domingo, 18 de marzo de 2012

El Extraño que llevamos dentro o “Todo Oscuro, sin Estrellas”.



     Durante los casi cuarenta años que lleva publicando Stephen King sus libros que le han dado el apodo de “Rey del Terror”, ha entregado a sus millones de seguidores todo tipo de historias, unas más terroríficas que otras…Es así que tal como nos mantiene habituados a libros de gran extensión, cualidad que valorada por sus seguidores,  para sus numerosos detractores, corresponde a un aspecto más de su trabajo que denostar.  No obstante para quienes se permiten mirar sus obras con ojos menos prejuiciosos, así como analizarla o simplemente disfrutarla, el Sr. King bien logra manejarse a la hora de contar una buena historia breve; este hecho se puede evidenciar en su constante contribución al relato corto en numerosas revistas y otras publicaciones, las que luego recopila en sus propias antologías que salen de vez en cuando para disfrute de los lectores.  Pero así como acostumbra escribir y sacar seguido libros voluminosos, cuentos y antologías de estos últimos, también cada cierto tiempo edita algún tomo con sus novelas cortas, las que demuestran su talento para narrar una historia sobrecogedora en una cantidad suficiente de páginas que permita satisfacer a la mayoría de la gente.   Es así como a la fecha, ya son cuatro estas colecciones de novelas cortas de su autoría: Different Seasons (1982) y que los editores españoles en su manía de sacar más dinero dividieron en dos tomos en una primera instancia como El Cuerpo y Verano de Corrupción, para años después sacar una edición con las cuatro novelas cortas que forman parte de dicho texto, titulándolo Las Cuatro Estaciones; luego le sigue Four Past Midnight (1990), otro libro que en su edición en español desmenuzaron dándole los títulos de Las Dos después de la Medianoche y Las Cuatro después de la Medianoche, si bien existe en español un tomo con el último nombre que lamentablemente no se ha vuelto a editar; como tercera colección de este tipo se encuentra Hearts in Atlantis (1999), que alterna entre las novelas cortas (que son dos en total) y los cuentos (el resto del libro) y que menos mal los españoles respetaron en su edición original.   Estas tres antologías inspiraron filmes de gran calidad (Cuenta Conmigo, Sueños de Fuga, El Aprendiz, Ventana Secreta y Corazones en la Atlántida) y una miniserie para la TV que pudo ser mejor, aunque más bien por los casi risibles, si no vergonzosos, efectos especiales, que por sus sólidas actuaciones (Los Langolieros).  Por último, tan sólo en el 2010 sacó una nueva colección que comprende tres novelas cortas y un cuento, bajo el título de Full Dark, no Stars (Todo Oscuro, sin Estrellas). 
     Todo Oscuro, sin Estrellas es una obra pareja, con sus buenas dosis de terror, si bien se podría afirmar que de las tres novelas cortas y un cuento que forman parte de dicho libro, tan sólo el relato breve es el único de terror verdaderamente tal (aún cuando el horror en él se expresa de un modo mucho más sutil que el de las fantasías más viscerales de su autor).  Pero sumado a esta atmósfera pavorosa que a ratos King se permite compartir con nosotros, puesto que por lo general sus novelas cortas apuntan más al drama humano y a rescatar o bien el valor del espíritu humano o la maldad innata en nosotros (con un realismo que escapa al de sus obras de carácter fantástico), se puede observar la evolución de un autor que se acerca a veces con paso acelerado a una literatura más cercana al llamado mainstream (corriente principal que escapa a las obras de “género” como el policial, ciencia ficción, narrativa histórica y otros) que a los textos que le otorgaron su título de Rey del Terror.  Sin embargo pese a este coqueteo con sus colegas considerados más “serios”, el volumen logra darle en el gusto a la mayoría al darnos la dosis suficiente de una amalgama que consigue demostrar que el King de antaño no se ha ido, si no que tan sólo que ha evolucionado. Como dato extra a esta recopilación, se puede contar que en una edición europea se agregó un segundo cuento, el que para pesar nuestro no se incluyó en la versión castellana.
     El libro parte con una gran novela corta, en la que a modo de confesión declara su narrador “Creo que existe otro hombre dentro de cada hombre, un extraño…”, ominosas palabras que en cierto sentido se amoldan a los otros tres textos que le siguen.  De este modo a lo largo del libro se narran historias que tal como las Narraciones Extraordinarias de Poe, cuentan hechos que no dejan de asombrar por su carácter singular, siempre teniendo presentes esta naturaleza tan siniestra que puede llegar a poseer el ser humano y que tal como declara la cita textual, muestran que en cualquier momento podemos llegar a sacar a flote lo peor de nosotros mismos (basta que peligre nuestra estabilidad y felicidad, como para que nos convirtamos en un Mr. Hyde que recurra a la violencia y al gusto por la maldad).
     He aquí una crítica de los cuatro relatos que comprenden Todo Oscuro, sin Estrellas, donde en todo caso no se pretende contar en su totalidad de qué tratan cada uno de ellos.  Este trabajo más bien, desea referirse a grandes rasgos acerca de sus tramas, deteniéndose en aspectos de interés y que puedan permitir apreciarlos de una manera más analítica.  Con posterioridad se agregan observaciones acerca de los temas en común  puedan compartir.

1. 1922.

    La novela corta que abre esta cuarta colección de nouvelles, transcurre durante todo el año que le da su título a esta narración.   El protagonista, quien también aquí oficia de narrador, es un granjero que vive junto a su esposa y su único hijo adolescente.  El texto tal y como el ya clásico Dolores Claiborne del mismo autor, corresponde a una confesión que poco a poco irá dilucidando los oscuros recovecos del alma humana y en especial la del mismo Wilfred Leland James, su protagonista.  Éste es un hombre sensible, quien gusta de leer libros en la tranquilidad de su granja y cuyo temperamento originalmente sereno, contrasta con el de su esposa demasiado práctica, poco cariñosa e incluso grosera.  No obstante Wilfred es feliz en el campo, pero su vida apacible está por terminar, cuando su pareja le informa que venderá su porción de la tierra y desea irse a vivir a la ciudad.  Es entonces que el marido luego de tratar de convencerla, toma la espantosa decisión de deshacerse de la mujer y para ello no encuentra mejor recurso que convencer al hijo de ambos a que le ayude.  Una vez cometido este acto, al principio todo parece ir mejor, pero poco a poco las repercusiones morales de lo que ambos han hecho, comienzan a manifestarse impidiendo que reine la paz en su hogar.
    Lo descrito arriba, es casi lo mismo que aparece en la contratapa de la edición en español, por lo que esta crítica hasta el momento no ha contado más de la cuenta al posible lector de 1922 y sus “hermanas”.  Lo que sí nos corresponde destacar es la manera de cómo Stephen King, cual revelador de la fragilidad humana, ahonda en querer explicar la naturaleza de un asesino, dejándonos conocer sus más internos pensamientos, así como las pasiones que lo mueven y que por último logran llevarlo a la culpa y al miedo.  Esta obra desnuda la miseria humana de un hombre que otro autor más maniqueo lo habría demonizado, pero que tal como la ya citada Dolores Claiborne, no deja de provocar simpatía en el lector.  Los mismos misterios de la relación conyugal y el amor entre padres e hijos, se abordan en esta primera novela corta, de tal modo que se hace notar lo difícil de las relaciones interpersonales y que basta con que se dé un paso en falso, como para que todo se desmorone y vaya al diablo.
    Stephen King nos brinda en este relato a sus “lectores constantes”, con todos los detalles sangrientos que lo hicieron ser tan popular en sus novelas y cuentos de terror, permitiéndose hacer uno que otro homenaje a autores ya clásicos como Poe y Lovecraft.  El temor y la repulsión a las ratas que en cuentos de la talla de El Pozo y el Péndulo y Las Ratas de las Paredes, de los escritores ya mencionados, los hace inolvidables y aquí vuelve a cobrar una expresión siniestra y hasta sobrenatural.
     A su vez, como si se tratase de un relato fantástico propio de los maestros europeos  del siglo XIX (Maupassant, Sheridan le Fanu, Théophile Gautier y otros), el escritor juega con la ambigüedad respecto a las “extraordinarias” experiencias vividas por el protagonista ¿Son reales o son el fruto de una mente desquiciada y con ánimo de purgar sus yerros?; de este modo corresponde al lector tomar la decisión respecto al verdadero matiz de los acontecimientos terroríficos que acá se cuentan.
   Como el King clásico, el escritor termina su obra con un último guiño a Lovecraft, tras incorporar al relato un recorte de periódico sobre los hechos mencionados.  Cabe mencionar que este recurso el propio autor de Carrie, desde esta temprana novela gustó de utilizar en sus obras.

2. Camionero Grande.

    Stephen King es un autor que en su extensa obra ha creado personajes de hondo realismo y vitalidad, llegando a poseer su literatura algunos de los personajes más carismáticos y recordados tanto en la pluma como en otros medios donde estos han tomado forma (imposible olvidarse del aterrador Pennywise interpretado por Tim Curry en la miniserie de It, la loquísima Annie Wilkes de Kathy Bates de Misery, Jack Torrence interpretado por un siempre homenajeado/parodeado Jack Nickolson en El Resplandor y el angelical John Coffey de La Milla Verde, caracterizado por Michael Clarke Duncan).  Dentro de estos personajes, los femeninos nunca han dejado de poseer tal grado de verosimilitud, que se agradece que la pluma de King, siendo hombre, no deje de otorgar a las mujeres tanta relevancia en sus obras.  A su vez, dentro de sus personajes es habitual hacer que estos sean escritores, lo que de paso les otorga una sensibilidad especial que uno espera todo artista debería poseer.  Es así como al tener a un protagonista que cumple con ambas características, King hace que el personaje redoble su intensidad dramática y paralelo al carácter complejo de un artista, agregue esta otra dimensión.
    El tema de la mujer que es violada y cobra venganza sobre él o los criminales implicados en su deshonra, es algo que al menos el cine ha abordado en numerosas ocasiones (como en cualquiera de las dos versiones de Escupo sobre tu Tumba o La Última Casa a la Izquierda, si bien en este último caso son los padres de la víctima quienes se desagravian); lo mismo sucede con las figuras del hombre o la mujer quienes se convierten en justicieros o vigilantes para tomar la justicia por sus propias manos  (The Brave One, El Vengador Anónimo, Ojo por Ojo y tantas otras más, sin mencionar figuras del cómic como Daredevil, El Castigador y el mismísimo Batman).  No obstante en literatura esta temática apenas había sido abordada, llamando la atención esta ausencia en un país como USA y en el cuál día a día los atropellos contra los inocentes inundan las noticias y eso tan solo en aquellos que son hechos públicos o denunciados por sus víctimas.   En tal sentido, esta segunda novela corta de Todo Oscuro, sin Estrellas en una primera instancia no resulta tan original que digamos, pero acá lo que importa es el modo en cómo se narra esta odisea dramática de su protagonista y más aún, el original desenlace que le otorga su autor.
    Es la historia de Tess, novelista de una saga de novelas policiales, dirigidas a un público lector femenino mayor.  Tess es una mujer práctica, quien tiene su vida completamente organizada, pero que luego de regresar hacia su casa tras realizar una de sus acostumbradas charlas entre sus admiradoras, es vejada y dada por muerta.  Entonces la frágil mujer logra llegar cómo puede a su casa y sin contarle a nadie el crimen del que ha sido víctima, hace uso de sus dotes investigativas para esclarecer los hechos acaecidas, descubrir la identidad del o los responsables y cobrar la dulce venganza.  Ahora bien, todo esto ocurre demasiado rápido, de modo que el lector siente que King le quita suspenso a la trama y más aún queda presente esta sensación de celeridad cuando la justicia emprendida por Tess se lleva a cabo, de modo que uno se pregunta cómo es que todo acabó (supuestamente) y qué ocurrirá en las páginas que restan de esta obra.  Pero es aquí que se encuentra presente el aporte del escritor a este tipo de historias, cuando hace que alguien que como Tess ha sufrido un crimen tan violento y cobarde como el que le ha tocado vivir, muestre como no sólo su vida se ha fragmentado, si no que también su propia mente: de este modo a lo largo que la historia se acerca tanto a la esperada consumación de la venganza, como a su clímax, la protagonista comienza a tener diálogos de carácter esquizofrénico con objetos y animales que forman parte de su diario vivir.
     Stephen King a su vez en esta historia de revancha, tras la decepción que puede significar el ajusticiamiento que hace su personaje, introduce un elemento inesperado al hacer que Tess se de cuenta que tras el castigo que ha inflingido, aún quedan pendientes labores que hacer; más aún, luego de efectuar su propia justicia y cambiar su vida tras las decisiones que ha tomado, es ahora ella quién debe pagar sus propias culpas y  la paz no llegará a ella hasta que resuelva este nuevo lío en que se ha metido.
    El extraño nombre de esta nouvelle posee doble significancia, pues se refiere tanto al hombre (la bestia) que ultrajó a la escritora, como a ella misma, quien antes de su violación llega a la idea de que quizás en otra vida fue un hombre conductor de estos vehículos, de ahí su tremendo gusto de manejar por la carretera…No obstante en esta alternancia es que radica la idea ya constante en este libro y las cuatro obras que lo conforman, de que el paso hacia la violencia y la locura es demasiado corto.

3. Una Extensión Justa.

    Tal y como se mencionó antes, este relato corresponde al único cuento que hoy retiene nuestra atención, por lo que aparte de su considerable brevedad, también es la única narración propiamente tal de terror “convencional” y sobrenatural (aún cuando la primera obra que compone esta antología, 1922, bien queda enmarcada dentro de este género, pese a la ambigüedad de adrede que le da su autor).  Su título corresponde tanto a un juego de palabras intraducible en español que en la narración se explica, como al pacto que hace su protagonista, un hombre ya maduro que sufre de cáncer terminal, quien realiza un particular contrato que le permitirá extender su vida a cambio de…Bueno, mejor que el lector mismo descubra en qué consiste el bien que debe ofrecer Harry Streeter para que la transacción se logre, lo que bien puede ser mucho más que su alma.
    Desde clásicos como el Fausto de Goethe, el tema del pacto diabólico ha sido numerosas veces abordado en la literatura, inspirando a su vez a otras expresiones artísticas, dentro de las que destacan los cómics de Spawn.  En la tradición, siempre se ha mostrado al demonio involucrado como a un embaucador, que seduce con su oferta a los débiles seres humanos ante la expectativa de los bienes que ofrece; este tipo de historias posee una raigambre cuyos antecedentes se remontan a las tradiciones religiosas, en especial de corte judeocristiana.   Considerando lo anterior, el demonio acá no se aleja del modelo original, manteniendo esa imagen seductora, que a través de las palabras y la debilidad misma de su víctima, logra conseguir el bien preciado; no obstante en Una Extensión Justa, King también le otorga un grado de simpatía que antes no lo había hecho con el demonio de La Tienda de los Deseos Malignos, ni mucho menos con el de su guión para la miniserie La Tormenta del Siglo.  Pese a su naturaleza diabólica y monstruosa, quien en su apellido acá usa el anagrama de Alobid, el autor la presenta en sutiles detalles que demuestran en mayor medida su maligna condición, pues en apariencia es un bonachón hombre de negocios, que pareciese estar loco, pero cuya verdadera identidad se logra apreciar de vez en cuando en sus dientes, su cambio de tamaño, etc. (de este modo nuevamente el mal se observa como algo engañoso, tal como la misma serpiente del relato del Génesis).
    El protagonista de este cuento consigue lo que quiere, no obstante esta vez no es supuestamente su alma la que compromete a favor de su deseo.  Alobid afirma que las almas ya no poseen valor, sin embargo a cambio de su don pide un porcentaje de dinero anual…y la propia felicidad: no la felicidad de su cliente, pero sí una que a la larga se traduce en la propia condenación; puesto que es nuestra capacidad de ser felices y construir nuestro porvenir, lo que nos hace ser criaturas libres y la carencia de ello, implica la negación de nuestra espiritualidad.
    La sucesión de desgracias narradas en este cuento evidencian muy bien su calidad terrorífica, que bien no tienen que ser sangrientas o llenas de eventos extraordinarios, como para hacer que el lector de las gracias a Dios porque su existencia no sea tan fatalista.  La mano izquierda de la oscuridad que aquí hace su presencia, recuerda la imagen inexorable del destino en las tragedias griegas y donde esta fuerza superior se alza sobre los desafortunados mortales; pero como estamos hablando de un autor de tradición cristiana como King, el sentido pagano y antiguo de la fatalidad, se suma a la presencia de lo claramente satánico y propio de la tentación demoníaca bíblica.
    Ambientado en Derry, la ya “mítica” ciudad donde transcurren los eventos de esa ya clásica novela del mismísimo King que es It (considerada una de sus mejores obras), este cuento es un guiño para su “lector constante” y demuestra que pese a la destrucción del primigenio mal que por siglos asoló la ciudad (el demoniaco Pennywise) el mal siempre estará presente en ella y que nuestros corazones bien pueden ser tentados por éste.

4. Un Buen Matrimonio.

    Quizás junto con el texto que abre este volumen, el mejor de los cuatro que lo componen; siendo que una vez más King nos demuestra en esta narración su habilidad para crear personajes femeninos verosímiles y de gran carisma.  Acá además consigue que lo que pensamos corresponde al desenlace no sea tal, pues como la realidad misma, la vida nunca termina de depararnos sorpresas.
    Esta es la historia de Darcy Anderson, quien lleva al menos veinte años de solvente matrimonio, cuando ya sus hijos han hecho su vida aparte y ella disfruta junto a su marido de una vida segura y tranquila.  Su esposo es un hombre cuya mayor pasión es la colección y ventas de monedas antiguas, habiéndose mostrado siempre como alguien sosegado y sin excentricidades.  Como la protagonista de Camionero Grande, Darcy se siente a gusto con su vida completamente controlada, hasta que un día durante una de las habituales ausencias de marido, descubre de éste una faceta oculta que cambiará para siempre su existencia. 
    Tal y como señala King en el Epílogo del libro, “(…) es imposible conocer del todo a nadie, ni siquiera a aquellos que amamos”, de tal modo esta novela corta plantea muy bien la idea de que “ojos que no ven, corazón que no siente” y que hay secretos inconfesables que a veces uno quisiera no saber, menos revelar.
    Corresponde a una obra de terror psicológico, como lo son ya otros recordados textos de su autor como Misery, El Juego de Gerald y La Zona Muerta.  El tema de la abnegada esposa que descubre que su hombre esconde algo más que una usada colección de pornografía, lo había abordado Stephen King muy bien en La Historia de Lisey; no obstante en Un Buen Matrimonio estamos hablando de una narración que, en su realismo, muestra mucho más horror ante la amenaza del verdadero mal en nuestras vidas.
   La presente novela corta hace sus propio homenaje a la figura del policía/detective, con un personaje que tan solo en la últimas páginas aparece en el texto, para incluso otorgarle una mayor cuota de humanidad y emotividad a la obra.
    Tal como King lo acostumbra a hacer sin tapujos, la narración puede llegar a ser gráfica en los hechos más macabros, pero no a los extremos de mal gusto o con la crudeza de algunas de sus otras obras.
    El suspenso y la tensión se encuentran mejor manejados que en Camionero Grande y a diferencia de la historia de Tess, acá la acción emprendida por Darcy una vez que se entera de la verdad, no resulta ser precipitada y se nota un mayor esfuerzo del autor por mantener el ritmo (sin caer en precipitaciones) en los hechos.
    La última reflexión con que nos deja King antes de sus sabias palabras, que comparte con nosotros en el ya citado Epílogo, corresponde a la concepción de que aún cuando nos haya tocado el mal,  pese a que hayamos escogido con premeditación y alevosía cometer pecado mortal, existen la esperanza y la oportunidad de conseguir la paz y el perdón en nuestras vidas (una verdad que comparten tanto Darcy como Tess, las dos heroínas “trágicas” de este libro).

Unas palabras finales.

    Tras repasar, comentar y analizar la colección de novelas cortas y un cuento que aquí se detallan, queda claro que estamos hablando de un libro que en su conjunto posee sus propias virtudes literarias, como su funcionalidad a la hora de ser la oportunidad de pasar horas de sana diversión en su lectura.  Cada uno de estos cuatros relatos se adentran en las entrañas mismas de nuestra perversidad (nuestra inclinación natural al mal que el propio Poe retrató en sus cuentos con maestría, tal como lo demuestra en su cuento y cuasi ensayo El Demonio de la Perversidad), mostrándonos cómo el camino a la perdición se encuentra a sólo pasos de nuestra seguridad.   Su autor, Stephen King, hace rato ya se ganó su espacio en la literatura contemporánea, a fuerza de inventiva y constancia, demostrando en esta cuarta colección de nouvelles sigue vivo lo mejor del King de otrora (el sangriento y tenebroso de sus primeras décadas en el arte de la fabulación), junto al escritor ya más “maduro” y del gusto general.
    Todos los textos que conforman Todo Oscuro, sin Estrellas son una invitación a los avatares del corazón humano (“El corazón del hombre es un camino predregoso” afirma el mismo King en su novela de duro terror que es Cementerio de Animales) y sus protagonistas, seres comunes y corrientes que podrían ser cualquier hijo de vecino, descubren en medio de sus tribulaciones una que otra faceta de la oscuridad que albergan.
    ¿Cuál es la naturaleza del mal? Se pregunta el lector, como también es la interrogante que quisieran explicar uno a uno estos tenebrosos relatos de horror real y sobrenatural.   Quizás esta tendencia y a veces gozo que provoca la malevolencia, sean parte inherente de nuestras personas y depende de cada uno, de nuestro libre albedrío, elegir qué camino escogemos… ¿O acaso existe en verdad una esencia del mal que escapa a nuestras capacidades y posee un carácter más espiritual, digamos, más sobrenatural ante el cual nos jugamos la salvación de nuestras almas? ¿Existe acaso el llamado “mal necesario” con el cual justificar nuestras acciones, como la venganza o la justicia humana que se otorga los derechos de la pena de muerte y la ejecución de los criminales en protección de las eventuales nuevas víctimas?  Todas estas dudas tan antiguas como la humanidad misma se abordan acá.  Stephen King más que sermonearnos o hacer proselitismo de sus concepciones personales, lo que hace es llevarnos a que meditemos sobre todo esto y más….Y de paso nos regala estas nuevas historias que tan sólo por su poder de hacernos gozar de una narración bien contada, ya hace que estemos frente a un libro recomendable.


domingo, 4 de marzo de 2012

Juego de Intrigas, Juego de Tronos.



     En 1996 el escritor norteamericano George R. R. Martin publicó la primera novela de su saga de literatura fantástica conocida como Canción de Hielo y Fuego, convirtiéndose en pocos años en una de las sagas más alabadas en el género, tanto por la crítica, como por sus lectores.  A su vez su popularidad llegó a tales extremos, sin dejar de lado sus propias virtudes literarias, que tan sólo el año pasado el canal de cable HBO estrenó un programa que adapta el primer libro, titulado Juego de Tronos, pretendiendo con cada temporada abordar cada una de las novelas que comprenden esta saga; y así como las obras que forman parte de esta gran historia, el show televisivo ya es un éxito total y está pronto a estrenar la segunda temporada, que corresponde al segundo volumen llamado Choque de Reyes (pero respecto a la serie, hablaré en otra ocasión, puesto que aún no la veo).  Y antes de profundizar acerca del libro Juego de Tronos, quisiera referirme brevemente a su autor, quien para cuando dio a la luz el primer tomo de la que es considerada su magna obra, ya hace rato que había conseguido el beneplácito de especialistas y seguidores con su trabajo anterior.
    Tal como afirmé arriba, George R. R. Martin ya poseía su prestigio cuando dio al mundo su Canción de Hielo y Fuego, en la que van en la actualidad cinco novelas; por lo general cada una más voluminosa que la anterior (siendo que ya la primera posee en la versión traducida al español casi las 800 páginas).  A la saga también se incorpora una novela corta,  precuela a Juego de Tronos; a su vez el autor promete que serán siete textos en total.  Su autor nacido en 1948, ha incursionado con éxito y calidad tanto en la ciencia ficción, como en el terror y por supuesto la fantasía, a veces mezclando dichos géneros, como en su famoso cuento Los Reyes de la Arena (1981), una historia de monstruos extraterrestres difícil de olvidar si uno ha tenido la ocasión de leer y que la serie The Outher Limits escogió para comenzar su emisión en 1995, aunque no con muy buen resultado que digamos (¡Una versión atroz más que libre y de bajo presupuesto diría yo!).  Sin embargo fue con su primera colección de cuentos, Una Canción para Lya (1976), que el escritor demostró su imaginación desbordante, ya sea a la hora de crear escenarios impresionantes, jugando con paisajes realistas, pero incorporando situaciones increíbles y aún así verosímiles, como diseñando ambientes futuristas y extraterrestres.  Le seguirían numerosas colecciones de sus relatos antes publicados en revistas y antologías, donde destaca también Canciones que cantan los Muertos (1986), libro donde brilla su aspecto más siniestro y aterrador.  Dentro de sus novelas apartes de su célebre saga de fantasía, se puede nombrar sin dudarlo su propia versión del vampirismo en El Sueño del Fevre (1982) y que está considerada como una de las mejores obras que tienen a los chupasangres como protagonistas.  Martin además se ha dado el gusto de escribir libros a cuatro manos, es decir, compartir con otro autor la autoría de uno que otro texto, en este caso fue con una mujer, Lisa Tutle, con quien coescribió Refugio del Viento (1981); con la Tutle su dupla ha conseguido numerosos premios, pues ésta no fue su única colaboración.  De forma independiente, este escritor es el dueño de más de treinta galardones, entre los que destacan numerosos Hugo, Nébula y Locus, considerados todos estos entre los máximos premios en ciencia ficción y fantasía, además de varios Ignotus, un Bram Stoker, entre otros.  Otro faceta interesante de George R. R. Martin, es su relación con la televisión, pues durante gran parte de los ochenta y principios de los noventa trabajó de guionista para series como La Dimensión Desconocida y La Bella y la Bestia.
     Ahora bien, referirse a la primera novela de Canción de Hielo y Fuego (y nótese el fetiche del escritor con la palabra “canción”, al poner ese título genérico a su magna obra, teniendo además Una Canción para Lya y Canciones que cantan los Muertos entre el resto de sus trabajos), es referirse también a un particular mundo creado por el escritor, quien toma un montón de elementos de la literatura épica clásica como el Ciclo Artúrico, así como de la fantasía moderna.  En ciertos aspectos la ficción descrita por George R. R. Martin recuerda mucho a la de una obra ambientada en nuestro medievo, no obstante existen dentro de su ficción pequeños detalles que sólo pueden corresponder al de una literatura maravillosa, puesto que los elementos sobrenaturales se mantienen latentes…hasta que entran de golpe en medio de los acontecimientos y provocando el choque entre el mundo de los humanos, el mundo de la magia y el de seres mucho más antiguos que la civilización misma.  Esta confrontación entre humanos y “Los Otros”, bien se encuentra de una forma no declarada aún en este primer libro, pero se mantendrá como una constante amenaza para nuestros protagonistas.  A esta oposición entre los elementos realistas y heroico-medievales del libro con lo maravilloso y fantástico, se agregan los múltiples conflictos bélicos entre diversos señores, reyes y potestades, lo que muestra un mundo donde la paz es un privilegio y las lealtades entre unos y otros son un don frágil.  Dentro del aspecto mágico del libro, se encuentra fuerte la imagen del dragón, criatura que a la fecha se encuentra extinta, pero de la que se mantienen calaveras, huesos y huevos petrificados; de este modo el dragón viene a simbolizar no sólo la fuerza de lo salvaje, si no que también ese mundo prehumano y recóndito que se mantiene latente a lo largo de Juego de Tronos.
    El lugar donde transcurren los eventos de toda la saga, corresponde al mundo de los Siete Reinos, de los cuales para los acontecimientos que se narran en el primer tomo, no quedan más que vestigios, pues en su presente existen muchas más Casas (familias de nobles), aparte de las originales y quienes a su vez rinden tributo a un rey.   Cada una de las casas que gobiernan los Siete Reinos, posee su propio castillo, como también su escudo característico, esto siguiendo la tradición heráldica, y su lema identificativo. No obstante más allá de los Siete Reinos, existen otras culturas, otras naciones ya de un carácter más exótico y misterioso, las que al menos en Juego de Tronos, apenas se vislumbran (salvo una, a la que me referiré más adelante).  Cuando llegaron los humanos a lo que posteriormente recibió el nombre de Siete Reinos, las tierras eran dominadas por los Hijos del Bosque, quienes con el paso del tiempo se replegaron hacia lugares inhóspitos, convirtiéndose en mitos y leyendas, pero siempre manteniéndose en el recuerdo de mujeres y hombres.  Además se habla de “Los Otros”, seres malignos quienes de vez en cuando demuestran su presencia en actos siniestros (y la verdad, al menos en este primer libro no queda claro su relación con los Hijos del Bosque).  Los humanos a su vez profesan su fe en antiguos dioses ligados a los primeros habitantes de estas tierras, si bien el credo hacia dioses más jóvenes los ha ido desplazando.  Una característica bastante especial de la ecología de este mundo, son sus estaciones que duran décadas, cada una de ellas irregulares, de modo que la vida de una persona puede muy bien durar todo un invierno, o un verano.
    Más allá de los Siete Reinos, hay otros pueblos, con algunos de los cuales se poseen ciertos contactos; ellos son naciones que supuestamente corresponden a países de tipo oriental.  Por otro lado, estos lugares al parecer mantienen la magia que se ha perdido en el resto del mundo.  El único país o cultura foránea que toma importancia a lo largo de esta novela inicial, es el de los dothrakis o Señores de los Caballos, quienes recuerdan al imperio mongol en sus tradiciones; este pueblo a mares de distancia de los Siete Reinos, tendrá un papel preponderante para los eventos de la saga.   Son una cultura patriarcal y guerrera, poseyendo sus hombres un carácter violento y salvaje.  Temen al mar y hacen uso de una serie de tradiciones grotescas que les otorga un mayor carácter de bárbaros.
    El libro está conformado como una “novela río”, es decir, posee un gran número de personajes, compartiendo ellos casi el mismo nivel de protagonismo, esto gracias a los distintos capítulos donde el curso de la narración se dirige a sus personas y pensamientos.  Por lo tanto, como novela río, el narrador nos cuenta una trama con un montón de historias paralelas que ocurren al mismo tiempo (el llamado “montaje”) y que como los ríos, desembocan al mismo mar, o sea, a los mismos acontecimientos principales que los ligan entre sí.
    Como novela de fantasía, Juego de Tronos y toda la saga de la que forma parte, está ideada como una obra dirigida a un público adulto, a diferencia de muchos textos actuales del género pensados en lectores infantiles o juveniles (en una primera instancia, claro), en los que el autor le entrega el protagonismo a personas de tal edad con el objetivo de crear identificación en el lector; a su vez este tipo de literatura infantil/juvenil mantiene un discurso edificador en mayor o menor medida a gusto de su creador, dosificando el dramatismo y el uso de elementos que puedan perturbar un criterio no formado aún, como la violencia y truculencia y obviando el erotismo, como también el lenguaje grosero.  Dentro de los mejores ejemplos de este tipo de literatura que puedo recomendar a ojos cerrados, están los libros de Michael Ende como Momo y La Historia Interminable, las sagas de Las Crónicas de Narnia y, por supuesto, Harry Potter (si bien a partir del cuarto libro hubo una evolución en la autora y en su labor, al hacer madurar poco a poco su arte y narración hasta darle ya un carácter mucho más complejo, por no decir adulto, a los siguientes volúmenes a partir de este cuarto tomo).  Volviendo a Juego de Tronos, acá la violencia llega a cuotas insospechadas, aunque el narrador lo hace de una forma más o menos sutil, al darnos a conocer gran parte de las veces, los actos más sangrientos y crueles por boca propia de los personajes, en vez de “deleitarse” como otros en la descripción directa de estos.  Lo anterior se puede apreciar en las siguientes citas textuales:

     “Al otro lado del camino, una chica de la edad de Dany sollozó con voz aguda cuando uno de los jinetes la tiró de bruces sobre un montón de cadáveres y la penetró. Otros desmontaron para ocupar su lugar cuando terminara. Aquélla era la salvación que llevaban los dothrakis a los hombres cordero.
     «Soy de la sangre del dragón», se recordó Daenerys Targaryen, volviendo la vista. Apretó los labios, endureció el corazón, y cabalgó hacia la puerta.
     —Casi todos los jinetes de Ogo consiguieron huir —dijo Ser Jorah—. Aun así, nos quedarán al menos diez mil cautivos.
     «Esclavos —pensó Dany. Khal Drogo los llevaría río abajo, a alguna de las ciudades que se alzaban en la Bahía de los Esclavistas. Tenía ganas de llorar, pero se obligó a ser fuerte—. Esto es una guerra, así son las guerras, éste es el precio del Trono de Hierro.»
      —Le he dicho al khal que debería ir a Meereen —dijo Ser Jorah—. Allí le pagarían mejor que en una caravana de esclavos. Illyrio dice en su carta que el año pasado hubo una epidemia, así que en los burdeles pagan el doble por chicas jóvenes que estén sanas, y el triple por niños de menos de diez años. Si suficientes niños sobrevivieran al viaje, tendríamos oro para comprar todos los barcos necesarios y contratar hombres que los tripulen.
      Detrás de ellos, la chica a la que estaban violando lanzó un aullido largo, agudo, desgarrador, que no parecía tener fin. Dany agarró las riendas con fuerza, e hizo que la plata volviera la cabeza.
      —Haced que se detengan —ordenó a Ser Jorah.
      —¿Khaleesi? —El caballero se había quedado perplejo.
      —Ya me habéis oído —dijo—. Detenedlos. —Se volvió hacia su khas y les habló en dothraki—. Jhogo, Quaro, ayudad a Ser Jorah. No quiero violaciones.
      Los guerreros se miraron, asombrados. Jorah Mormont acercó su caballo a la yegua de Dany.
       —Princesa —dijo—, tenéis un corazón bondadoso, pero no lo comprendéis. Las cosas han sido siempre así. Esos hombres han derramado sangre por el khal. Y quieren cobrar su recompensa.
     Al otro lado del camino, la chica seguía gritando en una lengua que Dany no comprendía. El primer hombre había terminado, y otro ocupaba su lugar.
     —Es una chica cordero —dijo Quaro en dothraki—. No es nada, khaleesi. Para ella es un honor que la monten los jinetes. Los hombres cordero yacen con ovejas, lo sabe todo el mundo.
     —Lo sabe todo el mundo —repitió su doncella, Irri, como un eco.
     —Lo sabe todo el mundo —asintió Jhogo, a lomos del alto semental gris que le había regalado
     Drogo—. Si sus gritos te ofenden, Jhogo te traerá su lengua, khaleesi. —Desenvainó el arakh.
     —No quiero que le hagáis daño —replicó Dany—. La exijo para mí. Haced lo que os he ordenado, o tendréis que dar explicaciones a Khal Drogo.
     —Ai, khaleesi —respondió Jhogo al tiempo que espoleaba su caballo. Quaro y los demás lo siguieron, en medio del tintineo de las campanillas de sus cabelleras.
     —Id con ellos —ordenó a Ser Jorah.
     —A vuestras órdenes. —El caballero le dirigió una mirada extraña—. No cabe duda, sois de la misma sangre que vuestro hermano.
     —¿Que Viserys? —Dany no comprendió.
     —No —replicó él—. Que Rhaegar. —Se alejó al galope.
     Dany oyó gritar a Jhogo. Los violadores se rieron de él, y uno le respondió algo también a gritos. El arakh de Jhogo centelleó, y la cabeza del otro hombre cayó rodando por el suelo. Las risas se trocaron en maldiciones, y los jinetes fueron a sacar sus armas, pero en aquel momento llegaron Quaro, Aggo y Rakharo. Vio que Aggo señalaba el punto del camino donde ella se encontraba, a lomos de la plata. Los jinetes la miraron con ojos fríos y negros. Uno escupió. Los demás, refunfuñando, se dirigieron hacia sus monturas.
     Mientras tanto, el hombre que estaba poseyendo a la chica cordero no se había detenido, estaba tan concentrado en su placer que no parecía consciente de qué sucedía a su alrededor. Ser Jorah desmontó y lo apartó a un lado bruscamente. El dothraki cayó al suelo embarrado, se levantó al instante con un cuchillo en la mano y murió con una flecha de Aggo en la garganta. Mormont levantó a la chica del montón de cadáveres y la envolvió con su capa manchada de sangre. La llevó hasta donde estaba Dany”.

—¿De qué me salvaste? —La mujer Ihazareena escupió al suelo—. Tres jinetes ya me habían tomado, y no como un hombre toma a una mujer, sino por detrás, como el perro monta a la perra. El cuarto estaba dentro de mí cuando pasaste a caballo. ¿De qué me salvaste? Vi arder la casa de mi dios, donde había curado a incontables hombres buenos. Mi casa también ardió, y en las calles vi montones de cabezas. Vi la cabeza del panadero que horneaba mi pan. Vi la cabeza de un chiquillo al que había salvado de unas fiebres hacía menos de tres lunas. Oí los gritos de los niños mientras los jinetes los hacían avanzar a latigazos. Dime, ¿de qué me salvaste?”

    Las citas textuales de arriba ejemplifican la atmósfera viciada a la que están acostumbrados los personajes del libro, donde el salvajismo impide que se manifiesten expresiones como la compasión y otras sensibilidades.   Como los personajes en su mayoría son nobles y guerreros que participan de un ambiente de carácter épico y medieval, están acostumbrados a hacer la guerra, las batallas cruentas y la vida hostil en general.  Los grandes señores tienden a abusar de su poder, de modo que no es anormal poseer hijos fuera del matrimonio, a los que se les llama “bastardos” sin tapujo, acogiéndolos unos pocos en su hogar, pero sin darles su apellido y  los mismos derechos que los hijos nacidos bajo el matrimonio oficial.  Igualmente se aprecia el tema del incesto, considerado como privilegio y obligación de algunas familias para mantener la “pureza” de la sangre.  Las intrigas se encuentran a la orden del día y ello causa más de un entuerto, muertes en circunstancias misteriosas, duelos, traiciones y otros.  Bueno, todo esto no sólo es fantasía, pues a la largo de la historia basta recordar apellidos como el de los Medicci en el Renacimiento para ver como la literatura imita a la realidad.
    Dentro de la dimensión propiamente medieval del libro, destacan las figuras de los caballeros, acá llamados “Ser” (de seguro una desviación del “Sir” de la lengua inglesa).  Acá como los caballeros de los textos clásicos y los reales que inspiraron este tipo de narraciones, prestan juramento a sus señores, se otorgan muchas veces nombres y/o apodos llamativos (como El Caballero de las Flores o La Montaña que Cabalga) y gustan de jugar en torneos y duelos para ganarse su honra.
    A su vez, otro aspecto que para muchos puede incomodar, es la inclusión de personajes infantiles en estos actos de violencia salvaje; además también se les hace partícipe de situaciones de carácter erótico, algunas de ellas bastante directas.  Esto no es nuevo en todo caso, puesto que a lo largo de la historia en muchos pueblos y culturas, incluso entre los llamados “civilizados” como el Imperio Romano, se acostumbraba casar a niños de poco más de diez años y algunos ya eran padres apenas llegaban a la vida fértil.  En el mundo de los Siete Reinos, se llega a la vida adulta a los 16 años, incluso ya desde los tres años de vida, algunos de los personajes actúan como adultos y se les trata como tal, puesto que además entre los nobles se acostumbra darle responsabilidades para que se vayan adaptando a sus futuras obligaciones.
    Uno de los aspectos más impresionantes del libro, es que cuando éste lleva más de la mitad avanzado, mueren de forma inesperada dos de los personajes principales y también queridos por quienes les rodean, como por la mayoría de los lectores.  Estos decesos tendrán gran relevancia a lo largo de los eventos posteriores, en especial el primero de ellos, puesto que gatillarán una serie de hechos irrevocables.
    Adjunto a continuación una lista de los personajes más importantes del libro y en quienes se detiene la narración, para mostrar desde su punto de vista sus épicos eventos:

  • Eddard Stark: Señor de Invernalia, territorio ubicado en el Norte y donde pese al verano que lleva décadas a la fecha, es un sitio helado y con abundante nieve, no obstante hermoso.  Gran amigo del rey Robert Baratheon, señor de los Siete Reinos, desde la niñez y el único en quien confía en plenitud.  De todos los personajes adultos del libro, es lejos el más honrado y virtuoso; no obstante es severo cuando corresponde.
  • Bran: Hijo de siete años de Eddard y su esposa Lady Catelyn.  Es un niño juguetón que al que le gusta subirse a los árboles y andar encaramado sobre cualquier cosa, hasta que en uno de sus escapes oye un terrible secreto mientras se encuentra encubierto y cambia su vida para siempre.
  • Sansa: La hija mayor de las dos del matrimonio de Eddard con Catelyn.  Es una chica hermosa, femenina y pretenciosa, que sólo quiere se cumplan sus sueños idealistas de damas y caballeros.  Su visión infantil y estrecha de la realidad le provocará primero problemas con su familia, hasta que luego conoce la realidad en toda su crudeza.
  • Arya: La menor de las dos hijas de los Stark de nueve años, en muchos aspectos es lo contrario a su hermana.  Es una chica independiente, auténtica, valiente y que se resiste a la idea de cumplir con el papel preestablecido de pequeña dama.  Hábil en el uso de armas, gracias a la educación marcial que pide le den, logra desarrollar numerosas habilidades que le serán de ayuda en los momentos decisivos.
  • Jon Nieve: El único bastardo de Eddard, al que no quiere menos que al resto de sus vástagos, es más, siente un especial cariño hacia él, en parte debido a la gran inteligencia y nobleza que posee.  Jon como el resto de su familia es valiente e intrépido (bueno, Sansa es una excepción) y tendrá un rol decisivo en los eventos que ocurren en el libro, más si se considera que junto con su tío paterno, es el único de su familia que se encuentra en el llamado “Muro” que protege a Invernalia y al resto de los Siete Reinos del cualquier invasión humana o sobrenatural.
  • Lady Catelyn: Pese a que en una primera instancia se la muestra como una mujer obcecada y prejuiciosa, sus defectos pueden ser opacados por su extrema audacia y amor a los suyos.  Si bien para ella la familia es lo primordial, el honor y la responsabilidad son virtudes que pone por encima de todo, aun cuando su naturaleza de madre la pueda conmover y quebrar por un momento.  No es una enemiga que uno querría tener.
  • Tyrion Lannister: Este enano contrahecho y apodado el Gnomo, es para muchos lectores (incluyéndome) el mejor personaje de todo el libro.  Su falta de atractivo físico lo suple con creces con su ingenio, humor negro y una personalidad que ya muchos quisieran poseer.  Apenas querido por su propia familia y quienes lo rodean, demuestra ser alguien con sus ideas bien claras y valer más de lo que demuestra.
  • Daenerys Targaryen: Una de los dos últimos sobrevivientes del antiguo linaje de la sangre del dragón, dinastía que por siglos tuvo el control de los Siete Reinos, pero que tras su último rey, loco y cruel como pocos, a los trece años se ve forzada a un matrimonio por conveniencia con uno de los señores de los dothrakis (y justamente el más duro de todos ellos).  Esta chica que al comienzo del libro se ve como una niña frágil y tímida, a lo largo del libro demuestra su verdadero coraje al demostrar su real herencia.

    Al hacer una evaluación de los personajes más importantes del libro y en quienes se detiene el narrador para darnos a conocer la trama, se puede observar que George R. R. Martin opta por darle protagonismo a personajes con los cuales uno pueda simpatizar.  La mayoría de ellos o bien son heroicos o al menos comparten una nobleza que los hace ser singulares frente al resto.  Por otro lado, muchos de ellos son más de lo que aparentan ser, convirtiéndose en seres que lograr superar las barreras que las taras sociales o los eventos fortuitos les presentan.  Sus héroes son personajes reales, con las mismas virtudes y defectos del hombre y la mujer común, pero con la fortaleza suficiente como para adaptarse a su medio y salir lo más airoso posible de cualquier eventualidad; de este modo dudan, tienen miedo y se equivocan, muchas veces cuentan sólo con ellos mismos para superar los vaivenes de la vida, pero es su capacidad de aprender la que los salva y los hace formidables.
    Para ser franco, el autor posee un preciado don para crear personajes de gran fuerza y carisma, hasta los malvados que poseen un trabajo psicológico que los hace ser seres complejos y muchas veces moverse en tal ambivalencia, de modo que uno no tiene claro cuáles son sus verdaderas intenciones.  Los personajes alineados al bien poseen historias personales que los hace entrañables, de modo que sus personalidades resultan ser toda una gama que ilustra la propia realidad; los malvados, igual, algunos de ellos pueden ser retorcidos en su vileza, pero nunca son una caricatura o pecan de ser estereotipados y más de uno puede dar una grata sorpresa.
   Considerando la gran cantidad de personajes que se despliegan a lo largo del libro, la mayoría de increíble atractivo, mencionaré a algunos de estos personajes secundarios que en muchos casos “se roban la escena”:

  • Robert Baratheon: El rey que gobierna todos los Siete Reinos, considera a Stark no sólo como a su mejor amigo, sino como a su hermano y por ello le concede el honor de ser su “Mano”, es decir, su confidente, consejero mayor y representante en su ausencia.  Es un hombre que en su juventud fue un formidable guerrero, atlético y valeroso, pero ahora sólo le queda un poco de esta última virtud, si bien mantiene todavía su cuota de nobleza.  Para los eventos del libro está gordo y es casi un borracho, pues no está contento con sus deberes de monarca y mucho menos con su esposa.
  • Cersei Lannister: Esta mujer posee de gran belleza, lo que tiene de manipuladora y malvada.  Tiene grandes recelos del amigo de su marido y razones no le faltan.  Esconde grandes y terribles secretos.  Sólo le importa el poder y que los demás la respeten y teman.
  • Jaime Lannister, el Matarreyes: Hermano mayor de Cersei, quien sirve al rey Robert como caballero de la corte.  Fue el responsable de matar al anterior soberano loco de los Targaryen, a quien traicionó, de ahí su apodo.  Este hombre esconde sus verdaderas intenciones, las que comparte con su hermana la reina.  Es el único de su familia que siente aprecio hacia Tyrion, sentimiento que es recíproco.
  • Joffrey Baratheon: Príncipe heredero hijo de Robert y Cersei, que a los doce años de edad iguala en vileza a la mayoría de su rama de la familia Lannister.  Está comprometido con Sansa Stark, a quien supuestamente ama y corteja con caballerosidad.
  • Sandor Clegane, el Perro: Es un hombre de corazón duro, imponente y con gran parte del rostro quemado.  Fiel servidor de los Lannister, quien tiene a su cuidado al príncipe heredero.  Pese a su personalidad fiera, guarda algo de dulzura.
  • Robb Stark: De catorce años, es el heredero de su familia, quedándose al cuidado de ésta cuando sus padres se ausentan.  Valiente como sus padres, se ve obligado a tomar decisiones como adulto cuando la guerra se hace inminente.
  • Varys, la Araña: No sólo por ser un eunuco gordo y afeminado es uno de los personajes más ambivalentes del libro.  Oficia de jefe de espías en la corte del rey Robert y sus verdaderas intenciones y lealtades no están claras aún.
  • Lord Petyr Baelish, Meñique: Noble con gran poder económico que desde su infancia está enamorado de Catelyn.  Es un hombre pequeño, apuesto y artero que siente desprecio hacia Eddard por haberle “quitado” a la mujer que amaba, si bien está dispuesto a trabajar con éste en honor de su amor imposible.  Como sucede con Varys, se desconocen sus propósitos reales.  Es sarcástico, casi al nivel del Gnomo.
  • Viserys Targaryen: Príncipe heredero de la antigua dinastía que gobernaba los Siete Reinos y a la que supuestamente usurpó su poder el actual rey Robert Baratheon y sus aliados.  Es el hermano mayor de Daenerys, a quien trata con crueldad y la usa para conseguir el apoyo de los dothrakis.  Sólo desea recuperar la corona y el Trono de Hierro.  Es orgulloso, despreciativo y no le interesa nadie más que él mismo.
  • Jorah Mormont: Valeroso caballero que sirve a los sobrevivientes de la dinastía Targaryen, si bien su verdadera lealtad es hacia Daenerys y no a su malvado hermano.  Diestro en el uso de la espada y el látigo, es capaz de enfrentarse con creces a los salvajes dothrakis.
  • Khal Drogo: Líder de los bestiales dothrakis.  Valiente y hábil en la batalla a tal punto que nunca ha sido derrotado.  Como todos sus hombres, es un individuo duro y sanguinario, si bien llega a demostrar aprecio por la niña que se llega a convertir en su esposa.
  • Osha: Mujer salvaje que es hecha prisionera por la familia Stark, luego que ella y los suyos intentaron emboscar a Bran y a su gente en el bosque.  En cautiverio demuestra ser una mujer dulce y sabia, ganándose la confianza de sus captores y el perdón.  Entabla una relación de afecto con Bran.
  • Samwell Tarly: El mejor amigo que llega a tener Nieve en el Muro.  Es un muchacho gordo y cobarde, quien gracias a Jon descubre ser una persona valiosa.  Rechazado por su padre, un noble de una casa menor, se ve obligado a “vestir el negro” (trabajar en el llamado “Muro”) contra su voluntad, luego de que fue incapaz de demostrarle ser digno de ser su heredero.  


jueves, 1 de marzo de 2012

Aprendiendo a ser un (super)héroe.



      Cuando el dibujante y guionista de comics John Byrne tomó bajo su pluma a Superman, después de la macrosaga cósmica de Crisis en las Tierras Infinitas (1985), se encargó de modernizar al Hombre de Acero y contar su historia desde sus orígenes nuevamente.  Esta continuidad del personaje se respetó hasta agosto del año pasado, cuando los responsables de DC decidieron resetear gran parte del DCU y en el caso concreto de Kal-El, olvidarse por completo de la labor hecha por Byrne.  Si bien antes durante el DCU post Crisis, ya se había intentado reiniciar a Superman con dos miniseries: Birthrigth (2003-2004, conocida en español como Legado y Derecho de Nacimiento) a cargo de Mark Waid en el guión y el casi sobrenatural dibujo de Leinil F.Yu en el dibujo; y Secret  Origen (Origen Secreto, 2009) escrita por uno de los “pesos pesados” de la casa de Batman y compañía, Geoff Jones y dibujada por Gary Frank; no obstante al final estas historias no se consideraron dentro del canon oficial y pasaron a formar parte entre la gran cantidad de historias alternativas y/o elseworlds del Último Hijo de Krypton.  Y volviendo al trabajo más que inigualable de John Byrne en su revitalización de Superman, entre los aportes que hizo dentro de su “nueva” cronología, estuvo el tema de que Clark Kent nunca fue Superboy; puesto que ya adulto y recién en Metrópolis, no durante su juventud en Smalville, Byrne lo hace ponerse por primera vez su característico traje.  Por lo tanto este concepto de un superhéroe adulto se respetó dentro de las historietas que le siguieron y luego al principio de los noventa apareció un nuevo Superboy, siendo un clon, Connor Kent, quien además logró su propio espacio dentro del DCU.
    Ya que en la anterior cronología de DC, hasta el reboot de agosto del 2011, Clark Kent sólo como adulto tomó una doble identidad, los guionistas que le siguieron a John Byrne aprovecharon de jugar con sus conceptos y llenar los vacíos respecto a qué pasó entre sus primeros años de adultez y su debut como el máximo superhéroe de la historia (si bien reconozco sin tapujos que mi favorito es Batman).  Es así como entre los cómics que hacen referencia directa a estos “años perdidos” apareció en el año 1999 Superman: La Odisea, que aborda esos años hasta para entonces desconocidos del llamado Hombre del Mañana.
    Esta novela gráfica, que además fue editada en un sólo tomo desde el principio y no en revistas, estuvo a cargo de Chuck Dixon en el guión y Graham Nolan  en el dibujo.   Por años a Dixon se le ligó a los cómics de Batman y compañía, elaborando trabajos de gran calidad para el Cruzado Encapuchado y su “familia”: como Robin, el grupo de superheroínas conocido como Aves de Presa, Bane, Batgirl y Nigthwing, si bien también ha hecho trabajos para otros personajes DC, como además para Marvel, Dark Horse y otras editoriales.  Sus historias demuestran poseer un conocimiento cabal del pasado de los personajes, estableciendo estrechas relaciones entre sus antecedentes y las tramas que desarrolla.  A su vez gusta de crear argumentos donde la acción y la intriga son preponderantes, más que desarrollar tramas de corte psicológico y con carácter social y/o ideológico (a diferencia de colegas suyos como Greg Rucka y Dennis O´ Neil).  Sin embargo esta faceta suya un poco más liviana, no le quita agrado en la lectura a sus obras, al contrario, Dixon sabe bien cómo agradar a su público lector.
    El dibujo fue realizado por Graham Nolan, artista que ha trabajo en numerosas ocasiones junto a Dixon.  A este dibujante que estila un trazo de carácter clasicista, se lo iguala en muchos aspectos a colegas suyos ya consagrados como Eduardo Barreto y Dick Giordano.  Aparte de su labor junto a su socio Chuck Dixon en DC, Nolan destaca por su trabajo en la revitalización de un personaje tan clásico como es el Fantasma, de quien ha hecho historietas dominicales para un periódico.
    Yendo al cómic mismo que inspira este artículo, Superman: La Odisea es una emotiva historia que comienza con un Superman ya con años en lo que hace.  En las primeras viñetas se enfrenta a la cruel organización criminal de Cobra (no confundir con la de G. J. Joe), grupo que hace su despliegue con el típico armamento de última tecnología, incluyendo robots, y al que el Hombre de Acero está más que acostumbrado enfrentar y derrotar…Es entonces que en una de las pantallas del cuartel de Cobra donde se encuentra Kal-El, ve una noticia que acapara su atención y le trae a su memoria un especial recuerdo de su pasado; este hecho será el punto de partida para mostrarnos un momento significativo en su vida y que se desarrollará en gran parte de esta novela gráfica.
    Tal y como se vio en los primeros números de la saga Superman: Birthrigth, ya mencionado aquí, Clark Kent estuvo viajando por el mundo antes de decidir qué haría con su vida y con los poderes que recién estaba descubriendo.  Es así como con el héroe clásico de tanta narración mítica y textos posteriores, este futuro Superman realiza una verdadera odisea personal que más que un viaje físico, corresponde a un periplo interior que le permitirá encontrarse consigo mismo y aceptar su papel en el mundo; de este modo las aventuras que acá se detallarán, le permitirán dar el paso hacia la vida adulta, asumiendo su rol como elemento útil (más que útil la verdad) para la sociedad.
    Es en medio de una de las grandes urbes civilizadas del mundo, cuna de tantas historias, personajes maravillosos y de expresiones artísticas inolvidables, que el joven tiene un particular encuentro que será tan importante dentro de su existencia: en París conoce a una bella e inteligente mujer de origen oriental, con quien luego viaja hasta su país natal, Buthran, en lo más profundo de los Himalayas.  El cambio entre el mundo occidental, y propiamente una ciudad tan cosmopolita como la capital de Francia, y el oriental, mostrará luego los constantes vaivenes entre los que se desenvuelve el propio Superman.  De este modo, Clark Kent se ve en medio de un conflicto entre un país pacifista que lo acoge en medio de su búsqueda personal y un gobierno más que realista respecto a amenazas monstruosas, alienígenas y propias de los cómics de superhéroes: la China comunista e imperialista.  Más que obvio resulta acá que Dixon se inspira en el ya famoso problema territorial entre el Tíbet y China, agregando la figura del Dalai Lama entre medio (claro, que acá el guionista se permite mezclar realidad y ficción, reinterpretando algunos hechos, como la misma figura del líder espiritual ya nombrado y su país natal, si bien a la larga Nolan lo que retrata con belleza en la arquitectura, vestimenta y otros aspectos en sus dibujos, también no es otra cosa que ese exótico país).
    Sabido es que si bien hoy en día USA y China han mejorado considerablemente sus relaciones diplomáticas, los gringos no dejan de considerar en muchos aspectos a la China comunista como a su enemigo, ubicándolo aún en muchas de las ficciones que se producen en su nación, como a uno de los mayores centros del mal en el planeta (“honor” que comparten los países árabes y aún Rusia).  Este afán tan extremista de los miembros de un país que en todo caso tampoco tiene sus manos limpias, no deja de alejarse a la realidad respecto a la política de dicha nación asiática y a su invasión con el Tíbet.  Por lo tanto lo que se observa en esta historieta es una trama donde el odio, la intolerancia, la represión y la violencia provienen del ser humano de carne y hueso, algo que está a nuestro alrededor y de lo que leemos en el diario e Internet y vemos en las noticias.  Sin embargo y tal como nos permiten este tipo de historias también cargadas de heroísmo y nobleza, hay gente que lucha por sus ideales y procura defender el bienestar de los demás.  Así es como paralelo a la figura ya mítica de este futuro Superman que hace uso de sus formidables poderes y valentía para enfrentarse a los malos de turno, se encuentran la de hombres y mujeres que ocupan sólo su coraje y buena voluntad para oponerse a las taras del mundo (como el Dalai Lama que aquí recibe el nombre de Rhana Buthra).
    La aventura y el romance con connotaciones de imposible que vive el protagonista, le servirán entonces para convertirse en el gran hombre que llegará a ser, en parte gracias a su herencias humana (debido a sus padres adoptivos) y kryptoniana, pudiendo encontrar la sabiduría en el lugar que menos pensaba visitar.  Por otro lado, tal como en las narraciones antiquísimas, el amor de una mujer le dará la oportunidad de humanizarse más para aclarar lo que quiere de sí mismo y en cierta medida, estar contento con quien está aprendiendo a ser.
    A diferencia de lo que pasa en el mundo real, al final de esta novela gráfica, Superman termina derrotando los planes imperialistas de los chinos, quienes no sólo acá representan a un gobierno de corte terrorista como éste, si no que a todos aquellos que abusan de los más débiles en beneficio de sus propios intereses personales.  En el mundo de verdad sería más que hermoso que esto fuese posible, que alguien como Superman estuviese para defendernos y velar por la integridad de quienes sólo quieren vivir en paz; esto es tan sólo un sueño, pero sí existen personas como el Rhana Buthra, el Dalai Lama, que procuran compartir con nosotros su mensaje de conciliación, amor a la vida y a todos los seres vivos.  Por eso Superman es tan universal, puesto que sus historias mucho más positivas que la del mismo Batman, entregan una esperanza sobre que pese a todo lo malo, el ser humano puede ser lo mejor de sí mismo.
    Para terminar, hay dos interesantes guiños comiqueros en esta historia:

  • Creo ya haber dejado claro que Superboy como tal, nunca existió en el DCU post Crisis, al menos hasta que Superman murió y se vieron obligados a clonarlo.  Y es así como en una viñeta hay una más que interesante alusión a esta negación de que Clark haya llegado a ser en su momento este juvenil superhéroe.  Esto es en el cómic que aquí critico, cuando la compañera de Kent le dice “Eres todo un superchico”, luego de evidenciar sus superpoderes.
  • Apenas llega a Bruthan Clark Kent y su nueva “amiga”, Terri Chun, se encuentran en el camino con un misterioso hombre que ni les habla.  Luego al entrar al templo que lidera el padre de Terri, se enteran que ese mismo individuo (“antiguo alumno mío…de Estados Unidos” le llama el Rhana Buthra) salvó  a los monjes de ser masacrados por las huestes chinas y todo ello usando sus “muchas habilidades” (como les cuenta a Clark y Terri).  Ahora bien… ¿Quién era ese personaje que sólo se le ve en una viñeta el rostro ceñudo? Pues yo lo tengo más que claro y reto a quien lea este texto, diga en un comentario su identidad y cómo se dio cuenta. 

Algunos ejemplos de viñetas de este cómic.

Recuérdame: Sobreponerse ante la pérdida.



“El dolor es la bocina de Dios para despertar a un mundo sordo”
C. S. Lewis.

    En mi anterior post, dedicado a la versión cinematográfica de Frank Darabont para la novela corta de Stephen King Rita Hayworth y la Redención de Shawshank, menciono uno de los primeros cuentos de este escritor, La Dama de la Habitación y donde su autor aborda el tema del dolor frente a la pérdida de nuestros seres queridos, como además lo que significa sobrevivir ante esa pérdida.  Es así como en la cita textual que encabeza este texto, las religiosas y significativas palabras del autor de las Crónicas de Narnia, le otorgan sentido a muchos al enfrentarse ante este hecho de la vida.  No hay que ser católico o de otra religión para que el fallecimiento de alguien cercano nos sobrecoja y frente a ello, recapacitemos sobre nuestra propia existencia; puesto que el dolor que provoca en nosotros lo imprevisto, como el sufrimiento de quienes nos importan o nuestra propias desdichas por una razón u otra, nos pueden transformar en alguien mejor ante la dura prueba que pasamos.  He ahí el significado de las palabras de C. S. Lewis.  Es cierto que mucha gente frente a esto es incapaz de sobreponerse a sus cuitas y se retrae y/o se amarga, se pone mas dura o pierde la fe en sí misma y los demás…Pero no todos son así: hay quienes aprenden de sus experiencias y las convierten en sabiduría que les permite andar por la vida con otros ojos y antes la pena que han tenido, valorar más aún su existencia y la de quienes lo rodean. 
     En realidad hay que ser valiente como para transformar ese dolor en algo positivo y no perder con ese “exilio” a que se nos obliga, una parte de nosotros y olvidarnos que la vida continúa.  Mucha gente ha transformado ese dolor en algo hermoso, pues los ha inspirado a crear, a realizar actos nobles que antes no habrían sido capaces de llevar a cabo, como también a enfrentar su porvenir con valentía y seguir avanzando junto al resto que se queda alrededor de uno.  Artistas como Anne Rice, quien sufrió la muerte temprana de su hijita, hicieron grandes obras de arte que dignificaron y purificaron su sufrimiento; es así como fruto de esta tristeza realizó una obra tan emotiva como lo es su Entrevista con el Vampiro y donde el tema de la pérdida se siente a lo largo de todo el libro.  Nuestra poetiza Gabriela Mistral, primer Premio Nobel chileno, al morir su amado Romelio Ureta, realizó su libro Sonetos de la Muerte a raíz del triste suicidio de éste.  Y Oscar Wilde, mientras sufría en la cárcel, escribió el que para muchos fue su libro más grave y, tal vez, mejor entre toda su basta obra: De Profundis.  Por último, el mismo C. S. Lewis a quien cito al comienzo de este texto, compartió con su público lector su sufrimiento debido a la dramática muerte de su esposa con Una Pena en Observación, siendo el libro del cual saqué la cita en cuestión; mientras que El Problema del Dolor, es su propio análisis como hombre de fe ante esta parte de nuestra naturaleza.
    Y todo lo de arriba a manera de reflexión debido a una película que vi recientemente el fin de semana pasado, sin tener idea de qué se trataba, sabiendo tan solo que el protagónico masculino recaía en un joven y exitoso actor inglés, Robert Pattinson, quien hasta el momento ha demostrado en su trabajo ser más que una cara bonita y un vampiro desabrido.  Me estoy refiriendo al filme de 2010 titulado Remember Me y que a esta zona llegó con el título traducido literalmente: Recuérdame.
    El filme comienza con una madre y su hija, Ally Craig,  quiénes en una estación del metro en New York juegan alegremente mientras esperan que llegue el transporte.  La idílica escena es interrumpida por la violencia y la muerte de la madre a manos de unos jóvenes delincuentes.  Así se introduce desde el principio esta atmósfera de melancolía frente a la merma que significa una muerte tan repentina y para nada pacífica de un ser amado.  Luego un salto en el tiempo nos muestra a los deudos, hija y padre, viviendo juntos cuando la niña del comienzo ya es una mujer, quien comienza ya a mirar el mundo con los ojos de alguien que bien merece ser considerado como adulto.  Ambos viven bajo la sombra de la figura materna y con ello el padre, un policía, demuestra su incapacidad para asumir que su hija no necesita que la sobreprotejan y que además está comenzando a hacer su vida aparte.
     Por otro lado está Tyler Hawkins, quien a su edad ya ha dejado su hogar materno, considerándose además que su familia tuvo su propia crisis marcada por el fallecimiento temprano de su hermano mayor.  A su vez, sus padres están separados y si bien su madre demuestra llevar bien su nueva vida junto a otra pareja, el padre se muestra como un hombre rígido y poco amoroso que sólo vela por el apoyo económico para con sus dos hijos sobrevivientes (esto último no se lo deja de recriminar Tyler a su progenitor, en especial su aparente despreocupación hacia su hermana menor, con quien el muchacho tiene una estrecho lazo y comparte su sensibilidad artística).
    Es entonces que Ally y Tyler se encuentran en medio de sus vidas y descubren tener más de un punto en común, llegando el amor entre ellos y permitiéndoles encontrar la armonía que les faltaba.  Una vez que logran compartir sus mundos interiores, con sus secretos y miedos, por fin demuestran estar listos para comenzar una nueva y mejor etapa de su interioridad.
    Tanto Ally y Tyler, ambos marcados por un sentimiento de culpabilidad frente a las muertes que pesan sobre sus personas, son jóvenes capaces de grandes afectos y que se muestran con la virtud de ser empáticos y nobles.  Estas positivas cualidades le otorgan a la cinta un aire de romanticismo que al ocurrir el desenlace provocará más de una emoción encontrada en el espectador. 
    Es cierto que antes que los dos protagonistas se unieran, sus existencias cargaban con una gran soledad, pese a que hubiera a su alrededor personas que los amaran.  Pero no sólo ellos se muestran en esta historia como personas cuyas vidas muestren esta pesadumbre, puesto que también los padres de ambos muchachos y la hermanita de Tyler evidencian su fragilidad ante el dolor.  No obstante para cuando la trama llegue a su clímax, todas ellos demostrarán que pueden unirse, que pueden compartir sus sentimientos entre sí y que, como dice la sabiduría popular, no somos islas, pues no estamos solos.
    El final del filme es emotivo, inesperado como la realidad misma y sin embargo deja una cuota de esperanza en el rostro de Ally.  Ésta, como al comenzar el filme, sube al metro de New York, pero esta vez mostrándonos en su rostro que existen las nuevas oportunidades y que pese a las peores tribulaciones, uno puede superar todo.
    Se trata de una película intensa, que al mostrarnos este drama romántico se aprecia como una obra que cumple no sólo la función de entretener, si no que posee un conjunto de virtudes que la hacen ser más que recomendable.  Una de ellas es el reparto que participó en ella, puesto que aparte de Pattinson, brilla una soberbia Emilie de Ravin, quien ya había destacado como protagónico en la serie de TV Lost y en numerosas películas; a su vez son dos grandes actores los que interpretan a las figuras masculinas en la vida de la joven pareja, Pierce Brosnan y Chris Cooper, mientras que Lena Olin hace de la madre de Tyler.  Tener a tantos buenos actores juntos para una obra cinematográfica ayuda bastante, ya que actuaciones talentosas le dan convicción a la historia y permiten además que el público pueda llegar a sentirse identificado con los personajes que interpretan.  Tampoco se puede olvidar a la niña que interpreta a la encantadora hermanita de Tyler, Ruby Jerins, quien si sigue actuando así, a futuro nos puede entregar grandes trabajos histriónicos.
    La música es otro fuerte en esta obra y acá corre por parte de Marcelo Zarvos, compositor de quien no tengo idea, pero al que ya creo merece ponerle atención.  Sus composiciones no sólo acompañan las distintas escenas de Recuérdame, si no que logran transmitir una gran carga de emotividad que las hace más intensas aún.
    El director del filme, Allen Coulter, se había curtido dirigiendo capítulos para series hoy de culto como lo son X-Files, Millenium, Roma, Six Feet Under, Los Soprano y Sex and the City, entre otras.  Su trabajo fue notable en algunos de los episodios más memorables de estos programas; luego hizo su primer filme, Hollywoodland, labor que causó excelentes críticas; y en este caso, con Recuérdame, demostró en su segundo filme ser capaz de hacer películas notables y con una gran sensibilidad.
    Por cierto, y para finalizar ¿Cuál es el significado del nombre de esta cinta? Pues bien, su título se refiere al papel que cumplen en nuestras memorias aquellos que han pasado en nuestras vidas y ya no están; personas que han dejado su impronta en nosotros y mientras los recordemos, pueden seguir a nuestro lado y contribuir a lo que somos.
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