lunes, 24 de agosto de 2015

¡Yo amo a los 4 Fantásticos!

Bellísima portada del debut de Los 4 Fantásticos.
I- De sus orígenes y legado.

    La reciente película de imagen real sobre este importante grupo de personajes (que acabo de ver en el cine hace pocas horas atrás, en el momento en el que comienzo este texto), me ha dado la excusa perfecta para escribir sobre el equipo de superhéroes más emblemático de Marvel.  Si bien los Vengadores son el más importante de la llamada Casa de las Ideas, mientras que los X-Men resultan ser los más populares de todo este universo, los 4F poseen una particularidad especial y de carácter histórico, ligada profundamente al éxito de esta compañía: Que tras su creación y publicación, comenzó el imperio de esta empresa, con sus historietas que permitieron el inicio de la Edad de Oro, puesto que solo después de ellos fueron apareciendo los demás personajes de su extenso repertorio y en parte gracias al impacto positivo que tuvieron entre los lectores y la crítica.
    Tal como sucedería con buena parte del panteón marvelita, los 4F deben su creación a los dos grandes entre los grandes de los “tebeos” gringos: Stan Lee en el guión y Jack Kirby en el dibujo (quien en todo caso aportó bastante, en muchos de los argumentos durante su etapa a cargo de tal revista).  Su debut data de noviembre de 1961 y a partir de entonces el cómic del género maduró como nunca, al introducirse conceptos e ideas que antes no habían sido abordados en el medio, puesto que por décadas se le consideraba como una mera expresión popular infantil.  De este modo los 4F rompieron los esquemas al transformarse en los primeros superhéroes en dejar de lado el anonimato, olvidándose de los alter ego y las máscaras, capuchas y similares de sus colegas como los de DC; a su vez el elemento más realista de su configuración, radica en el hecho de que con ellos se empezó a humanizar más a este tipo de justicieros, evidenciando en ellos la existencia de defectos (aparte de sus esperadas virtudes), de modo de quitarles la unidimensionalidad o el arquetipo plano que hasta entonces imperaba en los cómics.
    La historia de su génesis como individuos de grandes poderes, es conocida incluso por aquellos que apenas saben o se interesan sobre el tema: Reed Richards, un prominente científico, involucra a su novia Susan Storm (con quien más adelante se casa y llega a tener dos hijos, primero un niño y luego una chica), al hermano menor de esta, Johnny, y a su mejor amigo de la infancia, Ben Grimm, a unírsele a un viaje experimental en una nave de su creación.  Es así como salen de la atmósfera terrestre y accidentalmente quedan expuestos a rayos cósmicos que les causan sus “mutaciones” (años después dentro de la continuidad de sus proezas, se reveló con este evento no fue tan inesperado como se creía, pues Richards sabía de antemano lo que les podía pasar y por eso mismo hizo el periplo a propósito).  De este modo Reed Richards consigue la capacidad de elasticar y amoldar su cuerpo a voluntad, con una resistencia como ninguna otra materia en la Tierra; Susan en un principio solo la habilidad de volverse invisible y luego de crear campos de fuerza defensivos y ofensivos; su hermano Johnny consigue inflamar su cuerpo, creando bolas de fuego y pudiendo volar; mientras que Ben se transforma en una criatura de materia parecida a la roca, naranja y con una fuerza y resistencia que lo han llevado a ser un gran oponente de nada menos que el propio Hulk.  Una vez que decidieron unirse en pro del bien y la justicia, Reed se hizo llamar Mister Fantásico y/o el Hombre Elástico, Susan la Mujer Invisible, Johnny tomó el nombre de la Antorcha Humana (de hecho este mismo corresponde a la actualización de un viejo personaje de la Edad de Oro y con características similares, de la antigua editorial Timely, que con el paso del tiempo se convirtió en Marvel) y Ben fue conocido a partir de entonces como la Cosa o la Mole (según sea su traducción en español).
    Cabe destacar que de los 4F su integrante más querido y famoso de ellos es nada menos que la Mole, quien incluso ha tenido su propia revista, que por años se publicó.  Este sujeto que antes de convertirse en un ser tan poderoso, era un atlético, apuesto y varonil deportista, además de un muy eficiente piloto, al pasar por su transformación evolucionó al estatus de un personaje trágico, tal como muchos otros de Marvel; puesto que al perder su figura humana y hasta cierto punto convertirse en un monstruo, poco a poco comenzó a tener sentimientos encontrados respecto a sus nuevas habilidades, deseando pese a su poder volver a ser “normal”.  Este dilema ha sido abordado en numerosas ocasiones en los guiones y para reforzar su dramatismo, en más de un momento Ben ha recuperado por un tiempo su figura humana (con consecuencias bastante interesante).  No obstante dentro de todo esto, se puede mencionar que pese a su apariencia, el amor nunca se le negó y así fue como la escultora Alicia Masters llegó a enamorarse de él, de modo que el romance entre ambos ha sido uno de los pilares argumentales de los 4F; un detalle eso sí sobre Alicia, es su ceguera, lo que hace más especial que nunca su relación con la Mole, ya que demuestra que lo valioso no está en lo que los ojos muestran, sino en la calidad de nuestros corazones. También puede resultar atractivo recordar su típico “grito de guerra” de ¡Es la hora de las tortas! o ¡Es la hora de pelear!, la primera de ella en su versión española castiza y la otra en la latinoamericana (en inglés es It's clobbering time!); lo mismo sucede con el eterno amor hacia su tía Petunia y a la que constantemente menciona, como por igual su infantil enemistad con un grupo de pandilleros de la calle Yancy, quienes acostumbran a molestarlo y jugarle bromas pesadas (aunque nunca la verdad malintencionadas, pues en su juventud Ben fue uno de ellos).
     Dentro de la relevancia que posee este supergrupo, se encuentra el hecho de que en sus páginas han aparecido un montón de otros personajes que desde su debut, lograron acaparar la atención de los lectores y tras su paso con los 4F, luego consiguieron sus propias colecciones; de este modo se puede decir que estos amados justicieros, han sido sin duda el medio más eficaz a la hora de engrosar el extenso universo Marvel.  Es así como ya dentro de sus primeros números apareció por primera vez nada menos que el sorprendente… ¡Hombre Araña! A ello también merece ser destacado que dentro de esta etapa inicial reapareció todo un personaje icónico de la Edad de Oro de los cómics, como lo es Namor el Sub-Marinero, orgulloso príncipe de Atlantis y que un principio fue enemigo de los 4F, para luego amigo y aliado.  Asimismo otros dos grandes personajes como Galactus y Silver Surfer se hicieron conocidos, aun cuando Stan Lee y Jack Kirby estaban a cargo de sus historietas (lo que en todo caso pasó también con los otros aquí mencionados).  Luego fue posible conocer a nada menos que los Inhumanos, un importante grupo de terrestres evolucionados gracias a la manipulación extraterrestre (de hecho, se avecina una película sobre ellos), a las alienígenas razas de los Skrull y los Kree, en eterna pelea entre ellos y tan importantes luego en el resto de la cronología marvelita.  También fue introducido gracias a sus guiones el fabuloso concepto de la Zona Negativa, algo así como una extraña dimensión llena de maravillas y peligros…La verdad es que la lista es bastante extensa, pero un servidor por desgracia no sabe tanto como para dar más datos al respecto.  Eso sí, no se puede dejar de lado la incorporación dentro desde sus inicios, de uno de los villanos más destacados y reconocidos en el mundo de los cómics: el Doctor Doom, quien luego tantos quebraderos de cabeza le daría a otros personajes de la compañía y que además se volvería  tan complejo como para incluso llegar a pasar por etapas menos dañinas, al convertirse en otro importante aliado.

Los 4F y algunos de sus personajes de apoyo (entre amigos y enemigos).

    Por otro lado, debe saberse que no siempre el equipo original ha seguido junto, ya que por una u otra razón (como desavenencias entre ellos y que los han hecho renunciar durante un tiempo al grupo, al igual que vacaciones, enfermedades, etc.).  De este modo quienes han ocupado durante dichos periodos las vacantes, han sido She-Hulk, Miss Marvel II, Hombre Hormiga II, Tormenta de los X-Men, Pantera Negra, entre otros.

II- De su desafortunado paso por la televisión.

    Tal como sucedió con muchos de los personajes Marvel durante la primera década de su creación, los años sesenta, los 4F tuvo su oportunidad de poseer su propia serie animada y la que a diferencia de sus compañeros como Thor, Hulk, Namor y Ironman, contó con una mejor calidad técnica al ser realizada por los ya veteranos estudios Hanna-Barbera (en el caso de los otros, más bien se trataba de las mismas viñetas y a las que se les otorgaba un rudimentario movimiento, en lo que hoy se llama motion comic).  La serie data de 1967, el mismo año en que se lanzó la exitosa primera serie animada de Spiderman, no obstante a diferencia del caso del programa del Trepamuros, que duró nada menos que cinco temporadas, este solo tuvo una y de veinte episodios no más.  No obstante muchos lo recordamos con cariño, ya que para varios fue la oportunidad de conocer a estos personajes, años antes de leer sus aventuras.  A su vez no se puede olvidar su fabulosa presentación, con la música rimbombante tan habitual en los productos de Hanna-Barbera.  También se puede nombrar que pese a lo que se esperaba en su capítulo número uno, no fue ni el Hombre Topo (el primer enemigo que tuvieron ya en su clásico debut en las revistas), ni el ya mencionado Doctor Doom su oponente, sino que fue Klaw (un villano de segunda) en la primera historia del capítulo y en la segunda, el Fantasma Rojo, rival de mayor peso para el grupo.  Los episodios que siguieron ya trataban de una historia solamente y así fue posible conocer para quienes luego nos convertiríamos sus fanáticos, a los mismos Doctor Muerte (la versión en español de la gran némesis de este equipo) y al Hombre Topo, a Galactus y a su servidor Silver Surfer, al alquimista español el Diablo, al Super Skrull y a otros de la que es sin duda otra de las mejores galerías de villanos de un superhéroe  o, más bien dicho, de un equipo de estos.
Los 4F de Hanna-Barbera: una serie que nos marcó a varios.
    Poco más de una década después del programa arriba señalado, se estrenó una nueva serie dedicada a los 4F, pero a la que le fue aún peor que a su predecesora, ya que solo contó con 13 episodios.  En todo este fracaso de hallaba el hecho de que en sus guiones se eliminó a la Antorcha Humana, siendo reemplazada por la IA robótica H.E.R.B.I.E., la cual en realidad nunca logró calar hondo en los gustos de los lectores/espectadores; a su vez este drástico cambio hizo que en el show nunca existiese Johnny Storm.  Según cuenta la leyenda negra (pues de antemano ignoro qué tan verídico puede haber sido todo), ante lo llamativo de la Antorcha Humana, muchos niños en USA se habían prendido fuego al grito característico suyo de ¡Llamas a mí!; razón por la cual se habría realizado esta modificación para no alentar a los más pequeños, a no cometer este tipo de acciones mortales.  Quizás lo mejor de toda esta segunda incursión en la pantalla chica de nuestros superhéroes, sea que el doblaje latino contó con la voz del llamado Capitán Memo (el mismo chileno de los oppenings de otras animaciones clásicas televisivas como He-Man, El Show de los Robots, La Pequeña Lulú, Capitán Futuro y muchas más que uno puede rememorar con nostalgia), con una canción pegajosa y heroica.
     Justo en la efervescencia de los programas animados Marvel de los noventa, donde lejos los más longevos, exitosos y mejores fueron los dedicados al mismísimo Hombre Araña y los X-Men, se le dio una nueva oportunidad a los 4F y en esta vez los resultados fueron algo mejores, ya que tuvo dos temporadas.  Lamentablemente solo contó con 26 episodios en total.  Cabe destacar la clara diferencia entre su primera y segunda temporada, ya que al compararlas desde un punto de vista técnico, artístico y argumental, la segunda temporada fue lejos superior a la que le antecedió.  Lo anterior se debe  a que visto en la actualidad, la mentada primera temporada se observa “envejecida” en cuanto a la calidad de su animación y diseños, además del hecho de que sus guiones en muchos casos no tuvieron la sofisticación de los títulos sobre el Cabeza de Red y los alumnos de Charles Xavier, siendo algo infantiles incluso (en contraste con los otros dos e incluso con el programa dedicado a Hulk, de la misma factoría y que sin duda era bastante bueno).  Eso sí se puede valorar el detalle de que el tema musical de entrada de su primer año de producción, fue compuesto por alguien de la talla como Giorgio Moroder (el mismo de las recordadas bandas sonoras de cintas como la versión musicalizada de Metrópolis de Fritz Lang, Expreso de Medianoche y La Historia sin Fin).  En cuanto a la segunda temporada, esta cambió hasta la presentación y el diseño de los personajes, bastante más moderna y estilizada, poseyendo además argumentos mucho más maduros y apegados al cómic original.  Respecto a esta tercera serie, se puede valorar además que haya comenzado presentando a otro villano de peso para los 4F, el Amo de las Marionetas, dedicándose luego varios guiones al archiconocido mandatario absoluto de Latveria (supongo tienen bien claro de quién se trata ¿No?),como luego a los Skrull y demases.  Volviendo a la segunda temporada, todos sus episodios fueron de antología y aún así pueden destacar entre ellos la aparición de Pantera Negra, los Inhumanos y de uno de sus grandes antagonistas, Annihilus.
   
Mis 4F televisivos preferidos. 
Tras el estreno de la primera película millonaria de los 4F en imagen real, en el año 2006 se emitió la cuarta y hasta el momento última serie animada televisiva sobre este equipo y que se llamó en inglés Fantastic Four: World's Greatest Heroes.  Para ser sinceros y justos con ella, esta sin lugar a dudas viene a ser la mejor que ha tenido la familia más importante de toda la Casa de las Ideas. En primer lugar cabe destacar el esmero que se tuvo para hacer un producto con una animación soberbia, de colores limpios y llamativos, a la par de un diseño impecable para todos los personajes, ambientes, tecnología, monstruos y otros.  Cada episodio contó con una especie de “portada” u “afiche” tras los créditos de apertura, variando según su título e historia.  La presencia del humor fue relevante en el programa, aunque sin caer en el absurdo infantil, pues bien quedó claro desde el principio que se trataba de una serie cuya intención era la de llegar a un mayor variedad de público (en especial juvenil, adulto y, por supuesto, para aquellos conocedores de sus historietas).  Tal como en el caso de la animación de los noventa, hubo un gran desfile de otros superhéroes, como de villanos, llenando la pantalla de bastante acción y aventuras, como en los recordados tiempos de lo mejor de Marvel televisivo de los noventa.  No obstante pese a todas sus virtudes, esta versión de los 4F no superó los 26 capítulos, la misma cantidad a la que ya había llegado su predecesora.

III- De su aún más desastrosa experiencia en el cine.
   
    Si tras leer el capítulo de arriba se evidencia la poca fortuna de los 4F, en la llamada “caja tonta”, en el cine su paso ha sido incluso peor.  Y eso que ha tenido cuatro (nótese el número simbólico) oportunidades para deslumbrar a los seguidores de estos personajes.  Bueno, a hacer el repaso respectivo de todas estas películas, por supuesto ordenadas cronológicamente.
    Roger Corman fue durante las décadas de los sesenta y de los setenta uno de los mejores directores dedicados al terror y la ciencia ficción, debiéndosele a él algunas de las mejores adaptaciones que se han hecho jamás de la obra del maestro Edgar Allan Poe.  Teniendo como actor fetiche a un artista tan soberbio como lo fue Vincent Price, sus versiones de textos tan potentes como La Máscara de la Muerte Roja, El Pozo y el Péndulo y La Caída de la Casa de Usher, entre otros, Corman consiguió la consagración para la posteridad.  Lamentablemente luego se dedicó solo a la producción de filmes de “género”, de clase B, algunos respetables y otros no, siendo su último aporte como director la por supuesto recomendable Frankenstein Desencadenado en los noventa, con actores de gran calibre como John Hurt, Raúl Julia y Jennifer Jason Leigh; asimismo este filme se encuentra basado en el libro homónimo de Brian Aldiss, el cual a su vez es el homenaje del autor a la inmortal obra de Mary Shelley.   Como luego Corman quiso empezar a ganar dinero fácil (y sin embargo aun así tuvo el buen ojo como para descubrir a futuros talentos como Joe Dante y James Cameron), llegó a sus manos a poseer nada menos que los derechos de los 4F, para hacer una cinta de imagen real.  Fue así como gastando solo un millón y medio de dólares para la película, se realizó esta en el año de 1994, entregando un producto final que probó sin duda la poca preocupación para hacer una obra digna, más considerando el tema de su bajísimo presupuesto.  Aparte del pésimo guión, que en todo caso parte contando el mítico origen de este supergrupo, risibles en su factoría resultan las actuaciones forzosas y sus diálogos propios de cliché (¡imposible no recordar la cursilería de la escena en la cual Ben Grimm, antes de pasar por su transformación, toma a una dama en brazos y ambos giran al más puro estilo del peor de los musicales románticos).  A ello se le suma la precariedad de sus efectos especiales, donde lo peor de todo fueron las llamas “pintadas” sobre el negativo de la cinta, para mostrar a la Antorcha Humana haciendo uso de sus habilidades (y por último, el dibujo animado de este mismo personaje cuando sale volando hacia el final del largometraje).  No obstante sí se le puede valorar el apego a los trajes de la primera época de los cómics y que usan los actores en la cinta, como el traje de la Cosa, que si bien a muchos no les gustó, quien aquí escribe considera que está bastante bien hecho para la época y considerando el poco dinero con el que se hizo.   La cinta nunca logró emitirse en cines, puesto que cuando se supo de su bajísima calidad, se hizo todo lo posible para sacarla del mercado; no obstante gracias a los hackers, los curiosos pudieron verla luego de que fue subida a Internet y a lo que le siguieron las copias piratas para su difusión en video.

La bizarra cinta de los 4F de 1994 merece igual ser vista, en especial por el
bello trabajo realizado para los diseños de sus personajes.
      Una década después de la realización del filme anterior, se estrenó la primera producción multimillonaria con bombas y platillos en torno a los 4F.  Las expectativas de todo el mundo fueron grandes, no solo por los increíbles efectos especiales que se podían apreciar en los trailers, sino porque tras la notoriedad que habían alcanzado las últimas cintas hollywoodenses sobre superhéroes (entiéndase al respecto las películas de Sam Raimi sobre Spiderman y la de los X-Men de Bryan Singer), era de esperarse ver por fin triunfante a este equipo en la pantalla grande.  Es cierto que esta obra fue un éxito, por algo pocos años después tuvo una secuela; no obstante todo el aparataje visual fue lejos lo mejor en un largometraje, que adoleció de poco serio y falto de  un guión potente.  En esta película además se abusó de las escenas que a propósito explotaban el atractivo físico de dos de sus protagonistas, Jessica Alba como Sue Storm y Chris Evans en el papel de su hermano Johnny, de modo de contentar al público que más que quería ver un buen filme de superhéroes, deseaba deleitarse de sus rostros y cuerpos perfectos (al menos Evans luego se “redimió” haciendo el papel del Capitán América, en las producciones que le siguieron).  Además si el archienemigo por excelencia de estos cuatro en el título de 1994 fue más que ridiculizado, en este caso fue peor la caracterización que se hizo de él y eso que el diseño de su traje y máscara fue toda una maravilla.  Por último, su también escaso argumento trataba otra vez sobre el inicio de los 4F y el origen de sus conflictos con el más que conocido villano de Latveria.
Los 4F versión Tim Story.
    En el año de 2007 se estrenó Fantastic Four: Rise of the Silver Surfer.  A su vez fue dirigida otra vez por Tim Story y con el mismo elenco del filme anterior.  A todos ellos se sumó un actor veterano como Lawrence Fishburne, quien le dio la voz al nuevo antagonista y posterior aliado del equipo, el alienígena Silver Surfer, quien llega a la Tierra para prepararla de modo que su colosal amo Galactus pueda alimentarse de ella; por supuesto que esto implica la desaparición de toda la vida en el planeta.  Basada en la emblemática historia de los sesenta ya mencionada en este texto, podría haber sido la oportunidad para que esta continuación se redimiera, frente al fracaso artístico de los dos filmes anteriores…Pero por desgracia todo se quedó una vez más en puros efectos especiales y, lo peor, cuando los fanáticos esperábamos a Galactus una vez que su ex heraldo fue a encontrarse con él…¡Lo convirtieron en una informe masa de energía, en vez de aprovechar el fabuloso diseño con el que lo creó Jack Kirby! No solo los lectores acérrimos de las historietas de los 4F se fueron decepcionados de las salas, sino que lo mismo pasó con buena parte del resto de los espectadores, de modo que una película tan mala eliminó toda oportunidad de realizar una tercera parte.
    …Y llegó el presente año del Señor de 2015, cuando por fin se suponía los 4F iban a sorprender con una película hollywoodense, como bien les corresponde.  Tal como en el caso de las cintas de Tim Story, otra vez Fox estuvo involucrada, puesto que desde hace años que tiene los derechos de estos personajes y no ha querido deshacerse de tal veta; no obstante uno se pregunta cómo es posible que una vez más, hayan incurrido en el mismo error de antaño.  Si con los X-Men Fox ha sabido sacarle provecho a los mutantes más famosos del cómic, generando no solo multimillonarias ganancias, como también títulos de real calidad artística de dicha franquicia… ¿Por qué razón no se la juegan como es debido con los 4F? A ver, para ser franco este nuevo filme dedicado a la familia más importante de Marvel, es lejos mucho mejor que los que los otros, en especial en cuanto a lo que a guión se refiere.  Sin embargo desde su reciente estreno se ha hablado pestes al respecto, tildándolo incluso de la peor producción del género para el cine y que se haya hecho jamás.  Mucha gente sin haberla visto, ya se ha manifestado por completo en torno a ella, justificándose en su fracaso tanto frente a la taquilla y al juicio de muchos periodistas que se precian de ser expertos…No obstante todo esto es injusto, puesto que solo a la hora de ver una obra sin prejuiciarse y apreciarla por sus propias virtudes y defectos, es que la apreciación estética logra tener verdadero peso.  Ahora bien, algo que al parecer es por completo cierto, es que su director (Josh Trank) ha pedido disculpas públicamente por un producto tan desastroso, puesto que según afirmaría el montaje final no corresponde a lo que el pretendía hacer; de este modo Fox le habría quitado toda libertad artística y otras personas debieron ser responsables de quitarles varias escenas (según se dice las mejores) y agregado otras que incluso no filmó el director contratado en un principio.  No obstante independientemente de que esta entrega haya sido un fracaso de público y crítica, ella se propuso desde un principio como un reinicio basado más bien en la versión “Ultimate” de este grupo; esta decisión de hacer algo diferente en cierta medida, auguraba una mejor obra que las mencionadas y así se “vendió” a la gente, lo que en realidad se cumplió, aunque con los resultados ya referidos y  pese a uno que otro elemento a su favor, que hay que aprender a apreciar en todo caso.   Cabe recordar que el llamado “Universo Ultimate” corresponde a una línea argumental de Marvel, donde se vuelve a contar la historia de sus personajes, aunque actualizándola con respecto a la cronología oficial y realizando por ello drásticos cambios en la caracterización de estos, como en los acontecimientos más emblemáticos de su génesis.  De este modo en los 4F de este año, sus protagonistas son mucho más jóvenes que los de sus referentes clásicos (tal como en las revistas Ultimate) y los orígenes de sus poderes se deben a otro motivo, así como bien sucede con el origen de su némesis el Doctor Doom, quien ha aparecido en las cuatro cintas respectivas (¿Acaso no tienen otros grandes enemigos en su inmensa galería, llena de algunos de los criminales más estrafalarios y ruines de la historieta?).  A su vez se agregaron nuevas ideas a esta cinta, como hacer que Sue Storm en realidad haya sido adoptada por una familia de raza negra…Por lo que Johnny, la Antorcha Humana, es afroamericano.  Por otro lado, destacable es todo lo concerniente a la infancia de Reed y Ben, quienes acá tal como en las revistas Ultimate, son amigos entrañables desde tal época; este detalle le otorga a la película un cariz intimista que las otras obviamente no poseen y que al compararla además con otras del género, pueden hacerla más lenta (y aburrida), a quienes esperan solo acción y aventuras.  Es por la misma razón, que el guión se toma su tiempo para que por fin los personajes lleguen a convertirse en seres de gran poder.  Quizás el hecho de otorgarle preponderancia a las relaciones interpersonales, le haya quitado cierta espectacularidad, pese a sus soberbios efectos especiales.  Además está el hecho de que dentro de esta atmósfera menos hollywoodense, se le quitó el elemento humorístico y que ha sido un detalle importante de todas estas películas desde la recordada saga del Superman con Christopher Reeve (he ahí quizás un aspecto que claramente va en desmedro suyo, si se quiere conseguir entretener a una mayor cantidad de personas, acostumbradas muchas veces a cualquier cosa más ligera que las haga olvidarse de sus propios problemas). Como curiosidad, la Mole de esta adaptación anda durante todo el metraje sin su característico calzoncillo y/o pantalón corto, por lo que en la práctica anda sin ropa (ante ello pareciera ser una criatura asexuada, al no evidenciarse la existencia de los órganos respectivos o un bulto que dejara previsto que ellos existen; lo que resulta extraño considerando la personalidad viril de Ben Grimm).  Debe hacerse notar que un largometraje que ya en tan poco tiempo ha sido muy denostado, que buena parte de su banda sonora estuvo hecha por el connotado músico Phillip Glass (el mismo de preciosas composiciones para el cine como El Show de Truman, Candyman, Las Horas y El Ilusionista, entre otras), algo que bien se habría querido en otras cinta de este tipo (si bien el resto de la banda sonora corrió a cargo del irregular Marco Beltrami).   Por lo tanto, no es llegar y hablar de esta última película, la cual sin dudas merece una oportunidad para ser vista, sin considerar tanta mala leche  

Los actuales 4F cinematográficos (y que probablemente no tengan futuro en las salas de cine).

martes, 18 de agosto de 2015

Adentrándose en la literatura breve de Neil Gaiman (segunda parte).

    Y es el momento de continuar y terminar con mi entrada dedicada a este fabuloso libro...

11- Recuerdo de familia y otros tesoros: En lo que va de la colección, corresponde al primer cuento carente de elementos fantásticos, no obstante Gaiman no deja de crear una ficción donde los misterios brillan y es así como aquí habla de una antiquísima cultura de la que pocos saben y que guarda celosamente sus más preciados bienes.  El protagonista, quien nos cuenta su vida y la del hombre para el que trabaja, es un sujeto nacido y criado en la violencia, de lenguaje grosero pese a haber obtenido un título universitario, cuyas labores al servicio de su jefe dejan claro que ninguno de los dos es un desecho de virtudes y moral.  El relato parte con el narrador en primera persona, quien sin ápice de emoción confiesa varias mueres de las que es responsable, para luego dedicarle tiempo a su amo, un sujeto mucho más intrigante que él.  El texto aun en su propia ficcionalidad, no deja de reflejar la existencia real de un mundo donde la vida y la dignidad de las personas valen nada, para aquellos que solo se preocupan de satisfacer sus impulsos más egoístas; no obstante aún en medio de toda esta miseria, es posible que la belleza e incluso el amor, algo distorsionado eso sí, den calidez a las sombras.

12- Los niños buenos merecen favores: Otra historia bastante corta y que con su final inesperado lo deja a uno extrañado (y quizás puede ser que a algunos decepcionados); sin embargo es en esta vuelta de tuerca tan “gaimiana”, que la sana ironía del inglés queda muy bien ejemplificada...Pues cuando el lector cree que algo extraordinario pasará, nada sucede y el arte por muy maravilloso que sea, imita sin duda a la realidad.  Pareciera que este cuento tiene algo de autobiográfico (¿¡Quién sabe!?), pues además está articulado en base a un recuerdo de infancia como muchos de los ya comentados y su narrador-protagonista bien pareciera ser su propio autor.  La historia en sí es sencilla: las experiencia de un niño pequeño con su instrumento de música favorito, sin embargo aunque esto parezca algo de lo más aburrido, Gaiman lo cuenta todo como una verdadera aventura (y sin duda para un pequeño lo es, pues se trata de sus primeras vivencias significativas y que de seguro lo ayudarán a definir quién será más adelante)

13- La verdad sobre el caso de la desaparición de la Señorita Finch: En lo que va del libro, bien se podría decir que este el cuento más entretenido (¿Y el mejor?) después del correspondiente homenaje a Conan Doyle y su más célebre creación literaria.  Incluso el texto está desarrollado de tal manera, que deja de lado esos finales tan “extraños” propios del autor, pese a que la narración comienza por el final de la historia y luego aborda todo lo que ocurrió antes.  Un escritor y guionista de películas es invitado por un matrimonio amigo a visitarlos y de paso ayudarlos a entretener a una rara mujer de la que también son anfitriones.  Esta, la señorita Finch, en apariencia es una mujer demasiado grave y poco atractiva, no obstante a medida que todo va desarrollándose, demuestra ser una persona apasionada en lo que hace.  Su lado más “sensual”, será en parte el responsable de su inaudita desaparición.  Este incidente ocurre, porque antes de que la señorita Finch abandone a sus compañeros, todos visitan un extraño circo, apto solo para gente con criterio formado, pues sus espectáculos escapan a lo antes visto en cualquiera de estos lugares.  Por cierto, considerando que Gaiman de entre los tres escritores a los que dedica este libro, menciona al gran Ray Bradbury, a través de esta historia una vez más le rinde tributo al seguir como él la vieja tradición de contar historias sobre circos muy especiales (basta con recordar su famosa novela La Feria de las Tinieblas, sobre un circo más bien aterrador).  A continuación una cita para hacerse una mejor idea de lo que lo espera a uno en este espectáculo:

    “La Primera Sala

En la primera sala había una sonriente rubia que iba ataviada con un bikini de lentejuelas y que tenía marcas de agujas en los brazos. Entre el tío Fester y un jorobado encadenaron a la rubia a una enorme rueda.
La rueda giraba lentamente mientras un tipo gordo disfrazado de cardenal iba lanzando los cuchillos. A continuación, el jorobado le vendó los ojos al cardenal, que lanzó los tres últimos cuchillos bordeando la cabeza de la mujer. El cardenal se quitó la venda de los ojos, desencadenaron a la mujer, la bajaron de la rueda y los tres se inclinaron para saludar. Les aplaudimos.
Entonces, el cardenal cogió un cuchillo trucado que llevaba en el cinturón y le cortó el cuello a la mujer. La sangre brotó de la hoja del cuchillo. Se oyeron gritos ahogados entre el público, y una chica un tanto asustadiza gritó, mientras sus amigas se reían.
El cardenal y la mujer de las lentejuelas saludaron por última vez y las luces se apagaron. Seguimos la luz de las linternas por un pasadizo con paredes de ladrillo”.

14- Niñas extrañas: Dentro de lo más bizarro de esta colección de relatos y poemas, esta serie de “microcuentos”, que incluso carecen del acostumbrado desenlace sorpresivo de dicho subgénero, se encuentran estas breves historias de mujeres y cuya génesis que explica Gaiman en la Introducción, ayuda a entender al lector una rareza como esta.  A mi parecer, bastante prescindibles para disfrutar de verdad este libro.

15- Corazón de arlequín: Otros de los textos inclasificables de Neil Gaimam (y que para ser sincero no recomendaría a quien quisiese adentrarse en su narrativa breve, pues a menos que guste de los relatos de este tipo, bien se puede hacer una mala imagen de él).  El protagonista es un ser mágico que por siglos ha buscado mujeres a las que amar y gastando bromas a los demás.  Los eventos transcurren en un Día de San Valentín, en el cual este personaje anda detrás de su último amor platónico.  Bien podría considerarse esta obrita, como una muy particular manera de abordar el amor en algunas de sus aristas más curiosas.  Lo más extraño de todo esto, es la reacción de la dama ante las acciones de su enamorado.  Increíblemente esta historia tan bizarra posee una adaptación al cómic. 
Viñetas de la versión en cómic del cuento recién comentado (no se puede negar la belleza de su dibujo)..


16- Rizos: Un poema que revisita el clásico Ricitos de Oro en su versión original (que pocos conocen) y lo alterna con su versión más actual, suavizada y popular.  Escrito a manera de diálogo en algunos de sus versos, es una interesante mirada a la distinción entre literatura oral y literatura escrita, con la consiguiente correspondencia entre una y otras, las alteraciones provocadas por el tiempo de los textos antiguos y los aportes hechos a los clásicos de estas revisiones modernas.

17- El problema de Susan: Sin duda uno de los mejores relatos del libro y que a muchos lectores llegará directo a su corazón.  Se trata de un trabajo que si bien lleva a un contexto adulto un clásico de la literatura infantil, se lee sin mayores contratiempos (o sea, de que es de Gaimam lo es, pero no llega a los niveles más inusuales de otros de sus relatos).  Se puede afirmar que esta historia es una especie de continuación de la famosa saga de fantasía Las Crónicas de Narnia, ya que su protagonista no es otra que Susan Pevensie, la única de los 4 hermanos que aparecen en varios de estos libros, que se quedó en nuestro plano de la realidad y no regresó para siempre a la mágica tierra de Narnia, debido que al crecer renegó de tal lugar.  De este modo la narración muestra su soledad cuando ya es una anciana, quien ahora cree que todo lo vivido de niña y adolescente fue solo una fantasía.  No obstante Susan tendrá una nueva oportunidad para ser feliz de nuevo en dicho lugar y junto a quienes perdió.  Para quienes leyeron estos inolvidables textos y en especial de pequeños (como yo), siempre quedó esa “mancha” en el recuerdo de uno, ante el cruel destino de quien fuese la bella reina Susan de Cair Paravel; de este modo Neil Gaiman nos permite no solo reencontrarnos con ella, si no que aliviar el peso de esa memoria, al otorgarle esta posibilidad de redención al personaje.  No hay que olvidar eso sí que este es un cuento para adultos, aunque claramente pensado en quienes nos deleitamos con tales escritos en el amanecer de nuestras vidas, razón por la cual hay unos pasajes del cuento que incluyen nada menos que mucha más violencia que la que aparecía en las obras de C. S. Lewis y un erotismo de corte zoofílico que uno no se habría esperado.

    “Aquella noche volvió a tener el mismo sueño.
     En el sueño, ella está de pie en el extremo del campo de batalla, con sus hermanos y su hermana. Es verano, y la hierba es de un verde brillante e insólito: un verde vital, como el de un campo de criquet o la primera ladera de los South Downs, según subes hacia el norte desde la costa. Hay cadáveres tendidos en la hierba. Pero no son cadáveres humanos; a su lado hay un centauro con la garganta cortada. Su mitad caballo es de color castaño. La piel de su mitad humana está tostada por el sol. De pronto, se da cuenta de que está mirando el pene del caballo, preguntándose cómo harán los caballos para aparearse, se imagina recibiendo un beso de esa cara barbuda. Inmediatamente, desplaza su mirada hacia la herida de la garganta y el charco rojinegro que la sangre ha formado alrededor de su cabeza, y se estremece.
     Las moscas revolotean sobre los cadáveres”.

18- Instrucciones: Otro poema que de seguro a muchos no los entusiasme y que en este caso explica qué hacer luego de visitar el País de las Hadas y/o de la Fantasía.  Entre sus versos hay una alusión directa a los meses del año, tal como aparecen en el cuento La presidencia de Octubre.

19- ¿Cómo crees que me siento?: Otro extravagante cuento de fantasía ambientado en el mundo “real”, tal como le agrada a su autor, si bien no deja de mantener al lector atento, para luego darle otro final del tipo gaimiano.  Un hombre casado y con dos hijas gemelas mantiene una aventura amorosa, que lo ha llevado a enamorarse de su amante y estar dispuesto a dejar a su familia.  Como al final sus planes no resultan como los esperaba, primero se desmoraliza y luego su vida cambia con el paso de los años; en todo esto último cumple un rol muy singular una pequeña figura que hace con plasticina, la noche en que es despechado. 

20- Mi vida: Un monólogo de lo más insólito y que corresponde a un hombre cuya existencia sin vacilaciones, se encuentra llena de acontecimientos que escapan a todo lo racional y normal.  El humor propio de este autor destila sin duda en este curioso texto.

21- Quince cartas de un tarot vampírico: Corresponde a una serie de microcuentos basados en distintas cartas del tarot y donde según la que corresponda, el escritor cuenta algo donde el vampirismo se manifiesta de alguna forma.  Algunas de estas pequeñas piezas resultan más acabadas y aceptables que otras, que más bien son meros bosquejos de algo que pudo ser mejor (y que por supuesto Neil Gaiman dejó así a propósito).

El cuento sobre la Srta. Finch
también posee su propia historieta.
22- Alimentadores y alimentados: El único cuento de horror propiamente tal del volumen, que no deja de impresionar y que posee un remate que solo alguien como Neil Gaiman podría realizar.  Muy en la línea de este, en contar una historia dentro de otra, dejando siempre presente la importancia del arte de la narración, trata sobre un hombre acabado que le cuenta a otro (que lo conoció en la plenitud de su vida) cómo fue que llegó a convertirse en la ruina ambulante que ahora es.  Antes de su desgracia era  apuesto, varonil y fornido, de modo que acaparaba con facilidad la atención de todo el mundo, en especial de las damas que no temían en acercarse a él…Hasta que la mala suerte lo llevó a conocer a una singular anciana sola, a la que se vio obligado a estar ligado hasta el final de sus días.  Se trata de un relato de miedo sobrenatural, que retoma varios viejos temas y que bajo la mirada del escritor, demuestran su vigencia en un mundo donde aparentemente la lógica, la razón, la ciencia y la tecnología imperan.  Posee una pizca de erotismo y unas cuantas descripciones gráficas que al menos a mí (ya todo un veterano en las historias de terror) me hicieron llevarme una mano a la boca por el asco y el espanto de sus imágenes.  El siguiente fragmento ilustra muy bien lo siniestro que se haya en él.

     “Entonces hizo una pausa que duró casi un minuto. Se puso a rascar una gota seca que había chorreado por el cuello de la botella de ketchup. Tenía la forma de un tomate de pera. Luego, continuó hablando:
    —Lo que no me cabía en la cabeza era que aún estuviera vivo. Pero el caso es que lo estaba. Al menos, desde las patas delanteras en adelante, porque sus patas traseras y sus costillas parecían la carcasa de un pollo. No eran más que huesos. Y eso otro, ¿cómo se llama?, ¿tendones? Entonces levantó la cabeza y se me quedó mirando.
     »Puede que fuera un gato, pero yo sabía muy bien lo que quería. Lo vi en sus ojos. Quiero decir —hizo una pausa— que, de algún modo, lo supe sin más. Jamás había visto unos ojos como aquéllos. Tú también habrías sabido inmediatamente lo que quería, todo lo que quería, sólo con mirarle a los ojos. Tendrías que haber sido un monstruo para no verlo.
    —¿Y qué hiciste?
    —Usar mis botas —pausa—. No hubo mucha sangre. La verdad es que no. Simplemente lo pisoteé, le pisoteé la cabeza hasta dejarlo hecho un amasijo irreconocible. Si te hubiera mirado como me miró a mí, créeme, habrías hecho exactamente lo mismo que yo”.

23- Crup del hipocondriaco: Una vez más Gaiman agrega a Objetos Frágiles un texto inclasificable y que pone a prueba el amor y/o incondicionalidad de sus lectores por lo que hace.  En este caso se trata de la descripción y sintomatología de una enfermedad imaginaria.

24- Al final de los tiempos: Otra “curiosidad” gaimiana, que en su cortísima extensión corresponde a la versión de su autor sobre el Génesis y el Apocalipsis bíblicos.  Nada más que decir.

25- Goliat: El único cuento de ciencia ficción y a su vez una obra que puede considerarse como otros de los grandes aciertos de este tomo (aun considerando la especial manera de narrarlo de su autor).  Un detalle que puede ser muy interesante para el lector (y el cinéfilo), resulta lo que hay detrás de las palabras aclaratorias del propio Gaiman, sobre cómo fue que llegó a escribirlo y que sin querer hacer mayores spoilers, tiene que ver con una importante película del género.  Su trama es acerca de un hombre cuya vida no había sido gran cosa, hasta que le toca ser aparentemente el único testigo de algo así como una reacomodación de la realidad, salvo un extraño tipo con el que se encuentra más de una vez hasta el último de sus días.  Tras varias alteraciones de lo que pasa a su alrededor, todas ellas bastante drásticas, el protagonista descubre que tiene un rol muy importante dentro de todo lo que está pasando, si bien ello significa unos cuantos sacrificios.  El extracto que aquí se agrega explica mejor lo que he querido decir.

      “— ¿Qué es lo que está pasando? —le pregunté—. ¿Lo sabes?
       — Un misil enemigo ha hecho impacto contra una de nuestras unidades centrales de proceso —me explicó—. Doscientas mil personas conectadas en paralelo han salido volando por los aires y se han quedado destrozadas. Naturalmente, disponemos de un espejo, y empezará a funcionar de manera inmediata. Durante un par de nanosegundos, mientras arreglamos la unidad de proceso de Londres, seguirás flotando en mitad de la nada.
        — ¿Eres Dios? —le pregunté. Nada de lo que acababa de contarme tenía ningún sentido para mí.
        — Sí. No. En realidad, no —respondió—. No en el sentido que tú le das a esa palabra, en cualquier caso.
        Y entonces, el mundo dio una sacudida y otra vez eran las nueve de la mañana y yo acababa de llegar al trabajo y me estaba sirviendo una taza de té. Fue el déjà vu más largo y más extraño que he tenido nunca. Durante veinte minutos supe de antemano todo lo que los demás iban a hacer o decir. Y después se acabó, el tiempo volvió a transcurrir normalmente; un segundo después de otro, como debe ser”.

26- Fragmentos de un diario encontrado en una caja de zapatos olvidada en un autobús de línea en algún punto entre Tulsa, Oklahoma y Louisville, Kentucky:   Otra muestra de la escritura menos convencional de Neil Gaimam, así como no del gusto de la mayoría.   Corresponde a un diario de vida de una persona que anda detrás de una mujer, al parecer por despecho amoroso; para esto inicia un viaje sin provecho que implica varios lugares de USA.  Un texto olvidable, la verdad, y más a la luz de otros de este libro, que a su manera dejan la vara bien alta en cuanto a calidad literaria y entretención.

27- Cómo hablar con las chicas en las fiestas: Un precioso cuento de fantasía por completo original y con esa prosa poética que se echaba de menos en buena parte de este volumen, tan de su autor. Aquí se vuelve al recurso de la remembranza, que abunda bastante en estas páginas, a la memoria de nuestros primeros años de vida.  En este caso concreto se trata de dos adolescentes que en plena efervescencia hormonal, deciden llegar de improviso a cualquier fiesta que encuentren donde abunden las chicas, de modo de practicar sus dotes de galanes…Es así que cuando todo parece ir bien, para la sorpresa de ambos, descubren que sus compañeras no son en realidad lo que son y sin embargo al protagonista, una de ella le deja la sombra de un recuerdo que atesorará por siempre.

28- El día de los platillos volantes: De entre los poemas que forman parte de este libro, el penúltimo que se incluye acá, es el que más ha agradado a un humilde servidor.  Y es que tal como dice su curioso título, trata sobre dicho evento, el cual a su vez para mala suerte de la gente, sucede en la misma fecha en que otras catástrofes de todo tipo se vienen sobre la humanidad.  Un texto lleno de humor e ingenio, como se espera encontrar en la mayoría de las obras de Neil Gaiman.

29- El pájaro del sol: Aún con tanto cuento y poema extravagante en este libro, los que de seguro no tienen por qué ser del gusto de todo el mundo, un relato como este hace que uno sienta más que justificado haberle dedicado su tiempo a estas páginas; pues esta historia es sin duda una de sus perlas y más “redondas” de toda la colección.  Aquí Gaimam hace su propia interpretación de un cuento “moral”, que invita a la reflexión y deja una moraleja, con el consiguiente castigo para sus retorcidos personajes; no obstante cuando todo pareciera ir por completo en esa dirección, remata con otro final para no olvidar.  La narración trata acerca de un pequeño y muy selecto grupo de individuos, que siguiendo la tradición de sus antepasados, se reúne de tanto en tanto para comer los animales más inusuales; su intención es la de probar de todo y para ello carecen de todo remordimiento, si ello significa ser responsable de la extinción de alguna especie.  De entre todos los momentos geniales que posee esta narración, se puede destacar la descripción que hace de sus personajes, tan “gaimiana”, y que no deja de señalar la oscura naturaleza de los comensales (que en todo caso son humanos, razón por la cual resulta tan impactante todo ello, ya que sin dudas existen personas como estos):

     “Augustus DosPlumas McCoy; que era tan grande como tres hombres, comía como cuatro y bebía como cinco. Fue precisamente su bisabuelo quien fundó el club Epicúreo con el dinero recaudado por medio de una tontina que planeó y gestionó con gran esmero para asegurarse de que no se le escapara ni un solo penique.
     El profesor Mandalay; un tipo pequeño, nervioso y gris como un fantasma (incluso puede que fuera un fantasma; cosas más raras se han visto), que no bebía más que agua y comía como un pajarito de platos tan grandes como platillos volantes. Sin embargo, el entusiasmo no es imprescindible en un buen gastrónomo, y Mandalay siempre llegaba al corazón de cada plato.
     Virginia Boote, crítica gastronómica y de restaurantes, que fue una mujer de extraordinaria belleza en el pasado, y que ahora no era más que una distinguida y esplendorosa ruina (de lo cual, además, presumía sin complejo alguno).
      Y también Jackie Newhouse, descendiente (por la rama menos agraciada) del gran amante, violinista y duelista Giacomo Casanova. Al igual que su célebre antepasado, Jackie Newhouse podía presumir de haber roto muchos corazones y de haberse dado muchas buenas comilonas a lo largo de su vida.
      Finalmente, estaba Zebediah T. Crawcrustle, que era el único epicúreo que no tenía donde caerse muerto: llegaba a las reuniones del club arrastrando los pies y sin afeitar, con media botella de matarratas envuelta en una bolsa de papel marrón, sin sombrero, sin abrigo y, muy a menudo, con la camisa desabrochada y por fuera del pantalón. Pero, sin duda, comía con más apetito que cualquiera de sus colegas”.

    Estos cinco sujetos emprenden un viaje para conseguir un ejemplar del mítico pájaro del sol, instante en el cual el autor realmente nos trasporta a un mundo exótico y qué más encima existe, demostrándonos una vez más su erudición en materia de mitología; por otro lado, no quedan dudas sobre su correspondiente habilidad para tomar estos temas clásicos y dejar claro, por un lado, que siguen vigentes y, por otro, dotarlos de vida nueva para las actuales generaciones.

30- Inventando a Aladino: Tal como el poema anterior a este, mucho menos críptico y denso que los casos anteriores, se trata de una obra poética narrativa, que de seguro a la mayoría de los lectores gustará (¡sí, sí, a mí me encantó, lo que no me sucede mucho con este género literario!).  El texto es otra expresión de afecto de su autor por el arte de narrar y de la reverencia que siente hacia todos aquellos que alguna vez han iluminado las vidas de la gente con sus creaciones.  A su vez se trata de una manera muy particular de retomar al legendario personaje de Sherezada, la gran contadora de cuentos de Las  mil y una noches, a quien humaniza con gran ternura este heredero suyo.

31- El monarca de la cañada: Por partida triple esta obra resulta ser muy especial: En primer lugar, porque corresponde a la “esperada” continuación de la novela más importante (para muchos) de Neil Gaiman: La ya mencionada Dioses americanos.  En segundo lugar, el autor no solo recupera a su taciturno antihéroe Sombra, sino que además nos permite reencontrarnos en especial para quienes hemos leído Objetos Frágiles, con los dos protagonistas de otro de los mejores textos que lo comprenden: los señores Smith y Alice, quienes desde su primera aparición en Recuerdo de familia y otros tesoros, logran acaparar la atención del lector.  Y la tercera razón de todo esto, es que debido a su extensión que supera a la de todos las otras narraciones del libro, se trata en realidad de una novela corta, lo que permite disfrutarla más.  Su argumento ocurre un par de años después más o menos de los eventos de Dioses americanos.  Sombra anda de viaje por Escocia y en la posada donde se queda, le ofrecen un trabajo por el fin de semana que se supone le será muy fácil, así como le permitirá ganar una considerable suma de dinero.  Entre medio conoce a una mujer bastante especial, quien una vez que todo llega a su increíble clímax, deja claro ser uno de los mejores personajes de esta obra y de todas las que comprenden esta colección.  Como ya es habitual con Gaiman, justo cuando uno cree que todo va hacia un punto determinado, nos sorprende otra vez con sus innovaciones argumentales, consiguiendo diversión pura (y admiración), para quien tiene la dicha de tener a mano esta historia.  Por último, como ya ha pasado en casos anteriores, los viejos mitos son revisitados por este artista de una manera sublime.

III- Palabras finales.

    Siendo Objetos Frágiles un libro que en su versión en español “apenas” alcanza las 450 páginas de extensión, por el hecho de poseer tantos cuentos y poemas en él, a la hora de comentarlos su post me salió mucho más largo de lo que pretendía (pido las disculpas del caso).  No obstante ese es un detalle menor, cuando se trata de disfrutar de la literatura de uno de los autores de fantasía más importantes de la actualidad.  Y como hay quienes dicen que la mejor manera de adentrarse en los mundos ficticios de un escritor, cuando apenas se le conoce, son sus textos breves, contenidos en selecciones como estas, siendo el medio ideal para saber si su trabajo es del gusto de uno o no…Y recién pasada la prueba de fuego, aventurarse a tomar una de sus narraciones mayores. La verdad es que todo esto depende de uno mismo, no obstante tampoco es malo ir “de a poco” en la degustación de un nuevo autor.   A su vez tomar una decisión como esta, al comparar un escrito con otro de la misma persona, permite conocer mejor su evolución como escritor, ya que sus escritos al pertenecer a distintas épocas de su producción, evidencian sin duda su desarrollo estético.
     Hay que ser sinceros, este no es un libro para niños, ni adolescentes; ello no solo por las descripciones de tono elevado que posee, de hecho el mismo hecho de ser Gaiman un escritor “culto”, hace que no cualquier lector se sienta a gusto con su particular forma de escribir y pueda comprender a cabalidad su narrativa más extraña, como también la constante intertextualidad de sus títulos.  O sea, Neil Gaiman (al menos el de esta antología) no es el adecuado si cualquiera desea disfrutar de una obra ligera o de aventura pura, sin mayores pretensiones intelectuales; no obstante para aquel que esté dispuesto a adentrarse en sus fantasías algo retorcidas, será de seguro toda una joya a la que atesorar en su memoria.

viernes, 14 de agosto de 2015

El Hombre Hormiga ha llegado para quedarse.


I- Antecedentes comiqueros del personaje.

     El Hombre Hormiga (Ant-Man en inglés) es un viejo superhéroe de Marvel, puesto que tal como mucho de sus compañeros de andanzas y villanos, fue creado a principios de los sesenta en plena Edad Dorada de los cómics y durante los ya legendarios albores de esta empresa.  Como era de esperar, en su génesis estuvo involucrado Stan “El Hombre” Lee, el también guionista Larry Lieber y otro grande de las historietas… ¡Jack “El Rey” Kirby!  Fue así como desde sus inicios este personaje ha tenido una carrera bastante exitosa, llena de aventuras y desventuras, consiguiendo hasta su propia revista, como también siendo nada menos que uno de los miembros fundadores de Los Vengadores.
     En Chile el Hombre Hormiga es más bien conocido por los más ñoños entre los ñoños y solo gracias a su primera película de reciente estreno, ha conseguido ser centro de atención del resto de la gente.  Pero lo que debe saber todo interesado en el personaje, es que han habido dos superhéroes llamados por el mismo nombre y llevado tanto su traje, como su impresionante tecnología que lo destaca de entre sus pares marvelitas (de hecho, puedo afirmar que lejos lo encuentro mucho más interesante que su contrapartida de DC, Átomo).  El Hombre Hormiga original corresponde al científico Henry Pym, quien creó una sustancia que le permite reducirse a niveles increíbles, incluso lo suficiente como para conocer el microuniverso, claro que usando un ultratecnificado traje que le ayuda en todo el proceso.   A su vez Pym desarrolló un medio para comunicarse con las hormigas, a quienes usa de singular ejército.  Cuando empequeñece, mantiene su fuerza original, de modo que sus golpes que no ven venir la mayoría de sus contrincantes, muy bien pueden dejarlos noqueados.  En el trascurso de su empresa, Henry Pym ha usado otras identidades, siendo la más famosa de ellas la del Hombre Gigante, quien tal como dice su nombre, viene a ser todo lo contrario a su primer alter ego; puesto que al usar una tecnología por completo inversa a la de su otro apodo, puede crecer de forma increíble (con sus límites, claro) y adquirir capacidad muscular sobrehumana.  No obstante este científico que en inteligencia está al nivel de Red Richards (Mister Fantástico) y Tony Stark (Iron Man), dentro de los “buenos” de la Casa de las Ideas, también ha usado otros nombres y trajes, como Goliat y Chaqueta Amarilla.  A su vez se encuentra ligado sentimentalmente a Janet Van Dyne, científica como él y quien lucha a su lado como la superheroína La Avispa, usando el mismo proceso de miniaturización de su marido.   Cabe destacar en la inmensa trayectoria de este genio, que en los cómic fue él quien creó al malévolo Ultrón y no Tony Stark como bien se muestra en la segunda película de Los Vengadores; por supuesto que sus intenciones al darle vida a tal inteligencia artificial eran benignas, solo que como ya muchos saben, este se desbandó y salió del control de su “progenitor”.
    Luego de décadas (o años si se considera el lento pasar del tiempo en los cómics) luchando por la justicia, Henry Pym obtuvo su merecido sucesor, rol que cayó en los hombros de Scott Lang, mucho más joven que el primer Hombre Hormiga y de personalidad distinta.  A diferencia de su maestro, Lang tuvo una vida difícil que lo llevó en dos ocasiones a robar, aprovechando sus grandes dotes de técnico, aunque en ambas por motivos humanitarios.  Tras quedar claro su buen corazón, Pym le concedió mantener el equipo que le había robado y con el propósito de que le secundara trabajando por el bien.  De este modo Scott hizo su propia exitosa carrera como justiciero, peleando lado a lado de figuras emblemáticas como el Hombre Araña, uniéndose a las filas de los mismos Vengadores y hasta formando parte de los 4 Fantásticos
     Los fanáticos del cómic hemos tenido ocasión de encontrarnos con más de una adaptación audiovisual de Hank Pym, mucho antes de la mega producción (y bastante celebrada) de imagen real y a la que más adelante se le dedicará su propio espacio en este texto.  De hecho en la (pésima) primera serie de televisión de animación sobre Los Vengadores, del año 1999, era el líder de esta agrupación y que pese a tener entre sus filas a otros como Falcon, la propia Avispa y Ojo de Halcón, fue un fracaso debido a sus guiones de bajo nivel.  Tuvieron que llegar los dos largometrajes de venta directa para el DVD (y luego blu-ray) de Ultimate Avengers, para que a Hank Pym se le hiciera justicia por fin en este formato, si bien en ellas apareció bajo la identidad del Hombre Gigante (ambas del año 2006).  Luego en televisión apareció en un divertidísimo episodio de la serie animada de los 4 Fantásticos de 2006, hasta que en el show catódico conocido en español como  Los Vengadores: Los héroes más poderosos del planeta (2010-2013), tuvo un papel destacado como protagónico y se le pudo ver tanto como Hombre Hormiga, Hombre Gigante y Chaqueta Amarilla.  En la actual serie animada de Los Vengadores, en un solo episodio salió Pym y luego fue reemplazado por el mismísimo Lang (claramente con el propósito de potenciar al personaje para su debut en el cine).

La Avispa y el Hombre Hormiga en la recomendable serie de Los Vengadores, emitida entre los años 2010 y 2013.

II- El brillante comienzo del Hombre Hormiga como estrella cinematográfica.

    Cuando Marvel Studios ideó lo de crear su “universo cinematográfico”, uniendo todas sus películas a partir de la primera entrega de Iron Man (2008), para luego reunir a todos sus personajes en la primera película de Los Vengadores (2012) y su posterior secuela de tan solo este año, los seguidores de la compañía echamos de menos a uno de sus personajes más queridos: el Hombre Hormiga. Ante su ausencia en la formación del grupo de superhéroes más importante de Marvel, muchos se preguntaban si lo iban a obviar por completo de su saga fílmica.  No obstante la compañía ha sido lo suficientemente inteligente como para, una vez dejado claro el éxito de su fórmula a la hora de hacer sus últimas cintas, aprovechar todo esto y hacerle una película a este para él solito y donde pudiese brillar por sí mismo.  Luego, vendría el siguiente paso de ponerlo como “invitado” en los siguientes largometrajes, dedicados a otros justicieros  y, por último, su aparición como miembro efectivo del mencionado equipo…¡Y es así que ante el triunfo de Hank Pym y compañía en las salas, esto ya está más que confirmado!
    Dirigida por Peyton Reed, quien antes de realizar este trabajo se fogueó en varias comedias románticas y en televisión con muy buenos resultados, en cierto sentido (y perdónenme si les parece una HEREJÍA), de solo las dos entregas de este año de Marvel Studios, Ant-Man resulta mucho más entretenida y efectiva que Los Vengadores: La Era de Ultrón (por mucho que esta otra sea un gran filme). Pues en cierto sentido la que parecía una película menor de la franquicia, renovó con este superhéroe el panorama, al abordar de forma tan creativa a un superhéroe de la talla del Hombre Hormiga.
     En primer lugar un gancho de real impacto para los cinéfilos de corazón, cuando se confirmó la producción de esta obra, vino a ser la contratación de todo una estrella hollywoodense en uno de los protagónicos: El galardonado Michael Douglas, quien con una importante filmografía a cuestas y en papeles tan diferentes entre sí que no dejaban duda ante su versatilidad, fue sin vacilaciones el golpe de gracia para acaparar la atención incluso de antes de ponerse a rodar.  Por otro lado, estaba el hecho de que hace tiempo que no se le veía actuando, por lo que se le echaba de menos en pantalla y tal regreso permitió a muchos de sus admiradores acceder a la nostalgia de sus años mozos.  Y en verdad que Douglas no decepciona en esta cinta y se ve tan lozano como siempre (es al respecto que impresiona verlo rejuvenecido al principio de la historia, gracias a un efecto de maquillaje y/o digital que maravilla).
     Ante la noticia de que Michael Douglas haría de Hank Pym y, por ende, de su primer avatar, era seguro que la gente conocedora de los cómics se diría “¡Pero si es muy viejo como para interpretar al Hombre Hormiga!”.  Pues la respuesta para calmar a los sorprendidos, estaba en recordar que ha habido más de una persona en las historietas que haya usado este nombre y traje: Scott Lang.  De este modo el Hombre Hormiga en el que recaería (y recae) gran parte de la acción de su argumento, corresponde a este último, quien tal como quedó demostrado en la puesta en escena, logró ganarse el aprecio del público y la crítica.  Es al respecto que al usar a los dos personajes que han llevado el mismo título, la película permite abordar algo que nunca antes se había visto en esta seguidilla de filmes de Marvel Studios: la relación entre un maestro y su discípulo, donde es posible ver ese tema tan viejo de la preparación de un novato, en manos de un experto que le hace entrega de toda su sabiduría, para convertirse en la nueva generación que mantenga en alto los principios de su precursor (algo muy oriental, por cierto); teniendo entre medio además el intenso (y divertido) proceso de pruebas, para conseguir la aprobación de su mentor y ser digno de llevar su emblema (en este caso, el nombre y el traje del Hombre Hormiga). 
    Cabe mencionar que ante el atractivo que resulta la aparición de alguien como Scott Lang en todo esto, se encuentra el trabajo y, por qué no, el encanto del actor que tuvo a su cargo tal papel: Paul Rudd, con una extensa carrera en distintos tipos de cintas, siendo esta (como en muchos otros casos) la primera en su lista del género superheroico.  Rudd logra emocionar y hacer reír al espectador, así como también ante su agilidad y adónica presencia, cuesta creer que tenga más de cuarenta años (o bien hace que uno mismo desee tener esa misma vitalidad, que lo ha convertido hoy en día en un nuevo sex symbol hollywoodense).   Por otro lado, un elemento que permite que este justiciero se humanice más ante sus pares, radica en el hecho de su paternidad y que le otorga una nueva razón de ser para convertirse en un hombre de bien (detalle que tan solo con Ojo de Halcón fue posible apreciar con anterioridad, si bien esta característica suya no tenía el peso dramático de esta cinta más reciente).
    El tercer agregado en cuanto al casting de calidad de El Hombre Homiga, se encuentra en el personaje femenino de mayor relevancia en su trama: la hija de Hank Pym y quien, como era de suponer, llega a tener una relación bastante especial con el aspirante a superhéroe.  Hope Van Dyne es aquí interpretada por la preciosa y talentosa actriz Evangeline Lilly (lo admito sin vergüenza, una de las mujeres que más me ha hecho llorar en la vida), quien tras destacar en la serie de televisión ya de culto Lost, logró ganarse el corazón de muchos y luego tras terminar el programa, hacer una incipiente carrera en producciones de cine tan exitosas como Gigantes de Acero (2011) y basada en un cuento del gran Richard Matheson, como en las dos últimas entregas de la trilogía de El Hobbit (2013-2014).  Por otro lado su papel, en especial en la primera escena agregada después de los créditos, promete toda una nueva y heroica vida para la hija del primer Hombre Hormiga.
    Respecto al villano de turno, Darren Cross (al parecer creado a propósito para este guión), resulta ser una manera bastante original de abordar la presencia del mal, ya que a diferencia de otros malvados del universo Marvel, se trata de un “hombre común y corriente”, cuyo deseo de poder y taras emocionales lo llevan a la locura, las acciones ilegales y, por último, la perdición.  De este modo, su genio malogrado y arrogancia, lo hacen contrastar de inmediato con Pym (con quien queda de manifiesto un problema trágico  y freudiano, ante la figura del padre por el cual se siente rechazado) y con Lang (al que trata de opacar y superar, ante su imposibilidad de conseguir todo lo que siente que se le ha negado: la sucesión y la hija de quien fuera su viejo maestro).
    Interesante resulta además el hecho de que la película permite mostrar que antes de la época de todos estos superhéroes, hubo una anterior generación de ellos, la que conecta con la primera película del Capitán  América y en parte con la hoy exitosa serie de televisión de la agente Carter (en los inicios de lo que sería S.H.I.E.L.D).  Es así que a través de flashbacks, aparece nada menos que el padre de Tony Stark, ya recurrente en esta saga audiovisual y lo que es más formidable para el fanático, se puede apreciar a Hank Pym cuando era el Hombre Hormiga…acompañado por su esposa Janet Van Dyne como la Avispa.  Siguiendo con toda esta creación de un universo Marvel cinematográfico coherente, destaca la importante aparición de dos Vengadores, en especial de uno de ellos que sale tres veces en escena y en la primera de ella protagoniza uno de los momentos más simpáticos del filme.
    Dentro de los personajes de apoyo que permiten obtener un trabajo final más complejo, se encuentra la presencia del mejor amigo de Scott Lang (un ladrón de buen corazón) y dos de sus cómplices, quienes aportan con más humor aún, en una película que no deja de conseguir la aprobación de la mayoría de quienes la ven.
    Por último, era de suponer que los efectos especiales iban a estar a la altura de las circunstancias, no obstante no se puede dejar de lado el realismo fantástico cada vez en que se produce el proceso de miniaturización.  Por ende, los trajes del Hombre Hormiga y su némesis acá, Chaqueta Amarilla, como la mencionada Avispa, acaparan sin duda la atención por lo bien que están hechos.  A su vez cada vez en que aparece el ejército de hormigas, es para regocijarse ante tanto esmero por realizar una obra que logre amalgamar tan bien la ficción más extraordinaria de los cómics, con los sofisticados avances tecnológicos del cine de género. 

El guapo Paul Rudd posando tras saber que sería el Hombre Hormiga.

lunes, 10 de agosto de 2015

Adentrándose en la literatura breve de Neil Gaiman (primera parte).



I- Para saber algo del autor.

    El inglés Neil Gaiman (1960) es sin duda uno de los escritores de fantasía y terror vivos más importantes de la actualidad, a tal punto que sus numerosas obras han dejado huella en la cultura popular, convirtiéndose en todo un legado para la posteridad.  A la hora de tener en cuenta su trabajo como creador de historias (muchas de ellas realmente inolvidables), es importante saber que este no solo se dedica a la literatura, sino que también es un destacado guionista de televisión y cómics; de hecho se hizo famoso gracias a su trabajo en el noveno arte y luego una vez que fue desarrollándose como artista, incursionó en el cuento, la novela y la poesía (si bien con el tiempo ha ido publicando muchos trabajos que tenía guardado desde su juventud).
    A leerlo uno se encuentra con un autor que en la mayoría de su bibliografía demuestra un gran saber sobre los grandes clásicos y las obras recientes propias de la cultura de masas (cine, televisión, historietas, música actual, entre otros); asimismo es evidente apreciar en lo que hace su amor por el divino oficio de contar historias, tarea a la que no deja de dedicarle sus homenajes, ya que muchos de sus títulos tienen como a personajes a escritores, bien se basan en la mitología y leyendas de todo el mundo, otras reinterpretan las  obras que le han precedido o se inspiran en ellas, etc.  En pocas palabras lo que hace Neil Gaiman es una declaración de amor incondicional hacia las historias, antiguas, recientes y nuevas, como a aquellos hombres y mujeres que han dedicado su vida a esta bella labor.   Por ende un lector culto y más todavía si comparte su pasión y amorío con la misma intensidad, sin dudas llega a deleitarse ante tanta intertextualidad en lo que escribe; pues muchas veces es posible reencontrarse gracias a él con los personajes de tu infancia y con todos aquellos que en algún momento lograron robarse una parte importante de tu corazón.
    No obstante pese a esta cualidad de la literatura y los cómics salidos de su mente prodigiosa, Gaiman bien puede no ser del gusto de todos, en especial en lo que se refiere a narrativa; esto porque lo que escribe muchas veces no es fácil de “digerir” a la primera, puesto que acostumbra romper con todo lo preestablecido en la literatura de este tipo, dejando de lado los esquemas preestablecidos y contando todo de una forma bastante distinta a cómo lo harían sus colegas más convencionales.  No obstante pese a este “detalle”, ha sido capaz de cautivar a grandes y chicos, así como ganarse el favor de la crítica especializada, obteniendo además un montón de galardones de alto prestigio.  A su vez no se puede olvidar su acostumbrado buen humor, el que destila con inteligencia, incluso en algunos de sus títulos más serios o el que usa como elemento para romper una vez más con los arquetipos de las historias, con situaciones de tipo surrealista y/o absurdas, tal como a él les gusta contarlas.
Neil Gaiman.
    A la hora de referirse a sus obras en concreto, el título que lo otorgó la fama absoluta y lo consolidó como uno de los narradores más prodigiosos, fue la creación del cómic The Sandam (1988-1996 y ahora en una nueva colección de la mano de su propio creador), basado ligeramente en un antiguo personaje de DC, pero usando la mitología griega y en general la de un montón de culturas; y así llegó a dar forma a la que sería no solo su obra cumbre en lo que a historieta se refiere, sino que una las sagas de la novela gráfica más hermosas y conmovedoras desde que existe dicho arte.  The Sandman trata sobre Morfeo, el dios del sueño, un Eterno, quien a lo largo de la historia de la humanidad y de la creación, ha marcado la existencia de una enorme cantidad de personas.  Neil Gaimam en esta colección lo hizo codearse en la vida de personajes ficticios y reales, entre ellos algunos propios del universo DC, para los que siempre Morfeo fue un ser superior y benigno; a menos, claro, que estos mismos tuviesen una naturaleza malévola y que por ello el propio Morfeo se viera obligado a usar sus poderes para castigarlos por sus crímenes.  La belleza de las historias dedicadas a Morfeo llega a tal sublimidad, que para quien las haya leído (o al menos una pequeña parte de la gran colección que implica The Sandam), resulta imposible no olvidarse de su tributo a Shakespeare y a su inmortal Sueño de una Noche de Verano (siendo esta joyita la primera historieta en conseguir el Premio Mundial de Fantasía) y tampoco merece quedar en el olvido cuando Morfeo viaja al mismísimo Infierno, para buscar uno de sus tesoros  perdidos; es entonces cuando Lucifer y sus huestes tratan de cerrarle el paso con la intención de que no regrese a su hogar y por lo que Morfeo sin perder la compostura les dice: “¿Qué sería de ustedes sin mí? Que si no fuera porque los condenados sueñan con el Cielo, la labor de este lugar no tendría efecto” (bueno, lo estoy parafraseando, je, que no recuerdo las palabras textuales); lo que nos les queda otra cosa que resignarse a dejarlo en paz.  The Sandam pertenece al sello Vértigo de DC, dedicado a sus obras por completo de carácter adulto, puesto que posee su grado de violencia y erotismo, solo apto para “gente con criterio formado”.  En su génesis cabe destacar el inconfundible trabajo gráfico de Dave McKeen, amigo y colaborador constante de Gaiman, quien con sus preciosas portadas y viñetas ayudó a configurar la atmósfera onírica de la serie. 
   Considerando la larga lista de trabajos en cómic de Neil Gaiman, solo se destacará acá también un muy particular trabajo suyo y dedicado nada menos que al Señor de la Noche, el Caballero Oscuro, el Murciélago… ¡Batman! Titulado en inglés como Whatever Happened to the Caped Crusader? (2009 y en español publicada como ¿Qué sucedió con el Cruzado Enmascarado?), el cual corresponde a su propio homenaje al superhéroe y donde en una llamada “historia imaginaria” (concepto anterior a los recordados Otros Mundos) fantasea con los efectos de la muerte del mayor vigilante de Ciudad Gótica; es así como a su funeral lo visitan varios amigos, aliados e incluso enemigos, para rendirle los honores respectivos.  En el apartado visual estuvo un talento de la talla de Andy Kubert, quien en verdad realizó un trabajo memorable dentro del universo batmaniaco.  Cabe dejar claro que el título y la forma en cómo está organizado el argumento, corresponde además a un guiño solemne al clásico ochentero ¿Qué sucedió con el Hombre del Mañana?, con el cual el guionista Alan Moore y el dibujante más importante en los cómics de Superman, Curt Swann, despidieron a la versión de la Edad de Plata de este justiciero.


    Antes de entrar de lleno a su literatura, solo quisiera destacar su trabajo para la emblemática serie televisión de ciencia ficción inglesa Doctor Who, para la que escribió el guión de dos episodios, el primero de ellos en su sexta temporada de 2012 (el cual consiguió un Premio Hugo) y el segundo en la séptima, en 2013, del relanzamiento de este querido personaje, quien lleva más de cincuenta años en pantalla.  Cabe decir que desde niño Gaiman admiró al último de los Señores del Tiempo, de modo que cuando hizo su primer guión para tal show, cumplió uno de sus mayores sueños.  A su vez su amor por los programas de ciencia ficción y fantasía ya se había manifestado antes, al ser luego del también maestro Harlan Ellison, uno de los dos únicos escritores en ser invitados por el igualmente celebrado J. Michael Straczynski, en escribir un episodio para la última temporada (la quinta) de su serie de culto Babilonia 5 (ello en 1998 y de hecho Día de los Muertos, que así se llama este capítulo, corresponde a uno de los mejores de esta serie y que dejó hace rato su huella; además gracias a la inventiva de Gaimam, sus seguidores pudimos reencontrarnos con unos cuantos de sus personajes que ya llevaban, como era de suponer, muertos).
    Y entonces en lo que se refiere a su labor literaria, que resulta interesante que su primera incursión en el formato de la novela, fuera respaldada por alguien como Terry Pratchett, con quién escribió una hilarante versión sobre el fin del mundo, conocida como Buenos Presagios.  Para ser sinceros, los títulos correspondientes a sus libros son demasiados como para nombrarlos acá, de modo que solo se mencionarán dos más de su bibliografía.  De este modo no se puede dejar de lado la obra que para muchos viene a ser su novela más importante, transgresora y que ha dejado una marca indeleble en la actual fantasía: Dioses Americanos (2001), un grueso tomo en el cual las deidades de las antiguas culturas del mundo, deben enfrentarse a las nefastas divinidades que han nacido del corazón del hombre contemporáneo, como el dios de la televisión, el dios de Internet y muchos otros.  La maravilla que significa este trabajo suyo, ha dado paso a que esté en preparación una serie de televisión basado en él y al parecer pronto a estrenar.   Por último, cabe mencionar su novela de terror infantil Coraline (2002) sobre una talentosa niña pequeña, quien aprende de una manera muy especial a valorar su vida y el amor de sus padres; a su vez esta bella historia de espanto tuvo una más que recomendable adaptación para el cine, hecha por Henry Sellick (2009) y una al cómic (2008).



II- Para saber sobre sus cuentos y poemas:

    Objetos Frágiles (2006) corresponde a la segunda selección de relatos y poesías de Neil Gaiman, compilada y ordenada por él mismo.  Muchos de estos textos fueron editados en diversas antologías y otros de ellos aparecieron por primera vez publicados en este tomo.  Como bien sucede con este tipo de libros, compuestos por varias obras de corta extensión (buenos, unas más extensos que otros), el resultado final puede resultar desigual, lo que en todo caso siempre es subjetivo, ya que su valoración depende de los gustos de quién los lee.  Poco más de 30 ejemplos de su prosa y lírica, comprenden este compilado (bastante) personal.
    En su Introducción el artista explica el nombre dado al volumen y que es mejor que el lector sepa sus razones de las palabras del mismo autor.  A su vez aclara a su manera el origen de gran parte de estos escritos, permitiendo conocer gracias a ello el proceso creativo de un artesano de las palabras y las historias como él.  Entre medio de todo esto, regala al lector un hermoso cuento suyo, muy en la línea de las ancestrales narraciones chinas.
    Debido a su ya mencionada pasión por las historias y los maestros que le han antecedido, Neil Gaiman dedica este libro a tres de los grandes: al archiconocido Ray Bradbury, al importantísimo guionista y cuentista Harlan Ellison (ya le dedicaré su más que merecida entrada en el Cubil) y a Robert Sheckley, igualmente famoso autor de ciencia ficción y de quien debo reconocer con vergüenza ignoro si alguna vez habré leído uno de sus tantos cuentos (así que también estoy en deuda con él).
    La traducción a nuestra lengua hecha por Mónica Faerna, enriquece esta versión al contener varias notas al pie de la página, que ayudan al lector a comprender varias de las alusiones directas e indirectas de Gaiman a escritos más antiguos, entre otros datos de interés.
   Considerando la cantidad de textos que comprenden Objetos Frágiles y la primera parte de este post donde me refiero a su autor, lo que de por sí alarga bastante sus dimensiones, he optado como en otras ocasiones en dividirlo en dos partes.  De este modo a la prontitud estaría publicando su continuación y final, pues además todavía me encuentro en proceso de leer este compilado.
   Pues vamos de lleno a revisar la primera tanda que comprende el libro en cuestión.

1- Estudio en esmeralda: Escrito para una antología de relatos originales sobre Sherlock Holmes, resolviendo casos en el universo lovecrafniano (¡Qué idea más genial!), le concedió un nuevo premio Hugo a su autor.  El nombre del cuento corresponde claramente a una alusión a la primera novela sobre el detective privado más famoso del mundo, Estudio en Escarlata, y el cambio cromático de su título bien es explicado una vez que la historia comienza a desarrollarse y toma un rumbo inesperado.  Siguiendo la tradición de los textos originales de Sir Arthur Conan Doyle, Gaiman cuenta la historia usando un narrador testigo, quien lleva el registro de las acciones de Holmes. No obstante, como estamos frente a la versión de una mente tan ingeniosa como la del creador de The Sandman, bien puede ser que quien aquí lleva esta labor no sea el archiconocido John Watson; de este modo en el cuento está más que claro que la realidad y el universo ficcional creado por Conan Doyle, lleguen a trastocarse a tal punto que el lector conocedor de las obras sobre el talento de Baker Street, se lleve más de una sorpresa. Por otro lado, siguiendo la tendencia de los textos primerizos del personaje, Gaiman demuestra que aun cuando Holmes sea una mente privilegiada, no siempre consigue apresar al culpable del crimen que trata de resolver.  Como delicia agregada para lector, cada episodio es introducido con el típico cartel publicitario de la época y que hace alusión a numerosos personajes literarios de aquellos años, que bien calzan dentro de esta época victoriana visionada por el autor; con ello, además Gaiman nos demuestra su fino humor, así como su enorme cultura general.  A continuación como muestra un botón:

     “¡¿PROBLEMAS DE HÍGADO?! ¡¿ATAQUES BILIARES?! ¡¿NEURASTENIA?! ¡¿ABSCESOS EN LA GARGANTA?! ¡¿ARTRITIS?! Estos son solo unos pocos de los problemas para los que una SANGRÍA profesional puede ser la solución. En nuestras oficinas se encuentran octavillas con TESTIMONIOS que el público TESTIMONIOS puede examinar en cualquier momento. ¡¡¡No ponga su salud en manos de aficionados!!! Llevamos haciendo esto desde hace mucho: V. TEPES—DESANGRADOR PROFESIONAL (¡Recuerde! ¡Se pronuncia Tzsep-pesh!) GRADOR PROFESIONAL Rumanía, París, Londres, Whitby. Ya ha probado con todos los demás; ¡¡AHORA PRUEBE CON LOS MEJORES!!”.

2. La danza de las hadas: El primero de los poemas incluidos en el volumen, es de corte narrativo y posee una carga melancólica.  Su hablante lírico es un hombre que ya es un anciano y quien recuerda con tristeza su experiencia de juventud con estos seres.  Como se trata de una obra lírica, por desgracia la belleza de su redacción se pierde en la traducción, de modo que si el lector sabe inglés, bien puede apreciar esto en la versión original que se adjunta antes de la versión en español.

3. La presidencia de Octubre: Uno de los tantos cuentos con nombre extraño de este tomo.  Los doce meses del año, que además son personas, se juntan de tanto en tanto para contarse historias y cada vez que lo hacen le toca a uno de ellos ser el “presidente” y encargarse de la narración que se compartirá en esa ocasión; es así como ahora le toca a Octubre.  Entre medio se cuentan varios de estos relatos, si bien resumidos, aunque siempre con la marca inequívoca de un fabulador como lo es Neil Gaiman.  No obstante la que Octubre regala a sus oyentes (y a nosotros), corresponde a una emotiva historia sobre un niño que escapa de casa y en el camino se hace amigo de uno muy especial.  Un texto sobrenatural acerca de las amarguras y la belleza de la vida, que convirtió su creador en un homenaje suyo más para el gran Ray Bradbury, gracias a la presencia de Octubre y a la singular naturaleza del amiguito del protagonista (pues cabe recordar que uno de los libros de cuentos más famosos del autor de Las Crónicas Marcianas es El País de Octubre, quien a su vez en más de una vez escribió acerca de niños muertos, siendo una clara inspiración para Gaiman).  Su final, eso sí, o más bien ambos finales (el del niño y el de los meses) resultan algo desconcertantes.  El escritor recibió otro galardón de prestigio gracias a esta obra, el Locus.

4. La habitación oculta: Un más que extraño poema y el que tal como cuenta su creador en la Introducción, se encuentra basado en un clásico cuento “gótico”.  Quienes no son muy amigos de la poesía (como yo), pueden pasar de él sin sentir haberse perdido lo mejor de la colección.

5- Las esposas prohibidas de los siervos sin rostro de la secreta morada de la noche: Como ya pasó en los casos de arriba mencionados, en esta ocasión el lector bien se encuentra con una historia (o más bien dos) que toman rumbos inesperados y aun así no dejan de entretener y agradar, por no dejar de decir también que están muy bien escritas.  En esta obra de raro y extenso título, un joven aspirante a escritor, de rancia ascendencia, se ve frustrado ante su supuesta incapacidad para escribir algo de verdadero peso literario; no obstante el “relato enmarcado” que corresponde a su pluma, lejos resulta mucho más atractivo que lo que ocurre en la “vida real”…Hasta que una vez más Gaiman nos da su golpe de gracia y todo queda vuelta patas arriba.  El relato además permite a su autor rendir tributo al genio de Providence Edgar Allan Poe, así como al fino arte de la narración misma.

Morfeo en los cómics de The Sandan (y no me pueden negar que se parece bastante a su "padre").

6- Por la senda del recuerdo: Tal como cuenta su autor en la Introducción, esta historia es por completo real, aun cuando sea una de fantasmas y es que le ocurrió al mismo Gaiman de adolescente.  Por supuesto que está bien escrita y mantiene al lector atento a lo que va a pasar.  No obstante al querer su autor ser fiel a sus recuerdos, la narración queda truncada con su final y deja con ganas de saber más de lo que pasó su propio protagonista.

7- Hora de cierre: Un precioso cuento de miedo (¿Cierto que es posible esta mezcla? Si no revisen mucho de los cuentos de Ray Bradbury).  A su vez como es habitual en su literatura, una vez más usa aquí a niños como personajes, quienes se enfrentan al mundo de lo sobrenatural y el misterio.  Asimismo el tema del gusto por contar una buena historia, como medio para entretener sanamente, vuelve a aparecer en estas páginas, ya que como en los títulos mencionados arriba, existe una narración principal y una secundaria, donde el narrador cumple un papel muy importante dentro de todo esto.  En pocas palabras, en uno de esos “típicos clubes” ingleses, sus habituales acostumbran contarse cuentos extraños y es así como uno de ellos confiesa a su auditorio una experiencia de infancia de este tipo y que todavía ronda en sus recuerdos más preciados.  La atmósfera en la que esta experiencia se desarrolla, no puede ser más heredera de los cuentos de hadas clásicos, que como Hansel y Gretel y Caperucita Roja, poseen un claro sentido macabro.   Gaiman recibió otro premio Locus por esta obra.

8- Renacer salvaje: Un poema más para disfrutar, quedar indiferente o saltarse la página según quien lo lea.   Trata sobre un hombre que espera para sí mismo una vida mejor, nada más (o al menos eso es lo que me pareció a mí).

9- Amargo despertar: El protagonista decide darle un cambio radical a su existencia, tras una desilusión amorosa.  Para ello realiza un viaje en el que se encuentra con un hombre a quien socorre y luego tras ello este otro desaparece de forma inesperada, después de que el personaje principal lo deja a solas durante un breve tiempo.  No obstante deja con él su maletín; ante nada mejor que hacer, al protagonista se le ocurre hacerse pasar por él, asistiendo a una ponencia que el perdido debía dar.  Es así como llega a un lugar tan místico dentro de USA, como lo es la ciudad de Nueva Orleans, marcada por la santería y la mezcla de numerosas razas y culturas, provenientes de los negros que fueron traídos para ser esclavos por los señores terratenientes.  En dicho sitio conoce a una serie de singulares personas, entre turistas como él y lugareños.  A su vez poco a poco se va adentrando en la leyenda urbana de los zombies.  Como siempre el escritor logra mantener expectante a qué pasará a continuación, hasta que el final de todo o bien se desinfla o bien se trata de otro típico desenlace rompedor de esquemas del autor.  La trama se encuentra dividida en capítulos con títulos que parecieran salir de un texto anterior, como sentencias o letras de canciones  y que en todo caso tienen relación con las reflexiones sobre lo que le pasa a su protagonista o bien lo que siente ante su vida sin sentido (¿Alguien por ahí que pueda explicar mejor su verdadero sentido y/u origen para iluminarme ante mi ineptitud e ignorancia?).

10- Los otros: Un breve relato acerca del Infierno y, por supuesto, la culpa.  Gaiman continua en esta historia la vieja idea de que el mayor tormento es la repetición, o sea, la monotonía y la falta de nuevas posibilidades.  Teniendo en cuenta todo esto, se trata de una pequeña obra de corte moral sobre el alcance de nuestros actos, como lo son aquellos que nos atormentan en el recuerdo.  La caracterización del demonio que castiga al protagonista, escapa un poco a lo esperado por alguien acostumbrado a las típicas criaturas, que abundan en narraciones sobre estos seres.  ¡Es entonces que no debemos olvidar que estamos frente a la prosa de Neil Gaiman!

    “— ¿Qué va a pasar ahora? —preguntó.
           —Ahora —replicó el demonio, con una voz que no denotaba pena, ni tampoco deleite, tan sólo una rotunda y atroz resignación— vas a ser torturado.
           — ¿Por cuánto tiempo?
          Pero el demonio se limitó a menear la cabeza y no respondió a la pregunta. Empezó a caminar despacio a lo largo de la pared, paseando su mirada de objeto en objeto. En el extremo más alejado de la pared, junto a la puerta cerrada, había un látigo de nueve correas hecho de alambres pelados. Con una mano en la que sólo había tres dedos, el demonio lo descolgó de la pared y volvió junto al hombre, transportando el macabro instrumento con suma ceremonia. Colocó las correas de alambre sobre el brasero y se quedó mirando cómo se calentaban.
           —Eso es inhumano.
           —Sí.
           Los extremos de las nueve correas empezaban a adquirir un tono anaranjado.
          Mientras alzaba el brazo para asestar el primer latigazo, dijo:
          —Dentro de algún tiempo recordarás todo esto con cariño, incluso este momento.
          —Eres un mentiroso.
          —No —replicó el demonio—. Lo que viene después es peor —le explicó, justo antes de azotarle.
         Entonces, las correas del látigo se estrellaron contra la espalda del hombre, desgarrando sus caras ropas, que ardían y se hacían tiras al contacto con los alambres incandescentes, y el hombre profirió un grito. Pero la cosa no había hecho más que empezar”.

Algunas de las estilizadas portadas de The Sandam hechas por Dave McKeen.
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