, entonces la princesa Diana es símbolo de una justicia ligada a los principios teológicos del lejano pasado.  A la amazona no la mueve la venganza como a Batman, si no que sus impulsos heroicos provienen de lo que en el mundo de los cómics es llamado “derecho de nacimiento”, y en su caso concreto, debido a sus orígenes divinos (Diana nació de una figura de barro que los dioses dieron vida para que la reina Hippolyta de la isla de Temiscira, la tuviese como a su hija y heredera).  Viene de un lugar donde sólo habitan mujeres y cuando viaja al “mundo patriarcal” se encuentra con la crueldad de esta otra sociedad y es entonces que comienza su labor por resarcir las faltas contra los inocentes.  Por ende, la justicia que hace y representa Wonder Woman posee un carácter sacro, ya que es la bendecida por los dioses, a quienes además tributa.  Y es entonces que en  Hiketeia estos dos mundos colisionan cuando Danielle entra a la vida de Diana y la une al juramento ya mencionado.  
    Entonces…¿Qué idea de lo que es justo y verás es lo correcto? ¿Pueden les leyes de los hombres igualarse o incluso superar a la de los dioses y la fe religiosa? Todos estos dilemas y muchos más se presentan para deleite del lector en un cómic que demuestra que este arte bien puede ser leído por mentes adultas y cultas.  En Hiketeia estamos frente a una verdadera obra de arte que demuestra que la historieta no sólo está para entretener, si no que también puede estar llena de intertextualidad, valores e incitar a la reflexión. 

Algunas viñetas de este fabuloso cómic.

La Reinvención de Casandra y la Guerra de Troya (1° parte).




I- Una Introducción.

“ZEUS DE DODONA, ACOGE ESTA OFRENDA
MÍA Y DE MI FAMILIA.
AGATÓN, HIJO DE EJEFILOS,
LA FAMILIA ZAKINTIA,
CÓNSULES DE LOS MOLOSIOANOS Y DE SUS ALIADOS,
DESCENDIENTES POR TREINTA GENERACIONES
DE CASANDRA DE TROYA”.


    Con esta cita textual de la tablilla 803 del Museo Arqueológico de Atenas, la escritora norteamericana Marion Zimmer Bradley (1930-1999) termina su novela La Antorcha.  En esta novela que data de 1987, la galardonada escritora de novelas de fantasía y ciencia ficción realiza una visión feminista del mito troyano, tomando como eje de la historia a la sibila Casandra quien, junto a otros personajes femeninos, ocupa especial protagonismo.   Su autora afirma que se inspiró en este documento histórico (bastante poco conocido y casi anecdótico), para narrar las vicisitudes de la hija de Príamo de Troya, hermana del héroe Héctor, a quien el dios Apolo condenó con su maldición de modo que nadie creyera sus vaticinios; desde entonces se le creyó loca, pese a la verdad de sus profecías.    
   Afirma la escritora en sus agradecimientos al término del relato, justificando su reelaboración del poema de Homero:

     “Si me hubiera contentado con lo que relata <<La Iliada>>, no habría existido razón para escribir una novela”.


 De este modo Marion Zimmer Bradley toma los textos griegos, partiendo obviamente por La Iliada de Homero, hasta lo que se narra en las tragedias de Esquilo y Eurípides, para contar los entretelones (lo que supuestamente no se supo) sobre la intervención de Casandra en estos hechos.   Es así como en esta obra tienen su propia reinterpretación estos conocidos eventos, mezclando con la fantasía las tradiciones de la época, creencias religiosas y sus míticos personajes.  La novela va más allá de la biografía conocida de Casandra, como también de algunos personajes tales como Hécuba, Andrómaca, Paris, Héctor, Aquiles, Odiseo y muchos otros más.   El libro aborda la vida de Casandra desde su tierna infancia, pasando por cada uno de los hitos que los textos antiguos mencionan sobre ella, pero a la vez hace las innovaciones ficcionales de rigor.   De este modo Marion Zimmer Bradley le da un nuevo destino a los días finales de Casandra, aunque tampoco sin alejarse tanto de la tradición literaria clásica sobre la princesa de Troya.
    Ya en su Poética, Aristóteles dijo que el arte crea algo que no es verdadero, pero que aún así no carece de verosimilitud.  Esto es que cualquier obra, por muy alejada que esté de la realidad empírica en la que nos movemos, está basada en algo concreto y con ello lo plasma usando la imaginación del artista.  En cuanto a la literatura propiamente fantástica, heredera de múltiples narraciones orales folclóricas de muchos pueblos, el fenómeno de la extrapolación se hace más que evidente.  Y lo que hace Marion Zimmer Bradley es precisamente extrapolar los hechos de la Guerra de Troya, cada una de las historias de sus personajes, a una novela donde se observa y detalla el otro lado de la moneda: la visión de las mujeres, con sus dramas, miedos, deseos e impulsos.
   La intención de este ensayo es la de mostrar cómo La Antorcha se transforma en un vehículo literario para recrear el mito de la Guerra de Troya y de paso, abordar temas tan antiguos, como también tan actuales, tales como el papel de la mujer en la historia, el mito de las sociedades matriarcales, la crisis religiosa y otros que se irán dando a lo largo de este texto. 
     A su vez es mi intención hacer una comparación entre las que llamaré obras canónicas, refiriéndome a los textos clásicos que tratan sobre este evento, y en especial sobre la figura de Casandra (La Iliada, La Odisea, El Agamenón , primera parte de la trilogía de La Orestiada de Esquilo, Las Troyanas de Eurípides y La Eneida de Virgilio) y la novela en cuestión que inspiró mi ensayo.  De este modo, por medio de la comparación, se puede evidenciar el matiz que tomó cada personaje de esta tradición literaria en las manos de Zimmer Bradley.  Es así que supo darle a cada uno de ellos una psicología más propia de nuestro mundo contemporáneo, aportando varios detalles interesantes a su nueva biografía. 
    Por último, a modo de apéndice, se agrega al trabajo un Dramatis Personae de los caracteres típicos de la tradición literaria y que sobresalen en ella, mostrando en especial la forma de cómo son descritos en La Antorcha.
    Espero de todo corazón que con este humilde trabajo mis objetivos se logren e inspiren a una nueva lectura de los clásicos, así como en adentrarse en el resto de la obra de Marion Zimmer Bradley.

II- La Otra Guerra de Troya.

    La literatura contemporánea (así como el cine, el cómic, y expresiones artísticas tan antiguas como la música y la pintura) está llena de obras que, inspiradas en los grandes clásicos, han trabajado con historias ya conocidas y le han dado una nueva forma.  Sabido es que el mismo Goethe en su famoso Fausto tomó a un personaje de las narraciones orales alemanas y escribió así su magna obra.  Posteriormente en la ópera saldría más de una versión del famoso personaje que por amor a una mujer joven vendió su alma al Diablo (entre ellas Mefistófeles de Böite, Fausto de Charles Gounod y La Condenación de Fausto de Berlioz, por citar algunas).  A su vez el propio Goethe usó el tema de la Guerra de Troya al hacer que el demonio Mefistófeles incitara a Fausto para que sedujera a la propia Helena de Troya.  Luego, ya a finales del siglo XX, el guionista de cómic estadounidense Todd MacFarlane se inspiraría claramente en el personaje romántico para crear a su superhéroe Spawn.   Los ejemplos son muchos.  En el caso mismo del poema homérico de La Iliada y las obras contemporáneas inspiradas en el poema épico, existe además de La Antorcha, una interesante obra del escritor italiano Alexandro Baricco llamada Homero. Iliada, centrada en el personaje de Aquiles.  También se puede nombrar una novela de ciencia ficción titulada Ilion del norteamericano Dan Simmons y donde los personajes del poema épico se rebelan contra sus dioses en una increíble batalla; además se ven involucrados una raza de robots inteligentes, los clones de humanos dedicados al estudio de Homero y otra serie de interesantes personajes (Simmons termina esta narración son su libro Olimpo).  Tampoco se puede olvidar el Ulises de James Joyce, quien cuenta lo que pasa en un día en la vida de su personaje, cuya existencia comparte claras similitudes con el rey de Itaca.   Con respecto a la misma Casandra, existe la novela Casandra, princesa de Troya de la autora Hilary Bailey.
    Si con el paso de la historia los autores fueron capaces de retomar estas narraciones y darle un nuevo “aire”, los propios griegos del mundo antiguo usaron sus creencias mitológicas para contar los hechos conocidos por todos, pero dándole su propio carácter según el autor (por ejemplo, tenemos la Electra de Sofócles, que se contrapone a la de Eurípides, lo mismo con lo que se cuenta en Las Coéforas de Esquilo en cuanto al destino de la heroína trágica hija de Agamenón y Clitemnestra).   A su vez en las tragedias, los dramaturgos se preocuparon de usar a los personajes de su tradición para plantear los temas que entonces les preocupaban como hombres de la polis ateniense.
    En la novela La Antorcha de Marion Zimmer Bradley, la famosa Guerra de Troya se ve como, por un lado, un conflicto llevado a manos de Agamenón de Micenas, quien aprovecha el rapto de la esposa de su hermano para conseguir el tesoro de Troya como siempre deseó.  Pero en un plano más oculto y metafísico, se le da al cruel destino de Ilion  un sentido de castigo divino por parte de los dioses olímpicos, debido al orgullo de su pueblo.  Los dioses, en especial acá la figura de Poseidón, se muestran poco piadosos con los troyanos.  En este caso, es Poseidón, llamado El que Hace Temblar la Tierra en la novela, el culpable mayormente de la devastación de Troya.  Esto contrasta con la idea clásica del Poseidón que protege a la ciudad y que según el mito, fue junto a Apolo quien hizo las grandes murallas de Troya, trasformándose luego en uno de sus dioses tutelares; luego en Las Troyanas de Eurípides, es él quien le pide a Atenea le ayude a castigar a los aqueos. Marion Zimmer Bradley identifica a Poseidón con la imagen del caballo, por esto cuando los aqueos crean a su mítico Caballo de Troya, le están tanto haciendo una ofrenda al dios, como además la escritora muestra con esto la responsabilidad de Poseidón en el destino final de Ilion. Luego será Casandra la única en saber toda la verdad, gracias a sus premoniciones, y hará todo lo posible por evitar el desastre.   Considerando estos antecedentes, resulta poco heroico, lejano al concepto griego del areté, el origen que le da la escritora a los últimos días de Troya.  Esto más si se toma, por ejemplo, lo que dice el propio Agamenón en Ifigenia en Aúlide de Eurípides:

     “Los  pretendientes (de Helena) concertaron recíprocos juramentos y se dieron las manos, y, derramando libaciones (…) juraron lo siguiente: defender conjuntamente a aquel de quien se hiciera esposa la joven Tindáride, si alguno la raptaba y escapaba con ella lejos de su palacio despreciando a su marido y el lecho conyugal; y marchar en campaña para arrasar su ciudad por las armas, tanto si fuese griega o bárbara”.

      Los textos griegos ponen como origen de la guerra el compromiso por honor entre sus pueblos, o el llamado “concurso de belleza” en el que es juez Paris y escoge entre Atenea, Hera y Afrodita a la más bella de las diosas.  El hijo de Príamo elige a la Diosa del Amor y con ello le es concedido la mujer más bella del mundo, lo que con su rapto frente a los propios ojos de su anfitrión Menelao, provoca la guerra.  Aparte de la avaricia de Agamenón a la que se refiere La Antorcha, Marion Zimmer Bradley también juega con el mito del concurso, pues hace que un adolescente Paris haga la elección ya mencionada, por encargo de Apolo.
   Respecto al acuerdo hecho por el padre de Helena para comprometer a todos los pretendientes de su hija y así evitar mayores conflictos entre ellos, se tuvo que realizar cuando Paris se llevó a Troya a la bella esposa de Menelao.   En la novela de Zimmer Bradley, es Odiseo a quien se le ocurre este compromiso, quedando para su disgusto ligado también a él (puesto que la autora lo muestra como amigo de la casa real de Príamo).
     La Guerra de Troya contada en La Iliada se puede ver como la historia de lo que ocurre en la batalla, una gesta llena de códigos de honor y combate, y donde cada guerrero tiene su propio linaje y orgullo por defender.  En el poema de Homero son los héroes los que destacan, puesto que ellos son los personajes más importantes (en especial Aquiles y Héctor).  Ellos luchan defendiendo sus ideales y mueren con dignidad en el campo de batalla (claro que la muerte de Aquiles no la narra Homero, sino Virgilio, un romano).  Pero también está lo que ocurre con personajes tales como Príamo (difícil no olvidar su sublime viaje hacia el campamento griego para recuperar el cuerpo de su hijo Héctor, con su posterior diálogo con Aquiles), Andrómaca y su soledad ante el hecho de ser la esposa del gran caudillo de las huestes troyanas, el resentimiento de Agamenón hacia el líder de los Mirmidones…y todos los momentos en la obra en los cuales se cuenta lo que pasa con los dioses olímpicos en su moradas.   Estos últimos son de gran relevancia, puesto que participan activamente de la acción bélica, alineándose cada uno en el bando que más le acomode; peleando cuerpo a cuerpo con sus protegidos y maquinando para conseguir la victoria.  Es así como en el poema de Homero se puede decir que existen tres niveles narrativos:

1º El de la batalla.

    “Cuando los dos ejércitos llegaron a juntarse, chocaron entre sí los escudos, las lanzas y el valor de los guerreros armados de broncíneas corazas, y al aproximarse las abollonadas rodelas se produjo un gran tumulto.  Allí se oían simultáneamente los lamentos de los moribundos y los gritos jactanciosos de los matadores, y la tierra manaba sangre”.     (Canto VIII).

2º El de las tribulaciones personales.

    “A Aquiles le vino el deseo de llorar por su padre; y cogiendo la mano de Príamo, apartóle suavemente.  Los dos lloraban afligidos por los recuerdos: Príamo, acordándose de Héctor matador de hombres, derramaba copiosas lágrimas postrado a los pies de Aquiles; éste las vertía, unas veces por su padre y otras por Patroclo; y los gemidos de ambos resonaban en la tienda”. (Canto XXIV)

3º El de los dioses.
   
    En boca de la mismísima Hera:

    “¡Cuán necios somos los que tontamente nos irritamos contra Zeus! Queremos acercarnos a él y contenerle con palabras o por medio de la violencia; y él, sentado aparte, ni nos hace caso, ni se preocupa, porque dice que en fuerza y poder es muy superior a los dioses inmortales.  Por tanto sufrid los infortunios que respectivamente os envíe.  Creo que al impetuoso Ares  le ha ocurrido ya una desgracia: pues murió en la pelea Ascálafo, a quien amaba sobre todos los hombres y reconocía por su hijo”. (Canto XV)

    En cambio Marion Zimmer Bradley lo que hace en su libro es dejar de lado las líneas narrativas de la batalla y la de los dioses, centrando todo en la lucha interna de cada uno de los otros héroes y personajes , las mujeres y aquellos que, como el sacerdote Creuses, apenas figuran en el poema de Homero.   La misma protagonista, si bien en las tragedias ya mencionadas cobra gran importancia, apenas es mencionada casi incidentalmente en La Iliada.  Primero cuando se hace referencia en la lucha a su prometido Otrineo de Cabezo, quien muere en la contienda; después, ya al finalizar la obra, cuando llega Príamo con el cadáver de Héctor, Casandra se encuentra fuera del palacio y los recibe.
    Todo lo que ocurre en La Antorcha corresponde a lo que la princesa de Troya sabe, ya sea por su propia intervención en los hechos, o por sus visiones.  Por lo tanto, el lector sólo maneja la misma información que Casandra de los eventos y cuando la joven protagonista se encuentra fuera de Troya, apenas se tiene conocimiento de lo que ocurre en la ciudad.  Por intervención de Casandra, conocemos lo que pasa en el templo de Apolo, donde ella sirve como sacerdotisa, pero también lo que pasa en la corte de Príamo, más específicamente en el propio mundo de las mujeres del palacio (Hécuba, Helena, Andrómaca).  Así, el drama que se muestra no es el de los guerreros, tampoco el de las egoístas pasiones de los dioses, sino el de las féminas que tienen que pasar su existencia en un mundo donde la guerra pone en peligro la vida de sus familias.  En el caso de la propia Casandra, se narra su conflicto entre servir a un dios al que cada vez considera más injusto (a quien le ha entregado su virginidad) y su deseo de ser una mujer autónoma en un mundo donde los hombres están confabulando para quitarle a la mujer su verdadero papel en la historia.   La propia maldición a la que le ha relegado Apolo (en la novela Marion Zimmer Bradley hace que el don de Casandra en realidad no provenga del dios olímpico, sino de otra deidad mucho más antigua), dificulta más la búsqueda de la felicidad de Casandra, puesto que la palabra del dios es un ardid para castigarla por su deseo de independencia.
    El mundo de las mujeres se ve tanto en lo que ocurre en el palacio de Príamo (las relaciones interpersonales entre Casandra, su madre, Andrómaca, Helena, sus hermanas Polixena  y Creusa, Enone, la primera mujer de Paris).  En el palacio Casandra se cría y luego de un periodo entre las Amazonas, vive hasta que Troya es finalmente derrotada.  Junto a sus padres y numerosos hermanos, conoce una realidad donde a la mujer se le exige atenerse a las costumbres que requieren de la hija y la madre actuar con sumisión.  Esta situación desde pequeña empieza a provocar en ella rechazo debido a su naturaleza poco pasiva.  Es por esto que siempre se siente tan lejana a su hermana mayor Polixena, quien a diferencia de ella sólo quiere un marido; además Príamo siente recelo hacia Casandra por una conducta tan “anómala” a lo que él quiere de su hija.  Cuando Casandra se va por unos años a la tribu de su tía Pentesilea, conoce un mundo totalmente diferente: el de la libertad.  Entre las Amazonas no tiene que rendirle cuentas a nadie y las mujeres guerrean incluso mucho mejor que los hombres.  Con ellas consigue la confianza en sí misma y el dominio de las destrezas que luego le serán de gran ayuda una vez que la guerra comience.   Aquí por primera vez descubre la crudeza del campo de batalla, pero no como observadora, sino como protagonista.  Interactúa con otro tipo de mujeres, féminas que son las hacedoras de su destino y que realizan sus propias decisiones (desde entonces será Pentesilea su modelo a seguir, alguien más madre para ella que Hécuba, pero también su amiga).  Aún con la tribu de Pentesilea, Casandra visita por primera vez la mítica ciudad de Colquis, último bastión de la cultura matriarcal.  En Colquis las mujeres no solamente son libres de hacer lo que quieren, sino que también gobiernan, trabajan como artesanos, etc.   En la figura de su reina Imandra Casandra encuentra a la mujer cuya emancipación ha llegado hasta su últimas consecuencias (Imandra si quiere o no tiene consortes, de este modo, en Colquis la realidad típica a  la que Casandra estaba acostumbrada en Troya, se encuentra trastocada).   Ya de vuelta en Troya, Casandra ingresa al templo de Apolo como una de sus sacerdotisas y allí, si bien las mujeres también siguen un estricto código de comportamiento, conoce otro mundo femenino donde las mujeres son fuente de respeto y poder: el poder religioso.  Las sacerdotisas con sus interpretaciones oraculares tienen en sus manos el destino de los habitantes de Troya, al decirles qué deben hacer o no, cuando estos acceden a sus servicios.   Entonces, sólo entre la nobleza palaciega la mujer no es tan libre como a Casandra le gustaría; por esto a su madre Hécuba, Pentesilea le recrimina su amancebamiento.
   Si la novela muestra la guerra de Troya desde los ojos de Casandra, acá bien poco es entonces lo que desarrolla de lo que ocurre en el campo de batalla.  La narración se detiene en las escaramuzas sólo cuando Casandra, desde el palacio de sus padres, ve, por ejemplo, cómo un acá malévolo Aquiles arrastra el cuerpo de Héctor.   En otras palabras, es lo que ocurre “entre bambalinas” lo que se cuenta en La Antorcha.


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