1- El autor.
Nacido como Antonio Montero Abt (1921-
2013), es considerado junto a Hugo Correa y Elena Aldunate, parte de la llamada
Trinidad de la Edad de la Ciencia Ficción Chilena (¿O será más bien este
concepto, con su nombre rimbombante, algo que recién se me ha ocurrido?). Ingeniero de profesión, corresponde a ese
tipo de autores del género de fuerte raigambre positivista, en contraposición a
sus colegas recién mencionados, más bien del tipo humanistas y ligados con las
ciencias sociales, lo que bien se puede evidenciar en su narrativa del género.
Tuvo en sus manos la dirección de la única
revista profesional dedicada a la también llamada fantasía científica, Espacio-Tiempo
y que lamentablemente solo sacó un par de números en 1965. Hasta donde he llegado a averiguar, publicó
en varias revistas, entre ellas unas cuantas internacionales ¿Fue traducido a
otras lenguas? Lo ignoro, que nada he pillado al respecto.
Irrumpió en el panorama literario chileno,
en el cual con mayor razón en aquellos años sobrevaloraba la narrativa realista
y tenía en un podio aún más alto la lírica, con la novela Los Superhomos en 1963 y
luego le siguieron dos publicaciones más de este talante: Acá del Tiempo (1969) y
la colección de cuentos No Morir (1971). A la hora de editar títulos del género lo
hacía con pseudónimo, queda claro bastante afrancesado, que al menos en sus dos
novelas de ciencia ficción demostraba un interés hacia la tradición cientificista
de Julio Verne; en cambio con sus otras creaciones de tipo más realista lo
hacía con su nombre real. Dos novelas y dos antologías de relatos bajo
su nombre real alcanzó a sacar, que según sus más cercanos y/o conocedores de
su trabajo, llegó a renegar de su faceta como escritor de este tipo de
historias y tal vez sus buenas razones tenía para ello, tal vez desmotivado de
la poca atención en el país a dichas ficciones.
El mismo año de su fallecimiento, la
editorial porteña independiente Puerto de Escape, chilena, claro, logró sacar
su última novela y que en este caso corresponde al género de la fantasía. Titulada como El Cáliz, Thule y los Dioses indaga
en los orígenes de la civilización humana, supuestamente influenciada por
inteligencias extraterrestres.
Lamentablemente el escritor no la vio publicada, de modo que esta viene
a ser su obra póstuma (¿Quedarán otros escritos suyos aún inéditos?).
No existen reediciones de sus libros, que
al parecer no fueron publicados en el extranjero y menos llevados a otras
lenguas, así que si uno llega a tener sus libros se viene a tratar de primeras
ediciones (como este servidor…que compró hace años, en los noventa y a muy bajo
costo Los Superhomos y Acá del Tiempo, que es esta segunda
novela es la que hoy nos reúne). Pero al
parecer los mismos de Puerto de Escape tienen intención de reeditar sus textos
de ciencia ficción, que ojalá sea así (pero espero lo hagan con mejores
portadas, que bien fea la que poseen sus viejas ediciones y su novela póstuma).
El autor el mismo año en que falleció. |
Un grupo de científicos de distintas
ramas “duras”, realiza una expedición al Amazonas y allí en unas cuevas muy
profundas se encuentra con nada menos que pruebas de la existencia de una
civilización avanzada prehistórica. Pero
no solo se trata de una antiquísima cultura hasta antes desconocida, sino que
de una especie inteligente no humanoide y que ha dejado tras su desaparición
una entidad artificial que los contacta para legarles los adelantos de la
cultura que esta representa. Los
personajes toman esto primero con recelo, hasta que terminan por verlo como una
oportunidad para mejorar las condiciones de la humanidad.
Los contactos con la inteligencia
artificial son realizados en el más absoluto secreto por parte del equipo de
investigadores, puesto que no confían en sus líderes, quienes llevan un control
bastante riguroso de sus trabajos; pero el verdadero enemigo es otro y ello
será revelado cerca del clímax de esta historia.
Los anteriores párrafos sintetizan lo más
brevemente la trama de este libro, que la verdad que no se trata de una novela
muy elaborada desde el punto de vista argumental, ya que en general no es una
obra muy compleja y ello también se puede apreciar en sus personajes, que en
general son planos y entre los científicos se parecen bastante entre sí; solo
un verdadero gran giro tienen los acontecimientos, ya casi en el último tercio
de su extensión, logrando llamar la atención del lector y sorprenderlo.
La novela está narrada en primera persona
por parte de su protagonista, el líder del equipo, bastante elitista, que se
encuentra con los vestigios de los llamados Cibernos. Este al comienzo de los capítulos a veces se
dedica a describir el mundo en el que vive y entre medio nos cuenta sobre su
relación amorosa y su familia. Es una
persona, que tal como el resto de sus colegas y amigos íntimos, se muestra como
un hombre de moral irreprochable, quien aparece como un personaje que en su
calidad de científico no solo es alguien de inteligencia extraordinaria, sino
que también viene a ser un ejemplar típico del sujeto de su comunidad: racional
y noble. La noción del científico como
líder y modelo para su comunidad (de ahí parte del carácter verniano de esta
narración), es evidente; no obstante, cuando creemos que absolutamente el autor
valora por sobre todo lo racional, se produce uno de los mejores diálogos, al
hacer que uno de los secundarios le dé una lección para toda la vida a este
supuesto hombre superior, demostrándole que lo emocional también es primordial
en nuestra existencia.
Temas propios de la ciencia ficción que
podemos encontrar en este libro son:
*
El gobierno mundial: Muy relacionado
con una utopía (un mundo perfecto),
se nos muestra un planeta Tierra en el cual tras una crisis política, que llevó
a la humanidad casi a la destrucción, no solo nacieron nuevos países y/o
comunidades, sino que se llegó a un acuerdo para proteger el bienestar de la
sociedad; y esto se consigue escogiendo entre los líderes a lo mejor de lo
mejor (otra idea propia de la mencionada utopía). Más encima, se habla una lengua común, nada
menos que el esperanto, un idioma real artificial que en su momento estuvo muy
en boga entre los intelectuales de finales del siglo XIX y parte del XX.
* Una
civilización terrestre anterior a la humanidad: Los llamados Cibernos corresponden a este
pueblo no humanoide, millones de años anteriores a la Humanidad, que cumplen un
papel fundamental dentro de la trama de esta obra. Además, es debido a esta cultura que el libro
toma su nombre, en referencia al pasado remoto de cuando vivieron.
* Las
extinciones masivas: La
visión apocalíptica de la historia (real en todo caso), como un mundo en el
cual grandes catástrofes naturales provocaron, por ejemplo, la desaparición de
los dinosaurios, le otorga una carácter más cósmico a este texto (aun cuando
transcurra en la Tierra) y ligado con el tema de la búsqueda de la
trascendencia de los pueblos, de dejar su huella a lo largo de las eras. La descripción de la extinción de los
Cibernos resulta dramática y creíble.
* Inteligencia
artificial: Tras
exterminarse la especie y la cultura de los Cibernos, estos dejan para que les
sobreviva y como un medio de testimonio de su existencia, una especie de
entidad cibernática superavanzada; ella es la que le otorga verdadero interés a
una narración como esta.
*
El viaje espacial: El
protagonista ha desarrollado la tecnología ideal para poder viajar fuera del
planeta y de manera más rápida. No obstante,
de manera muy simbólica los verdaderos grandes viajes extraordinarios que
realizan los personajes son bajo tierra (otro tema recurrente en la ciencia
ficción y que puede ser otro homenaje hasta cierto punto del escritor galo tan
querido por Montag y su Viaje al Centro de la Tierra) y a
través del tiempo (que no físicamente, aunque sí gracias a la sofisticada tecnología
de la IA de los Cibernos, para mostrarles imágenes realistas de cómo era su
mundo).
* Colonización
de otros mundos: Hacia
el final del libro, por fin los personajes se desplazan hasta otros planetas y
ello específicamente a buena parte del sistema solar (que en todo caso, para
cuando comienza la narración, la humanidad ha comenzado la terraformación de
dichos lugares).
3- Conclusiones
personales:
El libro puede resultar tedioso (que
personalmente tuve ganas de dejar su lectura varias veces y solo mi
autodeterminación me contuvo) y a veces suceden hechos importantes tan rápido,
que rompen el ritmo de la narración y parecen insertados dentro de la historia
de forma muy forzada, que uno queda admirado más de la cuenta cuando ellos
suceden (como cuando a uno de los personajes le da un ataque de histeria). Por otro lado, el afrancesamiento de la
ambientación, que buena parte de la novela ocurre en Francia y los personajes
pertenecen en su mayoría a este país, a ojos de quien escribe resulta cursi,
que de Chile solo se menciona en dos ocasiones a uno de sus ciudadanos y al
final nunca interviene dentro de sus páginas.
Respecto a esto último, uno puede llegar a preguntarse por qué razón el
autor prescindió por completo de sus raíces, a diferencia de alguien como su
compatriota Hugo Correa, que ya en Los Altísimos hace que su
protagonista sea chileno.
Como ya dije más arriba de otra forma, los
personajes son empaquetados y no hay desarrollo psicológico en ellos, de modo
que para nada se puede simpatizar con ellos, ya que no son entrañables. Si bien el protagonista que hace de narrador
pasa por sus propias alegrías y penas, al punto de que llegamos a conocer a su
familia, amigos y novia, solo en el desenlace de la historia demuestra ser
alguien de actitudes heroicas, que más encima nos puede llegar a sorprender por
actuar de forma más emocional, que racional, gracias a la decisión final que
toma para su vida.
Por cierto, teniendo en cuenta el
afrancesamiento a lo Verne de la narrativa de esta obra, el libro pretende ser
un ejemplo de la llamada corriente “dura” de la ciencia ficción; o sea, en sus
páginas encontramos varias fórmulas y diálogos de tipo técnico, científico o
pseudocientífico, con los que el autor pretende darle verosimilitud a su mundo
ficticio (que en este caso, aportan más momentos “lentos” en un libro como este
y que puede llegar a superar al lector ávido de sencillo divertimento).
Pese a todos los aspectos negativos que llega a tener la novela que hoy
nos reúne, hay unos cuantos pasajes suyos, que al menos en mi caso lograron
cautivarme: La lección de humildad que le dan los supuestos villanos humanos al
personaje principal, la historia sobre la civilización Ciberna (origen, auge y
caída) y el enfrentamiento contra el verdadero enemigo que comienza a devastar
al planeta.
Un detalle que puede llamar a algunos, en
lo que concierne al lenguaje utilizado en esta obra y que bien recordemos que, en
la manera de cómo se expresa un autor, se pueden apreciar varios aspectos sobre
su persona y el mundo en el que este se desenvuelve (lo que en términos
especializados se llama “contexto de producción”)…Pues, considerando el
carácter de “ciencia ficción dura” de este título, nos encontramos con
conceptos o términos que en nuestra lengua cayeron en desuso o que tienen que
ver con conocimientos científicos y/o técnicos que han sido superados. Esto, porque en sus páginas se habla de emulsiones cuando se refieren a
grabaciones de video y/o fotografías, algo que hace rato tiene otros términos.
Hay mucha gente a la que le gusta este
escritor y que recomienda esta novela, así como el resto de sus textos del
género. Particularmente me interesa leer
su colección de cuentos No Morir, que tal vez de esa manera
logre convencerme sobre su talento, puesto que si bien no me gustaron mucho y me aburrieron en demasía este texto y Los
Superhomos, puede ser que todo se trate de gustos. Al menos le celebro a Antoine Montagne (o
Antonio Montero Ab) que haya sido uno de los primeros escritores nacionales en
interesarse de forma profesional por dedicarse a un subgénero que tanto amo.