domingo, 29 de julio de 2018

Adiós a Ditko.


     Hace exactamente un mes atrás, el 29 de junio, el mundo del cómic y de la cultura popular volvió a estar de luto.  Pues ese día falleció Steve Ditko, dibujante y guionista creador de un montón de personajes, pero cuyo mayores logros fueron los de compartir la paternidad de dos de los más grandes (super) héroes de la historieta mundial: Spider-Man y Doctor Strange, ambos para Marvel.  Estos solo dos nombres dentro de la ficción, lo llevaron a estar entre los grandes.
      Ya había escrito antes sobre Ditko, cuando estuve disfrutando de la etapa original de Spidey, gracias a la cual me enamoré del talento de tal artista, a la hora de plasmar con su pluma las aventuras de este.  No voy a negar que su dibujo era a principios de los sesenta estático o no tan estilizado,  como el de otros de sus colegas (producto de la época quizás), pero su diseño entonces para algunos de los mayores villanos del Cabeza de Red ya eran soberbios: El Duende Verde, Doctor Octopus, Misterio, Electro y muchos más le deben a este una caracterización inolvidable.  Asimismo, no se puede dejar de lado que fue la iconografía de Ditko sobre el Arácnido la que prevaleció, puesto que primero se entregó a Jack Kirby la labor de diseñar su traje, la que resultó demasiado obvia, en vez de la vestimenta más llamativa con el cual hemos llegado a conocer al Trepamuros.
    Mientras trabajó con Stan sus ideas para llevar a cabo las historias de este en imágenes, no podían ser más ingeniosas, que muchas veces él mismo coguionizó las aventuras de nuestro Amistoso Vecino y que luego lo llevó a escribir por su cuenta sus propios relatos y en especial una vez que se fue a DC (donde creó varios otros personajes).  De este modo, no se puede olvidar la manera que tenía para ocultar el rostro de algunos personajes, que para mantener el misterio sobre sus identidades, llevaba a cabo prodigios tales como tapar su cara con algún objeto, jugando con las perspectivas; esto lo hizo con el Duende Verde original, Norman Osborn, si bien es su viñeta en la que se presentó por primera vez a Mary Jane Watson (la pareja más famosa de Peter Parker), tapada por una flor, que se encuentra una de las imágenes más famosas en la historia del noveno arte.   A su vez a él se le ocurrió que el segundo Anual de Spider-Man tuviera de invitado al Doctor Strange, que en realidad más pareciera ser el protagonista principal de esta obra, ya que ella comienza con este y casi todo gira en torno al mundo de la magia (si no basta con tener en cuenta que el Anual se llama ¡El maravilloso mundo del Doctor Strange!).



     Tras haber leído con un verdadero gozo en el alma toda la colección de la primera etapa del Lanzaredes, el año pasado no más, de inmediato me dije que apenas pudiera me conseguiría lo que hicieron juntos Lee y Ditko con el Doctor Strange; pues ahora que conocía mejor al Hechicero Supremo, gracias a las pelis del UCM y me había leído una estupenda novela gráfica que realizaba una actualización de su origen, hecha nada menos que por otro maestro del calibre de J. Michael Straczynski, además de disfrutar de su participación en varios cartoons, tenía razones de sobra para ello.   Así que en cuanto tuve la oportunidad de cumplir mi sueño me gasté la plata no más, que más encima ese no fue el único tomo grueso y empastado, que me llevé conmigo ese día del superhéroe, pues también adquirí el de su etapa completa de Roger Stern (bueno, además de uno dedicado al Hombre-Hormiga, je).  Eso fue a principios de mayo y aún estaba leyéndome el recopilatorio dedicado al justiciero mágico, cuando me enteré del fallecimiento de Steve Ditko (¡¿Mera coincidencia?!).  Solo ahora me dispongo a dedicarle estas palabras, que me he tardado harto, lo admito y justo cuando mañana vuelvo al trabajo después de dos hermosas semanas de vacaciones de invierno…Pues hace unos cuantos años atrás despedí de igual manera de este periodo, con mis impresiones sobre El Sorprendente Hombre-Araña (2012), así que a manera de tributo a todo esto, acabo tanto el periodo y el mes de julio (mi favorito) de tal forma.
      Cuando uno ha podido disfrutar de un cómic tan novedoso, como fue en su tiempo Doctor Strange, título que aún sigue con enorme popularidad entre los lectores ñoños de todo el mundo, resulta imposible no detenerse en varios detalles valiosos y que tienen que ver con la labor tanto del fenecido Ditko, como del aún entre nosotros Stan Lee (¡Que no se nos muera aún, por favor!).  En primer lugar ignoraba que el personaje salió primero como una historia de relleno en Strange Tales, que estaba dedicada por aquel entonces a las aventuras en solitario de la Antorcha Humana II, o sea, a Johnny Storm de los 4 Fantásticos.  Fue así que la sorpresa que significó su estreno y que solo abarcó 5 páginas, llevó a sus creadores a realizar algo distinto a lo hecho con el Cabeza de Red.  Si bien la respuesta del público, fue favorable de inmediato a la nueva propuesta editorial, recién en el número 4 de sus aventuras estas se extendieron a 8 páginas y luego a más; más encima tampoco salía su nombre en las portadas y ello solo fue posible en su sexta aparición.  

     
      Otros datos interesantes sobre estos tiempos primigenios suyos, vienen a ser que en vez de ser Hechicero Supremo, se le llamaba como Señor de la Magia Negra, lo que igual para nuestros días posee un tinte más bien negativo, puesto que recién más adelante recibió el otro título (que en todo caso se ganó por sus propios medios, gracias a sus andanzas y actos heroicos).  Además solo en la cuarta entrega de sus aventuras se nos cuenta su origen, tan dramático como el de muchos de los personajes marvelitas.  De igual modo, la séptima historia suya fue la primera que lo tuvo de agregado en la portada de Strange Tales y ello fue no más debajo de la imagen principal, en una franja pequeña.  Pero como bien sabemos el enorme éxito que consiguió fue tal, que poco a poco consolidó su lugar dentro de las demás publicaciones de la Casa de las Ideas, al punto que cuando ya no compartía revista con la Antorcha Humana, sino que con nada menos que con Nick Fury, si es que no aparecía junto a este en mitad de la portada, asumía por sí solo el total protagonismo de ella.  Además, debe saberse que su primer invitado estrella del resto del universo Marvel fue Thor, previa aparición de Loki, quien en esta clásica historia lo engañó para hacerle creer que el villano era el Dios del Rayo y no el Señor de las Mentiras.
     En lo que concierne al enorme aporte visual de Ditko para el Hechicero Supremo, se encuentra antes que nada un hecho que a muchos se les puede escapar, al leer su aventura germinal: el Doctor Strange sale con los ojos cerrados.  Es así que este detalle de inmediato nos revela cuán poderoso es, pues este mira con los ojos del alma que son superiores (y además tiene a su famoso talismán, llamado Ojo de Agamoto), de modo que esos órganos nada son en comparación con sus otros sentidos (tal como pasa con el propio Arácnido o el ciego Daredevil).  Varias veces lo representó con esta imagen, incluso originalmente le dio cierta apariencia oriental y hasta mefistofélica.  
     Luego se encuentra la ambientación que le dio a todos esos mundos del Más Allá y/o dimensiones mágicas y las que tal vez como nadie hasta el momento  en el cómic, Ditko representó de manera surrealista, llenas de formas raras que sin dudas daban la idea de encontrarse en un lugar por completo distinto a nuestra realidad.  Por otro lado, sus villanos y personajes de apoyo debía ser igual de extraordinarios en su estética: por esa misma razón al primer enemigo sobrenatural al que se enfrentó el Doctor Strange, Pesadilla, no le vimos de inmediato su rostro; mientras que en el caso del demoniaco Dormammu,  su rostro estaba cubierto por llamas vivas que acentuaban su carácter infernal.  Mención aparte merecen la némesis del Hechicero Supremo, el despreciable Barón Mordo, de rostro tan duro, que con facilidad podemos darnos cuenta de que se trata de alguien incapaz de amar; en cambio la entidad conocida como Eternidad, sin dudas viene a ser uno de sus mejores diseños y que de tan fantástica que le salió, nos pareciera sin dudas como algo fuera de los límites humanos.  
El Doctor Strange es testigo de la pelea entre Eternidad y Dormammu.

     Steve Ditko abrió la cronología ficticia junto a Stan Lee en julio de 1963, en lo que corresponde al número 110 de Strange Tales, para dejarlo en julio de 1966, con el número 146 de la revista…¡Justo 3 años dedicado al Doctor Strange! (un poquito menos de los que trabajó con el Arácnido).  Fue así que tal como sucedió con su etapa a cargo del dibujo de su otra gran creación marvelita, se despidió en grande finalizando una enorme saga del Hechicero Supremo; esta misma abarcó más de un año de sus aventuras, en total 17 de ellas, donde lo llevó por un viaje como nunca antes había realizado y que sin dudas sentó las bases de lo mejor de su impronta.  
     Su paso por DC, una vez que abandonó su antigua casa editorial por serias disputas con Stan Lee (y tal vez con otros), no fue tan afortunada como se merecía y por eso mismo uno no puede lamentar más que sus proyectos independientes fracasaran, no volviera a trabajar con Spidey y el Doctor Extraño, así como optara por alejarse de ese mundo en el cual había logrado hacerse de tan merecido espacio.  Creo que nunca dio entrevistas, que tampoco le gustaba ir a las convenciones; en pocas palabras, era un sujeto complejo como muchos de los grandes artistas y la única vez que recuerdo haya sido mencionado (de manera indirecta), en una ficción sobre uno de sus personajes, fue en una breve escena de Ultimate Spider-Man, en la que el “agente encubierto de S.H.I.E.L.D.” Stan Lee lo saludó de paso y aun así no le mostraron el rostro.
     Steve Ditko, de todo corazón gracias por tan enormes personajes que nos dejaste y hoy en día nos alegran la vida. 

¡Y love Steve Ditko!

viernes, 27 de julio de 2018

El peso de la responsabilidad.


     Justo cuando estaba terminando el primer semestre de este año, se estrenó completa la segunda temporada de Luke Cage en Netflix, para contento de sus seguidores y que esperábamos algo tan bueno, como el resto de su intervención en la pantalla chica hasta ahora.  Considerando que  la primera temporada fue sin dudas soberbia, la siguiente no podía quedarse atrás y por ello sus responsables la tenían difícil.  Para ser sinceros su regreso como protagónico (recordemos que en Los Defensores compartió la pantalla con otros personajes marvelitas y al mismo nivel de importancia dentro de su argumento) no fue tan maravilloso como se habría querido, aunque ello no significa que el show hubiese perdido calidad, dramatismo y entretención: que en esta segunda entrega igual hay varios detalles valiosos, así como momentos inolvidables, sin olvidar que su desenlace fue increíble y digno de las mejores historietas de la Casa de las Ideas (polémico, incluso, se podría decir).
    Esta historia comienza con nuestro justiciero urbano, convertido en el símbolo por excelencia de lo mejor de su orgullosa y esforzada comunidad, como su protector.  Uno de los suyos, salido de su gente y que los entiende como nadie, porque él mismo pasó por muchas de las cuitas que le toca corregir.  Las amenazas que le competen no son extraterrestres, monstruos, ni frutos de la magia más sorprendente, sino que se trata de mafiosos y sujetos que aunque puedan poseer como él algo de extraordinarios, no por ello dejan de tener características realistas y por eso mismo representan toda la violencia y corrupción que podemos hallar en el mundo real. De este modo la identidad con su gente, viene a ser uno de sus mayores logros, aunque también una de sus más grandes debilidades, tal como quedará claro en esta segunda temporada. Por lo mismo Luke Cage se nos hace tan entrañable, que más encima perfecto no es, razón por la cual su heroísmo resulta ser verosímil y admirable, al tener que luchar contra sus mismas inseguridades.
    Una vez presentada esta consolidación del vigilante afroamericano, como hijo ilustre de Harlem, vemos que todo esto ha incidido en  sus propias relaciones personales, específicamente en su vida amorosa con la muy agradable de Claire (¡Un gusto volver a ver a la valiente enfermera, tras su ausencia en la primera temporada de El Castigador y la segunda de Jessica Jones!)  Luego tras la crisis íntima entre los dos, comienzan a gestarse las nuevas dudas de Luke y que tienen que ver con la interrogante sobre cuál es su verdadero papel como protector de su gente y cuánto le compete hacer para no sobrepasar los límites, sin perder su propia identidad, que su labor salvadora ya le ha costado harto. 

Luke y Danny, los dos amigos del alma.

    La vida de un justiciero como “Power Man” (que recordemos así se llamaba antes en las historietas) sería de lo más fácil, si solo se tratara de delincuentes de poca monta.  No estaríamos hablando de una obra del género, si no tuviera su némesis y su propia galería de villanos.  Es aquí cuando nos detenemos, primero, en un personaje tan potente como la jefa de la mafia negra de Harlem, Maria Dillard, una rival tan potente en su caracterización, complejidad e interpretación a manos de la veterana Alfred Woodard (¡Ídola!), solo comparable al Kingpin personificado por el camaleónico Vincent D´Onofrio en Daredevil.  Cabe recordar que aquí estamos hablando de una mujer con aires mesiánicos, en cierto nivel de su personalidad;  una de esos mafiosos que se muestran a la sociedad como pilares de esta, pero para los cuales esto es solo una careta, para esconder a un depredador que no pretende otra cosa que poder.  Es así que luego de su descenso al mundo de la criminalidad, durante la primera temporada, ahora la vemos convertida en toda una reina del hampa y pese a la aparición de otros 2 grandes malacatosos, su presencia en la vida de Luke Cage lo define como nadie.  Sin dudas que algunos de los mejores momentos de la temporada se los debemos a esta arpía.
    Luego tenemos el regreso de otro estupendo personaje de alma rastrera, Shades, el gánster de origen latino al que también nos habían presentado antes y que ahora mantiene una relación muy estrecha con la mencionada Mariah.  Interesante resulta ser que tal como su compañera, este ha evolucionado a tal punto, que tras ser opacado por quién él mismo sacó a flote su lado oscuro, ahora ha frenado hasta cierto punto sus impulsos; de igual manera su fraternidad con Comanche, un antiguo socio suyo desde la época de su infancia, nos lo humaniza, demostrándonos que el amor puede existir incluso entre los más viles.
     Y es acá cuando nos encontramos con el nuevo supervillano de este año: Bushmaster.  Si los dos anteriores representan la maldad que puede habitar en cualquier hombre o mujer “corriente”, una vez que ha optado por renunciar a la nobleza en pos de sus deseos egoístas, este otro viene a ser lo que un sujeto extraordinario como el propio Luke Cage sería, si usara sus poderes para la venganza y el beneficio propio; pues posee poderes idénticos a los de Power Man, correspondientes a super fuerza e invulnerabilidad, si bien su origen se debe a uno distinto de lo que pasó con nuestro superhéroe.  Líder de una pandilla de jamaicanos, a diferencia de los otros villanos mencionados, posee cierto código de honor que le da una nobleza que los otros no tienen; quizás en esto último se pueda encontrar presente la presencia de un sabio tío suyo que le sirve de conciencia y freno (llamado más encima Anansi, como el dios africano de las arañas y que conocimos gracias a Neil Gaiman en Dioses Americanos), lo que lo acerca a su rival, quien primero contó con el apoyo del llorado Pop y luego tuvo al igualmente entrañable Boby Fish, para ayudarle a ser una mejor persona.
¡Grande Misty!
     Para satisfacción de quienes también pudimos conocer en la primera temporada a la valiente policía Misty Knigth, quien ahora es una de las mayores aliadas que tiene Luke, acá la vemos lucirse como nunca.  Cabe recordar que tras los eventos de Los Defensores, esta aparece en los primeros episodios lisiada, que perdió un brazo cumpliendo su rol de justiciera y que luego, tal como en los cómics originales donde surgió el personaje, consigue un brazo artificial que le otorga destrezas sobresalientes.  Misty es sin dudas uno de los 4 personajes femeninos más destacados en la serie, al punto de que hay todo un subarco argumental dedicado a ella, que la convierte más o menos en la coprotagonista del show.  Por otro lado, además aquí se aborda su amistad con Coleen Wing, la pareja de Puño de Hierro, quien sale como invitada en un episodio.
     Y en lo que concierne a otros personajes Marvel ya vistos gracias a Netflix, de igual manera tenemos el gusto de reencontrarnos en dos episodios con Foggy Nelson, el mejor amigo de Matt Murdock, Daredevil…No obstante es en la aparición del mismísimo Puño de Hierro, que da gusto ver cómo esta serie de programas marvelitas de Netflix están tan bien conectados, al igual que las películas producidas por Disney, sobre historietas de la Casa de las Ideas. Luego, al contar con la colaboración de este maestro de las artes marciales místicas, se continua con el desarrollo de la férrea amistad entre estos dos “machos” de la historieta y que de seguro tendrá mayores frutos más adelante, así como en la segunda temporada de la serie sobre Puño de Hierro que se avecina (¿Quién lo iba a creer, considerando lo decepcionante que fue su debut el año pasado?).  Por otro lado, desde comienzos de esta segunda tanda de capítulos sobre Luke Cage, comenzó a “jugarse” con la idea de que este cobrara por sus servicios como superhéroe, así que muy bien en un momento podrían llegar a la noción de Héroes de Alquiler, que es como luego se hicieron llamar ambos justicieros al trabajar juntos.
     En lo que concierne a los “grandes temas de la vida”, abordados en esta segunda temporada, cabe destacar el igualmente emotivo hincapié que le hicieron a la noción de la familia, algo que ya en la segunda temporada de Jessica Jones estuvo trabajado de una manera sublime.  Pues en el caso del programa sobre nuestro guardián de Harlem, vemos por un lado cómo la familia puede marcar de forma nociva a alguien, llenándolo de odio y castrándolo para el amor, como pasa con la malvada Mariah; asimismo, al conocer ahora a la única hija de lacriminal, podemos darnos cuenta una vez más de lo complicadas que son las relaciones familiares.  Por otro lado, el tema de la venganza, al más puro estilo shakespereano que abunda en las historias marvelitas, se presenta en el caso de Bushmaster, con respecto a cómo el dolor provocado a su familia lo lleva a convertirse en un paria.  Luego tenemos a nuestro querido Luke Cage, al que primero vimos separado de su núcleo familiar y que en esta ocasión logra acercarse a su padre, de una manera muy singular; es así que su nuevo trato con este, a quien además llegamos a conocer en profundidad esta vez, le otorga otro transfondo humano al programa.  
     El hecho de que el progenitor de Luke sea un pastor evangélico, permite además adentrarnos dentro de otro aspecto importante y que lamentablemente este tipo de obras rehúyen: la religiosidad.  Pues el mismo Cage es un creyente y se agradece que tal como Daredevil es católico, este otro sea por igual un cristiano, quien pese a su poder sobrehumano llega a asumir lo que tiene como una misión y/o una bendición (o al menos eso le es planteado por su padre).  Con todo esto, difícil resulta no ver cómo la noción del libre albedrío se presenta, que una vez que el reverendo Lucas le dice lo anterior a su hijo, este se da cuenta con mayor medida que la vida está llena de decisiones y que si bien Dios tiene un plan para nosotros, es cada uno quien escoge cómo dirigir sus propios pasos.


                                                    La intro de la serie...¡Tan retro!

miércoles, 25 de julio de 2018

La calma antes de la tormenta.



     Luego de haber visto los fanáticos marvelitas esa apoteósica cinta que es Vengadores: Infinity War, las expectativas frente a la secuela del Hombre Hormiga se hicieron bastante altas, que todo el mundo queríamos saber qué había pasado con el encantador Scott Lang y sus igualmente simpáticos compañeros, que conocimos en su primera entrega cinematográfica.  Por otro lado, había que saber cómo su nueva aventura se conectaba con los eventos de la tercera cinta sobre “Los héroes más poderosos de la Tierra” y también era preciso saber dónde se ubicaban sus acontecimientos, sí antes, durante o después de la amenaza cósmica de Thanos.  Asimismo, no podía dejar de ser un nuevo atractivo para este filme, que ahora venía acompañado por nada menos que la Avispa, su compañera superheroína, que los más ñoños bien sabemos resulta ser otro clásico dentro de las historietas de la Casa de las Ideas.  Una vez estrenada, vista y gozada por su público, entre ellos su servidor, todas estas inquietudes han quedado bastantes satisfechas.
     En contra de lo esperado, Ant-Man and the Wasp (que por estos lares no se molestaron en traducir su nombre) viene a ser sin dudas un respiro, tras todas las emociones que significó la ya mencionada película del primer semestre de este año.  Que en contra de lo que nos tiene ya acostumbrados el llamado Universo Cinemático Marvel, en esta ocasión no estamos frente a una amenaza grave, de carácter nacional, internacional, mundial o cósmica, sino que se trata de una historia lejos mucho más livianita y en el cual los problemas a los que se enfrentan los protagonistas solo le atañen a ellos.  No estamos hablando de una trama simplona, que fueron bastante inteligentes sus responsables como para jugar con los personajes y el legado marvelita, de modo de armar todo tan correctamente y bien se puede decir que esta obra lejos supera a ese otro decepcionante título que fue Spider-Man: Regreso a Casa, que pecó de ostentoso y hoy en día Steve Ditko se revuelve en su tumba con los pobres resultados suyos.  Muchas risas y aventuras hacen amena esta pieza, que se agradece tras tanto drama (o mejor dicho, tras un final tan trágico en la citada entrega sobre los Vengadores), que ahora por fin pudimos saber qué había pasado mientras tanto con estos otros justicieros, mientras el caos reinaba en el universo y otras partes del mundo.

Las versiones originales del cómic.

      Ya sabíamos que Scott Lang estaba con arresto domiciliario y acá lo vemos ya acercándose al final de su sentencia, luego de su participación apoyando al Capitán América tras la Guerra Civil.  De hecho, al tratarse de un tipo tan agradable como este Scott Lang, llega a dar gusto encontrarlo feliz, pese a todo, cumpliendo su papel de amoroso padre y ya redimido ante los ojos de su ex esposa y el actual marido de esta (que no puede ser más graciosa la especie de ménage à trois entre Lang y los otros 2); por otro lado, desde su casa le ha sido posible armar una empresa con sus amigos, ex ladrones de poca monta y de tan gran corazón como él.  Todo funciona de maravillas, hasta que regresa a su vida la mujer que lo ha vuelto a encandilar, Hope Van Dyne, la hija del Hombre-Hormiga original y quien junto a su padre, ambos prófugos de la ley, requieren de su ayuda para un importante proyecto familiar.  Es así que Scott debe escoger entre terminar obedeciendo a la ley o prestar su apoyo a su amada, lo que se complica cuando otros sujetos buscan obtener la preciada tecnología de la nueva Avispa y de su progenitor.
     Cabe destacar que aunque el largometraje tiene unos cuantos antagonistas, contra los que se enfrentan nuestros superhéroes, para nada se treta de verdaderos villanos y que podamos considerar como malvados.  Es así que si bien aparece alguien como el aterrador Fantasma (sinceramente formidable su traje), en realidad sus motivos para desestabilizar los planes de los protagonistas, tiene su propia justificación humanitaria.  Por otro lado, si bien aparece un grupo de traficantes de tecnología, estos resultan ser tan cómicos ante su incapacidad para oponerse a los “buenos de la historia”, que aportan varios de los momentos más divertidos de su metraje.  Tampoco podemos dejar de lado al casi ingenuo agente del FBI que debe controlar a Scott, otro supuesto profesional y al que se les va de las manos las estrategias del Hombre-Hormiga y sus aliados, luego de confundirlo en su afán de pillarlo en nuevos supuestos actos delictuales.

     Que Avispa comparta el nombre de esta segunda parte no es nada gratuito, que ya estaba claro tras el final de la primera película, que por fin tendríamos a otra destacada superheroína marvelita en acción…Y no cualquiera, que esta otra posee una trayectoria dentro de los cómics mayor que la sensual Viuda Negra (¿O me equivoco?); además no se puede obviar el hecho de que dentro de las historietas de la Casa de las Ideas, la Avispa y el Hombre-Hormiga han hecho una de las mejores duplas mujer-hombre que existen, aunque (como bien sabemos los conocedores del estas historias) con varios vaivenes entre sí.  Su presencia en la trama, como mujer independiente y compañera de Lang, nos demuestra que nunca estamos solos y que necesitamos un complemento, un/a compañero/a para complementarnos y volvernos alguien mejor en nuestra vida.  Más encima, no se puede olvidar que la personificación hecha por la bella Evangeline Lilly como tal, resulta gratificante y en especial para quienes la seguimos como artista desde la recordada serie Lost.
     Regresan con nosotros, además de Scott Lang y los ya mencionados, el veterano Michael Douglas, un primer Hombre-Hormiga, Hank Pym, tan distinto a su segunda encarnación, que da gusto ver cuán diferentes son y cómo se da la relación entre ambos.  Si Scott es alguien alegre y optimista, sociable, el otro es un viejo cascarrabias y que pese a ello nos puede simpatizar igual, porque no ha perdido su espíritu, que lo llevó a convertirse en superhéroe hace tantos años ya.  De igual manera, el mejor amigo de Scott, Luis, un chicano, nos obsequia un montón de risas y junto a sus otros dos compinches (que como él fueron introducidos en la primera cinta), un ruso y un afroamericano, nos enseña una vez más que hay diversidad en el mundo donde vivimos y que eso hay que celebrarlo.
     Como agregados al casting de este largometraje podemos mencionar a dos muy queridos artistas, con varias incursiones a cuestas memorables dentro del cine de ciencia ficción, fantasía y terror.  Pues por un lado aparece la siempre hermosa Michelle Pfeiffer (lejos mi mejor Gatúbela cinematográfica, gracias a su labor en Batman Vuelve), haciendo nada menos que de la Avispa original, Janet Van Dyne… ¿Y cómo es posible esto, si la justiciera estaba muerta? Mejor descubrirlo por la propia cuenta de uno al disfrutar del filme.  El otro gran actor invitado en esta ocasión es Laurence Fishburne, a quien igual causa gracia verlo en esta entrega marvelita, ya que en las actuales pelis de DC es nada menos que Perry White, esta vez a cargo de otro científico y que como un guiño muy especial lo relacionan con un superhéroe de color clásico: Goliat Negro.
     Nuestro querido Stan Lee no podía dejar de hacer su cameo, que aunque demasiado breve esta vez, todos estamos atentos a ello.  Y en cuanto a las igualmente esperadas escenas de postcréditos, la última dura a lo más unos segundos y es tan cómica como buena parte de esta cinta…Sin embargo la primera, dejará a más de uno de los espectadores con el corazón en la boca.
      Se repitieron el plato como director y compositor de la banda sonora Peyton Reed y Christophe Beck respectivamente, quienes vuelven a estar sobrios en su desempeño profesional.  
      Por último, debo decir que este Hombre-Hormiga live action y todos los personajes relacionados con él, a través de su debut en el cine, tienen un lugar especial en mi corazón, ya que esta fue la primera cinta que fui a ver al cine solo tras estar tan enfermo hace 3 años atrás (todo flaco y con mascarilla en medio de un atardecer bastante invernal, por cierto); así que muchos recuerdos se me vienen al respecto, que aquella ocasión me alegró bastante la vida Scott Lang con sus aventuras y hoy en día me resulta alguien tan querido.  Ahora, ya restablecido por completo, me reencuentro con él y compañía, feliz de poder seguir disfrutando tantas maravillas ñoñas. 


                                                                      Tráiler.

lunes, 23 de julio de 2018

¡A brillar!


     Luego de más de 2 años de haberse producido la primera temporada de la versión chilena del concurso de talentos The Switch, que busca encontrar al mejor transformista “integral” (o sea, que no solo se trate de un hombre que se viste de mujer, para realizar un show artístico, profesionalmente, sino que también actué, baile, cante, doble, etc.), por fin se estrenó en la televisión.  Pues luego de su exitoso debut que cambió para siempre la historia de la pantalla chica nacional, al abordar de manera tan espontánea el tema de las minorías sexuales, consiguiendo al final su primer ganador/ganadora (Sebastián Aguirre/Luz Violeta) y con ello permitiendo expandir más nuestra mentalidad respecto a la diversidad, de inmediato sus responsables se pusieron en campaña para su continuación.
    No pasó ni un año cuando comenzaron a filtrarse en la prensa imágenes e información sobre las sorpresas que nos depararía su regreso, puesto que ahora el programa tendría el subtítulo de Desafío Mundial, al contar esta vez con participantes extranjeros.  Pues, la verdad, que ya en su primera versión contó con 3 artistas internacionales, 2 argentinos y 1 uruguayo, no obstante en esta ocasión su cantidad fue lejos mayor y vinieron de varias partes más del orbe.  Ante una propuesta tan novedosa y sugerente, era obvio que sus seguidores esperaríamos con ansias su estreno; no obstante el tiempo fue pasando y cuando ya parecía que no se concretaría su emisión al público, en marzo de este año nos sorprendieron saldando la deuda pendiente.
    A la hora de preguntarse por qué tanta demora en lanzar a la pantalla The Switch 2: El Desafío Mundial, uno puede hacerse muchas interrogantes y encontrarse con varias teorías a manera de respuestas.  Los rumores abundan, pero hay algo cierto a cuando comenzaron a emitirlo: que el filme chileno Una mujer fantástica haya ganado el Oscar a la Mejor Película Extranjera.  Obvio que el reconocimiento de un certamen internacional como este (que aunque no el mejor en su rubro, aunque sí el más popular), motivó a sus productores para no dejar pasar esta oportunidad, para aprovechar el interés nacional por el tema LGTB (ganando bastantes divisas con ello, que esto nunca deja de ser lucro).  Solo gracias a la dichosa cinta, quienes esperábamos hace tiempo esta segunda temporada, salimos ganando (les reconozco, que incluso hasta pensé que había soñado que se venía esta “nueva” realización).


    No deja de ser grato haberse encontrado con muchas caras conocidas entre los participantes criollos, buscando otra oportunidad para disputarse la corona, en esta segunda ocasión.  Es así que volvieron mucho de nuestros/as queridos/as participantes, cada uno/a con sus propias virtudes, para demostrarnos que su regreso estaba justificado.  Personalmente me dio gusto disfrutar una vez más del talento y la simpatía de gente a la que admiro y aprecio, como Luna di Mauri, Laura Bell, Arianda Sodi y, por último, aunque argentina, pero ya “de la casa”, Sofía Camará “Sabelo”.  No voy a negar el profesionalismo de otras figuras como Fernanda Brown y Luz Violeta, pero sus personalidades conflictivas hicieron que no fuesen “santos de mi devoción”; igual es cierto que quienes tenían mi apoyo incondicional, tampoco son angelitos, que el choque de egos era tremendo en la llamada “Academia”, no obstante al menos las encuentro más auténticas (aunque la “Sabelo”, hacia el final, se estuvo poniendo demasiado venenosa con lo de sus evidentes envidias y celos con sus colegas extranjeros/as).
    Junto con los transformistas volvieron a The Switch su “coaches”, es decir, especialistas en distintas áreas y cuya labor era la de apoyar a los/as concursantes a lo largo del certamen. Tal como sucede con los mismos artistas, estos “coaches” pueden ser tanto del agrado como no de la gente, que de igual manera tienen su propia personalidad bastante marcada: Patricia Maldonado, Ingrid Cruz, Nicanor Bravo y Nicole Gaultier, siendo esta última la transformista uruguaya, que gracias a dedicarse al mismo arte, de entre todo el resto mejor conoce lo que significa este oficio y que más de una vez demostró con creces su empatía con los/as colegas…En todo caso nadie es perfecto y no pueden olvidarse, tampoco, el favoritismo que pareció tener por al menos 2 de los concursantes, lo que provocó hartas polémicas al respecto.

La mayoría de los "machos" detrás de divas y reinas (bueno, unos más machos que otros, je...¿O no, Fernanda?).

    Tal como se ha dicho en los primeros párrafos, la segunda temporada contó con varios artistas internacionales que se incorporaron a la Academia, en pos de conseguir el ansiado triunfo por sobre sus compañeros/as.  Si antaño este arte fue todo un descubrimiento para quienes nada o poco sabían al respecto, ahora con la llegada de los/as extranjeros/as, mayor ha podido ser el disfrute de sus maravillas.  Desde Brasil, México, Puerto Rico, España, Francia e incluso Japón, llegó gente para participar de este evento, cada una de estas personas con tantas capacidades, por lo que los veteranos/as compatriotas se vieron en serio peligro…Y es que el nivel de estos/as nuevos/as concursantes fue tan grande, que casi terminando el concurso solo un/a chilena/a llegó a semifinales (y de manera inmerecida según este servidor), que nadie de acá quedó para cerrar el show y fue un/a extranjero/a quien consiguió el primer lugar (y en este caso, no quepa la menor duda que su victoria fue ganada con justicia).
    Entre la gente nueva también apareció un juez bastante singular: el compositor y productor musical Oscar Mediavilla…Sin dudas la persona más odiada (o menos estimada) de todos los “aparecidos” de este segundo año.  Encargado de calificar a los/as participantes en lo que respecta a canto, la dureza e ironía de sus palabras, más de una vez provocó ronchas entre quienes enjuiciaba y, como no, entre el público.  Si la llamada “Tía Pati” (Patricia Maldonado) no tiene pelos en la lengua para decir lo que piensa, Mediavilla le lleva ventaja en cuanto a lo de ser desagradable, que al menos la más conocida por estos lares figura de la televisión, consiguió tener algún tipo de lazo emocional con los transformistas.  Quizás el papel de Oscar era ser así, pero sinceramente se le pasó la mano en casi todas las ocasiones en que le tocaba emitir su opinión.  Si es que hubiese una tercera temporada (¡Ojalá!), es de esperar que este hombre no se encuentre, que la verdad no importan su trayectoria y triunfos, alguien como él amarga bastante con sus palabras.  Quizás ni siquiera debería haberle dedicado unas palabras en este post, no obstante, quiérase o no, formó parte de esta temporada y dejó su huella en ella.
    La presencia de los/as extranjeros/as permitió además trabajar más que nunca el tema de la diversidad, lo que bien podría abordarse en la figura de 3 de estos/as artistas: En primer lugar nos encontramos con la presencia de Marie Laveau, Noel García de Puerto Rico, cuya propuesta estética ambigua de mujer con barba, dio paso a reacciones encontradas en más de una persona; la androginia y el contraste entre los elementos de cada género, era sin dudas algo por completo diferente a lo realizado por sus colegas y a uno mismo como espectador, podía resultarle curioso o chocante este tipo de transformismo.  Luego podemos mencionar a la oriental Gia Gunn, Gia Ichikawa y, sin dudas, una de las concursantes más llenas de creatividad, aunque una persona tan complicada de tratar por su megalomanía, que entre su ingenio y su difícil genio, dio harto que hablar.  Por último, cabe destacar el aporte de alguien como Diva Houston, Felipe Marques de Brasil y el cual con su evidente sobrepeso demostró lejos a todo el mundo, que la belleza y el talento no responden a estereotipos; por otro lado, su humildad y carisma como persona más de uno/a de sus compañeras/os, deberían hacerlo parte de sí mismos/as para volverse mejores personas.
    Cabe destacar también la creatividad para hacer que los transformistas demostraran cuán “integrales” eran, haciendo del programa toda una delicia ante sus exhibiciones de profesionalismo y virtudes escénicas.  Ya sea en medio de la academia, en un teatro o incluso en la calle ante gente “común y corriente”, todos/as los/as participantes fueron dignos/as ejemplos de que su arte merece el mayor de los respetos.  Al respecto, solo hay que mencionar pruebas tan divertidas y exitosas como convertir a hombres heterosexuales y muy machos en sus “madres”, la elaboración de un matinal, versiones transformistas de Miss Universo y de superhéroes y/o íconos masculinos del cine y la televisión, la realización de un cortometraje de temática vampírica, su participación en el clásico musical chileno La Pérgola de las Flores, etc., etc.  Estas pruebas fueron realizadas de forma individual, otras en dupla o en equipo.

Algunas de las extranjeras como nuestra célebre huasita Carmela de La Pérgola de las Flores.

    Luego de cada eliminación en las galas, fue posible acceder a través de la página Web de Megavisión (el canal que emitía el show) a muy interesantes entrevistas a los/as eliminados/as (supuestamente recién salidos del certamen).  Realizadas por la periodista Eugenia Lemos, quien a veces hizo de jueza en una que otra competencia, estos agregados permitieron conocer más en profundidad a los/as participantes, haciendo un repaso por su labor dentro de The Switch y dándoles la oportunidad de “descargarse” tras su eliminación con los jueces y sus compañeros/as.  Para quienes han disfrutado del programa, estas entrevistas que se llaman The Switch íntimo, vienen a ser un material que no se pueden perder y que hasta el momento aún se pueden ver on line.
    Este año The Switch se alejó del formato reality show, para dedicarse más a las distintas pruebas artísticas, considerando la mayor cantidad de gente que estaba dentro de la Academia.  Sin embargo sí fue posible conocer en su lado más humano a los integrantes, por medio de las cámaras y micrófonos, que llevaban registro de lo que pasaba dentro de sus paredes.  Como ya afirmé más arriba, la confrontación de los distintos egos fue bastante fuerte, en especial porque en las primeras semanas se hizo competir a chilenos/as contra extranjeros/as, lo que dejó constancia de cómo los/as dueños/as de casa se sentían invadidos hasta cierto punto, por estas nuevas caras que más de una lección les dieron.  Pese a todo igual nació la amistad entre ambos bandos, que luego se dejó de lado esta política de separación, para reunirlas ahora en Divas versus Reinas, conformación que iba variando semanalmente y con integrantes de distinta nacionalidad.  Así que no hubo melodrama tipo reality show 100%, aunque igual no faltaron momentos bastante emotivos: como cuando la más “mayorcita” Luna di Mauri, sufrió otra vez en problemas de salud y se desmayó en pleno escenario (con serias consecuencias para su participación); o la vez en que Gia Gunn confesó que intentó suicidarse en una ocasión; de igual manera cuando Marie Laveau tuvo que renunciar a su barba, lo que para ella se trataba de algo muy importante dentro de su intimidad; o cuando Diva Houston fue eliminada por primera vez y tuvo un homenaje de parte Nicole Gaultier ante el público y sus colegas (luego gracias al repechaje tuvo una segunda oportunidad que le fue mucho más favorable); tampoco se puede dejar de mencionar a Laura Bell despidiéndose del arte del transformismo, ocasión en que le dio un tremendo discurso de descargo a su antigua maestra, Nicole Gaultier; o cuando la ex primera ganadora, Luz Violeta, renunció al concurso en plena gala; así como los padecimientos físicos que pasó la “Sabelo” ante el estrés del concurso y pese a ello demostró su voluntad para seguir adelante.  Todos estos momentos y muchos más, se quedarán en el recuerdo de uno que otro televidente; que, por supuesto, dejan claro que detrás de todo el glamour de las pantallas, hay sujetos con un tremendo mundo interior.
    Por ahora solo queda recordar este The Switch 2, terminó de emitirse el domingo 15 de julio, justo al comienzo de mis anheladas vacaciones de invierno y por ello una significativa manera de abrir este periodo de descanso.  De puro tonto no disfruté con mis queridos amigos Rosita Sepúlveda y Marcelo Brito, otros incondicionales del programa, su espectacular cierre (tal como lo hicimos con una rica comilona al final de la primera temporada). A ver si vamos juntos a ver uno de los shows de nuestros queridos artistas, que al parecer solo ahora que ya sabe quién ganó, por fin pueden presentarse en otros escenarios bajo esta marca registrada y aprovechando el éxito en pantalla.


                           Uno de lo momentos más sublimes de The Switch 2, Sofía Camará
                                             con este gran homenaje a todas las mujeres.

jueves, 19 de julio de 2018

La otra gran película de superhéroes de este año que no se nos puede pasar.


      No solo de Marvel y DC se nutren los superhéroes, si bien es cierto que estas dos compañías son las que han definido históricamente dicho concepto.  Es así que en el cine de vez en cuando, nos encontramos con uno que otro filme que aborda el tema, sin tener que adaptar a algunos de los tantos personajes de sus vastos panteones, dándonos más que una grata sorpresa a los más ñoños de la casa…
    Siguiendo las ideas expuestas más arriba, es que en 2004 apareció la maravilla animada de los estudios Pixar de ese año, titulada nada menos que Los Increíbles, cuyo puro nombre resulta ser mucho más que una referencia al citado subgénero.  Y es que este filme que apenas fue estrenado logró acaparar las alabanzas del público grande y chico, como también de la crítica especializada, es en sí mismo una cinta sobre superhéroes, estando llena de referencias, homenajes y parodias a este tipo de historias.  Es solo cosa de manejar unos cuantos datos acerca de las grandes obras del cómic de este estilo, para poder apreciar más todavía lo realizado por sus responsables.  
    Este largometraje nos muestra en su principio un mundo en el cual los superhéroes forman parte de la vida normal de las personas, como elementos positivos que ayudan a combatir el crimen, perpetrado por seres normales y supervillanos.  En los primeros minutos todo funciona muy bien de esta forma, hasta que una crisis de carácter social releva a los justicieros al olvido, puesto que la ley los ha obligado a abandonar su labor e insertarse en la comunidad como personas comunes y corrientes.  A la pareja que conocimos en los primeros minutos como argullosos paladines y que se han convertido en recién casados, tras un salto en el tiempo ahora los vemos convertidos en la típica familia de clase media gringa, padres de tres chicos: la hija mayor, una preadolescente con problemas de autoestima, el hijo del medio que es un hiperkinético y el bebé, que aparentemente es el único que es por completo feliz en la casa entre adultos y menores.  El recio y apolíneo defensor de los más débiles, es ahora un aburrido oficinista con sobrepeso y la otrora mujer independiente, que por ella misma podía enfrentarse al más peligroso criminal, en la actualidad ejerce de ama de casa, con las preocupaciones habituales de la mujer estereotipada.  Todo cambia cuando una oferta secreta llega hasta el jefe de hogar, en la cual quiérase o no se ven involucrados el resto de su familia, pues un enemigo del pasado ha vuelto para cobrarse venganza de todos los “super”, en especial de ellos.  Será entonces el momento de retomar las costumbres largamente dejadas de lado.  
Afiche de la primera cinta.
    A la hora de evaluar los distintos guiños de este largometraje animado a los cómics que lo inspiraron, de inmediato podemos encontrarnos que en su introducción, mostrándonos a los superhéroes en su apogeo (todo colores y éxitos por parte de estos), se nos presenta un mundo propio de la Edad de Plata de las historietas y en el que no hay matices a la hora de retratar la vida de los justicieros como personas perfectas.  Sin embargo, luego viene la debacle, tras lo cual los antiguos guardianes deben renunciar a su lugar en la sociedad, en una clara referencia a la novela gráfica de Alan Moore y Dave Gibbons Watchmen; con posterioridad habrá otra muy ingeniosa y graciosa alusión a esta obra maestra, cuando se explica por qué razón no es recomendable el uso de capas en los trajes de estos representes de la ley y el orden (este detalle solo lo pueden reconocer quienes conozcan dicho cómic).  Salvo estos detalles, correspondientes a la línea Vertigo de DC (claramente para adultos), más bien abundan alusiones a las aventuras marvelitas, tales como la idea de una familia compuesta por gente con superpoderes, la que recuerda claramente a los 4 Fantásticos: de ese modo Mister Increíble con su super fuerza es una especie de la Mole; Elastigirl una variante femenina de Mister Fantástico (aun cuando se dice que está basada en una oscura superheroína de la Doom Patrol de DC); la hija adolescente una versión de la Mujer invisible, ya que tanto posee el poder de generar campos de fuerza, como de desaparecer; el vástago siguiente si bien es un velocista, en su personalidad más optimista y activa no deja de recordarnos a la Antorcha Humana…Mientras que el bebé (aviso de cuasi spoiler), con todas las maravillas que nos depara, viene a ser una especie de Franklin Richards (el hijo mayor de Reed y Sue Richards). Por otro lado, el gran amigo de Mister Increíble y su señora, Frozono, en su vestimenta (y en especial en su visor) emula a Cíclope de los X-Men, en tanto que sus poderes helados y su manera de viajar, usando el hielo que produce como una rampa para deslizarse en el aire, no es otra cosa que la proyección de otro mutante clásico: Iceman.  Con posterioridad conocemos a un último villano, luego del principal, llamado el Subterráneo y que no puede ser más parecido al recordado Hombre Topo, el primer enemigo al que se enfrentaron los 4 Fantásticos.
     Dentro de los tópicos caros al género que toma este filme, se encuentran varios otros dignos de mención: el primero tiene relación con la presencia de los llamados sidekicks, correspondiente a la presencia de un compañero infantil y/o juvenil del vigilante adulto (siendo algunos de los mejores ejemplos al respecto, cualquiera de los Robin de Batman).  Y es que al principio de esta cinta aparece la posibilidad de que Mister Increíble tenga bajo su tutela a un chiquillo, no obstante esto no se logra y luego ello tiene importantes  repercusiones para el resto de la historia…Es así que nos encontramos con otro aspecto de este tipo de historietas que revisa Los Increíbles, consistente en la idea de que el superhéroe es el responsable (directo o indirecto) de la aparición de los supervillanos y en especial de sus némesis, que vienen a ser sus contrapartidas y se han originado por algún tipo de despecho hacia él.  Por otro lado, con respecto a los superpoderes, también se hace referencia a la noción de que para destacar como justiciero o criminal (al menos en estos cómics), no es necesario poseer habilidades extraordinarias: que por algo están la inteligencia, la ciencia ya la tecnología, que entre buenos y malos hay un montón de estos (¿Les nombro a algunos?).


                                        El espectacular tráiler teaser de la primera cinta.

      Cabe detenerse en el personaje de Frozono, el mejor amigo de Mister Increíble, ya que al ser afroamericano es tanto un recordatorio, como un tributo a todos esos grandes justicieros negros: Lucke Cage, Tormenta, Pantera Negra, Halcón, el Linterna Verde John Stewart y Static Shock, entre muchos otros más.  Por otro lado, debe saberse que la voz de quien lo personifica en su versión original, viene a ser nada menos que la del destacado actor de color Samuel L. Jackson, el mismo que inspiró a los creadores del Nick Fury ultimate y que podemos ver interpretado por el propio Jackson, en los filmes del Universo Cinemático Marvel.
      Por último, que ya es hora de ir de una vez a la secuela que ha motivado este post, el nombre del equipo protagonista sin dudas que al sustentivizar un adjetivo (en este caso Los Increíbles) como el nombre del equipo protagonista, corresponde a otro leiv motiv característico de ficciones como esta y que Marvel misma sin dudas destaca por ello: Los Inhumanos, los Defensores, Los Vengadores, Los Exiliados, Los Eternos, Los Nuevos Guerreros… 
      La secuela comienza justo donde quedó la anterior, teniendo que enfrentarse nuestros protagonistas al mencionado Subterráneo.  La pelea contra el antisocial, requiere una vez más que toda la familia participe y demuestre lo bien que logran usar para su beneficio los distintos poderes que tiene cada uno (y por supuesto está Frozono, para prestarles su valiosa ayuda); no obstante esta batalla llena de adrenalina, es solo un tentempié para lo que vendrá a continuación, puesto que ahora conoceremos a un nuevo villano (por completo diferente a los 3 ya presentados previamente) y más encima superior a sus predecesores.
     Tras la intervención de los Increíbles, surge el interesante dilema de quién hace más destrozos: ¿Los  malhechores, que hay seguros que protegen a sus víctimas o los superhéroes que entre medio de la persecución y la pelea, a veces se olvidan de velar por la propiedad privada y pública? Es así que luego entra a discusión otra problemática que articula buena parte de la trama: La necesidad de que existan los superhéroes y de que se les vuelva a dar una oportunidad para demostrarle a todo el mundo de que son una parte esencial de la comunidad. A través de esto, entra al argumento el rol de las relaciones públicas, la publicidad, la prensa, la política y el manejo de los recursos económicos para lograr reinsertar a los justicieros dentro de la sociedad.  El estar hablando de superhéroes, viene a ser lo mismo que cualquier institución o idea, que se quiera revalidar en una población…Pues aquello que se ve tan divertido en la película, no es otra cosa que algo propio de la realidad y en la cual las ideas solo se propagan, se aceptan y funcionan, cuando se hacen conocidas y tienen el respaldo de gente respetada por lo demás; es por esta misma razón, que bajo un título  de corte familiar como este, vemos la presencia de políticos y de genios de los medios de comunicación entre los secundarios, algo que no es gratuito en este caso (solo hay que saber mirar detrás de la comicidad y la espectacularidad de la obra).

      
      Si en la primera entrega de Los Increíbles el protagonismo lo tuvo en primer lugar el padre de familia y luego la madre, en esta ocasión los roles se invirtieron y de ese modo Elastigirl se convirtió lejos en la principal superheroína de toda la historia.  La manera de cómo potenciaron a esta última, bien podría considerarse como un aire nuevo para esta futura saga y que sin dudas responde al papel que por fin se les ha dado a las mujeres en el género y más al tomarlo en cuenta Hollywood y la TV (si no recuerden los casos de la película de Wonder Woman y la serie sobre Jessica Jones).  Elastigirl, mucho más centrada y carismática que su marido, sin dudas que se “roba la película”. Por otro lado, su caso como fémina valiosa para la ficción no solo la comparte con su hija Violeta, que nos encontramos además con al menos 3 mujeres más de papel significativo para la trama (siendo una de estas últimas, uno de los mejores giros argumentales para su desarrollo).
      Asimismo, no se puede dejar de lado que esta vez conocemos a nuevos “super”, los que más encima no son todos ciudadanos norteamericanos, sino que hay provienen del resto del planeta. De este modo, surge con ello otro concepto relevante en el género: el de los grandes equipos de superhéroes, con miembros internacionales y de distintas etnias. Es de esperar que en una próxima entrega, estos nuevos personajes tengan su propia evolución, que podríamos decir que la posibilidad de una saga cinematográfica está más que segura (si hasta una serie de TV podrían hacer al respecto ¿No?).
      La primera película que conforma hoy un díptico, tuvo la genialidad de jugar con un tema que tal vez nunca antes había sido tomado en cuenta con profundidad en los cómics de superhéroes…¿De dónde sacan sus trajes estos tipos y cómo es que les duran tanto? Es así que crearon a la modista de alta costura Edna Moda, una mujercita de apariencia insignificante y que en sus 2 intervenciones en el filme original acaparó la atención de todo el mundo, por su tremenda personalidad y como especialista en, como ella misma dice “diseñar para los dioses”.  En esta nueva ocasión sale también 2 veces y uno bien quisiera que le dieran mayor protagonismo.  Sin dudas que junto al gran Frozono, viene a constituirse en el otro gran apoyo para nuestra familia superheroica.
      En la banda sonora una vez más estuvo involucrado Michael Guiacchino, quien en la primera cinta nos regaló uno de sus mejores trabajos, que está lleno de melodías pegajosas, de tipo retro y heroicas…Pues ahora se superó a sí mismo con unos cuantos vocales, propios de los temas cantados que se hacían antaño, para los shows animados de los sesenta. 


                                                              Tráiler 3 de la secuela.

sábado, 14 de julio de 2018

El viaje antes del viaje.


     El tercer libro de la pentalogía de ciencia ficción del Retorno de Orson Scott Card, recibe el nombre de Las naves de la Tierra.  Su nombre se refiere justamente a las máquinas que llevarán a los protagonistas hasta su nuevo hogar, como también a que en un mundo en el cual los seres humanos ya no manejan tecnologías de este tipo, aún se mantienen a resguardo del resto de la gente en el planeta Armonía, los vehículos que hace millones de años trajeron a sus antepasados a este lugar… ¿Cómo es posible esto último? Mejor es descubrirlo junto a Nafai casi al final de la novela, ya que en contra de lo esperado al llamarse así esta obra, estas nunca aparecen en sus páginas, pues se supone que el viaje especial solo se inicia en la siguiente entrega.  Pero no por ello este tomo deja de ser atractivo y otra muestra del genial talento de su autor, si bien se podría decir que en lo que va de la serie, es el menos logrado o el que menor cantidad de grandes emociones posee; en cierto sentido,  se trata de una novela que sirve como nexo a lo que viene, una preparación para aventuras más extraordinarias y que es necesaria para consolidar la comunidad que se creó, cuando los personajes abandonaron Basílica en busca de la “Tierra Prometida”.
     Es así que la novela sigue a los personajes a través de su viaje por el desierto, permaneciendo durante periodos en lugares precisos, hasta llegar al lugar en el cual por fin se asentarán por años (casi una década) antes de partir de una vez a las estrellas.  Mientras sucede todo, el grupo de los elegidos por el Alma Suprema se mantiene cerrado en sí mismo, sin contacto con otros humanos.  No obstante es debido a este importante detalle, que comienzan a surgir (otra vez) los conflictos entre sus miembros: los partidarios del plan de la inteligencia artificial, apoyando a Nefai y, en contraposición, aquellos que aún se resisten al plan de viajar hasta la Tierra.  Queda de manifiesto, entonces,  que el Alma Suprema no ha elegido por completo a los más virtuosos para cumplir con sus propósitos, lo que a partir de esta entrega es más evidente que nunca.
     El conflicto entre los “buenos” de la historia y los “villanos” (que como es habitual en las obras de Orson Scott Card, están humanizados), toma ribetes religiosos y/o arquetípicos, al mostrarnos las rencillas entre hermanos, donde el desprecio hacia el hijo menor y más virtuoso, por parte de sus celosos hermanos mayores, nos recuerda textos bíblicos tales como las narraciones de Caín y Abel, Moises y Josué; de este modo, los pesares por los que pasa el elegido de la “divinidad”, que viene a ser Nafai, al enfrentarse una y otra vez a las mezquinas acciones de sus dos hermanos mayores, no dejan de otorgarle a esta ficción más moderna ribetes épicos y míticos, en algunos de los momentos más emocionantes de la saga.  La dulzura y compasión de Nefai, quien no es alguien perfecto, pues duda en más de una ocasión de sus propias capacidades y puede resultar demasiado blando contra la perfidia de los demás, contrasta con la maldad de Elemak y Mebbekev, el primero rencoroso y soberbio, mientras que el segundo es nada menos que un rastrero cobarde.  Imposible que el lector no tome partido por el ingenuo héroe, que ahora ha tomado el papel principal en la narración.
    Siguiendo con la línea que acerca esta obra cada vez más a los relatos religiosos y/o bíblicos, se encuentra el hecho de que ahora Nafai y su esposa Luet, mantienen una relación más cercana con el Alma Suprema.  Es así que ambos ahora conversan “mentalmente” con la entidad, la cual incluso ha llegado a evolucionar a tal punto, de llegar a bromear con ellos y a tener una especie de complicidad.  Si se toma en cuenta lo misteriosa que era la IA en el primer libro y nos detuviéramos en cómo ha ido evolucionando la relación con la criatura, que antes consideraban un dios, es posible encontrarse con otro giro interesante en la narración.  Por otro lado, para quienes hayamos leído y gozado de la saga de Ender, inmediatamente resulta difícil no comparar ambas sagas del mismo autor, que el protagonista de dicha space opera de igual manera tiene una IA de amiga.

     “Nafai montaba guardia como de costumbre, conversando con el Alma Suprema. 
      Ahora era más fácil que al principio, cuando él e Issib prácticamente le habían obligado a hablarles. Ahora podía articular pensamientos con la mente, como si los pronunciara en voz alta, y luego, sin esfuerzo, sentir las respuestas del Alma Suprema. Le llegaban como si fueran sus propios pensamientos, de modo que a veces le costaba distinguir entre las ideas del Alma Suprema y las propias; por cierto, a menudo repetía sus preguntas, y el Alma Suprema, como era un ordenador y por tanto nunca sentía prisa, repetía las respuestas todas las veces que él deseara. 
     Esa noche, como estaba de guardia, primero preguntó al Alma Suprema si había algún peligro en las cercanías. 
     (Un coyote, siguiendo el rastro de una liebre.) 
     No, quise decir peligro para nosotros, dijo Nafai en silencio. 
     (Los mismos bandidos que te mencioné antes. Pero oyen ruidos en la noche, y tiemblan escondidos en una cueva.) 
      Disfrutas haciéndoles esto, ¿verdad?, preguntó Nafai. 
      (No, pero percibo tu deleite. Esto es lo que vosotros llamáis un juego, ¿verdad?) 
      Se parece más a lo que llamamos una jugarreta. O una broma. (Y a ti te encanta ser el único que está enterado de lo que hago.) Luet lo sabe. (Por cierto.) ¿Algún otro peligro? (Elemak trama tu muerte.)”

     Recordando una vez más la primera parte de esta saga, no se puede olvidar el elemento erótico presente en dicha obra y que sorprende si se considera el resto de la bibliografía de su autor…Pues en esta tercera parte nos encontramos nada menos que con… ¡Una escena de sexo! Claro que este fragmento corresponde a una muy especial, ya que sus protagonistas son más encima una pareja de adolescentes.  Un episodio como este podría considerarse un tema tabú, hasta cierto punto, ya que no olvidemos que estamos frente a un autor enormemente religioso; pero tampoco se puede olvidar, de que por mucho de que se trate de un libro de ciencia ficción, no por ello posee elementos realistas, pues de que hay menores que comienzan su vida sexual a temprana edad, eso es algo que todo el mundo sabe hoy en día.  Por otro lado, tal como suceden las cosas en esta serie, es necesario que nazcan nuevos humanos para luego poblar la Tierra, que siempre han habido sociedades en las que gente muy joven contrae matrimonio y tiene descendencia… ¿Y quiénes son los dos “adelantados” en este caso? Pues nada menos que Hushidh e Issib, siendo este último el hermano menor lisiado de Nafai, más encima; así que con mayor razón este momento resulta ser interesante, que con ello también queda de manifiesto que la plenitud no se niega a nadie.
     Tal como ya habrá quedado  con lo expuesto más arriba, la familia de Volemak solo se tiene a sí misma (y al Alma Suprema, que no es poca cosa) durante su periplo en el desierto.  Acercándose al final llegan a un sitio más boscoso, en el que se llegan a quedar unos 9 años.  Por intervención de la IA nadie se cruza con ellos, en lo que a otros humanos se refiere y, sin embargo, sí entran en contacto con una comunidad diferente: una tribu de mandriles. Desde la primera novela se les mencionó, no obstante en esta ocasión llegamos a conocerlos en profundidad y de este modo es posible reconocer que sus costumbres atienden más bien a una especie de cultura. Por lo mismo, las intervenciones de estas criaturas no solo resultan curiosas, sino que le dan a la lectura un nuevo rasgo interesante, al incorporar dentro de la saga un tema caro a la ciencia ficción: el encuentro con otras razas inteligentes…El detalle está en que esta especie no es autóctona del planeta Armonía, sino que llegó a dicho lugar con los humanos en sus naves; no obstante acá vemos que tras millones de años en Armonía han evolucionado y la mejor prueba de ello viene a ser un singular miembro de esta especie llamado Yobar.

     “Luet llevó el melón hasta donde Yobar pudiera verlo. Luego, volteándose despacio para no asustarlo, lo partió contra una roca. 
     Como ella esperaba. Yobar saltó hacia atrás, alarmado. Cuando vio que Luet no tenía miedo, se acercó a investigar. Ahora Luet pudo mostrarle lo que quería: el secreto que habían ocultado tan celosamente a los mandriles todo ese año. Cogió un fragmento carnoso y comió ruidosamente. 
      El ruido atrajo a los demás, pero fue Yobar —como Luet esperaba— quien siguió el ejemplo y se puso a comer. No hacía distinción entre la pulpa y la cáscara, y parecía disfrutar de ambas por igual. Cuando estuvo lleno, se puso a saltar y a parlotear hasta que los demás —sobre todos los machos jóvenes— se aventuraron a probar la fruta. 
      Luet retrocedió despacio y se marchó. 
      Oyó pasos a sus espaldas. Miró hacia atrás y vio que Yobar la seguía. No lo había esperado, pero Yobar siempre la sorprendía. Era muy curioso e inteligente, aun entre animales cuya inteligencia no distaba mucho de la humana, y cuya curiosidad y afán de aprender a veces era mayor.”


     En el primer libro aparece por primera vez el archivero del villano Gaballufix, de nombre Zdorab y quien está destinado a ser la pareja de la genetista Shedemei, siendo estos dos los únicos del grupo que no mantienen lazos de sangre con el resto.   No obstante solo recién en este tercer libro el personaje toma importancia y se convierte en alguien interesante y complejo.  Sin ánimo de querer caer en el maldito spoiler, este guarda un gran secreto: es homosexual, lo que en la sociedad ficticia en la que había vivido hasta entonces, era claramente una desviación y por ello algo condenable.  Es en todo esto y en cómo se desarrolla al personaje, que llama la atención que un autor al que se le ha acusado de homofóbico y que ha declarado públicamente estar en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo, lo retrate de una manera tan natural, sin emitir juicios condenatorios y más encima dándole sus propios rasgos de heroísmo.  Frente a la decisión de tener alguien como Zdorab entre los secundarios, quien tiene varios momentos de gloria en esta novela y en la que le sigue, cuesta creer que Card sea tan homofóbico como pareciera en primera instancia (además, cabe recordar que su hermosa novela Maestro Cantor, tiene como protagonista a un gay y el que más encima mantiene una relación amorosa con un hombre mayor que él).  Por otro lado, el personaje permite abordar un aspecto bastante atractivo acerca del amor, acercándolo a las grandes historias trágicas y al tema del autosacrificio, en pro de quien se ama.  No diré más al respecto, que la idea es descubrir por uno mismo todas las maravillas que nos deparan Zdorab y el resto de los protagonistas de esta recomendable saga.

    “Shedemei nunca se había sentido tan carente de atractivos. Era absurdo. Minutos atrás despreciaba tanto a ese hombre que habría sentido repulsión si él hubiera manifestado el menor interés sexual. Pero él ya no era el mismo hombre, sino una persona mucho más interesante, una persona dotada de inteligencia y voluntad, y aunque Shedemei no se sentía precisamente enamorada ni desbordante de pasión, ahora lo respetaba de un modo que volvía dolorosa esa indiferencia. 
     Otra herida en el mismo lugar, abriendo las viejas y frágiles cicatrices: nuevamente sangraba de vergüenza, por ser una mujer que ningún hombre deseaba. 
     —No estás prestando atención —dijo Zdorab. 
     —Perdón. 
     Él no respondió. Shedemei abrió los ojos. Zdorab la estaba mirando. 
     —No es nada —dijo ella, enjugando la lágrima que le colgaba de las pestañas inferiores—. No quise distraerte. ¿Podemos comenzar de nuevo? 
     Pero él no volvió a mirar el índice.
      —No es que yo no te desee a ti, Shedemei. 
     ¿Qué, su corazón estaba tan desnudo, que él podía ver a través de sus simulaciones y descubrir el origen de su dolor? 
      —Es que no deseo a ninguna mujer. Ella tardó un instante en comprender. Luego se echó a reír.
      —Eres un zhop
      —En verdad ésa es una antigua palabra que designa el ano —murmuró Zdorab—. Algunos se ofenderían si los llamaran de ese modo. 
      —Pero nadie lo adivinó. 
      —He procurado que nadie lo adivinara —dijo Zdorab—, y al confesártelo pongo mi vida en tus manos. 
      —Oh, no es para tanto —dijo ella.
       —Dos amigos míos fueron asesinados en Villa del Perro. 
      Villa del Perro era el lugar de Basílica donde vivían los hombres que no tenían mujer, pues era ilegal que un varón solo viviera o pernoctara dentro de las murallas de la ciudad. 
      —Uno fue atacado por una turba, porque habían oído el rumor de que era un zhop, unpeedar. Lo colgaron por los pies de la ventana de un piso alto, le cortaron los genitales y lo remataron a puñaladas. El otro fue engañado por un hombre que fingió ser... uno de nosotros. Lo arrestaron, pero camino a la cárcel sufrió un accidente. Fue un accidente rarísimo, además. Trató de escapar, pero tropezó, y al caerse se atragantó con sus propios testículos, tal vez ayudado con el mango de una escoba o de una lanza, y se asfixió antes que nadie pudiera ayudarle. 
     —¿De veras hacen esas cosas? 
     —Oh, lo entiendo muy bien. Basílica era un lugar muy difícil para los hombres. Tenemos la necesidad innata de dominar, pero en Basílica debíamos resignarnos a no tener ningún control, salvo por intermedio de una mujer. Los hombres que vivían extramuros, en Villa del Perro, estaban calificados como chusma, hombres a quienes las mujeres no querían, por el mero hecho de no vivir intramuros. Constantemente se los acusaba de no ser hombres auténticos, de no tener lo necesario para complacer a una mujer. Se cuestionaba su identidad masculina. Por eso odiaban y temían a los zhop —pronunció la palabra con apasionado desprecio— hasta extremos realmente inauditos.”


     Otro personaje que ya había aparecido con anterioridad (en este caso en el segundo tomo) es Vas, el “cornudo” marido de Sevet, una de las dos decepcionantes hijas de la inteligente dama Rasa (y madre de nuestros queridos Issib y Nafai) y que fue engañado por su esposa en complicidad con el marido de la propia hermana de esta, Kokor (¡Toda una teleserie! ¿Verdad?).  Es así que quien hasta hace poco nos parecía un hombre demasiado dócil, desde ahora se convierte en otro de los sujetos despreciables, con los que se deben enfrentar los héroes de la trama; asimismo, a través de su figura el autor introduce dentro de la serie otro tópico clásico: el de la venganza, que no se trata de cualquiera, sino que se refiere a una que ha dado paso a un montón de grandes narraciones, la motivada por el despecho amoroso.
    Asimismo, dos nuevos personajes son introducidos en esta obra, considerando que tras la nueva vida de los protagonistas, una vez que salen de Basílica, comienzan a nacer sus bebés.  Pues una vez que todos se establecen, durante un largo periodo en el sitio que los acercará a las naves que menciona el título de esta novela, ya algunos niños toman relevancia dentro de la narración. Tal como es habitual encontrar otros menores de edad, extraordinarios en la bibliografía del escritor, aparecen acá personitas tales como Oykib (uno de los nuevos hijos de Volemak y Rasa) y Chveya (la hija mayor de Nafai y Luet).  Ambos chicos resultan estar llenos de talento y si bien ya en esta novela demuestran ser dignos hijos de sus padres, ya en sus primeras apariciones se convierten en la promesa de otros grandes momentos para las novelas que están por venir.
     No podían faltar unos cuantos verdaderos episodios en la lectura que pueden ser considerados como memorables.  Al respecto, se pueden mencionar pasajes tales como una de las tantas muestras de la odiosidad de Elemak, al querer dejar atado a su hermano menor Nafai en pleno desierto y la manera de cómo se resuelve todo esto; también se encuentra una muy interesante visita de Hushidh al propio Elemak y, por último, el clímax del libro y en el cual Nafai les demuestra, con mayor medida que antes, a sus dos nocivos hermanos que no se juega con el Alma Suprema.
     De las 4 primeras novelas de la serie esta es la más extensa, ya que en castellano alcanza cerca de las 500 páginas.  Puede que sea un poco más lenta que aquellas que le precedieron, no obstante no deja de poseer sus propias virtudes, como espero haberles dejado claro.  En estos momentos ya sobrepasé la mitad de la siguiente entrega y todo está tan bien entrelazado entre un libro y otro, que una vez que se está disfrutando este otro, llamado nada menos que  Retorno a la Tierra, resulta gratificante que lo mejor está por venir y que mientras tanto, cada libro resulta ser una verdadera delicia para la imaginación.


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