domingo, 30 de octubre de 2022

Post Jaloguinero: La Madre de todas las Slashers.

 

 
     En 1978 el director y guionista John Carpenter estrenó su primera gran cinta para el cine, Halloween (Noche de Brujas en estos lares), una modesta película de terror (de esas tantas que les gusta hacer a los gringos para ganar plata fácil y con poco gasto de por medio) y que como ha pasado con otros casos, sus creadores nunca pensaron que llegaría a tener gran impacto.  Es así que hoy en día su asesino serial antagonista y su pegajoso tema musical principal (compuesto por el propio Carpenter, usando un sencillo sintetizador), forman parte de la cultura popular por méritos propios.
    La historia comienza en 1963, justamente cuando un niño pequeño comete un atroz homicidio y por ello es internado en un sanatorio.  Más de una década después y convertido ya en un adulto, un ahora mudo Michael Myers escapa, para cometer una serie de crímenes nuevos en la misma ciudad que lo vio nacer: Haddonfield.  Por otro lado, su psiquiatra desde que lo recluyeron va en post de él, acompañado por la policía; asimismo, una joven niñera se convierte un su presa, hasta que luego no le queda otra que enfrentarse directamente al psicópata, que la ha estado acechando por horas.
    En el papel del heroico doctor Loomis, estuvo el ya para entonces veterano Donald Pleascence y quien repetiría su rol más famoso, en nada menos que 4 cintas más (siendo solo la segunda secuela, la única de verdadero valor artístico de entre de todas estas). Mientras que para el papel de la antiheroína adolescente, se le otorgó su primer trabajo de relevancia a Jamie Lee Curtis (hija de dos actores destacados: Janet Leigh y Toni Curtis), quien tendría luego una carrera superior a la de sus padres, en producciones de todo tipo; y todo gracias a John Carpenter y Debra Hill (la coguionista y productora), quienes tuvieron buen ojo con ella, como gracias a su propio talento.  Con posterioridad, ambos artistas hicieron amistad con el entonces promisorio cineasta, quien los volvería a llamar para siguientes producciones juntos.


     Con una atmósfera trepidante y un manejo del suspenso que hasta nuestros días provoca al público inquietud (incluso entre quienes la adoramos y la hemos visto un montón de veces), la idea de un depredador humano matando de forma "artística" y sanguinaria a sus víctimas, en especial jóvenes, fue copiada y reinterpretada un montón de veces a partir de entonces.  A lo anterior, se le debe sumar algún tipo de fijación del criminal, con una festividad en concreto o fecha determinada (Día de San Valentín, Navidad, Día de Graduación, Viernes 13...).  En ocasiones se trataría de un sujeto desquiciado solamente y en otras de un ente sobrenatural humanoide, llegando a tener estas últimas cualidades el propio Michael Myers, con el desarrollo de su propia "mitología" y ello según fuesen apareciendo sus secuelas.   Justamente este tipo de cintas, copias, herederas y/o deudoras de Halloween son las llamadas "slashers".
    Cabe mencionar que Carpenter, quien tenía un par de cintas independientes a cuestas cuando hizo esta cinta, llegó a convertirse en uno de los grandes "Maestros del Horror" y de ese modo entre los ochenta y los noventa filmó algunos de las mejores obras del género (como The Thing, otra de mis predilectas).  Su última película para el cine, hasta el momento, es The Ward (2010), tristemente ignorada; aunque lejos lo mejor que había hecho, previo a la recién mencionada, son sus dos mediometrajes para Masters of Horror: Quemaduras de Cigarrillos y Pro-Vida.  Hoy en día se dedica más a dar conciertos, con sus estupendas composiciones electrónicas para sus viejas películas y los nuevos temas que ha creado para discos exclusivos suyos.
    Por cierto, entre sus admiradores y quienes apreciamos con todo el corazón Halloween, celebrada es la anécdota del origen de la aterradora máscara de su villano: en un arranque más de ingenio, ante la escasez de medios económicos mientras la filmaban, se consiguieron nada menos que una máscara de William Shatner, caracterizado como el Capitán Kirk de Star Trek, a la cual le rasparon las cejas y pintaron de blanco.  No sabían que, con ello, estaban creando un verdadero ícono del horror universal.



                                                                   Tráiler clásico en HD.

viernes, 28 de octubre de 2022

¡Zombies para tod@s! (II)

 

     Los siguientes cuentos incorporados a la antología La Plaga de los Zombis y otras historias de muertos vivientes, mucho más en el tono de las historias del agrado de much@s (y de este humilde servidor), corresponden a la sección del libro dedicada a relatos publicados en revistas pulp. Cuando nos referimos a obras de este estilo, hacemos alusión a revistas que se vendían a precio muy barato en kioscos mayormente, hechas con el papel más barato que había en aquel entonces y que en Estados Unidos fueron muy populares durante la primera mitad del siglo XX.  De carácter monotemático, se dedicaban a publicar cuentos y novelas por entrega de ciencia ficción, terror, fantasía, western, aventuras, etc (hasta de boxeo y piratas).  Entre sus páginas, fueron editados por primera vez autores hoy de renombre, mucho antes de ser publicados en formato de libro y en aquellos tiempos, ganando bastante poco por sus trabajos; gente como Robert Howard, Robert Bloch e Isaac Asimov iniciaron sus carreras en estas revistas.  Teniendo en cuenta todo esto y mucho más, los zombies en la literatura dieron su salto a la narrativa popular, incorporando elementos propios de la espectacularidad y desbordante imaginación, que permitieron desarrollar estos títulos que no pretendían ser "alta literatura", sino que vender y entretener (pero como luego quedó en evidencia, muchas de ellas poseían un real valor estético). Cabe mencionar que debido a lo anterior y por largo tiempo, eran la única manera de acceder a narraciones, que se atrevieran a ir más allá de las convenciones puritanas de la "corriente culta".
    Los siguientes títulos, dan clara cuenta de cuán ingeniosos fueron los autores de esta camada, para jugar imaginativamente con la tradición folclórica del vudú, agregándole el efectismo del horror gráfico, el erotismo y hasta de la ciencia ficción.
 
5. Cuando caminan los Zombis (Thorp McCusky)
 
    En verdad no me aguanto las ganas de usar todas las alabanzas posibles y, por lo tanto, debo comenzar diciéndoles que me impactó esta historia, la primera del libro en encontrar digna de elogio.  Antes de leerla, ni conocía a su autor, uno de los tantos escritores de pulps que no lograron trascender más allá de sus fronteras...Y es que acá tenemos a un relato atrapante desde el principio, con descripciones gráficas de horror, que no esperaríamos propias de la época en el que fue escrito y con personajes que aunque estereotipados, logran hacérsenos atractivos; por otro lado, se crea una atmósfera en verdad opresiva, que, además, es una foto de un mundo que existió- o tal vez aún existe- correspondiente al viejo Estados Unidos campesino y racista.
    Un hombre- el típico héroe masculino y decidido- emprende un viaje hacia una granja apartada, para saber de su enamorada, quien lo dejó en raras circunstancias.  Una vez llegado a su destino, comprueba con horror las condiciones en las que trabaja uno del los labriegos, hasta que, cuando decide ayudarlo, conoce al dueño del lugar y a los hombres que viven con él.
    El villano del cuento está magnífico, caracterizado de una manera aterradora y simbólica, representante del mal que puede habitar en nosotros y de cómo este puede llegar a tener una apariencia concreta, que se proyecta en su cuerpo y vestimenta.  Cuando el mismísimo malvado, nos cuenta su propio descenso a la condenación, estamos nada menos que frente a una perla dentro de una joya.
 
     “¡Andaban tan lentamente, tan lánguidamente, arrastrando los pies! Y con frecuencia se tropezaban unos con otros, y con las piedras de la carretera, como si estuvieran prácticamente ciegos. Andaban como soldados que sufrieran neurosis de guerra, pero que acababan de ser dados de alta de algún hospital del infierno.
     Y es que muchos estaban lisiados. Uno de ellos andaba totalmente encorvado en un extraño ángulo, como si tuviera el pecho aplastado contra la columna vertebral. A otro le faltaba media pierna desde la rodilla, y en lugar de un miembro artificial llevaba un palo atado con una cuerda, un palo que se hundía unos tres centímetros en el muñón. A un tercero le faltaba un brazo, y otro estaba tan delgado como un esqueleto.
     En nombre de Dios, ¿de dónde salían estos trabajadores lisiados?
     Y entonces un grito ahogado vibró en la garganta de Tony; bajando solo por la carretera y andando con la misma desgana arrastrada que el resto, había otro trabajador vestido de gris. Cuando el hombre giró por la amplia curva de la carretera hacia la casa y antes de que saliera de su campo de visión, Tony divisó, bajo los últimos rayos del sol poniente, ¡el horror de lo que antes había sido un rostro!
    ¡Lo que antes había sido un rostro! Y es que, por debajo del puente de la nariz, ¡el hombre no tenía rostro! ¡La blancura vertebrada de su columna, desnuda excepto por unos cuantos hilos desgarrados de carne reseca, sobresalía con horrible crudeza por el cuello de su camisa para unirse con la base destrozada de un cráneo huesudo!”



6. Herbert West Re-Animador (Howard Phillip Lovecraft)
 
    ¡Tanto que me gusta HPL y solo ahora, por medio de la presente antología y eso que hace tiempo que tengo su obra casi completa, me leo este famoso cuento suyo a los 47 años! Y tras haberme visto y revisto, con gran placer, la adaptación ochentera de Stuart Gordon para el cine, que me fascina, celebro cómo este respetó tanto la obra del Soñador de Providence; que el cineasta tomó con ingenio varios de sus elementos y aún así realizó sus propios aportes, que hasta mejoraron una historia literaria perfecta.
    Se encuentra narrada en primera persona, como la mayoría de las obras de su autor.  Un joven médico nos cuenta de sus experiencias con su amigo Herbert West, inteligentísimo, pero errático y obsesivo doctor como él, quien desde los tiempos de la universidad pretende devolver a la vida a los muertos.  Sin embargo, las intenciones de este no son de carácter humanitario, sino que responden a su curiosidad enfermiza y "Síndrome de Frankenstein".  La historia, dividida en varios capítulos que abarcan cerca de 15 años, profundiza en las acciones del socio de West (a menos que me equivoque, nunca llegamos a saber su nombre) y de su compañero para conseguir su objetivo, por medio de actos de más que dudosa moralidad.
   Considerando la época en la que fue escrita esta obra, impacta el horror explícito detrás de tan magnífica pieza, donde nos encontramos con el llamado "scifi horror", al hacer que el protagonista cree zombies por medios de procedimientos científicos y que son explicados con cierta verosimilitud, aunque no de forma rigurosa (que nunca fue la intención ser tan "científico", por parte de Lovecraft).
    Para terminar, la descripción xenofóbica que hace el escritor de uno de los pacientes del dúo protagónico es para no tener duda de su racismo (y en este caso con la población afrodescendiente).
 
    “Así que los dos bajamos de puntillas por la escalera, con un temor en parte justificado, y en parte producido por el ambiente fantasmagórico de las primeras horas de la madrugada. El golpeteo continuaba, e incluso había subido de tono. Cuando llegamos a la puerta, descorrí con cautela el cerrojo y la abrí de par en par; y cuando la luz de la luna delineó la figura que se erguía delante de nosotros, West hizo algo muy extraño. A pesar del peligro evidente de alertar y atraer sobre nuestras cabezas la temida investigación policial —hecho que, felizmente, no se produjo debido al relativo aislamiento de nuestra residencia—, mi amigo, repentina, nerviosa e innecesariamente, vació el cargador de seis balas de su revólver sobre el visitante nocturno.
     Pero aquel extraño no resultó ser el italiano, ni tampoco un policía. Recortándose de manera espantosa contra la luna espectral, se erguía un ser gigantesco y contrahecho, tan sólo comparable al de las peores pesadillas… una aparición de ojos vidriosos, tan negra como la tinta, que casi se mantenía a cuatro patas, cubierta de lodo, hojas y ramas, embadurnada de sangre coagulada, y que mostraba entre sus brillantes dientes un objeto cilíndrico, terrible, blanco como la nieve, el cual estaba rematado en una mano infantil.”
 
7. El Imperio de los Nigromantes (Clark Ashton Smith).
 
    Perteneciente al ciclo de Zothique, el último continente, cuando el planeta Tierra se encuentra en sus últimos días bajo un sol moribundo, es una increíble y poética historia que más que de terror, pertenece a la llamada Fantasía Oscura.
   Dos brujos poderosos y depravados, que manipulan las "artes" de la nigromancia, el control de los muertos, llegan hasta los dominios de lo que otrora fuera un poderoso imperio, ahora un reino de muerte y es que todos sus habitantes han desaparecido.  Es entonces que comienzan a "despertar" esqueletos, cadáveres largo tiempo conservados por el clima seco y momias, a los que obligan a servirlos como sus esclavos, autroproclamados ambos en los nuevos señores de ese reino.
     Usando una prosa poética, pero a la vez gráfica, en las atrocidades que se describen (los hechiceros son, más encima, necrófilos), el autor nos demuestra por qué razón está considerado entre los mejores de su generación.
    Un texto que llega a ser bello, que se detiene en el deseo enfermizo de poder y bienes materiales, en el cual no falta la lección moral- y advertencia- de que algún tipo de justicia prevalecerá por sobre las necedades humanas.
 
    “Entonces, sobre la grisácea arena al borde del camino dibujaron un triple círculo; y poniéndose de pie en el centro realizaron los abominables rituales que obligan a los muertos a levantarse de su tranquila vacuidad y someterse a partir de ese momento a la oscura voluntad del nigromante. Después espolvorearon una pizca de polvo mágico en las fosas nasales del hombre y del caballo; y los blancos huesos se alzaron de donde yacían, crujiendo tristemente, y se irguieron prestos a servir a sus amos.
     Así pues, como habían acordado entre ellos, Sodosma montó el esqueleto del corcel, sujetó las riendas adornadas con piedras preciosas y cabalgó en una diabólica parodia de la Muerte sobre su pálido corcel; mientras tanto Mmatmuor lo siguió arrastrando los pies, apoyándose ligeramente en un bastón de ébano; y el esqueleto del hombre, con sus ostentosas vestiduras aleteando contra su osamenta, los siguió a ambos como un fiel sirviente.
     Después de un rato, en la baldía y gris inmensidad, encontraron los restos de otro caballo y su jinete, que los chacales habían respetado, en tanto el sol los amojamaba hasta convertirlos en viejas momias. También levantaron a éstos de la muerte. Mmatmuor montó el marchito corcel y los dos magos continuaron su marcha majestuosamente, como emperadores errantes con una momia y un esqueleto a su servicio. Otros huesos y restos de hombres y bestias con los que tropezaron fueron resucitados de la misma forma; de manera que reunieron a su alrededor una tropa en constante aumento conforme avanzaban a través de Cincor.
     Por el camino, a medida que se acercaban a la que en otros tiempos fuera la capital, Yethlyreom, encontraron numerosas tumbas y necrópolis, aún intactas después de tantos siglos, que contenían momias amortajadas que apenas se habían marchitado desde el momento de su muerte. A todas ellas revivieron sacándolas de su noche sepulcral para someterlas a su voluntad. A algunas les ordenaron sembrar y labrar los desiertos campos y transportar agua desde los pozos subterráneos; a otros les asignaron diversas tareas, como las que hubieran realizado en vida. El silencio de un siglo fue interrumpido por el ruido y el alboroto de la intensa actividad; y los lánguidos cadáveres de tejedores trabajaban en los telares; y los cadáveres de los labradores trabajaban los surcos arando detrás de carroña de bueyes.”



Ilustración de Richard Corben inspirada en el gran cuento de Clark Ashton Smith.

 
8. La Plaga de los Muertos Vivientes (A. Hyatt Verril)
 

    Imagínense a un Herbert West noble y de ese modo tienen al protagonista de este cuento.  Un celebrado médico, está empecinado en encontrar la cura en contra del envejecimiento y la muerte, teniendo ya unos cuantos resultados con un trío de ancianos antiguamente desahuciados y que ahora trabajan para él; asimismo, cuenta con varios animales que dan cuenta de sus logros.  Para no ser molestado en sus experimentos- que el hombre en verdad posee intenciones humanitarias- decide irse a una isla y de ese modo progresar sin mayores problemas.  Justo cuando se encuentra haciendo los más fabulosos avances, una catástrofe natural lo lleva a adelantarse "algo" a sus intenciones, lo que provoca el desastre que da su nombre al relato.
    Lo que comienza como una historia lenta, debido a su falta casi absoluta de diálogos, sigue con un desarrollo impactante lleno de horrores, que se adelantaron bastante a su época y que si bien para nosotros son "naturales" en las actuales producciones audiovisuales, en su momento debieron ser bastante "revolucionarias".  La isla y los experimentos secretos del médico, quien pese a su nobleza sigue siendo un tipo obsesivo, como muchos de sus peores colegas literarios, es una clara extensión de la más famosa isla del Dr. Moreau.  Por otro lado, el hecho de que en sus inmediaciones ocurra un "pequeño" apocalipsis zombie, pareciera ser la inspiración de varios filmes del género más modernos y gores (el texto en sí llega a ser bastante violento). Asimismo, encontramos acá hasta mutaciones que nos dejan pasmados y la presencia de un muro de contención, que también pareciera ser fuente de inspiración de futuras películas y hasta de videojuegos, entre otros.
    El nombre del lugar en el que transcurre esta obra, Abilone, no es otra cosa que una alusión a la legendaria ínsula de Avalon, que aparece dentro del ciclo artúrico.  De igual manera, llama la atención el dulzón final, que más se nos imagina una autocensura en plan políticamente correcto o de una buena dosis de ironía por parte de su autor; ya que tal como iban los acontecimientos, me esperaba un desenlace más catastrófico y al final todo acabó de la manera más inhabitual, para este tipo de narraciones.
 
    “De momento, pensó, el mayor valor tendría que ser la discreción. Cuando el tercer compañero llegó a donde se encontraban, todos se escabulleron guiados por el doctor Farnham tras el edificio más cercano y corrieron como locos hacia el coche. Pero mientras huían les llegaban gritos, maldiciones y alaridos desde la dirección opuesta; hombres y mujeres aparecían desde las calles y las viviendas, y decenas de resucitados se abalanzaron y cayeron enloquecida y violentamente sobre la muchedumbre de la plaza. En un instante reinó el caos y los cuatro fugitivos se quedaron petrificados ante el horror de la escena. Luchando, arañando, mordiendo, golpeando, los resucitados se atacaban entre sí, y los cuatro testigos se estremecieron al ver a hombres y mujeres sin brazos o manos, con rostros deformes convertidos en amasijos de carne, cuerpos cercenados, descuartizados y desgarrados, aún saltando y brincando de un lado a otro, aún luchando totalmente inconscientes de sus terribles heridas… Al ser inmortales, nada podía destruirlos.
     Sin prestar ninguna atención a los cuerpos muertos que no habían sido resucitados, la turba violenta se balanceaba de un lado para otro, mientras que de tanto en tanto (y el doctor Farnham y sus hombres sintieron que se les revolvía el estómago ante la visión) algún hombre o mujer jadeante se apartaba de la horda apisonadora y, saltando como una bestia sobre los cadáveres pisoteados, desgarraba y devoraba su carne.”



Ilustración original para el cuento de arriba que apareció en su edición en pulp.

domingo, 23 de octubre de 2022

¿Y ahora qué?


      En el transcurso del pasado mes de septiembre se estrenó la tan esperada quinta temporada de Cobra Kai, que de nuevo nos dio 10 divertidísimos episodios que desde principio a fin nos mantuvieron atentos (¡al menos podrían haber sido de mayor duración! ¿No?). Y cuando se trata de un show como este, lleno de nostalgia y de fan service, por no mencionar su enganche con las nuevas generaciones, ver cada nueva tanda de capítulos resulta ser algo adictivo, de modo que con facilidad sus seguidores nos los devoramos y luego quedamos con ganas de más.  Ahora habrá que esperar, ojalá, no más allá del siguiente año, cuando se supone se cierre el último arco argumental abierto y que solo se desarrolló en el transcurso de esta temporada; puesto que esta vez terminaron increíblemente con varias de sus tramas paralelas; que, si bien todo se arregló al más puro estilo hollywoodense, happy end o family friend, que nos hayan dejado contentos con la manera de cómo terminó todo, es como para no sufrir tanto.
     La cuarta temporada acabó de forma muy potente, dejándonos el alma en un hilo, puesto que en general “los malos habían ganado”; pero lo anterior, significó, además, el regreso de un viejo enemigo ahora convertido en poderoso aliado.  Por otro lado, el primer y más importante villano de las películas clásicas, que inspiraron este programa, se hallaba ahora en un estado deplorable, justo cuando por fin nos había logrado simpatizar.  Si el anterior le dio más de un quebradero de cabeza a los héroes (y a nosotros), su ex socio lejos nos presente una muy interesante y realista verdadera versión de la maldad humana, como un sujeto en verdad retorcido y con la habilidad de engañar y/o corromper con facilidad (que su otrora amigo, al menos, posee cierto código de honor que nos lo hace querible).
    Luego, para mayor gozo de los televidentes que crecimos viendo los ochenteros filmes y donde vimos por primera vez a sus protagonistas, justo cuando menos lo esperábamos, nos regalan el reencuentro con dos caras de nuestro pasado (no diré de quiénes se trata, para no quitarles la sorpresa) y vaya que da gusto “envejecer” de esa manera.  La vida nos da oportunidades, tanto para que nuestros caminos se vuelvan a cruzar, como para resarcir entuertos del pasado, algo que desde hace rato ya deberíamos tener claro gracias al presente título.
     De igual manera debemos destacar la manera de cómo se van abordando los destinos de sus varios protagonistas, entre adolescentes y adultos, que cada caso se encuentra tan bien armado, que no importan nuestra edad y/o género: todos sus héroes, antihéroes y villanos logran sernos interesantes (bueno, imposible que no tengamos nuestros favoritos).  Respecto a todos estos personajes, es plausible la manera de cómo han ido evolucionando, pues la madurez no se trata solo del paso a la adultez, si no que, de poder volvernos mejores personas, en cualquier momento de nuestras vidas y eso es algo que desde un principio lo ha abordado la serie.
     Seis años han pasado desde que se emitió por primera vez este show y pareciera que los años no hubiesen pasado tanto ¿Cómo es posible se sigan viendo tan jóvenes y eso que algunos hace tiempo ya que son adultos? ¡El arte de la ficción! Y en materia de lo anterior, Cobra Kai nos da un excelente ejemplo, de cómo una buena historia consigue hacer creíble lo increíble y mezclar realidad con fantasía.  Por ahora, a recordar los preciosos momentos que nos han dado, esperando lo que parecer será su última temporada, con un desenlace que de seguro se quedará en nuestros corazoncitos.


miércoles, 19 de octubre de 2022

¡Zombies para tod@s! (I)


     La Plaga de los Zombies (2010) es una de esas tantas antologías de la editorial especializada Valdemar- con sus ediciones en tapa dura tan cuidadas y elegantes, que da gusto lucirse con ellas- de exclusividad suya, a diferencia de otras que son traducciones de títulos extranjeros (como Vamps, que tuve el gusto de releerme el año pasado y que comenté para esta página en su debido momento).  Editada por Jesús Palacios, reúne 13 relatos sobre muertos vivientes de numerosos autores, entre algunos bastante famosos y clásicos, así como otros no tanto.  El libro pretende hacernos un muestrario de este tipo de historias que abarca cerca de un siglo en el que han evolucionado el tema y estos personajes, frutos de la cultura religiosa afroamericana haitiana y luego influenciados por la cultura popular del cine y los cómics.  El volumen comienza con una introducción que se ve como un estudio preliminar, entregando datos sabrosos acerca del origen del concepto, que incluye antecedentes históricos extraliterarios.
    A partir de lo anterior, la antología se divide en 3 grandes capítulos dedicados a los distintos tipos de zombis literarios, según la "naturaleza" de estos- mágicos o no- y la época en la que fueron escritas dichas obras.
    El primer apartado es Zombi Vudú, que se concentra en 4 relatos relacionados con estas criaturas, que son frutos de la magia negra haitiana.  Interesante resulta ser cómo se analiza la llegada de este concepto y/o monstruo a la cultura occidental, teniendo su génesis en diarios de viaje a la isla y crónicas periodísticas.  Se complementa la presentación del texto con hermosas fotografías en blanco y negro de afiches e imágenes de filmes clásicos sobre el tema, relacionados con estos escritos.
 
1. Muertos que trabajan en los campos de caña (William Seabrook)
 
    Ambientada en plena Haití, un gringo que anda de visita en la isla tiene una conversación con un amigo suyo de la zona, quien le cuenta de los zombies y de un caso en particular al respecto, que implica el abuso de quienes practican dichos hechizos en beneficio propio.
   El contraste entre el mundo racional de los blancos y el de los haitianos sumidos en la pobreza y en la creencia de lo sobrenatural es evidente.
    Una historia acerca de la miseria de un pueblo marcado por la violencia y la pérdida de la dignidad a niveles que muchos desconocemos (gracias a Dios), que, pese a su elemento mágico, posee gran realismo debido a su tono naturalista.
    La relación entre esclavitud y zombies es evidente, lo que es más horroroso teniendo en cuenta el origen de la población negra de la isla; por lo mismo, la subyugación que implica el proceso de zombificación, sorprende si se recuerda la historia misma de un pueblo que fue tratado como animales por sus conquistadores y ahora entre ellos mismos actúan cual tiranos.
 
     “Una mañana, un viejo capataz negro, Ti Joseph de Colombier, apareció liderando una tropa de harapientas criaturas que le seguían tambaleantes y con miradas idiotizadas, como gente que anduviera medio aturdida.
    Cuando Joseph los alineó para el registro, seguían con una vacua mirada bovina y no contestaron nada en absoluto cuando les preguntaron los nombres.
     Joseph aseguró que eran ignorantes de las laderas del Morne-au-Diable, un distrito de montaña sin carreteras cerca de la frontera dominicana, y que por eso no entendían el criollo de las llanuras. Estaban asustados, dijo, por el ruido y el humo de la gran fábrica, pero bajo sus órdenes trabajarían duro en los campos. Por eso, cuanto más lejos estuvieran de la fábrica, del bullicio y las vías del ferrocarril, mejor.
     Y tanto que mejor… para Joseph, porque estas criaturas no eran hombres y mujeres vivos, sino pobres zombis infelices a los que Joseph y su esposa Croyance habían sacado de sus silenciosas tumbas para esclavizarlos bajo el sol, y si por algún casual un hermano o padre de los muertos los viera o reconociese, Joseph sabía que se metería en un tremendo lío.
     Así que les asignaron campos distantes más allá del cruce de carreteras y acampaban allí mismo, sin contacto con otros grupos, como si fueran una familia o tribu cualquiera; pero de noche, cuando otros pequeños grupos de trabajadores acampados por separado se reunían alrededor de un enorme puchero de guiso de mijo o plátano salado generosamente sazonado con pescado y ajo, Croyance cocinaba dos pucheros sobre el fuego, porque como todo el mundo sabe, los zombis nunca deben probar sal o carne. Así que el puchero cocinado para ellos era un mejunje insulso y sin especiar.”

Afiche de una de las mejores pelis de Wes Craven,
inspirada en un libro "real" sobre zombies en Haití.

2. El País de los que regresan (Lafcadio Hearn).
 
    Una hermosa mujer negra deambula descalza y con muy poca ropa por las calles de Haití.  Habla con elocuencia y atrae la mirada de más de alguien; entre la gente hay un hombre joven que ha caído bajo su encanto.  La narración nos cuenta del camino de seducción que hacen ambos, hasta su dramático desenlace.
    Con bastantes diálogos en creole (que le dan una atmósfera más étnica al relato), la lengua "mestiza" de los haitianos, nos muestra un tipo muy curioso de muerto vivo, que recuerda mucho al de esas otras féminas fatales y diabólicas que abundan en las historias de terror.  Por otro lado, queda de manifiesto en esta pieza la conducta "fácil" de los varones, para entregarse a la tentación femenil, con su posterior condenación.  Considerando lo anterior" es evidente el trasfondo moralizante del género y la misma naturaleza torpe de muchos supuestos "machos alfas", que son manipulables sin problemas.
    Por último, destacable la descripción del lugar, que le da a esta tierra un aspecto de ensoñación, propio de otro mundo.
 
    “Una mujer se acerca por la carretera, joven, muy oscura, descalza y con túnica negra; lleva un alto turbante blanco con rayas negras y un fular blanco echado sobre sus delicados hombros; no porta ninguna carga, y anda muy rápido y sigilosamente… Silencioso como una sombra es el movimiento de estas gentes descalzas. En cualquier camino de montaña, lleno de curvas y donde pareciera que uno está a solas, es frecuente sobresaltarse por una especie de sensación, más que un sonido, a la espalda… pasos sordos, el movimiento flexible de un cuerpo alto y ágil, los amortiguados roces de la vestimenta; y entonces al girarse a mirar, el perseguidor pasa rápidamente por un lado, pronunciando el saludo criollo de «bonjou» o «bonsouè Missié». Esta repentina conciencia a plena luz del día de una presencia invisible es incluso más inquietante que las sensaciones que le hacen a uno detenerse sin aliento en la absoluta oscuridad ante grandes objetos sólidos, cuya proximidad ha sido revelada por algún tipo de muda emanación invisible de energía.
     Pero es muy poco frecuente, de hecho, que un negro o un mestizo se vea sorprendido de esta manera: éstos parecen adivinar la llegada gracias a una especie de sentido especial, como el de un animal, que les permite percibir una mirada dirigida a ellos desde cualquier distancia o desde cualquier escondite; pasar por su rango de visión sin ser visto es casi imposible… Y la llegada de esta mujer ya ha sido detectada por los habitantes de las ajoupas; oscuros rostros miran por las ventanas y las puertas; un trabajador con el pecho desnudo incluso se acerca al borde de la carretera bajo el sol para verla pasar. Mira unos momentos, luego se gira de nuevo a la cabaña, y grita”.

Muñeca vudú para hechizar y controlar vivos.

3. Yo caminé con un Zombie (Inez Wallace).
 
    Una serie de historias sobre zombies en Haití, que comienzan como una reflexión acerca de este mal y la dualidad de la creencia (superstición) de un mundo "primitivo" y la racionalidad del blanco.
    La primera narración, bastante trágica, es la que supuestamente dio pie a la película del mismo nombre, contándonos de un gringo asentado en Haití, que se convierte en víctima de tales prácticas; luego, de manera inesperada, nos cuenta el mismo relato que comienza la presente antología y, por último, nos revela lo acaecido en un local nocturno y sus particulares bailarines.
    La prosa, a medias entre la crónica periodística, el ensayo y la narración literaria, es amena y posee un aspecto dialogante que invita al lector a sumirse en estas historias.
 
    “NO HACE MUCHOS AÑOS, cerca de la famosa ciudad haitiana de Puerto Príncipe, tuvo lugar un incidente que me hizo pensar inmediatamente en los zombis. Un hombre blanco que pasaba una mala racha y que vino a Haití bajo el nombre de George MacDonough, se enamoró de una oscura chica nativa. Su amor por ella tan sólo duró hasta que una chica blanca se enamoró de él. Entonces el blanco abandonó a Gramercie por Dorothy Wilson, y se casaron.
     Pero esto no alejó a Gramercie de su vida; debía lidiar con los fieros celos primitivos de la chica. No llevaba casado ni un año cuando su joven esposa contrajo una misteriosa enfermedad y murió. Dos noches después de su entierro encontraron la tierra de su tumba removida, pero no se llevó a cabo la investigación que debería haberse realizado.
     Seis meses más tarde una historia misteriosa comenzó a propagarse por Puerto Príncipe. Se decía que en las inquietantes laderas del Morne-au-Diable, cerca de la frontera dominicana, se sospechaba que habitaba una cuadrilla de esclavos que en realidad eran zombis. El rumor se extendió cada vez más, y de repente la historia adquirió tintes aún más lúgubres cuando se dijo que se pensaba que había una chica blanca trabajando en los campos de caña allá arriba. George MacDonough oyó la historia, así como muchos otros de los que formaban la colonia americana.”
 
4. La Plaga de los Zombis (John Burke).
 
    El cuento que le da nombre a esta antología es como se titula una peli de la famosa productora inglesa de filmes de terror Hammer, hecha en los sesenta; de modo que este relato, corresponde a su versión literaria hecha por su propio guionista.  Asimismo, viene a ser el texto más extenso en lo que va del tomo, por lo cual posee mayores virtudes estéticas y es, a su vez, la pieza que cierra el primer apartado de la selección, dedicado a los muertos vivientes mágicos salidos de la magia vudú de Haití.
    A principios de siglo pasado, en plena Gran Bretaña "moderna", y aún así tradicional tierra, un médico ya anciano y su única hija, joven y soltera, se ven obligados a viajar para salvar a un matrimonio, compuesto por un antiguo discípulo del primero y la mejor amiga de la segunda.  Llegados a su destino en una olvidada comunidad rural, se encuentran con una especie de rara epidemia y a la cual el viejo alumno ha sido incapaz de controlar, lo que está afectando sobremanera a la mismísima pareja...Y es que un mal bastante apabullante reina en el lugar, de modo que solo la intervención de los recién llegados, puede terminar con este reinado del terror.
     Como era habitual en las producciones Hammer, nos encontramos acá con una inteligente mezcla del ambiente inglés clásico, con lo sobrenatural, en este caso de procedencia afroamericana; tenemos a un héroe bastante maduro que representa el prototipo Sherlock Holmes, tan caro a la Hammer, símbolo del racionalismo y quien es capaz de abrir su mente a nuevas posibilidades.  Por otro lado, nos encontramos con villanos típicos de estas pelis- que los de mi generación recordamos con cariño- avariciosos y que usan su poder y encanto en beneficio propio, así como a las recurrentes bellas damiselas en apuros, a las que los hombres deben salvar.
    El terror se da su tiempo en este maravilloso cuento, hasta su satisfactorio desenlace.
 
    “Una mano fina y huesuda como una garra apareció en el borde.
      Más allá, otra fosa también se abrió, y otra más.
      Los muertos se estaban levantando de la tierra. Con los rostros cenicientos y cubiertos con sus mortajas, los zombis escarbaban para salir al aire de nuevo. Sus movimientos eran espasmódicos y descoordinados, como si les faltara práctica. Pero se movían: se habían liberado; ningún féretro hubiera podido mantenerlos bajo tierra.
     Se estaban acercando a ellos. Peter quiso alejarse escabulléndose entre la maleza, pero se quedó petrificado ante la vacua mirada de su líder. Se quedó inmóvil a la espera de que le alcanzasen. Se acercaron… y cuando se pararon no fue por él sino por la cabeza que encontraron en la hierba. La cabeza de Alice… así que ahí era donde había caído. El más alto de los zombis bajó la mirada y sonrió con una terrible mueca de bienvenida.
     Y la cabeza cercenada de Alice le devolvió la sonrisa.”


Afiche de la película que inspiró en cuento contenido en esta antología (¿o fue primero el relato?)

domingo, 16 de octubre de 2022

Otra ocasión en que la paciencia da sus frutos.


 1. De qué va todo.
 
     La tercera temporada de Stranger Things finalizó con al menos tres hechos que nos dejaron con el alma en un hilo y es que no solo sus héroes volvieron a enfrentarse al mal sobrenatural del “Otro Lado”, venciéndolo otra vez luego de grandes batallas (sin olvidar que, más encima, tuvieron que pelear en contra de un enemigo más “terrenal”), sino que la situación el grupo quedó remecida al parecer de forma permanente: en primer lugar, uno de sus integrantes adultos murió, supuestamente (¡Y vaya que sufrimos con ello!), luego la chica con poderes del equipo perdió sus habilidades extraordinarias (¿Qué pasaría cuando volvieran a abrirse los portales entre un mundo y otro, ahora que no contáramos con nuestra principal defensa?) y, por último, el resto del grupo sobreviviente terminó separándose, ahora que una de las familias de los chicos se fue a vivir a otra ciudad.   Todo esto lo supimos/vimos a mediados de 2019, nuestro planeta era otro y ni pensábamos que la pandemia del Covid iba a cambiar nuestras vidas; así que debido a cuarentenas y otras razones relacionadas con la emergencia sanitaria, pasaron más de dos años para que por fin nos reencontráramos con nuestros queridos personajes.
    Dentro del tiempo en el cual transcurre la serie que hoy nos reúne, los recordados años ochenta, es ahora 1986 y dos eventos hacen que los amigos se reúnan para volver a enfrentarse a los monstruos que han regresado, aunque esta vez todo se pone mucho más complejo, puesto que por fin conoceremos a la entidad detrás de todo lo que está ocurriendo; asimismo, dos de los adultos protagonistas deben realizar un viaje al extranjero, usando solo su ingenio y determinación para salvar a uno de sus seres queridos.
    Con 9 episodios, los que lejos duran mucho más que en temporadas anteriores, la mayoría con un metraje similar al de una película (el último de ellos dura lejos más de dos horas), la trama se divide en 5 mini arcos argumentales que ocurren de forma paralela y luego, como no, terminan convergiendo.
    En primer lugar, tenemos el recién mencionado mini arco, que sucede nada menos que en la Rusia comunista (uno de los principales enemigos ideológicos de los gringos de aquellos tiempos y que desde la temporada anterior, han sabido aprovechar para darle más “ambientación” a la serie), el cual tiene relación con la búsqueda que hacen dos de nuestros héroes más comunes y corrientes, de entre los que aquí encontramos, para salvar a uno de los suyos (y que supuestamente estaba muerto).   La dupla de oro que se produce al respecto, ejemplifica cuán maravillosamente pueden evolucionar los personajes (amparados por sólidos guiones y la excelente labor actoral de sus intérpretes), que gratas sorpresas se nos dan en especial sobre uno de sus integrantes y que ahora consigue ganarse nuestros corazoncitos sin vacilaciones.
    Luego tenemos todo lo que sucede con quien se suponía estaba muerto, el cual ha llegado a parar nada menos que a uno de esos infames gulag rusos, que tantas historias han dado para contar (entre reales y ficticias).  Y no estoy haciendo spoiler, puesto que, tras lo eventos de la temporada anterior, era de esperar cuál era su destino (y en especial tras la última imagen de dicha tanda de episodios).  Su precaria situación, y aun así con una fuerte voluntad de vivir, mantienen en todo momento la tensión y la expectación.  Desde que comenzó la serie hace ya todo un mundo atrás, es la primera vez que tenemos un escenario realista como este, que nos muestra el horror de la realidad.   Respecto a todo esto, la transformación física por la que pasa el susodicho, provocará varias satisfacciones entre sus admiradoras y admiradores.
     En cuanto a los chicos, tenemos dos grupos separados por razones varias.  Primero, tenemos aquellos que se han quedado en Hawkins, enfrentándose al mal que desde el Otro Lado está asolando nuestra realidad y que nos deja claro que todo lo que vimos anteriormente, era tan solo el anticipo del horror que se venía.  Amigos que se conocen desde hace años, entre adolescentes y muchachos que están entrando a la vida adulta, quienes nos darán lecciones de lealtad y valentía, que en más de una ocasión nos emocionarán.  De igual manera tenemos al segundo grupo, cuyas aventuras transcurren en California, donde se han ido a vivir algunos de los chicos, quienes han recibido la visita de uno de sus viejos compañeros y los cuales deben hacer su propio viaje de rescate, para salvar una vez al mundo.
    Por último, nos adentramos en los vericuetos del proyecto científico ultrasecreto que dio origen a Once y a mucho más de lo que creímos hasta ahora, que “1986” fue el año de las revelaciones y vaya que quedaremos sorprendido con todo esto.



2. Aportes.
 
    La cuarta temporada de Stranger Things, a mi humilde parecer, es la mejor de todas, partiendo por el hecho de que cada uno de sus episodios es una película en sí, puesto que cada uno supera con creces la hora de duración (el más breve alcanza los 64 minutos y el último dura nada menos que dos horas y media); de este modo, nos cuentan bastante entre una entrega y otra, más considerando que sus distintos arcos argumentales ocurren en varios lugares a la vez y de ese modo estamos atentos en lo que sucede entre un sitio y otro con gran expectación.
    Dos nuevos personajes entrañables se nos unen a la acción.  En primer lugar, tenemos al líder del Club Fuego Infernal (una de esas bandas de ñoños que nos habría encantado tener de chicos y más en los gloriosos años ochenta… ¡Si bien yo tuve algo parecido!).  El muchacho, proveniente de una familia disfuncional, no deja de conmovernos por su resiliencia y es parte de lo mejor de la temporada.   Asimismo, otro personaje varón y juvenil se agrega al show, el primer latino de la serie, quien nos hace reír bastante y le entrega una dosis de locura psicotrópica a este.
    En lo que concierne a los aspectos más humanitarios del programa y que se nos pueden hacer dolorosos, encontramos el tema del bullying, el cual es abordado en la figura de una de las protagonistas, tratado con dureza y realismo.  Esto mismo, nos demuestra que detrás de un drama fantástico y de terror como este, hay cabida para problemáticas como la mencionada, puesto que el terror nunca ha dejado de ser un vehículo para examinar tales asuntos (y si no, tan solo recuerden It de Stephen King, con su particular pandilla de amigos, título del cual este programa es un destacado heredero).
    Plausible viene a ser que hayan potenciado a la hermana menor de uno de los protagonistas, a quien conocíamos desde hace rato, pero que ahora nos llega a caer tan bien, que cada una de sus intervenciones es algo para disfrutar (su primera escena dentro de la temporada es de antología).
    Para los ñoños de “rancia tradición” como uno, la participación de un actor tan querido como Robert Englund (¡si no saben quién es, se merecen todas las caricias de Yog-Sothoth!) resulta ser más que un excelente guiño a lo mejorcito del cine de terror ochentero y que amamos con todo nuestro corazón.
    Por último, y dentro de lo más importante, tenemos al primer villano humanoide y/o inteligente de la serie, quien demuestra ser un personaje clave.  Asimismo, Vecna, que así le llaman los muchachos, resulta ser significativo, porque hacia el final de la temporada conocemos su génesis y con ello quedan explicado varios misterios de años anteriores (haciendo, de ese modo, su propia versión a uno de los tópicos de las historietas de las que se nutre este título: creamos nuestros propios enemigos).  Ligado al anterior, se profundiza en las investigaciones que tenían su sede en el pueblo y regresan dos personajes adultos, que esta vez son desarrollados de una manera más completa.
    ¡Atentos a la penúltima escena que nos adelanta el próximo proyecto de los Hermanos Duffer! (fíjense en el libro que le está leyendo uno de los chicos a su compañera).


domingo, 2 de octubre de 2022

Pecados de Omisión XVI


1. Eros Sangrientos y otros.
 
    Robin Book era una editorial de origen español que apareció en los noventa, cuya oferta era- a menos que me equivoque- de dos tipos:
 
Primero: Libros de temática esotérico, "magia" y cosas por el estilo.  Títulos para nada de mi interés.
 
Segundo: Antologías de horror monotemáticas, con un listado de autores modernos consagrados y varios cuentos para gozar a concho, en diferentes orientaciones del tema en cuestión.
 
    En ambos casos, las portadas eran muy coloridas y los libros en general muy bellos, que daba gusto verlos en exposición, tener uno a mano, echarles una ojeada y llevártelos contigo.
    Eran principios y luego mediados de los noventa, cuando yo estaba en los últimos años del colegio y con posterioridad en el inicio de mi etapa universitaria.  En ese tiempo yo compraba la revista Fangoria- de la que les he hablado harto por acá y de la cual de una de sus secciones saqué el nombre para mi blog- y gracias a ella supe de estos títulos, que de inmediato acapararon mi atención y me hice la idea de conseguirlos.
    En San Diego, la calle de Santiago Centro dedicada a la venta de libros, en plena Plaza Diego de Almagro- llena de kioscos con venta de literatura- tenía un puesto un caserito que vendía muy baratos los textos y quien contaba con mucha variedad de mi gusto.  A ese caballero le compré bastante, dentro de las escasas posibilidades que tenía ille tempore, quien entre su mercancía ofrecía varias de las susodichas selecciones. Tres de ellas me seducían bastante, pero siempre me gastaba la plata en otros volúmenes cuando iba para allá: Eros Sangriento (terror erótico), Post Mortem (fantasmas) y Vampiros (chupasangres).  Esas antologías solo estuvieron por acá unos años, que luego la empresa quebró, creo, y nunca más los pillé.  De esa colección solo pude comprarme Las Moradas del Horror (casas embrujadas), que tuve que escoger entre ese o los otros títulos ya mencionados, aunque años después mi gran amigo Miguel Acevedo me prestó Acosados (persecuciones).
    A veces veo alguna obra del catálogo esotérico de Robin Book en alguna librería, puesto o feria de libros usados, pero por más que se lo pido a los Dioses del Abismo, nada queda de esas geniales colecciones de horror.

 
2. Marinia.
 
    Jack Williamson es un autor precursor de la Edad de Oro de la Ciencia Ficción, a quien tuve el gusto de conocer gracias a Isaac Asimov, por medio de sus antologías tan divertidas, en las que no solo demostraba su buen gusto y conocimientos del tema, sino que anticipaba cada texto con una elocuente introducción para cada cuento y su escritor (fue, justamente, por medio de las humildes ediciones de la Biblioteca de Oro de Ciencia Ficción, colección con la cual comencé esta serie de posts, que leí por primera vez a este gran maestro del género).
    Por otro lado, Frederick Pohl es un autor aún mucho más relevante que el anterior, más o menos de una generación siguiente a este otro, y es que ha escrito verdaderas novelas que se encuentran entre lo más graneado del género, por no decir entre las obras cumbre de la fantasía científica del siglo pasado, como lo son Pórtico (civilizaciones extraterrestres) y Homo Plus (ciborgs y terraformación). Por otro lado, coescribió junto a su colega Cyril M. Kornbluth Mercaderes del Espacio, entre otras novelas, un texto que adelantó el abuso de la publicidad en la sociedad actual (si bien se trata de una obra futurista) ... Y es en este último punto, sobre su destacada carrera, dedicada a redactar a cuatro manos un mismo trabajo literario, que hoy lo traigo a colación; puesto que en determinado momento colaboró con Williamson, para escribir al menos dos novelitas de ciencia ficción: ¡Ciudad Submarina! (su nombre lo dice todo) y Marinia.
   En los años sesenta la extinguida editorial mexicana Novaro, una importantísima empresa, que distribuyó hasta los años ochenta en varios países de habla hispana latinoamericanos literatura, cómics y revistas, sacó los mencionados títulos de Williamson y Pohl en lindos libritos de bolsillo tipo pulp, con coloridas portadas y papel casi de Biblia.
    Eran los recordados años noventa y a veces me pasaba a los terminales de buses de Estación Central, donde paran los vehículos que trasladan a gente de una ciudad a otra, entre regiones, para "vitrinear" en los kiosquitos que estaban a sus alrededores y vendían "libros de viejos", entre otros.  En uno de ellos compré la primera entrega (que en realidad era el tercer libro de una trilogía) y "a precio de huevo".  En un viaje posterior estaba Marinia (el primero de la saga), igualmente muy barato; aunque en ese tiempo no trabajaba y solo poseía lo que mis padres me daban- que ahorraba harto para comprar literatura-, sin embargo, de puro tonto no lo llevé conmigo y ya después cuando volví a buscarlo no estaba.
 
3. San Leibowitz y la Mujer Salvaje.
 
    Me encontraba en la universidad, cuando al entrar al curso facultativo (electivo) de Literatura de Ciencia Ficción, en el primer semestre que se impartió, el profe nos hizo leer uno de los cuentos más bellos que he tenido la dicha de gozar: Cántico por San Leibowitz de Walther Miller Jr., una obra de ciencia ficción postapocalíptica acerca de la fe religiosa y que rescata lo mejor de la Iglesia Católica.  Era 1995 y al año siguiente, en plenas vacaciones de verano, me regalaron el libro que extendió dicha obra a novela, escrito por el mismo autor (el cual también leí con mucho placer).
    Muchos años después, ya en este siglo, a la Librería Chilena- otro lugar del que he hablado varias veces por acá- les llegó, como en otras ocasiones, un montón de títulos de la colección Nova (especializada en ciencia ficción).  Eran de esos tomos grandes, de más de 20 centímetros de largo y que tengo la dicha de poseer hartos.  Un día andaba en una de sus dos sucursales, buscando un regalo para mi amigo Mauricio por su cumpleaños y me encontré con su secuela.  Titulada San Leibowitz y la Mujer Salvaje, corresponde a una obra póstuma suya, la que quedó inconclusa tras su muerte por suicidio en 1996 y que fue terminada por Terry Bisson al año siguiente.   No dudé en comprársela, pues en los noventa le había prestado el libro anterior y le había fascinado (el Pelao llega a ser pechoño de tan católico que es).  De puro tonto no me llevé un ejemplar para mí y por eso mismo me tienen ahora escribiendo estas líneas.  El cumpleañero se leyó el libro y luego en una de sus locuras lo vendió; mejor me lo hubiese devuelto, cambiado por otra cosa o vendido a mí.
 

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...