En unos días más, en septiembre de este
año, se cumplen treinta años desde que Stephen King publicó la que sería una de
sus mejores y más populares novelas: It (Eso en nuestra lengua) y
a lo largo del mundo se realizarán unas cuantas celebraciones al respecto… ¡Que
bien estamos hablando del libro que ha dado a tantas generaciones de lectores y
fanáticos del llamado “Rey del Terror”, un sinfín de sustos y emociones varias! Pues así fue que mi
estimado colega bloguero Mauro Vargas, a través de su estupenda página Léase a Plena Noche (todo un referente
de la blogósfera en materia del terror), tuvo la genial idea de publicar una
serie de textos en honor a tan destacada obra y fecha. Por lo tanto un seguidor acérrimo del señor “Esteban
Rey”, no podía quedarse atrás a tal llamado y de este modo por medio de este
escrito, hago un repaso por mi historia personal con este libro (y como no,
también por la recordada minisierie basada en ella).
Estaba en los primeros años de mi
adolescencia, cuando supe por primera vez de quien en poco tiempo se
transformaría en mi escritor predilecto.
Desde niño me gustó el cine, así que en casa veía todo lo que podía
gracias a las emisiones de la TV y como a muchos a tan temprana edad, los
filmes de horror y todo tipo de historias de miedo acapararon mi atención de
inmediato (supongo que debido a esa inclinación natural que todos tenemos por
lo siniestro, lo oculto, lo prohibido y todo eso). Pues cuando llegó el floreciente mercado del
video casero a través del VHS, pese a que pasó un buen tiempo para que mis
papás me regalaran un videograbador, pude por fin verme completas y sin cortes
varias películas del género, según mi interés personal y la posibilidad de
títulos que me daban los videoclubes al respecto. Al cine fui muy pocas veces de niño, pues no
tenía quién me llevara seguido, por lo que fueron estos videos los que me
permitieron dar rienda suelta a mi hambre de monstruos, espíritus malignos,
psicópatas y demases…
No recuerdo qué fue primero… ¿El huevo o
la gallina? No, estoy leseando. De lo
que sí no me acuerdo es de si mi primer contacto con King fue yendo al cine a
ver un programa doble rotativo, en el
cual uno de los dos filmes que daban era nada menos que Cementerio de Animales (¡Qué nostalgia esas funciones de antaño, cuando por unos
pocos pesos te podías ver una, dos o tres cintas y repetírtelas todas las veces
que quisieras y te diera el cuerpo el mismo día!). Quien haya disfrutado este largometraje, bien
puede comprender cómo su fuerza dramática y audiovisual puede impactar a un
chico de a lo más quince años de edad. O
si fue durante una calurosa tarde de vacaciones de verano, cuando contemplé
gracias a un video pirateado una película de la que nada sabía, Carrie,
otra historia distinta que de inmediato se transformó en una de mis
favoritas. Más o menos por aquel tiempo
me vi también en VHS El Resplandor y Creepshow, o sea, me
llené de verdaderas joyitas del séptimo arte y por eso mismo tras ya saber
quién era el inspirador de tamañas obras, el paso siguiente era leerme sus
libros.
Como ya he contado, era muy pequeño cuando
me picó ese bichito del amor por el cine.
Fue así como con la poca plata con la que contaba, me podía costear dos
revistas especializadas, una que se llamaba Cinegrama y otra de
nombre Video para Usted. La
segunda de ellas tenía una sección acerca de los próximos estrenos en VHS y gracias a ello me enteré de que estaba por salir para el arriendo It, una miniserie de más
de tres horas de duración, acerca de un mal primigenio y que versaba sobre una
novela de… ¡Más de mil páginas! El breve texto mencionaba a un payaso aterrador,
el inolvidable Pennywise, quien podía tomar la forma de lo que más te
asustaba. Por supuesto ante esta
síntesis, me propuse obtener tal libro a como de lugar. Ya antes había leído varios escritos por mi
cuenta, o sea, aparte de los que me daban como lectura domiciliaria en el
colegio; no obstante, nunca antes me había puesto en la tarea de una empresa
como esta (creo que todavía no llegaba a las cuatrocientas páginas del título
más largo en ese tiempo). Y pese a todo
la idea me seducía, así que me armé de paciencia y me decidí a sacarme las
mejores notas en clases para conseguir de mis papás tal premio.
A veces me iba a las librerías a puro
disfrutar, viendo las portadas de los libros que me interesaban, los sacaba de
las estanterías y leí las reseñas que llevaban; si podía, los hojeaba con entusiasmo.
Y por supuesto había uno en particular que conseguía mi absoluta
reverencia: la edición en tapa dura y de dimensiones considerables de It,
con cubierta negra y el nombre de su autor en grande, más el de la novela en un
rojo sangriento y con un estilo muy llamativo (¿Se les viene a la memoria esa
ya vieja edición de Plaza & Janés?).
El arte de la portada era lo mejor…Un barquito de papel corriendo por el
agua de seguro de la lluvia y debajo de él una alcantarilla de la que salía una
garra de color verde. La primera vez en
que vi tal imagen, me volví loco de emoción fantaseando acerca del significado
de tal ilustración (poco después sabría el verdadero sentido de ese dibujo y
nunca más olvidaría un comienzo tan potente como el que representaba dicha
tapa).
Ese mismo año de 1991 para Navidad, les
pedí a mis papás que me regalaran It.
Insistí tanto, que al final recibí más de un libro de Stephen King,
todos en ediciones de bolsillo eso sí, pues no les daba para poder comprarme la
edición de mi objeto del deseo más preciado.
Como mis papás no eran lectores (salvo del diario) y apenas sabían de
literatura, los acompañé a ambos a hacer las compras. Con mi papá, quien era el que ponía el dinero
en la casa, adquirí El Umbral de la Noche y La Zona Muerta; con mi mamá, quien
resultó ser mi “amiga secreta” de esas fiestas, Los Ojos del Dragón. No podía ser malagradecido, después de todo
me llevaba tres libros para disfrutarlos a mi antojo. Ese día de Navidad, no fue especial para mí solo
por el hecho de que “El Viejito Pascuero” me había otorgado tan valiosos
obsequios, sino porque como cosa rara en esta parte del mundo (cuando las celebraciones de fin de año ocurren en pleno calor estival) hubo una tormenta
eléctrica, con lluvia, granizo, rayos, truenos y vientos, tal como luego me
enteraría le gusta a Stephen King describir en sus obras. Fue algo memorable. Al siguiente día, con un precioso cielo azul
que superó al gris del día anterior, mi papá llegó de su viaje de compras con
toda una sorpresa para mí: me traía nada menos que It y, por supuesto, ya
saben en qué formato.
Cuando mi papá (y obvio que también era
regalo de mi mamá) me concedió tal alegría, a todo aquel que se cruzaba ante
mí, le mostraba encantado dicho regalo, ya que además nunca antes en mi corta
vida había sido dueño de un libro tan hermoso (ustedes me entienden ¿No?). Pero la verdad, salvo que mis adultos
admiraran que alguien en su entorno y a esa edad pudiese disfrutar a ese punto
la lectura, supuestamente no tenía a nadie que entendiera mi pasión. Un cuñado, que recién estaba entrando en los
veinte y la verdad tampoco era alguien muy culto y sensible que digamos,
cuando me vio con mi tesoro me dijo riendo: “¡Se te va a aparecer el Diablo con
tantas historias de terror!”. Y a mis
cuarenta y un años de edad, ni la cola ha asomado, que harto le he dedicado mi
existencia a saborear estas obras.
Por lo tanto me inicié leyendo al maestro
(¡y pobre del que hable mal de él! ¡Que así lo pille Nyarlathothep!) con It. Como ya estaba de vacaciones, me
levantaba a leer como desenfrenado la novela en cuestión, casi ni salía para dedicarme
a ello y fue entonces cuando creo que tomé la costumbre de ir de un lado para
otro con mi lectura diaria bajo el brazo (durante un tiempo, gozaba con la idea
de dar la impresión de ser todo un intelectual a los ojos de los demás, tras andar
siempre con un buen libro). Una vez por
la mañana, antes de Año Nuevo (me acuerdo muy bien, pues iba a salir con una de
mis hermanas mayores y mi mamá a comprarme ropa nueva para comenzar con la
mejor tenida posible 1992), me encontraba cuidando a solas el negocio de la
casa de la familia, cuando sonó el teléfono y tan ensimismado que estaba en mi lectura, que
di el tremendo salto. No tengo claro
cuánto me demoré en acabar It, sin embargo sí sé bastante bien
que no estuve más de tres semanas dedicado a la novela, pues para finales de
mes me fui a la playa y llevaba conmigo otros dos de mis obsequios “kingnianos”
conmigo.
Harto ya he escrito sobre mi historia
personal, con la novela a la que hoy quiero homenajear, poniendo de antemano
que quienes leen este texto conocen de qué trata y si no la han leído al menos
vieron la miniserie, que tampoco es mala (pese a que con muy poco presupuesto
tuvo que adaptar tan compleja obra y lo hizo con más que dignidad)… ¿Pero de
qué más trata esta famosa obra, aparte de los pocos datos que ya he dado sobre
ella? Trataré de hacerle honores a su argumento, sin extenderme más de la
cuenta.
Derry es una ciudad maldita, pues en ella
cada veinticinco años aproximadamente suceden una serie de violentas muertes y las
que son provocadas por un ser monstruoso, que puede tomar la forma del miedo de
cada persona; por otro lado, esta criatura posee un aspecto con el cual se
muestra a todo el mundo, el del payaso Pennywise, tanto o más espantoso que los
temores de sus víctimas. Por siglos este
ser ha hecho lo que ha querido con la gente, hasta que en su ciclo de matanzas
durante el periodo de 1957-1958, un grupo de niños (quienes se hacen llamar “El
Club de los Perdedores”) se le enfrenta y llega a dejarlo herido como nunca le
había sucedido antes. Cuando los
vencedores creían que It había sido destruido, ya adultos en 1985 ,se enteran
de que el ciclo ha vuelto a comenzar y que son los únicos que pueden acabar
para siempre con esta amenaza, aunque ello signifique recordar aquello que bien
quisieron olvidar con todo su corazón y que por ello, su vida ya no volverá a
ser la misma.
Esta novela posee varios aspectos
interesantes que bien merecen su propio análisis, pero la verdad es que este
texto no pretende dedicarse a profundizar en la calidad literaria de It,
si no en compartir con ustedes lo que significa dicho libro para mí, tanto
dentro de mi corazón, como en mi memoria.
Pues este no fue solo el primer libro de King que leí en mi vida, sino
que fue la primera obra de terror gore que
tuve en mis manos. Antes había tenido el
honor de que fuera nada menos Edgar Allan Poe, quien me abriera las puertas del
horror literario, no obstante su escritura es más atmosférica que extremista, a
diferencia de muchos escritos de su sucesor (y también por una cosa de época,
que es entendible). Claro, ya me había visto unas cuantas pelis y hartas series, pero
no es lo mismo el ejercicio de la imaginación apoyado por una buena narración,
que limitarte a ver las imágenes que “todo el mundo” contempla en una obra
audiovisual: pues lejos tu propia cabeza puede ser el mejor medio para las más
grandes ficciones (por eso mismo digo con conocimiento de causa, que no
necesito de drogas y alcohol para fantasear, que yo mismo soy mi
psicotrópico). Pues siguiendo a lo que
significó para mí, encontrarme con todos los horrores de este libro, mi mente
se vio forzada a aumentar su dosis de maravilla, algo que ese mismo año solo
puede igualarse a lo que me pasó cuando tuve mi inicio en la lectura de Isaac Asimov ( por medio de sus novelas El Sol
Desnudo y El Fin de la Eternidad).
No sé si en realidad me impactó, no
obstante sí me costó entender a tal edad (a los dulce dieciséis) la “polémica”
escena de sexo infantil y en la que los heroicos protagonistas, terminan con su
vida de niños tras haberse deshecho (según ellos creían) de su enemigo. Por años me quedó rondando el verdadero
significado de tal parte del libro. Solo
ya muy entrado en edad y no hace mucho tiempo, le comenté esto a mi amigo
Mauricio Tapia, el mismo de los blogs La Quinta Anormal y Escritos al Lotijuai y gracias a sus palabras pude iluminarme mejor (es que la
verdad, siempre encontré demasiado chocante y hasta de mal gusto del propio
King, tal curso de los acontecimientos) “Fue necesario para madurar, luego de
todo lo que pasaron”, algo así fue lo que me respondió el Pelado. Bueno, no
tiene por qué gustarte todo lo de tus ídolos (ojo, que aún no le perdono su
desastroso final de La Torre Oscura).
Debe haber sido durante el mes de febrero
de 1992, aún en plenas vacaciones de verano, cuando en uno de los videoclubes
donde alquilaba mis cintas, me encontré con la miniserie de It ¿Podría
decir que fue casi orgásmica mi dicha? Pues no me alcanzaba el cuerpo para
albergar tanta alegría, ya que tenía todas mis esperanzas cifradas en tal
adaptación, que como falto de experiencias, aún juraba que me iba a encontrar
con la traslación 100% de lo que yo había leído y me había imaginado…Así que lo
primero que sentí fue la más absoluta decepción. Ya que como luego aprendí con el paso del
tiempo, ello es imposible y sin embargo lo que más logré valorar de esta igual querible
versión para los de mi generación, fue la formidable actuación de Tim Curry,
como un Pennywise realmente aterrador.
Su manera de decir la cita que lo inmortalizó para millones en todo el
mundo de “Todos flotan y tú también flotarás con nosotros”, es para
muchos y entre mis amigos ñoños (aquellos que llamo con todo mi amor “mis
amigos históricos”) tanto o más significativa en nuestras reuniones y charlas
que los famosos “Larga vida y prosperidad” de Star Trek y “Que
la fuerza te acompañe” de Star Wars.
Tuve que verla de nuevo varias veces, a medida
que iba creciendo y haciéndome menos ignorante (y quizás de igual modo más
sensible), como para que llegara a apreciar con todo su valor esta miniserie;
de este modo pude valorar el resto de sus actuaciones, el ingenio con el cual
dramatizaron varios de sus momentos más sobrenaturales con tan poco dinero (ni
siquiera llegaron al millón de dólares, cuando en aquel tiempo gastaban un millón
y medio por un solo episodio de Star Trek: La Nueva Generación) y
deleitarme en varias de sus escenas mejor logradas (ahora solo puedo citarles
cuando los amigos se reúnen por primera vez ya adultos y comienzan a recordar,
así como el precioso epílogo en el que Bill Denbrough, lleva en bicicleta a su
comatosa esposa para ver si puede devolverla a la normalidad).
Recuerdo a mi querida comadre Monka, la
hermana de Mauricio, que por años tuvo en su pieza el póster de la edición en
VHS, con el título de It, el Payaso Asesino. Recuerdo que ya todo un adulto, en otras
vacaciones de verano, cuando era un universitario, estaba con mi sobrino Alonso
(quien a lo más debía tener unos doce años), viendo por enésima la miniserie y
entonces llegó corriendo toda alegre su hermanita la Coté (que tendría como
seis) a mi pieza… ¡Y tuvo la mal suerte de que justo en escena se veía en un
primer plano a Pennywise, quien abría la boca para mostrar sus afilados
colmillos! A la pobrecita le dio un ataque de llanto y se devolvió gritando de
miedo a donde sus padres. Mientras tanto nos quedamos con Alonso muertos de la
risa, de puro tontos que éramos. Ambos
ya pasaron la mayoría de edad hace rato y de vez en cuando nos acordamos con
gracia de este episodio en nuestras vidas.
It ha sido uno de los pocos libros de
King que me he repetido (no así sus películas y miniseries, que en su mayoría
me las he visto una y otra vez). Ya me
había titulado y trabajaba hace tiempo como profesor de Castellano, cuando (una
vez más en vacaciones de verano, que por increíble que parezca, me parece esta
época ideal para disfrutar al señor King), me reencontré con tan amada
historia. Por supuesto que esta vez la
satisfacción de la lectura fue mayor, ahora que tenía mayores elementos
intelectuales y vivenciales para mi apreciación estética. A veces mientras hacía
bicicleta estática en el gimnasio, tenía entre mis manos el tremendo tomo y me
ponía a leer de lo lindo el libro.
Cuando me quedo esperando junto a otros (y
en especial con mi igualmente queridísima amiga Cecilia Navia) la versión del
año que viene de It, me regocijo en este recorrido por la memoria, que ha sido
para mí emotivo y que ahora lo dejo en mi blog para quien quiera conocerme un
poquito más.
Esta fue la escena que asustó a la Coté cuando era una exquisita niñita. |
Elwin hemos leído con mucho agrado Gatita y Yo tu reseña autobiográfica de tu relación entre el libro It y tú. Solo puedo decirte que te hemos imaginado como un joven inmaduro y desconocedor de la literatura. Gatita dice que para cualquier joven enfrentarse al reto de la lectura que tanto deseabas apremiado por el calor tórrido del verano debió ser un momento casi mágico, una verdadera oda, yo creo que lee a King cuando uno es adolecente esta muy bien, es un paso hacia la verdadera literatura, quedarse hay no es nada. Admiro en ti tu pasión por esa escritura, y aun recuerdo cuando me prestaste esa edición de It, que me desencanto mucho su final, empezaba muy bien y terminaba muy mal, hasta tu lo reconocías hace veinte años. Pero esto fue bueno, creo que forjo una amistad aun cuando mis lecturas literarias ya no sean tan simples como antes. Muchos saludos para ti de parte de gatita y Roberto
ResponderEliminarCreo que cada camino personal desde niño hacia el bello mundo de la literatura es valioso. Yo estoy alegre de tener mi propia odisea personal al respecto, que bien tengo el gusto de conocer la tuya y de otros amigos en común. No importa quién fue el autor que te maravilló lo suficiente como para hacerte querer más y luego darte el salto a los clásicos y obras más complejas, lo destacable es que todas esas ficciones te pueden llegan a convertirte en alguien mejor (en el sentido más amplio de la palabra). A veces hay gente que no conoces y que te contribuyen en este amor por la literatura, los mismos escritores, en otras son los personajes de ficción a los que llegas a amar y en otras quienes tienes a tu alrededor, como tus amigos (por ejemplo, gracias a ti puede leer "Los Miserables" y conocí a Chesterton)...¿Si o no que todo ello es una verdadera bendición?
EliminarConcuerdo contigo, la literatura es un mundo maravilloso que se debe explorar, por ejemplo mi primer libro de ciencia ficción fue crónicas marcianas, y el de mito fue la odisea, merecuerdo haber tenido solo diez años de edad.
EliminarFíjate que era mucho más pequeño, de catorce años, gracias al cole me leí feliz ambos poemas homéricos y la Martita para una Navidad durante nuestro periodo de escolar me regaló "Las Crónicas Marcianas".
EliminarAmigo, espero que la próxima película no decepcione la actuación del nuevo Pennywise (uno de mis personajes favoritos). Me gustó tu resumen en 16 líneas de un libro de más de 1.000 páginas.
ResponderEliminarOjalá la den en el cine, que si es así tenemos que ir a verla en patota con el Pelao, la Monka y otros amigos.
EliminarNo he leído la novela pero si vi la mini-serie en mi adolescencia y nunca pasé tanto miedo como lo pasé la noche que vi al horrible Pennywise apareciendo en la alcantarilla para comerse al hermano pequeño del protagonista, no la vi entera me quedé en la batalla final cuando se enfrentan a Pennywise convertido en araña gigante cuando me fui a dormir a la cama esta asustado con un miedo horrible en el cuerpo, es curioso como las cosas que nos saban miedo de niños o de adolescentes ya de adultos ya no nos da miedo pues cuando me hice hombre la volví a ver esta vez entera Pennywise ya no me daba miedo y me gustó que la historia tuviera un final feliz, ahora van a hacer una nueva versión espero que el nuevo Pennywise esté a la altura de Tim Curry que hizo una interpretación muy buena, por cierto los payasos nunca me han gustado el único payaso que si me gustó fue Miliki pero porque no usaba maquillaje.
ResponderEliminarPues te invito a leerla, que es de lo mejor de King, llena de tantas aristas que nunca terminas de repasarla en tu cabeza, como bien sucede con las grandes obras de la literatura (aunque algunos quieran ningunear al señor King).
EliminarFantástica entrada, Elwin. Uno piensa en Pennywise y solo llegan a la mente recuerdos de tiempos mejores. Han pasado treinta años y nadie, ni los niños de ahora, son indiferentes al payaso creado por Stephen King. ¿Cómo se enteran? No tengo ni idea, pero todos parecen haber disfrutado y gritado con esta miniserie.
ResponderEliminarTe envidio, además, porque te regalaron esa edición que yo tanto deseo y nunca llega. No soy un coleccionista de King puro y duro, como algunos de mis amigos en la red, pero si hay un ítem que anhelo con toda mi alma es la edición que tus padres te regalaron.
No podíamos dejar pasar esta remembranza. Treinta años de sustos son de admirar.
¿Puedo compartir este texto en Léase a plena noche? Estuvo excelente.
Saludos, Elwin.
-Mauro Vargas.
Por supuesto que puedes incluirla, que bien fuiste tú quien me inspiró a hacerla, además de honrarme con incluirla en tu genial página y/o revista.
EliminarTengo buenos recuerdos de aquella colección de Plaza y Janés, Elwin. Si bien era inasequible para mí en su momento (cada libro costaba el equivalente al doble de mi "paga mensual"), tuve la inmensa fortuna de vivir a escasos cincuenta metros de la biblioteca municipal (aún vivo en el mismo lugar), en la cual estaba disponible casi íntegra.
ResponderEliminarNo recuerdo cual fue el primero que leí, pero no fue "It". Por alguna razón, tardé muchos años en leerla, pero después lo hice en dos ocasiones, y lo haré una tercera, pues estoy releyendo toda la obra de King en orden cronológico, y llenando los huecos con aquellos relatos y novelas que tengo pendientes.
En cuanto a la miniserie, creo que no ha soportado bien el paso del tiempo, aunque no ha perdido su encanto. Aquí fue un éxito en su día, y es mucha la gente que la vio, bien alquilándola en el videoclub, bien en los numerosos pases televisivos que disfrutó en los inicios de las cadenas privadas. Miro con más suspicacia la nueva versión, pero habrá que darle confianza y verla sin prejuicios.
Me alegra mucho que otro amante de la literatura de King haya compartido conmigo este texto tan importante para mí. Y respecto al remake, fíjate que le tengo hartas esperanzas, pues creo que con más plata pueden hacer algo más fiel a la novela.
EliminarMuy buena entrada, y gracias por compartir tu experiencia con nosotros. Lo que son la cosas, más o menos a la misma edad, que no el mismo año, que tu descubriste It, yo descubría a Alan Poe, el que es considerado el padre del gore, sus historias eran algo muy visceral para la época, (la verdad sobre el caso del señor Valdemar por poner un ejemplo, Berenice es otra).
ResponderEliminarDe la miniserie tengo muy pocos recuerdos, ya que en su momento yo aún era niño, y era uno muy impresionable con las películas de terror, (lo malo de tener una imaginación muy vívida), así que las evitaba, pero si recuerdo ver avances y anuncios de esta.
Respecto al remake, esperemos salga algo bueno, que no lo contaminen con los errores que tiene el cine de terror moderno.
Saludos.
En verdad Edgar Allan Poe es uno de los grandes y los cuentos que mencionas son formidables. Justamente King le ha hecho varios homenajes y si no me equivoco en "It" se le menciona al menos en una ocasión.
EliminarConfieso que no he leído el libro, y la miniserie la recuerdo pero no con tanto detalle... pero luego de esta apasionada descripción... la buscare para verla nuevamente y esperar el próximo estreno... ademas pondré el libro en mi lista de lectura pendiente... MBV
ResponderEliminarGracias, MBV por leerme y escribirme (fíjate que por tus iniciales creo bien cuál es tu identidad secreta, *).
Eliminar¡Hola Elwin y estimados contertulios!
ResponderEliminarOtro artículo de nuestro amigo Elwin para sacarse el sombrero. Podra sonar muy pretensioso, pero creo que no sólo IT es la mejor novela de Stephen King, sino que tal vez podría competir seriamente para ser la mejor novela de terror jamás escrita.
A los que las leímos cuando eramos adolescentes nos pegó para toda la vida y marcó el camino de nuestras lecturas futuras.
Un dato que me hace ruido de la futura película: si bien confío en Andy Muschietti y creo que los adelantos fotográficos que se han visto ahora de la nueva versión fílmica de IT son buenos, no me parece tan bueno eso de dividir la historias de niños y la de adultos. Creo que gran parte de la fuerza de la novela es ir contando las dos épocas en paralelo.
Saludos
RICARDO
www.stephenking.com.ar
Realmente cuesta decidirse cuál viene a ser la mejor novela de King ¿"It"? ¿"El Resplandor"? ¿"Apocalipsis"? Lo que me queda claro, es que su lista de obras está llena de memorables título, lejos dentro de lo mejor del género en su vertiente literaria.
EliminarEstimado amigo, que buenos recuerdos nos narras aquí. Como sabes, a mi King me deja frio. Cuando era un adolescente lei 4 de sus novelas, y la última me decepcionó tanto que no la termine (me refiero a La danza de la muerte). Pero tus vivencias las cuentas de una forma muy nitida jaja. Ah! Yo tambien recuerdo esa tormenta digna de novela gotica de la navidad de 1991.
ResponderEliminarSaludos.
Me alegra mucho, amigo Miguel, que hayas compartido conmigo, este texto tan significativo...¡No puedo creer que te haya decepcionado "La Danza de la Muerte"! (yo me lo he leído dos veces y en su versión extendida).
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