viernes, 3 de mayo de 2013

La Consagración de Richard Bachman.

Richard Bachman/Stephen King.


I- Quién es (o quién fue) Richard Bachman.

     En el año de 1977 se imprimió y comercializó en USA una novela titulada Rabia (Rage en el original) de un escritor del cual poco se sabía y quien entre este año y 1984 llegaría a publicar 5 libros en total.  Los géneros pertenecientes a sus obras corresponderían a suspenso, terror y ciencia ficción.  Dentro de las características generales entre estas obras, se encontraba que: Eran obras de rápida lectura; poseían  una marcada preocupación por ahondar en el conflicto personal de sus protagonistas; contaban con la descripción de algunas situaciones bastante engorrosas y duras en cuanto a su dramatismo y carga de violencia; a su vez presentaban unas cuantas ideas bastante originales, entre las que se podía observar cierta postura política contestataria frente a los poderes fácticos (en especial en sus novelas The Long Walk, The Running Man y Road Work).  Pero la incipiente carrera literaria del autor se “acabó” pronto, puesto que para cuando el cuasi misterioso Richard Bachman publicó su última novela en “vida”, Maleficio (Thinner), al poco tiempo un tipo frente a unas cuantas sospechas acerca de la identidad de éste, se dedicó a recopilar información valiosa y a atar cabos sueltos, descubriendo que Richard Bachman…¡Era nada menos que Stephen King!
     En menos de una década publicando profesionalmente, King se había convertido en un famoso escritor de novelas de terror, por lo que ya hace rato había obtenido un montón de premios, como también seguidores, aparte de ser múltiples veces adaptado para el cine y la televisión con directores y actores famosos involucrados en dichos proyectos.  Fue así como ante el chantaje del investigador principiante, con la intención de no pagarle ni un dólar, el creador de Carrie y El Resplandor admitió públicamente que él era Bachman, quien había muerto de cáncer de pseudónimo como bien tuvo la ocurrencia de admitir a la prensa y a sus millones de lectores. A su vez le hizo un funeral simbólico a su alter ego y luego de ello siguió con su existencia normal de artista prolífico.
     Este hecho luego lo ocuparía el escritor como fuente de inspiración para realizar una de sus novelas más impactantemente violentas y logradas de su abundante bibliografía: La Mitad Siniestra (The Dark Half, 1989) y donde un escritor de obras “cultas”, quien escribe en secreto y con pseudónimo textos de un carácter mucho más visceral y opresivo, se ve obligado a reconocer la autoría de estos otros trabajos, lo que trae como consecuencia que el “espíritu” del pseudónimo lo acose (puesto que éste además se encuentra muy ligado a su propio pasado).  El libro tuvo una genial versión cinematográfica hecha por un gran amigo del escritor, nada menos que George Romero, la que data de 1993.
     Debido al impacto editorial que consiguió Stephen King desde su ópera prima con Carrie en 1974 (si bien ya antes había publicado varios cuentos en revistas, aunque todavía sin conseguir el estrellato y la fortuna), sus Best Sellers comenzaron a acaparar las estanterías de las tiendas, sacándose constantemente ediciones consecutivas de los mismo títulos (luego de Carrie, ya tenía Salem´s Lot y El Resplandor a su haber, tres trabajos bastante potentes).   Fue así como cuando King quiso sacar a la luz unos cuantos textos que había redactado en su juventud, ahora que ya tenía cierto poder frente a los medios, puesto que en su momento estas obras fueron rechazadas cuando las ofreció a numerosas empresas, sus editores consideraron inconveniente que lo hiciera, puesto que podía saturar el mercado con tanto trabajo bajo su nombre (aunque también se podía entender una leve sospecha ante la calidad de estos escritos primerizos).  Fue así cómo se decidió a editarlos con años de diferencia y bajo el pseudónimo de Richard Bachman para probar suerte y no tener mayores problemas.
    Por cierto, la elección del nombre del alias, bien pudo responder a un tributo del escritor de Maine a uno de los autores de quienes ha declarado ser gran deudor y admirador: Richard Matheson, responsable de joyas tales como Soy Leyenda y La Casa Infernal.  Además Matheson escribió El Increíble Hombre Menguante, siendo esta ultima obra varias veces mencionada en el mismo libro al que se le dedica en este post mayor atención; en ella su protagonista, tal como el de la novela de Matheson, se encuentra condenado a desaparecer en un proceso que implica que cada día que pasa se vea gradualmente el efecto de su trastorno físico (los dos empequeñeciéndose, si bien uno perdiendo estatura y el otro perdiendo peso). De este modo las vicisitudes del personaje principal de Maleficio, el nombre en español de la novela en cuestión, le recuerdan a la del famoso héroe de la inolvidable novela de Matheson, aún cuando ambos resultan bastante diferentes (el de King sufre un castigo por sus actos, mientras que el otro es nada más que una víctima inocente del azar o el destino; a su vez uno es un individuo virtuoso, en cambio el otro posee sus cuantas máculas a su haber).
    
El primer título en aparecer bajo el nombre de Richard Bachman, fue la mencionada Rabia.  Esta es una obra mordaz acerca de un escolar adolescente de coeficiente intelectual limítrofe, quien toda su vida ha padecido de las humillaciones y desgracias que su naturaleza y la sociedad lo han obligado a pasar; es así como un día armado con un arma de fuego, mata a su profesora y se decide a mantener encerrados a sus compañeros en el salón de clases.  Muchos años después de su publicación original, King decidió sacar de circulación esta novela, puesto que en uno de los tantos tiroteos estudiantiles provocados por jóvenes en escuelas de USA, se descubrió que uno de estos tenía como libro de cabecera dicho texto; este hecho preocupó al escritor ante el impacto nocivo que podía tener su literatura y al escándalo respectivo propagado por lo medios de comunicación, que pusieron en tela de juicio al artista.
     La Larga Marcha (The Long Walk, 1979) fue la primera novela de ciencia ficción publicada por quien sería luego tildado como “El Rey del Terror”, correspondiendo al llamado subgénero de las antiutopías (distopías o contrautopías como sinónimos) y consistente en mostrar un futuro en el cual la sociedad se encuentra bajo el yugo de un estado opresivo (siendo las novelas Fahrenheit 451 de Ray Bradbury, 1984 de George Orwell y Un Mundo Feliz de Aldous Huxley sus representantes más destacados).  Es la historia de un grupo de jóvenes de un Estados Unidos totalitario, que son elegidos para participar de una horrenda corrida que atraviesa gran parte del país y donde sólo uno de ellos puede ser el vencedor, mientras que el resto fallecerá o bien por cansancio, o bien ante el fuego de los soldados dispuestos a lo largo del camino para aniquilar a quien pare demasiado tiempo durante la travesía.  Esta idea de un particular circo de gladiadores moderno, con el correspondiente manejo populista de las masas para desviar su atención de los verdaderos problemas de la gente, teniendo además a adolescentes como sus competidores, fue luego el antecedente para títulos como la película japonesa de culto Batalla Real (basada previamente en una novela también nipona) y la serie de novelas de Suzanne Collins iniciada con Los Juegos del Hambre (de la cual ya hay un filme hecho) que presentan ideas similares.  A su vez, por años se ha esperado la versión fílmica de  esta obra, considerada por muchos de lo mejor de su autor, siendo que se ha llegado a decir que nada menos que Frank tenía hecho ya un guión al respecto, así como que estaba interesado en realizar dicho proyecto Darabont (cabe recordar que este fue responsable de algunas de las mejores adaptaciones cinematográficas del trabajo de King con La Milla Verde, Sueños de Fuga y La Niebla, además de ser el creador de la serie de televisión de The Walking Dead, basada en la saga de cómics del mismo nombre).
Ediciónes originales de los  libros,
antes de saberse "la verdad".
     Carretera Maldita (Roadwork, 1981) correspondió a la segunda novela de suspenso que Stephen King sacó bajo el pseudónimo de Richard Bachman.  Esta es la historia de un hombre cuya vida se está desmoronando poco a poco, primero en el trabajo y luego en su matrimonio, el cual ya desde hace un buen tiempo se encontraba en crisis debido a una triste pérdida familiar.  Por otro lado por donde vive, se está construyendo una moderna carretera, que entre otras cosas, implica que el protagonista debe dejar su casa en la que ha permanecido por años (entre ellos los mejores de su existencia), como ya lo han hecho varios de sus vecinos.  La irrupción de la carretera en edificación se convierte en una amenaza para el pasado al cual no quiere dejar este hombre, quien en un arrebato de locura, decide enfrentarse armado a quienes considera responsables de sus últimas desgracias personales.  La novela ahonda en la soledad de este miserable personaje, como ya había sucedido con los protagonistas de los dos libros anteriores surgidos al alero del pseudónimo Bachman y posee varios momentos memorables; por otro lado, retrata muy bien la psicosis gringa ante el problema del desmoronamiento del llamado “sueño americano”.
     El Fugitivo (Running Man, 1982), y cuyo cambio de título en español correspondió a un ejemplo más de lo que en aquellos tiempos tendían a hacer las editoriales españolas con los nombres en inglés, corresponde a la segunda obra de ciencia ficción de los trabajos de Richard Bachman; a su vez el autor volvió a jugar acá con los temas de la antiutopía y el espectáculo masivo de manipulación mental, como ya sucedió con La Larga Marcha.  En este caso se trata de un concurso de televisión donde los participantes deben escapar de sus depredadores humanos que si llegan a cazarlos, los matan de forma bastante violenta; considerando esto, tal como ya lo adelantó a su manera Ray Bradbury en la ya nombrada novela de Fahrenheit 451,  King logra visionar en esta obra suya el hoy en día tan popular concepto de reality show.  En 1987 se hizo una película de relativo éxito, la cual tuvo como actor principal a Arnold Schwarzenegger y a María Conchita Alonso, si bien esta adaptación difirió bastante del libro.
     En 1984 es publicado Maleficio (otro drástico cambio hecho a un título original en la traducción), el cual podría considerarse como la mejor obra publicada bajo pseudónimo por King.  No obstante se hablará en profundidad sobre ella en la segunda parte de este documento.
La ilustración que se dividió en dos para la edición
de las "novelas gemelas".
     Muchos años después de que se supo la verdad sobre Richard Bachman, King en uno de sus arrebatos de genialidad y experimento con la industrias literaria y publicitaria, decidió sacar uno de sus nuevos libros bajo su pseudónimo ya hace rato “bajo tierra”.  Así fue cómo en 1996 apareció para deleite de sus fanáticos la novela Posesión (The Regulators, por consiguiente una vez más los editores españoles se dieron el gusto de cambiar de forma drástica un título), la que salió a la venta el mismo día de otra obra suya, Desesperación, de modo que ambas fuesen consideradas como “novelas gemelas”.  Dicho nuevo texto perteneciente al ya ficticio escritor Richard Bachman, se suponía que correspondía a un título póstumo suyo, siendo encontrado entre viejos documentos que le pertenecían, por su viuda; la “engañosa” publicación contó con un breve prólogo que explicaba su origen y hallazgo.  Fue así como en los dos libros se muestra a un grupo de personas muy distintas entre sí, quienes deben vérselas con un espíritu maligno muy antiguo llamado Tak,el cual posee una crueldad extraordinaria y desea hacerse del control de un supuesto simple niño (ambos relatos usan a los mismos personajes, pero sus vidas y otros aspectos difieren considerablemente entre un título y otro).  Pese a la gran calidad de Desesperación (esta vez los españoles respetaron el nombre de la obra al ser traducido), Posesión no le llega a hacer honor.  En la edición original de ambos trabajos, incluyendo la española en formato de bolsillo, sendas portadas al unirse forman un solo dibujo, bastante bello por cierto.
     Poco más de 10 años después de aparecer Posesión, Stephen King quiso regalar a sus “lectores constantes”, como les gusta llamarlos con cariño, con un libro suyo que por años se esperó decidiera publicar; éste correspondía a uno de sus textos sin terminar de sus primeros años como escritor y que sus seguidores mas acérrimos bien sabían de su existencia: Blaze.  Fue así cómo tras por fin concluirlo y pulirlo al estilo actual suyo, el autor prefirió sacarlo como otro libro más “Bachman” en el 2007.  La novela cruce entre el policial y el suspenso, cuenta acerca de un hombre retardado mental que rapta a un recién nacido y la búsqueda desesperada para recuperar al bebé.   Como ya sucedió con la novela anterior a esta de Bachman, el tomo comienza con otra singular introducción, aunque esta vez firmada por su verdadero autor, quien aseguraba que fue la viuda de Bachman quien le pidió se encargara de sacar a la luz esta otra obra póstuma.  Un bello dato al respecto: Stephen King donó las ganancias de este libro “de baúl” a una fundación de beneficencia.
    Es de es esperar, tal como ha prometido el mismísimo King, que vuelvan a salir otros libros perdidos del “recordado” Richard Bachman.

II- El Maleficio (gitano).

     Thinner es el nombre con el cual Stephen King, bajo el pseudónimo de Richard Bachman, publicó su novela conocida en español como Maleficio durante 1984; a su vez fue éste el título que se volvió la “perdición” del ficticio escritor, puesto que en los formularios de registro de la novela aparecía el nombre de Stephen King, razón por la cual cuando se supo la verdadera identidad del autor del libro, éste debió reconocer su autoría.  Por otro lado, al leer esta obra y fijarse en su estilo, al comparársele con el de su autor real, quedaba claro su procedencia por dos razones más:
  • Al ser la primera obra de “Richard Bachman” de temática de terror sobrenatural, la manera de cómo se aborda el elemento fantástico, en cuanto al enfrentamiento entre el protagonista con su némesis, la inclusión de diálogos bastante incisivos, como espontáneos, el uso de constantes metáforas por parte del narrador (algunas de ellas no muy poéticas que digamos, pero sí efectivas en su manera visceral de referirse a unas cuantas situaciones) y en especial el final pesimista propio de King (donde ni el bien, ni el mal salen ganando)…otorgan en su conjunto a la narración su carácter “kingniano” como muchas otras obras del afamado escritor.
  • A su vez, en dos momentos de la novela, King se menciona así mismo, a manera de autohomenaje y/o intertextualidad, cuando el protagonista ve su propia desgracia como algo salido de una novela del autor de Cementerio de Animales (acá se hace referencia a Carrie).  Todo esto pareciera un intento inconciente o a propósito del autor para revelar la verdad ante el lector más atento, lo que en parte pudo ser la pista final para que lo descubrieran.

      La novela en cuestión trata acerca de un abogado exitoso quien está felizmente casado y posee una hija adolescente a la que adora.  El tipo resulta ser un hombre con unos cuantos secretos profesionales que lo relacionan a tratos poco éticos, por cuanto su naturaleza lo lleva a cruzar la línea de lo ilegal más de una vez, si bien no es lo que se podría considerar como a un hombre malvado (alguien prisionero de sus pasiones sí, cual personaje shakesperiano); en cambio es tan sólo un hombre débil más, quien resulta caer en la desgracia como consecuencia de sus pésimas decisiones, las que lo han llevado a cometer actos nefastos.  A su vez este abogado resulta ser un hombre con serios problemas de sobrepeso, característica suya que bien representa en el libro su personalidad materialista, como alguien fiel representante de las debilidades de la sociedad gringa actual, siempre con hambre lujuriosa por el poder avasallante.  Es así como un día mientras éste viaja en su auto junto a su atractiva esposa, por no estar pendiente del camino, atropella a una anciana mujer, matándola; cuando llega la hora de que se sepa la verdad, el abogado recurre a sus amigos para que lo saquen del apuro y quede impune frente a su irresponsabilidad.  Sin embargo al salir de tribunales con la certeza de que la pagado fácil, un viejo de aspecto siniestro se le acerca y lo toca en una mejilla, diciéndole solo “Más delgado” (“Thinner” en el original y que corresponde al titulo de la novela, que bien podría ser traducido también por “delgadísimo”).  A partir de entonces la vida de este corrupto leguleyo cambiará transformándose en una verdadera pesadilla, puesto que desde entonces irá bajando de peso de una forma asombrosa día a día, hasta quedar convertido en un esqueleto viviente.  Es cuando Billy Halleck, ése es su nombre, descubre que ha sido maldecido por un centenario gitano, puesto que a quien arrolló sin vergüenza alguna era a su pariente y además el anciano sabe la verdad acerca de su culpabilidad en la muerte de la infortunada (pues es un hombre con conocimientos que escapan al dominio de la mayoría y al del hombre moderno).  Ante su deseo de recuperar la normalidad antes de que el maleficio se lo lleve al otro mundo, Halleck hará todo lo posible por conseguir que su particular verdugo le revierta el mal.
      Resulta interesante ver cómo en la novela se aborda el tema de la justicia desde tres puntos de vista, los cuales corresponden a los siguientes:

  • Bajo la figura de Billy Halleck, se encuentra retratada la justicia occidental, la del “hombre blanco de ciudad” como le llaman despectivamente los gitanos.  Una ley y un orden que se suponen responden a unas pautas justas, pero que están expuestas a los caprichos de quienes las representan y quienes se permiten cometer los atroces actos que deberían sancionar, en vez de ser sus artífices.  Por todo esto, la novela expone la idea de que los poderosos son por lo general individuos corruptos o al menos débiles y no el derroche de virtudes que se supone deberían ser los representantes de la ley (juez y abogado respectivamente en el libro) y el orden (el jefe de policía amigo de Halleck).
  • En el personaje de Taduz Lemke, quien maldice al abogado, se haya la noción de una justicia mucho más antigua que la de la sociedad contemporánea; por lo tanto está más cercana a la del Código de Hammurabi y el “Ojo por Ojo”, teniendo como consecuencia el derecho sagrado de la venganza por parte de las víctimas.  Esta idea de justicia no es ciega como se supone es la que se defiende en los tribunales de nuestro mundo, si no que se amolda a cada caso y es por eso que cuando Lemke castiga a los culpables, a cada uno de ellos le otorga su propia maldición según sus propios méritos: a uno a desaparecer consumiéndose tras perder su propia apariencia de hombre opulento, a otro podrido tal como es su supuesto corazón enfermizo y a un último bajo la apariencia de un reptil humano, como el ser rastrero que demostraba ser.  A su vez esta variante de la ley si bien es practicada por el hombre, conlleva un supuesto origen divino, por cuanto escapa al control del ser humano en general y sólo poseen su control individuos con cierta sabiduría como para ser depositarios de tales atributos (en otras palabras, los elegidos).
  • Por último, el mafioso Richard Ginelli viene a representar una concepción más brutal de la justicia humana, algo así como una fuerza de la naturaleza destructiva que no se detiene ante nada cuando se lo propone.  Es la justicia del criminal, del sádico y del loco, pero el cual pese a gozar ante el poder que le otorgan su poder y determinación, posee un marcado sentido del honor al que sigue y respeta (de modo que sigue ciertas reglas para actuar y hacer caer el peso de su fuerza sobre quienes corresponde).

     “A la miseria le gusta la compañía”; todo porque éste es incapaz de asumir por completo su papel dentro de los infortunios que se han producido (teniendo en cuenta lo que él y su esposa estaban haciendo dentro del auto al momento de atropellar a la gitana y la actitud cobarde de Halleck, su desapego a la responsabilidad recuerda, guardando las proporciones claro, a cuando en el texto del Génesis Adán le echa la culpa a Eva de llevarlo a cometer pecado, puesto que en ambos casos es el hombre quien acusa de lascivia a la mujer y no reconoce la suya propia). 
Considerando lo que le ocurre al protagonista, es importante tener en cuenta cómo esto además sirve para tratar las problemáticas de la responsabilidad y la culpa.  Por lo tanto, más que de asesinato, Billy es culpable de abusar de su cargo y conexiones, para provecho propio y en desmedro de quienes se supone debería defender: los inocentes.  Cuando ocurre el infortunado accidente, algo de responsable se siente; por consiguiente le llega la culpa primero como cierto remordimiento y luego como pesadillas provocadas por su miedo ante la fuerza superior de la que ha entrado en conocimiento, lo que le enseña que no es nadie comparado con los que realmente están por sobre él.  Es entonces que el abogado para no asumir por completo sus responsabilidades, comienza a ver a su esposa como verdadero origen de sus cuitas, puesto que como dice el dicho
     La novela cuenta además con unos cuantos diálogos en romané, el idioma de los gitanos, los que para otorgarle una mayor atmósfera de misterio y misticismo, no son traducidos en el libro.  Por otro lado la apariencia ominosa de Lemke con su nariz macilenta, le otorga realce a su dimensión sobrenatural y ambivalencia frente a si es o no un hombre malvado o sólo alguien diferente, como el resto de su pueblo, siendo además quien hace justicia cuando ésta hace falta (lo que lo convierte no sólo en un individuo extraordinario, si no que en alguien alejado del resto, por lo que incluso para los suyos será visto como alguien lejano, un hombre raro y temido por excelencia).
     Por cierto, la novela se encuentra dedicada a la esposa de su creador, si bien en este caso le llama Claudia Inez Bachman (en vez de Tabitha King como bien se sabe es su nombre).
     El final del libro es a su vez uno de los mejores del autor, donde se muestra cómo el orgullo humano no es nada comparado ante las fuerzas que están por sobre nuestra fragilidad humana; a su vez muestra que la verdadera justicia al final siempre llega.

III- La película.

   
Afiche de la película.
En el año de 1996 se estrenó un muy buen filme basado en la novela que inspira este artículo. Su director fue Tom Holland, quien antes de filmar esta cinta, ya había brillado con películas de culto tales como Frigth Nigth (de la que hace poco se hizo un interesante remake) y Child´s Play (conocida en estos lares como Chucky el Muñeco Diabólico).   La película contó con las excelentes actuaciones de Robert John Burke como Billy Halleck, Joe Montegna en el papel de Ginelli y un soberbio Michael Constantine en un maquillaje que lo hacía verse irreconocible, como el aterrador Lemke.
    Mención aparte hace el soberbio maquillaje bajo el trabajo del consagrado Greg Cannon, quien supo tanto mostrar los terribles efectos de las maldiciones en los tres culpables, como en diseñar a un Taduz Lemke más que convincente y mostrar de a poco la degradación física del protagonista, partiendo por su obesidad mórbida, hasta mostrar sus máximas consecuencias; también se muestran en el filme unos cuantos horribles cadáveres y otros efectos de maquillaje soprendentes.
     La música estuvo a cargo de Daniel Licht, quien le supo otorgar preciosos acordes de corte étnico a su sugerente banda sonora; siendo éste un músico especializado en aportar con su arte al cine de terror de bajo presupuesto, con muy buenos resultados.
     Stephen King hizo un gracioso cameo en el largometraje, teniendo unos cuantos diálogos.
     El mismo Tom Holland fue coguionista de la adaptación y tan solo el año anterior a producir Thinner había filmado su primera adaptación de una obra de King, eso sí, para la televisión, con Los Langolieros.   En el guión de Thinner Holland y su compañero de trabajo, fueron bastante fieles a la novela original, si bien fueron lo suficientemente inteligentes como para hacer sus propios aportes, que lograron darle a la película un espíritu propio.
El aterrador Taduz Lemke de la versión cinematográfica.

6 comentarios:

  1. Lo que son las vueltas de la vida. Me explayo: la navidad del 2011 recibimos todos por parte de mi padre novelas de Stephen King. Todas, con la excepción de Rabia, fueron títulos bajo el seudónimo de Bachman. Irónicamente aquel apellido no me era ajeno en conocimiento, lo cual se relaciona a mi limitada pero apasionada trayectoria en videojuegos.

    Entre mis favoritos se hallan las tres primeras entregas del ya conocido y hoy sobreexplotado "Silent Hill"; perteneciente al género de supervivencia al horror, fundado por el incluso más conocido "Resident Evil". Volviendo al caso: todas las calles del pueblo homónimo al juego son nombradas a partir de escritores que influenciaron tanto la trama como la atmósfera de la experiencia, siendo la calle principal el «Camino Bachman» y, como dato adicional al presente texto, otra de ellas es la «Calle Matheson».

    No menos curioso invoqué los conocimientos de Google, los cuales me indicaron el origen de Bachman. Y yo, desconociendo los títulos bajo ese nombre a la fecha, recibí "Thinner"; mi primera novela EVER del autor.

    Ávido por la tan renombrada experiencia kingueana, terminé engulliendo el libro en menos de tres días. Y debo admitir, Bachman... King es un maestro de la atmósfera. No solo por sus planteamientos (también admirables en "The Long Walk" y "The Running Man", los otros títulos que recibimos y que engullí con similar apetito) sino en el desarrollo de sus tramas.

    La "Maldición", como lamentablemente adelanta el título, no comienza como tal. Sino va formándose como una lejana e inverosímil sospecha tanto en el protagonista como el lector; explorando la eliminación de razónes médicas, físicas y finalmente lógicas que van formando un progresivo horror hasta la segunda mitad del libro que correspondería a un largo clímax que culminaría con la castración del lector a través de la resolución. Una muy típica en King, al menos en sus obras como Bachman.

    Y creo que es ese mi problema en específico con King. Hay un universo imperante, rico en detalles, "insights" sociales, tensiones y conflictos que en una situación hipotética son totalmente plausibles. En ese caso, yo como lector me entusiasmo mucho con sus premisas (a pesar de mi opinión sobre el autor) y no termino decepcionado, sino "castrado". Como obteniendo el más inusual de los desarrollos recibiendo el más clichés de los finales. Tal es el caso de "The Shinning", y la evidente forma en que el mismísimo Kubrik hace burla de eso en su adaptación y en el violento cambio que surge tanto en la atmósfera como en los personajes, más notablemente en el rol de Nicholson (y que como dato anexo, enfureció a King).

    No creo que King sea un mal autor, para nada. Es creo uno de los autores más carismáticos de la historia reciente por la forma en como se relaciona con sus lectores, sus historias y sus mismísimos alter egos. En cabal, pienso que lo que ahce único y grande a King es la experiencia no de leerlo sino de vivirlo. Es él quien hace que leerlo y disfrutarlo sea parte de un club inintelegible que va desde sus cimientos como novelista hasta sus detalles como persona. En ése sentido es un hito reverenciable no a la historia de las novelas sino a la de los autores. Lo cual, en mi específico punto de vista, no lo hace necesariamente un autor que satisfaga mis ímpetus lectoriles o, más tajantemente, un autor perfecto. Pero, admito, que es tan relacionable como la energía que el autor del Cubil otorga a sus propias publicaciones. Algo digno de admirar.

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  2. Dios mío. Ese hombre es genial. Creo una especie de alter ego para publicarse a sí mismo... cualquiera diría que siendo quien es, no tendría problemas de lanzar el libro que quisiera!
    Y ademas, convierte la anécdota en tema para seguir escribiendo.
    Bien decía Wilde, que la vida imita al arte, mucho mas que el arte a la vida=)

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  3. Qué precioso lo que escribes a raíz de mi humilde texto, que me emocionaste, pues me doy cuenta cómo nuestras experiencias nos unen y el disfrute de la obra de arte permite contemplar la belleza de esta misma. Una buena historia puede sobrecogernos, no sólo divertirnos. Has sido afortunado con el hecho de que fuese tu propio padre quien te llegara con el regalo sorpresa de tanto libro de King (en mi caso, yo fui quien pidió sus libros por primera vez, hace muchos años ya, al salir de segundo medio, como regalo de Navidad); lo que sí estoy seguro, es de que cada uno ha tenido una bella experiencia con el trabajo de este autor.

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  4. Querida Damablanca, lo que dices es cierto y esto de Bachman es una de las tantas genialidades de "Esteban Rey".

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  5. Con este artículo se me aclaran algunas dudas. Los editores españoles publicaron muchas veces las novelas de Richard Bachman como obra de Stephen King, si acaso en reediciones como "Stephen King firmando como Richard Bachman". Cuando leí "La larga marcha" y "El perseguido" venían firmadas por King ¡y de Bachman no se hacía la mínima mención!. El caso es que al leerlas la sensación que tuve fue "Es extraño, no es el estilo habitual de Stephen King". Supongo que pensaron que los libros se venderían mucho mejor así.

    Elwin, ahora me he quedado con ganas de leer "Maleficio" porque el análisis que haces es muy sugerente. Espero que mis muy rudimentarias nociones de romanó me permitan entender esos diálogos que están sin traducir.

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  6. Pues me alegra, Tomás, de haberte aclarado algunas cosas respecto a esta interesante faceta de nuestro querido autor. Respecto a la novela misma, en realidad es altamente recomendable, lo mismo que su versión cinematográfica.

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