1.
El cuento (¿O la novela corta?)
En 1988 el estudioso de la literatura de terror Douglas E. Winter publicó una antología de relatos inéditos llamada Prime Evil. Teniendo entre sus páginas a autores consagrados de la talla de Whitley Strieber, Clive Barker y M John Harrison, entre otros, se convirtió en un título referente en lo que selecciones de narrativa breve del género, teniendo además un fabuloso estudio preliminar sobre este tipo de historias y su impacto sociocultural, de la mano del mismo recopilador. Tal pieza no podía dejar de tener a Stephen King, en aquel tiempo el maestro indiscutido de la “literatura de miedo” más efectiva (todavía faltaba un resto para que nuestro querido Tío Steve derivara a horrores más sutiles). Fue así que el llamado Rey del Terror, contribuyó a la colección con lo que sería su segunda narración corta sobre vampiros, luego del ya clásico Uno para el camino, su genial regreso a las espeluznantes ruinas de la ciudad maldita de Salem´s Lot: El Aviador Nocturno, un título ominoso que dentro de la historia tiene un doble significado.
Editada en español en dos volúmenes por la desaparecida editorial Grijalbo, Escalofríos y Pesadillas, la primera contiene el texto de King que en nuestra lengua alcanza cerca de 50 páginas, de modo que está a medias entre el cuento y las llamadas novelettes que tan bien le salen a este. De hecho, como no, el volumen comienza con esta obra, dura, potente, con una pluma gore que hoy en día echamos de menos en buena parte de la actual producción kingniana; una joyita para disfrutar y no olvidar, que juga muy bien con la idea no solo del temor a la noche, sino a lo que puede estar sobre nosotros y que en el momento menos esperado podría atacarnos.
Con posterioridad la narración fue incorporada a la tercera colección de cuentos de Stephen King, Pesadillas y Alucinaciones (1993) y donde, además, reaparece el chupasangre de El Aviador Nocturno dentro del cuento Popsy. Sobre este último texto, también contenido en las páginas del mencionado libro, la identidad del personaje solo es reconocible gracias a que el propio King lo afirmó públicamente, puesto que en sus páginas resulta difícil identificarlo con el antagonista del escrito anterior.
Cabe mencionar que la obra que hoy nos reúne, tanto en su versión original, como en la adaptación cinematográfica que pretendo revalorizarles, posee como muchas otras del artista, a un personaje ya aparecido antes en su bibliografía: el infame periodista amarillista Richard Dees, quien trabaja para una revista de corte igualmente sensacionalista llamada Inside View, publicación empecinada en las noticias morbosas y macabras, que por igual ha aparecido varias veces en otros trabajos suyos. Y es que el reportero tuvo un pequeño rol en su novela La Zona Muerta (1979), siendo quizás el primer personaje kingniano, en aparecer dentro de otra ficción suya tras su debut literario.
2. La historia y el filme.
Unos espantosos asesinatos en serie se están cometiendo en pequeños aeropuertos privados y como apenas se sabe de su responsable, hay mucho interés entre medio, de modo que el oportunista Richard Dees ve en esto la oportunidad de su vida; por lo tanto, no duda en ir a investigar, compitiendo para ello con una joven (y hermosa) colega, que viene a ser no solo la versión suya más joven y femenina. La competencia entre los dos es feroz, de modo que cada uno hará lo posible por ganar la exclusiva. Pero el asesino no es un desquiciado más, sino que se trata claramente de una criatura sobrenatural, que en especial se interesa en Dees y como dicen por ahí “Ten cuidado con que el Diablo conozca tu nombre”.
En 1997 el guionista y también actor Mark Pavia,
tuvo su debut tras las cámaras con un filme de clase B, de esos que consiguen
en verdad impactar; pues gracias a los talentos involucrados en ellos, consiguen
ponerse al lado de las grandes producciones sin vergüenza y muchas veces hasta opacándolas. Teniendo como actor principal al llorado
Miguel Ferrer, quien ya había participado en otra producción sobre una obra de
King (nada menos que como uno de los más llamativos secundarios de la primera
versión de The Stand, en 1994), logra tenernos atentos en todo
momento, tanto por la manera de cómo se abordó el suspenso, con personajes muy
bien caracterizados y unos efectos de maquillajes tan sangrientos y realistas,
como solo los muchachos de la KNB nos han sabido dar (sin menosprecio de otros
maestros del maquillaje, claro). Ferrer
está soberbio, tan ácido y maquiavélico que hasta nos cae bien, pese a lo
hijodeputa que es y llama la atención cómo con su colega femenina, por sobre lo
que se esperaría entre un tipo tan varonil como él y una mujer atractiva como
ella, la energía sexual vaya para rumbos igualmente agresivos, aunque no del
tipo de la satisfacción mutua.
La versión fílmica deja muy clara la moraleja, de las consecuencias que tienen en nuestras vidas el gusto por la miseria, donde encontramos más de un tipo de depredador y uno se pregunta quién es el verdadero monstruo en una sociedad que valora el individualismo y el exitismo extremo.
Sin dudas que se trata de una cinta desconocida por muchos, debido a su limitada distribución (en Chilito nunca se supo de ella e ignoro si en su momento alguna empresa local la sacó al viejo formato de VHS o posteriormente llegó en DVD, salvo ediciones importadas), pero no cabe duda que está entre las mejorcitas adaptaciones de la imaginación del Tío Steve y más cuando se trata de llevar con seriedad sus creaciones más aterradoras.
3. Por qué quiero tanto esta película.
Tal como ya dije con otras palabras más arriba, este largometraje nunca llegó a estrenarse comercialmente por acá y lo ignoro si llegó a algún circuito de tipo independiente, algún evento ñoño o algo parecido. Solo supe de ella a principios del presente siglo, gracias a la revista digital Insomnia, dedicada a la obra de Stephen King y en la que felizmente participo colaborando con mis pequeños trabajitos. Pero pasaron años para que pudiera darme el gusto de ver, por fin, esta perla que les rescato y fue nada menos que gracias a Ricardo Ruiz, fundador y director de la mentada publicación online; todo ello cuando cerca del año 2005, me propuso intercambiarnos unos cuantos DVD clonados, mandándonoslos por correo internacional, puesto que ambos vivimos en países vecinos (en aquellos tiempos la “magia” del Torrent y las descargas por Internet, más los sistemas de streaming, eran algo todavía propio de la ciencia ficción). Solo así y en mi casa, en función solitaria y nocturna pude disfrutar de El Aviador Nocturno, recordando ese texto que leí dos veces y ya hace años; título que recién me lo repetí el año pasado, cuando también decidí buscarlo en la Red y ocupando de ese modo mis horas de ocio de la actual pandemia. Luego era, como no, el segundo título ideal para continuar con esta nueva serie de posts.
En 1988 el estudioso de la literatura de terror Douglas E. Winter publicó una antología de relatos inéditos llamada Prime Evil. Teniendo entre sus páginas a autores consagrados de la talla de Whitley Strieber, Clive Barker y M John Harrison, entre otros, se convirtió en un título referente en lo que selecciones de narrativa breve del género, teniendo además un fabuloso estudio preliminar sobre este tipo de historias y su impacto sociocultural, de la mano del mismo recopilador. Tal pieza no podía dejar de tener a Stephen King, en aquel tiempo el maestro indiscutido de la “literatura de miedo” más efectiva (todavía faltaba un resto para que nuestro querido Tío Steve derivara a horrores más sutiles). Fue así que el llamado Rey del Terror, contribuyó a la colección con lo que sería su segunda narración corta sobre vampiros, luego del ya clásico Uno para el camino, su genial regreso a las espeluznantes ruinas de la ciudad maldita de Salem´s Lot: El Aviador Nocturno, un título ominoso que dentro de la historia tiene un doble significado.
Editada en español en dos volúmenes por la desaparecida editorial Grijalbo, Escalofríos y Pesadillas, la primera contiene el texto de King que en nuestra lengua alcanza cerca de 50 páginas, de modo que está a medias entre el cuento y las llamadas novelettes que tan bien le salen a este. De hecho, como no, el volumen comienza con esta obra, dura, potente, con una pluma gore que hoy en día echamos de menos en buena parte de la actual producción kingniana; una joyita para disfrutar y no olvidar, que juga muy bien con la idea no solo del temor a la noche, sino a lo que puede estar sobre nosotros y que en el momento menos esperado podría atacarnos.
Con posterioridad la narración fue incorporada a la tercera colección de cuentos de Stephen King, Pesadillas y Alucinaciones (1993) y donde, además, reaparece el chupasangre de El Aviador Nocturno dentro del cuento Popsy. Sobre este último texto, también contenido en las páginas del mencionado libro, la identidad del personaje solo es reconocible gracias a que el propio King lo afirmó públicamente, puesto que en sus páginas resulta difícil identificarlo con el antagonista del escrito anterior.
Cabe mencionar que la obra que hoy nos reúne, tanto en su versión original, como en la adaptación cinematográfica que pretendo revalorizarles, posee como muchas otras del artista, a un personaje ya aparecido antes en su bibliografía: el infame periodista amarillista Richard Dees, quien trabaja para una revista de corte igualmente sensacionalista llamada Inside View, publicación empecinada en las noticias morbosas y macabras, que por igual ha aparecido varias veces en otros trabajos suyos. Y es que el reportero tuvo un pequeño rol en su novela La Zona Muerta (1979), siendo quizás el primer personaje kingniano, en aparecer dentro de otra ficción suya tras su debut literario.
2. La historia y el filme.
Unos espantosos asesinatos en serie se están cometiendo en pequeños aeropuertos privados y como apenas se sabe de su responsable, hay mucho interés entre medio, de modo que el oportunista Richard Dees ve en esto la oportunidad de su vida; por lo tanto, no duda en ir a investigar, compitiendo para ello con una joven (y hermosa) colega, que viene a ser no solo la versión suya más joven y femenina. La competencia entre los dos es feroz, de modo que cada uno hará lo posible por ganar la exclusiva. Pero el asesino no es un desquiciado más, sino que se trata claramente de una criatura sobrenatural, que en especial se interesa en Dees y como dicen por ahí “Ten cuidado con que el Diablo conozca tu nombre”.
La versión fílmica deja muy clara la moraleja, de las consecuencias que tienen en nuestras vidas el gusto por la miseria, donde encontramos más de un tipo de depredador y uno se pregunta quién es el verdadero monstruo en una sociedad que valora el individualismo y el exitismo extremo.
Sin dudas que se trata de una cinta desconocida por muchos, debido a su limitada distribución (en Chilito nunca se supo de ella e ignoro si en su momento alguna empresa local la sacó al viejo formato de VHS o posteriormente llegó en DVD, salvo ediciones importadas), pero no cabe duda que está entre las mejorcitas adaptaciones de la imaginación del Tío Steve y más cuando se trata de llevar con seriedad sus creaciones más aterradoras.
3. Por qué quiero tanto esta película.
Tal como ya dije con otras palabras más arriba, este largometraje nunca llegó a estrenarse comercialmente por acá y lo ignoro si llegó a algún circuito de tipo independiente, algún evento ñoño o algo parecido. Solo supe de ella a principios del presente siglo, gracias a la revista digital Insomnia, dedicada a la obra de Stephen King y en la que felizmente participo colaborando con mis pequeños trabajitos. Pero pasaron años para que pudiera darme el gusto de ver, por fin, esta perla que les rescato y fue nada menos que gracias a Ricardo Ruiz, fundador y director de la mentada publicación online; todo ello cuando cerca del año 2005, me propuso intercambiarnos unos cuantos DVD clonados, mandándonoslos por correo internacional, puesto que ambos vivimos en países vecinos (en aquellos tiempos la “magia” del Torrent y las descargas por Internet, más los sistemas de streaming, eran algo todavía propio de la ciencia ficción). Solo así y en mi casa, en función solitaria y nocturna pude disfrutar de El Aviador Nocturno, recordando ese texto que leí dos veces y ya hace años; título que recién me lo repetí el año pasado, cuando también decidí buscarlo en la Red y ocupando de ese modo mis horas de ocio de la actual pandemia. Luego era, como no, el segundo título ideal para continuar con esta nueva serie de posts.
Tráiler
Varias cosas para destacar... 1) El agradecimiento por tu agradecimiento al aquel intercambio de DVDs del 2005. ¡Parece que fue ayer! 2) The Night Flier, además de todas las cualidades que destacás, es también una historia muy, pero muy original. 3) Hubo un proyecto de una segunda parte, en el año 2004, del que King y Pavia escribieron el guion, pero el proyecto no prosperó. Una pena. 4) Mark Pavia solo tiene otra película más, Fender Bender, de 2016, pero no la vi. 5) Mark Pavia va a dirigir muy pronto Trapped, una película basada en un guion de Richard Chizmar, sobre una idea de King y el propio Chizmar.
ResponderEliminarSaludos,
RICARDO
Recuerdo que también te gusta mucho esa genial peli, que se merece todos nuestros respetos y "compartirse" con otros que gusten de este tipo de historias. Lástima que su realizador no sea más prólifico... ¿Qué tal "Fender Bender"? Esperaré con ansias su nuevo proyecto.
EliminarNo vi Fender Bender, pero tiene comentarios buenos y malos también. Habrá que verla.
ResponderEliminarA probar suerte...
EliminarElwin, en España esta película se distribuyera directamente al mercado doméstico, en formato VHS.
ResponderEliminarAños después tuvo una edición en DVD, en la actualidad fácil y barata de encontrar.
Lo cierto es que no tuvo buenas críticas, aunque a mí me gustó y la vi en dos ocasiones. Creo que es una historia para disfrutar así, en un producto de bajo presupuesto y factura de serie B.
Fíjate que yo la encuentro maravillosa. Me alegro te guste también.
EliminarBuenas, Elwin. Lo que nos cuentas de la película la hace ver muy interesante, aunque quizás la ejecución (por falta de recursos o lo que sea) quizás deja que desear, ya que la caracterizas como película de serie B. Buscando imágenes en google vi que la protagonista se da un leve parecido a Rachel de Blade Runner. ¿No te parece?
ResponderEliminarTe diré que es tan buena esta peli y es tan bien hecha, que ni se nota el bajo presupuesto.
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