La
segunda contribución del veterano director canadiense de filmes de terror al
programa y de quien ya se escribió respecto a su trayectoria en la crítica
dedicada a Cigarrete Burns, corresponde a otra historia suya gore de corte sobrenatural. En este caso se trata nuevamente de un drama
que aborda el tópico de lo demoniaco, si bien a la vez tal como en el caso ya
señalado, se observa la presencia del mal en los mismos corazones de los seres
humanos (disfrazado más encima de rectitud religiosa).
El
guión muestra cómo una muchacha es rescatada por un par de médicos a pasos del
edificio donde ambos trabajan, de modo que allí la llevan cuando la joven les
solicita ayuda, porque aparentemente es perseguida y su vida peligra. El edificio es nada menos que una clínica
abortiva, de modo que la chica les pide además que le ayuden a deshacerse de su
bebé que según ella no debe nacer. A su
vez a las puertas del recinto llega un hombre que resulta ser el padre de la
auxiliada, quien en el pasado tuvo problemas con la gente de la clínica, a tal
punto que se decretó una orden judicial en su contra para no acercarse al
lugar; resulta que este sujeto es un fanático religioso, quien había causado
problemas a la clínica debido a sus métodos algo violentos en defensa de la
vida de los niños a abortar. Es entonces
que los doctores se dan cuenta que algo realmente va mal con el embarazo de la
niña, quien es apenas una adolescente; todo se complica una vez que el abuelo y
“el padre” por su cuenta irrumpen en la zona, además de que nace el inesperado
“bebé”.
Basada en un guión original, Pro-Life
resulta ser una interesante historia por varias razones: primero que
está filmada como toda una cinta de clase B, con escenas sangrientas que podría
decirse fueron exageradas de adrede para aumentar el clima del episodio; a esto
se le suma la criatura que nace de la muchacha, la cual considerando los logros
hechos en el programa por parte de los especialistas Gregory Nicotero y Howard Berger en el
maquillaje y trucos varios, se ve bastante falsa y de bajo presupuesto en su diseño
y movimientos (no obstante el “padre” del monstruito sí que se aprecia
imponente y bien hecho, pero aun así respondiendo al típico estereotipo
demoniaco). A lo anterior se le suma
cierto humor negro, tan propio de Carpenter, el cual de vez en cuando se hace
notar en la película y que queda claro que lo usa el director para enfatizar la
ridiculez de las situaciones que está escenificando (así como también el
absurdo de las mismas reacciones del ser humano en general, como su
comportamiento poco racional frente a lo que le disgusta o incomoda: véase esto
en las figuras del padre fanático religioso y la de otro padre, quien ha llevado
a su también joven hija a practicarse un aborto, aparentemente obligándola, agregándose
además el risible guardia cobarde que cuida el portón del edificio).
Segundo, hay un tema con la paternidad en la trama, puesto que los
padres que se observan acá, no resultan ser los mejores modelos en cuanto a
cómo tratar a su descendencia: ambos se ven como manipuladores y opresivos,
demás de egoístas…No obstante al infernal padre del engendro que nace en el
mediometraje, en contra de lo inesperado, se le ve un instinto paternal que
hacia el final no deja indiferente…He aquí otra ironía de un genio como John
Carpenter, quien pareciera estar dejando una de sus críticas habituales al
sistema político imperante. De este modo
los padres representan la autoridad y ésta permite que existan lugares como la
clínica abortiva; se puede entender entonces que quien se sale del orden
preestablecido, debe aceptar el castigo al control absoluto (la dominación de
la voluntad) que en este caso representa el aborto. Por ende, el nombre de esta joyita atiende de
la forma más corrosiva posible al discurso expuesto en el guión, puesto que
resulta contraproducente defender la vida aún a costa de sentirse dueño de
quienes dependen de nosotros; lo mismo resulta estar dispuesto a matar para
defender unos principios que supuestamente representan lo correcto. A su vez uno podría preguntarse si un artista
e intelectual como Carpenter, con lo ácido que ha llegado a ser en ocasiones
con sus producciones, es un declarado antiabortista.
Ligado a lo anterior, cabe
destacar que al comenzar el capítulo, la pantalla muestra un intenso verdor y
que la clínica misma donde transcurren los hechos se encuentra ubicada en medio
de un bosque, aislada del resto de la sociedad.
No obstante el lugar aparentemente idílico resulta ser un engaño o una
ironía más que muestra el Paraíso corrompido que viene a ser este sitio
(resulta cómico el diseño de la recepción del centro médico, lleno de flores y
con un tapiz mural cursi). Es cuando se
debe recordar la presencia del padre interpretado por nada menos que Ron
Perlman (actor de culto con participación en tantas películas clásicas del
género u otras), un sujeto que cree representar la verdad divina; es así que
mantiene a sus hijos, en especial a su única hija, apartados de la sociedad que
consideran corrupta. (la niña más encima lleva el significativo nombre de Angelique, o sea Ángel en español, lo que hace referencia a su supuesta pureza) No obstante el demonio logra entrar sin
problemas a este Edén humano e imperfecto y mancillar a quien debía mantenerse
inmaculada; luego el personaje interpretado por Perlman defiende la vida del
nonato infernal, creyendo que éste es una especie de elegido y como queda bien
aclarado en el guión, más equivocado no puede estar.
En suma, es el más débil de los dos filmes filmados para Maestros
del Horror por Carpenter, ya que no posee el aire profundamente ominoso
de Cigarrete Burns (el cual en su seriedad y falta de humor no deja de manifestar su
sentido de peligro y fatalidad); no obstante Pro-Life posee sus
propias virtudes y era de esperar de alguien como su director, hacer una
historia de terror distinta a lo ya visto, de tal manera de mostrar su propia
versatilidad para abordar el género en una nueva variante.
Fue estrenada originalmente el 24 de noviembre de 2006 en Estados Unidos.
Fue estrenada originalmente el 24 de noviembre de 2006 en Estados Unidos.
Pues tiene buen aspecto Elwin. Me gustan las películas de John Carpenter, y cómo le imprime a todas ellas ese tono de Serie B. Esta no la conocía (creo que desde "Vampiros" o "Fantasmas de Marte" le perdí la pista) pero me alegra saber que sigue haciendo cine. Además la presencia de Ron Perlman siempre engrandece una película.
ResponderEliminarPor otra parte, creo que el título ya es una muestra de humor negro e ironía por parte de John Carpenter. Ya la apunto como candidata para un posible visionado. Saludos desde España Elwin.
Pues hace un par de años tuve el gusto de ver un filme nuevo suyo en el cine, tras largo tiempo de que no estrenaran obras de Carpenter por acá, "The Ward", bastante buena la verdad (no recuerdo con qué nombre llegó a estos lares, Bueno, amigo, ojalá te animes a ver cada uno de los filmes de esta serie y no sólo éste, mira que son verdaderas joyitas.
EliminarMe has dado curiosidad con esta entrada O.o Yo no soy mucho de películas de terror, ya tengo suficiente con la nictofobia y las pesadillas con zombies. Sin embargo tal vez la vea, me interesa :)
ResponderEliminarBueno, esta peli no es de terror nocturno, ni de zombies, así que no debería causarte tanto miedo...¿No me digas que te niegas a este género? Uf, a mí me encanta, aunque el último tiempo más he visto y leído ciencia ficción y fantasía, que horror.
Eliminar