Una vez más el director norteamericano de origen indio M. Nigth
Shyamalan, fue capaz de contar y mostrarnos una historia entretenida y llena de
lecturas; estamos hablando de su última obra, la cual se encuentra repleta de
simbolismos y mensajes que un espectador sensible puede llegar a apreciarlos
por sobre la espectacularidad de lo evidente (actores famosos, efectos
especiales y monstruos). Tras su
desastrosa y soporífera versión de la popular serie animada Avatar,
con el nombre de El Último Maestro del Aire (porque James Cameron se había
apropiado ya de los derechos del nombre en su más “reciente” película, de modo
que tuvo que cambiarle el nombre por The Last Airbender), Shyamalan pudo
recuperarse entregando una nueva historia de heroísmo, esta vez dentro de una
trama propia del terreno de la ciencia ficción (si bien en resumidas cuentas,
el guión respondía a un esquema clásico que sin vacilaciones podría tener cabida
dentro de una obra de tipo más maravillosa).
El largometraje tan sólo se estrenó el año pasado y se llamó After
Earth (Después de la Tierra), puesto que en pocas palabras se
ambientaba en nuestro planeta, luego de un largo tiempo de ser abandonado por
los seres humanos.
La película en cuestión trata del
aterrizaje forzoso al cual se han visto obligados hacer los tripulantes de una
nave humana, en el planeta Tierra y al cual la humanidad hace un milenio
abandonó; el motivo del autoexilio fueron los graves problemas de contaminación
por lo que pasaba en esos años el ecosistema; de modo que para sobrevivir
tuvieron que efectuar la diáspora. En el
exterior la raza humana se aposentó en un nuevo planeta, pero antes casi fue
extinguida debido a sus enfrentamientos con alienígenas belicosos, quienes
habían creado a unos monstruos con el objetivo de eliminarlos. La aeronave iba en misión militar, pero
sufrió un desperfecto y al precipitarse sólo dos salieron con vida: el oficial
de más alto rango de la tripulación y su hijo adolescente, aún civil. El hombre queda mal herido y envía a su hijo
inexperto a encontrar a kilómetros de distancia, en otro fragmento del navío,
un aparato que los puede hacer entrar en contacto con sus fuerzas que se
encuentran en el espacio. El chico
emprende un viaje lleno de peligros insospechados, más uno seguro (puesto que
transportaban a una de las criaturas que asolaron a los suyos en el pasado, la
cual probablemente pudo quedar indemne al accidente). En el tiempo en el cual la Tierra fue abandonada,
la naturaleza se recuperó, pero ello significó también que sus animales
cambiaron y se adaptaron, convirtiéndose muchos en bestias mortales para el
hombre; a su vez el clima igualmente evolucionó, a tal punto de ser agreste
para la sobrevivencia humana.
La película contó en el protagonismo con el carismático actor
afroamericano Will Smith, quien una vez más demostró su capacidad para
interpretar papeles tan diversos y diferentes entre sí, quien además volvió a
trabajar junto a su hijo Jaden Smith (el cual evidenció con claridad en la
cinta las dotes heredadas de su padre, prometiendo obtener una carrera exitosa);
este parentesco real le entrega al sentido del filme una verosimilitud mayor a
la hora de tratar la relación entre padre e hijo, la cual en un principio en la
película se encuentra manchada por la figura de un padre ausente y el deseo de
un adolescente de honrar al padre que admira, pero a quien siente lejano. A su vez el muchacho arrastra tras de sí la
culpa por la muerte de su hermana mayor, quien falleció salvándole la vida de
pequeño, al protegerlo de uno de los monstruos ya mencionados. De este modo en la trama cumplen una vez más
en el cine de Shyamalan, como bien pudo verse en su otra cinta Señales,
los recuerdos: en este caso tanto para el hijo, como para el padre, van a
justificar sus conductas a tal punto de explicar por qué razón son como son:
así es cómo el hijo una y otra vez rememora el momento en el que su hermana
murió frente a sus ojos (su gesto de amor incondicional que luego para él será
un ejemplo de heroicidad), tal como para el protagonista de la ya mencionada Señales
lo fue la muerte de su esposa; de este modo ambos recuerdos logran
otorgarles a estos dos una razón para superar sus propios dolores. A su vez el personaje de Will Smith también
se retrae hacia su pasado, uno en el cual recuerda su vida junto a su familia,
en especial junto a su hijo y del cual pese a que lo ama, se ha distanciado (flashbacks que humanizan como nunca al
severo hombre).
El padre de este filme es por partida doble una autoridad para el
hijo. Primero como su progenitor y
segundo como líder y modelo indiscutido de su comunidad y en especial en el rol
de jerarca máximo de sus huestes militares.
Así es como a lo largo de la cinta, el adolescente debe obedecerlo en la
misión que le ha encomendado, demostrándose a si mismo que bien puede lograr su
objetivo, pese a su aparente falta de experticia; a su vez debe demostrarle a
su padre que es digno hijo suyo, que puede llegar a ser un hombre y puede
sobrepasar sus propios miedos que en un principio de la cinta se ven como una
carga que le impide realizarse como individuo.
En este sentido el tema del miedo como elemento focalizador del
espíritu, tanto como para restringirlo, como para permitirle superarse a sí
mismo, cobra una vez más en el cine de Shyamalan un papel determinante para
mostrarnos el periplo interior hacia el crecimiento personal. Las criaturas de origen alienígena
mencionadas, son ciegas, pero huelen el miedo de sus víctimas y de ese modo
pueden llegar a atacarlos; el mismo padre del niño coprotagonista fue el primer
ser humano que pudo alzarse sobre su natural temor y al suprimirlo, fue capaz
de enfrentar al enemigo que ahora no lo podía ver (luego enseñó a otros su
técnica); luego al muchacho le tocará enfrentar su peor temor (tal cual los
guerreros de tantos relatos de antaño míticos y legendarios) con lo cual por
fin podrá conseguir encumbrarse por sobre sus debilidades.
De este modo After Earth es una cinta de su director acerca de la
resiliencia, o sea, la capacidad del ser humano para enfrentar las adversidades
en las que se ve inmerso y salir victorioso de ello, con el correspondiente
crecimiento espiritual que significa. Por
ende el viaje que debe realizar el adolescente, el cual justamente termina en
la cumbre de una montaña (es decir, en lo más alto), corresponde al viaje
iniciático del llamado “Héroe de las Mil Caras” de Joseph Campbell; así es como
la naturaleza misma del planeta madre será quien le impondrá mil y un pruebas a
este postulante a la vida adulta, hasta que hacia el final derrota al monstruo
que simboliza todas las debilidades de uno mismo.
A su vez como ya se vio en sus anteriores producciones, la figura del
padre, que educa moralmente al hijo, vuelve una vez más a cobrar relevancia en
la obra de Shyamalan. En cintas como El
Protegido y la misma Señales era en un padre en quien
recaía en mayor medida el drama, mostrándose como un guardián de su gente; en
el aterrador filme El Fin de los Tiempos (The Happening) también se ve cómo un
padre cuida de su hija, pero luego este papel lo toma otra figura masculina,
quien se encarga de proteger a la niña que ha quedado desvalida; la misma
relación que mantiene el psicólogo de Sexto Sentido con el niño coprotagonista,
posee esta significancia que convierte al adulto en un personaje que para el
infante se viene a transformar en el guía masculino ante las duras pruebas del
devenir. Así es cómo en este sentido
resulta preponderante el valor de la confianza entre los individuos, ya sea
dentro de la ficción, como en la vida real misma. De este modo la relación endeble que hay
entre padre e hijo en Después de la Tierra es la que
origina en un principio parte del conflicto, puesto que aparentemente el padre
al no conocer en profundidad a su hijo, no le tiene la confianza suficiente como
para sentirse a su gusto en su presencia; pero una vez que se tienen sólo el
uno al otro, el hombre mayor debe depositar su fe como nunca en su
descendiente, quien a su vez debe conseguir la autoconfianza suficiente que le
permita superarse a si mismo.
Pasando a otros planos dentro de la película en cuestión, cada una de
las bestias de la nueva fauna terrestre que se muestran en la cinta,
corresponden bien a probables evoluciones de especies que existen en la
realidad (de este modo es posible identificar a los descendientes de monos,
grandes felinos, sanguijuelas, ballenas u otros animales a lo largo de la cinta
y todo ello de forma bastante creíble).
No obstante pese a que se nota que por parte de la producción hubo una
investigación seria científica para darle forma a esta nueva ecología
terrestre, mil años para que se pudiera recuperar el planeta y cambiara de esa
forma su biósfera, puede resultar fantasioso; ahora bien, quizás hablar de mil
años entre que la raza humana abandonó su cuna al borde del desastre ambiental
y que suceda un posterior reencuentro entre humanos y la Tierra, bien podría ser
en realidad un simbolismo tal como sucede con la cantidad de años en los que se
ambientan muchos relatos religiosos (como los habituales 40 años o 40 días tan
recurrentes en la Biblia)…Si fuese así, se entendería al estar en presencia de
una obra de un autor, que pareciera profesar cierta religiosidad cristiana por
como trata los temas en sus películas.
En cuanto al diseño de los monstruos extraterrestres, estos parecen
grandes arañas y a su vez recuerdan mucho a los aliens creados por Giger, para
la famosa película de horror de 1979 (diseño que luego se usó para los filmes
posteriores de la saga e inspiró a muchas otras criaturas espaciales del cine). Por lo tanto, al emular este enemigo a dichos
seres, se refuerza su relación con el tema del miedo, ya que a lo largo del
tiempo las arañas han mantenido una posición privilegiada dentro de los
animales ligados al mal y a las fobias (recordemos en la literatura a las
monstruosas Ella-La-Araña de El Señor de los Anillos de Tolkien y
al arácnido gigantesco en el que se transforma la entidad maligna de It de
Stephen King); a su vez el mismísimo Alien es una síntesis en su composición de
muchos miedos (horror al extraño, a la violación, a la sexualidad monstruosa,
etc).
Al tratarse de un largometraje de ciencia ficción, siendo además la
primera cinta de su director en abordar de forma tan directa el género (si bien
su primer acercamiento fue en Señales al tratar el tema de la
invasión extraterrestre y luego de forma más o menos tangencial en su filme de
horror El Fin de los Tiempos), el largometraje presenta un cuidado
diseño de arte en la nave, vestimentas y artefactos tecnológicos en general.
Dentro de esto, llama la atención la orientación biotecnológica que se le dio a
cada uno de estos elementos, siendo que anteriormente este tipo de manipulación
genética usada en artefactos mecánicos, por lo general se le había mostrado
como avances propios de culturas alienígenas en vez de humanas. Así es cómo en especial la nave que
transporta a los protagonistas, presenta estructuras que parecen huesos, panales,
tejidos, mucosas y madera, como además se ven varios fluidos de apariencia
orgánica; en cuanto al mismo hogar de los personajes se privilegia en éste el
color blanco, lo que le da un aspecto casi maternal, como de huevo (es decir,
lo embrionario y el vientre materno como algo completamente acogedor). A esta ciencia y tecnología de corte
ecológico (lo cual bien puede responder a una toma de conciencia de parte de la
humanidad, tras haber sido responsable del antiguo declive de su planeta
madre), la supera la propia ingeniería de la naturaleza, la cual es mostrada en
la película en todo su esplendor; ello a través de magníficos paisajes que
hacen ver al planeta ahora renacido como a un Paraíso: un Edén del cual ha sido
expulsado el hombre y que por esa razón sus habitantes naturales, las bestias,
cumplen la labor de protegerlo, aún cuando ello signifique la muerte de los
visitantes (he aquí otro detalle que al parecer se les escapó a los guionistas,
entre ellos los mismos Shyamalan y Will Smith, quien también contribuyó con sus
ideas en el argumento: no se aprecian vestigios de antiguas edificaciones
humanas…¿Entonces cómo es posible que hayan desaparecido en sólo mil años?).
Aún cuando se trate de un filme que sin dudas corresponde a la ciencia
ficción, debido a su particular ambientación, resulta curioso en su desarrollo
la introducción de al menos dos elementos que se pueden entender como propios
de lo sobrenatural y por extensión, de la idea del Providencialismo (la
intervención divina en hechos concretos) que ya se vio en su cine más religioso
(léase Sexto Sentido, El Protegido y en especial Señales). Lo anterior corresponde a dos momentos en los
cuales el personaje interpretado por Jaden Smith recibe ayuda externa, la cual
a su vez le permite sobrevivir a situaciones de grave peligro. También uno de
estos dos momentos puede ser interpretado como algo de corte onírico (el sueño
como una manifestación del inconciente que nos mantiene alerta); no obstante
queda a criterio de cada espectador según sus propias creencias, qué significancia
darle a estos dos momentos en concreto.
En todo caso, ambas escenas resultan ser unas de las mejores logradas y
emotivas de Después de la Tierra; a su vez tienen que ver con la presencia
del frío, el cual bien puede representar aquí la idea de la muerte (de noche la
zona en la que se encuentran los personajes alcanza temperaturas polares y toda
la vida que hay en ella se repliega a sí misma para evitar su aniquilación; por
ende la vida es movimiento y calor, mientras que el frío representa lo contrario).
Ligado a lo anterior se encuentra la presencia de una bestia que
corresponde a un animal en concreto: un águila, animal simbólico gringo. Esta criatura significativa para muchos
pueblos, como el mismísimo Estados Unidos y México (de hecho se encuentra en el
escudo nacional de ambos países), también se ha visto utilizado por el Imperio
Romano y por el siniestro partido nazi de Hitler y sus secuaces, entre otros
casos. De este modo el animal ha estado
relacionado con la figura del poder desde un punto de vista bastante patriarcal
(nuevamente la imagen del padre presente en el cine de Shyamalan); no obstante
en este filme el “águila” que aparece es hembra, de modo que en toda su
magnificencia (de hecho en la cinta es un ave inmensa) viene a ocupar más bien
el rol de la madre que cobija a sus crías aún a costa de su propia vida.
Por último, la música a cargo del compositor habitual del director,
James Newton Howard, se convierte en un apoyo sublime al drama y la acción del
largometraje, siendo lejos uno de sus mejores trabajos sinfónicos.
En suma, After Earth es un filme completo en sí mismo, valioso en forma
y fondo. Es así que tras verlo invita al
espectador a la reflexión, luego de haber pasado un buen rato frente a la obra
de uno de los mejores directores del presente, quien menos mal logró redimirse
tras el bajón de su anterior película.
Ignoro si hemos visto la misma película, pero allí donde usted ve una pléyade de simbolismos prometeicos, yo no veo más que un aburrido fárrago de ya trasnochadas fórmulas de “autoayuda” o “Hágalo usted mismo, que se puede”. Todo saltándonos al rostro con la pretensión de arte, sólo porque lo acompaña, eso sí, una bella banda sonora, y porque aparece un buen actor como Will Smith. ¿Qué Jaden Smith muestra dotes heredadas de su padre? ¡Por favor, si es lo peor de la película! Es el típico cabro chico metido a grande que uno odiaba en los filmes de los 70’, es como el Marvin de los Superamigos, es como uno de los “gemelos fantásticos” , el hermano “Chispita” de Meteoro, o el centauro insufrible de “Hércules”; o el chícharo insoportable de “El Chico Invisible” al que el genial Robby no sólo tendría que haberlo dejado invisible sino también mudo; era el típico mocoso que al final había que ir a salvarlo y por culpa de él se moría alguno de los protas. Sí, como el mismo papel que hizo Jaden en “El día que se paralizó la Tierra”; o en “karate Kid” en que lo único que salva es Jackie Chan.
ResponderEliminarY la verdad es que me dio migraña porque soy un fiel seguidor de Shyamalan, siendo, a mi juicio, su mejor trabajo “La aldea”. ¡Hasta “La Dama en el Agua” me gustó!
La historia, que podría haber sido muy joya, hubo un momento en que perdió la altura y se precipitó a lugares comunes de los que ya tenemos demasiados ejemplos. Aunque hay algunos a los que les resulta, como “Outlander” donde la historia no puede ser más predecible, pero ¡Ostras, que les sale bien! O en “Lluvia de Albóndigas 2” ¡Ostras, que me entretuvo! Mire, una buena actuación es cuando uno dice “Tío, si no me imagino a otro haciendo ese papel”, y aunque no me imagino a otro haciendo el papel de Will Smith, sí puedo decir que me imagino a cualquier otro haciendo el papel de Jaden Smith.
Voy a lo primero: Gracias por detenerte por estos lares y darte el tiempo de escribir, que aunque veo que nuestras opiniones difieren bastante, tus palabras se encuentran lo suficientemente fundamentadas como para demostrar sin vacilaciones que la apreciación estética siempre es subjetiva; no obstante creo que a la larga, lo que le da validez a una obra de arte es lo que viene a significar para una persona, quien a su vez puede llegar a encontrar en ella mil y unas lecturas acerca del mensaje que podría dejarnos...a su vez la verdaderas obras de arte son las que superan el tiempo de su inmediatez (de este modo esperemos a ver qué pasa con este filme con el paso de los años). En todo caso debo reconocer que el filme en cuestión fue significativo para mí, porque me identificó en muchos aspectos, lo que tiene que ver con mi propia historia y hecho por el cual muchas veces una obra llega más a unos que a otros. Habría sido genial que dejaras tu nombre y procedencia, no obstante veo que harto sabes de cine y eres una persona culta...Por el lenguaje que empleas me atrevo a pensar que eres de nacionalidad española. Nuevamente gracias por comentar.
ResponderEliminarMe ha resultado interesante tu reseña de esta película, porque hasta ahora sólo había leído críticas negativas de la misma, y ya termino dudando si están basadas realmente en la calidad de la película o en la animadversión que la gente pueda tener por el director y los actores, en especial por el hijo de Will Smith, que hoy día parece uno de los "ídolos a derribar" del cine. En cualquier caso parece una película entretenida y una buena historia de aventuras y Ciencia-Ficción (aunque en justicia, mil años no sólo son pocos para eliminar los vestigios de construcciones humanas, sino también para provocar cambios adaptativos y evolutivos en los animales, que se miden en millones de años). Me ha llamado la atención también lo referido al águila como símbolo, pues era también el emblema de la dinastía de los Habsburgo ("los Austrias") que reinaron en España hasta 1700 y en el imperio austro-húngaro hasta 1919.
ResponderEliminarPues en realidad hace rato que asumí que no hay que quedarse con la opinión de los críticos, pues muchas veces sus visiones se encuentran influenciadas por intereses comerciales, por mera ignorancia o simple subjetivismo. La verdad es que soy de la idea de hacerme mi propio opinión y en algunos casos, tomo en cuenta lo que dice la gente que conozco en persona y respeto su gusto, aunque a la larga siempre opto por no prejuiciarme e inicio el diálogo con otros una vez que ya he visto o leído la obra. .
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