Alma es el nombre de una niña-mariposa, que
tuvo la mala suerte de ser cazada un día por un anciano obsesionado con estos
bellos bichitos; pero también es parte del nombre de la pequeña pieza teatral
infantil, orquestada por la compañía nacional Muñecos en Tránsito y hecha con
marionetas.
Alma
y el Cazador de Mariposas corresponde a esta estimulante propuesta
escénica de poco más de media hora, dirigida en especial a los niños pequeños
(a la primera infancia, como bien dice su afiche y publicidad según sus
creadores) y en la cual el espectador que despierta a la contemplación de este noble arte, se
regocija con la magia de su puesta en escena.
Pues esta obra posee numerosas virtudes que ayudan a que nuestros niños
disfruten de su historia y luego salgan de la sala con el corazón recordando
sus múltiples colores, sus entrañables personajes (¡Y “graciosos” como afirmó
más de una vez mi sobrinito Amilcar, mientras la veía conmigo!), su cuidada
música seleccionada para la ocasión y su mensaje que lejos va más allá de la
pura entretención.
En
primer lugar lo que destaca de este trabajo, apenas uno entra al lugar donde se
exhibe, es su escenario, diminuto como quienes se mueven a través de él, ya que
salvo el mencionado cazador, el resto son animalitos (mariposas, orugas, aves y
peces, más la propia protagonista), quiénes hacen uso de una especie de
plataforma hecha de papel arrugado (y que después el público infantil se
divierte jugando con él) para movilizarse.
El blanco de todo esto resalta en la oscuridad, que permite a los
actores manipular las figuras y centra la vista en ese mundo imaginario, donde
los personajes viven sus existencias llenas de movimiento y mayormente en medio
de una dicha sencilla, pero plena.
La
marioneta que corresponde a Alma, sobrecoge con su rostro que incita a la ternura,
parte niña, parte anciana, con su colorido traje y alas, toda una declaración a
la vida silvestre y libre, pues se le nota feliz al moverse, tal como a sus
compañeros la orugas, juguetonas como ellas solas. Esta dicha por la vida en libertad y sin
preocupaciones, contrasta con la del coprotagonista, quien hace su presentación
mostrándose como un sujeto que en vez de apreciar la belleza en todo su
esplendor, al aire libre, la quiere para él solo y bajo su control (o sea,
apresada en sus jaulas/trampas). No
obstante una vez que el camino de ambos se cruzan, el anciano recibe una
lección de vida, de esas que se agradecen.
Eso sí, antes del final feliz que se esperara para una obra como esta,
niños y adultos son testigos de la congoja de la heroína, pues necesario es que
para apreciar en toda su magnitud lo que tenemos, sepamos que la falta de ello
nos hace valorarlo más que nunca.
La
música usada en esta pieza teatral también ayuda a acaparar la atención y en
especial de los más pequeños, destacándose el hecho de que corresponda a
clásicos temas de autores ya consagrados (ignoro a sus compositores y los
nombres de los temas, si bien reconocí más de uno de ellos), algunos en
agradables versiones sintetizadas, que a sus oídos les ayudan a crear esta
atmósfera de fantasía y magia. Al no
haber diálogos en toda esta dramatización, es justamente este acompañamiento
melódico la herramienta ideal para demostrarle a nuestros niños, que la
comunicación va más allá de la palabra y que luz, sonido, colores y movimientos
forman parte del mundo que nos rodea (que aprendemos poco a poco a manipular
para hacernos entender, de modo que en síntesis Alma y el Cazador de Mariposas bien
se comprende y siente con toda esta gama de estimulaciones que ocupa).
Por ser un trabajo que tiene como a personajes
a otros miembros del ecosistema, queda de manifiesto la reflexión ecológica, de
que debemos amar a la naturaleza, representada en sus “graciosos” personajes,
quienes sin duda para su público ideal son reales mientras todo se desarrolla.
Un regalo para nuestros niños viene a ser el
hecho de que luego de terminada la función, los artistas los invitan a subirse
al escenario para ver más de cerca, tocar y jugar con las marionetas, así como
también sacarse fotos, a modo de otra instancia educativa y lúdica que les
permita volver a casa, con el bello recuerdo de toda la experiencia que ha
significado su visita (quizás la primera de sus breves años) al magnífico mundo
del teatro.
Actualmente esta obra se encuentra dándose en el Anfiteatro Bellas
Artes, los sábados y domingos a las 17:00 horas, terminado la temporada este
próximo 22 de noviembre.
Mi regalón Amilcar, disfrutando con las marionetas de esta bella obra. |
oooh que bonito el diseño de las marionetas,se ve interesante la historia , me acuerda cuando fui a ver el libro de la selva la cual era con actores y marionetas la cual las marionetas se paseaban por el publico dando he ese toque de cercanía.Saludos
ResponderEliminarEsa obra que mencionas me la perdí de puro tonto y que bueno tú si la hayas podido disfrutar. En cuanto a esta otra, lo más lindo fue cómo los niños la disfrutaron.
EliminarQue bonita experiencia le regalaste a tu sobrino, creo que será muy provechosa para él
ResponderEliminarComo padre preocupado por darle una buena vida a tus hijas, bien sabes lo hermoso que es para uno contribuir de esta manera a su crecimiento personal.
EliminarPor desgracia no se menciona en el posteo si la obra es original de los artistas, o si es la adaptación del trabajo de algún dramaturgo. Me da la idea de lo primero, por lo leído, pero por lo general esas cosas se acreditan, para saber y seguirle la pista a los creadores.
ResponderEliminarPor otra parte, según lo leído, parece una obra bastante rica en contenido. El concepto de un villano que intenta atrapar la belleza para sí, es bastante potente y no muy infantil que digamos, escrito esto en buenos términos, porque me revienta el concepto de que las historias para niños sean simplonas sólo por ser para niños. Construir una obra a partir de un concepto tan abstracto como éste y hacerla entendible y disfrutable para los niños, es lisa y llanamente una labor de genio artístico.
Fíjate que se me fue eso de contar que el libreto de esta obra es de creación original de la compañía (mea culpa). Qué preciosa la observación que has hecho acerca de su contenido, lo que se me fue y gracias a tus palabras completa mi pobre apreciación estética.
Eliminar