Journy
into Mistery era
una revista antológica de Marvel Comics en la cual durante sus primeros años,
tras su relanzamiento a principios de los sesenta, aparecían distintas historietas
de a lo más unas 13 páginas y en las que desfilaron varios de sus personajes,
en especial aquellos que en tal momento no poseían colección propia. Fue así como en su número 82, fechado en
agosto de 1962, fue el debut de quien hoy en día es sin duda uno de los
superhéroes más famosos de la llamada Casa de las Ideas: Thor. Y es que basándose fuertemente en la
mitología nórdica, el guionista Stan Lee apoyado por Jack Kirby y Larry Lieber
en el dibujo (quienes también intervinieron en la escritura) crearon a este
superhéroe que como ya era marca en la empresa, se transformó en una novedosa
forma de presentar a estos personajes, a la par de que le insuflaron toda la
riqueza mitológica a cuestas que traía la divinidad en la que se
inspiraron. Pues en pocas palabras, este
Thor viene a ser el mismo de los viejos relatos nórdicos, dios guerrero del
trueno, hijo de Odin y habitante de la ciudad celestial de Asgard; a la par de
que en sus aventuras comiqueras, se convierte en uno de los principales
protectores de la Tierra como superhéroe de origen divino (llamada Midgard en
los ancestrales mitos de esta cultura, nombre usado asimismo en estas
historietas).
La génesis ficcional del Thor de viñetas es
bastante conocida, en especial gracias a la película hollywoodense que toma
buena parte de su historia oficial, para explicar su aparición en la
Tierra. Thor es el heredero al trono de
su pueblo, una raza prácticamente inmortal perteneciente a otra realidad, los
asgardianos, quienes debido a su contacto hace mucho tiempo con los pueblos
nórdicos, originaron los viejos mitos de sus gentes. No obstante pese a su derecho de nacimiento,
el “joven” Thor (quien en realidad tiene miles de años) era un sujeto orgulloso
y belicoso, para nada lo que deseaba el sabio de su padre, de quien en algún
momento sería el monarca absoluto de su pueblo.
Por esta misma razón el “Padre de Todo” lo castigó, más bien para darle
una lección de vida, y lo desterró a Midgard, de modo que aprendiera humildad y
llegara a amar la paz, así como apreciar en mayor medida el valor de la vida (y
más todavía por estar ahora entre mortales).
Ello llevó a Odín a hechizar el célebre martillo de su hijo, de nombre
Mjölnir (tal cual las espadas de la tradición de otras culturas, que siempre
llevan nombres ostentosos para designar su valor, tal cual Excalibur de la
leyenda artúrica y las distintas espadas del Mio Cid), de tal modo que solo
aquel que fuese digno de ella (es decir, con el espíritu suficientemente noble
para ello) pudiese tomarlo y adquirir con ello los poderes del Dios del
Trueno. Fue entonces que el violento
Thor fue despojado además de su memoria, convirtiéndose en un aparente hombre
indefenso, cojo más encima, de nombre Donald Blake, quien pasó tiempo
trabajando al servicio de la gente sin saber su verdadera identidad…Hasta que
un viaje a las tierras de Noruega, lo llevó a vivir una aventura propia de un
paladín como bien era y tras demostrar su positivo cambio, al encontrarse con
una vara de madera, tras sostenerla y golpearla contra la roca, descubrió quién
en realidad, ya que dicho pedazo de madera era nada menos que su poderoso
martillo “disfrazado”. Y así fue como
pudo volver a ser Thor y enfrentar el peligro que amenazaba a su patria de
adopción. Al final y tras hacer las paces
con su progenitor, el Dios del Trueno decidió quedarse en Midgard, para velar
por su seguridad ante cualquier otra amenaza, cuidando de quienes lo
necesitasen tanto como médico, como Thor. Por años, tal cual muchos superhéroes, tuvo
una doble vida, llevando ahora Mjölnir como bastón de madera en su faceta de
simple humano y transformándose en Thor cuando la situación lo requiriera (cabe
destacar al respecto, esta doble función suya como servidor de los desvalidos, debido
a su papel de médico y dios/superhéroe, lo que le otorga una mayor connotación
benigna, primero usando los conocimientos humanos dedicados a salvaguardar la
vida y luego todo su poderío como inmortal ante todo tipo de enemigos). Poco tiempo después, los eventos lo llevaron
a conocer a otros justicieros de la Tierra, llegando a ser miembro fundador de
Los Vengadores por largo tiempo.
Portada del debut comiquero de Thor. |
Los
poderes de Thor, aparte de su longevidad y supuesta eterna juventud, implican
una fuerza colosal que lo lleva a ser serio contrincante al mismísimo Hulk, si
la ocasión lo amerita, siendo por ello uno de los seres marvelitas más poderosos. También es resistente a cualquier clase de golpes,
habilidad también conocida como invulnerabilidad, de igual manera puede
respirar en el vacío y bajo el agua. Ayudado
por su fiel martillo es capaza de volar a gran velocidad, surcando extensiones
increíbles, crear por medio de él vórtices a otros sitios, repeler ataques,
producir campos de fuerza y otras maravillas, además de sus infaltables truenos
y rayos. A su vez lleva consigo otros
artefactos que le otorgan habilidades, como su cinturón de fuerza y sus
guanteletes.
En
las viñetas de Thor cumple un papel fundamental su némesis, quien resulta ser
nada menos que su hermano adoptivo Loki, también extraído como él de la
mitología nórdica. Este fue adoptado por
Odín y su esposa Frigga, tras derrotar y matar a su verdadero padre, el líder
de los gigantes de hielo, luego de una de las tantas rebeliones de estas
criaturas contra los señores de Asgard. Llamado el Padre de las Mentiras, Loki
es un sujeto inteligente, quien al no poseer su misma fuerza ha optado por
hacer uso de su gran inteligencia, convirtiéndose en un maestro de la magia
negra, con la cual manipular a su antojo a sus víctimas. Pues bien, en un principio cuando ambos aún
eran niños, tenían una relación armoniosa, no obstante al final el resentimiento
de Loki por no ser destinado al trono de Asgard fue mayor y ello lo alejó del
buen camino. Entonces traicionó el amor
de su familia y se dedicó de lleno a hacerle la vida imposible a Thor, a la par
de tratar de conseguir la soberanía de Asgard, aliándose muchas veces con
sujetos tanto o más retorcidos (y poderosos) que él. Esta enemistad entre hermanos, fundada en el
rencor de uno de ellos por su envidia, bien responde a viejos temas que hasta
en el mito judeocristiano de Caín y Abel lo encontramos, convirtiéndose en otra
faceta digna de interés a la hora de abordar y disfrutar los cómics sobre Thor,
siendo además un conflicto varias veces tratado por los numerosos artistas, que
han trabajo con este superhéroe.
Existen
otros cinco personajes, inmortales como él, ligados a su existencia y, por
ende, a sus aventuras (bueno, aparte de su padre Odín). Primero se encuentra la guerrera Sif, uno de
sus dos grandes amores, quien debió ceder durante un periodo el señorío de su
corazón, cuando Thor en su calidad de humano llegó a enamorarse de la enfermera
(y luego doctora) Jane Foster. Gran
aliada suya frente al mal, llegó a desposarla, teniendo un hijo con ella. Luego se encuentran los llamados Tres
Guerreros, amigos inseparables, cada uno de ellos con una muy definida
personalidad y aspecto, que los hace ser secundarios destacados en los cómics
de Thor: el más carismático de ellos y, por qué no, entrañable, resulta ser el
gigante (aunque no al nivel de sus acérrimos enemigos) Volstagg. Gran amante de la comida, que lo hace tener
una respetable panza, y de la batalla, es un sujeto alegre y amistoso, padre de
varios niños, quien además le otorga al cómic el elemento humorístico, gracias
a su especial forma de ser. Luego le
sigue el guapo Fandral, quien oficia de galán debido a su regio porte y
caballerosa conducta, contrastando con el primero en una primera instancia,
aunque no por ello deja de poseer similares dotes en la batalla. Después le sigue el hosco, pero bien
intencionado Hogun el Torvo, proveniente de otra tierra, que le otorga la
apariencia de mongol y quien adora a la única hija de su amigo Volstagg. Otro papel fundamental cumple el dios
asgardiano Balder, tanto o más poderoso que Thor, quien carga un aire de
dramatismo, que lo hace ser uno de los personajes más trágicos en las revistas
dedicadas a su amigo y que además resulta ser medio hermano de Thor (puesto que
durante un tiempo Balder estuvo muerto y esto lo remeció por completo).
Walter Simonson hoy en día. |
“-Saludos, nobles enanos. Cae la tarde y al viajero exhausto no le
importaría compartir una fogata en buena compañía ¿Me aceptáis entre vosotros?
-
Bienvenido, Altísimo. Por favor, aceptad
nuestra cordialidad.
- ¿Me conoces, Eitri?
- Aunque solo tuviera un ojo, mi señor
Odín, reconocería vuestro poder latente en plena oscuridad. Y sabría que venís a buscarme con un propósito concreto y no para compartir
una fogata. ¿Qué busca el Señor de Asgard en Nadevellir?
- Tu destreza, Eitri, para una tarea que
solo tú puedes realizar.
- Venid, pues, sentaos junto a mí y
decidme qué puede hacer un enano por los dioses”.
¿Y
en qué consisten las historias de Thor ideadas por Walter Simonson? Pues bien,
el autor desde las primeras viñetas a su cargo, dejó establecido que dentro de
poco el Dios del Trueno y su gente se enfrentarían a una dura prueba, como quizás
nunca antes fue visto en sus cómics, al enfrentarse a una fuerza primigenia tal
vez más poderosa que él mismo y profundamente ligada a la mitología nórdica: el
demonio Surtur y cuyo destino era provocar la destrucción del mundo (tal y como
lo conocían las gentes de estos pueblos), a la par de la destrucción de los
dioses. No obstante, el desastre recién
viene a concretarse tiempo después de comenzada la etapa de Simonson, aun
cuando poco a poco todo va en dirección al llamado Ragnarok, es decir, el apocalipsis
nórdico. Por otro lado, el autor toma
una drástica decisión a la hora de abordar al superhéroe divino, ya que se
deshace de su otra mitad, o sea, elimina de los argumentos al doctor Donald Blake,
de modo que de ahora en adelante las aventuras y desventuras del protagonista,
giraran en su faceta como heredero al trono de Asgard y ya no más acerca de la
dualidad mortal/inmortal (no obstante en honor a este Thor de los “primeros
años”, en una emotiva historia corta entre medio y centrada en el caballeroso
Fandral, Walt se despide de quienes apoyaron al dios cuando hacía de médico, en
una muestra más de su talento como narrador).
No obstante le crea una nueva identidad humana, que sin dudas sirve para
desarrollar otro tipo de narraciones al más épico estilo de su gusto. Por tanto buena parte de la trama transcurre
en Asgard, puesto que en Midgard Thor ya no tiene tanto compromiso, de modo que
pocos serán los personajes mortales famosos que intervendrán (y de manera muy
breve) en esta etapa: como Nick Fury y parte de los 4 Fantásticos (la Antorcha
Humana y Mr. Fantástico para ser más precisos).
Es justamente durante esta nueva identidad del personaje, que Simonson
le hace un pequeño homenaje en tono humorístico, a nada menos que Superman,
primero a través de jocosos diálogos y luego mostrándolo en unas cuantas
viñetas en su apariencia de Clark Kent.
El
primer gran personaje que crea el caricaturista en los números de su completa
autoría, es Billy Rayos Beta, un alienígena modificado genética y tecnológicamente,
para velar por su raza tras el desastre de su sociedad. Pues en un viaje que debe hacer al espacio
exterior, Thor lo llega a conocer y debido a confusiones ambos combaten entre
sí, demostrando el extraterrestre con aspecto siniestro y equino (aunque
poseedor de un gran corazón) ser un digno oponente suyo… ¡Y además ser el único
hasta el momento de poder alzar el mismísimo martillo de Mjölnir! Ante esta
sorpresa y tras otro enfrentamiento entre los dos, auspiciado por el propio
Padre de Todo, se le concede a Billy el honor de obtener los mismos poderes del
primogénito de Odín. Por cierto, esta
preciosa historia fue adaptada con excelentes resultados, en la serie animada
de Los Vengadores de hace unos pocos años atrás. Además, ante el atractivo del nuevo superhéroe,
Simonson volvió a usarlo una y otra vez, ya que entre Billy y Thor se gestó una
férrea amistad, a la par que por muy inaudito que parezca, entre Billy y dama
Sift nace una especie de amor imposible. Por cierto, en un capítulo de la serie animada de Silver Surfer del año 1999, apareció Billy Rayos Beta, aunque en una versión algo diferente, aunque siempre manteniendo sus rasgos heroicos.
Luego de lo anterior, Thor se enfrenta a un monstruoso dragón en la
Tierra, el cual viene a ser un antiguo enemigo, transformado en tal criatura
por Odín y en castigo a sus fechorías como rey cruel. Es tras la derrota de este villano, que
tienen lugar dos eventos más destacables: primero la intervención de otro gran
personaje nacido de la pluma de Simonson, la hechicera manipuladora de hombres
Lorelei, también sacada de los mitos de antaño nórdicos. Pues esta si bien apareció primero durante
la saga anterior, llamada La Balada de Billy Rayos Beta, luego
se hace pasar por humana, para conseguir la atención de Thor y más adelante,
tras usar su magia, llega a dominarlo apoyada por el mismo Loki y quien también
cae en su influjo. A todo esto, Lorelei
es vista durante la primera temporada de Agentes de S.H.I.E.L.D., en uno de
sus mejores episodios. No obstante antes de la derrota de Lorelei, puesto que
su trampa la gestiona Simonson poco a poco, tal como muchos de los
acontecimientos aparecidos en esta etapa, Thor llega a conocer al último de los
vikingos, en otro de los momentos más excelsos de este cómic.
El
otro gran villano orquestado por Walter, viene a ser el líder de los llamados elfos
oscuros, Malekith el Maldito, el mismo ruin detrás del ataque a Midgard en la
entretenidísima película Thor: Un Mundo Oscuro. Bastante diferente en apariencia al mostrado
en la citada cinta, en la historieta primero toma el papel de ser un servidor
del demoniaco Surtur, ya que pretende abrirle paso para que este último pueda
llevar a cabo sus planes de destrucción masiva; mas luego, una vez derrotado
Malekith, tras su primer encuentro, vuelve a aparecer otra vez durante estos
números. La utilización con fines
malignos por parte del elfo oscuro, del ominoso Cofre de los Antiguos Inviernos
que aquí se aborda, fue revisitada en el mencionado programa de Los Vengadores,
si bien para quien haya disfrutado de su versión original, por mucho que esta
adaptación haya sido genial, puede echar de menos al mortal que fue importante
para que Thor lograra vencer a Malekith (lo que muestra el valor del hombre
común).
Una
vez Surtur consigue llegar a nuestra realidad, la contienda se realiza tanto en
el mundo de los humanos, como en Asgard, cuando el astuto monstruo ígneo obtiene
su cometido, de verse a las puertas de la tierra de los dioses. De este modo en el campo de batalla, Thor se
encuentra acompañado no solo por su gente, sino que también por otros
defensores, teniendo que luego regresar a Asgard para la confrontación final
con Surtur. Ambas batalles son épicas,
aunque es en la celestial ciudad donde el relato cobra sus mayores cuotas de
heroísmo, ya que allí se le une nada menos que su hermano Loki y quien da
muestras de un altruismo insospechado.
La victoria por parte de los justicieros se logra, si bien ello implica
una terrible desgracia que pesará sobre Thor y los demás asgardianos. También la recordada serie de Los Vengadores,
contó con su propia adaptación de esta saga, capítulo tan formidable como los
ya señalados.
Poco antes de que se lleve a cabo la lucha entre dos fuerzas tan
descomunales, Odín revela a los suyos el primer encuentro que tuvo de joven,
junto a sus dos hermanos, con Surtur.
Las viñetas dedicadas a este recuerdo, son fieles herederas de los
relatos clásicos de épico heroísmo, muy en la línea de los grandes mitos de
viajes, pruebas y ejemplos de autosacrificio en pro de un bien superior.
Tras
los hechos acaecidos, la inmortal existencia de Thor se hizo insoportable y
tuvo que pasar por su propio periodo de introspección, para conseguir algo de
la tranquilidad que había perdido. Es
cuando una vez más Simonson, nos regala otro de los pasajes más bellos de su
trabajo a cargo de la revista de Thor, cuando hace que este se encuentre con
una antiquísima deidad benévola, incluso mayor que su amado padre. La intervención del otro dios, lejos mucho
más vigoroso que el propio Thor, se convierte en el bálsamo necesario para que
el Dios del Trueno, vuelva a su hogar con el corazón en vías de sanarse por
completo.
Igualmente
memorable y cargado de toda una gama de emociones, resulta ser la nueva “jugarreta”
de Loki, quien convierte a su odiado hermano… ¡En sapo! Famosa es la imagen de
un Thor haciendo de batracio y con su indumentaria característica; no obstante
pocos son los afortunados en haber leído (y tener en su colección, como un
humilde servidor) esta bizarra aventura y en la cual el heredero del trono de
Asgard, demuestra que basta con la voluntad y un espíritu noble, para sortear
hasta los más insospechados infortunios.
Asimismo el autor logra contarnos todo esto sin caer en la mera
caricatura, pues no deja de lado con ello la faceta más épica del cómic. En la
serie Ultimate Spiderman, esta historia tuvo su propia adaptación,
bastante libre eso sí, no obstante igualmente recomendable.
Retomando el arquetípico tema del viaje al Inframundo, Walter hace
además que Thor visite Hel, el infierno nórdico, y allí una vez más se enfrente
a la ama y señora de tal lugar, Hela, quien desde hace milenios desea obtener
el alma del dios. El motivo de acudir a
tan nefasto lugar, no puede ser más plausible, pues Thor va a acompañado de
otros héroes para rescatar las almas de los mortales que Hela se llevó sin
tener verdadero derecho a ellas. Asimismo
en Hel se reencuentran con viejos conocidos ya muertos, lo que trae
reminiscencia de textos clásicos como La Odisea y La Divina Comedia. Cuando ya están saliendo de la tierra de
ultratumba, uno de sus compañeros termina dando su vida para permitir que el
resto pueda salvarse, en otra muestra de heroísmo que tiñe sin dudas las
páginas de esta colección. A su vez Thor
logra escapar del lugar, aunque llevando consigo la marca de su pelea contra
Hela, la cual llevará consigo durante un buen tiempo.
Tal
como se dijo antes, paralelamente a la historia de Thor, Simonson dedica otras
líneas argumentales al resto de los personajes asgardianos, siendo una de las
más destacadas la que gira en torno al excepcional, pero trágico, dios solar
Balder. Walter lo retoma poco después de
su regreso de las garras de Hela, lo que lo lleva a un estado de depresión que
le hace renegar de su naturaleza guerrera y hasta lo pone obeso. Tras lamentarse de su desgracia, Balder tiene
un encuentro con seres míticos aún superiores a él y al resto de los dioses, lo
que le devuelve la fe en sí mismo. Por
otro lado, tiene que habérselas con la reina hechicera Karnilla, quien desde
largo tiempo siente por él un amor obsesivo y al cual las circunstancias lo
llevan a corresponderle. Esta atracción
de un ser ligado al mundo de las sombras y de conducta reprochable, siendo que
Balder se encuentra por sobre el propio Thor, en cuanto a sus numerosas virtudes
que lo encumbran por encima de sus congéneres, se convierte en un interesante
drama. Todo ello el autor aborda primero
a lo largo de varios números de la revista de Thor y luego en una magnífica
miniserie de 4 números, dedicada en exclusiva a Balder el Bravo.
Preciosa portada original del N° 1 de la miniserie sobre Balder el Bravo. |
Ya
en la última parte de la elogiada etapa de Walt Simonson, escribiendo y
dibujando para Thor (apoyado en ocasiones, tal como ya se dijo, en el arte
gráfico por Sal Buscema), Hela no contenta con la cicatriz que le dejó en su
bello rostro, lo maldice de tal manera que muy pocos habrían sido capaces de
soportar su veneno. No obstante el Dios
del Trueno vuelve a superar toda prueba, siendo más ingenioso que ella y decide
llevar una armadura especial, con la cual poder continuar con su papel de héroe
máximo de Asgard.
Como
habrá quedado claro en estas líneas sobre el Thor de Simonson, leer tales
cómics resulta una experiencia estimulante para la imaginación, no solo para
los amantes de los cómics marvelitas, sino que para todos aquellos que alguna
vez gozaron con las historias orales de antaño, que luego inspirarían a los
narradores posteriores para crear nuevas variantes del héroe clásico y de ahí a
un paso a la aparición de nuestros queridos superhéroes…De este modo el Thor de
la Casa de la Ideas, resulta ser el heredero y la fusión ideal de estas dos
tradiciones narrativas, siendo el de Simonson sin duda el mejor ejemplo (o uno
de los mejores) de esta calidad literaria del cómic del Dios del Trueno.
Por
último y a manera de dato extra para futuros lectores y coleccionistas, la
editorial Panini ha sacado en dos versiones de lujo esta etapa: una de ellas en un tomo bastante grueso, debido a todo el material que contiene, y otra de 8
números, todos en tapa dura, lujosa encuadernación y presentación, tal como la
versión de un volúmen; a su vez la colección de más números lleva un título
por cada uno de ellos, considerando la saga que contienen según sea el caso.
Hola, Elwin. Según veo, Walter Simonson fue no sólo el salvador de Thor, sino el que llegó a escribir la mejores historias, centradas como tal en la mitología nórdica y en su propio mundo (Asgard). Lo de Thor convertido en sapo ni me lo imaginaba... Como dices, debe ser bizarro y toda una rareza en el mundo de los comics.
ResponderEliminarLa historia de Thor convertido en sapo es preciosa. Otra gran etapa de Thor, que tengo y leí es la escrita por uno de mis favoritos: Michael Straczynski, de hace pocos años atrás.
EliminarLo de Thor convertido en sapo es una de las troleadas más míticas de toda la historia de la Marvel, aunque no puede traducir bien al castellano. En inglés, to croak es croar, pero como giro de lenguaje también significa palmarla o estirar la pata. O sea, cuando anunciaban Thor croaks, todo el mundo leyó nos cargamos a Thor, cuando en realidad al final era... que croaba porque lo transformaban en sapo. Yo pagaría oro en barras con tal de haberle visto la cara a los lectores en esa época.
ResponderEliminarTe puedo decir feliz de haber leído casi la totalidad de esta etapa (no he podido comprarme los dos tomos finales titulados "La Maldición de Hela"), que cuando Thor es convertido en rana es lejos uno de los momentos más emotivos de lo realizado por Simonson. Por cierto, muchas gracias por ilustrarme acerca de este interesante juego de palabras, que ignoraba.
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