Ignoro si todos a
quienes dedico este post han visto la peli que hoy me inspira,
pero sin duda ella
me recuerda bastante a mis queridos amigos, con quienes
comparto mi amor
por nuestros sueños de infancia, que nunca acaban:
la gente de
Acronía, “Amiguis de la vida”, Galpincheros y anexos (por ser varios estos
últimos, je).
Ted es un filme de imagen real
estrenado en 2012 en Gringolandia y buena parte del mundo, escrito, actuado y
dirigido por Seth MacFarlane. Este
corresponde a un artista con años de servicio haciendo reír a la gente, creando
comedias de éxito y otros programas tales como Padre de Familia y American
Dad!; además de intervenir en otras series animadas más bien
familiares, aunque caracterizadas por un humor de tipo sofisticado tales como Johnny
Bravo, El Laboratorio de Dexter y La Vaca y el Pollito. Ha trabajado en varias películas y aparecido
en diversos programas de televisión, entre los que destacan su papel como el
simpático doctor Johann Kraus (aunque solo poniéndole la voz) en Hellboy
II: El Ejército Dorado. Fanático
de la ciencia ficción (amante de Star Trek y Star Wars por igual) y
los cartoons clásicos como El
Pájaro Loco y Los Picapiedras, en sus trabajos no deja de hacerles tributos
y constantes referencias, de modo que cada uno de títulos se encuentran
dirigidos en especial a otros que pueden gozar y sonreír con tal tanda de
intertextualidad.
El filme en cuestión parte de una manera
muy tierna, al más puro estilo de las viejas historias navideñas de antaño: Cuando
un solitario niño en plena década de los ochenta, pide un deseo aquella
especial noche y este le es concedido dándole vida al osito de peluche que le
habían regalado aquella ocasión. Una voz
en off a manera de narrador acompaña
este genial comienzo, correspondiendo al oficio de Patrick Stewart (el famoso
Capitán Picard de Star Trek: The Next Generation y el anciano Profesor X de los
filmes de los X-Men), quien ya había hecho de narrador en otro filme de culto
como es hoy en día Ted: El Extraño Mundo de Jack (o sea Nightmare
before Christmas, de la mente de Tim Burton). Ante el impacto de este milagro, se muestra
cómo el resto de mundo se maravilla una vez que se hace pública la noticia…Hasta
que la novedad de Ted se termina y este junto a su único amigo continúan sus
vidas. Luego el resto de la historia nos
muestra a ambos ya adultos, en la actualidad, cuando el otrora niño es un
apuesto hombre en la treintena de su vida; no obstante Ted si bien mantiene su
mismo cuerpo, también ha crecido y ha desarrollado una personalidad propia de
alguien extrovertido, mucho más inteligente que su compañero humano, con una lengua
mordaz y hasta sexópata. A su imagen
dulce le acompaña una sexy voz varonil, siendo que además gusta de las drogas y
de usar lenguaje grosero a cada momento.
Mientras tanto su amigo John se ha transformado en un hombre con el cuerpo
de un niño, alguien que teme tomar los mayores compromisos de la vida adulta,
como casarse con su pareja de años y tomar un cargo de vital importancia en la
empresa que trabaja. Asimismo su
preciosa novia lo adora y siendo que ella es mucho más exitosa que él, además
de más madura, acepta y hasta participa de sus singularidades, incluyendo su
relación tan estrecha con Ted, quien carece de empatía muchas veces. No obstante la influencia negativa del muñeco
que es un completo hedonista, termina por cansar a Lori, quien le da un ultimátum
a John: o elige quedarse con su osito o prefiere mantenerla a ella. Todo se complica cuando un imprevisto entra
en juego y al final el trío debe lograr la armonía entre sí, si desean salir
victoriosos de la difícil prueba.
Se trata de una inteligente película que
usando un humor muy corrosivo, irónico y escatológico por igual, no deja de
entregarnos varios puntos de reflexión: Pues por un lado aborda el llamado síndrome
de Peter Pan, cuando muchas veces nos negamos a dejar de ser niños, dando como
respuesta que lo ideal es llegar al equilibrio y al consenso con el resto de la
vida de uno. A su vez no deja de ser una
reflexión sobre el poder del amor, visto en sus formas románticas y fraternal;
de este modo fidelidad y lealtad son valores que pueden apreciarse sin dudas
por sobre tanta escena y chistes graciosos, puesto que la apariencia de “fabula
para adultos” y/o cuento de hadas retorcido, no quita la oportunidad de
apreciar la humanidad de sus personajes.
El efecto usado para darle vida a Ted es
soberbio. Hace rato que la tecnología aplicada
al cine permite dar vida a lo más inaudito, con una credibilidad que muchas
veces cuesta creer qué es real y qué es propio de la genialidad de los
especialistas a cargo. No obstante
resulta imposible no pensar que Ted existe y en ello bastante responsabilidad
tiene el propio Seth MacFarlane, quien le pone la voz a este, pues su trabajo
es impecable (bueno, de seguro en las versiones dobladas los encargados de
interpretarlo también lo hacen con mucho profesionalismo); lo mismo sucede con
la labor hecha por Mark Wahlberg, quien demuestra aquí que no solo es una cara
bonita, sino que lleva a cabo una de sus mejores actuaciones en su larga
filmografía, junto a algunos de los directores más connotados del momento
(Shyamalan, Scorsese , Burton, Peter Jackson y un largo etcétera) y logra
interpretar a un sujeto carismático, dentro de su propia incapacidad para
tomarse en serio las cosas (salvo su amistad con Ted, que sin duda es algo
demasiado valioso para él). Mila Kunis,
la novia, está estupenda en todo sentido, preciosa como ella sola y demostrando
sus grandes dotes para la comedia, a la par que no deja de aclarar que las
damas pueden ser mucho más aguerridas que los varones.
Dentro de los actores que participan en
este más que recomendable filme, destaca la intervención del también guapo
Giovanni Ribisi, quien casi irreconocible en su papel de “malo”, demuestra una
vez más su capacidad para interpretar sujetos desequilibrados; no obstante
también logra sacar más de una carcajada, como un individuo que dentro de toda
su anomalía, no deja de ser una caricatura en una trama que no deja de mantener
ese aire de surrealismo, propio de los cartoons
que tanto le gustan a su creador.
El mayor tributo que realiza la cinta a la
llamada cultura pop y friki, tiene
relación con una icónica cinta de los ochenta, basada en un antiguo cómic de la
Edad de Oro de la historieta: Flash Gordon (1980). Pues los dos protagonistas son fanáticos
acérrimos de este filme y en más de una ocasión es posible ver imágenes sacadas
de tal obra, como una muy cómica representación contra su máximo villano, sin
olvidar la inesperada aparición del actor que interpretó en el largometraje al
héroe galáctico, Sam Jones. También son
memorables los especiales ringtones que
posee John cuando llama Ted (otro detalle solo para los más ñoños de la casa) y
el de su novia, ambos distintos, en todo caso.
Existen varios momentos memorables a lo
largo de su metraje, entre los que destacan la parranda que hace Ted en su
departamento una vez que se independiza, la ridícula pelea propia entre ambos
amigos, la seducción del osito a la nueva empleada, la cena en la que Ted da a
conocer a su novia y muchas, muchas más que le alegran la vida al espectador.
Tan solo el año pasado se estrenó la
esperada secuela, no obstante un servidor aún no la ha visto, así que habrá que
esperar para poder tener una opinión al respecto. Lo mejor de todo, es que en ella trabaja buena
parte del mismo equipo de la película original, más el connotado actor
afroamericano Morgan Freeman.
A Ted también le fascinan las "mujeres alegres" (otro de los momentos más humorísticos de esta obra). |