miércoles, 30 de septiembre de 2020

Debut y despedida.



     La saga juvenil de ciencia ficción y fantasía de Artemis Fowl  de Eoin Colfer, en publicación desde 2001 y que a la fecha lleva 8 novelas, más unos cuantos cuentos y un libro anexo, ante su popularidad y calidad hace rato que solicitaba alguna adaptación audiovisual (para el cine o la tele); es así que más de un estudio y cineasta se interesaron en el tema, sin embargo para que esto fuese posible, el camino fue algo tortuoso, como en muchos casos con algunas otras obras literarias de éxito actuales y solo este año en plena pandemia fue posible ver la película hecha por Disney a través de su plataforma de streaming.  Se suponía que iba a estrenarse el año pasado en agosto, siendo que los afiches estaban en el cine desde febrero más o menos; no obstante, por una u otra razón se postergó su debut para marzo de este 2020 y debido a la cuarentena por el Covid-19, al final decidieron ofrecerla como uno de los “aperitivos” de su competencia a Netflix, Amazon y otras compañías similares…¡Pues menos mal que no me gasté la plata, ni el tiempo en ir a verla! (y mucho menos consiguieron convertir su producción en una razón de más para tener Disney+).
     Dirigida por un director tan talentoso como Kenneth Branag, ante la noticia de que este iba a ser el responsable (un shakespereano de pura cepa), se podía esperar una adaptación que le hiciera justicia al material original, mezclando  a la perfección entretención con calidad artística…Pero esto no fue así y por ello no sé si echarle la culpa al artista (quien, además, es un destacado actor), por haber filmado una obra carente de toda sensibilidad y realizarla solo por encargo, quedando demostrado que no basta con poseer un presupuesto millonario para conseguir la atención (y respeto) del público.  Más bien me afirmo en la incapacidad de quienes hicieron el guión, tomando como base los dos primeros libros de la saga, recortando y agregando por acá, inventando unas cuantas cosas por su cuenta y blanqueando de manera espantosa las caracterizaciones de los personajes, para hacer algo infantil y tan asquerosamente políticamente correcto (como en el último tiempo, le ha dado por hacer a la empresa del Ratón Mickey, unas veces con éxito y otras de manera espantosa), que dudo que un espectador adulto “inteligente” y/o alguien que haya leído y adore esta saga pueda ver (y terminar) sin bostezar, aburrirse y maldecir a los cuatro vientos el engendro hollywoodense que es esta cinta.
    A ver de qué va la ficción creada por Artemis Fowl, al menos en lo que concierne a su primera entrega, que era lo que habríamos esperado se versionara con dignidad:
    Artemis es un genio que, solo a los 12 años de edad, ostenta con orgullo ser el único heredero de una familia irlandesa de rancia alcurnia, si bien esta es más conocida por los bajos fondos debido a su preferencia por la estafa, robo y el comercio ilegal.  Con un padre desaparecido que lo más probable esté muerto y su madre sufriendo postrada y demente, ha decidido aprovechar sus conocimientos de la existencia del mundo mágico (del que, por supuesto, pocos seres humanos tienen claro de su existencia), para extorsionar a su gente y conseguir oro de ellos y así salvar de la bancarrota a su familia.  Con tal propósito lleva a cabo nada menos que el rapto de un agente policial mágico, aunque no todo es tan sencillo y debido a ello pasa por una y otra peripecia.  No obstante, lejos lo mejor de todo es que este primer encuentro entre el protagonista y sus compañeros con las criaturas del submundo, termina por unir sus vidas de manera muy estrecha, tal como iremos comprobando con cada nuevo volumen de la serie; asimismo, que quede claro que el propio Artemis, casi un solitario y sin amigos verdaderos comienza a cambiar para bien a partir de esta aventura.

 

    La verdad es que tan solo teniendo como fuente el primer libro (que tampoco es necesario ser fiel en un 100% a lo que ocurre en él), tenían de sobra para armar un buen filme, donde lo primordial debe ser entretener a la audiencia y conseguir con ello las divisas suficientes, como para exprimir esta gallina de huevos de oro hasta donde se les diera la gana; no obstante, el resultado fue espantoso, pese a que además contaron con dos grandes actores británicos: por un lado la veterana Judi Dench (una verdadera dama de la actuación, versátil como ella sola y que de solo verla actuar ya por lo general la película donde sale, tiene una razón de sobra para que valga la pena) y el guapo Colin Farrel, tan buen actor y versátil, que al igual que su colega ha incursionado bastante en el cine fantástico y de ciencia ficción.  Sin embargo, la contratación de los anteriores, sumado a Branag, no sirve de mucho si el guión está lleno de baches y, más encima, la caracterización de los personajes resulta ser plana, poco atractiva y hasta estereotipada, algo por completo alejada de lo conseguido por el escritor en sus textos.
   ¿Y por qué pasó lo anterior, si bastaba no más con ser inteligente y usar en su justa medida el material creado por Eoin Colfer? Pues que optaron por hacer algo “para toda la familia”, dejando de lado los aspectos más “oscuros” de la trama, los que implican la personalidad ambivalente del mismo Artemis, los rasgos de su familia y otros elementos propios de los demás personajes que pudiesen “herir la sensibilidad” de los más pequeños o los adultos conservadores de lo que esperarían, supuestamente, de una obra para divertirse sin mayores complicaciones argumentales.  Igual todo esto es incomprensible, me refiero a lo de suavizar tanto la trama y la conducta de los personajes, en una época en la que los gustos cinematográficos de la gente han cambiado y hasta se han sofisticado (o adaptado) como para aceptar un mayor nivel de violencia (explícita o implícita), héroes no tan idealizados (antihéroes) y problemáticas realistas, que hagan más verosímil el guión, pese a tratarse de una ficción de tipo fantástica.
    Por mi parte, tantos cambios realizados a un libro muy querido por mí, me parecieron una verdadera falta de respeto a lo hecho por su creador, a los seguidores de la saga literaria y al público en general ¿Tan tontos nos creen? ¿Y qué pasa con los artistas que firmaron para realizar este trabajo? (supongo que solo intentaron hacer lo mejor que pudieron). Por todo esto, culpo por entero a los guionistas y a los productores.  ¿Saben qué? Vayamos por parte, mejor, a la hora de referirme a los mutilamientos y/o deformamientos de lo que pudo ser y al final fue:
 
1. Hay que partir por el personaje que le da nombre a la saga y si bien a partir del segundo libro, el protagonismo será compartido junto a otros.  Pues este sucedáneo de Artemis Fowl carece de todo: No se ve tan increíblemente inteligente como el original; asimismo, no es un pequeño Maquiavelo, sino que solo realiza sus actos en contra de las criaturas mágicas, obligado por su deseo de salvar a…Por otro lado, carece por completo de carisma y el actor que lo interpreta lo hace pésimo, no convence por ningún lado.
 
2. Holly Canija tampoco consigue simpatizar y con lo infantil que se ve por la actriz que escogieron para interpretarla, no te creo eso de que tiene unos ¿70 años? Se supone igual debía verse mayor que su contrapartida humana y dicho detalle es uno de los puntos fuertes de la saga, debido a su contraposición con Fowl en cuanto a su madurez, lo que acá tampoco se aprecia.  Cabe mencionar que intentaron darle en esta versión descafeinada, un drama personal con lo de su padre, pero no le sacaron provecho y lejos era mucho mejor sus problemas al ser el primer elemento femenino en el cuerpo policial, considerando respecto a esto la especial relación con su jefe…Sin embargo (y he aquí la mayor estupidez, cuando se les pasa la mano lo de la diversidad y tolerancia al Disney actual), al eliminar el problema de la misoginia, que era uno de los puntos fuertes del primer libro, le quitaron valor al personaje que luchaba por hacerse un espacio entre los demás agentes y lo volvieron aún más infantil tanto a esta Holly, como al argumento de esta olvidable cinta.
 
3. Uno de mis personajes favoritos del ciclo, es el “ladrón de buen corazón” Mantillo Mandíbulas, un enano como es habitual encontrar en la literatura fantástica, si bien Eoin Colfer le da a su raza unos muy interesantes rasgos nuevos…¡Y acá lo convirtieron en el narrador de la historia y más encima en un enano “que no es enano”! Por otro lado, "así como así" se hace amigo de Artemis, amistad que pronto nace también con la propia Canija (entiéndase todo esto como “simplifiquemos todo y que las cosas sean fáciles para todo el mundo").
 
4. Mis respetos para el comandante Julius Remo de los libros, varón y que acá es mujer…Bueno, su cambio de sexo no me disgusta, que más encima acá es el rol que le toca encarnar a Judi Dench…¡Mas aún así esta apenas tienen la mitad de su versión literaria! Salir seria casi toda la cinta, no convierte a esta adaptación del jefe de la PES, en un personaje que sobresalga por ser distinto al resto; además, está tan mal perfilada esta Julius, que la misma Dench ni siquiera tiene oportunidad de sobresalir.
 
5. Con el centauro Potrillo hicieron algo aún más horroroso…Ningún problema en que sea “negro”, pero ese corte de pelo ¿Moderno?, esa faldita horrible que lleva y esa personalidad sin toda su soberbia, que hacía deleitarnos a quienes lo conocimos leyéndolo, me parece más bien otro yerro a la hora de querer apelar a la diversidad (¿Acaso quisieron incluir de manera encubierta a la comunidad LGTB con esta versión de Potrillo?)
 
6. Mayordomo es demasiado espectacular en los libros y por eso tiene tantos admiradores entre los lectores.  Es un hombre “de pelo en pecho”, un arma humana y aún así alguien con una nobleza que nos hace amarlo…Quedaba claro en las novelas que era blanco y de cabeza rapada (¿O calvo?) y acá nuevamente le cambiaron la etnia para hacerlo afroamericano, aunque ¿Con ojos azules? ¡Qué falta de respeto a los mismos negros! Y para peor, este Mayordomo de pacotilla llora por cualquier cosa (que no sé de dónde sacaron que eso puede ser chistosos). Por favor, no escupan más a nuestra inteligencia.

7. Mayordomo tiene una única hermana, mucho menor que ella, que es fantástica y acá aparece como su sobrina.  En los dos libros donde sale destaca bastante, en cambio en el filme es mero comparsa. 

8. Un tremendo villano de la saga es la elfa Opal Koboi, sin dudas que uno de los grandes aciertos del creador de la serie y quien aparece a partir del segundo libro; pues acá la introdujeron envolviéndola en un misterio sobre su identidad, con la intención de seguro resolver esto ante una eventual segunda película (algo que OBVIAMENTE ya no será…para fortuna nuestra).  Empero su presencia está malgastada y lo que pudo hacer más interesante la trama, se queda en solo una intención y nada más.
 
9. Eliminaron por completo la relevante trama de la madre de Artemis y en cambio pusieron a su padre, este interpretado por Colin Farrel, otro tremendo desperdicio de actor, ya que tampoco tuvo mucho material dramático para hacer un trabajo al menos aceptable…Y lo peor respecto a este secundario, una vez más le aplicaron un “lavado de cara”, al hacer que no sea el malhechor que en los libros era, sino que aparece hasta como héroe…¡Puaj!
 
10. Por último, hay efectos especiales digitales que en un filme de los noventa o de la década pasada los habría aceptado sin problemas (como lo hicieron con el troll que aquí aparece), pero a estas alturas ya no es posible cuando hasta en televisión tenemos mejores resultados al respecto.
 
   Luego de todo lo afirmado, me alegra que hayan sido solo poco más de una hora y media de decepción tras decepción.


                                                                                 Tráiler. 

domingo, 27 de septiembre de 2020

Niños + Monstruos + Terror = Una fórmula perfecta (I)


 1. Otro tópico de peso dentro de la literatura de miedo.
 
   Desde los clásicos cuentos de hadas, podemos encontrar historias donde abundan ejemplos con los ingredientes mencionados.  Se trata de una mezcla que no solo entretiene, sino que atiende a un montón de miedos a los que responden tanto los mismos niños, como los adultos: Y es que en ambas edades, es posible sentir temor ante cualquier cosa que se aleje de la "normalidad" y/o que atente en contra de nuestra seguridad; luego, tener a menores de edad expuestos a peligros de tipo sobrenatural o al menos a algo extraordinario, no deja de llegarle a la médula al adulto, tanto por el deseo de proteger a los indefensos, como por recordarnos nuestros propios miedos de infancia y que muchas veces aún mantenemos con el paso de los años.  Por lo tanto, un buen narrador de relatos de terror, que se precie de conocer los temores de sus lectores y jugar con ellos para asustarlos, al menos escribirá un par de textos en los que se presente la nomenclatura que titula nuestro post de esta ocasión...Y un maestro como Dan Simmons, no podía dejar pasar una oportunidad como esta; de modo que entre sus mejores obras del género y/o más famosas, se encuentra la que hoy revisamos: Un Verano Tenebroso (Summer of the Night, 1991) de Dan Simmons.
 
2. Una novela para disfrutar y no olvidar.
 
    Ambientada en el verano de 1960 en un pueblito campestre de Estados Unidos, nos cuenta de un grupo de amigos preadolescentes (6 varones y una niña), quienes poco después de terminar el periodo escolar y cerrar supuestamente para siempre sus puertas el colegio donde iban, descubren la existencia de una confabulación de tipo satánica para apoderarse no solo del lugar.  Como es de esperarse en este tipo de títulos, ellos serán los únicos que pueden detener lo que se avecina, puesto que... ¿Qué adulto les va a creer respecto a lo que está pasando en las sombras?
   Unas cuantas semanas pasan a lo largo del libro, que nos atrapa desde principio a fin, donde el temor y rechazo al mismo colegio de muchos chicos se lleva a límites ingeniosos y lo mismo que el miedo hacia los adultos extraños, en lo que viene a ser toda una tradición del género y donde el mejor antecedente (y con un ambiente igualmente rural) puede ser La Feria de las Tinieblas de Ray Bradbury.
     Acá nos encontramos con un interesante misterio de supuesto carácter histórico, que la estupenda prosa de Simmoms en verdad nos hace creer en los datos que nos entrega, como si hubiese pasado lo que uno de los protagonistas descubre y donde una vez más se detalla la existencia de un mal antiquísimo, al que no le faltan adeptos humanos deseosos de poder y gloria. Por lo tanto, seremos una vez más testigos de la eterna lucha entre el bien y el mal, donde solo la fe, la lealtad y el compañerismo enarbolados por un grupo de muchachos comunes y corrientes es nuestra única defensa.
    La novela posee lo elementos habituales a la narrativa de terror, rescatando varios de ellos que resultan ser atractivos de los lectores: Sociedades secretas, muertos que regresan de la tumba y unos monstruos espantosos que responden a nuestras fobias más primitivas.  No dejan de estar presentes las descripciones explicitas de las atrocidades, lo que implican muertes en circunstancias muy del gusto de quienes esperan gore; de igual manera, hay verdaderos momentos de horror, que como ya sabemos los niños frente al mal en cualquiera de sus manifestaciones no deja de sobrecogernos y más si ello despierta los propios miedo a la oscuridad y a aquello que acecha en medio de las tinieblas (aprovecho de contarles que les leí un pasaje al respecto a mis alumnos en una de mis videoclases y les impactó bastante).
     En tapa dura y de dimensiones considerables (que es la edición que este servidor posee), son poco más de 600 páginas.  Hay un montón de personajes, muchos de ellos carismáticos y así como los niños son caracterizados con credibilidad, sin mencionar a varios adultos que por igual nos resultan simpáticos, pudiendo identificarnos con uno u otro sin mayores problemas.

 
3. Valores del libro.
 
   Tal como ya se esbozó más arriba en pocas palabras, corresponde a un libro que habla acerca de las maravillas de la infancia y no solo de los años juntos a los amigos y familiares en cualquier ambiente, sino que ello ocurre en el campo.  Todo esto en 1960, en los albores de una década que se va a caracterizar por sus convulsas revoluciones sociales y de lo que algo se detalla en medio de sus páginas, cuando se menciona la carrera espacial entre Rusia y Estados Unidos.  Pero más allá de eso, los protagonistas viven su mundo (que poco a poco irá siendo invadida su normalidad infantil, por las fuerzas siniestras, tal como en el caso del niño de la cinta de tal época: Invasores de Marte) en una zona privilegiada y hasta idílica a simple vista: juegan al aire libre, practican deporte y se dedican a quehaceres que los preparan para la vida adulta (como ayudar con las cosechas, cuidar a los hermanos menores o repartir periódicos); algo que hoy día menos jóvenes conocen desde su propia experiencia y donde los artilugios de la computación los tienen frente a una pantalla atontados y gordos con tanta comida chatarra...Ahora bien, tampoco se trata del lugar perfecto, que hayamos delincuencia juvenil, corrupción, alcoholismo en la familia y hasta abandono paterno-filial; no obstante, estos pequeños héroes cuentan con ellos mismos y la propia calidez de sus corazones para salir adelante frente a esto (las mismas virtudes que les ayudarán a enfrentar y superar a los "malos" de la historia).
     Luego está, como no, el tema de la amistad.  En este caso, volvemos a la noción de la fraternidad entre varones y donde aparece una chica (en muchos sentidos distinta al resto), cada uno con sus propias cualidades diferenciadoras y donde pesan más los puntos en común que los unen que sus singularidades.  Al respecto, el escritor sabe llegarnos al corazón y encontrarnos acá momentos de gran emotividad y coraje, en especial cuando para sorpresa nuestra hace que uno de ellos muera a mitad de la novela y luego "veamos" cómo cada uno de ellos pasa por el luto a tan temprana edad.
    También destaca el tema del amor familiar y donde podemos hayar varios ejemplos sublimes, que si bien en general los adultos cumplen un papel pasivo frente a lo que está pasando (salvo los villanos y un puñado de mayores que sobresalen como aliados de los héroes), se pueden mencionar la misma relación entre los dos hermanos que forman parte del grupo protagonista, la presencia de un tío como figura paternal, el amor no verbalizado entre un padre y su hijo pese a las debilidades del primero y la tierna adoración hacia una abuela.
    Asimismo, uno de los protagonistas, pese a su pequeña edad, es un católico practicante y de ese modo buena parte de sus actividades relacionadas con ello se describen de manera amena y aun así sin caer en el proselitismo.  El mundo de la fe religiosa desde el punto de vista de los laicos es abordado con naturalidad.  Luego, al ser esta una obra que describe la existencia de un horror sobrenatural, será justamente este tipo de creencias una de las armas para enfrentársele.  Respecto a todo esto, cabe destacar la figura de un joven sacerdote católico, con quien el chiquillo en cuestión tiene una férrea amistad; es en esta relación, que resulta plausible cómo se desarrolla y que nos sirve de ejemplo para retratar una fraternidad en estas condiciones y cuando en una época como en la que vivimos, por culpa de algunos depravados no falta quienes sospechan de cualquier religioso católico.
    Por otro lado, no deja de estar presente el tema de la madurez, puesto que la novela hace que chicos enfrentados tanto a dilemas de la vida cotidiana como a los particulares villanos que se les cruzan en su camino, vayan creciendo y madurando.  De hecho, algunos de ellos resultan ya bastante maduros, pese a que mantienen sus gustos por los juegos y razonen de cierta manera en determinadas circunstancias.  La cercanía a la idea de la mortalidad propia y de los seres queridos, resulta ser primordial en la vida real y por ello la literatura no deja de retratarlo; por igual, el comienzo de la cercanía hacia la sexualidad no deja de estar presente, que en sus páginas habrá al menos un episodio que por mucho que pueda resultar “fuerte” para algunos lectores, tampoco se trato de algo inusual cuando estamos hablando de las mismas historias que nos podríamos contar sobre nuestros últimos años de infancia.

miércoles, 23 de septiembre de 2020

Lo que fue de La Dimensión Desconocida en los ochenta.


 1. Antecedentes.
 
    Con el título original en inglés de The Twilight Zone (La Zona Crepuscular), si bien fue estrenada en 1959, la serie creada por Rod Serling al llegar a tener 5 temporadas, se convirtió en uno de los 3 shows televisivos gringos de ciencia ficción, fantasía y terror, que dejaron huella para siempre a nivel internacional (a ver...¿Quién me dice cuáles son los otro que tienen dicho honor?).  Fue así que el programa de carácter antológico, se convirtió en parte de la cultura de masas, sin dejar de lado la valoración de su claro nivel artístico; ello gracias a numerosas historias inolvidables, entre  las escritas por Serling y otras por las manos de grandes narradores literarios como Richard Matheson, Ray Bradbury y Charles Beaumont.
      En 1983 algunos de los directores de cine fantástico y de ciencia ficción más exitosos de la época, liderados por Steven Spielberg, quisieron rendirle tributo a La Dimensión Desconocida; para esto rodaron nuevas versiones de algunos de los episodios más célebres escritos por el propio Serling, insertadas todas dentro de una película que aprovechó los avances en los efectos especiales y el mayor presupuesto millonario.  El éxito del filme quedó en la retina de los espectadores, recobrando las ganas de volver a ver el viejo espectáculo que originó tal obra y descubriéndolo las nuevas generaciones este verdadero legado de la televisión, por no mencionar a los empresarios del rubro que se encontraron con otra mina de oro para explotar...Fue así que las bases se cimentaron  para que en un futuro próximo, volviera la Dimensión Desconocida y esta vez por medio de nuevas historias para la pantalla chica.
 
2. Recuerdos de la Dimensión Desconocida.
 
    Dentro de los programas de TV que veía religiosamente de niño en los ochenta (no recuerdo bien si era los lunes o martes, aunque no hay dudas de que lo hacía durante la noche), por supuesto que se encuentra el título que hoy nos reúne.  En aquella época, ignoraba de que se trataba de la actualización de una serie más antigua y solo ya adulto (tan solo durante esta década que ya termina) vine a ver entera la génesis de todo esto.
    Para la mente impresionable de un pequeño que tenía poco más de 10 años entonces, era claro que muchas de las escenas e ideas de dichos capítulos se me quedarían grabados para la posteridad; sin embargo, nunca recordé con detalles esos capítulos, que solo algunos pocos pude repetirme gracias a las reposiciones.
    Me volví a ver algunos de sus episodios, por medio de unos DVDs piratas que compré hace años atrás, pero solo  a causa de esta cuarentena que ya lleva más de seis meses (que al ser profesor, tengo la suerte de trabajar desde casa, para cuidar a mis alumnos y cuidarme a mí mismo), luego de pillarla en YouTube, me reencontré con ella y de ese modo conseguí hacerme una imagen más completa y adulta al respecto.  No se encuentra en la mejor calidad, que se nota corresponde a una grabación de cinta casera y luego digitalizada gracias a un buen samaritano; no obstante es lo que hay y como decimos acá en mi país: "peor es mascar lauchas".

 
3. De qué iba.
 
    Tal como ya se dijo más arriba, el programa duró 3 temporadas, emitiéndose entre 1985 y 1989 y ello a través de 65 capítulos , estos de distinta duración (los más cortas, se daban junto a otros de igual o distinto metraje).
    Basada generalmente en su mayoría en guiones originales, adaptó también a varios escritores de renombre y destacando entre ellos Stephen King (la segunda adaptación para la tele de una obra suya, luego de años desde que a finales de los setenta, Tobe Hooper realizó magistralmente su versión de Salem's Lot) y la única vez en que hasta la fecha, se ha hecho alguna recreación audiovisual de un texto de Robert McCammon; el primer caso corresponde a Abuela, que a mi humilde opinión no está al nivel de episodio basado en Rondadores Nocturnos, de McCammon, una joya de la época y bastante aterradora.  Asimismo, se realizaron nuevas versiones de capítulos de la serie original escritos por Rod Serling.
     Tres grandes escritores y guionistas contribuyeron con su talento para la serie, cada uno de ellos encargándose de varias historias por temporada.  Es así que Harlan Ellison estuvo en la primera de ellas, adaptando en ocasiones algunos de sus propios relatos (que estamos hablando de uno de los grandes cuentistas del siglo pasado).  Luego, en la segunda temporada estuvo nada menos que George R. R. Martín, mucho antes de alcanzar la fama con su saga (aún inconclusa...¡El muy desgraciado!) de Juego de Tronos.  Para terminar, la tercera y última temporada contó con el aporte de Michael Straczynski (a modo personal, mi favorito de los 3 mencionados, si bien su carrera más ha estado orientada a los guiones, que a la narrativa) e igual a unos años de conseguir el éxito, con lo que sería su mayor aporte a la fecha: la serie de televisión Babilonia 5... En todo caso, si bien este último no tenía aún décadas de carrera, a diferencia de sus dos colegas, ya se evidenciaba en los libretos que escribió para la Dimensión Desconocida, sus virtudes y entre ellas su agradable uso del humor, elemento que apenas encontramos en Ellison y Martín.
     Entre las historias  de la versión ochentera, tal como en su predecesora, hay capítulos de terror, de ciencia ficción y de fantasía. 
    En el caso del primer género, hay unas muy aterradoras y violentas, según lo que era posible realizar en dicha época (según unos amigos míos, cuando acá pasaron Rondadores Nocturnos, lo hicieron de forma censurada); que lo sobrenatural en muchas ocasiones tenía un claro elemento satánico y si bien salvo excepciones, como las dos ya mencionadas, no eran muy gráficas, aunque sí muy sugerentes.
    Respecto a la fantasía científica, hallamos de todo: extraterrestres, inventos ingeniosos, científicos locos, mundos futuristas, exploración espacial, entre otros tópicos.  En estos, por razones obvias, era donde utilizaron más efectos especiales y escenarios creativos; si bien tampoco estamos hablando de mucha elaboración al respecto, si lo comparamos con aquello a lo que estamos acostumbrados hoy en día o las grandes superproducciones hollywoodenses de entonces.
     Los capítulos de fantasía estaban ambientados en el mundo cotidiano y eran aquellos con una mayor cuota "familiar" que los otros;  asimismo, muchos de ellos resultan ser bastante emotivos y de entre estos cabe mencionar tres de los que más me impactaron de pequeño (sus nombres no me los sé y tampoco tengo idea de quiénes los escribieron, así que se los dejo como tarea): un hombre que descubre su papel como viajero habitual a un lugar no muy estimado (primera temporada), un romance singular entre jóvenes de distintos siglos (segunda temporada) y una anciana escritora que conoce a su nuevo grupo de fieles admiradores (tercera temporada).
    Como sucede con las grandes historias, que pese a sus elementos extrapolativos habituales en los géneros mentados, hallamos claras moralejas y una invitación a la reflexión.  Ahora bien, al ser este programa un producto para el consumo, en una época por completo distinta a la de los años sesenta (convulsos años de revolución cultural y social) y a diferencia de lo hecho por Rod Serling, apenas encontramos acá crítica social...¡Y vaya que se echa de menos esto! Obviamente había en tal década expresiones populares con este espíritu crítico (como el cómic Watchmen), empero si comparamos todos estos casos, podemos notar una clara intención de sus responsables de quedar bien con todo el mundo y en especial con el gobierno conservador de Ronald Reagan...Que en todo caso la entretención pura y sin ánimo de un discurso ideológico no es algo que voy a demonizar (nota: creo en el valor estético del arte por el arte).
    Grandes directores trabajaron para esta serie, destacando Wes Craven, William Friedkin y Peter Medak.  Por otro lado, actores de la talla de Bruce Willis, Morgan Freeman, Ellen Mirren y Frances McDormand participaron, todos ellos antes de conseguir la fama (tal como pasó con muchas de las estrellas, que trabajaron en la serie de los sesenta, previamente a conseguir su reconocimiento internacional).
 
4. Luego de mi reciente revisión.
 
   El tiempo que me ha sobrado para dedicarme a lo mío, es una de las cosas que puedo agradecer de este tan "especial" periodo que estamos viviendo (que por mí, ojalá no pasáramos esta crisis sanitaria, en todo caso) y de este modo, como ya dije antes, pude ponerme por fin "al día" con este show televisivo que fue primordial para que amara este tipo de historias... Pero los gustos van cambiando y también uno se vuelve más exquisito (o mañoso, según cómo se le mire a este asunto de crecer/madurar/envejecer) y a la luz de esa verdadera joya que es la serie original, creo que no hay donde perderse; incluso hubo episodios que me aburrieron.  Pese a todo, sigue teniendo un lugar en  mi corazoncito y pienso con firmeza que sin ella, mucho de lo que soy en día no lo sería.



Los Créditos de apertura, que les reconozco me daban miedo de chico.

domingo, 20 de septiembre de 2020

No me convence, sorry.



     Carbono Alterado fue, sin dudas, uno de los grandes éxitos de crítica y público de Netflix en 2018 y tras 10 episodios que nos mantuvieron atentos desde principio a fin, era de esperar que pronto estrenaran la segunda temporada; las expectativas eran altas, que el show sinceramente había dejado la vara muy alta en materia de series de televisión de ciencia ficción, dirigidas a un público adulto y exigente, amén de satisfacer por completo a la audiencia friki amante del ciberpunk (el subgénero al que corresponde esta obra) y que desde hace rato no veían en live action algo tan impactante, desde el punto de vista visual y argumental.
    Hasta que llegó el momento tan ansiado y ello vino con la sorpresa de una nueva contratación para el papel estelar: el moreno Antonie Mackie, un actor querido por los más ñoños de la casa por interpretar al justiciero Falcon en las películas del Universo Cinemático Marvel.  Es así que al histrión le tocó hacer del "Enviado" Takeshi Kovacs, el mismo protagonista de la primera temporada, ahora con una imagen renovada tras cambiar de funda (cuerpo) y en lo que pareciera ya un paseo por distintas gamas entre etnias (tras ser originalmente japonés, luego caucásico y ahora negro).
    A lo largo de sus 8 capítulos (un par menos que lo entregado anteriormente), nos enteramos de que 30 años han pasado aproximadamente desde la última vez en que vimos al antihéroe. Este ahora no solo tiene una actualizada apariencia, sino que su cuerpo actual posee importantes modificaciones.  Más encima, regresa a su hogar y con él viene su leal amigo, la inteligencia artificial holográfica Poe (dentro de lo mejor de la temporada), quien nos dará verdaderos ejemplos de fraternidad. 
     Agregado a lo anterior, en su más reciente aventura, el renovado Takeshi hace una nueva aliada (en circunstancias muy especiales) y hasta el propio Poe consigue su propia compañera (lo que incluye, nada menos, que un romántico romance entre IAs), se reencuentra con viejos amigos y enemigos (lo que para nosotros también significará volver a ver unas cuantas caras ya conocidas, si bien considerando las características de la trama, no se trata de reuniones tan sencillas como estamos acostumbrados en la vida real o en las historias más convencionales) y, por último, vuelve a su agitada vida el amor perdido (que tal vez sería mejor que nunca lo hubiese logrado).
      Un villano del pasado se hace presente, eso sí con un muy atractiva renovada identidad (lo que incluye otra vez el tema de la traición) y aparece una nueva rival, que encarna el consabido arquetipo del político corrupto y mentiroso. 


    Por otro lado, se ahonda más en lo que concierne a la raza inteligente no humanoide, supuestamente extinguida, que habitaba el planeta donde transcurre la trama; de igual manera, los raros árboles nativos del lugar, cumplen un rol más destacado dentro del guión.  Respecto a todo esto, algunas de las mejores sorpresas de la temporada se van a desarrollar a lo largo de sus capítulos.
     En lo que para unos es "moda", para otros una señal positiva de los nuevos tiempos y donde la diversidad de todo tipo está presente como corresponde, una de las coprotagonista no solo es lesbiana, sino que tiene una pareja estable (ignoro si se "habla" de que está casada) y más encima tiene un hijo junto a su compañera...Pero vuelvo a plantear una vez más mi molestia al respecto: Si todo esto es posible ya estas alturas, mostrándolo de manera tan espontánea, por qué no hacerlo a través de la figura de dos hombres masculinos (pues al final todo esto de tener solo lesbianas entre los protagonistas, no es más que un  recurso sexista y facilista, sin dejar de atender a las mismas fantasías de hombre heterosexuales, para quienes la idea de mujeres teniendo sexo entre ellas responde a unos de sus mayores morbos).
     Se nota que gastaron  mucho dinero en esta breve segunda temporada, donde la espectacularidad prima y en especial durante el clímax de cada episodio, para dejarnos ansiosos de ver el siguiente...Sin embargo, entre un giro argumental y otro, con misterios por resolver y revelaciones, más entuertos que superar, al menos a mí el guión se me hizo soporífero y no logró encantarme (que me costó terminarme la temporada, debido a la tremenda decepción que me significó). La verdad es que a estas alturas, los mejores shows me los doy en mi cabeza cuando leo una buena narración y solo si logra entretenerme una buena producción audiovisual (que necesariamente, no tiene por qué ser algo tan sofisticado desde el punto de vista argumental), es porque tiene personajes carismáticos y, lo que me parece más importante, una trama seductora que se puede seguir sin mayores complicaciones (y en este caso, como ya dije, solo Poe logra acaparar mi atención y, en cambio, las varias triquiñuelas argumentales terminaron por cansarme).
    Sé que hay gente que le gustó lo visto este año e incluso le parece superior que la pasada vez, no obstante por mi parte cuando me enteré de que cancelaron la  serie (supuestamente debido a sus altos costos), me pareció que esto era algo obvio luego del malgasto de dinero y su debacle.  En fin, como dice el dicho: En gustos no hay nada escrito.
    ¿Y a ti qué te pareció?

                                                  ¡Así se hacen unos buenos créditos a apertura! 
                                             (lástima se hayan quedado en pura imagen no más).

jueves, 17 de septiembre de 2020

Creo que a Lemebel le habría gustado...


I. La novela.
 
    Tengo Miedo Torero es la única novela del tristemente fallecido Pedro Lemebel, un autor único dentro de las letras nacionales y reconocido a nivel mundial.  Cuando uno lee esta obra, es difícil no sentir varias cosas a la vez (o una después de la otra... Todo puede depender de cada uno y su propia experiencia personal con el libro, así como por sus propias experiencias que lo llevarán a uno a sintonizar de una manera u otra con la obra de arte en sí). Es así que si nos ponemos a realizar un listado de estas sensaciones, producto de tal experiencia, puedo decirles que:
 
1. Vamos a disfrutar de una buena historia, maravillosamente contada con una prosa poética en muchas ocasiones (en especial en los diálogos), en una mezcla barroca donde los chilenismos y el garabateo en vez de "hacer ruido" en la narración, consiguen crear ese ambiente tan chileno que nos lleva al reconocimiento de nuestra propia identidad nacional.
 
2. Si se es chileno, podremos reencontrarnos, gracias a su ambientación, con una inolvidable descripción de un turbio periodo de nuestro pasado, en un retrato único de ese mundo, acontecimientos históricos y con esos personajes que aún están presentes en nuestros recuerdos (para bien o para mal); que quien no aprende de su pasado está condenado a repetirlo...Y si eres extranjero, conocerás de primera fuente esa parte del acontecer nacional, desde un punto de vista privilegiado por ser justamente tan distinto al de otras ficciones relacionadas con tal período (y en este segundo caso, te darás cuenta de que pese a las diferencias culturales y vivenciales, las grandes historias son universales y nos atañen como humanidad).
 
3. Si has leído antes las crónicas de Lemebel, en las cuales no dejaba de contarnos de una cosa u otra real, pese a su formato diferente de la narración tradicional, podrás darte cuenta mejor del talento del autor para relatarnos una historia interesante y atrapante; por lo tanto, si tan bien le salió esta única novela suya, no es difícil lamentar que no haya incursionado más en este formato (bueno, al menos nos queda de consuelo que por fin hayan reeditado su primer libro, su única colección de cuentos: Incontables...que confieso aún no tengo, ni menos leído). Y es que "la diva" de Pedro tenía talento y harto.


II. La trama.
 
    La novela transcurre en 1986, época en la cual el malestar de la población chilena en contra de la dictadura militar de derecha de Augusto Pinochet, hace que hayan constantes protestas públicas y están sean sofocadas con gran violencia (y hasta muerte) por parte de las autoridades.  En medio de este ambiente sofocante y en una población bastante pobre, aunque aun así sin perder la alegría de vivir, encontramos a uno de los protagonistas del libro: La Loca del Frente.
    Un tipo de personaje popular apenas esbozado en la narrativa chilena (tal vez solo por la por igual pluma inmortal de José Donoso, a través de la figura de la Manuela en su novela El Lugar sin Límites), se trata de un travesti mayor y pobre que en circunstancias muy especiales conoce a un joven universitario; entre ambos nace primero una amistad y luego un amor imposible, cuando la Loca del Frente se enamora de él.  Alejado toda su vida del tema político, pese a la situación en la que pasa Chile, por primera vez el homosexual se involucra de forma directa en el acontecer nacional, cuando descubre que el hombre que ha llegado a su vida es nada menos que miembro de un grupo armado que pretende derrocar al dictador.
    Según se afirma, más como leyenda urbana que de manera oficial, esta novela tiene mucho de autobiográfico; sin dudas que tal idea se afirma en que el personaje mencionado ("el" o "la", no sé aún a estas alturas qué término usar para referirme a la Loca del Frente) tiene mucho de Lemebel, ya sea en su forma de ser afeminado, sus orígenes humildes y su lengua ácida y actitud irreverente.


III. Mi historia con el libro.
 
    Fue la primera obra de Pedro Lemebel que leí y lo hice porque en el colegio en el que trabajaba en aquel entonces, se dio tal título como lectura complementaria para los estudiantes (ya más "grandecitos' eso sí, que corresponde a un texto para gente con cierto nivel de madurez por razones obvias). En aquel tiempo tenía muchos prejuicios en contra del autor, más bien debido a sus declaraciones públicas que hasta el momento me parecían muy violentas y resentidas (cosa que me todo caso no andaba tan perdido), sin conocer bien su historia y habiendo leído un par de crónicas suyas en el semanario The Clinic, que me parecieron demasiado osadas para mi gusto de aquel entonces (hablando de sus aventuras sexuales con tipos mucho más jóvenes que él, como quien nos cuenta de su lista del supermercado); fue así que gracias a este emotivo libro, comencé a mirarlo con otros ojos y quise conocer mejor su vida y obra, de modo que pude contextualizar como correspondía sus palabras conocidas antes desde la ignorancia.
    Cuando me tocó darle a leer por primera vez allá por 2003 a mis alumnos, Lemebel ya era un escritor tenido en cuenta por el Ministerio de Educación, inclusión afortunada en un mundo que se estaba abriendo a la diversidad y por fin se preocupaba por educar con una mirada abierta a las nuevas generaciones (en el mejor de los casos).  Eran jóvenes de tercero medio y recuerdo que aquellos que sí leyeron la novela, la recibieron muy bien, sin comentarios homofóbicos. Otra cosa fue cuando lo di a leer en un colegio tradicional de puros hombres al año siguiente y en uno de los cursos la mayoría de los estudiantes se negaron a leer el volumen, por considerarlo que iba en contra de sus principios (y lo digo esto con "amables palabras", que hoy en día tengo claro que lo suyo fue un berrinche de supuestos machitos, que se vieron tontamente ofendidos en su idea retrógrada de hombría); yo para no hacerme problemas y querer quedar bien con ellos, les di la oportunidad de leer otro libro (Los Ojos del Perro Siberiano de Antonio Santa Ana, que también trata el tema de la intolerancia y los prejuicios en contra de los homosexuales, pero esto último de manera muy superficial)...Hoy ya más viejo y tras haber tenido una experiencia personal muy desagradable con esos chicos traicioneros, puedo decir que me equivoqué en dar mi brazo a torcer y que no puedo, como formador que soy, permitir que se vuelvan a dar en mis clases situaciones como esas.
 
IV. La película.
                                   
    El cine chileno no se caracteriza por realizar adaptaciones de obras literarias, ni siquiera de sus propios autores y pese a que hay grandes libros de los cuales podrían realizarse producciones de calidad, si se decidiesen a invertir en ello; debido a esto, fueron primero los italianos quienes se interesaron en llevar a la pantalla grande la única novela de Pedro Lemebel.
    Según cuenta Alfredo Castro (el artista nacional que terminó por interpretar a la Loca del Frente, para la versión cinematográfica que hoy revisamos), un día lo llamó el representante de Pedro para pedirle que se juntaran en un local de un barrio bohemio de Santiago.  Al actor le llamó la atención todo esto, pues era de total conocimiento suyo que al escritor no le caía bien (cuando Lemebel odiaba, lo hacía con tanta o más intensidad que cuando amaba), de seguro por considerarlo muy "cuico" (de un estrato social más alto y por lo general de Derecha).  Entonces Castro se enteró del proyecto italiano de hacer la cinta y de que cuando le preguntaron qué histrión le parecía adecuado para interpretar a su protagonista, había dicho sin dudarlo que Alfredo Castro (un tremendo actor nacional, bastante afeminado para hablar y que ha realizado papeles de "machos alfa' de manera impresionante por su versatilidad).  Estuvieron hasta tarde charlando y tomándose unas copas...Bueno, esta historia suena linda, aunque no sé qué tan real es, pues por desgracia no tenemos al prosista para confirmarlo.
    Al final fueron  los mexicanos quienes pusieron plata para la cinta, en lo que sería una coproducción con Chile.  Dirigida por Rodrigo Sepúlveda, comenzó a filmarse el año pasado y debido a la pandemia en la que nos encontramos, con los cines cerrados en casi todo el mundo desde marzo, terminó por estrenarse a través de streaming (¡Cuánto me habría gustado verla en pantalla grande, junto a mis querid@s amig@s!); lo que me alegra es que mucha gente acá pagó sin problemas para poder acceder a ella, apoyando con tal acción el cine nacional, hace rato de capa caída con todo esto que estamos pasando.
    Por cierto, en el transcurso de 2019 se abrío una cuenta en Facebook para participar como extra; mi comadrita Ledda me dio el dato e invitó al grupo que tenemos a participar todos juntos, pero en el caso de que a uno lo aceptaran, había que levantarse temprano justo en días feriados... ¡Mucho sacrificio! Al final solo ella (ni siquiera mi amigo Marlo, su pareja) participó feliz de este evento y su nombre aparece en los créditos del filme como "figurante".
    Otra de mis amistades vio por YouTube la obra, lo que me llama poderosamente la atención, puesto que igual a menos que ello sea con permiso de los dueños de la película, me parece poco afortunado y siendo que tan solo el fin de semana pasada se estrenó de manera online.


V. Impresiones personales.
 
    Hace rato que leí la novela, así que solo tengo en la memoria unos cuantos detalles y la certeza de que me gustó mucho; por lo tanto, me referiré casi por completo solo a lo visto en el largometraje (aunque teniendo en cuenta lo poco que puedo recordar del libro), para compartirles mi opinión sobre el título que hoy nos reúne.
    Lo primero que diré para ir al grano, es que me gustó el filme.  Ahora bien, hay producciones nacionales que me han gustado más y dejado por completo admirado, lo que no es el caso de Tengo Miedo Torero; sin embargo, ello no significa que no la haya disfrutado y deje de recomendarla; al contrario, aplaudo mucho de ella y en especial la personificación del mentado Alfredo Castro, quien se nota se basó para su caracterización en el propio Pedro Lemebel (que su Loca del Frente no deja de recordármelo).  El tema es que el libro da para mucho más y en poco más de una hora y media, que lo que dura el montaje que hasta el momento hemos podido apreciar, no se consigue transmitir todo lo que uno lee en las páginas que comprende el libro.
    A las últimas palabras mencionadas en el párrafo anterior, se debe agregar el importante detalle de que en la práctica, la versión para la pantalla grande se afirma en la relación entre el travesti y Carlos, dándose una muy buena química entre los actores que los interpretan. Es así, que todo el resto de los personajes son secundarios y/o son meras comparsas, destacando solo uno de ellos, otro gay viejo llamado "Mamá", si bien de mejor pasar y por quien la Loca siente un tremendo afecto (y este es recíproco).  Por lo tanto, no hay mayor desarrollo de los personajes y de ese modo se nos escapa un retrato más completo de ese Chile, que merece ser conocido a través de estas historias, con todo un abanico de sujetos llamativos, entre héroes, antihéroes y si bien no hay villanos en el sentido más estricto de la palabra, sujetos condicionados por un sistema en el cual los que estaban "arriba", a la luz de la justicia social, son personas que dejan mucho que desear y que corresponde exponerlos para conocer el otro lado de la moneda.
    Una de las virtudes del libro, es que paralelamente a la historia de la Loca del Frente, aparecen capítulos dedicados nada menos que a Lucía Hiriart de Pinochet, la esposa del dictador. En estos pasajes el estilo de la narración cambia y si bien permiten humanizar a un detestable personaje real, ilustran de manera maravillosa y verosímil el otro mundo que había en aquel tiempo: el de los privilegiados que abrazaban y dirigían el régimen militar, haciendo la vista gorda o simplemente participando de los atropellos al resto de la gente sin culpa alguna.  Por mi parte, esperaba con ansias la dramatización de estos geniales momentos del libro. No obstante, todo esto no está y con ello se pierde un rico elemento argumental, que le habría dado mayor peso artístico a la cinta, convirtiéndola en algo más que el fenómeno mediático del momento.
     El Carlos del libro es un tipo mucho más joven e incluso, quizás, mucho más guapo; su edad ayuda bastante a definir mejor la especial relación que se da entre los dos coprotagonistas y destaca el contraste entre ambos...Pero está bien, no tiene por qué ser calcada la adaptación al material original y siempre serán mejores las películas que "nos pasamos en la cabeza" cuando leemos una buena historia.
    Hay varios momentos claves de la novela que se encuentran escenificados de manera plausible, destacando el cumpleaños sorpresa y uno que en verdad pensé no se iban a atrever a mostrar, de hondo homoerotismo...No obstante, mejor lo descubran por su cuenta quienes aún no han visto esta película.
     Otra cosa que me dejó con ganas y que es entendible, debido al poco presupuesto que se nota tuvieron para realizar esta pieza, corresponde a la ausencia total del atentado a Pinochet en el Cajón del Maipo; estamos hablando de un episodio llamativo, en la cronología del país en las últimas décadas y que marcó el último periodo del gobierno militar...Que todo esto lo abordara el gran Lemebel en su libro y que quizás nunca antes había sido considerado en las ficciones nacionales (o extranjeras), es otro punto destacable que hace recomendable la lectura del texto en cuestión.
    Por otro lado, destacable es la banda sonora, llena de canciones populares de la época y que un amigo que tuve le llamaba "Música para hacer el aseo" (a menos que me equivoque, no posee temas incidentales hechos a propósito o si los hay, son muy pocos y apenas se aprecian en las escenas donde salen).
   Por último, vemos a varios actores ya conocidos y reconocidos gracias a las producciones para la televisión (entiéndase teleseries), por aquí y por acá...El problema es que son siempre las mismas caras y habiendo tanto buen actor de teatro, deberían darle espacio a estos otros para mostrar su talento (que ya parece monopolio, mafia, favoritismo o simple falta de valentía para optar por nuevas caras y quedarse mejor con la supuesta seguridad, de conseguir el beneplácito del público mayoritario que apenas o nunca ha ido al teatro).

                                                                             Tráiler. 

domingo, 13 de septiembre de 2020

Pecados de Omisión. DÉCIMA PARTE.


1. Novela de Mars Attacks.

      Una de mis películas favoritas de Tim Burton es Mars Attacks, filme que vi solito allá en los noventa en uno de esos cines que desapareció ya hace tiempo, tal como escribí al comienzo de este mes.  Les estoy hablando de cuando el director estaba en pleno apogeo de su carrera y se le ocurrió hacer esta graciosa cinta en homenaje a las láminas homónimas que coleccionaba de chico y a todas esas cintas bizarras de ciencia ficción desechable que se hacían más o menos en esa misma época o antes (cincuenta y sesenta del siglo pasado).
     La idea de los extraterrestres cabezones, verdes y flacuchentos malosos "desde adentro", ya llevaba un largo tiempo en la cultura popular gracias a esa paranoia transmitida por el Hollywood de esos años; así que no era difícil sintonizar con esa comedia del director, a la que además llenó de estrellas y de un humor corrosivo que hace de las delicias del adulto sediento de parodia y sátira.
    No recuerdo si fue a finales de los noventa o a principios de este siglo (¡Qué rápido se pasa el tiempo!), pero a veces cuando recorría los kioscos de libros y revistas que antes habían alrededor del terminal de buses Alameda, varias veces me encontré con un bello tomo de portada bien colorinche, tal como las estampitas a las que quiso homenajear Burton con su filme. Se trataba claramente de una novela sobre esos "adorables" hombrecitos verdes, que más encima salía barata y estaba nueva (que en esos lugares vendían usados en su mayoría).  El nombre del texto y el de su autor no los recuerdo para nada y lo más probable es que en su momento nunca me fijé en aquellos detalles, así que tendré que googlear para averiguar más (que seguro hay más de un libro al respecto).
     Tuve dicho volumen en mis manos más de una vez y nunca me la llevé de puro tonto que soy.  Desde que le mostré la peli a mi sobrinito Amilcar, que le gustó harto como muchas de las de Burton que ha visto (dentro de las que puede contemplar a su edad), me arrepiento con más ganas de no haberla adquirido y es que tal vez cuándo la leería; no obstante, al menos la tendría dentro de mis curiosidades literarias ñoñas, tal como las novelas de Star Trek, de The X-Files, de Smalville, la novelización hecha por Chris Claremont de la tercera peli de los X-Men y las realizadas por Alan Dean Foster de Star Trek: The Motion Picture y Star Wars.


2. El Imperio del Sol de J. G. Ballard.

    Ballard es uno de los escritores británicos de ciencia ficción más amados y valorados entre la crítica y los lectores.  Para mis amigos fanáticos de la ciencia ficción si es que está entre sus favoritos, al menos se encuentra junto a los que más respetan; lo último, quizás, debido a sus novelas sesudas y de fuerte crítica social, que por mi parte no me interesa mucho leer (y ello marcado por mi único acercamiento a su narrativa, cuando entusiasmado me conseguí un libro de cuentos suyos cuando yo era aún un universitario y no pude terminar de leerlo, debido al tedio que me provocó su pluma).
    Sin embargo, la historia suya que sí acapara por completo mi atención, viene a ser su autobiografía sobre sus años de infancia en un campo de concentración japonés, durante la Segunda Guerra Mundial. 
     Filmada con gran sensibilidad por parte de Steven Spielberg durante los ochenta, la versión cinematográfica de El Imperio del Sol la aprecié a muy temprana edad (en VHS, que ojalá hubiese sido en el cine) y desde el primer instante me sobrecogió, sacándome un montón de lágrimas, efecto que se ha repetido todas las otras veces en que la he revisitado.  Fue así, que al saber de que se trataba de un libro y luego ya mayor me enteré que su autor era un connotado escritor de fantasía científica, que me hice la idea de comprarme el libro... Y entonces llegó un día durante la década pasada, en el que me encontraba en mi tienda favorita del rubro, la Librería Chilena y de la que ya les he contado harto en estas series de memorias (¡Como extraño ir para allá, que supe que hace poco volvió a abrir, ahora que levantaron- para bien o para mal- la cuarentena en el lugar donde están ubicadas sus dos sucursales!).  Aquella vez les había llegado todo un cargamento de títulos de la editorial especializada Minotauro, en tapa dura y blanda, a precios muy económicos.  Ese día me llevé varios títulos y entre los que tomé para llevarme conmigo, estaba la edición en tapa dura y con portada de la película más encima, de El Imperio del Sol; fue entonces que me acordé de mi desastroso primer encuentro con el Ballard literario y al final dejé en el mesón el ejemplar que había agarrado.  Cuando me arrepentí de mi error, pocos días después, ya se había agotado dicho título.


3. El Noveno Clon de Wes Craven.

    El "papá" de Freddy Krueguer es uno de los directores y guionistas de terror que más respeto y por quien más cariño siento; lo anterior, puesto que viene a ser para mí uno de los realizadores del género, que en mi adolescencia me concedió algunos de mis mejores momentos contemplando filmes de miedo, tripas y monstruosidades varias.
   En una época que no tengo clara con precisión (si en los noventa o en el transcurso del presente siglo), ediciones B publicó en español su novela El Noveno Clon, que solo gracias a Google vengo a saber sacó otros libros.
A estos lares llegó tanto en tapa dura y con sobrecubierta, como también en bolsillo; muchas veces me la encontré en ambas versiones, siempre barata más encima.  Años ya han pasado desde que nos dejó este artista y de vez en cuando pienso, como ahora, que sería genial (como orgulloso admirador suyo) tener en mi colección dicho libro, pese a que no tengo idea de qué trata.

4. La Noche de los Trekkies Vivientes.

   Desde niño que soy un trekker de corazón, ello gracias en especial a la serie animada que me veía una y otra vez cada ocasión que la pasaban en la tele.  Así que sigo con gusto todas las series y películas que salen de la franquicia y además de adquirir de vez en cuando, una que otra cosita que puedo conseguir dentro de todo el merchandising que hay por ahí.
    El año pasado estaba haciendo mi visita de rigor a la ya mencionada Librería Chilena, cuando me encontré en unos de sus estantes-mostradores el curioso libro del cual les cuento ahora.  Con un nombre como el suyo, más la portada que mostraba a un Spock zombificado, era imposible que no me llamara la atención...Por otro lado, ese tipo de productos no llega mucho por acá y en especial traducidos a nuestra lengua, así que se trataba de la oportunidad ideal para un trekkie amante de la lectura adquiriese (o trekker, que uso más bien esa palabra).
    La novela está coescrita por Kevin J. Anderson, lo que llamo un novelista "mercenario", ya que trabaja prácticamente por encargo y ello lo ha llevado a firmar novelas de Star Wars, de The X-Files y recientemente continuar la saga de Dune de Frank Herbert, junto al hijo de este, Brian Herbert.  La verdad es que tengo prejuicios con este narrador, que ignoro qué tanto habrá escrito por su cuenta y sin tratarse de solo hacer negocios con su talento; solo ahora en que investigaba para referirme a esta novela, me he enterado de que ha ganado importantes premios. He aquí la verdadera razón de por qué no compré esta parodia.
     Durante estos meses de pandemia y cuarentena, en los cuales solo el guasap y las videoconferencias me permiten mantener contacto con mis amigos, uno de ellos y con los que formé parte en los noventa de un fan club de Star Trek, habló estupendamente de dicha obra; hasta la compartió con el grupo en PDF (por cierto, yo no leo en digital) y así fue cómo me llegó el remordimiento por este pecado de omisión, con la cual termino esta entrega de mis recuerdos al respecto. Quién sabe, quizás la próxima vez que vaya a la Chilena (a estas alturas el 2021, que fe no me falta), aún queden existencias y pueda redimirme al respecto.

jueves, 10 de septiembre de 2020

El cine de ciencia ficción de Stuart Gordon.


    Si bien el muy llorado Stuart Gordon se hizo famoso gracias al género de terror, su talento como director le permitió incursionar en más de un estilo cinematográfico (que hasta comedia hizo...aunque no lo crean o sepan).  Es así que hoy repasaremos juntos su aporte para la ciencia ficción, con tres obras notables y abordando distintos tópicos del género, ganando premios por ello y más aún el respeto de sus seguidores y de la crítica.
    Bueno, vamos por parte dijo Jack el Destripador.

1. Robot Jox.

     Mucho antes de Pacific Rym (Titanes del Pacífico para los latinoamericanos de habla hispana) de Guillermo del Toro, con su tremendo presupuesto y efectos especiales, llegó en 1989 Robot Jox de la mano de nuestro otro querido director.  Me refiero a la famosa cinta del realizador mexicano, porque la obra que revisamos ahora bien corresponde a una ¿primera? versión gringa (si bien filmada en Italia) del llamado género japonés del Kaiju...Esto es tipos disfrazados, rodeados por un escenario simulando una ciudad que se ve pequeña a su alrededor, puesto que ellos se suponen son gigantescos monstruos o robots, peleando entre sí mínimo dos personajes con estas características.
     En esta ocasión el guión no corrió ni por parte del propio Gordon solamente, ni de su habitual colaborador, sino que estuvo a manos de un premiado autor de ciencia ficción literaria: Joe Haldeman.  Es así que para esta cinta, escribió la historia de dos naciones que en el pasado estuvieron al borde de la aniquilación, debido a sus conflictos bélicos (a ver, considerando la época en la que fue realizada esta cinta... ¿En quiénes piensan, que en realidad se estaba inspirando el artista cuando estaba realizando su labor narrativa?), para evitar la aniquilación total deciden arreglar sus asuntos internacionales a través de un representante por cada país, los cuales manejando un tremendo y sofisticado robot (mecha para los nipones), se enfrentan entre sí y con ello el ganador consigue otorgarle honor a su patria para obtener algún tipo de divisa.
     La trama gira en torno al campeón de..., quien ya tenía rencillas de antes por temas de orgullo con su viejo rival, si bien en realidad no encontramos villanía por parte del contrincante de la nación vecina. Entre medio nos encontramos con un romance que le da otras aristas interesantes y entretenidas al largometraje, donde la figura de la mujer como alguien emancipada también juega un rol importante.
      Excelentes efectos especiales para la época, con bellos diseños para los "mechas", en el mayor presupuesto con el que logró contar hasta el momento Stuart Gordon (10 millones de dólares). Sin embargo, igual esta producción suya no tuvo buena crítica en su momento, ni recaudación; pese a todo, como la mayor parte de los trabajos del director, fue cobrando valor agregado y hoy en día es un título imprescindible para apreciar su filmografía.
    Por cierto, solo cambiaría la pobre banda sonora que no le llega a la altura al carácter épico de este joyita.
     Y atentos los administradores de Jeffrey Combs, amigo y actor fetiche de Gordon, con un cameo muy gracioso.


                                                                     Tráiler en HD.
2. Fortress.


    En 1992 el actor francés Cristopher Lambert estaba en su apogeo y durante la década participó en un montón de cintas de todo calibre, superproducciones y otras independientes, con bastante presencia en los géneros fantásticos y de ciencia ficción.  Fue así como llegó a trabajar bajo las órdenes del creador de Reanimator, en La Fortaleza, un título por encargo donde Gordon logró demostrar su talento para conseguir un blockbuster de ciencia ficción hollywoodense y aun así no perder su impronta como artesano del mejor cine clase B.
     En un futuro cercano las cosas no están bien (bueno, eso no es algo solo de las ficciones ¿Cierto?) y entre todos los males a los que nos enfrentamos está la sobrepoblación; por esto mismo la gente solo puede tener un hijo y quienes osan no cumplir con la ley son considerados criminales, habiendo serias medidas contra ellos.  Es así que el protagonista es enviado a una prisión de máxima seguridad junto a su esposa y allí solo gracias al amor que se tienen logran mantenerse incólumes, enfrentándose a la violencia y al alcalde de la llamada "Fortaleza", un villano muy singular e interpretado magistralmente por Kurtwood Smith (estupendo secundario experto en interpretan malosos inolvidables y muy distintos entre sí).
     Divertida de principio a fin, abordando el tema de las distopías y del poder excesivo de las empresas privadas como escenario para nada alejado de la realidad, posee también como norte moral los valores de la familia y la fraternidad (masculina).
    Por otro lado, Stuart Gordon nos vuelve a demostrar su lealtad a sus propios amigos; al darle un muy interesante rol de importancia a su mayor actor fetiche...Si no saben de quién estoy hablando, no están listos para esta conversación entonces.


                                                                         Tráiler. 

3. Space Trucks.


    Teniendo nada menos que al veterano Dennis Hooper como protagonista (otro tremendo artista que nos dejó, aunque ya hace rato), corresponde su tercer y último filme del género, que más que ser una honda crítica social o profundizar en las grandes reflexiones sobre nuestra humanidad, pretende entretener sanamente con una historia graciosa, bien contada, actuada y armada.
     En este futuro la humanidad ha comenzado la diáspora por el sistema solar y en medio de dicho proceso se encuentran los "camioneros espaciales" (quienes les dan el nombre a la película) y gracias a los cuales es posible transportar todo tipo de materiales necesarios, entre los distintos asentamientos humanos fuera de la Tierra y el mismo planeta madre; para esto usan sus naves, habiendo corporativas dedicadas a ello, donde los capitanes/ conductores cuentan con los mejores modelos para realizar su labor y también se encuentran quienes trabajan por su cuenta, usando máquinas antiguas, aunque aun así bastante útiles... Y es justamente corresponde a uno de estos últimos el protagonista interpretado por Hooper, un buen hombre ya maduro que desea terminar sus días de lobo solitario y para ello busca una buena esposa, depositando sus ojos en una joven y bella mesera.  Cabe mencionar que en el peligroso viaje en el que se involucra, no solo se une la mencionada damisela, sino que también un apuesto muchacho que desea trabajar con este particular héroe.
     En los papeles destacan Charles Dance (mucho tiempo después como el maquiavélico patriarca Lannister en Juego de Tronos), haciendo de un ciborg que resulta ser bastante más complejo en su personalidad, que lo que nos parece tras la primera impresión que nos damos de él y en uno de sus primeros roles Stephen Dorff, como el buen chico que se une al protagonista para seguir sus pasos.  Y como valor agregado, la siempre adorable y despampanante Barbara Crampton (la estrella femenina de 3 de sus cintas de miedo) aparece al final en un pequeño rol sorpresa.
     El humor toma un rol fundamental en esta pieza, un ave raris del género y que pese a todo posee ese agradable sabor del cine clase B bien hecho, el cual se nota filmado con cariño y respeto para los amantes de este tipo de obras.  Aventuras, un picante erotismo y algo de western llevado a las estrellas, donde los efectos especiales están trabajados con inteligencia en un producto que sin ser una mega producción, sale muy bien "parado" frente a cintas más caras que esta y aun así carentes de su genialidad.


                                                                                      Tráiler. 
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