1. Dan Simmons.
Hace años,
prácticamente hace casi un década desde que poseo mi propio blog, que estaba
con la idea de escribir sobre Dan Simmons, un tremendo escritor del cual he
leído y disfrutado unas cuantas historias que considero entre lo mejorcito del
terror y la ciencia ficción contemporáneos; solo ahora me dispongo a llevar a
cabo esta tarea, luego de que por fin me vi la adaptación televisiva de su
novela El Terror, que me impactó demasiado e incluso más que el libro
y que leí hace ya tanto tiempo, que no recuerdo si ese fue mi último libro de
Simmons, o lo fue su novela El Hombre Vacío. Lo bueno de todo esto, es que me he animado a
retomarlo, por fin, y ayer no más comencé de una vez a adentrarme dentro de las
páginas de su libro Un Verano Tenebroso, considerada entre sus mejores obras largas
de “miedo”…Así que pronto volverán a encontrarse con otro post mío dedicado a
este artista, al que bien le debía una presentación para esta página que revisan ahora mismo.
Solo unas palabras más mencionaré respecto
a mi experiencia como lector de Dan Simmons: Lo conocí gracias a la edición
española noventera de la revista Fangoria, de la llorada Ediciones
Zinco y que comencé a comprar cuando era un adolescente y estaba cursando el
tercero medio, allá por 1992 (¡Qué nostalgia!). Recuerdo haber leído la
entrevista que se le hizo, cuánto me llamó la atención lo que se decía y dicho
texto…¡Que más encima mencionaba a Stephen King! y en especial las preciosas y
llamativas portadas de libros, que los gringos sí que conocen del arte de embellecer
con ilustraciones inmejorables sus tapas. Después de tanto tiempo he vuelto a
leer la entrevista, correspondiente al N° 5 de esta colección, que aún guardo
completa como uno de mis mayores tesoros… ¡Gracias, Fangoria y en especial a
su equipo hispano detrás de la colección que duró 35 números entre junio de
1991 y diciembre de 1994! (en especial mis más sinceros reconocimientos a los
desaparecidos Luis Vigil y Domingo Santos).
Dan Simmons. |
Cabe mencionar, además, que al leerlo
nos encontramos con un autor bastante culto, puesto que en sus textos se puede
evidenciar un gran conocimiento de los temas que aborda, especialmente en lo
que concierne a la ambientación histórica o los datos que maneja para desarrollar
sus trabajos con gran credibilidad y transportándonos a escenarios pasados o
exóticos sin problemas; lo anterior bien lo podemos reconocer en
ejemplos tales como su cuento Todos los Hijos de Drácula y donde
se refiere a la dictadura comunista de Nicolai
Ceaușescu en Rumania, cuando utiliza la mitología hawaiana en Los
Fuegos del Edén o en su novela revisionista del vampirismo Los
Vampiros de la Mente, con varios pasajes relacionados a los campos de
concentración nazi; y me estaba olvidando de lo concerniente a La
Canción de Kali, donde utiliza tanto las creencias religiosas del
hinduismo, como la verdadera situación de la pobreza de la India, para
aterrorizarnos con gran efecto.
Por otro lado, también es destacable su
claro amor hacia los clásicos de la literatura, tanto en lo que concierne a
autores, como a obras. Es así que en su
saga más famosa, la que corresponde a la tetralogía de novelas de ciencia
ficción llamada Los Cantos de Hyperion, los poetas románticos Percival Shelley
y John Keats hasta se transforman en personajes, además de encontrar claros homenajes a
su obra; más encima, el primer libro del ciclo, claramente está inspirado en el
texto medieval Los Cuentos de Canturbery de Geoffrey Chaucer, tanto en el tema
del viaje y en el importante detalle de los compañeros de camino, que se cuentan historias para
entretenerse (todo esto en el formato antiguo llamado “relato enmarcado” y donde dentro
de una historia central, hay varias más dentro como si se tratara de una
muñeca rusa); de igual manera realiza un bello homenaje a la novela de fantasía infantil El Mago de Oz de Frank L.
Baum, al hacer que sus protagonistas realicen su periplo para que se les
conceda un deseo muy especial. Por otro lado, tampoco podemos dejar de lado su díptico Illion y Olympo,
que reinterpreta la Guerra de Troya, incluyendo a las deidades griegas y hasta
rescatando al demoniaco Calibán de la obra de Shakespeare La Tempestad.
Dentro de la producción literaria de Dan
Simmons, cabe destacar su colección de cuentos y novelas cortas Prayers
to the Broken Stone (1990), que contiene tanto nuevas historias independientes,
como otras que forman parte de su saga de Los Cantos de Hyperion; asimismo, en sus páginas se hayan los
textos originales que luego convirtió a libros de mayor volumen, tal como su
primera versión de Los Vampiros de la Mente; lamentablemente este valioso tomo
suyo, el primero de otros donde ha reunido su narrativa más breve, se encuentra
inédito en español y es algo bastante lamentable, considerando que no muchos
autores actuales siguen cultivando este formato de manera habitual.
En español de su producción, al menos
podemos encontrar sus 4 libros que comprenden los mencionados Cantos
de Hyperion: Hyperion (1989), La
Caída de Hyperion (1990), Endymion (1996) y
Ascenso de Endymion (1997), que primero salieron en humildes versiones de
bolsillo y luego en otras con solapa, hasta que la Colección Nova de Ediciones
B las
reeditó también en unos preciosos tomos en tapa dura con sobrecubierta y la
tradicional telita roja para marcar la lectura.
También es posible conseguir en la lengua
de Cervantes su primera novela, La Canción de Kali (Song
of Kali, 1985), sobre un culto milenario a la diosa hindú de la muerte
de la destrucción y que para su mala suerte descubre un gringo cuando visita el
antiguo país de la India, libro por el que ganó nada menos que el Premio Mundial de Fantasía; por igual tradujeron Los Vampiros de la Mente (Carriom Confort, 1989), voluminosa
obra que obtuvo tanto el Locus, como el Bram Stoker, dos igualmente cotizados
trofeos especializados; también salió para el público hispanoparlante su
novela “realista” Fases de Gravedad (Phases of Gravity, 1989), una a mi
parecer muy decepcionante y aburrida obra, acerca de las vicisitudes
existenciales de un astronauta que visitó la Luna y que los pillos de Ediciones
B “vendieron” como un texto de terror en su engañosa sinopsis; para sacar el
mal sabor de boca de los lectores, tras el repaso de la reciente novela
mencionada, están sus libros Un Verano Tenebroso (Summer
of Night, 1992), premio Locus y de la que hablaré en profundidad apenas
me lo termine, como Los Fuegos del Edén (Fires
of Eden, 1994, que retoma a uno de los personajes de Un
Verano Tenebroso…¡Y es divertidísima!).
La mayoría de estos textos, ignoro si han tenido nuevas impresiones o se
encuentran por completo descatalogados; pero sí puedo afirmar que su novela a medias entre el
terror y la ciencia ficción. El Hombre Vacío (The
Hollow Man, 1992), sobre un telépata, sigue reeditándose con éxito en
la Madre Patria y sus novelas de miedo con elementos históricos y personajes
reales El Terror (The Terror, 2007) y La
Soledad de Charles Dickens (Drood, 2009) ya han tenido numerosas reediciones. Cabe mencionar que su thriller El Bisturí de Darwin por
igual salió en castellano.
Ilion (Ilium, 2003), que le
concedió otra vez el Premio Locus y su secuela Olimpo (Olimpos,
2005) poseen numerosas ediciones para los hispanoparlantes, así que no hay
problema; si bien en un principio los capitalistas españoles dividieron cada
libro en dos tomos y solo después cuando los sacaron en ediciones de lujo, fue
posible tener cada novela en su formato original.
En cuanto a su trilogía policial de Joe
Kurtz, compuesta por Hardcase (2001), Hard Freeze (2002) y Hard
as Nails (2003), sus dos primeras entregas fueron traducidas bajo los
nombres de Frío como el Acero y Fría Revancha, por La factoría de
Ideas; pero como tristemente se fue a la quiebra esta editorial, que tantas
maravillas sacó en español, quedó pendiente el último volumen y quizás qué otra
empresa se interese por conseguir los derechos de tales títulos (por no
mencionar los textos más interesantes del autor, que no han salido por estos
lares para gozo de sus seguidores).
2. “El Terror”, la
novela y la serie.
La novela corresponde en parte al género de
la narrativa histórica, al estar ambientada en un periodo específico del
pasado, describir con lujos de detalles dicho periodo, a mediados del siglo XIX e incluyendo a personajes reales y detallándonos un interesante hecho de la época, que se ha
transformado en uno de los mayores misterios de las últimas centurias: la
inexplicable desaparición de la expedición de dos barcos ingleses al Polo
Norte, con el objetivo de encontrar un paso más rápido hacia las Indias y para orgullo
del entonces poderoso Imperio Británico.
Los viajeros saben que la tienen difícil, pero son hombres
valientes, patriotas y están seguros que conseguirán su objetivo… Sin embargo una cosa
es lo que el hombre propone y otra lo que Dios (o los dioses) dispone (n). Bien podemos decir que las cosas se van de
control y todo se vuelve un verdadero desastre.
No solo la región es inhóspita debido al
frío, al hielo y a la soledad, sino que algo se esconde en medio de todo ello:
un depredador del que lo único que llegan a saber, es por medio del
conocimiento de una muchacha esquimal, aunque no les sirve de mucho y ello debido a
la ineptitud de los hombres civilizados, que creen lo saben y pueden todo. Por lo tanto, estamos frente a una obra que
trata acerca de la soberbia humana, si bien sumado a ello se encuentran el miedo y
la discordia, otros aspectos propios de nuestra naturaleza, que dejarán claro
que el peor enemigo somos nosotros mismos.
Lo mejor es no saber mucho de qué va esta historia, llevada tan magistralmente a la pantalla chica en 10 potentes episodios que no
dan respiro al espectador y cada uno resulta ser un verdadero espectáculo, que nos
hace desear verlo todo de una vez, para saber qué pasará con sus desafortunados
protagonistas.
No
encontramos sujetos perfectos e idealizados en esta historia, sin embargo
muchos de ellos se comportan como verdaderos héroes dentro de sus posibilidades; por lo tanto, el ímpetu con el que luchan en contra de la adversidad, nos entrega varias las escenas que no dejan de sorprendernos. Respecto
a lo anterior, es fácil empatizar con estos hombres que luchan no solo se empecinan en sobrevivir, sino que dan todo lo que pueden por mantenerse firme en sus ideales y seguir siendo dignos pese a las circunstancias. Por lo mismo, aún cuando hay mucho de
cobardía en algunos, en general brillan los valores del compañerismo, la
lealtad y el honor. Hasta quien luego
podría considerarse como el villano, detrás del giro argumental más impactante
de la obra, resulta ser un hombre que por el cual podemos llegar a “entender”
sus acciones.
La recreación del mundo polar es
impresionante, que en verdad llegamos a sentir frío cuando vemos los exteriores, que si bien sabemos que existen en esta tierra, parecen alienígenas; asimismo,
el interior de los barcos y todo lo relacionado con las actividades de los marinos,
está representado con cuidado y belleza.
En todo caso, hay unos cuantos flashbacks que nos muestran la vida en
Inglaterra, tan distinta a la zona donde transcurre en su mayoría esta obra;
dichos saltos al pasado ayudan a definir en parte a los personajes, en especial
a dos de aquellos más significativos para la trama. De igual manera, hay espacio para el pueblo
de los ya mencionados esquimales, quienes cumplen un papel relevante dentro de
este drama sobre la miseria humana y la vastedad del mundo que creemos conocer.
Las actuaciones son de primera y en general
cuesta decidirse por quién trabaja mejor, que más encima en uno de los protagónicos
se encuentra el veterano Ciarán Hinds (la imagen suya con el rostro compungido
por el mismo terror, es una de las imágenes icónicas de este programa). Y a esto se le suma un trabajo técnico y
artístico de primera, con momentos muy gores, estupendos efectos especiales y
una banda sonora que ayuda bastante a crear la atmósfera que nos atrapa de
principio a fin.
En cuanto al final y lo que podríamos
llamar el epílogo, les prometo que los impactará, que escapa de todo
convencionalismo y eso es para aplaudir en verdad.
Por último, el propio Dan Simmons ejerció de productor de esta serie (al menos en su primera temporada, que la segunda cuenta una historia por completo diferente, en una época y lugar distintos). Ya era hora que los productores hayan puesto su atención en la bibliografía de este autor, largamente ignorado en lo que a adaptaciones audiovisuales se refiere y es que salvo un episodio de la serie antológica Monsters (de principios de los noventa y que el mismo escribió sobre su cuento Metástasis), antes no habíamos podido ver nada más al respecto; es de esperar que pronto podamos disfrutar de otro trabajo suyo llevado a la pantalla chica o grande.
Cortitos, pero preciosos créditos de apertura.
Por último, el propio Dan Simmons ejerció de productor de esta serie (al menos en su primera temporada, que la segunda cuenta una historia por completo diferente, en una época y lugar distintos). Ya era hora que los productores hayan puesto su atención en la bibliografía de este autor, largamente ignorado en lo que a adaptaciones audiovisuales se refiere y es que salvo un episodio de la serie antológica Monsters (de principios de los noventa y que el mismo escribió sobre su cuento Metástasis), antes no habíamos podido ver nada más al respecto; es de esperar que pronto podamos disfrutar de otro trabajo suyo llevado a la pantalla chica o grande.
Cortitos, pero preciosos créditos de apertura.
Elwin: Muy buen recorrido por un autor que hay que reivindicar, principalmente por su calidad y por su buen hacer tanto en el terror como en la ciencia ficción. Sagas como las de Hyperion son obras maestras. El Terror es una gran novela y una excelente adaptación. También recomienda la segunda temporada de la serie, aunque es otra historia distinta.
ResponderEliminarUna sola corrección: "Frío como el acero" fue editado en 2013, también por La Factoría de Ideas. ¡Yo tengo un ejemplar!
Saludos
RICARDO
En verdad Dan Simmons es un tremendo autor para descubrir, redescubrir y difundir. Gracias, una vez más, por pasarte por acá, amigo.
Eliminar